Contenidos Semana 3

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SEMANA 3 Conocimiento 04 El Sentido del trabajo Titular Una mujer sale de su trabajo en una tienda al terminar su turno y sale exclamando: ¡¿libertad!, ¡libertad!¿. Un hombre compra un billete de lotería y expresa: si llega a salir... lo primero que hago es dejar de trabajar. Un hombre mayor mira una agenda y cuenta los días que le faltan para poder jubilar. Al parecer la vida comienza después del trabajo. Parece curioso escuchar a diferentes personas, la expresión de la realización de un deseo por un evento afortunado. Obtener un juego de azar, y ganar un premio millonario, en primer lugar: para dejar de trabajar. Luego, lo demás: comprar, viajar, regalar, etc. Parecería ser que la expresión bíblica: `ganarás el pan con el sudor de tu frente¿ (Gén 3,19), trae este sufrimiento vinculado al trabajo. Desde esta expresión es más un castigo que otra cosa. También en la mitología griega encontramos esta idea: es el trabajo de Sísifo que arrastra la piedra montaña arriba y no bien llega a la cima vuelve a bajarla al valle; y así sucesivamente, toda la vida, toda la eternidad. ¿Tiene sentido el trabajo?, ¿Qué sentido tiene el trabajo? Si Dios hecho hombre en Jesús, trabajó, realizó un oficio como el resto de los humanos, ¿tendrá sentido el trabajo?. ¿Es el trabajo una bendición, o es más bien una maldición?. A continuación examináremos, sin afán de agotar el tema, tres sentidos involucrados en el trabajo. Fuente de subsistencia Desarrollo económico personal y/o familiar. Es mediante una enorme diversidad de trabajos remunerados, trabajos independientes o de sus propios emprendimientos, que la mayoría de las personas logran satisfacer sus necesidades básicas y las de sus familias. Es mediante el trabajo que la gente logra integrarse y participar de los beneficios que conlleva el crecimiento económico. Así, tanto el contar con un empleo, como las condiciones de éste, constituyen, sino los únicos, los principales factores que condicionan las posibilidades de desarrollo económico de las familias, aunque el monto y forma que tomen los gastos familiares es también muy importante. 'El trabajo debe ser remunerado de tal modo que se den al hombre posibilidades de que él y los suyos vivan dignamente su vida material, social, cultural y espiritual, teniendo en cuenta la tarea y la productividad de cada uno, así como las condiciones de la empresa y el bien común'. (Gaudium et spes 67, 2).

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SEMANA 3

Conocimiento 04 El Sentido del trabajo

Titular

Una mujer sale de su trabajo en una tienda al terminar su turno y sale exclamando: ¡¿libertad!, ¡libertad!¿. Un hombre compra un billete de lotería y expresa: si llega a salir... lo primero que hago es dejar de trabajar. Un hombre mayor mira una agenda y cuenta los días que le faltan para poder jubilar. Al parecer la vida comienza después del trabajo. Parece curioso escuchar a diferentes personas, la expresión de la realización de un deseo por un evento afortunado. Obtener un juego de azar, y ganar un premio millonario, en primer lugar: para dejar de trabajar. Luego, lo demás: comprar, viajar, regalar, etc. Parecería ser que la expresión bíblica: `ganarás el pan con el sudor de tu frente¿ (Gén 3,19), trae este sufrimiento vinculado al trabajo. Desde esta expresión es más un castigo que otra cosa. También en la mitología griega encontramos esta idea: es el trabajo de Sísifo que arrastra la piedra montaña arriba y no bien llega a la cima vuelve a bajarla al valle; y así sucesivamente, toda la vida, toda la eternidad. ¿Tiene sentido el trabajo?, ¿Qué sentido tiene el trabajo? Si Dios hecho hombre en Jesús, trabajó, realizó un oficio como el resto de los humanos, ¿tendrá sentido el trabajo?. ¿Es el trabajo una bendición, o es más bien una maldición?. A continuación examináremos, sin afán de agotar el tema, tres sentidos involucrados en el trabajo.

• Fuente de subsistencia

Desarrollo económico personal y/o familiar. Es mediante una enorme diversidad de trabajos remunerados, trabajos independientes o de sus propios emprendimientos, que la mayoría de las personas logran satisfacer sus necesidades básicas y las de sus familias. Es mediante el trabajo que la gente logra integrarse y participar de los beneficios que conlleva el crecimiento económico. Así, tanto el contar con un empleo, como las condiciones de éste, constituyen, sino los únicos, los principales factores que condicionan las posibilidades de desarrollo económico de las familias, aunque el monto y forma que tomen los gastos familiares es también muy importante. 'El trabajo debe ser remunerado de tal modo que se den al hombre posibilidades de que él y los suyos vivan dignamente su vida material, social, cultural y espiritual, teniendo en cuenta la tarea y la productividad de cada uno, así como las condiciones de la empresa y el bien común'. (Gaudium et spes 67, 2).

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La relevancia de esta dimensión económica en la vida familiar queda de manifiesto precisamente en la situación contraria, es decir, en la ausencia del empleo, la cesantía, y todo el cuadro de consecuencias que ella trae aparejada. Es así que un trabajador actual, previendo posibles periodos de menor inserción laboral, que en las actuales condiciones del mercado pasarán a ser normales, debiera ser capaz de desplegar estrategias de prevención como la de mantener las finanzas personales sanas y sustentables, evitando endeudarse en demasía, y en lo posible ahorrando, todo lo cual facilitará el poder enfrentar las situación de desempleo con una mirada optimista, como una oportunidad de encontrar mejores posibilidades laborales.

• Espacio para el desarrollo personal y trascendencia

El trabajo exige de las personas poner en juego múltiples talentos, a cada una de acuerdo a su capacidad, abriéndoles posibilidades de experiencias, aprendizajes, y desarrollo en múltiples áreas: emocional, intelectual, física, relacional-social, etc. El trabajo facilita la interacción social, la integración a la vida pública; para los jóvenes, representa casi un rito de paso a la vida adulta, obligándolos a asumir responsabilidades y a ejercer su autonomía y madurez personal. Así también facilita la integración de la mujer. Desde el punto de vista de la trascendencia, `el trabajo es una de las características que distinguen al hombre del resto de las criaturas, cuya actividad, relacionada con el mantenimiento de la vida, no puede llamarse trabajo; solamente el hombre es capaz de trabajar, solamente él puede llevarlo a cabo, llenando a la vez con el trabajo su existencia sobre la tierra. De este modo el trabajo lleva en sí un signo particular del hombre y de la humanidad, el signo de la persona activa en medio de una comunidad de personas; este signo determina su característica interior y constituye en cierto sentido su misma naturaleza¿. (Laboren Excersens, Juan Pablo II). Asimismo señala el Catecismo de la Iglesia Católica que en el trabajo, la persona ejerce y aplica una parte de las capacidades inscritas en su naturaleza. El valor primordial del trabajo pertenece al hombre mismo, que es su autor y su destinatario. El trabajo es para el hombre y no el hombre para el trabajo (cf LE 6) Cada cual debe poder sacar del trabajo los medios para sustentar su vida y la de los suyos, y para prestar servicio a la comunidad humana. (Catecismo de la Iglesia Católica 2426 -2436). Por cierto el hombre encuentra su realización completa en el trabajo, este representa el lugar en el que la persona como individuo único e irrepetible encuentra su vinculación con su entorno social. De esta forma su existencia cobra sentido y valor. Sobre el trabajo lo importante es el resultado o la obra la frustración que podemos llegar a sentir no debe ser la profesión que elegimos o el tipo de trabajo que nos tocó realizar si no por la forma o actitud como decidamos ejercerla. Entonces podemos decir que no es una profesión determinada la que da la posibilidad de realizarse. Que ninguna profesión hace al hombre feliz. Cualquier trabajo (aun el más mecánico y monótono) recibe ese algo personal y específico de cada uno. Por tanto, podemos concluir que lo que hace de la vida algo insustituible e irreemplazable, algo único, algo que sólo se vive una vez, depende del hombre mismo, depende de quien lo haga y de cómo lo haga, no de lo que se haga. (Victor Frankl). El trabajo es uno de los grandes lugares comunes de la vida. El trabajo puede ser una bendición, un castigo, una ocupación, una plegaria, una fuente de alegría. Depende únicamente de nosotros. Podemos hacer cosas pequeñas con un alma grande; y las cosas grandes con un alma fría y mezquina. El secreto de la dignificación del trabajo está en el alma del que lo realiza (Roque Schneider). De igual forma debemos tener en cuenta que la capacidad de trabajo no es todo, ni razón suficiente y necesaria para darle sentido a nuestra vida, pues podemos tener capacidad de trabajo y, sin embargo, llevar una vida carente de sentido. No debe confundirse la plenitud del trabajo con la plenitud del sentido de vida. Darle un sentido trascendente al trabajo especialmente a aquellas tareas repetitivas, monótonas y esforzadas es, además, una forma de gratificar el espíritu y hacerlas más llevaderas, actuando sobre la fibra más valiosa del ser humano. Es enaltecerlo como persona. A continuación una pequeña historia que grafica claramente lo dicho:

Cuenta un filósofo de la Edad Media que al llegar a París encontró

un picapedrero quejoso y desganado trabajando en su oficio.

El filósofo le preguntó: ¿Qué haces? Aquél contestó: pico piedras por una paga miserable.

Poco más adelante otro picapedrero hacía la misma labor

y probablemente recibiría la misma paga insuficiente.

Sin embargo su rostro se veía radiante y entusiasta golpeando gozoso las piedras

mientras las chispas y las esquirlas saltaban por todos lados.

El filósofo le preguntó: ¿qué haces?. Contestó orgulloso: construyo catedrales.

El trabajo tiene un valor en sí mismo, independientemente de su retribución monetaria que siempre debe ser justa. No basta sólo con trabajar o llenar las horas del día. No basta con aquello de `Hoy he trabajado porque he tenido el día ocupado¿. Además de ocupar el tiempo `haciendo¿, es absolutamente necesario `para alcanzar la perfección¿ `hacer bien¿. Por lo tanto, no da lo mismo la forma en que realizamos nuestro trabajo. Cuando está bien hecho tiene un sentido personal, de auto realización que, además y como consecuencia, genera beneficios materiales. Desde luego, cuando una persona trabaja bien y alegre

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produce a su alrededor círculos virtuosos que generan una mayor rentabilidad y productividad. El trabajo mal realizado, el que se hace como favor, genera carencias en la auto realización y frustraciones. El trabajo sin un sentido se deshumaniza, pues lo propio del hombre es que, por su libertad, sea capaz de dar una intencionalidad a sus actos y en concreto al trabajo mismo. Algunos comportamientos y actitudes laborales de trabajadores positivos:

1- Tienen sentido de equipo, valoran y creen en el trabajo de los demás. 2- Terminan la labor a tiempo: los hombres geniales comienzan grandes obras y los trabajadores las terminan.

3- Le dan valor a las cosas pequeñas, esto es, cuidar los detalles. Por ejemplo, horarios, formas de saludar, etc. 4- Trabajan con pasión. Ponen el corazón y la cabeza en lo que se hace para así lograr enamorarse de ello. 5- Saben ponerse en el lugar de los demás. 6- Trabajan con alegría. Hacen con alegría lo que corresponde hacer y no como si se le estuviera haciendo un favor a alguien.

• Oportunidad de aporte social.

Perdemos de vista el fruto del trabajo, pero al detenernos a observar nuestro alrededor, encontramos al trabajo por doquier: desde la cama en que dormimos anoche, el agua con que nos aseamos, los alimentos que comimos, pasando por la calle donde transitamos y la locomoción que nos trajo, el edificio donde estudiamos, el lápiz con que escribimos, y un largo etcétera, casi todo lo que nos rodea en una civilización desarrollada como la actual, es fruto del trabajo de alguien. El trabajo construye el mundo en que vivimos y hasta la naturaleza está en gran medida moldeada o afectada por el trabajo humano: una sociedad humana sin trabajo sería inconcebible, el rol del trabajo como factor de la evolución de nuestra especie es central. Precisamente por su importancia en la vida social, debe ser el trabajo cuidado y protegido.