Conociendo Nuestras Escuelas. Un Acercam (2) (1)

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  • 7/26/2019 Conociendo Nuestras Escuelas. Un Acercam (2) (1)

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    En Maestros y Enseanza se renen obras de autores

    latinoame ricanos dirigidas

    al

    docente interesado

    en su

    propia

    formacin y en el aprendizaje constante sobre la labor educativa

    La etnografa de la educacin es un campo reciente y en acelerado

    crecimiento, cultivado a la vez por antroplogos ysocilogosque por

    psiclogos y pedagogos interesados en comprender las

    particularidades

    de

    la

    cotidianidad

    de l

    saln

    de

    clases.

    En

    onociendo nuestras escuelas

    se narra cmo un amaestra de jardn de infantes se convierte en etngrafa

    educativa

    y

    modifica

    en e l

    p roceso

    su

    concepcin

    de la

    enseanza.

    L a

    autora

    sistemat iz su ampl ia experiencia docente, tanto en la enseanza a nios

    en

    preescolar como

    en la

    imp articin

    de

    seminarios, cursos

    y

    talleres

    a

    normalistas y estudiantes universitarios, a fin de elaborar un mtodo didctico

    que ayudar a maestros e invest igadores educativos en formacin a adquir i r

    habilidades

    para interpretar lacultura escolar desde un punto devista

    etnogrf ico. As,

    e l

    futuro investigador aprender aqu

    no

    slo

    la

    manera

    de

    realizar unprotocolo, de plantear las preguntas y

    delimitar

    e l problema,

    de

    seleccionar tcnicas

    e

    instrumentos,

    de

    elaborar registros,

    de

    confrontar

    las conjeturas con lateora,sino tambin la respuesta apreguntas como:

    cmoy por qu hacer etnografa educativa?, qu clase de

    situaciones

    significativasnos ayudan a comprender mejor lo que ocurre en las aulas?

    y cules

    son las

    dificultades metodolgicas

    qu e

    enfrenta

    e l

    etngrafo

    de la

    educacin?

    En

    sntesis,

    el

    gran propsi to

    q ue

    gua esta obra

    e s

    hacer

    m s

    grata

    y

    amable

    la

    interminable tarea

    d e

    desci f rar

    lo

    educat ivo.

    La

    sociloga y doctora en Educacin Mara

    Bertely

    Busquises acadmica

    en

    el Cen tro de Invest igaciones y Estudios Superiores en Antropologa Social

    en el Instituto Superior de Ciencias de la

    Educacin

    del Estado de Mxico.

    Hace

    ms de veinte aos com enz su carrera en la enseanza como

    profesorad e

    educacin preescolar,

    y hoy en da es una de las

    etngrafas

    educativas co n mayor experiencia y reconocimientoe nMxico. Juntoc on

    Adriana Robles,

    es coordinadorade l

    volumen Indgenas

    en la

    escuela 1997).

    Conociendo

    nuestras

    escuelas

    Un

    acercamiento

    etnogrfico

    a la

    cultura escolar

    Mara Bertely Busquis

    Maestros

    y

    Enseanza

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    MAESTROS

    Y ENSEANZA / 6

    ltimos ttulos publicados

    5. Vivianne Hiriart Riedemann, Educacin sexual

    en la

    escuela.

    Gua

    para

    orientadores d e pberes y

    adolescentes

    6.

    MaraBertely Busquets, Conociendo nuestras escuelas.

    U n

    acercamiento etnogrfico a la cul tura escolar

    7

    Aurora

    Elizondo

    Huerta coordinadora),

    L a nueva escuela

    I. Direccin l iderazgoygest in escolar

    8.

    Aurora

    Elizondo Huerta coordinadora),

    L a

    nueva escuela

    II.

    Direccin l iderazgo

    y

    gest in escolar

    9.

    Melanie

    Uttech

    Imaginar faci l i tar transformar. U na pedagoga

    para e l

    saln

    mul t igradoy la

    escuela rural

    10. Lu zMara Chapela,E l uego en la escuela

    11. GeraldineNovelo,

    Conozcamos

    a

    nu estros nios.

    Del na c imiento a

    lo s 6 aos.M a n u a l para padresymaestros

    12. Etty HaydeEstvez Nnninger,Enseara aprender. Estrategias

    cogni t i vas

    13.

    Alicia Venegas,L as

    artes plst icas

    en la

    educacin art s tica

    y

    esttica

    infantil

    14 .

    Irena Majchrzak, Nombrando a l m undo . E lencuentro con la lengua

    escrita

    a partirde l

    n o m b re

    propio

    15. Miriam Ponce, Cmo ensear

    mejor.

    Tcnicas de asesoramiento

    para docentes

    16.

    Mara

    LuisaParraVelascoy

    Martha

    JuliaGarca-Sellers,

    Com unicacin entre la escuela y la a m i l ia . Fortaleciendo las

    bases

    para

    e lxi to escolar

    17. Ken

    Goodman

    Sobre l a lectura. U na mirada

    de

    sent ido c o m n

    a la

    naturaleza

    de l lenguajey la

    ciencia

    de la

    lectura

    18.

    Alma

    Carrasco

    Altamirano,

    Entre l ibros

    y

    es tudiantes .

    Gua

    para

    p r om ov e rel uso de las bibliotecas en el a ula

    19.

    GuadalupeVadillo,D e maestro a tutor acadmico. Cuarenta

    semanas

    de

    clases innovadoras

    y

    e f e c t i v s

    MaraBertely Busquets

    CONOCIENDO

    NUESTR S

    ESCUEL S

    nacercamiento etnogrfico

    a lacultura escolar

    PAIDS >J|

    Mxico

    Buenos ires

    Barcelona

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    Cubierta: Ferran Cartes y Montse Plass

    / edicin

    2

    Reimpresin 2 7

    Quedan

    r igurosamente

    ^

    prohibidas,

    sin la autorizacin

    escrita

    de lostitularesdelcopyright

    bajo

    la s

    sanciones estableci-

    das en las

    leyes,

    la

    reproduccin total

    o

    parcialde esta obra

    p or

    cualquier medio

    o

    procedimiento, comprendidos

    la

    reprografa y eltratamientoinformt ico, y ladist r ibucinde ejemplares de ellamediantealquiler oprstamo pbl icos.

    D.R. 2000de todas las ediciones en castellano,

    EditorialPaids Me xicana, S.A.

    Rubn Dar o 118 col. Moderna,03510 Mxico, D.F.

    Tel.5579-5113.F ax5590-4361

    e-mail:

    [email protected]

    D.R. E diciones PaidsIbrica,S.A.

    Diagonal662-664

    08034

    Barcelona

    www.paidos.com

    ISBN:978-968-853-436-6

    Impreso en Mxico-Printed in Mxico

    N I E

    A G R A D E C I M I E N T O S 7

    I N T R O D U C C I N 11

    Captulo 1

    S U P U E S T O S E P I ST E M O L G I C O S D E U N E N F O Q U E

    E T N O G R F I C O

    EN

    E D U C A C I N

    17

    Antecedentes 17

    Perspectivas epistemolgicas en etnogra fa educativa:

    diversidad desentidosen laorganizacin de l

    campo

    22

    Fundamentos

    de una

    perspectiva etnogrfica

    en

    educacin:

    niveles

    de

    reconstruccin epistemolgica

    27

    Retos epistemolgicos de l quehacer etnogrfico

    en

    educacin 36

    Captulo

    2

    I N V E S T I G A C I N E T N O G R F I C A

    E N

    E S C U E L A S

    Y

    S A L O N E S D E C L A S E S: L A E N T R A D A A L C A M P O 4

    Protocolo

    de

    investigacin, pregu ntas

    y

    dimensiones

    deanlisis 44

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    Delimitacind el referenteemprico 47

    Seleccin ydominiode tcnicas e instrumentos

    deinvestigacin 48

    Primeras inscripciones

    inferencias factuales

    y conjeturas 54

    El

    procesod einvestigacinen marcha 55

    Captulo

    3

    C O N S T R U C C I N

    D E U N

    O B J E T O E T N O G R F I C O

    E N E D U C A C I N 6 3

    Documentosetnogrficos y seguimiento de un proceso

    de in vestigacin

    66

    Subrayados

    inferencias factuales

    y conjeturas 72

    Categorasdeanlisisypatrones emergentes 79

    Triangulacin terica

    80

    Eltextointerpretativo 85

    Captulo

    4

    R E T O S ,

    S N T E S I S

    Y

    P R O P U E S T A S

    E N L A

    F O R M A C I N

    D E E T N G R A F O S E D U C A T I V O S : C O N C L U S I N

    9 5

    Manejo

    d e

    escalas

    de

    gen eralizacin

    96

    Profundizacin abstraccin y niveles de anlisis 97

    El etngrafo

    comosujeto

    y objeto de conocim iento 99

    Trayectoria acadmica y form acin de etngrafos

    educativos

    102

    Recuentode una trayectoria 104

    Formacin de etngrafos en contextos institucion ales

    y

    profesionales especficos:

    los

    maestros

    f rente al

    grupo

    10 8

    Cmo formar etngrafos educativos? 115

    B I B L I O G R A F A

    117

    GR DE IMIENTOS

    E

    S T E

    L I B R O

    ES P R O D U C T O DE MI

    T R A B A J O

    en el

    Centro

    de Investi-

    gaciones y Estudios Superioresen Antropologa Social C I E S A S ) ,

    creado en 1980 para contribuir a la comprensin de los procesos

    sociales

    y culturales en M xico por medio de la investigacinantropo-

    lgica histrica

    y d e

    disciplinas

    afines.

    A ntecedente

    del C I E S A S , el

    Cen-

    tro de Investigaciones Superioresdel Insti tu to Nacionalde Antropo-

    loga e

    Historia

    C I S I N A H ) , fundado en 1973 po r

    Gonzalo

    Agu i r re

    Beltrn Guil lermo Bonfil B atalla y ngel Palerm gest un espacio

    institucional nico e irrepetible

    donde

    l acomunidad acadmica tuvo

    la oportunidad de producir investigaciones de profundas repercusio-

    nes sociales en los mbitos nacional y regional.

    Mi experiencia acadm ica en investigacin del rea de Procesos H is-

    tricos Polticos y Cultu rales de los Siglos

    xvi-xx,

    en el campo espe-

    cfico de Historia Educacin y Cultura interv ino en mi consolidacin

    como

    especialista

    en la

    metodologa etn ogrfica aplicada

    al

    anlisis

    de

    la cultura escolar y a la formac in de maestros e investigadores educa-

    tivos.Deboa l C I E S A S

    gran parte

    de mis

    conocimientos antropolgicos

    en educacin derivados de mi relacin perm anen te con Mara Eugenia

    VargasD elgadillo y Gu illermo de la PeaTopete; mi incursin por la

    historia social de la escolarizacin apunt alada por las aportacione s de

    Lu z

    Elena

    Galvn Lafarga

    y Mireya Lamoneda y mi inters por el

    com-

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    o onociendo nuestras escuel s

    piejo

    en tramado pol t ico en que sedesenvuelvenlo smaestros, articu-

    lado

    con las investigaciones de

    Beat r iz

    CalvoPontn y Susan Street.

    A

    todos

    estos colegas les agradezco sus orientacione s y su alta calidad

    humana, tica

    y profesional.

    Mi reconocimiento sincero al Insti tuto Superior de Ciencias de la

    Educacindel Estado de M xico

    I S C E E M ) ,

    insti tucin que me ha

    dado

    la

    oportunidad

    de ejercerl a

    docencia

    en el

    rea metodolgica

    y , en

    con-

    secuencia, ha

    contr ibuido tambin

    de

    modo invaluable

    en m i

    conso-

    lidacin acadmica.

    M i

    prctica docente

    en el I SC E E M , as

    como

    los ta-

    lleres

    y seminarios que he im par tido en otros posgrados en edu cacin,

    validan

    la

    utilidad

    de

    este libro para

    lo s

    maestros

    e

    investigadores

    en

    formacin.

    Las

    dudas metodolgicas de mis alumnos y escuchas, as

    comos u

    deseo

    de

    aprender , tuv ieron

    u n

    peso importante

    en m i

    deci-

    sin

    de

    escribirlo.

    omo estudiante egresada

    de l

    Depa r tamen to

    de

    Investigaciones

    Educativas de lCentro deInvestigacionesyEstudios Avanzadosd elIns-

    tituto Politcnico Nacional

    oiE-Cinvestav),

    insti tucin pionera en el

    campo que da vida a este libro, agradezco los conocimien tos etnogr-

    ficosyl a

    pasin me todolgica

    que me

    legaron Ruth Paradise,

    mi en-

    traable maes tra , y Elsie Rockwell , e tngrafa pionera que s iembra

    f u t u ro

    inscribiendo

    las

    voces silenciadas.

    Del

    mismo

    modo ,

    m e

    congratulo

    de

    haber participado

    en e l

    Taller

    Permanente de Investigacin Educativa de lCentro de Investigaciones

    y

    Servicios Educativos

    de la

    Universidad Nacional Autnom a

    de

    Mxi-

    co C I S E - U N A M ) ,

    coordinado

    por mis

    quer idos amigos Mario Rueda

    Beltrn y G abriela Delgado Ballesteros. Gracias a su

    esfuerzo

    ampli

    mis

    marcos de

    referencia,

    discut acerca de

    reas

    inexploradas y compar-

    t la

    pasin

    y la

    responsabilidad tica

    qu e

    provoca penetrar

    en la

    otredad

    y

    en el campo educativo. En los encuentros organizados a partir del ta-

    ller, investigadores mexicanos pudimos construir redes permanentes y

    dilogos

    fructferos

    co n etngrafos de otras lati tudes, como Margaret

    LeCompte , Ga ry An d e r s on , Mar th a

    M o n t e r o ,

    Bradley Levinson,

    Guillermina Engelbrecht y

    Donna

    Deyhle,esfuerzocolectivo cuyo tes-

    timo nio es la edicin de varios libros [Calvo, Delgado y Rueda coords.)

    A G R A D E C I M I E N T O S

    1998; Rueda,Delgado

    y

    Jacobo coords.) 1994; Rue da

    y C a m p o s

    coords.) 1992]y la realizacin de diversos simposios. A mis compa-

    eras

    talleristas

    M artha C orenstein y Patricia Medina agradezco sus ob-

    servaciones

    sobre este libro,

    a s

    como

    su

    inters

    p or d ifundirlo en los

    posgrados de la Universidad Nacional Autnoma de Mxico y de la

    Universidad Pedaggica Nacional, incluso antes de ser publicado.

    Entre 1994, cuando conclu el primer borrador, y el momento en

    que se

    aprob para

    se r

    publicado, este

    l ibro

    ex pe r i men t profun d as

    t ransformaciones.

    Mod i f i qu

    su

    ttulo original, incorpor

    l as

    sugeren-

    cias que

    s urg an

    en la

    march a

    y

    es tudi ser iamente

    l os

    d ic tmenes

    emitidos

    por los

    lectores asignados

    por el

    comit editorial

    de l C I E S A S .

    Gracias

    a la

    intervencin

    de

    estos ltimos reconoc

    e

    in ten t

    rectif icar

    lo s

    errores interpretativos, omisiones, simplif icacionesy descuidos qu e

    aparecan en el ltimo borrador.Quienescolaboraron en la captura de

    la s

    correcciones, como Juan Hernndez

    y

    Guadalupe Loxpanco, fue-

    ron testigos directos de tales transformaciones y aprendizajes.

    La

    acertada decisin

    de

    Editorial Paids

    de

    apoyar

    lareflexin so -

    br e la

    prctica docente

    a

    travs

    de su

    coleccin Maestros

    y

    Ensean-

    za ,

    sumada

    a las

    orientaciones,

    la

    confianza

    y la

    paciencia

    q ue

    s iempre

    manifes t la

    sembradora

    de

    utopas Lauralvarez Manilla, directora

    de

    dicha serie, influye

    de

    modo

    definit ivo

    en la

    d ifus in

    de

    este libro.

    Espero, por ltimo, que la publicacin de materiales

    como

    ste for-

    talezcan

    los

    vnculos insti tucionales

    y los

    compromisos entre

    l os

    maes-

    tros y los investigadores educativos iberoamericanos, en beneficio de

    lo s

    nios y las nias de nuestros pases. En un mundo cada vez ms

    comunicado, las aportaciones educativas producidas en contextos na-

    cionales especficos podrn ayudarnos a dialogar en torno a retos co-

    mun es, as como a constru ir opciones ms creativas para enfrentarlos .

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    INTRO U IN

    A

    U N Q U E L N T R O P O L O G M E X I C N

    paut

    el

    diseo

    de las

    polti-

    cas educativas a l o largo de l siglo xx, al i n t e rv en i r en la crea-

    cin y definicin de la escuela rural en los veinte y treinta, y

    al promover la institucionalizacin del indigenismo y del modelo edu-

    cativo bi l inge y b icu l tura l despus, no in tervino en la construccin

    social, institucional y acadmica de la comunidad de etngrafos edu-

    cativos en Mxico.

    La conformacin del campo e tnogrfico en educac in

    tambin

    conocido como cualitativo

    o in terpreta t ivo es an

    reciente , como

    e l

    de la investigacin educativa en general .

    1

    N o incluyo e n este l ibro, por

    ello,

    la s

    valiosas aportaciones metodolgicas

    d e

    antroplogos como

    Ma-

    nuel G amio, M oiss Senz, Gonzalo Aguirre Beltrn y Julio de la Fue n-

    te, aun cuando util iz aron proced imien tos etnogrficos en sus estud ios

    e n escuelas rurales e indgenas. Ofrezco, e n consecuencia un a discul-

    pa .Tantol a ausencia de la antropologa me xicana en la conformacin

    Para Mar a

    de I ba rro la

    [1987]

    la

    conformacin

    de l

    campo

    de la

    inves t igac in edu-

    cativa en Mxico se in ic ia n 1970 cuando c recen las ins t i tuc iones de inves t igac in educa-

    t i v a y d e e d u c a c i n s u p e r i o r . D i c h a c o n f o r m a c i n s u p o n e t a n t o l a p r e s e n c i a

    s o c i a l ,

    insti tucional y acadmica de s u j e tos y comunidades r econoc idos en Mxico y en e l mun-

    do

    como

    la ape r tura de espac ios de conf rontac in dondes e d i scut en las di s t in tas pos turas

    t er icas y m etodolgicas , se forman inves t igadores y se cot e jan y di funde n los r esul t ados .

  • 7/26/2019 Conociendo Nuestras Escuelas. Un Acercam (2) (1)

    7/65

    14

    onociendo

    nuestras escuel s

    de un texto etnogrfico. Al primer nivel de reconstruccin epistemo-

    lgica

    referido

    a la interpretacinde la accin

    significativa

    dedico el

    resto de la obra. Aprender a inscribir e interpretar el

    p u n t o

    de vista de

    lo s actores antes que analizar este discurso segn sus referentes hist-

    ricos culturales y polticos ms amplios representa un prim er apren-

    dizaje

    para ser etngrafo educativo. He vivido en carne propia la pa-

    ciencia que requieren los aprendices de etngrafos ascomo quienes

    lo s

    guan en el arduo proceso de formacin que esta opcin

    metodo

    lgica exige.

    En el segundo captulo expongo la lgica relativa a la construccin

    de un p roblem a etnogrfico en educacin. D efino el lugar central que

    ocupan el protocolo y las primeras preguntas de investigacin en la

    seleccin

    de las

    dimensiones

    o ejes de

    anlisis

    elmodo en que se de-

    limita el

    referente

    em prico y los procedim ientos ms adecuados p ara

    entrar al campo. Ilustro este proceso con diversas situaciones y fragm en-

    tos empricos.

    En el tercer captulo documento pormeno rizadamente la construc-

    cin

    paulatina

    de un

    objeto etnogrfico

    e n

    educacin. Para

    d ar

    cuen-

    ta de este proceso

    elijo

    un objeto de

    significativa

    utilidad didctica para

    los interesados en estudiar la otredad. A partir de m i experiencia de in-

    vestigacin

    en una

    escuela prim aria estatal

    de una

    localidad

    mazahua

    de l

    Estado

    de

    Mxico describo

    la s

    caractersticas formales

    y de

    con-

    tenido

    de los

    registros

    de

    observacin;

    la

    manera

    en que

    inscr ibo

    categorizo e inte rpre to las prcticas sociales de los actores; el papel que

    asigno a la triang ulaci n terica y los tres niveles de anlisis imp lica-

    dos en laproduccin de un texto etnogrfico en el que se

    fusionan

    la

    perspectiva del intrpre te y la de los

    sujetos

    interpretados. Este cap-

    tulo perm ite al lector incursionar en un proceso metodolgico parti-

    cular desde sus primeras etapas hasta la elaboracin del inform e final.

    En el cuarto captulo recupero algunas de las cuestiones tratadas en

    lo s

    apartados previos y profund izo en los niveles de anlisis y escalas

    de

    generalizacin

    en el

    papel

    de l

    investigador como

    sujeto

    y

    objeto

    de

    conocimien to y en el lugar que ocupa la trayectoria

    acadmica

    del in-

    vestigador para convertirse en etngrafo educativo.

    Dicho

    captulo

    I N T R O D U C C I N

    15

    muestraa llectorlo s retosy lmites que elt rabajo etnogrfico en edu-

    cacin tiene

    an que enfrentar y

    resolver.

    Reconozco los grandes vacos de este

    modes to

    esfuerzo de siste-

    matizacin m etodolgica. Du rante

    m i

    carrera como investigadora edu-

    cativa he aprendido que no es posible constr uir modelos

    factibles

    de

    ser reproducidos po r otros ni siquiera por uno mismo; tampoco en

    ese

    sentido predeterminar

    la va de

    construccin

    de un

    objeto etnogr-

    fico en educacin porque el mism o objeto como objetivacin de sen-

    tidos subjetivos particulares determina

    en

    alto grado cmo

    se

    puede

    y

    debe proceder

    en

    cada caso.

    Lo que s se

    puede hacer

    es

    escribir acerca

    de las diversas estrategias que nos permiten acceder a la subjetividad

    propia

    y a la ajena y

    buscar

    la

    manera

    de

    comunicar nuestras experien-

    cias y hallazgos metodolgicos.

    Si nduda alguna las vivencias metodolgicas del investigador se

    modifican en la interminable tarea de descifrar la realidad educativa.

    Entre otros aspectos el objeto de conocimie nto y elm o m e n t o de desa-

    rrollo profesion al y de vida en que se encuentra el investigador inter-

    vienen en la construccin de estrategias especficas. El objeto etnogr-

    f ico

    al

    i g ua l q ue e l e tn g ra fo se de f inen p o r su d inam ism o y

    transformacin en eltiempo. La interpretacin e ssiempre limitaday los

    textos producidos aparecen

    a los

    ojos

    de l

    autor

    y sus

    lectores como

    superables. No espero que este libro sea tratado

    como

    declogo o re-

    ceta. Pretendo

    al

    contrario estimu lar

    la

    discusin

    y el

    dilogo meto-

    dolgico as como apoyar la formaci n de investigadores noveles y

    maestros interesados en un campo que seduce o que por el contrario

    provoca profund as resistencias.

  • 7/26/2019 Conociendo Nuestras Escuelas. Un Acercam (2) (1)

    8/65

    1 SUPUESTOS

    EPISTEMOLGICOS

    DE

    UN

    ENFOQUE

    ETNOGRFICO ENEDUCACIN

    nte edentes

    L

    A P E R S P E C T I V A E T N O G R F I C A

    cualitativa ointerpretativa relacio-

    nada con los es tudios antropolgicos y sus descr ipciones de -

    talladas de lo que acontece en contextos sociales y cul turales

    especficos

    se

    introduce

    a la

    investigacin educativa

    en los

    aos sesenta

    en

    Inglaterra

    y en los

    setenta

    en

    E s t ado s Unido s [Whiting 1953;

    Becker GeeryStrauss 1961; Rist 1970; Goodenough 1971;Jules 1971;

    Labov 1972; Philips 1972;

    Hymes

    1972; Ogbu 1974; Walcot t 1975;

    Goetz

    1978;

    McDermott

    1977].

    En Mxico aunque l a etnografa aplicada a la investigacin educa-

    tiva se introduce de manera sistemtica a finales de la dcada de los

    setenta desde los aos veinte y cuaren ta del siglo xx se realizan inves-

    t igaciones an tropolgicas que adaptan es te mtodo de investigacin a

    algunos estudios realizadosen escuelas.

    Como

    a lumno de l antroplogo

    es tadounidense Franz Boas Man uel

    Gamio [1922]

    estudia elefecto de

    un modelod e desarrollo regional en una comunidad teotihuacana.Se

    trata de la e j ecuc in de l proyecto que da origen a la Escuela Rural

    Mexicana y a las Mis iones Cu lturales.

    Moiss Senz [1964 1936] como discpulo

    de l

    e s t ado un idens e

    John Dewey estudia e n Michoacn a los alumnos tarascos de la Esta-

  • 7/26/2019 Conociendo Nuestras Escuelas. Un Acercam (2) (1)

    9/65

    18

    onociendo nuestras escuelas

    cin Experim ental de Incorporacin de Carapan, y sienta las bases del

    Internado Indgena. Julio de la Fuente

    [1977

    1964, 1940] al lado

    del antroplogo polaco Bronislaw Malinowski, documenta entre otras

    expresiones culturales

    lainfluenciade la

    Escuela Rural entre

    lo s

    indge-

    nas zapotecos serranos,

    y

    Gonzalo Aguirre

    Bel t rn [1990 1973] in -

    fluido por el

    estadounidense Melville Herskovitz,

    realiza

    diversos

    e s-

    tudios acerca del desarrollo del proyecto educativo indigenista en

    comunidades tarascas, chiapanecas y tarahumaras.

    Como

    se sabe, Ju-

    lio de la

    Fu en te

    y

    Gonzalo Aguirre Beltrn contr ibuyen

    de

    manera

    importante a la institucionalizacin de las corrientes indigenistas en

    Mxico.

    Ms all de discutir el vnculo entre las polticas nacionalistas pos-

    revolucionariasy lasinvestigaciones mencionadas, a las que se lescri-

    tica su inters por integrar al indio a la mexicanidad, es importante

    reconocer que en estos trabajos se comienza a documentar el contex-

    to sociocultu ral en que se desenvuelven las

    escuelas

    pblicas mexicanas.

    La s aportaciones metodolgicas que proporcionan estas investigacio-

    nes, sin embargo, no son sistematizadas, y predomina una visin ins-

    trumental en torno al trabajo etnogrfico realizado. En estas produc-

    ciones,

    laetnografa

    parece

    funcionar

    como

    un a

    tcnica

    de

    investigacin

    ti l

    par a recolectar datos y validar hiptesis. La instituci n escolar no

    constituye, adems, el

    foco

    sustantivo de estas indagaciones.

    Aunque

    esfuerzos

    ms

    recientes

    han

    sido verdaderas contribucion es

    alcampo de la investigacin cualitativa en educacin [De la Pea

    1981;

    De la

    Pea

    y

    Greaves 1975; Vargas 1982,

    1994] su

    ubicacin disci-

    plinaria

    limita

    s u

    amplia

    difusin,

    pues

    s e

    concentra

    en la

    comunidad

    de

    pertenencia

    o

    e ntre investigadores interesados

    en las

    dimensiones

    histricas y socioculturales del problema educativo. Tal es el caso de

    quienes desarrollan propuestas vinculadas con los modelos curricula-

    res interculturales bilinges en Mxico, o de acadmicos interesados en

    estudiar

    la

    relacin entre

    la

    historia

    de las

    polticas educativas

    y los

    grupos tnicos.

    El campo de la investigacin educativa no se agota, sin embargo,

    con el tratamie nto de las dimensiones histricas y socioculturales q ue

    S UP UE S T OS E P IS T E M OLGIC OS

    19

    in tervienen

    en las prcticas escolares. Investigadores ocupados en do-

    cumentar otros procesos, como

    l os

    institucionales,

    organizacionales, cu-

    rriculares,

    pedaggicos

    o los

    vinculados

    con la

    formacin

    d e

    m aestros,

    tratan de escapar a la tecnologa educativa y a las corrientes fun ciona-

    listas,positivistas y conductistas que prevalecan hasta hacepoco e im-

    pulsan un movimiento epistemolgico quebusca abordar la s dimen-

    siones cualitativasque intervienenen susparticulares objetosde estudio.

    Como

    sostengo al inicio de esta seccin, la etnografa educativa en

    Mxico se convierte en campo de investigacin a finales de la dcada

    de los

    setenta, cuando

    se

    difunden entre otros

    lo s

    estudios realizados

    en

    escuelas

    y

    salones

    de

    clases

    de

    Estados

    Unidos e

    Inglaterra. stos

    plantean varias preocupaciones metodolgicas que , a pesar de ser

    ampliamente conocidas

    por los

    antroplogos

    desde

    principios

    del si-

    glo,

    no

    estn presentes

    en las

    investigaciones educativas realizadas

    po r

    los psiclogos, los pedagogos y los socilogos, en la m ism a poca. Para

    stos,

    la s

    viejas

    discusiones antropolgicas

    en

    torno

    a l a

    cultura repre-

    sentan, en la actualidad, interesantes novedades metodolgicas.

    No basta con adoptar las tcnicas e instrum entos antropolgicos que

    faciliten

    la recoleccin de datos empricos acerca de la cultura escolar.

    El desconocimiento de los debates epistemolgicos qu e encierra el

    quehacer antropolgico exige que la nueva

    c omunidad

    de etngrafos

    educativos abunde en el sentido de sus indagaciones, ascomoen las

    discusiones metodolgicas que pueden ayudarlos a construir mejores

    vas

    de

    acceso

    a la

    cultura escolar.

    El

    Departamento de Investigaciones Educativas

    D I E )

    de l

    Centro

    d e

    Investigaciones yEstudios A vanzadosd el Instituto Politcnico

    Nacio-

    nal Cinvestav) inicia esta bsqu eda y abre

    varias

    lneas de investigacin

    etnogrfica

    [Paradise 1979, Rockwell 1982, Rockwell

    y

    Ezpeleta

    1983].

    La construccin institucional y social del campo implica la apertura

    paulatina

    de

    espacios sociales, institucionales

    y

    acadmicos

    en los que

    la

    etnografa educativa constituye, poco a

    poco,

    un recurso metodolgico

    bsico para comprender

    la

    vida cotidiana escolar [Ibarrola

    1987].

    Gracias a tal

    esfuerzo

    este tipo de investigaciones se extiende ms all

    del rea de los antroplogos a centros de educacin supe rior

    como

    l a

  • 7/26/2019 Conociendo Nuestras Escuelas. Un Acercam (2) (1)

    10/65

    20

    onociendo nuestras

    escuel s

    Universidad Pedaggica Nacional

    U P N )y la

    Universidad Nacional

    A u-

    tnoma

    de Mxico

    U N A M ) ,

    por mencionar slo algunos

    dedicados

    a

    la investigacin educativa la docencia y la form aci n de maestros .

    Se

    trata de investigadores que e nfrentan de

    modo

    directo los pro-

    blemas vinculados con el

    ejercicio

    de la docencia particip an en diversos

    foros

    acadmicos discuten las polticas educativas de Mxico atien-

    den lasdemandas formativasde los

    maestros

    y se

    plantean

    la

    difcil tarea

    de contribuir en la formacin de las nuevas generaciones de etngra-

    fos

    educativos.

    Ante tan variadas demandas los investigadores educativos han de-

    bido

    elaborar sus propias construcciones epistemolgicas y optar por

    algn

    tipo

    de enfoque que les permita solucionar los problemas me-

    todolgicos implicados. Esto sobre

    todo

    entre quienes t rabajan en

    condiciones institucionales adecuadas que les permiten consolidarse

    como

    vanguardia acadmica y contr ibuir de modo permanente al

    desarrollo del campo.

    Otros investigadores en condiciones institucionales similares o dis-

    tintas interesados en enfoqu es menos ortodoxos ms que dar una

    definicin epistemo lgica de su quehacer califican sus proyectos

    como

    cualitativos

    asume n sus perspectivas etnogrficas

    como

    relativamen-

    te vlidas o intentan form arse al

    lado

    de acadmicos consolidados.

    Todos

    ellos comparten

    el

    mismo

    t ipo

    d e

    preocupaciones

    y al

    d ifundir

    su shallazgos y dudas co nstruyen u n

    campo

    p rofesional diversificado

    fisurado

    y contradictorio.

    Cuando

    los investigadores noveles se pregun -

    tan por qu y

    cmo

    lograr comprend er la cultura escolar se encuen-

    tran con tal diversidad de posturas que a su fascinacin e inters los

    acompaan grandes confusiones

    y

    dudas.

    Para aclarar algunas

    d e

    estas preocupaciones

    abordo en

    este

    cap-

    tulo tres aspectos. El primero se

    refiere

    al carcter diversificado yabierto

    de l

    campo

    etnogrfico en

    educacin

    mbito que

    lejos

    de conformar

    un a

    estructura

    d e

    conocimiento cerrada

    y

    coherente articula

    de modo

    conflictivo

    mltiples orientaciones

    y

    perspectivas.

    E l

    segundo remite

    mientras

    tanto

    a l a

    necesidad

    de l

    etngrafo educativo

    de

    reconocer

    a l-

    gunos de los sentidos epistemolgicos que orientan sus indagaciones

    SUP UE ST OS E P IST E MOL GIC OS

    21

    en las

    escuelas

    y

    salones

    de

    clases.

    El

    l t imo plantea a lgunos

    de los re-

    tos

    epistemolgicos

    qu e enfrenta en la

    actualidad

    l a

    etnografa educa-

    tiva en nuestro pas.

    Para el

    desarrollo

    d el

    pr imer pun to sintetizo algunas

    de las

    posturas

    ms representativasen elcampo. Recupero lasperspectivas metodolgicas

    representadas

    por Evelyn Jacob [1987] y Frederick Erickson [1989] en

    Estados Unidos y por

    Elsie

    Rockwell

    [1980]

    en M xico. Au nque estos

    autoreshan variado su senfoquesmetodolgicosen losltimos aos su s

    reconstrucciones y p ropuestas iniciales me permitieron identificarlas

    posiciones comunes y distintivasqu e intervienen en la gestacin de l

    campo etnogrfico

    en

    educacin.

    1

    A partir de esta revisin defino en el tercer apartado de este cap-

    tu lo

    lo s

    niveles

    d e

    reconstruccin epis temolgica que

    a mi

    ju ic io

    permean el quehacer etnogrfico en educacin. Articulo en particular

    conceptos provenientes

    de la

    psicologa social

    el

    interaccionismo sim-

    blico la

    fenomenologa

    social

    la

    sociologa comprensiva

    la

    hermenu-

    tica

    la

    antropologa simb lica

    y l a

    teora social crtica.

    Dicha

    articula-

    cin

    se

    justifica

    por suconvergencia epistmica dentro de la ciencia social

    interpretativa.Al relacionar nociones tericas acuadas por George H.

    Mead

    Herbert Blumer

    Erwing GofTman Alfred

    Schutz Paul Ricoeur

    Max W eber

    Susan

    Hekman Cliffbrd

    G eertz Pierre Bourd ieu

    y

    Michel

    Foucault entre otros no pretendo cons truir una epistemologa eclctica

    sino un marco paradjico que permita comprender el inters por pro-

    ducir

    textos interpretativos. En el cuarto apartado del captulo como

    mencion antes desgloso algunos retos del quehacer etnogrfico en edu-

    cacin y los relaciono con las propuestas metodolgicas revisadas.

    1

    Pa ra p rofundiz a r

    en la

    va riedad

    d e

    sen t idos a t r ibuido s

    a

    este

    t ipo d e

    es fue rzo

    metodo-

    lgico sug ie ro consulta r la b ibl iograf a ; ah se incluyen algunas de las fuentes directas que

    inspiraron las propuestas metodolgicas revisadas en este captulo. Cuandol areferenciaa luda

    a su pub licac in en lengua ing lesa ta lc o mo aparece en la bibliografa de los autores anali-

    zados sug ie ro comprobar s i han s ido t raduc idas aun con ca rc te r p rov is iona l o pub lica -

    das ya en espaol. En caso de que el texto no se localice en libreras en bibliotecas nacio-

    nales

    o en los

    a rchivos

    de

    investigadores

    dedicados a la

    indagac in e tnogrfica iden t if ica r

    a los autores de los textos posibilita elacceso d el lector a o t ras de sus obras y pub licac iones .

  • 7/26/2019 Conociendo Nuestras Escuelas. Un Acercam (2) (1)

    11/65

    22

    onociendo nuestras escuel s

    Perspectivas epistemolgicas

    en

    etnografa

    educativa diversidad

    de

    sentidos

    en la

    organizacin

    del

    campo

    Las

    investigaciones etnogrficas pueden organizarse de distintas m ane-

    ras

    graciasa lcontexto polticoyacadmico en que losautores elabo-

    ran sus particu lares organizaciones, y a los problemas tericos, me to-

    dolgicos

    o

    epistemolgicos

    que les

    interesa resolver. Evelyn Jacob,

    protagonista de la pugna entre los marcos

    cientificistas

    y los de corte

    comprensivo en Estados Unidos, co mpara los resultados de la investi-

    gacin educativa trad icional, realizada desde una perspectiva psicol-

    gica de corte po sitivista, con las am plias posibilidades comprensivas de

    los enfoques antropolgicos en educacin. Jacobaf i rmaque los estu-

    dios cualitativos mane jan las percepciones subjetivas de los participan-

    tes, el significado de sus comporta mien tos y el contexto s ociocultural

    en que se producen. Postula, en consecuencia, que la psicologa eco-

    lgica puede articular las aportaciones que se desprenden de la etno-

    grafa holstica,

    de la etnografa de la comun icacin, del

    interaccionismo

    simblico y de la antropologa

    cognoscitiva,

    amp liando as el horizonte

    interpretativo

    de linvestigador educativo.

    Segn ella,

    l a

    etnog rafa hols tica , fundada

    p or

    Franz Boas

    y

    Bro-

    nislaw Malinowski,buscadefinir las creencias y prcticas de un gru-

    po para mostrar su unidad cultural. El carcter holsticode este enfo-

    qu e

    implica considerar

    la

    suma tota l

    de conocimientos,

    actitudes

    y

    patrones

    de

    comportamiento habitual, compartidos

    y

    transmitidos

    p or

    los miembros de una sociedad particular [Limn

    1940];

    el sistema de

    patrones de comportamiento de un grupo particular [Good-enough

    1971];

    y losrasgos distintivosde una cultura

    [LeVine

    1970, Spindler

    1982, Walcot t

    1975].

    A mijuicio,losenfoque s holsticose netnogra-

    fa

    han mostrado, entre otras cosas, cmo minoras voluntarias de

    inmigrantes a Estados Unidosm anifiestan un desempeo escolar ms

    alto que lasinvoluntarias[Ogbu 1974,

    1981].

    Evelyn Jacob [1987] recupera tambin la etnografa de la com uni-

    cacin porque para dicha corriente la comunicacin verbal y no ver-

    SUPUESTOS EPISTEMOLGICOS

    23

    bal en los salones de clases est moldeada c ultural mente y se constru-

    ye en l a in te racc in f ren te a f ren te [Er ickson y Mohatt 1982 ,

    McDermott

    1977

    Philips1983].En el mism o sentido, Jacob y Jordn

    [1987]exponen

    la s

    posibilidades

    de

    intervencin escolar

    que se

    pro-

    ducen

    ai

    establecer continuidades cultura les entre

    la s

    prcticas

    de en-

    seanza de los maestros y los esti los de aprendizaje determinados

    cultura lmente que poseen sus a lumnos.

    El interaccionismo simblico, representado por Herbert Blumer,

    Erving

    Goffm an y Howard Becker en la Escuela deChicago consti-

    tuye

    otro de los enfoques que Evelyn Jacob toma en cuenta en s u par-

    ticular

    articulacin metodolgica.

    El

    interaccionismo simblico defi-

    ne la realidad comouna construccin social tal que invita a interpretar

    aquello que es

    s ignificativo

    pa ra los actores, con el supuesto de que la

    persona se construye al inter actua r con los dems y al asumir diversas

    funciones en situa ciones sociales especficas. Baste decir que, seg n este

    enfoque, Becker, Geer, Hughes y Strauss analizan los patrones de

    interaccin que rigen la vida de los estudiantes estadounidenses que

    cursan la carrera de medicina.

    Por ltimo, Evelyn Jacob incorpora la antropologa cognos citiva o

    etnociencia cuyos iniciadores fueron Ward Goodenough y Charles

    Frake) a la psicologa ecolgica , a l definir la cultura en trminos

    mentalistas, id entificand o las categoras culturales que rigen la vida de

    lo s sujetos estudiados.

    En el

    campo

    de la

    educacin existe

    al

    respecto

    un conjunto importantedeestudios representativos [GoetzyHansen

    1974

    Goetz

    1978

    Doyle 1972, Parrott 1972, Borko

    y

    Eisenhart 1986,

    Eisenhart

    1985].

    En conclusin, la psicologa ecolgica estudiaaligualque la et-

    nografa

    holstica

    los caracteres distintivos de un grupo cultural; la

    interaccin verbal y no verbal moldeada por su propia cultura , que cons-

    tituye

    el

    centro

    de la

    etnografa

    de la

    com unicacin;

    la

    accin social-

    mentesignificativa

    q ue

    atae

    al

    interaccionismo simblico;

    y la

    cultura

    en trminos m entalistas, del mismo modo que la antropologa cognos-

    citiva. La psicologa ecolgica registra el comportamiento natural de las

    personas, generalmente nios, para iden tificar sus acciones y episodios,

  • 7/26/2019 Conociendo Nuestras Escuelas. Un Acercam (2) (1)

    12/65

    24

    onociendo nuestras

    escuel s

    as como

    los de

    otras personas

    q ue

    actan hacia

    la s

    pr imeras dentro

    de

    una unidad defuerza ambiental [Schoogen1978 Dyck 1963, Barker

    y

    Barker 1963]. Dichos temas establecen

    un a

    f ron tera ent re

    la

    psico-

    loga ecolgica

    y las

    per spec t i va s

    que se

    f u n d a n

    en

    s i t u a c i o n e s

    prefabricadas, experimentalesy generalizables [Jacob 1987].

    Otra forma de organizar el campo etnogrfico en educacin es la

    qu e desarrolla

    Elsie

    Rockwell enMxico. En elcontexto de lacrisis

    poltica yeconm ica en nuest ro pa s , expresada en altos ndices de

    marginalidad, pobreza y desigualdad social, Rockwell sostiene que la

    etnografa

    educativa tradicional,dedicadaa in terpreta r pequeos frag-

    mentos de interaccin, olvida elmodoen que estos episodios se insertan

    en un marcohis tr ico ysocia l determinado. El inters de Rockwell

    estriba

    e n

    desentraar cmo lograr

    una 'descripcin' de la

    institucin

    educativa, como instancia articulada orgnicamente a l aes t ructuraso-

    cial global?

    Ser necesarioque eltamaode laun idadqu e delimitaun estudioetnogrfico

    defina

    tambin

    lo s

    lmites tericos

    de la investigacin?

    Creemos

    que no;

    toda

    opcin metodolgica impone cier tos l mitesa lataread e recoleccind e infor-

    macin;

    es

    imposible hacer

    un

    mapa

    de l

    tamao

    de l

    mundo

    [...].

    Nunca

    se

    ven

    las

    par tculas atmicas

    ni los

    procesos mentales.

    U n

    estudio sociolgico

    macro

    se

    basa

    en una

    muestra

    de informaciones qu e

    der ivan,

    finalmente, de

    un a serie de

    acciones par ticulares ;

    la

    elaboracin

    de

    documentos

    po r

    indivi-

    duos, larespuesta individu al s iempre contextua da (pore lcenso, po r e jemplo) ,

    la

    reaccin provocada

    p or

    de te rminado ins t rumento

    osi tuacin

    experimental ,

    elresultado mater ial

    de

    algunaaccin pasada, etc.

    No es su

    naturaleza

    o

    dis tr i-

    bucin lo que da laposibilidadde

    reconst rui r

    apar tirdeestos datoslaestructu-

    ra

    o los procesos histricos de una sociedad; lo da ms bien la construccin

    terica

    de los

    c onceptos util izados [Rockwell 1980,

    p.

    19].

    Para Elsie Rockwell

    [1980]

    un

    modo

    deliberara laetnografa edu-

    cativa

    de sus

    lmites empricos

    es

    utilizar con ceptos

    de

    carcter estruc-

    tural

    qu e

    permitan

    al

    investigador analizar

    los

    procesos histricos

    y so-

    ciales

    qu e

    intervienen

    en las

    s i tuaciones es tudiadas . E ntre ot ros ,

    lo s

    conceptos gramscianos

    d e

    sociedad poltica

    y

    sociedad civil,

    as

    como

    SUP UE ST O S E P I ST E M O L G I CO S

    25

    la nocin

    de

    vida cot idiana

    de

    Agnes Heller,

    le

    s i rven para d ef ini r

    l a

    escuela como espacio enegociacin resistencia y

    luchadentro

    el

    Estado. Aunque es ta autora se ident i f ica con Evelyn Jacob en lo que

    respecta a su cuest ionam iento de los planteamientos cientificistas, su

    crtica se aplica tambin a las investigaciones etnogrficas o cualitati-

    vas que interpretan el funcionamiento de los salones de clases y de las

    escuelas sin considerar su insercin estructu ral.

    Rockwell sostiene que en el mbito de la etnosemntica las guas

    de

    campo

    se

    utilizan para prob ar

    u n

    conjunto

    d e

    nociones psicoanalti-

    cas o con e l

    objeto

    de

    conocer

    lo que una

    persona t iene

    qu e

    saber

    o

    creer para participar

    en un

    grupo social especfico,

    d e

    acuerdo

    con lo

    que sedefine como gramtica cultural [Whiting 1953,

    Goodenough

    1971].

    La

    autora a f i rma que,

    no

    obstante

    que la

    m icroetnografa

    ha

    contr ibuido

    a la

    com pr ens in

    de los

    fenmenos educa t ivos

    y de las

    competencias lingsticas desplegadas

    en

    aulas

    y

    escuelas,

    su

    inters

    e n

    loscasos especficos desconoce el conjunto de sobredeterminaciones

    sociales qu e intervienen en suconstruccin [Bernstein 1971 Philips

    1972, Labov 1972,

    Rist

    1970, McDermott 1977].L a macroetnografa,

    afi rma Rockwell, aunque aplica categoras sociales generalesa lan l i -

    sis

    de l sistema escolar [Ogbu 1980] se relaciona con lateora de sis-

    temas [Dubber t

    1975]

    yconsidera lo samplios procesos de la t ransmi-

    sin cultural [Gearing 1975] no permite analizarlo quesucedeen la

    vida cotidiana escolar dentro

    de l

    Estado

    y sus

    prcticas hegemnicas

    [Rockwell

    1980].

    Frederick Erickson

    [1989]

    en una posicin distinta a las deEvelyn

    Jacob y Elsie Rockwell, recupera el potencial poltico de los enfoques

    interpretativos surgidos tanto en Inglaterra como en Estados

    Un idos ,

    Australia y Alemania, en los sesenta y setenta del siglo xx. Para este au tor

    el estudio de los significados inmediatos y locales, definidos desde el

    p u n t o

    d e

    vista

    de los

    actores,

    se

    puede ar t icular

    al

    anlisis

    de las

    fuer -

    za s

    histricas, polticas

    y

    sociales

    q ue

    determinan

    la s

    percepciones

    es -

    colares de las familias y los estudiantes.

    Erickson [1989] sugiere considerar

    la s

    aportaciones

    de la

    sociolin-

    gstica

    y sus

    hallazgos

    e n

    cuanto

    a la

    incidencia

    de los

    procesos

    de co-

  • 7/26/2019 Conociendo Nuestras Escuelas. Un Acercam (2) (1)

    13/65

    26

    onociendo nuestras

    escuelas

    municacin en lamotivaciny elaprovechamiento escolarde losalum-

    nos [Erickson 1987; Jordn 1985; Erickson yMohatt 1982; Philips

    1983;

    H ymes

    1972, 1974],

    as

    como

    lo s

    procesos estructurales

    qu e

    hacen de una teora pedaggica una teora social, tal como lo sugiere

    la

    nueva sociologa de la educacin [Giroux1983,Apple y Weis,

    1983,

    Everhart

    1983].

    Aclara que si losalumnos no aprenden, sedebe a una instruccin

    del iberada dis tr ibu ida de manera diferen te en clases, etnias y bases

    lingsticas, en la que resultan fundamentaleslaconfianzaen lalegitimi-

    dad de las intenciones escolares y el riesgo que implica para el alum no

    moverse

    de un

    nivel

    de

    competencia real

    a

    otro potencial. Erickson

    d e-

    fine

    la escuela, lo mism o que Elsie Rockwell, como un terreno de lu-

    cha dentro del Estado. En contraste , sin embargo, coloca en el mismo

    plano de importancia la interpretacin de la gramtica culturalin-

    cluidasl ainterpretacinsociolingstica y aunvygotskyanade lasprc-

    ticas

    de

    enseanza

    y aprendizaje, y el

    anlisis

    de los

    procesos hege-

    mnicos y an t ihegemnicos re l ac ionados con l a t eo r a po l t ica

    gramsciana.

    Este tipo de propuestas metodolgicas en el campo de la etnogra-

    fa educativa me lleva a

    justificar

    y validar, entre otras cuestiones, mi

    inters por construir la que expongo en el siguiente apartado. Otros

    campos disciplinarios, como la historia regional o la antropologa his-

    trica,m eindican que elcultoa lpresentey l ocotidiano suele restringir

    lo s

    horizontes interpretativos de muchos de los

    trabajos

    etnogrficos

    producidos.

    La

    contingencia

    y

    relatividad

    d e

    nuestras interpretaciones

    encuentra

    su s

    lmites

    en las

    historias

    familiares,

    en las

    trayectorias

    de

    vida, en los archivos histricos, en la corresponde nciaescrita,y aun en

    lo stestimonios fotogrficos, todos ellosfuentes

    de

    indagacin adicio-

    nales que

    para

    e l

    etngrafo educativo representan otros modos

    de ar-

    ticular

    lo que escuchan y observan con el contexto histrico, poltico

    y cultural en que se insertan las palabras y los actos de los p rotagonis-

    tas [Rockwell 1990, 1994, 1996;

    Calvan

    1994;

    Alfonseca

    1997, 1993;

    Bertely1996a,

    1996b,

    1997,

    1998a].

    S U P U ES TO S EP I S TEMO L G I C O S

    Fundamentos de una perspectiva etnogrfica

    en educacin niveles de reconstruccin

    epistemolgica

    Lo sdebatesypropuestas anteriores muestrane lcarcter complejod el

    quehacer etnogrfico en educacin. Es comn que quienes se inician

    en esta rea simplifiquensutareaa lpensarq ue toda etnografaesdes-

    criptiva y anecdtica y, enconsecuencia, que al interpretare ldecir y

    hacer de los actores escolares deben

    dejar

    de lado sus propios horizontes

    interpretativos. La etnografa educativa, sin embargo, tiene ms que

    ve r

    con la

    orientacin epistemolgica

    de la que

    parte

    el

    investigador

    que con los modos en que recopila sus datos. Una tcnica de investi-

    gacin

    no

    constituye,

    e n

    sentido estricto,

    un

    mtodo

    d e

    investigacin

    definido

    como el marco epistemolgico a partir del cual orientamos

    nuestras inscripciones e interpretaciones.

    La tcnica

    de la

    descripcin narrativa continua

    puedes er

    empleada

    p or

    investi-

    gadores con una

    orientacin positivista

    y

    conduct ista

    que

    excluye deliberada-

    mente el

    inters

    por los

    significados inmediatos

    de las

    acciones

    desde elpunto

    de vista de los

    actores. Tambin pueden

    ut i l izar la lo s investigadores con una

    orientac in

    no

    positivista,

    e in terpre tativa,con lo

    cual

    l os

    signif icados inmedia-

    tos con frecue ncia intuitivos) de las acciones para los actores que interv iene n

    son de

    fundamenta l inters.

    L os

    presupuestos

    y las

    conclusiones

    de

    estos

    do s

    tipos de investigacin son muy diferentes, y elcontenido de la descripcin narra-

    tiva

    que se

    redacta

    en

    cada caso

    es

    tambin dist into.

    Si dos

    observadores

    co n

    estas di ferentes or ientac iones se si tuaran en el m ismo lugarpara observar lo que

    ostensiblemente ser a la

    misma conducta

    ejecutada por los

    mismos

    indivi -

    duos,

    estos observadores redactar an informes sustancia lmente distintos de lo

    ocurrido,

    eligiendo distintos tipos

    de

    verbos, sustantivos, adverbios

    y

    adjetivos

    para

    caracterizar

    las

    acciones descritas [Erickson

    1989, p.

    196].

    Considero que la errnea identificacin entre tcnica y mtodo de

    investigacin en etnografa educativa se produce, en parte, cuando se

    ubica la antropologa funcio nal is ta , y en consecuencia a Bronislaw

    Malinowski, como el referente nico del

    t rabajo

    que se realiza.Hablo

  • 7/26/2019 Conociendo Nuestras Escuelas. Un Acercam (2) (1)

    14/65

    28

    Conociendo nuestras escuelas

    del

    con jun to

    de

    procedimientos

    q ue

    permiten observar

    e

    in t roducirse

    en el campo de es tudio participar en la vida cotidiana de los sujetos

    estudiados y comp render el funcionam iento de las inst ituciones esco-

    lares def inidas como cul turas o subcul turas. Al adscr ibi rnos a este

    enfoque no nos

    hemos percatado

    de las

    t ransformacione s epistemol-

    gicas que ha exper imentado la propia discipl ina ant ropolgica ni he-

    mos abun dado en las contr ibucione s de otras discipl inas in teresadas

    tambin en superar la orientacin funcionalistaque caracteriz a las pri-

    meras descr ipciones y monograf as. El etngrafo educat ivo en forma-

    cin ms que amp liar su hor izonte comprensivo y reformular el sen-

    tido epistemolgico

    de su

    quehacercomo investigador tiende

    a

    buscar

    en las megateoras sociolgicas y polticas actuales la escala m acrosocial

    que le ayude a sup erar la limitaci n emp rica que caracteriza a sus des-

    cripciones microsociales.

    Si b ien el padre de la etnograf a es Mal inowski en tanto que fue

    quien le

    o torg im por tancia capi ta l

    a la

    in t roduccin

    y

    par t ic ipacin

    de l

    investigador

    en las

    actividades cotidianas

    de l

    grupo estudiado cr i-

    tic las conjeturas de los evolucionistas y los difusionistas de la dca-

    da de 1920; y m os t r

    cmo

    toda sociedad incluidas la s en tonces

    denominadas simples posee una est ructura cul tural reconocible esta-

    cionarse

    en sus

    aportacion es lleva

    a

    igualar

    el

    quehacer etnogrf ico

    co n

    la

    produccin de buenas mono graf as. Creo que para superar s impl i -

    ficaciones

    como

    la

    mencionada resul ta

    de

    vi ta l impor tancia com pren-

    der a qu nos

    re fe r imos cuando hablamos

    no

    slo

    d e

    describir sino

    d e

    inscribir e interpretar la cultura escolar.

    En la

    c iencia ant ropolgica Franz Boas M argaret

    Mead Ru th

    Benedict

    Ward

    Goodenough

    y

    Leslie

    A. Whyte los

    primeros tres como

    particularistas histricos y cultivadores de la interpreta cin psicolg ica

    de la cul tura y los dos l t imos or ientados a la etnosemn t ica y a la

    culturologa se incl inan ya por el estudio del mun do de los

    significa-

    dos def iniendo elt rabajoetnog rfico no slo por su capacidad descrip-

    tiva sino bsicamente por su posibilidad interpretativa. Estos

    autores

    al estudiar los procesos de aprendizaje y de enseanz a determinados por

    la

    cul tura

    as

    com o

    lo s

    compor tam ientos valores rut ina s costumbres

    S U PU E S T O S

    EP I S T EM O L G I CO S

    29

    y funcion es lingsticas locales critican la validez absoluta de las con-

    cepciones culturales hegemnicas y el poder de los smbolos dom inan-

    tes [Kahn 1975].

    En sentido epistemolgico de acuerdo c on Frederick Erickson

    [1989

    1987] Benedict

    Anderson

    [1993] AnthonyCohn [1985]

    y

    John

    y j e an

    Comaroff [1991]

    documentar

    el

    mundo simblico

    y

    significativo

    de los

    grupos subalternos es bsico para lograr un nuevo consenso y discurso

    poltico idea que sug iere la necesidad de recuperar las voces las accio-

    ne s

    y los

    significados inmediatos desde

    el pun to d e

    vista

    de los

    actores

    y de

    profundizar tanto

    en el

    carcter interpretativo

    de la

    etnografa como

    en su inters por las tramas significativas a las que alude C lifford G eertz

    [1987].

    Como expongo previamente

    Elsie

    Rockwell

    [1980]

    Evelyn

    Jacob [1987] y Frederick Erickson

    [1987

    1989] entre otros ha n ela-

    borado interesantes aproximaciones metodolgicas

    al

    respecto.

    E n m i caso despus dehaber par t ic ipado por ms de quince aos

    en

    este tipo

    de

    d iscusiones pienso

    que una

    m aner a

    fructfera

    de en-

    fren tar estos problemas radica en reconocer los tres niveles de recons-

    truccin epistemolgica por los que puede transitar n o linealmente sino

    de manera const ruct iva y dialctica un etngrafo educativo. Utilizo l a

    palabrapuede

    y no

    debe

    porque de lo que se trata es de ofrecer a los

    investigadores noveles

    un

    andamiaje metodolgico adicional que

    en

    conjuncin

    con los

    producidos

    po r

    otros acadmicos

    o por

    ellos mis-

    mos permita aclarar su s

    dudas

    y confusiones adems de aportar nuevos

    pun tos para e l anlisis metodolgico en Mxico.

    Hab lo

    de un proce-

    so

    constructivo

    y

    d ialct ico mientras tanto porque

    el

    modo

    en que

    se imbrican los tres

    niveles

    de reconstruccin depende entre otras cosas

    de l t ipo de pregunta y objeto de investigacin; de lt iempo dedicado a

    la

    construccin

    de un

    objeto

    d e

    estudio

    y a su

    profundizacin;

    y de la

    exper iencia y formacin con que cuenta el etngrafo.

  • 7/26/2019 Conociendo Nuestras Escuelas. Un Acercam (2) (1)

    15/65

    ono iendo nuestr s escuel s

    0

    PRIMER NIVEL

    DE

    RECONSTRUCCIN

    ACCIN SOCIAL SIGNIFICATIVA

    El primer niveld e rec onstruccin epistemolgica posee nexos con la

    orientacin

    implcita

    q ue

    rige

    la

    inscripcin

    e

    interpretacin

    de la ac-

    cin significativa de los actores que participan en la construccin de

    la

    cultura escolar.

    Ta l

    nivel

    se

    produce

    al

    recuperar algunos

    conceptos

    y supuestos epistemolgicos provenientes

    de la

    psicologa social

    el in-

    teraccionismo simblico la fenomenologa social la sociologa com -

    prensiva

    la he rmenut ica y la teora

    psicoanaltica.

    Expongo a conti nuac in m i particular amalgama epistemolgica.

    De

    acuerdo

    con la

    psicologa social representada

    por

    GeorgeHerbert

    Mead [1982] la

    persona

    se

    construye

    al

    interactuar socialmente

    y al

    colocarse en el

    lugar

    de los

    otros.

    Como

    producto

    de tal

    proceso

    la

    per-

    sona integra a s m isma al otro generalizado o e lconjunto de experien-

    cias que

    resultan relevantes

    ysignificativas

    para

    un

    grupo social espe-

    cfico.

    El etngrafo educativo a partir de semejante orientacin supone

    que los sujetos que p articipan en las escuelas y salones de clase se for-

    man

    como directores maestros alumnos padres

    y

    madres

    de

    familia

    al interactuary tomar el papel qu e cada uno de ellos debe asumir e n

    situaciones

    de enseanza y aprendizaje especficas.

    Por suparte el interaccionismo simblicode ErvinGoffman [1970]

    Herbert

    Blumer

    [1962]y

    Howard

    S.

    Becker entre

    otros

    [Becker Geer

    Hughes

    y

    Strauss

    1961]

    sostiene

    que la

    realidad

    es

    producto

    de una

    construccin social

    qu e

    toda situacin human a

    s e

    construye

    en un

    con-

    texto y que los significados se crean y recrean en lainteraccin social

    cotidiana.

    A l

    pro ducir etnografas

    el

    investigador educativo piensa

    qu e

    la realidad escolar se construye socialmente que las situaciones estu-

    diadasseproducen en

    contextos especficos

    y que los

    significados

    de

    lo que implica participa r y aprender en las escuelas son creados y re-

    creados

    en la

    vida escolar cotidiana.

    En

    cuanto

    a l a

    fenom enologa social

    Alfred Schutz [1971] afirma

    que la vida social est conformada por realidades mltiples o subuni-

    versos simblicos;

    qu e

    cada realidad cuenta

    con sus

    propios cdigos

    S U P U ES TO S E P IS TE M O L G IC O S

    encuadres significativos norm as

    de

    com portamiento

    y

    formas

    de va-

    lidacin;

    y que

    estas realidades

    son

    producto

    de

    construcciones inter-

    subjetivas

    donde intervienen

    dos o ms sujetos. E l

    etngrafo educa-

    tivo

    asume

    de

    modo similar

    que la

    realidad escolar

    es

    mltiple;

    qu e

    en cada plantel educativo ysaln de clasesse construyen cdigos en -

    cuadres yuniversos simblicos irrepetibles;y que su inters estpues-

    to en

    acontecimientos donde participan

    dos o ms

    actores.

    Remitindome a Clifford Geertz[1987] encuentro que la sociologa

    comprensiva

    de Max W eber y suconcepto d eacc in social

    significativa

    as como la corriente hermenuticade PaulRicoeur y su nocin de tex-

    to

    contribuye

    a l a

    definicin semitica

    de la

    cultura

    y al

    inters

    del et-

    ngrafo

    no en lo que se habla sino en lo dicho en el noema en el pen-

    samien to en elcon ten ido y en la intencin de l hab la r : supues tos

    epistemolgicos

    q ue explican en parte por qu eletngrafo educativo

    estudia lassituacionesescolarescomo acciones sociales que tienen sen-

    tidopara los participantes y por qu en lugar de recopilar y codificar ac-

    ciones y opiniones superficiales incursiona en el sentido pro fundo de lo

    que se dice y hace en las escuelas. No basta con utilizar guas de obser-

    vacin cerradas

    ypreviamente

    estructuradas aplicar encuestas

    o

    integrar

    listas

    de categoras dond ela voz y elcomportamiento de losactoreses-

    colares estn presen tes.

    Es

    necesario construir redes

    y

    relaciones

    signifi-

    cativas entre representaciones

    y

    actuaciones caractersticas que

    au n

    para

    los mismos protagonistas pueden pe rmanecer ocultas o ser desconocidas.

    Po r

    ltimo

    en este

    prime r nivel

    de

    reconstruccin epistemolgico

    el enfoque psicoanaltico permite cuestionar la uti l idadde la raciona-

    lidad cientfica

    y del

    pensam iento positivista para estudiar

    el

    compor-

    tamiento individual

    y

    colectivo; incursion a

    m s

    all

    de la

    superficie

    de

    la

    accin social significativa; y considera el peso de los mecanismos in-

    conscientes

    y procesosde

    identificacin

    subjetivaen el comportamiento

    hum ano. Investigadores educativos formado sen este enfoque adems

    de

    con t r ibu i r

    a l a

    documentac in

    de

    patrones

    d e

    ide ntificaci n espe-

    cficosentre los alumnos y sus maestros ofrecen a los etngrafos edu-

    cativos

    la

    posibilidad

    de

    profundizar

    en las

    tramas socialmente cons-

    truidas

    [Geertz

    1987]

    que

    en

    alguna medida resultan superficiales

    al

  • 7/26/2019 Conociendo Nuestras Escuelas. Un Acercam (2) (1)

    16/65

    32

    Conociendo nuestras escuelas

    suponer

    que

    todo acto

    y

    palabra

    son

    consecuencia

    de una

    produccin

    consciente

    [Remed y

    otros 1989 Jurez

    1998].

    Lejos

    de

    contradecir

    la

    intencin sustantiva del trabajo etnogrfico en educacin recupe-

    ra rlas contribuciones

    psicoanalticas

    parece enriquecerla porque

    la gente sabe mucho ms de lo que es capaz de expresar.Y laperspectiva de

    Freud,

    a su

    vez concordaba

    c on un

    mo v imien to

    intelectual y

    artstico mucho

    m s

    ampl io :

    e le xpres i on ism o,q ue subrayabae l

    lado oscuro enigmt ico

    ei nex-

    presable

    de la experiencia hum ana, yadestacadopor losromnticosp r i m i t i vos .

    Malinowski fu eproductode estemediointelectual de f inales del siglo xix, y la

    desi lusin

    de l periodod e

    posguerra respecto

    de losvaloresd elpensamiento

    liberal racional hizo

    que la

    dcada

    d e

    1920

    fuera un

    momento especialmente

    receptivo para

    s us

    puntos

    devista [Erickson

    1989

    p. 205].

    S E G U N D O NIVEL

    DE

    RE CONS TRUCCIN

    E N T R A M A D O C U L T U R A L

    La etnografa educativa como sostiene desde hace aosElsie Rockwell

    [1980] adems de documentar la vida cotidiana en las escuelas y sa-

    lones de clases debe abarcar el anlisis de los procesos histricos so-

    ciales

    y estructurales que intervienen en su generacin. Aclaraciones

    como sta resultan pertinentes si tomamos en cuenta el tipo de preocu-

    paciones que plantean los asistentes a conferencias sobre eltema.Si la

    etnografa documenta procesos

    y

    situaciones escolares

    y

    ulicas

    en los

    que los

    actores crean significados especficos

    y

    locales

    los

    informes

    de-

    rivados

    basados en

    ancdotas

    y

    descripciones

    detalladasno

    pue-

    den

    generalizar

    sus resultados:

    hallazgos

    desarticulados de los procesos

    sociales polticos

    y

    culturales

    ms

    amplios.

    Cmo

    enfrentar esta des-

    articulacin en la investigacin etnogrfica en educacin?

    Para contestar esta pregunta hay que def inir el trmino cultura esto

    me

    permite acceder

    al

    segundo nivel

    de

    reconstruccin epistemolgica

    en etnografa educativa. La cultura segn Clifford Geertz aunque no

    tiene

    un

    poder determinista

    en el

    comportamiento social

    de la

    gente

    es una trama significativa creada y recreada por la interaccin social.

    SUPUESTOS EPISTEMOLGICOS

    33

    La interpretacin de significados particulares permite comoeste au-

    tor afirma que conceptos estructurales como integracin smbolo

    ideologa ethos revolucin identidad y , por supuesto cultura dejen

    de ser

    meras elocuencias aisladas

    [1987].

    Esta

    clase

    de material

    p roduc i do

    en

    largos

    plazos y enestudiospr in c ipa lmen te

    aunque no exclusivamente)cuali tat ivos, con a mplia

    participacin

    d el

    estudioso

    y

    realizados

    e n

    contextos confinados

    y

    criterios casi

    obsesivamente microscpi-

    cos, es lo quepuededar a losmegaconceptos con los que sedebatenlas ciencias

    sociales contemporneas legit imidad,

    modernizacin, in tegracin,

    conflic to,

    es tructura, signif icacin esa clase de actualidad sensata qu e hace pos i b le

    concebirlos

    n o

    slo

    d e

    m anera realista

    yconcreta s ino lo que es ms importante

    pensar

    creat ivamentee i m ag i na t ivam ent ec on ellos

    [Geertz

    1987 p.

    34].

    Elsie Rockwell

    [1980]

    sostiene al respecto que los etngrafos edu-

    cativos examinan problemas educativos estructurales y macrosociales

    en casos especficos en vez de realizar estudios de caso. Algo similar

    plantea Dell Hymes

    [1972]

    cuando insiste

    en que el

    etngrafo educa-

    tivo no generaliza la particularidad sino particulariza la generalidad.

    Inscr ib i r

    e interpretar el decir y el hacer de los actores educativos en

    casos concretos requiere explicitar la trama significativadira

    Geertz

    los

    problemas estructurales

    y

    macrosociales

    afir-

    mara Rockwell

    y la

    generalidad sostendra

    Hymesque

    justi-

    fican

    su bsqueda.

    Entre otras fuentes los informes estadsticos los diagnsticos e in-

    formes

    oficialesy no

    oficiales,

    la sreformas curricularesy elcmulo de

    investigaciones previas cuyas informaciones pueden considerarse fide-

    dignas o no suelen

    just i f icar

    lo

    que

    desde laexperienciay trayecto-

    ria

    profesional

    de los

    investigadores constituye

    un

    problema

    de

    inves-

    tigacin. El estado catastrfico de la educacin pblica la

    ba ja

    calidad

    de la oferta educativa su escasa pertinencia en relacin con la demanda

    y

    otros factores vinculados

    con la

    inequidad

    en

    educacin

    se

    asocian

    con la experiencia y trayectoria del etngrafo en el mbito educativo

    dan pie alplanteamiento de susprimeras preguntas ydicen mucho

    acerca de la cultura escolar.

  • 7/26/2019 Conociendo Nuestras Escuelas. Un Acercam (2) (1)

    17/65

    34

    onociendo nuestras escuel s

    Lo sproblemas educativosque eletngrafo juzga relevantes tienen

    nexosno slocon lo que nofuncionay hafracasado dentrode latra-

    masocialen que seinsertalaescuela.Lajustificacinde un

    problema

    de

    investigacin puede desprenderse

    de

    programas

    o

    experiencias edu-

    cativasque se reportan como exitosas; de cambios estadsticos que in-

    dican

    un

    sobresaliente aprovechamiento promocin

    y

    permanencia

    escolar

    entre alumnos

    que antes secalificaban

    como

    deficientes y en

    desventaja;

    o dealgn tipodeevidencia positiva sobreelmodoen que

    operan en casos especficos las polticas educativas en Mxico.

    A fin de

    cuentas

    uno de los

    retos

    del

    etngrafo educativo estriba

    en

    comprender desde dentro

    y en

    situaciones especficas

    las

    represen-

    taciones sociales

    oficiales

    y no

    oficiales

    escritas u orales informa-

    das o fundadas en la opinin

    pblica

    que conforman el entramado

    culturalde laeducacin escolarizada. Esto no implica encontrar una

    verdad sino inscribir einterpretarlasmltiples verdades que ponen

    endudalalegitimidad deldiscurso escolar hegemnico y que permi-

    ten desentraar las lgicas discursivas las producciones y amalgamas

    significativas

    las fisuras y vacos ocultos tras una racionalidad aparente

    as como las voces silenciadas que conforman la cultura escolar.

    TERCER N I V E L DE R E C O N S T R U C C I N

    HEGEMON A

    C O N S E N S O

    E

    I N S T R U M E N T O S

    D E

    S I G N I F IC A C I N

    Por ltimo relaciono el tercer nivel de reconstruccin epistemolgica

    en la etnografa educativa con laorientacin poltica de nuestro que-

    hacer: en particu lar el vnculo en tre el ejercicio hegemnico y lo que

    sucede en los salones de

    clases

    y escuelas que estudiamos. Para Jean y

    JohnComaroff

    [1991]

    laluchadeclases conlleva siemprela lucha por

    elcontrol de los instrumentos de significacin. La accin significativa

    y la cultu ra escolar se relacionan en consecuencia con el ejercicio del

    poder polticoy con la hegemona.

    Los Comaroff

    [1991]

    sostienenque laprctica social no se agota

    en

    lo

    cotidiano

    ni en un

    orden cultural. Toda accin significativa

    mo-

    SUPUESTOS EPISTEMOLGICOS

    tivada

    e

    intencional como

    el

    inters

    o

    desinters

    del

    Estado nacional

    por

    ofrecer

    una educacin pblica y gratuita o el que manifiestan los

    maestros

    y las

    familias

    por la

    escolarizacin

    de las

    nuevas

    generaciones

    tiene que ver con la manera en que se distribuye el poder en nuestras

    sociedades.

    De

    algn

    modo la

    mayora

    de los

    investigadores creen

    en

    la escuela difunden una tradicin inventada [Hobsbawm y Ranger

    1983]yatribuyensignificados especficosa lasenseanzasy aprendi-

    zajes que se adquieren en los distintos dispositivos escolares. En mu-

    chas ocasiones la

    inevi table

    participacin del etngrafo en la cultura

    escolar sus representaciones y prejuicios se imponen sobre lo que est

    ocultoysoterrado.

    La articulacin epistemolgicade losconceptos deaccin signifi-

    cativa cultura y

    ejercicio

    hegemnico permite reintegrarle al trabajo

    etnogrficoeneducacinsu sentido poltico. Evelyn Jacob [1987] no

    toma encuenta este ltimo debido a suinterspor mostrar lavalidez

    de la investigacin cualitativa frente a los enfoques positivistas. Elsie

    Rockwell [1980] lo reintegrademanera importante aladoptar la teo-

    ra gramsciana en sus estudios sobre las escuelas mexicanas; no obstante

    condena a la estrechez funcionalista las etnografas inspiradas en los

    enfoques fenomenolgicos y semnticos.

    Estoy convencida

    de

    que

    en

    lugar

    de

    contraponer

    los

    enfoques

    interpretativos y los positivistas o los etnogrficos funcionalistasy los

    inspirados en perspectivas enfocadas al estudio del ejercicio hegem-

    nico lainscripcin einterpretacin de la accin significativacomo

    primer nivel de reconstruccin epistemolgica representa el fundamen-

    to del trabajo que hace el etngrafo educativo. Si el investigador no

    profundiza

    en lagramtica culturalqueestructura los acontecimien-

    tos en salones declasesyescuelas especficas no cuenta con los insumes

    niingredientes necesarios para establecer nexoscon losotros nivelesde

    reconstruccin en los que sus

    constructos acerca

    de la voz y

    compor-

    tamiento

    de los

    actores pueden

    ser

    reledos desde

    el

    fondo

    del

    entra-

    madohistrico yculturaly delejercicio

    hegemnico.

    Cuandoel etngrafo educativo slo utiliza estos

    insumes

    e ingre-

    dientes paradarcuentade lagramtica cultural perono transitapor

    onociendo nu estras escuelas

    SUPUESTOS EPISTEMOLGICOS

  • 7/26/2019 Conociendo Nuestras Escuelas. Un Acercam (2) (1)

    18/65

    36

    lo s niveles de reconstruccin epistemolgica aludidos y se abstiene de

    tomar

    un a

    posicin tica

    en

    t o rno

    al

    trasfondo ideolgico

    de lo que

    observay escucha puede es tar olvidando uno de sus compromi sos

    bs icos : contribuir

    a la

    creacin

    de

    nuevos consensos pol t icos

    qu e

    modifiquen las versiones hegemnicas acerca de la cultura escolar.

    Hablo

    d e

    recons t ruccin permanente porque

    la

    tarea

    d el

    etngrafo

    educativo estriba en amalgamar articular y volver a cons truir interpre-

    taciones traba jand o en cada nivel de reconstrucc in epistemolgica.

    No se

    t rata

    de

    unir distintas escalas

    d e

    anlisis sino

    de

    reconocer

    en

    etapas especficas del proceso de investigacin los lmites y posibili-

    dades de sus recons t rucciones y cons t ructos acerca de la cul tura esco-

    lar

    que dan

    cuent a

    de su

    grado

    de

    intervencin

    en las

    e s t ruc turas

    hegemnicas.

    Me

    identifico

    en ese

    sentido

    con la

    sntesis

    de

    Frederick

    Erickson [1987]. Concuerdo con que la etnografa educativa puede

    articular el estudio de la organizacin social del aula y los ambientes

    deenseanzacon la interpretacindel

    entramado histrico

    y cultural

    y

    con el

    modo

    en que se

    cons t ruyen

    el

    consenso

    y la

    lucha

    por la

    legi-

    timidad

    en nuestras escuelas.

    etos epistemolgicos elquehacer

    etnogrfico

    en

    educacin

    Como

    conclus inde este captulo sintetizoacont inuacin dos desa-

    fos epistemolgicos que se derivan de la revisin de las propuestas

    metodolgicas expuestas. El primer reto es la

    necesidad

    de establecer

    articulaciones epistemolgicas entre

    l as

    situaciones particulares

    que do-

    cum enta el etngrafo y los procesos sociales ms amplios en que dichas

    situaciones se insertan. El segundo estrechamente relacionado con el

    anterior radica en sacar a la luz el sentido poltico de nu estras inscrip-

    ciones e interpretaciones.

    En relacin con el primer desafo la articulacin epistemolgica de

    posturas enfocadas al estudio de la accin significativa la cultura y el

    ejercicio

    hegemnico permite reunir t radiciones discipl inarias

    qu e

    ms querepelersepor sucarcter micro o macro funcional i s taodia-

    lctico

    se

    amalgaman

    en un

    mismo marco paradigmt ico.

    El

    pro-

    ceso etnogrfico comienzanoconcluyecuando linvestigador ins-

    cribe

    lo s

    puntos

    de

    vis ta

    y los

    m o d o s

    en que los

    m iembros

    de una

    cultura perciben el universo y organizan su pro pia vida [Erickson 1987

    1989] al documentar la mentalidad nativa[Malinowski1922].Apartir

    de

    ste

    s e

    v i s lumbran

    lo s

    senderos

    p or

    recorrer.

    E n

    cuanto

    al

    segundo

    reto

    el

    sentido po ltico

    de

    nues t ras etnografas

    se

    desprende

    de l

    modo

    en que el investigador relacion a las categoras sociales de los actores y

    su s aseveraciones empricas con los datos generales y megaconceptos

    que

    uti liza para interpretar

    sus

    datos [Rockwell

    1980

    Erickson

    1989].

    Po r

    l t imo mencionar

    u n

    reto epistemolgico

    qu e

    articula

    los an-

    teriores

    a la vez que m e

    permi t e abundar

    en un

    aspecto

    a m i

    juicio

    fundam ental . Se trata del

    modo

    en que se relaciona el horizonte sig-

    nificativo

    de l

    intrprete

    con el del

    sujeto interpretado.

    De

    acuerdo

    co n

    cierta tradicin etnogrfica

    e n

    educacin

    es

    necesario

    filtrar y

    neu-

    tralizar la s

    valoraciones ticas

    de l

    inves t igador l imi tando

    su

    juicio

    y

    controlando

    las

    prenociones tericas

    y

    personales

    [Thomas

    1985].

    A

    pesar de que dicha tradicin definela subjetividadcomoel objeto cen-

    t ral de sus indagaciones remarca su inters por la verdad la objet ivi -

    dad y la cientificidad de sus hal lazgos preocupaciones metodolgicas

    emparentadas

    con el

    paradigma positivista

    y

    emp iri s ta

    en las

    ciencias

    sociales.

    Para Hans-Georg Gadamer [1988]yPaulRicoeur [1981] cualquier

    investigacin interesadaen elmundode lossignificados p artede una

    pregunta o presupuesto ancladoen elhorizonte s ignificativodel intr-

    prete:se

    trata

    delmodo en que ant icipamos el sentido de nues t ras

    indagaciones.

    La

    produccin

    de un

    texto etnogrfico constituye

    en

    este

    sentido una fusin de horizontes: el del sujeto interpretado y el del

    intrprete. No espos ible a t ribui r objet ividad a uno y

    otro

    horizon-

    te

    significativo

    y

    como consecuencia

    el

    texto etnogrfico como

    objetivacindesubjet ividades puedesertambin reinterpretado de

    distintas maneras

    en

    diferentes momentos histricos.

    Que el

    intrprete

    no pueda situarsefuerade las presuposiciones polticas y culturales de su

  • 7/26/2019 Conociendo Nuestras Escuelas. Un Acercam (2) (1)

    19/65

    38

    onociendo nuestras escuelas

    t iempo no es un obstculo sino que consti tuye el funda mento mismo

    de su t rabajo interpretat ivoy el anclaje subjetivo desde el cual puede

    moverse

    ydescubrir nuevos horizontes significativos.

    La comprens in de la accin social como texto de acuerdo con

    Susan Hekman [1984] no c onlleva la descripcin o bjetiva de los com-

    portamientos

    y

    conceptos

    de los

    actores

    ni la

    imposicin

    de los

    mar-

    cos explicativos previos que posee el investigador. La com prens in se

    gesta a pa rtir de la fusin de los horizontes que intervienen en lapro-

    duccin de una ident idad dist inta: la inte rpr etac in. La tarea del

    etngrafo estriba

    e n

    p roducir interpretaciones que

    ms que

    conside-

    rarse como verdades absolutas constituyen clasesde

    verdad.

    Para

    que un

    etngra fo pueda narrar

    s us

    experiencias

    de

    campo

    en -

    tr e

    quienes comparten su mismo horizonte significat ivo [Cl i fford y

    Marcus 1991]

    no

    basta

    con

    most ra r

    que

    estuvoah

    que

    part icip

    en

    la

    vida

    de los

    protagonistas

    y que

    realiz entrevistas

    y

    observaciones.

    Tampoco resulta suficientelainclusinde un

    apartado

    metodolgico

    donde exponga a sus lectores cmo construy sus patrones significa-

    tivos

    y

    categoras

    de

    anlisis.

    El

    etngrafo

    educativo

    situado como

    in-

    trprete debe hacer explcito

    el

    proceso

    de

    autocomprensin

    que ex-

    perimen t al interpretar narrar y producir un texto acerca de la cultura

    escolar.Hemos

    desarrollado una etnografa de losotrossin enunciar

    el lugar que ocupamos en ella nosotros mismos. La trayectoria social

    pol tica profesional y personal del invest igador queda en suspenso

    cuando

    la

    interpretacin

    de los

    otros debe conducir necesariamente

    a

    unproceso deautocomprensinpor quien interpreta [Hekman

    1984].

    Experiment este proceso cuando

    como

    miembro de un

    equipo

    de

    investigacin re sultar on evidentes loscontrastes entre nuestros su pues-

    tos acerca de la escolarizacin y las representacion es que las fam ilias de

    una comunidad mazahua del Estado de Mxico tenan acerca de la

    escuela [Bertely1992a 1992b].L as familias que estudiamos no crean

    que la escuela fuera una instancia

    socializadora

    fundamental

    para

    su s hijos

    ta l

    como

    lo

    suponamos nosotras sino

    que era

    algo poco

    impor t an t e en comparac in con ot ras experiencias comuni tarias.

    Comprendimos tambin y de ah mi incursinen elproceso de au-

    S U PU E S TO S E PIS TE MO L GICO S

    39

    tocomprensin

    que los

    t iempos

    y

    espacios institucionales

    en vez de

    respetarse y

    cumpl i rse

    de

    acuerdo

    con las

    normasoficiales

    se

    adecuaban

    a

    las actividades y ritmo s sociocu lturales y prod uctivos locales.

    Adems para esta poblac in la utilidad de los

    aprendizajes

    esco-

    larespareca dismin uir

    a

    partir

    d el

    tercer grado

    d e

    primaria cuando

    los

    nios

    y

    nias mazahu as contaban

    ya con

    nociones bsicas

    d e

    lectura

    escritura y matem ticas. Nosotras en cambio pensba mos que la uti-

    lidadde losaprendizajes escolaresse incrementabaen lamedida en que

    lo s alumnos resultaban promovidos al siguiente curso del ciclo esco-

    lar bsico com pues to por diez grados. La compra d e los tiles escola-

    res

    cuadernos lpices libros

    de

    texto

    y

    diversosapoyos

    didcticos-

    se justificaba a losojos de los padres y madres de familia cuando su

    hijo demostraba saberleer escribi r y contar de modo incipiente y no

    antes. Nosotras pensbam os

    en

    cambio

    que sin

    tiles escolares

    no se

    poda lograr un aprendizaj