CONFERENCIA DE LA SEMANA - ACEGAPNegar la doctrina de los muchos es hacerse tonto a sí mismo, pues...

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3226065323 [email protected] www.facebook.com/Acegap acegap1 Negar la doctrina de los muchos es hacerse tonto a sí mismo, pues de hecho sería el colmo de los colmos ignorar las contradicciones íntimas de que cada uno de nosotros posee. Voy a leer un periódico, dice el “Yo” del intelecto; al diablo con tal lectura, exclama el “Yo” del movimiento; prefiero ir a dar un paseo en bicicleta. Qué paseo ni qué pan caliente, grita un tercero en discordia; prefiero comer, tengo hambre. Si nos pudiésemos ver en un espejo de cuerpo entero, cual somos, descubriríamos por sí mismos en forma directa la doctrina de los muchos. La humana personalidad es tan solo una marioneta controlada por hilos invisibles. El “Yo” que hoy jura amor eterno por la Gnosis, es más tarde desplazado por otro “Yo” que nada tiene que ver con el juramento; entonces el sujeto se retira. El “Yo” que hoy jura amor eterno a una mujer es más tarde desplazado por otro que nada tiene que ver con ese juramento, entonces el sujeto se enamora de otra y el castillo de naipes se va al suelo. El animal intelectual equivocadamente llamado hombre es como una casa llena de mucha gente. No existe orden ni concordancia alguna entre los múltiples “Yoes”, todos ellos riñen entre y se disputan la supremacía. Cuando alguno de ellos consigue el control de los centros capitales de la máquina orgánica, se siente el único, el amo, empero al fin es derrocado. Considerando las cosas desde este punto de vista, llegamos a la conclusión lógica de que el mamífero intelectual no tiene verdadero sentido de responsabilidad moral. Incuestionablemente lo que la máquina diga o haga en un momento dado, depende exclusivamente del tipo de “Yo” que en esos instantes la controle. Dicen que Jesús de Nazareth sacó del cuerpo de María Magdalena siete demonios, siete “Yoes”, viva personificación de los siete pecados capitales. Obviamente cada uno de estos siete demonios es cabeza de legión, por ende debemos sentar como corolario que el Cristo íntimo pudo expulsar del cuerpo de la Magdalena millares de “Yoes”. Reflexionando todas estas cosas podemos inferir claramente que lo único digno que nosotros poseemos en nuestro interior es la ESENCIA, desafortunadamente la misma se encuentra enfrascada entre todos esos múltiples “Yoes” de la Psicología revolucionaria. Es lamentable que la esencia se procese siempre en virtud de su propio embotellamiento. Incuestionablemente la esencia o conciencia que es lo mismo, duerme profundamente. CONFERENCIA DE LA SEMANA Asociación de Centros de Estudios Gnósticos, Antropológicos, Psicológicos y Culturales de Colombia. A. C. www.acegap.org "Incuestionablemente dentro de cada uno de nosotros viven muchísimas personas diferentes, algunas mejores, otras peores..." VM Samael Aun Weor EL “YO” PSICOLÓGICO (Segunda Parte)

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Negar la doctrina de los muchos es hacerse tonto a sí mismo, pues de hecho sería el colmo de los colmos ignorar las contradicciones íntimas de que cada uno de nosotros posee.Voy a leer un periódico, dice el “Yo” del intelecto; al diablo con tal lectura, exclama el “Yo” del movimiento; prefiero ir a dar un paseo en bicicleta. Qué paseo ni qué pan caliente, grita un tercero en discordia; prefiero comer, tengo hambre.Si nos pudiésemos ver en un espejo de cuerpo entero, cual somos, descubriríamos por sí mismos en forma directa la doctrina de los muchos.La humana personalidad es tan solo una marioneta controlada por hilos invisibles.El “Yo” que hoy jura amor eterno por la Gnosis, es más tarde desplazado por otro “Yo” que nada tiene que ver con el juramento; entonces el sujeto se retira.El “Yo” que hoy jura amor eterno a una mujer es más tarde desplazado por otro que nada tiene que ver con ese juramento, entonces el sujeto se enamora de otra y el castillo de naipes se va al suelo.El animal intelectual equivocadamente llamado hombre es como una casa llena de mucha gente.No existe orden ni concordancia alguna entre los múltiples “Yoes”, todos ellos riñen entre sí y se disputan la supremacía. Cuando alguno de ellos

consigue el control de los centros capitales de la máquina orgánica, se siente el único, el amo, empero al fin es derrocado.Considerando las cosas desde este punto de vista, llegamos a la conclusión lógica de que el mamífero intelectual no tiene verdadero sentido de responsabilidad moral.Incuestionablemente lo que la máquina diga o haga en un momento dado, depende exclusivamente del tipo de “Yo” que en esos instantes la controle.Dicen que Jesús de Nazareth sacó del cuerpo de María Magdalena siete demonios, siete “Yoes”, viva personificación de los siete pecados capitales.Obviamente cada uno de estos siete demonios es cabeza de legión, por ende debemos sentar como corolario que el Cristo íntimo pudo expulsar del cuerpo de la Magdalena millares de “Yoes”.Reflexionando todas estas cosas podemos inferir claramente que lo único digno que nosotros poseemos en nuestro interior es la ESENCIA, desafortunadamente la misma se encuentra enfrascada entre todos esos múltiples “Yoes” de la Psicología revolucionaria.Es lamentable que la esencia se procese siempre en virtud de su propio embotellamiento.Incuestionablemente la esencia o conciencia que es lo mismo, duerme profundamente.

CONFERENCIA DE LA SEMANAAsociación de Centros de Estudios Gnósticos, Antropológicos, Psicológicos

y Culturales de Colombia. A. C.www.acegap.org

"Incuestionablemente dentro de cada uno de nosotros viven muchísimas personas diferentes, algunas mejores, otras peores..."

VM Samael Aun Weor

EL “YO” PSICOLÓGICO(Segunda Parte)