Conciencias Libres n 9

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    Tomo por ejemplo la revolucin de

    Febrero.

    Es la literatura la que ha preparado esta

    revolucin? Es la literatura la que nos

    explicar el fin, la tendencia, la ley? Es

    la literatura la que justificar o la que se

    vengar de sus enemigos? Cundo el

    seor Victor Hugo se ha puesto a

    defender el derecho del trabajo?

    Cundo el seor Alejandro Dumas seha hecho conocer por una idea, por sus

    hbitos republicanos? Qu han hecho

    uno y otro por la revolucin sino

    calumniar a los revolucionarios? Y qu

    queremos hoy que nos den estos

    explicadores en verso y estos

    escribidores de dilogos?

    La ciencia social ha sido estudiada de

    veinte aos a esta parte por otros, no por

    ellos.

    La revolucin se ha hecho sin ellos.

    El derecho al trabajo se reivindic en el

    momento, en contra de ellos.La familia no ha lavado todava la

    impureza de que la han cubierto.

    Y vienen a hablar de patria, de familia,

    de trabajo, de propiedad!

    Reconozcamos esta suprema villana,

    la literatura moderna! A fuerza de

    manosear la corrupcin, ha terminado

    por corromper a los literatos. Me

    mostraris en cualquier otra parte, unaconciencia ms venal, espritu ms

    indiferente, alma ms podrida, que en la

    casta literaria? Cuntos conocisteis

    cuya virtud haya permanecido fuera de

    su alcance? Quin es el que desde hace

    treinta aos, vierte a manos llenas, la

    relajacin de las costumbres, el

    desprecio al trabajo, el disgusto del

    deber, el ultraje a la familia, sino son los

    literatos? Quin ha seducido a la

    mujer, afeminado a la juventud,

    excitado a la nacin a toda suerte de

    orgas? Quin ha dado el espectculo

    de la apostasa mas afrentosa? Quin

    ha abandonado ms vilmente los

    principios, despus de haber mendigado

    los favores? Quin es el que se vuelve

    con ms entusiasmo a la reaccin? Los

    literatos, siempre los literatos.

    Qu les importa a ellos la santidad de

    la religin, la gravedad de la historia, laseveridad de la moral? Pasan como

    meretrices, del legitimismo a la

    usurpacin, de la monarqua a la

    repblica, de la poltica al socialismo,

    del atesmo a la religin. Todo marcha a

    su gusto, con tal de recaba fama y

    dinero. Qu sed de honores! qu furia

    de bienestar! pero sobre todo, qu

    hipocresa! Elegidlos, parisienses,

    elegidlos por representantes vuestros!

    Aduladores del pueblo, aduladores de laburguesa, aduladores el rey,

    medianeros de todos los poderes,

    siempre prontos a saludar al anfitrin

    que les da de comer; que eso es lo que

    piden en nombre de la patria, del

    trabajo, de la familia, de la propiedad;

    es el oro, el lujo, los honores, lasensualidad y vuestra mujer (1).(1) N.E. Hemos reproducido este escrito paradjico de

    Proudhon, como testimonio maravilloso de su potencia

    como prosista

    MANIFIESTO DELPUEBLO

    2 septiembre 48

    Los sucesos de la reaccin han obligado

    a colocarnos a la defensiva; es la

    defensa lo que se trata en este momento

    organizar, esperando que un da

    podamos organizar la victoria. Y como

    empeo de guerra, os pedimos ahora el

    ltimo esfuerzo, el acto supremo de

    virtud civil y cristiana, la paciencia.

    La paciencia es todo para el hombre:

    paciencia el trabajo y paciencia el

    estudio, paciencia en la guerra ypaciencia en la persecucin. La

    paciencia es la que hace a los hroes y

    los gegios, la que da la victoria al

    derecho sobre la fuerza, a la pobreza

    sobre la fortuna. Es la paciencia la que

    hace a los pueblos libres, los grandes

    pueblos. Los complots y las

    provocaciones a la rebelin la

    circundan; que el pueblo se asemeje a

    Dios, paciente, porque es omnipotente e

    inmortal patien quia aeternus- dice laEscritura.

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    Haceos, oh, trabajadores, oh hermanos

    nuestros, Haceos de un poco de

    paciencia ahora, escuchad nuestra

    palabra de paz y sacrificio, y os

    prometemos en cambio justicia para

    vosotros y afrenta y castigo para

    vuestros enemigos.

    Nos levantamos contra un gobierno que

    desconoce su origen y su fin; pero no

    desesperemos de poder llevarlo al buencamino, a volver a emprender la obra

    empezada hace diez y ocho aos por

    Godofredo Cavaignac contra el

    gobierno eternamente infame de Luis

    Felipe.

    Fundando el Pueblo, rgano del

    pensamiento obrero, nos unamos a los

    trabajadores en un solo grupo frente a la

    anarqua del privilegio, ponamos la

    idea revolucionaria, la idea progresiva

    frente a los proyectos reaccionarios y ala idea retrgrada. La revolucin de

    Febrero, que deba satisfacer las

    aspiraciones del pueblo, ya engaado en

    junio, la revolucin de Febrero ahora,

    como la de 1830, la del 89 y del 92, no

    representa ms que un punto de etapa en

    el camino de nuestra emancipacin;

    pero ser la ltima.

    La profesin de feNo pertenecemos a ninguna escuela, a

    ninguna secta, no juramos bandera

    alguna. Somos del pueblo. Al pueblo

    solo, deca Platn, le cabe el derecho de

    crear la palabra y la frmula; toda

    expresin, toda concepcin individual,

    es una prisin del pensamiento del

    pueblo.

    El pueblo ha substituido la Repblica

    democrtica y social.Seamos de la Repblica democrtica y

    social. Tenemos, como el pueblo, por

    principio la libertad, por medio la

    igualdady por fin la fraternidad.

    La libertad robustece el alma, la vida, el

    movimiento, la espontaneidad; la

    libertad es progresiva en su

    desenvolvimiento, infinita, absoluta en

    su esencia y en su ideal.

    La igualdad progresiva y absoluta.

    La fraternidad progresiva y absoluta.

    Toda nuestra ciencia consiste en espiar

    las manifestaciones del pueblo, en

    solicitar sus palabras, en la

    interpretacin de sus actos. Interrogar al

    pueblo, representa para nosotros toda la

    filosofa,, toda la poltica.

    La familiaQueremos la familia, y la queremos para

    todos. Quin entre nuestros hombres

    del pueblo ha atacado la familia?Quin

    no sabe que el hombre que trabaja es

    tambin por excelencia el hombre que

    ama? Nuestros ojos han buscado los

    enemigos de la familia, y hemos

    encontrado que estos enemigos de la

    familia son los nuestros precisamente.

    Vosotros, cuya ambicin es ganar lo

    necesario para mantener una mujer yhacerla feliz, vosotros, pues, queris

    saber quines son los verdaderos

    enemigos de la familia? Volved la vista

    hacia vuestro vecino, el capitalista,

    aquel que vive de la renta, el hombre de

    bolsa, el alto empleado, el parsito, el

    intransigente, el ocioso; penetrad en su

    vida ntima, interrogad a su mujer, a su

    ama de gobierno, a su lacayo, y sabris

    que ste es el que, por su avaro

    egosmo, por sus amores desordenados,

    corrompe las costumbres pblicas y

    disuelve la familia. Es la miseria la que

    hace al obrero libertino y lujurioso;

    ellos, naturalmente, tienen horror al

    vicio e inclinacin a la virtud. Es el lujo

    el que hace al rico incestuoso y

    adltero; la saciedad y la molicie son

    causa indomable del desorden.

    Queremos el matrimonio mongamo,

    inviolable, sin mancha, contrato librepor amor, no influido por srdido

    motivos, que solamente podr romperse

    por la muerte o la traicin. Dnde,

    pues, encontraris este ideal de

    matrimonio sino entre vosotros, obreros

    y obreras? Los ricos, lo mismo que los

    reyes, no conocen el amor en el

    matrimonio.

    .

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    El trabajoQueremos el trabajo como derecho y

    como deber bajo la garanta de la

    constitucin para todos. El derecho a la

    asistencia, del cual se habla con una

    hipcrita filantropa, no es el corolario,

    la sancin del derecho al trabajo, es la

    indemnizacin del tiempo que se puedepasar sin trabajar. No es extrao que

    nos veamos seducidos a hacer semejante

    profesin de fe?

    El salvaje hace la guerra al salvaje por

    no trabajar; la mayor pena que pueden

    augurar a su enemigo es cultivar un

    campo. Y nosotros porque pedimos

    trabajo, somos tratados de salvajes!

    El griego y el romano, grandes

    trabajadores al principio, se engolfan en

    la poltica, hacen esclavas a lasnaciones, para poder descargar sobre

    ellas el trabajo y poder entregarse todos,

    sin distincin, al ejercicio

    parlamentario. La poltica de Virgilio

    fue la profesin de los hijos de la loba.

    Tu regere imperio populus, Romane,

    memento; hac tibi ernut artes. Era

    principio aceptado por los escritores de

    la antigedad, que el obrero no pudiese

    ser hombre poltico; as es que estos, en

    vez de quitarle trabajo al proletario, se

    lo imponan a la fuerza. Hoy nuestros

    hombres polticos no quieren dejar el

    trabajo; lo hacen todo por s, el trabajo y

    el gobierno.

    En la Edad Media el sistema, el punto

    de vista, la idea, todo se modifica. La

    casta feudal, como en otro tiempo la

    casta patricia, no toma parte activa en el

    trabajo; lo deja al villano. Mas en vez de

    obligarle al trabajo, ste se lo hacepagar. Por medio de la carta patente (he

    aqu el origen de lo que nosotros

    llamamos patente) y por va de cnones,

    el seor abre crdito a todo el que

    quiera trabajar, crdito de la tierra,

    crdito del comercio, de la industria, del

    trabajo; absolutamente de la misma

    manera que el hebreo o el lombardo

    daban a crdito su dinero. El pueblo

    trabajador haba tomado, despus de

    una larga esclavitud, tal gusto al trabajo,

    que la casta ociosa pens que en lugar

    de exigir trabajo al pueblo, poda muy

    bien vendrselo. Es el principio de todo

    derecho feudal.

    En nuestros das, en este rgimen debancocracia, el que quiere, no siempre

    puede trabajar, an pagando. El obrero

    tiene que dejar al que lo disfruta, el 10,

    el 20, el 50 por ciento de su legtimo

    salario; ellos no buscan trabajo. El

    trabajo, otra vez privilegio del esclavo,

    es ahora un privilegio del propietario.

    Primeramente se batan por no trabajar,

    y la guerra era social. La civilizacin ha

    llegado de un polo a otro: primeramente

    los hombres se mataban porque elreposo no era para todos, y esto se

    comprende; ahora se matan porque no

    hay trabajo para todos, y esto no se

    concibe.

    Nuestros capitalistas legisladores

    refutaron el reconocimiento del derecho

    al trabajo: Pueblo, te pedimos ahora,

    otra vez paciencia.

    La propiedadPor uniformarlo al lenguaje ordinario y

    por evitar cualquier calumnia y

    cualquier equivocacin, diremos que

    queremos la propiedad, o sea el derecho

    de cada uno de disponer libremente del

    fruto de su propio trabajo, de la propia

    industria, de la propia inteligencia.

    Pero no queremos la propiedad, como el

    trabajo, para todos, porque en la

    sociedad, la potencia de produccin es

    como la potencia de adquisicin:infinita.

    Queremos la propiedad sin la usura,

    porque la usura es el obstculo al

    desenvolvimiento de la produccin., al

    acrecentamiento y a la universalizacin

    de la propiedad.

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    Se dice que la propiedad as entendida,

    despojada de tal modo de todo aquello

    que no constituye el privilegio y el

    abuso, no es propiedad. Hombresprcticos dejamos estas discusiones a

    los sabios; a nosotros nos basta,

    manteniendo la propiedad individual,

    con librarla de la desigualdad y el

    monopolio.

    Queremos, durante esta poca de

    transicin, que la revolucin de Febrero

    ha inaugurado, el respeto a la propiedad

    adquirida, salvo la reduccin progresiva

    del privilegio. Quin es, pues, entre

    nosotros el que predica la confiscacin

    y el robo? Entre el pueblo han circulado

    las doctrinas ms atrevidas sobre la

    propiedad; cuntos ladrones han

    producido?... Hemos buscado los

    ladrones, y los hemos encontrado con

    los inmorales y con los adlteros, en la

    corte del ex rey, en la cmara de los

    pares, en la cmara de los diputados,

    entre los ministros, en cualquier parte

    menos entre los trabajadores. Nadie esms enemigo del robo que aquel que

    trabaja. Y contra el robo privilegiado

    est hecha la revolucin de Febrero;

    aviso a los instigadores y autores de la

    contrarrevolucin. Queremos,

    mantenido el principio de herencia, es

    decir, la transmisin natural de padre a

    hijo, de los instrumentos y productos

    del trabajo, no ya la transmisin del

    monopolio y de los derechos del seor.

    Qu principio de herencia es en efecto,el que lega una a otra las generaciones y

    hace la fuerza de la familia, siendo

    contrario a la igualdad y a la

    fraternidad, cuando no servir ms que

    para transmitir y acumular privilegios?

    Familia, trabajo, propiedad sin usura y

    sin abuso, en otros trminos, crdito

    gratuito, obrero y capitalista

    identificados en un solo individuo,

    herencia de los derechos, no de los

    privilegios; tales son los elementos de

    nuestro derecho pblico, de nuestraciencia social.

    Ahora modificad de tal modo la base

    econmica de la sociedad; todo se

    resuelve, todo cambia. La causa de la

    miseria se torna la causa de la riqueza,

    los agentes de la desigualdad y del

    antagonismo, vulvanse agentes de la

    armona y de la fraternidad. Abierto este

    nuevo horizonte las ideas, la filosofa se

    agrandan y se modifican; la ciencia y el

    arte asumen otra significacin, otroestilo, y se despliega la religin.

    La religinLa Francia ha mostrado en estos ltimos

    tiempos cun religiosa era, religiosa del

    corazn y la razn.. La religin de

    nuestro incomparable pas, es la oculta

    fermentacin de todo lo que tiene vida,

    autoridad y duracin. Las cuestiones

    econmicas, que asumen toda la

    extensin posible, no bastan a nuestra

    inteligencia contemplativa y llena de

    sentimentalismo; los grandes problemas

    de filosofa los dejan indiferentes y

    tristes; la idea pura no tiene poder para

    entusiasmarlos. Es necesario para

    nuestra alma algo que sea nmero y

    medida, cualquier cosa que d una idea

    de esto.

    Dnde estn entre nosotros los

    materialistas y los ateos?... S, queremosla religin; pero que ninguno se engae

    con esto. La religin para nosotros no es

    el smbolo, es el contenido, es la palabra

    del smbolo. Para descubrir la verdadera

    religin, es necesario recomenzar

    nuestra explicacin, mostrar

    filosficamente, con la ayuda de nuevos

    datos sociales, lo sobrenatural en la

    naturaleza, el cielo en la sociedad, el

    Dios en el hombre. Ser cuando la

    civilizacin aparecer a nuestros ojoscomo una perpetua apocalipsis, y la

    historia como un milagro sin fin;

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    cuando por la reforma de la sociedad, el

    cristianismo sea ensalzado a la segunda

    potencia, entonces ser cuando

    conoceremos la religin. Entonces

    nuestros calumniadores, despreciados

    sumisos, sabrn cul sea nuestro dios,

    cul sea nuestra fe.

    La forma de gobiernoQueremos como forma de gobierno y de

    sociedad la repblica. Somos los

    enemigos irreconciliables de la

    monarqua, de todo lo que la rodea, de

    todo lo que se le asocia. La monarqua

    es un fingimiento antiguo del cual se

    conoce el significado de largo tiempo,

    cuya restauracin sera un ultraje a la

    razn pblica, a la dignidad nacional.

    La monarqua es lo contrario de todo

    aquello que queremos y atendemos para

    la repblica.

    La repblica es la igualdad coordinada

    de funciones y de personas; la

    monarqua no es otra cosa que lajerarqua y la subordinacin. La

    repblica excluye la distincin de

    castas; la monarqua no es otra cosa que

    la jerarqua y la subordinacin. La

    repblica excluye la distincin de

    castas; la monarqua no puede hacer

    nada sin castas. Al feudalismo

    nobiliario ha sustituido el feudalismo

    mercantil. Por qu hemos expulsado a

    Luis Felipe, el modelo, el elegido de la

    clase burguesa, si queramos cultivaresta simiente de la cual sale la peor

    especie de la monarqua, la monarqua

    constitucional?

    La repblica es la organizacin del

    sufragio universal, con la monarqua

    este sufragio se reduce a una lotera.

    Ms tarde diremos qu entendemos por

    esta palabra: organizacin del sufragio

    universal.

    La repblica supone, con la divisin de

    funciones, la indivisibilidad del poder;probaremos que la columna ms firme

    del despotismo, la piedra angular de la

    monarqua est apoyada en esta divisin

    del poder en legislativo, ejecutivo y

    judicial; divisin en que desaparecen la

    libertad, la igualdad, la responsabilidad,

    el sufragio universal, la soberana

    popular, principios de justicia y de

    orden, todo.

    La repblica s el acrecentamiento del

    crdito,, del comercio, de la industria,de la agricultura, as como de la polica

    y de la enseanza: la monarqua no es

    otra cosa que la anarqua o el

    feudalismo.

    La repblica es el gobierno de la

    responsabilidad y del derecho: la

    monarqua no subsiste ms que a fuerza

    del favoritismo y de la corrupcin.

    La repblica es como la religin,

    esencialmente expansiva y universal,

    capaz de abarcar el mundo y la

    eternidad: la monarqua siempre

    personal, local, estacionaria, viviendo

    en s y para s; la monarqua es la

    enemiga del gnero humano y del

    progreso.

    La repblica dir a Austria: Quiero

    que olvides a Italia.- Y Austria la

    olvidar. Esta dir al scita: Quiero que

    abandones mi querida Polonia.- Y el

    scita emprender el camino del desierto.La monarqua dice a los tiranos:-

    Hermanos, cuanto me dais si os dejo

    la Italia y la Polonia?...

    De la tendencia burguesa del gobierno y

    de la Asamblea Nacional; de la

    restriccin llevada al derecho de votar;

    de las trampas interpuestas a la libertad

    de asociacin y a la libertad de

    imprenta; de los proyectos de

    constitucin monrquica sometidos a las

    deliberaciones de los representantes delpueblo; de la guerra hecha a la idea

    social; del pacto hecho con los usureros;

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    del abandono en que dejamos al pueblo

    italiano y polaco; de las manoseadas

    empresas con lo gobiernos aristocrticos

    de Europa: de todo esto, fcil es juzgar

    que nuestro gobierno no est en plena

    va de restauracin social. Apenas el

    Hrcules popular ha tronchado una

    cabeza dinstica, del tronco

    ensangrentado resurgen nuevas cabezas:

    ripullulat hydra. Ah es donde en estemomento est el peligro, ah se debe

    acumular el esfuerzo de nuestra defensa.

    Republicanos, contad con nosotros!...

    Pero si queris que nuestra devocin os

    sea til, que nos sea permitido a nuestra

    vez contar con vuestra ayuda. Y esta

    ayuda, cul puede ser? Terminaremos,

    repitindooslo: esta ayuda, que puede

    ser nuestra fuerza y la vuestra, es la

    paciencia.

    Guardaos bien de ceder a las prfidasinstigaciones de aquellos que os

    inducen a la revuelta y a la guerra civil:

    la guerra civil es el nico medio de

    sucesin que en este momento puede

    tener la monarqua. Las cosas, por la

    providencial sucesin de los

    acontecimientos, han llegado a este

    punto, que si el pueblo permanece algn

    tiempo sin moverse, la monarqua, con

    su infernal cortejo, se ha perdido para

    siempre.

    Paciencia, pues, ciudadanos; ninguna

    verdad sobre los hombres o sobre las

    cosas, ser por nosotros disfrazada;

    ninguna resolucin temida ser

    sugerida. Pero, otra vez, paciencia! Es

    todo el porvenir del pueblo y es la

    salvacin de la Repblica.

    _______________

    Manifiesto electoral delPueblo

    ________________________

    15 noviembre

    El Comit electoral, compuesto de los

    delegados de los catorce distritos del

    Sena, con el encargo de preparar la

    eleccin de Presidente de la Repblica,ha terminado ahora sus operaciones.

    El ciudadano Raspail, representante del

    pueblo, ha sido designado por

    unanimidad, como candidato a la

    presidencia del partido republicano,

    democrtico y social. El Comit Central

    publicar sin dilacin su circular a los

    electores.

    Para nosotros, que estamos adheridos

    con la mente y el corazn a esta

    candidatura; que en estas circunstanciashabamos juzgado necesario separarnos,

    por la dignidad de nuestras opiniones,

    de otra fraccin menos avanzada de la

    democracia, porque nos creamos

    obligados a recordar nuestros principios,

    esta ser la mejor manera de justificar

    nuestra conducta.

    Nuestros principios!

    En todo tiempo los hombres que por

    llegar al poder han rebuscado el

    sufragio universal, han engaado alpueblo con pretendidas declaraciones de

    principios, que en el fondo no son otra

    cosa que declaraciones de promesas.

    En otro tiempo los ambiciosos y los

    intrigantes han prometido al pueblo en

    frases ms o menos sonoras:

    La libertad, la igualdad, la fraternidad:

    El trabajo, la familia, la propiedad, el

    progreso:

    El crdito, la instruccin, la asociacin,

    el orden y la paz:

    La coparticipacin en el gobierno; la

    justa distribucin del impuesto; la

    administracin honrada y buen

    mercado; la justicia justa; la igualdad

    progresiva de la fortuna; la libertad del

    proletariado, la extincin de la miseria.

    Han prometido que despus de ello, es

    preciso confesar que no queda nada que

    prometer.

    Inauguracin estatua de Proudhon, Besanon1910

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    Pero lo han mantenido del mismo

    modo? Es el pueblo quien debe

    responder: No!...

    Los verdaderos amigos del pueblo

    deben ahora cambiar de sistema.

    Aquello que el pueblo espera de sus

    candidatos, no son sus promesas, sino

    sus medios. Es la porcin de medios que

    proponen los que han de juzgar los

    hombres: de ah que nosotros pedimosser juzgados.

    No somos, a decir verdad,

    democrticos-socialistas de ninguna

    secta; de ninguna escuela! O ms bien,

    si fuese necesario clasificarse a si

    propio, diramos que pertenecamos a la

    escuela crtica. El socialismo no es para

    nosotros un sistema; es simplemente

    una protesta. Todava no creemos que

    en la obra de los socialistas se

    desenvuelve un conjunto de principios yde ideas, que son una contradiccin con

    lo que generalmente se profesa de

    economa,, y que han encontrado fe en

    el pueblo; por esto nos decimos

    socialistas. Hacer profesin de

    socialismo, sin aceptar ninguna idea

    socialista, como hacen los ms astutos,

    es saber burlarse del pueblo y abusar de

    su credulidad

    No es todo ser republicanos; no es todo

    reconocer que la repblica debe

    adornarse de instituciones sociales, no

    es todo escribir bajo sus banderas,

    Repblica democrtica y social; es

    preciso marcar claramente la diferencia

    entre la sociedad antigua y la nueva: es

    preciso decir lo que ha producido de

    positivo el socialismo; en qu y porqu

    la revolucin de Febrero no es la

    expresin, es una revolucin social.

    Recordemos al punto el dogmafundamental, el dogma puro del

    socialismo.

    El socialismo tiene por fin el

    desenvolvimiento del proletariado y la

    extincin de la miseria, es decir, la

    igualdad efectiva entre los hombres, de

    las condiciones. Sin la igualdad habr

    siempre miseria, siempre proletariado.

    El socialismo igualitario ante todo es,

    pues, la formula democrtica por

    excelencia.Si los polticos menos sinceros tienen

    alguna repugnancia a declarar esto,

    respetamos su reserva; pero es preciso

    que lo sepan, a nuestros ojos no son

    actos de demcratas.

    Cul es entonces la causa de la

    desigualdad?

    La causa est publicada posteriormente

    a Juan Jacobo; esta causa es la

    realizacin en la sociedad de esta triple

    abstraccin. Capital, trabajo, ingenio. Y

    es precisamente porque la sociedad estdividida en tres categoras,

    correspondientes a tres trminos de esta

    frmula; es decir, porque se hace una

    clase de los capitalistas y propietarios,

    otra de los obreros y una tercera de los

    inteligentes; y por ello se llega

    constantemente a la divisin en castas, y

    a que una mitad del gnero humano sea

    esclava de la otra.

    En cualquier parte que sea se pretende

    separar de hecho orgnicamente estastres cosas: el capital, el trabajo, el

    ingenio. El obrero es el servidor; eso

    que se llama de vez en cuando esclavo,

    siervo, paria, plebeyo, proletario; el

    capitalista es el usufructuador; y se le

    dice, ora patricio y noble, ora

    propietario o burgus; el hombre de

    ingenio es un parsito, un agente de

    corrupcin y de esclavitud,

    primeramente sacerdote, ms tarde

    letrado, hoy funcionario pblico,cualquier especie de capacidad y de

    monopolio.

    El dogma fundamental del socialismo

    consiste, pues, en resolver la frmula

    aristocrtica capital, trabajo, ingenio,

    en esta ms sencilla: trabajo! En hacer,

    por consecuencia, que todos sean en el

    mismo tiempo, con el mismo ttulo y en

    el mismo grado, capitalista, obrero y

    sabio o artista.

    J.P.Proudhon(continuar)

  • 7/31/2019 Conciencias Libres n 9

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