Concepción Maldonado Esparza No. cuenta 512011345 Maestría...
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Concepción Maldonado Esparza No. cuenta 512011345
Maestría en Artes Visuales, orientación Fotografía
De lo público a lo privado: Proyección de apropiaciones Construcción simbólica colectiva del espacio público
Mtro. Yuri Alberto Aguilar Diciembre 2012
El hombre aprende a vivir en su mundo. Enric Pol
Espacio, definición múltiple; espacio en general: físico-lugar. Espacio
imaginario: aprehensión de la realidad; relativo, etéreo, vacío, proyectivo. 1
Ubicarse en un espacio como lugar físico implica modalidades de construcción
simbólica; no sólo es verse en el espacio sino hacerlo propio, construirlo,
conectarlo, transformarlo, accionarlo; generar una identificación.
La sociedad vincula directamente una relación entre sujeto-espacio; las prácticas
sociales en las que nos desarrollamos así lo confieren, por lo aparente el
espacio otorga estabilidad y pertenencia. Como actores sociales necesitamos
tener una configuración territorial a un lugar; nos apropiamos directa o
indirectamente con sitios simbólicos que nos arrastran a una identidad social así
como individual.
La intención de situarnos o establecernos en un espacio simbólico, confiere a un
fenómeno de carácter social, (a)temporal, inclusive cotidiano, observando que la
apropiación (del espacio) es un proceso dinámico de interacción del individuo
con su medio externo.2
1 Lászó Moholy-Nagy “Espacio. El espacio-tiempo y el fotogáfo” en Poéticas del espacio, Yates, Steve (Ed). FotoGGrafía, Ed. Gustavo Gili, Barcelona, 2002, pag. 205 2 Pol Enric. La apropiación del espacio. 1996, p. 6
La ciudad como escenario público transfiere casi directamente un arraigo
cultural que transforma el habitar en los individuos; la ciudad existe y se
establece; es un asentamiento creado dinámicamente para conceder
pertenencia a un sujeto de manera colectiva, dejando claro que esta parte seria
a nivel global puesto, existen grupos sociales que tienden a marcar más
propiamente el sentido de identidad social a través de prácticas simbólicas
propias o cercanas a individuos directos refiriéndome con esto a colonias,
barrios, cuadras, pandillas, otros. La ciudad, como referente geográfico y
simbólico, incluye una gran variedad de espacios públicos que la caracterizan y
que constituyen su imagen.3
El espacio se valora en función de condiciones de uso dentro de las relaciones
sociales que otorgan una identificación de integración cultural. Enric Pol señala
que los escenarios físicos en los que el individuo se desarrolla forman un papel
importante para la configuración del self a través de un place-identity. La
interacción social entonces, es producto de la relación que se genera entre los
individuos sociales: es un constante diálogo simbólico en donde el espacio sólo
es un marco de referencia que constituye una identidad social ligada a un
contexto.
Los vínculos generados y establecidos en relación a los espacios han sido tema
en la construcción de paradigmas dentro de una conexión con formas
3 Pol, Enric et Sergi Valeria (1999), Symbolisme de l’espace public et identitée sicuale. Villes en Paralélle, 28-29, 13-33, pag. 2
funcionales y estructurales en la dinámica social. Para Lynch (1960) el espacio
urbano se concibe a través de tres características: la identidad, la estructura y el
significado, teniendo con eso una satisfacción ciudadana con dicho espacio. 4
Ocupar un espacio, intervenirlo y hacerlo propio resultan acciones del sujeto
social. Apegarse e identificarse a un entorno consciente es un fenómeno que
resulta a través de aproximaciones del individuo a un estado de confort mediante
un contexto determinado. Este mismo comunica una acción identitaria a través
del proceso de apropiación por medio de modelos referenciales.
El sujeto no sólo se identifica con objetos (monumentos, edificios, bancas, otros)
sino también con espacios a través de la intervención-acción (parques, casa,
habitación, paradas de autobús, otros). Podemos proponer significados para los
espacios […] a través de su tratamiento […], la monumentalización o a través de
la taxonomía (lo que hacemos llamado simbolismo ‘a-prori), pero no cuajan si no
se da una recreación-aceptación-apropiación […]. (Valera, Pol, 1988)5
Transformar un lugar proyecta una significación personal en donde factores
tanto físicos como psicológicos influyen para aprehender el entorno. Es así que
el sujeto simboliza el espacio territorial con el que se va identificando.
4 Íbid, pág.3 5 Íbid, pág.4
El espacio privado tanto como el público, comparten una misma praxis de
interlocución con sujeto-espacio: identidad. El uso que le damos a los espacios
se proyecta en una territorialidad ya sea a nivel colectivo o individual por tanto,
el sentido de pertenencia a dichos espacios se prepara a través de la acción-
transformación mediante la intervención.
El individuo tiene comportamientos primarios que marcan zonas para su
apropiación y pertenencia. El ser humano puede adquirir altar cotas de
sofisticación en el proyectar, transformar un objeto, espacio o realidad, directa o
remotamente. 6 La conducta territorial por tanto es propositiva: actúa a voluntad
e intencionalidad del individuo ya que, nos apropiamos si nos identificamos al
espacio: ¿cómo nos penetra la presencia del espacio y nosotros ante él? ¿cómo
nos sentimos ante el espacio y viceversa?.
Conocer el entorno en el cual desarrollamos prácticas cotidianas es enfrentarse
a lo desconocido por medio de la limitación y la alienación, no conocemos del
todo el espacio por tanto desarrollamos ejercicios de conocimiento y
reconocimiento constante por medio de improntas que vamos dejando en dicho
espacio (lugar). La impronta como ejercicio de reconocimiento, es la huella que
vamos dejando, entabla un dialogo con nuestra personalidad y la apropiación de
espacios en dimensiones colectivas como individuales: modos de vida.
6 Pol Enric. La apropiación del espacio. 1996, p. 8
Nuestro espacio privado el que la mayoría del tiempo tiene un arraigo más
directo con nosotros es nuestra impronta; tiene gran carga de nosotros en él. A
diferencia de un espacio público que se convierte en “el de todos” (de manera
colectiva aunque no precisamente sea de todos) el espacio privado se dirige a
un núcleo de la población urbana más íntimo, privado en la característica de ser
particular, fuera de una actividad o empleo público.
Habitar un espacio delimita a un otro del propio. El sujeto dueño
(simbólicamente) del espacio manifiesta conductas que son ajustadas a una
gestión de identidad adquirida por bagajes tanto culturales, sociales y familiares.
Delimitar el espacio corresponde también a una localización del cuerpo, del
sujeto presente, del sujeto ausente, lo que está y no físicamente.
El espacio privado es el resultado de una acción-transformación para llegar a
una identificación del sujeto con el lugar. El espacio se vive a través de
simbolizaciones deseables para poder darle identidad. Enric Pol señala que la
transformación del espacio privado sufre cambios cuando se ocupa; una vez
ocupado éste se habita y se vuelve una zona de confort que se resiste al cambio.
Pol también expone que los sujetos al ocupar un espacio de inmediato
transforman, pasado el tiempo el mismo espacio ya configurado como afectivo
se apropia del sujeto.
La casa en general; la cocina, la sala, el patio son espacios privados: la
habitación, el baño espacios íntimos. El modo como el hombre vive califica el
habitar en un espacio debido a que éste significa fundamentalmente la vida
humana. Habitar es más que un mero <<estar>> o <<encontrarse>>, pues
ambos conceptos sólo tienen una relación periférica con el espacio.7 Pertenecer
a un espacio o lugar corresponde a vínculos generados y establecidos en
relación a una pertenencia por medio de construcciones cognitivas; la conexión
de estructuras funcionales dentro de dinámicas sociales.
Transformar un lugar/espacio pone en manifiesto una significación personal en
donde factores tanto físicos, psicológicos y sociales influyen para aprehender el
entorno: es así que el sujeto simboliza el espacio territorial como suyo, con un
estado de pertenencia.
7 Bollnow, O. Friedrich. Hombre y espacio. Biblioteca Universitaria Labor, Barcelona, 1969, p. 117
El hombre aprende a vivir en su mundo.8 Habitar edifica un pensar en términos
de Heidegger: para que el hombre pueda habitar no basta sólo con establecerse
en un sitio o espacio, se requiere una identificación y aprehensión al mismo,
una territorialidad. Habitar significa: tener un lugar fijo en el espacio, pertenecer
a ese lugar y estar enraizado en él.9
El espacio privado se vuelve un lugar habitable y territorial, tiene una evolución
conjunta al sujeto que la habita.
El espacio reflejará el modo de vida de aquellos que lo habitan, se darán pues diferencias culturales en el proceso de apropiación…pues el ser humano necesita el espacio para moverse, para estructurar cosas, para estructurar su estilo de vida y para contactar con los demás.10 Lo privado, como la casa/hogar/habitación permite al ser humano desarrollar
hábitos en sus necesidades de “refugio”, resguardo; el sujeto modifica a través
de estructuras dichos espacios: ciudad-calles-vivienda-interior-habitación.
8 Íbid, p. 119 9 Íbid, p. 121 10 Pol Enric. La apropiación del espacio. 1996 p.11
Lo privado entonces, resulta una metáfora: aquella cueva donde uno puede
cubrirse de la lluvia, del sol, del viento: de aquello que nos hace sentirnos
agredidos. Lo privado es también donde uno se entrega no precisamente con el
otro, sino con uno mismo. La habitación, aquel espacio que es más privado que
la propia casa, es donde uno puede sentirse libre por completo consigo mismo
es también un universo de situaciones, aprehensiones, apropiaciones y
territorialidad.
Hablar entonces de privado, atañe como centro de un espacio de apropiación
físico dentro de la ciudad en gran escala y también a pequeña, la casa; es
entablar un dialogo no sólo con un sujeto, sino con grupo de ellos, con quienes
viven dentro de ese espacio limitado dentro de un espacio con las mismas
características de limitación pero con una característica en particular: lo propio.
La ciudad no es modificable por un solo sujeto, el hogar, la casa, el piso, la
habitación sí.
Mi privado (espacio) se fue modificado conforme he ido creciendo y he cambiado
etapas inclusive personas. Mis espacios se han transformado, a veces una sola
habitación, a veces la sala, otras la cocina, otras mi pareja. La fotografía
entonces se ha vuelto desde entonces herramienta de primera mano para poder
registrar los cambios de mis espacios privados, de mis refugios y de yo con ellos.
Bachelard en Poética del espacio señala <<cada habitación verdaderamente
habitada ya lleva en sí la esencia del concepto casa>>.11
11 íbid, p. 124
Para Bachelard la casa, como tal no sólo adquiere un espacio físico, también un
espacio sentimental y humano. Se separa de lo público, se vuelve privado, el
hombre se puede realizar en su esencia. Cada construcción de una casa es la
fundación de un cosmos en un caos. Es decir, creamos espacios privados
teniendo en cuenta (conscientes no) que en ellos construiremos a su vez un
caos demencial aun más amplio que del público con todas sus intervenciones
humanas: el caos es un mundo; el mundo privado y caótico de quién lo habita.
No únicamente los espacios físicos requieren una apropiación por identificación
sino también por implantación de poder. La habitación la cual a veces no la
escogemos la modificamos para que sea nuestra. Para Minkowski, la vivienda
por si sola significa intimidad que se extiende a circunstancias humanas
generales. Todo sujeto busca un espacio para la intimidad. El espacio privado
es el resultado de una acción-transformación para llegar a una identificación del
sujeto con el lugar.
El espacio se vive a través de simbolizaciones deseables para poder darle
identidad. Enric Pol menciona que la transformación del espacio privado sufre
cambios cuando se ocupa; una vez ocupado éste se habita y se vuelve una zona
de confort que se resiste al cambio. Pol también expone que los sujetos al
ocupar un espacio de inmediato transforman, pasado el tiempo espacio se
apropia del sujeto. Por tanto, la expresión de ser intimido-privado; conserva a su
vez el confort que se consigue al habitarlo, al hacerlo propio, al “llenarlo”.
El espacio manifiesta un modo de vida, resulta la proyección de un actor social a
través de la apropiación. La apropiación también es un lenguaje que habla de
personalidades de los apropiantes, de formas de vida y de manifestaciones
sociales, de su identidad, de ser y estar.
De lo público a lo privado y viceversa. Caja de tendencias, 2012.