Comunicación: Lic. Jorge Manuel Benítez Martínez ( bajtrein@hotmail.com)

(Reflexión sobre)"¿Cuál es el papel de la Filosofía en la sociedad actual?"

Resumen:

El papel de la filosofía es "Impeler a Pensar". Empecemos a pensar pensando lo que queremos decir con "Papel". Porque la palabra "papel" tanto en su significación teatral como sociológica puede llevarnos a una pre-determinada visión-valoración de la Filosofía. Valoración que incidirá en la respuesta que daremos a la pregunta. La significación de "papel" puede llevarnos considerar al filosofar como una actividad determinada y subordinada en su contenido y ejercicio a una entidad abstracta "La sociedad", que en realidad, debe ser una de las primeras "cosas" de las que el filosofo debe hacer crítica. También la idea de "papel" no es adecuada para mostrarnos que todo filosofar, todo pensar, es un actuar inseparable ontológicamente de la existencia del "actor". Actuar de filósofo es actuar de uno mismo.En el mismo sentido hay que reflexionar sobre la determinación de lo que es “actual”. El uso de la palabra actual, tan corriente , sin embargo encubre una importante y densa cuestión filosófica que debe ser explicitada: la relación entre verdad y temporalidad. Además, la idea de actualidad y actual está mediado, casi monopolicamente por el aparato de los mass media. Por lo que debemos “liberarnos” o , mejor , distanciarnos,de la idea de actual (o inactual) insuflada por ellos, antes de encarar filosoficamente la cuestíón de lo “actual”. Aunque el fenómeno de los mass media (justamente por lo mencionado) es un ineludible objeto de reflexión cuando reflexionamos sobre lo actual, no debemos quedarnos en un ataque frontal de los mismos , ni en una aceptación fatalista de su acción, sino buscar la desarticulación "de su juego", en su propio campo de juego: la “Verdad” de la invención de la “verdad”.Impeler no significa "obligar", porque toda coacción anula la esencia fundamentalmente libre y personal del pensamiento filosófico.Por último, el desarrollo del conocimiento humano en el siglo XX, en áreas no específicamente filosóficas, se presenta como un "continente" de problemas que deben ser pensados por todo aquel que quiera hacer una "filosofía actualizada" y a la vez, re-interpretar y re-actualizar ,las problemáticas tradicionales de la historia de la filosofía.

Me preguntan: ¿Cual es el "papel" de la filosofía en la "sociedad actual"?. Respondo: Impeler a pensar. Respuesta simple en su enunciación, pero dramáticamente compleja en la comprensión de su sentido. ¿Por qué?. Porque para entender esa respuesta debemos pensar sobre la misma pregunta, ¿cuál es el papel de la filosofía?. Es decir, ¿en qué "pensamos" cuando preguntamos por el "papel" de algo o de alguien, de esto o de aquello?. Parece obvio, que aquí "Papel" es una licencia

poética que significa realmente "rol", el cual es un término técnico acuñado por la sociología funcionalista, que a su vez se refiere a la actuación social de los individuos (en la sociedad). Rol, así definido, nos confronta, para empezar, con la sutil ambigüedad de la "actuación": pues esta "actuación" podemos entenderla, como aquella acción por la cual el individuo se hace un ser social, se hace "parte" de la sociedad, participa en ella, se hace "público"; y también podemos entenderla, como aquella acción hecha por un "actor", por un artista del teatro o del cine, es decir, por aquel individuo que, en un momento determinado, "verdaderamente", es alguien que no es él. Decimos de un "actor", que "encarna a un personaje", pues asume en su propia carne, hace corporal, real, a una persona ficticia, a un, por decirlo en jerga metafísica, "ente ideal". El actor, mientras actúa, es un rey o un esclavo, un asesino o un santo; pero antes y después de su actuación no es ninguno de ellos...ellos, que retornan a su condición de fantasmas de un extraño nimbo a-existencial.Aquí surge una primera dificultad crítica a la ecuación "papel-rol-actor": Esta ecuación, ¿no nos engatuza subrepticiamente con una posición filosófica altamente problemática , que debe ser pensada y sopesada, antes de ubicarnos en ella y preguntar desde ella acerca del "papel" de la filosofía en la sociedad actual?. Pues debemos tener en claro, que el "papel" que el actor debe encarnar, ya está escrito antes de la actuación y además es en su contenido, es decir, su carácter y destino, totalmente independiente del individuo actor. De manera análoga, los "papeles sociales", los roles, se refieren a categorias de desempeños, de acciones, estructuradas antes e independientemente de los individuos que las realizan. Y así, casi sin darnos cuenta, una astuta idea determinista de la realidad, se cuela en nuestra mente. Idea que si no es sacada a la luz, si no es comprendida, reflexionada, es decir, filosofada; dirigirá desde la sombra el curso de nuestro razonamiento: el que desembocará en una pre-determinada respuesta acerca del papel de la filosofía en la sociedad actual. Respuesta que a su vez, no es una simple respuesta teórica, sino que es también y siempre, base de actitudes y acciones "reales" en la vida cotidiana. Acciones que a su vez tienen su efecto, mayor o menor, en el pensamiento y las acciones de otras personas. No es trivial un razonamiento discursivo, porque con él se arma el andamiaje de los "discursos", de las expresiones públicas de nuestro pensamiento, ya sean sonoras o escritas; y , no existe nunca, un discurso que sea solamente teórico, inocuo, puro, sin su, aunque sea mínima, resonancia efectiva en el cuerpo social. ¡Claro!, pueden haber discursos pensados o no pensados por mí. Y en cierto modo, podemos decir que es "condición humana" el adherirse a discursos, que pueden nunca ser pensados por mí, y sin embargo cristalizar en "ideas sobre la realidad" consideradas propiamente mías.Otra idea acoplada a la expresión "papel de la filosofía", es la de subordinación "natural", "lógicamente natural". Si pensamos en una representación teatral clásica, encontramos que los papeles son asignados y luego controlados en su particular realización por un Director. Y, ¿quién es el Director?: es el encargado de dirigir la obra en su totalidad. Puede ser ayudado en esta tarea o delegar en otros el control de partes de la obra, pero es él en ultima instancia, el responsable

de la puesta final, del acabado de la obra. Relacionemos ahora, esta imagen con la de los papeles o roles sociales y preguntemos: ¿quién sería el análogo del Director en este ámbito? Y aquí surge la verdadera fantasmagoría viviente, porque respondemos diciendo: -Es la Sociedad (con mayúsculas) la directora de lo que los individuos hacen, de sus roles sociales. Pero el filósofo pregunta: ¿Quién es la sociedad? Por supuesto podemos responder con paráfrasis de lo mismo y hablar del Interés Común, del Pueblo, de La Voluntad del Pueblo, de la Comunidad, de los Nuevos Tiempos, etc. Sin embargo, algunos seres mas inteligentes y menos fantasiosos, dirán que no es La Sociedad sino el Estado, el encargado de dirigir la sociedad y que a la sociedad no debemos reificarla, sino verla como un campo de acción, como la escena en la que se desarrolla la "gran obra histórica de autor anónimo": La vida del hombre.Pero el filósofo, siempre agudo y aguafiestas, podría ver que tampoco el Estado es fácil de identificar con la plenitud existencial de la persona del Director de teatro. Y que las diferencias entre el "papel teatral" y el "papel social" son pasadas por alto, y entonces, automáticamente, cuando preguntamos por el "papel de X", apoyaremos nuestra respuesta en la idea de que esa X, en este caso, la filosofía, "es una parte de una totalidad". De esta manera se subordina el modo de ser de la X , su "participar"; a los beneficios o intereses de la totalidad a la que pertenece. Esto nos conecta a su vez con otra idea filosófica fundamental: la noción de "función". Pues cuando preguntamos por "el papel de", también preguntamos por la "función de". Pero hay que tener en cuenta que esta noción de función, aunque surgida de las matemáticas, es habitualmente usada en el ámbito de los instrumentos y las máquinas: el ámbito pragmático teleológico de la existencia humana. En este ámbito decimos con naturalidad "esta llave no funciona para...", "esta máquina no funciona mas, no sirve, botémosla y compremos otra"...y también con naturalidad nos damos cuenta que la llave, la herramienta y la máquina son una parte de un lugar o espacio más amplio; el trabajo en el taller o la fábrica en su conjunto; y que, herramientas y máquinas son partes de un proceso o tiempo organizado en vista a una determinada finalidad. Finalidad a la que deben servir esas partes. Finalidad que determina en su ser a esas partes. Finalidad que está puesta, antes e independientemente de las partes. Contemplamos, aunque solo muy superficialmente, las implicaciones filosóficas del uso de la palabra papel en la pregunta por el papel de la filosofía en la sociedad actual, tanto en sus sentidos artístico-teatral como en su sentido pragmático-teleológico.No es esto mera palabrería intelectual, porque yo he escuchado y fui interpelado una y otra vez, con la estridente pregunta: ¿para qué sirve la filosofía? y también he leído los intentos de justificar la "utilidad" de la filosofía en los programas de políticas educativas y en libros de famosos pensadores actuales. Pero recuerdo a Platón que no justifica a la filosofía porque piensa que es la filosofía la que puede "justificarnos"; y a Aristóteles que dice que la filosofía es una ciencia "inútil". Por supuesto; debemos meditar en que consistiría esa justificación de nuestra existencia a través de la filosofía y en que sentido debe entenderse la aristotélica inutilidad de la filosofía; porque desde determinado nivel de sentido, podemos

decir con justicia que la filosofía es el saber más útil; tan útil, tan de primera necesidad, que resulta imposible plantearse siquiera, la pregunta acerca de su justificación o su utilidad.Alguien insistirá y con énfasis dirá, que la filosofía de Platón y Aristóteles, la filosofía clásica; pertenecía a una visión aristocrática de la realidad, pertenecía a una sociedad basada en la esclavitud, y por lo tanto, en nuestra sociedad actual, sociedad moderna basada en la democracia representativa y en las libertades individuales, esa filosofía clásica ya no se puede aplicar o realizar, por lo que está justificado el que preguntemos por el papel de la filosofía en la sociedad actual.Visto así, suena seria la pregunta, y quizás es realmente muy seria. ¿Por qué digo esto?. Porque, aparte del fenómeno "democracia" altamente ambiguo y traicionero, este giro de sentido plantea dos cuestiones filosóficas densas y temibles: el tiempo y la libertad. O sea, la cuestión del modo de temporalidad del pensamiento y la del modo y lugar de la realización de la libertad. Vemos entonces, que, en una aseveración que se dice rápido, en una argumentación de uso cuasi vulgar, en esta época de discursos políticos embebidos de retórica ilustrada; se oculta soterrada una verdadera gigantomaquia filosófica. Pero antes de reflexiones sobre esta terrible cuestión, quiero poner en claro un hecho fundamental, que revela la imposibilidad lógica y ontológica, de considerar de un modo simple e irreflexivo la pregunta: ¿cuál es el papel de la filosofía en la sociedad actual?. Este hecho es que, todo filosofar, todo pensar atento y reflexivo sobre el ser de las cosas, incluye entre "esas cosas" tanto a la "sociedad actual" como a las ideas, que circulan habitualmente, acerca de lo que es la sociedad y de lo que es lo actual o inactual en ella; ideas de la sociedad en las que se fundamentan tanto las valoraciones morales como legales de los "papeles", esto es, cuándo, cómo cuáles y de qué manera los papeles deben estar interrelacionados, cuáles son primordiales y necesarios , y cuales son superfluos y secundarios, cuales añadir y cuales quitar, y cuando un papel está bien o mal desempeñado. Preguntar por el papel de la filosofía, implica, en este sentido, olvidar que en el pensar, en el disponer a las cosas en el ámbito de juego del pensamiento; se nos abre la posibilidad de "ser libres" con respecto a las ideas comunes, habituales, compartidas por mis semejantes y yo mismo, acerca de lo que es actual en la sociedad en que existo, y de lo que debo hacer en ella, y de cómo debo hacer "aquello que debo hacer". "Deber hacer" que en realidad, soy yo mismo: mi yo , lo que yo soy, me juego en ese hacer. Esta reflexión nos muestra también la falsa dicotomía entre individuo y actuación social a que nos puede llevar la palabra "papel". Dicotomía especialmente falsa para la consideración del filosofar, porque este "papel", el del ser pensante; que hay que actuar, que hay que ser; no me viene dado de "fuera" de mí, pues, "soy yo mismo" el personaje que debo encarnar. Personaje del cual no puedo desligarme, como el actor de teatro, de sus vestidos y caracteres, y el espectador, de sus alegrías y penas ficticias, una vez terminada la función; porque en ese "personaje" va todo mi ser y no hay una realidad "afuera" como la que espera al actor y al público a la salida del recinto teatral...a no ser que "locos por el ser" o iluminados por una fé sobrehumana, llamenos "puerta" a la muerte, y "hogar" a la nada.

Pero ahora no es hora de "hacer metafísica", sino de señalar la importancia y la gravedad del problema de la temporalidad del pensar: este problema nos conecta con un lugar común y muy transitado, con frecuencia, campo de apasionados y hasta sangrientos combates, tomada la ultima frase en sus sentidos metafórico y literal: el lugar donde reside la discusión sobre la verdad. Discusión, que a diferencia de La Verdad, que cada vez es más relativa, mas efímera, mas fragmentaria; parece sortear el paso de tiempo a través de las generaciones y sucesión de épocas, culturas y civilizaciones y afirmarse como "eterna".¿Que no hacemos sino preguntar ¿cuál es la verdad de la filosofía ahora?. ¿Qué no hacemos sino correlacionar ingenua y temerariamente tiempo y verdad, y afirmar, sin enunciar la afirmación, que "la verdad cambia con el tiempo", que la filosofía de antes era válida para antes y que ahora debe tener otra validez, otro modo de verdad que la haga válida, que la acredite, y que permita respetar, conservar y justificar su practica en la sociedad actual?. Este sentido de la pregunta supone a la vez que "la verdad se inventa"... y esto suena gloriosamente iconoclasta.. Pero ¿quién la inventa? y ¿se inventa la verdad como se inventa el foco de luz o el teléfono?. Si no es así, en que sentido hablamos de invención de la verdad? Estas interrogaciones podrían sucederse como las generaciones de moscas y con el tiempo formar especies y subespecies y librar entre ellas batallas darwinianas por la supervivencia. Sí, los mas aguerridos y vigorosos, querrían pensar que la única verdadera Verdad es la lucha eterna, a veces caótica a veces danzante, entre la "miriada de verdades" que se chocan y entrechocan, cruzan y entrecruzan, mezclan y separan, y configuran y desconfiguran, producen y reproducen, crean y aniquilan, mundos que contienen otros y que a la vez son contenidos por otros. Y podríamos seguir "inventando", porque ¿qué limitaría al pensante que considera transido de nadidad, lo que todos consideran habitualmente como "verdad", "ser" y "realidad"; y al que le queda entonces, "todo por pensar"?...y ¿no diríamos aquí, mejor, por descubrir?. Sí, descubrimos la verdad de que todo es inventado, que todo lo que creíamos una verdad eterna, resulta ser una invención temporal, lo que era natural una concepción artificial, lo que era atemporal, histórico, lo que era real, una ficción con apariencia de realidad, una ilusión., y que la Ilusión mas grande y mas querida, es la de la "realidad actual". Detengámonos a pensar sobre ¿qué queremos decir con realidad actual?. Fácilmente respondemos: actual es la característica de las "cosas" y "sucesos" que se dan en su ser propio, ahora, en el tiempo presente. Por ejemplo la contaminación química de lagos y ríos es un hecho actual; o la televisión, la radio, el teléfono, las computadoras, son fenómenos actuales. Estos fenómenos no existían en el tiempo en que fueron escritos los Vedas o cuando los griegos pintaban sus cerámicas con las figuras de sus dioses. Pero suceden fenómenos híbridos: las actualísimas ideas ecologistas se inspiran en sabidurias antiguas, inactuales, y la arrogancia del actual homo faber se nutre del olvido de la relación atemporal, nunca actual (o siempre actual) entre hombre y naturaleza, y por la televisión podemos ver documentales sobre culturas pasadas, y hacer actual, aunque no sea sino de modo superficial o esteticista, valores, ideas y hasta convicciones de esos fenómenos pasados, no actuales.

Es decir: la "actualidad" no es un modo equivalente al "presente". No es el presente histórico reducible a "la actualidad". Y hasta pareciera que las "actualidades" son la "cáscara" o , mejor, el maquillaje que arregla y realza determinadas "partes" de la realidad presente, al tiempo que transforma y oculta otras. Pero eso solo "parece", pues no podemos negar que aunque las imágenes de la televisión, los sonidos de la radio, los grafos de la prensa y la realidad virtual de las computadoras, sean muy sospechosas de engañar y manipular, embaucar y distraer, de desligarnos de la "realidad" real; son auténtica realidad, nefastas y paradójicas,si se quiere, pero realidad al fin, que no podemos dejar de considerar en su verdad si pretendemos hacer una filosofía válida para la actualidad.No podemos negar a los medios, pero sí podemos liberarnos de sus categorías acerca de lo que es o no actual, y recién entonces, partir en la búsqueda de esa tan comentada actualidad social. Esta crítica de lo que habitualmente se entiende por actual, a su vez se presenta como tarea preparatoria para la invención, "asumida" como tal, de la "sociedad actual".Los "medios" inventan la realidad actual , pero nos hacen asumir que no la inventan. Pero no nos enojemos, ése es su juego. Pero una vez que comprendemos las reglas de un juego, entonces se crea la posibilidad de modificarlo. También podemos no jugar "ese juego", pero así dejaríamos de considerar un acontecimiento actual de la sociedad y no podríamos responder a la pregunta acerca del papel de la filosofía en la sociedad actual.No estoy queriendo decir, ni mucho menos, que la principal característica de la sociedad actual sea el hecho de la mediación, manipuladora y seductora, de la realidad, que acontece por los medios masivos de comunicación social; sino mas bien comunicar mis ideas sobre ese ubicuo fenómeno y a la vez sugerir posibilidades de interpretación de aquellas palabras que afirmé al principio como respuesta a la pregunta sobre el papel de la filosofía en la sociedad actual: Impeler a pensar.Pensemos que la filosofía no existe, como diría Aristóteles, en "acto", sino en el pensamiento situado de cada uno de nosotros. La Filosofía no existe sino en nuestro filosofar. No existe la Filosofía en abstracto; y algo no existente no puede actuar, ni desempeñar ningún papel en ningún lugar. Por esto el papel de la filosofía solo puede ser desempeñado y cumplido por mí y Uds, en cuanto impelemos a pensar a "los otros". Pero, ¡cuidado!, no debemos olvidar que solo daremos que pensar a los demás, si al mismo tiempo nosotros nos impelemos a pensar-nos. El impeler a los otros, es la faceta exterior de la obra interna que se trabaja en mi mismo. El filosofar no es dar máximas como recetas o contar extrañas visiones de gente muerta, para animar un extravagante paseo turístico.Filosofar, es la palabra viva, que nace y crece, en el extraño pero a la vez íntimo campo del pensamiento.Pero no suena "impeler" a imponer, a obligar, a acción que atenta contra la inalienable libertad de decisión de mi semejante?. Impeler, ¿no es una forma de coacción, que viciaría el ambiente que debe respirarse en todo autentico pensamiento libre?. Quizas, sí, impeler "suene" a imposición. Por eso es importante, a la par que decir esta u otra palabra, aclarar el sentido de la misma; aclaración que solo puede ser hecha por medio del pensamiento. De esto infiero

que no es bueno para el pensar, identificar a las palabras con un significado, bloquear a las palabras, convertirlas en pétreos bloques para construir castillos donde habitar por fin con seguridad, porque a lo máximo las palabras son naipes.Qué quiero decir con impeler?. No, imponer, ni obligar, ni azuzar, ni empujar... ¡menos convencer!; porque todas estas palabras implican que la fuente del movimiento, del cambio, de la acción, se halla en mí como su fundamento; yo obligo, yo empujo, yo convenzo; sin embargo con impeler quiero comunicar, que aquel movimiento o cambio o acción, en este caso, el pensar, debe surgir del campo de experiencias propio de cada uno. Así, podemos definir a la filosofía existencialmente como "el asumir la responsabilidad de sí". Por tanto, es absurdo, inadecuado y falso, asumir "la responsabilidad de sí" y al mismo tiempo hacer responsable de esa "idea", de ese "acontecimiento", a un "otro" o a lo que "dijo alguien" o a lo que está escrito en un libro de filosofía.Con impeler a pensar también quiero indicar una característica esencial del filosofar: la de crear el ambiente libre en el que sea posible el disponerse por sí mismo a pensar; de manera análoga a lo que ocurre cuando cambiamos de opinión sobre "algo", no porque nos digan o discutan lo contrario, sino por haber visto "con los propios ojos" la verdad de ese algo.El segundo término de la respuesta es "a pensar". Creo que no se puede en pocas palabras definir lo que podríamos entender por pensar. Por eso solo quiero lanzar algunos pensamientos míos que podrían darnos alguna idea acerca de lo que quiero decir con " a pensar":- El "pensar" no acaba la plenitud de nuestra existencia, pero nuestra existencia no puede ser "acabada" sin el pensar. Entendiendo la última mención de "acabada" en el sentido que la palabra adquiere cuando hablamos del "acabado de una obra de artesanal".- El pensar es inútil, como la fé en lo sagrado, como el goce que experimentamos cuando escuchamos una fuga de Bach o al Bill Evan's trio.- El pensar no es práctico, pero sí lo es trabajar en lo que sea para conseguir el dinero que se necesita para comprar una TV.- Pensar no es actuar, pensar no es acción; sí, pero, pensemos, ¿qué es, y cuál es esa acción que no es pensar?.- Personalmente creo, aunque suene mal decirlo, que el pensar es; de algun modo,(modo ciertamente nunca posible de definir y categorizar con exactitud), la forma mas sutil y mas efectiva de acción humana.

Me gustaría agregar un complemento; que es aquel que cada uno tiene que agregar a la respuesta "impeler a pensar", según su interés personal y su historia; de temas que considero de actualidad y a los que, creo, debemos impelernos a pensar si queremos que nuestro filosofar desempeñe un papel "actualizado" en la sociedad actual.- El nacimiento y desarrollo de la "cibernética", que incluye la variable temporal en los procesos de racionalidad lógica y se presenta como el paradigma adecuado para comprender los procesos vitales y de comunicación. Son particularmente orientadores y sugestivos las ideas del científico-filósofo Gregory Bateson sobre la relación que existe entre una galaxia y una estrella de mar y mi conocimiento

acerca de ellas, la necesidad de reintroducir los conceptos de mente y espíritu en el ámbito de las ciencias naturales asi como su epistemología de lo sagrado, entre otras cosas.- Partiendo de la teoria del doble vínculo de Bateson, Paul Watzlawick, en su Teoría de la Comunicación Humana,(que en realidad es solo un primer esbozo del campo teoricamente poco explorado del nivel pragmático de la comunicación),muestra la importancia vital y muchas veces crucial en la relaciones humanas, de las paradojas; fenómenos lógicos explotados ya por los antiguos dialécticos y considerados hasta este siglo como meros caprichos o defectos que cualquier buen sistema lógico debía eliminar.- La necesidad de re-actualizar la filosofía crítica marxiana y frankfurtiana. Pues si queremos seguir compartiendo la idea revolucionaria del joven Marx de transformar la realidad y no solo de interpretarla, debemos también, transformar la idea de "qué sea transformar la realidad". Quizás nos ayudaría en esta doble tarea, aparte de profundizar en el pensamiento dialéctico , tener en cuenta el desarrollo en el siglo XX de la sociología fenomenólogica de la vida cotidiana, basada en Husserl y Weber, e iniciada por Alfred Schutz y continuada por Berger, Luckmann y Giddens.- Esto último puede ser conectado fructiferamente con las investigaciones bio-sico-epistemológicas, que se etiquetan actualmente bajo el nombre de "constructivismo"; donde se replantean, el debate entre el realismo y el idealismo, y la cuestión del modo de "objetividad" del conocimiento científico. Nombres importantes son los clásicos Piaget y Vigotsky y los superactuales Von Foerster, Von Glasesfeld y los neurofilósofos Maturana y Varela.- También no se puede dejar de tener en cuenta para pensar con actualidad, a la Física "actual", odel siglo XX o contemporánea: los desarrollos de la Termodinámica, a partir del descubrimiento de su segunda ley, la de la "entropia", la hermana científica del nihilismo, el principio de incertidumbre, que ha destronado a la visión determinista de la naturaleza predominante en la fisica del XIX, el fenómeno de la complementariedad onda-particula del fotón de luz, la superación del concepto intuitivo de la materia, y la de la barrera ontológica entre energía y materia por la teoría de la relatividad, que también aniquila a las ideas clásicas e intuitivas acerca del tiempo y del espacio, los estudios sobre los fenómenos de las turbulencias que incluyeron al caos y al azar como conceptos integrables a la ciencia, la teoría de los fractales, el descubrimiento de simetrias superiores en el ámbito de la física de las partículas elementales, cuyas representaciones gráficas presentan semejanzas mas que superficiales con el arquetipo unificador del "mandala", del budismo y el arte antiguo hindú...y ya no nombro al Teorema de Gödel y a los ultimos desarrollos en metamatemática, porque soy consciente de que cualquier sintesis, por más exhaustiva que sea, de los "temas actuales" que pueden ser pensados por el filósofo, será necesariamente incompleta.Sin embargo, no quiero dejar de mencionar, al desarrollo del "paradigma de la complejidad" por el filósofo-científico Edgar Morín, quien busca, en su obra "El Método", reunir todas estas novedades científico-filosóficas e integrarlas en una

visión holística,diferenciada y recursivamente flexible de la naturaleza, la vida y el conocimiento.

Para finalizar, querría volver a poner el énfasis en el aspecto nunca "abstracto" y siempre "concreto" del filosofar. La Filosofía solo es verdadera cuando se concreta en cada uno de nosotros, cuando cada uno de nosotros la nutre y le da vida con sus propias experiencias: reflexiones, sentimientos, sensaciones, intuiciones, conversaciones, viajes, lecturas, asistencia a cursos y conferencias; y la madura, la hace sensata y flexible, cuando la comunica, la comparte, la pone en juego, la "actualiza", en el campo abierto y fresco, siempre franco y tolerante, del auténtico diálogo filosófico.