Comparacion de Creencias Revisada 2015

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Comparación de Creencias De los adventistas del séptimo día Desde 1874 hasta 1980 Una historia innegable del cambio de doctrinas PREFACIO El primer paso de la apostasía es formar un credo, que nos diga lo que tenemos que creer. John N. Loughborough E n relación al intento de quitar el nombre Adventista del Séptimo Día del American Sentinel [Centinela Americano] en 1890, para hacer más popular la revista con otras denominaciones, Elena White afirmó, "Esta política es el primer paso en una serie de pasos erróneos". (Counsels to Writers and Editors [Consejos a Escritores y Editores], p. 96, énfasis añadido). En el contexto de este testimonio, Elena White estaba hablando de los " pasos erróneos " que los herma- nos líderes estaban tomando por el camino de las concesiones ecumé- nicas. Sin embargo, en 1890 estaba presente un profeta vivo y se evitó este "primer paso" hacia el ecumenismo. 1. En 1926, el primer "paso erróneo" hacia las concesiones ecuménicas fue dado efectivamente por la Asociación General al votar que "Reconocemos a todo instrumento que ele-va a Cristo antes que al hombre como parte del plan divino para la evangelización del mundo, y tenemos en alta estima a los cristianos y cristianas de otras comunio- nes que se ocupan de ganar almas para Cristo". ("Relaciones Con Otras Sociedades," Comité Ejecutivo de la Asociación General, 1926). En 1928, se dio un segundo "paso erróneo" hacia el ecumenismo al aceptar una nueva Biblia, la versión American Revised [Americana Re- vi-sada], sobre la versión Authorized King James [Rey Santiago Autori- zada]. (Ver, Art., Wilkinson, Benjamin George, Enciclopedia Adventista del Séptimo Día, Edición Revisada, 1976, p. 1609 [en la versión ingle- sa]). En la sesión de 1930 de la Asociación General, el Comité dio un tercer paso erróneo, "en una serie de pasos erróneos," hacia el ecume- nismo al votar que se publicara un Manual de Iglesia y una "nueva" De- claración de Creencias Fundamentales oficial. (Ver abajo). LeRoy Froom jugó un papel principal en los tres pasos erróneos, "en una serie de pasos erró-neos," hacia el ecumenismo. Froom llegó a la Asociación General para servir como secretario de la Asociación Minis- terial en 1926, el año en que se aprobó el primer "paso erróneo". "LeRoy Edwin Froom . . . fue llamado a la Asociación General, donde

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Una comparación de las creencias adventistas originales dadas por revelación al pueblo adventista mientras estuvo viva la profeta y las que se votaron en 1980 luego de diversos cambios por causas ecumenicas

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Comparación de Creencias De los adventistas del séptimo día

Desde 1874 hasta 1980

Una historia innegable del cambio de doctrinas

PREFACIO El primer paso de la apostasía es formar un credo, que nos diga lo que

tenemos que creer. John N. Loughborough

E n relación al intento de quitar el nombre Adventista del Séptimo Día del American Sentinel [Centinela Americano] en 1890, para hacer más popular la revista con otras denominaciones, Elena

White afirmó, "Esta política es el primer paso en una serie de pasos erróneos". (Counsels to Writers and Editors [Consejos a Escritores y Editores], p. 96, énfasis añadido). En el contexto de este testimonio, Elena White estaba hablando de los " pasos erróneos " que los herma-nos líderes estaban tomando por el camino de las concesiones ecumé-nicas. Sin embargo, en 1890 estaba presente un profeta vivo y se evitó este "primer paso" hacia el ecumenismo. 1. En 1926, el primer "paso erróneo" hacia las concesiones ecuménicas fue dado efectivamente por la Asociación General al votar que "Reconocemos a todo instrumento que ele-va a Cristo antes que al hombre como parte del plan divino para la evangelización del mundo, y tenemos en alta estima a los cristianos y cristianas de otras comunio-nes que se ocupan de ganar almas para Cristo". ("Relaciones Con Otras Sociedades," Comité Ejecutivo de la Asociación General, 1926). En 1928, se dio un segundo "paso erróneo" hacia el ecumenismo al aceptar una nueva Biblia, la versión American Revised [Americana Re-vi-sada], sobre la versión Authorized King James [Rey Santiago Autori-zada]. (Ver, Art., Wilkinson, Benjamin George, Enciclopedia Adventista del Séptimo Día, Edición Revisada, 1976, p. 1609 [en la versión ingle-sa]). En la sesión de 1930 de la Asociación General, el Comité dio un tercer paso erróneo, "en una serie de pasos erróneos," hacia el ecume-nismo al votar que se publicara un Manual de Iglesia y una "nueva" De-claración de Creencias Fundamentales oficial. (Ver abajo). LeRoy Froom jugó un papel principal en los tres pasos erróneos, "en una serie de pasos erró-neos," hacia el ecumenismo. Froom llegó a la Asociación General para servir como secretario de la Asociación Minis-terial en 1926, el año en que se aprobó el primer "paso erróneo". "LeRoy Edwin Froom . . . fue llamado a la Asociación General, donde

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fue primer secretario asociado y luego secretario de la Asociación Mi-nisterial desde 1926 hasta 1950," según la Enciclopedia ASD. "Durante este tiempo fundó la revista The Ministry [El Ministerio] y fue su editor por 22 años". (ibid, Enciclopedia Adventista del Séptimo Día, Segunda Edición Revi-sada, 1995, Review and Herald Publishing Association, énfasis añadido). 2. Dos años más tarde, en el segundo "paso erróneo" hacia el ecume-nismo, se publicaron artículos que promovían una "nueva" traducción de la Biblia. Estos artículos aparecieron primero en la revista Ministry fundada y editada por Froom en 1928. "Poco después de la muerte de Elena G. de White, los líderes de la Adventista del Séptimo Día Iglesia empezaron a publicar artículos en las revistas Signs of the Times y Ministry promocionando la versión American Revised de la Biblia," así declara la Enciclopedia Adventista del Séptimo Día. ¿Quién era el editor de la revista The Ministry en 1928 cuando empeza-ron a aparecer estos artículos "promoviendo" la ver-sión American Revised? ¡LeRoy Froom! (Ver arriba). Observe que el tiempo fue "poco después de la muerte de Elena G. de White". Efectivamente este evento ocurrió en 1928, trece años después de la muerte de Elena White. Era mucho más fácil cambiar doctrinas y políticas sin un profeta vivo que rechazara los movimientos erróneos de los líderes de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. 3. En el tercer "paso erróneo" hacia el ecumenismo, Froom narra en sus propias palabras el papel que jugó en la formulación de un Credo y del primer Manual de Iglesia Adventista del Séptimo Día. Debido a este transfondo ecuménico, LeRoy Froom se convertiría más tarde en la figura más importante de las Conferencias Evangélicas ecuménicas de 1955-1956. (Ver, LeRoy Edwin Froom, Movement of Destiny [Movimiento del Destino], pp. 469, 470). La Historia Fascinante de la Formación de una Nueva Declaración de Creencias "[Edson] Rogers estaba afligido por el hecho de que, debido a algunas diferencias, durante varios años no había habido una Declaración de Creencias, o Doctrinas, de los Adventistas del Séptimo Día en nuestro Anuario," LeRoy Froom escribió en su histórico libro de 1971. (LeRoy Edwin Froom, Movement of Destiny [Movimiento del Destino], p. 410 [toda la numeración es de la versión inglesa], énfasis añadido). "¿Debido a algunas diferencias?" Las únicas "diferencias" de doctrina Adventista del Séptimo Día estaban en las mentes de Edson Rogers y LeRoy Froom. Los adventistas en 1930 estaban unidos en la verdad que fue tan elocuentemente expresada por Jaime White en los Anua-

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rios Adventistas del Séptimo Día anteriores a 1914. En 1930, Edson Rogers era el estadístico de la Asociación General. Él estuvo en ese cargo por 38 años, desde 1903 hasta que se jubiló en 1941. "Él [Rogers] era responsable de la diagramación y publicación del Anuario Adventista del Séptimo Día ". (ibid., Froom, MD, p. 410, énfasis añadido). "El momento había llegado, según le pareció [a Edson Rogers], para la aparición de una oportuna Declaración de Creencias en nuestro Anua-rio," recordó Froom. "Esto, pensó, era ahora posible". (ibid., Froom, Mo-vement of Destiny, p. 418, énfasis añadido). ¿Por qué era "ahora posible" en 1930 escribir una nueva "adecuada" Declaración de Creencias Fundamentales? ¿Por qué era "ahora posi-ble" desde 1928 promover una nueva versión de la Biblia, inspirada por los jesuitas de Roma, paralela con la Biblia Autorizada de los pio-neros Adventistas del Séptimo Día?

Froom Revela Por Qué El Momento Era Justo "Anteriormente, en la primavera de 1930," LeRoy Froom recordó, "Arthur G. Daniells, más de veinte años presidente de nuestra Asocia-ción General, me dijo que creía que en algún momento futuro yo debe-ría emprender una completa revisión del plan de redención, sus prin-ci-pios, provisiones y Personas divinas". (LeRoy Edwin Froom, Move-ment of Destiny, p. 17, én-fasis añadido). "El pastor Daniells reconoció los graves problemas involucrados," recor-dó Froom. "Sabía que se necesitaría tiempo para que sanaran ciertas heridas teológicas, y para que se modificaran algunas actitudes de par-te de algunas personas". Froom agregó además que, "Posiblemente sería necesario esperar hasta que ciertos individuos hayan quedado fuera de acción". (ibid., Froom, Movement of Destiny, p. 17, énfasis añadido). Estas declaraciones de Froom son muy reveladoras. Considere los si-guientes tres aspectos importantes de por qué "el momento era justo" en 1930. (1) El elemento de tiempo en estas declaraciones, "la primavera de 1930". Recuerde esta fecha. Muchos acontecimientos importantes esta-ban ocurriendo en ese tiempo, no solamente en el adventismo, sino también en el mundo. (2) Arthur G. Daniells le había dicho a Froom que "se necesitaría tiem-po para que sanaran ciertas heridas teológicas", y se necesitaría tiem-po para que "se modificaran algunas actitudes". ¿Qué quiso decir Da-niells con estas declaraciones? Evidentemente, Daniells quiso decir que, con el paso del tiempo, las actitudes "cambiarían" y "se modifica-rían", y se volverían más liberales.

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(3) La declaración más sorprendente que recordó Froom fue que, "Posiblemente sería nece-sario esperar hasta que ciertos individuos hayan quedado fuera de acción". Parafraseando a Daniells, esto sólo podía significar que "sería necesario esperar hasta que todos los pione-ros adventistas ¡hubiesen muerto!" ¿Quiénes eran estos "ciertos individuos" que para 1930 habían pasado al descanso? Nue-vamente, tomando en consideración el "tiempo y lugar", observe cuidadosamente las fechas en que estos pioneros ad-ventistas "salieron de escena": (1) Uriah Smith, "quedó fuera de acción" cuando murió en 1903. (2) Daniel Bourdeau, "quedó fuera de acción" a su muerte en 1905. (3) Elena G. de White, "quedó fuera de acción" a su muerte en 1915. (4) E. J. Waggoner y el Dr. David Paulson, " quedaron fuera de acción" cuando murieron el siguiente año en 1916. (5) Stephen Haskell, "quedó fuera de acción" a su muerte en 1922. (6) A. T. Jones, "quedó fuera de acción" a su muerte en 1923. (7) John Norton Loughborough, "quedó fuera de acción" a su muerte en 1924, dos años antes que los líderes ASD adoptaran la política de que, "Reconocemos a todo instrumento que exalta a Cristo antes que al hombre como parte del plan divino para la evangelización del mundo, y tenemos en alta estima a los cristianos y cristianas de otras comunio-nes que se ocupan de ganar almas para Cristo". ("Relación Con Otras Sociedades," Comité Ejecutivo de la Asociación General, 1926, énfasis añadido). En 1930 el momento era justo ahora para cambiar debido a que "ciertos individuos" habían pasado al descanso y no podrían sonar la alarma. Sus voces estaban ahora silentes. Sus escritos todavía podían hablar, pero esto no sería tan efectivo como un pionero vivo hablan-do en pro-testa sobre los cambios que empezaron en 1926. Durante muchos años los escri-tos de los pioneros adventistas han sido eliminados de los estantes de las Librerías Adventistas. De hecho, había sido virtual-mente imposible encontrar los escritos de E. J. Waggoner y A. T. Jones hasta años recientes. Leaves-Of-Autumn-Books y otros ministerios in-dependientes han sido responsables de la reposición de los escritos de los pioneros adventistas, no sólo directamente a las personas, sino también a las Librerías Adventistas. "El momento había llegado, según le pareció [a Edson Rogers], para la aparición de una oportuna Declaración de Creencias en nuestro Anua-rio," escribió Froom. (ibid., Froom, Movement of Destiny, p. 418, énfasis añadido). "¿Una oportuna Declaración de Creencias?" ¿Por qué Edson Rogers, LeRoy Froom y otros líderes de la Iglesia Adventista del Séptimo Día percibieron que los viejos "Principios Funda-mentales," publicados en el

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Anuario desde 1874 hasta 1914, ya no eran más "adecuadas"? ¿Había error o herejía en los viejos "Principios Fundamentales?" ¡No! Los líde-res deseaban cambiar las antiguas doctrinas ASD sobre: (1) "La Expia-ción Final en el Cielo", (2) "La Natu-raleza Humana de Jesucristo", (3) "El Lugar de las Escrituras y la Profecía en la Iglesia", y (4) "La Doctrina de la Trinidad Tal Como la Enseñan los Evangélicos". Otras denominaciones tenían declaraciones de creencias en sus anua-rios. Así que, tal como otros cuerpos religiosos podían observar, nues-tras creencias fundamenta-les no estaban definidas y no eran específi-cas. Eso preocupaba a Rogers, porque él creía que esa omisión nos colocaba en clara desventaja –lo cual era verdad. LeRoy Edwin Froom, Movement of Destiny, p. 410, énfasis añadido). "Otras denominaciones tenían declaraciones de creencias en sus anua-rios". Ahora ésta es una razón absurda para formar una Declaración de Creencias – ¡un credo! ¿Desde cuando debería importarnos lo que otras denominaciones de Babilonia hacen en sus políticas de iglesia? La segunda línea: "Así que, tal como otros cuerpos religiosos podían observar", es otra afirmación redundante. ¿Se supone que debe impor-tarnos lo que otros cuerpos religiosos piensan de nuestra doctrina? Te-nemos una comisión de parte de Dios a llamar a estas personas fuera de Babilonia, fuera de sus iglesias y credos, y a la verdad. Froom afir-mó que la omisión de una Declaración de Creencias "preocupaba a Rogers". Obviamente también preocupaba a Froom ya que estaba es-cribiendo en favor de la posición de Rogers. En lo que respecta a la omisión de una Declaración de Creencias del Anuario de la Iglesia ASD, se verá claramente ¡quién fue justamente el que omitió las Decla-raciones de Creencias de los Anuarios a partir de 1914! Una Declaración de Creencias Fundamentales "oficial", publicada en un Manual de Iglesia "oficial", lleno de políticas de iglesia "oficiales". Esto era algo que fue cuidadosamente evi-tado por los pioneros adventistas del séptimo día –desde el gran chasco de 1844 hasta 1930– ¡un perío-do de 86 años! Recuerde, Elena White recibió visiones y consejo direc-to del Señor en tales asuntos, y ella estuvo viva durante 71 años de ese tiempo. No encontramos nada en el Espíritu de Profecía que instruya o aconseje que la iglesia deba publicar un Manual de Iglesia "oficial", que estaría lleno de "políticas" de iglesia. Tampoco existe consejo o instruc-ción para que la iglesia deba formular una Declaración de Creencias Fundamentales "oficial" que sea una prueba de fe para los miembros de la iglesia. "En ningún respecto la obra de Dios debe circunscribirse a las restric-ciones hechas por el hombre", aconsejó Elena White. "Muchos de los ambiciosos planes y políticas que se han hecho no están respaldadas por él". (Manuscript Releases, Vol. 1, p. 245, énfasis añadido).

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Los Pioneros Adventistas se Opusieron a Un Credo

o Manual de Iglesia El primer paso de la apostasía es formar un credo, que nos diga lo que tenemos que creer. El segundo es hacer ese credo una prueba de dis-cipulado. El tercero es juzgar a los miembros por ese credo. El cuarto es denunciar como herejes a aquellos que no creen en ese credo. Y quinto, empezar una persecución contra los tales. Review and Herald, Battle Creek, Mich. Third-Day, 8 de octubre de 1861. "El propósito del Señor puede discernirse claramente al apartar un pue-blo diferente bajo la proclamación del mensaje del segundo ángel –el segundo llamado al 'banquete'– y del 'cla-mor de medianoche'", declaró Loughborough. "Las verdades preciosas para los últimos días deberían ser buscadas y proclamadas –una obra que no podía hacerse en las iglesias 'sujetas a un credo', como tampoco la proclamación del evan-gelio al mundo podía lograrse por la iglesia apostólica mientras mantu-viese conexión con las sectas judías". (J. N. Loughborough, The Se-cond Angel's Message [El Mensaje del Segundo Ángel], p. 178, énfasis añadido). Loughborough agregó además que, "Dios llamó a una separación ahí y también llamó por la separación de los creyentes de la segunda venida de aquellos que buscarían retenerlos en el círculo de sus credos". (ibid., SAM, p. 178, énfasis añadido). "En el tema de los credos, estoy de acuerdo con el Hno. Loughbo-rough", declaró Jaime White. "Ahora sostengo que los credos se en-cuentran en oposición directa a los dones". (Review and Herald, 8 de octubre de 1861). Ahora, ¿cuál es nuestra posición como pueblo? La Biblia es nuestro credo. Rechazamos todo lo que esté en forma de credo humano. To-mamos la Biblia y los dones del Espíritu; abrazando la fe de esta mane-ra el Señor nos enseñará de tiempo en tiempo. Y en esto tomamos po-sición en contra de la formación de un credo. No estamos dando ni un paso en lo que estamos haciendo, para convertirnos en Babilonia. Jaime White, "Doings of the Battle Creek Conference [Actas de la Con-ferencia de Battle Creek], 5 & 6 de octubre de 1861", Review and He-rald, Battle Creek, Mich. Third-Day, 8 de oct., 1861. Observe que si nosotros adoptamos un credo, o declaración "oficial" de creencias, estaríamos tomando un paso "hacia convertirnos en Babilo-nia". Si queremos ser como las otras denominaciones, estamos dando nosotros mismos un paso "para convertirnos en Babilonia".

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Hitos Históricos Adventistas PRINCIPIOS FUNDAMENTALES

Jaime White Al presentar al público esta sinopsis de nuestra fe, deseamos hacer muy claro que no tenemos artículos de fe, credo o disciplina fuera de la Biblia. No presentamos esto como si tuviese autoridad sobre nuestro pueblo, ni está diseñado para asegurar en-tre ellos una uniformidad, como un sistema de fe, sino que es una breve declaración de lo que ellos sostienen, y han sostenido, con gran unanimidad. A menudo en-contramos necesario responder preguntas sobre este tema y algunas veces para corregir falsas declaraciones circuladas contra nosotros, y para remover impresiones erróneas que han obtenido de quienes no han tenido una oportunidad de familiarizarse con nuestra fe y práctica. Nuestro único objetivo es satisfacer esta necesidad. Con estos comentarios, solicitamos la atención del lector a las siguien-tes proposiciones que buscan ser una declaración concisa de las carac-terísticas más prominentes de nuestra fe. Jaime White, Editorial, Signs of the Times, 4 de junio de 1874, Vol. 1, Núm. 1; The Living Witness [El Testimonio Viviente], "Significant Arti-cles From the Signs of the Times [Artículos Significativos de Signs of the Times]," Pacific Press Publishing Association, 1959, pp. 1, 2. 1. Que hay un solo Dios, personal, ser espiritual, el Creador de to-

das las cosas, omnipotente, omnisciente y eterno; infinito en sabi-duría, santidad, justicia, bondad, verdad y misericordia; inmutable y presente en todas partes por su representante, el Espíritu Santo. Sal. 139:7.

2. Que hay un Señor Jesucristo, el Hijo del Padre eterno, por quien todas las cosas fueron creadas y por quien todas subsisten, que tomó para sí la naturaleza de la semilla de Abrahán para la reden-ción of nuestra raza caída; vivió entre los hombres, lleno de gracia y verdad, vivió nuestro ejemplo, murió nuestro sacrificio, fue levan-tado para nuestra justificación, ascendió a las alturas para ser nuestro único mediador en el santuario celestial, donde a través de los méritos de su sangre derramada, asegura el perdón de los pe-cados de todos los que continuamente vienen a él; y como parte final de su obra como sacerdote, antes de tomar su trono como rey, consumará la gran expiación por los pecados de todos ellos, y sus pecados serán entonces borrados (Hechos 3:19) y quitados del santuario, tal como se mostró en el servicio del sacerdocio leví-tico, que anticipa y prefigura el ministerio de nuestro Señor en el cielo. Ver Lev. 16; Heb. 8:4, 5; 9:6, 7.

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3. Que las Sagradas Escrituras del Antiguo y Nuevo Testamento fueron dadas por inspiración de Dios, contienen una completa revelación de su voluntad al hombre, y son la única regla infalible de fe y práctica. 4. Que el bautismo es una ordenanza de la iglesia cristiana, que sigue a la fe y al arrepentimiento, – una ordenanza por la cual conmemora-mos la resurrección de Cristo, ya que por este acto mostramos nuestra fe en su muerte y resurrección, y a través de ella, en la resurrección de todos los santos en el día postrero; y que ninguna otra forma represen-ta más adecuadamente estos hechos que la que prescriben las Escritu-ras, es decir por inmersión. Rom. 6:3-5; Col. 2:12. 5. Que el nuevo nacimiento comprende todo cambio necesario para capacitarnos para el reino de Dios, y consiste en dos partes: Primero, un cambio moral llevado a cabo por la conversión y una vida cristiana (Juan 5:3); segundo, un cambio físico a la segunda venida de Cristo, donde, si estamos muertos, seremos levantados incorruptibles, y si vi-vos, seremos transformados a la inmortalidad en un momento, en un abrir de ojo. Lucas 20, 36; 1 Cor. 15:51, 52. 6. Que la profecía es una parte de la revelación de Dios al hombre; que está incluida en la Escritura que es útil para instrucción (2 Tim. 3:16); que está diseñada para nosotros y nuestros hijos (Deut. 29:29); que lejos de estar cubierta en un misterio impenetrable, es la que especial-mente constituye la palabra de Dios, lámpara a nuestros pies y lumbre-ra a nuestro camino (Sal. 119:105; 2 Pedro 1:19); que una bendición ha sido pronunciada para aquellos que la estudian (Apoc. 1:1-3); y que, en consecuencia, debe ser comprendida por el pueblo de Dios lo suficiente para mostrarles su posición en la historia del mundo y los deberes especiales que se requieren en sus manos. 7. Que la historia del mundo desde fechas específicas en el pasado, el surgimiento y caída de imperios y la sucesión cronológica de eventos hasta el establecimiento del reino eterno de Dios, son delineados en numerosas grandes cadenas de profecía; y que estas profecías ahora están cumplidas todas excepto las escenas finales. 8. Que la doctrina de la conversión del mundo y un milenio temporal es una fábula de estos últimos días, calculada para adormecer a los hom-bres a un estado de seguridad carnal, y causar que sean sorprendidos por el gran día del Señor como ladrón en la noche (1 Tes. 5:3); que la segunda venida de Cristo debe preceder, no seguir, al milenio; porque

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hasta que el Señor aparezca, el poder papal, con todas sus abomina-ciones, continuará (2 Tes. 2, 8), el trigo y la cizaña crecerán juntos (Mat. 13:29, 30, 39), y los malos y seductores irán de mal en peor, tal como lo declara la palabra de Dios. 2 Tim. 3:1, 13. 9. Que el error de los adventistas en 1844 fue en relación a la naturale-za del evento que debió ocurrir, no al tiempo; que ningún período profé-tico es dado que alcance la segunda venida, pero que el más largo, los dos mil y trescientos días de Dan. 8:14, terminaron en 1844, y nos lle-varon a un evento llamado la purificación del santuario. 10. Que el santuario del nuevo pacto es el tabernáculo de Dios en el cielo, del cual Pablo habla en Heb. 8 y en adelante, y del cual nuestro Señor, como gran sumo sacerdote, es ministro; que este santuario es el antitipo del tabernáculo mosaico y que la obra sacerdotal de nuestro Señor, con la cual está conectada, es el antitipo de la obra de los sacerdotes judíos de la dispensación anterior (Heb. 8:1-5, etc.); que éste, y no la tierra, es el santuario que será purificado al final de los dos mil trescientos días, lo que es denominado su purificación es en este caso, como en el tipo, simplemente la entrada del sumo sacerdote al lugar santísimo, para terminar la ronda de servicio con la cual está co-nectada, al hacer expiación y quitar del santuario los pecados los cua-les han sido transferidos a este por medio de la ministración en el pri-mer departamento (Lev. 16; Heb. 9:22, 23); y que esta obra en el antitipo, empezando en 1844, consiste efectivamente en borrar los pe-cados de los creyentes (Hechos 3:19), y ocupa un espacio de tiempo breve pero indefinido, a cuya conclusión la obra de misericordia para el mundo habrá terminado y tomará lugar la segunda venida de Cristo. 11. Que los requerimientos morales de Dios son los mismos sobre todos los hombres bajo todas las dispensaciones; que éstos están contenidos resumidamente en los mandamientos hablados por Jehová en el Sinaí, esculpidos en tablas de piedra, y depositadas en el arca, la cual en consecuencia fue llamada el "arca del pacto" o testamento (Núm. 10:33; Heb. 9:4, etc.): que esta ley inmutable y perpetua, siendo una transcripción de las tablas depositadas en el arca en el verdadero santuario en las alturas, el cual también es, por la misma razón, llama-da arca del testamento de Dios: porque bajo el sonido de la séptima trompeta se nos dice que "el templo de Dios fue abierto en el cielo, y el arca de su testamento fue vista en su templo ". Apoc. 11:19.

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12. Que el cuarto mandamiento de esta ley requiere que dediquemos el séptimo día de cada semana, comúnmente llamado Sábado, a abstenernos de nuestro propio trabajo, y al cumplimiento de los deberes sagrados y religiosos; que este es el único sábado conocido en la Biblia, siendo el día que fue separado antes que el Paraíso se perdiera (Gen. 2:2, 3), y el cual será observado en el Paraíso restaurado (Isa. 66:22, 23); que los hechos sobre los cuales se basa la institución del Sábado lo confinan al séptimo día, y que no son verdaderos para ningún otro día, y que los términos, sábado judío, apli-cado al séptimo día, y sábado cristiano, aplicado al primer día de la se-mana, son nombres de invención humana, de hecho no escriturales, y falsos en significado. 13. Que como el hombre de pecado, el papado, ha planeado cambiar los tiempos y la ley (la ley de Dios, Dan. 7:25), y ha engañado a casi toda la cristiandad respecto al cuarto mandamiento, encontramos una profecía de reforma en este respecto que será llevada a cabo entre los creyentes justo antes de la venida de Cristo. Isa. 56:1, 2; 1 Pedro 1:5; Apoc. 14:12, etc. 14. Que como el corazón natural o carnal está en enemistad con Dios y su ley, esta enemistad puede eliminarse solamente por una transformación radical de los afectos, el intercambio de principios no santos por santos; que esta transformación sigue al arrepentimiento y la fe, es la obra especial del Espíritu Santo, y constituye la regenera-ción, o conversión. 15. Que todos hemos violado la ley de Dios, y no podemos de nosotros mismos rendir obediencia a sus justos requerimientos, somos depen-dientes de Cristo, primero para justificación de nuestras ofensas pasa-das, y en segundo lugar, por la gracia por medio de la cual podemos rendir obediencia aceptable a su santa ley en el futuro. 16. Que el Espíritu de Dios fue prometido para manifestarse a sí mismo en la iglesia a través de ciertos dones, enumerados especialmente en 1 Cor. 12 y Efe. 4, que estos dones no están diseñados para reemplazar, o tomar el lugar de, la Biblia, que es suficiente para hacernos sabios a la salvación, ni tampoco la Biblia puede tomar el lugar del Espíritu Santo; que, al especificar los diversos canales de sus operacio-nes, que el Espíritu simplemente ha hecho provisión para su propia existencia y presencia con el pueblo de Dios hasta el fin de los tiempos para conducir a un entendimiento de esa palabra que inspiró,

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para convencer de pecado, y para obrar una transformación en el cora-zón y en la vida, y que aquellos que niegan al Espíritu su lugar y opera-ción, claramente niegan esa parte de la Biblia que le asigna a él esta obra y posición. 17. Que Dios, de acuerdo con su trato uniforme con la raza, pronuncia una proclamación de la cercanía de la segunda venida de Cristo, y que esta obra está simbolizada por los tres mensajes de Apocalipsis 14, él último resaltando la obra de reforma respecto a la ley de Dios, que su pueblo pueda adquirir una completa preparación para ese evento. 18. Que el tiempo de la purificación del santuario (Ver proposición 10), sincronizado con el tiempo de la proclamación del tercer mensaje (Apoc. 14:9, 10), es un tiempo para el juicio investigador, primero con referencia a los muertos, y segundo, al final del tiempo de prueba, con referencia a los vivos, para determinar quienes de los millares que duermen ahora en el polvo de la tierra son dignos de una parte en la primera resurrección, y quienes de sus multitudes vivientes son dignos de traslación, –puntos que deben ser determinados antes que el Señor aparezca. 19. Que la tumba, hacia la cual todos tendemos, expresada por la pala-bra hebrea "sheol" y la palabra griega "hades," es un lugar o condición, donde no hay obra, ni industria, ni ciencia, ni sabiduría, Ecl. 9:10. 20. Que el estado al cual somos reducidos a la muerte es uno de silen-cio, inactividad y com-pleta inconciencia. Sal. 146:4; Ecl. 9:5, 6; Dan. 12:2. 21. Que fuera de esta prisión de la tumba, será levantada la humanidad por una resurrección corporal, los justos teniendo parte en la primera resurrección, que se efectúa a la segunda venida de Cristo; los impíos, en la segunda resurrección, que se efectúa mil años des-pués. 22. Que a la trompeta final, los justos vivos serán transformados en un momento, en el abrir de un ojo, y que los justos levantados serán arre-batados para encontrar al Señor en el aire, para estar siempre con el Señor. 1 Tes. 4:16, 17; 1 Cor. 15:51, 52. 23. Que estos inmortales son entonces llevados al cielo, a la Nueva Jerusalén, a la casa del Padre, en la cual hay muchas mansiones (Juan 14:1-3), donde reinan con Cristo mil años, juzgando al mundo y a los ángeles caídos, o sea, estableciendo el castigo que será ejecutado so-bre ellos al final de los mil años (Apoc.20:4; 1 Cor. 6:2, 3); que durante

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este tiempo la tierra yace en una condición desolada, caótica (Jer. 4:23-27), como en el principio, por el término griego "abussos" (abismo sin fondo, Gen. 1:2 de la Septuaginta); y que ahí es confinado Satanás du-rante los mil años (Apoc. 20:1, 2), y ahí finalmente destruido (Apoc. 20:10; Mal. 4:1); el teatro de la ruina que ha forjado en el universo, apropiadamente es hecho por un tiempo su sombría prisión, y luego el lugar de su ejecución final. 24. Que al final de los mil años el Señor desciende con su pueblo y la Nueva Jerusalén (Apoc. 21:2), los impíos muertos son levantados y salen a la superficie de la tierra aún no renovada, y se reúnen alrededor de la ciudad, el campo de los santos (Apoc. 20:9), y fuego desciende de Dios fuera del cielo y los devora. Ellos son entonces consumidos, raíz y ra-ma (Mal. 4:1), viniendo a ser como si nunca hubiesen sido (Abdías 15, 16). En esta perdición eterna de la presencia del Señor (2 Tes. 1:9), los impíos encuentran "el tormento eterno" amenazado con-tra ellos (Mat. 25:46), que es la muerte eterna. Rom. 6:23; Apoc. 20:14, 15. Esta es la perdición de los hombres malos, el fuego que los consu-me es el fue-go para el cual "los cielos que son ahora, y la tierra, son . . . guardados", que abrasará aún los elementos con su intensidad, y pur-gará a la tierra de sus manchas más profundas de la maldición del pe-cado. 2 Pedro 3:7-12. 25. Que nuevos cielos y una nueva tierra surgirán por el poder de Dios de las cenizas de los anteriores, y esta tierra renovada con la Nueva Jerusalén como su metrópolis y capital será la herencia eterna de los santos, el lugar donde los justos morarán para siempre. 2 Pedro 3:13; Sal. 37, 11, 29; Mat. 5:5. *NOTA: Las Creencias Fundamentales 14, 15 y 16 no aparecieron en este artículo de la Signs of the Times por Jaime White. Hay 25 princi-pios en este artículo. Los tres omitidos que harían un total de 28, fueron publicados por Uriah Smith en 1872, y los 28 principios completos fue-ros también publicados cada año en el Anuario Adventista del Séptimo Día entre los años 1889-1914. Debido a que Jaime White y Uriah Smith eran coeditores en la Advent Review and Sabbath Herald existía gran unidad entre estos dos pioneros adventistas. Ambos hombres estuvie-ron con este pueblo desde el principio, y ambos hombres sufrieron el Gran Chasco de 1844. Esta publicación de 25 Principios Fundamenta-les por Jaime White fue el primer número en la primera edición de la Signs of the Times. Se des-conoce por qué Jaime White escogió omitir estos tres principios. La publicación de Uriah Smith de los Principios Fundamentales fue hecha en formato de panfleto. Los Anuarios ASD se

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publicaron en formato de libro. Quizás Jaime White redujo los principios a 25 por motivos de espacio en el formato mensual de una revista. Uno puede tener la seguridad de que todos los pioneros adventistas del séptimo día estuvieron en total armonía con el contenido de estos tres principios. (Ver Prefacio por Jaime White arriba.) Los principios omiti-dos 14, 15 y 16, se incluyen abajo. 14. Que los seguidores de Cristo deben ser un pueblo peculiar, no si-guiendo los dictados, ni conformándose a las maneras del mundo; ni amando sus placeres ni fomentando sus extravagancias, por cuanto tal como dice el apóstol "cualquiera que quisiere ser" en este sentido, "amigo del mundo, se constituye en enemigo de Dios" (Santiago 4:4); y Cristo dice que no podemos tener dos señores, o al mismo tiempo, ser-vir a Dios y a Mammón. Mat. 6:24. 15. Que las Escrituras insisten sobre la sencillez y modestia del vestido como una señal dis-tintiva de discipulado en aquellos que profesan ser seguidores de aquél que fue "humilde y contrito de corazón", que el llevar oro, perlas y arreglos costosos, o cualquier cosa dise-ñada para meramente adornar a la persona y fomentar el orgullo del corazón natu-ral, de-be ser descartado, de acuerdo a Escrituras tales como 1 Tim. 2:9, 10; 1 Pedro 3:3, 4. 16. Que el medio de soporte de la obra evangélica entre los hombres debe ser aportado por amor a Dios y amor a las almas, no generado por loterías de iglesia, u ocasiones diseñadas para contribuir a las incli-naciones festivas e indulgentes del apetito, del pecador, tales como ferias, festivales, juegos o reuniones sociales inadecuadas, etc., los cuales son una desgracia a la iglesia profesa de Cristo; que la propor-ción de nuestras entradas requeridas en las anteriores dispensaciones no pueden ser menores bajo el evangelio; que es la misma de Abraham (cuyos hijos somos, si somos de Cristo. Gál. 3:29) cuando dio un déci-mo de todo (Heb. 7:1-4); el diezmo es del Señor (Lev. 27: 30); y este décimo de nuestras entradas también es suplementado con ofrendas de aquellos que pueden, para el sostenimiento del evangelio. 2 Cor. 9:6; Mal. 3:8, 10.

Respaldo del Espíritu de Profecía "Los pasados cincuenta años [1906 > 1844] no han disminuido una jota o principio de nues-tra fe, tal como recibimos las grandes y maravillo-sas evidencias que nos fueron manifestadas en 1844, después que pasó el tiempo. . .," escribió Elena White. "Ni una palabra ha sido cam-

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biada o negada". (The New York Indicator, 7 de febrero de 1906; tam-bién; The Upward Look [Alza Tus Ojos], p. 352, énfasis añadido). "Lo que el Espíritu Santo atestiguó como verdad después que pasó el tiempo, en nuestro gran chasco, es el sólido fundamento de la verdad," afirmó además Elena White. "Los pilares de la verdad fueron revelados, y nosotros aceptamos los principios fundamentales que nos han hecho lo que somos – Adventistas del Séptimo Día, guardando los manda-mientos de Dios y teniendo la fe de [no EN, sino DE] Jesús". (ibid., The Upward Look, p. 352, énfasis añadido). "Fui instruida para instar a nuestros médicos y ministros a tomar una posición firme por la verdad", aconsejó Elena White. "Dios nos ha con-ducido en el pasado, dándonos la verdad, la verdad eterna. Esta ver-dad debemos exaltar". (Selected Messages, vol 1, p. 162, énfasis aña-dido). "Dios nunca se contradice a sí mismo. . .", declaró Elena White. "Pero nos mantenemos fir-mes con los viejos hitos . . . la verdad que por los pasados cincuenta años Dios ha estado dando a su pueblo, sustentán-dola por la demostración del Espíritu Santo. – Carta 329, 1905. (Notebook Leaflets from the Elmshaven Library [Cuadernos de la Biblio-teca de Elmshaven], Vol. 2, pp. 157, 158, énfasis añadido).

DECLARACIONES DE CREENCIAS COMPARADAS 1874 - 1980

Hay una diferencia tan grande entre nuestra fe y la de los profeso-res nominales como los cielos son más altos que la tierra.

Spiritual Gifts, vol. 2, p. 300.

Sección 1 – LA BIBLIA 1874 hasta 1914 – Declaración en los Anuarios de la Iglesia ASD. LA BIBLIA – Que las Sagradas Escrituras del Antiguo y Nuevo Testa-mento fueron dadas por inspiración de Dios, contienen una completa revelación de su voluntad al hombre, y constituyen la única regla infali-ble de fe y práctica. 1980 – Declaración en el Manual de la Iglesia ASD. LA BIBLIA – Las Sagradas Escrituras, que abarcan el Antiguo y el Nue-vo testamento, consti-tuyen la Palabra de Dios escrita, trasmitida por inspiración divina mediante santos hombres de Dios que hablaron y escribieron impulsados por el Espíritu Santo. Por medio de esta Pa-la-bra, Dios comunica a los seres humanos el conocimiento necesario para alcanzar la salva-ción. Las Sagradas Escrituras son la infalible revelación de la voluntad divina. Son la norma del carácter, el criterio para evaluar la experiencia, la revelación autorizada de las doctrinas, un registro fidedigno de los actos de Dios realizados en el curso de la

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historia. Observe que la palabra "única" ha sido omitida de la nueva declaración de 1980. Pero Dios tendrá en la tierra un pueblo que sostendrá la Biblia y la Bi-blia sola, como piedra de toque de todas las doctrinas y base de todas las reformas. Ni las opiniones de los sabios, ni las deducciones de la ciencia, ni los credos o decisiones de concilios [eclesiásticos] tan nume-rosos y discordantes como lo son las iglesias que representan, ni la voz de las mayorías, nada de esto, ni en conjunto ni en parte, debe ser con-siderado como evidencia en favor o en contra de cualquier punto de fe religiosa. Antes de aceptar cualquier doctrina o precepto debemos cer-ciorarnos de si los autoriza un categórico "Así dice Jehová". Elena G. de White, El Conflicto de los Siglos, p. 595 [405] (énfasis aña-dido). La Biblia, y la Biblia sola, debe ser nuestro credo, el único lazo de unión, todos los que se inclinan a esta Palabra Sagrada estarán en ar-monía. Nuestros propios puntos de vista e ideas no deben controlar nuestros esfuerzos. El hombre es falible, pero la Palabra de Dios es infalible. En lugar de estar contendiendo unos con otros, exalten los hombres al Señor. Enfrentemos toda oposición como lo hizo nuestro Ma-estro, diciendo, "Escrito está". Levantemos la bandera sobre la cual está escrito, La Biblia nuestra regla de fe y práctica Elena G. de White, Selected Messages, vol 1, p. 416 (énfasis añadido). Sección 2 – EL ESPÍRITU DE PROFECÍA 1874 hasta 1914 – Declaración en los Anuarios de la Iglesia ASD. EL ESPÍRITU DE PROFECÍA – Que el Espíritu de Dios fue prometido para manifestarse a sí mismo en la iglesia a través de ciertos dones, enumerados especialmente en 1 Cor. 12 y Efe. 4, que estos dones no están diseñados para reemplazar o tomar el lugar de la Biblia, que es suficiente para hacernos sabios para la salvación, ni tampoco la Biblia puede tomar el lugar del Espíritu Santo; que, al especificar los diversos canales de su operación, ese Espíritu sim-plemente ha hecho provisión para su propia existencia y presencia con el pueblo de Dios has-ta el fin de los tiempos para conducir a un conocimiento de esa palabra que inspiró, para con-vencer de pecado, y para obrar una transformación en el corazón y en la vida, y que aquellos que niegan al Espíritu su lugar y operación, claramente niegan esa parte de la Biblia que le asigna a él esta obra y posición. 1980 – Declaración en el Manual de la Iglesia ASD. EL ESPÍRITU DE PROFECÍA – Uno de los dones del Espíritu Santo es el de profecía. Este don es una señal identificadora de la iglesia rema-

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nente y se manifestó en el ministerio de Elena G. de White. Como men-sajera del Señor, sus escritos son una permanente y autorizada fuente de verdad que proporciona consuelo, dirección, instrucción y corrección a la iglesia. Ellos también establecen con claridad que la Biblia es la norma por la cual debe ser probada toda enseñanza y toda experiencia. Con esta nueva declaración en 1980, la iglesia ha puesto ahora el don de profecía en una per-sona –de hecho igual que la Iglesia Mormona ha hecho en su declaración sobre José Smith. Los escritos of Elena G. de White son ahora "una permanente y autorizada fuente de verdad". En otras palabras, ahora tenemos otra fuente de Escrituras, justamente igual que la Iglesia Mormona con el libro de Mormón. Vosotros no os habéis familiarizado con las Escrituras. Si hubiéseis hecho de la Palabra de Dios vuestro estudio, con un deseo de llegar al estándar de la Biblia y alcan-zar la perfección cristiana, no hubiéseis necesitado de los Testimonios. Es debido a que habéis sido negligen-tes para conocer el Libro inspirado de Dios, que él ha buscado alcanza-ros por testimonios simples y directos, llamando vuestra atención a las palabras de inspiración que habéis sido negligentes en obedecer, y ur-giéndoos a modelar vuestras vidas de acuerdo con sus puras y eleva-das enseñanzas. Elena G. de White, Testimonies for the Church, vol. 5, pp. 664, 665 (énfasis añadido) Sección 3 – LA DIVINIDAD 1874 hasta 1914 – Declaración en los Anuarios de la Iglesia ASD. LA TRINIDAD – Ninguna declaración sobre la Trinidad. 1. EL PADRE – Que hay un solo Dios, personal, ser espiritual, el Crea-dor de todas las cosas, omnipotente, omnisciente y eterno; infinito en sabiduría, santidad, justicia, bondad, verdad y misericordia; inmutable y presente en todas partes por su representante, el Espíritu Santo. Sal. 139:7. 2. EL HIJO – Que hay un Señor Jesucristo, el Hijo del Padre eterno, por quien todas las cosas fueron creadas y por quien todas subsisten. … EL ESPÍRITU SANTO – Ninguna declaración sobre el Espíritu Santo. La declaración sobre el Espíritu Santo fue incluida en la declaración sobre DIOS EL PADRE. "Dios el Padre está . . . en todas partes presente por su representante, el Espíritu Santo". 1980 – Declaración en el Manual de la Iglesia ASD. 2. LA TRINIDAD – Hay un solo Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo, una unidad de tres personas coeternas. Dios es inmortal, todopoderoso, omnisapiente, superior a todos y omnipresente. Es infinito y escapa a la

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comprensión humana, aunque se lo puede conocer por medio de su autorrevelación. Es digno para siempre de reverencia, adoración y ser-vicio por parte de toda la creación. 3. EL PADRE – Dios el Padre Eterno es el Creador, Originador, Susten-tador y Soberano de toda la creación. Es justo y santo, misericordioso y clemente, tardo en airarse, y abundante en amor y fidelidad. Las cuali-dades y las facultades del Padre se manifiestan también en el Hijo y en el Espíritu Santo. 4. EL HIJO – Dios el Hijo Eterno se encarnó en Jesucristo. Por medio de él se crearon todas las cosas, se reveló el carácter de Dios, se llevó a cabo la salvación de la humanidad y se juzga al mundo. 5. EL ESPÍRITU SANTO – Dios el Espíritu Santo desempñó una parte activa con el Padre y el Hijo en la creación, la encarnación y la reden-ción. Inspiró a los autores de las Escrituras. Infundió poder a la vida de Cristo. Atrae y convence a los seres humanos, y renueva a los que res-ponden y los transforma a la imagen de Dios. La Doctrina de la Trinidad fue insertada en la Declaración de 1931. Es-ta Declaración sobre la Trinidad está escrita exactamente como se re-quiere para ser miembro del Concilio Mundial de Iglesias. Los pioneros adventistas no se refirieron a la Doctrina de la Trinidad porque no bus-caban lazos ecuménicos con Babilonia. Sección 4 – LA ENCARNACIÓN 1874 hasta 1914 – Declaración en los Anuarios de la Iglesia ASD. 2. EL HIJO – Que hay un Señor Jesucristo, el Hijo del Padre eterno . . . que tomó para sí la naturaleza de la semilla de Abrahán para la reden-ción of nuestra raza caída; vivió entre los hombres, lleno de gracia y verdad, vivió nuestro ejemplo. 1980 – Declaración en el Manual de la Iglesia ASD. 4. EL HIJO – Dios EL Hijo Eterno se encarnó en Jesucristo. … Aunque es verdadero y eternamente Dios, llegó a ser también verdaderamente hombre, Jesús el Cristo. Fue concebido por el Espíritu Santo y nació de la virgen María. Vivió y experimentó la tentación como ser humano, pe-ro ejemplificó perfectamente la justicia y el amor de Dios. Guiados por el Espíritu Santo sentimos nuestra necesidad, reconoce-mos nuestra pecaminosidad, nos arrepentimos de nuestras transgresio-nes, y ejercitamos fe en Jesús como nuestro Señor y Cristo, como Sus-tituto y Ejemplo. La declaración de 1980 ahora enfatiza la Sustitución del sacrificio ex-piatorio de Cristo. La declaración de que Cristo tomó sobre sí "la natu-raleza de la semilla de Abraham" en la antigua declaración es elimina-

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da, retirando el énfasis en la naturaleza humana caída de Cristo. Tam-bién el enfoque católico de enfatizar el papel de la vírgen María es aña-dido. DOS PUNTOS DE VISTA SOBRE LA NATURALEZA DE CRISTO El Punto de Vista de los Pioneros Él [Cristo] tomó sobre sí la naturaleza de la semilla de Abraham. Jaime White, Declaración de creencias de 1874, op. sit. The Living Wit-ness [El Testigo Viviente], "Artículos Significativos de Signs of the Ti-mes," 1874-1959, Pacific Press Publishing Association, 1959 (p. 2). Nuevo Punto de Vista Espurio de los Adventistas del Séptimo Día Él [Cristo] fue como Adán antes de su caída ... LeRoy Edwin Froom, Movement of Destiny, 1971 (p. 428). Sección 5 – LA EXPIACIÓN 1874 hasta 1914 – Declaración en los Anuarios de la Iglesia ASD. LA EXPIACIÓN – Que hay un Señor Jesucristo . . . que . . . murió nues-tro sacrificio, fue levantado para nuestra justificación, ascendió a las alturas para ser nuestro único mediador en el santuario celestial, donde con su propia sangre, él hace la expiación por nuestros pecados; dicha expiación, lejos de haber sido hecha en la cruz, en la cual fue el ofreci-miento del sacrificio, es la última porción de su obra como sacerdote, de acuerdo al ejemplo del sacerdocio levítico, que simbolizó y prefiguró el ministerio de nuestro Señor en el cielo. 1980 – Declaración en el Manual de la Iglesia ASD. LA EXPIACIÓN – Mediante la vida de Cristo, de perfecta obediencia a la voluntad de Dios, y en sus sufrimientos, su muerte y su resurrección, Dios proveyó el único medio para expiar el pecado del mundo, de ma-nera que los que por fe aceptan esta expiación puedan tener vida eter-na, y toda la creación pueda comprender mejor el infinito y santo amor del Creador. Esta expiación perfecta vindica la justicia de la ley de Dios y la benignidad de su carácter; porque no sólo condena nuestro peca-do, sino también nos garantiza nuestro perdón. … La resurrección de Cristo proclama el triunfo de Dios sobre las fuerzas del mal, y asegura la victoria final sobre el pecado y la muerte a los que aceptan la expia-ción. … Observe que la declaración de 1874 de los pioneros adventistas del séptimo día declara que "el santuario celestial, (es) donde, con su pro-pia sangre, él hace la expiación por nuestros pecados . . .". La nueva declaración de 1980 declara que quienes "aceptan esta ex-piación," en la cruz, y, "esta expiación perfecta," otra vez, "aceptan la expiación". Observe que la declaración de 1874 declara que la cruz era, "el ofreci-

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miento del sacrificio". DOS PUNTOS DE VISTA SOBRE LA EXPIACIÓN El Punto de Vista de los Pioneros A aquellos que nos acusan de enseñar doctrinas extrañas, porque creemos que la obra de expiación de Cristo por el pecado se inició en lugar de completarse en el Calvario, les hacemos estas preguntas: Si en la cruz se hizo una expiación por el pecado completa y final, ¿entonces se salvarán todos? porque Pablo dice que Él "murió por to-dos". ¿Debemos entender que ustedes son universalistas? "No", dicen ustedes, "no todos los hombres se salvarán". Bien, entonces, ¿debemos entender que ustedes sostienen que Cristo hizo una expia-ción completa en la cruz para solamente unos pocos, y que su sacrificio no abarcó a todo el mundo, sino que fue parcial? Esa sería predestina-ción en su peor forma. Francis D. Nichol, Answers to Objections [Respuestas a Objeciones], Review and Herald Publishing Asociación, edición de 1952 (p. 408) (énfasis añadido). Nuevo Punto de Vista Espurio de los Adventistas del Séptimo Día Cuando, por tanto, uno oye decir a un adventista, o lee en la literatura adventista –aún en los escritos de Elena G. de White– que Cristo está haciendo expiación ahora, debe ser entendido que queremos decir sim-plemente que Cristo está ahora aplicando los beneficios de la expiación sacrificial que hizo en la cruz. ... Questions on Doctrine [Preguntas sobre Doctrina], Review and Herald Publishing Asociación, 1957, pp. 354, 355 (énfasis de ellos). Sección 6 – EL MINISTERIO DE CRISTO EN EL SANTUARIO CE-LESTIAL 1874 hasta 1914 – Declaración en los Anuarios de la Iglesia ASD. NUESTRO SUMO SACERDOTE –Que el santuario del nuevo pacto es el tabernáculo de Dios en el cielo, del cual Pablo habla en Heb. 8 y en adelante, y del cual nuestro Señor, como gran sumo sacerdote, es mi-nistro; que este santuario es el antitipo del tabernáculo mosaico y que la obra sacerdotal de nuestro Señor, con la cual está conectada, es el antitipo de la obra de los sacerdotes judíos de la dispensación anterior (Heb. 8:1-5, etc.); que este, y no la tierra, es el santuario que será puri-ficado al final de los dos mil trescientos días, lo que es denominado su purificación es en este caso, como en el tipo, simplemente la entrada del sumo sacerdote al lugar santísimo, para terminar la ronda de servi-cio con la cual está conectada, al hacer expiación y quitar del santuario los pecados que han sido transferidos por medio del ministerio en el primer apartamento; y que esta obra en el antitipo, empezando en

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1844, ocupa un espacio de tiempo breve pero indefinido, a cuya conclu-sión la obra de misericordia para el mundo habrá terminado y tomará lugar la segunda venida de Cristo. 1980 – Declaración en el Manual de la Iglesia ASD. NUESTRO SUMO SACERDOTE – Hay un santuario en el cielo, el ver-dadero tabernáculo que el Señor erigió y no el hombre. En él ministra Cristo a favor de nosotros, para poner a disposición de los creyentes los beneficios de su sacrificio expiatorio ofrecido una vez y para siem-pre en la cruz. … En 1844, al concluir el período profético de los 2.300 días, inició la segunda y última fase de su ministerio expiatorio. Esta obra es un juicio investigador, que forma parte de la eliminacion definiti-va del pecado, prefigurada por la purificación del antiguo santuario he-breo en el Día de la Expiación. Observe que la declaración de 1980 sugiere que la expiación fue com-pletada y terminada en la cruz, y que Cristo ha entrado ahora a la se-gunda y última fase de su ministerio expiatorio. La iglesia enseña ahora que esta última fase del ministerio de Cristo es de juicio únicamente. La declaración de creencias de 1874 de los pioneros afirma que el mi-nisterio de Cristo en el lugar santísimo es para " para terminar la ronda de servicio con la cual está conectada, al hacer expiación y quitar del santuario los pecados, que han sido transferidos por medio del ministe-rio en el primer apartamento. . .". DOS PUNTOS DE VISTA SOBRE LA EXPIACIÓN EN EL CIELO El Punto de Vista de los Pioneros [Cristo] ascendió a las alturas para ser nuestro único Mediador en el santuario celestial, donde, con su propia sangre, él hace expiación por nuestros pecados; dicha expiación, lejos de haber sido hecha en la cruz, en la cual fue el ofrecimiento del sacrificio, es la última porción de su obra como sacerdote . . . Jaime White, Declaración de creencias de 1874, op. sit. The Living Wit-ness, "Artículos Significativos dee Signs of the Times," 1874-1959, Pa-cific Press Publishing Association, 1959, p. 3. (énfasis añadido). Nuevo Punto de Vista Espurio de los Adventistas del Séptimo Día Jesús nuestra garantía entró a los "lugares santos", y se apareció en la presencia de Dios por nosotros. Pero no fue con la esperanza de obte-ner algo para nosotros en ese momento, o en algún momento futuro. ¡No! Él ya lo había obtenido para nosotros en la cruz. Y ahora como nuestro Sumo sacerdote él ministra las virtudes de su sacrificio expiato-rio para nosotros. Questions on Doctrine, Review and Herald Publishing Asociación, 1957, p. 381. (énfasis de ellos).

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Sección 7 – EL LUGAR PARA EL ESTUDIO DE LA PROFECÍA 1874 hasta 1914 – Declaración en los Anuarios de la Iglesia ASD. PROFECÍA – Que la profecía es una parte de la revelación de Dios al hombre; que está incluida en la Escritura y que es útil para instrucción; que está diseñada para nosotros y nuestros hijos; que lejos de estar cubierta en un misterio impenetrable, es la que especialmente constitu-ye la palabra de Dios, lámpara a nuestros pies y lumbrera a nuestro camino; que una bendición ha sido pronunciada para aquellos que la estudian; y que, en consecuencia, debe ser comprendida por el pueblo de Dios lo suficiente para mostrarles su posición en la historia del mun-do y los deberes especiales que se requieren en sus manos. 1980 – Declaración en el Manual de la Iglesia ASD. PROFECÍA – Ninguna declaración sobre profecía desde 1914. La declaración sobre profecía fue borrada en la siguiente declaración de creencias escrita en 1931. El momento de la nueva declaración de creencias de 1931 es significativo. En este momento, cuando la iglesia estaba quitando la declaración sobre profecía, hacía justamente dos años antes, en 1929, fue sanada la herida mortal del papado. El Cardi-nal Gaspari firmó el pacto histórico con el gobierno italiano devolviendo el Estado Vaticano al Papado. Sección 8 – IDENTIFICACIÓN DEL HOMBRE DE PECADO 1874 hasta 1914 – Declaración en los Anuarios de la Iglesia ASD. EL HOMBRE DE PECADO – Que como el hombre de pecado, el papa-do, ha planeado cambiar los tiempos y la ley (la ley de Dios, Dan. 7:25), y ha engañado a casi toda la cristiandad respecto al cuarto manda-miento; encontramos una profecía de reforma en este respecto que será llevada a cabo entre los creyentes justo antes de la venida de Cristo. 1980 – Declaración en el Manual de la Iglesia ASD. EL HOMBRE DE PECADO – Ninguna declaración sobre el hombre de pecado (el papado) desde 1914. De nuevo, la declaración sobre "el hombre de pecado" fue quitada de las creencias fundamentales de 1931. Al mismo tiempo la herida mortal del papado fue sanada. Aunque es verdad que hubo un período en la vida de la Iglesia Adven-tista del Séptimo Día cuando la denominación tomó un punto de vista claramente anti-católico romano, y el término, "la jerarquía" fue usada en un sentido peyorativo para referirse a la forma papal de gobierno eclesiástico, esa actitud de parte de la iglesia no fue nada más que una manifestación de antipapismo general entre las denominaciones protes-tantes conservadoras en la primera parte de este siglo y la última parte

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del anterior, y que han sido consignada al bote de basura histórico en lo que respecta a la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Court Brief, EEOC v. PPPA, op. sit. Excerpts Legal Documents, Adven-tist Laymen's Foundation, P.O. Box, 69, Ozone, Ar 72854 (p. 41) foot-note #2. Shirley Burton, una vocero de la denominación [ASD], dijo al diario In-dianapolis Star que el panfleto era "basura". El panfleto, "Estados Uni-dos en la Profecía," llama al catolicismo una religión pagana y se refiere al papa como la bestia. Sin embargo, el cuerpo principal de la Iglesia se ha apartado de una posición anticatólica. La nueva posición de cooperación con la iglesia católica fue ejemplificada por la invitación de los Adventistas del Sépti-mo Día al Vaticano para que envíen un observador oficial a la conferen-cia. El Rev. Thomas J. Murphy, director de la oficina ecuménica de la arqui-diócesis de Indianápolis, actuó como el observador del Vaticano. Habló a la conferencia el 10 de julio [1990]. Herbert Ford, director de noticias de la denominación, manifestó al In-dianapolis Star que los adventistas que quieren aferrarse a las creen-cias históricas anticatólicas de la iglesia representan apenas unos 1,000 de los 750,000 miembros de la iglesia en Norteamérica. ARKANSAS CATHOLIC, 29 de julio de 1990 (p. 8) (énfasis añadido). La iglesia católica le pone actualmente al mundo una cara apacible, y presenta disculpas por sus horribles crueldades. Se ha puesto vestidu-ras como las de Cristo; pero en realiad no ha cambiado. Todos los prin-cipios formulados por el papismo en edades pasadas subsisten en nuestros días. Las doctrinas inventadas en los siglos más tenebrosos siguen profesándose aún. Nadie se engañe. El papado que los protes-tatnes están ahora tan dispuestos a honrar; es el mismo que gobernaba al mundo en tiempos de la Reforma, cuando se levantaron hombres de Dios con peligro de sus vidas para denunciar la iniquidad de él. El ro-manismo sostiene las mismas orgullosas pretensiones con que supo dominar sobre reyes y príncipes y arrogarse las prerrogativas de Dios. Su espíritu no es hoy menos cruel ni despótico que cuando destruía la libertad humana y mataba a los santos del Altísimo. Elena G. de White, El Conflicto de los Siglos, (p. 571 [390]) (énfasis añadido). Las organizaciones e instituciones, a menos que sean guardadas por el poder de Dios, trabajarán bajo el dictado de Satanás para llevar a los hombres bajo el control de los hombres; y el fraude y el engaño tendrán

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la semejanza de celo por la verdad y por el progreso del reino de Dios. ...Serie A, No. 9, 1897. Repetido el 16 de enero de 1907, en Testimo-nies to Ministers [Testimonios para los Ministros], (p. 494) (énfasis aña-dido). Que el pecado del engaño y el falso testimonio entretenga a la iglesia que ha recibido gran luz, grandes evidencias, y esa iglesia desechará el mensaje que el Señor ha enviado, y recibirá las aseveraciones más irracionales y falsas suposiciones y falsas teorías. Satanás se reirá de su fracaso, porque él sabe cuál es la verdad. ... Muchos se pararán en nuestros púlpitos con la antorcha de la falsa pro-fecía en sus manos, encendidas con la antorcha infernal de Satanás. ... Elena G. de White, Testimonies to Ministers, (pp. 409, 410) (énfasis añadido). El Señor tiene una controversia con su pueblo profeso en estos últimos días. En esta controversia, hombres en posiciones de responsabilidad tomarán un curso directamente opuesto al perseguido por Nehemías. … En iglesias y grandes reuniones al aire libre, los ministros instarán al pueblo sobre la necesidad de guardar el primer día de la semana. Elena G. de White, Advent Review and Sabbath Herald, Vol. 61, # 12, Martes, 18 de marzo de 1884. (énfasis añadido). "Dios nunca se contradice a sí mismo. . .", declaró Elena White. "Pero nos mantenemos firmes con los viejos hitos. . . la verdad que por los pasados cincuenta años Dios ha estado dando a su pueblo, sustentán-dola con la demonstración del Espíritu Santo. – Carta 329, 1905. (Notebook Leaflets from the Elmshaven Library [Cuadernos de la Biblio-teca de Elmshaven], Vol. 2, pp. 157, 158, énfasis añadido). Un "Así Dice Jehová" no va a ser puesto de lado por un "Así Dice la Iglesia" o un "Así Dice el Estado".

Hechos de los Apóstoles, p. 69.

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“Señor en su gran misericordia envió un muy precioso mensaje a su pueblo por medio de los pastores Waggoner y Jones. Este mensa-je había de presentar en forma más promi-nente al mundo al Salvador levantado, el sacrificio por los pecados del mundo entero. Presentaba la justificación por la fe en el Garante; invitaba al pueblo a recibir la justi-cia de Cristo, que se manifiesta en la obe-diencia a todos los mandamientos de Dios. Muchos habían perdido de vista a Jesús. Necesitaban dirigir sus ojos a su divina per-sona, a sus méritos, a su amor inalterable por la familia humana. Todo el poder es coloca-do en sus manos, y él puede dispensar ricos dones a los hombres, impartiendo el inapre-ciable don de su propia justicia al desvalido agente humano. Este es el mensaje que Dios ordenó que fuera dado al mundo. Es el mensaje del tercer ángel, que ha de ser proclamado en alta voz, y acompañado por el derramamiento de su Espíritu en gran medida.”

Testimonios para los Ministros, pp. 91,92

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