Cómo Enfrento La Tartamudez

9
14/8/2014 Cómo enfrento la tartamudez http://enfrentando-ttm.blogspot.com/ 1/9 sábado, noviembre 23, 2013 10 CONSEJOS PA RA SUPERA R LA TA RTA MUDEZ Tomado del Blog de Noelia Veltri (http://latartamudezyyo.blogspot.com/ ) Consejo 1: No hay ninguna cura mágica Lo primero es lo primero – es necesario recordar que tu tartamudez no empezó de la noche a la mañana y su cura tampoco va a suceder de esta forma. No se desanime si no ve resultados inmediatos. Esto toma bastante trabajo pero vale la pena. Consejo 2: Aceptar tu tartamudez En tu caso, tartamudear es un hecho, así que no trates de presionarte para dejar rápido tu problema. Esta presión indebida te pone nervioso a ti mismo y el nerviosismo hace que se mantenga la tartamudez, e incluso que empeore. Consejo 3: Deja de esconderte Tienes que salir del anonimato y asumir tu tartamudeo frente a las demás personas. Cuando hablas piensas que suenas horrible y cuando oyes hablar a otros crees que su forma de hablar es perfecta – ¡basura! Nadie habla perfectamente. Recuerda que el estrés del habla hace que el tartamudeo empeore, así que trata de reducir ese estrés para que desaparezca de a poco la tartamudez. Consejo 4: No trates de hablar fluidamente El objetivo principal de una conversación, no es necesariamente hablar fluidamente. Tratando de hablar fluido aumentas el estrés y como lo mencione anteriormente el estrés es el enemigo! El objetivo principal de una conversación es hablar con buen ritmo y comodidad. Consejo 5: Evitar la evasión Recuerda las situaciones que has evitado en el pasado. Ya sean fiestas, club del lectura, o lo que sea – convierte en objetivo alguna de estas situaciones que te han provocado tartamudez y enfréntalas por lo menos una vez por semana. Esto te ayudara a construir la confianza necesaria para curar la tartamudez en ti. Consejo 6: Superar el desafío Como dijimos arriba, detener la tartamudez cuesta trabajo. Si lo mira como algo casi imposible, será así. Si lo aceptas como un reto y trabajas para superar este desafío a diario, no hay duda que podrás controlar tu tartamudeo. Consejo 7: Contacto visual Cuando hables, así como cuando escuches debes mantener el contacto visual. El contacto con los ojos puede ser difícil cuando tartamudeas, lo sé, Cómo enfrento la tartamudez Acerca de Acá encontrarán relatos que han sido enviados a nuestro Grupo de Apoyo TTM-L. En ellos vemos cómo algunos de nuestros miembros han enfrentado su tartamudez. Acerca de mí Nombre: Pedro R. Rodriguez C. Ver mi perfil completo Vínculos Google News Edit-Me Edit-Me Anterior 10 CONSEJOS PARA SUPERAR LA TARTAMUDEZ Tomado del ... Si me olvido que soy tartamudo, hablo mejorAutor: ... Rubén Nigita nos comenta cómo debemos enfrentar la... Si la Tartamudez no se cura... Soy TARTAMUDO, pero cada día trato de ser más TART... Esperando llegar a los 40 años Antes prefería no llamarme "Tartamudo" Hay que ver a la tartamudez como una amiga Nuestro error es querer pasar por personas fluidas... El triunfo de Martín Archivos sábado, febrero 05, 2005 domingo, noviembre 06, 2005 domingo, octubre 29, 2006 lunes, febrero 12, 2007 jueves, agosto 23, 2007 martes, septiembre 22, 2009 3 Más Siguiente blog» Crear un blog Acceder

description

Historia de una persona quien supero la tartamudez

Transcript of Cómo Enfrento La Tartamudez

Page 1: Cómo Enfrento La Tartamudez

14/8/2014 Cómo enfrento la tartamudez

http://enfrentando-ttm.blogspot.com/ 1/9

sábado, noviembre 23, 2013

10 CONSEJOS PARA SUPERAR LA TARTAMUDEZ

Tomado del Blog de Noelia Veltri

(http://latartamudezyyo.blogspot.com/)

Consejo 1: No hay ninguna cura mágica

Lo primero es lo primero – es necesario recordar que tu tartamudez no

empezó de la noche a la mañana y su cura tampoco va a suceder de esta

forma. No se desanime si no ve resultados inmediatos. Esto toma bastante

trabajo pero vale la pena.

Consejo 2: Aceptar tu tartamudez

En tu caso, tartamudear es un hecho, así que no trates de presionarte para

dejar rápido tu problema. Esta presión indebida te pone nervioso a ti mismo y

el nerviosismo hace que se mantenga la tartamudez, e incluso que empeore.

Consejo 3: Deja de esconderte

Tienes que salir del anonimato y asumir tu tartamudeo frente a las demás

personas. Cuando hablas piensas que suenas horrible y cuando oyes hablar a

otros crees que su forma de hablar es perfecta – ¡basura! Nadie habla

perfectamente. Recuerda que el estrés del habla hace que el tartamudeo

empeore, así que trata de reducir ese estrés para que desaparezca de a

poco la tartamudez.

Consejo 4: No trates de hablar fluidamente

El objetivo principal de una conversación, no es necesariamente hablar

fluidamente. Tratando de hablar fluido aumentas el estrés y como lo

mencione anteriormente el estrés es el enemigo! El objetivo principal de una

conversación es hablar con buen ritmo y comodidad.

Consejo 5: Evitar la evasión

Recuerda las situaciones que has evitado en el pasado. Ya sean fiestas, club

del lectura, o lo que sea – convierte en objetivo alguna de estas situaciones

que te han provocado tartamudez y enfréntalas por lo menos una vez por

semana. Esto te ayudara a construir la confianza necesaria para curar la

tartamudez en ti.

Consejo 6: Superar el desafío

Como dijimos arriba, detener la tartamudez cuesta trabajo. Si lo mira como

algo casi imposible, será así. Si lo aceptas como un reto y trabajas para

superar este desafío a diario, no hay duda que podrás controlar tu

tartamudeo.

Consejo 7: Contacto visual

Cuando hables, así como cuando escuches debes mantener el contacto

visual. El contacto con los ojos puede ser difícil cuando tartamudeas, lo sé,

Cómo enfrento la tartamudez

Acerca de

Acá encontrarán relatos que han sido

enviados a nuestro Grupo de Apoyo

TTM-L. En ellos vemos cómo algunos

de nuestros miembros han enfrentado

su tartamudez.

Acerca de mí

Nombre: Pedro R.

Rodriguez C.

Ver mi perfil

completo

Vínculos

Google News

Edit-Me

Edit-Me

Anterior

10 CONSEJOS PARA SUPERAR LA

TARTAMUDEZ Tomado del ...

Si me olvido que soy tartamudo,

hablo mejorAutor: ...

Rubén Nigita nos comenta cómo

debemos enfrentar la...

Si la Tartamudez no se cura...

Soy TARTAMUDO, pero cada día

trato de ser más TART...

Esperando llegar a los 40 años

Antes prefería no llamarme

"Tartamudo"

Hay que ver a la tartamudez como

una amiga

Nuestro error es querer pasar por

personas fluidas...

El triunfo de Martín

Archivos

sábado, febrero 05, 2005

domingo, noviembre 06, 2005

domingo, octubre 29, 2006

lunes, febrero 12, 2007

jueves, agosto 23, 2007

martes, septiembre 22, 2009

3 Más Siguiente blog» Crear un blog Acceder

Page 2: Cómo Enfrento La Tartamudez

14/8/2014 Cómo enfrento la tartamudez

http://enfrentando-ttm.blogspot.com/ 2/9

pero este pequeño paso te ayudara a construir la confianza que necesitas

para superar este reto.

Consejo 8: Conviértete en un agudo observador

Observa lo que hace la gente mientras habla. Cuando veas a personas que

hablan “normal” observa lo que están haciendo, a qué velocidad están

hablando, fíjate si están mirando a la persona con la que hablan. Observar a

buenos oradores y a continuación práctica imitando lo que ellos hacen al

hablar. Así también empezaras a notar que nadie habla perfecto.

Consejo 9: Tartamudear a propósito

Un pequeño truco que utilizan en las terapias de habla es tartamudear a

propósito! Muchos que tratan de hacerlo a propósito se dan cuenta que no

pueden! Tratar de forzar la tartamudez puede reemplazar los factores

desencadenantes que te hacen tartamudear.

Consejo 10: Observate a ti mismo

Vas a tener que ser un agudo observador de ti mismo. ¿Cuándo tartamudeas

más? ¿Cuándo tartamudez menos? ¿Que provoca tu tartamudez? Al conocer

las respuestas a estas preguntas puedes comenzar a trabajar sobre las

razones que provocan tu tartamudez y no solo en la propia tartamudez.

publicadas por Pedro R. Rodriguez C. a la/s 11:36 a. m. | 2 comentarios

domingo, septiembre 29, 2013

Si me olvido que soy tartamudo, hablo mejor

Autor: Alex Ayala

Ruido en la comunicación. No recuerda su infancia como una etapa

feliz –confiesa el autor del texto– a causa de la angustia que

sentía por este trastorno y por las innumerables terapias sin

resultados. Todo cambió recién cuando le quitó presión al tema.

Cada vez que un amigo me comenta por teléfono que se me

escucha entrecortado –no por cruel o con la intención de echar

sal en mis heridas, sino cuando falla la conexión o cuando me hallo

en algún rincón remoto de Bolivia–, le llamo hijo de puta. Y lo hago

despacito, masticando cada sílaba para que me entienda.

Después, el que está al otro lado de la línea suelta una poderosa

carcajada porque sabe que me encanta el humor negro, burlarme

de mí mismo. Y solemos acabar riendo los dos juntos hasta la

lágrima.

A menudo, hay gente que me grita porque piensa que estoy sordo

y los que no me conocen me encaran con gestos histriónicos

porque intuyen que soy yo el que no les comprende bien a ellos.

Desde que tengo uso de razón, los sonidos que nacen de mis

labios se reproducen compulsivamente antes de matar muriendo. Y

yo muero por la boca cada vez que hablo. Soy tartamudo,

“repetidor” profesional, y a mucha honra. No concibo mi problema

como un ancla, sino como catapulta: 40 millones de tartamudos en

todo el planeta algo interesante tendremos que decir al mundo,

aunque nos miren como a un freak de circo, aunque nos cueste

martes, enero 19, 2010

domingo, octubre 17, 2010

domingo, septiembre 29, 2013

sábado, noviembre 23, 2013

Suscribirse a

Entradas [Atom]

Page 3: Cómo Enfrento La Tartamudez

14/8/2014 Cómo enfrento la tartamudez

http://enfrentando-ttm.blogspot.com/ 3/9

innumerables dolores de mandíbula expresarnos.

Hay tartamudos que han entrado por la alfombra roja a nuestros

sillones a través del cine, como Bruce Willis, Anthony Hopkins y

Nicole Kidman. Los hay como Tiger Woods: deportistas exquisitos

capaces de embocar una pelota en un hoyo a cientos de metros.

Los hubo estadistas, como Napoleón o Winston Churchill,

escritores, como Miguel de Cervantes, naturistas que dejaron

huella, como Charles Darwin, oradores prodigiosos, como el griego

Demóstenes casi cuatro siglos antes de Cristo. Y también, tocados

por la mano de Dios, como Moisés para partir en dos las aguas del

Mar Rojo.

Pero la tartamudez no es don ni bendición divina. Los tartamudos

ni somos más sensibles, ni más empáticos que el resto ni

multiorgásmicos, como más de una vez he insinuado antes de dar

una charla ante un auditorio repleto para romper el hielo. Somos

más bien un pésimo chiste, la excepción que confirma la regla, una

rareza, personajes singulares con una vocación complicada:

cultivamos el fino arte de pronunciar palabras.

Somos además un expediente X en potencia para la ciencia: se

sabe únicamente que segregamos dopamina en cantidades

industriales y que las raíces de la incapacidad son neurológicas y

genéticas. Y la mala noticia es que no hay ningún “antídoto” aún

que nos defienda. Al menos, a los tartamudos crónicos, a los que

nacimos así, un poco pasados de rosca. Porque hay otra

tartamudez que sí se cura, más previsible, mucho más lógica, la

que tiene su origen en un trauma, en un susto, en un accidente, la

psicológica.

Durante mucho tiempo, en mi casa entendieron la tartamudez

como un capricho. Mis padres creían que no hacía los esfuerzos

necesarios para apaciguar mis nervios y mi hermano mayor me

retaba cada vez que me atascaba en una eme –mmmmaaaa–, en

una pe –pppppuuu– o en una ele –lllllllaaaa–. Quería hacerlo bien,

pero a cada rato me trababa. Pasaba horas y horas de repetición

en repetición y a menudo se me agriaba la boca antes de

conseguir siquiera decir “basta”. Aquella situación me angustiaba

tanto que incluso me planteé el suicidio: me paraba a veces frente

a la ventana de mi cuarto –en un quinto piso– y trataba de decidir

si me tiraba o no me tiraba. Me tenía lástima.

De niño, estuve rodeado de mimos, atenciones y juguetes

psicodélicos. Pero no recuerdo la infancia como esa etapa feliz e

irrepetible de la vida en la que uno no tiene que preocuparse por

nada. La mía fue otra cosa, una excursión interminable por

decenas de despachos de remediólogos de batas inmaculadas que

vendían sus tratamientos con la misma alegría con la que los

charlatanes ofrecen la solución infalible para combatir la calvicie. Y

lo que es peor: con los mismos efectos.

Por las noches, casi nunca me acostaba en compañía de un

cuento de hadas, sino que lo hacía con el ronroneo de un casete

que me invitaba a relajar hasta el milímetro más escondido de mi

cuerpo. Visité durante un año a una psicóloga de ojos diminutos y

papada de sapo que me metía en una caja enorme, completamente

a oscuras, argumentando que mi respiración lo agradecería más

pronto que tarde. Me presté además como cobayo para sesiones

de acupuntura y de musicoterapia. Utilicé un ritmosensor,

aparatito del tamaño de una caja de cerillas que me obligaba a

Page 4: Cómo Enfrento La Tartamudez

14/8/2014 Cómo enfrento la tartamudez

http://enfrentando-ttm.blogspot.com/ 4/9

vocalizar como un robot para regodeo de mis compañeros de

colegio. Y hasta caí en las garras de un hipnotizador que me

enseñó a partir tablas de madera y a doblar fierros con la

garganta. Lo abandoné antes de aprender a caminar sobre brasas

ardiendo, consciente de que el milagro que me haría hablar sin

tropezar quedaba lejos.

Los intentos por convertirme en una farsa, en un tartamudo que

no tartamudea, en una lengua sin pluriempleo, fueron constantes.

Pero coleccionaba fracaso tras fracaso y gasté los minutos más

valiosos de mi adolescencia en repetir que era una mierda frente a

un espejo. Por aquel entonces, eran muchos los que me decían

que jamás podría optar por un trabajo “decente”, que terminaría

limpiando alcantarillas y cloacas. Otros me veían como a un bufón

al que emborrachar de vez en cuando para entretenerse. Y yo

miraba con envidia –y no precisamente de la sana– a mis cuates

con pareja. Me creía víctima de una mala jugada de la evolución

humana, un autómata con errores de fábrica.

Mis crisis existenciales se multiplicaron tras la muerte de mi madre,

poco antes de que yo cumpliera 17 años. A fin de cuentas, una

madre es esa manta que te arropa antes de acostarte, es aquella

que te quiere seas cojo, tartamudo o el hombre elefante. La mía

me acompañaba en las buenas y en las malas, pero sobre todo en

estas últimas. Por ejemplo, cuando me sentaba a llorar en una

esquina porque no podía escupir ni un par de letras juntas. Y

cuando se marchó sin despedirse, me sentí más vulnerable que

nunca.

Mi primera relación llegó con varios años de retraso, a mis 23. La

veía como un premio de consolación a una pubertad que no me

había regalado ni un triste noviazgo y que estuvo salpicada de

amores no correspondidos que yo atribuía a mi falta de fluidez y de

confianza. Pero aquella aventura también terminó en desastre: con

un matrimonio fugaz y un divorcio de telenovela.

Cada vez que discutía por cualquier nimiedad con mi ex pareja, ella

me decía que era un “jodido tartamudo” que no merecía ni su

compasión ni su pena. Y yo me quedaba con la cantinela en las

orejas: no dejaba de pensar en lo indeseable y tartamudo que era.

Nunca le pregunté por qué lo hacía. Intuyo que porque quería

alejarse de mí para huir con un amante con el que compartía un

hijo. Quizás he ahí la única respuesta para explicar tanta saña,

premeditación y alevosía de su parte.

En aquella época, de jodido, creo, no tenía nada, pero de

tartamudo todavía sí: entre mucho y demasiado. Acabar una sola

frase –una pinche, raquítica y sencilla frase– me suponía siempre

un despliegue físico considerable: sudaba, tensaba una y otra vez

los mismos músculos que se usan para dar un beso y a menudo me

quedaba sin aire mientras los que me escuchaban pedían la hora

como los aficionados al árbitro en un partido de fútbol. Era como

los boxeadores a los que suelen noquear en el primer asalto, un

monosílabo extraviado en un ring lleno de términos rebosantes de

significado.

Alcancé mi punto de quiebre y probé las drogas, pero la marihuana

me sumía en un sueño profundo y un subidón de cocaína casi me

mata –me puse a coquetear con ella por una soberana tontería:

Page 5: Cómo Enfrento La Tartamudez

14/8/2014 Cómo enfrento la tartamudez

http://enfrentando-ttm.blogspot.com/ 5/9

porque un roommate me convenció de que hablaba muchísimo

mejor cuando esnifaba–. Después, un colega bipolar que se

acababa un jarabe para la tos de un par de tragos sin estar

enfermo me animó a jugar a la ruleta rusa con unas pastillas de

colores para esquizofrénicos que, según su versión, reducirían en

más de un 30 por ciento mis dificultades.

Me resistí a los cantos de sirena por sus efectos secundarios y

porque los atajos jamás me parecieron buenos: tenía miedo de

volverme adicto, de perderme para siempre como un viajero

despistado en un desierto.

La tortura prosiguió hasta que mi cabeza atolondrada se amobló

mínimamente. Había crecido: me hice mayor. Había entrado a

trabajar en un periódico y dejé de ahogarme en mis miserias para

prestar más atención a la realidad igual de miserable que me

rodeaba.

Comencé a escribir al trote y al galope como una forma de

exterminar a los demonios que me atormentaban, a narrar historias

entrañables, a disfrutar y sobre todo a disfrutarme. Tuve una hija.

Armé familia. Publiqué un libro. Me olvidé de la tartamudez con la

facilidad con la que los hipocondríacos dejan atrás un nuevo

malestar imaginario. Y sucedió lo que jamás imaginé que ocurriría:

empecé a hablar con mucha más soltura.

En Bolivia, país en el que radico desde hace casi 12 años, algunos

aún me charlan en su inglés de andar por casa no porque yo sea

rubio, alto y espigado, sino porque consideran que yo me comunico

en un lenguaje extraño. Me siguen colgando el teléfono cuando

tengo que concertar una cita porque creen que al otro lado de la

línea hay un desgraciado con ganas de molestar un rato. Sé que

algunos se mofan de mí en cuanto me doy la vuelta y que otros

me ven nomás como un cero a la izquierda. Y también hay

sinvergüenzas que me tratan como si fuera un estúpido elevado a

la enésima potencia. Pero ya no me importa. Es más, me gusta

hacer bromas del tipo: “mi tía vive al lado de una parabólica y por

eso padece cáncer en 50 idiomas; yo vivo debajo de un repetidora

y por eso me volví tartamudo”. Mi contestadora, cuando alguien

llama y no le contesto, recita lo siguiente: “Está usted hablando

con un teléfono tartamudo. Si quiere dejar algún mensaje, repítalo

para que yo lo entienda”. Y a mis conocidos les digo que deberían

temerme, que el tartamudo, como el cartero, siempre llama dos

veces.

Hoy, amo mi tartamudez porque me gusta repetir cosas bonitas y

lanzar piropos al cuadrado para alegrar por partida doble a mi

mujer cuando se levanta. La amo porque pienso que, entre los

“mal hablados” de la Tierra –que son un verdadero ejército–, el

tartamudo es el rey, un rey pasmado pero rey al fin y al cabo. La

amo porque me obliga a concentrarme más en cada idea y porque

funciona como una extensión de mi cerebro.

Todavía, sin embargo, me persiguen algunos fantasmas. No

soporto el vis-à-vis con un semejante, la confraternización, las

reuniones de autoayuda entre tartamudos. Mis pares me producen

ansiedad, alergia, cierto rechazo. Probablemente, porque cuando

me comparo con ellos me achico como los anoréxicos frente a su

reflejo.

Page 6: Cómo Enfrento La Tartamudez

14/8/2014 Cómo enfrento la tartamudez

http://enfrentando-ttm.blogspot.com/ 6/9

Pero bueno: nadie es per-per-per-fecto.

Tomado de: http://www.clarin.com/sociedad/olvido-tartamudo-

hablo-mejor_0_997100412.html

Septiembre de 2013

publicadas por Pedro R. Rodriguez C. a la/s 12:32 p. m. | 2 comentarios

domingo, octubre 17, 2010

Rubén Nigita nos comenta cómo debemos enfrentar latartamudez

publicadas por Pedro R. Rodriguez C. a la/s 1:08 p. m. | 18 comentarios

martes, enero 19, 2010

Si la Tartamudez no se cura...

Es simple cuando un método fracasa es más facil poner en duda al

tartamudo que al método en cuestión, pero...

La tartamudez aún no tiene cura ... Y eso no quita que haya

tartamudos que no se bloqueen ... Lo cierto es que no hay una

solución colectiva ... Y si se mira con astucia ... esa afirmación

posee un número considerable de buenas noticias:

Si la tartamudez no se cura ... no debería haber culpabilidad ni

verguenza en tartamudear.

Si la tartamudez no se cura ... El hecho de templar la voluntad

para no tartamudear no tiene demasiado sentido ... No me atasco

porque no me esfuerzo lo suficiente en no hacerlo ... Me atasco

porque soy tartamudo y ya.

Page 7: Cómo Enfrento La Tartamudez

14/8/2014 Cómo enfrento la tartamudez

http://enfrentando-ttm.blogspot.com/ 7/9

Si la tartamudez no se cura ... La sociedad no tiene autoridad

moral para marginarnos ... Ni mucho menos para poner en duda

nuestra capacidad y voluntad personales.

Si la tartamudez no se cura ... Es accesorio hablar lento .. .

pausado ... No digo que no sirva o que en muchos casos no haya

sido de utilidad ... digo que es "accesorio" ... cuál si fuera el

bastón de un cojo.

Si la tartamudez no se cura ... Cambiar el patrón del habla no es la

solución colectiva ... sino la solución de unos pocos.

Si la tartamudez no se cura ... cuando un método cualquiera

fracasa ... probablemente sea culpa y responsabilidad del método

en cuestión ... no del tartamudo ... Y mucho menos de su

voluntad para recuperarse.

Si la tartamudez no se cura ... No hay pastilla mágica que valga la

pena tomar ... Ni psiquiatra 100% recomendable.

Si la tartamudez no se cura ... No hay obligación de curarse ... ni

necesidad de esconderse ni disimularla.

Si la tartamudez no se cura ... Conviene dejar de sufrir y

lamentarse por ella.

Si la tartamudez no se cura ... es en vano victimizarse ... No hay

remedio eficaz para matarla ... mejor darle la mano.

Si la tartamudez no se cura ... Nadie más indicado para hablar de

ella y definirla que "nosotros" los tartamudos.

Si la tartamudez no se cura ... Pues adelante ... a dar metralla

aunque sean tiempos de paz ... y a romper palabras sin ninguna

verguenza.

Rubén

Enero 2010

publicadas por Pedro R. Rodriguez C. a la/s 12:54 p. m. | 6 comentarios

martes, septiembre 22, 2009

Soy TARTAMUDO, pero cada día trato de ser más TARTA queMUDO

Soy tartamudo desde los 4 años ... sufrí como todos,

estoicamente a veces ... cobardemente otras tantas ... Siempre

busqué enfrentarla de muchas maneras ... Algunas veces me puse

metas complicadas y absurdas: hablar ante mucho público ... dar

conferencias sobre mi profesión... Ello no mejoró mi tartamudez en

sí ... pero si me desinhibió muchísimo al hablar ... y me dio

seguridad a la hora de exponer ante otros.

Pertenezco al foro TTM-L hace varios años ... Le debo a Pedro

Rodríguez la posibilidad de conocer a otros tartamudos y conocer a

mi tartamudez un poco más.

Page 8: Cómo Enfrento La Tartamudez

14/8/2014 Cómo enfrento la tartamudez

http://enfrentando-ttm.blogspot.com/ 8/9

De todo lo que leí sobre tartamudez ... por ahora nadie como Van

Riper ... un genio cuya obra perdurará muchos años.

Hago psicoterapia hace 11 años ... me da mucha paz interior y me

permite entender y aceptar dolores pasados y presentes ... Traté

muchas veces el tema de mi tartamudez ... pero no creo en el

origen psicológico de la misma ... Pero sí que a causa de mi

tartamudez he sufrido algunas inhibiciones ... A todas ellas las he

tratado oportunamente ... y con sorpresa encontré dolencias

psíquicas mucho más profundas y estructurales que mi

tartamudez.

Fuí víctima de una logopeda a mis 15 años ... Una mujer que me

hacía leer en voz alta y de espaldas a ella ... Siempre pensé que

quizás ella desconfiaba de mi memoria ... y por ahí creía que

dándome vuelta yo iba a sentir que estaba solo ... Lamento

haberle pagado dinero ... De todas maneras acepto que no es

bueno ni pertinente generalizar.

Mi camino es la ACEPTACION de la tartamudez y aquí no hago

concesiones ... Creo que aceptarse es el paso previo para todo lo

demás ... Yo tengo bloqueos esporádicos y también repito sílabas

en algunas palabras ... No creo en las recetas mágicas para

curarse ... pero acepto y discuto con pasión todos los puntos de

vista.

La tartamudez no ha estropeado mi vida ... pero si tuve momentos

de inmensa amargura ... desesperación y llanto ... De todo eso SE

PUEDE SALIR ... es posible ... Yo he salido gracias a la ayuda de

todos ustedes queridos compañeros.

Hice radio ... teatro ... di clases ... conferencias ... expongo oral y

semanalmente en mi trabajo ... Y no por ello dejé de sentirme

molesto algunas veces ante un repentino bloqueo ... La clave a mi

entender está en que un bloqueo no tire por la borda todo lo que

podamos hacer o decir después.

Creo que hay que aprender a tartamudear como decía el Tío Van

... hablar fluidamente es lo más fácil ... eso todos lo sabemos

hacer muy bien ... Lo que no sabemos es tartamudear ... y mucho

menos hacerlo en paz ... He ahí mi desafio ...

SOY TARTAMUDO ... ni disfémico ... ni un carajo ... TAR-TA-MU-

DO ... Y cada día que pasa ... trato de ser más TARTA que MUDO.

Rubén

Septiembre de 2009

publicadas por Pedro R. Rodriguez C. a la/s 5:18 p. m. | 20 comentarios

jueves, agosto 23, 2007

Esperando llegar a los 40 años

HF, un miembro de nuestro Grupo de Apoyo TTM-L, escribió lo

siguiente: En julio cumplí 40 años, para muchos puede ser un

problema pero yo me siento mas que contento, ¿saben porque?,

estuve diez años esperando llegar a los 40 ya que me cuesta

mucho empezar las oraciones con las consonante t - r y decir 30-

Page 9: Cómo Enfrento La Tartamudez

14/8/2014 Cómo enfrento la tartamudez

http://enfrentando-ttm.blogspot.com/ 9/9

31...... era toda una odisea, odiaba decir la edad, por eso trataba

de evitar ir al medico o hacer tramites pero ahora con cuarenta

estoy mucho mas tranquilo y por otro lado pienso como pude se

tan tonto... Quemar diez años de mi vida por una cosa tan

insignificante!!

Creo que sobran los comentarios...

publicadas por Pedro R. Rodriguez C. a la/s 11:29 a. m. | 13 comentarios

lunes, febrero 12, 2007

Antes prefería no llamarme "Tartamudo"

Recuerdo hace varios años como discutía con miembros de esta

lista (se refiere a nuestro Grupo de Apoyo TTM-L) porque defendía

que debíamos llamarnos: "personas que tartamudean" y no

“tartamudos”.

Pero rectificar es de sabios, me di cuenta que si aceptamos este

problema sin complejos, si aceptamos simple y llanamente que

somos tartamudos y que posiblemente lo seamos toda la vida nos

quitamos un gran peso de encima. No tenemos esa presión de

hablar en todo momento bien, de hacer que no se nos note que

tartamudeamos.

Recuerdo cuando iba a logopedas y psicólogos, como estaba

autoevaluándome a todas horas, analizando en todo momento mi

forma de hablar, y como me hundía cuando no hablaba

correctamente.

Según las enseñanzas de esos logopedas, algo no debía estar

haciendo bien. Curiosamente, y supongo que también os pasará a

muchos, cuando dejaba de ir a un logopeda hablaba igual de bien o

de mal que siempre. O incluso podía hablar mejor en muchas

ocasiones si lograba olvidarme de este problema.

Muchos de vosotros no sabréis algo que pasó allá por el 2001.

Invitaron a Pedro y a otro miembro de la lista a participar en el

programa de radio "Un mundo sin barreras". En ese momento me

sentí muy orgulloso de pertenecer a esta lista y me sentí

completamente identificado con Pedro cuando tartamudeaba en la

radio. Así hablamos los tartamudos. Y él lo hizo sin complejos. No

es nada fácil, porque tenemos muchas burlas detrás y muchas

lágrimas, pero ese es el camino que nos debemos trazar. Porque

esta es la única vida que tenemos y no hay que desperdiciarla.

Antonio

Febrero, 2007

publicadas por Pedro R. Rodriguez C. a la/s 12:08 p. m. | 3 comentarios