NARRACIÓN ILUSTRADA

Comenzar a vivir

Sentado en el banco de la plaza, se halla-ba reposando un rato antes de entrar a la consulta de su médico. Aún respiraba pe-sadamente, presa del tremendo susto de esa mañana, cuando el conductor de aquel estrafalario vehículo estuvo a punto de chocarlo al salir del garaje del edificio.

CHOQUE

El hombre bajó rápidamente del automóvil y dirigiéndose a él sin siquiera decir una palabra, depositó en sus manos un papelito. Ante su asombro, dio media vuelta, subió al vehículo y en pocos segundos desapareció de su vista.

Petrificado por la sorpresa, demoró unos segundos en recordar que tenia el papel en sus manos, pero tuvo que sacar las gafas de su bolsillo para poder leer lo que estaba escrito, y así decía, en portugués:

"Oye, estuve en tu casa. ¡Que susto que me dio tu perro,

carajo! Te comento que la MAMBA pudo entrar al país ..."

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LA MAMBA

A duras penas pudo descifrar el mensaje; estaba atónito. ¿Que quería decir eso de MAMBA ? Mas extraño todavía, el mensaje se refería a un perro que molestó al misterioso personaje....pero

si él no tenia ningún perro en su casa, ¿Como era eso?

Pensó en su amigo mas cercano, que tenía por costumbre gastarle algunas bromas, pero en seguida desechó la idea. Su amigo nunca le asustaría de tal manera, sabiendo lo precario de su salud.

Trató de recordar las facciones del conductor que le dejó la nota; entonces se dio cuenta que nunca

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EXTRAÑO ACONTECIMIENTO

Le temblaban las manos del susto que se había llevado ante el casi encontronazo y tuvo miedo por su salud tan frágil. Optó por buscar algún apoyo y llamó a su amigo desde su teléfono móvil. ¡Que extraño! pese a ser una hora normal del día, su amigo no contestaba a sus llamados y ello lo ofuscó aún mas, pero dejo un mensaje grabado. Sintió que algo debía hacer para calmarse y por ello bajándose de su auto, caminó lentamente de regreso hacia la entrada del edificio donde vivía.

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EL VENDEDOR

Al llegar a la puerta, se topó con un hombre de estatura normal, mediana edad, un poco desaliñado, que portaba una cartera. Tenia aspecto de vendedor. Efectivamente no se equivocó. Cuando lo vio leyendo los nombres de los habitantes del edificio, le preguntó a quien buscaba para poder ayudarlo. El hombre refunfuñó algo incomprensible, mas de inmediato, agregó que el era un vendedor y deseaba saber si en el edificio vivían profesionales.

¿Qué pregunta era esa? ¿Cómo es que un vendedor anda buscando clientes de esa

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EL FORTIN

Con cierta inercia, se desentendió del vendedor y sus preguntas. Abriendo la puerta de entrada con su llave, entró en el hall del edificio y caminó a los ascensores en búsqueda de la seguridad de su departamento, sin advertir que el "vendedor" había entrado detrás él.

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TRANQUILIDAD TEMPORAL

Entre las conocidas paredes de lo que él denominaba "su fortín", sintió relajar el ritmo de su corazón. No era un hombre mayor, pero llevaba ya unos cuantos años de estar solo, desde que su adorada compañera había dejado el mundo de los vivos. Sus hijos, apenas si le dedicaban alguna que otra llamada telefónica y siempre a las apuradas. En el silencio sepulcral de su fortín, pasaba horas y días enteros a sus colecciones de sellos que, según algunos entendidos, tenían un interesante valor. Era una actividad casi intelectual, que le permitía gozar de paz y tranquilidad, muy acorde con sus múltiples achaques y en especial, por su constante temor de un nuevo infarto. Seguía al pié de la letra las indicaciones de su médico, a quien visitaba asiduamente.

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EL OFICIAL DE POLICIA

Los fuertes golpes en la puerta del departamento, lo sacaron bruscamente de sus pensamientos. Pegó un brinco en la silla, optando por levantarse rápidamente ¿Porque esos golpes? ¿Porque no tocan el timbre, como es debido? Miró a través de la mirilla de la puerta y vio, plantado ante su puerta, al "vendedor".

-- ¿Que busca señor? -- preguntó desde el interior de su casa.

-- Disculpe la molestia , señor... (Dijo su nombre y apellidos perfectamente) -- Soy un oficial de la policía y necesito hacerle unas preguntas. -- ¡No tema, aquí esta mi credencial !

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INVESTIGACIÓN

-- ¿Que busca señor? -- preguntó desde el interior de su casa.

-- Disculpe la molestia , señor... (Dijo su nombre y apellidos perfectamente) -- Soy un oficial de la policía y necesito hacerle unas preguntas. -- ¡No tema, aquí esta mi credencial !

Su corazón brincaba aceleradamente, pero no pudo abstenerse de obedecer. La sola mención de una autoridad le provocaba una terrible sensación de pequeñez. Abrió la puerta y allí estaba el "vendedor-oficial de policía" con su mano extendida, mostrando su correspondiente credencial.

El interrogatorio comenzó en bajos tonos, pero con el transcurrir del juego de preguntas y respuestas incongruentes, las demandas del policía se hicieron cada vez más agresivas. Quería saber quien era la persona que le entregó el papelito y de donde le conocía. ¡Quería saberlo todo y de inmediato!.

Las respuestas escapaban de su boca cual borbotón incoherente, lo que enervaba aún mas al detective.

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UN POCO DE CALMA

A n t e t a l s i t u a c i ó n , e l o f i c i a l c a m b i ó repentinamente de actitud. --- Bueno, hombre, cálmese. Disculpe mi ansiedad. Comprenda que se trata de criminales. Su voz era suave y con pocas palabras fue calmando la situación. El oficial dejó en sus manos una tarjeta con su nombre y teléfono, rogando que se comunicase con él en caso de volver a encontrarse con aquel conductor-mensajero.

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LA GRAVE SORPRESA

Un rato mas tarde, finalmente, llamó su amigo.

-- Discúlpame que no pude llamarte antes pero, ¿que te pasa? Por el tono de tu voz dabas la sensación que estabas llamando desde la ultratumba. Ja, Ja, Ja. -- Bueno, cálmate que es una broma nada mas. Cuéntame, ¿que te pasa? ¿Que es MAMBA preguntas? Pero, ¿donde vivís vos? ¿Nunca lees los periódicos? ¡Son drogas, querido, drogas!

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VUELCO EN LA VIDA

Ni se dio cuenta siquiera, cuando se le cayó el tubo del teléfono de sus manos y sin despedirse siquiera de su amigo, tomó el abrigo y se puso en camino hacia el único lugar en donde pensaba que le podrían ayudar. Salió como un autómata hacia la consulta médica. En realidad no tenía la menor noción de lo que iba a decir.

Eso era ya demasiado para el ¿Drogas? ¿Como? ¿De que manera llegó todo eso a su vida?

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REMEMORANDO EL HOGAR MATERNAL

Mientras caminaba lentamente por las calles, rememoró toda su vida y en una retrospectiva apresurada no pudo encontrar algo parecido que le pasara alguna vez. Fue hijo único de un padre un tanto severo pero que nunca le había levantado la mano, porque le obedecía ciegamente. A instancias de su padre, fue siempre un alumno excelente, jamas tuvo notas bajas. Su madre era una dulce mujer que como tal, deseaba lo mejor para él, pero nunca osaba contradecir al jefe del hogar, que imponía una férrea disciplina. La casa brillaba de limpieza y todo parecía estar siempre en su lugar, en especial el moblaje de la sala de estar, que siempre permanecía en la penumbra de su inutilidad. Jamás nadie se sentó en esos sillones de cuero ni profanó la santidad del templo hogareño.

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JUVENTUD PERDIDA

No tenía compañeros íntimos con quienes compartir aventuras y tampoco se permitió ningún tipo de locuras. Nunca le permitieron y no se imaginó siquiera, que podría hacer algo diferente de lo que las reglas indicaban.

De ese mismo modo, le presentaron a aquella jovencita, con cara triste y lúgubre, de débil aspecto, que luego seria su esposa y con quien compartiría las fiestas y eventos familiares, unas veces en la casa de sus padres y otras en casa de los de ella. Ni siquiera se enteró como fue que quedó embarazada y luego dio a luz a los mellizos. Todo lo arreglaban entre los padres. En cierta manera, él estaba agradecido de que no le molestasen con tales cosas; siendo así podría sumergirse en la intimidad de sus colecciones de sellos.

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IMAGINACIÓN

No se dio cuenta cuando llegó a esa plaza y se sentó en el banco. Ni siquiera tomó conciencia que estaba mojado por la llovizna que caía lentamente sobre sus hombros y su cabello, tan absorto estaba en sus pensamientos...De pronto, pasaron por su cabeza los acontecimientos de esa mañana y sin querer, sumó a esos hechos la posibilidad de estar metido en algún oscuro negocio de tráfico de drogas...

Su imaginación comenzó a elaborar...

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CAMINO A LA GLORIA

Se veía a sí mismo negociando con violentos rufianes rodeado de bellas ninfas con escotados vestidos acurrucándose junto a él, al tiempo que le encendían un buen cigarro cubano. Iba conduciendo un fastuoso automóvil descapotado por las calles de su ciudad y en su torno la admiración del poder que fluía de sus manos. Sentía correr por sus venas la satisfacción de haber logrado sus metas y frotaba con fruición los anillos de oro y diamante que sobresalían relucientes en sus dedos. Asumía con gran placer la admiración y los miedos que se reflejaban de todos aquellos que le rodeaban

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ASALTO FINAL

Sentado en el banco de la plaza a pocos metros de la consulta de su médico, sintió crecer en su interior una sensación de placer y tranquilidad interior. Ya sus manos no le transpiraban fríamente como antes y no sentía el viento frío en su cara, que tanto le aterraba. Sentía, eso si, la calidez de su sangre corriendo por todo su cuerpo y los músculos tensados en pos del asalto final.

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VIVA LA VIDA

Cantidades enormes de adrenalina brotaban a borbotones en pos de la aventura que le estaba ocurriendo... Era una sensación nunca antes sentida. Era algo nuevo y diferente. Ya no había quien le regañara...

Había llegado por fin el momento de comenzar a vivir.

Del anonimato a la vida!!

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