Colombia: Cultura Ciudadana. Experiencia Bogota

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Cultura ciudadana, programa contra la violencia en Santa Fe de Bogotá,Colombia, 1995-1997 Antanas Mockus Estudio Técnico Washington, D.C. Julio del 2001 – No. SOC-120

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Documento técnico del ex Alcalde de Bogotá Antanas Mockus. Presenta un análisis de la violencia en Santafe de Bogotá (Colombia) y las soluciones planteadas.

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Cultura ciudadana,programa contra la violencia enSanta Fe de Bogotá,Colombia,

1995-1997

Antanas Mockus

Estudio Técnico

Washington, D.C.Julio del 2001 – No. SOC-120

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Catalogación (Cataloguing-in-Publication) proporcionada por e lBanco Interamericano de DesarrolloBiblioteca Felipe Herrera

Antanas Mockus es profesor asociado de la Universidad Nacional de Colombia y Alcalde Mayor de SantaFe de Bogotá, D.F., Colombia 1995-1997, 2001 - 2003.

Las opiniones contenidas en este documento son las de su autor y no representan la posición oficial delBanco Interamericano de Desarrollo y sus instituciones afiliadas.

Febrero de 2002-02-20

Esta publicación (número de referencia SOC-127) puede obtenerse dirigiéndose a:

División de Desarrollo SocialPublicacionesBanco Interamericano de Desarrollo1300 New York Avenue, N.W.Washington, D.C. 20577

Correo electrónico: sds/[email protected]: 202-623-1576Sitio de Internet: http://www.iadb.org/sds/soc

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Prólogo

Las muertes violentas en Bogotá han disminuido muy considerablemente en los últimos 6 años. La reduc-ción de violencia se ha debido en parte a la aplicación de una política integral de seguridad y convivenciavigente desde 1995. La Alcaldía de Bogotá ha desarrollado un número importante de proyectos orientadosa fomentar una cultura ciudadana de convivencia pacífica, adoptando un enfoque que favorece la partic i-pación y el ejercicio de la democracia. La violencia ha dejado de ser interés exclusivo de los sectorespoliciales y de justicia y ha pasado a abordarse en forma conjunta con las autoridades administrativas,definiendo políticas públicas claras para prevenirla.

La aceptación cultural de la violencia permite y favorece actitudes como la agresión a los niños y mujeres,la transgresión de las leyes, y la utilización de la fuerza para resolver conflictos, convirtiéndose así en unfactor de riesgo importante para su aparición. El documento que se presenta a continuación brinda herra-mientas útiles para enfrentar el cambio cultural necesario y lograr el respeto a las leyes, por medio de laconvicción interna o el mandato más bien moral de hacerlo. Busca lograr, por medio de la comunicación,un modelo de seguridad donde la responsabilidad del orden no es sólo de las autoridades que deben aplicarlas leyes, sino de los individuos que deben respetarlas basados en su entendimiento y en pro del bien social.

El Banco Interamericano de Desarrollo ha dado énfasis a la necesidad de prevenir la violencia. Asumi-mos el reto que implica buscar soluciones a largo plazo que lleven a modificar las bases de la violencia yno sólo mitigar sus consecuencias. Queda aún mucho camino por recorrer, pero las lecciones del progra-ma de Seguridad y Convivencia en Bogotá son un aporte innovador y de peso hacia esta meta

Carlos M. JarqueGerenteDepartamento de Desarrollo Sostenible

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Índice

Resumen1

Introducción2

La hipótesis del divorcio existente entre la ley, la moral y la cultura3

Acciones y resultados de la prevención y el control de la violenciapor la Alcaldía Mayor de Bogotá, 1995-1997

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Conclusiones19

Bibliografía23

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Resumen

El presente documento tiene por objetivo pre-sentar de manera sistemática las actividades deprevención y control de la violencia que empren-dió la Alcaldía Mayor de Bogotá, Colombia, du-rante el período de 1995-1997, así como los re-sultados de dichas actividades.

El autor parte de la hipótesis de que existe unabrecha o “divorcio” entre la ley, la moral y lacultura — que son los tres sistemas que regulanel comportamiento humano— y explica cómoesta hipótesis llevó a la decisión de la alcaldía dedar prioridad a la iniciativa denominada CulturaCiudadana, un conjunto de programas y proyec-tos emprendido con el fin de fomentar la convi-vencia ciudadana mediante un cambio conduc-tual consciente. Más tarde describe cómo lasacciones de la alcaldía condujeron a mejoras delcomportamiento que han redundado en una ma-yor armonía entre la ley, la moral y la cultura.

Las acciones impulsadas por la Alcaldía de Bo-gotá desde enero de 1995 hasta diciembre de1997 produjeron resultados muy patentes. Eldesarme legal y voluntario y un horario controla-do para el dispendio de bebidas alcohólicas re-dujeron la tasa anual de homicidios de 72 (1994)a 51 por 100.000 habitantes (1997) y la tasa demuertes violentas en accidentes de tránsito de 25a 20 por 100.000 habitantes. Gracias a ciertas

prohibiciones también se redujo en más de dostercios el número de niños lesionados con pólvo-ra, el ahorro de agua voluntario fomentado por laadministración permitió enfrentar durante variosmeses una grave sequía. Estos resultados ilus-tran la receptividad de la ciudadanía y su reco-nocimiento de la importancia del enfoque “peda-gógico” adoptado por la alcaldía y de la visióncon que ésta asumió y ejerció la gestión pública.

Para lograr sus objetivos, el programa tuvo pre-sentes la autonomía y la fuerza relativa de lostres sistemas reguladores del comportamientohumano —ley, moral y cultura— al tratar decambiar conscientemente el comportamientointerpersonal dictado por normas sociales y cul-turales en los lugares públicos, así como de re-gular aquellas interacciones entre el público y lasautoridades que fortalecen o menoscaban la“ciudadanía” y crean o destruyen un sentido deautoridad imparcial. Mediante mensajes intensossobre los objetivos de la ley y las medidas desti-nadas a lograr su cumplimiento, el programa lo-gró una mayor armonía entre la moral, la ley y lacultura. Ello demuestra que la modificaciónconsciente de los hábitos y creencias de la co-lectividad puede llegar a ser un componente cru-cial de la gestión pública y de la agenda comúndel Gobierno y de la sociedad civil.

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Introducción

El presente documento, compuesto de tres par-tes, describe las actividades de prevención ycontrol de la violencia emprendidas por la Alcal-día Mayor de Bogotá, Colombia, en el período de1995-1997, así como sus resultados y el marcohipotético que dio origen al programa “CulturaCiudadana”.

En la primera sección, titulada La hipótesis deldivorcio existente entre la ley, la moral y la cultu-ra, se examinan, en un marco teórico, las discre-pancias entre los tres elementos reguladores delcomportamiento humano —la ley, la moral y lacultura—, las maneras en que se superan esasdiscrepancias y la prioridad otorgada por el Go-

bierno, guiado por este marco teórico, a la pro-moción de una cultura ciudadana.

La segunda sección, titulada Acciones y resul-tados de la prevención y el control de la violenciapor la Alcaldía Mayor de Bogotá, 1995-1997,presenta las principales actividades emprendidaspor la alcaldía y sus frutos.

La última sección, de conclusiones, resume losmensajes básicos que emitió el gobierno local,mediante sus acciones, en pro de una culturaciudadana, y expresa en lenguaje cotidiano elgrado de armonía obtenido entre la ley, la moraly la cultura.

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La hipótesis del divorcio existenteentre la ley, la moral y la cultura

El programa de cultura ciudadana tuvo dossoportes conceptuales

El reconocimiento de las discrepancias entre laregulación jurídica (legal), la regulación cultural(colectiva y variable según el contexto) y la re-gulación moral (individual) llevó a formular lahipótesis del “divorcio entre ley, moral y cultura”para explicar de manera precisa las dificultadesclave de la convivencia. Tales discrepancias sepueden subsanar, a su vez, mediante una inte-racción “intensificada”, y esta hipótesis (desarro-llada en Carrillo, 1991) orientó la vía de acciónde la Alcaldía de Bogotá, como se ilustra en elCuadro 1.

En las sociedades modernas se da por sentadoque el Estado garantiza el cumplimiento de unúnico sistema congruente de leyes que favorece–dentro de ciertos límites– la coexistencia dedistintas actitudes morales y tradiciones cultura-les, cada una con reglas específicas. Esto per-mite el pluralismo moral y cultural, sin que elloimplique la ausencia de reglas morales o cultu-rales (o una indiferencia hacia ellas). Por otraparte, hoy en día las reglas deben ser compati-bles con los dos pluralismos, el moral y el cultu-ral.

En una democracia hay reglas comunes que sonacatadas por personas con diferentes actitudesmorales y tradiciones culturales, y este pluralis-mo es posible cuando hay congruencia entre laley, la cultura y la moral (Mockus, 1994a).

Discrepancias o “divorcio” entre la ley, lamoral y la cultura

En una sociedad democrática ideal, la ley, la mo-ral y la cultura tienden a ser congruentes. Loscomportamientos que son válidos a la luz de la

moral individual suelen gozar de aprobación cul-tural, aunque lo inverso no siempre es verdad. Asu vez, lo permitido culturalmente suele estarpermitido legalmente, aunque algunos comporta-mientos jurídicamente admisibles son rechazadospor razones culturales. En una sociedad ideal, lacultura es más exigente que la ley, y la moral loes más que la cultura. El “divorcio” entre lastres ha llevado en Colombia a un auge de la vio-lencia, de la delincuencia y de la corrupción; aldesprestigio de las instituciones; al debilitamientode muchas de las tradiciones culturales, y a unacrisis de la moral individual.

El ejercicio sistemático de la violencia y de lacorrupción crece y se consolida precisamenteporque llega a ser culturalmente aceptado enciertos contextos. Se toleran así comportamien-tos claramente ilegales y con frecuencia moral-mente censurables.

En síntesis, el divorcio entre los tres sistemas queregulan el comportamiento humano se expresaen acciones muchas veces ilegales pero aproba-das moral y culturalmente, o desaprobadas cultu-ralmente pero aceptables moralmente, o moral-mente inadmisibles pero toleradas o aceptadasen lo cultural. Asimismo, algunas obligacioneslegales no son reconocidas como obligacionesmorales, o carecen de aprobación cultural enciertos medios sociales.

La “interacción intensificada” como caminopara armonizar la ley, la moral y la cultura

¿Por qué la comunicación, o lo que hemos dellamar la “interacción intensificada”, ayuda asubsanar el divorcio entre la ley, la moral y lacultura? Partimos de dos premisas: que los con-flictos surgen o se agravan por limitaciones de la

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comunicación y que la relación directa, “cara acara”, puede disuadir la violencia.

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Cuadro 1. Tres tipos de regulación del comportamiento:legal, moral y cultural

Regulación Legal Moral Cultural

Forma

Explícita, escritaVigencia definida(cuándo, dónde)

Implícita o reconstruida porreflexión.Alcance: propia vida

Incorporada en actitudesy comportamientos. Ta-búes. Hábitos.Vigencia: contex-to/grupo

Fuente de autoridad

Voluntad popular ?Constitución ? Ley??Otras disposiciones

Propia persona.Fuentes: padres, maestros,arte...

Pasado o comunidad.Condición (y signo) depertenencia

Gratificación

Pocos estímulos: distin-ciones, exenciones.Restablecimiento de underecho (igualdad).

Satisfacción moral. Ampliacióndel sentido por reflexión ycomunicación.

Reconocimiento, aten-ción, felicitación, “teneren cuenta”. Ampliacióndel sentido en la comuni-cación.

SanciónCastigo previsto explí-citamente (multa, cár-cel).

Culpa, malestar interno,tensión sobre identidad per-sonal

Vergüenza, exclusión,mancha sobre imagensocial

AplicaAutoridad expresa-mente facultada quesigue proceso previsto

Propia conciencia (figurasde autoridades interioriza-das)

Grupo o comunidad, susvoceros, sus miembros

Repara

Cumplimiento de san-ción aplicada

Arrepentimiento, propósitode cambio y logros en elmismo.

Disculpas, perdón, ritode expiación, cambiovisible de comporta-miento

Argumentación

Al legislar y al aplicar lanorma (juicio, acción detutela) se invocan razo-nes de una maneraabierta a la discusión.

Diálogo interno, autorrefle-xión, facilitados por el tra-tamiento de dilemas mora-les en discusiones y por elarte

Invocación del “siempreha sido así” o “es partede nuestra identidad”

Invocación central Derechos Deberes. Emociones mo-rales

Identidad. Hábitos ycreencias.

Sistematización yfundamentación

Constitución. Códigos.Filosofía del derecho:jusnaturalismo, proce-dimentalismo, etc.

Etica, muy diversas escue-las.

Investigación antropoló-gica. Literatura costum-brista. Urbanidad. Rei-vindicación de la identi-dad.

Pluralismo

La ley varía según paísy época. Es una sola enun momento dado parauna jurisdicción dada.Crecen mínimos comu-nes por un derecho in-ternacional con meca-nismos aún imperfectosde aplicación.

Imperativo de coherenciapersonal. Construcción deintegridad a lo largo de lavida (Kohlberg). Reto:combinar una moral fuertecon la capacidad de admirarmorales fuertes distintas.

Reto: transición de iden-tidad basada en exclu-sión y desprecio a otrasculturas a identidadcompatible con respeto yadmiración por otrascultural.

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Cuando la comunicación se intensifica, los inter-locutores tratan de demostrar que sus argumen-tos son los más válidos. Esto conduce a que di-chos argumentos sean aceptados o atacados y aque los opositores se defiendan planteando suspropios argumentos. A la larga, la incredulidadde una de las partes lleva a la otra a formularnuevos argumentos, y a medida que éstos ad-quieren más espacio, hay más oportunidades deevaluar los argumentos propios y los de la con-traparte. Las reglas pasan a evaluarse en térmi-nos de su propósito y sus resultados, y no sólo desu conveniencia para una de las partes.

La comunicación ayuda a aclarar la relación en-tre los derechos y el deber, y entre el derechopropio y el ajeno1. La idea de que el derechoindividual es parte de los derechos que todoscompartimos anima a cada miembro de la socie-dad a obedecer la ley por su propio interés. Lacomunicación posibilita y favorece lo que Rawlsdenomina un “consenso por traslapes”. Se refie-re al apoyo que reciben unas mismas normas dediversas tradiciones culturales en las sociedadespluralistas democráticas, aunque sea por razonesdistintas.

La comunicación intensificada permite analizarmás detenidamente las convicciones moralespropias y modificar los criterios con que se juzgala acción propia o ajena y lo que se consideraculturalmente admisible. También hace que sur-jan más oportunidades de advertir diferencias deintereses o puntos de vista y de detectar con-flictos oportunamente, con lo cual es posible in-vocar los derechos desde más temprano y tejerun continuum entre la argumentación moral (lacircunscrita al individuo o al grupo inmediato), laargumentación cultural (la lucha por tener la ra-zón ante el prójimo) y la argumentación jurídica(la lucha por tener la razón ante la ley).

1 De hecho la Alcaldía utilizó un lenguaje centrado en elconcepto del deber, salvo en materia de desarme, alcohol ypólvora. En estos casos basó sus argumentos en el derecho ala vida y en la preeminencia de los derechos de los niños.

Al intensificarse la comunicación, se corre elriesgo de que, borradas ciertas ambigüedadescómodas, se genere una percepción de que lasreglas, jerarquías y competencias son inflexibles.Pero, según nuestra experiencia, la sinceridad —decir muy claramente qué es o no factible— casiinvariablemente produce mejores resultados quela diplomacia tradicional (por lo general mal en-tendida).

Cultura ciudadana como prioridad y camino

La hipótesis del “divorcio” entre la cultura, la leyy la moral permitió tomar medidas para reconci-liarlas transformando no las leyes ni tampoco lamoral, sino algunos hábitos y costumbres.

La regulación cultural y su congruencia con lasregulaciones de orden moral y legal fomentancomportamientos sanos, exentos de violencia ycorrupción. Se hizo un esfuerzo en Bogotá porentender y mejorar la regulación cultural de lainteracción entre desconocidos, seguido de ini-ciativas enfocadas en la regulación cultural delas interacciones dentro de la familia (como en lalucha contra la violencia intrafamiliar).

La coordinación entre instituciones y la com-prensión social del proceso, condiciones necesa-rias para obtener los resultados alcanzados, de-pendieron mucho de la apropiación institucional ysocial de la idea misma de una “cultura ciudada-na”. Reformas legales recientes (el estatuto deBogotá, la ley de la planeación y ley del presu-puesto) facilitaron su apropiación institucional ypermitieron así concederle a esa noción, desdeun comienzo, un lugar privilegiado en el Gobiernoy ante la sociedad por la vía de una comunica-ción intensificada2. 2 Uno de los mecanismos de participación ciudadana intro-ducidos por la nueva Constitución colombiana (1991) es el“voto programático”. La reglamentación de este voto obligaa todo candidato a alcalde a inscribir un Plan de Gobiernosobre cuya base un número suficiente de votantes podríasolicitar la revocatoria de su mandato. Por primera vez en1994, los candidatos a las alcaldías del país inscribieron suscandidaturas con un Plan de Gobierno. En mi caso, ese plantuvo como primera y principal prioridad el programa Cultu-

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La noción de una cultura ciudadana buscaba,ante todo, la regulación propia del comporta-miento entre personas. Se hizo hincapié en laregulación cultural de las interacciones entredesconocidos en espacios, transportes y estable-cimientos públicos, y entre los ciudadanos y lasautoridades, dado que lo público depende en granmedida de la calidad de estas interacciones3.

ra Ciudadana. Como consecuencia de lo anterior y de la Leydel Plan, había que expedir un Plan de Desarrollo que debíaser sancionado por el Consejo Distrital. El Plan de Desarro-llo “Formar Ciudad” (1995-1998) también reconoció lacultura ciudadana como su primera prioridad y así continuóhaciéndose en los correspondientes planes de acción bia-nuales (1995-1996, 1996-1997 y 1997-1998). Durante losprimeros meses del Gobierno se trabajó muy intensamenteen la planeación; cualquier proyecto de inversión que aspi-rara a competir en prioridad por los recursos disponibles,debía caber dentro de una de las seis prioridades del Plan“Formar Ciudad”: cultura ciudadana, medio ambiente, espa-cio público, progreso social, productividad urbana y legiti-midad institucional. Para el Plan de Desarrollo “FormarCiudad”, los equipos interinstitucionales que posteriormen-te tendrían que participar en la ejecución del Plan, definieronCultura Ciudadana como el “conjunto de costumbres, accio-nes y reglas mínimas compartidas que generan sentido depertenencia, facilitan la convivencia urbana y conducen alrespeto del patrimonio común y al reconocimiento de losderechos y deberes ciudadanos”. La apropiación institucio-nal del concepto de “cultura ciudadana” comenzó de hechoantes. Basándose en las seis prioridades del Plan de Gobier-no, las instituciones distritales que forman parte de la admi-nistración de Bogotá tuvieron que clasificar y en algunoscasos reorientar sus proyectos de inversión, o proponernuevos proyectos, para una primera priorización entreellos. Esa labor de clasificación y ajuste de proyectos se diotambién posteriormente en el proceso de planeación local.Ambos procesos fueron claves para generar una apropiaciónconceptual colectiva por parte de la administración y de losactores institucionales y comunitarios que participaron.Con gran frecuencia se hicieron preguntas como ¿Será ésteun proyecto de “cultura ciudadana”? ¿Podrá competir conotros proyectos a la luz de la definición de “cultura ciuda-dana”?3 En síntesis, así se presentó el programa Cultura Ciudadanaal Consejo de la ciudad, mes y medio antes de mi toma deposesión, cuando era aún alcalde electo; se buscaba quefuera incluido en el presupuesto para inversión de 1995. Lainclusión se logró, pero no de una manera que fuese visiblede inmediato, pues quedó condicionada a la aprobación delPlan de Desarrollo.

Como parte del Plan de Desarrollo, se definieronlos cuatro objetivos correspondientes a CulturaCiudadana4, principal prioridad y columna verte-bral de dicho plan:a) Lograr un mayor cumplimiento de las normas

de convivencia;b) dotar a algunos ciudadanos de una mayor ca-

pacidad para llevar a otros a cumplir las nor-mas pacíficamente;

c) mejorar la capacidad para concertar acuerdosy dar solución pacífica a los conflictos entreciudadanos;

d) mejorar la capacidad de comunicación de losciudadanos (expresión, interpretación) pormedio del arte, actividades culturales, la re-creación y el deporte.

Cultura Ciudadana abarcó múltiples actividadesde educación ciudadana. Implicó una coopera-ción interinstitucional y multisectorial muy inten-sa, sobre todo en la fase de su concepción. Sucosto total durante los tres años (1995-1997) fuede cerca de 130 millones de dólares estadouni-denses (US$) (3,7% del presupuesto de inversiónpara la ciudad de Bogotá). La iniciativa y la filo-sofía implícita en sus objetivos fueron también lainspiración de muchas acciones gubernamentalesno planeadas que surgieron para responder asituaciones imprevistas.

Un elemento absolutamente crucial para multipli-car el efecto de Cultura Ciudadana fue su enor-me visibilidad, lograda en gran parte por los me-dios masivos de comunicación. No hubo campa-ñas pagadas, pero sí estrategias novedosas, atra-yentes, de gran impacto visual y psicológico.Ejemplos de comunicación fueron los conflictosque surgieron en la ciudad con los fabricantes yvendedores de pólvora, los taxistas, los empresa-rios de autobuses, busetas y colectivos, y con el

4 Se trata de los primeros cuatro objetivos de 31 que final-mente tuvo el Plan “Formar Ciudad”. La reelaboración tuvomuchas consecuencias: todo el Plan de Desarrollo, los pla-nes de acción que lo detallaron y hasta los presupuestos deinversión, se definieron según 31 líneas de acción corres-pondientes a esos 31 objetivos.

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mismo Gobierno nacional a propósito del desar-me. Cuanto más oportuna, sincera y franca fuela comunicación, más favorables fueron los re-sultados alcanzados. De este modo se verificóque la comunicación honrada y abierta y laaceptación de una interacción más intensa, máscercana, más directa entre las partes, podían, dehecho, ayudar a reducir la violencia y contribuir aacortar la distancia entre la regulación cultural yla regulación jurídica (Carrillo, 1991).Algunos de los cambios de comportamientocontaban con indicadores actualizados que per-mitían evaluar con regularidad las acciones aco-metidas. Y la comunicación se veía muy marca-da por la evolución de estos indicadores5. El casomás destacado fue el del ahorro de agua6. Mu-chas de las acciones de Cultura Ciudadana fue-ron presentadas como acciones preventivas, nocomo medidas de reducción de riesgos, disua-diendo así a quienes argumentan que los indivi-duos son totalmente libres de asumir riesgos.

En muchas ocasiones desempeñó un papel cru-cial la influencia combinada de la opinión pública,la franqueza radical y una metodología elementalpara regular la comunicación.

5 Tuvo crucial importancia la información sobre las armas yel consumo de alcohol suministrada por el Instituto Nacio-nal de Medicina Legal. Fue muy útil la cooperación interins-titucional en el análisis de las causas de la violencia, en lapromulgación de medidas de control y en la coordinacióndetallada de las acciones destinadas a lograr su cumplimien-to (enforcement). El desarme, el ahorro de agua y la restric-ción del uso de la pólvora fueron acciones construidas, per-feccionadas y socialmente convalidadas gracias a sus indica-dores.6 Algunos de los hitos de esta campaña, que permitió ma-nejar la emergencia durante cerca de cuatro meses con nive-les de ahorro entre 8 y 12%, llegando en ocasiones hasta16%, fueron los siguientes: lograr que se tomara en serio lainvitación al ahorro, en vez de hacer un llamado oficial sólopara justificar, a los dos días, el racionamiento; no aceptar lapresión periodística de centrar la noticia en las sancionesprevistas para quienes no ahorraran agua; comprobar queexistía la voluntad de ahorrar agua y que, para reforzarla,había que proporcionar información y fomentar metodolo-gías encaminadas a cambiar los hábitos de consumo.

Esto fue muy útil para generar de manera parti-cipativa los planes de desarrollo local (Decreto425 de 1995) y para mantener la independenciade poderes.

En resumen, la estrategia de Cultura Ciudadanase ideó como denominador común para fortale-cer la regulación cultural y la regulación moral,así como para lograr mayor congruencia y siner-gismo entre ellas, y entre ambas y la ley. A me-nudo se logró restar legitimidad cultural o moral aacciones contrarias a la ley, así como comunicar(o reconstruir en un ambiente de comunicación)las razones de ser y los aspectos favorables de laregulación legal.

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Acciones y resultados de la prevención y el controlde la violencia por la Alcaldía Mayor de Bogotá, 1995-1997

La intención básica fue ubicar los problemas deseguridad en el marco de los problemas de laconvivencia y propiciar la visión de estos últimoscomo un asunto de congruencia entre las regula-ciones jurídica, moral y cultural. Esta aproxima-ción, en vez de estigmatizar y marginar al delin-cuente o al individuo violento, da cabida a ilegali-dades, con grados muy diversos de toleranciamoral y cultural.

Tanto para el plan de desarrollo del Distrito Ca-pital, como para los planes de desarrollo locales7,las propuestas que respondían a los problemas deviolencia (ya fueran de seguridad ciudadana o deconflicto social) tenían que clasificarse dentro deun marco distinto: o eran proyectos correspon-dientes a la prioritaria “legitimidad institucional”(que, según el plan de desarrollo, “apunta a gene-rar en los ciudadanos credibilidad en las institu-ciones, las normas, el servicio público y los go-bernantes”), o eran proyectos de Cultura Ciuda-dana (que, según el mismo plan de desarrollo, esun “conjunto de costumbres, acciones y reglasmínimas compartidas que generan sentido depertenencia, facilitan la convivencia urbana yconducen al respeto del patrimonio común y alreconocimiento de los derechos y deberes ciuda-danos”).

De esta manera se logró tener en cuenta losproblemas de seguridad sin convertirlos en unaprioridad “autónoma” y sin verlos o tratarlos

7 El Distrito Capital tiene 20 divisiones llamadas localida-des, cada una con un alcalde local; el Distrito Capital asignaa esas localidades un presupuesto equivalente a 10% delpresupuesto de inversión de la ciudad, exceptuados lospresupuestos de las empresas de servicios públicos. Ladistribución de esos presupuestos en el nivel de cada locali-dad la efectúa la Junta Administradora Local ( JAL), cuyosmiembros —al igual que el Alcalde Mayor— son de elec-ción popular.

desde una perspectiva exclusiva o básicamentesectorial.

Los resultados más destacados de este enfoquefueron los siguientes: reducción de la tasa demortalidad anual por homicidio (de 72 a 51muertes por cada 100.000 habitantes); reducciónen más de dos tercios del número de niños lesio-nados con pólvora durante la época de Navidad;reducción de 20% de la tasa anual de homicidiosculposos en accidentes de tránsito (de 25 a 20por cada 100.000 habitantes); respecto de lascebras por peatones y conductores8; uso delcinturón de seguridad por más de dos tercios delos conductores. Medidas como la “ley zanaho-ria9” siguen hoy en día vigentes en Bogotá y hansido adoptadas en otras ciudades colombianas.

Se presentan a continuación las acciones quemás patentemente permitieron prevenir y con-trolar la violencia, junto con su intención (cambiodeseado), sus antecedentes (cuando existen), sudescripción y algunos de sus resultados.

Acción: tarjetas ciudadanas

Cambios deseados: Que unos ciudadanos re-gularan el comportamiento de otros de manerapacífica.

Descripción: tarjetas, con un lado blanco y otrorojo, fueron repartidas a la población masiva-mente. El lado blanco muestra una mano cuyodedo pulgar está extendido hacia arriba. Unaleyenda dice “Bogotá coqueta”. El lado rojo ymuestra una mano cuyo dedo pulgar está exten-dido hacia abajo, la convencional señal de censu-ra. Inicialmente, estas tarjetas fueron elaboradas 8 Zonas demarcadas en las vías para el paso de los peatones.9Así empezó y continúa llamándose la limitación del expen-dio de licores a partir de la 1.00 a.m.

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y repartidas con el apoyo de la empresa privada.Se difundieron en centenares de miles de unida-des y se distribuyeron entre peatones y conduc-tores de vehículos.Algunos resultados: muchos conductores utili-zaron la tarjeta y algunos la conservan adheridapermanentemente a una de las ventanas de suvehículo. La cara roja fue utilizada con mayorfrecuencia (para censurar comportamientos in-debidos por parte de peatones o de conductoresde vehículos). También usan la cara blanca conel pulgar hacia arriba quienes desean reconocero agradecer comportamientos ciudadanos desta-cables o positivos. En algunas situaciones deconflicto, los sindicatos y las comunidades expre-san desaprobación usando grandes tarjetas conel dedo hacia abajo o haciendo el mismo gestocon la mano.

Acción: mimos y cebras

Cambios deseados: una mejor convivenciaentre peatones y conductores de vehículos y ma-yor conciencia de la conveniencia de tener y ob-servar reglas de convivencia.

Descripción: consistió en varias medidas.

Mimos: en varias partes de la avenida 19, peroespecialmente en su intersección con la carrera7 —ambas son arterias importantes del centro deBogotá—, la ciudadanía respondía con chiflidos aconductores de vehículos que, ante el pare obli-gado por el semáforo, no respetaran las conven-ciones y se detuvieran sobre la cebra que de-marca el paso peatonal. Cuando el conductor nomovía el vehículo hacia atrás, en medio de lossilbidos aparecía un mimo que intentaba persua-dirlo a respetar la cebra; si no retrocedía ante lainvitación amistosa y lúdica del mimo, interveníaun policía de tránsito. La gente acababa aplau-diendo, a la vista de todos, la acción del policíaque imponía la multa. Así, la represión policialera la última medida de una secuencia pedagógi-camente ordenada y, gracias a la clara lectura dela situación y al respaldo social de la sanción, elefecto pedagógico se reforzaba. A partir de julio

de 1995 y durante tres meses, 400 mimos jóve-nes con la cara pintada y vestidos de negro ins-truyeron a los bogotanos —sin palabras y singritos— sobre cómo respetar las convencionesdel tránsito peatonal y vehicular (no arrojar basu-ra a la calle, ayudar a los ancianos a cruzar, res-petar los semáforos y las cebras); utilizaron lavergüenza como arma educativa a fin de que losmismos ciudadanos se convirtieran en jueces delos infractores. Posteriormente los mimos sedesplazaron a las 19 localidades urbanas de laciudad.

Intersecciones: se realizó una campaña educa-tiva en cruces de alto flujo vehicular para lograrque los conductores aprendieran a detenerseantes de los cruces peatonales (cebras) y que lospeatones aprendieran a cruzar sólo por los sitiosdemarcados. En la campaña participaron mimos,agentes de policía, policías cívicos de tránsito,policías auxiliares bachilleres y policías virtua-les10.

Paraderos: mediante programas educativos(demarcación de la señal de paradero en el sue-lo, señales móviles de “mal parados” para evi-denciar el incumplimiento de la norma) se buscóhabituar a las personas y a los conductores asubir y bajar del autobús en los sitios demarca-dos.

Cebras: se realizó una campaña educativa paralograr que los peatones aprendieran a cruzar sólopor los sitios demarcados en las esquinas y quelos conductores se detuvieran antes de estos si-tios. En la campaña participaron mimos, con-ductores voluntarios de vehículos, policías auxi-liares bachilleres y estudiantes.

Algunos resultados: la campaña educativa serealizó en 482 intersecciones viales y tuvo laparticipación de 425 personas (entre mimos,

10Biombos colocados en sitios estratégicos de las vías teníanpintados policías en las dos caras exteriores y pequeñasventanas que servían de punto de mira hacia las vías. Resul-taba difícil verificar si detrás estaba o no un policía.

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agentes de policía, etc.). Se demarcaron 364 in-tersecciones en la ciudad. El buen resultado delos paraderos se vio especialmente en la calle 80,una de las vías de mayor densidad y congestiónde la ciudad. El número de pasajeros que respe-taban los paraderos subió de 26,2% en 1995 a38% en 1996; y entre febrero y mayo de 1997,43% de las busetas los respetaban. El programapara inculcar el respeto a las cebras fue uno delos que dio mejores resultados; los mismos ciu-dadanos empezaron a ejercer un gran controlsocial sobre los infractores. En 1996, el 76,46%de los conductores y el 72,25% de los peatonesrespetaban la cebra. Lo que distinguió a estascampañas fue su concepción lúdica y no represi-va en la promoción del cumplimiento de las nor-mas de tránsito.

Acción: creación delBoletín de Violencia y Delincuencia

Cambios deseados: institucionalización de lainformación sobre seguridad.

Antecedentes: tres instituciones diferentesemitían información importante sobre asuntosrelacionados con la seguridad. Había discrepan-cias y grandes incoherencias entre la informa-ción procedente de esas tres fuentes. La alcaldíade Rodrigo Guerrero (1992-1994) en Cali, otraimportante ciudad capital, había demostrado queun tratamiento epidemiológico de la violenciarequiere información fidedigna y desagregadapor zonas geográficas.

Descripción: varias instituciones estudiaron loscriterios para la recolección de datos sobremuertes violentas en Bogotá y acordaron crearel Boletín de Violencia y Delincuencia , de cir-culación mensual. Este boletín permitiría hacerun seguimiento de los principales delitos y suevolución en cada una de las 20 localidades delDistrito Capital, así como desagregar la informa-ción por barrios. Sirvió de base para los análisis,las evaluaciones y las decisiones importantes delConsejo de Seguridad de la ciudad y de los co-

mandantes de la policía en sus reuniones rutina-rias.

Acción: “Ley zanahoria”

Cambios deseados: reducción de las muertesviolentas ocasionadas o facilitadas por el abusodel alcohol.

Antecedentes: se observa una estrecha rela-ción entre el consumo de alcohol, especialmentelos fines de semana, y un gran número de muer-tes violentas y accidentes de tránsito. En 1995, el49% de los muertos en accidentes de tránsito, el33% de los homicidios con armas de fuego, el49% de los homicidios con armas cortopunzan-tes, el 35% de los suicidios y el 10% de lasmuertes accidentales mostraron una asociacióncon concentraciones de alcohol elevadas en lasangre de las víctimas.

Descripción: se impuso el cierre a la 1.00 de lamadrugada de los estancos y establecimientosnocturnos de diversión que expendían licor. Estamedida se apoyó con otras que buscaban fo-mentar regulación cultural, autorregulación ysanción. Las propuestas televisivas “Entregue lasllaves” y “El conductor elegido” ayudaron a for-talecer la regulación ejercida por los ciudadanos.Se mejoraron también el control en las vías enhoras nocturnas y la aplicación de sanciones alos conductores embriagados. Se creó el pro-grama piloto de educación “Saber antes de be-ber, uso responsable del alcohol” para mostrarlas diversas consecuencias que acarrea el con-sumo de bebidas alcohólicas, desde sus efectosbioquímicos, hasta los efectos sobre el ambientey el grupo que bebe con el consumidor. Esteprograma se presentó a 3.500 estudiantes desecundaria de los grados 10 y 11 y a 150 docen-tes orientadores.

Algunos resultados: en 1995, los homicidioscon concentraciones detectables de alcohol en lasangre se redujeron en 9,5%. Las muertes enaccidentes de tránsito en que alguna de las per-sonas involucradas estaba embriagada disminu-

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yeron 24,2%. En la Navidad de 1996 los homici-dios bajaron en 26,7%. Y en 1997, en compara-ción con 1996, se redujeron en 15% los homici-dios comunes y en 13% las muertes en acciden-tes de tránsito.

Acción: prohibición de la pólvora

Cambios deseados: reducción del número deniños quemados o muertos como resultado deluso de la pólvora.

Antecedentes: en la Navidad de 1994, cinconiños menores de 14 años murieron y 127 sufrie-ron quemaduras como consecuencia del uso dela pólvora.

Descripción: en la Navidad de 1995 se restrin-gió el uso de la pólvora a personas adultas yunos pocos lugares. Desde el Gobierno local seemitió la advertencia de que se prohibiría porcompleto el uso de la pólvora tan pronto se noti-ficara el primer caso de un niño quemado en laciudad. Y el siniestro ocurrió. Hubo sanción pe-dagógica y se impusieron trabajos cívicos a lospadres que permitieron que sus hijos jugaran conpólvora. En la ciudad había una abundante pro-ducción ilegal de pólvora y periódicamente sepresentaban graves accidentes y tragedias. Laventa se autorizaba a todos los fabricantes y dis-tribuidores, pero durante períodos muy limitadosy en sitios definidos por el gobierno del DistritoCapital.

Algunos resultados: en la Navidad de 1995, lapólvora no ocasionó la muerte de ningún niño y elnúmero de niños heridos bajó de 127 (en 1994) a46. En la Navidad de 1996 tampoco hubo niñosmuertos y los heridos fueron 41. La interlocucióndel gobierno del Distrito con los fabricantes yvendedores de pólvora y con sus voceros institu-cionales y abogados, desempeñó un papel crucialen la adaptación a la prohibición del uso de lapólvora y en el manejo de sus consecuenciaspara los fabricantes.

Acción: Plan de desarme

Cambios deseados: reducción del riesgo, de-salentando las acciones de justicia por mano pro-pia y promoviendo la confianza entre desconoci-dos.

Antecedentes: el gobierno anterior del DistritoCapital había logrado restringir el porte de armaslos fines de semana, lo cual había disminuido elíndice de homicidios. Pero en vista de que la tasade homicidios seguía siendo exageradamentealta, convenía intentar reducirla aún más.

Descripción: en 1996 se restringió el porte dearmas y se reforzaron las medidas de control. Alfinal del período del gobierno, en el segundo se-mestre de 1997, se prohibió el porte.

Algunos resultados: los homicidios comunesmensuales se redujeron de 397 en 1995 a 291 en1996. Después de la prohibición, las cifras fueronmás contundentes: en comparación con los mis-mos meses del año anterior, se redujeron 30% enseptiembre, 23% en octubre y 26% en noviem-bre.

Acción: desarme voluntario

Cambios deseados: reducir el riesgo de darmuerte a otros en momentos de ira o por descui-do. Identificar y controlar, con el compromiso delos propios ciudadanos, lo que los epidemiólogosllaman “factores de riesgo”.

Antecedentes: en 1995 y 1996, 74 y 73%, res-pectivamente, de los homicidios notificados enBogotá se cometieron con armas de fuego detenencia o porte legal o ilegal. En los EstadosUnidos de América, país tradicionalmente liberalfrente al porte de armas, se realizó una investi-gación para examinar la adquisición de armascon la intención de mejorar las posibilidades dedefensa personal. Según sus resultados, la pro-babilidad de provocar la muerte debido al usoaccidental o imprevisto de las armas es 42 vecessuperior a la probabilidad de hacerlo en cumpli-

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miento de la función defensiva para la cual seadquirió el arma.

Descripción: con el lema “Que las armas des-cansen en paz en esta Navidad” se realizó unacampaña, apoyada por los medios masivos decomunicación, para que los ciudadanos entrega-ran voluntariamente las armas y municiones queposeían. Se recibieron armas, municiones y ex-plosivos convencionales y no convencionales demuy diversas clases, entre ellos granadas de ma-no. Con la ayuda muy importante de la empresaprivada y de embajadas de países que se unierona la campaña, se estimuló la entrega de las ar-mas, municiones y explosivos con el incentivo decambiarlos por bonos para adquirir regalos deNavidad. Algunas personas no pidieron nada acambio de la entrega de las armas, municiones oexplosivos.

Algunos resultados: con las 2.538 armas en-tregadas por la ciudadanía se hizo una fundicióny se produjeron cucharitas para alimentacióninfantil. Las cucharitas, montadas sobre basesfundidas del mismo metal, llevan la leyenda“ARMA FUI”. El conjunto de cuchara y base vie-ne en un bonito estuche de madera y acrílicopara residencias y oficinas. Los homicidios co-munes bajaron de 397 en diciembre de 1995 a291 en diciembre de 1996. En el segundo se-mestre de 1997, después de la prohibición totaldel porte de armas, los homicidios comunes baja-ron 30% en septiembre, 23% en octubre y 26%en noviembre, en comparación con los mismosmeses en 1996.

Acción: jornadas de“vacunación contra la violencia”

Cambios deseados: permitir el desahogo y lamanifestación de ira, tristeza y frustración pormalos tratos sufridos en la infancia o en otrasépocas de la vida. Aumentar la sensibilidad de lasociedad en general. Ampliar la oferta de aten-ción institucional.

Descripción: la llamada “vacunación” contra laviolencia consistía en un rito breve, asistido porun psiquiatra o un psicólogo preparado especia l-mente para ese fin, donde personas deseosas de“vacunarse” contra la violencia rememoraban laagresión sufrida y descargaban su sufrimientomediante una descarga verbal o física contra unmuñeco cuya cara tenía dibujados los rasgos delagresor. Durante la primera jornada se habilitóuna línea telefónica especial. Una grabación in-vitaba a quien llamaba a recordar a la personaque más le había agredido y a expresar qué lediría a esa persona si se encontrara con ella.Llamaron más de 400 personas. En las dos jor-nadas participaron 45.000 personas y a la horaen que terminaron las jornadas en algunos luga-res, se vieron largas filas de personas que espe-raban para participar. Se cree que el éxito deesta iniciativa guardó relación con el anteriorestablecimiento de una asociación de lucha con-tra el maltrato infantil. Dicha asociación habíaimpulsado la formación de una red pública y pri-vada de ciudadanos sensibilizados, especialistas yfuncionarios que compartían la convicción de queel maltrato de niñas y niños es una grave mani-festación de violencia y un factor clave de sureproducción y persistencia.

Algunos resultados: en ambas jornadas laspersonas tuvieron la oportunidad de desahogarsey de manifestar su ira y su dolor por el daño queotros les habían infligido en su infancia o en otraépoca de la vida. Las jornadas llamaron la aten-ción del Fondo de las Naciones Unidas para laInfancia (UNICEF) y de la Sociedad Internacionalpara la Prevención del Abuso y la Negligenciahacia los Niños. Estas jornadas también tuvieronotros efectos. Por ejemplo, generaron una mayorintegración entre instituciones que atienden a lasvíctimas de maltrato infantil y facilitaron un granconocimiento de la oferta institucional de estaclase de servicios sociales. De hecho, de un se-mestre a otro la demanda de atención institucio-nal aumentó a más del doble. Si se acepta la te-sis de que actualmente los mayores obstáculos ala lucha por el buen trato a la población infantilson la dispersión de la oferta institucional y la

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dificultad para coordinar iniciativas instituciona-les, las jornadas habrán aportado un valor agre-gado que no se había previsto inicialmente. Unasveces promovida por gobiernos locales y otrasveces por la sociedad civil, la “vacunación” con-tra la violencia ha sido replicada, por lo generalcon adaptaciones, en varios departamentos ymunicipios del país.

Acción: policías formadores de ciudadanos

Cambios deseados: contribuir a la formaciónprofesional de los agentes de la policía, procu-rando con ello mejorar la relación entre la institu-ción policial y los ciudadanos.

Antecedentes: este autor, como candidato a laalcaldía, había adquirido el compromiso públicode mejorar la formación de la policía.

Descripción: se inscribió a 4.750 policías encursos de formación y capacitación de un mesde duración, impartidos por dos universidadesprivadas. La formación abarcó temas como lamediación y la conciliación en los conflictos, losderechos fundamentales del ciudadano, el estadosocial de derecho, la gestión y el desarrollo local,la ley de la policía, los códigos policíacos y elprograma de desarrollo “Formar Ciudad”.

Algunos resultados: los policías participantesvaloraron mucho los aspectos de la comunica-ción y expresión creativa. También reconocieronla gran importancia de la realización de algunos“Semilleros de convivencia”,11 con situacionessimuladas (transgresores, autoridades, ciudada-nos afectados por la transgresión) en que cada

11Fueron reuniones encaminadas a facilitar la participaciónen la resolución de problemas de convivencia muy específi-cos. Buscaban ser instancias de identificación, conceptuali-zación, análisis y compromiso social y gubernamental concomportamientos y actitudes que ayudaban a acercar algobierno local a la sociedad y también fomentaban la com-presión de las necesidades de unos y otros. Contribuyeron apreparar el proyecto de "Carta de civilidad" que debía re-emplazar el código policíaco vigente.

grupo planteaba argumentos para defender suposición.

Acción: jornadas “Re” (conciliación)y solución pacífica de conflictos.

Cambios deseados: uso del diálogo y de algu-nos recursos metodológicos para promover laresolución pacífica de los conflictos interperso-nales.

Descripción: estas fueron jornadas durante lascuales, mediante procesos y procedimientos ba-sados en el diálogo, se enseñó a las personas aresolver ciertos conflictos que no suelen conside-rarse fáciles de resolver de forma pacífica. Sepedía a las personas que invitaran a alguien conquien tuvieran un conflicto, disputa o desavenen-cia y que le propusieran el camino más cortopara resolverlo: el diálogo. Se definieron nuevepuntos de la ciudad donde se enseñaba a resol-ver disputas. En ellos, comisarios de familia ypersonal de los centros de conciliación daban aconocer, sobre la base de un concepto unificado,técnicas y habilidades para resolver conflictos yproporcionaban información sobre institucionesque prestan asesoramiento en estos campos.También se trabajó en otras iniciativas orientadasa resolver conflictos, siendo ejemplos de ellas las48 emisiones del programa radial “Por las bue-nas” y la distribución de las cartillas “Caja deherramientas”, diseñadas para eso.

Acción: “Carta de civilidad”y “Semilleros de convivencia”

Cambios deseados: una mayor conciencia so-cial acerca de las reglas de convivencia y la im-portancia de cumplirlas, y una reforma del códigode policía de Bogotá.

Descripción: se invitó a la ciudadanía a partic i-par en sesiones de trabajo sobre problemas es-pecíficos, a fin de que elaboraran su propia“Carta de civilidad” como alternativa a la refor-ma del código de policía. A esas sesiones se lesdenominó “Semilleros de convivencia”. Para ca-

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da problema (por ejemplo, el uso de transportede tracción animal en la ciudad) se invitaba a laspersonas comúnmente involucradas o directa-mente afectadas y a las autoridades que debían opodían intervenir. De esa manera se buscaba lapresencia de infractores y se organizaba un in-tercambio de papeles entre los infractores, lasautoridades y los ciudadanos afectados. El pro-ceso duró 2 años y produjo multitud de iniciativasque luego fueron organizadas y presentadas alConsejo de Bogotá como una nueva “Carta decivilidad”, destinada a reemplazar el código depolicía. El Consejo de la ciudad archivó el pro-yecto[REB1].

Algunos resultados: cerca de 18.000 personasparticiparon en 16 semilleros de cobertura distri-tal, 181 semilleros locales y 29 semilleros queatendieron problemas coyunturales o que se die-ron de manera espontánea, fuera de la organiza-ción gubernamental. Al cabo de los dos años sehabían recogido cerca de 30.000 iniciativas quefueron organizadas por una comisión redactora.Fue interesante observar que, pese a que los in-fractores representaban escasamente un terciode los asistentes, con el intercambio de papelescasi siempre surgían más argumentos en defensade la transgresión que del cumplimiento de lanorma. El Consejo de Bogotá archivó el proyectoargumentando que el Congreso nacional debíaaprobar primero la ley de reforma del códigonacional de policía. El gobierno distrital distribuyóentre la ciudadanía 1.300.000 ejemplares de unresumen del proyecto “Carta de civilidad”.

Acción: interrupción de las relacionesclientelistas entre el gobierno y el Consejo

Cambios deseados: reemplazar con una pla-neación participativa transparente los procesostradicionales de búsqueda de soluciones; eviden-ciar que las soluciones de los problemas puedenser tratadas de una manera no arbitraria y noparticularista12. 12“Particularista” es aquél que es partidario del particula-rismo, que debe entenderse como “la preferencia excesivaque se da al interés particular sobre el general”. Diccionario

Antecedentes: Colombia posee una amplialiteratura sobre el clientelismo. El concepto sub-raya el uso de recursos públicos para realizarfavores privados como un elemento clave para lareproducción de las relaciones políticas. LaConstitución de 1991 permitió expedir un nuevoEstatuto orgánico para la Ciudad de Santa Fe deBogotá13, que puso fin a la coadministración quese daba entre el gobierno y el Consejo distrital.En particular, excluyó a los concejales de la ciu-dad de toda participación en juntas directivas delas empresas e instituciones del Distrito y enprocesos de contratación (¡antes existía unaJunta de contratos!). El nuevo estatuto delimitaclaramente las competencias.

Descripción: desde el discurso pronunciado porel alcalde el día en que ganó las elecciones, seplantearon reglas de juego para la relación entreel gobierno y el Consejo: cada uno debía cumplircon sus funciones sin entorpecer o invadir lascompetencias del otro. Se propuso y se logróbasar la relación únicamente en el respeto de losargumentos de las respectivas funciones. Se im-puso una regla muy sencilla: cada vez que pedíauna cita un concejal, un congresista o cualquierotra entidad, se le pedía que informara con preci-sión el objetivo de la cita, para la cual se con-certaba una duración razonable para tratar eltema acordado. Apenas la conversación se salíadel tema, el interlocutor era convidado muy co-medidamente a solicitar una nueva entrevista y aindicar el tema previamente para facilitar unarespuesta preparada e ilustrada. Las intrigas po-líticas no formaban parte de ninguna agenda.Con la mesa directiva del Consejo se concertó ehizo pública una “agenda legislativa” cuyo objeti-vo fue darles prioridad a los temas y proyectosque era importante debatir.

Algunos resultados. La implementación entodo el país de la carrera administrativa, más laexpansión de sus alcances por jurisprudencia de de la Real Academia Española, 21.a edición. Espasa Calpe,1992.13Decreto-Ley 1421 de 1993.

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las Cortes, contribuyeron a superar esta mani-festación del clientelismo. Esta superación, aun-que constituye un logro relevante, no necesaria-mente está llamada a perdurar, puesto que futu-ros alcaldes pueden preferir, con distintos gradosy tácticas políticas, regresar a las prácticas anti-guas. Algunos resultados: se interrumpieron lasrelaciones clientelistas tradicionales. No huboninguna clase de concertación a la hora de otor-gar los cargos directivos ni otros cargos, ni tam-poco al establecer contratos. Esto se tradujo enun uso más legal y eficiente de los recursos pú-blicos. Se respetó la división del trabajo entre elgobierno y el Consejo. En particular, las objecio-nes a los acuerdos distritales —que no eran con-venientes o que eran ilegales14—,se distinguieronnítidamente y ambos exámenes se asumieronindependientemente y con rigor. Comenzó aeducarse a la ciudadanía sobre las diferenciasentre las competencias del gobierno y del Con-sejo. Se consolidó la carrera administrativa paralos funcionarios, con lo cual se eliminó la posibili-dad de que obraran por conveniencia o por ra-zones políticas. Al final, varios concejales mani-festaron su agrado porque el nuevo esquema lespermitía votar a favor o en contra de los actoslegislativos según su conciencia y no en funciónde las otrora consuetudinarias negociaciones po-líticas.

Acción: paros y amenazas de paro

Cambios deseados: destruir o debilitar la lógicade chantajear al gobierno y aumentar la confian-za en procesos más institucionalizados de con-certación o planeación.

Antecedentes: la ciudad había sufrido invete-rados episodios en los que sectores populareslocales o sectores dependientes de tarifas fijadaspor la alcaldía, como los transportadores, usabanel paro y la amenaza de paro para lograr suspropósitos.

14El estatuto de la ciudad contempla entre las competenciasdel alcalde la de objetar los acuerdos del Consejo por incon-venientes o ilegales.

Descripción: se manejaron los conflictos conlos transportadores15; con los sindicatos que re-presentaban a empleados o trabajadores en peli-gro de ser licenciados por reestructuraciones opor cambios de funciones; con líderes de movi-mientos o huelgas locales, o con grupos afecta-dos por decisiones del gobierno local, como loscomerciantes de pólvora. Se intercambiabanplanteamientos y argumentos, preferiblementeantes del paso a la acción. Muchas veces se in-citó a quien profería una amenaza a cumplirlainmediatamente. Un caso que ilustra, de maneraelocuente, las limitaciones de este modelo fue lamanifestación de comerciantes de pólvora frentede la alcaldía por espacio de dos horas: ¡pusierona sus propios niños a lanzar pólvora! Se insistióuna y otra vez en los efectos pedagógicos adver-sos de hacer concesiones bajo presión y en eldeber de la alcaldía de poner los interese gene-rales o de las minorías en condiciones de parti-cular desventaja, por encima de los interesesparticulares. La existencia del “Plan de gobie r-no” y su ratificación popular mediante su elec-ción, fue un instrumento muy útil para muchas delas discusiones. Al desestimular las presiones yfortalecer la planeación local, se impidió la for-mación de una doble agenda de obligaciones, quenormalmente habría abarcado la de los planes dedesarrollo y la asociada con los paros.

Algunos resultados: reglas más claras e insti-tucionalizadas. Un “saber a qué atenerse” mu-cho más claro, basado en un intercambio de ar-gumentos y una conciliación oportuna. Algunossectores aceptaron la transformación de sus“pliegos de peticiones” en “paquetes de proyec-tos”.

Acción: concertar paraplanear con participación

Cambios deseados: promover la participaciónciudadana en la planeación de la inversión públi-ca, mediante la discusión abierta. 15Empresarios ligados a autobuses de modelos relativamenterecientes, conductores y propietarios de autobuses viejos, ytaxistas.

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Antecedentes: existía un esbozo de planeaciónlocal centrado en lo ambiental16. Corposur, unaorganización no gubernamental (ONG) impulsadapor el sector privado y orientada a dar apoyotécnico a procesos de descentralización, habíadesarrollado actividades preparatorias para laplaneación local en Ciudad Bolívar, una de laslocalidades más necesitadas y en el pasado másconflictivas del Distrito Capital.

Descripción: esta descripción se referirá a dosaspectos: la planeación local y las obras con sal-do pedagógico.

Planeación local: se invitó a los ciudadanos delas 20 localidades del Distrito Capital a participaractivamente en la elaboración de cada “Plan dedesarrollo local”. En la reunión inicial de pre-sentación del proceso —que duró unas tres se-manas—, los ciudadanos recibieron una tarjeta yuna moneda plástica17. En la tarjeta debían es-cribir una idea acerca de una necesidad o unproyecto que consideraban prioritario para sulocalidad. De inmediato debían colocar la tarjetay su moneda en una de las seis urnas transpa-rentes que representaban las seis prioridades delPlan de Desarrollo “Formar Ciudad”. Los ciuda-danos tenían la opción de depositar la tarjeta enuna urna y la moneda en otra si querían indicarque presentaban una propuesta, pero que prefe-rían que se invirtieran los recursos en otra.Cuando todos los asistentes habían votado, se lesinvitaba a participar en el escrutinio de los votosy los resultados se hacían públicos inmediata-mente. De esta manera, todos los presentes co-nocían el resultado de la votación, ya que el es-crutinio les daba una clara indicación de la im-portancia relativa de las prioridades. Cuandofaltaban monedas (casi siempre sucedió) se soli-citaba su devolución. Cuando más de la mitad delas monedas faltantes habían sido devueltas, se

16Se trata de las Agendas ambientales locales de 1994, he-chas por el Departamento Administrativo del Medio Am-biente, una de las entidades de la Alcaldía.17 Monedas con la leyenda "Recursos públicos, recursossagrados".

iniciaba la clausura de la reunión con los himnosde la ciudad y de la nación. En la reunión, y porotros medios de comunicación, la comunidadquedaba en conocimiento del cronograma que seseguiría para aceptar los proyectos propuestos yatribuirles prioridad en reuniones abiertas al pú-blico. En los días siguientes, equipos de trabajotransformaban las ideas en esbozos de proyectosde inversión que serían clasificados en seis gru-pos, dándosele a cada grupo una prioridad, paraluego cortar las seis listas a manera de ajustar elcosto total al presupuesto de inversión asignado ala localidad. En cada localidad y en reunionesque debían ser públicas y que en general lo fue-ron, un Comité técnico18 preseleccionó los pro-yectos de acuerdo con las prioridades del Plan“Formar Ciudad”. Para darles prioridad a lasinversiones, tuvieron en cuenta el Indice de Ne-cesidades Básicas Insatisfechas (NBI), las obrasinconclusas y otros criterios, como la poblaciónbeneficiada.

Obras con “saldo pedagógico”: los integran-tes de las Juntas de Acción Comunal19 recibieroncapacitación en contratación y planeación;mientras tanto, adelantaban un proyecto que de-bía reflejar el reconocimiento de las necesidadesde sus barrios. El proyecto debía ser de beneficiopara la comunidad. Al final de la capacitación,los proyectos concursaron para la financiacióndel grupo de proyectos elegido.Algunos resultados: se reguló la elaboraciónde los borradores de los planes de desarrollo lo-cales y se adoptó una metodología para clasificarlos proyectos de inversión presentados por lascomunidades o sus organizaciones dentro de lasseis prioridades del Plan “Formar Ciudad”. Setuvieron en cuenta los incentivos de refuerzofinanciero de la administración central para las

18 Presidido por cada alcalde local, lo integraba además laComisión del Plan de Desarrollo de la correspondiente JuntaAdministradora Local y un delegado del DepartamentoAdministrativo de Planeación del Distrito Capital.19 Es la forma de organización popular más importante enlos barrios. Las juntas están institucionalizadas y desempe-ñan un papel clave en relación con los procesos de legaliza-ción urbanística y el acceso a servicios básicos.

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localidades que acentuaran alguna o algunas delas prioridades. Los proyectos se clasificaronsegún la terminología del Plan y dentro de cadauna de las seis prioridades. Las Juntas Adminis-tradoras Locales, que tenían competencia paraaprobar los planes, se apartaron poco del borra-dor elaborado participativamente y valoraronmuy positivamente el apoyo técnico dado por laAlcaldía Mayor en materia de formulación deproyectos20. Se capacitó a 400 líderes; se cons-truyeron obras (incluida su planeación, la con-tratación y el manejo de los recursos) en más de190 barrios. Fue un proceso —hoy bien recono-cido— para la construcción de una “cultura de laplaneación”. A mediados de 1998 se realizó elconcurso cívico “Iniciativas por una Bogotá me-jor”, convocado por la Fundación Corona y laCasa Editorial El Tiempo. Este concurso produjoel siguiente reconocimiento: “...la comunidad estáutilizando las herramientas que da el Estado ensu beneficio... El programa 'Obras con saldo pe-dagógico' del Departamento de Acción Comunaldel Distrito ha sido importante en todos los pro-cesos. A través de él, la comunidad aprendió aformular proyectos, ejecutarlos, velar por sucumplimiento, medir lo prioritario y contratar conel Distrito”21.

20 La ONG Corposur realizó un trabajo de acompañamientoaltamente valorado por las localidades y por el gobiernodistrital: desde ayudar a construir listas de proyectos hastafacilitar la comunicación a la comunidad o el seguimiento delos cambios entre el borrador y el plan aprobado por la JAL.Permitió detectar que en prácticamente todos los comitéstécnicos se concedió gran valor a la intervención del funcio-nario del Departamento Administrativo de Planeación Dis-trital, otra de las entidades de la Alcaldía Mayor.21Periódico El Tiempo, 6 de agosto de 1998.

Acción: eventos culturalesen el espacio público

Cambios deseados: promover “el goce za-nahorio” y el regreso al espacio público del par-que.

Descripción: “Rock al parque”: así se denomi-naron los festivales musicales de rock al airelibre. Las agrupaciones participantes se eligierontras una gran convocatoria. Con la denominación“Jazz al parque” se convocó a todos los gruposde jóvenes dedicados a esta música para queparticiparan en eventos musicales con ese nom-bre. “Rap a la torta”22 fue la denominación quese utilizó para poner en marcha políticas sobretolerancia y convivencia a través de la músicarap. Se abrió concurso en todas las localidades yse seleccionaron 23 de los 63 grupos aspirantes.Participaron grupos de la policía, junto con niñosde una región lejana del país (Urabá) y de Fran-cia. “Rap and roll”: estos espectáculos musicalestuvieron como propósito lograr la tolerancia yconvivencia entre dos géneros musicales que aojos de los jóvenes eran incompatibles. En latemporada navideña (16 al 23 de diciembre) serealizaron las “Noches de paz” y las “Noches derap and roll”, en las que se rezaba la novena deaguinaldos y luego se presentaban los distintosgrupos musicales. “Septimazos”: fueron activida-des promovidas para revitalizar el centro de laciudad, promover el comercio en la Calle Real, ygenerar alternativas para el uso de la ciudad ydel espacio público. Se cerraba la principal vía dela ciudad, la carrera 7ª, desde la Avenida Jimé-nez hasta la Calle 24 y se montaban tarimas parapresentar distintos espectáculos. “Música en lostemplos”: fueron conciertos que buscaron contri-buir a asociar los templos con la música, dentrode una perspectiva cultural, social y pedagógicaque incluyó en las iglesias recitales de coros a losque se invitaba a toda la comunidad. Además delas iglesias católicas, participaron también lasiglesias presbiteriana, luterana, anglicana y orto- 22Evocando el nombre “La Media Torta”, un escenario muyconocido de la ciudad, donde se presentan espectáculospúblicos gratuitos.

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doxa. “Cinema al espacio público”: fueron pro-yecciones audiovisuales sobre la memoria arqui-tectónica de Santa Fe de Bogotá.

Algunos resultados: en 1995, más de 100 ban-das se inscribieron en “Rock al parque”; la asis-tencia en los dos días de concierto fue de 50.000jóvenes. En 1996, 120.000 jóvenes escucharon250 bandas; en 1997, 210.000 personas escucha-ron 82 bandas nacionales y 9 internacionales y“Rock al parque” montó espectáculos que enconjunto fueron reconocidos por algunos de losparticipantes como el festival de música rockmás importante de América Latina. A la versióninicial de 1995 de “Jazz al parque” fueron 15.000personas y en 1997 la asistencia se duplicó. A“Rap and Roll” asistieron cerca de 3.000 perso-nas en cada noche de novena navideña, excep-tuando la del 24. Se realizaron 10 “septimazos”en los dos años de ejecución del proyecto. “Mú-sica en los templos” consistió en 91 conciertosen el segundo semestre de 1996, con buena par-ticipación; en 1997, abarcó 250 conciertos en 147parroquias (80% en barrios populares) y asistie-ron más de 70.000 personas. Se inició una laborpedagógica permanente en el área coral en 21parroquias.

Acción: ahorro de agua

Cambio deseado: mayor conciencia de las re-glas de convivencia y de la importancia de cum-plirlas.

Antecedentes: en 1997 hubo dos graves de-rrumbes en los gigantescos túneles que conducenel agua a la ciudad, lo cual hacía inminente unriguroso racionamiento de agua si no se tomabanmedidas de ahorro eficaces.

Descripción: ante la inminencia de un gran ra-cionamiento debido a daños en los túneles deChingaza, el gobierno propuso una campaña deahorro de agua voluntario mediante estrategias

que abarcaron desde mensajes telefónicos23

hasta sanciones contra el despilfarrador. Se pro-pusieron cuatro medidas para el ahorro: 1) allavar la ropa, utilizar la menor cantidad de aguaposible. 2) En la ducha, poner el chorro a la mi-tad durante la mitad del tiempo. 3) En el sanita-rio, descargar sólo cuando fuese necesario. 4)En el lavaplatos, cerrar la llave mientras se enja-bona. También se creó un grupo de “Acuacívi-cos” compuesto de 4.000 niños y jóvenes queponían en práctica estas medidas.

23Por primera vez en la historia de Santa Fe de Bogotá, seusaron las líneas telefónicas para transmitir mensajes decultura ciudadana. Cuando se llamaba de una línea telefónicaa otra dentro de la ciudad y la línea sonaba ocupada, antesdel tono de ocupado la central telefónica emitía un brevemensaje grabado llamando la atención a la escasez de agua ya la necesidad de ahorrarla.

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Con las personas que no las observaban se reali-zaron talleres para incentivar la autorregulación.

Algunos resultados: la campaña “Ahorro deagua” permitió superar la emergencia, que duró

varios meses, sin racionamiento. Durante cercade 20 semanas se logró un ahorro de agua de8% a 12%. Desde la emergencia, el ahorro se hamantenido en el 5%.

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Conclusiones

Los mensajes básicos

Cada una de las acciones descritas tuvo, ademásde resultados específicos, un “saldo pedagógico”más general al contribuir a desarrollar y presen-tar socialmente ideas básicas de cultura ciudada-na (cuadro 2). Las acciones se reforzaron mu-tuamente, portando un mensaje similar o el mis-mo mensaje expresado con ejemplos distintos.Como sucede en la pedagogía más clásica, pre-sentar ejemplos muy distintos que ilustran unamisma noción o precepto ayuda a entender di-

chas nociones o preceptos en su generalidad.Varias acciones contribuyeron con frecuencia aun mismo resultado (por ejemplo, a reducir latasa de homicidios) o a transmitir un mensaje de“cultura ciudadana” similar. Una acción como eldesarme voluntario suele tener, mediante elejemplo, una eficacia comunicativa mucho mayorque la que tendría una incitación a obrar decierta manera.

La unidad de todo el proceso, lograda en torno alconcepto de autorregulación —idea central de

Cuadro 2. Acciones y mensajes básicos de Cultura Ciudadana. Santa Fe de Bogotá, Colombia, 1995-1997

Acción Mensaje básicoTarjetas ciudadanas Control social interpersonal posible y deseableMimos y cebras (convivencia de conducto-res y peatones)

Regulación interpersonal pacífica y aceptada. Forma nueva de intervención dela autoridad centrada en la educación, la comunicación y la señalización.

“Ley zanahoria” Los límites de lo permitido pueden modificarse cuando hay una justificación.Prohibición de la pólvora La vida e integridad de los niños priman sobre las costumbres o los derechos.Plan de desarme Un ciudadano no debe tomar la justicia en sus manos ni ser un peligro para otro

ciudadano. Se fomentó la confianza entre desconocidos.Desarme voluntario Renuncia unilateral al uso de la fuerza. Mensaje eficaz de minorías que aceptan

ponerse un límite y confían en los procesos y las instituciones.Jornadas de vacunación contra la violencia Acción preventiva frente al vínculo entre la violencia en el hogar y en la socie-

dad. Visión de una parte de la violencia como problema de salud que víctimas yposibles victimarios previenen conjuntamente.

Policías formadores de ciudadanos Las autoridades también transforman su cultura y su manera de incidir sobre elcomportamiento de los ciudadanos.

Jornada “Re” (conciliación) y solución pací-fica de conflictos

Para resolver los conflictos de manera pacífica, se pueden adquirir conocimien-tos y aprovechar ciertos procedimientos.

Carta de civilidad y semilleros de conviven-cia

La legislación sobre las contravenciones que afectan a la convivencia ciudadanadebería ser modificada con la participación de infractores, ciudadanos afectadosy las autoridades.

Interrupción de la relación clientelista entregobierno-Consejo

Respeto a la división de competencias y a la independencia de poderes. Nipuestos ni contratos para sobornar al órgano legislativo de la ciudad. Solucionessin manejo particularista. La igualdad de trato y de oportunidades configuran laidentidad ciudadana.

Atención de paros y amenazas de paro Tomar en serio al interlocutor y examinar objetivamente los problemas permi-ten rechazar la lógica del chantaje.

Concertar para planear con participación Los ciudadanos dan prioridad a una inversión pública en discusiones abiertas:"recursos públicos, recursos sagrados".

Eventos culturales Las oportunidades de integración cultural facilitan la autorregulación y la tole-rancia.

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Cultura Ciudadana— facilitó la legibilidad de lasacciones y permitió que éstas se reforzaran unasa otras en la proyección del mensaje general“podemos vivir mejor si nos regulamos mejor”.Parte del resultado positivo podría deberse a quetodas las acciones, exceptuando tal vez la referi-da al Consejo, contribuyeron a generar confian-za.

Las acciones encaminadas a armonizar la ley, lamoral y la cultura de hecho lo lograron en distintogrado. El camino recorrido fue especialmentelargo cuando era grande la separación entre unoy otro sistema regulador. En general, las accio-nes más fructíferas fueron aquéllas que lograronun estrecho acercamiento entre la cultura y laley donde previamente había un gran distancia-miento o donde la norma legal establecida pug-naba con lo acostumbrado. La mayor parte delas acciones, salvo cuatro, no implicaron un cam-bio jurídico. Estas cuatro fueron la “ley zanaho-ria”, la prohibición de la pólvora, el desarme legaly la planeación participativa. Dos de las acciones–la eliminación del clientelismo y de la presiónejercida por paros y amenazas de paro– fueronfacilitadas por cambios legales, relacionados indi-rectamente con la acción, a favor de la planea-ción participativa.

En muchos casos, fue muy útil resolver los pro-blemas de organización y adaptación a las medi-das encaminadas a hacer cumplir la ley (enfor-cement) mediante una sostenida comunicacióncon las entidades responsables. Se libró una lu-cha por superar la mera reglamentación o dele-gación mediante una labor conjunta entre los dis-tintos niveles jerárquicos a fin de lograr, en deta-lle y en su totalidad, la puesta en práctica u “ope-racionalización”. La mayoría de los cambios selograron procurando mejorar la norma o su apli-cación mediante un proceso educativo intenso.

La comunicación entre los ciudadanos y entreéstos y las autoridades administrativas fue vistainicialmente desde una doble óptica: la de Ha-bermas (cada interacción comunicativa teje vín-culos) y la de Bernstein (cada interacción comu-nicativa sirve de ocasión para que actúen y se

reproduzcan límites e identidades ligados al ordende la sociedad). Ambas visiones resultaron perti-nentes gracias a su carácter complementario.

El proceso tuvo limitaciones, siendo una de ellasque sólo en unos pocos casos (como el del aho-rro de agua o el respeto a las cebras en la entra-da de establecimientos educativos) se logró uncompromiso del sistema educativo. Para lasotras medidas lo hubo, pero no fue firme. Otralimitación fue la percepción demasiado tardía deque la moral y la cultura ofrecen no sólo sancio-nes, sino también grandes compensaciones.

Lo avanzado en relación con los cuatro grandesobjetivos del programa Cultura Ciudadana puedeinterpretarse en términos del fortalecimiento y laarmonización de la ley, la moral y la cultura:

1. Aumentar el cumplimiento de normas deconvivencia implicó fortalecer los tres tiposde regulaciones y restar atención a algu-nas regulaciones culturales contrarias ala convivencia (respeto a la vida).

2. Mejorar la capacidad de algunos ciudadanospara llevar a otros a cumplir pacíficamentelas normas implicó hacer claramente visi-ble y conscientemente aceptable la regu-lación cultural (ejemplo más destacado:tarjetas ciudadanas; resultado más patente:ahorro de agua).

3. Mejorar la capacidad para concertar solu-ciones y resolver pacíficamente los conflic-tos entre ciudadanos implicó reconocer labase contractual de algunas reglas e in-culcar confianza en los procedimientospropuestos por el gobierno (avance máspatente: planeación participativa del gasto lo-cal).

4. Mejorar la capacidad de comunicación de losciudadanos (expresión, interpretación) me-diante el arte, la cultura, la recreación y eldeporte facilitó la difusión de las razonesde la ley y la mejor comprensión de lospluralismos cultural y moral; la diversidad

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se hizo pública, así como sus implicacionesreguladoras: la necesidad de reglas básicascomunes (avance más patente: muchos con-flictos tomaron un cauce comunicativo y seevitaron las negociaciones públicamente in-confesables).

Hacer cultural y moralmente válidas las pres-cripciones legales y combatir la justificación mo-ral o la aceptación social o cultural de compor-tamientos ilegales fueron, en síntesis, el eje de laacción de la Alcaldía de Bogotá en el período de1995-1997.

Mientras se acuda a compensaciones culturalesy morales y a medios pacíficos, no hay una ba-rrera esencial que separe a la ciudadanía de laautoridad. Las acciones necesarias para hacercumplir y respetar las reglas podrían recaer so-bre cualquiera.

Logro cultural básico:validación de opciones “zanahorias”

La expresión “zanahorio” implica “sano”, aunquecon cierta connotación negativa. Afortunada-mente, Cultura Ciudadana logró fomentar un usointenso del concepto cambiando esa connotación.Se usaron verdaderas zanahorias, zanahoriasdibujadas y zanahorias tridimensionales en dis-tintos materiales, algunas donadas por la ciuda-danía. Se inventaron bebidas sin alcohol con elnombre de “cocteles zanahorios”. En realidad,nada de ello fue el resultado de una programa-ción sistemática, como la que habría hecho unaagencia de publicidad, sino de improvisacionesdivertidas y de muy bajo costo. En este proceso,uno de los hitos de la comunicación fue —justodespués de expedida la “ley zanahoria”— la re-partición de zanahorias por todo el equipo de go-bierno en un concierto de Carlos Vives, el afa-mado cantante. Había cerca de treinta mil es-pectadores y se quería lograr que todos cumplie-ran una regla ciudadana general: tomar de labandeja que se le ofrecía una sola zanahoria. Sehicieron, además, tres ediciones de “Navidadzanahoria”, conjunto de actividades navideñas

para niños y jóvenes, con predominio de juegos yconcursos efectuados en zonas de diversión.

Ser “zanahorio” consiste en seguir la propia con-ciencia en vez de plegarse a la presión social deobrar contra la conciencia o la ley. Ser “zanaho-rio” es poner el criterio moral propio por encimade la definición cultural, referida a un contexto yun momento dado, de lo que es o no aceptable.Ser “zanahorio” es abstenerse de ir contra la ley,pero por convicción. Ser “zanahorio” es atenersea un criterio moral personal cuando hay discre-pancia entre la ley y lo que es habitual en el co-rrespondiente medio. Reivindicar lo “zanahorio”es, al mismo tiempo, reivindicar una vida sin ex-cesos, en la cual, enfrentados al conflicto entrelas regulaciones legal y cultural, optamos por laregulación legal. En síntesis, es vivir según lapropia conciencia y unas mínimas reglas decomportamiento ciudadano, compartidas y racio-nalmente aceptadas. Es seleccionar racional-mente costumbres deseables. Es también reco-nocer libremente, desde la conciencia, la fuerzavinculante de los objetivos de la ley y de los me-canismos establecidos para dictar la ley y hacerque se cumpla.

La convivencia se logra cuando las personasestán dispuestas a asumir y defender espontá-neamente ciertos límites y prohibiciones y cuan-do tal disposición goza de aceptación social ycultural. Respetar las reglas por convicción pue-de convertirse así en una opción vital respetablepara todos.

Ser mesurado y saber no caer en excesos seconvirtió en una virtud públicamente reconociday su ejercicio público tiene ahora mayor acepta-ción. Las connotaciones negativas que se atri-buían a actitudes o comportamientos “zanaho-rias” se debilitaron. La profunda brecha entre laley, la moral y la cultura empezó a subsanarsemediante un programa de cultura ciudadana quefue capaz de vindicar “lo zanahorio”. A raíz delas acciones de Cultura Ciudadana, hoy en día enColombia la actitud “zanahoria” y la “ley” quelleva el mismo nombre expresan de manera con-

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cisa la posibilidad de armonizar la ley, la moral yla cultura.

En la “ley zanahoria” se condensa, además, elciclo completo de una estrategia puntual de segu-ridad —desde la detección del factor de riesgohasta la apropiación cultural e interiorización dela correspondiente regla— por la vía de la comu-nicación e interacción intensificadas.En este documento se han resumido los mensa-jes básicos del programa Cultura Ciudadana co-municados a través de las acciones y se handestacado los cuatro logros fundamentales y ge-nerales del programa:

? un reconocimiento de que todos somos edu-cables;

? la vindicación de formas más sanas devida;

? la apropiación social de una expresión con-densada —lo “zanahorio”— para caracter-zar con connotación positiva esas formas devida;

? la asociación entre la búsqueda de esas for-mas más sanas de vida y una ley —la “leyzanahoria”— mediante la cual se logró in-culcar la noción de un límite admisible en laciudadanía, que respondió favorablemente, eilustrar la fuerza reguladora de la armoniza-ción de la ley, la moral y la cultura.

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