Colegas Enemigos- Gabriel Zaid-Vuelta

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Gabriel Zaid Colegas enemigos Una lectura de la tragedia salvadoreña 1. Constelaciones cambiantes de amigos/enemigos ¿ Quién fue el candidato presidencial del Parti- do Comunista Salvadoreño en 1972? Nada menos que el presidente actual: José Napo- león Duarte. A través de la Unión Democrá- tica Nacionalista, el PCS (sin registro legal) apoyó una coalición de izquierda con el Partido Demócrata Cristia- no y el Movimiento Nacional Revolucionario: la Unión Nacional Opositora, que perdió las elecciones por un fraude, a raíz del cual Duarte y (nada menos que) el co- mandante de las guardias presidenciales dieron un golpe, rápidamente sofocado. (El Día, 26 y 27, III, 1972; 18 y 22, X, 1979; The New York Times, 21, 24 y 26, II, 1972; Excélsior, 6, III, 1980; Proceso, 4, VIII, 1980; The Econo- mist, 20, XII, 1980; Novedades, 8, III, 1981; Adolfo Gilly, Guerra y política en El Salvador, Nueva Imagen, 1981, pp. 40, 63). Y ¿quién fue su compañero, el candidato a la vicepresi- dencia? Nada menos que su enemigo actual: Guillermo Manuel Ungo, ahora presidente del Frente Democrático Revolucionario. (El Salvador Libre, boletín del FDR, No. 8, 2a. quincena, I, 1981; El Día 4, I, 1981). ¿Qué puesto tuvo Ungo, un año antes de presidir este frente contra la junta? Nada menos que miembro de la junta. (El Salvador Libre No. 8; Ulnomásuno, 3, I, 1981; Razones, 9-22, II, 1981). Ungo sustituye a Enrique Alvarez Córdoba, asesinado el 27 de noviembre de 1980, cuando presidía el FDR. ¿Qué puesto tuvo Alvarez hasta enero de ese mismo año? Nada menos que ministro de agricultura de la junta. (Unomásuno, 28, XI y 10, XII, 1980). Como ministro de agricultura, Alvarez participó en la reforma agraria decretada por la junta; como presidente del FDR participó en la crítica a la misma. ¿Qué antece- dentes tenía Alvarez para esa reforma? Era nada menos que hacendado, uno de los Alvarez (de “las catorce fami- lias”), y había participado en otra reforma agraria: en 1972 entró como ministro de agricultura del coronel Ar- turo Armando Molina, nada menos que el candidato ofi- cial que les robó las elecciones a Duarte y Ungo. Es decir: Ungo recoge la estafeta de su enemigo de 1972, Alvarez es asesinado por sus compañeros de unos meses antes y el Frente Democrático Revolucionario estuvo presi- dido, hasta hace poco, por un miembro de “las catorce familias”. (Excelsior, 29, XI, 1980; El Día, 7, XII, 1980; Time, 8, XII, 1980; Unomásuno, 10, XII, 1980; Razones, 15-28, XII, 1980.) ¿De qué clase es el nuevo presidente de! FDR? “Don Guillermo Ungo procede de las capas ilustradas de la so- ciedad salvadoreña, capas medias o burguesas, que han tomado conciencia de la necesidad de transformar el es- quema oligárquico en una organización social democrá- tica” (Siempre, 29, IV, 1981). Alvarez era ingeniero, como Duarte; Ungo es licencia- do. Pudiera verse en ellos a universitarios progresistas que se enfrentan con gorilas analfabetos. Pero ¿se trata de eso? No, por lo que hace a los militares: se trata de co- legas universitarios. En 1972, el presidente saliente era el. general Fidel Sánchez Hernández, militar de carrera con estudios en el extranjero, que llegó (en un medio donde pesaban los militares suramericanos) a ser nada menos que presidente de la Junta Interamericana de Defensa. (Roque Dalton, Las historias prohibidas de Pulgarcito, Siglo XXI, 1974, p. 213.) El presidente entrante fue el co- ronel Molina, hijo de un militar de carrera y también mi- litar de carrera, que se graduó en la Escuela Militar, a donde volvió como profesor, después de hacer estudios de posgrado en el extranjero. (El Día, 26, II, 1972). Del peso profesional de los militares de El Salvador puede ser indicio el hecho de que el Consejo de Defensa Centroa- mericano casi siempre estuvo encabezado por un salva- doreño. (El Día, 17, X, 1979). Según Roque Dalton, “Desde principios de la década de los sesenta, los cua- dros de la Fuerza Armada comenzaron a asistir a la Uni- versidad (primeramente en carreras humanísticas, en lo que aparentaba ser el interés de ampliación cultural de algunos oficiales, y luego en las carreras de derecho, in- geniería, economía, ciencias médicas, sociología, perio- dismo, administración de empresas, etc.). En la actuali- dad hay oficiales y otros cuadros del ejército, incluso de los cuerpos de seguridad (descontando a los miembros universitarios de los servicios secretos), siguiendo cursos académicos en la totalidad de las facultades universita- rias salvadoreñas. Los oficiales salvadoreños no sólo sa- len ya al extranjero a efectuar estudios específicamente militares, policiacos o de espionaje, sino que muchos de ellos siguen estudios normales en Estados Unidos, Euro- pa, Japón, América del Sur, México, etc., en economía, ciencias políticas, finanzas, administración de empresas, ingeniería industrial, historia, filosofía, ciencias agrope- cuarias...”(Excélsior, 7, III, 1980). De 1965 a 1973, el

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Gabriel Zaid

Colegas enemigosUna lectura

de la tragedia salvadoreña

1. Constelaciones cambiantes de amigos/enemigos

¿Quién fue el candidato presidencial del Parti-do Comunista Salvadoreño en 1972? Nadamenos que el presidente actual: José Napo-león Duarte. A través de la Unión Democrá-

tica Nacionalista, el PCS (sin registro legal) apoyó unacoalición de izquierda con el Partido Demócrata Cristia-no y el Movimiento Nacional Revolucionario: la UniónNacional Opositora, que perdió las elecciones por unfraude, a raíz del cual Duarte y (nada menos que) el co-mandante de las guardias presidenciales dieron un golpe,rápidamente sofocado. (El Día, 26 y 27, III, 1972; 18 y22, X, 1979; The New York Times, 21, 24 y 26, II, 1972;Excélsior, 6, III, 1980; Proceso, 4, VIII, 1980; The Econo-mist, 20, XII, 1980; Novedades, 8, III, 1981; Adolfo Gilly,Guerra y política en El Salvador, Nueva Imagen, 1981,pp. 40, 63).

Y ¿quién fue su compañero, el candidato a la vicepresi-dencia? Nada menos que su enemigo actual: GuillermoManuel Ungo, ahora presidente del Frente DemocráticoRevolucionario. (El Salvador Libre, boletín del FDR,No. 8, 2a. quincena, I, 1981; El Día 4, I, 1981).

¿Qué puesto tuvo Ungo, un año antes de presidir estefrente contra la junta? Nada menos que miembro de lajunta. (El Salvador Libre No. 8; Ulnomásuno, 3, I, 1981;Razones, 9-22, II, 1981).

Ungo sustituye a Enrique Alvarez Córdoba, asesinadoel 27 de noviembre de 1980, cuando presidía el FDR.¿Qué puesto tuvo Alvarez hasta enero de ese mismo año?Nada menos que ministro de agricultura de la junta.(Unomásuno, 28, XI y 10, XII, 1980).

Como ministro de agricultura, Alvarez participó en lareforma agraria decretada por la junta; como presidentedel FDR participó en la crítica a la misma. ¿Qué antece-dentes tenía Alvarez para esa reforma? Era nada menosque hacendado, uno de los Alvarez (de “las catorce fami-lias”), y había participado en otra reforma agraria: en1972 entró como ministro de agricultura del coronel Ar-turo Armando Molina, nada menos que el candidato ofi-cial que les robó las elecciones a Duarte y Ungo. Es decir:Ungo recoge la estafeta de su enemigo de 1972, Alvarez esasesinado por sus compañeros de unos meses antes y elFrente Democrático Revolucionario estuvo presi-dido, hasta hace poco, por un miembro de “las catorcefamilias”. (Excelsior, 29, XI, 1980; El Día, 7, XII, 1980;

Time, 8, XII, 1980; Unomásuno, 10, XII, 1980; Razones,15-28, XII, 1980.)

¿De qué clase es el nuevo presidente de! FDR? “DonGuillermo Ungo procede de las capas ilustradas de la so-ciedad salvadoreña, capas medias o burguesas, que hantomado conciencia de la necesidad de transformar el es-quema oligárquico en una organización social democrá-tica” (Siempre, 29, IV, 1981).

Alvarez era ingeniero, como Duarte; Ungo es licencia-do. Pudiera verse en ellos a universitarios progresistasque se enfrentan con gorilas analfabetos. Pero ¿se tratade eso? No, por lo que hace a los militares: se trata de co-legas universitarios. En 1972, el presidente saliente era el.general Fidel Sánchez Hernández, militar de carrera conestudios en el extranjero, que llegó (en un medio dondepesaban los militares suramericanos) a ser nada menosque presidente de la Junta Interamericana de Defensa.(Roque Dalton, Las historias prohibidas de Pulgarcito,Siglo XXI, 1974, p. 213.) El presidente entrante fue el co-ronel Molina, hijo de un militar de carrera y también mi-litar de carrera, que se graduó en la Escuela Militar, adonde volvió como profesor, después de hacer estudiosde posgrado en el extranjero. (El Día, 26, II, 1972). Delpeso profesional de los militares de El Salvador puede serindicio el hecho de que el Consejo de Defensa Centroa-mericano casi siempre estuvo encabezado por un salva-doreño. (El Día, 17, X, 1979). Según Roque Dalton,“Desde principios de la década de los sesenta, los cua-dros de la Fuerza Armada comenzaron a asistir a la Uni-versidad (primeramente en carreras humanísticas, en loque aparentaba ser el interés de ampliación cultural dealgunos oficiales, y luego en las carreras de derecho, in-geniería, economía, ciencias médicas, sociología, perio-dismo, administración de empresas, etc.). En la actuali-dad hay oficiales y otros cuadros del ejército, incluso delos cuerpos de seguridad (descontando a los miembrosuniversitarios de los servicios secretos), siguiendo cursosacadémicos en la totalidad de las facultades universita-rias salvadoreñas. Los oficiales salvadoreños no sólo sa-len ya al extranjero a efectuar estudios específicamentemilitares, policiacos o de espionaje, sino que muchos deellos siguen estudios normales en Estados Unidos, Euro-pa, Japón, América del Sur, México, etc., en economía,ciencias políticas, finanzas, administración de empresas,ingeniería industrial, historia, filosofía, ciencias agrope-cuarias...”(Excélsior, 7, III, 1980). De 1965 a 1973, el

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número de graduados por año en la Universidad de ElSalvador se quintuplicó (el de ingenieros se decuplicó).(Unesco Statistical Yearbook 1975, p. 310.) La amplia-ción de este cause de ascenso social fue quizá más impor-tante para los militares que para los civiles. Como el cle-ro en otros tiempos y lugares, el ejército salvadoreño sir-vió para que pudieran estudiar los que no eran hijos dericos. “El conjunto de retribuciones que percibe el mili-tar es bastante inferior a las normales en cualquier profe-sión. ¿Entonces por qué muchos eligen la profesión mili-tar en El Salvador? Tal vez porque, no disponiendo deotro medio de ascenso socioeconómico, vean la profe-sión militar como un trampolín.” (Excélsior, 7, III,1980). “Apareció luego -dice Dalton- el fenómeno delmilitar que tras ganar experiencia en la administraciónde entidades estatales, pasaba a (. . .) las empresas indus-triales privadas. Y luego apareció la figura del militarempresario industrial, el militar gran comerciante y elmilitar accionista en la empresa de capital mixto (...) lasconexiones políticas que propicia la pertenencia a los ni-veles de mando del ejército han construido carreras me-teóricas de altos oficiales que hoy son industriales millo-narios”. (Excélsior, 7, III, 1980.)

La Comisión Político Diplomática conjunta del Fren-te Farabundo Martí para la Liberación Nacional y delFrente Democrático Revolucionario consta de sietemiembros, de los cuales cinco han sido profesores uni-versitarios (dos rectores), otro director de periódicos yotra autora de un libro (traducido al francés, Le NouvelObservateur, 5, V, 1981). De los siete, ¿cuántos fueronmiembros de la junta? Nada menos que tres: Ungo, Sal-vador Samayoa, que fue ministro de educación, y RubénZamora, que fue ministro de la presidencia. (EI SalvadorLibre, No. 8.)

¿Qué opinó el Partido Comunista Salvadoreño del gol-pe militar del 15 de octubre de 1979, que derrocó al gene-ral Carlos Humberto Romero y llevó al poder a la junta?Nada menos que era “un desplazamiento de los fascistasque había en el poder y ha iniciado un proceso de cambioque permitirá sacar al país de la profunda crisis política,económica y social, en que fue sumido por 50 años de go-biernos militares”. (EI Día, 21, X, 1979.)

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Cabe notar que, el 15 de octubre, el nuevo gobiernomilitar estaba encabezado por dos coroneles: Jaime Ab-dul Gutiérrez y Arnoldo Majano; que para el día 18 sehabían incorporado tres civiles: el Lic. Ungo, líder delMovimiento Nacional Revolucionario (social demócra-ta), el Ing. Román Mayorga, rector de la UniversidadCentroamericana, y el Ing. Mario Andino, gerente deuna subsidiaria norteamericana (Phelps Dodge); que,mientras tanto, el líder democristiano Ing. José Napo-león Duarte seguía en el exilio venezolano (desde el golpede 1972); y que se habló, ennoblecedoramente, de unajunta cívico-militar, no de una junta militar socialdemó-crata, como ahora se habla de una junta militar demo-cristiana, con el evidente propósito de enlodar a los alia-dos que se volvieron competidores en ofrecer apoyo a losgolpistas. (El Día, 19, y 20, X, 1979; Proceso, 4, VIII,1980.) Todavía en fechas recientes, la agencia Salpress(insurgente) usaba ese doble lenguaje: “La caída de Ro-mero se debió en buena medida al papel de la JuventudMilitar, cuyo miembro más prominente, el coronel Adol-fo Arnoldo Majano, integró la junta cívico militar que

sustituyó al derrocado general, hasta diciembre pasado,cuando el proceso de fascistización y derechización delrégimen consideró que Majano era demasiado liberalpara seguir en el gobierno y lo desalojó (...) Y no cabeduda de la capacidad de la junta militar democristianapara asesinar a Majano”. (Siempre, 25, II, 1981.) En losprimeros días del golpe, extrañó que “contra lo que eradable esperar, la Democracia Cristiana no integra la jun-ta de gobierno, a la que se han incorporado tres civiles, ylas razones de ello no están muy claras. Se dice, por unlado, que los democristianos quisieron tener una repre-sentación mayoritaria en ese organismo y que su plantea-miento fue rechazado; y por otro se sostiene que no fue-ron llamados a integrar la junta.” (El Día, 23, X, 1979.)

Parece que en la feria de los golpes cada quien hablasegún como vayan cambiando sus perspectivas. El mis-mísimo coronel Majano, después de dar el golpe y salirde la junta, declaró nada menos que “Es (legítima la po-sición del actual grupo gobernante”... Y también que“los golpes de Estado -a pesar de que estuve en uno deellos- no los veo como caminos apropiados para pro-mover un cambio”. (Unomásuno 26, XII, 1980).

¿Qué opinó el Ejército Revolucionario del Pueblo(ahora representado por Ungo, que encabeza la Comi-sión Político Diplomática) de la incorporación de Ungoy los otros dos civiles a la junta? El 18 de octubre de 1979,que “considera a los tres civiles como traidores a la causapopular”. Al día siguiente, “en una conferencia de prensaen la Universidad de San Salvador”, las Ligas Populares28 de Febrero, “brazo político del ERP”, “ante el ofreci-miento de participación y las promesas de cambio efectua-das por la junta”, “retiraron el calificativo detraidores dado a los miembros civiles, a los que ahora lla-man reformistas y progresistas, al igual que al coronelAdolfo Majano”. “Ante la pregunta de si las LP 28 acep-tarían integrarse a la junta, en caso de ser invitadas, lacomisión dijo que ‘deberíamos examinarlo’.” Este cam-bio fue objeto de “comentarios agrios” del Bloque Popu-lar Revolucionario, “considerado la mayor organizaciónde masas del país”: “Han actuado en forma inaudita has-ta ahora”, dijo. “Sus llamados a la insurrección fueronun suicidio. El ERP perdió cuando menos 5 hombres,pero las bajas en la población civil fueron muchas más.Su actitud ha desorientado mucho a los que luchamospara democratizar este país.” (Sobre el golpe mismo, elBPR opinó que fue “realizado con el apoyo de los Esta-dos Unidos”.) Aunque se supone que las L 28 se coordi-nan con el “ERP y el Partido de la Revolución Salvado-reña que dirige a ambos”, anunciaron que “El ERP tam-bién está reconsiderando su actitud y esperamos que estatarde dé a conocer su posición, que debe coincidir con lanuestra”. Pero no hubo coincidencia y prevaleció la líneadura. Días después, las LP 28 ocuparon la iglesia del Ro-sario para protestar “contra las informaciones periodís-ticas según las cuales la organización decidió apoyar a lajunta”. (El Día, 19, 20 y 24, X, 1979.) Esta segunda re-tracción y el llamado a la insurrección se comprenden le-yendo las declaraciones de Joaquín Villalobos, coman-dante del ERP, cinco meses después: “Quizá uno de lospasos más audaces que hemos dado es el de las insurrec-ciones del 16 de octubre de 1979, al día siguiente de lacaída del gobierno del genera1 Carlos Humberto Rome-ro. Durante 12 horas, y algunas veces por más tiempo,

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mantuvimos la ocupación militar de varias poblaciones.(...) ¿por qué procedimos de esa manera? Por que se tra-taba de una variante del imperialismo -como ha queda-do demostrado- para engañar al pueblo salvadoreño: dehaberse consolidado, hubiera significado una derrota,pasajera, si se quiere, pero derrota al fin, de una alterna-tiva revolucionaria. (...) había que correr los riesgos quefuesen necesarios, empezando por la pérdida de nuestroscuadros. (...) independientemente de las buenas inten-ciones de las personalidades que integraron la primerajunta de gobierno, nuestra política consistió en la aplica-ción de una línea de presión constante para que los secto-res militares que tenían el mando real se viesen obligadosa asumir la defensa del verdadero esquema elaboradopor el imperialismo, la oligarquía y sus aliados. La pre-sión combativa de las masas y las acciones revoluciona-rias de carácter militar aceleraron la crisis de la primerajunta de gobierno; renunciaron los funcionarios demó-cratas, y ante el pueblo quedó al descubierto la maniobrade sus enemigos.” (Excélsior, 6, III, 1980). Es decir: Vi-llalobos no tuvo inconveniente en sacrificar cuadros ypoblación civil, en desorientar “a los que luchamos pordemocratizar este país” y en actuar como provocador delos asesinos del ejército, con tal de hacer correr la sangrey hacer embarazoso que Ungo, el Partido Comunista,etc., siguieran apoyando a los golpistas. ¿Por qué? Por-que ese apoyo volvía innecesaria la guerrilla: ponía a losmilitares golpistas (no a los militares guerrilleros) en elpapel de realizar el programa de cambios. Suprimida esaalternativa, los traidores se vuelven (ahora sí) progresis-tas y hasta representantes de los guerrilleros. De igualmanera, una vez fuera del poder, Majano es visto consimpatía y hasta se firma un pacto con la Juventud Mili-tar para que los oficiales de este movimiento se vuelvanaliados (subordinados). (Proceso, 6, X, 1980; Uno másuno, 15, XII, 1980, 5, II, 1981; Siempre, 25, II, 1981.) Lomás notable de todo es que, en ese pacto, Villalobos sedeclara de acuerdo con el programa del golpe. Es decir:Villalobos tiene buena opinión de las personas del ejérci-to (Majano, la Juventud Militar) y de la oposición (Un-go, el PCS) que se aliaron en octubre de 1979. Tambiéntiene buena opinión de su programa. La única pequeñadiferencia, que justifica provocar una matazón, es quiéndebe encabezar.

Por cierto que hubo “atentados contra algunas de laspersonalidades que renunciaron ala primera Junta de Go-bierno” ¿Cuál es la opinión de Villalobos?: “Cuandoesoshechos ocurrieron, de inmediato emitimos una declara-ción y los condenamos para hacer sentir a las fuerzas de-mócraticas honradas y consecuentes que los revoluciona-rios tienen visión de un enemigo principal y que no consi-deramos como enemigos a quienes con honradez intenta-ron aplicar un esquema de cambios como miembros de laprimera Junta de Gobierno. (...) Esos atentados, por otraparte, tienen un objetivo político: debilitar las posibilida-des de convergencia de los sectores democráticos con losrevolucionarios.” (Excélsior, 6, 111, 1980.) Al negar la po-sible acusación, Villalobos da una interpretación que im-plica una coincidencia de métodos: así como él no tuvo in-conveniente en provocar muertes para impedir la conver-gencia entre los sectores democráticos y una parte del ejér-cito, otra parte del ejército no tuvo inconveniente en recu-rrir al atentado con propósitos análogos. Así empezó la

matazón: como una forma de presionar a los conciliadoresde ambas partes. No deja de ser sorprendente que un go-bierno mas duro (el anterior) produjera menos muertesque una junta reformista. Pero es que el golpe produjo ungobierno débil, incapaz de controlar las luchas por el po-der que desato. En estas luchas, los enemigos principalesson los duros de ambas partes; los conciliadores van cam-biando de signo (amigos o enemigos) según vayan cam-biando las alineaciones y perspectivas de las luchas por elpoder.

¿Quién es Joaquín Villalobos? Además de “SecretarioGeneral del Partido de la Revolución Salvadoreña y máxi-mo dirigente militar del Ejercito Revolucionario del Pue-blo” (Excélsior, 6, III, l980), es nada menos que “el segun-do personaje en relevancia de la dirección unificada delFMLN”, Frente Farabundo Martí de Liberación Nacio-nal (Unomásuno, 15, XII, 1980.) Frente que, a través demanifiestos, manifestaciones, reuniones, colectas, subas-tas, actos culturales, donativos de un día de salario, etc., harecibido numerosos apoyos de diversos grupos en México,entre otros la Brigada Cultural Roque Dalton (Excélsior,21, 28 y 29, X, 4, 7, 17 y 28, XI; 11, XII, 1980; 10, 23, 30 y 31,I, 6, 12, 18 y 23, II, 31, III, 1981; Unomásuno, 2, XII, 1980.16 y 29 I, 2 y 12 II, 1981; El Día, 14, XII, 1980; Proceso, 16.II; 9, III, 1981; El Universal, 14, III, 198l.)Pero resulta queJoaquín Villalobos. también conocido por su nombreclandestino “René Cruz”, es nada menos que el asesino deRoque Dalton. (Excélsior, 5, 10 y II, III, 1980; Proceso, 6.X, 1980). Es decir: la Brigada Cultural Roque Dalton usael nombre del poeta asesinado en favor de su asesino.

¿Qué cargos tenía Villalobos para “ajusticiar” a RoqueDalton? Nada menos que era agente de la CIA. (Excélsior,10, III, 1980). “El Ejército Revolucionario del Pueblo fueobjeto de infiltración enemiga por medio del salvadoreñoRoque Dalton. quien militó durante un tiempo en nuestraorganización revolucionaria y quien estaba colaborandocon los aparatos secretos del enemigo (...). Roque Daltonfue detectado, capturado y fusilado por las fuerzas delERP. Existen innumerables pruebas de su labor traidoraen el seno de la organización” (El Día, 21, XII, 1980). El“ajusticiador” ¿ha retirado los cargos? No. ¿Los otros co-mandantes, compañeros suyos y de Dalton, han sometidoajuicio a Villalobos? No. ¿Lo han hecho a un lado, al me-nos? No. “Es el segundo personaje en relevancia de la di-rección unificada del FMLN.”

¿Qué origen tuvo el Ejército Revolucionario del Pue-blo? Nada menos que cristiano (El Día, 22, X, 1979). Fueformado en 1970 por “cristianos radicalizados de la pe-queña burguesía. El ERP se dividirá en 1974, a raíz de di-vergencias que culminan con el asesinato de Roque Dal-ton. Aparecen entonces las Fuerzas Armadas de la Resis-tencia Nacional”. (Gilly, p. 40.) Los dos grupos trataronde exterminarse entre sí hasta que “Las Fuerzas Popula-res de Liberación (FPL) Farabundo Martí asumen el his-tórico papel de intermediarios, exigiendo en nombre delproceso revolucionario, el cese de hostilidades y el mu-tuo respeto a la integridad física y a la vida política inde-pendiente de ambas organizaciones” (Excélsior, 11, III,1980).

Los comandantes de estos grupos, antes enemigos, seunieron con otros en la Dirección Revolucionaria Unifi-cada en 1980. Poco después, sin embargo, las FARN seretiraron de la DRU, y casi inmediatamente murió su co- 11

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mandante, Ernesto Jovel, en circunstancias confusas. Araíz de su muerte, Pueblo Internacional, publicación delFrente de Acción Popular Unificada (FAPU), miembrodel FDR, recordaba: “En los años 1974-75, las contra-dicciones en el seno del ERP sacudieron al compañeroJovel; férreo, inclaudicable, combatió con energía todaslas desviaciones que brotaron en ese período crítico. Esalínea recta en su conducta le valió la ‘condena’ a muertede parte de la camarilla militarista que pretendía asolaral ERP. Para entonces, el compañero continuaba en sutrabajo legal; y fue al salir del centro de trabajo que sur-gió el atentado criminal (del cual afortunadamente salióileso, a pesar de andar desarmado) de parte de la camari-lla que ya había asesinado a Roque Dalton y ArmandoArteaga, y perseguía con saña a otros combatientes. Esosucedía el 12 de mayo de 1975. El compañero Ernesto Jo-vel nunca pudo entender cómo compañeros a quienes élapreciaba, pudieran convertirse en sus asesinos.”

Pero, ¿qué opinaba el mismo Jovel, poco antes de mo-rir, sobre esos “compañeros” con los cuales había vueltoa aliarse? Proceso, 6, X, 1980:

“-¿Cómo está el asunto del asesinato de Roque Daltonactualmente? Entendemos que, por unidad, se ha tenidoque hacer a un lado, aunque siguen surgiendo versionessobre el caso. ¿Qué actitud tomarán la FARN despuésdel triunfo de la revolución acerca de ese asesinato?

-Por el momento, tanto políticamente como dentrodel proceso en el cual se encuentra la unidad de las fuer-zas revolucionarias, es bastante delicado, complejo, po-der explicar. Hemos dejado que la historia juzgue. Eneste momento lo más importante es la unidad de los re-volucionarios para derrocar a la dictadura. Lo dejamos ala historia que lo investigue y a los revolucionarios en suconjunto que lo juzguen.-¿Cuáles son los nombres de los otros comandantes queintegran la DRU?

-Ernesto Jovel, servidor, de las FARN; el compañeroMarcial de las FPL (Fuerzas Populares de Liberación);René Cruz, del ERP (Ejército Revolucionario del Pue-blo), y Shafick Handal, secretario genera1 del PartidoComunista.

-Debe ser duro para ustedes sentarse al lado de RenéCruz...

-Claro, muy duro. Pero las necesidades de las luchasde nuestro pueblo lo exigen así. Las contradicciones,como secundarias quedan.

-Porque, según entendemos, fue él el que asesinó aRoque Dalton.

-Sí, él directamente fue quien asesinó al compañeroRoque.”

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Es notable la coincidencia de esta actitud con la de unoficial salvadoreño que reconoce que habría que purgardel ejército a los asesinos pero... “ahora que estamossiendo atacados, no es el mejor momento de limpiar lacasa. Tenemos que mantener la unidad.” (Newsweek, 9,III, 1981.) Casi por las mismas fechas José NapoleónDuarte respondió lo mismo a un entrevistador: “Por su-puesto que (las fuerzas armadas) tienen que ser purga-

das. Pero no es posible hacer eso mientras tanto que las guerrillas estén disparando contra uno.” (Excélsior, 24,III, 1981.) Por lo demás, ¿qué importa el asesinato? Elmismo Jovel, en la misma entrevista, consideró el asesi-nato como un medio válido y eficaz:

“-En lo que hace a ajusticiamientos, ¿se están reali-

zando muchos en El Salvador?-No. Aunque estamos elaborando listas con nombres

y direcciones exactas de los principales elementos del ré-gimen.

-Las FARN publicaron una lista de los periodistassalvadoreños que están a favor del régimen. ¿Realmentepiensan ajusticiar a esos periodistas?

-Definitivamente. Aunque consideramos que es unarma de dos filos. En realidad es más un arma sicológicaque destructiva: ya hemos tenido informes de unos pe-riodistas del régimen que han huido del país por temor aser ajusticiados. Pero los elementos que no cumplan esadeterminación, para decirlo así, serán ajusticiados.”

También aquí es notable la coincidencia con la técnicade aterrorizar o “exterminar a los medios de comunica-ción y a los comunicadores de izquierda. La tarea no fueacometida directamente por el gobierno sino por quienestienen a su cargo todo el trabajo sucio: las organizacio-nes paramilitares (...). Fueron seriamente dañadas lasimprentas de la Universidad Centroamericana, del pe-riódico El Independiente y de Ediciones El Pulgarcito. LaCrónica, un diario liberal, fue clausurado; precedió alcierre de éste el exilio de su director, José NapoleónGonzález, y el asesinato de uno de sus redactores, JaimeSuárez. También fueron asesinados los encargados depropaganda del Bloque Popular Revolucionario, Frentede Acción Popular Unificada y de la Unión Democráti-ca Nacionalista. La YSAX, radiodifusora del Arzobis-pado, mediante bombazos ha sido silenciada (...). Cen-tros de propaganda de los sindicatos, de las organizacio-nes populares y estudiantiles fueron destruidos. A estohay que agregar las amenazas a periodistas nacionales yextranjeros, y el asesinato de Ignacio Rodríguez, corres-ponsal de un diario mexicano.” (Excélsior, 30, X, 1980).

Para Jovel era muy duro sentarse al lado de un compa-ñero que había asesinado a otro, que había tratado deexterminar a las nacientes Fuerzas Armadas de la Resis-tencia Nacional y que había dado órdenes (fallidas) de li-quidarlo. Pero lo aceptaba. ¿Cómo acabó Jovel, que fuetan comprensivo con el asesinato? En una muerte confu-sa, que dio lugar a malas interpretaciones. Primero sedijo que “El máximo jefe de las poderosas Fuerzas Ar-madas de la Resistencia Nacional (FARN), Ernesto Jo-vel, falleció el sábado pasado en esta capital (San Salva-dor), en un accidente de tránsito, según anunció oficial-mente hoy aquí la Comandancia General de esa organi-zación.” El anuncio decía: “en un accidente cuyas causasestamos investigando”. (Unomásuno, 23, IX, 1980.) Caside inmediato hubo malas interpretaciones, porque dosdías después la misma comandancia declaró que “no in-culpamos a ninguna otra organización revolucionaria”.(Unomásuno, 25, IX, 1980.) Y todavía más tarde “desmin-tió ‘categoricamente’ toda versión o rumor tenden-cioso que ‘pretenda socavar la unidad de nuestras orga-nizaciones’.” Al mismo tiempo informó que, después deinvestigar, el accidente no fue automovilístico en SanSalvador sino aéreo, en una avioneta que volaba sobre elmar, “por falla de uno de los motores y el desprendi-miento del otro” (Unomásuno, 1, X, 1980.) Por las mis-mas fechas y hasta en los mismos comunicados salierona luz divergencias entre los dirigentes guerrilleros. En undesplegado de las FARN (El Salvador, IX, 1980) seanuncia la muerte de Jovel, pero el mayor espacio se de-dica a los problemas de la unidad interna (“El pensa-

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miento y las guías de Ernesto unifican más a nuestra or-ganización en torno a la lucha por el poder.“) y con losotros grupos: “la DRU (Dirección Revolucionaria Uni-ficada) fue un acuerdo histórico donde participó nuestrocomandante Ernesto Jovel Funes, quien firmó un actaen la cual las cuatro organizaciones (FPL, PCS, ERP yFARN) se comprometían a iniciar un proceso de unifi-cación” (...). La DRU acordó que ninguna organizaciónpodía hacer ataques públicos a las otras organizaciones,ya que sería en la DRU, bajo la discusión, el diálogo ylos acuerdos en consenso, que se decidirían los métodoscorrectos para encauzar la lucha ideológica de posicio-nes. (...) Las FARN fueron sorprendidas por un comu-nicado a nombre de la DRU (...) sin ser consultados to-dos los responsables de la DRU y ello dio paso a que, alsalir a la luz pública un debate interno de la DRU, sedespertaran preguntas e interrogantes a nivel de perso-nalidades y organizaciones en el campo internacional, enlos medios de comunicación, en comités de solidaridad,en los gobiernos. Pero indudablemente que los que mashan querido echar fuego al carbón han sido los enemigosde nuestro pueblo, quienes han recurrido a rumores ma-lignos; ha circulado la voz mentirosa de que las FARNhabían desaparecido, se han echado a andar rumores sa-tánicos de que en las FARN hay una purga, se ha resal-tado de que algunos dirigentes de las FARN promovie-ron la división y el rompimiento porque son agentes delenemigo”.

Volvamos al prologo de la entrevista de Jovel (Proceso,6, X, 1980): La muerte de Jovel “fue otro golpe al movi-miento revolucionario salvadoreño, cuando éste en-frenta divergencias que llevaron al alejamiento de lasFARN de la Dirección Revolucionaria Unificada(DRU). Doce días antes de su muerte y del distancia-miento entre las FARN y la DRU, Ernesto Jovel conce-dió en la clandestinidad una entrevista (...)

“-Hace poco, los cuatro grupos político-militaresque existen en El Salvador anunciaron que habían for-mado un estado mayor común: la DRU. (...) Sin embar-go, han salido comentarios según los cuales hay proble-mas de coordinación.

-(...) Se está trabajando para que se integren todaslas fuerzas bajo un solo mando. Indudablemente, eso co-rresponde a todo un proceso.

-(...) En cuanto a la DRU, ¿se puede decir que ofï-cialmente es el ejército del Frente Democrático Revolu-cionario?

-Se puede decir que es el ejército del pueblo a estas al-turas.

-¿Pero no que es el ejército del Frente DemocráticoRevolucionario?

-Quizás sí, quizás no. Pero sí se puede observar quehay una creciente confianza, simpatía y apoyo, por partedel Frente a las cuatro organizaciones armadas delpaís.”

Es decir: cada quien se mueve por su cuenta; hay pro-blemas de confianza entre los organismos, que van dis-minuyendo. Con respecto a este problema, la muerte deJovel fue aportuna: el nuevo comandante de las FARNlas reintegró a la DRU. “La corta ruptura de la unidadrevolucionaria en El Salvador ha sido ya reconocidacomo un error táctico y, a raíz de todo un proceso de crí-tica y autocrítica a nivel de la Dirección RevolucionariaUnificada (DRU), todas las organizaciones revoluciona-

rias han podido superar las barreras y fortalecer sólida-mente la unidad, garante del próximo triunfo revolucio-nario en El Salvador. A partir del 23 de octubre pasado,la Resistencia Nacional se reintegró a la DRU y alFMLN” (Pueblo Internacional, XI, 1980). Antes, “Nues-tra comandancia general -sigue el comunicado de lasFARN- rindió un respetuoso homenaje en el lugar don-de cayeron nuestro primer comandante y los compañe-ros Augusto Cotto y Anabel Ramos (...) Las FARN lle-naron de flores y colocaron una bandera de la organiza-ción sobre el sitio donde aparece la mancha de aceite, ú-nico vestigio del avión “accidentado” (Unomásuno, 1, X,1980).

Todavía en la misma entrevista a Jovel (Proceso, 6, X,1980) puede verse cómo cambian las opiniones de quiénesson amigos y quiénes enemigos. Dice Jovel:

“-(...) confiamos, y estamos seguros, que a nuestralucha se van a unir los soldados y los cabos, la tropa engeneral del ejército y los oficiales progresistas, que si exis-ten dentro del ejército de la dictadura. Confiamos enellos porque son pobres, obreros, campesinos. Los ofi-ciales progresistas provienen de las capas medias. (...).

-¿Por qué se señala al coronel Adolfo Majano de laJunta como posible cabecilla de un golpe de estado fo-mentado por los Estados Unidos?

-Perdone, ¿quién lo señala?-La DRU.-Claro, hace un tiempo... (largo silencio)... Nosotros

creemos que los imperialistas norteamericanos trabajanfundamentalmente por varias alternativas para salirle alpaso a la actual situación revolucionaria. Y juegan -conesa posibilidad. A estas alturas, sin embargo, se puededecir que la alternativa por la cual han optado es la de laJunta.”

2. Roque Dalton contra Roque Dalton; la entrega incondi-cional.

r oque Dalton “nació el 14 de mayo de 1935,en San Salvador, procedente de una familiade la clase media alta. Estudió con jesuitas enel Externado de San José (centro burgués

para varones), lo que fue punto de sátira en algunos desus poemas”. (Excélsior, 17, XI, 1980). Se trata del si-guiente poema (Cambio, X, 1978; III, 1979):

Un obrero salvadoreño piensasobre el famoso caso delExternado de San José

La Iglesia Católica, históricamente,es una institución feudal-burguesa.

Estamos en el periodo de transicióndel capitalismo al socialismoy la Iglesia Católica trata de ponerse, al día.

El marxismo-leninismo es,además de la teoría de la revolución proletariay otras cosas por el estilo,la ciencia de la Historia del proletariado.

El Externado de San José es,“ad majorem Dei gloriam”,el gran colegio católico de la burguesía salvadoreña. 13

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El Externado de San Joséincluyó en su programa de sociologíaalgunos aspectos del marxismo(como “vacuna saludable” y no como“portador de la enfermedad”).

Los feudal-burgueses-colonizados más atrasadosde El Salvador gritan que el Externado deSan José indoctrina a sus hijos en el comunismo.

Se arma una bulla terrible en los diarios y la TVe interviene la Fiscalía General de la República.y el Presidente de la República de turnoy hablan de la bandera y de los próceres de la

Repúblicay del verdadero cristianismo de la Repúblicatan amorosito y tranquilizante.

Entre tanto barullo y tantas cosasen bien difícil atinar con completa seguridad,pero yo me pregunto¿no será este caso también un síntomade que la burguesía quiere robarle al proletariado

hasta el mismo marxismo?

Los burgueses son los otros, siempre los otros. Daltonno es burgués: es “de la clase media alta”. En cambio, losjesuitas perseguidos por el gobierno no son más que bur-gueses que tratan de robarle al proletariado hasta el mar-xismo. Lo más inepto de este poema inepto es que pre-tende cerrar con un giro irónico y no tiene la ironía nece-saria para ver que el giro cierra como un bumerang: Dal-ton es, precisamente, un burgués que se apodera del mar-xismo. Y como no es capaz de reírse de su irónica situa-ción, el humor pretendido es torpe y el conseguido invo-luntario. En el poema habla un yo solemne que condenaa los jesuitas: tu propiedad es un robo. Es el yo satisfechode un propietario legítimo, que dice implícitamente:pero no la mía... Para justificarlo, Dalton atribuye eseyo a un obrero salvadoreño. Pero ése no es el discurso deun obrero. Es el discurso de un burgués que quisiera de-jar de serlo acusando a los otros. Por eso necesita que losotros nunca dejen de serlo. Otro poema de la serie dice:

Consejo que ya no es necesarioen ninguna parte del mundopero que en El Salvador

No olvides nuncaque los menos fascistasde entre los fascistastambién sonfascistas

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“Inició la carrera de derecho en la Universidad Nacionalde San Salvador, y la dejó para dedicarse a actividadespolíticas y literarias. Desde muy joven formó parte delPartido Comunista (...) Participó en las luchas popula-res contra la tiranía del coronel José María Lemus de1956 a 1960, siendo perseguido y encarcelado, y ya casi apunto de ser fusilado escapó de la prisión (...) para viajara su segunda patria, Cuba, en donde colaboró activa-mente con la Casa de las Américas. Viajó por Chile, Mé-

xico, Checoslovaquia, Corea y Vietnam del Norte, y ob-tuvo múltiples premios y distinciones por su obra poéti-ca (...). Murió el 10 de mayo de 1975, poco antes de cum-plir cuarenta años y recién ingresado al Ejército Revolu-cionario Popular Salvadoreño.” (Excélsior, 17, XI,1980). “Falleció trágicamente en 1975, cuando estaba in-corporado a la guerrilla en su país.” (Cambio, X, 1978;III 1979.) En 1980 se cumplieron “cinco años de la entre-ga de su propia vida a la causa y al pueblo salvadoreño”.(Excélsior, 31, I, 1981.) “Nos señaló el camino y lo toma-mos en el mejor homenaje que se le podía hacer. Así na-ció la Brigada que hoy lleva su nombre.” (Excélsior, 31,I, 1981.)

Terrible camino: ser asesinado por un compañero dearmas para que éste prospere y pueda declarar: “el frutode la semilla que han sembrado nuestros hermanos caí-dos nos ha tocado de suerte cosecharlo”. (Unomásuno,11, I, 1981.) Dalton no creía que el camino está en hacerbrigadas culturales. Sobre estos militantes fue brutal:son “de segunda categoría”. “Es decir, no queremos de-cir que un escritor es bueno para la revolución única-mente si sube a la montaña o mata al Director Generalde Policía, pero creemos que un buen escritor en unaguerrilla está más cerca de todo lo que significa la luchapor el futuro, el advenimiento de la esperanza, etc. (...)que quien se autolimita proponiéndose ser, a lo más, elcrítico de su sociedad que come tres veces al día.” La lu-cha en América Latina “se desarrollará (más tarde enunos países que en otros) por una vía concreta: la vía ar-mada hacia la revolución (lo cual hace que el nivel nor-mal del militante sea el de combatiente.)” “Entiendo quealguien podría venir a decirme: Pero usted habla siempredel intelectual como el hombre que la única opción quetiene es la de ingresar a la militancia revolucionaria acti-va.” A su propia cuestión, responde afirmativamente:“No estamos aquí en un seminario sobre problemas es-téticos sino en una discusión sobre responsabilidades re-volucionarias, sobre las responsabilidades revoluciona-rias del escritor,” (Roque Dalton y otros, El intelectual yla sociedad, Siglo XXI, 1969, pp. 21, 24, 99, 100-101.)

Quizá Dalton llegó a sentirse burgués en La Habana.Tenía ingresos, seguridad, reconocimiento, viajes al ex-tranjero, relaciones. Tenía currículo: había militado enel PC, luchando contra Lemus, padecido torturas, publi-cado libros. Quizá la muerte del Che (año y medio antes)lo sacudió. En vez de verla, con sentido práctico, comoun fracaso, la vio con idealismo cristiano, como un éxitomás deseable que el del pertenecer a una curia triunfal.“De lo que se trata es de no forjarnos coartadas connuestras cárceles, con nuestros sudores o nuestras cicatri-ces -y éste era el miedo de Régis Debray tenía a mirespecto cuando me miraba beber tanta cerveza en Pra-

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ga- si no de dar, todos, un paso hacia adelante.” (p. 26.)No basta con ser revolucionario de oficina, de salón declase, de café, viajar al extranjero, hablarse de tú con lascelebridades, decir de paso elegantemente: Debray medijo en Praga, cuando me emborrachaba con él: no seasun burgués que vive de su capitalito revolucionario.“Entiendo que quien consciente y responsablementeafirme que el Che Guevara es su ideal no puede luego ve-nir con mentirijillas sin terminar siendo un sinvergüenza.Es decir, cuando hablamos aquí de los intelectuales lati-noamericanos, nos interesa situar un alto nivel de pers-pectiva: el de sus responsabilidades ante la gigantesca ta-rea de la Revolución latinoamericana. Una vez aceptadala perspectiva principal (que nos compromete directa oindirectamente con la única forma de lucha viable paratomar el poder político en la América Latina, o sea la lu-cha armada)“. . . (p. 24.)

Dalton quería ser un Che Guevara salvadoreño: un es-critor que sacrifica al escritor en aras del revolucionario.Partió de La Habana a El Salvador como el Che a Boli-via; aproximadamente, a la misma edad (crítica, faltandodos o tres años para los cuarenta) y con otras coinciden-cias: ser universitarios, interesados en escribir y hacerpolítica, con experiencia clandestina, con la experienciade “haber llegado” (aunque a muy distinto nivel); viviren La Habana como extranjeros aceptados en una se-gunda patria, y no quedarse a disfrutarlo, sino partirde ahí para hacer la revolución en otro país latinoameri-cano, por vía clandestina, armada y en el campo. Es de-cir: contrariamente a las preferencias normales de lospartidos comunistas, que son las grandes ciudades, lashuelgas y el registro electoral.

El error antropológico del Che y sus seguidores está enno ver que la cultura revolucionaria es parte integrantede la cultura del progreso, y por lo mismo opuesta a lacultura campesina. Por eso el marxismo prende más fá-cilmente en un “centro burgués para varones” que entrelos indios bolivianos. Es más fácil concientizar a los uni-versitarios de sus derechos trepadores que convencer alos campesinos de que empuñen las armas para dejar deser campesinos. La verdadera guerrilla campesina hasido siempre conservadora, defensiva, en su propio te-rreno: no ofensiva, progresista, conquistadora del po-der. Los guerrilleros universitarios van al campo paravolver a la ciudad; para ganar la experiencia, los méritos,el acceso al poder que permita cambiar las cosas desde elcentro y desde arriba. Para los universitarios, la guerrillaes la continuación del ascenso al poder por otros medios.(En apoyo de este punto, véanse los análisis de Eric R.Wolf, Las luchas campesinas del siglo XX, Siglo XXI,1972, sobre las revoluciones de México, Rusia, China,Vietnam, Argelia y Cuba.) Si el gobierno salvadoreñohubiera dejado subir a Duarte y Ungo en 1972, no esta-ría corriendo tanta sangre. El Partido Comunista Salva-doreño se hubiera visto confirmado en su estrategia y losescasos guerrilleros hubieran quedado sin esa importan-te conexión urbana. Los guerrilleros actuales son des-prendimientos de la capital hacia el monte (no levanta-mientos campesinos); desprendimientos del partido co-munista, de la universidad, de la iglesia, que hacia 1970empiezan a tomar las armas. Cayetano Carpio (“Mar-cial”), ex-seminarista, funda las FPL: “¿Renunció alPartido Comunista? Así es. ¿Podría decirme por qué?Por la revolución cubana. ¿Por qué? Vi claro, entendí

que la transformación en América Latina es por el cami-no de la guerra. El Partido Comunista Salvadoreño sos-tenía que el camino era la política y sólo al final, cuandohabía que asestar el golpe definitivo, debían emplearselas armas.” (Proceso, 25, VIII, 1980). Las Fuerzas Popu-lares de Liberación fueron “formadas en 1970 por estu-diantes universitarios y miembros disidentes del PartidoComunista”. (Excélsior, 5, I, 1981). El Ejército Revolu-cionario del Pueblo por “cristianos radicalizados de lapequeña burguesía”. (Gilly, p. 40). Del ERP salen lasFARN. Es decir, los tres grupos tienen el mismo origen:la impaciencia no sólo frente al poder sino frente a suspropios compañeros de oposición.

Esta impaciencia frente al interlocutor, esta glorifica-ción de las pistolas como la continuación del debate porotros medios, asesina a Roque Dalton. Pero está en supropio discurso: como Villalobos, como Jovel, Daltonasume la necesidad del asesinato. “No hay un socialismobueno y otro malo. Hay una continuidad histórica, dia-léctica, ascendentemente positiva, que muestra ademásmuchos errores. Nosotros no podemos, sin dar alas inú-tiles a un grado de vanidad que sólo se parangonaría coninoperancia, asumir la derrota del nazismo y no asumir alStalin de los campos de concentración, pongo por ejem-plo. O caer en el énfasis a las condiciones que yo intelec-tual inmaculado pongo para apoyar a la Revolución cuba-na. ¡Cómo vamos a andar poniendo condiciones al po-der popular, si este poder no nos ha hecho venir, no nosha mandado a llamar para apoyarlo! Nos ha permitidoapoyarlo, en todo caso, y por mi parte yo me siento agra-decido. El apoyo del revolucionario a una revolución es,por esencia, incondicional (pp. 133-134).

Para Dalton, los errores y los horrores de Stalin eranasumibles: aceptables incondicionalmente como parte dealgo ascendentemente positivo. Lo que no quería asumirsino para rechazarlo con violencia era su ser burgués. Laapertura de un burgués progresista era rechazable comoinsuficiente o como un robo al proletariado. La más pe-queña cosa señalable como fascista (¿y qué cosa no hasido señalada como fascista?) era tan fascista como loscrímenes de Hitler. Una matanza de inocentes realizadapor Hitler está del lado malo, siniestro, negativo; unamatanza de inocentes realizada por Stalin está del ladobueno, ascendentemente positivo. Matar al Director Ge-neral de Policía es lo máximo para un escritor que de ver-dad quiere ser revolucionario. Escribir crítica social, ha-cer brigadas culturales, poner la pluma al servicio de losrevolucionarios de primera y comer tres veces diarias, escosa de pobres diablos que no se atreven a tomar las ar-mas. “Es que por fin estamos seguros, yo por lo menos loestoy -perdónenme la prepotencia-, de que por fin estáahí, clara, nuestra posibilidad de ubicación social-revolucionaria, las posibilidades de dejar de ser ‘revolu-cionarios de segunda categoría’ como hemos sido siem-pre, y no siempre por culpa exclusiva de nosotros mis-mos. Y si nos dedicamos a hacerle mohines a esa reali-dad y a esa perspectiva, lo que mereceríamos sería unaclase de patada en el lugar en que ustedes están pensandoque debería oírse hasta en el Vaticano” (p. 21).Cualquiera que conozca la cultura católica puede reco-nocer en esa urgencia moral la teología de la perfección.La Iglesia militante, en lucha contra el demonio, la carney el mundo, tiene en la base nulidades: o sea los laicos;luego revolucionarios de segunda: o sea el clero secular,

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los congregantes, los beatos más fieles y otros militantesmundanos; y por último perfectos, que han renunciado atodo y han hecho entrega incondicional de su vida a unaregla de perfección militante: o sea el clero regular (jesui-tas, etc.)

Para Dalton, el pueblo está ciego y los intelectualestuertos. Los únicos hombres completos son los hombrescomo Castro, como el Che:

“El capitalismo que dejó ciego, en la enajenación, atodo el pueblo explotado, a nosotros nos extrajo sola-mente un ojo y se dedicó a alegrarnos el otro, con alevo-sia y ventaja.” (p. 16) “El intelectual como introductorde conciencia revolucionaria en las clases explotadas (. . .)Esta labor no se podría emprender si entendemos que lacultura revolucionaria de América Latina es simplemen-te una labor de ‘poetisos’ y de estetas” (pp. 98-100). “Enla medida en que la Revolución latinoamericana estapartiendo de un vacío de elaboración teórica profundo,en la medida en que nos encontramos en un momento desurgimiento de una nueva vanguardia revolucionaria enlos países del continente (y hablo de una vanguardiapolítico-militar que instrumentara las necesidades de di-rección de la vía de la Revolución latinoamericana, la lu-cha armada, y no de una vanguardia literaria, como en-tendieran los camaradas de Rinascità que habíamos di-cho en el texto de la reciente Declaración del comité de co-laboración de la revista Casa de las Américas), la labor delos intelectuales tiene un campo amplísimo en la labor re-volucionaria general, sobre todoporque en la América La-tina no existen los focos de prestigio político-moral-doctrinario que en Cuba han estado personificados en FidelCastro, Ernesto Guevara, la dirección revolucionaria engeneral; sino más bien existe una crisis de dirección que daa la elaboración de principios, líneas y normas para la lu-cha revolucionaria el carácter de una tarea delicadísima,conflictiva, que deberá ser sustanciada con una lucidez ali-mentada del conocimiento más profundo de la realidad, enuso de un instrumental elaborativo cientificamente motiva-do. Si bien en Cuba y en la América Latina la adhesión ala Revolución admite de hecho innumerables grados yniveles de intensidad, la situación moral del intelectuallatinoamericano que ha llegado a la comprensión de lasnecesidades reales de la Revolución sólo podrá ser re-suelta en la práctica revolucionaria, en la militancia re-volucionaria. Está obligado a responder con los hechos asu pensamiento de vanguardia so pena de negarse a símismo, en un continente donde la superioridad moral esuna de las pocas tarjetas de presentación que exige elpueblo para escuchar a quienes le solicitan sus adhesio-nes. En la praxis revolucionaria, el intelectual, como ca-tegoría histórica incompleta ante el progreso y el ahon-damiento de la complejidad social, se realiza como hom-bre nuevo, como hombre integral: unidad de teoría y de‘práctica revolucionarias.” (pp. 22-23).Cabe hacer notar que en la teología de la perfección no sehabla de las luchas por el poder, ni se da recomendaciónalguna sobre cómo llegar a Papa. Se supone que todo esono existe. Si alguien dijera que, en profunda oración, des-cubrió su vocación de Papa, seria ridiculizado como unmal cristiano. De la misma manera, señalar cómo en losgrupos, partidos, regímenes revolucionarios, suele habermás rotación en las bases que en la cúspide; hablar de lu-

16 chas por el poder en la cúspide, o de posibles sucesores,

todo eso es indecente. Dios proveerá. Hay que entregarseincondicionalmente, no preocuparse de quién quedearriba.

En el apremio de Dalton a la perfección que representael Che, se habla de entrega incondicional, pero no dequién se entrega a quién. No da recomendación algunasobre cómo, a partir de la vocación de ser un revolucio-nario perfecto, un intelectual completo, un hombre inte-gral, se llegue de hecho al poder que tiene Castro o tuvoel Che. ¿Y qué hay que hacer si el joven economista Joa-quín Villalobos tiene la misma vocación que Dalton, lamisma urgencia radical de superioridad moral, la mismaimpaciencia con los “poetisos” y-estetas? ¿Quién debeentregarse a quién? En la perspectiva de los que ya esta-ban en armas, la voluntad de sacrificio de un escritor quetoma el camino del Che puede ser vista simplementecomo-la voluntad de poder de un advenedizo que llega abuscar el estrellato y el poder: el papel de comandantedel Che. Todo combatiente que no acepte ser simple car-ne de cañón es un contendiente en la lucha interna por elpoder. Ya sea por las buenas (haciendo méritos, ganán-dose a los jefes, a las bases) o por las malas. Y ¿quién tie-ne razón? ¿Cómo se dirime lo que hay que hacer (que enúltimo término es dirimir quién manda)? ¿Qué direcciónseguir si no hay un mando unificado (si nadie ha conse-guido el poder: imponerse como Castro a sus compañe-ros); si no existen focos de prestigio político-moral-doctrinario como Castro o Guevara, y por lo tanto esconflictiva la elaboración de principios, líneas y normaspara la lucha revolucionaria?

Nada tiene de extraño que los que renuncian a la fuer-za de los argumentos y optan por los argumentos de lafuerza frente a la opresión, usen los mismos argumentospara dirimir sus diferencias. Roque Dalton murió asesi-nado por un compañero que le ganó en el uso de sus pro-pios argumentos, en una lucha interna por el poder. Ho-rriblemente, ni la más completa congruencia entre pensa-miento y acción, ni la entrega más absoluta y más incon-dicional, ni siquiera subir a la montana, tomar las armasy ofrecerse para matar al Director General de Policía sal-varon a Dalton del escupitajo final que recibió con lamuerte, acusado por sus compañeros de burgués. Igualque si se hubiera quedado a ser un escritor que firma ma-nifiestos y come tres veces diarias.

En el discurso de la razón gana el que tiene la razón.En el discurso de la pistola gana el que tiene la pistola.

3. Dalton ante las FARN: una víctimadel militarismo guerrillero

del 5 al 14 de marzo de 1980, Manlio Tiradopublicó en Excélsior una serie de reportajes,testimonios y documentos sobre la situaciónsalvadoreña. La serie incluye dos documen-

tos publicados como tales (con comillas) que parecen de-claraciones oficiales sobre la muerte de Dalton y la con-ducta del ERP, de los otros dos grupos guerrilleros. Lossiguientes párrafos son de las Fuerzas Armadas de la Re-sistencia Nacional (Excélsior, 10 y 11, III, 1980).

“Es evidente que durante todo este proceso de lucha ideológica intensaa nivel de Dirección Nacional, los elementos militaristas, débiles en loideológico y en lo político, comienzan a impulsar diversas maniobras

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que les pcrmitían impedir, mediatizar o sustituir los mecanismos de luchaideológica.

Sabiendo que la misma concepción militar estaba en cuestionamien-to, y que su primera tarea a nivel del Estado Mayor consistía en presen-tara plazo fijo un documento sobre la concepción militar, a fin de quefuera discutido y aprobado por la militancia de la organización en elseno de SU estructura política; toman una serie de medidas aceleradasen relación a preparar las condiciones de la insurrección’ y van militari-zando cuanto pueden a su alrededor.

“Socavan las bases políticas impulsando campañas de desprestigropersonal de dirigentes que no comulgan con sus ideas, ‘reclutan’ concriterios policíacos a miembros de base a los cuales les encargan tareasde ‘vigilancia política’ contra sus propios compañeros y responsablesde célula; mantienen y crean redes de verdaderos ‘orejas’ en el seno dela organización que les informan sobre las opiniones y criterios que sevierten en la lucha ideológica, lanzan asimismo una intensa campanacontra el ‘revisionismo interno’ identificando esa desviación con las po-siciones políticas que buscan el acercamiento a las masas y la combina-ción de todas las formas de lucha útiles al proceso revolucionario.

Este proceso de maniobras y medidas no revolucionarias, los va lle-vando necesariamente a definirse como una camarilla que constituyeun doble poder y que se refugia en el ‘Estado Mayor’ del ERP, desde elcual comienza a funcionar en forma paralela a la Dirección Nacional.

A pesar de todas sus maniobras y esfuerzos, la discusión se les vuelveinsostenible, sus argumentos políticos no tienen la solidez capaz deconvencer a los sectores mas politizados y por el contrario, los argu-mentos de la otra tendencia van ganando terreno y no pueden ser reba-tidos por las bases que ellos conducen ni por ellos mismos; la estrechaapertura que se han visto obligados a permitir, comienza a generarcuestionamiento y amenaza con derrotarlos a pesar de todos sus esfuer-zos y maniobras.

A nivel de la Dirección, se ha suspendido la lucha ideológica con lanegativa rotunda de la camarilla de permitir que la Dirección, en un úl-timo esfuerzo de cumplir con sus funciones, elabore seriamente y porescrito un documento en el cual se plasmen responsablemente las dosconcepciones y que sea la base de la lucha ideológica que oriente la dis-cusión de la militancia. A pesar de ello, se elaboran documentos cuyadiscusión sacude a la militancia, esto los obliga a deslizarse más y máspor la pendiente de la maniobra la calumnia y la deshonestidad.

Incapaces de reconocer su derrota ideológico-política, cegados por ladesesperación del inalcanzable triunfo de sus posiciones por medio deun proceso correcto de lucha ideológica, y trasladando la imagen de supropia situación al resto de la organización, van creyendo que, de lamisma forma en que en sus sectores la camarilla es la única que entien-de, comparte y defiende su ‘concepción’ por medio de un método de so-metimiento militar de las bases en relación a dicha concepción ‘tiene’que existir en los otros sectores de la organización, un núcleo o cabezapensante que sea la fuente de concepción que se les opone: de esa abe-rración no es nada difícil pasar a pensar en la solución de ‘neutralizar’esa cabeza para que el resto de la organización, a la que consideran in-capaz, no consciente y ‘manejada’ por el seguidismo (como ellos mane-jan a su base) se sienta débil y sea permeable a sus imposiciones.

Este papel de ‘cabeza pensante y gestor de la concepción’ se lo adju-dican al compañero Roque Dalton en quien consideran tener su ‘máxi-mo adversario’ como el único ‘capaz’ por sus cualidades teóricas, de serla fuente y sostén de la concepción.

Grave error de apreciación de la camarilla militarista, que aislada deldesarrollo político de amplios sectores de la organización, no fue capazde comprender que si bien el compañero Roque Dalton compartía y de-fendía esa concepción no había desempeñado en su gestión desarrollo ydefensa, el papel fundamental y decisivo que en su mente desviada lequería adjudicar. Total incompresión del proceso de elaboración y ma-duración de una linea y una concepción que por su envergadura no po-día provenir de un individuo, sino que constituía la síntesis del esfuerzoelaborativo, experiencia y práctica procesada y el aporte de muchos co-lectivos de la organización ligados al trabajo de masas.

Con la idea preconcebida de ‘deshacerse’ (políticamente por el mo-mento) del compañero Roque Dalton como un paso que les permitiríaavanzar en sus posiciones, planifican aceleradamente maniobras deprovocación constantes, tendientes a propiciar una oportunidad de eli-minarlo de las discusiones, y de paso que diera lugar al impulso de otramaniobra: la de involucrar a algunos miembros de la Dirección Nacio-nal en el ‘complot’ que habrían de adjudicarle contra el Estado Mayordel ERP.

Este plan se pone en marcha por medio de intentos de neutralizaruna serie de cuadros intermedios, impulsando acusaciones y campañasde desprestigio personal contra los responsables políticos, en forma

descarada y de provocación arrogante. Así mismo se intensifica la mili-tarización acelerada de la militancia, a través de convocatorias cons-tantes al activismo militar de acciones espectaculares y de gran enver-gadura.

Cierran la llegada a sus bases de los miembros de Dirección Nacionalque tienen posiciones contrarias a las suyas y presionan intensamentepor visitar al resto de sectores que no han caminado bajo su conduccióndirecta. Alegando razones de fuerza mayor y necesidad por el volumende las actividades militares planificadas, concentran en sus manos to-dos los recursos económicos y militares de la organización.

Lanzan la tesis insurreccional corto-placista y blanquista, preten-diendo centrar la lucha ideológica en torno de decir si o no a dicha tesis,negando rotundamente la necesidad de la discusión a nivel de la con-cepción estratégica, con el argumento de que ello indica tendencias in-telectualizantes desviadas de la práctica concreta, y de paso, utilizandola aceptación o rechazo, a sus tesis insurreccionales como un termóme-tro para ‘medir’ el grado de decisión o vacilación de la militancia.

Elevan a la calidad suficiente y necesaria para ser miembros de ‘van-guardia’, la exclusiva participación en combates militares y el hechoformal de ser profesionales en el seno de la organización. Convierten latesis de construir el partido de vanguardia de la clase, en la de construirel ‘Partido de la insurrección caracterizándose dicho partido por ser unpartido en guerra, en el cual predomina lo militar sobre lo político.

13 de abril: se provoca una situación en la que el compañero 'Pancho' esforzado a un comportamiento que la camarilla juzga de ‘rebeldíamilitar’ y es capturado de inmediato en forma violenta y grosera. Doshoras después, es capturado el compañero Roque Dalton acusado dehaber incitado a ‘Pancho’ a observar la actitud de rebeldía, asimismo sedecreta el arresto para los miembros de la Dirección Nacional que oca-sionalmente se encontraban presentes al momento de las capturas y enmenos de 24 horas se procede al Consejo de Guerra contra los compa-ñeros

Momentos antes de realizarse el ‘Consejo de Guerra’, el cual estará acargo de la camarilla que ha efectuado la provocación y los arrestos yva a montar la farsa erigiéndose como jueces y partes todopoderosos dela situación, el resto de miembros de la Dirección Nacional exigieronuna reunión de emergencia con objeto de impedir los irracionales suce-sos que se avecinaban. En dicha reunión uno de los miembros de la ca-marilla se autonombra ‘jefe político de la organización’, niega a la Di-rección Nacional reunida en pleno su capacidad y autoridad para impe-dir al Estado Mayor la realización de un Consejo de Guerra, niega a laDirección Nacional su derecho de apelar a las bases en defensa de loscompañeros y lanza amenazas directas de muerte contra los miembrosde la Dirección Nacional que pretendan en cualquier forma oponerse alo acordado por el Estado Mayor.

14 de abril: El Consejo de Guerra’ se lleva a cabo y en él, miembros dela camarilla acusan a Roque Dalton como instigador de la conducta ‘enrebeldía’ de Pancho y como conjurado contra el Estado Mayor, pidien-do su ajusticiamiento inmediato. La defensa es tomada por un miem-bro de la Dirección Nacional y consigue que el Estado Mayor, consti-tuido en tribunal por autonombramiento, decida resolver penas dearresto contra los compañeros acusados.

Creímos entonces de buena fe, que el peligro más grave había pasadoy que la camarilla respetaría sus propios acuerdos en relación con loscompañeros juzgados, considerando que el problema interno en el senodel ejército no debería incidir en el proceso de lucha ideológica que es-taba pendiente en las bases de la organización. Sin embargo, la camari-lla se sabía ya incapaz de permitir y sostener tal proceso hasta sus últi-mas consecuencias sin salir derrotados..

16 de abril: Se emite un boletín del Estado Mayor en que informa delas capturas, el Consejo de Guerra y las penas de arresto decretadascontra los compañeros. En la misma fecha, un sector de la organizacióndenuncia las maniobras de un miembro del Estado Mayor que ha pre-tendido personalmente desconocer a la Dirección Nacional y asumir laconducción política del sector, solicitando que se le destituya por SU ac-titud.

17 de abril: Se realiza la última reunión de Dirección Nacional delviejo ERP en la cual la camarilla toma por asalto el poder político, di-solviendo el organismo de Dirección con el pretexto de que algunosmiembros de ella formaban parte de una fracción oportunista de dere-cha jefaturada supuestamente por Roque Dalton, y argumentándoseque la camarilla y sus bases constituían la ‘mayoría política’ de la orga-nización. Dan por terminada la lucha ideológica decretando el triunfode sus posiciones y abriendo un nuevo proceso de sometimiento con re-lación a los sectores que les son adversos.

A partir de ese día, la discusión política se suspende en el seno y en elresto de la organización de las bases por ellos conducidas, pretenden

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someter bajo amenazas de expulsiones, destierros y ajusticiamientos,toda oposición y divergencia con la línea de la mayoría política.

20 de abril: En un esfuerzo por no romper la unidad orgánica delERP, los sectores que ahora constituimos la Resistencia Nacional, ha-cemos un llamado a todas las bases de la organización para celebrar unCongreso o evento en que se defina en forma total la línea y la concep-ción estratégica. Este documento ni siquiera es dado a conocer a la mili-tancia por parte de la camarilla, la cual pasa a una nueva fase de manio-bras: revelan internamente la identidad del compañero Roque Dalton(que en el seno de la organización era conocido como Julio Delfos Ma-rín), señalándolo como un revisionista de derecha y agente procubanoinfiltrado en el ERP. No logrando que esta acusación afecte a la mili-tancia y la incline en su favor, en días posteriores lanzan su cobardeacusación de ser un agente de la CIA, motivo por el cual la organiza-ción entra en ‘emergencia militar’ el ejército asume la dirección total dela organización por medio de su estado mayor para salvar al partido,decretando que en tales condiciones no es posible abrir ni la lucha ideo-lógica, ni mucho menos un evento como el Congreso, mientras el ejérci-to no garantice la total depuración de la infiltración realizada, segúnellos, por el compañero Roque Dalton.

lo. de mayo: Es en estascircunstancias que los responsables políticosde lo que ahora constituye la Resistencia Nacional, en consulta totalcon nuestras bases, realizamos una reunión de emergencia y acordamosla separación orgánica de la camarilla militarista que, habiendo violadotodo principio leninista de conducción, todo principio revolucionario,carecía de solvencia moral y revolucionaria para continuar en cargos dedirección en el seno de nuestra organización. El documento de separa-ción también es ocultado a las bases y la camarilla asume bajo su perso-nal responsabilidad todos los hechos que se suceden posteriormente.

8 de mayo: La respuesta ciega e irracional de la camarilla militaristaenquistada en el seno del ERP, fue la de asesinar sin ninguna considera-ción a los miembros de la Resistencia Nacional. En esta fecha, se prepa-raron tres atentados criminales, todos los cuales, a pesar de la saña conque son impulsados, resultan fallidos y no les permiten consumar suscriminales planes contra miembros de la Resistencia Nacional.

9 de mayo: Apresuradamente y para justificar sus acciones crimina-les del día anterior, elaboran un comunicado firmado por el EstadoMayor en el cual condenan a muerte o al exilio a todos los que conside-ran responsables políticos de la Resistencia Nacional.

10 de mayo: Impotentes y rabiosos por la frustración de los asesina-tos que pensaban cometer en miembros de la Resistencia Nacional, ce-ban su furia contra los compañeros capturados y asesinan irresponsa-blemente a Pancho y Roque Dalton.

16 de mayo: En un acto de desesperación y de ceguera política que harecibido total repudio de la conciencia revolucionaria nacional e inter-nacional y la condena de la historia, se hunden para siempre en el abis-mo de la ignominia al declarar públicamente ser los autores del asesina-to de Roque Dalton sobre cuya memoria pretenden lanzar el lodo de lacalumnia y la infamia.”

4. Dalton ante las FLP: un pequeño burguésque no valía la pena matar

e n la lectura de los siguientes párrafos (Excél-(sior, 10, III, 1980) hay que tener presente quelas Fuerzas de Liberación Popular actuaroncomo mediadoras para acabar la guerra a

muerte entre el ERP y las FARN. De ahí que repruebenel asesinato pero traten de restarle importancia. Prácti-camente acusan al muerto de haber sido asesinado y de-jar, así, un problema a los vivos. Hay momentos en queparece hablar el ERP, más que las FLP, pero ninguna in-dicación lo confirma.

“Algunos de los hechos raros que giraban alrededor de Dalton eran:Su captura e interrogatorio hecho por agentes de la CIA y SU poste-

rior y extraña fuga de la cárcel de Cojutepeque, su desaparición mien-tras realizaba una tarea especial de organización por espacio aproxima-do de 10 días, sus posibles vinculaciones con la desaparición del compa-ñero Mauricio en abril de 1974 que era responsable del contraespionajede la organización; el hecho de que según lo manifestó Sebastián Ur-quilla, Dalton le ‘confesó’ haber estado vinculado con la deserción de SU

responsable político (Lucrecio) en septiembre de 1974.

18Todos estos hechos e incidentes no los señalamos como pruebas, sino

como el marco que permitió mediante una maniobra elaborada directa-

mente por Sebastián Urquilla, sostener el cargo de que Dalton eraagente de la CIA. Lógicamente éstas no constituyen pruebas que vayanmás allá de establecer una serie de incidentes raros que pondrían tenerincluso cada una sus propias explicaciones pero que ameritaban ser in-vestigados.

Sin embargo, poner estos y otros incidentes en la balanza fue lo querealmente llevó a la ejecución de Dalton, queda claro que este fue el resul-tado de un proceso político en el cual el cargo de agente de la CIA aparecemás como final de una maniobra y no como un hecho real. Para el caso lallamada ‘confesión’ que Dalton hizo a Sebastián Urquilla, y de la cual so-lo él fue testigo, no puede constituir una prueba por venir de quien viene.

La ejecución de Dalton desencadenó una rabiosa campaña de partede la ‘intelectualidad’ pequeño burguesa, que poco a poco se iba convir-tiendo en un trabajo tendiente a convertir a Dalton en una bandera po-lítica, tras de la cual se colocaron las más rastreras y oscuras posicionescionarios latinoamericanos. Estos señores, elaborando sus juicios, susensayos y sus poemas, desde la comodidad de sus exilios parásitos; des-de la banalidad de su vida existencialista o desde posiciones academi-cistas, han visto en Dalton la posibilidad no sólo dejustificarse a si mis-mos como la intelectualidad pequeño burguesa que se considera padrey madre de la izquierda revolucionaria. Convirtiendo a Dalton en un‘revolucionario’ de ‘grandes cualidades’, faltando a la verdad sobre supapel en el proceso revolucionario salvadoreño y sublimando su efíme-ra militancia, piensan colocarse ellos como sector a través de la banderade Dalton poeta y escritor ya que es esto lo vuelve importante su muertey lo convierten el héroe, cuando la verdad es que fue víctima y hechorde su propia muerte.

Fue la inmadurez de nuestra organización -y no nos da pena reco-nocerlo, porque no actuamos alrededor de nuestras individualidadespersonales, sino de las necesidades del proceso revolucionario- la quenos llevó a cometer el error de ejecutar a Dalton y. lo que es peor, ha-berlo convertido en la bandera de los inconsecuentes y de los burócra-tas, intelectualistas pequeño burgueses.

En nuestra patria han muerto muchos humildes hombres y mujeresdel pueblo dando valiosos y heroicos ejemplos de combate, solidezideológica y convicción revolucionaria. Muchos de ellos han muertoluego de haber dejado a la revolución largos años de trabajo sacrifica-do, abnegado y consecuente que le ha dejado a nuestra organización re-volucionaria salvadoreña valiosísimos aportes que van muchísimo másallá de los meros aportes teoricistas de los intelectuales. Pero ellos noeran poetas, ni escritores, ni pasaron 10 años haciendo turismo revolu-cionario, sirviendo entre las burocracias del revisionismo internacio-nal, ni fueron a congresos y concursos a lucir sus habilidades idiomáti-cas izquierdizantes. Ya que algunos de nuestros camaradas muertos enheroicos combates ni siquiera sabían leer. En nuestra patria han caídomuchos que pesan y valen cien veces más de lo que valía Dalton, sóloque el Dalton poeta y escritor hizo su vida donde la publicidad y el cul-to al individualismo es norma, y hoy muerto han acudido a condenar alos ’asesinos’ de tan preclaro poeta, escritor, simpático y cordial amigo. Aestos señores no les importa que haya sido el responsable de una lucha fra-tricida y lo convierten en el poeta y escritor héroe, bandera de los pensa-dores pequeño burgueses ‘revolucionario de revolucionarios’.

La ejecución de Dalton fue un error político ideológico, ningún pe-queño burgués aventurero merece ser muerto sólo por el hecho de serlo.Este grave error lo reconocemos porque la autocrítica es el motor ideo-lógico que nos hace avanzar y nuestra autocrítica está respaldada por labandera de la consecuencia revolucionaria y por la sangre de nuestroscamaradas caídos y es además un esfuerzo por impulsar una lucha con-tra la nociva influencia del intelectualismo pequeño burgués dentro delmovimiento revolucionario. En este esfuerzo, damos alguna informa-ción objetiva y nuestros juicios sobre lo que fue el proceso de Dalton enla organización.

I-Dalton llegó al país en diciembre de 1973, luego de permanecer llaños en el extranjero, donde se dedicó a hacer vida de poeta y escritoren Cuba, Checoslovaquia y otros países, moviéndoseentre las burocra-cias revisionistas y círculos de la inconsecuente y parasitaria intelectua-lidad pequeño burguesa izquierdizante. No es un cuadro fundador delEjército Revolucionario del Pueblo -E.R.P.-, ni dedicó al trabajo delEjército Revolucionario del Pueblo toda su vida. Fue ejecutado enmayo de 1975.

II-Dalton no llegó por su voluntad, llega por compromisos quenunca se reconocieron con exactitud (por lo menos para la actual mili-tancia y dirección del Partido de la Revolución Salvadoreña -PRS- yel Ejército Revolucionario del Pueblo -ERP-) hechos entre SebastiánUrquilla y el Partido Comunista Cubano. La intención al parecer eraasegurar el respaldo internacional cubano permitiendo el ingreso deDalton a la organización. Este respaldo se ponía en competencia con el

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de las otras organizaciones de izquierda en el país. El pragmatismo deSebastián Urquilla respaldado por la antigua Dirección Nacional queaceptaba estos argumentos fue lo que produjo la militancia de Dalton.

III -Dalton no fue jefe militar de la organización y participó sola-mente en una operación militar como combatiente (toma de la radioe-misora YSR en marzo de 1974).

IV-La participación política de Dalton en este periodo no tiene mu-cha significación, sus aportes son pocos y sin mucho significado si bienhay algunos trabajos que tienen algún valor político, éstos estarían liga-dos a su capacidad como escritor e historiador, por ejemplo: ‘RealidadNacional. Dictadura Fascista’. Este trabajo plantea el fascismo o escaladafascistoide como parte de una etapa avanzada de la guerra especial decontrainsurgencia.

‘Ejercito nacional y contrarrevolución en El Salvador’. también está enuna linea similar al anterior, que olvida las contradicciones económicaspolíticas de la sociedad salvadoreña y sujeta todo a la sobre determina-ción de la guerra especial del imperialismo yanqui. La publicación sobreORDEN, es un traslado mecanicista de los esquemas del socialismocubano a la realidad salvadoreña; algunos otros trabajos que no se pu-blicaron eran trabajos militares queevidenciaban sus tendencias milita-ristas y foquistas sobre la formación de columnas guerrilleras, etc. y al-gunos manuales y resúmenes históricos e informativos de sus conoci-mientos pero que nunca fueron utilizados y que no se conocieron mu-cho. En general el trabajo intelectual de Dalton no constituye aportes ala interpretación marxista de la sociedad, sino más bien, trabajos de ca-rácter historicista con interpretaciones funcionalistas y esquemáticasde la realidad. Lógicamente los trabajos tienen importancia pero noconstituyen aportes a la construcción de una línea política. Si evaluara-mos esos trabajos a la luz del intelectualismo pequeño burgués, que semantiene constantemente en la búsqueda de las capacidades y las parti-cularidades individuales, abundarían los aplausos de estos sectores so-bre todo, pero eso para nuestro partido no constituye el elemento defi-nitorio de la calidad del militante revolucionario, sino que por el con-trario, ésta es una clara muestra de la falsa superioridad política quesiempre han pretendido arrogarse las tendencias intelectualistas peque-ño burguesas sobre el resto de sectores militantes de la revolución.

V -La trayectoria de Dalton en la organización fue la de un cuadrocon problemas de mucho liberalismo e indisciplina, producto de subaja calidad ideológica y de sus tendencias pragmáticas burguesasNunca sujetó sus actuaciones a una política de principios, prueba deello lo constituye el hecho de que sus posiciones políticas, al producirsela división, nunca se conocieron con exactitud, sino que se sostuvo en elvaivén de aceptar lo conveniente, evadiendo la discusión y mantenien-do una actitud conspirativa (provocando la insurbordinación de Pan-cho por ejemplo) que le permitiera acumular fuerzas en la lucha por lahegemonía del Ejército Revolucionario del Pueblo (E. R. P.).

AI hablar de Dalton no podemos tampoco decir que se tratara de unmilitante de firmes convicciones ideológicas y de gran solidez y moralrevolucionaria. Más bien Dalton era un intelectual aventurero al que leinteresaba mucho su promoción individual y para esto había comenza-do trabajos tendientes a levantar su figura interna y externamente. Pormedio de una sutil línea de publicaciones de poemas y escritos persona-les utilizando para esto publicaciones de la organización, convirtiendomediante un proceso paulatino los instrumentos político-ideológicosde la organización en tribunas de sus escritos que lo convertirían con eltiempo en un ‘caudillo’ revolucionario.

VI -Sobre los aportes de Dalton al trabajo de formación de cuadrosy de conducción política de las bases del partido, podemos señalar, queéstas no tienen mayor significación ya que Dalton era también deposi-tario de tendencias burocráticas e intelectualistas que lo mantenían ale-jado de las bases y del quehacer concreto. Si en algunos momentoshubo algún acercamiento, éste se hizo con un espíritu paternalista delintelectual pequeño burgués que ve al pueblo no como motor de la his-toria y el artífice de los cambios, sino como el objeto intelectualista quele permite promover su individualismo pequeño burgués por medio desus obras personales”.

5. Dirigentes en conflicto

l l ama la atención que todos estos alegatos, de-claraciones, interpretaciones, ni remotamen-te parezcan alegatos campesinos. El lenguajees universitario, opaco, retorcido. Los de

abajo son el tema, no los interlocutores, de estas discu-

siones. LOS campesinos mueren silenciosamente, huyensilenciosamente. Los que hablan, los que discuten, losque tienen el micrófono, son de arriba: colegas universi-tarios de las facultades de ingeniería, derecho, cienciasmilitares, teología, economía, que tienen alguna clase demando o lo han tenido o aspiran a tenerlo: jerarcas delejército o la guerrilla, la junta o la oposición, los parti-dos, la Iglesia, la universidad, la prensa, los negocios.LOS de arriba no se ponen de acuerdo en cómo tratar alos de abajo: éste es el conflicto que hace correr la sangresalvadoreña.

En el penal de Santa Tecla se encuentra recluido “Mo-rales Carbone11 (uno de los hijos del actual miembro dela junta, Morales Ehrlich) que por haberse alineado dellado de las fuerzas del pueblo, por su entereza y relacio-nes de familia constituye un grave problema para la dic-tadura” (El Salvador Libre No. 7). Estos casos llamati-vos, ¿en qué circunstancias suelen darse? En un movi-miento estudiantil, en una guerrilla urbana: no en un le-vantamiento campesino. Ningún zapatista encarceladotuvo padre “científico” o funcionario. Pero, además, eljoven Morales no es un preso cualquiera. “Los detenidospolíticos de Santa Tecla editan su periódico. Pero sus ac-tividades editoriales han ido más allá; en días pasadosacabaron de elaborar un libro que recoge todos los poe-mas escritos en esa cárcel. También sus actividades estánapuntadas a los presos ‘comunes’. Con ellos participanen asambleas y han constituido una cooperativa que ad-ministra lo recaudado de la venta de las artesanías (. . . )mantienen además una organización militar dentro delpenal. Allí funcionan tres escuadras militares; una co-mandada por Recinos, otra por Morales Carbonell”(Unomásuno 21, XII, 1980). Es decir: la clase dirigente enel poder se reproduce en la oposición. Morales Carbo-nell sigue mandando, administrando, recaudando, ha-ciendo las teorías, poemas, declaraciones. O, como diríaDalton: la burguesía asegura su continuidad quedándo-se hasta con el marxismo. Los Morales, los Alvarez, losDalton, cambian de línea pero no de lugar: siguen arri-ba. Los de abajo siguen abajo. La diferencia entre el hijoy el padre (que anda por el país repartiendo tierras a los.campesinos, como sucesor de Alvarez. (Unomásuno, 16,II, 1981; Time, 20, 1981) es una diferencia de li-nea. El padre está dispuesto a pactar con los militarespara hacer lo que cree que debe hacerse. El hijo se impa-cienta: cree que es mejor volverse militar, derrocar a losotros e imponer lo que cree que debe hacerse.

(Antonio Morales Ehrlich, como Ungo, fue candidatoa la vicepresidencia por la Unión Nacional Opositorafrente al partido oficial, cuando volvieron a enfrentarseen las elecciones de 1977. El candidato a la presidenciade la UNO fue “el militar retirado coronel Ernesto Cla-ramount, un profesional del ejército que no pertenecía apartido alguno ni tenía militancia política activa (. . .) LaUNO, al postular un candidato militar, intentaba un‘reencuentro con las fuerzas armadas’ (...) ganar a losmilitares reformistas y asilara los derechistas.” El candi-dato fue el general Carlos Humerto Romero. Al consu-marse el nuevo fraude, hubo muertos, estado de sitio yexilio de Claramount y Morales Ehrlich, Excélsior 6, III,1980).

Pero ¿quién le asegura al joven Morales que llegará aser un Castro y no un Majano (o peor: un Roque Dal-ton) que llegó a un poder compartido donde no fue ca-

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paz de imponer lo que él creía? Castro tuvo un talentoextraordinario para llegar al poder frente a sus compa-ñeros y luego tuvo suerte para que no le estorbaran: Ca-milo Cienfuegos murió oportunamente, el Che Guevarase fue oportunamente, Húber Matos cometió oportuna-mente un error que permitió encarcelarlo, a Carlos Ra-fael Rodríguez bastó con recordarle oportunamente queapoyó a Batista para que Castro y no Rodríguez fuera elmáximo líder del partido. Como si fuera poco, el cubanocon más méritos para encabezar el ejército oportuna-mente resultó de la familia.

En Cuba, Castro se enfrentó a Batista en circunstan-cias permisivas del garrote norteamericano. En Nicara-gua, un conjunto de líderes se enfrentó a Somoza en cir-cunstancias parecidas. En El Salvador, no hay un Castroni un Somoza ni las circunstancias parecidas. Castroconsolidó su poder después de sacar a Batista; en Nicara-gua, desapareció Somoza y lo que hay es un condominioproblemático; en El Salvador, no hay siquiera estecondominio: las constelaciones de aliados y enemigoscambian constantemente desde el 15 de octubre de 1979,

y no sólo en el poder o sólo en la oposición sino cruzan-do de la oposición al poder y del poder a la oposición.Otra diferencia: Castro hizo una matazón sumaria deenemigos cuando llegó al poder; los nicaragüenses, conuna generosidad que merece pasar a la historia (y queojalá presida su revolución como un cambio no de pro-pietarios del poder sino de relaciones entre los hombres)no la hicieron. En el caso salvadoreño, los antecedentesde 1932, la matazón actual y la composición cambiantede constelaciones enemigas hacen temer una matazón in-terminable entre dos hidras de mil cabezas.

20

Declaraciones del comandante sandinista HumbertoOrtega: “vimos que era necesario conjugar en un mismotiempo y en un mismo espacio estratégico: la sublevaciónde las masas a nivel nacional, la ofensiva de las fuerzas mi-litares del frente y la huelga nacional donde estu-viera involucrada o de acuerdo, de hecho, la patronal. Sino lográbamos conjugar estos tres factores estratégicosen un mismo tiempo y espacio no habría triunfo. Ya sehabía dado varias veces la huelga nacional pero sin con-jugarse con la ofensiva de las masas. Ya se habla dado lasublevación de las masas, pero sin conjugarse con lahuelga ni con la capacidad real de la vanguardia (militar)de golpear profundamente. Y ya se habían dado los gol-pes de la vanguardia, pero sin estar los otros dos factorespresentes (...) Debido a la represión, debido a que nosmanteníamos mucho tiempo sin vernos, al faltar una lí-nea común, un compromiso político materializado en unestatuto, cada quien organizaba de hecho su trabajo a sumanera. Y empezaban los choques. (. . .) La no existenciade este marco de discusión adecuado, sumado a nuestrainmadurez como hombres, como revolucionarios, y a lasituación represiva llevó a que nos fuéramos separando,fraccionando en la práctica en las tres tendencias que seconocen. (. . .) Los compañeros más viejos comenzaron adesconfiar de los compañeros más nuevos que comenza-ban a proyectarse como responsables de distintas tareas,y los más nuevos que no conocían cómo habían sido dedifíciles las luchas de los años anteriores, subestimaban alos compañeros más veteranos (...) Hay que recordarque se trabajaba en medio de la más brutal represión, nose podía abarcar todo un trabajo nacional, cada cual si-

gue desarrollando el trabajo que la propia realidad le im-ponía (. . .) Ahora, el hecho de que proviniéramos de untronco común nos ayudó muchísimo. Hizo que respetá-ramos mutuamente el trabajo de las otras tendencias.Por ejemplo, la tendencia insurreccional no luchó porcrear otro frente estudiantil revolucionario, dejó que esaorganización, que jugó un papel tan importante en Nica-ragua, siguiera siendo controlada por las otras tenden-cias. Tampoco se intervino en el trabajo que realizabanlos compañeros ‘proletarios’ en algunos centros produc-tivos. Y esto fue recíproco por parte de ellos. Ellos nopretendieron montar otro Frente Norte u otro FrenteSur, que era el trabajo militar más grande que realizabanlos ‘insurreccionales’. (. . . ) Lo que ocurrió es que cadaquien quería hegemonizar el proceso, quería ver quiensobresalía mas en esa lucha. Pero eso se fue superando”.(Nicarácuac, V-VI, 1980). (Obsérvese, en cambio, que enEl Salvador las duplicaciones son frecuentes. Por ejem-plo, el ERP no se limita a su función militar: trata de cu-brir los otros dos factores con su propio Partido de laRevolución Salvadoreña y sus propias Ligas Populares28 de Febrero.)

Otro factor de unidad contra Somoza fue el mismísi-mo Somoza; una cabeza visible, personal, siempre lamisma, de una sangrienta dictadura, de larga duración,que hizo más fácil la unión de todos contra. Las unionescontra son más fáciles que las uniones positivas (comoya se empieza a ver en Nicaragua, y se vio en México des-pués de que cayó Porfirio Díaz). Pero en El Salvador, launión de todos ¿contra quien puede realizarse? Sólo con-tra los Estados Unidos, si cometieran la estupidez de in-vadir. ¿Contra la junta? La junta cambia constantemen-te. ¿Contra algún miembro de la junta? Todos han cam-biado de signo cuando menos una vez: Abdul Gutiérrezenemigo se vuelve amigo y luego enemigo otra vez; Ma-jano enemigo se vuelve amigo, luego enemigo, luegoamigo; Ungo amigo se vuelve enemigo y luego amigootra vez; Duarte amigo se vuelve enemigo, y nada impidesuponer que no pueda ser amigo otra vez. ¿Contra elejército? Nadie en la oposición habla de exterminarlo,(que sería utópico) sino de concertar alianzas con algu-nas cabezas y expulsar a otras, sin mucha precisión decuáles. Cayetano Carpio, comandante del FPL: “En Ni-caragua, Somoza fue el dueño de todas las vacas: Eh ElSalvador, los títeres sucesivos no han podido formar unadinastía, Se desplazan unos a otros y en el breve períodoque les toca matar y robar, engordan hasta que revien-tan.” (Proceso, 25, VII, 1980.) Es significativo el anoni-mato implícito en “las 14 familias”. Que ahora son toda-vía más anónimas: “las 14 grandes familias, ya converti-das en 244” (Unomásuno 16, III, 1981.) No hay un somo-za contra el cual unirse: hay un conjunto anónimo, unaconstelación cambiante.

Todo parece indicar que El Salvador no es un paísmuy piramidado. El producto nacional (unos 3000 mi-llones de dólares, El Mercado de Valores, 24, V, 1981) esvarias veces mayor que el presupuesto de la Universidadde México; pero El Salvador no tiene la pirarnidación dela UNAM. Parecería un negocio familiar, como Nicara-gua fue de los Somoza; pero no es el caso: hay mucha ca-bezas para un negocio tan pequeño. Las legendarias “14familias” eran muchas para que alguna se impusiera; ytan es así que ahora se habla de 244. Y ese poder econó-mico cada vez más fragmentado no es todo el poder: el

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ejército tiene un peso decisivo; la Iglesia y la universidadcierto peso. Parece haber más bien cierto asambleísmo,pero asambleísmo de arriba, no de abajo. Nadie puedeimponerse sin coaligarse, pero las coaliciones son cam-biantes y los bloques de poder inestables, porque haygrandes desacuerdos sobre cómo administrar el país; enparticular, sobre cómo administrar a los de abajo. Unoscreen que ceder produce nuevas exigencias; otros que noceder es lo que puede producir más exigencias. Unoscreen que el reformismo es peligroso porque lleva al co-munismo, otro que es peligroso porque impide la revolu-ción. Unos creen en la violencia, otros en la negociación.Todo lo cual sucede arriba. Por eso la línea divisoria entreel poder y la oposición es cambiante y deja en ladosopuestos a parientes, amigos, compañeros y colegas. Locual se entiende más si se tiene presente que El Salvadores del tamaño del estado de Hidalgo y no llega a los cincomillones de habitantes; y que por las fechas cuando segraduaron muchos de los universitarios hoy en pugna(hace veinte o treinta anos) en todo el país se graduabanunas cuantas docenas. Es decir: todos se conocían. Porentonces, San Salvador era una ciudad de unos cuantoscientos de miles de habitantes. Si, además, como se dice,en El Salvador no hay mucha clase media, todo sucedeen un núcleo reducido de conocidos, vecinos, compañe-ros, colegas, amigos, parientes, que constituyen la mino-ría privilegiada, y que sin embargo son muchos para en-cabezar. La explosión de la población, muy alta en ElSalvador, parece darse también entre los que aspiran en-cabezar y por lo mismo hay una sobrepoblación de orga-nismos: los salvadoreños no parecen muy dados a subor-dinarse y piramidarse, sino a poner casa aparte.

Quizá por eso en la oposición proliferan los grupos ylos grupos de grupos y los subgrupos y las comisiones ylos membretes y las cabezas y los voceros. Para seguir lainformación de la prensa haría falta un directorio. El re-cuento que sigue no es completo ni exacto. Parece serque hay una Unión Nacional Demócrata, pero comohay una Unión Demócratica Nacionalista que a veces fi-gura como Unión Democrática Nacional no queda clarosi la primera es otro organismo o una transcripción erró-nea. En cambio, está claro que el Frente FarabundoMartí de Liberación Nacional, a veces abreviado comoFFMLN y por lo general como FMLN, no es lo mismoque las Fuerzas Populares de Liberación FarabundoMartí, abreviadas como FPL.

Asociación Nacional de Educadores Salvadoreños (ANDES)Bloque Popular Revolucionario (BPR)Comisión de Cultura del FDRComisión de Prensa y Propaganda en el Exterior del FDRComisión Político Diplomática del FMLN-FDRCoordinadora Nacional de la Iglesia Popular (CONIP)Coordinadora Revolucionaria de Masas (CRM)Dirección Revolucionaria Unificada (DRU)Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP)Federación Nacional de Trabajadores (FENASTRAS)Federación Sindical Revolucionaria (FSR)Frente de Acción Popular Unificada (FAPU)Frente Democrático Revolucionario (FDR)Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN)Frente Universitario de Estudiantes Revolucionarios “Salvador Allen-de” (FUERSA)Fuerzas Armadas de la Resistencia Nacional (FARN)Fuerzas Armadas de LiberaciónFuerzas Populares de Liberación Farabundo Martí (FPL)

Ligas Populares Campesinas (LPC)Ligas Populares Obreras de Estudiantes de Secundaria (LPOES)Ligas Populares Universitarias (LPU)Ligas Populares 28 de Febrero (LP 28)Movimiento de la Juventud MilitarMovimiento de Liberación Popular (MLP)Movimiento Independiente de Profesionales y TécnicosMovimiento Nacional Revolucionario (MNR)Movimiento Popular SocialcristianoMovimiento Revolucionario Campesino (MRC)PartIdo Comunista Salvadoreño (PCS)Partido de la Revolución Salvadoreña (PRS)Partido Demócrata Cristiano (PDC)Partido Revolucionario de los Trabajadores Centroamericanos(PRTC)Unión Democrática Nacionalista (UDN)Unión Nacional Demócrata

Unión Nacional Opositora (UNO)Unión Popular DemocráticaVanguardia Proletaria (VP)

Obsérvese la frecuencia de palabras integrativas: bloque,coordinadora, frente, ligas, nacional, unificada, unión.Los opositores parecen muy conscientes de que tienenun problema de integración, pero no lo han resuelto. Yno parece fácil. La integración implica un trago muyamargo para todos los que encabezan (menos uno): de-jar de encabezar. Este no es un problema de los de abajo:es un problema de los de arriba. La “crisis de dirección”señalada por Dalton, el hecho señalado por Ortega deque “cada quien quería hegemonizar”, imponerse sobrelos demás, no es una pequeña cuestión. Ni necesaria-mente cuestión de pequeñez: si una persona ha expuestosu vida por la realización de lo que cree, resulta muy du-ro, después de tantos sacrificios, sacrificar lo que dabasentido a los sacrificios: la realización de lo que cree.

No se ha escrito una historia de los intereses particula-res en la Revolución mexicana, cubana, nicaragüense,etc., inspirada en Los intereses particulares en la conquis-ta de la Nueva España de Silvio Zavala (Madrid, 1933;que debería reeditarse). Así como Zavala supo leer la é-pica de los conquistadores sin dejarse arrastrar por eldiscurso heroico; así como supo ver la conquista comouna empresa con aportaciones, costos, beneficios, em-presarios, socios, subordinados, problemas de control,de propiedad y de reparto, habría que leer la épica revo-lucionaria. Curiosamente, hoy que supuestamente so-mos más científicos y materialistas que nunca, es cuandomás descuidadamente nos dejamos arrastrar por los dis-cursos heroicos, maniqueos, idealistas.

¿Quiénes son los propietarios de una revolución?¿Quiénes tienen derecho a las posiciones privilegiadas?¿Cómo se regatea entre socios revolucionarios? ¿Cómose reparte? Los que se dejan arrastrar por el discurso he-roico, suelen lamentar la desunión, la atomización, laspugnas entre grupos revolucionarios, como si fuera na-tural que los intereses particulares se subordinen al inte-rés general. Pero los que encabezan, o pretenden encabe-zar, saben perfectamente que detrás de la bella brumaideológica de la unión está el interés particular de unmandamás sobre el interés particular de un mandame-nos: el hecho decisivo de quién se subordina a quién.Para todos es atractivo encabezar algo más grande, sivan a encabezar. Desde ese punto de vista, todos aboganpor la unión. Pero si no van a encabezar, la alternativade seguir encabezando algo más pequeño, puede ser per-fectamente aceptable. Poner o mantener casa aparte, sin-

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dicato aparte, partido aparte, fracción aparte, grupo dearmas aparte, empresa aparte, puede ser más atractivoque lo que se obtenga a cambio de renunciar a la inde-pendencia. También puede ser menos: el riesgo de ser li-quidado en las pugnas piramidales de la nueva entidad,puede ser menor que el riesgo de ser liquidado en el aisla-miento; el poder per cápita subordinándose puede sermayor que no subordinándose, etc.

Resulta significativo que Pueblo (del FAPU) repro-duzca “los fragmentos más importantes del discurso quesobre ‘La formación del Partido’ expuso el Dr. FidelCastro en La Habana, el 2 de diciembre de 1961.” Eneste discurso se plantea el problema de las aportacionesde los socios y el reparto: “¿Qué significó el momento enque se produce la unión de las organizaciones revolucio-narias todas? Pues significó entre otras cosas cientos, mi-les de cuadros (. . .) de gente que había pasado por sacrifi-cios (. . .) Un aporte importantísimo del Partido Socialis-ta han sido los cuadros de viejos militantes (. . .) educadospor el Partido Socialista. El aporte del Directorio, loscuadros jóvenes. El aporte del Movimiento 26 de Julio(. . .) toda la experiencia adquirida en la lucha por la con-quista del poder. Es decir, que todos hemos aportado(. . .) No fue fácil, fue un proceso también largo, pero, alfin, se fueron integrando (. . . ) manifestaciones de secta-rismo fueron desapareciendo, en la misma manera enque va desapareciendo el exclusivismo.” Pero esto se re-fiere a los que tienen derecho: “¿Cómo estamos tratandode hacerlo? ¿llamando a todo el mundo, abriendo laspuertas de par en par para que todo el mundo ingrese enese partido? No.” Sin embargo: “Ni el ‘yo fui comunista’ni el ‘yo puse bombas’ ni el ‘yo estuve en la sierra’ hay

que sacarlos a relucir absolutamente para nada. Cuales.quiera que sean los méritos, compañeros, que cada cualtenga, hay un mérito todavía mayor, y es el mérito de loque está por delante.”

El día en que fue secuestrado, Alvarez Córdoba hablócon claridad de este problema, aunque dándolo por su-perado, en un próximo gobierno cuyos integrantes: “ten-drán que tener una gran solvencia moral y haber demos-trado amor por el pueblo. Los sectores políticos y socia-les que van a construir ese gobierno son hoy la base delFDR, es decir, fuerzas democráticas y fuerzas revolucio-narias que no pretenden repartirse cuotas de poder”.(Unomasuno 28, XI, 1980.) Llama la atención que nomencione al FMLN y que se limite a hablar de sectorespolíticos y sociales, no guerrilleros. Ambas cosas puedendarse por incluidas; pero esto significaría que los grupospolítico-militares están tomados por el lado político y elFMLN está tomado como el ejército del FDR. Si se re-cuerda que los grupos guerrilleros empezaron precisa-mente a raíz de que no aceptaron someterse al PartidoComunista y su vía política al poder, no es de creerse queahora estuvieran dispuestos a someter las armas a un po-lítico, además recién llegado a la oposición. Alvarez “re-corrió varias naciones del continente y de Europa enprocura de solidaridad internacional”, según mencionala misma nota: lo que implica tener apoyos propios, nodepender exclusivamente de las armas guerrilleras. Susucesor, Guillermo Ungo, declaró el 20 de diciembre enManagua que “antes de la próxima Navidad” se anun-ciará la formación de un gobierno respaldado por elFDR y el FMLN (Unomásuno 21, XII, 1980.) Vencidoese plazo, se anunció que “El Frente Democrático Revo-

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lucionario dará a conocer en los próximos días los nom-bres del equipo de gobierno provisional de El Salvador,y los lineamientos del régimen revolucionario” (Uno másuno, 31, XII, 1980).

Y quince días después, en vez de dar los nombres,Ungo declara que la constitución del Gobierno Demo-crático Revolucionario “será un proceso paralelo a laofensiva militar y política que se desarrolla en este mo-mento”; “no habrá gobierno en el exilio, será un gobier-no con arraigo en el territorio nacional” (Unomásuno,15, I, 1981). Pero el gobierno todavía no existe: no es fá-cil aceptar que otro encabece y repartirse cuotas de po-der. A pesar de que el comandante Fermán Cienfuegos,jefe de las FARN declaró que “En realidad la comisiónpolítico dimplomática (presidida por Ungo) asumirá ca-rácter plenipotenciario, no es aún el gobiernodemocrático-revohtcionario pero sí el germen de la futu-ra gestión oficial” (Unomásuno, 16, I, 1981), es de suponer-se que no todos los guerrilleros quisieron dejar enmanos de los políticos la formación del gobierno y prefi-rieron tomar la iniciativa militar del 10 de enero, parainstalarlo en territorio liberado, es decir: bajo control deellos en vez de los políticos, aunque seguramente fueraestableciendo varios gobiernos paralelos, como en SanLorenzo. Y no sería imposible que alguno de los coman-dantes soñara que, sobre la marcha, por uno de esos aza-res de la guerra, resultara que él y únicamente él llegara aquedarse con el mando: a “hegemonizar el proceso”.

Declaraciones de Joaquín Villalobos: “no somos par-tidarios del concepto tradicional de la unidad, esto es dela unidad orgánica que se establece de inmediato” (. . . )Concebimos la unidad como un proceso que va de lacoordinación permanente, no incidental o en la que semanejan intereses de una hegemonía particular dentrodel conjunto de fuerzas revolucionarias (. . .) hasta llegara las fases orgánicas (. . .) Hoy en día ni siquiera hay dife-rencias políticas entre las organizaciones revoluciona-rias, pero el subjetivismo casi exige que existan las dife-rencias porque se trata de organizaciones distintas (...)debe prevalecer un criterio amplio que permita a lasfuerzas revolucionarias ganarse a las democráticas”.(Excélsior, 6, III, 1980.) Es decir: la oposición en armasno es el ejército de la oposición política; actúa por sucuenta y, por el contrario, trata de ganarse (es decir: su-bordinar) a la oposición política. A su vez, dentro de laoposición en armas no hay un comandante general; cadacomandante actúa por su cuenta, aunque coordinándo-se, hasta que puedan superarse los subjetivismos, es de-cir: hasta que un comandante se imponga a los demás.

En octubre de 1979, Villalobos actuó como provoca-dor de la represión para arruinar el juego de la oposiciónpolítica que se unió a los golpistas. No es difícil pronosti-car que tratará de impedir que haya un gobierno encabe-zado por los políticos (no los militares) de oposición; yque tratará de impedir que haya una comandancia gene-ral no encabezada por él. Y esto por una razón muy sen-cilla: mientras él encabece por las armas (ya sea su parteo el conjunto), será como hasta hoy su propia ley: la ver-dad, la justicia, el sentido histórico de la revolución, se-guirán a su cargo. En el momento en que se subordine,ya no tendrá el control de la verdad oficial. La verdadoficial estará sujeta a un regateo político, en el cual suposición es vulnerable: en cualquier momento, sus com-

pañeros pueden liquidarlo políticamente, exhibiéndolocomo el asesino de Roque Dalton.

Todo esto implica, por lo mismo, problemas de repre-sentación. Villalobos pacta con Mena Sandoval, y loanuncia como si fuera un pacto del FMLN con la Juven-tud Militar (Unomásuno 5, II, 1981; Siempre, 25, II1981). Esto implicaría que tienen facultades para hacer-lo: que son las cabezas respectivas o representantes auto-rizados. Pero no parece ser el caso: se ha dicho que Villa-lobos es el segundo hombre en relevancia del FMLN, noel primero; se ha dicho que Majano es el líder de la Ju-ventud Militar, no Mena Sandoval. En esto, por cierto,hay intereses creados que aumentan la confusión: los en-trevistados, entrevistadores y lectores tenemos interesescomunes en dar por supuesto que el entrevistado es ungran personaje, que el entrevistador logró declaracionesimportantes de un gran personaje y que nosotros esta-mos leyendo cosas importantes dichas por un personajeimportante. Obsérvese que los nombres cambian cons-tantemente y que, sin embargo, siempre se trata del prin-cipal o uno de los principales de un organismo que es elprincipal o uno de los principales.

El 22 de abril de 1981 se anuncia nada menos que “Elmovimiento revolucionario salvadoreño entró en unproceso de negociación con la junta de gobierno”.¿Quién lo dice? Nada menos que “la dirigente del FrenteFarabundo Martí para la Liberación Nacional(FMLN), comandante Ana María”. Pero más adelante,en la misma nota se dice que ésta es “también segundaresponsable de las Fuerzas Populares de Liberación Na-cional (FPL)” (Unomásuno 23, IV, 1981) y al día siguien-te aparece un desmentido: “La comisión político-diplomática del Frente Farabundo Martí de Liberación(FMLN) y el Frente Democrático Revolucionario(FDR) negó enfáticamente esta mañana la existencia denegociaciones con la Junta Salvadoreña de Gobierno”.¿Quién lo dice? José Napoleón Rodríguez. “Seguramen-te la comandante fue malinterpretada por la prensa -se-ñaló Rodríguez- o ésta sencillamente expuso posicionesque no corresponden a la tesis que actualmente sostieneel FDR-FMLN” (El Universal, 25, IV, 1981). Obsérvese:“la dirigente del Frente Farabundo Martí de LiberaciónNacional” suena a “la” dirigente de ese grupo de grupos;más aún si se trata de una declaración de ese tamaño.Pero luego resulta que es una dirigente de segundo nivelde uno de los grupos integrantes. Cuyo nombre, por cier-to, se confunde con el del grupo cúpula: no es FuerzasPopulares de Liberación Nacional sino Fuerzas Popula-res de Liberación Farabundo Martí. Ahora bien: el or-ganismo cúpula de varios (no todos) los grupos de oposi-ción en armas, el FMLN, junto con el organismo cúpulade varios (no todos) los grupos de oposición política, elFDR, (ninguno de los cuales está subordinado al otro),han formado en tándem una Comisión Política Diplo-mática del FMLN-FDR que preside Ungo, y la cual porcierto, en este caso, se cita cambiando el orden a FDR-FMLN. Pero no es Ungo el que hace la declaración.¿Tiene esto algún significado? El cambio de orden ¿tienealgún significado? El hecho de que habiendo esa comi-sión, la comandante Ana María actúe como vocero delFMLN ¿tiene algún significado? Se trata de errores yconfusiones de la prensa, lo es la situación misma la quees confusa? Seguramente hay algo de todo, quién sabe en 23

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qué proporción: un conflicto entre los dirigentes que Si estos números son ciertos, la oposición salvadoreña esapoyan y los que rechazan las negociaciones; un conflic- capaz de poner en pie de protesta seis veces más mexica-to jurisdiccional sobre quién se está metiendo en los te- nos por las calles de Reforma que salvadoreños en pie derrenos de quién al declarar; una situación de hecho con- guerra. Pero no hacen falta cálculos para ver que la ofen-fusa y además confusiones de los que trasmiten las noti- siva del 10 de enero tuvo más público y solidaridad mun-cias. dial que apoyo popular en El Salvador.

Todavía en marzo de 1980, el Comité Mexicano de So-lidaridad con El Salvador pidió “el reconocimiento yapoyo del gobierno mexicano a la Coordinadora Revo-lucionaria de Masas” (“integrada por el Bloque PopularRevolucionario, el Frente de Acción Popular Unificada,La Unión Democrática Nacionalista y Las Ligas Popu-lares 28 de Febrero”) “como genuino representante delpueblo salvadoreño” y pidió expresar este reconoci-miento y apoyo “en lo moral, político, diplomático ymaterialmente”. (Excélsior, 5, III, 1980.) Por el nombrede la CRM y por el tamaño de la petición, se hubierapensado que se trataba de “la” oposición y aún más queeso: el poder legítimo fuera del poder. Y, desde luego, siMéxico la hubiera reconocido como tal y apoyado a fon-do, algunas fuerzas de oposición (no todas) hubieranconsiderado práctico integrarse a esta constelación. Perohubo nuevas constelaciones. Unos meses después apare-ció la DRU, que luego perdió a las FARN, que luego lasrecuperó. En conexión con la DRU se formaron lasFMLN, que supuestamente iban a ser un solo ejército yque hasta la fecha no lo son. Y cuando se suponía queahí estaban todas las fuerzas armadas de oposición, re-sultó que a fines de año se incorporó el Partido Revolu-cionario de los Trabajadores Centroamericanos (El Día,21, XII, 1980).

La CRM era un organismo cúpula político-militarque al parecer Cayetano Carpio (“Marcial”, comandan-te de las FPL) pretendía controlar (Proceso, 4, VIII,1980). Quizá por esto, se forma primero la DRU y luegoel FMLN puramente militares, y donde primero cuatro,luego tres, luego cuatro, luego cinco grupos guerrillerosparticipan a partes iguales, aunque seguramente no tie-nen la misma capacidad (cuando menos tres de los cinco,en distintos momentos, se han presentado como el másimportante). Paralelamente, se forma el FDR puramen-te político. Y ahora, en vez de la CRM, está el tándemFML-FDR o FDR-FMLN. Pero la CRM no ha desapa-recido: “se integró al Frente Democrático Revoluciona-rio y sigue actuando (Unomásuno 4, I, 1981). Es un orga-nismo cúpula que ahora es parte de otro organismocúpula que opera al lado de otro organismo cúpula. A suvez, la CRM está formada por el Bloque Popular Revo-lucionario, el Frente de Acción Popular Unificada, etc.,cada uno de los cuales parece ser otro organismo cúpula.

Todas estas constelaciones organizativas continúanevolucionando, y suelen ser orgánicas en el papel, másque en la realidad, donde los integrantes siguen actuan-do por su cuenta o peor aún: en nombre colectivo por sucuenta.

6. La abstención popular

24e l 22 de enero de 1981 más de 25000 personas

en la ciudad de México desfilaron en apoyode la guerrilla salvadoreña. (Excélsior, 23, I,1981.) Según Time (9, III, 1981), la guerrilla

tiene 4000 hombres en armas contra 16 000 del ejército.

El 5 de septiembre de 1980, el comandante de las Fuer-zas Armadas de la Resistencia Nacional declaró (Pro-ceso, 6, X, 1980): “No pasa este año para derrocar a laactual dictadura militar democráta-cristiana.” Cuatromeses después, la nueva comandancia de las FARNanunció que “el señor Reagan encontrará una situaciónirreversible en El Salvador cuando él llegue a la CasaBlanca.” (Excélsior, 28, XII, 1980) y que la ofensiva finalde los insurgentes “será antes de la toma de posesión delnuevo presidente de los Estados Unidos.” (Excélsior, 9,I, 1981.) Carlos Torres de las FPL coincidió en que “lascondiciones para la ofensiva final en El Salvador estandadas.” (Excélsior, 28, XII, 1980.) Y la comandante“Ana María declaró que era la segunda en el mando delas Fuerzas Populares de Liberación, formadas en 1970por estudiantes universitarios y miembros disidentes delPartido Comunista” y que “No puedo darle a usted lafecha exacta ni la hora, pero estamos muy cerca de nues-tras batallas finales.” “Un profesor universitario simpa-tizador de la izquierda, al hablar de una ofensiva final,declaró: ‘En enero del año pasado dijeron que ya vendríaen cosa de unos días. En junio, en cosa de semanas. Aho-ra, quién sabe’. Ana María dijo que el escepticismo eracomprensible, pero explicó que su grupo, el más fuertede las organizaciones guerrilleras, jamás había declara-do antes que fuese inminente una ofensiva final. LasFuerzas Populares de Liberación siempre han sido pre-cavidas, pero puedo decirle a usted que ya estamos en lafase final, manifestó.” (Excélsior, 5, I, 1981.) El boletíninformativo del FDR (EI Salvador Libre No. 7, 2a. quin-cena XII 1980 - la. quincena I 1981) encabeza un artícu-lo: “El pueblo se prepara para la ofensiva final.” El 4 deenero de 1981 se anunció una “Huelga en El Salvadorhasta tomar el poder: FDR” que “será por tiempo inde-finido, abarcará a todos los servicios del país y concluiráhasta que las organizaciones revolucionarias” tomen elpoder (Uno más uno 5, I, 1981.) El 10 de enero de 1981,apenas diez días antes de la toma de posesión del presi-dente Reagan (lo cual indica que se esperaba una acciónfulminante, que por lo mismo no podía ser puramentemilitar, sino una reacción en cadena de toda la pobla-ción, secundando la iniciativa militar), el FMLN anun-ció: “A las 5 de la tarde de hoy se inició la ofensiva gene-ral. El enemigo está perdido; lo tenemos rodeado; la jus-ticia popular ha llegado.” (El Día, II, I, 1980.) “La co-mandancia general convocó asimismo a la población ainstaurar en todo el país ‘poderes locales’, alternativos alas autoridades municipales actuales y a construir barri-cadas y dotar de agua y alimentos a los combatientes po-pulares. ” “Pueblo de El Salvador, hemos comenzado laliberación nacional. Este es el momento de salir a las ca-lles.” “Este momento exige la participación de todos lossectores populares.” El FMLN “urgió a soldados y ofi-ciales a desobedecer a sus mandos y rebelarse.” Formuló“un último llamado” a los sectores “honestos y progre-sistas” del ejército a secundar la insurrección. “Si no lohacen -aseguró- se van a encontrar con el FMLN.”(Unomásuno ll, I, 1981).

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De hecho, los guerrilleros convocaron un pleibiscitopara mostrarle a todo el mundo que, aunque el gobiernose robo las elecciones de 1972 y 1977, ellos tenían el votomayoritario, demostrado por la arrolladora mayoríaque secundaba su ofensiva. Un mes antes, en una entre-vista titulada “FMLN: el triunfo no puede ser solo mili-tar”, Joaquín Villalobos declaraba: “Nuestros enemigosse han encargado de difundir confusamente que noso-tros lo que buscamos es la muerte física de todos losmiembros de la fuerza armada. Pero eso no es cierto ni esposible. (. . . ) Los sectores del ejército que tienen una po-sición progresista y planteamientos patrióticos y revolu-cionarios van a jugar un importante papel (...) contamospara la victoria con la capacidad y heroísmo de todonuestro pueblo. -¿Cuál es el poder de fuego que tienenactualmente?- No podemos dar una información públi-camente. Sin embargo, no podemos decir que el poderdel enemigo va a bajar (. . . ) De todas formas obtendre-mos la victoria, porque la historia ha demostrado que lospueblos vencen a pesar de un potencial de fuego inferioral del enemigo.” (Uno más uno 15, XII, 1980.) Es decir: elpotencial de fuego era insuficiente para una victoria mi-litar, pero se esperaba que fuera suficiente como detona-dor cívico de la arrolladora mayoría. Majano lo dijo ex-plícitamente: “-Coronel: basado en su experiencia mili-tar, ¿cree que la oposición armada contra el gobierno tie-ne posibilidad de triunfar? -Pues, militarmente es difí-cil, por la capacidad militar de las fuerzas armadas. Perocomo el problema es también la ilegitimidad del gobier-no, es evidente que esto puede aglutinar fuerzas y enton-ces si saldría ganando el pueblo.” (Unomásuno 26, XII,1980).

Pero “el pueblo no esbozó siquiera una señal de alza-miento”, “no hubo más que pequeñas migas de respaldopor parte de la población.” “Hubo algunas ciudades quequedaron prácticamente bajo control de las fuerzas gue-rrilleras durante varios días. En ciertos casos, eran ciu-dades de importancia, como San Francisco Gotera o Za-catecoluca. Y, como un insistente desmentido a las insis-tentes afirmaciones del gobierno, hasta el jueves un pe-queño pueblito, llamado San Lorenzo, continuaba reci-biendo periodistas deslumbrados al ver cómo era unaciudad controlada por guerrilleros. Hay que reconocer,en todo caso, que San Lorenzo, que en sus buenos tiem-pos tuvo unos tres mil habitantes, ahora no tendrá másde 300, de los cuales unos cien son guerrilleros. Hay quereconocer también, que la ciudad está cercada por solda-dos del ejército. Y, por fin, hay que reconocer que ciuda-des como San Lorenzo, tarjeta postal para la prensa másentusiasmada, es también signo de que las cosas todavíano están totalmente ajustadas entre la guerrilla: la semanapasada había cuatro carteles de comando de opera-ciones en el pueblo, cada uno de ellos a cargo de una dis-tinta organización guerrillera.” (Proceso, 26, I, 1981.) ESdecir: en vez de que la arrolladora mayoría tomara el po-der político local, huyó de San Lorenzo. Quienes toma-ron el poder fueron los guerrilleros en un pueblo vacío, yaún así con un poder fragmentado en cuatro partes sepa-radas, como las fuerzas de ocupación extranjera de losaliados en Berlín.

Hubo algunos oficiales “honestos y progresistas” querespondieron al “último llamado.” El capitán FranciscoEmilio Mena Sandoval “alcanzó celebridad en El Salva-dor, cuando el 10 de enero, coincidiendo con la anuncia-

da ofensiva general guerrillera, condujo, juntamente conel también capitán Marcelo Cruz, el levantamiento de laSegunda Brigada de Infantería de la ciudad de SantaAna (segunda en importancia del país), y se incorporócon una compañía completa de soldados bien armadosal FMLN. Y para que no queden dudas de lo que actual-mente ocurre en el seno del ejército salvadoreño, vale lapena mencionar que los capitanes Mena Sandoval yCruz, ordenaron la ejecución del segundo comandante yoficial de más alto rango presente en dicho lugar a lahora de los hechos.” Esto se da como “la prueba máselocuente del resquebrajamiento galopante de la dicta-dura militar.” (Siempre, 25, II, 1981.) “El citado capitándijo (...) que él no es traidor ni asesino.” (El Universal,20, II, 1981.) “Yendo más allá, el capitán Francisco Emi-lio Mena Sandoval, representante de la denominada ‘ju-ventud militar’, suscribió con el comandante Joaquín Vi-llalobos, del FMLN, las bases para la constitución delfuturo ejército de El Salvador, según anunciaron a laprensa internacional.” (Siempre, 25, II, 1981.) El futuroejército “será el resultado de la conjunción de fuerzas yno de la absorción de una fuerza por la otra.” “Villalo-bos, de la comandancia general del FMLN y Mena San-doval, por la Juventud Militar, dieron a conocer un lla-mado Documento Base en el cual se destaca que ‘soncoincidentes’ los programas del golpe de Estado que enoctubre de 1979 derrocó al general Carlos HumbertoRomero y del gobierno que propone el Frente Democrá-tico Revolucionario (FDR), y subraya que las accionesiniciadas a partir del pasado día diez, comienzo de laofensiva general insurgente ‘son el primer paso de con-vergencia’ entre la Juventud Militar y el FMLN’ en laconstrucción del nuevo ejército’.” (Unomásuno 5, II,1981).

La conjunción de fuerzas, según el documento base,no será para desmilitarizar el gobierno. Los dos prime-ros objetivos son: “1) Defender la soberanía nacional ygarantizar las conquistas de la revolución, protegiéndolade los ataques contrarrevolucionarios, tanto del interiorcomo del exterior de El Salvador. 2) Instruir y organizarmilitarmente al pueblo.” Por otra parte se acordó quehabrá “respeto a los grados y jerarquías de los oficialesde la Juventud Militar y del FMLN” y que la “profesiónmilitar tendrá compensaciones justas y adecuadas a SUesfuerzo y contribución a la sociedad.” (Unomásuno 5, II,1981; Siempre, 25, II, 1981).

En medio de la espantosa matazón salvadoreña, nodeja de haber cierto humor negro en hablar de compen-saciones a la profesión militar por su contribución a lasociedad. No se habla de purgar a los asesinos. Se hablade respetar grados y jerarquías de los oficiales de ambaspartes. Se habla de militarizar al pueblo. Quizá por esolos capitanes Mena y Cruz secundaron la insurrección,mientras “el pueblo no esbozó siquiera una señal de al-zamiento.”

La población que entra en contacto con la gente arma-da (militar, paramilitar o guerrillera) tiene miedo. Siademás, como es natural, la gente armada necesita abas-tos, necesita información, además de que puede imponercaprichos, antojos, el contacto se vuelve poco deseable.Menos aún si, repetidamente, entran primero unos, lue-go otros, y obtienen lo que quieren, por las buenas o porlas malas. No sólo hay que dar repetidamente a unos y aotros: lo que hoy se dio a unos expone a la muerte cuan-

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do llegan los otros, porque fue colaborar con el enemigo.Así los pueblos se despueblan: los que pueden huyen,con toda razón. Declaraciones de Roberto Roca, uno delos cinco comandantes de la DRU del FMLN, a raíz deque, en la ofensiva general, “la participación popular noha sido la esperada por el FMLN”: “Las dificultadesque tenemos que vencer, no solamente en este momentosino a todo lo largo de esta dura guerra son muchas. Enprimer lugar, es difícil proveernos de alimentos en lascondiciones en que vivimos. Eso plantea grandes exigen-cias a la gente que vive en las zonas de apoyo. A veces esduro conseguir algo de comer y conseguirlo rápidamen-te.” (Proceso, 26, I, 1981.) Declaraciones de un coman-dante del FPL: “en el campo la gente tiene miedo. Nosdan comida y nos indican, sin embargo, por donde esca-par. Pero es un hecho que los habitantes de Zacatecolucano salieron en masa, cuando el ataque, para combatir.Estamos convencidos, no obstante, que lo harán cuandotengamos suficiente fuerza.” (Proceso, 23, II, 1981.) Elproblema aumenta cuando las acciones guerrilleras con-tra el gobierno hacen sufrir a la población: cuando sedeja a la población sin agua, sin luz, sin puentes, cuandose destruyen lugares de trabajo, clínicas, oficinas de ser-vicio público; cuando se queman cosechas, casas, auto-buses; cuando se “ajusticia” a civiles bajo la acusaciónde “orejas” (informantes del enemigo) o paramilitares.Noticias del boletín FARN Parte de Guerra No. 29/32: “El pasado lu-nes 18 de agosto (1980) a las 9:30 p.m. una escuadra miliciana de lasFARN impulso una acción de quema de la cantina ‘Los Blancos’, Dep-to. de La Paz, produciendose un enfrentamiento con saldo de un ‘oreja’de apellido Echegoyén ajusticiado y otro ‘oreja’ de ORDEN y la UBGherido gravemente. ” “Los días lunes 25 y martes 26 de agosto varias es-cuadras de nuestro Ejército Regularen construcción se tomaron duran-te ambos días una amplia zona rural que, sobre la carreteraChalchuapa-Ahuachapin, queda comprendida entre el Cantón El Ara-doy Atiquizaya. Durante los dos días (ver mapa) las fuerzas del pueblosometieron ajuicio sumario a 20 ‘orejas’ sobre los cuales recayó todo elpeso de las Leyes Revolucionarias. En los dos días no hubo enfrenta-miento con el Ejército Burgués.” En la toma militar de San Martin “secapturó a 20 ‘orejas’ los que, sometidos a un juicio popular sumario,fueron ajusticiados”; ya “cuando nuestras fuerzas se habían retiradoordenadamente y sin ninguna baja” llegaron guardias y “se dedicaron atodo tipo de tropelías y a asesinar a gente inocente”; “más de 10 ele-mentos civiles inocentes, de los cuales 6 fueron presentados por la fas-cista prensa burguesa como ‘subversivos’, fueron asesinados fríamentepor el enemigo para mantener en alto su ya desgastada moral de com-bate.:

Noticias del Boletín FARN Parte de Guerra No. 42: 13, IX, 1980:“Ajusticiamiento del sereno Máximo Hércules, alias El Vaquero, que

mantenía aterrorizada a la población del Reparto Santa Margarita,Ciudad Delgado: se entabló un fuerte combate con nuestros milicianos,cayendo abatidos el sereno y otro sujeto que lo acompañaba, Recupe-ramos un revolver cal. 38 en óptimas condiciones.” 29, IX, 1980: “A las7:15 a.m. y en la colonia Guatemala, ajusticiamiento del esbirro miem-bro de la UGB (GN) Jorge Chávez. Se produjo un enfrentamiento ca-yendo abatido por el fuego cruzado un vecino de la colonia.” 8, X,1980: “Enfrentamiento en Santiago Texacuangos, ajusticiando a tres‘orejas’ y un ex-comandante local que sólo resultó herido. Esta acciónfue impulsada por el Pelotón Miliciano ‘Israel Rodríguez’. Toma deRadio Internacional, con mensaje de las FARN.” 14, X, 1980: “Barri-cada de buses en la troncal del Norte, San Salvador (11am). A las 11am, toma de la radio Señorial con mensaje de las FARN. Este mismodía. los compañeros milicianos Edgardo y Edith, de Soyapango, fueroncapturados.(...) Edgardo fue asesinado inmediatamente; la compañeraEdith fue salvajemente violada por los ocho esbirros y después asesina-da (...) El heroísmo de estos dos compañeros caídos en las garras delenemigo, y el salvajismo de los esbirros de la Dictadura, son la mas cla-ra muestra del carácter de clase del enfrentamiento que día a día se pro-duce en nuestro país.” 17, X, 1980: “Repartos (de volantes) en Bosquesdel Matarano. Ajusticiamiento de un ‘oreja’ infiltrado en la FARN.Ajusticiamiento de un *oreja’ de la PN (sólo se nos reporta el nombre deQuique) a 10 mts. al norte del Cine París, San Salvador, y a las 4 pm. Serecuperaron una pistola 45 y otra cal. 22.”

Noticias del Boletín Informativo No. 4, del FAPU, 21 a 29, XI, 1980:“Un comando guerrillero del FMLN destruyó la madrugada de estedía con cargas de dinamita las oficinas del Seguro Social de Ahuacha-pin.” “En la población de las Delicias (...) un comando del FMLN di-namitó un hangar de aviones de fumigación, dejando destrozados tresaparatos y el resto de ellos fuertemente averiados.” En la población deLas Vueltas “se incendiaron una decena de casas de efectivos paramili-tares.” “Más de 100 guerrilleros incendiaron un beneficio cafetalero enla población de Acaguapa.” “En Tepetitan también fue incendiado uningenio procesador de caña de azúcar a la vez que se ocuparon tres po-blaciones de la zona rural, 5 paramilitares fueron ejecutados.” En Co-jutepeque se “destruyeron tres comercios de propietarios que están vin-culados a las fuerzas represivas. ” “Una torre conductora de energíaeléctrica cercana a la ciudad de Acajutla” fue dinamitada. “Fue ataca-da la Dirección General de Migración, al norte de San Salvador, y se hi-cieron quemas de vehículos, en distintos puntos de la ciudad.”

Suele entenderse el dicho de Clausewitz: la guerra es lacontinuación de la política por otros medios, como unasimple expresión de prepotencia. En realidad, Clause-witz arguye contra las acciones militares sin sentido, queno están enmarcadas en un propósito general. Así un é-xito aislado puede ser inútil y aun contraproducente.“La intención política constituye el fin, en tanto que laguerra es el medio; y no cabe concebir el medio indepen-dientemente del fin.” (Arte y ciencia de la guerra, Grijal-bo, 1972, p. 32). ¿Para qué sirve destruir las oficinas delSeguro Social de Ahuachapán? Para demostrar que el

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gobierno no puede sofocar la guerrilla. Pero tambiénpara ganarse el odio de muchos enfermos. ¿Para qué sir-ve matar a un supuesto colaborador del enemigo? Paradisuadir a los testigos de que colaboren con el enemigo.Propósito para el cual no es necesario que el “ajusticia-do” haya colaborado: lo importante es que los testigos seconvenzan de lo que les puede pasar. Pero también paraconvencerlos de que están entre dos fuegos represivos, yque lo mejor es huir o, en todo caso, no estar con nadie,porque les puede costar la vida cuando lleguen los otros.

Los resultados de la ofensiva general anunciada el 10 deenero demostraron que militarmente la guerrilla tienefuerza para resistir, no para ganar; y que su fuerza políticaes análoga. El “pleibiscito” no lo ganó el gobierno ni laguerrilla: lo ganó la abstención.

7. Algunas conclusiones

S egún Alexander Haig, la situación salvado-reña tiene poco que ver con los salvadoreños:El Salvador es simplemente el escenario don-de se enfrentan dos grandes potencias. Una

lectura superficial de la prensa deja una impresión muydistinta: los salvadoreños de abajo, explotados y asesina-dos por los de arriba, han tomado las armas contra unrégimen opresor apoyado por los Estados Unidos. Unalectura detenida sugiere otra cosa: el verdadero conflictoes ante todo interno y ante todo arriba. Los de arriba nose ponen de acuerdo en cómo tratar a los de abajo: éstees el conflicto, del cual los de abajo son el tema y las víc-timas.

2. Los responsables de la tragedia salvadoreña queempezó en octubre de 1979 son los dirigentes que no seponen de acuerdo; en particular, los que creen en la vio-lencia, tanto en el poder como en la oposición; y de éstos,sobre todo los que están en el poder.

La oposición civil hizo lo que había que hacer: ganarlas elecciones en 1972 y 1977. Su voluntad de hacer cam-bios sin recurrir a la violencia llegó al extremo de coope-rar con los militares en el poder y hasta con los golpistas.En cambio, los que creen en la violencia han creado dehecho un vacío de poder. Tienen posiciones irreconcilia-bles sobre cómo y quiénes deben gobernar, pero coinci-den (por distintas razones) en un desprecio de la legitimi-dad, de las elecciones, de las reformas, de los derechosmínimos de todo ser humano.

La violencia puede ser legítima, pero no es fuente delegitimidad. Recurrir a la violencia no produce poder:cuesta poder. El poder no está fundado en la violenciasino en un consenso aprobatorio cuya máxima expresiónes no tener jamás que recurrir a la violencia. Ni Batista niSomoza perdieron el poder ante todo por las armas. LOperdieron porque Castro suscitó un consenso aprobato-rio arrollador (empezando por sus propios compañe-ros); porque Somoza suscitó un consenso en contra arro-llador. Pero en El Salvador hay un vacío de poder: nohay un Castro ni un Somoza. Hay constelaciones cam-biantes de dirigentes que luchan por el poder y que nohan podido establecer un consenso ni entre ellos mis-mos.

3. El mayor estorbo para establecer ese mínimo con-senso está en los que creen en la violencia. Aunque tie-nen intereses particulares (lo cual supuestamente permi-

tiría negociar sobre la base de intereses reales), el verda-dero problema está en sus intereses irreales: en la ilusiónde que la violencia puede establecer un consenso, en lapasión de imponer sus ideas y sus intereses por la violen-cia. Hay que desarmarlos. Frente a su violencia quedaclaro qué utópico sería renunciar a la violencia legítima.Pero la legitimidad no viene de las armas, sino del con-senso. Un ejército que tolera a sus propios asesinos nosólo hace correr la sangre: va destruyendo el poder, has-ta crear un vacío que puede ser llenado por un consensoalternativo. Pero una oposición que tolera a sus asesi-nos, también va destruyendo la oportunidad de crear unconsenso alternativo. Y, por supuesto, las intervencio-nes extranjeras que fortalecen a los que creen en la vio-lencia, son igualmente destructivas: empeoran el proble-ma, en vez de resolverlo.

4. Sacando del cuadro a los que creen en la violencia,no sería difícil que los dirigentes en conflicto se pusierande acuerdo. Una y otra vez han buscado convergencias;si ninguna ha cuajado ha sido esencialmente por los pro-vocadores de izquierda y de derecha. Este ponerse deacuerdo puede tomar muchas formas de aliarse o com-petir por vías que excluyan la violencia. Establecido eseacuerdo, con el fin inmediato de parar la matanza, que-darían por delante muchísimos problemas, pero ésa esotra cuestión.

La verdadera cuestión por ahora es cómo sacar delcuadro a los que creen en la violencia. Unos actúancomo provocadores de los otros. Apoyar a unos paraque acaben con los otros es contraproducente, porque esentrar a su juego (darles la razón) y favorecer que conti-núe la matanza. Que otro país intervenga militarmentepara poner orden, como en Santo Domingo, Vietnam,Líbano, Cambodia, Afganistán, sería peor.

El fracaso militar, y sobre todo político, de la insurrec-ción del 10 de enero; las amenazas del garrote norteame-ricano; el hecho de que los grupos guerrilleros pueden re-sistir casi indefinidamente en los remotos interioresmontañosos, cuando se limitan a la defensiva; el hechode que la oposición armada ha matado mucho menosque las fuerzas regulares e irregulares del ejército y la po-licía, sugieren como paso previo indispensable la purgade asesinos del ejército y la policía. Estos son los mayo-res responsables de la matanza, y se han crecido ante losresultados de enero y el apoyo norteamericano.

La purga no es inconcebible: el testimonio de la oposi-ción a favor de una buena parte del ejército es contun-dente. Pero es importante cómo se haga. Liquidar a losasesinos sería hacer como ellos. Someterlos ajuicio mili-tar, que sería lo correcto, no parece políticamente posi-ble: sería un proceso largo, sujeto a toda clase de presio-nes y provocaciones, que sería criticado como una farsa ocomo una injusticia, según el caso. Parece más prácticoconcederles una especie de amnistía en el exilio, sacarlosrápidamente del país y aun darles dinero.

A partir de ahí, se ofrecería lo mismo a los guerrillerosque quisieran aceptarlo. Se buscaría pactar con la oposi-ción política, desconectándola de la oposición armada.Lo cual requeriría no ensañarse con ésta: tolerar que sigaen sus reductos, como una expecie de garantía de que sele va a cumplir a la oposición política. Esta situaciónirregular podría seguir hasta que hubiera elecciones, depreferencia supervisadas por un organismo internacio-nal. 27