Cohesión Textual

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COHESIÓN TEXTUAL: ESTRUCTURAS, CONECTORES, RELACIONANTES Y MARCAS DE ORGANIZACIÓN. INTRODUCCIÓN La noción de texto se ha ido abriendo paso en los estudios lingüísticos para dar cuenta de hechos comunicativos que quedarían inexplicados desde una lingüística frástica. Comunicarse no es enunciar estructuras lingüísticas, sino transmitir un contenido completo, generalmente por medio de una serie de oraciones, aunque no necesariamente. Por ello se ha establecido una unidad de comunicación independientemente de su extensión e incluso de su forma; texto, en efecto, puede ser tanto una sucesión de sonidos sin forma fonológica como el ssss para pedir silencio como El Quijote. La longitud no es determinante, lo que importa es que tenga autonomía comunicativa, que sea portador de un sentido pleno por sí mismo. De este modo podemos definir al texto como la menor unidad dotada de autonomía comunicativa y que por ello no exige apelar a instancias superiores que le den sentido. Pero además, en todo texto hay que considerar otra dimensión interactiva, la del emisor y el receptor. En la noción de texto es preciso tener presente que no se trata sólo de enunciados, sino de enunciaciones a través de las cuales un emisor se manifiesta ante un receptor, transmitiéndole no sólo unos contenidos, sino manifestándose él mismo, su intención comunicativa, su actitud ante el enunciado. El texto no se puede concebir como el nivel superior de análisis en el que se integran las oraciones, sino como otro nivel que incluyendo los demás, les da una nueva dimensión al producir un sentido unitario por el establecimiento de conexiones entre las oraciones. Estas conexiones se producen en dos niveles de estructura: profunda y superficial. La estructura profunda constituye la coherencia del texto y es de tipo lógico-semántica;

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COHESIÓN TEXTUAL: ESTRUCTURAS, CONECTORES, RELACIONANTES Y MARCAS DE ORGANIZACIÓN.

 

INTRODUCCIÓN

La noción de texto se ha ido abriendo paso en los estudios lingüísticos para dar cuenta de hechos comunicativos que quedarían inexplicados desde una lingüística frástica. Comunicarse no es enunciar estructuras lingüísticas, sino transmitir un contenido completo, generalmente por medio de una serie de oraciones, aunque no necesariamente. Por ello se ha establecido una unidad de comunicación independientemente de su extensión e incluso de su forma; texto, en efecto, puede ser tanto una sucesión de sonidos sin forma fonológica como el ssss para pedir silencio como El Quijote. La longitud no es determinante, lo que importa es que tenga autonomía comunicativa, que sea portador de un sentido pleno por sí mismo. De este modo podemos definir al texto como la menor unidad dotada de autonomía comunicativa y que por ello no exige apelar a instancias superiores que le den sentido.

Pero además, en todo texto hay que considerar otra dimensión interactiva, la del emisor y el receptor. En la noción de texto es preciso tener presente que no se trata sólo de enunciados, sino de enunciaciones a través de las cuales un emisor se manifiesta ante un receptor, transmitiéndole no sólo unos contenidos, sino manifestándose él mismo, su intención comunicativa, su actitud ante el enunciado.

El texto no se puede concebir como el nivel superior de análisis en el que se integran las oraciones, sino como otro nivel que incluyendo los demás, les da una nueva dimensión al producir un sentido unitario por el establecimiento de conexiones entre las oraciones. Estas conexiones se producen en dos niveles de estructura: profunda y superficial. La estructura profunda constituye la coherencia del texto y es de tipo lógico-semántica; la estructura superficial es la llamada cohesión y constituye la manifestación de la coherencia textual según la concepción de VAN DIJK.

 

1. ESTRUCTURAS TEXTUALES 

La manifestación del texto es la estructura superficial y constituye según VAN DIJK su microestructura. Las unidades de la estructura

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superficial o microestructura son las proposiciones, de carácter semántico, que se manifiestan generalmente a través de oraciones, de carácter sintáctico, y su objeto de estudio es la conexión entre ellas, el modo en que resultan cohesionadas. El estudio de la microestructura se sitúa en la conexión interoracional, en las secuencias de proposiciones y por ello, de oraciones y por tanto más allá de la sintaxis. La cohesión de las proposiciones y las oraciones que las expresan viene condicionada fundamentalmente por su naturaleza semántica, aunque normalmente se manifiesta por medio de conectores; de modo que la relación entre las proposiciones de las oraciones compuestas y las oraciones de las secuencias de oraciones es de tipo semántico, es decir, sólo el sentido nos pondrá decir el tipo de oración compuesta. Las proposiciones del texto se integran unas con otros, primero linealmente en la microestructura o estructura superficial, de tal manera que se observan en ellas una relación de causalidad. En este nivel se habla de proposiciones como estructuras de contenido y de oraciones como estructuras gramaticales.

La unidad de la estructura profunda o macroestructura es la proposición o macroproposición, de carácter semántico. El paso de la estructura patente, de superficie o microestructura a la estructura subyacente, profunda o macroestructura se realiza mediante las macrorreglas que enuncia VAN DIJK. Las macroproposiciones a su vez se integran en un ámbito mayor que es el parágrafo dentro del cual están sujetas a ciertas restricciones de combinatoria en el discurso. El parágrafo, aunque no es una unidad definida claramente, puede concebirse como el conjunto de oraciones ordenadas marcadas por un tópico informativo, cada parte que expresa un segmento del tópico textual. 

Junto a estas dos estructuras se distinguen generalmente las superestructuras de índole tipológico-genérico y de carácter abstracto. Vienen a constituir un nivel intermedio entre las estructuras mencionadas, pero no necesariamente tienen que aparecer en todos los textos, sino sólo en los más frecuentes. Son, según VAN DIJK, las estructuras globales que caracterizan el tipo de texto, tales como narración, informe, argumentación, etc. Sólo los textos más frecuentes cuentan con una superestructura que viene a ser como el esquema general de organización del contenido semántico –macroestructural- del discurso y constituye una especie de instrucción sobre cómo interpretar el texto.

 

2. COHESIÓN TEXTUAL. MICROESTRUCTURAS TEXTUALES

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La cohesión, que es una de las manifestaciones más importantes de la coherencia, se identifica a partir de elementos lingüísticos presentes en el texto constituidos por un conjunto de enlaces en el interior del texto para establecer las relaciones semánticas y asegurar la unidad del mismo, su campo de operación se sitúa en la superficie del texto, llamada por VAN DIJK microestructura.

Se llama microestructura a la manifestación superficial del texto, a la cohesión lineal entre proposiciones y por tanto, de las oraciones que las expresan. Está integrada por proposiciones manifestadas por oraciones y secuencias de oraciones, es decir, por lo que la gramática ha venido estudiando tradicionalmente –las oraciones- y por secuencias de oraciones que no han sido tenidas en cuenta por las gramáticas. Las relaciones entre proposiciones en oraciones compuestas y complejas y de secuencias de oraciones son sobre todo semánticas, y en algunas ocasiones de tipo pragmático, como puede probarse con oraciones y secuencias de oraciones bien formadas sintácticamente que sin embargo resultan inaceptables, por ejemplo: Era martes, pero llovió todo el día.

Existen ciertas condiciones que determinan qué oraciones pueden unirse en forma de secuencia y cuáles no.

 

2.1. Condiciones de cohesión

Las condiciones de coherencia lineal o cohesión se basan en parte en las relaciones ente los significados y en parte en las relaciones entre la referencia de las frases (aquello del mundo, no lingüístico, a que se refieren).

Veamos las principales condiciones de “ligabilidad” de las oraciones y secuencias. El principio general dice: Dos proposiciones están ligadas entre sí cuando sus denotados, es decir, las circunstancias que les han sido asignadas en una interpretación, están ligadas entre sí en mundos relacionados. 

Pero la mera identidad referencial no es condición suficiente para asegurar la conexión, por eso habrá que precisar bajo qué bases puede establecerse la conexión de las circunstancias, que puede hacerse según distintos criterios generales: 

a)      Motivación. Dos circunstancias A y B están ligadas causalmente entre sí, cuando A es una causa o una motivación para B, por lo que B es una consecuencia de A. Esta relación es la base para el empleo de conectivos causales como las conjunciones y giros conjuntivos:

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porque, puesto que, de modo que... y los adverbios y frases adverbiales: por eso, por ende, por tanto, por consiguiente... Inversamente, los conectivos, que convierten a las proposiciones en la lengua natural en proposiciones compuestas, son interpretables como relaciones entre circunstancias.

b)      Punto de vista. La similitud entre los mundos debe especificarse desde un cierto punto de vista. Los hechos de dos oraciones conectadas se interpretan en relación con alguna base común. Esta noción de punto de vista para determinar la semejanza de los mundos y hechos no es sólo semántica, sino pragmática. Las frases están conectadas o no para algún hablante u oyente en un contexto particular de comunicación.

c)      Tópico de conversación. Asunto sobre el que versa un conjunto de proposiciones. Es aquella proposición que organiza jerárquicamente la estructura conceptual de una secuencia. Generalmente se expresa mediante una oración, aunque es posible que no aparezca explícitamente en el texto; pero incluso en este caso, las oraciones que integran ese texto deben referirse a él. Las proposiciones de un texto estarán semánticamente cohesionadas si se refieren al mismo tópico de conversación. 

Según DE BEAUGRANDE y DRESSLER, los principales mecanismos de cohesión son: 

1)      Repetición léxica: consiste en repetir varias veces la misma palabra o expresiones idénticas.

2)      Repetición parcial: aparece el mismo lexema, pero bajo formas léxicas distintas.

3)      Paralelismo: repetición de idénticos esquemas sintácticos.

4)      Paráfrasis: se menciona el mismo contenido con estructuras distintas.

5)      Sinonimia: significantes distintos que tienen el mismo significado.

6)      Proformas: son formas lingüísticas muy cortas, vacías de contenido propio, que pueden aparecer en la superficie textual en lugar de segmentos más amplios. Las formas más frecuentes son los PRONOMBRES, aunque existen también los proverbos, proadverbios, etc.

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7)      Anáfora: es uno de los mecanismos más importantes de cohesión textual, mediante el cual un elemento del discurso remite a otro que ha aparecido anteriormente.

8)      Catáfora: utilización de una forma pronominal, que focaliza un elemento antes de la expresión del correferente y remite a su aparición posterior. Es más frecuente en la lengua hablada que en la escrita.

9)      Elisión: repetición incompleta de una estructura de la que se han suprimido elementos originales. Por lo general, tiene carácter anafórico.

10)  Conectores: partículas cuya función es enlazar elementos supraoracionales.

11)  Ordenación en el tiempo. Un texto resulta cohesionado si está convenientemente organizado en el tiempo. Esta disposición, aunque pertenece a la coherencia como secuenciación lógica que es, asegura la cohesión al permitir la recuperación de información ya aparecida anteriormente.

 

3. COHERENCIA TEXTUAL. MACROESTRUCTURAS TEXTUALES

En la concepción de VAN DIJK, procedente del campo de la gramática generativa, el texto se estructura en dos niveles, profundo y superficial, que en términos generales viene a coincidir con contenido y expresión. El análisis del contenido revela al texto como una unidad global. En vez de partir de la oración, VAN DIJK parte de la hipótesis de unidades superiores de contenido a las que llama superestructuras.

Se entiende por macroestructura la estructura textual de tipo global y de naturaleza lógico-semántica que constituye una representación abstracta de la estructura global de significado de un texto. Viene a ser como el esquema conceptual, el esquema de las ideas en el que aparecen las ideas principales de cada párrafo, que se jerarquizan en orden de importancia. La macroestructura se refiere al significado global que impregna y da sentido a los elementos locales.

Las macroestructuras deben cumplir las condiciones de coherencia global, a diferencia de las secuencias de oraciones cuya coherencia es lineal. Por situarse en un plano lógico-semántico, aportan una idea de la

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coherencia global y del significado del texto situada en un nivel superior que el de las proposiciones por separado; su descripción debe hacerse en términos semánticos, no sintácticos. De este modo, la macroestructura: E ordena a R cerrar la puerta, formulada en términos semánticos de emisor-receptor, puede formularse en la estructura superficial mediante distintas microestructuras:

Te ordeno que cierres la puerta.

¿Quieres cerrar la puerta?

¡Qué cierres la puerta!

El término macroestructura es siempre relativo respecto a otras macroestructuras que puedan encontrarse en un nivel más bajo ya que pueden existir distintos niveles de la macroestructura de un texto. Por tanto un texto tiene una macroestructura más general, más global, mientras que las distintas partes de ese mismo texto pueden tener cada una su macroestructura. De este modo se obtiene una estructura jerárquica, organizada piramidalmente según los distintos niveles, en la que cada nivel queda englobado en el superior hasta llegar al nivel de representación global del contenido semántico del texto.

           En todo texto existe un tema central, la idea general, que se va desarrollando a través de las distintas partes del texto, capítulos, párrafos, etc. Para que el texto tenga unidad, es necesario que todo el contenido haga referencia al mismo tema, a la misma idea general; pero además, cada parte desarrolla un aspecto parcial del mismo por lo que debe estar relacionado con él.

Según la información lógico-semántica se presente jerarquizada o no, se puede hablar de dos tipos fundamentales de textos. En los dos casos, el texto ha de constituir el desarrollo de un tópico discursivo, pero:

1)      Responde a la estructura piramidal, jerarquiza las ideas en principales y secundarias.

2)      La secuenciación es lineal y plana (p. ej. guía turística)  

Esta estructuración lógica se vertebra semánticamente en las cadenas isotópicas o ejes semánticos, la llamada coherencia interna, que se construye sobre una isotopía única. Se trata de una coherencia intratextual que se basa en la redundancia, la reiteración o incluso la repetición directa de lexemas o de semas. Por eso ECO llama a la isotopía coherencia de recorrido de lectura. Esta coherencia macroestructural permite seleccionar

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en cada uno de los lexemas del texto aquellas acepciones que convienen en aquel contexto concreto, de manera que el receptor actualiza solamente aquellos semas que son pertinentes al sentido global, y deja en latencia los demás semas. 

Las normas de coherencia o macroestructurales se manifiestan en el texto de formas diversas. Con frecuencia no disponen las lenguas de signos directos de coherencia y su manifestación textual descansa en distribución de las partes. Esto ha llevado a hablar de coherencia de distribución en algunos casos, como cuando los enunciados establecen una relación general de causa-efecto por el hecho de ir seguidos en el texto, a pesar de que no aparezca ninguna conjunción causal. Este carácter lógico de la macroestructura o coherencia profunda se manifiesta sobre todo en los esquemas o superestructuras.   3.1. Macrorreglas de transformación semántica

Las macroestructuras representan el nivel profundo de contenido semántico o forma lógica del texto. Pero el texto nos llega formulado lingüísticamente en secuencias de oraciones que constituyen la microestuctura. El paso de ésta a aquélla (macroestructura) es concebido como un proceso de reducción de la información semántica al condensar una secuencia de proposiciones en otra secuencia de menor número. El proceso que se produce cuando se descodifica un texto interpretando su macroestructura (el contenido conceptual) a partir de la microestructura (la forma lingüística) obedece según VAN DIJK a cuatro macrorreglas: omisión, selección, generalización y construcción o integración. Permiten reconstruir el proceso deductivo que el receptor de un texto tiene que llevar a cabo frecuentemente para reconstruir un tema no explícitamente expresado en un texto. Las dos primeras son de anulación, selectivas, y las dos últimas de sustitución, constructivas.

Las cuatro macrorreglas deben cumplir además el principio de “implicación semántica”, cada macroestructura debe resultar de la microestructura a la que se aplica la regla. Además, cada macroestructura debe cumplir las condiciones de conexión y coherencia que debe tener toda proposición y por tanto no puede suprimirse cuando hace de presuposición de otra proposición del mismo nivel.   Regla de omisión

Es un tipo de reducción de la información que procede mediante la cancelación de información no relevante. Se pueden suprimir las proposiciones que dan una información secundaria y accidental, pero si dentro del texto resultara importante para el desarrollo posterior no se podría omitir sin destruir el texto.   Regla de selección

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Tipo de reducción de información basada en las relaciones entre la información dada y la seleccionada de manera que sea recuperable porque las series de proposiciones están más claramente relacionadas por algún tipo de implicación. Esta regla exige que la proposición que engloba a las demás guarde con ellas una relación de implicación. La información omitida está de alguna manera contenida implícitamente en la seleccionada porque constituye una condición, parte integrante o consecuencia de otra proposición no omitida y evidentemente sí es recuperable.   Regla de generalización

Proceso de reducción de información que consiste en omitir informaciones esenciales de manera que queden subsumidas en otra más general que las abarque. Se trata de un proceso similar al de la primera regla, pero aquí se suprimen rasgos constitutivos y no características casuales. Esta operación de transformación incluye una sustitución hiperonímica que aporta elementos conceptualmente más extensos.   Regla de construcción e integración

Proceso de sustitución de una serie de informaciones por otra nueva que globaliza a las anteriores. Se asemeja mucho a la segunda regla, pero se diferencia en que la información se ve sustituida por una nueva información que no es omitida ni seleccionada, sino que es implicada por el conjunto. Se trata de una diferencia de perspectivas: si en la regla II se selecciona una proposición que engloba a las demás, aquí se construye una. Esta regla globaliza en la macroestructura informaciones de la microestructura.

Estas cuatro reglas se pueden reducir a dos: 1)      Reglas de condensación de la información por las que se suprime

toda la información no relevante.  

2)      Reglas de generalización por las que la información menos relevante se sustituye por otra más generalizada, más abstracta.

  4. SUPERESTRUCTURAS TEXTUALES

La superestructura forma parte de la estructura profunda de un texto junto a la macroestructura, respecto a la cual representa un mayor grado de abstracción. Es el modo específico de organizar los contenidos semánticos macroestructurales. Los textos, además de disponer las ideas en un orden y jerarquía determinada (la macroestructura), sugieren un modo concreto para interrelacionar las ideas. Un mismo contenido puede ser organizado de modo distinto dando lugar a distintos tipos de textos. Según VAN DIJK, una narración puede tratar de un tema determinado, p. ej. , de un robo; pero, además del hecho de que el texto posea un tema global (macroestructura), ha de tener a la vez la característica global de que se

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trata de una narración. Pero el tema o el hecho no son suficientes para determinar que se trata de una narración, ya que podríamos tener un texto que tratara de un robo que fuera un atestado policial o el informe de una compañía de seguros, etc. El mismo contenido global da lugar a tipos de texto distintos. A las características que hacen que un texto sea narración, argumentación o descripción, al esquema general de la tipología textual es a lo que VAN DIJK llama superestructura. Son una especie de esquema al que el texto se adapta, como podemos ver en la estructura de la noticia. Independientemente del contenido (macroestructura), la noticia tiene un esquema general de título, entradilla y cuerpo que constituye su superestructura y la caracteriza como tal noticia periodística, tanto para el emisor como para el receptor.

Las superestructuras y las macroestructuras semánticas tienen una propiedad en común: no se definen con relación a oraciones o secuencias de oraciones aisladas de un texto, sino para el texto en su conjunto o para determinados fragmentos de éste; por ello se habla de estructuras globales, a diferencia de estructuras locales o microestructuras en el nivel de las oraciones.

Finalmente, cabría preguntarse si todos los textos tienen una superestructura. Parece que no como podemos observar en los textos de una sola frase, por ej. : ¡Ven!, que no tiene ningún esquema general.

En resumen, no es obligatoria la presencia de una superestructura, sino que esta queda reducida a ciertos textos de estructura fuertemente codificada y socializada. Los formularios fijos, los lenguajes rituales –litúrgicos, jurídicos, etc.- y otros textos fuertemente formalizados del lenguaje administrativo se ajustan a un esquema general que constituye una verdadera superestructura.   4.1. Principales tipos de superestructuras 

A.     El texto narrativo. Nos referimos no sólo al texto literario, sino a las narraciones que se

producen en la comunicación cotidiana. LABOV define la narración como “un método de recapitulación de la experiencia pasada adecuando una secuencia verbal de proposiciones a la secuencia de sucesos que (se supone) ocurrieron realmente”. 

Los elementos pragmáticos de la narración, según VAN DIJK y LABOV, son: 

1)      El texto narrativo se refiere a acciones de personas. Los demás elementos: descripción de ambientes, objetos, sucesos... quedan subordinados.

2)      Las acciones tienen que ser interesantes, sólo se narra el suceso que se desvía de la norma, de lo cotidiano.

 

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A partir de aquí se fijan las categorías superestructurales de la narración. Según LABOV-WALETZKY, una narración –se refieren sobre todo a la narración oral- totalmente desarrollada puede presentar los siguientes elementos:

Resumen, orientación, complicación, evaluación, resolución y coda. 

El resumen no es muy frecuente. Proporciona un sumario de la historia sugiriendo al principio los hechos más interesantes. 

En la orientación se presentan los elementos básicos del relato, la información sobre lugar, tiempo y personajes. 

La complicación es la fase decisiva del relato en la que aparece un elemento nuevo (persona, elemento natural, cosa inesperada) que altera la situación cotidiana de los personajes, y los hace actuar. 

La evaluación es la fase en la que el narrador comenta la importancia relativa de los sucesos de la narración. 

La resolución responde a la pregunta: ¿Qué pasó finalmente? Y representa la reacción de los personajes ante la complicación. Aparece en todas las narraciones y equivale al desenlace de los hechos desencadenados por la complicación. 

La coda tiene una función más general, indicar que se ha llegado al final de la narración con una expresión patente como Y eso fue todo o el Colorín colorado de los cuentos infantiles.  

B.     El texto argumentativo Es otra de las superestructuras más conocidas: Tesis anterior, cadena de argumentos, conclusión, nueva tesis. Se puede resumir en: Hipótesis y conclusión.

C.     El texto expositivo. Puede obedecer a la superestructura siguiente: Introducción (marco, espacio, tiempo, objetivos, etc.), desarrollo y conclusión.

D.    El texto descriptivo. Se ajusta a la estructura: Tema-título Expansiones: partes o nomenclatura

cualidades o propiedades.   5. CONECTORES Y RELACIONANTES TEXTUALES

La cohesión consiste básicamente en un mecanismo de repetición de elementos bien en el nivel gramatical, bien en el nivel léxico; pero también se produce por medio de elementos formales específicos llamados por ello conectores textuales o marcadores discursivos. 

Para sistematizar el estudio de los conectores hay que diferenciar los que operan en el nivel de la proposición o en la dinámica

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interoracional por una parte y los que sirven de conectores textuales enlazando párrafos, partes del texto e incluso actuando como modalizadores más que como conectores por otra. Conviene distinguir los modalizadores, frecuentemente considerados marcadores discursivos, aunque su función no es la de conectar, sino la de apuntar hacia el oyente y los apelativos, que establecen una relación con el oyente, de los propiamente relacionantes supraoracionales. La gramática tradicional ha asignado a los adverbios del tipo sinceramente, realmente la función de complementos circunstanciales de modo interpretando como función sintáctica lo que no lo es; son modalizadores que expresan la actitud del sujeto hablante ante el enunciado, pero no es raro encontrar análisis que los incluyan entre los conectores, cuando no lo son.   5.1. Conectores oracionales 

A este grupo pertenecen las conjunciones propiamente dichas y los giros conjuntivos formados a partir de proposiciones nominalizadas precedidas de preposiciones: debido a, a pesar de, como resultado de. Las conjunciones son clasificadas por la gramática tradicional en varios grupos según el tipo de relaciones que establecen entre los elementos conectados y que se puede resumir en: conjunción (coordinación copulativa), disyunción o alternancia, contraste (adversativa), concesión, condición, causalidad o razón, finalidad y circunstancial en general (tiempo, lugar, modo). 

Como se puede ver, es una clasificación basada en criterios semánticos más que sintácticos. Su función es hacer una oración compuesta uniendo nexus u oraciones simples, por tanto son operadores binarios y operan en el nivel oracional modificando a elementos del dictum. Las conjunciones se sitúan en el nivel microestructural, son los únicos elementos que pueden llamarse propiamente “enlaces oracionales” y su estudio pertenece a la sintaxis.   5.2. Los conectores discursivos. Características sintácticas

Las relaciones entre secuencias de oraciones y parágrafos se expresan por medio de los conectores de la lengua natural, que reciben nombres muy diversos, tales como conectores textuales o discursivos, operadores discursivos, marcadores textuales o discursivos, ordenadores del discurso o partículas en general como tradicionalmente se les ha llamado. En la mayoría de ellos además hay que considerar su dimensión pragmática que les confiere significados diversos. Es notable la heterogeneidad en lo que respecta a la categoría gramatical: conjunciones, locuciones adverbiales, prepositivas y conjuntivas, adverbios, etc., pero todos coinciden en su carácter invariable y fuertemente lexicalizado. 

Como características sintácticas principales podemos señalar:  1)      Son elementos necesarios en toda comunicación y de uso muy

frecuente en todas las lenguas.

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2)      No modifican a ningún elemento de la estructura oracional, no tienen función.

3)      Se sitúan en el margen oracional y frecuentemente van entre pausas formando grupo entonativo.

4)      Pueden variar su posición dentro del enunciado. 5)      Pueden combinarse con conjunciones o entre ellos, aunque son

incompatibles los de la misma clase; es posible decir y sin embargo, pero no lo es *mas pero.

6)      Dada la multifuncionalidad de muchas partículas, es difícil en ocasiones decidir si operan como conectores interoracionales, como conjunciones oracionales o como operadores modales en el discurso.

  Pertenecen al grupo de los adverbios o expresiones adverbiales cuya

función es servir de relacionantes supraoracionales. Las relaciones se pueden establecer en los siguientes niveles:

  1)      Nivel interdiscursivo. Son los llamados fáticos y su función es la de

iniciar, mantener o terminar la conversación o enlazar preguntas y respuestas. Pertenecen al ámbito dialógico.

2)      Nivel textual: a.       En la macroestructura organizan las partes del texto

marcando las relaciones entre los párrafos. Pueden indicar las partes que estructuran informativamente el texto: inicio, fin, desarrollo, explicación, ejemplo...

b.      En la microestructura establecen la relación entre los enunciados.

  Los contenidos relacionales que pueden darse entre los elementos

conectados son fundamentalmente de adición, oposición, causativa, temporal y reformulativa.   5.2.1. Relacionantes aditivos.

Marcan una relación lógica de suma entre elementos conectados. En el nivel textual, cumplen la misma función que las conjunciones copulativas en el nivel oracional. 

En este grupo tenemos como más frecuentes los conectores más aún, todavía más, incluso, aparte, asimismo, encima, además, y, por otra parte, también, tampoco... La diferencia entre ellos es de índole pragmática y se basa en el grado de expectativa informativa que despiertan en el oyente.   5.2.2. Relacionantes opositivos

Se incluyen los conectores que expresan una relación de oposición. Guardan una clara relación con las conjunciones adversativas y concesivas, cuyos valores se mezclan en este nivel supraoracional. Las conjunciones

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adversativas marcan simplemente una oposición entre los miembros conectados, mientras que las concesivas suponen además la ruptura de una relación causativa implícita en los elementos opuestos. Al igual que ocurre con las conjunciones, establecen la oposición entre dos constituyentes solamente y, como en ellas, se señalan dos grupos de relacionantes opositivos: restrictivos y exclusivos.  

Los restrictivos unen dos elementos que son afirmados y se oponen parcialmente. Los más frecuentes son antes al contrario, por el (al) contrario, no obstante, con todo, con todo y con eso, aun así, ahora bien, sin embargo, en cambio. Se combinan con pero.

Los exclusivos unen dos elementos de los cuales se excluye uno y sólo se afirma el otro. Son antes bien, más bien. Se combinan con sino.   5.2.3. Relacionantes causativos

La relación de causalidad incluye la expresión de la causa, la consecuencia, la finalidad y la condición.          Relacionantes que marcan la causa-consecuencia: entonces, pues, por

consiguiente...          Causal: de ahí (que), así, por lo cual, por eso,...          Condicional: en ese caso, si a eso vamos, poniendo las cosas así...   5.2.4. Relacionantes temporales y ordenadores discursivos

Son unidades que tiene doble valor: deíctico o cuantificador y conector. Pueden ser correlativos por lo que unos aparecen en el primer enunciado: en principio, para empezar por un aparte... y otros en el segundo: a continuación, por otra parte...

Estas unidades pueden desempeñar una doble función: dentro de la oración pueden tener valor temporal y como tal modificar al verbo o a toda la oración; en el plano textual, actúan como conectores por el carácter correlativo. Los primeros son conectores temporales; los segundos, ordenadores discursivos.   5.2.4.1. Conectores temporales

Tienen una función sintáctica dentro de la oración. Los más frecuentes son: en un principio, antes que nada, al instante... 5.2.4.2. Ordenadores discursivos

Operan en la macroestructura textual, señalan las partes en las que se organiza la información. Se emplean como: a)      Ordenadores discursivos. Expresiones temporales que indican un

orden lineal en la exposición. En primer lugar diré... Después... b)      Enumerativos. Estructuras distributivas de carácter correlativo. Suelen

ser adjetivos numerales ordinales que han perdido su función de

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determinantes y actúan como organizadores o pueden tener alguna función sin dejar de ser conectores. En primer lugar... en segundo lugar.

c)      Conclusivos. Expresiones que marcan el final del texto. Pueden tener varios valores:

         Terminación: finalmente, por fin...          Conclusión nocional y textual: en resumen, en suma...          Final con valor explicativo: brevemente, en una palabra...

d)       Introductores de discurso. Se pueden emplear sin correlatos posteriores, simplemente para señalar el comienzo del discurso: ante todo, para empezar...

e)        Continuativos. Unidades muy gramaticalizadas que se usan como meros enlaces para asegurar que se mantiene el discurso: bueno, vamos, pues...

  5.2.5. Relacionantes reformulativos.

Es una operación que consiste en formular nuevamente el discurso cuando el hablante considera que no ha formulado adecuadamente su pensamiento; por ello es una operación de explicación. Los más frecuentes son: a)       Explicativos o parafrásticos: es decir, esto es, o sea. Y los correctivos

mejor dicho, vamos, bueno. b)       Expresan generalización:

         Conclusión argumentativa: en conclusión, en suma...          Recapitulación: en resumen, en fin...          Cierre de un grupo: en una palabra, brevemente...          Reconsideración: al fin y al cabo, a fin de cuentas...

c) Ejemplificadores: por ejemplo, o sea, es decir...   6. OTROS INDICADORES DE ORGANIZACIÓN TEXTUAL

Son, en términos de VAN DIJK, las características exteriores que afectan más a la presentación del texto que al texto mismo. Los más importantes son: 1)      Identificación pragmática: emisor, lugar y fecha.

En los textos escritos suelen aparecer explícitamente citados en los membretes de cartas, informes, etc. Por otra parte, en los libros es frecuente que aparezcan textos como el prólogo y el epílogo, que cumplen una función pragmática de presentación ante el lector y de resumen y evaluación del texto respectivamente.

2)      Marcas de organización textual. Indicadores como la división en partes, capítulos..., el mismo índice son la expresión gráfica de la macroestructura.

3)      Indicadores referentes al tipo de texto y a la superestructura.

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Subtítulos como novela, ensayo, drama, farsa... en los textos literarios y ley, decreto, certificación... en los no literarios sirven de ayuda al lector para determinar el tipo de texto.

4)      Fórmulas fijas. Algunos textos fuertemente formalizados (formularios jurídico-administrativos, cartas comerciales...) suelen presentar fórmulas fijas tanto al comienzo como al final.

5)      Estructuras fonológico-tipográficas. Los textos suelen incorporar unas marcas de presentación que constituyen un sistema semiótico convencionalizado que sirve para la identificación del tipo de texto e interpretación adecuada del mismo. Los títulos suelen resaltarse por la posición y el tipo de letra, los párrafos aparecen separados por punto y aparte y sangrado inicial, etc.

  6. CONCLUSIÓN

A lo largo del tema hemos visto cómo todo texto está estructurado en distintos planos: macroestructural o lógico-semántico y microestructural o gramatical y cómo en cada uno de estos planos aparecen unas marcas llamadas conectores cuya función principal es indicar las relaciones entre las distintas partes del texto y asegurar la coherencia lógica y la cohesión superficial. Finalmente hemos visto cómo en la lengua escrita son necesarios algunos indicadores para la total comprensión del texto.

En resumen, vemos cómo la comunicación se organiza en una red de estructuras solidarias que situándose en distintos planos construyen la unidad comunicativa. El texto es la única unidad que posee sentido pleno y que integra los distintos componentes semióticos: sintáctico, semántico y pragmático.