Coaching Aplicado Al AUTOESTIMA Victor Emmanuel Perez

2015

Victor Emmanuel Perez

www.liderandoexcelencia.com.ar

martes, 26 de mayo de 2015

Coaching Aplicado al AUTOESTIMA


Victor Emmanuel Pérez | www.liderandoexcelencia.com.ar |[email protected] 2

INDICE

I. Tema a abordar

II. Aspecto a Investigar

III. Marco Teórico

IV. Objetivos

V. Desarrollo

VI. Conclusiones

VII. Bibliografía



I. Tema a abordar

El Tema que voy abordar en esta tesina, es La AUTOESTIMA, indagaremos en ella,

la aprenderemos y utilizaremos algunas distinciones de el Coaching Ontológico

como herramienta para aumentarla.

La importancia de la autoestima descansa en que corresponde al núcleo nuestro ser,

y al sentido de nuestra valía personal. Por lo tanto, puede afectar a nuestra manera

de estar, nuestro nivel de plenitud, nuestra manera de actuar en el mundo y de

relacionarnos con los demás.

Nuestra manera de pensar sobre nosotros mismos, lo que sentimos, lo que decimos

y las acciones que tomamos, se encuentran fuertemente polarizadas por nuestra

Autoestima.

Buscando una definición acertada podemos afirmar que:

La autoestima es un conjunto de percepciones, pensamientos, evaluaciones,

sentimientos y tendencias de comportamiento dirigidas hacia nosotros mismos,

hacia nuestra manera de ser y de comportarnos.

En resumen, es la percepción evaluativa de nosotros mismos.

“El amor a uno mismo es el punto de partida del crecimiento de la

persona que siente el valor de hacerse responsable de su propia

existencia.”

Viktor Frankl



II. Aspecto a Investigar

Nadie puede respirar por nosotros, nadie puede pensar por nosotros, nadie puede

imponernos la fe y el amor por nosotros mismos.

Puedo ser amado por mi familia, mi pareja y mis amigos, pero no amarme a mí

mismo. Puedo ser admirado por mis socios y considerar no obstante que carezco de

valores. Puedo proyectar una imagen de seguridad y aplomo que engañe a todo el

mundo, y temblar secretamente porque me siento inútil.

Puedo satisfacer las expectativas de los demás y no las mías; puedo obtener altos

honores y sin embargo sentir que no he logrado nada; puedo ser adorado por

millones de personas pero despertar cada mañana con una deprimente sensación

de fraude y de vacío.

Alcanzar el "éxito" sin alcanzar una autoestima positiva es estar condenado a

sentirse como un impostor que espera con angustia que lo descubran.

Así como el aplauso de los otros no genera nuestra autoestima, tampoco lo hacen el

conocimiento, ni la destreza, ni las posesiones materiales, ni el matrimonio, ni la

paternidad o maternidad, ni las obras de beneficencia, ni las conquistas sexuales, ni

las cirugías estéticas.

A veces estas cosas pueden hacernos sentir mejor con respecto a nosotros mismos



por un tiempo, o más cómodos en determinadas situaciones; pero comodidad no es

autoestima.

Lo trágico es que la mayoría de las personas buscan la autoconfianza y la auto-

valoración en todas partes menos dentro de sí mismas, y por ello fracasan en su

búsqueda.

Cuantas veces nos decimos? si pudiera lograr otro ascenso; si pudiera ser esposa y

madre; si pudiera ser considerado un buen padre; si pudiera comprarme un coche

más grande; si pudiera escribir otro libro, adquirir otra empresa, tener un nuevo

amante, recibir otro premio, lograr un reconocimiento más ... entonces me sentiría

realmente en paz conmigo mismo.

La historia misma está llena de casos de seres humanos que una vez lo han

conseguido todo, viviendo desde la opulencia y la satisfacción a todos sus deseos, lo

han abandonado todo para ir en busca de una plenitud mucho mayor.

En esta tesina vamos a ver que la autoestima positiva se comprende mejor como

una suerte de logro espiritual, es decir, como una victoria en la evolución de la

conciencia, aquí es donde aplicaremos el Coaching Ontológico como herramienta

principal entre otras.

Cuando comencemos a concebirla de este modo, como un estado de conciencia,

descubrimos la necesidad de conocernos a nosotros mismos, de amarnos y nos

damos cuenta que no alcanza con sólo con lograr que los demás se formen una

impresión positiva de nosotros, necesitamos nosotros aprender a disfrutar de

nosotros mismos.



Dejaremos de buscar cosas afuera porque podremos hacer consciente por primera

vez que todos los tesoros de plenitud se encuentran en nuestro interior y junto con

ello la posibilidad a cosechar muchos logros en el mundo material.

Nos daremos cuenta que la búsqueda es irracional, ese anhelo por "algo más" en el

mundo exterior existirá siempre como deseo de completar lo que falta en nuestro

interior.

Si la autoestima es el juicio de que soy apto para la vida, la experiencia de mi propia

capacidad y valía, si la autoestima es una conciencia autoafirmadora, una mente que

confía en sí misma, nadie puede generar esta experiencia, salvo uno mismo.

Cuando apreciamos la verdadera naturaleza de la autoestima, vemos que no es

competitiva ni comparativa, no depende de lo que esta afuera.

La verdadera autoestima no se expresa por la auto-glorificación a expensas de los

demás, o por el afán de ser superior a los otros o de rebajarlos para elevarse uno

mismo. La arrogancia, la jactancia y la sobrevaloración de nuestras capacidades

reflejan más bien una autoestima equivocada y no, como imaginan algunos, un

exceso de autoestima.

El estado de una persona que no está en guerra ni consigo misma ni con los demás,

es una de las características más significativas de una autoestima sana.

La importancia de una autoestima sana radica en que esa es la base de nuestra

capacidad para responder de manera activa y positiva a las oportunidades que se



nos presentan en el trabajo, en el amor y en la diversión. Además, es la base de esa

serenidad de espíritu que hace posible disfrutar de la vida.

“De todas las trampas en la vida la falta de autoestima es la peor y la

más difícil de superar, debido a que está diseñada por tus propias

manos y se centra en la idea: No vale la pena, no lo puedo hacer.”

Maxwell Maltz

III. Marco Teórico

El marco que sustenta este trabajo es el Libro Ontología del Lenguaje, de Rafael

Echeverría.

COACHING ONTOLOGICO Coaching, proviene del verbo inglés to coach que

significa “entrenar”. Wolk entiende al Coaching como una disciplina, un arte, un

procedimiento, una técnica, “UN PROCESO DE APRENDIZAJE”.

Ontológico (Ontología, ciencia del ser)

Porque hace al sentido del ser, en tanto persona y al sentido de ser del lenguaje en

tanto constitutivo del ser humano. El mundo es entendido como un espacio de

posibilidades en el cual el lenguaje genera realidad.

El Coaching Ontológico es una disciplina profesional de asistencia a las personas

(individuales o grupales) para que ellas puedan conseguir resultados, que no están

logrando por sí solas. El coach nos acompaña a acortar la brecha entre lo que

quieren y lo que están logrando



IV. Objetivos

El objetivo que me he propuesto en esta tesina, es descubrir las herramientas

necesarias, que nos permiten aumentar nuestra autoestima y el amor propio,

entendiendo que no podemos entregarle al mundo lo que antes no poseemos.

Desde esta mirada podemos hacer consciente que la autoestima es nuestra principal

propuesta de valor frente al mundo que nos rodea y por consecuencia su cosechar

por añadidura.

Para esto profundizaremos en nuestro autoconocimiento personal, el descubrimiento

de nuestras emociones, como funcionan nuestras creencias y cómo podemos

ingresar a ellas atravez del Coaching Ontológico, observarlas, hacerlas conscientes

y cambiarlas si fuese necesario.

Estamos frente a una de las transformaciones más sorprendentes que pueden

ocurrir en nuestra vida. Como bien titula su libro John Grinder y

Richard Bandler desde la PNL en “Transformándonos de Sapos a Príncipes”.

El objetivo principal es que podamos tomar consciencia de nuestro propio

poder de transformación y por consecuencia (respetando la ley causa-efecto)

generamos la transformación del mundo que nos rodea, tarea que ya se han

propuesto compartirnos muchos sabios a lo largo de la historia humana.



“La construcción de un mejor yo es el primer paso para construir una

América mejor”

Zig Ziglar

V. Desarrollo

Para estimarnos a nosotros mismos primero tenemos que conocernos…

Comenzaremos el desarrollo de esta tesina aportando algunos conocimientos de

Rafael Echeverría en su libro Ontología del Lenguaje, que nos va a permitir atravez

de la auto-reflexión, ir desarrollando nuestra capacidad de auto-observarnos,

distinguir lo que vemos y tomar consciencia de nosotros mismos.

Citemos los tres postulados básicos que hace referencia Rafael en su libro

de la ontología del lenguaje.

Ellos son los siguientes:

1. Interpretamos a los seres humanos como seres lingüísticos.

Postula que el lenguaje es, por sobre todo, lo que hace de los seres humanos el



tipo particular de seres que son. Los seres humanos, planteamos, son seres

lingüísticos, seres que viven en el lenguaje. El lenguaje, postulamos, es la

clave para comprender los fenómenos humanos.

La experiencia humana, lo que para los seres humanos representa la experiencia de

existencia, incluso cuando hablamos de emocionalidad, se realiza desde el lenguaje.

El lenguaje representa para los seres humanos, en el decir de Nietzsche, una prisión

de la cual no pueden escapar; o, en el decir de Heidegger, la morada de su ser. Los

seres humanos habitan en el lenguaje.

2. Interpretamos al lenguaje como generativo.

Nuestro segundo postulado se hace cargo, precisamente, de cuestionar la

concepción tradicional del lenguaje. Apoyado en los avances registrados durante las

últimas décadas en el campo de la filosofía del lenguaje, este postulado reconoce

que el lenguaje no sólo nos permite hablar «sobre» las cosas: el lenguaje hace que

sucedan cosas. Este segundo postulado abandona la noción que reduce el lenguaje

a un papel pasivo o descriptivo.

Sostiene que el lenguaje es generativo. El lenguaje, por lo tanto, no sólo nos

permite describir la realidad, el lenguaje crea realidades. La realidad no siempre

precede al lenguaje, éste también precede a la realidad. El lenguaje, postulamos,

genera ser.

Al postular que el lenguaje es generativo, estamos sosteniendo que el lenguaje es

acción. Tal como lo afirmáramos anteriormente, sostenemos que a través del



lenguaje, no sólo hablamos de las cosas, sino que alteramos el curso espontáneo de

los acontecimientos:

hacemos que cosas ocurran. Por ejemplo, al proponerle algo a alguien o al decirle

«sí», «no» o «basta» a alguien, intervenimos en el curso de los acontecimientos.

Al sostener que el lenguaje es acción, estamos señalando que el lenguaje crea

realidades. Vemos esto de muchas maneras. Al decir lo que decimos, al decirlo de

un modo y no de otro, o no diciendo cosa alguna, abrimos o cerramos posibilidades

para nosotros mismos y, muchas veces, para otros.

Cuando hablamos, modelamos el futuro, el nuestro y el de los demás. A partir de lo

que dijimos o se nos dijo, a partir de lo que callamos, a partir de

lo que escuchamos o no escuchamos de otros, nuestra realidad futura se moldea en

un sentido o en otro.

Pero además de intervenir en la creación del futuro, los seres humanos modelamos

nuestra identidad y el mundo en que vivimos, a través del lenguaje.

El reconocimiento del postulado anterior nos lleva directamente al tercer postulado.

Este se presenta como conclusión natural de lo dicho hasta ahora.

3. Interpretamos que los seres humanos se crean a sí mismos en el lenguaje y

a través de él.



La ontología del lenguaje asume una posición radicalmente diferente. Ella sostiene

que la vida es, por el contrario, el espacio en el que los individuos se inventan a sí

mismos. Como nos dice Nietzsche, en el ser humano la creatura y el creador se

unen.

Es una interpretación que nos permite conferirnos sentido como seres humanos de

una manera poderosa. Sobre todo, esta interpretación nos permite ganar dominio

sobre nuestras propias vidas, al jugar un papel activo en el diseño del tipo de ser en

el que quisiéramos convertirnos. Esta es la promesa que nos formula la ontología del

lenguaje para el futuro.

Ser, verdad y poder: el papel del observador

Pensamos que nunca podemos decir cómo las cosas realmente son: sólo podemos

decir cómo «nosotros» las interpretamos o consideramos.

Por lo tanto, en vez de plantear cómo son las cosas, escogimos hablar de cómo

interpretamos que son.

Es importante no olvidar, como siempre nos lo recuerda Maturana, que todo lo

dicho siempre es dicho por alguien y, en lo posible, no esconder al orador tras la

forma en que son dichas las cosas. Esta es una trampa que permanentemente nos

tiende el lenguaje, permitiéndole a la persona que habla esconderse detrás de lo que

está diciendo.



El reconocimiento de lo dicho nos conduce a la primera tesis o principio general de

la ontología del lenguaje. Podemos formularlo como sigue:

Primer principio:

No sabemos cómo las cosas son.

Sólo sabemos cómo las observamos

o cómo las interpretamos.

Vivimos en mundos interpretativos.

Segundo principio:

No sólo actuamos de acuerdo a cómo somos,

(y lo hacemos),

también somos de acuerdo a cómo actuamos.

La acción genera ser.

Uno deviene de acuerdo a lo que hace.

EL INDIVIDUO COMO CONSTRUCCIÓN LINGÜÍSTICA

Hemos postulado que los seres humanos son seres lingüísticos. Examinemos el

significado de este postulado. Un aspecto importante de lo que estamos diciendo

tiene que ver con que el individuo, en términos de la persona que somos, es un

fenómeno lingüístico.

En tanto individuos, somos un tipo de ser vivo que, como condición de su propia

existencia, vive constreñido a su capacidad de generarle un sentido a su vida,



siempre interpretándose a sí mismo y al mundo al que pertenece. Ello lo hacemos

en cuanto operamos en el lenguaje.

La forma en que damos un sentido a nuestras vidas, es obviamente lingüística.

Basta preguntarle a alguien «¿quién eres?», para reconocer que lo que obtenemos

de vuelta es un relato, una historia en la que «relatamos» quiénes somos. Nuestra

identidad está directamente asociada a nuestra capacidad de generar sentido a

través de nuestros relatos.

Al modificar el relato de quiénes somos, modificamos nuestra identidad.

Cómo se fundan los juicios

1. Siempre emitimos un juicio «por o para algo». Siempre visualizamos un futuro en

el cual nuestro juicio abrirá o cerrará posibilidades. Según el juicio que formulemos,

algunas acciones van a ser posibles, otras no. Cuando hacemos juicios de

comportamiento, como cuando decimos «Carlos no es de fiar» o «Isabel es una

ejecutiva muy eficiente», lo hacemos por una

acción que anticipamos en el futuro. Esta acción le da sentido al juicio.

El «por o para algo» es una dimensión esencial de los juicios. Si decimos, por

ejemplo, «David maneja mal», el juicio será muy diferente si la acción que nos

estamos imaginando son las 400 millas de Indianápolis o el reparto de pizzas

Dominó.

2. Cada vez que emitimos un juicio estamos suponiendo que se coteja con un

conjunto de estándares de comportamiento para juzgar el desempeño de los



individuos, que nos permiten evaluar la efectividad de sus acciones. Una persona

puede decir «Bárbara es una lectora veloz» y otra que es «una lectora lenta» no sólo

porque sus observaciones de Bárbara sean distintas, sino también porque los

estándares con los que emiten los juicios son diferentes.

3. Cuando emitimos un juicio, generalmente lo hacemos dentro de un dominio

particular de observación. Cuando evaluamos conductas, estos dominios de

observación corresponden a dominios de acción. Cuando no evaluamos

comportamiento (tal como «Esta es una oferta poderosa» o «Esta es la pintura más

bella de la exhibición») hablamos sólo de dominios de observación.

4. Se logra fundar los juicios al proveer afirmaciones en relación a lo que estamos

juzgando. Cuando disponemos de afirmaciones que nos permiten medir respecto de

algún estándar en un dominio particular de observación, podemos generar un juicio.

Dependiendo del juicio que formulemos, se necesitarán más o menos afirmaciones

para fundarlos. Si decimos «Pamela es delgada» y agregamos «Pesa 15 kilos

menos del peso promedio para su talla y edad», esa afirmación debería bastar para

fundar el juicio.

Sin embargo, cuando fundamos juicios de comportamiento, apuntar a una sola

instancia y depender de una sola afirmación podría ser insuficiente. Si digo «No se

puede confiar en la puntualidad de Alberto para llegar a sus citas» y al

preguntárseme por qué, respondo «La última vez que nos reunimos se retrasó



quince minutos», algunos podrían pensar que esto no es suficiente como para tomar

mi juicio muy en serio.

5. La cantidad de afirmaciones que somos capaces de proveer para fundar un juicio

no garantiza que lo consideremos bien fundado. Podría ocurrir que generemos una

cantidad aún mayor de afirmaciones al intentar fundar el juicio opuesto. Por esa

razón, finalmente recomendamos revisar los fundamentos del juicio contrario al

fundar un determinado juicio.

Por ejemplo, si queremos fundar el juicio «Pedro es aburrido en las reuniones»,

debiéramos también examinar los fundamentos del juicio «Pedro no es aburrido en

las reuniones». Bien podríamos descubrir que, aunque produzcamos varias

instancias (afirmaciones) en las que Pedro se ha mostrado aburrido en las

reuniones, ha habido muchas más instancias en las que ha estado bastante

entretenido. ¿Podemos decir, con fundamento, que el juicio «Pedro es aburrido en

las reuniones» fue fundado? No podemos. Este no fue un juicio fundado.

Recapitulando, entonces, podemos decir que se requieren las siguientes

condiciones para fundar un juicio:

1. La acción que proyectamos hacia el futuro cuando lo emitimos.

2. Los estándares sostenidos en relación a la acción futura proyectada.

3. El dominio de observación dentro del cual se emite el juicio.



4. Las afirmaciones que proporcionamos respecto de los estándares sostenidos. y

finalmente.

5. El hecho de que no encontramos fundamento suficiente para sustentar el juicio

contrario.

A los juicios que no satisfacen estas cinco condiciones los llamamos juicios

«infundados».

Juicios y formas de ser

De lo arriba señalado, surgen algunos aspectos relacionados con los juicios que

tienen un impacto directo en la vida personal de cada uno y, particularmente, en

nuestras formas de ser.

Nos referiremos de manera especial a tres dimensiones particulares que

abordaremos a continuación.

La primera de ellas se refiere a aquellas personas que se caracterizan por vivir de

juicios ajenos y que, por lo tanto, no se constituyen como centro generador de los

juicios que rigen su propia existencia. Esto define lo que llamamos la condición de

la inautenticidad.



Quienes viven en ella delegan en los demás la autoridad para emitir los juicios que

les importan. Nada los alegra más que obtener un juicio positivo de los otros. Nada

los deprime más que recibir juicios negativos.

La lógica de sus actuaciones está fundamentalmente orientada, por lo tanto, a

complacer a otros, los que adquieren, casi indiscriminadamente, autoridad para

emitir sus juicios, juicios que obviamente afectan a la persona inauténtica. Sus vidas,

por lo tanto, pasan a estar dirigidas por fuerzas que no controlan y que son

resultantes de los variados juicios que reciben.

Más allá del bien y del mal

Si entendemos la autenticidad como la condición de vivir de los juicios propios, de

convertirse en quien establece la medida de sus propias acciones, no basta con sólo

evitar que la vida se rija por los juicios de otros. No basta sólo con determinar quién

emitió el juicio que rige nuestro comportamiento. La emisión de un juicio no asegura

pertenencia.

Lo importante es establecer a quién realmente pertenece el juicio emitido. No es

suficiente que sea yo quien emite un juicio, si al hacerlo, sólo estoy endosando

acríticamente juicios que he encontrado disponibles dentro de mi comunidad.



La mayoría de los seres humanos, aun cuando sean los que emiten los juicios que

definen sus acciones, al emitirlos no suelen hacer más que repetir los juicios que

encuentran a la mano, sin examinarlos críticamente, sin «enjuiciar el juicio» que

pronuncian.

Nuestros juicios espontáneos poseen la condición de la inautenticidad. Ellos se

emiten dentro de los múltiples automatismos de los que somos portadores como

seres sociales.

Es sorprendente, sin embargo, la autoridad que conferimos a nuestros juicios

espontáneos para resolver cuestiones fundamentales en nuestras vidas. Y aunque

podamos vivirlos como juicios nuestros, no somos realmente nosotros los que los

poseemos.

Más bien, tales juicios nos poseen a nosotros. En la medida en que ellos rijan

nuestro comportamiento, estamos todavía cautivos de la condición de la

inautenticidad. No somos todavía seres humanos efectivamente libres, ni amos de

nuestras vidas.

El ser humano que logra acceder a todo su potencial de libertad, es aquel que

somete su existencia al rigor de la autenticidad, que aprende a enjuiciar los juicios, a

evaluar las evaluaciones, a examinar los valores que encuentra a la mano. Ello lo

obliga, por lo tanto, a trascender muchas de las formas heredadas que hacen la

demarcación entre el bien y el mal y toma la responsabilidad de crear esa

demarcación nuevamente para sí.



En algunos casos las nuevas demarcaciones podrán coincidir con las antiguas, en

otros implicarán trazos nuevos, nuevas distinciones, la invención de nuevos valores.

Sea cual sea el caso, el ser humano libre es aquel que ha sometido sus valores a

juicio crítico y puede concluir que sus juicios le pertenecen a él y no él a sus juicios.

Los juicios y el sufrimiento humano

Los juicios son la raíz del sufrimiento humano. Todo sufrimiento está contenido en

envoltorio lingüístico y lo central en éste es el papel de los juicios. Para entender

mejor lo que decimos, es importante distinguir el fenómeno del dolor del fenómeno

del sufrimiento.

Por dolor entenderemos un fenómeno que tiene fundamentalmente raíces biológicas

y que afecta nuestro sistema nervioso. Si pongo mi mano al fuego, sentiré dolor.

Esta experiencia se puede explicar por completo al interior de la dinámica del

sistema nervioso.

Por sufrimiento entendemos algo diferente. Aquí ya no se trata de un fenómeno que

puedo circunscribir al dominio de la biología, aunque ésta se verá afectada por él,

como lo estará siempre con todo lo que nos suceda. Cuando hablamos del

sufrimiento nuestra tradición alude a una suerte de dolor del alma. Y ello no nos

parece mal en la medida en que estemos dispuestos a reconocer que lo que por

siglos hemos llamado el alma, es un fenómeno de naturaleza lingüística.



El sufrimiento, a diferencia del dolor, surge de las interpretaciones que hacemos

sobre lo que nos acontece y, muy particularmente, de los juicios en que dichas

interpretaciones descansan.

Tomemos algunos ejemplos. Cuando alguien cercano fallece o cuando una relación

afectiva que nos importa termina, lo que nos sucede es por completo diferente de la

experiencia de recibir un golpe en el vientre o de quemarnos la mano. Lo que

sentimos entonces y que identificamos como sufrimiento, no tiene su fuente en mi

biología —aunque, insistimos, ella estará comprometida— sino en el juicio que hago

sobre el significado de estos hechos.

Los dos ejemplos indicados, puedo interpretarlos como una pérdida, como un cierre

de posibilidades en mi vida. Y al hacerlo así, estoy haciendo juicios. Ambos hechos,

de por sí, no conllevan necesariamente sufrimiento. Bien podemos imaginarnos

circunstancias diferentes en las que, a raíz del fallecimiento de alguien y del término

de una relación, lo que se genere

pueda ser paz y alivio.

Si el sufrimiento, por lo tanto, descansa en los juicios que hago sobre lo que

acontece, significa que se abre un inmenso campo de intervención para tratar el

sufrimiento humano.

Modificando los juicios que hago sobre aquello que nos sucede, podemos encontrar

un mecanismo efectivo para aliviarnos del sufrimiento.



Lo que señalamos no representa algo profundamente original. Lo que estamos

diciendo ha sido reconocido desde hace muchos siglos, particularmente por los

filósofos estoicos.

Dentro de ellos cabe destacar la figura de Epicteto, aquel esclavo griego que viviera

en la segunda mitad del siglo I y comienzos del II d.C, en el tiempo de los romanos y

con quien el emperador Adriano tuviera largas conversaciones.

Las enseñanzas de Epicteto nos han llegado por la recopilación que de ellas hiciera

su discípulo, Flavio Arriano. Dentro de las recomendaciones que nos hace Epicteto

destaca la siguiente: «No es lo que ha sucedido lo que molesta a un hombre, dado

que lo mismo puede no molestar a otro. Es su juicio sobre lo sucedido».

En un contexto distinto, Epicteto apunta en una dirección similar: «No olvides que no

es el hombre que te envilece o golpea aquel que te insulta, sino tu propio juicio de

que este hombre te insulta. Por lo tanto, cuando alguien te

irrita, ten por seguro que es tu propia opinión la que te ha irritado.

Y comprométete a no dejarte llevar por las impresiones externas, dado que una vez

que ganes tiempo y postergues tu reacción, podrás más fácilmente llegar a ser el

amo de ti mismo».

El estado de ánimo del resentimiento

Cuando los seres humanos luchamos contra lo que no podemos cambiar, cuando

demostramos incapacidad para aceptar lo que hemos llamado las facticidades de la

vida, generamos un espacio dentro del cual es fácil que se desarrolle el



resentimiento. No estamos diciendo que el resentimiento sólo sea resistencia a las

facticidades de la vida. Para crear resentimiento se necesita más que el rechazo a lo

que no se puede cambiar. Sin embargo, cuando no aceptamos las facticidades de la

vida, el estado de ánimo del resentimiento

encuentra un terreno fértil para desarrollarse.

¿Qué es el resentimiento? Este estado de ánimo puede ser reconstruido en términos

de una conversación subyacente en la cual interpretamos que hemos sido víctimas

de una acción injusta.

Una conversación que sostiene que teníamos el derecho moral a obtener algo que

nos fue negado o que simplemente merecíamos algo mejor de lo que obtuvimos.

Alguien se interpuso impidiendo que obtuviéramos lo que merecíamos, negándonos

posibilidades a las que consideramos que teníamos derecho.

El estado de ánimo de aceptación y paz

Por aceptación o paz caracterizamos al estado de ánimo contrario al resentimiento y

que, por lo tanto, da cuenta de una emocionalidad diametralmente diferente que

resulta de una misma situación. Lo que define al estado de ánimo de la aceptación

es la expresión de reconciliación que ella exhibe con la facticidad.

Decimos estar en paz cuando aceptamos vivir en armonía con las posibilidades que

nos fueron cerradas. Estamos en paz cuando aceptamos las pérdidas que no está

en nuestras manos cambiar.



De esta manera, por ejemplo, podemos relacionarnos con nuestro pasado desde el

resentimiento o desde la aceptación. Cuando lo hacemos desde la aceptación ello

no implica, por ejemplo, negarse a reconocer los errores que pudimos haber

cometido. Pero somos capaces de vivir en paz pues lo que sucedió en el pasado no

tiene necesariamente que repetirse en el futuro. Miramos esos errores como

expresión de precariedades que eventual-mente podemos corregir en el futuro. La

aceptación tampoco desconoce los errores o las acciones nocivas de los demás, ni

la búsqueda que ellos no se repitan. Lo que la aceptación fundamentalmente

«acepta» es el hecho de que no podemos cambiar lo ya ocurrido y, en cuanto tal, lo

declara «cerrado». Tal como nos indica Epicteto, la aceptación nos permite

abocarnos a la tarea de cambiar lo cambiable, sin ser consumidos por el lamentar

inútil frente a lo que nada podemos hacer. La aceptación nos coloca en la senda de

la transformación del futuro.

El estado de ánimo de la resignación

Tal como lo hemos reiterado, lo que ocurriera en el pasado no puede ser cambiado.

Ello ya está determinado y al presente sólo le cabe reconocerlo como tal. Esto es

una facticidad ontológica. El futuro, sin embargo, se caracteriza por ofrecernos un

espacio de indeterminación, un espacio sujeto a nuestra capacidad de acción. El

futuro puede ser diferente del presente. Y puede ser diferente tanto en razón de las

acciones de otros como también en razón de nuestras propias acciones.



Observamos que alguien está en el estado de ánimo de la resignación cuando tal

persona se comporta, en un determinado dominio, como si algo no pudiera cambiar,

mientras que nosotros consideramos lo contrario. Reconocemos el estado de ánimo

de resignación cuando podemos producir una conversación subyacente que

cuestionaría la opinión de que algo no puede ser cambiado, esto es, cuando

juzgamos que lo que alguien estima como inmutable puede cambiar.

Lo que caracteriza a una persona, en el estado de ánimo de la resignación, es el

hecho de que ella, a diferencia de otras, no ve el futuro como un espacio de

intervención que le permite, a partir de las acciones que ella misma emprenda,

transformar el presente.

El estado de ánimo de la ambición

Al estado de ánimo de la resignación se contrapone el de la ambición. Este último se

caracteriza por hacer lo contrario de lo que hacía el primero. Mientras la resignación

se definía por la clausura de posibilidades futuras, la ambición destaca por identificar

amplios espacios de intervención que conllevan el germen del cambio. A través de

su reconstrucción lingüística, a la ambición le corresponde un juicio que habla sobre

la manera como una persona se para frente al futuro.

Como tal, la ambición permite ser reconstruida como una mirada diferente al

futuro. Una mirada en la que éste es visto como un vasto espacio de posibilidades

de acción y donde las acciones poseen una gran capacidad generativa y, por tanto,



de construcción de nuevas realidades. Una persona ambiciosa entiende que el

presente construye futuro y, al hacerlo, trasciende lo que hoy existe. Como

disposición, ella se identifica con lo que Nietzsche llama «voluntad de poder».

Somos de acuerdo a como actuamos

La comprensión tradicional de la persona supone que actuamos de acuerdo a como

somos. Las acciones, por lo tanto, se toman como manifestaciones de nuestro ser y

nuestro ser es el factor determinante para comprender nuestro modo de actuar.

Dentro de esta interpretación, se supone que las caracterizaciones personales nos

dicen, por lo tanto, cómo son las personas. Sabiendo cómo son, podemos saber

cómo actuarán. Si ocurre que actúan de un modo inesperado, nos parece que no las

conocíamos bien. Nuestra comprensión de la persona es diferente. Postulamos que,

sin negar que actuamos de acuerdo a como somos, también somos de acuerdo a

como actuamos.

Las caracterizaciones personales son constructos que producimos a partir de las

acciones que ejecutamos, con el fin de anticipar la forma en que podríamos actuar

en el futuro. Las acciones no son sólo una manifestación de nuestro ser, sino

también la forma en que éste se constituye en un proceso de transformación

permanente.



Generamos la forma de ser que somos al actuar de un modo u otro.

No negamos la posibilidad de hablar sobre nuestra particular forma de ser, pero

postulamos que nuestras acciones son el principio generativo de quienes somos. A

través de nuestras acciones, nos creamos a nosotros mismos. Nosotros, dentro del

ambiente social en que vivimos, somos activos participantes en la creación de

nuestra forma de ser.

Una vez hemos hecho consciente todo lo dicho anteriormente por Rafael, veremos

cómo aplicamos estos conceptos al autoestima desde el Coaching Ontológico.

Nuestra autoestima

Según Nathaniel Branden Todas las personas somos capaces de desarrollar una

autoestima alta, al tiempo que nadie presenta una autoestima totalmente sin

desarrollar, cuanto más flexible es la persona mayor es su capacidad de

transformación.

Según mi punto de vista, la autoestima (nuestra capacidad de estimarnos a nosotros

mismos) depende directamente de nuestra capacidad de auto-observación, no

podemos estimar lo que no conocemos y mucho menos si no aceptamos lo que

vemos.

Es aquí donde tenemos que comenzar hacer algunas distinciones (distinguir que

vemos) desde el punto de vista de la sabiduría en la historia humana este apartado

se ha llamado “Tomar consciencia”, desde el Coaching Ontológico lo llamamos

“Distinción”.



Como bien dice la misma palabra, Distinción es nuestra propia capacidad de

distinguir algo, Desde el Coaching Ontológico lo enfocamos a distinguir dentro de

nosotros mismos.

Como decían las Sabias palabras de Sócrates, “Conócete a ti mismo”, en el

conocernos a nosotros mismos encontraremos todas las herramientas necesarias

para crearnos a nosotros mismos y junto con ello construir la realidad que deseamos

construir.

Afirmamos también que estamos en un constante crecimiento, como dice Jorge

Bucay desde la Psicología, no podemos des-crecer. Desde el Coaching Ontológico

decimos que el SER que somos se encuentra en constante cambio, como dice

Humberto Maturana en un constante devenir (constante crecimiento), de ahí que

hablamos de un estar siendo, ya que no somos Nuestro ser de hace dos meses ni

somos el ser que seremos en unos días... nos referimos al ESTAR SIENDO como el

SER que somos con todo lo que sabemos en este momento presente...

Escalera de Autoestima

(Según Mauro Estrada Rodriguez)

Auto reconocimiento: Según el Diccionario de la real academia española edición

2001.Reconocimiento es la acción de distinguir a una cosa, una persona o una

institución entre las demás como consecuencia de sus características y rasgos.



Desde el punto de vista del autoestima es distinguirnos a nosotros mismos por

nuestros rasgos y nuestras características, conocer nuestras necesidades, nuestras

virtudes, debilidades, cualidades corporales, observar nuestras acciones, como

actuamos, por qué y para que actuamos, qué sentimos.

Cuando hablamos de reconocer estamos Hablando de conocernos a nosotros

mismos en profundidad, esto incluye desde nuestros pensamientos, nuestros juicios,

observar nuestro lenguaje, resumidamente, es una cita con nosotros mismos, no

podemos estimar lo que no conocemos.

Ir a nuestro encuentro es el primer paso para el desarrollo de una autoestima

elevada.

“El principio de la perfección es el reconocimiento de la imperfección.”

Vidock

Los Juicios

Desde el Coaching Ontológico decimos que los juicios son una declaración y como

tal crean la realidad, también decimos que para que esos juicios tengan valides

debemos de tener autoridad, frente a la comunidad o grupo donde los declaramos.

También decimos que cuando nos preguntamos para qué? existen 2 clases de

juicios:

Juicios que nos abren posibilidades

Juicios que nos cierran posibilidades



Es importante a la hora de auto-conocernos podamos evaluar que clases de juicios

disparamos sobre nosotros mismos, si esos juicios nos abren o cierran posibilidades

frente a quien queremos ser.

En base a que hechos en concreto estamos fundamentando nuestros juicios de

auto-valoración? Para que me sirven? Me cierran o me abren posibilidades?

“Nada nos engaña tanto como nuestro propio juicio.”

Leonardo Da Vinci

Auto aceptación: El apartado anterior nos lleva al desarrollo de este segundo

apartado, necesitamos desarrollar la capacidad de aceptarnos a nosotros mismos

como realmente somos, en lo físico, psicológico y social; aceptar cómo es nuestra

conducta con nosotros mismos y con los otros.

Es admitir y reconocer todas las partes de nosotros mismos como un hecho, como

forma de ser y sentir que ya nos precede, ya nos existe.

Cabe aclarar que aceptar el hecho de quienes estamos siendo en tiempo presente,

no significa que no podemos cambiar o construirnos a nosotros mismos, el auto-

mejorarse a uno mismo es el camino a la excelencia humana.

Por auto aceptación entendemos:



El reconocimiento responsable, sobrio y pacifico de nuestros rasgos físicos,

emocionales y mentales.

La consciencia inherente de que somos seres falibles, sumergidos en el devenir

constante de la existencia misma.

“Auto-aceptación” quiere decir que la persona se acepta a sí misma

plenamente y sin condiciones, tanto si se comporta como si no se

comporta inteligente, correcta o competentemente, y tanto si los demás

le conceden como si no le conceden su aprobación, su respeto y su amor.

Albert Ellis

Auto valoración: Es la capacidad que tenemos para evaluarnos a nosotros mismos,

la capacidad de observar los juicios que tenemos de nosotros mismos y en base a

que se fundamentan dichos juicios, aquí es fundamental comenzar a definir los

criterios de evaluación y respecto a que o quien nos vamos a evaluar, esto depende

de manera inseparable de quien queremos o aspiramos SER.

Una de las cuestiones básicas a plantearnos es para que me sirve la valoración que

estoy haciendo de mi mismo? Esta valoración me cierra o me abre resultados?

Propongo un ejercicio práctico para aumentar nuestro nivel de autoestima.

Paso 1: Tomar una hoja en blanco y bolígrafo

Paso 2: Hacer una lista de 50 aspectos de mi mismo que considero positivos,

enfocarme en descubrir no menos de 50.

http://es.wikipedia.org/wiki/Albert_Ellis



Ejemplo: Soy muy bueno ahorrando.

Soy un excelente cantante.

Soy un marido amoroso.

Paso 3: Hacer una lista en otra hoja de los 50 aspectos de mi mismo que considero

negativos.

Ejemplo: Soy malísimo jugando al futbol.

Pierdo mucho tiempo en trivialidades.

Tengo mucho miedo a situaciones fuera de lo normal y no sé cómo manejarlas.

Paso 4: Analizar en base a que juicios subyacente se basa cada uno de mis juicios

sobre mis aspectos negativos. Cambiarlos si es necesario aportando una nueva

valoración.

Paso 5: Componer otra hoja declarando basta a cada uno de los aspectos negativos

que no quiero más en mi vida.

“Intenta no volverte un hombre de éxito, sino volverte un hombre de

valor.”

Albert Einstein

Auto respeto: Significa respetarnos a nosotros mismos, respetar nuestras

limitaciones, nuestra emocionalidad, significa no exigirnos, no obligarnos permitirnos

ser lo que somos, frente a nosotros mismos o frente a los demás, significa

separarnos de la norma para comenzar a ser nosotros mismos la propia norma.

Ejercicio práctico:



Paso 1: Tomar una hoja y hacer una lista de las 50 cosas que te gusta que los

demás te hagan.

Por ejemplo: que me admiren, que me cuiden, que me preparen de cenar, que me

escuchen.

Paso 2: Hacer una lista con todas las cosas que no me gustan que me hagan,

comenzando la frase con “A a partir de hoy no permitiré que…”

Por Ejemplo: A partir de hoy no permitiré que me quiten el tiempo.

A partir de hoy no permitiré que los demás no me escuchen.

“Ante todo, respetáos a vosotros mismos”

Pitágoras

Auto excelencia: Si somos conscientes de nuestros cambios de nuestro crecimiento

interior, podemos crear nuestra propia escala valores, desarrollado y fortaleciendo

nuestras capacidades.

Si estamos siempre en constante superación, por lo tanto, lograremos un nivel de

autoestima muy elevado, generando la capacidad para pensar, entender, elegir y

tomar decisiones en nuestra vida para crear la realidad que deseamos, en todos los

aspectos.

Para desarrollar la excelencia en nosotros mismos es necesario que aprendamos a

conectarnos con todo nuestro potencial interior y desarrollarlo al máximo.



Desarrollaremos el próximo ejercicio práctico que nos permitirá conocer los aspectos

internos en los cuales podemos desarrollar nuestra excelencia humana, y junto con

ello aportar nuestro máximo valor al mundo.

Paso 1: Tomar una hoja de papel y hacer una lista de todas las cosas que me

gustan hacer, como mínimo 50 actividades.

Ejemplo: Amo hacer natación.

Me encanta leer novelas románticas.

Me gusta mucho tocar el piano.

Paso 2: Dar una valoración del 1 al 100 en el grado de plenitud que siento cuando

realizo cada una de estas actividades.

Ejemplo: Cuando hago natación me siento en un 70% de plenitud.

Tocar el piano me aporta un 100% de plenitud.

Paso 3: Seleccionar 5 actividades o más, en las cuales siento que tengo un talento

especial o un don para realizarlas de manera excelente.

Este paso es fundamental, con el podremos pulir y transformarnos de un diamante

en bruto a un diamante pulido que vale muchísimo en el mundo, junto al desarrollo

de nuestros talentos también tendremos acceso a la riqueza, si somos los mejores

en algo especifico el mundo entero solicitara nuestros servicios, es el caso de

muchos hombres exitosos a lo largo de la historia de la humanidad. Como es el caso

de Tomas Alba Edison, Pablo Picasso, Ayrton Senna, Albert Einstein y todos los

apasionados de la historia humana.

La pasión es el combustible fundamental para el desarrollo de la excelencia, los

invito a que la descubramos juntos.



“Volved a emprender veinte veces vuestra obra, pulidla sin cesar y

volvedla a pulir.”

Nicolás Boileau

Logrando Autoestima desde las distinciones del Coaching Ontológico.

La realidad

Cuando hablamos de realidad desde el Coaching Ontológico postulamos que la

realidad que percibimos es:

HECHOS + INTERPRETACIONES = REALIDAD

Desde esta distinción es importante analizar cuál es la realidad que percibimos de

nosotros mismos.

Cuáles son nuestros hechos físicos, emocionales y mentales? De cada apreciación

de nosotros mismos podemos distinguir cuales son los hechos y en que se basan las

interpretaciones que hacemos? Para que las hacemos?

Es muy importante desde esta distinción comenzar a observar lo que interpretamos

de lo que vemos en nosotros mismos, cambiar nuestras interpretaciones nos va

devolver el poder para crear una realidad diferente.

Sobre todo es fundamental preguntarnos qué valoración le estamos dando a

nuestros talentos y a nuestras pasiones naturales, muchas personas son las que

fracasan por valorar muy poco lo que les apasiona, esto lo vemos en el común de la



sociedad, cuando trabajamos en un empleo que no nos gusta para nada pero lo

hacemos para conseguir dinero, para después gastarlo en lo que nos apasiona.

Ahora la pregunta que se me dispara, es porque no comenzamos a cambiar

nuestros juicios para ver valor en nuestros talentos y nuestras pasiones? Que puedo

ver de valioso en lo que me apasiona? Que aportes puedo darle al mundo desde lo

que me apasiona? Qué cosas amo hacer que podría compartir con los demás? Que

pasaría si pudiéramos hacer rentables alguno de nuestros talentos y pasiones?

“Cuando uno se siente atraído por la libertad y la pasión, debe

manifestarla para trascender.”

Pérez Celis

Declaraciones

Desde el coaching Ontológico decimos que la declaración crea el mundo, diseña

acciones en el futuro, cuando declaramos estamos creando algo que no existía en el

mundo y lo que vemos actualmente del mundo son las declaraciones del pasado,

que actualmente como ya acontecieron se transformaron en afirmaciones.

Decimos que la afirmación proviene de la descripción del mundo ya creado y que la

declaración crea al mundo, desde la declaración nos conectamos con nuestro poder

creativo.



Que afirmamos de nosotros mismos? Que declaraciones nos están haciendo falta

para construirnos a nosotros mismos? Mañana voy a empezar la dieta?

Declaro que voy a ser un gran padre? Que declaro para crearme a mí mismo?

Si afirmamos que las declaraciones generan el mundo entonces veamos las 6

declaraciones fundamentales:

1. No

2. Sí

3. No sé

4. Perdón

5. Amor

6. Gracias

Declaración de NO

"Cada vez que consideremos que debemos decir que NO y no lo digamos,

veremos nuestra dignidad comprometida Cada vez que digamos No y

ello sea pasado por alto, consideraremos que no fuimos respetados."



Rafael Echeverría

Como bien dice Rafael en la frase anterior la declaración de NO se encuentra

estrechamente ligada a el autorrespeto, atravez de la declaración de NO creamos

nuestra realidad, definimos lo que no queremos que exista en nuestra realidad.

Desde la declaración de “no” creamos nuestra realidad, todos los grandes hombres

de la historia han sabido trascender gracias al no.

A qué cosas en tu vida necesitas empezar a decirles NO?

Las personas que dicen que SI a casi todo....

Raramente hacen historia.

Declaración de SI

Para que decimos que si? Tenemos en cuenta que repercusiones tiene decir si en

nuestra vida? A qué cosas le estamos diciendo si?

Algunos beneficios de decir que si son la búsqueda de aprobación, quedar bien,

generar buena imagen en los demás, evitar juicios de terceros.

En este caso con quien nos comprometemos con los demás o con nosotros

mismos?

También tenemos que tener en cuenta que cada vez que decimos si a una promesa,

nos estamos comprometiendo a su cumplimiento y por lo tanto si no podemos llegar

a cumplirla se verá perjudicada directamente nuestra imagen frente a los demás.

Declaración de NO SE



Decimos que la declaración de NO SE es la declaración de ignorancia que abre el

espacio para nuestro aprendizaje, si una vasija está llena es imposible que entre

más liquido. En qué aspectos de nuestra vida tenemos que declarar NO SE?

Decimos que esta declaración es la puerta al palacio del aprendizaje al

descubrimiento a nuestra propia transformación personal, que cosas te gustaría

declarar que NO SABES?

Declaración de PERDON

El perdón nos libera del resentimiento, entre muchas otras cosas espiritualmente

muy avanzadas.

Cuando hablamos de perdón estamos hablando de una declaración que tiene la

capacidad de hacer correcciones a todos los niveles de nuestra existencia.

Cuando digo te perdono, estoy dejando de ser víctima, para pasar a ser

protagonista, cuando digo te perdono, te libero, te dejo ser y me abre las puertas a

mi propia transformación.

El perdón es un medio fundamental para trascendernos a nosotros mismos,

perdonarme a mí mismo también es esencial para alcanzar la PAZ.

Cuando perdonamos dejamos de hacer responsables al otro de nuestro propio dolor

y nos hacemos cargo de nuestra propia emocionalidad, de nuestras propias

necesidades y respetamos el libre albedrio de otro ser humano.

Cuando perdono me desafío a mi mismo a crecer, a cubrir mis necesidades, a sanar

yo mismo mis propios dolores que son fruto de los juicios e interpretaciones

distorsionadas que tengo de la realidad que me acontece.



A quien o a quienes tengo que perdonar para liberarme? A quien tengo que

perdonar para hacerme cargo de mi dolor y aprender? Que errores o equivocaciones

tengo que perdonar de mi mismo?

Si no somos capaces de perdonarnos a nosotros mismos no podremos aceptarnos

ni mucho menos permitirnos nuestra propia transformación.

Declaración de AMOR

Cuando declaro que te amo, me comprometo a que te llegue mi amor, esta

declaración también es una puerta gigante a nuestro trascender, cuando amamos

los hechos de nuestra vida, generamos de forma automática juicios que nos abren

posibilidades e interpretaciones positivas de la realidad, podemos ver mas allá y con

ello captar una mayor sabiduría.

Personalmente estoy convencido que Jesús sabía lo que decía cuando declaraba

“EL AMOR ES EL CAMINO” que increíble que dos mil años después desde el

Coaching Ontológico y la Psicología avanzada topemos con la misma sabiduría,

volviendo a confirmar desde la ciencia moderna lo que muchísimos sabios y

espirituales ya dijeron hace miles de años atrás.

Cuando declaramos amor, nos estamos comprometiendo a servir al regocijo del otro,

el amor es acción en sí mismo, es compromiso en sí mismo, es una de las

declaraciones más elevadas que un ser humano puede llegar aspirar comprender, el

amor es la puerta de salida para lograr la trascendencia humana y conocer a dios.

Cuando aplicamos el Coaching como herramienta al desarrollo de otro ser humano,

estamos dando la mayor cuota de amor que podemos entregarle a otro ser humano



desde este plano terrenal, le estamos sirviendo como medio para elevar su

crecimiento espiritual, es una de las metas más elevadas que podemos servir en

nombre del amor como dice M. Scott Peck en La Nueva Psicología del Amor,

Edición 1999

Erich Fromm también ha hecho grandes aportes sobre el amor En el Arte de Amar

(1956)

A quien o quienes deseamos declararles nuestro amor? Nos amamos a nosotros

mismos? Amamos a quien tenemos enfrente? Nos está dando la talla para declarar

TE AMO?

“El amor es compromiso, el amor es voluntad, el amor es acción, el

amor es trascenderse así mismo hasta llegar a Dios, es volver a casa

uniéndonos en la imagen y semejanza con el creador.”

Victor Emmanuel Pérez

Declaración de GRATITUD

Cuando hablamos de gratitud, hablamos de aceptación y de bendición, cuando

decimos gracias le damos la bienvenida a la vida y a la existencia misma, es permitir

que fluya lo que nos existe.

Debemos aclarar frente a esta declaración que gratitud no es lo mismo que deuda

moral, de aquel que recibe ayuda y luego se siente en deuda, tiende a evitar a quien

le ayudo, en cambio la gratitud de la que hablamos, el beneficiado, suele buscar a su

benefactor para estrechar aun mas su relación.



Aquí la diferencia es que el receptor de la ayuda o beneficio, es consciente de la

intensión de altruismo de quien le ayuda y lo recibe como un regalo, los regalos que

percibimos de la existencia misma, que podemos hacer conscientes, disparan

naturalmente un sentimiento de gratitud.

La gratitud es un peldaño por encima de la aceptación, desde la gratitud, nuestro

espíritu siente regocijo, desarrollamos un estado de ánimo positivo de paz y serena

ambición.

“La gratitud no es solo la mayor de las virtudes, sino la madre de todas

las demás.”

Cicerón

Expreso mi sentimiento de gratitud a quien este leyendo esta tesina, mi

querido lector gracias a tu existencia, mi trabajo cobra sentido!

Victor Emmanuel Perez



Confianza

Cuando hablamos de confianza decimos que la confianza es un juicio que

declaramos, según el Coaching Ontológico la confianza se basa en 4 juicios

subyacentes.

1. Confiabilidad

2. Sinceridad

3. Competencia

4. Involucramiento

Confiabilidad

Decimos que la confiabilidad es la capacidad que tiene una persona de cumplir sus

promesas, cuanto confiarías en una persona que de cada 10 promesas cumple 7 y

tiene 3 excusas?

Desde la autoestima este juicio de la confiabilidad lo observamos de la siguiente

manera. Cumplimos las promesas que nos hacemos a nosotros mismos? Que tan

confiables somos ante nuestros ojos? Comenzaste la dieta que te propusiste la

semana pasada? Arrancaste el Gimnasio?

La confiabilidad es un elemento fundamental de nuestra autoestima, desde mi punto

de vista siempre que faltamos a nuestra propia confianza nos auto traicionamos. Y



que pasa cuando nos auto-traicionamos? Le atribuimos la responsabilidad al mundo

que nos rodea transformándonos en víctimas de las situaciones.

Cuando yo me auto traiciono necesito crear una historia que le de sentido a lo que

acontece, muy pocas veces me hago cargo del incumplimiento de mis promesas,

siempre busco responsables en el mundo externo.

La pregunta es, con que me comprometo? Soy protagonista y cumplo las promesas

que me hago o permito que las excusas me ganen?

Aquí existe un punto fundamental en el desarrollo de auto-valorarnos, el

cumplimiento de nuestras promesas es lo que valemos frente a nuestros ojos.

Qué pasa si no cumplo mis promesas? Qué pasa con mi seguridad? Qué pasa con

mi poder? Imaginemos que hace 10 veces me vengo proponiendo comenzar una

actividad y por una u otra causa no cumplo con mi promesa y siempre tengo una

excusa…

La vez nro. 11 que decida volver hacer una promesa a mi mismo para crear la

realidad deseada, como me voy a sentir? Voy a estar seguro que lo puedo lograr?

Es increíble como la confiabilidad es una pieza fundamental de nuestra autoestima.

“Si hay algo en nosotros verdaderamente divino, es la voluntad. Por ella

afirmamos la personalidad, templamos el carácter, desafiamos la

adversidad, reconstruimos el cerebro y nos superamos diariamente.”

Santiago Ramón y Cajal



Sinceridad

La sinceridad implica respeto por la verdad, el juicio de sinceridad hacia los demás

generalmente lo disparamos por su lenguaje corporal, su tono de voz, la falta de

fundamento o pruebas frente a sus excusas de incumplimiento de alguna promesa.

También podemos sustentar este juicio en cuanto a, si sus afirmaciones se

corresponden con los hechos concretos que el mundo nos muestra o no.

Por ejemplo: si una persona afirma ser puntual y nosotros la vemos llegando todos

los días tarde al trabajo, decimos que esta persona no es sincera.

Años de análisis ético y filósofos que han entregado mucho tiempo a dilucidar el

tema de la sinceridad, y de lo complejo que es manejarse en el mundo desde una

sinceridad absoluta, sin filtros.

La sinceridad enfocada al auto-estima, es crucial, decimos que es fundamental ser

sinceros con nosotros mismos, desde la sinceridad con nosotros mismos nos

abrimos las puertas al autoconocimiento.

Me gustaría ir un paso mas allá en cuanto a la sinceridad, ya que a mi criterio, la

evalúo como una virtud fundamental del ser humano. Existe muchos relatos

históricos que afirman que ser sinceros trae inconvenientes en las relaciones

humanas, desde mi punto de vista particular y después de haberle entregado

algunos años de meditación al tema de la sinceridad, he llegado a la conclusión que

el problema no es ser sincero, sino en la forma que decimos las cosas y para que las

decimos.



Podemos elegir siempre ser sinceros, siempre que nuestras palabras correspondan

con nuestras verdaderas intensiones, también podemos llamarnos al silencio y

mantener nuestra integridad.

Analicemos también que motiva a los hombres a no ser sinceros, desde mi

observador cuando no estamos siendo sinceros con nosotros mismos o frente a otro

ser humano es porque, existe un juicio subyacente frente a la verdad, y ese juicio lo

hacemos desde nuestro observador.

Por ejemplo: Si yo veo que mi abuela se tiño de fucsia y cree que es pelirrojo, se me

puede disparar frente a la verdad “que es mi abuela se tiño de fucsia” un juicio que

dice, si le decís la verdad a tu abuela se va a sentir mal, o está mal que le digas a tu

abuela que no es pelirrojo, la podes decepcionar, etc.

Frente a ese juicio (muchas veces automático), a veces los hombres pasamos por

alto la verdad sustentándonos en un juicio subyacente que no siempre tiene

fundamento y no sabemos si realmente será así.

Por otro lado podemos percibir que la existencia misma es verdad, los hechos que

acontecen en el mundo que percibimos son verdaderos, por lo tanto negar la verdad

es negar parte de la existencia misma intentando vivir en una burbuja de ilusión.

En cuanto a nosotros mismos, elegimos ser sinceros? Elegimos ser sinceros frente a

los demás? Como nos sentimos cuando nos sinceramos?

Puedo afirmar desde mi puntito que la sinceridad es el primer paso para la

aceptación de la existencia misma. Sin sinceridad que somos?



“En vez de amor, dinero o fama, dame la verdad.”

Henry David Thoreau

La Competencia

Cuando hablamos de competencia hablamos de la capacidad o habilidad que tiene

una persona para alcanzar lo que desea o lo que se propone.

Este juicio enfocado al autoestima, depende directamente de nuestra capacidad de

auto-observación y auto-evaluación objetiva, cual va a ser nuestro criterio de

medición para fundamentar este juicio de si somos competentes o no lo somos?

En que fundamentamos el juicio de la competencia frente a los demás?

Esto es fundamental, primero hacer consciente con que estándares estamos

evaluando dicha competencia, talvez el mejor criterio es el lograr los resultados

esperados. De todos modos en esta tesina invito al lector a profundizar el análisis de

este juicio de competencia, entendiendo que las personas nos encontramos

existiendo en un constante devenir.

Que tan importante es el juicio de la competencia como para la confianza, con vos

mismo y con otro ser humano? Crees que él no ser competente en algo te abre o

cierra posibilidades?

“Para depositar su confianza en sus líderes, las personas necesitan

pruebas de su competencia. Tienen que sentir que sus líderes merecen su

confianza en virtud de su carácter y competencia profesional.”

http://www.proverbia.net/citasautor.asp?autor=979



Warren Bennis

El involucramiento

Desde el Coaching Ontológico decimos que el Involucramiento es la elección de

comprometernos con la relación que tenemos con nosotros mismos y con los demás

es inherente a la voluntad y al compromiso.

El grado de involucramiento que tenemos con nosotros mismos es en última

instancia lo que eleva nuestra confianza en nosotros mismos. Como voy a confiar en

mi si no estoy involucrado con migo mismo? Como voy a mejorar mi relación de

pareja si no me encuentro involucrado a mejorarla?

Es importante entrar en la profundidad de este juicio y analizar cuáles van a ser los

indicadores o los fundamentos en los que sustentamos el juicio del involucramiento.

Cuáles son los criterios e indicadores que vamos a utilizar para medirlo? Somos

conscientes? Si se trata de una relación el otro tiene conocimiento de cuál es

nuestro criterio para medir su nivel de involucramiento?

“Tenemos que reconocer que no puede haber relaciones a menos que

haya un compromiso, a menos que haya lealtad, a menos que exista el

amor, la paciencia, la persistencia.”

Cornel West.



Un vivir responsable

El primer punto a destacar este apartado está en que podamos hacernos

conscientes y delimitar nuestro espacio de responsabilidad.

Frente al apartado anterior podemos postular que somos responsables de lo que

pensamos, de lo que sentimos, de lo que hacemos, de lo que decimos y por sobre

todas las cosas de nuestros juicios.

Esto significa que soy responsable de mis pensamientos y la intensión con la cual

están dirigidos, somos también responsables de nuestras necesidades emocionales

y de cada uno de nuestros sentimientos, también somos responsables de las

acciones que movilizan esos sentimientos, ya sea actuando en el mundo o

comunicándolo verbalmente.

Para aumentar nuestra autoestima es fundamental trabajar nuestro nivel de

responsabilidad frente a nuestros deseos, asumimos esa responsabilidad o la

delegamos en el mundo externo?

Si surge un problema, se preguntan: "¿Qué puedo hacer para solucionarlo? ¿Qué

posibilidades de acción tengo a mi alcance?"

La autorresponsabilidad comprende realizaciones como las siguientes:

Soy responsable de mis elecciones y acciones.

Soy responsable del modo en que utilizo mi tiempo.



Soy responsable del nivel de conciencia que aplico a mi trabajo.

Soy responsable del cuidado o la falta de cuidado con que trato a mi cuerpo. Soy

responsable de mantener las relaciones que decido entablar o en las que elijo

continuar.

Soy responsable del modo en que trato a los demás: Mi cónyuge, mis hijos, mis

padres, mis amigos, mis socios, mi jefe, mis subordinados, el vendedor de una

tienda.

Soy responsable del significado que doy o dejo de dar a mi existencia.

Soy responsable de mi felicidad.

Soy responsable de mi vida en lo material, lo emocional, lo intelectual y lo espiritual.

Cuando hablo de "ser responsable" en este contexto, no quiero decir ser receptor de

acusaciones o culpas morales, sino ser el principal agente causal de la propia vida y

conducta (nuestro propio creador).

La autorresponsabilidad, racionalmente concebida, es indispensable para una buena

autoestima. Evitar la autorresponsabilidad nos hace víctimas de nuestra propia vida.

Nos vuelve indefensos. Otorgamos poder a todos, menos a nosotros mismos.

Cuando nos sentimos frustrados buscamos echarle la culpa a alguien; son otros los

que tienen la culpa de nuestra desdicha.

En contraste, la apreciación de la autorresponsabilidad puede resultar una

experiencia vigorizadora y tonificante. Vuelve a poner nuestra vida en nuestras

manos.



Decimos que frente a la responsabilidad somos capaces de recuperar nuestro poder

para crear la realidad que deseamos.

“Con la libertad viene la responsabilidad. Para la persona que no está

dispuesta a crecer, la persona que no quiere llevar su propio peso, esta

es una perspectiva aterradora.”

Eleanor Roosevelt

Vivir conscientemente

Cuando hablamos de consciencia estamos hablando de la capacidad de auto-

observación, sin consciencia es imposible hacer cambios duraderos a lo largo del

tiempo, este es el famoso conocerse a uno mismo que han hecho alusión cientos de

sabios a lo largo de la historia de la humanidad.

Cuando somos conscientes tenemos la capacidad de ver, de distinguir y por lo tanto

si podemos ver y distinguir también podemos cambiar lo que vemos en nosotros

mismos y junto con ello las respuestas que recibimos del mundo.

A esto desde el Coaching Ontológico le llamamos cambio de observador… Podemos

afirmar que el primer paso para el cambio de observador es auto-observarse y el

segundo paso es cambiar algún juicio que tiene ese observador, sobre sí mismo o

sobre la realidad.

Principalmente se trata de como estamos observando una situación.

Nuestra observación se encuentra siempre distorsionada por nuestros JUICIOS…



Desde la Mirada de Rafael Echeverría podemos afirmar lo mismo desde el lenguaje,

ya que las creencias, son pequeñas historias que nos contamos a nosotros mismos

o que nos contaron y asumimos como propias.

Elevar la Consciencia es el camino a trascender este mundo.

“La conciencia es la presencia de Dios en el hombre.”

Victor Hugo

VI. Conclusiones

Importancia de la autoestima

La autoestima permite a las personas enfrentarse a la vida con mayor confianza,

benevolencia y optimismo, y por consiguiente alcanzar más fácilmente sus objetivos

y auto-realizarse.

Hablamos de autoestima elevada cuando podemos captar que somos nosotros los

que podemos transformar nuestra vida en todos los aspectos, cuando podemos

distinguir que somos nuestro mejor compañero en todos los aspectos, cuando

podemos percibir valor en nosotros mismos.



Cuando nos aceptamos, nos sentimos dignos de ser quienes somos, valoramos

nuestras capacidades y virtudes, nos sentimos responsables de lo que elegimos,

somos sinceros con nosotros mismos, cumplimos nuestras promesas.

Cuando desarrollamos una autoestima elevada, ya el mundo que nos rodea tiene

muy poco o nulo impacto sobre nuestra emocionalidad, sentimos que ya lo que

acontece en mi vida no depende de los demás, sino de mi mismo.

Comenzamos a desarrollar una preferencia por tener nuestro propio espacio de

soledad y de intimidad, generamos y establecemos una relación solida con nosotros

mismos, nos auto-indagamos, nos autoevaluamos y nos acompañamos a nosotros

mismos, nos respetamos, en resumidas palabras esto es “Amarnos a nosotros

mismos”

Es imposible la salud psicológica, a no ser que lo esencial de la

persona sea fundamentalmente aceptado, amado y respetado

por otros y por ella misma.

Abraham Maslow

http://es.wikipedia.org/wiki/Salud

http://es.wikipedia.org/wiki/Psicolog%C3%ADa

http://es.wikipedia.org/wiki/Abraham_Maslow



Pirámide de Abraham Maslow

La pirámide de Maslow, o jerarquía de las necesidades humanas, es una

teoría psicológica propuesta por Abraham Maslow en su obra Una teoría sobre la

motivación humana.

Maslow formula en su teoría una jerarquía de necesidades humanas y defiende que

conforme se satisfacen las necesidades más básicas (parte inferior de la pirámide),

los seres humanos desarrollan necesidades y deseos más elevados (parte superior

de la pirámide).



Necesidades Fisiológicas:

Son necesidades fisiológicas básicas para mantener la homeostasis (referentes a la

supervivencia):

Necesidad de respirar, beber agua (hidratarse) y alimentarse.

Necesidad de dormir (descansar) y eliminar los desechos corporales.

Necesidad de evitar el dolor y tener relaciones sexuales.

Necesidad de mantener la temperatura corporal, en un ambiente cálido o con

vestimenta.

Necesidades de Seguridad y Protección

Surgen cuando las necesidades fisiológicas están satisfechas. Se refieren a sentirse

seguro y protegido:

Seguridad física (asegurar la integridad del propio cuerpo) y de salud (asegurar

el buen funcionamiento del cuerpo).

Necesidad de proteger tus bienes y tus activos (casa, dinero, automóvil, etc.)

Necesidad de vivienda (protección).

Necesidades sociales (afiliación)



Son las relacionadas con nuestra naturaleza social:

Función de relación (amistad, pareja, colegas o familia).

Aceptación social.

Necesidades de estima (reconocimiento)

Maslow describió dos tipos de necesidades de estima, una alta y otra baja.

La estima alta concierne a la necesidad del respeto a uno mismo, e incluye

sentimientos tales como confianza, competencia, maestría, logros,

independencia y libertad.

La estima baja concierne al respeto de las demás personas: la necesidad de

atención, aprecio, reconocimiento, reputación, estatus, dignidad, fama, gloria, e

incluso dominio.

La merma de estas necesidades se refleja en una baja autoestima e ideas de

inferioridad. El tener satisfecha esta necesidad apoya el sentido de vida y la

valoración como individuo y profesional, que tranquilamente puede escalonar y

avanzar hacia la necesidad de la autorrealización.

La necesidad de autoestima es la necesidad del equilibrio en el ser humano, dado

que se constituye en el pilar fundamental para que el individuo se convierta en el

hombre de éxito que siempre ha soñado, o en un hombre abocado hacia el fracaso,

el cual no puede lograr nada por sus propios medios.



Autorrealización

Este último nivel es algo diferente y Maslow utilizó varios términos para denominarlo:

«motivación de crecimiento», «necesidad de ser» y «autorrealización».

Es la necesidad psicológica más elevada del ser humano, se halla en la cima de las

jerarquías, y es a través de su satisfacción que se encuentra una justificación o un

sentido válido a la vida mediante el desarrollo potencial de una actividad. Se llega a

ésta cuando todos los niveles anteriores han sido alcanzados y completados, o al

menos, hasta cierto punto.

“La satisfacción de la necesidad de autoestima conduce a sentimientos

de autoconfianza, valía, fuerza, capacidad y suficiencia, de ser útil y

necesario en el mundo.”

Abraham Maslow

Como podemos apreciar en el grafico anterior, las necesidades de autoestima recién

hacen su aparición en un cuarto nivel, una vez que nosotros como ser humano ya

hemos satisfecho las necesidades de fisiología, seguridad, y filiación. Por eso la

autoestima se encuentra tan ligada al éxito, desde mi observador afirmo que la

autoestima es el eslabón que nos permite auto trascendernos como seres humanos,

es el camino que nos lleva desde la clásica teoría Darwiniana del Animal a

transformarnos en seres superiores dominados por su propia voluntad.



Podemos también afirmar que antes de desarrollar una autoestima elevada, somos

seres humanos que, nos encontramos sujetos a las leyes de la naturaleza y por lo

tanto a la ley causa y efecto, y al no disponer de un dominio elevado de nuestra

voluntad, nuestros pensamientos, nuestras emociones y nuestras acciones, nuestro

libre albedrio se encuentra muy limitado.

Esto también lo afirma Rafael Echeverría cuando dice:

“El ser humano que logra acceder a todo su potencial de libertad, es

aquel que somete su existencia al rigor de la autenticidad, que aprende

a enjuiciar los juicios, a evaluar las evaluaciones, a examinar los

valores que encuentra a la mano. Ello lo obliga, por lo tanto, a

trascender muchas de las formas heredadas que hacen la demarcación

entre el bien y el mal y toma la responsabilidad de crear esa

demarcación nuevamente para sí.”

Para poder hacer uso de nuestra liberad, primero es necesario desarrollar una

elevada autoestima, de ahí que muchas religiones y prácticas religiosas avanzadas

practican el desapego, lo que intentan es lograr un dominio superior de sí mismo,

aumentando su nivel de voluntad y de sus juicios automáticos, independientemente

de si se encuentran satisfechas o no sus necesidades básicas.

Un ser espiritual avanzado, entiende que para mantener un estado de plenitud

elevado, el equilibrio es muy delgado y se basa en la distinción y corrección de sus

juicios propios, por eso la necesidad de fortalecer su voluntad para dominarse a si

mismo.



Una autoestima elevada, permite que seamos más ambiciosos respecto a lo que

esperamos experimentar emocional, creativa y espiritualmente.

Desarrollar la autoestima es ampliar la capacidad de ser felices; la autoestima

permite tener el convencimiento de merecer la felicidad. Cuando hablamos de este

convencimiento, lo hablamos como certeza desde una capacidad de tomar

consciencia, vemos en nosotros mismos tanta belleza, que nos damos cuenta,

nuestra propia dignidad de ser amados.

Comprender esto es fundamental, y termina aportando beneficio a todos, de ahí que

muchas teorías afirman que para amar a los demás es necesario antes amarse a

uno mismo.

El desarrollo de la autoestima positiva aumenta inevitablemente la capacidad de

tratar a los demás con respeto, benevolencia y buena voluntad, por varias razones

fundamentales.

Primero, me doy cuenta que no necesito nada y si necesito algo sé que soy

responsable de mis necesidades por ende el otro no tiene grado de responsabilidad

en ello.

Segundo como ya me amo, me conozco, me respeto a mí mismo y soy consciente

de mi propia dignidad. Puedo ver a los demás con los mismos ojos, por lo tanto

naturalmente voy a amarlos, reconocerlos, ver su belleza y respetar su dignidad.

El amor a los demás y el amor a nosotros mismos no son

alternativas opuestas. Todo lo contrario, una actitud de amor

hacia sí mismos se halla en todos aquellos que son capaces de

amar a los demás.

http://es.wikipedia.org/wiki/Espiritualidad

http://es.wikipedia.org/wiki/Amor



Erich Fromm

José-Vicente Bonet, en su libro Sé amigo de ti mismo: manual de autoestima,

recuerda que la importancia de la autoestima es algo evidente:

La importancia de la autoestima se aprecia mejor cuando cae

uno en la cuenta de que lo opuesto a ella no es la heteroestima, o

estima de los otros, sino la desestima propia, rasgo

característico de ese estado de suma infelicidad que llamamos

«depresión». Las personas que realmente se desestiman, se

menosprecian, se malquieren..., no suelen ser felices, pues no

puede uno desentenderse u olvidarse de sí mismo.

José-Vicente Bonet

Ha sido un honor poder compartir esta información con ustedes, muy

amablemente me despido, con un fuerte abrazo a la distancia.

Victor Emmanuel Pérez

Mi correo para cualquier duda o consulta es [email protected]

http://es.wikipedia.org/wiki/Erich_Fromm

http://es.wikipedia.org/wiki/Depresi%C3%B3n_(psicolog%C3%ADa)



VII. Biografía

John Grinder y Richard Bandler desde la PNL “De Sapos a Príncipes”.

CÓMO MEJORAR SU AUTOESTIMA, Nathaniel Branden

Rodríguez, Estrada Mauro, 10ª. Reimpresión 1998

Ontología del Lenguaje, Rafael Echeverría

M. Scott Peck en La Nueva Psicología del Amor 1999

El Arte de Amar Erich Fromm 1956

Maslow Abraham, A Theory of Human Motivation 1943

Pérez, M. (1992) Autoestima.

Daniel Goleman. Healing emotions.

Ross, Martín. El Mapa de la Autoestima. 2013.

PIERSON, Marie Louise (1992) La imagen personal.

Página personal de José-Vicente Bonet

Albert Ellis, Windy Dryden. The Practice of Rational Emotive Behavior

Therapy

El Mundo no sabe lo que somos, Ladislao Huber, 2da edición 2008

Una Espiritualidad desde abajo, Anselm Grün

Coaching Aplicado Al AUTOESTIMA Victor Emmanuel Perez

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