Claves Ansiedad

download Claves Ansiedad

of 112

Transcript of Claves Ansiedad

  • 7/30/2019 Claves Ansiedad

    1/112

    Julio-Agosto 2011 AO LX N 974 P.V.P. 7

    La sociedaddepresiva Estrs y ansiedaden profesores Consecuenciaspsicolgicas del

    desempleo

    Ansiedad ydepresin enla vejez

    Emociones que nos rompen:ansiedad y depresin

    RTICA

  • 7/30/2019 Claves Ansiedad

    2/112

  • 7/30/2019 Claves Ansiedad

    3/112

    RTICA S N 974 S J-Ag 2011

    editorial

    La sociedad actual est aquejada de una pro-funda crisis de esperanza que los expertos cali-fican como la sociedad depresiva. Estamos apesa-dumbrados. Y la recesin, el paro, la inseguridad, elindividualismo no son razones suficientes para ex-plicar este abatimiento de nimo. El sentimientodepresivo de la sociedad contempornea hunde susraces ms profundas en una crisis de sentido. Hoy,las personas se encuentran, como nunca antes, so-las consigo mismas, en una sociedad que les hacecreer que pueden decidir nicamente en nombre desu experiencia, de sus exigencias subjetivas. Elactual universo cultural nos quiere dar a entenderque todo nos es posible, que vivimos en un mundosin lmites y que cada cual puede decidir segn susdeseos. La sociedad consumista, por su parte, des-virta el sentido de la felicidad haciendo creer quese encuentra en el consumo, la posesin de bienesy la satisfaccin inmediata. Favorece una confusinentre la felicidad y el bienestar que no son, obvia-mente, lo mismo. La conciencia generalizada de cri-sis es el resultado de los espectaculares cambiossociales a los que asistimos, de las nuevas formasde relacionarnos, de las ideologas que se desmoro-nan y hasta de la distorsin del hecho religioso. Noes extrao, por tanto, que el ser humano, hoy, seasuma en la ms radical vivencia de vaco.

    En un mundo sin lmites, la angustia, los esta-dos depresivos y de ansiedad no estn lejos deir en aumento. Las personalidades actuales, enfer-mas de subjetivismo, corren el riesgo de vivir enun universo idealista y desencarnado en el que im-pera la lgica de la impotencia. El ser humano mo-derno necesita competir porque se siente insatis-fecho y desea controlar porque se siente atemori-zado, vido de seguridad y de certezas. Incapaz decomprender que la verdadera seguridad es laaceptacin de la inseguridad sobre la que nuestrapropia vida se construye. Carl Jung, muy acertada-mente, cit estas palabras de Ochwiay Biano, diri-gente indio de Nuevo Mxico: Los blancos tienencaras tensas, miradas fijas y una conducta cruel(). Estn siempre incmodos e inquietos. No sa-bemos qu quieren. Creemos que estn locos1.Efectivamente, la identidad contempornea tratade apaciguar su locura y su vaco tratando de lle-

    nar con objetos y fantasas su hasto existencial.Sin embargo, lo mejor de la magnfica posibilidadque es vida nos invita constantemente a ser alcan-zado: el amor, la libertad, la belleza, la alegra, lagenerosidad Lo malo es que nuestra persistentemiopa nos impide percibirlos como sumandos quenos plenifican, absortos en lo accesorio y su falsaprioridad: dinero, prestigio, fama, triunfo, imagen,posicin social Cosas todas que a la larga reve-lan su menuda dimensin, despus de haberamargado, agobiado y deprimido la biografa dequienes las consideraban esenciales.

    La cadena ms acerada e irrompible es aquellaque nuestro propio yo nos echa al cuello.Para acabar con la sociedad depresiva que nosacosa es necesario desvincular el bien-estar delmucho-tener. Abraham Maslow descubri que to-das las personas que el denominaba autorreali-zadas estaban dedicadas a alguna tarea fuera des mismas, tarea a la que amaban y se entrega-ban de forma apasionada y desinteresada.Tambin Ghandi resalt que el poder basado enel amor es mil veces ms efectivo y duradero queel poder derivado de cualquier miedo: miedo a noconseguir la felicidad, miedo a los ms prximos,miedo a la insatisfaccin, miedo a la pequeezpropia... Erich Fromm escriba en la ltima pginade su Arte de amar: el amor es la nica respues-ta sensata y satisfactoria al problema de la exis-tencia humana. Y hasta Joan Maragall expres lamisma intuicin hace cien aos: Amar, esto es lavida. Amar hasta el punto de poder darse por elamado. Poder olvidarse de uno mismo, esto es seruno mismo; poder morir por algo, esto es vivir.

    El verdadero bienestar, en definitiva, es estar

    bien con uno mismo. La felicidad, el equilibrio,quiz consista en preservar el propio yo, no otro.Aceptarse reflexiva y humildemente tal como se es.Dejar de aspirar a ser alguien, o a ser mejor, o a lle-gar el primero, porque es posible que lleguemos,pero sin nadie a nuestro lado, aplazadas las tareasde la amistad y del amor. A la felicidad, o a sus cer-canas, nunca se llega a solas. Este es el camino porel que ha de transitar esta cansada y hastiadsimasociedad para que de una vez por todas se tropiecede bruces con la esperanza.

    Una sociedad depresiva, un ser humano miope

    31 Jung, Carl. Recuerdos, sueos, pensamientos. Seix Barral. Barcelona 1999

    Manuela Aguilera

  • 7/30/2019 Claves Ansiedad

    4/112

    N 974 Julio-Agosto 2011

    Periodicidad bimestral

    EditaFundacin Castroverde

    DirectoraManuela [email protected]

    MaquetacinVirginia Fernndez [email protected] [email protected]

    Colaboran en este nmeroBegoa Aguirre Palacio, NorbertoAlcover, Edurne Alonso, Ana AzkargortaPrat, Victoria del Barrio, Silvia Berdullas,Victoria Cadarso, Esther Calvete, AntonioCano Vindel, Carmen FernndezAguinaco, Enrique G. Fernndez-Abascal,Cecilia Garca, J. Francisco Gallego Prez,Ins M Gmez Chacn, Esther Gonzlez,Itziar Iruarrizaga, Lourdes Lanez, JavierLpez, Mara Dolores Lpez Bravo, JavierMartnez Corts, Javier Monje Arenas,Margarita Olmedo Montes, MaiteOrdez Mara, Mara Prieto Ursa, MJess Ramos, Cristina Rodrguez Cahill,Nieves San Martn, Mara Simn, JoaqunSurez Bautista, Carmen del Vando,Francisco Vicent Galdn.

    Consejo editorialMercedes Blanchard, Joaqun Campos , InsGmez, Carmen Llopis, Isabel Romero ,Mercedes Ruiz-Gimnez, Luis Snchez,Carlos Esteban.

    PublicidadAgustn Bravo

    [email protected]

    SuscripcionesIsabel [email protected] Luisa [email protected]

    Imprime: MAE

    Tarifas de suscripcinEspaa: 33 (IVA incluido)Extranjero: 40

    CRTICAC/ General Ora, 62 - 1 izq.

    28006 Madrid Tel.: 91 725 92 00Fax: 91 725 92 09Correo [email protected]

    Pgina web:www.revista-critica.comDepsito legal: M.- 1538-1958ISSN: 1131-6497

    editorial

    de mes a mes

    actualidad

    monogrfico

    Esta Revista ha recibido una ayuda de la Direccin General

    del Libro, Archivos y Bibliotecas para su difusin en

    bibliotecas, centros culturales y universidades de Espaa,

    para la totalidad de los nmeros editados en el ao 2010.

    .

    Una sociedad depresiva, un ser humano miopeMANuelA AGuilerA

    Nieves sAN MArtN

    Noticias instantneas, relaciones instantneas,mentes pasajeras?cArMeN FerNNdez AGuiNAco

    ENfOquE

    aNLISIS

    Cmo auda la psicoterapia enlos casos de depresin ansiedadBeGoA AGuirre PAlAcio

    Diferencias de gnero enla depresin de adolescentes jvenesesther cAlvete

    Consecuencias psicolgicas del desempleoMArGAritA olMedo MoNtes

    JAvier MoNJe AreNAs

    Ansiedad depresin en la vejezMArA dolores lPez BrAvo

    Vulnerables o resistentes a situaciones traumticas?eNrique G. FerNNdez-ABAscAl

    Ansiedad estrs en el parto depresin postpartolourdes lANez

    Estrs en el cerebro.Superar la ansiedad en matemticasiNs M GMez chAcN

    esther GoNzlez

    DIRECCIONES TILES

    Ansiedad depresin: dos presenciasque nos rompen, hoJ. FrANcisco GAlleGo Prez

    La sociedad depresiva. Una esquina a laque no lleg el paraso?JAvier MArtNez corts

    Sufrimiento, culpa muerte comocausas de ensiedad depresinitziAr iruArrizAGA

    Depresin ansiedad ho. Patologa o normalidad?ANA AzkArGortA PrAtMAite ordez MArA

    La ansiedad, claves para manejarlaANtoNio cANo viNdel

    Los trastornos afectivos en la infancia la adolescenciavictoriA del BArrio

    Estrs ansiedad en profesoresMArA Prieto ursAPacientes con ansiedad depresin. La atencin en losservicios pblicos de saludcristiNA rodrGuez cAhill

    RTICA

    03

    06

    08

    12

    17

    21

    253137

    4247

    51

    55

    61667176

    80

    85

    Emociones que nos rompen:ansiedad y depresin

  • 7/30/2019 Claves Ansiedad

    5/112

    El Centro Atlntico de Arte Moderno.Punto de encuentro del arte tricontinentalFrANcisco viceNt GAldN

    RTICA S N 974 S J-Ag 2011

    Ansiedad depresindesde la perpectiva de la psicologa EnergticavictoriA cAdArso

    COORDENaDaS

    La invencin de los transtornos mentalessiembra la polmica. Entrevista a Marino PrezedurNe AloNso y silviA BerdullAs

    ENTREvISTa

    Italia celebra 150 aos de su ReunificacincArMeN del vANdo BlANco

    SOCIEDAD

    El hijo de No. Eric-Emmanuel ScmittEl jardn olvidado. Kate MortonExcusas para no pensar. Eduardo PunsetEl vals lento de las tortugas. Katherine PancolMArA siMN

    LIBROS

    Almagro OffJAvier lPez

    Mirando a tres bandasMArA Jess rAMos

    TEATRO

    El PadrinoCars 2ceciliA GArcA

    CINE

    Pujalte vs PujaltevirGiNiA FerNNdez

    TV

    El esplendor de la bellezaNorBerto Alcover

    FE y CULTURA. Titanio reluciente

    ARTE

    PaRa SaBER MS

    cultura

    86

    89

    93

    94

    96

    100

    102

    104

    106

    107

    108

    5

    DECLOgO

    JoAquN surez BAutistA

  • 7/30/2019 Claves Ansiedad

    6/112

    demesamesNieves San Martndemesames

    O rlando Mrquez, porta-voz del arzobispadode La Habana, responde, enla revistaPalabra Nueva, aldiputado del Partido Popu-

    lar Tefilo de Luis. De Luiscritic la colaboracin ver-gonzante del cardenal Or-tega con el rgimen castris-ta, acusndole de presionara los presos y de no actuaren nombre de la Iglesia.

    Mrquez afirma: en estostiempos cualquiera emite una opinin, aunque no tengabuena informacin, o no tenga ninguna porque hoysuele vender ms la opinin agresiva y denostadora. Perorecuerda que la comunicacin y quienes se profesan cris-tianos necesitan de la verdad. Tras aclarar los hechos, sise mantienen las posturas erradas, aade, eso ya no podra

    considerarse ignorancia sino perversidad.

    Cuando el cardenal reciba en 2010 a las Damas deBlanco, se abra un posible proceso de mediacin. LaIglesia se convirti en tercera parte como mediadora,convencida de que le corresponda actuar ante elacoso.

    Los reclamos de las Damas de Blanco y los presosson en esencia distintos. Ellas pedan reunificacinfamiliar y los presos, cambios polticos. Las autoridadesreconocieron lo primero y no lo segundo. No se podapedir a la Iglesia que hablara por la oposicin. Se trata-ba slo de una mediacin humanitaria, afirma Mrquez.

    De 126 prisioneros excarcelados, 114 viajaron aEspaa con familiares, sumando unas 800 personas.

    Mrquez concluye que es incorrecto afirmar quefueron forzados al exilio, u obligados a viajar comocondicin para no seguir en prisin. Y ms an decirque el gobierno cubano y la Iglesia se aliaron paradesterrar a estas personas. La mejor prueba contra estaafirmacin, quizs, sean los doce que decidieron per-

    manecer en Cuba.

    l movimiento indigenista Survival Internationalha lan-zado la alarma de que un brote de enfermedad respirato-

    ria ha golpeado a una de las ltimas tribus nmadas delAmazonas, cuyo nmero ya haba sido diezmado por la gripey la malaria.

    Unos 35 nukak-maku, incluyendo nueve nios, fueron

    admitidos en el hospital de San Jos de Guaviare, al sur de laAmazonia colombiana, dijo Survival a los medios en junio,aadiendo que el consejero de salud Hctor Muoz informen la radio colombiana de que el hospital haba sobrepasa-do su capacidad, dejando a algunos nukak en camillas.

    Muchos miembros de la tribu estuvieron viviendo en uncampo de refugiados cerca de San Jos, desde que fueronexpulsados de su casa en la selva por guerrillas armadas yseores de la droga.

    Desde que salieron de la selva en 1988, ms de la mitadde la tribu ha desaparecido, en la mayora de los casos porenfermedades comunes causadas por el contacto con gentede fuera. Los indgenas estn ahora luchando por adaptarsea un nuevo modo de vida sedentario, viviendo en la perife-

    ria de ciudades y dependiendo de ayudas gubernamentalespara sobrevivir.

    En diciembre de 2010, un lder de la tribu hizo un llama-miento desesperado a favor de la supervivencia de su pueblo,ante la comisin de derechos humanos del pas. Queremos

    volver a la selva dijo Joaqun Nuk- de donde la guerrilla delas FARC nos oblig a salir no sabemos por qu.

    LA LTIMA TRIBUNMADA DELAMAZONAS SEEXTINGUE

    CUBA: MEDIACIN HUMANITARIA, NO P0LTICA

    RTICA S N 974 S J-Ag 2011

    Orlando Mrquez6

  • 7/30/2019 Claves Ansiedad

    7/112

    RTICA S N 974 S J-Ag 2011

    demesamesNieves San Martn

    Reporteros sin Fronteras (RsF) lamenta la irresponsabilidad de un estu-diante de Estados Unidos que se hizo pasar por la bloguera siria Amina,de Damasco. Esto no se debe permitir ya que afecta a la credibilidad de losblogueros sirios que, a pesar de la brutal represin del presidente Bashar Al-Assad, arriesgan todo por mantener informados a sus conciudadanos y alresto del mundo.

    Tom MacMasters, un estudiante estadounidense, desde Escocia, reconocihaber sido el autor deA Girl Gay en Damasco,un blog en el que pretendaser Abdallah Amina, una mujer con doble nacionalidad estadounidense-siria.

    Lanzado en febrero, y escrito en ingls, comenz a ser conocido, ya queuna persona que se identific como primo de Amina, public una entrada enel blog diciendo que Amina haba sido secuestrada. La noticia circul y ms

    de quince personas se hicieron miembros de una pgina de Facebookdedica-da al tema. Reporteros sin Fronteras pidi su liberacin.

    Las dudas sobre la identidad del autor del blog empezaron a circular alinformar una mujer que la foto de Amina del blog se haba sacado de su cuen-ta privada de Facebook. Los investigadores de Electronic Intifada llegaron ala conclusin de que el responsable era McMasters, aunque ste lo neg.

    El caso est siendo utilizado por el rgimen sirio para socavar la credibi-lidad de la informacin en internet de opositores sobre la protesta en Siria yla violenta represin del rgimen. Sin embargo, el anonimato que proporcio-na internet ayuda a garantizar la seguridad en Siria y en muchos otros pa-ses como Vietnam, Birmania e Irn. Los blogueros utilizan una identidad falsapara expresar sus opiniones en Internet, porque saben que la transparenciapuede ser muy peligrosa. Un total de 125 ciudadanos de la red se encuentranactualmente en prisin por publicar en blogs o en internet.

    EL USO TORTICERO DE INTERNET

    E l comisario de Derechos Huma-nos del Consejo de Europa Tho-mas Hammarberg, seal el progra-maAccederde la Fundacin Secreta-riado Gitano (FSG) como bueno pa-ra mejorar la inclusin social de la po-blacin gitana

    Tras visitar Espaa, Hammar-berg envi a la ministra del ramoLeire Pajn una carta destacando losprogramas espaoles para la integra-

    cin de la poblacin gitana y losmbitos a afianzar: empleo, educa-cin, vivienda, salud y lucha contrala discriminacin y el antigitanismo.

    Seala que durante la ltimadcada, las tasas de poblacin gitana

    empleada han aumentado, en parti-cular gracias al programa Acceder,que ha facilitado el acceso de losgitanos al mercado laboral (...). Sin

    embargo, la actual recesin econ-mica que afecta a Espaa puedeponer en peligro estos logros.Recomend a las autoridades espa-olas mantener los compromisospolticos y financieros a los progra-mas vigentes.

    Resalta la situacin de quienesan viven segregados o en malascondiciones, y pide prestar especialatencin a los inmigrantes gitanosque tienen grandes obstculos paraacceder a una vivienda digna.

    Tras reconocer los logros en la

    escolarizacin primaria, hizo hinca-pi en la mayor tasa de abandono ensecundaria entre los gitanos. Resaltque los esfuerzos deben centrarseen estos para que ms gitanos finali-cen la educacin obligatoria y siganen la universidad.

    Por ltimo, pide mayoresesfuerzos para luchar contra losprejuicios hacia la minora gitana yrecomienda medidas para lucharcontra la discriminacin, especial-mente en los medios de comunica-cin, los mensajes polticos y la

    actuacin policial.

    PROGRAMAACCEDER, MODELO

    DE INTEGRACINGITANA El Cabildo Catedral de Crdoba, en colabo-racin con la Organizacin Nacional de

    Ciegos de Espaa (ONCE), es pionero enponer en marcha una iniciativa con la que pre-tende aportar un valor ms a la visita de estaobra nica en el mundo. Una gua facilitar elacceso a la informacin a las personas condeficiencias visuales.

    Con esta gua, de gran valor didctico, elCabildo aporta un novedoso material de difu-sin para invidentes, elaborado por la EscuelaTaller Fernando III el Santo, iniciativa compartida con el Museo Diocesano deCrdoba.

    El folleto aporta una mejora a la accesibilidad del edificio, a travs de la adap-tacin del folleto que actualmente difunde la catedral. Es un cuadernillo transcritoen braille con un plano adaptado realizado por alumnos del mdulo de Cermica,Moldes y Reproducciones de la citada Escuela Taller, en colaboracin con la ONCE.

    Dirigi los trabajos la monitora Aurora Montero, con el asesoramiento deMontserrat Lpez, de la Unidad de Adaptacin Documental de la ONCE Crdoba.

    Desde esta unidad se hizo la transcripcin al braille del texto del folleto y lasorientaciones del plano realizado por la Escuela Taller.

    Se propone que la diferenciacin de las distintas zonas que aparecen en elplano de las fases constructivas de la Catedral de Crdoba sean comprensibles paralas personas invidentes o de visin reducida. El plano ha sido elaborado a partir deuna matriz que sirve de base para realizar todas las reproducciones necesarias conla ayuda de una mquina de termoform facilitada por ONCE de Crdoba.

    Acto de presentacin de la gua

    LA CATEDRAL DE CRDOBA AL ALCANCEDE LAS MANOS

    7

  • 7/30/2019 Claves Ansiedad

    8/112

    RTICA S N 974 S J-Ag 2011

    8

    La transformacin de la cultura oral a la es-crita se fue produciendo a lo largo de siglos.Cuando al fin la escritura estuvo al alcance de

    una poblacin extensa, algunos se alarmaron.Aquello supona la prdida, entre otras cosas, de

    la memoria. Significaba cambiar la forma depensar. Tambin podra representar, como de he-

    cho lo hizo, la prdida de una vida comunitaria

    necesaria para la transmisin de valores cultura-les y religiosos de manera oral. Pero luego, con

    la llegada de los medios audiovisuales, se volvi

    a despertar la alarma: el fin de la era Gutenberg,adems de afectar la capacidad de los estudian-

    tes para escribir y leer correctamente, supondra

    una prdida del sentido lineal y lgico del pen-

    samiento. Eso pondra en peligro la filosofa y laprofundidad del razonamiento. Un pensamiento

    mucho ms fragmentado provoca menos aten-cin y disminuye la capacidad de silencio y re-

    flexin, necesarias para un pensamiento crtico

    informado, quedaran limitadas.Estudiosos de los medios de comunicacin

    como Walter Ong o Neil Postman han advertido

    de los peligros y las ventajas de esta ltima era,llamada segunda oralidad. Neil Postman enAmusing ourselves to death(Divertirse a morir)

    ha puesto de relieve las consecuencias no siem-

    pre positivas de una educacin ms entreteniday variada, que obliga a los maestros a ser poco

    menos que actores de teatro, pero que a la lar-ga impide a los jvenes desarrollar una discipli-

    na, con consecuencias sociales graves. La glo-

    balidad y rapidez de las comunicaciones, dicentambin, disponibles para todos al mismo tiem-

    po, garantiza, por un lado, una cierta democra-

    tizacin de la informacin. Pero a la vez borralas fronteras de edad y dificulta la formulacin

    de una identidad que, por el acceso a una infor-

    macin quiz no adecuada al momento psicol-

    gico, salta etapas de desarrollo humano. Las

    consecuencias para las relaciones familiares y

    sociales son evidentes.Estos desarrollos del pensamiento y los

    ajustes de sistemas educativos y de medios de

    comunicacin, se fueron dando a lo largo desiglos y los cambios fueron, si bien dramti-

    cos, ms graduales. Pero la casi repentina

    aparicin de las redes sociales (empezandopor MySpace, siguiendo por la fenomenal

    Facebook con millones de usuarios y pasando

    a las ms profesionales, como Linkedin) supo-ne un cambio revolucionario mucho ms rpi-

    do y de consecuencias que solamente ahora se

    empiezan a vislumbrar. Tanto por el lado de losalarmistas que se niegan a utilizar las redes

    sociales por parecerles que invaden su intimi-

    dad y atentan contra su derecho a mantener suidentidad a salvo, como por el de los entusias-

    tas que fcilmente se vuelven adictos y se me-

    ten en interminables conversaciones sobre te-mas nimios, es claro que el uso de las redes

    sociales tiene algunos aspectos oscuros, pero

    posiblemente irremediables ya. Lo cierto esque tambin tienen el gran valor de conectar,

    reunir y construir una especie de comunidad

    virtual que tal vez sentimentalmente sustituyea la tribu perdida de la primera oralidad aun-

    que no tenga el valor de la tradicin y la esta-

    bilidad de las races. En los ltimos meses he-mos visto una gran variedad de usos de las re-

    des sociales con efectos polticos, sociales, en

    actualidad

    Desde Chicago

    actualidad

    Carmen Fernndez Aguinaco

    Noticias instantneas, relacionesinstantneas, mentes pasajeras?Las redes sociales y la transformacin social

  • 7/30/2019 Claves Ansiedad

    9/112

    RTICA S N 974 S J-Ag 2011

    actualidad

    ocasiones casi absurdos. Por ser tan nuevas, el

    modo de pensamiento lleva un cierto retrasocon respecto al uso y parece que en algunos

    momentos se aplican mecanismos de comuni-

    cacin ms antiguos a un modelo totalmente

    abierto, instantneo e imborrable. Veamos al-gunos casos ilustrativos y sintomticos:

    Anthony Weiner: el sexting de unpoltico no tan apuesto

    Un poltico joven y con ambicin acabade arruinar su carrera poltica por un flirteocon jovencitas en las redes sociales. Antho-ny Weiner, representante estatal demcratapor el Estado de Nueva York, llevaba una ca-rrera poltica bastante brillante. A los 46aos ya estaba en lnea para continuar as-

    cendiendo, quiz con el punto de mira en lapropia Casa Blanca. Pero no se le ocurrimejor modo de conquistar a las mujeres conlas que sexteaba, es decir, conversaba porTwitter con referencias fuertemente sexua-les, que envindoles fotos de s mismo enposiciones y ropa (o su ausencia) inadecua-da. Operando con paradigmas antiguos, qui-z ilusamente pensara que no iba a tener di-fusin ms all de las propias chicas. Y que,caso de que por alguna imprudencia de ellasse destapara el asunto, siempre podra ne-

    garlo, como de hecho intent hacer en unprincipio. Pero quiz no contara con la rapi-dez de extensin y el almacenaje de estasredes. Una vez que se escribe o se comuni-ca algo, queda un recordpermanente y casiimposible de borrar.

    Wiener muy probablemente no es un ca-so aislado. Ya desde MySpace y YouTube sehan dado muchos casos de comunicacin ci-

    berntica con contenido poco recomenda-ble. El caso ha dado mucho que hablar so-bre la prctica de sexting, es decir, man-dar mensajes de texto con connotaciones se-xuales o incluso lenguaje explcitamente se-

    xual. Esta es una de las preocupaciones delos tericos del efecto social de los mediosde comunicacin: el hecho de que la tecno-loga de la informacin borra las fronteras deedad y desarrollo psicolgico. Muchos ado-lescentes podran tener fcil acceso. Podranestar ya usando estos medios. Es difcil pa-ra los padres prevenir lo que pueda pasar,una vez que han puesto en las manos de sushijos un i-phone o un ordenador porttil.Qu mecanismos de defensa se podran uti-lizar? Hay una edad para entrar en

    Facebook, pero es fcil mentir cuando nohay rostro del otro lado ni necesidad de pre-sentar identificacin.

    Esta preocupacin se ha agudizado conlos casos de acoso y violencia cibernticaque han llevado a varios jvenes a la depre-sin e incluso al suicidio. El cyber bullying,a pesar de no implicar contacto fsico, ha te-nido consecuencias incluso ms perniciosasque las del que pueda darse en una escuela ocampo de juego, con el agravante de que esms difcil llevar a juicio a los culpables.

    No todo es negativo.El juego poltico

    En los ltimos meses hemos presenciadorevoluciones y levantamientos polticos enOriente Medio, protestas en Europa, indig-nados, etc., a medida que ocurran, casi sinnecesidad de intervencin de los medios decomunicacin tradicionales. Un prestigiososemanario norteamericano, el ChristianScience Monitorpublic la semana pasadaun interesante artculo sobre el poder polti-

    co de Facebook y blogging. La revolucin sepuede seguir por blog, dice el ttulo. Se pue-de seguir por blog, en tiempo real, y se pue-de intervenir dando giros inesperados o sor-prendentes con sencillos comentarios.Bueno, no todo es tan fcil.

    Cuando hace dos aos en Irn los blo-gueros comenzaron su revolucin contra elPresidente Mahmour Ahmadinejab, hubo alprincipio un gran entusiasmo, que dio pasoa la desilusin cuando el Tweettingno diopaso a la democracia. Los procesos de

    9En Estados Unidos se ha acuadoun nuevo trmino para expresar larapidez de la transmisin de lacomunicacin a grandes masas:it has gone viral, se dice. Se haconvertido en virus y es yaimposible pararla.

  • 7/30/2019 Claves Ansiedad

    10/112

    Tnez y Egipto, sin embargo, despertaron denuevo la esperanza en que armas tan apa-rentemente inofensivas como telfonos y c-maras de fotos podran llevar a un cambiosocial radical. Pero no se trata de algo total-

    mente espontneo. La revolucin tiene quetener una base y una organizacin y en esohan estado trabajando diversos grupos deactivistas durante mucho tiempo. GlobalVoices Online, por ejemplo, es un networkde ms de 300 blogueros voluntarios queanalizan y traducen noticias de ms de 30pases. La rapidez de la comunicacin se de-be, en gran parte, a la intensidad de su tra-bajo. Y la eficacia se debe, sobre todo, alefecto sorpresa. De otra manera, los gobier-nos podran fcilmente obligar a los servido-

    res a cerrar y ah acabara todo.En Estados Unidos se ha acuado un

    nuevo trmino para expresar la rapidez de latransmisin de la comunicacin a grandesmasas: it has gone viral, se dice. Se haconvertido en virus y es ya imposible parar-la. Un virus s que puede ser un arma letal, yas parecen entenderlo pases de Asia comoChina, Vietnam, Myanmar o Tailandia, quedemuestran un temor realista a lo que puedeser y han establecido sistemas de control ymanipulacin de la informacin que cruzan

    tranquilamente la lnea invisible sagrada paralos pases de Occidente de la libertad de in-formacin. Occidente no parece tener tantomiedo a la comunicacin instantnea porquesabe otra verdad: el activismo no puede serslo online: necesita un componente de in-fraestructura y organizacin muy fuerte parapoder tener xito. Y eso no puede ocurrir enpases donde el uso de twitter o facebook es-t limitado a los pocos que tienen acceso aello; porque coincide que quienes tienen elacceso, tambin tienen opiniones y posicio-

    nes polticas divididas. Se necesita un catali-zador mucho ms potente que la simple co-municacin instantnea.

    Las emigracionesy las redes sociales

    La emigracin se ha convertido en unenorme fenmeno global. No es un fenme-no nuevo, sin embargo. La gente siempre hasalido de sus pases en bsqueda de un fu-turo mejor, o por razones de conquista, o porrazones polticas de exilio. En siglos pasa-

    dos, debido en gran parte a una mentalidaddistinta, pero en gran medida tambin a lalentitud de las comunicaciones y el trans-porte, los grupos emigrantes tendan a esta-blecerse en el pas de acogida, aprender el

    idioma y asimilarse en la cultura. En un parde generaciones, su procedencia era simple-mente una memoria. En nuestros tiempos,sin embargo, la posibilidad de comunicarsecon el pas de origen, e incluso de regresarfcil y frecuentemente, convierte ese proce-so de asimilacin en algo totalmente distin-to. Si a esto le aadimos el cambio radicalen la comunicacin que han supuesto las re-des sociales, el panorama cambia totalmen-te. Por un lado, las redes sociales ayudan alos emigrantes a entrar ms suavemente en

    pases y culturas que les son extranjeros, sin-tindose amparados por lo que les es familiar.No tienen que dejar ya sus races ni sus zonasde seguridad. Las redes les ayudan a encon-trar trabajo, vivienda y escuela mucho menosarduamente que en el pasado. Pero las redessociales pueden tambin funcionar en su con-tra. Asentados en un ambiente familiar y conla facilidad del idioma, celebraciones y comi-das a las que estaban acostumbrados, quizno sientan la urgencia de salir de su crculo,se aslen, y limiten as sus propias posibilida-

    des de progreso. Con las necesidades bsicascubiertas, la informacin en su idioma, y loscrculos de amistades homogneos, se podradecir que simplemente han trasladado un tro-zo de su pas a otro, pero sin salir de l. Y es-to, con todo el valor que tiene de manteni-miento de la propia cultura, puede crear gra-ves problemas a la segunda generacin, esco-larizada en otra lengua y en otra cultura.

    Estos escenarios aparentemente sin rela-cin entre ellos, tienen, sin embargo, un as-pecto esencial comn, que es el de la trans-

    formacin gradual (aunque por medio de he-chos y descubrimientos vertiginosos y dram-ticos) de las formas de pensamiento. Y el pen-samiento tiene sus manifestaciones concretasen relaciones personales, educacin, poltica,y vida moral. Como es un fenmeno irreversi-ble ya, en trminos evolucionistas se podradecir que sobrevivirn las sociedades que se-pan manejar la nueva situacin desde mto-dos nuevos y enfoques crticos que encuen-tren el equilibrio entre el proceso y las propiasraces. Y eso es el gran desafo.

    RTICA S N 974 S J-Ag 2011

    10

    actualidad

  • 7/30/2019 Claves Ansiedad

    11/112

    RTICA S N 974 S Julio-Agosto 2011

    J. Francisco Gallego Prez. Psiclogo clnico. Universidad Catlica de Valencia.Javier Martnez Corts. Socilogo.Itziar Iruarrizaga. Doctora en Psicologa. Psicloga Especialista en PsicologaClnica. Profesora Titular del Dpto. de Psicologa Bsica (Procesos Cognitivos) de laUniversidad Complutense de Madrid. Vicepresicenta de la Sociedad Espaola parael Estudio de la Ansiedad y el Estrs SEAS.Ana Azkargorta Prat. Psicloga y especialista en Psicologa de la Salud.Maite Ordez Mara. Psicloga y especialista en Psicoterapia Humanista.Antonio Cano Vindel. Presidente de SEAS (Sociedad Espaola para el Estudiode la Ansiedad y el Estrs).Victoria del Barrio. UNED.

    Mara Prieto Ursa. Departamento de Psicologa. Facultad de Ciencias Humanas ySociales. Universidad Pontificia Comillas de Madrid.Cristina Rodrguez Cahill. Psicloga Clnica. Servicio de Psiquiatradel Hospital Virgen de la Salud.

    Begoa Aguirre Palacio. Psicloga-Psicoterapeuta. Especialista en Terapia Centradaen la Persona y en Terapia de la Gestalt.Esther Calvete. Universidad de Deusto.Margarita Olmedo Montes. Universidad Nacional de Educacin a Distancia.Facultad de Psicologa. Dpto. de Personalidad, Evaluacin y TratamientoPsicolgicos.Javier Monje Arenas. Informtico. Diputacin de Guadalajara.

    Mara Dolores Lpez Bravo. Centro Superior de Estudios Universitarios La Salle(Madrid).Enrique G. Fernndez-Abascal. UNED.Lourdes Lanez. Psicloga y Biloga.Ins M Gmez Chacn. Facultad de Ciencias Matemticas. UniversidadComplutense de Madrid.

    Victoria Cadarso. Psicloga y Psicoterapeuta. Presidenta de la Asociacin dePsicologa Energtica Espaola

    Marino Prez lvarez. Catedrtico de Psicologa de la personalidad, evaluacin ytratamientos psicolgicos. Facultad de Psicologa. Universidad de Oviedo.

    Anlisis

    Coordenadas

    Entrevista con

    Enfoque

    Colaboran

    mongrficos CRTICA

    Emociones que nos rompen:ansiedad y depresin

    11

  • 7/30/2019 Claves Ansiedad

    12/112

    En el tercer milenio, en medio deuna conciencia generalizada decrisis como resultado de losespectaculares cambios habidosen las dinmicas sociales, en lasformas de relacionarse, en losperfiles de las ideologas y hastaen la disposicin del hechoreligioso, no es extrao que seasuma la vivencia de vacoabierto y lbil. Se han disociadolas grandes certezas que handirigido el desarrollo de lahumanidad durante los ltimossiglos la verdad os har libresse est transformando en lalibertad os har la verdad, sehan disipado los lmites y las

    referencias gua. Son lasdinmicas emergentes,encriptadas y por lo generalconfusas las que vienen aocupar ese vaco imponiendo suspropios cdigos y reglas.Dinmicas que pueden generardesarrollo personal y social, o,por el contrario, propiciarsufrimiento y vaco existencial.

    anlisisJ. Francisco Gallego Prez

    Ansiedad y depresin:dos presenciasque nos rompen, hoy

    La denominada por Lipovetsky, en1992, era del vaco es hoy la erade los sufrimientos emergentes. An-siedad y depresin forman parte de nuestros pai-sajes cotidianos y, de forma generalizada, se su-fre por muchas ms cosas, pues las deman-das/ofertas generalmente a travs de las di-versas pantallas siempre accesibles se mul-tiplican y los recursos personales se limitan en

    proporcin. Todo lo posible si se desea de-be ser vivido: renuncia cero. El miedo se ha am-pliado y diversificado: miedo a no ser dichoso,a no tener seguridad, a la soledad, a no volvera sentir lo vivenciado o a sentir lo mismo, unsinfn de miedos en definitiva, que esclavizany convierten la existencia en una continua zo-zobra interior.

    Las dinmicas sociales, los desarrollos tec-nolgicos, los espacios y estilos afectivos, y loshbitos actuales estn incentivando el potencial

    adictivo del ser humano, proyectando nuevase insidiosas conductas adictivas. La tecnologainformtica, la telefona porttil, el consumis-mo digital, junto al culto a la esttica y lapreocupacin obsesiva por la salud, la obsesinpor formar parte de tribus urbanas, alternati-vas o financieras; la necesidad de la primicia:primicia informativa, primicia tecnolgica,primicia esttica; la vinculacin con y desde losjuegos: electrnicos, de rol, de apuestas; la prc-tica de deportes de riesgo y de sexo de bajocoste. Los sujetos sujetados tecnolgicamen-

    RTICA S N 974 S Julio-Agosto 2011

    12

    anlisis

  • 7/30/2019 Claves Ansiedad

    13/112

    te, se mueven nos movemos de la adhesina la adiccin hacia el vaco.

    La ansiedad, la frustracin, la huda com-pulsiva del malestar hacen que los recursos co-municativos, los hbitos funcionales, los com-

    portamientos sencillos y bsicos se transformenen sogas silentes que atan, cuando no asfixian,que esclavizan existencialmente y dificultan lavocacin humana a ser personas, produ-ciendo un disloque interior que tiene, comoconsecuencia ltima, la psicopatologa.

    Lo dislocado de lo humano, hoyEl humano dislocado es, precisamente, el

    que ha perdido la nitidez hacia s mismo y ha-cia su paisaje interior, el que est atrapado en

    el contexto cotidiano sin distancia reflexiva, yse ve sin respuesta alternativa a su conducta an-sioltica sea sta la que sea que cada vez learroja ms hacia la accin patgena sin podertener, ni realizar proyecto alguno de vida.

    El problema de la dislocacin personal noes nuevo. Lo que sucede es que ahora se redi-mensiona por la agilidad de los avances tec-nolgicos. Hace ya ms de 20 aos, Yves P-

    licier (1988) en su magnfico ensayo Les che-mins de la psychiatrie, adverta sobre la crisisde la civilizacin moderna consecuencia de laprdida de referencias y cdigos de orientaciny de conducta, esta armona entre querida e im-puesta, como un factor primordial de la dis-

    locacin de la personalidad,individual y colectiva. Pro-pona como ejemplo la desa-

    paricin del respeto debido alotro, en funcin no nica-mente de la jerarqua o laedad, sino en tanto que serhumano, as como la desa-paricin del pudor la des-aparicin del respeto queuno se debe a s mismo.Desapariciones, las del res-peto y la del pudor, profun-damente desestabilizadoras.

    Esta situacin de anarquamoral, afectiva e intelectualgenera para Plicier unacultura de la ausencia, unacultura en la que se han au-sentado el sentido de la vida,el amor al prjimo, la con-vivencia fecunda; en la que seestn volatizando la libertady el pensamiento, la presen-cia de los cauces y del funda -mento que hacen posible

    La ansiedad, la frustracin,la huda compulsiva delmalestar, hacen que losrecursos comunicativos, loshbitos funcionales, loscomportamientos sencillos ybsicos se transformen ensogas silentes que atan,cuando no asfixian, queesclavizan existencialmentey dificultan la vocacinhumana a ser personas.

    RTICA S N 974 S Julio-Agosto 2011

    13

    anlisis

  • 7/30/2019 Claves Ansiedad

    14/112

    una vida pensada y duradera, y que nos llevaa un irrespirable callejn sin salida, a un nihi-lismo imparable. Una de sus expresiones con-cretas ms estremecedoras es la megalpolis(virtual), que, tal como existe actualmen-

    te subray Plicier favorece el anonimato, su-prime las condiciones de la solidaridad y de lareciprocidad. Deja al individuo desnudo antela adversidad. Ahora bien, es seguro que los sis-temas de relacin e intercambio constituyen unaparte de las defensas naturales contra la infe-licidad, el desnimo o la enfermedad ante es-te alarmante desarrollo de una cultura del va-co. La psicopatologa no es, salvo excepcio-nes de base biolgica, ms que una mala elec-cin para solucionar los problemas existen-

    ciales: problemas de vaco, de falta de refe-rencias, de sinsentido.No hacen falta sofisticados estudios em-

    pricos para ser conscientes de que vivimos, almenos en nuestro contexto, en la dinmica delas pantallas, para tener: tener experiencias,tener nivel de vida, tener poder adquisitivo, te-ner Todos estos vnculos que hacen que vi-vamos en las cosas el vivir en las cosas delque hablara M. Heidegger, en el poseer; y pa-

    radjicamente son las cosas las que nos po-seen y nos dirigen. Preocupados actualmentepor la muy posible prdida de la sociedad delbienestar, tenemos dificultad para escuchar lasposibilidades hacia el bien-ser. La crisis eco-

    nmica hodierna, vivida como oportunidad,nos subraya la gran paradoja: ser ms y tenermenos o ser menos y tener ms. Las certezasse cosifican y se poseen para huir del sin-sentido.

    La nuevas tecnologas son, a pesar de lo di-cho, una oportunidad, ya que, como decamosms arriba, no son la causa de los procesosmorbosos de origen existencial, slo facilitansu emergencia y su asentamiento. Son el an-damiaje del vaco, del sinsentido, que se reviste

    de anlisis crtico paralizante: por el an-lisis a la parlisis hiperactiva, valga el ox-moron, que genera mero intercambio de datossin encuentro ni comunicacin autnticas.

    Vivir sin aguantar las contrariedades, las in-comodidades, las esperas genera una conti-nua sumisin a los deseos, a los impulsos (P-licier, 1988); y, si bien es cierto que con stosse pueden obtener ciertos placeres, no lo es me-nos que es imposible construirse una vida sa-

    anlisis

    RTICA S N 974 S Julio-Agosto 2011

    14

  • 7/30/2019 Claves Ansiedad

    15/112

    anlisis

    na, ya que sta aparece ordenada por cons-tantes y mltiples esperas, demoras y renuncias,algunas de las cuales pueden ser muy largas.

    Ser persona es ser libre, es vincularse msall de lo inmediato, ms all de la satisfaccindel deseo tan pronto como aparece en la con-ciencia: es organizar un programa de vida conobjetivos a la vez pensados y duraderos que sesiten en la lnea del propio sentido existencial,descubrindolo no inventndolo con el di-logo con el acontecer concreto de lo cotidiano:en el minuto-y-medio, metro-y-medio del aqu

    y del ahora comprometido.

    Logoterapia: la salidaEl estrs es la sal de la vida y las contra-

    riedades, si no nos rompen, nos fortalecen. Es-to es as si se viven estas contrariedades desdeel sentido.

    Como es sabido, Viktor Emil Frankl, fun-dador de la logoterapia, seal que cuando lavoluntad de sentido no se satisface, se originauna frustracin existencial, que puede dar lu-

    gar a una neurosis nogena, una prdida delsentimiento de que la vida tiene sentido. La neu-rosis nogena se manifiesta a travs de la an-siedad y/o de la depresin, en la creencia ni-hilista de que no se posee el control sobre lapropia vida, y en la conviccin fatalista de quenada puede hacerse para que sea de otro mo-do. Tiene su origen no en lo psicolgico, sinoen la dimensin noolgica (del griego noos, quesignifica mente) de la existencia, denotando unadimensin de naturaleza espiritual (Frankl,1979).

    Esta dimensin espiritual es especfica-mente humana. En ocasiones, esta frustracinexistencial puede expresarse bajo la forma desintomatologa neurtica. Pero ello no legiti-ma el reducirla stricto sensu en sentido es-

    tricto a una neurosis clnica. Su naturaleza noes psicopatolgica, sino existencial y, en tal me-dida, exige una aproximacin, tanto terico-conceptual como diagnstica y teraputica, es-pecfica.

    Este tipo de neurosis, pues, tiene su origenen el sentimiento del absurdo, de la duda de quela vida tenga un sentido, de la desesperacin.Abundando en estas ideas, E. Lukas, discpu-la de Frankl, define la depresin nogena co-mo una frustracin espiritual-existencial re-

    sultado de la desesperacin por no vivir con-forme los dictados de la verdadera, mejor y pro-pia forma de ser de la persona (Lukas, 2001).

    Frankl (1997) constataba que la adiccinera una forma larvada de frustracin existen-cial, y el caso es que hoy vemos avanzar a ve-locidad de vrtigo las llamadas adicciones sinsustancia, especialmente las que tienen que vercon el abuso de las nuevas tecnologas que in-ducen al aislamiento, a la despersonalizacin,al extraamiento de uno mismo y de los dems,a las relaciones interpersonales superficiales y

    falsas, todo ello producto y productor de va-co existencial. Y esto es muy grave, como im-portante es tenerlo en cuenta pues, cuando lavida no significa nada para uno mismo, la pro-babilidad de cometer suicidio se incrementa no-tablemente, tanto ms cuanto ms absurda, ex-traa y carente de fundamento resulta la pro-pia existencia. Alrededor del 20% de las neu-rosis que son clnicamente tratadas no res-ponden a una etiologa psicgena o somat-gena, sino nogena, provocada por la falta de

    sentido de la propia vida (Klinger, 1977). Ental porcentaje habitaran las neurosis nogenasoriginadas y sostenidas en la adiccin a las nue-vas tecnologas. Hay que tener en cuenta, ade-ms, que, como adverta el propio Frankl(1994), este tipo de neurosis parece que va enaumento, sobre todo en las sociedades ms in-dustrializadas y en las que, aparentemente, laspersonas gozan de una mayor bienestar y fe-licidad. Son las sociedades, como la nuestra,en la que el consumo tecnolgico va en au-mento. Ciertamente, las NTICs las Nuevas

    Hoy vemos avanzar avelocidad de vrtigo las

    llamadas adicciones sinsustancia, especialmentelas que tienen que ver con elabuso de las nuevastecnologas que inducen alaislamiento, a ladespersonalizacin.

    RTICA S N 974 S Julio-Agosto 2011

    15

  • 7/30/2019 Claves Ansiedad

    16/112

    Tecnologas de la informacin y la comunica-cin o son la causa de los procesos morbo-sos de etiologa nogena, pero facilitan su emer-gencia y su asentamiento. Y su uso y potencialabuso, tienen lugar en edades cada vez mstempranas y en un espacio vital cada vez msamplio (telefona, video consolas, juegos de red,etc., a cualquier hora del da y en cualquier lu-gar, indiscriminadamente, sin criterio).

    Dejando a un margen las ideologas y lastendencias polticas porque como afirmaba

    santo Toms de Aquino, la verdad es verdad,y como tal hay que aceptarla, proceda de quienproceda, Gonzalo Fernndez de la Mora(2001) afirmaba en su libro Sobre la felicidad,que el hombre tiene serios problemas paraadaptarse a su condicin y a su medio; es, pornaturaleza, un ser en desazn. Como conse-cuencia de esa constitutiva inestabilidad inte-rior tiende a evadirse de la realidad propia ycircundante. La evasin suprema es el aban-dono del ser terrenal o el suicidio. En edadesavanzadas, con un pronstico mdico deses-

    perado y una agona dolorosa, darse volunta-riamente la muerte puede parecer un mal me-nor, una especie de eutanasia. Pero en buen es-tado fsico, como suele ser el caso de los jve-nes, el suicidio es la prueba mxima de inadap-

    tacin a la existencia y de insuperable senti-miento de infelicidad. En slo un cuarto de si-glo, a pesar del envejecimiento de la longevi-dad, se ha pasado de un joven por cada seis sui-cidas o uno por cada cinco. Muy probable-mente, estos desventurados, hartos de su ape-nas iniciada vida, sorprendieron con su trgicadecisin a familiares y amigos y, si la vspera hu-bieran sido entrevistados por un rutinario so-cilogo, es casi seguro que, por lgico pudor, sehabran manifestado contentos. Las estadsticas

    sobre la felicidad son muy poco reveladoras por-que, salvo situaciones muy excepcionales, na-die se proclama desgraciado para no levantar ac-ta pblica de su propio fracaso existencial. Al-go inadecuado hay en su forma de vida cuan-do los jvenes se suicidan cada vez ms.

    Esto lo vemos claramente en nuestra so-ciedad, tecnolgicamente avanzada, en la quelas tasas de suicidio entre la poblacin adultajoven es altsima. No son las nuevas tecnolo-gas, claro est, la causa directa del vaco quese consuma en suicidio, pero podran ser un in-

    grediente del extraamiento emocional, un adi-tamento de la falta de sentido, por desperso-nalizacin de la existencia propia y la falta devinculaciones emocionales significativas. El ca-so extremo, posiblemente, est en Japn, don-de se dan casos, cada vez ms frecuentes, de j-venes enclaustrados en sus habitaciones, en-ganchados a una realidad virtual, a persona-jes irreales y enajenados de la realidad real ylas personas de carne y hueso, que acaban sui-cidndose.

    Es necesario ordenar las pantallas fsicas ovirtuales y vaciarse de demandas, internasy externas. Para poder vaciarse es necesario pri-mero acoger y recibir tambin lo no deseadoy trasformarlo; para as incrementar y contri-buir al crecimiento propio desde y hacia el otro.Ello supone la humildad y capacidad de es-cucha activa en el vivir, as como el desarro-llo de las competencias para auto-trascendersey para auto-controlarse. Y todo ello, a su vez,supone ver realizado en la propia vida el sen-tido en lo cotidiano: Logoterapia.

    6

    RTICA S N 973 S Mayo-Junio 2011

    anlisis

    Viktor Frankl, creador de la Logoterapia

  • 7/30/2019 Claves Ansiedad

    17/112

    anlisisJavier Martnez Corts

    La sociedaD DepresivaUna esquina a la que no lleg el paraso?

    Enredados resulta incluso

    un trmino suave. Hay tam-bin perdidos entre las

    (falsas) salidas de ese laberinto. Perdidos demltiples maneras. Y al intensificarse el labe-rinto se descubri que los perdidos consti-tuan un mercado. Florecieron los libros deautoayuda. En el llamado Primer Mundo,miles de pginas se dedicaron a explicar cmoser felices. (Controlando el laberinto interior,ya que el exterior se nos escapaba). El xito hasido variable, segn la intensidad de la deso-

    rientacin. Se percibe eso s, con creciente evi-dencia el dato de una cierta clase de perdidosno slo inmune a la autoayuda, sino a la mis-ma idea de felicidad. Los deprimidos.

    Pareca difcil imaginar que en el trance deconstruir un paraso, asentado sobre la abun-dancia con su promesa implcita de felicidad,se produjera este fenmeno.

    La Antigedad lo conoci como melan-cola (negra bilis en griego). Sir RichardBlackmore en el siglo XVIII lo rebautiz conel trmino actual: depresin. (Pero no eran

    Sospecho que la metfora preferida de Borges al hablar de la

    existencia humana es la del laberinto. Y lo cierto es que lacomplejidad creciente de las sociedades modernas intensifica laimpresin. La sociedad contempornea es un laberinto (Borges

    result proftico). Y en ese laberinto vivimos enredados. (Noslo las personas; tambin, al parecer, muchas instituciones).

    anlisis

    17

  • 7/30/2019 Claves Ansiedad

    18/112

    anlisis

    RTICA S N 974 S Julio-Agosto 2011

    sociedades que quisieran construir la felici-dad). Ms tarde, su relacin con la esfera emo-cional hizo que movimientos artsticos y cul-turales, como el Romanticismo, miraran el fe-nmeno incluso con devocin. La controver-

    sia de la biopsiquiatra y el despegue de la psi-cofarmacologa ya lo consideraron bajo el as-pecto de ser una enfermedad ms: pero nohay un marcador biolgico comn a todos loscasos. Hoy se prefiere hablar de psicopato-loga o de trastorno mental.

    Lo que s existen son predisposiciones. Al-gunas de ellas pueden ser de carcter gentico,pero otras veces se trata del entorno social. Loque significa en la prctica, que son reaccio-nes de la conducta aprendidas. Es una me-

    ra suma de casos individuales, que nada tienenque ver los unos con los otros? (En los pasesoccidentales sealan las estadsticas un 3% dela poblacin general). Habra tal vez un fac-tor social, de algn modo abarcante, creado porla sociedad en la que nos movemos, que pro-picia las depresiones? Si as fuera sera legti-mo hablar de una sociedad depresiva. Algo quepodra afectar a los miembros de esa sociedad.(unas figuras de metafsica social puesto queafectan al ser).

    La metafsica social de OccidenteManuel Machado, poeta como Antonio,

    formula: lleno estoy de sospechas de verda-des. Algunas de estas sospechas, pero no enverso, sera posible formularlas a propsito depersuasiones siempre activas, en el imaginariocolectivo de nuestra cultura occidental?

    El punto de partida sera el de nuestrorampante individualismo. Nos gustara dejaraqu constancia de las virtudes del indivi-dualismo. l nos permite tener iniciativas que

    acrecientan la autoestima. De sus races sur-ge nuestro desarrollo tcnico y econmico (quenos ha hecho hasta ahora superiores a otrassociedades). Renunciar a l sera suicida.Tambin lo sera el fiarnos siempre de la bue-na voluntad ajena, tan problemtica. De lacual acaso tengamos experiencia personal; ydesde luego colectiva, como muestra la His-toria con sus tortuosos meandros. (Que a suvez muestran, incluso con ms claridad, lo po-co de fiar que ha sido Occidente en sus con-tactos con otros pueblos).

    Pero nuestra separatividad, si se tolerael neologismo, tiene sus aspectos oscuros.Soy un individuo, es cierto. Y por ello no acep-to fusiones incondicionales. Sin embargo, miseparacin como mis vinculaciones admitegrados. En su extremo, la separacin se con-

    vierte en aislamiento. No hay vinculaciones enlas que apoyarme. Si lo percibo dolorosa y vi-vamente, traduzco en mi realidad: estoy so-lo ahora, cuando toda la vida (y no slo la bi-lis, como imaginaron los clsicos) se me ponenegra. Me vivo aislado en un tnel. Nadierompe este aislamiento, anegado en tristeza. Nientiende mi indiferencia ante la vida carente deatractivo y de valor en s misma. (Radicali-zando, sta sera una depresin severa). Porqu el hundimiento de todas las expectativas

    vitales? (Aunque fuera de modo temporal).Por causas mltiples. Podra ser una tristeherencia gentica; o una deficiencia personal delos neurotransmisores. (Causas endgenas). Pe-ro el origen tambin puede estar en factores ex-genos heterogneos, derivados del entorno. Unaprdida dolorosa, difcil de llevar. La pareja sesepara despus de treinta aos de vida en co-mn. Quien dedic a una empresa el trabajo yel esfuerzo de su etapa joven y madura, es des-pedido. La ansiedad se torna insoportable

    Soy un individuo. Sinembargo, mi

    separacin, como mivinculacin, admite

    grados. En su extremola separacin seconvierte enaislamiento. No hayvinculaciones en lasque apoyarme. Mevivo aislado en untunel. Nadie rompeeste aislamientoanegado de tristeza.

    18

  • 7/30/2019 Claves Ansiedad

    19/112

    anlisis

    RTICA S N 974 S Julio-Agosto 2011

    19

    ante problemas familiares (la desafeccin, nonecesariamente de pareja). Las fracturas eco-nmicas, que el paro largo conlleva, imprimenuna huella duradera sobre la autoestima. Y haygrandes frustraciones intolerables en quiennunca fue preparado para soportar las peque-

    as La lista podra alargarse.En todas ellas habita un trasfondo de la

    metafsica social el clima inconsciente querespiramos en nuestra cultura. Este ambien-te lo compartimos prcticamente todos. Porqu, en los casos depresivos, su efecto demo-ledor? Porque fuimos educados, aun sin sa-berlo, en la exacerbacin del individualismo.Y a partir de l, funcionan ciertos axiomassociales indiscutidos, puesto que son incons-cientes que recaen sobre los ms indefensos.

    Tales axiomas se pueden quiz se debanexponer sumariamente, sin matices, puesto quees as con una tosca brutalidad como colo-nizan el imaginario colectivo occidental.

    Primero: T eres lo que tienes.(Fundamentalmente dinero)

    Denunciado hace tiempo por Erich Fromm,sigue dominando el horizonte de nuestro ho-rizonte. Se puede incluso dignificar, ya que eldineropodra abrir puertas de refinamiento cul-

    tural (que confirmarn la superioridad dequien lo tiene). Gracias a l es posible viajar aNueva Zelanda; o interesarse por el descono-cido paradero de la tumba de Alejandro Mag-no; o cultivar diferentes idiomas (supuesto elingls). Sin embargo, en grandes cantidades,

    tambin es capaz de obstaculizar otro tipo deposesiones de orden afectivo: verdaderos ami-gos, unpartner entregado, unos hijos no sloorgullosos del apellido Por encima de todoello, una vez interiorizado el factor exgeno deldinero, el inconsciente es capaz de ahogarmeen las aguas de la depresin. No tengo dine-ro luego no soy nadie, ni nada me interesa.

    Segundo: T eres lo que los demspiensan de ti.

    Es susceptible de una formulacin inicial-mente ms televisiva: t eres la imagen que tdas. Como el elemento primario de la imagenes el cuerpo, la TV y la ciruga plstica nosposibilita hoy acceder a la visin de imgenesesplndidos. (Los polticos tambin se dispu-tan las apariciones televisivas: sospechan queson eficaces). Pero el concepto de imagen es mscomplejo y tiene componentes emocionales eintelectuales. La primitiva formulacin man-tena la idea de que los demspensaban. (Y a

  • 7/30/2019 Claves Ansiedad

    20/112

    veces ocurre as: recordemos la imagen deEinstein). Todo ello no obsta para que al-guien, propenso a la tristeza, percibacon cierta intensidad su insignificancia so-cial y escuche la voz silenciosa pero per-

    suasiva: T no eres nadie.

    Tercero: T eres lo que thaces.

    Es acaso la ms certera. (Muy pro-pugnada por Sartre). Pero ambigua por suextremada unilateralidad. Excluye a per-sonalidades ya otoales, que han defini-do tal vez nuestra existencia (buenos pa-dres, viejos amigos, figuras humanas delas que aprendimos la difcil asignatura del

    vivir). Y ya no hacen. Lo que planteaun interrogante de importancia: quentendemos por hacer? Quin es el quehizo? Desde luego, los romanos (va-se el acueducto de Segovia). Y Cervantes(recuerden las ms sonadas aventuras deDon Quijote). Y Napolen. Y Hitler, consu guerra relmpago? Sin embargo laHumanidad an se tiene en pi no graciasa ellos sino a toda la legin de innomi-nados que desde su puesto hicieron lavida ordinaria tolerable a quienes les ro-

    deaban. (Una accin sostenible, dirahoy cualquier economista). Pese a ello, al-gunos de los que tengan entre sus repre-sentaciones mentales una concepcinnapolenica de la propia existencia y

    la dura realidad no se la satisfaga, pueden ex-perimentar (acaso con la colaboracin escon-dida de sus neurotransmisores) el pulso de ladepresin.

    Conclusin asombrada

    Qu se podra deducir de todo ello? Almenos, mantener la sospecha de que vivimosen una sociedad depresiva. En una cultura cu-yo modelo es el vencedor (the winner)hay tanto espacio para derrotados! Unos, ymuy profundos, son los deprimidos con la co-laboracin de la propia metafsica social. Yal propio tiempo no puedo reprimir un anti-guo asombro, que es ms que una sospecha:si somos lo que hacemos, esto es lo que lla-mamos, con un cierto impudor, civilizacincristiana?

    Algunos de los que tengan

    entre sus representacionesmentales una concepcinnapolenica de la propiaexistencia y la durarealidad no se la satisfaga,

    pueden experimentar elpulso de la depresin.

    RTICA S N 974 S Julio-Agosto 2011

    20

    anlisis

  • 7/30/2019 Claves Ansiedad

    21/112

    anlisis

    RTICA S N 974 S Julio-Agosto 2011

    21

    Sufrimos en todo momento, cuandonos despertamos tarde y nos tenemosque preparar con prisas, cuando so-portamos un atasco y llegamos tarde a nuestrotrabajo o a una cita importante, cuando un serquerido est enfermo y queremos atenderle ycuidarle al tiempo que llevar a cabo el desem-peo personal y profesional sin que se sientanresentidos, cuando discutimos con un compa-ero de trabajo o sentimos su desaprobacin

    por algo que hemos hecho o que no hemos he-cho, cuando llevamos con retraso la entrega deun artculo que hemos comprometido, etc., nosencontramos ante situaciones de sufrimiento,situaciones estresantes, en las que vamos a te-ner que actuar ms rpido, vamos a tener que ac-tivarnos a nivel fisiolgico, o vamos a tener que pen-sar ms deprisa y devanar nuestro pensamiento pa-ra buscar una solucin. En estos casos, la reaccin deestrs puede ayudarnos a pensar ms deprisa, a cen-trar nuestra atencin en los elementos esencialesdel problema desatendiendo lo superfluo, y a per-

    SUFRIMIENTO,

    CULPA Y MUERTECOMO CAUSAS DEANSIEDAD

    YDEPRESIN

    El sufrimiento es definido por la Real

    Academia de la Lengua Espaola como: 1.Paciencia, conformidad, tolerancia con quese sufre una cosa. 2. Padecimiento, dolor,pena.De la primera definicin se deriva que elsufrimiento no siempre significa dolor fsicoo psicolgico. Es una sensacin que puedeestar motivada por cualquier condicin queprovoque nuestro desgaste, sufrimos en unproceso de adaptacin al medio entendidocomo estrs.

    anlisisItziar Iruarrizaga

  • 7/30/2019 Claves Ansiedad

    22/112

    22

    RTICA S N 974 S Julio-Agosto 2011

    anlisis

    manecer mucho tiempo concentrados, pen-sando, resolviendo problemas y tomando de-cisiones difciles. Asimismo, la reaccin de es-trs genera cambios fisiolgicos que suelen im-plicar un aumento de la capacidad de respues-

    ta del organismo, incrementndose la tasa car-daca, la tensin muscular o la frecuencia res-piratoria, respuestas todas ellas necesarias enla reaccin lucha-huida; en cambio, se acele-ran o paralizan los procesos digestivos, los deeliminacin o los de reproduccin, u otros pro-cesos automticos de conservacin, como la hu-midificacin de la piel, todo ello con el fin depreservar la energa o los recursos para la su-pervivencia del individuo. Finalmente, tambinnuestro comportamiento se ve alterado, nues-

    tra conducta se acelera y se torna ms gil, msenrgica, ms rpida, cambian nuestros gestos,el tono y el volumen de voz, y se disparan re-acciones emocionales ms intensas como la deenfado o ira o de ansiedad. Una vez atendidaslas demandas de la situacin estresante, y ha-biendo consumido los recursos necesarios pa-ra conseguir ese objetivo, nuestro cuerpo ynuestra mente necesitan descanso para repo-ner dichos recursos y recuperar la energa gas-tada, tras un tiempo de descanso nuestro or-ganismo vuelve a estar preparado para seguir

    adaptndose a las demandas del entorno (Ca-no Vindel, Iruarrizaga, Ramos, Dongil, MaeWood y Salguero, 2011).

    Percibir amenazasEl estrs es un proceso que se desencade-

    na, tanto a nivel biolgico como psicolgico,cuando las demandas ambientales amenazancon exceder los recursos del organismo ycausar daos en caso de no satisfacer o redu-cir tales demandas (Fernndez-Abascal, 1997).

    Lazarus y Folkman (1984). Estos autores de-finieron el estrs psicolgico como una relacinparticular entre el individuo y su entorno, quees evaluado por el propio sujeto como ame-nazante o desbordante de sus recursos y quepone en peligro su bienestar. En este sentido,cada persona puede responder de forma muydiferente ante una misma situacin en funcinde su historia, sus caractersticas personales, suscaractersticas cognitivas y su estilo de afron-tamiento. La persona presentar estrs si in-terpreta que lo que sucede impide o pone en pe-

    ligro el compromiso de una meta importanteo viola expectativas altamente valoradas, y elgrado de estrs se vincular con el grado de in-tensidad de tal compromiso y con las creenciasy expectativas que se consideren puedan serrealizadas o violadas (Lazarus, 2000).

    Una persona puede sufrir experimentandopaciencia, conformidad o tolerancia valo-rando positivamente la causa de su sufrimien-to, as podemos pensar en la madre que sienteque su vida cobra sentido con el cuidado de suhijo que padece una parlisis cerebral y aunqueen su cuidado ha de disponer de una mayor can-tidad de recursos a su vez los valora positiva-mente como cuidados incondicionales de caraa alcanzar su meta de amor y bienestar hacia suhijo; o un deportista que corre una maratn de40 kilmetros para la cual lleva meses prepa-

    rndose puede sentir un gran dolor en sus pier-nas al tiempo que una gran satisfaccin e ilusincuando llega a la meta.

    De la segunda definicin se deriva que el su-frimiento puede cursar con dolor fsico y/o emo-cional. Sin embargo, no todas las personas quepadecen dolor sufren ni todas las personas quesufren padecen dolor (Casell, 1992). Las in-vestigaciones sealan que las personas con do-lor sufren cuando su origen es desconocido,cuando piensan que no puede ser aliviado,

    cuando su significado es terrible, o cuando loperciben como una amenaza a su integridad sinposibilidad de control. El sufrimiento se dacuando se percibe una sensacin de amenazay existe un sentimiento de impotencia para ha-cerle frente (Bays, 1997), siendo definida laansiedad ante la muerte una reaccin emocionalproducida por la percepcin de seales de pe-ligro o amenaza (reales o imaginadas) a la pro-pia existencia, desencadena tanto por estmu-los ambientales como situacionales o disposi-cionales (Limonero, 1997).

    Cada persona puederesponder de forma muydiferente ante una mismasituacin en funcin de suhistoria, sus caractersticas

    personales, sus caractersticascognitivas y su estilo deafrontamiento.

  • 7/30/2019 Claves Ansiedad

    23/112

    anlisis

    RTICA S N 974 S Julio-Agosto 2011

    23

    Procesamos igual el dolor fsicoy el dolor emocional

    Las investigaciones centradas en la neuro-biologa del dolor han puesto de manifiesto quela misma parte del cerebro que procesa el do-

    lor fsico, la corteza cingular anterior, tambinse encarga de procesar el dolor emocional, loque explica que, de la misma manera en queuna lesin fsica puede provocar un dolor cr-nico, un gran sufrimiento emocional puede pro-vocarlo tambin (Alexander, Badial y Klein,2006). Cuando sufrimos una enfermedad,una ruptura sentimental o la persona a la queamamos no nos corresponde, la exclusin so-cial, la prdida de un ser querido (mximecuando resulta inesperada), a menudo lo tra-

    ducimos en expresiones como siento un grandolor en el pecho, siento tanto dolor quepienso que voy a enloquecer y ello es porquenuestro cerebro procesa de la misma forma eldolor fsico que el dolor emocional siendo ma-yor nuestro dolor fsico en aquellas situacio-nes en las que nos sentimos socialmente aisla-dos o excluidos (Eisenberger y Lieberman,2004). Del mismo modo que el dolor fsico nosadvierte que algo no funciona correctamenteen nuestro organismo, el dolor emocionalnos advierte de que amar a una determinada

    persona pone en peligro nuestra estabilidademocional. Sin embargo, existen determinadaspersonas que cuando sufren un dolor emocionalante, por ejemplo, la prdida de un ser queri-do sienten una pena muy grande, experimen-tando una inmensa tristeza o amargura, no dan

    valor a su futuro y no consiguen adaptarse asu dolor, experimentando aun mayores nive-les de dolor fsico. Son estas las personas quepresentan una mayor probabilidad de que sudolor emocional se convierta en dolor crni-

    co, provoque trastornos psicopatolgicos (co-mo trastornos de ansiedad o del estado de ni-mo), o incluso de morir.

    El sentimiento de culpaLa culpa es definida por la Real Academia

    de la Lengua Espaola como: 1. Imputacina alguien de una determinada accin como con-secuencia de su conducta. 2. Hecho de ser cau-sante de algo. 3. Omisin de la diligencia exi-gible a alguien, que implica que el hecho injusto

    o daoso resultante motive su responsabilidadcivil o penal, y 4. Accin u omisin queprovoca un sentimiento de responsabilidad porun dao causado, siendo esta ltima acepcinla que nos interesa al caso.

    El sentimiento de culpa resulta un sen-timiento muy complejo, lo adquirimos durantenuestra infancia como una reaccin productodel incumplimiento de alguna de las expecta-tivas personales que nos han sido infundidasa travs de la educacin de los padres o del pro-ceso de socializacin. Supone un estado afec-

    tivo consciente o inconsciente ante la creenciade haber infringido alguna ley, principio ticoo norma, sean estas reales o imaginarias, y queproduce malestar continuado. La funcin delsentimiento de culpa es la expresin del mie-do a ser censurado o desaprobado, la defensacontra ese miedo y la defensa contra el impulsode acusar a los dems.

    El origen familiar tpico en el que se desa-rrolla un fuerte sentimiento de culpa suele sersombro, exigente y en ocasiones punitivo: el

    rendimiento, el deber, el perfeccionismo, seguirlas reglas, ocultar las emociones y evitar loserrores predominan sobre el placer, la alegray la relajacin. Se educa con un nfasis exce-sivo en suprimir los propios sentimientos es-pontneos, los propios impulsos, o en satisfa-cer reglas rgidas interiorizadas y previsionessobre el comportamiento y la conducta tica,con frecuencia a expensas de la felicidad, la au-toexpresin, la relajacin, las relaciones nti-mas o la salud.

  • 7/30/2019 Claves Ansiedad

    24/112

    El sentimiento de culpavara segn la persona

    El sentimiento de culpa vara enormemen-te de una persona a otra como lo hacen el sen-tido de la responsabilidad, el estilo atribucio-

    nal, la ansiedad hacia la evaluacin negativa delos dems, la confianza en uno mismo, etc. Cal-vete (2005) realiz un estudio en el que se in-vestig la mediacin cognitiva de las diferen-cias de gnero en depresin y en el que se se-ala que las mujeres padecen ms pensamien-tos automticos relacionados con la depresin,expresando una visin negativa de una misma,autoculpa y desesperanza. Un individuo pue-de sentirse culpable tras haber invitado a unamigo al cine si al amigo no le ha gustado la

    pelcula y pensar con angustia que debera ha-ber elegido otra opcin; otro que padece untrastorno obsesivo-compulsivo puede tenercreencias metacognitivas en las que equiparasu pensamiento y la accin, y creer que el he-cho de pensar en que puede hacer dao a su be-b significa que le har dao y sentirse tre-mendamente culpable por un dao que no hainfringido a su beb; otro puede padecer sen-timientos de culpa por el dao de un ser que-rido sin que su conducta pudiera haber pre-venido ese dao; y otro, por el contrario, pue-

    de padecer un trastorno caracterizado por la au-sencia del sentimiento de culpa.

    Entre las diferentes personas existen dife-rencias en la forma de evaluar las situaciones.La vulnerabilidad cognitiva a los trastornos deansiedad y depresin puede darse en los dife-rentes niveles del funcionamiento cognitivo. Enel nivel ms profundo se encuentran las es-tructuras cognitivas, como los esquemas y su-puestos subyacentes, que guan operacionescognitivas, como la atencin e interpretacin

    de los acontecimientos. En el nivel ms super-ficial se haya los resultados de dichas opera-ciones cognitivas, que adoptan la forma de pen-samientos automticos (tambin denominadosauto-dilogo, autoafirmaciones o dilogo in-terno) e imgenes mentales (Ingram y Kendall,1986). Los resultados de las investigaciones se-alan que existe una especificidad cognitiva delos pensamientos automticos para cada tras-torno emocional (Beck, 1976) de manera quemientras que la depresin se caracteriza por unaalta frecuencia de pensamientos negativos cen-

    trados en prdidas y fracasos, evaluacin ne-gativa de uno mismo, culpa y desesperanza ha-cia el futuro, la ansiedad se caracteriza por pen-samientos centrados en la anticipacin de po-sibles daos y amenazas (Calvete, 2005; Ca-

    muas, Cano Vindel, Prez Nieto y Gonzlez Or-di, 2002; Sterr, Clark, Beck y Ranieri, 1995).

    24

    anlisis

    REFERENCIAS BIBLIOGRFICASAlexander,D.A., Badial, R. y Klein, S. (2006). Person-

    al injury compensation: Chaim without pain?PsychiatricBulletin, 30, 373-375.Bays, R. (1997). Time for education in palliative care.

    Lancet, 349, 1709.Beck, A.T. (1976). Cognitive therapy and emocional dis-

    orders. Madison, WI: International Universities Press.Calvete E. (2005). Gnero y vulnerabilidad cognitiva.An-

    siedad y Estrs, 11(2-3), 203-214.Camuas, N., Cano Vindel, A., Prez Nieto, M.A. y

    Gonzlez Ordi, H. (2002). Inventario de AtribucionesCausales ante Emenes IACE: Propiedades psico-mtricas.Ansiedad y Estrs, 8(2-3), 183-192.

    Cano Vindel, A., Iruarrizaga, I., Ramos, J. Dongil, E.Mae Wood, C. y Salguero, M. (2011). Estrs, ansiedad,depresin y vulnerabilidad al accidente. En F. Tortosay C. Civera (Dirs.). Siniestralidad Vial. Perfiles de Ries-

    go y Prevencin Laboral(pp. 198- 211). Valencia: Alfa-Delta Editores.Casell, E.J. (1992). The nature of suffering: physical, psy-

    chological, social and spiritual aspects. En P. Stark y J.McGovern (Eds.). The hidden dimension of illness: hu-man suffering(pp. 1-10). New York: National League forNursing Press.

    Eisenberger, N.I. & Lieberman, M.D. (2004). Why re-jection hurts: A common neural alarm system for phys-ical and social pain. Trends in Cognitive Sciences, 8, 294-300.

    Fernndez-Abascal, E.G. (1997). El estrs. En E.G. Fer-nndez-Abascal (Coordinador), Psicologa general:Motivacin y emocin (pp. 250-283). Madrid: Centro deEstudios Ramn Areces.

    Ingram, R.E. y Kendall, P.C. (1986). Cognitive clinical

    psychology: Implications of an information processingperspective. En R.E. Ingram (Ed),Information process-ing approaches to clinical psychology(pp. 3-21). Orlando,FL: Academic Press.

    Lazarus, R.S. (2000).Estrs y emocin. Manejo e impli-caciones en nuestra salud. Espaa: Descle de Browner.

    Lazarus, R.S. y Folkman, S. (1984).Stress, coping y adap-tation. New York: Springer.

    Limonero, J.T. (1997). Ansiedad ante la muerte.Ansiedady Estrs, 3(1), 37-46.

    Sterr, R.A., Clark, D.A., Beck, A.T., y Ranieri, W.F.(1995). Common and specific dimensions of self-re-ported aniety and depression: A replication.Journalof Abnormal Psychology, 104, 542-545.

  • 7/30/2019 Claves Ansiedad

    25/112

    anlisis

    25

    Estoy depre o Estoy ansioso/aya forman parte de nuestrovocabulario emocional cotidiano y asumimos que son emocionescomnmente experimentadas, pero son realmente una reaccin

    adaptativa y por tanto normal? Hay cierto consenso sobre laexistencia de eventos vitales especialmente crticos o estresantes,a los que respondemos con ansiedad y/o depresin. Sin embargo,en ocasionesreaccionamos del mismomodo ante otrosacontecimientos mscotidianos, en aparienciainocuos. Existen

    realmente situacionesque justifican esareaccin o somosnosotros los que nosabemos cmo afrontarlos cambios intrnsecosde la vida?

    Depresin yansiedad hoyPatologa onormalidad?anlisis

    Ana Azkargorta Prat

    Maite Ordez Mara

    Toda emocin, co-mo correlato ge-nuino de nues-tras vivencias, es positiva y

    funcional en s misma. Laalegra, la ira, la tristeza oel miedo, por citar algunasde las emociones bsicas,son reacciones psicofisiol-gicas que nos ayudan aadaptarnos a la realidadque nos rodea. Sin embar-go, una inadecuada gestinde las mismas puede pro-vocar un resultado muydistinto.

    Ansiedad ydepresin,emocionesfuncionales?

    Tanto la ansiedad co-mo la depresin son trmi-nos que designan estadosemocionales disfuncionalesque, lejos de procurar unmejor afrontamiento deuna situacin dada, gene-ralmente lo agravan y difi-cultan. Ciertamente, se tra-ta de trastornos en los quese da un descontrol emo-cional que, siguiendo los

  • 7/30/2019 Claves Ansiedad

    26/112

    anlisis

    RTICA S N 974 S Julio-Agosto 2011

    26

    criterios establecidos en losmanuales de diagnstico cl-nico DSM-IV1 y CIE-102,merman en mayor o menormedida la capacidad del su-

    jeto para hacer frente a dis-tintos acontecimientos. Porello, en lugar de constituirmodos funcionales de adap-tacin, la ansiedad y la de-presin son ms bien indi-cadores de que se est dan-do una desadaptacin. As,la aparicin de estos snto-mas constituye una seal deque existe una prdida de

    equilibrio en el proceso deajuste ante una situacin.La ansiedad puede con-

    siderarse una vivencia dis-funcional de la emocin demiedo, as como la depre-sin suele correspondersecon un descontrol de laemocin de tristeza.

    La emocin de miedoaparece habitualmente co-mo respuesta a una amena-

    za concreta, mientras que laansiedad surge ante la pre-visin de una amenaza fu-tura que es incierta y pocodefinida, crendonos una

    fuerte sensacin de impo-tencia y estrs. La tristeza,por el contrario, se activaante una prdida o un da-o, y nos lleva a replegar-

    nos para reajustarnos a lanueva situacin. La depre-sin conlleva cierta cronifi-cacin e intensificacin dedicha emocin.

    Por ello, para determi-nar el grado de funcionali-dad de nuestras emociones,conviene ser consciente de laintensidad y duracin conlas que se nos presentan, y

    preguntarnos: estoy nervio-so/asustado o ansioso? es-toy triste o deprimido?

    Acontecimientos vitales:cmo gestionamos lascrisis y el cambio?

    La ansiedad y los snto-mas depresivos han sido in-vestigados como efectos re-lacionados con procesos deestrs derivados de aconteci-

    mientos especficos. As, au-tores como Holmes y Rahe3

    (1967) establecieron un ran-kingde 43 eventos vitalesante los cuales la reaccin

    de ansiedad y depresin es-taba presente en un altoporcentaje de casos (ver ta-bla 1). En las primeras posi-ciones encontramos la

    muerte de un cnyuge, el di-vorcio o una enfermedad,eventos no normativos con-siderados altamente estre-santes. En este sentido, antedichas situaciones relativa-mente traumticas, podradecirse que es clnicamentenormal sentirse ansiosoy/o deprimido.

    Pero, qu ocurre con

    sucesos ms cotidianos? Siatendemos a las ltimas po-siciones del mismo ranking,encontramos que el cambiode residencia, las festivida-des navideas o las vacacio-nes, suelen conllevar ciertonivel de estrs y una reac-cin emocional ansiosa otriste. Por tanto, estaramosante situaciones en las quenuestra reaccin adaptativa

    podra incluir cierto gradode ansiedad y sntomas de-presivos transitorios de in-tensidad leve y duracin in-ferior a seis meses.

  • 7/30/2019 Claves Ansiedad

    27/112

    anlisis

    RTICA S N 974 S Julio-Agosto 2011

    27

    Por otro lado, el ser hu-mano se enfrenta a eventosnormativos que atienden agrandes cambios ineludiblesy propios de las distintasetapas vitales. Autores co-

    mo E. Erikson4 o R. Guar-dini5, describen una serie decrisis evolutivas que repre-sentan hitos en nuestro de-sarrollo biopsicosocial. As,diferencian importantes fa-ses vitales como la infancia,la adolescencia, la edadadulta, la madurez y la ve-jez, comunes a todo ser hu-mano. En cada una de ellas

    la persona experimenta ca-pacidades y necesidades dis-tintas, haciendo frente asi-mismo a tareas y responsa-bilidades diferentes a las dela fase anterior. Frecuente-mente, la transicin de unaetapa a otra conlleva elafrontamiento de una crisis,entendida como una necesi-dad de reajuste ante la pr-dida de equilibrio que estos

    cambios suponen. El indivi-duo ha de reinventarse yasumir nuevos retos. Estascrisis pueden ir acompaa-das de emociones de miedoy tristeza, ya que suponen la

    culminacin de un perodoy el comienzo de otro quenos es desconocido. As, in-cluso eventos socialmenteetiquetados como positivos,como puede ser un embara-zo, obtener una promocin

    profesional o casarse, con-llevan cambios significativosy pueden ser vividos de ma-nera ansigena.

    De todo ello deducimos

    que, tanto las crisis como loscambios, son oportunidadesde desarrollo que no estnexentas de dificultad e incer-tidumbre. Por ello, no es deextraar que conlleven cier-to malestar. Sin embargo, ala vista de la prevalencia ac-tual de sntomas ansioso-de-presivos, cabra pensar quela gestin del cambio es un

    aspecto susceptible de mejo-ra. Todo cambio implica unproceso interactivo de pr-didas y ganancias. En oca-siones nos focalizamos esen-cialmente en las prdidas,menospreciando los benefi-cios inherentes a nuevas ex-periencias. Otras veces, sinembargo, parecemos tenerdemasiada prisa por alcan-zar ciertas ganancias y des-

    valorizamos el esfuerzo quees necesario para obtener-las. Estas actitudes ante elcambio entorpecen el paso ala subsiguiente etapa. En elafrontamiento del cambioincide de manera considera-

    En ocasiones nos focalizamos

    esencialmente en las prdidas,menospreciando los beneficios inherentesa nuevas experiencias. Otras veces, sinembargo, parecemos tener demasiadaprisa por alcanzar ciertas ganancias ydesvalorizamos el esfuerzo que esnecesario para obtenerlas. Estas actitudesante el cambio entorpecen el paso a lasubsiguiente etapa.

  • 7/30/2019 Claves Ansiedad

    28/112

    anlisis

    RTICA S N 974 S Julio-Agosto 2011

    28

    ble la concepcin social so-bre lo que ganamos yperdemos en cada fase vi-tal. Es sabido, por ejemplo,que en la etapa de senectud

    se da una prdida de juven-tud y belleza, cualidades al-tamente valoradas en nues-tra sociedad. Pero la vejeztambin puede comportarotros valores como la expe-riencia, la sabidura o la se-renidad, aportando ganan-cias notorias, aunque enapariencia menos importan-tes desde el prisma social.

    De forma paralela, laevolucin y el cambio a lolargo de la vida se encuen-tran tambin pautados des-de el punto de vista socio-cultural. As, el llamado re-loj social, concepto acua-do por Neugarten6 en 1987,describe un cronograma vi-tal deseable, estableciendolas edades consideradas ade-cuadas para acometer tareas

    o eventos significativos co-mo el matrimonio, el desa-rrollo de la carrera profesio-nal o la maternidad/paterni-dad. Estos relojes socialespueden tambin dificultar lagestin del cambio ya que,si bien aportan referenciasque pueden servirnos comogua, ejercen una presinque produce efectos no

    siempre positivos. Por unaparte, puede darse en el in-dividuo una compulsin aseguir dichas pautas socialessin siquiera cuestionarlas,apareciendo crisis agudasy/o un intenso malestar en elcaso de que no se cumplaeste guin preestablecido.Asimismo, la persona puedequedar atrapada en el re-loj social, sintindose inse-

    gura o inadecuada a la horade tomar decisiones que di-cho patrn no contempla.Por otra parte, puede ocu-rrir que el sujeto viva de for-

    ma desagradable su eleccinde un guin de vida propio,distinto del propuesto porsu entorno.

    Por todo ello, cabe desta-car la importancia de mante-ner una actitud crtica y crea-tiva, aportando alternativaspropias ante lo que la socie-dad nos propone. Asimismo,es deseable desarrollar cierto

    grado de tolerancia hacia laansiedad y la tristeza, ya queson elementos que sin dudaaparecern a lo largo denuestro ciclo vital.

    Revisando mi enfoquede la vida

    Como hemos observadoanteriormente, la ansiedad yla depresin son respuestasemocionales disfuncionales

    que indican un desequilibrioen el ajuste a la realidad. Siestos estados se dan con fre-cuencia, gran intensidad y/oante eventos que, a la luz delo descrito en el apartado an-terior, difcilmente son justi-ficables, cabra reflexionarsobre algunos aspectos. Unode los factores que intervie-nen en nuestra vivencia emo-

    cional de los acontecimientos

    son las creencias que mante-nemos ante la vida.

    Las creencias son opi-niones, juicios o ideas ms omenos conscientes que for-

    mamos sobre nosotros mis-mos y sobre el mundo quenos rodea. Las creencias es-tructuran nuestra concep-cin de la realidad, y consti-tuyen puntos de referenciaque guan nuestros compor-tamientos y decisiones. Cier-tamente, mientras que algu-nas creencias proporcionanaliento y motivacin ante

    experiencias novedosas ocrticas, otras estrechannuestra perspectiva y limi-tan el desarrollo de nuestropotencial. As, las creenciaslimitadoras actan comoobstaculizadoras de dichocrecimiento, fomentando,adems, la aparicin de es-tados emocionales disfun-cionales como la ansiedad yla depresin.

    Identificando lascreencias limitadoras

    Dado que muchas denuestras creencias puedenestar influyendo en nuestramanera de enfocar la vidade forma inconsciente, iden-tificarlas puede requerir deun esfuerzo extra por nues-tra parte. Al respecto, cabe

    sealar que existe un estre-

    Nuestras creencias limitadoras puedenestar impidiendo que nos abramos anuevas formas de experimentar la vida,formas ms liberadoras y plenas queejercen un papel protector ante lasreacciones de ansiedad y depresin.

  • 7/30/2019 Claves Ansiedad

    29/112

    anlisis

    RTICA S N 974 S Julio-Agosto 2011

    29

    cho vnculo entre el lengua-je y las creencias, ya queambos son medios a travsde los cuales estructuramosnuestro conocimiento de la

    realidad. Por ello, reflexio-nando sobre el uso que ha-cemos de ciertas palabras oexpresiones podemos rastre-ar las creencias limitadorasque albergamos.

    Los debera y lostengo que: todos conta-mos con una lista ms o me-nos extensa de aspectos que

    creemos que deberamosser, hacer, conseguir, etc.:debera ser ms eficiente,debera hacer deporte odebera dejar de fumarson ejemplos que pueden re-sultarnos familiares. Enfo-car aquello que queremos al-canzar desde el deberaconlleva una autoexigenciatcita que, adems de ser po-co motivadora, contribuye a

    que afrontemos la vida conmayor ansiedad e impoten-cia. Asimismo, puede fomen-tar una baja autoestima, es-pecialmente cuando no con-

    seguimos lo que nos propo-nemos. Llegados a este pun-to puede ser interesante ob-servar qu ocurrira si susti-tuyramos el debera -o ten-go que- por otra frmula alcomunicarnos con nosotrosmismos y con los dems.Cmo sonaran las mismasfrases utilizando quiero?Muchas afirmaciones conti-

    nuarn en la lista, aunqueprobablemente habrn deja-do de ser obligaciones au-toimpuestas para convertirseen metas deseadas y alcanza-bles. Este enfoque alternati-vo favorece as sensacionesde motivacin y logro que seintegran en un enfoque mspositivo de la vida.

    La misma exigencia quedesigna el debera se diri-

    ge otras veces a elementosexternos, como la vida o lasdems personas, tomando laforma de creencias como:estas cosas no deberan pa-

    sar o no deberas com-portarte as. En estos casoscabra flexibilizar nuestropunto de vista y restarledogmatismo, poniendo enlugar de debera un megustara que, haciendoas que nuestras emocionessean ms manejables.

    El uso de valores abso-lutos: otra de las pistas queel lenguaje nos aporta en lacaza de creencias limitado-ras est en el uso que hace-mos de valores absolutoscomo siempre, nunca,todo y nada. Cuandodecimos o pensamos queno hacemos nada bien,estamos siendo poco exac-tos y extremistas, ya queprobablemente nos estemos

    refiriendo solamente a as-pectos concretos con los queno estamos satisfechos. As-pectos que, por otra parte,coexisten con otros con losque s estamos conformes.Esta forma de pensamientosuele conllevar una magnifi-cacin de las caractersticasnegativas tanto de nosotrosmismos como de los dems,

    o de la vida en general. Porello, conviene ser conscien-tes del efecto que tienenafirmaciones como cuandovuelvo de vacaciones siem-pre lo paso fatal, todo lohago yo, nunca hablar enpblico. Nuestras creenciaslimitadoras pueden estar im-pidiendo que nos abramos anuevas formas de experi-mentar la vida, formas ms

  • 7/30/2019 Claves Ansiedad

    30/112

    liberadoras y plenas que ejer-cen un papel protector antelas reacciones de ansiedad y

    depresin.La felicidad obligada:un valorcontemporneo

    Entre los valores en bo-ga de la sociedad actual en-contramos el de la felicidad,entendida como un bienes-tar continuo que denota xi-to social y personal. As, vi-vir perodos de ansiedad,

    tristeza u otras emocionesdesagradables puede ser in-terpretado como un fracasoen la obligacin de estarbien y ser feliz.

    Sin embargo, como he-mos observado anterior-mente, existen eventos nor-mativos e idiosincrsicosque habitualmente resolve-mos atravesando estados

    que se sitan lejos de la fe-licidad. La tristeza duranteun proceso de duelo o laansiedad ante la prdida deempleo son estados de bajobienestar, que quiz seannecesarios para llegar a mo-mentos de felicidad plena yreal. En nuestro intento devivir el valor social de feli-cidad, puede que nos resul-te ms fcil o coherente

    contactar con emocionespositivas de alegra o logro.No obstante, huir compulsi-

    vamente de las de melanco-la, dolor o angustia es ne-gar la variedad intrnseca dela vida. Y es que ser cons-cientes de dichos sentimien-tos y experimentarlos noimplica necesariamente queno estamos bien o que nosomos felices. Simple-mente puede indicar que so-mos capaces de asumir quela vida se compone de gran

    variedad de etapas, situa-ciones y vivencias que im-plican emociones igualmen-te diversas. El ser humanocuenta con un amplio re-

    pertorio emocional que ca-rece de sentido si patologi-zamos sentimientos natura-les por ser catalogados so-cialmente como incmodoso inapropiados.

    Por ello, valores menosalabados actualmente comola aceptacin, la profundi-dad o la apertura a la expe-riencia pueden ser claves a

    la hora de afrontar con ma-yor plenitud y equilibrio elcambio constante que supo-ne la vida. Eso s, para ellohabremos de renunciar encierta medida a la felicidadaparente o superficial, talcomo la dicta nuestro canonsocial y desterrar la culpaque a veces nos persigue porno sentirnos bien todo eltiempo.

    anlisis

    RTICA S N 974 S Julio-Agosto 2011

    30

    Huir compulsivamente de las emocionesde melancola o angustia es negar lavariedad intrnseca de la vida. Ser

    conscientes de dichos sentimientos yexperimentarlos no implicanecesariamente que no estamos bien oque no somos felices.

    REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS

    1. American Psychiatric Association (2002). DSM-IV-TR: Manualdiagnstico y estadstico de los trastornos mentales. Teto re-visado. Barcelona: Masson (orig.: Washington, D.C., 2000).

    2. Organizacin Mundial de la Salud (1992). CIE-10: Clasifica-cin Internacional de Enfermedades. Dcima Revisin. Gine-bra: Organizacin Mundial de la Salud.

    3. Holmes, T. y Rahe, R. (1967). The social readjustment ratingscale. Journal of Psychosomatic Research, 11, 213-218.

    4. Erikson, E. H. (2000). El ciclo vital completado. Barcelona: Edi-ciones Paids Ibrica.

    5. Guardini, R. (2006). Las etapas de la vida. Madrid: EdicionesPalabra.

    6. Neugarten, B.L. (1999). Los significados de la edad. Barcelona:Herder.

    BIBLIOGRAFA RECOMENDADAGimeno-Bayn, A. (1999). Comprendiendo cmo somos. Dimensionesde la personalidad. Bilbao: Descle de Brouwer.

    Williamson, A. (2006). Manejar y superar el estrs. Cmo alcanzar unavida ms equilibrada. Bilbao: Descle de Brouwer.

  • 7/30/2019 Claves Ansiedad

    31/112

    anlisis

    RTICA S N 974 S Julio-Agosto 2011

    31

    La ansiedad es una reaccinemocional que surge ante las

    situacionesamenazantes,ambiguas, o deresultado incierto,y nos prepara paraactuar ante ellas.Por ejemplo,

    cuando estamosen un examen nosponemos en alertade manera que nosactivamos a untriple nivel:cuerpo, mente yconducta.

    La

    ansiedad,claves para

    manejarla

    Normalmente nosactivamos comoun todo, es decir,nos resulta difcil discrimi-nar entre estas tres reas deactivacin, pero cada unade ellas tiene sus propias re-glas.

    Por un lado, se activanuestro cuerpo, aumentanuestra activacin fisiolgi-ca en general. As, nuestrocorazn late ms deprisa,respiramos ms rpido, setensan nuestros msculos,etc. Es como si nuestro cuer-po se estuviera preparando