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    Miembro de la Asociacin de Psicoanlisis de La Plata, responsabledel Escritorio clnico Psicoanlisis y Salud Mental -Angustia SigloXXI-, responsable del Escritorio clnico El caso en psicoanlisis.

    Jefa de Sala de Psiquiatra y Psicologa Mdica del Hospital InterzonalGeneral de Agudos Prof. Dr. Rodolfo RossiE-mail: [email protected]

    Abstrac

    Tis paper is the outcome of some readings ca-rried out during the clinical device Psychoanaly-sis and Mental Health. Anguish in the XXIst Cen-tury developed in Psychoanalysis Association of

    La Plata. Classifications in mental health wereaddressed from a point of view that considerswhich dialectics suits us to oppose to present clas-sifications, taking into account that those classi-

    fications are presented as pragmatics, supportedmainly on efficacy criterion used to refer to cu-rrent symptoms.

    Key words: Mental Health, -Classifications,Psychoanalysis

    Resumen

    El presente trabajo surge de las lecturas realiza-das en el marco del escritorio clnico Psicoa-nlisis y Salud mental. Angustia siglo XXI dela Asociacin de Psicoanlisis de La Plata. All

    abordamos el tema de las clasificaciones en sa-lud mental a partir de la pregunta acerca de qudialctica conviene oponer a las clasificacionesactuales, teniendo en cuenta que las mismas sepresentan como una pragmtica que se sustentaprincipalmente en el criterio de eficacia con elque se nombran los sntomas actuales.

    Palabras clave: Salud Mental, -Clasificaciones,Psicoanlisis.

    El presente trabajo surge de las lecturas realiza-das en el marco del escritorio clnico Psicoan-lisis y Salud mental. Angustia siglo XXI, en elque abordamos el tema de las actuales clasifica-ciones en salud mental a partir de la preguntapropuesta por el asesor Enrique Acua acercade qu dialctica conviene oponer a las clasifica-

    ciones actuales, teniendo en cuenta que las mis-mas se presentan como una pragmtica que sesustenta principalmente en el criterio de eficaciacon el que se nombran los sntomas actuales.Una va posible para responder a estas clasifi-caciones es la que encontramos en la propuestade lecturas para estas jornadas publicada en Mi-croscopa n118, que se refiere al construccio-nismo historicista, el cual se centra en mostrarlos efectos polticos y subjetivos de estas prc-ticas de discurso; va por la que nos adentrara-

    mos en el terreno de la biopoltica.

    Otra va propuesta en el escritorio, teniendo encuenta que clasificar implica nombrar, agrupary establecer relaciones entre diferentes trmi-nos, ha sido la de investigar las clasificacionescomo una operacin del lenguaje que ha sidoabordada desde diferentes prcticas y marcostericos. En este recorrido hemos tomado dos

    textos: Pensar/Clasificarde Georges Perec y Elpensamiento salvajede Levi-Strauss.

    PIENSO ANES DE CLASIFICAR? CLASI-FICO ANES DE PENSAR?El libro del escritor francs Georges Perec Pen-sar/Clasificar, publicado en 1985, contiene unacompilacin de textos publicados por el autoren diversos diarios y revistas. El ttulo es el queel autor haba elegido para un texto de 1982 quefigura al final de este libro y que fue el ltimo

    escrito que public antes de morir.

    Clasifcar: cada cosa en su lugar (*)Dra. Ins Garcia Urcola

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    En dicho artculo Perec se refiere al tema quele haba sido propuesto para escribir, el de pen-sar/clasificar, y a las dificultades que le plantea:Como si el interrogante desencadenado poreste PENSAR/CLASIFICAR hubiera cuestiona-do lo pensable y lo clasificable de tal manera que

    mi pensamiento no poda reflexionar sino des-menuzndose, dispersndose, regresando sincesar a la fragmentacin que pretenda poner enorden (...) Tal vez equivalga tambin a designarla pregunta como sin respuesta, es decir, remitirel pensamiento a lo impensado que lo funda, loclasificado a lo inclasificable (lo innombrable, loindecible) que se obstina en disimular(1)Es decir que ya en el comienzo del texto Pe-rec nos indica a qu responde su dificultad: las

    clasificaciones en tanto ordenamientos de ele-mentos que componen un todo no hacen msque disimular aquello que no entra en ellas, quequeda por fuera en tanto elemento indecible.En este sentido dir que las clasificaciones sonutopas dado que Detrs de cada utopa haysiempre un gran diseo taxonmico: un lugarpara cada cosa y cada cosa en su lugar , Todaslas utopas son deprimentes porque no dejan lu-gar para el azar, la diferencia, lo diverso (2)El autor no deja de mencionar lo tentador queresulta el afn de distribuir el mundo enterosegn un cdigo nico, una ley universal queregira el conjunto de los fenmenos, pero se-guidamente sentencia: Lamentablemente nofunciona, nunca funcion, nunca funcionar.Por otro lado seala las inefables alegras de laenumeracin: En toda enumeracin hay dostentaciones contradictorias: la primera consisteen el afn de incluirlo TODO; la segunda, en elde olvidar algo; la primera querra cerrar defini-

    tivamente la cuestin; la segunda, dejarla abier-ta; entre lo exhaustivo y lo inconcluso, la enu-meracin me parece, antes de todo pensamiento(y de toda clasificacin), la marca misma de estanecesidad de nombrar y de reunir sin la cualel mundo (la vida) carecera de referenciaspara nosotros(3) El nombrar y agrupar se nosmuestra como una operacin necesaria en tantose trata de ficciones tiles o, como dice NelsonGoodman, de maneras de hacer mundos.

    Ante la imposibilidad de clasificar de acuerdo auna ley universal se entrega entonces a diversas

    enumeraciones y agrupamientos que encontra-mos en otros artculos del libro: modos de orde-nar libros, enumeracin de los objetos que ocu-pan la mesa de trabajo, recetas de cocina, gafas,etc. Estos agrupamientos impactan en el lectora la manera en que describa Foucault el efec-

    to ante la clasificacin de los animales tomadade cierta enciclopedia china que cita Borges enOtras inquisiciones: En el asombro de esta taxi-nomia, lo que se ve de golpe, lo que, por mediodel aplogo se nos muestra como encanto exti-co de otro pensamiento, es el lmite del nuestro:la imposibilidad de pensar esto.(4)Podemos retomar la pregunta sobre el pensar/clasificar con el libro de Levi-Strauss El pensa-miento salvaje. A partir de las clasificaciones

    totmicas de los llamados pueblos primitivos,el autor va a postular que para el hombre el uni-verso es objeto de pensamiento y que los siste-mas conceptuales que se dedica a estudiar sonmedios de pensar. Las creencias y costumbresheterogneas, arbitrariamente reunidas bajo laetiqueta del totemismo (...) se emparientan conotras creencias y prcticas, directa o indirec-tamente ligadas a esquemas clasificatorios quepermiten captar el universo natural y social enforma de totalidad organizada.(5) Los sistemasclasificatorios seran un modo de pensar y cap-tar el universo introduciendo un orden en l.Las clasificaciones tienen as una virtud propiaen relacin a la inexistencia de clasificaciones,en tanto de por s es superior al caos. En estepunto homologa los sistemas de pensamientoprimitivos a la ciencia moderna en tanto en am-bas podemos preguntarnos si la clase de ordenque ha sido forjada es un carcter objetivo delos fenmenos o un artificio creado por el sa-

    bio(6) El orden implementado tiene el carcterde una exigencia que se encuentra en la base detodo pensamiento; dicha exigencia -de la cualaclara que es de orden intelectual y no prctico-es la de que cada cosa ocupe su lugar no dejarescapar a ningn ser, objeto o aspecto, a fin deasignarle un lugar en el seno de una clase(7)

    Una vez que ha remarcado tanto que en todaclasificacin se trata de una operacin intelec-tual (y no prctica) como el carcter de artificio

    de la misma (cuestin que se verifica en el rasgode caducidad que toda clasificacin posee), va

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    a distinguir la lgica que rige las clasificacio-nes de la ciencia moderna de la que va a llamarciencia primera o de lo concreto vinculada alpensamiento salvaje, ubicando del lado de laciencia de lo concreto al bricoleury del otro ladoal cientfico moderno.

    Estas consideraciones nos interesan en la medi-da en que, como dice Germn Garca en la pre-sentacin del libro Los inclasificables de la clnicaanaltica, al retomar la propuesta de J-A Millerde comparar el psicoanalista al bricoleur, no sepuede subsumir bajo la forma de la ciencia mo-derna un cierto tipo de actividades. Para Levi-Strauss, la actividad del antroplogo, tambinla del artista, etc, y evidentemente, para Lacano para Miller, la actividad del psicoanalista.(8)

    Levi-Strauss va a plantear que del lado del brico-leurse trata de operar con elementos contingen-tes, sobras y trozos , tambin llamados aconte-cimientos, con los cuales se elaboran conjuntos,se ordenan en un entramado de relaciones quepasan a ser necesarias y conforman una estruc-tura. Es decir que se toman elementos a partirde los cuales se establece una lgica de relacio-nes que opera para participar tilmente en laformacin de un ser de una nueva clase: esteser consiste en ordenamientos en los que (...)los signos alcanzan el rango de cosas significa-das(9) Los nuevos ordenamientos son el pro-ducto del encuentro entre acontecimientos con-tingentes y una ley. Se trata de sistemas cuyoselementos por s solos no poseen significacinintrnseca sino que su significacin se adquierepor la posicin.En oposicin a esta ciencia de lo concreto ubi-ca la ciencia moderna que opera a la inversa:crea acontecimientos gracias a las estructuras

    que fabrica sin tregua y que son sus hiptesis ysus teoras (10)Otra caracterstica que marca entre las dosciencias es que a diferencia del cientfico mo-derno, que opera con conceptos que quierenser integralmente transparentes a la realidad,el bricoleuropera con signos que aceptan queun determinado rasgo de humanidad est in-corporado a esta realidad.El autor va a contrastar sus consideraciones con

    ejemplos estudiados en diferentes sociedadesprimitivas, demostrando que el hecho de que

    en un primer anlisis no se pueda entrever cales la lgica que se instaura en las clasificacionestotmicas o en los mitos no significa que no lahaya, sino que ms bien se debe a dos factores:en primer lugar los que provienen de la igno-rancia del etnlogo y en segundo lugar por la

    naturaleza polivalente de lgicas que apelan si-multneamente a varios tipos formales de vin-culaciones. Es decir que si nos sorprendemos,como decamos ms arriba, ante estas formas depensamiento, se debe a una imposibilidad pro-pia para pensarlas.Como seala Germn Garca en el texto antescitado, as como Levi-Strauss plantea que concualquier cosa se hace un mito, pero este al fin semuestra necesario, Lacan tambin dice que con

    cualquier cosa se hace una neurosis o una psi-cosis, pero se puede demostrar que esa neurosiso psicosis es necesaria, tiene una lgica propia.Para terminar me interesa sealar que conside-ro que en este recorrido de lecturas en la inves-tigacin que llevo a cabo en el escritorio clnicola va para continuar ser la discusin Lacan -Levi-Strauss tal como la sita Enrique Acua ensu texto Amar su ms all -Una lectura de Laciencia y la verdad- donde seala cmo Levi-Strauss toma al viviente como una pura combi-natoria, como objeto de clasificacin capaz deser nombrado por la ciencia que conduce a laidentidad de un ego. A este ego al que se arriba apartir del mitema y que otorga significado al vi-

    viente, (veamos cmo Levi-Strauss escribe quelos elementos contingentes no tienen significa-do por s mismos pero lo adquieren a partir delas relaciones en una estructura) Lacan oponeel mitante. En La ciencia y la verdad ya no setrata de que la verdad habla (de una verdad

    que le ser revelada al sujeto) sino de la verdadcomo una revelacin del inconsciente que re-mite a un saber reprimido que se evanesce, alcaptarla, se pierde. Se trata de un inconscienteque es hiancia.Por lo tanto, frente a la ciencia de lo concretoque se esmera en introducir un orden al cualnada escape -que domina las clasificaciones ac-tuales-, Lacan, al situar la frontera entre sabery verdad, opone la creencia en un nombre del

    inconsciente que no es una clase.En esta direccin, Eric Laurent, en su libro

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    (*) Trabajo presentado en la Jornada Anual de la APLP La locura

    normal -angustia, locura, leyes y clases- realizadas en la Biblioteca

    Central de la Provincia de Buenos Aires el 7 de diciembre de 2012.

    Notas

    (1) Perec, Georges: Pensar / Clasificar, Editorial Gedisa, Barcelona,

    2001. Pg. 109.

    (2) bid., pg. 111.

    (3) Ibid., pg. 119.(4) Foucault, Michel: Las palabras y las cosas

    (5) Lvi-Strauss, Claude: El pensamiento salvaje, Fondo de Cultura

    Econmica, Mxico, 2012, pg. 198.

    (6) Ibid., pg 25.

    (7) Ibid., pg 26.

    (8) Garca, Germn: D`Escolar, Atuel-Anfora, Buenos Aires,

    2000, pg. 156.

    (9) Lvi-Strauss, Claude: El pensamiento salvaje, pg. 42

    (10) Ibid., pg. 43.

    (11) Laurent, Eric: Sntoma y nominacin, Coleccin Diva,Buenos Aires, 2002, pg.113.

    Sntoma y nominacin, se refiere al tratamien-to que hace Levi-Strauss del tema del nombrepropio, al cual incluye en el sistema clasificato-rio en tanto le atribuye una significacin (aut-nimo, teknnimo y necrnimo). Los nombres

    van cambiando de acuerdo a posiciones y rela-

    ciones en funcin por ejemplo del nacimientoo muerte de familiares; e inclusive hay un in-tercambio entre nombres comunes y nombrespropios. El nombre comn puede pasar a serun nombre propio y viceversa. En este sentidoLaurent seala lo que llama, hoy en da, los casinombres. Son nombres comunes que se han

    vuelto nombres propios. Ej: la Gran Guerra. Ysobre estos casi nombres dice que son un lmiteclasificatorio para nombrar un goce indecible.

    Y sigue: Qu son los casi nombres para no-sotros? Son los sntomas que vienen a marcarel lmite clasificatorio, no como nombre de unosolo sino como tipo de sntoma (...) hay estilosde vida segn los sntomas, hay comunidades.Es por ello que el psicoanalista debe acompa-ar en su clnica las modificaciones de la lenguaclnica comn, que establece la psiquiatra en eltranscurso de su historia. La clnica psicoanal-tica es, en efecto, una manera de interrogar las

    creencias clasificatorias de una sociedad.(11)Depresin, personalidades mltiples, nombresdel malestar en la civilizacin que se desplazanen las diferentes pocas mostrando por un ladola intensin de significacin y por otro la impo-sibilidad de traduccin del goce.

    En oposicin a estas clases Laurent va a decirque el psicoanlisis es la nica disciplina quehace funcionar al lenguaje como un lugar en elque el significante no necesita sentido, no nece-sita pensar para funcionar alrededor de la vo-luntad de nombrar el goce.Entonces, frente a las preguntas iniciales sobrepensar/clasificar y las respuestas que veamosen los textos tomados en los que el clasificar esun modo de captar el universo introduciendo

    un orden en l, una significacin, el psicoan-lisis hace funcionar al lenguaje de otro modo,no por medio del pensamiento, del sentido, sinocomo modo de nombrar un goce.