Clara, Laura, Juan y el libro misterioso

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Clara, La Clara, La Clara, La Clara, La el libro el libro el libro el libro m m m m Hace unas semanas, un día colegio de Clara, Laura y d los que el profesor de cienc tenían que buscar informac al terminar las clases se pu biblioteca… ¡Se volvieron lo después volvieron a la biblio Buscad en museos arqueológ Entonces Clara le dijo a Ju dudó y saltó rápidamente: -¿Por qué tenemos que ir a -¿Cómo que no? Allí habrá quienes habitaban en nuest -¡Ya! Pero… si vamos a las objetos e informarnos de e -¡Vale!, entonces se me ha las afueras de la ciudad y veremos en mi casa para re -¡De acuerdo a las cuatro n Guolfy. Juan llegó a las afueras de círculo. -¡Vamos Guolfy excava que Mientras tanto, Clara y La indicó. Ahí empezaron a bu cual fue su sorpresa, cuand en su agenda, descubrieron con toda la calma que la in ponía, cosa imposible ya qu preguntarle a la encargada aura, Juan y aura, Juan y aura, Juan y aura, Juan y misterioso misterioso misterioso misterioso a soleado de noviembre, en el de Juan, unos niños de once años, a cias, el señor Eustaquio, les mandó un traba ción de quienes habitaban en su ciudad antigu usieron en marcha. Buscaron en ordenadores ocos buscando! Pero…nada de nada daba resul ioteca y encontraron un libro que les dio algu gicos y en los yacimientos de las afueras de uan que fueran a buscar al museo arqueológic a el museo si ahí seguro que no encontraremo información suficiente, y podemos hacernos tra ciudad -dijo Clara muy segura. afueras como dice el libro, podremos buscar ellos -dijo Juan con aire de superioridad. ocurrido una idea: tú irás a excavar con mi yo iré al museo con Laura. A las cuatro en p eunir toda la información encontrada. nos vemos! -dijo Juan cogiendo la correa de e la ciudad, como indicaba el libro hizo un e yo te ayudo! aura llegaron al museo y fueron a la sección q uscar todos los objetos (vasijas, platos, libro do después de llevar varias horas anotando f n dentro de un pequeño cofre algo parecido a ntriga les permitió, Clara lo cogió e intentó d ue eran unos signos que no habían visto en su a del museo. ajo en el que uamente. Ellos s, en libros de la ltado. Unos días unas pistas: la ciudad. co. Juan no os nada? una idea de r huesos y i perro Guolfy a punto nos que el libro les os, arpones…) y fechas y lugares a un pergamino, descifrar lo que u vida. Fueron a

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Cuento de aventuras

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Clara, Laura, Juan yClara, Laura, Juan yClara, Laura, Juan yClara, Laura, Juan y

el libro el libro el libro el libro misteriosomisteriosomisteriosomisterioso

Hace unas semanas, un día soleado de noviembre, en el

colegio de Clara, Laura y de Juan, unos niños

los que el profesor de ciencias

tenían que buscar información

al terminar las clases se pusieron en marcha. Buscaron en ordenadores, en libros de la

biblioteca… ¡Se volvieron locos buscando! Pero…nada de nada daba resultado. Unos días

después volvieron a la biblioteca y encontraron un libro que les

Buscad en museos arqueológicos y en los yacimientos de las afueras de la ciudad.

Entonces Clara le dijo a Juan que fueran a buscar a

dudó y saltó rápidamente:

-¿Por qué tenemos que ir a el museo si

-¿Cómo que no? Allí habrá información suficiente, y podemos hacernos una idea de

quienes habitaban en nuestra ciudad

-¡Ya! Pero… si vamos a las afu

objetos e informarnos de ellos

-¡Vale!, entonces se me ha ocurrido una idea: tú irá

las afueras de la ciudad y yo iré al museo con Laura. A las cuatro en punto nos

veremos en mi casa para reunir toda la información encontrada.

-¡De acuerdo a las cuatro nos vemos!

Guolfy.

Juan llegó a las afueras de la

círculo.

-¡Vamos Guolfy excava que yo te ayudo!

Mientras tanto, Clara y Laura llegaron al museo y fueron a la sección que el libro les

indicó. Ahí empezaron a buscar todos los objetos (vasijas, platos, libros,

cual fue su sorpresa, cuando después de llevar varias horas anotando fechas y lugares

en su agenda, descubrieron dentro de un pequeño cofre algo parecido a un pergamino

con toda la calma que la intriga

ponía, cosa imposible ya que eran unos signos que no habían visto en su vida. Fueron a

preguntarle a la encargada del museo.

Clara, Laura, Juan yClara, Laura, Juan yClara, Laura, Juan yClara, Laura, Juan y

misteriosomisteriosomisteriosomisterioso

, un día soleado de noviembre, en el

Laura y de Juan, unos niños de once años, a

los que el profesor de ciencias, el señor Eustaquio, les mandó un trabajo en el que

buscar información de quienes habitaban en su ciudad antiguamente. Ellos

al terminar las clases se pusieron en marcha. Buscaron en ordenadores, en libros de la

Se volvieron locos buscando! Pero…nada de nada daba resultado. Unos días

lvieron a la biblioteca y encontraron un libro que les dio algunas pistas:

Buscad en museos arqueológicos y en los yacimientos de las afueras de la ciudad.

o a Juan que fueran a buscar al museo arqueológico. Juan no

é tenemos que ir a el museo si ahí seguro que no encontraremos nada?

¿Cómo que no? Allí habrá información suficiente, y podemos hacernos una idea de

quienes habitaban en nuestra ciudad -dijo Clara muy segura.

¡Ya! Pero… si vamos a las afueras como dice el libro, podremos buscar

e informarnos de ellos -dijo Juan con aire de superioridad.

¡Vale!, entonces se me ha ocurrido una idea: tú irás a excavar con mi perro Guo

las afueras de la ciudad y yo iré al museo con Laura. A las cuatro en punto nos

para reunir toda la información encontrada.

¡De acuerdo a las cuatro nos vemos! -dijo Juan cogiendo la correa de

Juan llegó a las afueras de la ciudad, como indicaba el libro hizo un

lfy excava que yo te ayudo!

Mientras tanto, Clara y Laura llegaron al museo y fueron a la sección que el libro les

indicó. Ahí empezaron a buscar todos los objetos (vasijas, platos, libros,

l fue su sorpresa, cuando después de llevar varias horas anotando fechas y lugares

en su agenda, descubrieron dentro de un pequeño cofre algo parecido a un pergamino

con toda la calma que la intriga les permitió, Clara lo cogió e intentó de

, cosa imposible ya que eran unos signos que no habían visto en su vida. Fueron a

preguntarle a la encargada del museo.

un trabajo en el que

de quienes habitaban en su ciudad antiguamente. Ellos

al terminar las clases se pusieron en marcha. Buscaron en ordenadores, en libros de la

Se volvieron locos buscando! Pero…nada de nada daba resultado. Unos días

algunas pistas:

Buscad en museos arqueológicos y en los yacimientos de las afueras de la ciudad.

l museo arqueológico. Juan no

seguro que no encontraremos nada?

¿Cómo que no? Allí habrá información suficiente, y podemos hacernos una idea de

mo dice el libro, podremos buscar huesos y

s a excavar con mi perro Guolfy a

las afueras de la ciudad y yo iré al museo con Laura. A las cuatro en punto nos

uan cogiendo la correa de

Mientras tanto, Clara y Laura llegaron al museo y fueron a la sección que el libro les

indicó. Ahí empezaron a buscar todos los objetos (vasijas, platos, libros, arpones…) y

l fue su sorpresa, cuando después de llevar varias horas anotando fechas y lugares

en su agenda, descubrieron dentro de un pequeño cofre algo parecido a un pergamino,

descifrar lo que

, cosa imposible ya que eran unos signos que no habían visto en su vida. Fueron a

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-¿De dónde lo habéis sacado? ¡Nunca he visto cosa igual!

Tras explicarla de donde lo habían sacado, la Señorita Helena decidió

cerrar el museo e irse con las muchachas a la biblioteca general.

Mientras, Juan, muy cansado de no encontrar nada, miró el reloj… ¡Ya

eran las cuatro!

Unos metros más adelante Guolfy empezó a ladrar:

-¿Qué te pasa pequeño? ¿Has encontrado algo?

Guolfy empezó a excavar y encontró una pequeña caja de madera, Juan la cogió y la

abrió, había un medallón de oro en el que ponía unos símbolos rarísimos.

Cerró la caja y se fue con Guolfy a casa de Clara, pero… No había nadie y entonces

la llamó por teléfono:

-¿Dónde estás Clara? ¡He encontrado algo magnífico!

+¡Y yo, Juan! ¡Ven corriendo a la biblioteca del museo y

te lo explicaré todo!

-¡Vale, enseguida estoy allí!

Diez minutos más tarde…

Juan aparece por la biblioteca:

+¡Hola Juan!, ¡Mira esto!

-¿Qué pone escrito?

+No lo sabemos…

-Yo encontré esta caja con un medallón dentro, mirad, yo tampoco sé lo que po…

Interrumpió Laura a Juan inmediatamente:

+Mirad, he encontrado un abecedario pero yo no sé lo que significa cada símbolo.

Clara cogió el libro que encontraron anteriormente y siguió leyendo por donde se había

quedado:

Si un papel has de encontrar, en la página ochenta su significado está.

Clara pasó rápidamente las hojas hasta llegar a la página ochenta; comprobó el

pergamino con aquel abecedario y empezó a descifrar, todo encajaba, era una especie

de diario escrito por alguien hace muchos años que conocía a la perfección el origen y

la forma de vida de los primeros habitantes de Sesetobal.

Σι υνα ηοϕα ηασ δε ενχοντραρ συ σιγνιφιχαδο εν λα π⟨γινα οχηεντα εστ⟨

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Pero… algo no cuadraba del todo. A punto de descifrar todo el

mensaje, Clara se dio cuenta de que faltaba algo.

En ese momento, Laura recordó que en su sótano había una caja que

nunca nadie había podido abrir, con una forma similar al medallón

que encontró Juan.

Muertos de curiosidad fueron al sótano de Laura; La Señorita Helena aún no se creía

lo que esos críos estaban descubriendo.

Bajaron rápidamente por los escalones del sótano. Con tantos nervios, a Juan se le

calló el medallón por las escaleras y…

¡Casi se cuela por el sumidero! Menos mal que Laura lo cogió rápidamente y terminaron

de bajar todos los escalones.

Laura cogió la caja y metió el medallón por una ranura que había exactamente del

mismo tamaño que el medallón. En ese momento, la caja crujió e inmediatamente

empezó a abrirse.

Todos los niños y Helena empezaron a toser al mismo tiempo de la cantidad de polvo

que salió de la caja. Guolfy estornudó.

Había una pequeña nota en el interior, firmada por un nombre que resultó ser un

antepasado de Laura.

Con la ayuda de la señorita Helena y uniendo toda la información encontrada, llegaron

a la conclusión de que los primeros habitantes de Sesetobal fue una tribu que tenía el

poder de volverse invisible cuando intuían un peligro.

Guardaron ese secreto gracias al tatatarabuelo de Laura que resultó ser un

descendiente directo de ésta tribu. Una vez que Laura había leído el trabajo

finalizado pensó…

-¿Tendré yo esos poderes?

Cuando le entregaron el trabajo a Don Eustaquio se quedó sin palabras. Lo publicaron

en la web del colegio y el ayuntamiento decidió premiarles por su descubrimiento.

¡Por descubrir quienes

vivían antiguamente en

nuestra ciudad!

Trabajo

realizado: Lucía

Hidalgo 6ºB