Circuito Productivo de La Vid

INSTITUTO SUPERIOR DE FORMACION DOCENTE N° 79

PROFESORADO PARA EL TERCER CICLO DE LA EGB Y DE LA

EDUCACION POLIMODAL EN GEOGRAFIA

ORGANIZACIÓN ECONÓMICA DEL ESPACIO

PROFESOR: LIC. MATIAS ALAMO

LAS ACTIVIDADES HUMANAS COMO FACTORES

DE LA ORGANIZACIÓN ESPACIAL.

LA CONFIGURACIÓN TERRITORIAL DEL CIRCUITO

PRODUCTIVO DE LA VID.

La economía de un país depende, en gran medida, de su capacidad de

producción y del nivel de competitividad en el mercado internacional. Por

ello es importante conocer los procesos y los agentes que intervienen en la

obtención de los productos.

Buschittari, Ana Cañete, Natalia 2009

LAS ACTIVIDADES HUMANAS COMO FACTORES DE LA ORGANIZACIÓN ESPACIAL. LA

CONFIGURACIÓN TERRITORIAL DEL CIRCUITO PRODUCTIVO DE LA VID.

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Introducción:

Según Demangeon (1969) el hombre no puede ser estudiado sin el suelo que

habita, por eso creemos necesario analizar establecer interrelaciones, con el

territorio, el Estado y las relaciones de poder que se producen entre los

distintos actores como un sistema complejo, ya que imprimen un especial

grado de organización en el territorio, en el que se encuentran inmersos.

En este sentido, en el territorio argentino se diferencian las economías

regionales pampeanas y extra pampeanas, que están afectadas por el proceso

crítico que marca el actual desarrollo de nuestra sociedad al formar parte

constitutiva del sistema económico-social global, que genera desigualdades

devenidas de la concentración de capital que se traducen en las diferencias

socioeconómicas entre los distintos sectores sociales del país y la región. Esto

se produce en el marco de un nuevo paradigma científico tecnológico, en el

cual las ciudades y regiones son receptoras de los cambios estructurales,

convirtiéndose en áreas centrales dentro del proceso de globalización.

Consideramos que desde la geografía podemos tener una visión crítica y

reflexiva acerca del territorio como ámbito donde se ejerce el poder y se

manifiestan y dirimen conflictos ya sean económicos, políticos, sociales,

culturales, y en el que la lucha por defender los respectivos intereses provoca

la disputa por el poder político y económico.

Es por ello que todo lo estudiado y analizado durante el año lectivo, nos

permite, desde nuestra visión geográfica, plantearnos determinadas

problemáticas a considerar:

- ¿Qué factores influyen en la localización de las distintas empresas?

- ¿Por qué existen en nuestro país áreas más desarrolladas

económicamente que otras?

- ¿De qué manera influye la globalización?



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- ¿Cuál es el rol del Estado, y cuáles son los actores sociales, en las

distintas economías regionales argentinas?

- ¿Cómo la competitividad de un territorio puede determinar áreas

ganadoras y áreas perdedoras?

- ¿Es el territorio el motor de desarrollo de la economía?

- ¿Cuales fueron las transformaciones territoriales más relevantes que

explican la actual configuración territorial?

Para dar respuestas a estos interrogantes tomamos como ejemplo el caso del

Circuito Productivo de la Vid, como un modelo a través del cual, todos estos

interrogantes, surgen de la interrelación de los diferentes procesos que se

produjeron en el marco del proceso de reconversión, que tuvieron que enfrentar

los distintos actores sociales, para hacer frente a las nuevas demandas y

exigencias del mercado.

Palabras clave: territorio - circuito productivo – globalización - integración

regional - desarrollo local - desarrollo económico - actores sociales – poder –

Estado.



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Definición y localización geográfica

Circuito productivo de la vid

Roffman (2000) sostiene que un circuito productivo es un recorte analítico que

da cuenta de un ámbito de crecimiento productivo global vinculado alrededor

de una actividad clave. Se produce en un proceso secuencial, cuando se

escoge como base una materia prima.

El circuito productivo “abarca un conjunto de unidades de producción,

distribución y consumo que operan intervinculadas entre sí a partir de una

actividad común a todas ellas”. Estas unidades se concentran en determinado

espacio geográfico, por lo que se los denomina circuitos productivos

regionales. Cada circuito tiene sus propias características en cuanto al

desarrollo técnico y la forma de organizar la producción.

El circuito productivo de la vid se halla localizado en la región de Cuyo -

específicamente en San Juan y Mendoza-. Teniendo en cuenta la clasificación

que propone el INDEC, las ciudades mencionadas son consideradas como

espacios urbanos, de tamaño grande, ya que cuentan con una población de

421.640 hab. y 848.660 hab., respectivamente, según datos aportados por el

ultimo censo del año 2001.

Esta región posee óptimas condiciones para el cultivo de la vid: el clima seco,

la cantidad de días de sol, suelos arenosos y la posibilidad de utilizar los ríos

como fuentes de riego, que la convierten en un espacio privilegiado para el

desarrollo de esta actividad. Estos elementos hacen que sus vinos tengan

características definidas y prestigio en todo el mundo.

La actividad vitivinícola de la región de Cuyo nació junto con las fundaciones de

Mendoza y San Juan y creció lentamente con ellas y luego se expandió con

fuerza con la llegada del ferrocarril, lo que permitió que la producción del vino

llegara a los mercados urbanos del litoral.



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Durante muchos años el vino cuyano fue de calidad regular y estuvo destinado

a un mercado interno poco exigente. Con el paso del tiempo la población

comenzó a cambiar sus hábitos de consumos de bebidas. En la década del 70

los argentinos incorporaron las gaseosas y cervezas a sus dietas y el vino

perdió protagonismo. Este pronunciado descenso del consumo produjo una

sobre producción ya que quedaron grandes volúmenes de vino sin vender.

La reestructuración económica y su impacto en el circuito de la vid

La modernización de las bodegas y los viñedos comenzó en la segunda mitad

de los años 80 y se intensificó en los 90. Esta modernización consistía en la

reconversión de un paradigma de cantidad hacia otro de calidad en plena

vigencia del nuevo modelo de acumulación que fue acentuando una

desigualdad creciente en la región.

Este proyecto re-estructurador conforma un modelo excluyente que conduce

a una gran concentración de la riqueza por parte de grandes contribuyentes

que operan a mayor tamaño o escala, quienes poseen mejor información y

están capacitados para decidir que tipos de tecnologías será utilizada así

también como la forma de organización, división del trabajo y la

especialización.

Este proceso de modernización condujo a situaciones de verdadera miseria,

desocupación, precarización de las condiciones de trabajo, desigualdad social

creciente y alto nivel de conflictos para los pequeños y medianos productores

(Allub, 1996).

Para Francisco Alburquerque (1997), la incorporación de nuevas tecnologías

permite mejorar los sistemas de producción, lo que a su vez repercute

favorablemente en la elevación de la calidad de vida de la población local.

Según este autor, las innovaciones tecnológicas requieren cambios o mejoras

gerenciales y organizativas en el funcionamiento de las empresas y la

administración pública en general, así como diferentes tipos de interacción



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entre agentes socioeconómicos e institucionales, a veces como precondición

para que las mejoras tecnológicas puedan introducirse. En realidad, estas

innovaciones técnicas nunca se producen en el vacío, sino como parte de

transformaciones sociales e institucionales. Es por ello que la innovación

tecnológica debe entenderse como vinculada a los procesos de cambio e

innovación social que la hacen posible.

La importancia de los circuitos productivos en las economías regionales

Los circuitos productivos son importantes no sólo a nivel nacional, sino que

también a nivel local para la región en la cual se insertan, ya que generan

diferentes situaciones, que configuran un determinado tipo de organización

como por ejemplo: ingresos, puestos de trabajo, etc., pero también marcan

diferencias entre distintos sectores.

Así se producen disparidades regionales, áreas productivas e improductivas,

un aumento del turismo en las regiones, en las cuales se encuentren insertos, y

el incremento de los ingresos.

Pero también se manifiestan problemas tales como: la dependencia de los

ingresos de los productores a un único producto, a que los hábitos de consumo

y las modas puedan afectar la economía de una región. En el caso de la

producción vitivinícola, un cambio de hábito en el consumo de vinos de mesa

hacia uno de mejor calidad. Las características del mercado internacional

(variaciones en los precios, incorporación de nuevos productores, exigencias

en la calidad del producto, etc.) influyen en el ingreso de los productores.

Muchas veces las industrias procesan la materia prima en otras regiones

perjudicando a la región al no permitir la generación de puestos de trabajo.

La importancia que tienen los circuitos productivos en las economías regionales

son varias, pero lo cierto es que todas ellas provocan e imprimen en los

espacios donde se localizan una determinada estructura que va a dar cuenta



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de la especialización y característica de cada región. Los actores intervinientes

así como los espacios geográficos, las interrelaciones entre los mismos, los

intereses de cada uno, conforman una estructura social y económica

determinada. En tal sentido, depende del manejo adecuado de políticas y de la

cooperación y participación de todos los eslabones el acceso a un pleno

desarrollo económico y local de la región. Esto, a su vez, aseguraría la

supervivencia de los circuitos productivos de forma sostenida y sustentable.

Es importante también que como condición necesaria para la integración a

mercados internos y externos se den ciertas incorporaciones ya sean, planes

de reconversión, políticas que colaboren con ese desarrollo económico y

regional, incorporación de tecnología, etc.

** Elaborado en base a circuitos analizados en la cátedra

ECONOMIAS REGIONALES ARGENTINAS

PAMPEANASSOJA

CARNE VACUNA

EXTRAPAMPEANAS

CAÑA DE AZUCAR

PETRÓLEO Y CARBÓN

VID

ALGODÓN



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El circuito de la vid y el desarrollo local en Cuyo como promotores de la

competitividad

Según Cabrera, la noción de competitividad hace referencia al proceso de

generación y difusión de competencias, a las capacidades de determinadas

empresas para actuar exitosamente en un mundo globalizado. La cual depende

de las capacidades que ofrece el territorio para facilitar las actividades

económicas.

La competitividad del territorio depende de la combinación de factores que

permiten a estos espacios:

- participar en el mercado nacional, regional e internacional de bienes y

servicios.

- incrementar el ingreso real y el bienestar social de los ciudadanos.

- promover el desarrollo sustentable.

- promover la cohesión social combatiendo la exclusión.

Porter (1995) afirma que la competitividad supone un proceso fuertemente

localizado que fomenta la especialización y la eficacia local. Por ello, las

ciudades son espacios que pueden ofrecer ventajas competitivas, en la medida

en que poseen diferentes factores de atracción. En este sentido se pueden

identificar ventajas competitivas.

De tal manera, podemos decir que la ciudad de Mendoza puede ofrecer

ventajas estáticas y dinámicas.

Ventajas competitivas y comparativas en la producción vitivinícola

Ventaja comparativa: es aquella que se deriva de costos o disponibilidad de

factores (clásicos del comercio internacional). Ejemplos: disponibilidad de

materias primas, costo de insumos, cercanía.



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En las provincias de Mendoza y San Juan se concentra la mayor cantidad de

superficie de vid cultivada, que tienen aptas condiciones agroecológicas,

cercanía entre los eslabones iniciales e industriales de la cadena vitivinícola.

Ventaja competitiva: es aquella que se desarrolla con habilidades particulares.

Ejemplos: tecnología, marcas, equipos de trabajo.

Mendoza tuvo más acceso a la tecnología que San Juan, pero ambas pudieron

incorporarla para reconvertirse y competir en el mercado nacional e

internacional. En cuanto a los equipos de trabajo en cantidades menores

tuvieron posibilidad de capacitarse para insertarse en el mercado laboral de la

producción de la vid.

Actores sociales intervinientes en el circuito de la vid

Arocena (1995), ofrece una explicitación sobre el término actor local y realiza

una primera aproximación a partir de la relación con la escena social.

“Individuos, grupos o instituciones cuyo sistema de acción coincide con los

límites de la sociedad local”. Pero más preciso aún es ligarlo al desarrollo local,

es decir, en relación al tipo de aporte que realiza y para ello distingue tres

categorías de “actor local”:

• ligados a la toma de decisiones (político-institucionales),

• ligados a técnicas particulares (expertos-profesionales),

• ligados a la acción sobre el territorio (la población y sus expresiones activas).

En esta conceptualización actor local equivale a “agente del desarrollo”.

Así, pues, “bajo la fórmula actor local entendemos todos aquellos agentes que

en el campo político, económico, social y cultural son portadores de propuestas

que tienden a capitalizar mejor las potencialidades locales. Es fundamental en

esta definición el acento puesto en „capitalizar mejor‟. En efecto, se trata de

buscar un mayor aprovechamiento de los recursos, pero destacando la calidad



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de los procesos en términos de equilibrios naturales y sociales”. (Arocena,

op.cit.)

Es importante destacar a cada uno de los actores sociales que se ven

afectados en esta trama.

Los pequeños viñateros de San Juan y en menor medida los de Mendoza, que

no han podido reconvertir sus viñedos a unos de mejor calidad, por falta de

crédito y asistencia técnica. La medida oficial de apoyo a la impostergable

reconversión, consistió en aprobar normas de diferimiento por 10 años, de la

exigencia de pagos de impuestos a quienes presenten programas de

reconversión y/o implementación de vides aptas para la nueva etapa

productiva.

Roffman (óp. cit. 2000) considera que el circuito es integrado tanto por

productores como por los responsables de los sucesivos procesos industriales.

Y expresa que “interactúan con una desigual capacidad de apropiar el valor

generado en su ámbito” (…) “la dinámica del circuito no es solo generada

internamente, sino que proviene de la dinámica general del funcionamiento del

sistema económico – social tanto a nivel nacional como internacional”.

El agente económico representado mayoritariamente por el productor agrícola

de pequeño tamaño puede operar en el mercado en dos formas organizativas

diferentes:

El pequeño productor no integrado: vende su producción a las bodegas y que

por unidad de peso de la uva, destinado a vino común en casi su totalidad,

obtiene un precio condicionado a su capacidad de negociación. Los

bodegueros abonan el precio de la uva de modo similar a todos los que

ingresan en esta etapa comercializadora, pero el pequeño productor agrícola

es discriminado en término de las modalidades de pago, es decir los

bodegueros controlan el mercado de la uva determinando precio y condición de

realización del producto. La capacidad negociadora se expresa en que el

pequeño cobra a largo plazo, con documento de 180 días de plazo o más,



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mientras que un productor mediano o grande, no integrado, logra condiciones

mucho más favorable de financiación de su venta. El perfil de este pequeño

productor destaca su carácter tradicional poco receptivo a las propuestas de

reestructuración, ya que carece de posibilidad de capacitación y financiamiento

y no posee capacidad de gestión. Estos tres factores estructurales, además de

las tendencias generales del mercado de la uva constituyen las causas más

habituales de expulsión que deben afrontar los pequeños productores.

Productor a facón: este modelo implica que el agricultor procesa su propio vino

por el sistema de maquila contrata con una bodega la entrega de la uva con el

compromiso que la unidad industrial realiza las tareas de elaborar el vino y

mantenerlo almacenado.

La competitividad y su relación con las políticas públicas

Como estrategias para lograr un desarrollo local en la región analizada, fueron

implementadas diferentes políticas, para la mejora de la producción,

distribución y comercialización de la vid.

Entonces es importante destacar si en esta región, las políticas implementadas

sirvieron como soporte o ayuda para el desarrollo local esperado y si todos

los actores sociales fueron beneficiados o algunos quedaron excluidos.

Alburquerque (1994) resalta el carácter “endógeno” del desarrollo, entendido

como potenciación de los recursos locales, y define el desarrollo económico

local como “aquel proceso reactivador de la economía y dinamizador de la

sociedad local que, mediante el aprovechamiento eficiente de los recursos

endógenos existentes en una determinada zona, es capaz de estimular su

crecimiento económico, crear empleo y mejorar la calidad de vida de la

comunidad local”.

Como señala Alburquerque (óp. cit. 1994), “el desarrollo local es resultado del

compromiso de una parte significativa de la población local, mediante el que se



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sustituye la concepción tradicional del “espacio” (como simple escenario físico)

por la de un contexto social de cooperación activa (un “territorio”), lo cual

precisa de cambios básicos en las actitudes y comportamientos de la sociedad

local”.

La propuesta para lograr dicho desarrollo es instalar, local o regionalmente,

formas competitivas que alcancen al conjunto de los sectores productivos y

sociales de la comunidad o zona en cuestión, y que conformen mallas de

vinculación (económica, productiva, social, cultural) entre empresarios

proveedores, consumidores, municipios e instituciones de todo tipo.

Vista desde esta perspectiva podemos considerar que la aplicación de la norma

del diferimiento impositivo en San Juan, provocó la marginación de la provincia

de Mendoza quien no fue beneficiada por la misma.

La posición de las autoridades y los productores mendocinos acerca de la

competencia sanjuanina, basada en la posibilidad de que las normas del tipo

de las citadas, puedan transformar la estructura productiva cuyana y desplazar

la localizada en Mendoza del mercado de demanda mas sofisticado, permite

comprender las grandes ventajas que existen para quienes pueden encarar los

proyectos de inversión en San Juan. Los mendocinos aluden que solo con un

fuerte apoyo estatal es viable un proceso de modernización como el que se

encara en la vecina provincia.

¿Cómo el circuito productivo transforma y organiza el territorio?

Es importante que desde los territorios puedan operarse procesos de atracción

del capital y de las inversiones extranjeras y que deben darse ciertas

condiciones intrínsecas en las regiones, en los ámbitos locales, para que estos

procesos se produzcan.

Vázquez Barquero (1996) considera que las transformaciones regionales se

alcanzan a través de la gestión estratégica de desarrollo local. Se trata de un



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desarrollo endógeno. Desde las propias fuerzas locales y no a partir de los

instrumentos externos.

Estos instrumentos son: la participación de la población local (trabajadores,

productores y empresarios); el desarrollo de sus organizaciones, formación y

capacitación; y el fortalecimiento de las instituciones locales.

La crisis provocada por la baja del consumo de vino golpeo a varios

establecimientos vitivinícolas en la década del 80, un ejemplo, lo que sucedió

con la bodega Giol, que llego a ser la más grande de Argentina, pero no pudo

acceder a la tecnificación y hoy se encuentra en desuso.

Como muchos viñateros, el dueño de esta bodega no pudo reconvertir sus

viñedos a uvas de mejor calidad y tuvo que vender sus tierras. En cambio los

viñateros que pudieron adaptarse a las nuevas exigencias del mercado,

debieron modificar sus antiguos métodos de producción.

Así se produce el proceso de destrucción de la capacidad operativa de los

pequeños viñateros con producción de uvas para vino de mesa en franca

declinación y, se crea al mismo tiempo, una nueva capacidad con alta

tecnología generándose simultáneamente una articulación agricultura- industria

porque las nuevas empresas integran toda la producción, desde la vid hasta la

comercialización del vino.

Esta discriminación perjudica al más débil de la cadena agro industrial y

favorece a quien tiene suficiente capacidad de inversión.

En San Juan estas condiciones provocan una crisis que obligan a los pequeños

productores a abandonar los predios y refugiarse en el empleo público o en el

cuentapropismo en la ciudad.

Estas circunstancias tuvieron efectos sociales negativos en el marco de una

considerable expansión productiva y de un acentuado proceso de innovación

tecnológica, que se observa en:



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mayor incorporación de tecnología moderna como condición

fundamental para su vigencia y capacidad de permanente expansión

nuevas tecnologías de tratamiento de los procesos agrícolas de

creciente utilización en la agricultura sanjuanina.

Otra de las transformaciones que se dan en esta región son aquellas que

tienen que ver con las evidentes manifestaciones de un proceso de exclusión

social en el ámbito agroindustrial local, que se van acentuando a medida que el

proceso de reconversión se desarrolla en el marco del esquema promocional

citado, que consagra ganadores y perdedores claramente individualizables.

Milton Santos (1999) conceptualiza los territorios con actores imaginarios, pues

considera que tienen una potencialidad intrínseca para generar procesos que

enfrenten la marginación social resultante de la “globalización perversa” y

refiriéndose a la globalización agrega… “la versión política de esta

globalización perversa es justamente la democracia de mercado. El

neoliberalismo es el otro brazo de esta globalización perversa. Ambos brazos

son necesarios para reducir las posibilidades de afirmación de las formas de

vida cuya solidaridad se basa en la contigüidad, en la vecindad solidaria, es

decir, en el territorio compartido”.



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LOCALIZACIÓN GEOGRÁFICA DE LOS CIRCUITOS PRODUCTIVOS

** Extraído de Durán, D (et al.) (1995) Geografía Argentina y el mundo. Buenos Aires. Estrada.



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El rol del Estado

El estudio de las transformaciones regionales que produjo el proceso de Ajuste

Estructural tiene, en otras regiones, la presencia activa del Estado nacional en

la modificación de las normas de soporte del proceso de inversión privada, con

graves consecuencias en el conjunto del tejido productivo y social local.

En la economía cuyana, estos significativos cambios en el escenario nacional

implica la puesta en marcha de una nueva dinámica de acumulación que se

sustenta en el desmantelamiento del marco regulatorio de la intervención

estatal que caracterizaba los últimos 50 años en la región y se sustituye por

otro articulado básicamente por decisiones y acciones de los agentes privados

y en un marco de libertad de funcionamiento de los mercados.

En sustitución del anterior modelo de desarrollo regional, regulado en soporte

de los productores vitivinícolas, especialmente de los más débiles de la cadena

productiva, surge un nuevo proyecto económico social con otras bases de

sustentación y un diferente y protagónico papel interventor del Estado.

El Estado, especialmente a partir del inicio de los años 90, asume un papel

muy diferente del que desempeñó históricamente. El evidente contraste entre el

Estado intervencionista y regulador vigente desde el inicio de la década del 30

y el Estado “ausente” de los años 90 coopera en la profundización de la

heterogeneidad estructural y de la difusión del “atraso relativo” en el desarrollo

capitalista de las regiones periféricas. En un sistema internacional que impone

pautas de creciente concentración económica y en el cual la globalización

financiera reduce o anula el margen de maniobra operativo de los países, el

desmantelamiento de la capacidad de regulación del Estado afecta la

trayectoria de los diferentes agentes sociales en el ámbito nacional y regional.

La capacidad de compensación de las desigualdades estructurales propias del

desarrollo capitalista heterogéneo disminuye considerablemente cuando el

Estado se abstiene de intervenir para apoyar a los segmentos más débiles de

la trama productiva y social. La desregulación estatal generalizada, sancionada

en 1991 por disposición oficial, implica que el proceso de toma de decisiones



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en el mercado abre crecientes oportunidades a aquellos actores sociales que

detentan mayor poder de negociación para imponer sus estrategias de control

de los circuitos productivos. Pero esta “ausencia” del Estado se transforma en

una activa presencia cuando se propone reforzar el poder negociador. Por

ejemplo, cuando la acción estatal otorga facilidades tributarias, privatiza

empresas estatales otorgando generosos subsidios específicos a los

adquirentes o pone en marcha normas sobre legislación laboral que inducen a

la reducción del salario directo e indirecto de los trabajadores.

Entre los aspectos del proceso desregulador que más influyen en los agentes

económicos subordinados corresponde destacar dos cuestiones: la no

intervención del Estado sobre el sistema de precios de los productos y el

escaso apoyo para el financiamiento de las actividades de este segmento

sectorial.

La inexistencia de programas de planificación indicativa y concertada,

tendientes a reducir las desigualdades sociales de carácter estructural, implica

dejar el futuro de las actividades productivas y el desarrollo de los agentes

sociales de las regiones extrapampeanas a merced de quienes concentran

poder de decisión y pueden, de tal modo, tornar totalmente ilusoria la supuesta

neutralidad del mercado. De este modo, se habilita a los nuevos agentes

económicos a controlar el desarrollo del mercado en beneficio propio,

excluyendo económica y socialmente a la gran mayoría de los demás actores

sociales, con reducida presencia y limitados recursos económicos, financieros y

tecnológicos.

Las metas deberían alentar la creación de puestos de trabajo permanentes que

se integren en los circuitos productivos en ubicaciones tales que aseguren una

creciente capacidad para absorber cuotas significativas del excedente

económico total generado en el interior de dichos circuitos.



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El circuito productivo, la globalización y la regionalización (MERCOSUR)

No puede analizarse lo local sin hacer referencia al espacio más abarcador en

el cual se inserta (municipio, departamento, provincia, nación, región).

Actualmente se juega con la contraposición “local/global” mostrando las

paradojas y relaciones entre ambos términos.

Una sociedad local es una expresión singular y única, pero a su vez se inscribe

en una realidad estructural, cuya lógica de funcionamiento trasciende las

pautas locales. Justamente lo local plantea el desafío de mantener una

apertura a lo universal desde lo particular; es decir, cómo insertarse en lo

universal desde y a partir de la propia especificidad, a través de una actitud de

“pensar globalmente, actuar localmente”. Es posible estudiar un proceso de

acumulación local en tanto realidad enteramente singular, pero inscribiendo en

ella ciertas regularidades estructurales producto del sistema en el cual se

inserta.

El MERCOSUR constituye el modelo de integración subregional de la década

de los 90 en el marco de la globalización, y donde e” mandato para sostenerse

en el mercado es la búsqueda de la “competitividad”.

Las metas comerciales del presente son la integración territorial entre

localidades, provincias y países limítrofes y la búsqueda de un mercado de

demanda ampliado. Ello implica el desarrollo de acuerdo entre empresas de

diferentes tamaño y origen nacional y en los que priman las formas asociativas

para lograr condiciones más ventajosas de productividad, de diferenciación de

la oferta productiva, de regularidad en tiempo y cantidad, de incremento del

volumen a ofertar.

En este contexto el MERCOSUR surgió como el paradigma, en el que

productores y empresas deberían participar para no excluirse del proceso de

desarrollo y crecimiento económico: “el proceso de integración transfronterizo



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implica un cambio sustantivo en el comportamiento de los agentes económicos,

actores sociales e instituciones publicas y privadas, quienes se enfrentan la

persistencia de rasgos de sus subsistemas nacionales y la potencialidad del

territorio ampliado” (Carballo, et al. 1998).

Entrar al MERCOSUR implica reducción de costos y mayor productividad y ello

obliga a la importación de insumos y subproductos para mejorar la

competitividad.

Según Roffman (óp. cit. 2000) no se equivocaron al plantear que en el caso del

MERCOSUR y de modo inexorable, si en el proceso de construcción colectiva

de la nueva sociedad regional se hacía caso omiso de la opinión y participación

del conjunto de los habitantes de cada uno de los países constitutivos del

acuerdo regional, nos íbamos a enfrentar, en el futuro mediato, con un

escenario dominado por poderosos inversores económicos. Estos iban a

considerar a la nueva región como un área muy propicia para recoger elevados

beneficios dados la ampliación sustancial del mercado interno, ahora

compuesto por la unión de los cuatro países.

Economías pampeanas y extrapampeanas y las relaciones de poder

En la Argentina pueden diferenciarse dos grandes áreas, tanto por sus

características económicas y sociales como por su peso demográfico: la región

pampeana que por ser sede de la actividad agropecuaria esencialmente

orientada hacia la exportación y donde están ubicados los principales centros

metropolitanos del país, posee una situación estructural relativamente más

favorables y las extrapampeanas, asociadas a las denominadas economías

regionales.

Históricamente las áreas extrapampeanas han producido para abastecer el

mercado interno, pero a partir de la última década muchos productores

medianos y pequeños no han podido acceder a las nuevas condiciones

económicas y tecnológicas necesarias para competir exitosamente en los



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distintos circuitos de producción. Una situación inversa es la de las grandes

empresas que si han alcanzado una modernización o reconversión productiva

(como es el caso de la producción vitivinícola en Cuyo). La alta concentración

económica que se verifica en las distintas actividades productivas ha llevado a

la desaparición de muchos pequeños productores independientes, empresas

familiares y campesinos, así como a la reducción de números de

establecimientos industriales y comerciales en los centros urbanos (caso citado

de la bodega Giol).

En lo que se refiere estrictamente al sector agrario, las agudas desigualdades

socioeconómicas que se registran en las áreas del NOA pueden explicarse por

la fuerte división de la tierra, por el tamaño inadecuado de los predios y por las

dificultades en obtener las propiedades de la tierra. Esta situación hace que las

unidades familiares no reciban ingresos suficientes, no pueden capitalizarse y

no tengan acceso al crédito ni a otro tipo de apoyo financiero. Con estas

restricciones no es posible transformar las condiciones productivas, técnicas y

de gestión imprescindibles para la satisfacción de las necesidades de la

explotación. Los productores vitivinícolas que no pudieron acceder a la

tecnificación para la necesaria reconversión tuvieron que vender su producción

y bodega a otras empresas y en su mayoría de capitales extranjeros. En cuanto

a los procesos de comercialización los pequeños productores enfrentan

dificultades para vincularse con los intermediarios, los acopiadores o las

empresas manufactureras y, por lo tanto, operan en condiciones desventajosas

en materia de precios y condiciones de pago (los bodegueros tratadistas de la

vitivinicultura son quienes van a imponer la calidad y precio del producto). Se

evidencia así una fuerte desigualdad entre el poder y la capacidad de

negociación que tienen estos pequeños productores y los que tienen los

compradores del producto; además, se produce una marcada subordinación de

los pequeños productores a aquellos agentes que cuentan con información

(agronómica, de mercados, etc.), y que toman decisiones en un marco que

excede el ámbito regional. Las políticas de desregulación implementadas a par

de los 90 provocaron el debilitamiento o directamente la perdida de la



21

capacidad del Estado para compensar las debilidades regionales y para

promover inversiones en las áreas donde se producen las materias primas. La

desaparición de las juntas reguladoras que defendían los precios para los

productores y la eliminación de las políticas de promoción industrial, que

aumentaron el producto regional significaron una mayor desprotección para los

sectores más vulnerables.

La producción social del espacio es un resultado del ejercicio de relaciones de

poder.

Como señala Harvey (1998) “las relaciones de poder están siempre implicadas

en prácticas espaciales y temporales”. Y estas relaciones de poder (explícito

y/o implícito) son tanto materiales como simbólicas. Porque, en definitiva son

un resultado de la producción de un espacio que se construye diferencialmente

según vivencias, percepciones y concepciones particulares de los individuos y

de los grupos y clases sociales que lo conforman. Haesbaert (2006) sintetiza

con mucha justeza esta dualidad al señalar:

“El territorio envuelve siempre, al mismo tiempo (...), una dimensión simbólica,

cultural, a través de una identidad territorial atribuida por los grupos sociales,

como forma de “control simbólico” sobre el espacio donde viven (siendo

también por tanto una forma de apropiación), y una dimensión más concreta de

carácter político disciplinar y político-económico una apropiación y ordenación

del espacio como forma de dominio y disciplinamiento de los individuos”.



22

GRÁFICOS DE RELACIONES

El territorio da cuenta de un ámbito de crecimiento global y actúa como soporte de la

interacción que surge de los circuitos productivos donde los diferentes actores sociales van a

contribuir en el desarrollo de las economías regionales.

actores sociales

economias regionales

circuitos productivos



23

El circuito productivo de la vid está integrado (como todos los circuitos

productivos) por diferentes eslabones que conforman la cadena vitivinícola. El

primer eslabón agrícola o de extracción de la materia prima, el eslabón

industrial o de procesamiento de la vid y el eslabón comercial encargado del

transporte, distribución y comercialización interna y/o externa del producto final:

el vino.

En general, estos eslabones se localizan en áreas diferentes: la producción

puede llevarse a cabo en una región determinada, pero su transformación y su

consumo en otra u otras.



24

El desarrollo local de una determinada región depende en gran medida de que

se puedan instalar local o regionalmente formas competitivas que puedan

alcanzar al conjunto de los sectores productivos y sociales de la zona

vitivinícola, es importante también que se puedan conformar mallas de

vinculación económica, productiva, social y cultural. Estos componentes forman

parte de un engranaje, en el cual la Globalización va a ser el motor que los

impulse.

Globalizacion

desarrollo local

competitividad



25

En el marco del nuevo paradigma científico tecnológico el circuito productivo de

la vid tuvo que reconvertirse con la incorporación de nuevas tecnologías y

formas de producción para poder integrarse regionalmente a través del

MERCOSUR, convirtiéndose este en su principal mercado. Esta necesaria

exigencia fue producto del proceso de Globalización emergente, como

articulador de los mercados.

Globalización

Integracion regional

Paradigma científico

tecnologico

circuito productivo de la vid



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Conclusión

De acuerdo a la problemática planteada podemos concluir que las economías

regionales son las que van a organizar el espacio geográfico en el que se

encuentran inmersas y en el que cumplen un rol importante los diferentes

actores que conforman la trama dinámica y compleja de los distintos circuitos

productivos.

Elegimos el circuito productivo de la vid por ser un claro ejemplo de las distintas

interrelaciones entre el territorio, los circuitos productivos, los actores sociales,

el Estado y la globalización.

Destacamos que los pequeños productores quedaron excluidos ante la

necesaria incorporación de la tecnología, para lograr una apertura hacia el

mercado externo que los condujera hacia la integración regional.

Producto de las diferentes políticas que se implementaron en la región de

Cuyo, para lograr una competitividad inmediata, surgieron diferentes procesos

como el de extranjerización, (capitales extranjeros se hicieron presente en el

territorio), lo que también permitió la incorporación de nuevos actores sociales

como franceses, ingleses y chilenos, que imprimieron en el mismo un carácter

mas eficiente en calidad.

Otro de los procesos destacables fue el de una polarización entre los distintos

actores sociales, que se diferencian básicamente en los que no pudieron

adaptarse a la nueva tecnificación, quedando fuera del circuito y, por otro lado,

los que si pudieron acceder a ella, generando fuertes contrastes.

Creemos que una globalización alternativa ya sea que no excluya, discrimine,

diferencie e inclusive fragmente, constituiría la solución a estas distintas

problemáticas que se plantean en el mundo actual. Habría que cambiar la

“globalización perversa” por una que apunte hacia un desarrollo económico,

social, político y cultural que verdaderamente unifique las sociedades y los

mercado, favoreciendo un ámbito de desarrollo sostenible, en cooperación y

participación de todos los actores sociales.



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Tira del humorista argentino Quino sobre la situación agraria.



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