Cinco Notas Sobre Identidad y Movilización

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  • 7/25/2019 Cinco Notas Sobre Identidad y Movilizacin

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    Cinco notas sobre identidad y movilizacin

    Me ha parecido muy sugerente en el texto la idea de un nuevo pacto social de

    participacin. Porque prioriza el cuidado de la legitimidad las fuerzas de izquierda

    sobre la pura unidad aritmtica y electoral de las mismas. Tambin porque apela a la

    emocin poltica y a la capacidad de soar como elementos clave para esa movilizacin.Cundo y cmo se deterior la capacidad movilizadora de la izquierda? Se puede

    pensar que cuando la socialdemocracia alemana abandon el marxismo en 1959

    marcando el camino a otros partidos, como hizo el PSOE en 1979 y cuando el

    eurocomunismo renunci a la revolucin en los 70, no perdieron densidad terica sino

    de movilizacin. Porque, como deca Sorel, el centro vital del marxismo era su

    capacidad de constituir a los trabajadores como clase al nombrarlos a travs del mito de

    la huelga general, y no su presunta capacidad cientfica de descubrir que la lucha de

    clases era el motor de la historia. La izquierda, en esos dos momentos histricos,

    haciendo una lectura ms fina de la situacin poltica, se qued sin embargo hurfana de

    mitos movilizadores. Perdi entonces algo clave para la accin poltica: la capacidad de

    crear actores. Hoy la socialdemocracia espaola no se ruboriza al hablar en nombre dela clase media.

    El neoconservadurismo, en cambio, tuvo capacidad de crear el mito del mercado, que

    aglutin actores tras la promesa del xito individual. La derecha neofascista hizo lo

    propio convocando a un retorno al esplendor nacional que vendra de la mano de la

    recuperacin de la Nacin para los nacionales.

    A todo esto se le sum, en Espaa, el triunfo cultural de la Transicin, que valindose

    del espectro de la Guerra Civil, identific democracia con consenso. La izquierda

    espaola, habiendo hecho suya la democracia consensual y la aceptacin del mercado,

    no tuvo ms promesa que la modernizacin y, en momentos de crisis, la renovacin

    del liderazgo.

    Para salir de esta inercia que conduce al agotamiento, la izquierda debe resignficar la

    democracia como antagonismo sobre el eje de la igualdad. Apoyndose en el

    pluralismo, valor compartido con la democracia consensual, debe mostrar que ste vive

    realmente cuando hay opciones, distintas visiones del mundo y de los problemas

    sociales. Debe mostrar que el pluralismo no es un paso previo al consenso, sino que es

    el motor vital de una sociedad democrtica avanzada. Y que la frontera que la separa de

    otras opciones y visiones del mundo es su concepcin de la igualdad poltica, social y

    econmica. Sobre esta base, debe crear actores que luchen por la igualdad, no por lamodernizacin.

    Pero para ello, la izquierda debe repensarse. Debe transformar ciertos rasgos de su

    identidad histrica:

    1. Reemplazo de la poltica por la moral. Consiste en una visin ms bien moral de la

    poltica, segn la cual la izquierda representa el Bien y por ello finalmente se impondr.

    La contracara de esto es detenerse en el juicio negativo de sus adversarios, quedando as

    reducida a la impotencia poltica. Si el juicio moral no sirve para pasar a la accin

    poltica, con lo que sta tiene de una lucha que no se resuelve por la superioridad moral

    de uno, sino por la capacidad de hacer ver a los dems tal como ve uno, no se entrarealmente en la arena poltica.

    http://www.espacio-publico.com/partidos-militantes-y-ciudadanos-en-la-crisis-de-representacion#comment-969http://www.espacio-publico.com/partidos-militantes-y-ciudadanos-en-la-crisis-de-representacion#comment-969http://www.espacio-publico.com/partidos-militantes-y-ciudadanos-en-la-crisis-de-representacion#comment-969
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    2. Reduccin de la poltica a razn. La accin humana no se entiende a partir de la

    dicotoma racional-irracional. Las identidades polticas tampoco. La poltica es tambin

    emocin, imaginacin, voluntad, recuerdo y sueos de futuro. Estos rasgos no estn

    peleados con la razn, ni la obstaculizan. Son una argamasa indiscernible de rasgos

    racionales e irracionales. No hay identidades polticas ms racionales que otras. Nohay fines polticos demostrables cientficamente: todos son construcciones de la cabeza

    y del corazn. Sobre todo de este ltimo.

    3. Separacin de intereses y valores. Los valores no son instrumentos intercambiables

    para disimular o maquillar unos intereses reales. Esto no significa negar la existencia de

    intereses. Significa afirmar que los intereses se definen en el marco de unos valores, de

    una visin del mundo. Comprender esa visin del mundo es clave para disputarla. El

    mercado no logra hacer verosmiles sus promesas porque la humanidad es codiciosa,

    como afirman sus defensores, sino porque es capaz de construir slidos imaginarios

    sociales en torno a valores como el individualismo, la competencia, el xito, etc.

    Disputar los intereses sin disputar los imaginarios que los permiten es perder la luchapoltica antes de comenzarla.

    4. El Poder como engao. Que haya diferencias de poder no significa que alguien tenga

    todo el poder y el resto, ninguno. Ni que los desprovistos de poder sean engaados por

    los poderosos. No existe El Poder que, una vez arrebatado, liberar las potencialidades

    de esos oprimidos por l. Luchar por el poder es luchar por ganar el imaginario

    colectivo, no simplemente asaltar el Palacio de Invierno. La lucha por las

    representaciones comienza por una desidentificacin con el relato hegemnico. Ese

    poder de recibir un no por respuesta lo arriesgan los poderosos cada vez que hablan.

    5. La clase como nico sujeto. La centralidad de la clase obrera en la tradicin de la

    izquierda responda a una visin economicista de la sociedad y de la historia. La

    integracin de la clase obrera europea al consumo en el pacto keynesiano de la segunda

    posguerra no signific una traicin a su presunta misin histrica. Mostr que las

    identidades polticas no vienen dadas por la economa, sino que se construyen

    polticamente. La poltica, en gran medida, consiste al fin en construir actores que

    luchen por unos valores.