Chile Minero - Parte 4

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238 CHILE MINERO 239 ENAMI EN LA HISTORIA DE LA PEQUEÑA Y MEDIANA MINERÍA EN CHILE PARTE IV MINERÍA SUSTENTABLE Foto: Claudio Pérez

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Enami Chile

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238 Chile Minero 239ENAMI EN lA hIstorIA dE lA pEquEñA y MEdIANA MINEríA EN ChIlE

pArtE IVMINEríA sustENtAblE

Foto: Claudio Pérez

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trAtANdo dE rEVIVIr

En 1990, asumió el primer gobierno de la Concertación de Partidos por la Demo-cracia, con Patricio Aylwin como Presi-

dente de la República. La situación de la Enami era caótica: solo cuatro plantas de beneficio (Taltal, El Salado, Matta, Vallenar) subabaste-cidas, en precarias condiciones tecnológicas, con muy poca o nula labor de fomento, y los cuadros profesionales disminuidos al mínimo. Solo se salvaban las dos fundiciones (Paipote y Ventanas) y la refinería en las cuales el gobierno militar había efectuado mejoras y que se man-tenían en buen pie operativo y tecnológico. Se-gún Luis Carrasco, gerente general de la Enami al comienzo del gobierno de Aylwin, “en marzo

de 1990, la Enami era más una empresa nacio-nal de fundiciones y refinería de cobre, plata y oro que una Empresa Nacional de Minería”.1

El presidente Aylwin nombró como vicepre-sidente ejecutivo de la Enami a Roberto Souper, ingeniero comercial y experto en comercializa-ción de cobre. En la Gerencia de Fomento se de-signó a un ingeniero de minas de la vieja guar-dia, que había estado en el mismo departamen-to durante los años sesenta, Rafael Sepúlveda, quien indudablemente conocía los problemas de la pequeña y mediana minería. Éste incor-poró algunos ingenieros de minas que habían trabajado con él en aquel entonces, tratando de volver con ello a la época de gloria de la Enami. En el poco tiempo que Sepúlveda se mantuvo en el cargo, trató de recomponer la Enami que él había conocido, pero no fue posible. Los po-cos ingenieros de minas que lo acompañaron no resultaron suficientes para obtener la masa crítica requerida para revivir a una empresa en estado tan precario. La mística, que había sido uno de los valores sustentadores de la Enami desde sus primeros años, se había perdido.

1 Luis Carrasco Santander. “Enami y su rol de fomento”. Docu-mento interno.

lA ENAMI EN lA últIMA déCAdA dEl sIglo xx

Hernán Danús Vásquez

El concepto de fomento minero se entiende hoy en día como el financiamiento del reconocimiento de reservas, la asesoría en la preparación y evaluación de proyectos, la capacitación y la asignación de recursos crediticios para apoyar la puesta en operación de proyectos viables, incluyendo apoyo al equipamiento, desarrollo de las faenas, capital de trabajo y emergencias. Foto: Claudio Pérez.

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durante los cuatro años de la administración Aylwin se invirtieron 15 millones de dólares, dirigidos principalmente a la planta Matta. En el decenio 1983-1993 la inversión acumulada total en diversas mejoras en las cuatro plantas alcanzó a aproximadamente 21 millones de dó-lares, cifra suficiente para construir y poner en operación tres plantas de tratamiento de mine-rales oxidados de cobre de unas 500 toneladas por día de capacidad.3

En los cuatro años del gobierno de Aylwin, la producción de la Enami, en toneladas métri-cas de cobre fino, se mantuvo constante, con un promedio anual de 213 mil toneladas. Ello, sin embargo, durante un periodo de bajo valor del cobre, por lo que la Enami tuvo que pagar un precio promedio de 97 centavos por libra, in-cluido el crédito, en la tarifa de minerales para la pequeña minería, cuando el precio del merca-do estaba en 87 centavos por libra promedio.4 La Enami usualmente otorga un crédito de sus-tentación a la tarifa, el que es devuelto por los mineros en los periodos de alza. La compra de minerales fluctuó entre 1,2 millones de tonela-das en 1992 y 1,4 millones en 1993.

lAs INquIEtudEs dEl MINIstro hAlEs

En 1990, el presidente Aylwin designó a Ale-jandro Hales Jamame para su tercer periodo como ministro de Minería de nuestro país (lo había sido durante las administraciones de Car-los Ibáñez del Campo y Eduardo Frei Montalva). El abogado Hales, uno de los principales artífi-ces intelectuales de la chilenización del cobre y pleno conocedor de la labor de la Enami en el periodo 1965-1970, estaba preocupado por la difícil situación de la pequeña minería ante los bajos precios del cobre y la gestión de la Enami en cuanto a su eficiencia para enfrentar estos problemas. Para contar con una opinión exter-na al respecto, formó una comisión asesora, constituida por dos distinguidos ingenieros de minas, tal vez los más capacitados en los pro-cesos de hidrometalurgia y pirometalurgia de

3 Íbídem.4 Íbídem.

cobre –E. Domic y H. Schwarze–, por otro in-geniero de minas que ocupó altos cargos como ejecutivo de grandes empresas mineras –J. von Loebenstein–, y por el rector de la Universidad de Atacama –M. Maturana–, abogado. Ellos, a pesar de sus amplios conocimientos técnicos, no contaban con experiencia en la pequeña mi-nería.

Después de cuatro meses de trabajo, en no-viembre de 1993 la comisión entregó al minis-tro un completo informe que incluía una serie de conclusiones y recomendaciones. Entre ellas destacaban las siguientes:•A la Enami debe quitársele su rol social. Ello

debe traspasarse a los gobiernos regionales.•Debe fomentarse la instalación de nuevos po-

deres de compra y planteles de beneficio pri-vados, paralelos a los de la Enami.

•Sin que esto signifique su privatización, la Enami debe adoptar la forma de gestión de una sociedad anónima.

•Enami debe separar definitivamente su presu-puesto de fomento de aquel correspondiente a las actividades productivas.

Si bien la comisión describió acertadamen-te las características y problemas de la peque-ña minería y de la Enami con un fuerte sesgo del “Estado subsidario” que se implementó en la década de los ochenta, sus recomendaciones no deben haber dejado muy contento al mi-nistro Hales, experto en la pequeña minería y proclive a su desarrollo. Considerar que la pe-queña minería es solo un problema social y que puede abordarse a través de gobiernos regiona-les o comunales definitivamente no puede ser efectivo. El concepto de fomento integral que requiere de equipos profesionales importantes para dar asesoría técnica, mantener poderes de compra, plantas de beneficio, fundiciones, en-tre otros, difícilmente puede ser abordado por provincias o comunas, y si así se hiciera tendría un costo enorme. Tampoco cabe, bajo el con-cepto de fomento integral, la separación entre las funciones de fomento y de producción.

Nada pudo hacer el ministro, pues, por un lado no estaba muy convencido de las reco-

No existía de parte del gobierno una clara in-tención por hacer resurgir las viejas políticas de fomento, pues éstas ya no comulgaban con las nuevas doctrinas económicas. Recordemos que en los últimos años de la década de los setenta y en la década de los ochenta, la Enami solo se había preocupado de mejorar la competitividad de las fundiciones y de la refinería. Sin embargo, se descuidó el aspecto ambiental y sus externa-lidades negativas representadas por los gases de las fundiciones. Este problema se comenzó a abordar solamente a partir de los años noventa. El total de inversiones destinado a estos fines, alcanzó a 155 millones de dólares, siendo sus principales destinatarios los planes de moder-nización y descontaminación de las fundicio-nes de Ventanas y Paipote.2

En cuanto a las cuatro plantas de beneficio que aún permanecían en manos de la Enami,

2 Cuenta de la labor efectuada por el Ministerio de Minería du-rante el gobierno del presidente Patricio Aylwin Azócar (1990-1994). Documento interno del Ministerio de Minería.

Laboratorio de la fundición Paipote. Foto: Claudio Pérez

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riormente en los primeros años del siglo que se inicia han sido ampliadas, agregando, además, nuevas tecnologías.

La situación de abastecimiento de minerales de las plantas en los primeros años de la déca-da de los noventa era deficitaria. En el mismo informe de la comisión asesora se presentó un análisis de la situación de abastecimiento de los cuatro planteles de beneficio, que indicaba que en los siete años considerados (1987-1993) ellas tuvieron un porcentaje bajo de utilización. En los minerales oxidados para lixiviación, las ci-fras variaron entre 57 y 93%, de acuerdo a cada planta. En flotación las cifras son aún peores, variando de 44 a 74%. Aunque en este subabas-tecimiento hay una fuerte influencia del bajo precio del cobre en el periodo considerado, es indudable que la falta de labor de fomento es responsable en alto grado.

Aunque la Enami invirtió en sus cuatros plan-tas un total de 20 millones de dólares durante

el decenio 1983-1993, la inversión efectiva no mejoró sustancialmente el atraso tecnológico y el mal estado mecánico de sus instalaciones, ya que no fue dirigida centralmente a aspectos productivos o mejoras tecnológicas. Solo a partir de 1990 se percibe un aumento de inversión en mejoras necesarias para optimizar los procesos.

fuNdICIoNEs y rEfINEríA

En el primer quinquenio de los años noven-ta, la Enami operaba las fundiciones de Paipo-te, en la región de Atacama, y de Ventanas, en la de Valparaíso. Además, anexa a la fundición de Ventanas está la refinería del mismo nom-bre. Ambas fundiciones ya empleaban el llama-do proceso Teniente, pero con una diferencia fundamental: Ventanas usaba oxígeno para in-tensificar los procesos, y Paipote no. Desde el punto de vista operacional, el sistema Teniente, sin uso de oxígeno, mejora en algo la situación

mendaciones que, además, eran difíciles de lle-var a cabo, y por el otro, se hallaba en la fase final del gobierno de Aylwin. Lo esencial de las recomendaciones estaba referido al aspec-to social de la pequeña minería que, sin duda, es importante para las provincias del norte. El problema fue que la comisión no consideró los aspectos técnico-productivos, ambientales, de seguridad minera y su indiscutible función en la búsqueda y cateo de minas, especialmente en zonas alejadas. No hay prácticamente ningún yacimiento importante de la mediana o gran minería que no haya sido descubierto y traba-jado en sus inicios por pequeños mineros; ellos son los que hacen en el Chile actual la labor que realizaban los cateadores del siglo XIX. Para que

esto pueda llevarse a cabo es indispensable la labor de fomento integral que la Enami puede realizar.

No obstante lo antes mencionado, la comi-sión realizó un análisis muy certero de las plan-tas de beneficio, fundiciones y refinería.

lAs plANtAs dE bENEfICIo y los podErEs dE CoMprA. AbAstECIMIENto dE MINErAlEs

A la fecha del informe de la comisión aseso-ra, la Enami disponía de cuatro plantas de be-neficio y 14 poderes de compra de minerales. El informe contiene una excelente descripción de los planteles de beneficio en 1993. Poste-

La fundición constituye el mayor poder comprador de concentrados para los pequeños y medianos productores de la Región de Atacama. Esta faena funde concentrados provenientes de plantas propias de la empresa o comprados a terceros y tiene una capacidad de 340 toneladas de concentrado por año, produciendo cobre refinado a fuego, que es moldeado como ánodos para ser refinado electrolíticamente en la refinería de Ventanas. Foto: Nicolás Piwonka.

El inicio del programa de modernización y descontaminación de fundición Paipote, a mediados de los noventa, permitió resolver los grandes problemas que el anterior proceso generaba en el medio ambiente. Este Plan de Modernización y Descontaminación, contempló básicamente la eliminación de la fusión en horno reverbero, principal generador de gases contaminantes, para realizarla totalmente en el ConvertidorTeniente (CT), operando con inyección de concentrado seco y aire enriquecido con oxígeno; y procesando los gases generados en la operación de fusión/conversión en plantas de ácido, para lo cual se consideraron nuevos sistemas de enfriamiento y limpieza de los gases, así como una segunda planta de ácido con lo cual se hizo posible procesar la totalidad de los gases sulfurosos captados en la campana del CT y convertidores tradicionales (CPS). Foto: Nicolás Piwonka.

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respecto al sistema tradicional, por lo que, tec-nológicamente, la fundición de Ventanas esta-ba más avanzada.

Ambas fundiciones contaban ya con plantas de ácido para recuperar los gases sulfurosos generados en el proceso y transformarlos en ácido sulfúrico. Ello, fuera de ser requerido por las condiciones ambientales, permite generar ácido sulfúrico, insumo de alta importancia en el tratamiento de los minerales oxidados.

La refinería electrolítica de Ventanas es una planta tradicional construida en la década de los sesenta, sometida posteriormente a amplia-ciones y modificaciones que la llevaron a ser en los años noventa la refinería más desarrollada del país.

El mayor problema que presentaban ambas fundiciones era de carácter ambiental, espe-cialmente la de Paipote, debido a su ubicación y situación climatológica. La concienciación sobre temas ambientales de la comunidad y de las autoridades, a partir de los años noventa, obligó a la Enami a tomar acciones que signi-ficaron fuertes inversiones, no necesariamente rentables.

los últIMos Años dEl sIglo. uNA AlIANzA EstrAtégICA y Algo Más

Durante la presidencia de Eduardo Frei Ruiz-Tagle y la gestión de sus ministros de Minería, pareciera que la Enami y el gobierno solo medi-taban sobre el rol de la Enami, sin pronunciarse. Seguía pensándose en la alternativa de separar la empresa en dos entidades: una productiva y otra de fomento, tal como lo establecían las re-comendaciones del informe de la comisión ase-sora, pero sin que se tomara ninguna decisión definitiva al respecto.

Sin embargo, entre los años 1997 y 1998, se realizaron algunos procesos denominados de modernización, que apuntaron más bien a me-jorar la rentabilidad y productividad que a una definición del rol de fomento de la Enami. Cabe eso sí destacar la alianza estratégica firmada el 6 de octubre 1998 entre los trabajadores, la Enami y el Ministerio de Minería. Tal vez los as-

pectos más importantes considerados en este documento fueron:5 primero, que el rol de fo-mento y desarrollo de la actividad minera que le ha sido asignado por ley a Enami no puede ser evadido, y segundo, que para ello sea efecti-vo debe permanecer como una empresa del Es-tado, sin separar las funciones de fomento del resto de sus operaciones.

Estos planteamientos, entre otros, fueron pavimentando el camino hacia el retorno de un fomento integral, con el decidido apoyo de los trabajadores de la empresa. Pero éste nun-ca fue ratificado como una política de Estado y tropezaría, en los años siguientes, con la falta de financiamiento. Esta situación se agudizó por un periodo de bajos precios del cobre y la necesidad de efectuar grandes inversiones para solucionar problemas ambientales en las fundi-ciones. Todo lo anterior significó que Enami se endeudara, y de manera importante.

EN los AlborEs dEl NuEVo sIglo

El año 2002, la Dirección de Presupuestos encargó a un grupo consultor externo realizar una evaluación en profundidad del programa de fomento a la pequeña y mediana minería desarrollado por la Enami en el periodo 1996-2001. Dicho estudio tuvo por objeto cumplir con el Protocolo de Acuerdo al aprobarse la Ley de Presupuesto del año 2002. El objetivo de la evaluación era analizar los beneficios que el programa otorga a sus beneficiarios (efica-cia) y los recursos empleados en su operación (eficiencia).

El resultado de dicho estudio fue un extenso documento con varios anexos.6 En él se consi-dera como objetivo del programa “fomentar la actividad minera de pequeña y mediana esca-la, mejorando su competitividad a través de la prestación de servicios en todas las etapas de la cadena del valor del negocio minero, focali-zando los esfuerzos principalmente en el seg-

5 Alianza estratégica de la Enami. Documento interno la Enami. Octubre de 1998.

6 Evaluación en profundidad del programa de fomento de la Ena-mi a la pequeña y mediana minería. Dirección de Presupuestos, 2002.

Por más de medio siglo la fundición Paipote ha sido el principal referente productivo, económico y social de la ciudad de Copiapó y se ha constituido en un factor relevante en el desarrollo de la pequeña y mediana minería nacional. Foto: Nicolás Piwonka.

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248 hErNáN dANús VásquEz 249lA ENAMI EN lA últIMA déCAdA dl sIglo xx

mento de empresarios mineros que tengan una probabilidad objetiva de viabilidad, con tal de crear las condiciones estructurales para su de-sarrollo sustentable”.

El estudio aborda los cuatro componentes del programa de fomento a la fecha del infor-me (2002): reconocimiento de reservas, asis-tencia crediticia, asistencia técnica y trans-ferencia tecnológica, y compra de minerales. Describe estos proyectos, formula críticas y recomendaciones para mejorarlo, pero son, en la mayoría de los casos, difíciles de aplicar. Posteriormente, hace una evaluación global del programa de fomento entre 1998 y 2001, incluyéndose evaluación privada y social, tan-to para la mediana como pequeña minería. Se evalúa el costo de cierre del programa 1997, el que se estima en 16,1 millones de dólares en la evaluación privada y 1,5 millones de dólares en la evaluación social. El ahorro que hubiera originado un eventual cierre no justificaba tal medida.

Finalmente, en las recomendaciones gene-rales, el informe señala: “En la medida que los objetivos de política del gobierno para el sector se mantengan: promover el desarrollo de una pequeña minería competitiva y sustentable, su-poner de opciones laborales para los desplaza-dos, brindar oportunidades de nuevas fuentes de ingresos para comunidades dependientes de la minería, introducir reformas viables en términos económicos, políticos y sociales, y hacer un uso eficiente de los recursos públicos, a juicio de estos consultores se justifica man-tener el Programa, con las modificaciones que se sugieren a continuación, para mejorar su funcionamiento”. No contenía nada concreto respecto a una política minera de Estado, que se suponía se iba a recomendar. El informe, apa-rentemente, solo sirvió para aprobar el presu-puesto 2002 de la Enami.

En el intertanto, la Enami seguía endeu-dándose por los proyectos de mejoramiento ambiental de sus fundiciones, la pérdida ope-racional de sus plantas subabastecidas y los intereses de los créditos que se vio obligada a contraer. Tanto el Ministerio de Minería, Co-

chilco, como la misma Enami, empezaron a so-licitar recomendaciones externas, entre ellas la del Instituto de Ingenieros de Minas, el cual, en mayo del año 2002, emitió un documento so-bre la Enami que fue entregado al gobierno y a la propia Enami.7

El debate y la indecisión se mantuvieron. Se enfrentaban dos posiciones: por un lado, la Enami jugando los roles de producción y de fo-mento de manera inseparable, como condición indispensable para aprovechar las sinergias que entrega la cadena productiva del negocio mi-nero y de este modo, cumplir eficientemente el objetivo para la que fue creada (el fomento integrado). Esta posición era la sustentada por la administración, el sector minero y sindica-tos de la Enami (alianza estratégica). Por el otro lado, estaba la posición que planteaba la conve-niencia de separar el rol productivo del de fo-mento. Esta posición era sustentada por ciertos sectores de gobierno y grupos privados y fue expuesta a las autoridades por un grupo técni-co interministerial, en 1996. No se hizo pública debido a la oposición que generaba.

Esta situación siguió pendiente hasta que en 2003 el Presidente Lagos dictara el Decreto 76, que definió las políticas y estrategias referen-tes a la pequeña minería y el rol de la Enami. Se trataba de una verdadera política de Estado en materia de minería. Ello, junto con el traspaso de la fundición y refinería Ventanas a Codelco, que permitió cancelar las deudas de la Enami, llevó al resurgimiento de la “nueva Enami”, se-gún las palabras de su vicepresidente ejecutivo, Jaime Pérez de Arce.8

7 Documento sobre la Enami. Instituto de Ingenieros de Minas de Chile, mayo de 2002.

8 Danús, Hernán. Crónicas Mineras de Medio Siglo. Santiago de Chile: RIL Editores, 2007.

La adecuada manipulación de explosivos y la correspondiente carga de estos en las perforaciones para efectuar la tronadura benefician en gran medida al ciclo productivo, debido a que esta operación influirá directamente en los resultados de carga, transporte y chancado de los materiales producidos en la mina. Foto: Claudio Pérez.

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MINErAlEs, MINEríA y rECursos NAturAlEs

los recursos naturales presentes en la naturaleza son tomados por el hombre, transformados y puestos a disposición de

la sociedad, y convertidos en bienes y servicios, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de las sociedades humanas. En el caso de los mi-nerales, corresponden a recursos considerados como “no renovables”.

Desde el inicio de los tiempos, la actividad minera ha consistido en extraer minerales des-de la tierra para transformarlos y obtener como

producto final los metales, para su posterior uti-lización por el hombre. En los últimos años, se han publicado numerosos estudios cuyo objeti-vo es demostrar la importancia que tienen los metales en el desarrollo de algunas especies. De ellos se desprende que son indispensables para la vida humana y los ecosistemas en general.

Al observar la cadena de transformación desde la forma mineral hasta obtener el metal, vemos que es necesario el consumo de otros recursos naturales, tales como agua y energía, y otros insumos: aceros, explosivos, reactivos. Asimismo, a través de la cadena productiva, se generan desechos y residuos.

Cabe destacar que los metales se encuen-tran en la naturaleza en una concentración pro-medio del orden de 1% para el caso del cobre; en el caso del oro, las concentraciones son en gramos por tonelada, es decir en partes por mi-llón. En otras palabras, por cada 100 toneladas de mineral de cobre que se extrae en una mina –dependiendo de la forma en que se presente el mineral, y luego de un largo proceso de ex-tracción– podría recuperarse casi una tonelada

MINEríA y MEdIo AMbIENtE

Juana Galaz Palma

Una minería eficiente y sustentable no se concibe hoy sin una estricta preocupación por su entorno. El medio ambiente es un tema especialmente sensible para el país, y en este sentido la industria minera debe asumir su responsabilidad en la conservación de los recursos naturales, en la optimización de los procesos industriales y de reciclaje, en la creación de tecnologías alternativas para reducir la generación de residuos, en la optimización del uso del agua y la energía y en la minimización de la intervención de los suelos. Foto: Claudio Pérez.

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algunos casos puede significar la ocupación de otro recurso natural, el suelo, que es inundado mediante la construcción de grandes represas para la acumulación de los recursos hídricos que posteriormente permitirán la generación de energía eléctrica. Por su parte, el agua es ex-traída desde los acuíferos que almacenan este recurso en forma subterránea o desde cursos superficiales ubicados en el entorno.

Desde la etapa de exploración hasta la pro-ducción de cátodos, se generan residuos que pueden estar en fase sólida, líquida, o gaseosa. Si los residuos son manejados en forma descuida-da, esto puede tener importantes efectos sobre la calidad del aire, el agua y el suelo. El manejo inadecuado de estos residuos es la causa prin-cipal de la oposición de algunas organizaciones ecologistas a las actividades de la minería. Por eso, antes de emitir un juicio, debemos revisar las causas que originaron este mal manejo en el pasado. Lo más probable es que se haya debido a la ignorancia, puesto que nuestros antepasa-dos no tuvieron en cuenta los efectos de sus actividades sobre los recursos naturales.

Hoy tenemos un mejor conocimiento al res-pecto y es nuestra responsabilidad tomar las decisiones correctas sabiendo cuál será el efec-to de nuestras acciones. Así podremos evitar o minimizar el deterioro de nuestros recursos naturales. Con mayores elementos de juicio, se habría evitado la quema de bosques de San Francisco de la Selva en Copiapó o el embanca-miento de la Bahía de Chañaral.

El Sistema de Evaluación de Impacto Ambien-tal (SEIA), instituido en Chile con la Ley 19.300 sobre Bases del Medio Ambiente, ha permitido que en una etapa preliminar de cada proyecto sea posible prever los efectos adversos de las actividades mineras, alcanzar un mejor desa-rrollo tecnológico e implementar sistemas de gestión que permitan mejorar la eficiencia en el uso del agua y la energía, así como el manejo de los residuos.

Con el desarrollo tecnológico se ha alcanza-do un mayor conocimiento sobre los efectos de la actividad minera. Por eso desde hace algunos años existen leyes que prohíben la descarga de contaminantes al medio ambiente, así como

de cobre. En el caso del oro, se trata de extraer una tonelada (o un millón de gramos) para in-tentar recuperar tan solo 8 o 9 gramos de oro. ¿Qué sucede entonces con la diferencia? La respuesta es simple: se convierte en desecho. Y esos desechos pueden corresponder a relaves de flotación o ripios de lixiviación, escoria, ga-ses de fundición, entre otros. Para disponer los desechos, se requiere de otro recurso natural, el suelo.

Chile cuenta con importantes reservas mi-nerales a nivel mundial y por lo tanto podremos abastecernos de dichos recursos por un largo periodo. ¿Pero por cuánto tiempo? Lo desco-nocemos, ya que aunque los minerales corres-ponden a recursos no renovables, continúan las actividades orientadas a la búsqueda de nuevos yacimientos, lo que hace posible el desarrollo de nuevos proyectos mineros o alargar la vida de aquellos actualmente en operación.

La minería corresponde al conjunto de acti-vidades que tienen por objetivo la búsqueda de nuevos recursos, la extracción de los minerales

y su transformación en productos de utilidad para el hombre. Estas actividades se inician con las tareas de exploración, hasta descubrir sitios donde un cierto elemento se encuentra más concentrado y que luego conoceremos como yacimientos. Posteriormente, son necesarias las etapas extractivas o de explotación de minera-les, que pueden ser por métodos subterráneos o a rajo abierto, para continuar con una etapa de preparación física del mineral con el fin de lograr su transformación mediante diferentes procesos que pueden ser la concentración de minerales seguido de una etapa pirometalúrgica o mediante técnicas hidrometalúrgicas, hasta la obtención de los metales y sus subproductos.

Como hemos señalado, a través de cada una de las etapas se consume una cantidad impor-tante de agua y energía. La energía es obteni-da mediante la combustión de otros recursos naturales como leña, carbón y derivados del petróleo, o se genera utilizando el potencial hidroeléctrico de grandes cuencas hidrográ-ficas. Esta última forma de generar energía en

En el año 1988, en Chuquicamata, la fase de concentración requería de 1,1 metros cúbicos de agua; en cambio, en 2007 se utilizó solo 0,5 metros cúbicos del recurso hídrico, gracias además a la recuperación de agua en los relaves, el mejoramiento de los espesadores –foto– y a la eficiencia en la gestión del consumo. Foto: Claudio Pérez.

Tortas de relave, Chuquicamata. En el caso concreto de la minería del cobre en Chile, se requiere mover más de 100 millones de toneladas de mineral, generalmente minerales sulfurados de cobre, para obtener solo un par de millones de toneladas de cobre fino por año. Como consecuencia de este proceso extractivo se genera un relave o material de descarte, que corresponde aproximadamente al 97% en peso del mineral sometido a proceso, más agua de transporte. El relave está constituido fundamentalmente por sólidos que no presentan mayor interés económico, tales como arenas de sílice, micas, feldespatos y algunas variedades de origen rocoso, óxidos y sulfuros de fierro, y otros. Foto: Claudio Pérez.

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• D.S. 90. Norma de emisión para la regulación de contaminantes asociados a las descargas de resi-duos líquidos a aguas marinas y continentales superficiales (2000), Ministerio Secretaría General de la Presidencia. En el caso que se requiera algún tratamiento de las aguas con contenido de metales y/o acidez y se requiera el descarte de residuos líquidos (riles) al am-biente, deberá tenerse en cuenta esta norma de emisión. Esta nor-ma establece que no se compren-den en la definición los cuerpos de

agua artificiales que contengan, al-macenen o traten relaves y/o aguas lluvia o desechos líquidos prove-nientes de un proceso industrial o minero. Esta exclusión tenía como objetivo, que en el futuro se desa-rrollara una norma exclusiva para las descargas provenientes de un depósito de relaves.

• D.S. 46 de 2002 Ministerio Secreta-ría General de la Presidencia. Nor-ma de emisión de residuos líquidos a aguas subterráneas (2002). Esta norma de emisión tiene como ob-

jetivo prevenir la contaminación de las aguas subterráneas mediante el control de la disposición de los residuos líquidos que se infiltran a través del subsuelo al acuífero, lo cual contribuye a mantener la ca-lidad ambiental de las aguas sub-terráneas. Esta norma señala explí-citamente que no será aplicable a los depósitos de relaves. La idea en el tiempo en que se dictó esta nor-ma era que se desarrollaría una re-glamentación específica para este tipo de instalación minera.

normas para el manejo y la disposición de resi-duos nocivos, lo cual se ha reflejado en la incor-poración de sistemas de gestión y también en los costos, particularmente en los países desa-rrollados.

La industria minera está asumiendo su res-ponsabilidad en la conservación de los recur-sos naturales y la energía. La optimización de los procesos industriales y del reciclaje han conseguido disminuir los residuos generados. Además, se fomenta la creación de tecnologías industriales alternativas para reducir la gene-ración de residuos en la fuente y se invierten recursos significativos para optimizar el uso de agua y energía, y para minimizar la intervención de suelos. En otras palabras, la industria minera se está haciendo responsable de las actividades “desde la cuna hasta la tumba”. Nuestro desafío es ahora la optimización de los procesos mine-ros para evitar nuevos efectos negativos sobre los recursos naturales.

Recordemos que aún están por descubrirse nuevos yacimientos en zonas o áreas que no han sido exploradas, como los Parques Nacionales y otras áreas destinadas a proteger la calidad de los ecosistemas. Nuestras actuales regulacio-nes permiten el desarrollo de actividades mine-ras en esas áreas, pero deberemos ganarnos la

confianza de quienes tienen la responsabilidad de aprobar los proyectos, mediante el fiel cum-plimiento de las normas y las mejores prácticas de manejo ambiental en nuestras actividades mineras.

INstItuCIoNAlIdAd AMbIENtAl dE lA MINEríA EN ChIlE

En la década de los ochenta, la consideración de prácticas ambientales en empresas mine-ras en Chile estaba circunscrita a compañías extranjeras que seguían las directrices de sus casas matrices. En la década de los noventa, de manera coincidente con el auge minero, pau-latinamente se fue extendiendo la adopción de prácticas y políticas ambientales a todas las empresas instaladas en Chile, tanto nacionales como extranjeras.

Para enfrentar la necesidad de regulación en materia ambiental, en 1994 se promulgó la Ley 19.300 de Bases del Medio Ambiente. Esta ley creó la Comisión Nacional del Medio Ambien-te (Conama), como institución coordinadora, y, entre otras materias, instauró instrumentos de gestión como la Educación e Investigación Am-biental (EIA), el Sistema de Evaluación de Impac-to Ambiental (SEIA), la participación ciudadana,

• D.S. 206 de 2001 Ministerio Secre-taría General de la Presidencia. Plan de prevención y descontaminación Chuquicamata (2001). Establece plan de descontaminación para el área circundante a la Fundición Chuquicamata de la División de Chuquicamata de Codelco Chile.

• D.S. 179 de 1999 Ministerio Secre-taría General de la Presidencia. Plan de descontaminación Fundición Po-trerillos (1999). Debido a la declara-ción de zona saturada por anhídri-do sulfuroso y material particulado respirable, el área circundante a la fundición de Potrerillos de la Divi-sión Salvador de Codelco Chile, ubi-cada en la Región de Atacama, la ley establece la elaboración de un plan de prevención y descontaminación para la zona.

• D.S. 164 de 1999 Ministerio Secre-taría General de la Presidencia. Plan de descontaminación para María Elena y Pedro de Valdivia (1999). El documento establece el plan de descontaminación para las localida-des ya mencionadas con el objetivo de reducir las emisiones atmosféri-cas, luego de ser declaradas zonas saturadas.

• D.S. 81 de 1998 Ministerio Secre-taría General de la Presidencia. Plan de descontaminación Fundi-ción Caletones (1998). Para el área circundante a la Fundición Caleto-nes, de la División El Teniente de Codelco Chile, ubicada en la Región del Libertador General Bernardo O’Higgins.

• D.S. 180 de 1995 Ministerio Secre-taría General de la Presidencia. Plan

de descontaminación de Fundición Hernán Videla Lira-Paipote (1995). El Plan de descontaminación con-siste en la modificación del proce-so productivo que se desarrollaba, a través de la incorporación de tec-nología moderna, con el propósito de reducir las emisiones gaseosas y de material particulado a la atmós-fera.

• D.S. 252 de 1992 Ministerio de Mi-nería. Plan de descontaminación Complejo Industrial Las Ventanas (1992). El Decreto Supremo declara, entre otros, que la fundición y re-finería Las Ventanas de Enami y la planta termoeléctrica de Chilgener deberán cumplir, conjuntamente, las normas de calidad de aire de anhídrido sulfuroso, a más tardar el 30 de junio de 1999.

plANEs dE dEsCoNtAMINACIóN ACtuAlMENtE VIgENtEs

El cuidado y preservación de la biodiversidad es un tema de suma relevancia en la gestión ambiental de la minería. Por ejemplo, la creación de viveros con semillas de plantas nativas en las localidades donde ésta opera, es parte de su responsabilidad social empresarial. Foto: Claudio Pérez.

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256 juANA gAlAz pAlMA 257MINEríA y MEdIo AMbIENtE

las normas de calidad ambiental, de preserva-ción de la naturaleza y conservación del patri-monio ambiental, normas de emisión, y planes de manejo, prevención o descontaminación. Complementando la Ley 19.300, en 1997 se pro-mulgó el D.S. 30, reglamento del SEIA, que ha sido modificado para mejorar la interpretación de su contenido.

La normativa indicada estableció que los nuevos proyectos y las modificaciones de pro-yectos antiguos debían ser aprobados ambien-talmente antes de su ejecución, para lo cual debían ingresar al SEIA a través de un estudio de impacto ambiental (EIA) o una Declaración de Impacto Ambiental (DIA). Hasta la entrada en vigencia del reglamento del SEIA la presen-tación de las empresas fue normalmente un EIA, situación que posteriormente se ha rever-tido.

Existen diversos aspectos y actividades de la minería que se relacionan con una eventual ge-neración de impactos ambientales, por lo cual se encuentran regulados mediante normas es-pecíficas. Las principales normas aplicables a la industria minera que se han desarrollado con fines de controlar los efectos ambientales, se relacionan con los componentes ambientales siguientes.

Aire Una de las primeras normas dictadas para

regular la emisión de contaminantes a la at-mósfera fue el D.S. 185/91, del Ministerio de Minería. Como se puede observar, es anterior a la promulgación de la Ley 19.300. Su aplicación permitió determinar que la calidad del aire no cumplía con las normas establecidas en el en-torno de las fundiciones de Codelco y Enami, lo que llevó a implementar planes de descon-taminación para las diferentes operaciones con el objetivo de disminuir las emisiones. El plan de descontaminación es un instrumento de gestión ambiental, establecido por la Ley 19.300, que tiene por finalidad recuperar los niveles señalados en las normas primarias y/o secundarias de calidad ambiental de una zona saturada. Por su parte, también se han formu-lado los planes de prevención, que correspon-

den a un instrumento de gestión ambiental cuya finalidad es evitar que se vulnere una o más normas de calidad ambiental primaria o secundaria, en una zona latente.

Las metas de emisión y calidad fueron cum-plidas en el tiempo establecido en Ventanas y Hernán Videla Lira (6 a 7 años). En el caso de Chuquicamata, el plazo se extendió de 7 a 10 años. Cabe señalar que debido a la imposibili-dad de cumplir con las normas de calidad, a pe-sar de los esfuerzos realizados por la División Codelco Norte, debió trasladar el campamento donde habitaba la mayor parte de sus emplea-dos. El traslado consistió en la construcción de viviendas en la ciudad de Calama, donde en la actualidad residen los habitantes que debieron emigrar desde Chuquicamata. Las fundiciones de Caletones y Potrerillos deberían terminar sus planes en la primera mitad de la presente década.

Es necesario destacar que las fundiciones de propiedad de empresas privadas, como Alto-norte y Chagres, cumplen con las regulaciones vigentes de emisión y calidad.

AguaLos problemas específicos asociados a la

actividad minera en relación a los recursos hí-dricos se originan en la descarga directa al am-biente de aguas de relaves y aguas de mina o depósitos de residuos mineros, para lo cual se ha incrementado el control sobre la operación de depósitos de relaves y el manejo general de aguas.

Para evitar la contaminación de recursos hí-dricos con residuos industriales se han dictado normas que regulan la calidad de las aguas, las que se suman a las normas existentes en otros cuerpos legales. Cabe destacar que la Ley 19.300 estableció que la protección del medio ambien-te, la preservación de la naturaleza y la conser-vación del patrimonio ambiental se regularán por las disposiciones de esa ley, sin perjuicio de lo que otras normas legales se pronuncien so-bre la materia. Esto significó que toda la norma-tiva preexistente era aplicable. Con el tiempo, se han ido derogando algunos y modificando otros cuerpos legales.

El complejo minero de Mantoverde, propiedad de Anglo American Norte S.A., se encuentra en operaciones desde 1995, el cual incluye la explotación a rajo abierto de los yacimientos de cobre denominados Mantoverde (Norte y Sur) y Manto Ruso, y el procesamiento del mineral mediante lixiviación en pilas, extracción por solventes y electro obtención, para obtener cátodos de cobre como producto final. Se ubica en la III Región, a 38 kilómetros de la localidad de Chañaral y a 100 kilómetros de Copiapó, a una altitud aproximada de 750 msnm. Foto: Jack Ceitelis.

En la actualidad es necesario considerar la aplicación de las normas del cuadro de la pági-na 259 y ss., aun cuando a nuestro juicio, no son del todo concernientes al sector minero.

Manejo de residuos peligrososEsta fue una de las regulaciones que requi-

rió de mayor tiempo desde que se propuso una primera versión hasta su publicación en 2004. El cuerpo legal que regula estas actividades co-rresponde al D.S. 148/2003, Reglamento Sanita-rio sobre Manejo de Residuos Peligrosos, del Mi-nisterio de Salud. Este reglamento establece las condiciones sanitarias y de seguridad mínimas

a que deberá someterse la generación, tenencia, almacenamiento, transporte, tratamiento, reú-so, reciclaje, disposición final y otras formas de eliminación de los residuos peligrosos.

Al igual que las normas relacionadas con descargas de riles, este reglamento excluyó los residuos mineros masivos provenientes de las operaciones de extracción, beneficio o procesa-miento de minerales y estableció que no serían considerados peligrosos los estériles, los mine-rales de baja ley, los residuos de minerales tra-tados por lixiviación, los relaves y las escorias. Pese a lo anterior, dejó abierta la posibilidad a que la autoridad sanitaria, en casos calificados,

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258 juANA gAlAz pAlMA 259MINEríA y MEdIo AMbIENtE

prINCIpAlEs IMpACtos gENErAdos por lAs ACtIVIdAdEs MINErAs

Potenciales impactos por la exploración e investigación geológica

La exploración e investigación geológica tiene por objetivo estudiar áreas identificadas con cierto potencial geológico para establecer la probabilidad de ubicar reservas mineras sufi-cientes que justifiquen el desarrollo y explota-ción de yacimientos mineros.

Las primeras fases de exploración, en gene-ral, son bastante superficiales y los impactos son moderados. Esta etapa concluye con una evaluación técnica económica que establece si se justifica continuar realizando estudios. Si

Operacioneso actividades Impacto potencial Acciones de mitigación o recuperación

Construcción de caminos de acceso al área de exploración

• Intervención de terrenos con valor am-biental en suelos, flora y fauna.

• Destrucción de sitios con valor histórico o arqueológico.

• Intervención de cursos de agua superfi-ciales, afectando la calidad de las aguas y el hábitat de vida acuática.

• Impacto en el medio humano por habili-tación de nuevas rutas.

• Minimizar la intervención de terrenos con valor ambiental. Pro-teger y avisar a las autoridades competentes sobre hallazgos históricos o arqueológicos.

• Utilizar al máximo caminos y cruces de ríos existentes.

• Diseñar trazados y habilitar drenajes para preservar patrones de escurrimientos y evitar procesos de erosión.

• Evitar trazados que puedan perjudicar a alguna comunidad es-tablecida.

Instalación y mantención de campamento

• Contaminación de suelos y aguas con in-sumos para la operación.

• Contaminación de suelos y aguas con re-siduos domésticos.

• Atracción o alejamiento de especies de fauna.

• Almacenamiento de combustible, aceites y lubricantes en con-tenedores apropiados y en área con contención secundaria.

• Manejo ordenado de residuos domésticos sólidos. Disposición final en vertederos regulados.

• Manejo de aguas servidas en instalaciones sanitarias regula-das.

• Minimizar la alteración del hábitat de la fauna del área.

• Limpiar y restituir el área de campamento a la condición inicial al finalizar la exploración.

Excavaciones para efectuar

reconocimientos preliminares (pozos, calicatas, galerías)

• Intervención de terrenos con valor am-biental en suelos, flora y fauna.

• Destrucción de sitios con valor histórico o arqueológico.

• Generación de sitios con condiciones propicias para la erosión.

• Contaminación de suelos y aguas con re-siduos industriales sólidos y líquidos.

• Minimizar la intervención de terrenos con valor ambiental. Pro-teger y avisar a las autoridades competentes sobre hallazgos históricos o arqueológicos.

• Apilar en sector protegido capa vegetal sujeta a intervención.

• Estabilizar los terrenos intervenidos al finalizar el reconoci-miento. Realizar cierre de las labores subterráneas.

• Disponer residuos sólidos y líquidos en vertederos regulados o a través de terceros autorizados.

• Limpiar y restituir las áreas de excavaciones al finalizar la etapa de reconocimiento.

Campañas de sondajes

• Emisión de material particulado en per-foraciones con aire.

• Uso de agua y contaminación con aditi-vos en perforaciones húmedas.

• Emisión de ruido y gases.

• Generación de plataformas para sonda-jes en sitios con condiciones propicias para la erosión.

• Contaminación de suelos y aguas con re-siduos industriales sólidos y líquidos.

• Encapsular puntos de emisión de polvo.

• Recuperar el agua de lodos de perforación y utilizar aditivos biodegradables.

• Mantener condición mecánica de equipos y vehículos para mi-nimizar emisión de ruidos y gases.

• Estabilizar los terrenos intervenidos al finalizar la campaña.

• Disponer residuos sólidos y líquidos en vertederos regulados o a través de terceros autorizados.

• Limpiar y restituir los sectores de sondajes a la condición inicial al finalizar la campaña.

los resultados son positivos, se inicia una nueva fase de trabajo que podría conducir incluso a ejecutar algunas labores subterráneas.

Las operaciones o actividades típicas aso-ciadas a las primeras fases de las actividades de exploración comprenden caminos de acce-so, instalación de campamentos, excavaciones para reconocimientos iniciales y campañas de sondajes. Cabe recordar que siempre deberá tenerse presente las condiciones y caracterís-ticas “sitio-específicas” del lugar de emplaza-miento.

En los cuadros siguientes se identifica, en forma resumida, los principales impactos y las acciones comúnmente utilizadas para miti-garlos.

solicite la caracterización de los residuos mine-ros masivos, para establecer si corresponden a residuos peligrosos.

Otras normas aplicablesA las principales regulaciones descritas se

suman aquellas que estaban vigentes previo a la promulgación de la Ley de Medio Ambiente y otras promulgadas con posterioridad, como por ejemplo, el D.S. 686 de 1998 del Ministe-rio de Economía, Fomento y Reconstrucción, que regula la contaminación lumínica (1998) y que es aplicable a los cielos de las regiones de Antofagasta, Atacama y Coquimbo, teniendo

en consideración que nuestro país constitu-ye un valioso patrimonio ambiental y cultural para desarrollar la actividad de observación astronómica, publicada en el Diario Oficial del 2 de agosto de 1999. Esta norma obligó a las empresas ubicadas en las regiones señaladas a modificar sus sistemas de iluminación.

También se suma a las normas señaladas, las modificaciones aplicadas al reglamento sobre condiciones sanitarias y ambientales básicas en los lugares de trabajo y el reglamento de segu-ridad minera, que consideran el recinto indus-trial y su entorno.

La minera Meridian, propiedad de la estadounidense Meridian Gold, contempla una inversión de 35 millones de dólares en un proyecto de ampliación y optimización de la mina El Peñón, ubicada en la II Región. Esta inversión responde al descubrimiento de dos nuevas áreas de explotación de la mina, y al aumento de la vida útil del yacimiento hasta 2014. Foto: Jack Ceitelis.

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260 juANA gAlAz pAlMA 261MINEríA y MEdIo AMbIENtE

Explotación a rajo abiertoPara los yacimientos más cercanos a la su-

perficie terrestre, la extracción del mineral se realiza con una explotación a rajo abierto. Las operaciones básicas incluyen perforación, tronadura, carguío, transporte y desarrollo. En

faenas actuales de la gran minería, la extrac-ción de mineral alcanza niveles del orden de 100 a 150 mil toneladas por día, lo que requiere la extracción y disposición de material estéril del orden de 200 a 300 mil toneladas por día.

Operaciones o actividades Impacto potencial Acciones de mitigación o recuperación

Construcción de obras generales

de infraestructura (caminos, suministro de energía eléctrica y agua, instalaciones de apoyo a la operación)

• Intervención de terrenos con valor am-biental en suelos, medio biótico y/o pa-trimonio cultural.

• Contingencias ambientales por mal em-plazamiento de obras.

• Minimizar intervención y planificar obras de acuerdo con infor-mación de línea de base sobre recursos y riesgos naturales.

• Acopiar suelos cultivables de terrenos que se intervendrán, para uso futuro en trabajos de recuperación.

• Ejecutar medidas de compensación del medio biótico que co-rrespondan.

• Informar hallazgos históricos o arqueológicos, y ejecutar ac-ciones de protección hasta definición de la autoridad compe-tente.

Perforación y tronaduras

• Emisión de material particulado y gases.

• Generación de ruido.

• Captar polvo o encapsular puntos de emisión en operaciones de perforación.

• Mantener en buen estado mecánico los equipos de perfora-ción.

Carguío y transporte de mineral y estéril

• Emisión de material particulado y gases.

• Generación de ruido.

• Humectar el material en frentes de trabajo.

• Estabilizar y regar caminos de transporte.

• Mantener en buen estado mecánico los equipos de carguío y transporte, y limitar velocidades de circulación.

• Sustituir camiones por cintas transportadoras.

Crecimiento del rajo y construcción de

botaderos de estéril y mineral de baja ley

• Intervención de terrenos con valor am-biental en suelos, medio biótico y/o pa-trimonio cultural.

• Modificación del patrón de escurrimien-to de aguas superficiales.

• Generación de aguas ácidas en bota-deros.

• Emisión de material particulado en bo-taderos.

• Extender las medidas adoptadas durante la construcción de la infraestructura inicial.

• Construir obras de canalización para desviar y restituir escurri-mientos a cauces naturales.

• Construir y manejar botaderos minimizando el potencial de generación de aguas ácidas.

• Compactar áreas de botaderos para minimizar emisión de pol-vo por la acción eólica.

Abastecimiento de agua

• Disminución del recurso para el hábitat del medio biótico o para el sustento de comunidades o actividades establecidas en el área de influencia.

• Planificar abastecimiento de acuerdo con estudio hidrogeoló-gico y evaluación ambiental del entorno.

Manejo de aguas en el área de operaciones

(cursos permanentes, precipitaciones,

alumbramientos)

• Contaminación de recursos hídricos en el área.

• Canalización de aguas naturales para evitar el contacto con áreas de operación.

• Manejo de aguas en el rajo y efluentes de botaderos según ca-lidad y condiciones locales (regadío, uso en procesos planta o tratamiento antes de descargar al ambiente).

Operación de talleres de mantención, bodegas y otras

instalaciones generales.

• Contaminación de suelos y/o aguas con residuos industriales y domésticos sóli-dos y/o líquidos.

• Contaminación de suelos y/o aguas con derrames de productos líquidos conta-minantes.

• Disponer espacios, instalaciones y procedimientos para la se-gregación y manejo ordenado de rises y riles.

• Reciclaje de productos usados a través de terceros y/o de los mismos proveedores, y disposición final en vertederos auto-rizados.

• Instalar plantas para el tratamiento de riles de talleres.

• Disponer basura doméstica en vertederos autorizados y operar plantas de tratamiento para el manejo de aguas servidas.

• Construir áreas con contención secundaria para el almacena-miento y manejo de productos líquidos contaminantes.

Actividades generales• Contaminación de suelos, aguas y aire

por imprevistos con consecuencias am-bientales.

• Disponer planes de emergencia, infraestructura y equipamien-to para el manejo de derrames de productos peligrosos, incen-dios, etc.

• Adecuar plan de monitoreo de acuerdo con el tipo de impre-visto ambiental.

Foto: Claudio Pérez

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262 juANA gAlAz pAlMA 263MINEríA y MEdIo AMbIENtE

Operaciones o actividades Impacto potencial Acciones de mitigación o recuperación

Habilitación de áreas para botaderos

de marina y otras obras de superficie

(caminos, suministro de energía eléctrica y agua, instalaciones de

apoyo)

• Intervención de terrenos con valor am-biental en suelos, medio biótico y/o pa-trimonio cultural.

• Contaminación y alteración del patrón de escurrimiento de aguas superficiales.

• Planificar intervención y obras de superficie minimizando el impacto en componentes ambientales.

• Acopiar suelos cultivables de terrenos que se intervendrá en superficie, para uso futuro en trabajos de recuperación.

• Ejecutar en superficie medidas de protección y/o compensa-ción del medio biótico que corresponda.

• Informar hallazgos históricos o arqueológicos, y ejecutar ac-ciones de protección hasta definición de la autoridad compe-tente.

• Canalizar escurrimientos y retornarlos a su cauce natural aguas abajo de las obras e instalaciones superficiales.

Perforación, tronaduras, carguío,

transporte de mineral y marina

• Emisión de material particulado y gases.

• Generación de ruido y vibraciones.

• Humectar material, regar galerías de transporte y mantener ventilación según estándares.

• Mantener en buen estado mecánico los equipos de perfora-ción, carguío y transporte.

• Incorporar chancado interior mina para uso de cintas transpor-tadoras en movimiento de materiales.

• Monitorear niveles de material particulado, gases y ruido en zonas de operación e instalaciones interior mina.

Explotación de la mina con métodos de

hundimiento

• Subsidencia del terreno, con alteración geomorfológica y contaminación de aguas superficiales.

• Canalizar escurrimientos y retornarlos a su cauce natural aguas abajo del área de subsidencia.

Desarrollo general de la explotación

• Contaminación física y/o química de re-cursos hídricos con el drenaje de aguas ácidas.

• Monitorear calidad del agua de drenaje, y aprovechar en uso operacional compatible con su calidad.

• Descargar al ambiente agua de drenaje con calidad determina-da por normas, incorporando tratamiento físico y/o químico.

Operación de talleres de mantención, bodegas y otras

instalaciones generales

• Generación de residuos sólidos y líqui-dos, industriales y domésticos.

• Contaminación de aguas de drenaje con residuos industriales líquidos.

• Disponer espacios, instalaciones y procedimientos para la se-gregación y manejo ordenado de residuos industriales y do-mésticos.

• Procurar el reciclaje de productos usados a través de terceros y/o de los mismos proveedores, o ejecutar disposición final en vertederos autorizados.

• Instalar plantas para el tratamiento de riles de talleres.

• Disponer basura doméstica en vertederos autorizados y operar plantas de tratamiento para el manejo de aguas servidas.

• Construir áreas con contención secundaria para el almacena-miento y manejo de productos líquidos contaminantes.

Actividades generales• Contaminación de suelos, aguas y aire

por imprevistos o accidentes con conse-cuencias ambientales.

• Disponer planes de emergencia, infraestructura y equipamien-to para el manejo de derrames de productos peligrosos, incen-dios, etc.

• Adecuar plan de monitoreo de acuerdo con el tipo de improvi-so ambiental, y ejecutar las acciones para recuperar la calidad del recurso natural que corresponda.

Explotación subterráneaPara los yacimientos que se encuentran a

mayor profundidad, la extracción del mineral se realiza con una explotación subterránea. Las operaciones básicas incluyen perforación, tronadura, carguío, transporte y desarrollo de labores. Por tratarse de una explotación más selectiva que la realizada a rajo abierto, el mo-

vimiento de materiales está centrado en la ex-tracción de mineral, con una proporción menor de extracción de material estéril (marina). En este caso, como las operaciones se realizan en labores subterráneas, los impactos ambientales se reflejan principalmente en las condiciones de higiene y seguridad laboral.

Foto: Nicolás Piwonka

Page 14: Chile Minero - Parte 4

264 juANA gAlAz pAlMA 265MINEríA y MEdIo AMbIENtE

Operaciones o actividades Impacto potencial Acciones de mitigación o recuperación

Construcción de obras e instalaciones

generales de infraestructura

• Intervención de terrenos con valor ambiental en suelos y medio bió-tico.

• Destrucción de sitios con valor his-tórico o arqueológico.

• Minimizar la intervención de terrenos, acopiar suelos cultivables para uso futuro y ejecutar medidas de protección y/o compensa-ción del medio biótico que corresponda.

• Informar hallazgos históricos o arqueológicos, y ejecutar acciones de protección hasta definición de la autoridad competente.

Operaciones de conminución

• Contaminación del aire por emisión de material particulado en las ope-raciones de chancado.

• Consumo significativo de agua fres-ca en operaciones de molienda.

• Contaminación de suelos y/o aguas superficiales por derrames de pulpa en operaciones de molienda.

• Contaminación acústica por la ope-ración de los equipos de chancado y molienda.

• Encapsular puntos de emisión de material particulado en chanca-dores, harneros, correas transportadoras y transferencias de mine-ral, conectándolos a sistemas colectores de polvo.

• Minimizar las alturas de descarga y humectar el mineral en puntos de transferencia.

• Considerar acopios de mineral fino en recintos cerrados.

• Minimizar el consumo de agua fresca, recirculando a la molienda agua recuperada en las operaciones de espesamiento, filtrado y dis-posición de relaves.

• Contar con instalaciones y procedimientos para contener y recircu-lar derrames de pulpa en molienda.

• Considerar barreras sónicas para los equipos que generan ruido y/o en los lugares que requieren protección acústica.

Operaciones de concentración

• Consumo significativo de agua fres-ca en operaciones de concentra-ción.

• Contaminación de suelos y/o aguas superficiales por derrames de pulpa.

• Contaminación de suelos y/o aguas por derrame de reactivos.

• Contaminación acústica por la ope-ración de los equipos de concentra-ción.

• Minimizar el consumo de agua fresca, recirculando a la etapa de concentración agua recuperada en las operaciones de espesamien-to, filtrado y disposición de relaves.

• Contar con instalaciones y procedimientos para contener y recircu-lar derrames de pulpa.

• Implementar normas estrictas de control y seguridad en instalacio-nes y equipos para el almacenamiento, preparación y dosificación de reactivos, incluyendo sistemas de contención secundaria y recu-peración de productos.

• Considerar barreras sónicas para los equipos que generan ruido y/o en los lugares que requieren protección acústica.

Manejo de concentrados

• Contaminación de suelos y/o aguas superficiales por fugas o derrames de pulpa.

• Pérdida de agua por manejo inade-cuado y/o descarga de efluentes al ambiente.

• Contaminación del aire, aguas su-perficiales y suelos por emisión de material particulado.

• Contar con instalaciones y procedimientos para detener o conte-ner y recircular derrames de pulpa en instalaciones de espesamien-to, transporte y filtrado.

• Maximizar la recirculación de agua desde las instalaciones de espe-samiento y filtrado.

• Acopiar y manejar concentrados filtrados en recintos cerrados, con transporte posterior en correas encapsuladas o contenedores ce-rrados.

• Considerar el lavado de equipos móviles cuando se retiran de las instalaciones de manejo de concentrados.

Manejo de relaves

• Contaminación de suelos y/o aguas superficiales por derrames de pulpa.

• Contaminación de aguas subterrá-neas por infiltración desde el tran-que.

• Contaminación de aguas superficia-les y subterráneas por generación de aguas ácidas.

• Pérdidas de agua por manejo inade-cuado y/o descarga de efluentes al ambiente.

• Contaminación del aire, aguas y suelos por emisión de material par-ticulado.

• Contaminación de aguas superfi-ciales por erosión y transporte de sedimentos.

• Contar con instalaciones y procedimientos para detener o conte-ner y recircular derrames en instalaciones de espesamiento y trans-porte.

• Diseñar y construir tranques de relaves según las características de permeabilidad del suelo.

• Minimizar la posibilidad de oxidación de minerales sulfuros en el relave y posterior transporte de aguas ácidas.

• Construir pozos de monitoreo aguas abajo del tranque de relaves.

• Maximizar la recirculación de agua desde las instalaciones de espe-samiento y disposición de relaves.

• Considerar usos alternativos compatibles y/o el tratamiento de efluentes de tranques que no se recirculan al proceso para cumplir las normas de emisión vigentes.

• Diseñar y operar tranques asegurando la estabilidad física y mini-mizando la acción de la erosión eólica.

• Canalizar escurrimientos desde el tranque de relaves hacia obras construidas para decantar y contener sedimentos.

Operaciones y actividades generales

• Contaminación de suelos y/o aguas con residuos industriales y/o do-mésticos sólidos y/o líquidos.

• Contaminación de suelos y/o aguas por accidentes y/o imprevistos de la naturaleza.

• Contar con instalaciones y procedimientos para el manejo y reci-claje o disposición final de residuos sólidos.

• Contar con plantas para el tratamiento de riles generados en talle-res, y plantas para el tratamiento de aguas servidas.

• Construir sistemas de drenaje para evitar inundación de instalacio-nes con aguas superficiales.

• Mantener planes de monitoreo de calidad del aire y aguas de acuer-do con las características del proyecto.

• Disponer planes de emergencia para contingencias ambientales de diferente origen.

Plantas de concentraciónLos minerales que se extraen de los yaci-

mientos tienen normalmente un bajo conteni-do de los elementos que interesa recuperar, de tal manera que no es viable la alimentación a procesos finales de obtención de estos elemen-tos, tal como se requieren para su uso industrial. En estos casos, los minerales pasan por etapas intermedias de procesamiento para concentrar las especies mineralógicas que contienen los

elementos de interés, incluyendo operaciones de conminución (chancado, molienda) y opera-ciones de concentración propiamente tal (por ejemplo, flotación, concentración gravitacio-nal, concentración magnética). Los productos de estas operaciones son concentrados, consti-tuidos principalmente por las especies minera-lógicas valiosas, y relaves que contienen mayo-ritariamente las especies de la ganga.

Foto: Luis Ladrón de Guevara

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266 juANA gAlAz pAlMA 267MINEríA y MEdIo AMbIENtE

Operaciones o actividades

Impacto potencial Acciones de mitigación o recuperación

Construcción de obras e

instalaciones generales de

infraestructura

• Intervención de terrenos con valor ambiental en suelos y medio biótico.

• Destrucción de sitios con va-lor histórico o arqueológico.

• Minimizar la intervención de terrenos, acopiar suelos cultivables para uso fu-turo y ejecutar medidas de protección y/o compensación del medio biótico que corresponda.

• Informar hallazgos históricos o arqueológicos, y ejecutar acciones de protec-ción hasta definición de la autoridad competente.

Manejo de materias primas e

insumos

• Contaminación del aire por emisión de material parti-culado en operaciones de recepción, manejo y mezcla de materias primas.

• Contaminación del suelo por derrame de concentrados o petróleo.

• Contaminación acústica por la operación de equipos mó-viles y estacionarios.

• Considerar recinto cerrado para el manejo de materiales con granulometría fina.

• Confinar correas de transporte y puntos de carga y descarga, minimizar alturas de transferencia e instalar sistemas de supresión y/o captación de polvo.

• Implementar el lavado de equipos móviles que se retiran del área de manejo de materias primas.

• Mantener programa de regadío en caminos internos no pavimentados.

• Considerar el reemplazo de petróleo por gas natural.

• Considerar barreras sónicas en el entorno de equipos que generan ruido y/o en lugares que requieren protección acústica.

Secado, tostación, fusión,

conversión, refinación a

fuego, moldeo y manejo de emisiones y

efluentes

• Contaminación del aire, sue-lo y hábitat de flora y fauna, por emisión de gases (SO2, CO, etc.) y polvo.

• Contaminación de suelos y aguas con efluentes de ope-raciones como enfriamiento, lavado de gases y planta de ácido.

• Contaminación acústica por operación de equipos.

• Operar en condiciones estables, con leyes en alimentación fresca dentro del rango definido en el diseño.

• Considerar el reemplazo de petróleo por gas natural.

• Minimizar emisiones fugitivas con sistemas adecuados de captación de gases y polvo.

• Incorporar ciclones, precipitadores electrostáticos y/o filtros de manga para recuperar y recircular polvo al proceso.

• Incorporar instalaciones de lavado de gases y planta de ácido para el manejo del SO2.

• Implementar balance de materiales para asegurar cumplimiento de normas de emisión.

• Implementar monitoreo ambiental para asegurar buena calidad del aire en zo-nas sensibles del entorno.

• Tratar efluentes para recirculación, precipitando elementos contaminantes como residuos estables para disponer en sitios autorizados o eventual comer-cialización.

• Considerar barreras sónicas en el entorno de equipos que generan ruido y/o en lugares que requieren protección acústica.

Disposición y/o tratamiento de

escoria

• Cubrimiento de terrenos con botadero de escorias (y tranque de relaves si se tie-ne planta de concentración de escorias de alta ley), con impacto en el medio biótico, impacto hidrológico y/o im-pacto visual.

• Contaminación de suelos y/o aguas por manejo de relaves (si procede).

• Tratar escoria en planta de concentración (si procede) con acciones de mitiga-ción y control equivalentes a planta que se alimenta con mineral.

• Derivar relaves a tranque de planta de concentración asociada a la fundición (si procede).

• Diseñar botadero de escoria (y tranque de relaves, si procede), de acuerdo con estándares aceptados de ingeniería y antecedentes de la línea de base am-biental.

Refinación electrolítica y

manejo de barros anódicos

• Contaminación de suelos y aguas con residuos y efluen-tes del proceso.

• Contaminación del aire con vapores y/o neblina ácida (tratamiento de barros, des-cobrización de electrolito, recuperación de cobre en efluentes con electro obten-ción).

• Descobrizar barro anódico para alimentar planta propia de metales nobles (oro, plata) o comercializar con terceros.

• Recuperar restos y rechazos de cobre como materia prima para reincorporar a la fundición.

• Tratar efluentes para recirculación, precipitando elementos contaminantes como residuos estables para disponer en sitios autorizados o eventual comer-cialización.

• Incorporar métodos estándares para prevenir neblina ácida, e incorporar siste-mas de ventilación, captación y lavado de gases.

Operaciones y actividades

generales

• Contaminación de suelos y/o aguas por accidentes y/o im-previstos de la naturaleza.

• Contaminación de suelos y/o aguas con residuos indus-triales y/o domésticos sóli-dos y/o líquidos.

• Construir sistema de drenaje general y específicos para evitar inundación de instalaciones y arrastre de contaminantes.

• Contar con instalaciones y procedimientos para el manejo y reciclaje o dispo-sición final de residuos sólidos.

• Contar con plantas para el tratamiento de riles generados en talleres, y plantas para el tratamiento de aguas servidas.

• Mantener planes de monitoreo de calidad del medio físico de acuerdo con las características del proyecto.

• Disponer planes de emergencia para contingencias ambientales de diferente origen.

Fundiciones y refineríasLos productos de plantas de concentración,

al menos en el ámbito de los elementos me-tálicos más comunes, constituyen la materia prima principal que alimenta las fundiciones. En estas instalaciones, mediante operaciones pirometalúrgicas, los elementos de interés se separan del resto de los componentes que pa-san a constituir la escoria. En Chile, por su can-tidad y magnitud, las fundiciones de cobre son las instalaciones más importantes y generan también la mayor atención desde el punto de

vista ambiental, principalmente por el impacto potencial de las emisiones a la atmósfera. Las fundiciones incluyen operaciones de manejo de materias primas e insumos (concentrados, precipitados, productos reciclados, fundentes, petróleo u otra fuente de energía), secado y/o tostación, fusión, conversión (cobre blíster). En algunas fundiciones el cobre blíster se refina a fuego y se moldea en ánodos para alimentar una refinería electrolítica, donde se obtiene cá-todos de cobre como producto final.

Foto: Nicolás Piwonka

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268 juANA gAlAz pAlMA 269MINEríA y MEdIo AMbIENtE

Instalación Acciones de cierre

Túneles, chimeneas y piques

• Clausura y sellado de los accesos a labores subterráneas. • Controlar los riesgos de subsidencias mediante rellenos o tronadura controlada.• Construcción de obras de drenaje para manejo controlado del agua.• Inundación de labores para evitar formación de aguas ácidas.• Señalización de áreas de riesgo.• Cercar áreas con riesgo de subsidencia.• Estabilización de taludes en plataformas de portales de mina.• Readecuación de la topografía en los portales de minas para favorecer la revegetación natural de

los taludes.

Rajos y botaderos

• Desmovilización de equipos mineros.• Construcción de pretiles en los caminos para evitar el acceso de intrusos.• Señalización de la exposición al riesgo en aquellos caminos que queden accesibles, indicando los

peligros de paso.• Clausurar los accesos a labores de exploración subterráneas antiguas.• Acciones para el control de fallas.• Acciones para el manejo de agua superficial. Canales de desvío, manejo de laguna, etc.• Desmantelamiento de las instalaciones asociadas a la explotación de minerales (polvorines, cables

y otras).• Estabilizar áreas con riesgos de subsidencias debido a explotaciones antiguas. • Construcción de miradores hacia el rajo.• Señalización de advertencia de peligro de derrumbes.• Construcción de bermas al pie de botaderos con riesgos de asentamientos o derrames.• Tratamiento de los taludes de botaderos para garantizar su estabilidad e implantación de la ve-

getación natural.• Construcción de obras de drenaje: zanjas, canales y recolección de percolados.• Uso de pantallas visuales para la ocultación de los frentes.

Plantas de chancado, molienda y flotación

• Desmantelamiento de equipos e instalaciones.• Demolición y enterramiento in situ de fundaciones y estructuras de hormigón, incluidas las bases

de chancadores, molinos, celdas de flotación y espesadores.• Limpieza de suelos contaminados.• Perfilamiento y nivelación del terreno para uso alternativo.• Enajenación de equipos principales.

Cierre de faenas minerasExisten diferentes razones por las cuales se

puede producir el cierre temporal o definitivo de faenas mineras. Esto ocurre, por ejemplo, cuando se agota el yacimiento, cuando baja el precio de los metales, cuando se decide la ex-plotación de un nuevo yacimiento o explotar otra pasta, o simplemente porque la faena mi-nera ya no cumple con las expectativas econó-micas de sus dueños. En cualquier caso, el cierre de una faena minera se materializa en un mo-mento en que ésta ya no genera ingresos.

Una faena minera está constituida por un conjunto de instalaciones que tienen una vida útil variable, dependiendo de la naturaleza y ca-racterísticas de los procesos productivos, por lo que la etapa de cierre puede iniciarse parcial-mente, con anterioridad al cierre definitivo del proyecto. Es así, por ejemplo, que ciertas insta-laciones cerrarán porque agotan su capacidad,

otras lo harán por un cambio tecnológico o de procesos, etc.; es normal que antes del cierre definitivo se tenga instalaciones en construc-ción, otras en operación y otras estén ya ce-rradas. Por lo tanto, las medidas de cierre para las distintas instalaciones deben planificarse y ejecutarse en forma gradual a través de toda la vida útil del proyecto.

A nivel mundial, esta materia se reconoce como un compromiso que debe estar presente en la actividad minera, específicamente en los países donde el Estado ha asumido un rol acti-vo en la preservación y conservación del medio ambiente. Es el caso de Chile, donde la impor-tancia que tiene la minería en la economía exi-ge que deba asegurarse la competitividad de este sector productivo.

Dependiendo de las características del lugar y los potenciales impactos, las medidas o accio-nes de cierre más comunes son las siguientes.

Depósitos de relaves

• Construcción de bermas de refuerzo. • Cubrimiento de taludes. • Colocación de una cubierta de material. • Construcción de obras colectoras de infiltraciones.• Obras para el manejo de agua frente a crecidas y lluvias torrenciales.

Plantas de lixiviación

• Lavado de las pilas remanentes.• Colocación de una cubierta sellante para evitar la infiltración de aguas lluvia.• Construcción de obras de drenaje, canales de desvío.• Cubrimiento con tierra vegetal y suavizar taludes para favorecer la vegetación.• Construir barreras para evitar el acceso de terceros.• Desmantelamiento de equipos e instalaciones.• Demolición de fundaciones planta SX y EW.• Retiro de estanques de soluciones y reactivos.• Disposición de suelos con ácido, orgánico y petróleo.• Cubrimiento y nivelación del terreno.

Tendido eléctrico

• Desenergización de la red de energía eléctrica.• Desmantelamiento y retiro de las instalaciones.• Cierre perimetral.• Señalización de los riesgos.• Vigilancia post-cierre.• Enajenación de la red eléctrica y de otras instalaciones para uso alternativo.

Vertederos

• Impermeabilización de la cubeta de los vertederos.• Recubrimiento con material aislante.• Relocalización de los desechos peligrosos fuera del sitio.• Medidas de reparación (forestación y estabilización con vegetación local).

Campamento

• Desmantelamiento de edificios e instalaciones.• Traspaso de edificios y construcciones a uso público o a nuevo uso privado.• Cierre de los accesos.• Señalización.• Vigilancia.• Medidas de reparación (forestación y estabilización).

Estanque de almacenamiento combustibles, reactivos, etc.

• Secado y limpieza de los estanques.• Sellado de tapas y vías de acceso a estanques.• Señalización y vigilancia.• Monitoreo de aguas subterráneas.• Desmantelamiento de los estanques visibles.• Medidas de reparación (nivelación, forestación y estabilización).

Caminos y vías férreas

• Desmantelamiento de líneas férreas e instalaciones.• Cierre de los accesos a caminos sin mantenimiento.• Señalización y vigilancia.• Entrega de caminos y líneas férreas a uso público o a nuevo uso privado.• Medidas de reparación (forestación y estabilización).

Foto: Nicolás Piwonka

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270 Juana Galaz Palma 271minería y medio ambiente

Foto: Claudio Pérez

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272 liliana muñoz rioseco 273

a lo largo de su historia, Chile ha sido destacado como un país esencialmente minero, por la extensión de sus recur-

sos minerales metálicos y no metálicos gene-rosamente distribuidos en todo su angosto territorio. La explotación de la minería ha sido considerada determinante en su historia social y política, y gravitante en la economía del país.

Existen antecedentes que demuestran que estos recursos naturales han sido explotados desde el periodo preincaico. Se han hecho ha-llazgos de herramientas indígenas en sitios donde hoy están enclavados Chuquicamata, El Abra y Radomiro Tomic. Estas documentan la existencia de minerales situados en espacios

mineros de ayer y hoy

Liliana Muñoz Rioseco

El sol, el sol, que tiene gozo desmenuzado en su polvareda viva, y el aire, que lleva aroma de rosas en las alas quedan arriba. Yo bajo a escarbar las rocas,

perdido en una noche sin constelaciones. Vosotros que quedáis aquí, tened para el que desciende un

pensamiento de amor.“Ruego del minero” (fragmento), Gabriela Mistral

de alto rendimiento metalúrgico. En Collahua-si, 150 kilómetros al norte de Chuquicamata, también se han encontrado herramientas que prueban que hubo explotaciones mineras en las vetas de cobre que afloran en los faldeos.

Charles Darwin, en su viaje por Chile entre 1832 y 1835, lo describe con las siguientes pa-labras: “A cualquier parte que se mire, se ven las bocas de las minas; la fiebre del oro es tal que han sido explotadas todas las partes del país (…) El cobre de las minas de Jahuel es enviado a Swansea, Gran Bretaña, para fundirlo. (…) La antigua ley española, aún en vigor, impulsa en todas formas, la búsqueda de minas”.1

El sabio naturalista contrasta la situación de los mineros con la de los campesinos, manifes-tando que estos últimos sufren una pobreza extrema. No obstante, al describir a los mine-ros en las faenas, relata cómo deben soportar una carga de trabajo extraordinariamente dura: “Cada hombre sube 135 metros desde el fondo

1 Charles Darwin. Darwin en Chile (1832-1835). Viaje de un natu-ralista alrededor del mundo. Edición preparada por David Yudi-levich y Eduardo Castro. Ed. Universitaria, 1995, pp. 130 y 132.

“Meterse en una mina es estar dentro de la naturaleza, volver al útero de la madre... Era estar todo el día en un lugar oscuro, silencioso, como estar en el lugar donde todos vamos a ir a parar. Entonces, cuando la gente salía de ahí quería vivir, era un alumbramiento. El pasarlo bien era un poco dejar atrás la vida de la mina”. Relato de un antiguo minero de la compañía minera Merceditas, El Volcán, San José de Maipo, Región Metropolitana. Foto: Claudio Pérez.

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274 liliana muñoz rioseco 275mineros de ayer y hoy

de la mina a la superficie cargando 90 kilos de piedras, trepando por entalladuras hechas de troncos de árboles”.2

Al narrar sobre el distrito minero de Los Hor-nos, a 50 kilómetros de Illapel, lo describe como “una colina perforada con tantos agujeros como un nido de hormigas”.3 Relata que los mineros tienen el hábito de vivir durante semanas en lu-gares solitarios, descienden a las aldeas gastan-do todo el dinero obtenido con la venta de los minerales extraídos, y regresan a sus míseras chozas a seguir trabajando rudamente.

Es interesante destacar que poco después, en 1838, cuando Ignacio Domeyko llega a La Serena a hacerse cargo de la formación en di-versas especialidades relacionadas con la mine-ralogía, las autoridades no manifestaron mayor interés por la enseñanza que él debía impartir. Se 0pinaba que el chileno desde el día que nace es guerrero y minero, sin necesidad de leccio-nes. Sin embargo, Ignacio Domeyko inició sus

2 Ibídem, pp. 143-144.3 Ibídem, p. 242.

clases de física y química, y posteriormente ensayo de minerales y productos metalúrgicos, análisis químico y mineralogía.

En el siglo XX continúa la intensa actividad minera. En su segunda mitad, se intensifica la prospección y explotación de yacimientos. Se observa un protagonismo de este rubro pro-ductivo en la economía, la sociedad y la vida política, situación semejante a la del Perú y Bo-livia. Así, por ejemplo, en el caso de Chile, las ventas de productos mineros en el exterior en-tre 1985 y 2006 representan en promedio un 47% del total de las exportaciones del país.4 En cuanto a la generación de empleo, el número de personas que trabajan en forma directa en el sector, en minería metálica, industrial y com-bustibles, equivale a 51.430 trabajadores, lo que representa 0,82% de la fuerza laboral.5

4 Comisión Chilena del Cobre. Bonanza minera: oportunidades y riesgos. Cochilco, 2007.

5 Servicio Nacional de Geología y Minería, Sernageomin. Serna-geomin, 2006.

Personas que laboran en la minería

Es interesante reflexionar sobre quiénes son las personas que laboran en las faenas de exploración, extracción y procesamiento de los minerales. Este ensayo está centrado en ellos. Para visualizarlos con más precisión los definiremos de acuerdo a los tres sectores económicos de la minería.

Pequeña minería: En este subsector, el mi-nero desarrolla su labor con una estructura artesanal en empresas constituidas general-mente por su grupo familiar. La actividad se orienta exclusivamente a la minería extracti-va, casi siempre con escasos grados de meca-nización. Se los conoce como los “empresarios de los sueños”.

Mediana minería: En este subsector se ad-vierte el uso combinado de maquinarias y ocu-pación importante de mano de obra.

Gran minería: En este subsector convergen

capitales nacionales y extranjeros para el de-sarrollo de proyectos de gran envergadura, con tecnología avanzada. Los mineros cuen-tan con asesoría técnica profesional y elabo-ran productos finales.

Los mineros han constituido, desde los ini-cios de esta actividad productiva, un sector es-pecial entre los trabajadores. Están envueltos en una mitología; sus historias de vida, desde las primeras explotaciones, impresionan como leyendas, particularmente en la pequeña mi-nería y minería artesanal. Se visualizan como personas expuestas al riesgo, más que otros trabajadores, viviendo en el aislamiento de los campamentos mineros, en regiones desérti-cas, en zonas de altura, alejados de los centros urbanos. En las últimas décadas, han habido cambios importantes en sus formas de traba-jo, un mayor grado de mecanización, lo que ha traído consigo importantes mudanzas en sus formas de vida.

Faenas en instalación minera ubicada a 100 kilómetros de Chañaral. Foto: Claudio Pérez.

La pequeña y mediana minería genera empleo directo e indirecto (15 mil trabajadores) en zonas geográficas con escasas alternativas laborales; asimismo, la producción del sector crece alrededor de un 8% anual, a pesar de las características cíclicas del mercado del cobre y exhibe paulatinamente costos más competitivos. Foto: Claudio Pérez.

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276 liliana muñoz rioseco 277mineros de ayer y hoy

antecedentes en la literatura y la historia

En los siglos XIX y XX, las historias de vida de los mineros, sus formas de trabajo y la geogra-fía en la que se desenvuelven sus existencias han sido fuente de inspiración para novelistas y poetas. Asimismo, han constituido una po-derosa veta de estudio para los historiadores, quienes han arrojado luces sobre su cultura y sobre la forma en que se ha desenvuelto su vida, tanto la íntima y familiar como la social y laboral. El interés de los historiadores contem-poráneos es coincidente con aquel observado en la Antigüedad. Las riquezas metalíferas y exploraciones mineras ya habían sido inspira-ción de los historiadores griegos y romanos, especialmente Plinius, Poseidonios y Strabon. Aristóteles ensalza: “Iberia pudo abrir las in-mensas entrañas de sus metales a la luz de la faz de su tierra”.

Por otra parte, se estima que el uso del cobre se remonta a alrededor de 10 mil años atrás. El objeto más antiguo fue encontrado en

el norte del territorio que constituye actual-mente Iraq. En la historia de la civilización es conocido desde que el ser humano abandona la Edad de Piedra. Se supone que fue explotado antes que el hierro.

En nuestro país, especialmente en el Norte Grande, se han localizado numerosos objetos de cobre que revelan su uso muy temprano por los pueblos originarios. Su ubicación co-rresponde a los principales yacimientos que se explotan hoy. Este mineral ha sido gravitante en la economía de nuestro país, especialmente a partir de la segunda mitad del siglo XX, sien-do una importante fuente de recursos fiscales, generación de empleo directo e indirecto, y captación de inversión.

oriGen y trayectoria de los mineros

Si investigamos acerca del origen de los mineros, constatamos que su historia está en parte ligada con el mundo campesino. Muchas veces alternan periodos de trabajo en la mine-ría y en la agricultura. Ser campesino-minero

conservando lazos con la comunidad de ori-gen es una constante que se observa no so-lamente en Chile, sino también en las minas de carbón en Francia, en las minas de oro en Bolivia, en las minas de cobre en Perú. Los mi-neros a veces renuncian a trabajar en la mine-ría y retornan a la vida agrícola. Cuando se es-tudia el origen de poblaciones agro-ganaderas provenientes de las inmediaciones del río Loa, San Pedro de Atacama, criadores de cabras en el valle del Choapa, se advierte que ellos han constituido la fuerza laboral de los grandes ya-cimientos del Norte Grande. Actualmente, se registra una emigración importante desde la zona del Biobío hacia el Norte Grande.

De las provincias de la Sexta Región han emigrado al mineral El Teniente; y no se ex-cluye que también haya habido traslados des-de regiones más lejanas del sur del país a este mineral. Las distintas procedencias de los emi-grantes generan en ellos una consolidación y un sentido de pertenencia a la comunidad

minera. También las políticas de las empre-sas mineras están orientadas hacia la familia como modo de estabilizar la fuerza laboral. No obstante, se advierte una rotación de la mano de obra, lo que genera una vida migrante, con todas las concomitantes que ello implica: en-frentar puntos de crisis con resultados positi-vos o experiencias de no adaptación.

administración extranJera de las emPresas mineras

El hecho de que las empresas de la gran mi-nería fueran extranjeras agrega otros rasgos de personalidad que distingue a los mineros del resto de los trabajadores. Las políticas de las empresas estadounidenses son vividas por los mineros como paternalistas, reaccionando con un sentimiento ambivalente de satisfacción y tranquilidad al sentirse, por una parte, plena-mente protegidos y, por otra, privados de liber-tad, como vivían otros miembros de su familia y

El trabajo en la minería tiende a la generación de un sentido de pertenencia muy fuerte, ligado al interior, al grupo de trabajo, a la faena, a la minera. Esto se trasunta en el desarrollo de una cultura de equipo, que si bien es muy positiva, genera cierta descompensación en cuanto a la afirmación de la individualidad del sujeto. Foto: Rodrigo Gómez.

Retratos de un minero, recuerdos familiares –en orden y equilibrio– sobre la mesa de un trabajador del campamento de Chuquicamata. Foto: Claudio Pérez.

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278 liliana muñoz rioseco 279mineros de ayer y hoy

conocidos en las ciudades. “Si se quemaba una ampolleta en mi casa, venían de Mantención a cambiarla”, señala un relato oral. Valoraban que en las comunidades mineras hubiera seguridad para el crecimiento de sus hijos. La escolaridad, salud y vivienda estaban garantizadas. Al mis-mo tiempo, mirando en perspectiva, rechazan la estratificación social en que vivieron. “Hoy pienso, qué injusto fue, porque éramos una fa-milia chilena, no podíamos ser amigos de los norteamericanos, por una parte, ni podíamos ser amigos de los mineros rol C, porque nuestro padre pertenecía al rol oro” (recuerdo de infan-cia de mujer que vivió en Caletones).

Las políticas de las empresas se centraban en el fortalecimiento de la familia como modo de proteger su estabilidad y de esta forma, la del mi-nero, asegurando así una fuerza laboral estable. Frecuentemente el oficio del padre se transmitía a los hijos y por generaciones eran mineros.

aislamiento GeoGráfico y relación entre Pares

Un factor determinante en el modo de ser y hacer del minero es la situación geográfica de su vivienda y faena laboral. Se traduce en el tiempo en un cierto desapego de su mundo familiar, social y de su comunidad, que si bien construye un entorno de contención afectiva y social, las redes familiares extendidas y de amistad se debilitan. Cuando se trata de reto-mar los lazos afectivos, si hay una instancia de acercamiento, estos deben reconstruirse con la dificultad de transar convicciones, prácticas sociales, formas de convivencia e incluso la identidad adquirida.

La fuerte interacción social entre los mine-ros, tanto en el mundo laboral como privado, puede generar una acentuada solidaridad a la vez que relaciones altamente conflictivas. Exis-ten muchos espacios de convivencia, clubes sociales, coros, clubes deportivos, asociacio-nes de mujeres en torno a diversos intereses. Este sentido de pertenencia trasciende en el tiempo, se activa periódicamente en reuniones de los mineros y sus familias que pertenecie-ron a los mismos centros laborales. Por ejem-

plo, personas que crecieron y trabajaron en la fundición Caletones se reúnen anualmente en una gran fiesta. Asimismo, antiguos mineros de las salitreras recorren la Pampa en un tren que parte de Iquique, deteniéndose en cada antigua oficina salitrera, llevan su “choca” y se entregan a revivir sus vidas y detener el tiempo por un día cada año.

La presencia del sentimiento de solidaridad e intensa interacción también puede explicar la gestación y fuerza de los sindicatos de la mine-ría. Ello de alguna manera justifica cierta pro-pensión a un grado de conflictividad laboral de mayor dimensión e impacto que en otros sec-tores económicos.

Las vivencias tan intensas, que no solamente se refieren al frente de trabajo sino a la vida pri-vada del minero en el campamento, hacen que se le confiera propiedades humanas a la mina; los mineros se refieren a ella personalizándola. A la mina se le han atribuido propiedades iden-tificadas con lo femenino: “la mujer y la mina se deben conquistar, son hermosas, guardan un tesoro, riquezas, metales de difícil acceso… la mujer y la mina son veleidosas, inconstantes, le abren su tesoro a quien ellas deciden, no quie-ren competir con otra figura femenina; el mine-ro frente a la mina debe ser fuerte, aguerrido, conquistador”. Así explican la superstición de fatalidad al entrar una mujer en la mina. Los mi-neros deben entrar solos, sin mujeres.

Ellos son marianos, devotos de la Virgen; re-latan que los pirquineros le quemaban dinero a la Virgen como ofrenda. Las patronas de los mineros son la Virgen de la Tirana de Tarapacá, la Virgen de la Candelaria de Atacama, la Virgen del Rosario de Andacollo.

el minero y el riesGo

Los riesgos del trabajo en las minas subte-rráneas, faenas a rajo abierto, plantas y fundi-ciones que los exponen a accidentes graves son aspectos intrínsecos del trabajo minero, a la vez que van modelando la identidad del minero e involucran también a su familia.

Desde las primeras etapas de la actividad minera esta labor ha sido sinónimo de esfuerzo

La pequeña minería está formada por productores que explotan principalmente minas de cobre y oro, aunque también hay faenas menores relacionadas con la minería no metálica. Algunos productores de la pequeña minería metálica tienen plantas para obtener concentrados y cementos de cobre, así como oro metálico y concentrados de oro. Foto: Nicolás Piwonka.

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extremo y muerte. Así, va surgiendo la imagen del minero que enfrenta el trabajo subterráneo, sus peligros, en una violencia cotidiana, forján-dose la representación viril y legendaria del mi-nero.

Es interesante destacar que, desde la Anti-güedad, es precisamente en la minería donde se perciben por primera vez las manifestaciones de daños severos de la salud en el mundo del trabajo. En Egipto y Grecia, se explotaban ya-cimientos de oro, plata, plomo, sin medidas de seguridad o higiene. Los trabajadores fallecían o se incapacitaban a consecuencia de acciden-tes y enfermedades del trabajo. Se describen

desde el siglo XVI, silicosis, tuberculosis, cáncer pulmonar producido por el mineral radioactivo incorporado a la roca silícea. Georgius Agrico-la en su magna obra póstuma De Re Metallica (1556) relata: “en las minas de los montes Cár-patos se encontraban mujeres que habían llega-do a tener siete maridos, a todos los cuales una terrible consunción los había conducido a una muerte prematura”. Puntualiza la necesidad de utilizar en las faenas mineras ventilación ade-cuada y máscaras. Once años después de esta publicación, Aureolus Theophrastus Bombastu Von Hohenheim, Paracelso, edita la primera mo-nografía relativa a enfermedades profesionales

de los mineros en canteras y fundiciones. Sus primeras inquietudes médicas tuvieron lugar en el ámbito de la minería. Paracelso es consi-derado el padre de la salud ocupacional.

En cualquier caso, la del minero constituye un modo de ser sin importar las condiciones en que se deba ejercer el oficio. Más que un traba-jo, es una forma de vida.

Vida en un camPamento minero

La vida en los campamentos mineros modifi-ca sustancialmente el proceso de socialización adquirido por la persona. En el mundo externo, la persona fija sus límites y grados de libertad. Los campamentos se han asimilado a la nomen-clatura de instituciones cerradas.6 Se ha men-cionado que en los campamentos predomina-ba el matriarcado, en el sentido que el minero permanecía los días completos en las faenas,

6 Erving Goffman. Asylums. Penguin Books, 1976.

mientras la mujer debía ocuparse de la familia, abastecimiento, trámites, y otros menesteres. La vida en un campamento minero es una varia-ble determinante en la definición de los rasgos psicológicos, de socialización e identidad de los mineros y sus familias.

Históricamente, pueden distinguirse al me-nos tres tipos de campamento minero:

Campamento minero antiguoSon asentamientos humanos con caracterís-

ticas determinadas por la cercanía de la fuente laboral, en este caso, los yacimientos. Histórica-mente, en Chile, desde mediados del siglo XIX hasta mediados del siguiente, son las salitreras del Norte Grande. En ellos estaba la Oficina, que proporcionaba servicios y ejercía la adminis-tración. Estos asentamientos responden a la necesidad de un ordenamiento territorial, con-centran a los trabajadores cercanos a los yaci-mientos, distantes de los centros poblados. Es interesante observar cómo estas condiciones

En el cordón montañoso de la cordillera de los Andes se instalaron hombres que no trepidaron en excavar sus entrañas en la búsqueda silenciosa del mineral que les permitiera alcanzar un sueño de grandeza. Foto: Luis Ladrón de Guevara.

En este pequeño rancho, donde vive una familia extensa, trabajadores de una pequeña mina nortina concurren a diario a almorzar y platicar. Foto: Claudio Pérez.

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282 liliana muñoz rioseco 283mineros de ayer y hoy

de vida generan relaciones sociales solidarias, redes de apoyo, un sentimiento de compartir la precariedad de esa vida. Allí los mineros apren-dieron a convivir con las etnias de los márgenes fronterizos, a compartir los riesgos del traba-jo minero, identificándose con las desventuras provenientes del riesgo de los demás.

Campamento minero medioCorresponde a la pequeña y mediana mine-

ría del cobre y salitre, entre 1960 y 1980. Son poblaciones de entre 100 y 500 trabajadores. El dueño del asentamiento concentra a los tra-bajadores en la ciudad o en pueblos cercanos y deben viajar diariamente a la faena.

En la pequeña minería, se trataba mayorita-riamente de operaciones temporales determi-nadas por el laboreo de desechos de la mediana minería.

Nuevo campamento mineroEste tipo de campamento emerge en la dé-

cada de los noventa, con la puesta en marcha de tres proyectos de cobre de la gran minería: Cerro Colorado, Doña Inés de Collahuasi y Que-brada Blanca, en la provincia de Iquique. La do-tación de personal es aumentada con la exis-tencia de subcontratistas.

La modalidad de trabajo en turnos siete por siete –siete días de trabajo y siete de des-canso en la ciudad–, genera una dinámica de relaciones interpersonales entre los mineros completamente distinta de los antiguos sis-temas. La interacción con la familia también experimenta cambios. Es frecuente observar que el alejamiento del minero lo hace sentir-se extraño en el núcleo de la familia, ya que aquella ha adquirido una rutina de la cual él no participa.

sewell

Uno de los campamentos mineros más em-blemáticos del país es el de Sewell, ubicado a 85 kilómetros al sur de Santiago. Desde su creación en 1905 y durante casi un siglo, fue el principal centro habitacional de El Tenien-te. Su denominación como campamento fue evolucionado gradualmente desde El Estable-cimiento, en 1905-1906, hasta su designación definitiva, Sewell, en 1915. En julio de 1997, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.7 Los fundamentos de esta designa-ción fueron su valor patrimonial en el plano minero-industrial, su particular arquitectura, los aspectos culturales relacionados con la

7 El Correo de la Unesco, Septiembre de 1997.

subcultura minera, y la prolongada conviven-cia de chilenos y norteamericanos. También fue considerado “ejemplo excepcional de las ciudades implantadas” por empresas indus-triales del siglo XX.

A Sewell se le ha llamado “ciudad de las escaleras”. Su estructura urbana está defini-da básicamente por la gran Escalera Central, columna vertebral que cruza todo el campa-mento y el espacio público en el cual pequeñas plazuelas se abren a su paso. Desde la escalera, nacen numerosas vías peatonales, que permi-ten el acceso y la circulación entre las vivien-das y edificios donde están las oficinas. Tiene la gran particularidad de haber sido una de las pocas ciudades exclusivamente peatonales en el mundo.

Sewell es una ciudad minera enclavada en pleno desnivel de la cordillera de los Andes, a 2.140 msnm. La ciudad alcanzó su máximo esplendor en 1960, cuando la población llegó a 15 mil habitantes. Actualmente se encuentra deshabitada, pues sus residentes fueron trasladados a Rancagua a principios de los ochenta. Foto: Jack Ceitelis.

En las anchas avenidas del campamento un perro callejea sin rumbo, una mujer da la espalda a los cerros y observa un letrero; otra, con andar recto sigue su camino: es domingo. Chuquicamata tuvo una población que en su momento superó los 20 mil habitantes y consiguió gran complejidad y fuerte identidad urbana; albergó, en niveles competentes de habitabilidad, funciones residenciales complementarias de las actividades productivas, con relaciones de interdependencia y proximidad respecto de la posición de los recursos mineros. Fue construida con tecnologías de avanzada, dotada de buenas viviendas, equipamientos y servicios. Foto: Claudio Pérez.

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284 liliana muñoz rioseco 285mineros de ayer y hoy

Urbanísticamente, el primer periodo es de-nominado “ciudad dispersa”, hasta consolidar-se como “ciudad madura” en la década de los sesenta. Entre 1960 y 1980, comienzan a apa-garse paulatinamente sus luces, dando lugar a la Operación Valle. Las familias “tenientinas” son trasladas de Sewell a Rancagua. Es el co-mienzo de un periodo de vida para los “tenien-tinos” substancialmente diverso, al integrarse a la vida urbana en la capital regional.8

muJeres en la minería

Las mujeres han tenido un importante pro-tagonismo en la minería chilena desde el siglo XIX. En las oficinas salitreras de la pampa, ellas tenían los oficios de modistas, listeras, canti-neras, desempeñaban trabajos domésticos, en pulperías y chinganas o ejercían la prostitución. Desde las sombras, participaban en la esfera sindical, aunque sin aparecer en primer plano, sino asesorando a sus maridos. También colabo-raban activamente en la realización de huelgas. Famosas son al respecto las “cocinas apagadas”: las mujeres no permitían que funcionaran las cocinas en los días de huelga, si veían una coci-na encendida la apagaban con agua a través de la chimenea, por lo tanto los mineros no podían trabajar (referencia oral de mujer pampina). En el cierre del mineral de Lota, 1996-1997, las mu-jeres realizaron una marcha de Lota a Concep-ción y posteriormente una huelga de hambre.

En el Mineral de El Teniente, a comienzos de 1900, las mujeres subían solas al yacimien-to o como parte de la familia, en carretas, para trabajar en labores domésticas, atender mesas como cantineras o dar pensión a mineros en los campamentos de Sewell. En la Braden Cooper, se permitió la incorporación de las mujeres a cargos administrativos en caso de fallecer el marido en accidente. Posteriormente se amplió a servicios a la producción.9

En el siglo XX, paralelo a la incorporación de la mujer en forma activa en la sociedad chilena, van ganando espacios, logrando mayor presen-

8 Revista Arquitectura Panamericana, 1, 1992.9 María Celia Baros. El Teniente. Los hombres del mineral. Tomo I:

1905-1945 y Tomo II: 1945-1995. Codelco, 2000.

cia y poder. En el sector minero, han aumenta-do paulatinamente su participación tanto en la-bores operativas como en cargos ejecutivos. En un comienzo únicamente trabajaban en cargos administrativos, como educadoras, telefonis-tas, escribientes, enfermeras.

Es importante destacar que hasta hace al-gunos años la minería había sido una labor predominantemente masculina, en gran par-te, por su esencia. Además, se ha catalogado la administración de las empresas mineras como “machista”. Es interesante recordar la ancestral superstición de que a la mina no pueden entrar mujeres; hay una yeta, porque ésta se pone ce-losa, se desquita echándose a perder, aguándo-se o provocando muertes y derrumbes. En los relatos se recuerdan recurrentemente estos episodios. También se dice que ellas debían vestirse lo más parecido a los hombres cuando trabajaban en terreno.

En la segunda mitad del siglo XX, comienzan a incorporarse mujeres a los niveles operacio-nales; participan en los planes de descontami-nación, en las finanzas; conducen LHD;10 algunas se desempeñan como geólogas e ingenieras de minas. Así, por ejemplo, en la mina Gabriela Mistral, trabajan directamente en operaciones ligadas a la producción un 24% de mujeres. Le-jos ha quedado el tiempo en que solo podíamos ver a una mujer “pallaqueando” los desmontes de Punta del Cobre, con su nieta que le llevaba la “choca” a mediodía.

En el mundo sindical, también la mujer ha ganado mayor participación. A inicios de los años noventa, se elige la primera presidenta de un sindicato minero de Chuquicamata.11 En las relaciones con las comunidades, juegan un rol protagónico en la defensa del medio am-biente. Finalmente, en materia de responsabi-lidad social empresarial, las mujeres articulan proyectos relativos al cuidado del medio am-biente, de las personas, al desarrollo comuni-tario, al manejo de riesgos profesionales, entre otros.

10 LHD, del inglés Load Haul-Dump, que corresponde a los carga-dores frontales de alto tonelaje utilizados en la minería.

11 “Sindicalismo femenino, mujeres en la minería”. Revista Área Minera. Mayo de 2008.

niños baJo la sombra

Quinientos mil niños y adolescentes traba-jan en la Minería Artesanal en América Latina, según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).12 La OIT define esta actividad como un trabajo pesado, carente de normas de sanidad y seguridad, causante de ausentismo escolar, desnutrición, intoxicación crónica. Los

12 Organización Internacional del Trabajo. Trabajo infantil y pue-blos originarios en Chile. Regiones Tarapacá y Araucanía. OIT y Colegio de Profesores de Chile A.G., 2006.

niños juegan roles de adultos sin la posibilidad de avanzar hacia la madurez en forma normal. En Perú ayudan a sus madres en la selección de desmontes. Luego comienzan a apoyar en la extracción del mineral de túneles, transporte a superficie. En Chile, los niños han trabajado en el sector informal en las minas de carbón como chinchorreros; recuperan carbón con un palo y una red que flota en el mar.

En contraste con este panorama, son esti-mulantes las iniciativas destinadas a entregar conocimiento a los niños chilenos respecto al

Niños llevando la merienda a sus padres, tradicional escena minera que, con menos frecuencia, aún se mantiene. Foto: Luis Ladrón de Guevara.

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286 liliana muñoz rioseco 287mineros de ayer y hoy

país minero al que pertenecen. Con este pro-pósito, en 2008 se suscribió un convenio entre la compañía minera Xstrata y la Junta Nacional de Jardines Infantiles (Junji) para que los niños y niñas se familiaricen con la actividad minera ac-tual y descubran su relevancia en la economía, historia y cultura del país.

mineros de ayer y hoy

Ayer, el minero artesanal, el pirquinero, se-guía la veta; su trabajo, el “pirquén”, era artesa-nal; la explotación era realizada con elementos primarios, palas, martillos, picota, obteniendo pequeñas producciones, extrayendo las partes más ricas de la veta. Hoy, el minero que trabaja en la mediana y gran minería enfrenta su labor con un creciente grado de mecanización y so-fisticación tecnológica.

En realidad, los mineros artesanales presen-tan rasgos, que en otro contexto serían iden-tificados como fenómenos alucinatorios. Sus relatos orales están plagados de poderosas imágenes: “Anoche no dejaron dormir en toda la noche, vaciaban las carretillas en los buzo-nes”, “iluminaban el socavón, el cerro retumba-ba” (recuerdo de un antiguo minero de Tierra Amarilla). En ellos se describen las exploracio-nes en terreno de ingenieros de minas y mi-neros como viajes fantasmagóricos en los que se transportaban carpas en mulas o caballos, con gallinas vivas para tener huevos frescos. Los mulares cruzaban el desierto, trasladando “sopletes a la piedra”, para detectar el mineral según su color. Las apreciaciones eran sorpren-dentemente exactas. Se trataba de pequeños laboratorios transportables; trabajaban con un fuerte potencial creativo.

Cabe preguntarse cómo será el minero del mañana. Sin duda su perfil estará definido por la evolución de la sociedad industrial chilena, los avances de la tecnología del sector, las leyes del mercado, las leyes de tributación sobre la renta, las ventajas comparativas con países vecinos de semejante potencial minero para atraer al inversionista extranjero. Asimismo, una parte significativa de la minería chilena estará predo-

minantemente a cargo de empresas extranje-ras, que explotarán mega yacimientos.

Nuevos minerales y subproductos se suman a los que han predominado hasta hoy en nues-tra minería. En otras latitudes, se descubren nuevas vetas en el océano, se hace la descrip-ción de nuevos ductos en zonas de elevada ac-tividad sísmica por fallas que recorren la mitad del Océano Atlántico. En Chile, las prospeccio-nes en el fondo oceánico detectan depósitos de oro, plata, cobre, zinc, plomo y manganeso.13 Las prospecciones mineras en el país vaticinan buenas perspectivas. Todos estos factores y aquellos por venir configuran un perfil del mi-nero que se aleja del que transitó en los últimos dos siglos en el país.

No obstante, los mineros de hoy sostienen que esa mirada a las riquezas minerales de la superficie y profundidades terrestre y marina perdurará en su atracción por el diálogo con las ciencias de la Tierra.

Bibliografía

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Darwin, Charles. Darwin en Chile (1832-1835). Viaje de un natura-lista alrededor del mundo (1995). Edición preparada por David Yudilevich y Eduardo Castro. Editorial Universitaria.

Goffman, Erving (1976). Asylums. Penguin Books.Instituto Nacional para la Seguridad y Salud Ocupacional, NIOSH,

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pueblos originarios en Chile. Regiones Tarapacá y Araucanía. OIT y Colegio de Profesores de Chile A.G.

Servicio Nacional de Geología y Minería, Sernageomin. Serna-geomin, 2006.

13 “La tecnología permite la minería submarina”. Revista Área Mi-nera. Abril de 2009.

La dieta del minero lotino partía con un caldillo, pan amasado con chicharrones, te o café; dentro de la mina llevaba el manche, normalmente una charra (cantimplora de latón) con agua de machitunes (agua de hierbas) y un sándwich de carne, chicharrones, pescado o mortadela. Al salir, un poco de vino con harina para aclarar la garganta, una carbonada, cazuela o pescado frito y pan. Foto: Nicolás Piwonka.

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Piezas de arte y retratos de

mineros

Vitral de la minería

Mural Historia de la Minería Chilena

Grabados a buril y aguatinta

Rostros de la pequeña minería

En el edificio existen dos series figurativas. La primera de ellas –correspondiente a ocho vidrieras instaladas en la cúpula– muestra de mane-ra simbólica y en un mismo esquema compositivo, diver-sos motivos concernientes al trabajo y la producción: cien-cia, minería, arte, transporte, comercio, ahorro, industria y agricultura.

Para representar la activi-dad minera aparece, en genu-flexión, la figura de un varón que empuña con fuerza en su mano derecha una herramienta metálica, al tiempo que con la izquierda afirma un bloque de roca negra como de carbón. El diseño de su rústica vestimen-ta tiene un tono pardo rojizo. De aspecto juvenil y manso, el rostro del trabajador posee finas facciones y barbilla. Jun-to al trabajador se muestran diversas herramientas propias de la faena extractiva como palas y picotas. Tras la figura se levanta en forma ondulante un paño de la vestimenta, es-quema que se repite en todas las obras.

La figura y sus elementos distintivos se representan en el marco de una hornacina clasi-cista recurrente en los vitrales; lo mismo ocurre con el tono amarillo de fondo y la inscrip-ción al pie de ésta, que en este caso destaca la actividad de la minería.

Vi t r a l d e

l a mi n e r í a

Sede banco BBVA

En la antigua sede de la Caja de Crédito Hipotecario, construida en 1912, y actual edificio corporativo del banco BBVA, ubicado

en la calle Huérfanos, entre Teatinos y Morandé, se encuentra uno de los más glamorosos conjuntos de vitrales conservados en

Chile y, a la vez, uno de los mejores ejemplos del art nouveau. Las vidrieras son obra del taller de Charles Champigneulle, prestigiosa

firma francesa de aquella época, especialmente dedicada a la creación de vitrales y a la decoración en este estilo.

289Piezas de arte y retratos de mineros

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mu r a l Hi s t o r i a d e l a mi n e r í a CH i l e n a

Alexander Sutulov

Emplazado en el nuevo edifi-cio de Ingeniería Metalúrgica de la Universidad de Concepción y levantado en agosto de 2005, este mural fue realizado por Alexander Sutulov, artista nacional especiali-zado en medios digitales. La obra se concibe a partir de una cos-movisión que comprende más de 4.000 años de historia minera en la que el cobre es el protagonista principal, y que abarca desde las culturas prehispánicas hasta la re-volución industrial, como preám-bulo de la gran minería. En sus más de 13 metros de altura se proyecta también, de manera vertical, una visión orgánica de El Teniente, la mina subterránea más grande del mundo. En su conjunto, todas las partes del mural ilustran una visión de futuro donde destaca particularmente el desarrollo de la investigación científica.

La iniciativa del mural nació en 1997, en el marco del pro-grama “Ciencia y Tecnología” del Ministerio de Minería. Esto coincidió con una solicitud que la Escuela de Ingeniería Me-talúrgica de la Universidad de Concepción hizo a Alexander Sutulov para el diseño de un mu-ral que ilustrara la historia de la minería, destinado al nuevo edi-ficio en construcción. El proyec-to original contempló un primer mural itinerante que se exhibiría en 12 países relevantes para la minería chilena y un segundo mural, que es el exhibido en la Universidad de Concepción. Poco más de un año después de inaugurado el nuevo edificio, se materializó la obra.

Aspecto inédito del mural es su carácter iconográfico a partir de un soporte digital. Todos los elementos fotográficos, collages, dibujos, aguadas, diseños vecto-riales y otros fueron integrados y coloreados de manera digital. Con una impresión hecha con tecnología de tintas Ultra Chro-me sobre un sustrato de algodón, representa una obra gráfica a gran escala sin precedentes.

291Piezas de arte y retratos de minerosPiezas de arte y retratos de mineros290

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Piezas de arte y retratos de mineros292 Piezas de arte y retratos de mineros 293

Gr a b a d o s a b u r i l y a G u a t i n t a

Claudio Sanz Chávez

Es el mundo de la búsqueda y del hallazgo, es la actividad esforzada que atrae en su intensidad de vivir y trabajar los escenarios de dura geología. Imagino mundos posibles al construir una memoria que funde en el arte una identidad donde el minero sea parte esencial de nuestra nación.

Alegoría de la cavernaMirada desde el interior de un nivel cuyo motivo es la percepción del espectador desde dentro de un caserón minero.

ColperoLas colpas (grandes piedras mineralizadas) que el colpero selecciona y carga.

Chiflón. La bajada a pie por un chiflón en 45 grados de pendiente.

El hombre y su escenarioLugar minero de mitos y quimeras en la búsqueda de su propia riqueza.

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rostros de la Pequeña minería

Fotografías: Nicolás Piwonka Z.

En todos estos rostros captados por el ojo agudo del fotógrafo está la marca del trabajo, la vivencia cotidiana de la mina. Como señala Liliana Muñoz Rioseco en su ensayo sobre los mineros de ayer y hoy, incluido en este libro, “Los mineros han constituido, desde los inicios de esta actividad productiva, un sector especial entre los trabajadores. Están envueltos en una mitología; sus historias de vida, desde las primeras explotaciones, impresionan como leyendas, particularmente en la pequeña minería y minería artesanal. Se visualizan como personas expuestas al riesgo, más que otros trabajadores, viviendo en el aislamiento de los campamentos mineros, en regiones desérticas, en zonas de altura, alejados de los centros urbanos”. Afortunadamente, en las últimas décadas, los avances tecnológicos y el consiguiente mayor grado de mecanización, así como la creciente conectividad del país, han contribuido notablemente a mejorar sus formas de vida.

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Piezas de arte y retratos de mineros300 301enami en la historia de la Pequeña y mediana minería en chile

Foto: Claudio Pérez