CATEQUESIS LA MUERTE

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PERSPECTIVA CATOLICA DE LA MUERTE

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Caracas, 09 de noviembre del 2007

Caracas, 13 de diciembre del 2011Colegio Tirso de Molina

Catequesis de Confirmacin

1.- El Destino 2.- El ms all 3.- La Muerte 4.- El Purgatorio

EL DESTINO

Vivimos en la tierra, de paso como turistas, nuestra meta final es la vida eterna. Salvacin Eterna o condenacin eterna. No hay estado intermedio, el purgatorio es slo una etapa transitoria de purificacin. Aunque nos cueste creer, nuestro destino es ver a Dios o a Satans cara a cara eternamente.Nos ensea el Apstol: Ahora vemos como en un espejo, confusamente; despus veremos cara a cara. Ahora conozco todo imperfectamente; despus conocer como Dios me conoce a m, (1Cor. 13:12). A quin veremos, todo depende donde vayamos: al cielo o al infierno.

Todo lo que puede frenar u obstaculizar nuestra salvacin eterna es una maldicin. El joven rico se retir triste porque posea muchos bienes y no estaba dispuesto a despojarse de ellos para seguir a Jess que lo invitaba: Si quieres ser perfecto, le dijo Jess, ve, vende todo lo que tienes y dalo a los pobres: as tendrs un tesoro en el cielo. Despus, ven y sgueme". Al or estas palabras, el joven se retir entristecido, porque posea muchos bienes, (Mt. 21-22).

De qu sirve ser ricos o famosos si perdemos el alma? Alguien heredar nuestras riquezas y nosotros nos iremos con las manos vacas: Dios le dijo: 'Insensato, esta misma noche vas a morir. Y para quin ser lo que has amontonado?, (Lc. 12:20).

Alejandro Magno (356-323 A.C.) - rey de Macedonia (336-323 A.C.) conquistador del Imperio Persa, y uno de los lderes militares ms importantes del mundo antiguo, encontrndose al borde de la muerte, convoc a sus generales y les comunic sus tres ltimos deseos: 1.- Que su atad fuese transportado por los ms eminentes mdicos de la poca. 2.- Que fueran esparcidos por el camino hasta su tumba los tesoros que haba conquistado (plata, oro, piedras preciosas, etc.) 3.- Que sus manos quedaran balancendose en el aire, fuera del atad, a la vista de todos. Uno de sus generales, admirado por tan inslitos deseos, le pregunt a Alejandro cuales eran sus razones. Alejandro explic: 1.- Quiero que los ms eminentes mdicos carguen mi atad para mostrar que ni ellos tienen, ante la muerte, el poder de curar. 2- Quiero que el suelo sea cubierto por mis tesoros para que todos puedan ver que los bienes materiales aqu conquistados, aqu permanecen.3- Quiero que mis manos se balanceen al viento, para que las personas puedan ver que vinimos con las manos vacas, y con las manos vacas partimos.La riqueza puede ser escalera al cielo o al infierno; bendicin o maldicin. Todo depende si la usamos para la gloria de Dios o slo para bienestar personal. Con la riqueza se puede hacer mucho bien, se puede apoyar la evangelizacin para que el Nombre de Cristo sea conocido en nuestra tierra y en todo el mundo. Conscientes de que todo don perfecto proviene de Dios, con un corazn agradecido podemos compartir las riquezas a manos llenas con los necesitados. Por este motivo Dios nos pide el diezmo de nuestros bienes y de nuestro tiempo. Nos regala 90 y nos pide 10, para que podamos mostrar nuestra gratitud y desprendimiento. La riqueza puede frenar mi salvacin si no la usamos adecuadamente. Jess dijo: "Les aseguro que difcilmente un rico entrar en el Reino de los Cielos. S, les repito, es ms fcil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de los Cielos", (Mt. 19:23-24). Jess no se refera al ojo de la aguja de coser. Las grandes ciudades antiguas estaban rodeadas de muros elevados como proteccin, con un portn grande de ingreso a la ciudad. Este portn grande se cerraba por la noche. Con el trmino "ojo de aguja" se referan a una pequea puerta que se encontraba al costado del portn principal, para que la gente comn pudiera salir e ingresar a la ciudad sin tener que dejar la puerta principal abierta a toda hora. Para que un camello entre por esa pequea puerta lateral, tendra que despojarse de la carga que llevaba en sus espaldas, arrodillarse y arrastrarse a travs de la puerta. As Jess estaba comparando a las posesiones de los ricos como carga sobre ellos, que no les permita ingresar al cielo, cuya puerta es estrecha: (Mt. 7:13). Porque no estn dispuestos a cambiar, arrodillarse ante Dios con humildad y despojarse de sus bienes a los cuales estn apegados.Meditemos cul es nuestra actitud ante las riquezas que poseemos?, Son una bendicin o maldicin para nosotros? Somos capaces de despojarnos, ponernos de rodilla delante de Dios, reconocindolo como dueo y soberano de todo? O como el joven rico, nos ponemos tristes ante la necesidad de despojarnos y compartir?EL MS ALLLos testimonios sobre Jess no se detienen en la tumba; afirman quela cosa tuvo su continuacin. Jess estaba convencido de un ms allde la muerte; si no, la eleccin que hizo de aquel camino hubiera sidoabsurda. El paso a travs de la muerte, que provocara su propioflorecimiento, lo vea tambin como el lugar en que se realizara lafloracin de vida para toda una multitud: era el modo que l habadescubierto para que pudiera comunicarse a todos el dinamismo delReino. Los testigos nos dicen: Jess ha resucitado. Le hemos vuelto aver vivo.De esta conviccin nacieron los cristianos: sin ella, jams hombres ymujeres se hubieran puesto en camino siguiendo a Jess. Todohubiera quedado en las sombras de la muerte. Dice el evangelio: Tanto am Dios al mundo que envi su hijo nico, para que el que crea en l no perezca, sino que tenga Vida Eterna (S. Juan 3). Las palabras Vida Eterna significan que despus de la vida presente habr otra vida que no se acabar nunca. Pablo afirma: Los que se libran de los pecados y hacen obras de santidad, tendrn como fin, la Vida Eterna (Rom. 6,22). LA MUERTELa muerte es la separacin del alma y del cuerpo. Muy importante es para los ojos de Dios la muerte de los que lo aman (Salmo 115,15).La novedad de la muerte cristiana est en que es una ganancia, como lo dijo San Pablo: para m la muerte es una ganancia (Fil.1,21) porque si hemos muerto con Cristo, tambin viviremos con l (2 Tim. 2,11). La muerte es el fin de la peregrinacin o viaje difcil del ser humano por la tierra. Est determinado que el ser humano muera una sola vez y que enseguida venga el Juicio (Hebr. 9,27). No hay reencarnacin (1013). Al final de nuestra vida seremos examinados acerca del amor que hayamos tenido (hacia Dios y hacia el prjimo). Los que mueren en gracia y amistad de Dios, pero no estn perfectamente purificados, aunque estn seguros de su eterna salvacin, sufren despus de la muerte una purificacin, a fin de obtener la santidad necesaria para entrar en la alegra del cielo (1030). Jess habla con frecuencia del infierno (gehena) y del fuego que nunca se apaga ( Mat.5,29. Mc 9,48) y dice que un da enviar a sus ngeles y recogern a todos los que se dedican a hacer el mal y los echarn al horno ardiente (Mat.13, 42) y que a los que no quisieron hacer obras de caridad les dir: Vayan malditos al fuego eterno (Mat 25,41) (1034). La pena principal del infierno consiste en la separacin eterna de Dios en quien nicamente puede encontrar su felicidad la criatura humana (1035). La noticia de que hay un infierno es un llamamiento a la responsabilidad. Es una invitacin a la conversin. Dios no predestina a nadie a irse al infierno. Para condenarse es necesario vivir en pecado mortal y querer seguir en l. San Pedro deca: Dios quiere que nadie perezca y que todos lleguen a la conversin (2 Pedr.3,9).Sabes cmo responder cuando alguien dice queEL PURGATORIO no es mencionado en la Biblia,as que las enseanzas de la Iglesia al respecto son invlidas?

Muchos protestantes rechazan la enseanza de la Iglesia Catlica sobre el Purgatorio (un estado de purificacin espiritual posterior a la muerte y previo a nuestro ingreso en el Cielo), argumentando que no es bblica. Una de las ms directas referencias al Purgatorio en la Biblia la encontramos en 2 Macabeos 12,43-46, donde se describe cmo el gran lder judo, Judas Macabeo, "hizo una colecta entre los soldados y reuni dos mil dracmas de plata, que envi a Jerusaln para que ofrecieran un sacrificio por el pecado. Actu recta y noblemente, pensando en la Resurreccin. Pues si l no hubiera credo que los muertos haban de resucitar, habra sido ridculo y superfluo rezar por ellos. Pero, creyendo firmemente que a los que mueren piadosamente les est reservada una gran recompensa, pensamiento santo y piadoso, ofreci el sacrificio expiatorio para que los muertos fueran absueltos de sus pecados". Si es una cosa "recta y noble" orar por los muertos, esto tiene que referirse a personas que experimentan lo que la Iglesia Catlica llama el Purgatorio-porque quienes estn en el Cielo no necesitan nuestras oraciones y los que estn en el Infierno estn ms all de la ayuda de nuestras oraciones.

Cabe sealar, sin embargo, que muchos protestantes rechazan este argumento por la sencilla razn de que consideran el Libro Segundo de los Macabeos (y otros seis libros ms del Antiguo Testamento) como apcrifos, esto es, no como parte autntica de la Biblia.

Respuesta catlica:

Segn el Catecismo de la Iglesia Catlica: "Los que mueren en la gracia y en la amistad de Dios, pero imperfectamente purificados, aunque estn seguros de su eterna salvacin sufren despus de su muerte una purificacin, a fin de obtener la santidad necesaria para entrar en la alegra del Cielo" (# 1030). Todos los pecados causan un dao espiritual al pecador y ste debe ser completamente reparado antes de que entre al Cielo. Nuestros actos de amor y las buenas obras libremente escogidas as como nuestros sacrificios aqu en la tierra pueden iniciar e incluso concluir este proceso durante nuestra vida terrena, pero si esta experiencia de curacin y purificacin no es completa para cuando hayamos muerto, deber proseguir en el mundo futuro. Esto es a lo que la Iglesia se refiere como Purgatorio (que proviene de la palabra purgatio, que significa limpiar o purgar-porque en el Purgatorio somos purificados de los efectos de nuestros pecados).

Pasajes de la Escritura que sustentan el punto de vista catlico:

Apocalipsis 21,27 - "Pero nada manchado entrar en ella, nadie que practique la maldad o la mentira; slo los inscritos en el libro de la vida que tiene el Cordero." Comentario: Cualquiera que est manchado por el pecado es indigno e incapaz de entrar en el Cielo-y puesto que esto incluye a cualquiera, excepto a Jess y la Virgen Mara, obviamente debe haber algn modo en el que los pecadores puedan ser purificados a fin de entrar al Reino (incluyendo aquellos cuyas vidas no sean lo suficientemente largas para completar este proceso mientras estn en la tierra).1 Corintios 6,9 - "O es que no saben que los malvados no tendrn parte en el reino de Dios?" Comentario: El Cielo no est garantizado para todos, sino slo a quienes se hagan dignos de l.

Mateo 18,34 - En la parbola del oficial del rey que se rehus a perdonar una pequea deuda que le deban, an cuando su amo le perdon primero una deuda mucho ms grande que tena con l, "su seor, muy enojado, lo entreg para que lo castigaran hasta que pagara toda la deuda." Comentario: Jess obviamente habla de manera simblica, porque nadie puede ganar dinero para pagar una deuda monetaria estando en prisin. Al dar esta enseanza sobre la necesidad de perdonar a otros, Nuestro Seor se est refiriendo, de hecho, al Purgatorio.

Lucas 12,58-59 - "Cuando vayas con tu adversario para comparecer ante el magistrado, procura arreglarte con l por el camino, no sea que te arrastre hasta el juez, el juez te entregue al guardia y el guardia te meta en la crcel. Te digo que no saldrs de all hasta que hayas pagado el ltimo centavo." Comentario: De nuevo, Jess habla simblicamente (porque el simple hecho de pasar un tiempo en prisin no saldar una deuda monetaria). Tratar de arreglar las cuentas camino a la corte significa aqu reparar por nuestros pecados mientras an estamos en la tierra, antes de enfrentar el juicio de Dios-y la prisin no puede referirse al Infierno, porque nadie podr salir nunca de all.

Filipenses 2,10 - "para que ante el nombre de Jess se doble toda rodilla en los cielos, en la tierra y en los abismos..." Comentario: "en los abismos" puede entenderse como una referencia al Purgatorio-cuyos habitantes, a diferencia de los del Infierno, mantienen su fidelidad a Cristo.

Judas 23 - "a unos, slvenlos arrancndolos del fuego..." Comentario: Slo Cristo puede salvar a la gente del fuego del Infierno, pero nuestras oraciones y sufragios pueden ayudar a quienes sufren en el Purgatorio.

Apocalipsis 6,9-11 - "Cuando el Cordero rompi el quinto sello, vi debajo del altar, con vida, a los degollados por anunciar la palabra de Dios y por haber dado el testimonio debido. Y gritaban con fuerte voz, diciendo: Seor, que eres santo y siempre dices la verdad, cundo nos hars justicia y vengars la muerte sangrienta que nos dieron los habitantes de la tierra? Se les entreg entonces un vestido blanco a cada uno y se les dijo que esperaran todava un poco..." Comentario: Incluso las personas justas pueden necesitar purificarse de ciertas faltas, tales como el deseo de venganza (que es contrario a la enseanza de Cristo del perdn). El hecho de que estas personas estn debajo del altar indica que an no han alcanzado una membresa plena del Reino.

Algunos pensamientos finales

San Juan Crisstomo (f. 407) escribi: "Ayudemos y recordmosles [a los muertos]. Si los hijos de Job fueron purificados por el sacrificio de su padre, por qu habramos de dudar de que nuestros sufragios por los muertos les traen alguna consolacin? No dudemos en ayudar a los que han muerto y ofrezcamos oraciones por ellos." El poder del amor se extiende ms all de la muerte y as, nuestras oraciones de algn modo pueden ayudar a las personas en el Purgatorio y nuestros esfuerzos a favor de ellas seguramente complacen a Dios.