Cartas santa teresa de ávila

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  • 1.CARTAS PRIMER PERODO LA INFANCIA (abril 1877-noviembre 1886) Cta 1 A Luisa Magdelaine 4 de abril de 1877 Querida Luisita: No te conozco, pero es igual, te quiero mucho [1v]. Paulina me ha dicho que te escriba; me tiene sobre sus rodillas, pues yo no s ni siquiera sostener el palillero. Quiere que te diga que [2r] soy una perezosilla, pero no es cierto, porque trabajo todo el da haciendo travesuras a mis pobres hermanitas; en una palabra, que soy un diablillo que est siempre rindose [2v]. Adis, Luisita. Te mando un beso muy fuerte. Saluda de mi parte a la Visitacin, es decir a sor Mara Luisa2 y a sor Luisa de Gonzaga, pues no conozco a nadie ms. Teresa Cta 2 A Juana y Mara Gurin 12-17 de abril de 1877 Queridas primitas: Ya que os escribe Celina, yo tambin quiero escribiros para deciros que os quiero [1v] con todo mi corazn. Me gustara mucho veros y daros un beso. Adis, queridas primitas. Mara ya no quiere seguir llevndome la mano, [2r] y yo no s escribir sola. Teresa Cta 3 A Mara 10-17 de junio de 1877 Querida Marita: Un abrazo de todo corazn, y a Paulina tambin. Teresa

2. Cta 4 A Mara Gurin 16 de septiembre de 1877 Querida Marita: Un abrazo con todo mi corazn. Tu carta me ha gustado mucho. Me alegra mucho ir a Lisieux. Tu primita, Teresa Cta 5 A Paulina Lisieux, 26 de junio de 1878 Querida Paulina: Mara Gurin est en el campo desde el lunes, pero yo me lo paso bien, sola mi ta. Estuve comprando medias grises con mi ta, y la seora me dio unas perlas. Me he hecho una sortija con ellas. Adis, Paulinita querida. Muchos besos a pap y a Mara de mi parte. Un abrazo de todo corazn. Tu hermanita, Teresa Cta 6 A Paulina 1 de diciembre de 1880 Querida Paulina: Me alegro mucho de escribirte, he pedido permiso a nuestra ta. Cometo muchas faltas, pero t conoces bien a tu Teresita y sabes muy bien que no soy nada hbil. Dale un gran beso a pap de mi parte. He sacado cuatro puntos buenos el primer da, y cinco el segundo. [v] Un abrazo de mi parte a la seorita Paulina. Estoy muy contenta, porque ya sabes que estamos en casa de nuestra ta. Mientras Mara hace las cuentas, yo me divierto pintando unas lminas muy bonitas que me ha dado nuestra ta. Hasta la vista, querida Paulinita. Tu Teresita que te quiere. Cta 7 A Paulina 3. 4 (?) de julio de 1881 Querida Paulina: Me alegro mucho de escribirte. Te deseo un feliz da de tu santo, pues no te pude felicitar el mircoles, da de tu santo. Espero que lo pases muy [1v] bien en Houlgate. Quisiera saber si has montado en burro. Te agradezco mucho que me hayas dado vacaciones mientras ests en Houlgate. Me gustara mucho que, si escribes a Mara, me pongas tambin a m unas letritas. Si supieras! El da de santa Domitia, nuestra ta me puso un cinturn de color rosa, y ech [2r] flores a santa Domitia. No ensees mi carta a nadie. Adis, querida Paulinita. Un abrazo con todo mi corazn. Da un beso de mi parte a Mara Teresa y a la pequea Margarita. Tu Teresita que te quiere. Cta 8 A Celina (Fragmentos) Domingo, 23 de abril de 1882 Querida Celinita: Te quiero mucho, bien lo sabes... Adis, querida Celinita. Tu Teresita que te quiere con toda el alma. Teresa Martin Cta 9 A la madre Mara de Gonzaga noviembre-diciembre de 1882(?) Querida Madre: Hace mucho tiempo que no la he visto; por eso me alegro mucho de escribirle para contarle mis cosillas. Paulina me ha dicho que usted estaba de ejercicios, y quiero pedirle que ruegue al Nio Jess por [1v] m, pues tengo muchos defectos y quisiera corregirme. Tengo que confesarme con usted. De un tiempo ac, contesto siempre que Mara me manda hacer alguna cosa. Parece que cuando Paulina era pequea y se excusaba ante mi ta de Le Mans, sta le deca: Tantos agujeros, tantas clavijas, pero yo soy todava mucho peor. Por eso, quiero corregirme y en cada agujerito poner [2r] una linda florecilla que ofrecer al Nio Jess para prepararme a mi primera comunin. Verdad, querida Madre, que usted pedir eso a Dios para m? S, ese hermoso momento 4. llegar muy pronto, y cuando el Nio Jess venga a mi corazn, qu feliz me sentir de tener tantas flores hermosas para ofrecerle! Adis, querida Madre. La abrazo con la misma ternura con que la amo. Su hijita, Teresita Cta 10 A Celina A mi Celinita querida de parte de su hermanita que la quiere muy tiernamente. Teresa Domingo 29 de abril de 1883 Cta 11 A sor Ins de Jess 1-6 de marzo de 1884 Querida Paulinita: Haba pensado escribirte para darte las gracias por tu precioso librito; pero crea que no estaba permitido hacerlo durante la cuaresma. Ahora que s que est permitido, te doy las gracias de todo el corazn. No sabes la dicha que sent cuando Mara me ense tu hermoso librito. Me pareci precioso; no haba visto nunca nada tan bello, y no me canso de mirarlo. Qu oraciones tan bonitas trae al principio! Se las he rezado de todo corazn al Nio Jess. Procuro hacer todos los das el mayor nmero de prcticas que puedo, y hago todo lo posible por no dejar escapar ninguna ocasin. Rezo desde lo hondo de mi alma las jaculatorias que representan el olor de las rosas, y lo hago lo ms frecuentemente que puedo. Qu estampa tan bonita la que trae al principio! Una palomita que ofrece su corazn al Nio Jess. Pues bien, yo tambin quiero adornar el mo con todas las lindas flores que encuentre, para ofrecrselo al Nio Jess el da de mi primera comunin; pues quiero, como se lee en la breve oracin que hay al principio del libro, que el Nio Jess se encuentre tan a gusto en mi corazn, que no piense ya en volverse al cielo... Dale las gracias en mi nombre a sor Teresa de San Agustn por su precioso rosario de prcticas y por haberme bordado la hermosa cubierta del libro. Muchos besos de mi parte a la madre Mara de Gonzaga, y dile que su hijita la quiere con todo el corazn. Leonia y Celina te envan un fuerte abrazo. Adis, querida Paulinita. Un abrazo con todo mi corazn. Tu hijita que te quiere mucho. 5. Teresita Cta 12 A Mara 8 de mayo de 1884 Para mi querida Marita, recuerdo de la primera comunin de Tu hijita Teresa Cta 13 A Celina 8 de mayo de 1884 Recuerdo de 1 comunin para mi querida Celinita, de parte de tu hermanita Teresa Cta 14 A Mara Gurin 1883-1885 A mi Marita, de parte de su hermanita Teresa. Cta 15 A Celina 1883-1885 A mi querida Celinita, recuerdo carioso de su hermanita que la quiere con todo el corazn Teresa Cta 16 A la seora Gurin (Fragmentos) 10-17 de mayo de 1885 Querida ta: Me ha pedido que le escriba para darle noticias de mi salud. Estoy mejor que el domingo, pero me sigue doliendo mucho la cabeza. Espero que usted se encuentre bien, lo mismo que Juana, y que Mara acabe de curarse del todo. 6. Pienso en usted con frecuencia, y recuerdo lo buena que ha sido conmigo1 . No olvido tampoco a mis queridas primitas, y le ruego que diga a Mara que no le escribo hoy, pero que le escribir la prxima vez para tener ms cosas que contarle. Entro en retiro el domingo por la tarde, pues la primera comunin sigue fijada para el 21; es ya seguro que no se cambiar la fecha. Adis, querida ta. Un abrazo muy fuerte mi parte para Juana y Mara, y guarde para usted el beso ms fuerte, Teresa Hija de los Stos. Angeles Cta 17 A Mara Para mi querida Marita, recuerdo de la segunda Comunin de tu hijita, el 21 de mayo de 1885. Teresa Cta 18 Al seor Martin 25 de agosto de 1885 Querido papato: Si estuvieras en Lisieux, deberamos felicitarte hoy tu santo. Pero, como no ests, quiero igualmente, y ms que nunca, desearte en el da de tu santo una gran felicidad, y sobre todo que lo pases muy bien en el viaje. Espero, papato querido, que te diviertas mucho y que te guste mucho el viaje. Pienso continuamente en ti, y pido a Dios que te conceda pasarlo bien y que vuelvas pronto con buena salud. Querido pap, para tu santo Paulina me haba compuesto unos versos preciosos para que te los recitase el da [1v] de tu santo; pero ya que no puedo hacerlo, te los voy a escribir: FELICITACIN DE UNA REINECITA A SU PAP-REY EN EL DA DE SU SANTO Si fuera una palomita, sabes, pap, adnde ira? En tu pecho, nido y tumba, por siempre me quedara. Si fuera una golondrina, estos das de calor, ira a cerrar mis alas a la sombra de tu amor. 7. Si fuera yo un petirrojo, me estara en tu jardn. Con slo un grano, tu mano me dara un gran festn. Si fuera yo un ruiseor, pequeo cantor salvaje, pronto mi bosque dejara [2r] por cantar en tu boscaje. Si yo fuera una estrellita, de noche siempre saldra, y cuando el da se oculta nunca oscuro se te hara. A travs de tu ventana encendiera mil destellos, y nunca me ocultara sin decirte algo del cielo. Si fuera yo un angelito, querubn de alas doradas, hacia ti dirigira, pap, el vuelo de mis alas. Te mostrara mi Patria en un sueo misterioso; te dira: Tras la vida te espera un brillante trono. [2v]Si quisieras alas blancas, te las traera del cielo, y hacia la eterna ribera alzaramos el vuelo. Mas no tengo alas brillantes, yo no soy un serafn, soy tan slo una niita a la que hay que conducir. Slo soy dbil aurora, simple capullo de flor, y el rayo que me entreabre es, pap, tu corazn. Al crecer, veo tu alma repleta del Dios de amor; tu santo ejemplo me inflama y quiero imitarte yo. Quiero, Rey mo, en la tierra ser tu alegra mayor: imitarte, padrecito, amar como t al Seor. 8. [3r]Ms tendra que decirte, pero es preciso acabar. Sonreme, padre amado, y ven mi frente a besar. Adis, queridsimo pap. Tu Reina que te ama con todo su corazn, Teresa Cta 19 A Mara Gurin Los Buissonnets, sbado 26 de junio de 1886. Querida Marita: Te agradezco mucho que hayas tenido la delicadeza de no reirme por no haberte escrito; por eso me apresuro a contestar enseguida a tu amable cartita. No puedes imaginarte cmo me ha gustado. Estoy muy contenta de que sigas mejor y de que te diviertas mucho. No s nada nuevo de Lisieux que pueda contarte; slo que estamos todos bien. Me pedas en tu carta que [v] te diera noticias de la seora de Papinau; est muy bien y me pregunta con frecuencia por tu salud. Las clases siguen marchando muy bien; desde hace algn tiempo han aumentado, y por eso no te pude escribir el domingo. Estoy muy contenta porque maana me pondr de blanco para la procesin; Mara me ha probado el vestido y me sienta muy bien. Querida Marita, te encargo que des un abrazo muy fuerte de mi parte a mi ta y a mi querida Juanita. Adis, querida primita. Perdona si mi carta va mal redactada y mal escrita: es que andaba muy deprisa y no he tenido tiempo para hacer [vtv] un borrador. Celina me encarga que te mande un fuerte abrazo, lo mismo que a Juana y a mi ta. Todava no he dado tu recado a Paulina, pero se lo dar esta tarde. Tu primita, que te quiere con todo el corazn, Teresa Cta 20 Mara Gurin Los Buissonnets, jueves 15 de julio de 1886 Querida Mara: Muy amable de tu parte el escribirme; tu carta me ha gustado mucho. Me alegra que te des hermosos paseos como los que me cuentas; me parecen muy interesantes. 9. Vengo de columpiarme; Mara tiene miedo que me lastime y ha pedido a pap que pinte las argollas y el columpio; las argollas me [1v] gustan menos que el columpio y tengo las manos todas rojas de estar en ellas. Ayer fuimos a pasar la tarde en casa de la seora Maudelonde, y me lo pas muy bien con Celina y Elena. La seora de Papinau me ha dado vacacin maana en honor de la fiesta de nuestra Seora del Carmen, para que pueda asistir al sermn. Ya ves, Mara, que no tengo nada interesante que contarte. No me he dado, como t, un [2r] paseo maravilloso del que poder hablarte, pero, no obstante, espero que mi pobre cartita te guste un poco. Adis, querida Marita. Da un fuerte abrazo de mi parte a mi ta y a Juana. Tu hermanita que te quiere mucho Teresa Cta 21 A Mara Sbado, 2 de octubre, 6 de la tarde Fiesta de los Santos Angeles Querida Marita: Acabamos de recibir el telegrama y estoy muy contenta, pues creo que esto quiere decir que has visto al Padre en Douvres. El te envi el mircoles una carta en la que te deca que fueses a esperarle hoy. No te puedes imaginar nuestro apuro. Celina envi [1v] cartas a Douvres y a Calais, a la lista de correos. La Santsima Virgen ha tenido todos los das una vela encendida, y le he pedido y suplicado tanto, que no puedo creer que no sepas que el Padre llegaba hoy. Tambin el seor Pichon ha enviado una carta a pap; no nos atrevamos a abrirla. Paulina nos dijo que era mejor hacerlo, pues podra haber dentro alguna cosa urgente; pero slo deca que el seor Pichon todava no saba cundo llegara el Padre [2r], y que iba a escribir al superior para saberlo. Si supieras, Mara, qu gran verdad me parece lo que nos dices! Dios nos mima, s, pero no te figuras lo que es estar separada de una persona a quien se quiere como yo te quiero a ti. Si supieras todo lo que pienso! Pero no puedo decrtelo: es demasiado tarde y he escrito la carta toda torcida, porque no vea nada. Madrinita querida, he preguntado a Paulina si los frasquitos oro-bronce servan para pintar a la acuarela, y me ha dicho que no, que eran para pintar santos y estatuas. Te lo digo para que no me los compres como recuerdo. Por favor, no me traigas nada, me disgustara de verdad. Leonia te manda un fuerte abrazo y otro para pap. Adis, queridsima Mara. Dale un beso muy fuertemente de mi parte a mi papato querido. 10. Tu verdadera hijita que te quiere todo lo que se puede querer, Teresita [2vtv]Sobre todo, no olvides nuestros encargos y el taburete para nuestra ta. Felicidad te manda muchos recuerdos; desde que te marchaste, est de un humor fantstico. Nuestra ta, nuestro to, Juana y Mara os mandan muchos recuerdos. Todava no hemos llevado el telegrama al Carmelo. SEGUNDO PERODO LA ADOLESCENCIA (Navidad de 1886-Abril 1888) Cta 22 A Celina 31 de marzo de 1887 Guardar mi diadema hasta maana temprano, mas luego a tu cabeza pasar mi hado, pececito de abril...! Maana tendrs una peineta que te regalar el pez de abril. Cta 23 A Mara Gurin Los Buissonnets, lunes 27 de junio de 1887 Querida enfermita: Cmo te encuentras esta maana? Has dormido bien anoche? Te duele ya menos la muela...? Ya ves, querida Marita, cuntas preguntas me hago esta maana, pero nadie me puede contestar y me veo obligada a resolverlas yo misma; as, lo hago a mi favor y veo que te encuentras mucho mejor. [v] Me veo obligada a volver la pgina, pues acabo de darme cuenta de que estaba escribiendo todo torcido. Hace tanto tiempo que no cojo una pluma, que me parece rarsimo. Acabo de llegar del Carmelo. He contado a Mara y a Paulina cunto sufras, y van a pedir mucho a Dios para que te cure y puedas disfrutar de tu estancia en Trouville... Tendra muchas ms cosas que decirte, querido Lul, pero no tengo tiempo pues quiero escribir tambin unas letras a Juana. Adems, tengo miedo a estropearte la vista, pues mi carta es un verdadero borrador y no s ni cmo me atrevo a mandrtela as. Te dejo, besndote no en las dos mejillas, [vtv] por no hacerte dao en las muelas, sino en tu preciosa frentecita. Teresa, h.m. 11. [rtv] Sobre todo, recomiendo a mi queridito Lul que no se moleste en escribirme; esto no me impedir enviarle muchas cartas. Lo que hace falta es que mi Lul haga honor a su nombre y coma como un verdadero lobo. Cta 24 A Juana Gurin 27 de junio de 1887 (Aqu hay un barco de vela dibujado a pluma) Querida Juanita: Como no tengo al artista Darel para que me pinte un barco, y como quera poner uno al principio de esta carta, he tenido que ponerme yo misma a garabatearlo. Voy a aburrirte durante unos momentos, querida Juana. Espero que se te haya pasado del todo la jaqueca. Ahora que la gran Inglesa se ha marchado, estars ms tranquila, y seguro que todos se encontrarn mucho mejor. Creo que te alegrars mucho de no tener que escuchar mis sermones sobre la muerte, de no ver ya mis ojos que te fascinan, y de no [v] verte obligada a ir a casa de las seoritas Pigeon... Tengo que comunicarte la muerte de ocho de mis queridos gusanos de seda; ya no me quedan ms que cuatro. Celina les prodig tantos cuidados, que consigui hacrmelos morir a casi todos de pena o de una apopleja fulminante, y mucho me temo que los cuatro que quedan no hayan atrapado tambin el virus de la enfermedad de sus hermanos y les sigan al reino de los topos. Se me hace muy raro encontrarme de nuevo en los Buissonnets. Esta maana estaba toda extraada de verme al lado de Celina. Hemos hablado a pap de la amable propuesta que nos hizo mi ta, pero es absolutamente imposible, porque pap se va el mircoles y esta vez estar muy poco tiempo en Alenon. Adis, querida Juana, sigo querindote con todo el corazn. Teresa, h.m. Cta 25 A Mara Gurin Los Buissonnets, 14 de julio de 1887 Mi Marita preciosa: Acabo de recibir tu cariosa cartita, y todava me sigo riendo pensando en lo que me dices. Vamos a ver, campesina fecha. Ante todo, tengo que empezar por regaarte: por qu has [1v] llevado otra vez tu cara al escultor1 ? Pues s que te la ha arreglado bien...! Me he quedado desolada al enterarme de que tus pcaras mejillas haban tomado otra vez la forma 12. de un baln. La experiencia debiera haberte enseado; me parece que ya tenas bastante con la primera vez. Me alegro mucho de que mi ta est mejor, me qued consternada cuando supe que [2r] estaba mala; la verdad es que Dios os enva muchas pruebas este ao. Tampoco esta semana es muy alegre en los Buissonnets, pues es la ltima que nuestra querida Leonia pasa con nosotros. Los das corren muy deprisa, ya no le quedan ms que dos de estar con nosotros. Pero qu quieres que te diga, cario?, a mi pena se mezcla una cierta alegra: me [2v] alegra ver por fin centrada a mi querida Leonia. S, creo que slo all ser feliz. En la Visitacin hallar todo lo que le falta en el mundo. Celina est de luto por sus dos pajarillos azules: el macho fue a juntarse con su compaera al da siguiente por la maana. Ahora sus despojos mortales estn en casa del disecador. Te deseo que el final de tu estancia en Trouville sea ms alegre que el principio. Espero que Dios, que tanto os ha probado, os conceda ahora muchas alegras. Celina est apenada por no poder escribir a Juana, pero est tan ocupada con todos los preparativos de Leonia, que le es absolutamente imposible. Dile a Juana que no puede imaginarse cmo se emocion Leonia con su carta, lo mismo que con la tuya. Os abraza con todo el corazn, as como tambin a nuestra querida tita. Dale a Juana un abrazo muy fuerte de mi parte. Dile a mi ta que la quiero mucho, y guarda para ti una gran parte de mis besos (He odo hablar de la carta del Carmelo, parece que era muy divertida). Pap os manda recuerdos, en particular a su querida ahijada. Teresa Cta 26 A Mara Gurin Los Buissonnets, 18 de agosto de 1887 Querida Marita: Acaba de decirme mi to que ests enferma, fecha. Ahora que podas disfrutar un poco, no se te ocurre otra cosa que ponerte enferma. Tienes [1v] suerte que estoy lejos, pues de lo contrario puedes estar segura que tendras que vrtelas conmigo... Y qu tal sigue mi ta? Espero que ya estar mejor. Qu distinto sucede todo a como nos lo imaginamos! Yo te vea desde lejos correr alegremente por el parque, mirar los peces, [2r], divertirte mucho con Juana; en una palabra, te vea llevar una vida de castellana. Pero en vez de una vida de castellana, es una vida de enferma la que ests llevando ah. Mi pobre 13. amiguita, te compadezco de corazn. Pero no debes desanimarte, pues te queda an mucho tiempo para pasear y disfrutar. No tienes ms que abandonar rpidamente la habitacin, que, aunque sea [2v] hermosa y dorada, para el pajarillo que quisiera dar saltitos al sol que divisa a travs de la ventana no es ms que una jaula. (Me doy cuenta de que acabo de poner el carro delante de los bueyes, y estoy segura de que entenders las crucecitas que he puesto en la frase anterior. S, hermanita QUERIDA, t tienes tanta necesidad del aire libre del parque como los [2vtv] pajarillos. Cuando vuelvas a nuestro lado, tienes que estar fresca como una rosa lozana que acaba de abrirse. Cario, al hablar de rosas, me vienen ganas de besar tus preciosas mejillas. Ya s que no estn rosadas, pero las rosas blancas me gustan tanto como las rojas. Procura que [2rtv] tus mejillas se pongan menos blancas, y pdele a Juana que te las bese por m. Dile que tambin pienso mucho en ella y que le mando un beso de todo corazn. Querida Mara, he dejado correr la pluma como a una loca, y ha escrito cosas que no son nada fciles de leer ni de entender. Te ruego que slo la [1vtv] culpes a ella de esas maldades; lo que no quiero que le atribuyas es el cario que te tiene tu hermanita. Dale un beso muy fuerte de mi parte a mi querida ta, a quien quiero con todo mi corazn. [1rtv] Adis, hermanita querida. Te envo un fuerte beso, con la recomendacin de que te cures muy pronto para que disfrutes un poco. Tu hermana que te quiere Teresa, h.m. Cta 27 A sor Ins de Jess Sbado, 8 de octubre de 1887 Hermanita querida: Desde el mircoles estoy buscando la ocasin de hablar a nuestro to; esta maana se ha presentado. Nuestro to ha estado muy afable. Yo tena miedo que, al ser sbado, no estuviese de buen humor, pues ese da est muy ocupado; pero, al contrario, en cuanto le ped estar con l dej su lectura con aire solcito. Me dijo que haca algn tiempo ya que sospechaba que yo tena algo [1v] que decirle. Despus me ech un sermoncito muy CARIOSO, con el que ya contaba. Me dijo que estaba muy seguro de mi vocacin, que no sera eso lo que le impidiese dejarme marchar. Creo que no hay ms que un obstculo: el mundo. Sera un verdadero escndalo pblico ver entrar a una nia en el Carmelo, yo sera la nica en toda Francia, etc... Sin 14. embargo, si Dios lo quiere as, ya encontrar la forma de hacrnoslo saber. Mientras tanto, mi to me ha dicho que, segn las reglas de la prudencia humana, no debo pensar en entrar antes de los diecisiete o dieciocho aos; y que aun esto sera demasiado pronto. [2r] Me dijo, adems, muchas otras cosas por el estilo, pero sera demasiado largo contrtelas. Como puedes suponer, no le he hablado de fechas. Querida Paulinita, por el momento estoy muy contenta de que nuestro to no encuentre ms obstculos que el mundo; creo que a Dios no le costar mucho mostrarle a nuestro to, cuando l quiera, que no ser el mundo lo que le impida tomarme para el Carmelo. Sabes, hermanita querida?, nuestro to me ha dicho muchas otras cosas muy amables, pero yo slo te cuento los obstculos que ha encontrado. Por fortuna, para Dios esos obstculos no existen. [2v] Paulina querida, hoy no puedo decirte todas las cosas que llenan mi corazn, no puedo coordinar mis ideas. A pesar de todo, me siento llena de nimo, y estoy completamente segura de que Dios no me abandonar. Ahora, como me deca nuestro to, va a empezar mi tiempo de prueba. Pide por m, pide por tu Teresita. T sabes cunto te quiere, t eres su confidente. Necesitara mucho verte, pero es un sacrificio ms que ofrecer a Jess. No quiero negarle nada! Aun cuando me sienta triste y sola en la tierra, an me queda l. Y no dijo santa Teresa. slo Dios basta...?. Perdname, Paulina querida, por enviarte esta carta, o mejor este borrador, donde las ideas [2vtv] ni siquiera van hilvanadas. No s si vas a poder leerla, tan mal escrita est; pero mi corazn tena tantas cosas que decirte, que la pluma no poda seguirlo. Dile a mi querida madrina que pienso mucho en ella durante sus ejercicios, y pdele que no se olvide de su ahijada. Hasta pronto, hermana querida. Una vez ms, no te enfades conmigo por enviarte esta carta; pero no me siento con nimos para volverla a empezar. Tu pequea Teresita Te envo tu palillero. [2rtv] Dile a mi querida Madre que su Teresita la quiere con todo su corazn. Cta 28 Al P. Pichon 23 de octubre de 1887 Reverendo Padre: He pensado que, como usted atiende a mis hermanas, tal vez pudiera encargarse tambin de la ltima. 15. Quisiera poder darme a conocer a usted, pero yo no soy como mis hermanas, no s decir bien en una carta todo lo que siento. A pesar de todo, Padre, creo que usted sabr adivinarme. Cuando venga a Lisieux, espero poder verlo en el Carmelo para abrirle mi corazn. Padre, Dios acaba de concederme una gracia muy grande: hace mucho tiempo deseo que entrar en el Carmelo, y creo que ha llegado el momento. Pap est de acuerdo en que entre para Navidad. Qu bueno es Jess, Padre, [v] al tomarme tan joven! No s cmo agradecrselo. A mi to le pareca que soy demasiado joven, pero ayer me dijo que quera hacer la voluntad de Dios. Padre, le pido que ruegue por esta su ltima hija. Acabo de llegar del Carmelo, y mis hermanas me han dicho que poda escribirle para decirle con toda sencillez lo que pasa en mi corazn. Ya ve, Padre, que lo hago, esperando que no se niegue a recibirme por hija. Bendiga a su segundo corderito, Teresa Cta 29 A Leonia 23-30 (?) de octubre de 1887 Querida hermanita: No s cmo decirte cunto me ha gustado tu carta. Gracias por haberme felicitado tan puntualmente para mi santo. Hubiera querido escribirte enseguida, pero ahora estamos tan ocupadas que me ha sido imposible hacerlo. Celina no puede escribirte porque tiene mucho que hacer, pero eso no le impide pensar en su hermanita a quien tanto quiere; me encarga que te mande un abrazo. Me dices en tu carta que ruegue a la beata Margarita Mara para que te alcance la gracia de ser una santa salesa. No dejo de hacerlo ni un solo da. Gracias por avisarme de que me preocupe por mi precioso Nio Jess. No est abandonado, est tan nuevo como cuando [v] t lo dejaste. He besado por ti su piececito, y su manita pareca bendecirte desde lejos. Hermanita querida, tengo muchas cosas que decirte, pero Cta 30 A sor Ins de Jess y sor Mara del Sagrado Corazn 6 de noviembre de 1887 Pars, Hotel de Mulhouse Queridas hermanitas: 16. Celina no quiso que os escribiese ayer; sin embargo, no quiero que recibis carta suya sin unas letras de vuestra Teresita. Ya veo que tengo una autntica letra de gato, mas espero que no me [1v] riis, pues estoy muy muy cansada, todo da vueltas a mi alrededor. Maana ya no estaremos en Francia. No salgo de mi asombro ante todo lo que veo. En Pars hemos visto cosas muy hermosas, pero nada de eso da la felicidad. Celina os contar, si quiere, las maravillas de Pars; yo slo os s decir que pienso muchsimo en vosotras y que todas las maravillas de Pars no cautivan en manera alguna mi corazn. [2r] Me parezco un poco a mi querida madrina, siempre tengo miedo a verme atropellada, me veo continuamente rodeada de coches... Queridas hermanitas, ninguna de las cosas tan bellas que veo me da la felicidad, y no la tendr hasta que no est donde vosotras estis ya... Me he sentido muy feliz en Nuestra Seora de las Victorias; rec mucho por vosotras y por mi querida Madre. Quisiera escribir a mis primitas, pero [2v] otra vez ser, pues tengo que escribir todava a Leonia. Pobre Leonia! Qu es de ella? Decidles, por favor, que las recuerdo mucho. En el Sagrado Corazn de Montmartre he pedido la gracia para Juana. Creo que ella lo entender. No os olvidis tampoco de mi to y mi querida ta. Adis, QUERIDA madrina y QUERIDA confidente. Rogad por vuestra Teresita. Espero que tengis en cuenta que estoy escribiendo esta carta por la noche y muy cansada; la verdad es que, si no, [2 vtv], no me atrevera a envirosla. Un abrazo de mi parte a mi querida Madre. Cta 31 A Mara Gurin 10 de noviembre de 1887 Venecia, jueves 10, noche Querida Marita: Por fin tengo un momento para poder escribirte; esta noche no saldremos de paseo, prefiero descansar un poco a tu lado. Dile, por favor, a mi querida ta que no puede imaginarse cmo me ha EMOCIONADO su carta; [1v] quisiera escribirle para darle las gracias, pero espero que sabr disculpar a su hijita y adivinar lo que quiere decirle mi corazn. Adems, tengo muy poquito tiempo, porque Celina no quiere que me acueste tarde. No puedes hacerte una idea, querida hermanita, de todo lo que estamos viendo; es realmente maravilloso, nunca me habra imaginado que veramos cosas tan bellas. Y son tantas, que tengo que renunciar a 17. contrtelas; lo har mucho mejor cuando est [2r] en mi querido Lisieux, al que todas las bellezas de Italia no podrn hacerme olvidar. Querida hermanita, cmo te encuentras, qu tal estis todos? Espero que bien. Ests tan alegre como cuando nos fuimos? Si supieras, Mara, lo mucho que os recuerdo a todos! En las preciosas iglesias que visitamos no os olvido. Me he acordado tambin de vosotros ante las maravillas de la naturaleza, junto a aquellas montaas de Suiza que atravesamos. Qu bien se ora all! Se siente que Dios est cerca. Qu pequea me vea ante aquellas montaas gigantescas! [2v] Este pas de Italia es muy bonito, y ahora estamos gozando de su hermoso cielo azul. Esta tarde hemos visitado en gndola los monumentos de Venecia! Fue algo de ensueo! Me resulta muy divertido or hablar a nuestro alrededor el italiano. Es una lengua muy bella y muy armoniosa. En el hotel me llaman Signorella; pero no entiendo ms que esta palabra, que quiere decir seorita. Quisiera escribir con ms frecuencia, pero es increble lo llenas que estn nuestras jornadas; slo queda tiempo para escribir de noche, muy tarde. Estoy totalmente avergonzada de mi carta, pues la he escrito a toda prisa y las ideas van deshilvanadas. [2vtv] Veo que an no he empezado a decirte lo que hubiera querido. Tengo tantas cosas que contarte y tantas que preguntarte...! Por las ganas, continuara un buen rato todava, pero Celina no me dejara terminar; me ha obligado a darme prisa. Dale las gracias a nuestro to por las amables letritas que nos ha enviado y que nos han gustado mucho a todos. Dale un abrazo muy FUERTE de mi parte. Y no olvides a mi Juanita, me acuerdo mucho de ella. [2vtv] Adis, mi querida hermanita. Acurdate alguna vez de tu Teresita, que tanto se acuerda de ti. (Ya sabes que no he olvidado lo que hiciste por m un domingo). Tu Teresita Pap sigue bien; os manda a todos muchos recuerdos... P.C.T. Saludos a Mara y a Marcelina... Cta 31 B A Mara Gurin 14 de noviembre de 1887 [1rtv] Lunes 14. Querida hermanita: Ya ves la fecha de mi carta. Crea que Celina la haba enviado hace tiempo, y crea que ya la habras recibido... Verdaderamente, vas a creer que te tengo olvidada. Si vieras, hermanita, cmo me ha gustado tu carta! He vuelto a encontrar en ella a mi Marita... 18. GRACIAS... Y adis... Te mando esa vieja carta; piensa que tena que haber salido hace cuatro das. Cta 32 A la seora de Gurin 14 de noviembre de 1887 Lunes, 14 noche Querida tita: Si supiera lo feliz que se sentira su hijita si pudiese estar a su lado para felicitarle su santo! Pero como no tiene esa dicha, quiere al menos que una palabrita de su corazn vaya a travs de los mares para reemplazarla. Pobre palabrita, qu insuficiente va a [1v] ser para decirle a mi ta querida todo el cario que le tengo! Cmo nos hemos alegrado esta maana al recibir sus entraables cartas! Si supiera, ta, qu buena me parece usted...! Hemos recibido todas las cartas del Carmelo, ni una sola se ha perdido. Har lo que Paulina me dice en su carta (Hotel de Miln). No s cmo me las arreglar para hablar al Papa. La verdad es que, si Dios no se encarga de todo, no s cmo lo har. Pero tengo una confianza tan grande en l, que no podr [2r] abandonarme; lo dejo todo en sus manos. Todava no sabemos el da de la audiencia. Parece que, para poder hablar a todos, el Santo Padre pasa por delante de los fieles, pero no creo que se detenga. No obstante, yo estoy totalmente decidida a hablarle, pues antes de que Paulina me escribiese, ya pensaba hacerlo; pero me deca a m misma que, si Dios quera que le hablase al Papa, l me lo hara saber... Querida ta, quisiera que usted pudiese leer en mi corazn: all vera mucho mejor que en mi carta todo lo que le deseo para su santo. [2v] Estoy lejos, muy lejos, querida tita, pero es increble cun cerca de usted me parece estar esta noche. Quisiera decirle cunto la quiero y cmo me acuerdo de usted. Mas hay cosas que no pueden decirse, que slo pueden adivinarse... Querida ta, le ruego le d las gracias a mi querida Marita por su preciosa y tan CARIOSA carta, que me ha gustado muchsimo. Gracias tambin a mi QUERIDA Juanita por acordarse de su hermanita. Adis, querida ta. Dle, por favor, un abrazo de mi parte a mi querido to. Le envo, querida ta, la mejor felicitacin que le haya dirigido nunca, pues cuando [2vtv] uno est separado de los que ama, es cuando ms siente todo el cario que les tiene. Su hijita Teresa, e.m. 19. Cta 33 A sor Mara del Sagrado Corazn 14 de noviembre de 1887 Querida madrina: Has hecho un verdadero juicio temerario al pensar que leera la carta de Paulina antes que la tuya; ha ocurrido precisamente todo lo contrario... S, s, Mara, me has dicho muchas cosas en el billetito de esta noche! Mi corazn lo ha comprendido todo... Cunto me han gustado tus letritas! Cuando leo las cartas que me enviis, siento un no s qu de muy dulce que se derrama en mi corazn. Pap sigue bien y disfruta mucho con vuestras cartas. He preguntado en el monasterio de los monjes si poda obtener reliquias de santa Ins. No es posible. Tu Teresita que te quiere con todo su corazn. Cta 34 A sor Ins de Jess 14 de noviembre de 1887 Querida Paulina: No puedo, realmente, dejar de darte las gracias por todo lo que haces por m. Encomindame mucho a Dios! Puesto que Monseor no quiere, no me queda ms remedio que hablar al Papa; pero no s si podr hacerlo. Tendr que ser el Nio Jess quien se encargue de disponer las cosas de tal forma, que su pelotita no tenga que hacer ms que rodar adonde l quiera. Si supieras cunto me ha gustado y consolado lo que me decas en la carta de Loreto! Paulina, sigue protegindome! Estoy tan lejos de ti...! No puedo decirte todo lo que pienso, es imposible... El juguetito de Jess, Teresita Cta 35 A Mara Gurin Sbado, 19 de noviembre de 1887 Querida Marita: Maana domingo hablar al Papa. Cuando recibas mi carta, la audiencia habr pasado ya. Me parece que el correo no lleva las cartas lo bastante deprisa, pues cuando te llegue sta ma an no sabrs nada de lo que haya ocurrido. Esta noche no voy a escribir al Carmelo, pero maana les dir lo que [1v] me diga el Papa. 20. Si supieses, hermanita querida, cun fuerte late mi corazn cuando pienso en maana! Si supieses todo lo que pienso esta noche! Quisiera pode decrtelo, pero no, me es imposible. Veo la pluma de Celina correr sobre el papel; la ma se detiene, tiene demasiadas cosas que decir... Oh, Marita querida!, no s qu pensars de tu pobre Teresa, pero esta noche no puede contarte su viaje, va a dejarle ese cuidado a Celina. Espero que ests bien y que sigas ejercitndote en la buena msica. [2r] En Italia se oye mucha, ya sabes que es el pas de los artistas; t podras apreciar mucho mejor que yo la belleza, porque yo no soy artista. Y Juana podra ver bellsimas pinturas. Ya ves, hermanita, que en Roma no hay nada para m. Todo es para los artistas. Si pudiese obtener una sola palabra del Papa, no pedira nada ms. Hoy es el santo de mi querida ta, me acuerdo mucho de ella; espero que haya recibido nuestras cartas. Hermanita querida, da un fuerte abrazo de mi parte a todos los que amo. Me acuerdo mucho de [2v] mi querida Juanita. Gracias por tu carta, no sabes lo que me ha gustado, fue como un rayo de alegra. Adis, hermanita, ruega por m. Tu Teresita Cta 36 A sor Ins de Jess 20 de noviembre de 1887 Querida Paulina: Dios me est haciendo por muchas pruebas antes de entrar en el Carmelo. Voy a contarte cmo se ha desarrollado la visita del Papa. Paulina del alma!, si hubieses podido leer en mi corazn, habras visto en su interior una gran confianza. Creo haber hecho lo que Dios quera [1v] de m. Ahora lo nico que me queda es rezar. Monseor no estaba all, el Sr. Rvrony haca sus veces. Para hacerte una idea de la audiencia, sera necesario que hubieses estado all. El Papa estaba sentado en un silln muy alto. El Sr. Rvrony estaba muy cerca de l, miraba a los peregrinos que pasaban ante el Papa besndole el pie, y luego deca al Santo Padre unas palabras sobre algunos de ellos. Puedes imaginarte cun fuertemente me lata el corazn al ver que me llegaba el turno, pero yo no quera volverme sin haber hablado al Papa. Dije lo que t me decas en tu carta, pero no todo, porque el Sr. Rvrony no me dio tiempo. Dijo enseguida: Santsimo Padre, se trata de [2r] una nia que quiere entrar en el Carmelo a los quince aos, pero los superiores se estn ocupando ya de ello. (El Papa es tan anciano, que se dira que 21. est muerto. Yo nunca lo haba imaginado as. Y no puede decir casi nada: es el Sr. Rvrony quien habla.) Yo hubiera querido poder explicar mi problema, pero no hubo forma de poder hacerlo. El Santo Padre me dijo simplemente: Si Dios lo quiere, entrars. Despus me hicieron pasar a otra sala. Ay, Paulina!, no puedo decirte lo que sent, estaba como aniquilada, me senta abandonada, y, adems, estoy tan lejos, tan lejos... Luego llorara mucho al escribir esta carta, tengo el corazn destrozado. Sin embargo, Dios no puede mandarme [2v] pruebas que estn por encima de mis fuerzas. l me ha dado valor para soportar esta prueba, que es muy grande! Pero, Paulina, yo soy la pelotita del Nio Jess; si l quiere romper su juguete, es muy dueo de hacerlo. S, acepto todo lo que l quiera. No he escrito, en absoluto, lo que quera, no puedo escribir estas cosas: necesitara hablar, y, adems, t no leers mi carta hasta dentro de tres das. Paulina, no tengo ms que a Dios, slo a Dios, slo a Dios...! Adis, Paulina querida, no puedo decirte ms, tengo miedo a que venga pap y me pida leer mi carta, y eso es imposible. Ruega por tu hijita Teresita [2vtv] Me gustara escribir a mi Madre querida, pero esta noche no puedo. Pdele que rece por su pobre Teresita. Dale un fuerte abrazo de mi parte a mi querida Mara; escribo esta carta tambin para ella, pero prefiero hablar slo a una persona, espero que ella sabr comprender a su Teresita. [2rtv] No tengo tiempo para repasar la carta; seguro que va llena de faltas, perdname. Cta 37 A Mara Gurin Florencia, viernes 25 de noviembre de 1887 Mi querida Marita: El tiempo pasa veloz, unos das ms y volveremos a estar juntas; de hoy en ocho das espero estar con vosotros. Te aseguro que dejar atrs muy a gusto todas las maravillas de Italia. Todo esto es muy hermoso, pero no puedo olvidar a los que dej en Lisieux, hay en l como un imn que me [1v] atrae. As que volver con mucho gusto. No sabes la alegra que me produjo tu carta! Me alegr mucho de que me hablases del santo de mi querida ta. Yo estaba en espritu cerca de vosotros. En aquel momento no existan las distancias Roma y Lisieux. Has hecho bien en decirme el regalo que te hizo mi ta, pues yo nunca hubiera podido adivinarlo, qu sorpresa! 22. No te hablo de mi visita al Sumo Pontfice, creo que ya habrs tenido noticias por el Carmelo. Lo pas muy mal, pero si sa es la voluntad de Dios... [2r] Espero, querida hermanita, que seguirs rezando por m. Tengo mucha confianza en tus oraciones, me parece que Dios no puede negarte nada. Te quejabas de que tu carta estaba mal escrita. Realmente, si eres tan exigente, no me atrever a enviarte las mas, que son verdaderos garabatos. Pienso mucho en ti y en todos, tanto, que hasta sueo de noche con vosotros. Quisiera estar ya a vuestro lado. Hace mucho tiempo que no tenemos noticias del Carmelo; me temo que se hayan perdido algunas cartas. Ayer estuvimos en Ass. [2v] Al salir de una iglesia, me encontr completamente sola y sin coche; no haba ms que el del Sr. Rvrony. Me hizo subir con l, estuvo muy amable y no me dej pagar mi plaza. No me habl en absoluto de mi asunto, no s lo que pensar de la audiencia. Me doy cuenta de que no hago ms que poner Il. Esta carta no tiene ni pies ni cabeza. Dale las gracias a mi ta por su carta; me emocion tanto, que no s cmo decirlo. Da un abrazo de mi parte a todos los que amo. Adis, hermanita querida. Hasta pronto, Teresa Cta 38 B A Mons. Hugonin 3-8 (?) de diciembre de 1887 Monseor: Me dirijo a Su Excelencia para suplicarle tenga a bien darme la contestacin que desde hace tanto tiempo deseo. Monseor, lo espero todo de su paternal bondad. S, creo que Jess quiere realizar por medio de Usted su promesa. Monseor, dicen que las pruebas son seal de vocacin. Y realmente, Usted sabe que Dios no me las ha escatimado; pero pensaba que sufra por Jess, y no he dejado de esperar ni un solo instante. El Nio Jess me ha hecho sentir tan claramente que me quiere para Navidad, que no puedo resistir a su gracia. Es verdad que soy muy joven; pero, Monseor, si Dios me llama y pap lo quiere... Confo en que el Sr. abate Rvrony se haya dignado hablar de m a Su Excelencia, me lo prometi durante el viaje a Roma; nunca olvidar su bondad para conmigo. 23. Monseor, Navidad est ya cerca, pero espero con gran confianza su respuesta. No olvidar jams que slo a Su Excelencia deber el cumplimiento de la voluntad de Dios. Dignaos bendecir a vuestra hija, Monseor. Soy de Su Excelencia la ms pequea y agradecida hija, Teresa Martin Cta 39 Al abate Rvrony Lisieux, 16 de diciembre de 1887 Seor Vicario General: Acabo de escribir a Monseor. Pap y mi to me han dado permiso para hacerlo. Sigo esperando con confianza el s del Nio Jess. Seor Abate, no faltan ms que ocho das para navidad. Pero cuando ms se acerca la fecha, mayor es mi esperanza; tal vez sea temeridad, pero, no obstante, me parece que es realmente Jess quien habla en mi interior. [v] Todas las distracciones del viaje a Roma no lograron apartar ni un solo instante de mi espritu el deseo ardiente de unirme a Jess. A qu llamarme tan fuerte para luego dejarme languidecer lejos de l? Seor Abate, espero que usted haya abogado en favor mo ante Monseor, como me prometi. Si Jess me consol en mis pruebas, fue por medio de usted; y si entro en el Carmelo para Navidad, s que a usted se lo deber. Pero no soy ingrata, y toda mi vida lo recordar. Le pido humildemente, Seor Vicario General, que se digne bendecir a Su respetuossima y agradecida servidora, Teresa Martin Cta 40 A Mons. Hugonin Principios de enero de 1888 Monseor: He tardado mucho en agradecer a Su Excelencia el hermoso aguinaldo que ha tenido a bien enviarme. Todas las bellezas del mundo, juntas, no habran podido producirme mayor alegra. El Nio Jess no me he engaado! Me ha dicho s desde su cuna. Monseor, no creo que Cta 41 Al cannigo Delatrotte 13-30 de enero de 1888 24. Seor Cannigo: Le agradezco mucho la preciosa estampa que me ha enviado por medio de sor Ins. La conservar con el mayor cuidado, como un primer recuerdo suyo que siempre apreciar. Seor Cannigo, dgnese bendecir desde lejos a la ms pequea de sus hijas; en estos momentos se dedica a preparar su alma para la vida del Carmelo. Yo s que es una gracia muy grande el haber sido llamada tan joven, pero no ser ingrata y [v] Dios, as lo espero, me dar los medios para serle fiel, como lo deseo con toda el alma. Le pido humildemente, Seor Cannigo, que no me olvide en sus oraciones. La menor de sus hijas T (P.D.) Le incluyo unas breves letras de Mons. Rvrony que he pedido a Celina que le haga llegar. Cta 42 A sor Mara del Sagrado Corazn Martes, 21 de febrero de 1888 Mi querida madrina: No me he olvidado de que maana es tu cumpleaos. Hace mucho ya que pienso en l. Me encantara poder verte para felicitarte tus veintiocho aos; pero como estamos en cuaresma, hay que hacer algn sacrificio. Querida Marita, el mircoles de ceniza pap me hizo un regalo. Sera intil preguntarte, [1v] no lograras adivinarlo ni a la de cien ni a la de mil. Figrate, querida Mara, en el fondo del gran bolso de pap un corderito precioso y todo rizado. Nuestro buen papato me dijo, al drmelo, que quera que antes de entrar en el Carmelo tuviese el gusto de tener un corderito. Todo el mundo se senta feliz. Celina estaba loca de contenta por tener un corderito de un da; lo que ms me emocion fue la bondad de pap al regalrmelo. Y adems, un cordero es algo tan simblico... Me haca pensar en Paulina. Hasta aqu todo va bien, todo es fantstico, pero espera al final. Ya nos hacamos castillos en [2r] el aire a cuenta del corderito y esperbamos verlo retozar a nuestro alrededor al cabo de dos o tres das. Pero, ay, dolor!, el precioso animalito se muri por la tarde; haba cogido mucho fro en el carro donde naci. Pobrecito!, apenas nacido ya tuvo que sufrir, y luego se muri. Era tan lindo el corderito y tena un aire tan inocente, que Celina hizo su retrato en un trozo de lienzo. Despus pap cav una pequea fosa en la que metimos al corderito, que pareca dormir. No quise que lo cubriera la tierra: le echamos nieve encima, y asunto concluido... 25. [2v] No sabes, querida madrina, cunto me ha hecho pensar la muerte de ese animalito. No, no hay que apegarse a nada en la tierra, ni siquiera a las cosas ms inocentes, pues nos faltan en el momento que menos se piensa. Slo lo que es eterno puede llenarnos. Querida Mara, veo que no te he hablado en todo el tiempo ms que del cordero, y Leonia quiere que le deje un huequecito en mi carta. Adis, pues, madrina querida. Tu hijita te quiere mucho ms de lo que puedes imaginarte. Teresita [2rtv] Maana ofrecer la comunin por mi madrina querida... Dale un fuerte abrazo de mi parte a la Madre, y otro a Paulina, y dile que estoy bien. He rezado mucho por el seor de Virville. Cta 43 B A sor Ins de Jess 18 (?) de marzo de 1888 Querida Paulina: Me hubiera gustado escribirte enseguida para darte las gracias por tu carta, pero me fue imposible, he tenido que esperar hasta hoy. Si supieras, Paulina, qu verdad tan grande es que en todos los clices ha de mezclarse una gota de hiel! Pero creo que las tribulaciones ayudan mucho a despegarse de la tierra y nos hacen mirar [1v] ms all de este mundo. Aqu abajo nada puede llenarnos, slo podemos gustar un poco de reposo cuando estamos dispuestos a cumplir la voluntad de Dios. A mi navecilla le cuesta mucho llegar a puerto. Hace ya mucho tiempo que diviso la orilla, y an me encuentro lejos de ella; pero es Jess quien gua mi barquilla, y estoy segura de que el da que l quiera la har arribar felizmente a puerto. Paulina querida, cuando Jess me deje en la ribera bendita del Carmelo, quiero entregarme a l por entero, no quiero vivir ms que para l. No, [2r] no temer sus golpes, porque, hasta en los ms amargos sufrimientos, siento siempre que es su dulce mano la que golpea. Lo experiment muy bien en Roma, en el momento mismo en que hubiera credo que la tierra se iba a hundir bajo mis pies. Slo deseo una cosa para cuando est en el Carmelo: sufrir siempre por Jess. La vida pasa tan deprisa que, realmente, vale ms lograr una corona muy bella con un poco de dolor, que una ordinaria sin dolor. Cundo pienso que por un solo sufrimiento soportado con alegra se amar mejor a [2v] Dios durante toda la eternidad! Adems, con el sufrimiento podemos salvar almas. Paulina, qu feliz me sentira si en el momento de la muerte pudiese yo tener un alma que ofrecer a Jess! 26. Habra un alma arrancada al fuego del infierno que bendecira a Dios por toda la eternidad. Querida hermanita, veo que an no te he hablado de tu carta, que, sin embargo, me gust muchsimo. Paulina, me siento muy dichosa de que Dios me haya dado una hermana como t. Espero que rezars por tu pobre hijita, para que corresponda a las gracias que Jess tiene a bien concederle. Necesita mucho de tu ayuda, pues est MUY LEJOS de ser lo que quisiera. [2vtv] Dile a mi querida madrina que me acuerdo mucho de ella; quisiramos saber cundo va a hacer su profesin en el interior. Celina te manda un fuerte abrazo. A esta pobre hermanita nuestra le duele mucho un pie, creo que no va a poder ir a vsperas. En casa de nuestro to, casi todos estn enfermos. Verdaderamente, la vida no es alegre, resulta muy difcil apegarse a ella. Adis, Paulina querida, mi confidente. Hasta el lunes de Pascua, pero sobre todo hasta el 9 de abril... Un abrazo de mi parte para nuestra QUERIDA Madre. Cta 44 A Mons. Hugonin 27 de marzo de 1888 Monseor: Me permito pedirle su bendicin en la vspera de mi entrada en el Carmelo. No olvido que soy la hijita de Su Excelencia, y s cunto debo a su bondad de padre. Ahora vuestra pequea2 Cta 45 A sor Ins de Jess Martes, 27 de marzo de 1888 Querida hermanita: Acabo de escribir a Monseor la carta que t me redactaste. Te lo agradezco mucho. Qu bonita es la estampa! Es una maravilla. Te envo a toda prisa estas letras para saber si quieres que diga en casa de nuestro to que pintaste la estampa y que he escrito. Si luego se enteran, no les gustar, pero prefiero preguntrtelo. Les dir tambin que es para el nueve. Como [1v] el jueves iremos a casa de nuestro to, quisiera que pasases unas letras por el torno para que pap las recoja maana por la maana. S, Paulina, quiero ser siempre un GRANITO de arena...!. Cunto bien me ha hecho tu carta! Si supieras cmo me ha llegado al corazn! 27. Quisiera decirte muchas cosas a propsito del granito de arena, pero no tengo tiempo... (Quiero ser santa...). El otro da encontr una frase que me gust mucho. No me acuerdo ya del santo que la dijo. Era sta: No soy perfecto, [2r] pero quiero llegar a serlo. Cuntas palabras deshilvanadas! Perdname, hermanita querida, escribo muy deprisa. Hasta el 9 de abril! Teresita TERCER PERODO EL POSTULANTADO (9 de abril de 1888-10 de enero de 1889) Cta 46 Al seor Martin J.M.J.T. Domingo, 29 de abril de 1888 Querido papato: Qu bueno eres con tu Reinecita! No pasa casi un da sin que ella reciba un presente de su Rey. Gracias por todo, papato. Si supieras cunto te quiere la Huerfanita de la Berezina! [1v] Pero no, slo en el cielo lo sabrs. All es donde veremos bellas estatuas sobre bellas cornisas, y entonces s que podremos, realmente, caer en xtasis. Y adems, qu gua para hacernos visitar las maravillas del cielo! Pienso que muchos santos tendrn en su nimbo una cruz bizantina. Lo nico que no veremos sern sarcfagos, porque en el cielo ya no habr tumbas. Papato querido, veo que ya va a ser la hora y te tengo [2r] que dejar, pero antes quiero abrazarte desde lejos con todo el corazn. Tambin la Perla fina te manda un fuerte abrazo. Si supieras, pap, lo preciosa que es tu Perla fina! El brillante Diamante, la Bohemia, te abraza tambin de todo corazn. Adis y gracias, papato. Tu Reinecita, que por fin ha sido sacada de debajo de la carreta, Teresa del Nio Jess Cta 47 A Celina J.M.J.T: 8 de mayo de 1888 28. Te envo, Celina ma, dos mantelitos para coser a mquina. S que ests muy ocupada, pero no negars este favor a tu Teresita. Creo que bastar con dos costuras. Uno de los manteles tiene el dobladillo demasiado pequeo, procura alargar la segunda costura. Quisiera tenerlos, a ms tardar, para maana despus de comer, porque el jueves es la Ascensin. Hoy hace cuatro aos que hice la primera comunin, te acuerdas...? Cuntas gracias me ha concedido Dios de entonces ac! Celina querida, hay momentos en que me pregunto si es verdad que estoy en el Carmelo, a veces no puedo creerlo! Qu he hecho yo por Dios para que me colme de tantas gracias? [v] Maana har un mes que estoy lejos de ti, pero no me parece que estemos separadas, qu importa el lugar en que estemos...? Aun cuando nos separase el ocano, seguiramos unidas, porque nuestros deseos son los mismos y nuestros corazones laten al unsono... Estoy segura de que me comprendes. (Qu importa, en realidad, que la vida sea alegre o triste? No por eso dejaremos de llegar al trmino de nuestro viaje aqu en la tierra.) Un da de carmelita pasado sin sufrir es un da perdido1 . Y esto vale tambin para ti, porque t eres carmelita de corazn. Un abrazo a Leonia de mi parte. Tu Teresita del Nio Jess Cta 48 Al seor Martin 8 de mayo de 1888 Querido papato: Tus preciosas velitas me han gustado tanto, que no puedo menos de ponerte unas letras para darte las gracias. El recadero de Jess es muy bueno al proporcionarle as a su Reinecita los medios para hacer bonitas iluminaciones. [1v] La Reina piensa continuamente en su Rey. Adems, el recadero de Jess viene con tanta frecuencia a traer recados, que sera imposible olvidarlo. Querido papato, verdaderamente casi creo que te vas a arruinar; pero voy a sorprenderte dicindote que eso no me inquieta demasiado. Y es que tienes tantos recursos, que no llegars a verte en apuros..., ni siquiera el hambre te asustara. Te acuerdas cuando me decas: Cuando haya hambre, comeremos tal cosa o tal otra, o Cuando estemos arruinados, haremos aquello o lo de ms all? Con estas disposiciones, ninguna [2r] adversidad podr atemorizarte. Gracias por el pescado, papato querido. Gracias, gracias, nos regalas tantas cosas, que me veo obligada a darte las gracias por todo en general, aunque cada cosa nos causa un placer especial. 29. Adis, mi Rey querido. Tu Diamante y tu Perla te dan las gracias igual que tu Reina. Teresa del Nio Jess Cta 49 A sor Mara del Sagrado Corazn 12-20 de mayo de 1888 La Solitaria del Corazn de Jess ha dado una alegra muy dulce a su hijita, ha ledo en su corazn...! As que Jess habla cuando se est en retiro...? Estoy tan llena del perfume de tu cartita y de la forma tan encantadora de presentrmela, que no puedo menos de contestarla esta misma noche. Pronto va a tocar la campana, ya to.... Interrump mis letras justo en el momento en que hubiera querido decirte muchas cosas... La vida est llena de sacrificios, es cierto. Pero qu dicha! No es mejor que nuestra vida -que es una noche pasada en una mala posada- se pase en un hotel completamente malo que no en uno que lo sea slo a medias...? Si supieras cunto te quiero! Cada vez que [v] me encuentro contigo, me parece que eres un ngel... T que eres un AGUILA llamada a cernerte en las alturas y a clavar tu mirada fijamente en el sol, reza por esta caita tan dbil que est en el fondo del valle; el menor soplo la hace doblarse. S, ruega por ella el da de tu profesin! Pide que tu hijita sea siempre un granito de arena muy oscuro, muy escondido a los ojos de todos, que slo Jess pueda verlo. Que se haga cada vez ms pequeo, que se vea reducido a nada... Perdname todos los disgustos que te he dado. Si supieras cmo me arrepiento de haberte dicho que me llamabas demasiadas veces la atencin!. Despus de tu profesin ya no te dar ms disgustos. Adis..., perdname. Ruega por esta TU hijita. He dejado secar cuidadosamente tu violeta. Cta 50 A Mara Gurin 13 de mayo de 1888 Domingo, mayo 1888 Querida hermanita: Si tienes el Pott en la punta de la lengua, no lo tienes ciertamente en el espritu ni en la punta de los dedos. Qu carta tan preciosa...! 30. Si queras hacerme rer, no has perdido el tiempo, diablillo. [1v] As que, fecha, tienes un pie malo? Qu raro!, porque tus pies son tan pequeos que realmente no hay sitio para el dolor... Gracias a Dios, pronto ser Pentecosts, y el Espritu Santo corregir, sin duda alguna, un gran olvido que tuvo el da de tu confirmacin. Te dio todos sus dones, pero por desgracia se olvid de uno que te sera muy til. Adivinas cul...? Se lo voy a pedir tanto durante [2r] los ejercicios espirituales, que el da de Pentecosts estars tan fuerte como Sansn. Como te siga doliendo el pie, tendrs que vrtelas con tu Lul. Esta noche he soado mucho CON Juana; desde que estoy en el Carmelo, es increble las veces que sueo con ella. Dale un fuerte abrazo de parte de su Teresita. Qu tiempo tan hermoso! Luce un sol radiante, ms brillante incluso que el que est dibujado en el encabezamiento de tu carta, pues se apenas si alumbra la tierra; y si el de hoy fuese igual al tuyo, me vera obligada a utilizar tu [2v] lmpara. Tengo suerte de haber escrito en esta cara la palabra lmpara; de lo contrario, me habra visto obligada a cometer contigo una descortesa, al hacerte volver la pgina slo para decirte adis. Hasta pronto, querida hermana, as lo espero. Da un abrazo de mi parte a mi to y dile que no olvidaremos su consejo. Mil besos para mi querida ta. (No tienes que tener la fuerza en los cabellos, sino en el pie.) Diablillo querido, un abrazo de todo corazn. Tu hermanita, Teresa del Nio Jess p.c.in. [2vtv] Nuestra hermana mayor est haciendo los ejercicios espirituales para la profesin. Lleva echado el gran velo blanco, y parece un ngel. Pedir mucho por su Marita. Cta 51 Al seor Martin 17 de mayo (?) de 1888 J.M.J.T. Mi querido Rey: S que el Diamante te ha escrito unas letras; por eso no te escribir yo mucho, porque tu pobre Reina quedara eclipsada por el esplendor del Diamante... Slo siento necesidad de repetirte que te quiero, como si t no lo supieras ya. Adems, cmo no iba una Reina a querer [v] a su Rey, y a un Rey como t, tan santo y tan bueno? Porque la verdad es que t eres tan santo como el mismo san Luis... Gracias, papato querido, por todo lo que me has regalado: la preciosa pala, etc... etc... y todo lo dems... 31. Te acuerdas, pap, de cuando en Gnova seguamos de lejos al Sr. Benoit y a los dems? Cmo nos divertamos! El recuerdo de aquel hermoso viaje que hice con mi papato querido me acompaar siempre. Un abrazo, querido Rey mo. Tu Reina de Francia y de Navarra, Teresa del Nio Jess p.c.ind. Cta 52 Al seor Martin Mayo-junio (?) de 1888 J.M.J.T. Qu bueno es el recadero del Nio Jess! Le mando todo mi cario y mis besos. Tomar feliz el vino que me manda, pensando que procede de las bodegas del Nio Jess. Querido papato, t eres el recadero de Jess [1v], qu bien lo s yo. Gracias, gracias..., qu bueno eres conmigo! S, yo siempre ser tu reinecita y tratar de labrar tu gloria hacindome una gran santa. Teresa del Nio Jess, el Diamante brillante y la Perla extra-fina te mandan un abrazo muy fuerte. Acaban de ensearme los pjaros, qu bueno eres, papato querido! Hay tres pjaros, uno para el Diamante, otro para la Perla fina y otro para [2r] la Reinecita de pap. Esta tratar de hacer todo lo posible por parecerse un poco a su Rey. Cta 53 A Celina 17 de junio de 1888 J.M.J.T. Domingo, junio de 1888 Querida Celina: Me haras un gran favor si me enviases lo ANTES posible la tela que compraste para hacerte un delantal. Necesito tambin la falda escocesa que tenas para disfrazarte. Envame tambin todas las cintas blancas aprovechables que tengas; hay una que yo llevaba en la cabeza el da de mi primera comunin; puedes coger tambin la del sombrero... Es para representar a santa Ins... Hermanita querida, qu bueno es Dios contigo! Si pudieses comprender qu gracia tan grande recibiste el viernes! Creo, realmente, que es la gracia que estabas esperando. Recuerdas que me decas: Pero yo no he recibido la gracia decisiva? Estoy convencida de que es sa. Ahora 32. tienes que ser toda de Jess. l es ms que nunca todo tuyo. l ha puesto ya en tu dedo el anillo misterioso de los esponsales. l quiere ser el nico dueo de tu alma. Hermana querida, t y yo somos verdaderamente HERMANAS en el sentido ms hondo de esta palabra. Adis. Desde lejos mi corazn lee en el tuyo. Teresa del Nio Jess p.c.ind. [tv] Dale un beso de mi parte a mi incomparable Rey. Cta 54 A sor Ins de Jess 4 (?) de julio de 1888 J.M.J.T. El balido del cordero amado de Jess ha resonado en los odos del corderito como una dulce msica... Dnde ha aprendido el cordero la meloda de Cecilia? La eternidad! S, el corderito vive sumergido en ella. Quiere lanzarse a ella de un salto detrs del cordero, pero necesita que la msica de su dulce cordero le abra el camino. El grano de arena, a pesar de su pequeez, quiere construirse hermosas eternidades, y quiere construirlas tambin para las almas de los pecadores; pero, ay!, todava no es [v] lo bastante pequeo ni suficientemente insignificante. El cordero y el corderito tienen que alcanzar la palma de Ins; si no es por la sangre, habr de serlo por el amor... He ah el sueo del grano de arena! Slo Jess! Nada ms que l. El grano de arena es tan pequeo, que si quisiese meter en su corazn a alguien que no sea l, ya no habra sitio para Jess... Que el blanco cordero ruegue por el oscuro grano de arena, para que llegue a ser brillante y luminoso en la eternidad. La caita de Jess Cta 55 A sor Ins de Jess 5-9 de julio de 1888 Gracias al cordero querido por haber hecho escuchar una vez ms al corderito la msica del cielo. El dulce cfiro ha agitado suavemente a la caita... 33. Eran las 9 pasadas cuando la caa descubri el papelito. No luca ya la luz de la tierra, pero su corazn supo descifrar mejor que sus ojos la msica de santa Cecilia, y no perdi ni una sola palabra...! S, yo deseo esas angustias del corazn, esos alfilerazos de los que habla el cordero. A la caita no le importa en absoluto doblarse, no tiene miedo de romperse, pues ha sido plantada al borde de las aguas; en [v] vez de quedarse all en el suelo, cuando se dobla, slo encuentra una onda bienhechora que la fortalece y le hace desear que una nueva tormenta vuelva a desatarse sobre su frgil cabeza. Toda su confianza reside en su debilidad, y no puede quebrarse porque, le ocurra lo que le ocurra, slo quiere ver en ello la mano de Jess... A veces, a la caa, una dbil rfaga de viento puede resultarle ms insoportable que las grandes tormentas; y entonces va a remojarse en su arroyo querido. Pero tampoco esas dbiles rfagas de viento consiguen que se doble demasiado hacia la tierra, son los alfilerazos... Mas ningn sufrimiento es excesivo para conquistar la palma... Cta 56 A sor Ins de Jess 11 de julio de 1888 Qu dicha volver a ver maana el dulce rostro del cordero!. Pero el corderito suplica al cordero que no d todava el salto hacia el cielo. Si su sitio est ya preparado para l, que piense en el pobre corderito, que espere un poco ms para que el corderito pueda saltar tambin, y entonces se irn los dos juntos a su patria. Sus corazones, que nunca pudieron saciarse en la tierra, irn a abrevarse en las mismas fuentes del amor. Ah, el dulce festn! Qu alegra ver a Dios, ser juzgados por Aquel a quien [v] hemos amado sobre todas las cosas! He soado que el cordero volara pronto hacia su patria, pero espero que se quede todava un poco ms en el exilio para guiar al pobre corderito... Cta 57 A Celina J.M.J.T. Slo Jess + Lunes, 23 de julio de 1888 Querida hermana: Tu Teresa ha comprendido toda tu alma; incluso ha ledo mucho ms de lo que le has escrito. He comprendido la tristeza del domingo, yo misma la he vivido toda entera... A medida que iba leyendo, me pareca que nos animaba la misma alma; entre nuestras almas hay algo tan sensible, que nos asemeja tanto... Siempre hemos estado juntas; nuestras alegras, 34. nuestras penas, todo ha sido comn. Y siento que esto contina en el Carmelo... Nunca, nunca jams nos separaremos. Sabes?, slo el lirio amarillo habra podido alejarnos un poco. Te lo digo porque estoy segura de que tu lote ser siempre un Lirio blanco, puesto que t le has escogido y l te escogi a ti primero... Comprendes el lenguaje de los lirios...? [1v] Alguna vez me he preguntado por qu Jess me haba escogido a m la primera. Ahora lo comprendo: mira, tu alma es un lirio siempreviva. Jess puede hacer con l lo que quiera. Importa poco que est en un lugar o en otro. Siempre ser siempreviva. La tempestad no puede hacer caer el amarillo de los estambres en su blanco cliz perfumado: Jess lo ha hecho as. l es libre, y nadie puede pedirle cuentas de por qu concede sus gracias a un alma en vez de a otra. Al lado de ese lirio Jess coloc a otro, su compaero fiel. Crecieron juntos, pero uno era siempreviva y el otro no lo era, y Jess tuvo que coger su lirio antes de que se abriese la flor se entreabriera, para que los dos lirios fuesen para l... El uno era dbil, el otro fuerte. Y Jess cogi al dbil y dej al fuerte para que se embelleciese con un brillo nuevo... Jess les pide TODO a sus dos lirios, no quiere dejarles nada ms que su blanca vestidura... TODO! Comprende la siempreviva a su hermanita...? [2r] La vida, a menudo, resulta pesada. Cunta amargura, pero cunta dulzura tambin! S, la vida cuesta, es duro comenzar un da de trabajo; tanto el dbil capullo como el hermoso lirio lo han comprobado... Y si al menos se sintiese a Jess...! Por l, todo se hara a gusto! Pero no, l parece estar a mil leguas, estamos solas con nosotras mismas. Y qu enojosa resulta la compaa cuando no est Jess! Pero qu hace, entonces, este dulce amigo? No ve nuestra angustia y el peso que nos oprime? Dnde est? Por qu no viene a consolarnos, puesto que no tenemos otro amigo? Pero no..., l no est lejos. Est muy cerca y nos mira y nos mendiga esta tristeza, esta agona... La necesita para las almas, para nuestra alma: quiere darnos tan hermosa recompensa, es tan grande lo que l anhela para nosotras! Pero cmo podr l decir un da: Ahora me toca a m si an no ha llegado nuestro turno, si todava no le hemos dado nada? A l le cuesta mucho abrevarnos de [2v] tristezas, pero sabe que sa es la nica forma de prepararnos a conocerle como l se conoce y a convertirnos nosotras mismas en dioses. Oh, qu destino! Qu grande es nuestra alma...! Elevmonos por encima de lo que es pasajero, mantengmonos a distancia de la tierra. All arriba el aire es puro. Jess se esconde, pero se le adivina... Derramando lgrimas, enjugamos las suyas, y la Santsima Virgen sonre. Pobre Madre! Ha sufrido tanto por causa nuestra! Justo es que nosotros la consolemos un poco llorando y sufriendo con ella... Esta maana le un pasaje del Evangelio donde se dice: No he venido a traer paz, sino espada. No nos queda, pues, ms que luchar. Cuando no 35. tenemos fuerzas para ello, Jess combate por nosotras... Pongamos juntas el hacha a la raz del rbol... Pobre borrador de Teresa! Qu carta, qu confusin! Si hubiese podido decir todo lo que pienso, Celina [2vtv] tendra lectura para rato... Jess es muy bueno al habernos concedido encontrar una madre como la que tenemos. Qu tesoro! Si la hubieses visto, hermanita, traerme tu carta esta maana a las seis...! Me emocion... Jess te pide TODO, TODO, TODO, como se lo puede pedir a los ms grandes santos. Tu pobre hermanita, Teresa del Nio Jess p.c.ind. Cta 58 Al seor Martin J.M.J.T. El Carmelo, 31 de julio de 1888 Mi querido Rey: Si supieras cmo nos gust tu carpa, tu monstruo! Hubo que retrasar la comida media hora. Mara del Sagrado Corazn hizo la salsa. Estaba delicioso, saba a cocina de mundo. Era incluso mejor que la suntuosa cocina de Italia, lo cual no es poco decir, porque vaya banquetes...! Y vaya compaa! Te acuerdas, [1v] papato...? Pero no siempre es eso lo que abre el apetito, al menos a m, pues nunca he comido tanto como desde que estoy en el Carmelo. Me siento totalmente en mi centro. Si la seorita Paulina estuviese ah, dira que he encontrado mi camino. Tu Diamante no puede escribirte porque est de colada general, pero eso no le impide pensar en ti, papato querido; te abraza con todo su corazn, y t sabes que el corazn de tu hija mayor no es precisamente pequeo. Pienso en lo que t tantas veces nos decas: Vanidad de vanidades y todo vanidad, vanidad de la vida que pasa, etc. Cuanto ms vivo, ms verdad me parece que todo es vanidad sobre la tierra. [2r] Siempre que pienso en ti, papato querido, pienso naturalmente en Dios, pues me parece imposible encontrar a alguien ms santo que t en la tierra. Cuando pienso que dentro de ocho das har cuatro meses que estoy en el Carmelo, no me lo puedo creer. Me parece que he estado siempre aqu, y por otra parte me parece que fue ayer cuando entr. Cmo pasa todo...! Cuanto ms vivo, papato querido, ms te quiero. No s cmo puede ser eso, pero es la pura verdad; me pregunto lo que ser al final de [2v] mi vida... Me siento muy orgullosa de mi ttulo de Reina de Francia y de Navarra, y espero merecerlo siempre. Jess, el Rey del cielo, al tomarme para s, no 36. me ha quitado a mi santo Rey de la tierra. No!, si mi papato querido as lo quiere y no me encuentra demasiado indigna, yo ser siempre: la Reina de Pap. La Perla fina te manda un abrazo muy fuerte. Adis y hasta pronto, mi querido Rey. Tu Reinecita, Teresa del Nio Jess p.c.ind. Cta 59 Al seor Gurin Jess + J.M.J.T. El Carmelo, 22 de agosto de 1888 Querido to: Acabamos de recibir una carta de nuestra ta donde nos cuenta todo lo que usted est pasando. Aunque lejos de usted, tambin su sobrinita comparte su dolor y quisiera estar cerca de su to para consolarle; pero qu podra hacer ella, en realidad...? No, es preferible que est en el Carmelo; aqu, al menos, puede pedir todo lo que quiera al nico que puede dar el consuelo, [1v] que lo derrame abundantemente en el corazn de su querido to. El estado del seor David nos apena mucho. Comprendo, querido to, cunto deben estar sufriendo ustedes, pues no hay nada tan doloroso como ver sufrir a los que amamos. Sin embargo, doy gracias a Dios con todo el corazn por la gracia tan grande que ha tenido a bien conceder a esa hermosa alma. Qu disposiciones para comparecer ante l! Es verdaderamente admirable. Todo lo que nos ha contado nuestra querida ta me ha llegado muy hondo. Era imposible, to, que Dios no le concediese a usted este consuelo despus de todo lo que hace [2r] por su gloria. Qu hermosa me parece la corona que Dios le tiene reservada! No puede ser de otra manera, pues toda su vida no es ms que una perpetua cruz, y Dios no obra as ms que con los grandes santos. Qu dicha pensar que en el cielo nos reuniremos para no separarnos ya ms! Verdaderamente, sin esta esperanza la vida sera insoportable... Querido to, no s lo que usted pensar de su pobre sobrinita, que deja correr la pluma sin pensar mucho en lo que dice; si su corazn pudiese escribir, DIRIA cosas muy distintas, pero se ve obligado a confiarse a esta fra pluma, [2v] que no sabe expresar lo que l siente. Lo pongo en manos de mi ngel de la guarda, creo que un mensajero celestial cumplir bien mi encargo; le envo al lado de mi to querido para que vierta en su corazn tanto consuelo cuanto nuestra alma puede contener en este valle de lgrimas... 37. Adis, querido to. Le pido que salude de mi parte a la seora de Fournet, me asocio de corazn a su dolor. A usted le envo toda la ternura que encierra mi corazn, y continuar rogando sin cesar por el seor David. Su sobrinita, que quisiera disminuir un poco su dolor, Teresa del Nio Jess p.c.ind. Cta 60 A la seora de Gurin Jess + J.M.J.T. El Carmelo, 28 de agosto de 1888, 6 de la maana Querida ta: Ayer tarde nos enteramos de la muerte del seor David. Aunque esperbamos recibir en cualquier momento la triste noticia, me conmov mucho al saber el desenlace. Ruego a Dios que acoja en su paraso a esa alma tan santa; tal vez est ya all, pues con unas disposiciones tan perfectas como las suyas se puede ir derecho al cielo. [1v] Pido a Dios, querida ta, que derrame en su alma el consuelo. Ya se mostr muy bondadoso al escuchar todas las oraciones que ustedes le dirigieron para ofrecerle el alma de su querido pariente. Si desde lo hondo de su soledad, su hijita pudiese esperar haber tenido una pequea parte en ello, se sentira muy dichosa. Pienso, querida ta, que en los momentos de gran tristeza necesitamos de mirar al cielo; all, en lugar de llorar, todos estn alegres porque nuestro Seor posee un elegido ms, un nuevo sol ilumina con sus rayos a los ngeles del cielo, todos viven ya el rapto del xtasis divino y se extraan de que nosotros podamos [2r] llamar muerte al comienzo de la vida. Para ellos, nosotros estamos en un estrecho sepulcro, mientras que su alma puede trasladarse hasta el confn de las playas celestes, de horizontes infinitos... Querida ta, cuando se piensa en la muerte del justo, no se puede por menos de envidiar su suerte. Para l ya no existe el tiempo del destierro; para l ya no hay ms que Dios, nada ms que Dios. Cuntas cosas, querida ta, tendra para decirle esta su hijita! Piensa tanto, tanto, su corazn! Esta maana est toda ella perdida en la inmensidad y en la aoranza de la muerte de los santos. Pero me falta tiempo para terminar este borrador, y tengo que cortar, porque la campana acaba de advertirme que es hora de terminar. Ofrezco este pequeo sacrificio a Jess, para que se digne consolarles con su mano bondadosa. Su hijita, que est con el corazn cerca de usted y de sus queridas hermanitas, 38. Teresa del Nio Jess p.c.ind. Cta 61 Al seor Martin J.M.J.T. Jess + Carmelo, 25 de agosto de 1888 Querido papato: Por fin, ha llegado el da en que tu Reina puede felicitarte tu santo en todos los tonos, ya que est en el Carmelo en compaa de tus joyas: el Diamante y la Perla fina... Pobre Reinecita! Debiera hacerse a un lado para dejar paso a las esplndidas alhajas de su Rey; pero la verdad es que no puede, resignarse a ello. Tambin ella tiene su ttulo y puede mostrarlo [1v] a quien quiera verlo, est sellado por la mano misma de su Rey: Reina de Francia y de Navarra. No tiene otra cosa, pero creo que basta para ser admitida a la presencia de su Rey. Por lo dems, nadie intenta disputarle su derecho, que hasta en el extranjero le reconocen: en Italia, en Roma, todos saban que la Reina estaba all... Mi querido Rey, tu reinecita querra tener magnficos presentes que ofrecerte, pero no tiene nada. Adems, ella no es nada fcil de contentar. Todos los palacios del Vaticano, cargados de regalos, no le pareceran lo bastante bellos para su Rey. Ella suea con algo ms [2r] regio, necesita tesoros inmensos, horizontes infinitos. Lo que ella quisiera dar a su Rey no se encuentra aqu en la tierra, slo Jess lo posee. Por eso va a pedirle que colme a su Rey de alegras celestiales. A un padre que no es de la tierra nada terreno puede llenarlo. Ya ves, querido papato, que aunque parece que no te ofrezco nada, te hago un magnfico regalo; si no cautiva tus ojos, cautivar al menos tu corazn, porque espero que Dios escuche mi plegaria. Sin embargo, papato querido, aun dicindote que slo deseo cautivar tu corazn, te mando [2v] una estampita pintada por tu reina. Espero que, a pesar de mi escaso talento, te guste; la Perla fina ha querido ayudarme con sus consejos de artista y compuso el precioso dibujo, pero se empe en que la pintase yo sola. El mrito no es mucho; pero mi impericia es tan grande y mi Rey tan indulgente, que espero darle un poquito de gusto envindole esta estampita. Hasta pronto, papato querido. Si tu Reina no est hoy a tu lado, no te quepa la menor duda de que lo est con el pensamiento y con el corazn, te desea la mejor de las fiestas que hayas tenido nunca en tu vida, y te abraza con todo su corazn. Tu Reinecita, 39. Teresa del Nio Jess p.c.ind. Cta 62 A Mara Gurin septiembre de 1888 J.M.J.T. Jess + El Carmelo, jueves. Querida hermanita: Empec a escribirte el martes por la noche, y hace un momento quise continuar la carta; pero las cosas que entonces te deca no son las que hoy quiero decirte, as que he preferido volver a empezar. Gracias por tu preciosa carta. Si me hubiese escrito Mme. de Sevign, seguro [1v] que no me habra dado mayor alegra. Si mi primita se acuerda mucho de m, tambin yo estoy con mucha frecuencia espiritualmente con ella. Igual que t, yo tambin necesito or hablar a menudo de mi Marita, y sobre todo hablar yo misma de ella. Me desahogo hablndole a Dios de mi querida hermanita, no temo nunca que a l le parezca que le hablo demasiado de ti, pues estoy segura de que a mi Marita Dios la tiene muy dentro de su corazn. Querido diablillo, cuntas cosas tendra que decirte! [2r] Pero el tiempo se pasa volando, veo que se me escapa con asombrosa rapidez. Es tarde y te estoy escribiendo a la luz de tu lamparilla; ya ves que mi escritura se resiente de mi prisa. Lo que me consuela de tener tan mala letra es pensar que en el cielo no tendremos necesidad de este medio para comunicarnos nuestros pensamientos, ser una suerte para m...! Ayer recib una visita. Te apuesto que no la adivinas ni a la de cien... Una elegante dama de MUNDO, su querido marido, una seorita de diecisis aos y un seorito de catorce... Vas cayendo...? Era la madrina [2v] que plantaba verbenas... Vena acompaada de su sobrina Th. Gilbert y de su sobrino Pedro. Ay, mundo, mundo! Si la hubieras visto en el locutorio! Al verme tras de la reja, casi cantaba: Cunto pena mi corazn, mi corazn! Es hora de acabar con mi chchara, y, sin embargo, no he dicho nada interesante a mi querida primita. Pero qu puede esperarse de una persona como yo, que escribe sin pensar que su papel se va llenando de trivialidades, teniendo tantas cosas serias que decir...? Perdname... [2rtv] Termino, querida Marita, pidindote un favor: seras muy amable si, mientras te paseas por ese hermoso parque, pudieses encontrar algunos musgos secos, cortezas de rboles, etc. Es para hacer trabajitos, belenes por ejemplo. Si es molestia, no me lo enves, slo si lo encuentras pasendote. 40. Siento mucho que mi ta est enferma. Me acuerdo mucho de ella y no dejo de rezar por su pronta curacin. Dale un beso muy FUERTE de parte de su hijita, pero sin hacerle dao...! [2vtv] Dale un beso tambin a mi QUERIDA Juanita, y a Celina y Elena3 . De ellas, que no estn enfermas, no tengo compasin: as que te pido que las beses lo ms fuerte que puedas. Veo, querida Marita, que mis besos no tienen fin, pero todava no he terminado, pues no te los he dado a ti, que eres la encargada de repartirlos. As que a todas las personas a quienes se los vas a dar les pido que te devuelvan todos los que puedan. Y como dudo que mi peticin sea cumplida, te mando yo un beso yo con todo el corazn, pero muy fuerte, tan fuerte que si tuvieses un flemn, se reventara, como pas antes del viaje a Roma. Tu hermanita, Teresa del Nio Jess p.c.ind. Cta 63 Al seor Martin 30 de septiembre de 1888 J.M.J.T. El Carmelo, 30 de septiembre Mi rey querido: Tu Reinecita se siente abrumada bajo el peso y la magnificencia de tus regalos, ya se ve que es un Rey quien se los ofrece a su Reina. Lo primero que vi llegar fue el encaje de punto de Alenon; es, de verdad, absolutamente regio. No s cmo darte las gracias [1v] por tan hermosos regalos. Dnde quedan ya los tiempos en que tu Reinecita saltaba de alegra ante una chuchera de CINCO CENTIMOS que su Rey le regalaba?. Tambin ahora su corazn se sentira dichoso, pero el del Rey necesita dar ms, por eso ofrece a su Reina un encaje digno de LA REINA DE FRANCIA Y DE NAVARRA. Es verdad, querido papato, que si tu Reina no es digna de tantas riquezas, stas nunca sern demasiado hermosas para el Esposo divino a quien t la has entregado; por eso, [2r] ser feliz llevndolas; de lo contrario, realmente no me atrevera a llevarlas, pues todava no soy ms la Huerfanita de la Berezina, y hasta el da de mi toma de hbito no merecer llevar mi ttulo de Reina. Todava tengo una dulce misin que cumplir: la de darte las gracias, en mi nombre de Reina y en nombre del Diamante de y la Perla fina, por el alud de peras, cebollas, ciruelas y manzanas que sali del torno como de una cornucopia. De dnde vena todo aquello? Un viejecito dijo que se trataba 41. de un seor que viva por el jardn de la Estrella. [2v] No poda ser nadie ms que t. Por eso, papato querido, la provisin fue bien recibida y se le dispens un buen recibimiento sin hacernos de rogar. Tiene gracia la cosa: le cost menos entrar que a tu Reina, que tuvo que ir a Roma para conseguir que le abrieran la puerta... Las enormes cebollas me alegraron el corazn, me hicieron pensar en las de Egipto, no las echaremos de menos como los israelitas. Pens tambin en las de Lion, que costaban 0'50 cntimos y eran tan gordas. Bueno, Rey mo, creo que tu Reina te est aburriendo con su chchara, pero est tan contenta que no puede menos de decrtelo. Te da las gracias por todo, y te abraza con todo su corazn. Teresa del Nio Jess Cta 64 Al seor Martin 8-15 de octubre (?) de 1888 Mi querido Rey: Me gustara escribirte una larga carta, pero no puedo, porque estoy de retiro. No sabes cunto te quiere tu Reinecita...! Como tengo que enviar una carta a la hija del Rey -la princesa Leonia-, he pensado que la mejor forma de [v] hacerle llegar mi mensaje era por medio del mismo Rey. Y por esa razn me dirijo a Su Majestad el Rey de Francia y de Navarra". Si no brilla su dignidad a los ojos de los hombres, yo s muy bien que en el cielo se manifestar a los ojos de Dios. Y entonces, el menor de los elegidos ser como el jefe de un pueblo numeroso, y, Rey mo, qu dignidad...! Tu Reinecita, Teresa del Nio Jess Cta 65 A Celina J.M.J.T. Jess + El Carmelo, 20 de octubre de 1888 Mi querida Celina: As que maana es tu santo. Cmo me gustara ser yo la primera en felicitarte! Pero si no es posible, puedo hacerlo al menos en mi corazn. Qu quieres que te regale para tu santo? Si escuchase a m corazn, le pedira a Jess que me enviase a m todas las penas, todas las tristezas, todos los problemas de la vida de mi querida Celina; pero, ya ves, no lo escucho, porque tengo miedo a que [1v] Jess me diga que soy una egosta, pues entonces querra que me diese a m lo mejor que l tiene, sin dejar ni siquiera un poco para su prometida, a quien tanto ama. 42. Si le hace sentir la separacin, es para demostrarle su amor; por tanto, no puedo pedirle eso a Jess. Y, adems, l es tan rico, tan rico, que tiene de sobra para enriquecernos a las dos... Y pensar que, si Dios nos diese el universo entero con todos sus tesoros, eso no sera comparable con el ms ligero sufrimiento! Qu gracia tan grande cuando por la maana nos sentimos sin nimo y sin fuerzas para practicar la virtud! Ese es el momento de poner el hacha a la raz del rbol. En vez de perder el tiempo en reunir unas pocas pepitas de oro, extraemos [2r] diamantes, y qu ganancia al final de la jornada...! Es cierto que a veces nos despreocupamos durante algunos instantes de acumular nuestros tesoros. Ese es un momento peligroso, pues se ve una tentada de mandarlo todo a paseo; pero con un acto de amor, aun no gustado, todo queda reparado, y con creces: Jess sonre, nos ayuda sin parecer que lo hace, y nuestro y dbil amor enjuga las lgrimas que los malos le hacen derramar. El amor todo lo puede: las cosas ms imposibles no le parecen difciles. Jess no mira tanto la grandeza de las obras, ni siquiera su dificultad, cuanto el amor con que se hacen... Hace algn tiempo encontr una frase que me parece muy hermosa. Es sta, creo que te va a gustar: La resignacin es todava distinta de la aceptacin de la voluntad [2v] de Dios; existe entre ellas la misma diferencia que entre la unin y la unidad. En la unin hay todava dos, en la unidad no hay ms que uno. S, no seamos ms que uno con Jess! Despreciemos todo lo que es pasajero. Nuestros pensamientos deben dirigirse al cielo, pues all est la morada de Jess. Pensaba hace unos das que no debemos apegarnos a lo que nos rodea, pues podramos vivir en otro lugar distinto de ste en que vivimos, y entonces nuestros afectos y nuestros deseos ya no seran los mismos... No s explicarte mi pensamiento, soy demasiado torpe para hacerlo, pero cuando te vea te lo dir de palabra. Por qu te habr dicho todas estas cosas que t sabes mucho MEJOR que yo? Perdname. Necesitaba tener contigo una conversacin como las que tenamos antao. Pero ese tiempo no pas, seguimos siendo las dos una MISMA ALMA, y nuestros pensamientos siguen siendo los mismos que eran en las ventanas del mirador... Me llena de alegra pensar que un da celebraremos tu santo en la ciudad celestial. Tu hermanita, Teresa del Nio Jess [2vtv] S, es muy triste pensar que el Padre se va para el Canad. Pero nos queda Jess...! 43. Cta 66 Al seor Martin 15 de noviembre de 1888 Mi querido Rey: Qu bueno es Dios por haberte curado! Te aseguro que tu Reinecita estuvo muy preocupada, y realmente haba motivos para ello, pues estuviste [1v] muy enfermo. Todo el Carmelo estaba en oracin, y por eso Dios acab por escuchar sus plegarias y me devolvi a mi Rey. Pero ya sabes, querido papato, que ahora que Dios ha hecho lo que desebamos, te toca a ti hacernos completamente felices. La Hurfana de la Berezina [2r] te suplica que te cuides MUCHO, todo lo que haga falta, ya sabes que la Intrpida n 2 entiende de eso. As que te ruego que respetes ese ttulo (que le ha dado el mismo Rey) y que te cuides cuanto sea necesario. Tu Reinecita est siempre a tu lado [2v] con el corazn. Cmo va a olvidar a su Rey tan bueno...? Y, adems, me parece que el cario se agranda, si es posible, cuando se ha sufrido tanto... Adis, mi Rey querido. Y sobre todo, cudate mucho para dar gusto a tu Reina, Teresa del Nio Jess p.c.ind. Cta 67 A la seora de Gurin 18 de noviembre de 1888 J.M.J.T. Querida ta: Permtale a su hijita ir tambin ella a ofrecerle su humilde felicitacin. Le va a parecer bien poca cosa, comparada con las que ya habr recibido; pero no importa, su corazn no puede dejar de decir a su ta querida cunto la quiere. [1v] Esta maana, en la comunin, he pedido mucho a Jess que la colme de sus alegras. Ay, no es eso precisamente lo que l nos est enviando desde hace algn tiempo! Es la cruz, slo la cruz, lo que l nos ofrece para descansar... Si yo fuera la nica que sufriese, querida ta, no me importara; pero s muy bien hasta qu punto ustedes comparten nuestro dolor. Yo quisiera, en este da de su santo, quitarle todas las tristezas y cargar sobre m todas sus penas. [2r] As se lo peda hace un momento a aquel cuyo corazn late al unsono con el mo; y comprend que lo mejor que l poda darnos era el sufrimiento, que no lo da ms que a sus amigos predilectos. Y esta respuesta me haca ver que no estaba siendo escuchada, pues vea que Jess amaba demasiado a mi querida ta para quitarle la cruz... 44. Me ha emocionado mucho, querida ta, con la hermosa tarta que nos ha mandado. En vez de [2v] felicitarle nosotras su santo, es usted quien nos lo felicita a nosotras. La verdad, es demasiado! Yo no tengo para regalarle a mi querida ta ms que una pobre estampita, pero confo que slo mirar a la intencin de su hijita! Adis, querida ta, me parece que en la tribulacin usted est ms cerca an de su hijita, Teresa del Nio Jess post. carm.ind. La carta de sor Mara del Sagrado Corazn estaba ya terminada cuando recibimos la tarta. Me encarga que se lo agradezca mucho. Cta 68 Al seor Martin J.M.J.T. El Carmelo, 25 de noviembre de 1888 Querido papato: Tu Reina piensa constantemente en ti y reza todo el da por su Rey. Soy muy feliz en el dulce nido del Carmelo, y lo nico que deseo ya en la tierra es ver a mi Rey completamente curado. Pero s muy bien por qu nos manda Dios esta prueba: para que ganemos el [1v] cielo. l sabe que nuestro padre es lo que ms amamos en la tierra; pero sabe tambin que es necesario sufrir para alcanzar la vida eterna, y por eso nos prueba en aquello que nos es ms querido. Presiento tambin que Dios va a dar a mi Rey, en el reino del cielo, un trono magnfico; tan bello y tan por encima de todo pensamiento humano, que se puede decir con san Pablo: Ni el ojo del hombre [2r] vio, ni su odo oy, ni su corazn puede comprender lo que Dios tiene reservado para los que ama". Y hay alguien a quien Dios ame en la tierra ms que a mi querido papato...? La verdad es que no puedo creerlo... Hoy, adems, l nos est dando la prueba de que no me equivoco, pues Dios prueba siempre a los que ama. Y estoy convencida de que Dios hace sufrir tanto en la tierra, a fin de [2v] el cielo les parezca mejor a sus elegidos. l dice que, en el ltimo da, enjugar todas las lgrimas de sus ojos. Y, sin duda alguna, cuantas ms lgrimas haya que enjugar, tanto mayor ser la alegra... Adis, querido Rey mo, tu Reina se regocija pensando en el da en que reine contigo en el hermoso y nico verdadero reino del cielo. Teresa de Jess post. carm. ind. 45. Cta 69 A Mara Gurin Noviembre (?) de 1888 Jess M.J.T. Mi preciosa Mueca: No puedo resistir al deseo de darte las gracias por tu carta; me ha gustado mucho. No puedes imaginarte cmo me acuerdo de ti. Mi Marita est siempre presente en mi pensamiento. Adems, aunque quisiera olvidar a mis primitas, no lo conseguira, me alumbra tan bien mi linda lamparilla...! [1v] Teresa va a pedirte un nuevo favor. Acaba de decirme sor Ins que necesito un par de zapatos forrados, como los que te vi muchas veces en invierno; son una especie de botas forradas de astracn. Si mi ta quisiera comprrmelos, me dara una gran alegra. Se los podra probar Juana, que tiene exactamente el mismo pie que yo. Tengo muchas cosas que decirle a mi Mueca, pero esperan estas letras y tengo que dejarte, el jueves podr contarle muchas cosas a mi querida hermanita. Mientras tanto, dale un fuerte abrazo a mi QUERIDA ta, a mi to y a mi querida Juanita. [2r] En cuanto a mi Lul, me es imposible decirle cunto la quiero, mi corazn est demasiado lleno de cario hacia l. Me alegrara mucho poder tener los zapatos para esta tarde. No puedes imaginarte lo bien que nos cuidan en el Carmelo: siempre tengo que estar comiendo y calentndome los pies... Hasta el jueves, mi preciosa mueca viviente. Me siento muy muy feliz, en el colmo de mis deseos. Teresa del Nio Jess Muchos recuerdos a mi querida Marcelina. Cta 70 A la madre San Plcido Primeros de diciembre de 1888 J.M.J.T. Jess + El Carmelo, diciembre de 1888 Querida Profesora: Su atento detalle me ha emocionado profundamente. Con mucho gusto recib la circular de las Hijas de Mara. Puede estar segura de que no dejar de asistir con el corazn a tan hermosa fiesta. Porque no fue en esa capilla bendita donde la Santsima Virgen tuvo a bien adoptarme como hija suya en el hermoso da de mi primera comunin y en el de mi ingreso en la Congregacin de las Hijas de Mara? Nunca podr olvidar, querida Maestra, lo buena que fue usted conmigo en esas fechas tan importantes de mi vida. Y no dudo que la gracia insigne de mi vocacin religiosa [1v] germin aquel da feliz en que, rodeada de mis 46. santas profesoras, me consagr a Mara al pie de su altar, escogindola especialmente por Madre, despus de recibir a Jess aquella maana por primera vez. Me gusta pensar que la Virgen no mir entonces mi indignidad y que, en su gran bondad, tuvo a bien poner los ojos en la virtud de aquellas profesoras que con tanto esmero haban preparado mi corazn para recibir a su divino Hijo. Me gusta pensar que por esa razn la Virgen quiso hacerme todava ms perfectamente hija suya concedindome la enorme gracia de traerme al Carmelo. Creo, querida Profesora, que habr estado usted al corriente de la enfermedad de mi queridsimo. Durante algunos das tem que Dios le arrebatase a mi ternura; pero Jess se dign concederme la gracia de que se restableciese para el momento de [2r] mi toma de hbito. Todos estos das estaba pensando escribirle, para comunicarle que haba sido aprobada por el captulo; pero como no saba le fecha que Monseor tendra a bien fijar, segua esperando. Confo, querida Profesora, que no haya tomado esta demora por indiferencia. No, mi corazn sigue siendo el mismo, y creo que despus de mi entrada en el Carmelo se ha hecho todava ms tierno y ms capaz de amar. Por eso, me acuerdo con frecuencia de mis santas profesoras, y me gusta nombrarlas a todas en particular delante de Jess durante las horas bendi