Carta Universitaria No. 68

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Versión digital: http://www.cartauniversitaria.unal.edu.co Número 68 Enero de 2012 Distribución gratuita Universidad Nacional de Colombia • Unidad de Medios de Comunicación (Unimedios) [email protected] ISSN 01222929 Páginas 8 y 9 Páginas 10 y 11 Agricultura urbana La Universidad Nacional de Colombia participa en un proyecto que busca sacarle provecho a las terrazas y los patios de las casas de 70 unidades familiares en la localidad de Usme. Posgrados se autoevalúan La Universidad Nacional de Colombia adelanta la revisión académica de sus programas de especialización, especialidades médicas, maestrías y doctorados, con el fin de establecer su nivel y así prepararse para presentarlos al proceso de certificación de alta calidad ante el Consejo Nacional de Acreditación (CNA). Andrés Felipe Castaño / Unimedios

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Carta Universitaria No. 68 - Universidad Nacional de Colombia

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Versión digital: http://www.cartauniversitaria.unal.edu.co

Número 68Enero de 2012

Distribución gratuita

Universidad Nacional de Colombia • Unidad de Medios de Comunicación (Unimedios)[email protected] • ISSN 01222929

Páginas 8 y 9

Páginas 10 y 11

Agricultura urbanaLa Universidad Nacional de Colombia participa en un proyecto que busca sacarle provecho a las terrazas y los patios de las casas de 70 unidades familiares en la localidad de Usme.

Posgrados se autoevalúan

La Universidad Nacional de Colombia adelanta la revisión académica de sus programas de especialización, especialidades médicas, maestrías y doctorados, con el fin de establecer su nivel y así prepararse para presentarlos al proceso de certificación de alta calidad ante el Consejo Nacional de Acreditación (CNA).

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Esta es una publicación de la Unidad de Medios de Comunicación

(Unimedios) de la Universidad Nacional de Colombia

Edificio Uriel Gutiérrez Carrera 45 N° 26-85, of. 531

PBX: (1) 316 5000 ext. 18108/18109http://www.cartauniversitaria.unal.edu.co

[email protected]

DirectorCarlos Alberto Patiño Villa

Subdirectora Blanca Nelly Mendivelso Rodríguez

Editor José Luis Barragán Duarte

Redacción UnimediosFélix Enrique Blanco

Luis Alejandro BorráezLuis Miguel Palacios Bermúdez

Jeinst Campo RiveraGimena Pérez Ruiz

Nicolás GalloCésar Herrera

Corrección de estiloClara Andrade Patarroyo

DiagramaciónJonny Felipe Flórez

FotografíaVíctor Manuel HolguínAndrés Felipe Castaño

Archivo fotográficoKelly Johana Parra

Versión InternetMedios Digitales

ImpresiónEditoriales La República

Las opiniones expresadas por los autores y sus fuentes no comprome-ten los principios de la Universidad Nacional de Colombia ni las políti-cas editoriales de Carta Universitaria.

¡Bienestarpara todos!

La Oficina de Bienestar Universitario de la UN en Palmira es mucho más que cultura y deporte para los cerca de 8.500 miembros de la comunidad universitaria. Programas de acompañamiento integral, salud, fomento socioeconómico y atención a egresados complementan este portafolio de servicios.

Jeinst Campo RiveraUnimedios Palmira

Al referirse a Bienestar Universi-tario (BU) en la UN en Palmira se debe mencionar que actualmente adelanta cerca de treinta progra-mas deportivos y culturales con los que busca desarrollar las habilida-des y potencialidades de los miem-bros de la comunidad universitaria en lo intelectual, espiritual, psí-quico, afectivo, académico, social y físico.

Una faceta fundamental del BU en esta sede es la contribución al desarrollo institucional por medio de la ejecución de procesos de seguimiento, evaluación y mejo-ramiento de la calidad de vida y el fortalecimiento del sentido de identidad y pertenencia de estu-diantes, empleados y egresados.

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“Por su aporte a la educación, el Sistema de Bienestar Universita-rio se concibe como eje articula-dor y transversal de la docencia, investigación y extensión en la Universidad, para lo cual adelanta acciones que complementan la formación integral de los estu-diantes y el desarrollo humano de sus empleados, docentes y admi-nistrativos”, sostiene José Áder Gómez Peñaralda, director de la dependencia.

Según Gómez Peñaralda, estos puntos de referencia han cohesio-nado y fortalecido la gestión del equipo de trabajo, conformado por más de 47 personas que dedi-can su tiempo a la implementación

Cultura y deportesCon la misión de fortalecer aptitudes estéticas y artísticas y de estimular la práctica de actividades recreativas, formativas y competitivas, estas áreas ofrecen una amplia gama de posibilidades.

Cultura realiza cerca de veinte talleres semestrales de formación, además de ser artí-fice de eventos emblemáticos como el Día y Noche de la Nacional y la Semana Uni-versitaria.

De acuerdo con Luz Dary Banguero, coordinadora del área, “el desarrollo de la activi-dad lúdica, la instrucción y promoción cultural e intercultural, la expresión de talentos y el afianzamiento de lazos con la academia son los ejes fundamentales de trabajo, en los que se incentivan habilidades referidas a este campo”.

Por su parte, Deportes coordina 15 programas que proponen la adopción de hábitos de vida saludables y la formación integral. Tiene una oferta de planes, proyectos y escenarios para la realización de actividades físicas y deportivas que han trascendido ya el ámbito nacional.

Según María Mei Hurtado, coordinadora, “hemos tenido grandes logros con los deportistas de la sede, entre los que figura la clasificación y participación en los Juegos Deportivos Nacionales en disciplinas como ultímate, natación y tenis de mesa, todos con balance positivo”.

Acompañamiento y desarrollo socioeconómicoBienestar ofrece dos tipos de acompañamiento a los 2.500 estudiantes de la sede.

Uno de ellos es el Integral, que propicia la construcción de tejido social incluyente y el fortalecimiento de las relaciones humanas por medio de herramientas que apoyan a la comunidad en los cambios y retos que le impone su tránsito por la Universidad.

Según Rubitalia Narváez, coordinadora del área, son siete los programas fundamentales para sensibilizar y motivar la permanencia en condiciones agradables a los estudiantes y de esta manera contrarrestar el corte abrupto en la continuidad de las obligaciones académicas.

Narváez enumera los programas: acompañamiento estudiantil para disminuir la deser-ción, gestión de proyectos estudiantiles para promover liderazgo estudiantil; convi-vencia y cotidianidad para mantener el tejido social universitario; preparación para el cambio; puntos de contacto y desarrollo de potencial humano.

Además, se puso en marcha el plan de ruta segura que diariamente ofrece servicios en tres horarios a los usuarios: mañana, mediodía y tarde.

Y el segundo tipo de acompañamiento corresponde a Gestión y Fomento Socioeco-nómico, que ejecuta acciones orientadas al mejoramiento del flujo de recursos de los miembros de la comunidad universitaria para contribuir a su crecimiento personal y profesional sin contratiempos.

“Durante el primer semestre del 2011, el área atendió a 377 estudiantes en situación de vulnerabilidad, específicamente en préstamo estudiantil, y benefició a 102 alumnos de los estratos 1, 2 y 3”, afirma Pamela Rojas Altamar, coordinadora.

SaludEn el primer semestre del 2011 se beneficiaron 3.927 estudiantes en diferentes campos: 1.000 recibieron atención médica; 1.215, psicológica y 1.702, odontológica. Además, esta área coordina cuatro programas que promueven el autocuidado, la salud y la prevención de la enfermedad.

“Con la implementación de programas de detección e intervención de riesgos, la pro-moción de la salud y prevención de la enfermedad, la gestión de salud y la atención primaria, ofrecemos a la comunidad talleres, conferencias, foros, campañas y jornadas dedicadas al tema”, sostiene Carmen Eugenia Arias, coordinadora.

EgresadosLos cerca de 4.000 exalumnos de la Sede Palmira también permanecen vinculados en los procesos de Bienestar Universitario con mecanismos como convocatorias, ofertas laborales y educación continua.

“El Programa de Egresados es un intento de la Universidad por mantener el contacto con quienes se gradúan. Por esta razón, nos comunicamos con ellos por medio del Sistema de Información de Egresados (SIE) que es nuestra estrategia de acercamiento y retroalimentación permanente”, afirma Ana María Quenguán, coordinadora del pro-grama.

720.693.653de pesos fue el presupuesto de Bienestar Universitario en la Sede Palmira en 2011.

47%El área de Gestión y Fomento Socioeconómico recibe el 47% de este presupuesto.

de programas dirigidos a los 8.500 miembros de la comunidad de sede, entre activos y graduados.

Y no solamente se piensa en la vivencia en el interior del campus, la Institución también vela por la seguridad general de sus miem-bros. Debido a los continuos robos que se presentaron en el 2010, se diseñó el programa ruta segura que, desde este año, permite a la comunidad movilizarse tranquila-mente desde sus residencias hasta la Universidad y viceversa.

De esta manera, los miembros de la UN en Palmira se favorecen de los proyectos que promueven su bienestar.

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En la Universidad Nacional de Colombia los recursos naturales son vitales y su cuidado implica la construcción de una política que cubra al país y se adecúe a las particularidades de cada sede.

Félix Enrique Blanco Unimedios Bogotá

Tres pilares soportan la Polí-tica Ambiental de la Universidad Nacional de Colombia (Paunc): la Formación Ambiental, la Ges-tión Administrativa Ambiental y el Manejo Adecuado de los Recursos Ambientales.

En el marco del Sistema de Mejor Gestión (UN Simege), el subpro-yecto Responsabilidad Ambiental desarrolló este concepto a partir del documento de soporte vali-dado por el Instituto de Estudios Ambientales (IDEA) de la Insti-tución y los delegados de Ges-tión Ambiental de la Vicerrectoría General y de las sedes.

“La política le da una dimensión muy importante al tema de for-mación ciudadana. Tenemos que educar ambientalmente a los estu-diantes, a los profesores, a los admi-nistrativos, a los proveedores y a los contratistas”, asegura Laura Osorio, profesora del IDEA, quien ha lide-rado el proceso.

De acuerdo con la docente, la Universidad no solo tiene la res-ponsabilidad de mantener sus campus ambientalmente sanos sino que también debe mane-jar sus recursos naturales, poseer sistemas alternativos de energía y de manejo de las aguas lluvias. Explica, por ejemplo, que brindar un uso correcto a los residuos sóli-dos de la Sede Bogotá va más allá de cumplir dicha función ya que además abarca la reducción de su producción, la disposición en buen recaudo de los residuos peli-grosos y reciclar, como se hace con la reutilización del papel.

“Cuando se habla de campus se refiere a las propiedades o espacios que administra la Universidad, por ejemplo en Bogotá está Marengo y en Palmira, Yotoco. Todas las sedes están incluidas y hay que cono-cerlas, saber sus puntos débiles y sus fortalezas para planificarlas de manera adecuada”, explica la docente.

El tercer pilar es la forma como la UN administra el medioambiente, factor en el que la comunidad uni-versitaria debe estar involucrada: “Desde el Rector, que tiene que establecer las responsabilidades de un vicerrector de sede, de un decano, del director de bienestar, de los profesores, de los estudian-tes, de nuestros proveedores y de la parte administrativa”, dice Osorio.

Por su carácter multisede, la Universidad hace presencia en muchas regiones del país, lo que implica que, aunque haya una política de cobertura nacional, esta debe tener en cuenta las par-

ticularidades de cada región. Tal condición, según explica, le signi-fica asumir la responsabilidad de mantener los ecosistemas de los campus en buenas condiciones, en equilibrio con el sistema cons-truido y el desarrollo de las activi-dades propias de la Institución.

En este sentido, la profesora Osorio explica algunos de los ajustes que han entrado a operar y significan un cambio de hábitos. Por ejemplo, en Bogotá se cambiaron los sanitarios por ahorradores de agua, los bom-billos por ahorradores de energía y los nuevos edificios se han ade-cuado con sistemas de ahorro de energía. En San Andrés, agregó, es obligatorio recoger el agua lluvia porque a la sede no llega el líquido, debido a que el acueducto de la isla solo funciona en el centro.

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El Jardín Botánico de la Sede San Andrés es un componente de la política ambiental adelantada por la Universidad.

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La misión formativa de la UN no solo se enfoca en ofrecer conoci-mientos en cada una de las áreas del saber, sino que debe formar a sus estudiantes para que se convierta en ciudadanos respon-sables con el medioambiente y, además, velar por el cumpli-miento de las políticas y normas ambientales en todos los ámbi-tos: nacional, regional y local, y a partir de estos procesos gene-rar más conocimiento especiali-zado.

“En la política de la Universidad, su obligación y su razón de ser es la educación y la formación de profesionales, pero también debemos formar ciudadanos con un comportamiento ético en relación con el medioam-biente”, enfatiza la docente del IDEA, quien afirma que este componente hace a esta política ambiental de la Institución pio-nera en el ámbito internacional.

En lo práctico, actualmente la UN adelanta dos proyectos de alto nivel en este campo: Agendas del Conocimiento (ver recuadro 1) y el Gran Jardín Botánico (ver recuadro 2), con los que busca sensibilizar a la comunidad aca-démica sobre su responsabilidad frente al espacio que la rodea.

1. Agendas del Conocimiento:Ambiente y Biodiversidad

Este proyecto es adelantado por la Vicerrectoría de Investigación y su finalidad es conver-tirse en plataforma de proposición y desarrollo de programas y proyectos investigativos institucionales, de carácter interdisciplinario, en los que el medioambiente y la biodiversi-dad tengan cabida importante, ocupando un capítulo de las Agendas del Conocimiento. Vale la pena destacar que entre 2003 y 2009, 467 grupos de investigación han trabajado en temas relacionados. De este total, 123 son intersedes.

En el mismo periodo, 1.498 personas estuvieron vinculadas en la realización de estos proyectos, 1.230 como docentes y más del 85% de ellos con alto grado de formación (estudios de maestría y/o doctorado).

Respecto a la producción académica e investigativa, el 60% de los 9.980 productos regis-trados fueron desarrollados por grupos categoría A y más del 58% corresponde a gene-ración de nuevo conocimiento, presentado a la comunidad científica, principalmente en artículos de revistas. La restante producción se distribuye, en segundo lugar, en produc-ción audiovisual y, en tercera instancia, en patentes.

En estos seis años se desarrollaron cerca de 2.015 proyectos de investigación y 1.294 de extensión con el liderazgo de las sedes de Bogotá y Medellín. Por su parte, Amazonia, Caribe, Manizales, Palmira y Orinoquia participaron con un creciente número de proyec-tos: 437 de investigación y 293 de extensión.

En cuanto a la infraestructura académica, la Universidad cuenta con 25 unidades especia-lizadas que han trabajado el tema como: el Instituto de Estudios Ambientales (IDEA), el Instituto de Ciencias Naturales, el Museo de Historia Natural, el Centro de Estudios de Ciencias del Mar (Cecimar) y el Instituto de Biotecnología, entre otros, que desarrollan proyectos de investigación y extensión.

La Institución adelanta más de 424 proyectos con 74 instituciones del orden nacional y/o regional, en los que participan las diferentes sedes. Con algunas de las entidades que ha trabajado son: Colciencias, el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, las Corpora-ciones Autónomas Regionales, la Universidad Militar Nueva Granada, La Universidad del Valle y Universiteit van Amsterdam, entre otras.

2. Un Gran JardínBotánico

Con el propósito de estudiar y enri-quecer el patrimonio cultural, natural y ambiental de la Nación y de contribuir a su conservación, la UN adelanta este proyecto, constituido por una red de jardines botánicos, arboretos y áreas naturales, en sus ocho sedes. En su desa-rrollo cuenta con la participación de 21 facultades, 18 institutos de investigación y 654 laboratorios.

Con esta iniciativa, la Universidad asume su compromiso con el medioambiente como una acción concreta para la con-servación y uso sostenible de los recur-sos naturales del país. Aquí destaca su participación en las regiones de frontera, estratégicas por su rica biodiversidad.

De acuerdo con el uso y la finalidad de los espacios, el proyecto se divide así:

Colección Viva: Incluye el Arboretum Bogotá, en la sede de esta ciudad, y el Arboretum, orquídeas y palmas de la Sede Medellín.

Horticultura: El Centro Agropecuario Marengo de Mosquera, el Vivero Sede Medellín, ubicado en el occidente de Antioquia; la Granja Mario González Aranda de la Sede Palmira. Se espera agregar al proyecto los campos de Ges-tión Ambiental en la Sede Orinoquia, en la Sede Tumaco el llamado Pacífico como un Jardín Botánico para Colombia y el Jardín Botánico en el Centro de Historia Natural de Villa de Leyva, en Boyacá.

Biodiversidad: Se encuentran el Jardín Botánico de San Andrés Islas y la Reserva Natural Forestal Bosque de Yotoco en el Valle del Cauca.

Educación: Está la Clínica de Plantas en la Sede Bogotá y Plantas Piloto de Biotecnología y Agroindustria en Mani-zales.

Investigación: Estación El Zafire en Leticia, Amazonas, y la Estación Roberto Franco de Villavicencio, Meta.

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La profesora Osorio plantea como prioridad, luego de la construcción de la política ambiental, que cada sede incluya el tema oficialmente en su plan de desarrollo. Explica que cada una debe establecer sus prioridades, la forma de aplicar los protocolos y normas obligatorias, aspectos en los que han avanzado, lo que permite ampliar las metas para el 2012.

“UN Simege tiene registrados todos los avances por sede. Sin embargo, donde no hemos empezado es en formación ambiental universitaria y en lo administrativo, es decir en la imposición de responsabilidades. Ahí estamos un poco atrasados”, puntua-lizó la docente del IDEA.

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Reserva Natural Forestal Bosque de Yotoco en el Valle del Cauca.

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Por la gloria internacional

El equipo de Atletismo Máster de la Universidad Nacional de Colombia adelanta una intensa preparación para participar en el XVI Campeonato Suramericano que se realizará en Perú y el mundial de la categoría del 2013, en Porto Alegre (Brasil).

César Enrique Herrera De la HozUnimedios Bogotá

La preparación de un deportista de alto rendimiento exige constan-cia, disciplina y una gran dosis de compromiso. Así lo entienden los funcionarios administrativos que integran la selección de Atletismo Máster de la Universidad Nacio-nal de Colombia, para quienes la fuerte lluvia o la inclemencia del sol no son impedimento para prac-ticar, de lunes a viernes, siempre al mediodía, en la pista atlética del estadio Alfonso López Pumarejo.

Y si no es en el campus de la UN, no es extraño encontrarlos en otros escenarios deportivos de la capital, porque ante la cercanía del torneo que se realizará en marzo en tierras incaicas, las vacaciones y fines de semana se deben apro-vechar.

Precisamente, para Leonel Gómez Olaya, entrenador del equipo, la disciplina y constancia son las principales fortalezas del grupo. “Ellos han sabido aprovechar los espacios. No desperdician el tiempo y han entendido la impor-tancia de la actividad física para cuidar la salud”, explica.

Un ejemplo es Ana Mercedes Fuentes, quien lleva 20 años prac-ticando atletismo en la UN. Para ella, la clave ha sido ir más allá de lo recreativo y entender la respon-sabilidad de participar y represen-tar a la Institución con alto nivel en las competencias. “La disciplina nos lleva a hacer buenas presen-taciones y estar en el podio es una gran satisfacción”, añade.

Entre tanto, Carlos Sánchez, inte-grante y delegado del equipo, considera que el trabajo arduo se ha visto ampliamente recompen-sado en los últimos años, lo que le permite pensar en fortalecer las esperanzas de cara a obtener una excelente participación en las próximas justas internacionales.

Éxitos auguran buen futuro

En el 2011, la selección alcanzó un papel protagónico en dos compe-tencias en el país. En los XI Juegos Deportivos Nacionales de Trabaja-dores, Docentes y Empleados de las Instituciones de Educación Superior, realizados en octubre en Medellín, la UN obtuvo el primer lugar con las damas y el tercero con los varones. La delegación, integrada por 8 atle-tas en cada rama, trajo a Bogotá 41 medallas, entre ellas 21 de oro.

Por su parte, en el II Festival del Mar de Cartagena, organizado por Atlemaster, ganó dos medallas de oro, 15 de plata y tres de bronce, compitiendo frente a más de 400 atletas del país. El equipo de la UN participó con nueve deportistas, cinco mujeres y cuatro hombres, en siete categorías, obteniendo podios en las pruebas de 100, 200, 800 y 1.500 metros, además de los relevos.

Los resultados se complementan

con la experiencia que tiene de sobra Julio Yepes, pensionado de la UN, que lleva más de 30 años en este deporte. En el Suramericano de Atletismo Máster 2010, celebrado en Chile, obtuvo presea de oro en los relevos de 4 x 400 m, plata en relevos 4 x 100 m y en velocidad de 200 metros, y bronce en velocidad de 400 metros.

El entrenador Gómez reconoce que la trayectoria de sus dirigi-dos, alcanzada con logros, los ha

motivado. Ahora, según explica, todos quieren competir, ganar y representar a la UN y al país en las próximas competencias interna-cionales.

De esta forma, los trabajos se enfo-can en mejorar la capacidad física de los seleccionados y perfeccionar la técnica para las competencias, aunque algunos de los integrantes del equipo, entre ellos, Julio Yepes, practican otras modalidades como el lanzamiento de jabalina.

Toda una familiaEn el atletismo no siempre se puede hablar de un deporte de conjunto. Una vez los participantes han salido a la pista están solos, respaldados úni-camente por su preparación física y mental.

Sin embargo, el equipo de la UN ha logrado superar estas circunstancias demostrando que el trabajo colectivo sí existe en esta disciplina: “Las competencias se convierten en una excusa para crear un grupo de amigos o una familia”, afirma el entrenador Gómez.

Carlos Sánchez, por su parte, no duda en apoyar la percepción de su entrenador y dice que la parti-cipación es un ejemplo de vida que impacta direc-tamente en cada integrante, pues “enriquece las relaciones humanas, mejora el desempeño en el trabajo y hace crecer a la Universidad”. A este entusiasmo se suma Wilson Páez, médico de Unisalud con más de 10 años practicando este deporte. Desde su experiencia como médico y deportista no duda en extender la invitación a toda la Universidad a respaldar al equipo.

“Los espacios deportivos de la UN están subuti-lizados. Pero esperamos que con nuestro ejem-plo, la unión del grupo y nuestros triunfos en las próximas competencias, ayudemos a fomentar este deporte en la Nacional”, dice Páez.

Las medallas obtenidas por el equipo de Atletismo Máster de la UN durante el 2011 son una gran motivación para buscar la victoria en los campeonatos internacionales que se aproximan.

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El estadio Alfonso López Pumarejo cuenta con un importante espacio para la práctica del atletismo. Los interesados (docentes, estudiantes, trabajadores o pensionados) pueden participar sin costo alguno en los entrenamientos que se realizan en los días de semana, ya sea para competencias de alto nivel o como un estilo de vida saludable.

Deporte

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Apuesta por la reforestación

Una novedosa estrategia para la recuperación de áreas degradas en el trópico seco del occidente del departamento adelantan investigadores de la UN en Medellín y miembros de la Corporación Autónoma Regional del Centro de Antioquia (Corantioquia).

Gimena Ruiz PérezUnimedios Medellín

A hora y media de la capital antio-queña, por la vía que conduce a Turbo, se encuentra la subregión Occidente del departamento, en la que se hallan algunos paraísos turís-ticos como El Salto, caracterizados por la benevolencia de su clima y la variedad de ofertas campestres. Sin embargo, el uso excesivo de la tierra, que ha sido parcelada y dedicada a la ganadería extensiva, causó su deterioro y ahora el pai-saje ha cambiado el color verde por café oscuro.

Con el fin de detener este proceso y devolver la riqueza natural a estas zonas hoy devastadas, investigado-res del Departamento de Ciencias Forestales de la UN en Medellín, funcionarios de Corantioquia y miembros de la comunidad del corregimiento de Sucre en el muni-cipio de Olaya realizan un ejerci-cio de reforestación que permitirá recuperar los bosques originarios de esta región.

El proyecto Ensayo de recuperación de áreas degradadas en el bosque seco tropical propone programas de reforestación que mejoren la situa-ción ambiental. Para tal fin fueron

plantadas alrededor de 15 especies arbóreas y el siguiente paso es iden-tificar cuáles de ellas tienen mejor respuesta a las condiciones de pre-cipitación de los suelos.

Luis Fernando Osorio, docente y líder del proyecto, explica: “Van siete meses de ejecución y hasta el momento se han establecido 11 hectáreas que albergan alrededor de 11.200 árboles. En otras cinco, en las que se realiza un enriqueci-miento de rastrojos y regeneración asistida, se han sembrado cerca de 5.200 individuos”.

Ya el panorama empieza a cam-biar. En el bosque -hasta hace poco desprovisto, con un solo árbol proveedor de sombra en medio del inclemente sol- se abren paso especies nativas con bonda-des maderables o para producir biomasa, como el algarrobo, indio desnudo, cedro amarillo y rojo, piñón de oreja, flamboyán, trona-dor y ébano.

Apoyo total

La iniciativa es financiada por Corantioquia, organismo que apuesta por la recuperación de áreas degradadas en el Bajo Cauca y Occidente antioqueño.

Según Nolberto Marín, ingeniero forestal de la entidad y mentor de estas iniciativas, “con los ensayos buscamos consolidar modelos de recuperación en esta región que presenta condiciones climáticas muy difíciles, ya que la lluvia es escasa, la temperatura alta y los periodos de verano muy largos”.

Un total de 10 trabajadores de la zona están vinculados al proyecto y son quienes viven diariamente los

rigores de las altas temperaturas; sin embargo, manifiestan que el proyecto contribuye a la conserva-ción de los ambientes naturales.

Caleb Baldovino, campesino del corregimiento de Sucre, explica su experiencia: “El clima por acá es muy seco y el agua es poca, pero con este trabajo estamos ayudando a que la tierra se recupere de tantos daños causados por nosotros mismos”.

Resultados promisorios

En la primera etapa, los investiga-dores han evaluado el progreso de las especies que, según el profesor Osorio, han reaccionado muy bien, en particular las autóctonas como el indio desnudo, caracterizado por su corteza muerta y muy delgada, de color rojizo, semejante a la piel cuando se descascara.

De acuerdo con el docente, “de las 15 especies que tenemos planta-das, al menos diez han dado muy buenos resultados en porcentaje de sobrevivencia y desarrollo ini-cial”.

Adicional al impacto medioam-biental, este proyecto ha generado mejoría en los índices de empleo, ya que los participantes han logrado estabilidad laboral por siete meses en los que han aprendido sobre reforestación, tema antes descono-cido por ellos.

“Ha sido una experiencia muy buena porque con las capacidades adquiridas nos sentimos prepara-dos para sembrar, abonar y soste-ner una plantación. Además, para mí sería muy hermoso, después de tantos años, ver reforestados estos peladeros”, dice Lizardo Quintero, campesino de la región.

De esta manera, este territorio fun-dado en 1773 por Francisco Herrera Campuzano aspira a recuperarse para volver a ser un paraíso verde.

Experiencia UN, gran fortalezaEl Departamento de Ciencias Forestales de la Facultad de Ciencias Agropecua-rias cumplió recientemente 60 años de existencia y en su aniversario fue escogido por Corantioquia para la ejecución del proyecto, debido a su amplia trayectoria y vasta experiencia en el tema forestal.

Según Óscar Valencia, interventor del proyecto, la contribución de la academia es fundamental para lograr el éxito de este tipo de labores. “La idea fue escoger una institución que tuviera un conocimiento amplio en esta clase de propuestas. Por esto se eligió a la Universidad Nacional”, explicó.

Una mirada al pasadoLos territorios que hoy ocupa el municipio de Olaya pertenecieron en el siglo XIX a los distritos de Sucre y Sacaojal. Sin embargo, su primer poblamiento se dio a mediados del siglo XVIII, siendo relativamente tardío si se compara con otras fundaciones de la región de Occidente. Fueron habitados por mestizos y mulatos procedentes de Santa Fe de Antioquia, en busca de tierras adecuadas para el cultivo de tabaco. Tomado de: http://olaya-antioquia.gov.co/nuestromu-nicipio

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Posgradoscertifican su calidadEl proceso de autoevaluación que desarrolla la Universidad Nacional de Colombia dio sus primeros resultados y, este año, 14 doctorados y 70 maestrías podrían presentarse ante el Consejo Nacional de Acreditación (CNA) para ser certificados. Aunque este modelo cumple un año de aplicación en el país, la Institución espera emular los buenos resultados obtenidos con los programas de pregrado.

César Enrique Herrera De la HozUnimedios Bogotá

La tendencia en Colombia, Lati-noamérica y el mundo es confiar a las universidades y, en especial, a sus docentes y estudiantes de pos-grado la creación de nuevo conoci-miento, a partir del desarrollo de la ciencia y la tecnología que impacte positivamente en el crecimiento económico y el bienestar social de sus respectivas sociedades.

Esta premisa implica al menos cuatro desafíos para las universi-dades: 1) La creación de maestrías y doctorados en diversas discipli-nas; 2) La conformación de grupos de investigación que produzcan saber aplicable a las necesida-des del país; 3) El mejoramiento de la calidad de las publicacio-nes científicas y 4) la búsqueda de más recursos para financiar la construcción de laboratorios, la adquisición de herramientas tecnológicas, la actualización de bibliotecas y el pago de docentes a los que les exigen altos niveles de formación y experiencia.

Las cifras oficiales en Colombia corroboran el compromiso de las universidades (tanto públicas como privadas) por aumentar la oferta de posgrados, mejorar los niveles investigativos y aumentar el impacto de las producciones científicas en el contexto social, económico y político. Por ejemplo, el país pasó de ofrecer doce pro-gramas de doctorado en el 2002 a 173 en el 2011. De igual forma, mientras en el 2000 contaba con 0,4 doctores graduados por millón de habitantes, en el 2007, con 2,3 doctores.

Comparado con los países refe-rentes del continente, el país se encuentra claramente rezagado. En el 2006, Brasil tenía 56 doctores graduados por millón de habitan-tes y México contaba con 18. Sin embargo, el crecimiento de los doctorados en Colombia, aunque ha ido creciendo paulatinamente -teniendo en cuenta que este nivel académico se implantó en el país al comienzo de la década del 90- ofrece un gran desafío: aumentar la oferta de programas y asegurar al mismo tiempo que los procesos de formación e investigación tengan altos estándares de calidad.

Calidad: preocupación de vieja data

La inquietud por asegurar la cali-dad ha marcado los últimos años del sistema de educación supe-rior del país. Con la Ley 30 de 1992 se sentaron las directrices que enmarcaron la creación del sis-tema de aseguramiento de la cali-dad. En Colombia se introdujeron medidas para tal fin, como el esta-

blecimiento del Registro Califi-cado, requisito mínimo con el que el Ministerio de Educación Nacio-nal (MEN) aprueba un programa del nivel terciario de pregrado o posgrado. De esta manera, las instituciones de educación supe-rior (IES) les aseguran a sus estu-diantes y a la sociedad que poseen una infraestructura mínima, una planta docente capacitada y recur-sos financieros suficientes para cumplir con sus objetivos de for-mación.

En cuanto a los posgrados, la Ley 30 establece que la oferta de maes-trías y doctorados se restringe

únicamente a las universidades (instituciones técnicas, tecnológi-cas o universitarias no están ava-ladas). En la actualidad, de las 288 IES existentes, 80 universidades (32 públicas y 48 privadas) están autorizadas para ofrecerlos.

Pero como el registro calificado solo asegura unos mínimos obligatorios de calidad para el funcionamiento del programa, las universidades colombianas tienen una segunda instancia con el Consejo Nacional de Acreditación (CNA) que con-tinúa el filtro. El proceso con los pregrados lleva varios años, pero el de posgrados, que aplica única-

mente para maestrías y doctorados, empezó oficialmente en julio del 2010.

Como en los pregrados, la acredita-ción de alta calidad es de carácter voluntario, exige unos requisitos mínimos (ver cuadro I) e implica diversas fases que parten del reco-nocimiento de la autonomía uni-versitaria: 1) La autoevaluación que realiza el respectivo programa interesado; 2) La visita de pares externos al doctorado (dos colom-bianos y uno internacional); 3) El informe de la evaluación externa; 4) Los comentarios del programa y del rector; 5) El concepto final que

La autoevaluación de posgrados tiene cuatro características: permanente; en constante construcción; confiable, real y verificable; y abierta a todos los integrantes de la U.

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emite el CNA y 6) La resolución de aprobación por parte del MEN.

Precisamente, el Doctorado en Ingeniería de la Universidad de los Andes fue el primer programa de posgrado en recibir dicha certifi-cación por seis años.

Calidad y posgrados en la UN

Una de las instituciones que más aporta al crecimiento de los pos-grados en el país es la UN. Según datos del Sistema de Asegura-miento de la Calidad para la Edu-

cación Superior (SACES), de los 173 programas de doctorado con registro calificado que existen en Colombia, la UN cuenta con 51. Y de las 915 maestrías, 137 son ofer-tadas por la Universidad. La lista de posgrados de la UN se comple-menta con 83 especializaciones y 38 especialidades médicas (estos posgrados se incluyen en los pro-cesos de acreditación de alta cali-dad que orienta el CNA).

En general, los programas de pos-grado de la UN se ofrecen en seis sedes: Bogotá, Medellín, Mani-zales, Palmira, Caribe y Amazo-nia (ver mapa). Según datos de la Dirección Nacional de Programas de Posgrado (DNPP), en julio de 2011 estaban matriculados 8.526 estudiantes: 1.004 en doctorados, 5.883 en maestrías, 1.230 en espe-cializaciones y 409 en especialida-des.

Estas cifras muestran el compro-miso por ampliar la oferta en este nivel de educación superior, pero a su vez suponen un reto para certi-ficar permanentemente a la socie-dad la calidad de los docentes, de los estudiantes y egresados, así como la pertinencia e importancia de la producción científica, tecno-lógica o artística.

En este contexto, los procesos de aseguramiento de la calidad no son nuevos para la UN y, de los 92 programas de pregrado que ofrece, 91 los han llevado a cabo. Además, cuenta con la acredita-ción institucional otorgada en el 2010 con una duración de 10 años. Con la experiencia que dan estos resultados, la Institución realizó entre el 2007 y el 2009 una experiencia piloto e inició formal-mente, desde el 2010, el proceso de autoevaluación de sus progra-mas de posgrado (incluidas espe-

cializaciones y especialidades), teniendo como uno de sus obje-tivos la acreditación de sus maes-trías y doctorados.

Entre los criterios revisados se encuentran: la experiencia de los profesores; la producción aca-démica, científica o artística de docentes y estudiantes; la trayec-toria en proyectos investigativos; la cantidad de grupos de investi-gación reconocidos por Colcien-cias; la internacionalización del programa e inserción en redes científicas; los recursos bibliográ-ficos e informáticos; la articula-ción del programa con el entorno y la posición académica de sus egresados.

El primer paso para la acreditación

La autoevaluación iniciada en el 2010, y dirigida por la DNPP, determinó un tiempo de 12 meses y estableció cinco fases por cada programa: primera, conformación de los equipos de trabajo, con su respectivo coordinador. Segunda, recolección de la información. En esta etapa se tienen en cuenta 129 indicadores: 36 documentales, 69 estadísticos (como el número de estudiantes que se toman desde el Sistema de Información Acadé-mica) y 24 de opinión (encuestas de percepción sobre el programa

realizadas a docentes, estudiantes y egresados).

La tercera etapa es el procesamiento y sistematización de los indicado-res. Cuarta, análisis y evaluación de la información recolectada y elabo-ración de un plan de mejoramiento. Y quinta, socialización del proceso de acreditación.

Estos pasos se han dado en pro-gramas de Bogotá, Medellín, Mani-zales y Palmira y han contado con la participación de las direcciones académicas, docentes, estudiantes y funcionarios administrativos ads-critos a los posgrados evaluados.

En el marco de la autoevaluación, la UN creó un sistema de informa-ción que puede ser consultado en www.autoevaluacion.unal.edu.co, en el que se encuentran dife-rentes herramientas para facili-tar el trabajo de los equipos de trabajo, así como datos, guías y la descripción de los indicadores establecidos para la autoevalua-ción, los planes de mejoramiento a partir de los resultados obteni-dos, además de los listados de los programas que han participado en el proceso.

Dados los resultados, para este año ya se tienen 84 posgrados que pueden iniciar el proceso de acredi-tación ante el CNA (ver cuadro II).

Cuadro I: Requisitos para la acreditación de posgrados

MaestríasMínimo 8 años de funcionamiento.Mínimo 20 graduados.Grupo (s) de investigación en plena producción científica.

DoctoradosMínimo 8 años de funcionamiento.Mínimo 9 graduados.Grupo (s) de investigación en plena producción científica.

Fuente: CNA (2010). Acreditación de Alta Calidad de Posgrados.

Cuadro II: Programas que se pueden acreditar entre diciembre del 2011 y abril del 2012

Nivel

Autoevaluación Total de programas

que se pueden

acreditar2010-II 2011-I Total

Doctoral 17 11 28 14Especialidades - 4 4 NAEspecializaciones 11 8 19 NAMaestría 59 33 92 70Total 87 56 143 84

Estado del proceso a septiembre del 2011. NA: no aplica. Fuente: Esperanza Torres, Direc-ción Nacional de Programas de Posgrado.

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San Andrés: 32M, 1D

Esp: EspecialidadE: EspecializaciónM: MaestríaD: Doctorado

Manizales: 2413E, 9M, 2D

Palmira: 81E, 5M, 2D

Medellín: 6823E, 30M, 15D

Bogotá: 20345E, 90M, 30D, 38Esp

Amazonia: 31E, 1M, 1D

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Agricultor:del campo a la ciudadLa UN en Orinoquia y el Fondo de Desarrollo de la Localidad de Usme llevan a cabo un proyecto que busca convertir las terrazas de las casas en sitios aptos para la siembra de productos primarios, en el marco del programa Bogotá Bien Alimentada.

Nicolás Gallo CamposUnimedios Bogotá

El paisaje es un contraste de tona-lidades: el verde de la montaña y los colores diversos de las casas y calles de concreto ubicadas a lo largo de la zona empinada de la colina. Este es el común denomi-nador en la localidad de Usme, límite de la Bogotá urbana y rural, del campo y la ciudad.

En la parte superior de este tapiz de ladrillos y cemento, ubicado en el barrio El Rubí, resalta una vivienda que se ha convertido en una pequeña huerta combinada con flores de jardín. Es la terraza de la casa de Josué Riveros, un hombre cercano a los setenta años de edad, quien ve en la tierra y en la fuerza de sus manos la mejor forma de darle un sustento a su familia.

Don Josué, como lo llaman en el barrio del cual también es Repre-sentante Legal, es un campesino nacido en Aquitania (Boyacá), que hace 38 años llegó a Bogotá huyendo de la falta de oportuni-dades del campo y en procura de bienestar y porvenir para su esposa e hijas. Hoy, a pesar de los acha-ques de la edad, divide sus activi-dades entre atender una ferretería, realizar labores de construcción y hacer su trabajo en esa huerta que le recuerda los momentos en los que la tierra y el cultivo eran su vida.

En el tercer piso de la casa, en medio de cables de luz, tendidos para secar la ropa y camas de cul-tivo, crecen sin problema lechugas, zanahorias, cubios, arvejas, cilantro, cebolla cabezona, pepino, uchuva y remolacha. Es una pequeña parcela ubicada alrededor de la estructura de su vivienda en la que sobresalen hojas y flores de verduras sembra-das a mano y cuidadas día a día por este hombre que hoy debe acomo-darse a los avatares de la urbe capi-talina.

Su rostro se transforma y con orgullo hace un inventario de los produc-tos que ha sembrado, no sin antes retirar las hojas secas y los restos que le impiden ver los espacios reservados para nuevos cultivos. Sin evitarlo, ya tiene en su cabeza otras cosechas, a sabiendas de que se avecina el tiempo de recoger lo plantado tres meses atrás.

Sobre el proyecto

El Convenio Interadministrativo 05 de Promoción de Prácticas de Agricultura Urbana suscrito entre la UN Sede Orinoquia y el Fondo de Desarrollo de la Loca-lidad de Usme se cumple bajo el marco del programa Bogotá Bien Alimentada.

El convenio tiene como objetivo aumentar la cobertura de los programas de atención, promoción e implementación de prácticas de Agricultura Urbana a 70 unidades familiares, para lo cual se busca convertir las terrazas y patios de las casas en espacios de cultivo de hortalizas. Los beneficiados viven en las diferentes Unidades de Planeamiento Zonal de la localidad.

De acuerdo con el ingeniero agrícola Freddy Leonardo Arias Guerrero, coordi-nador del convenio, “el resultado es muy positivo. Uno de los temas más impor-tantes es la interacción de la Universidad con las comunidades, aprendiendo de ellas y retroalimentando su quehacer”.

¿Qué se entiende por agricultura urbana?La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) la define como “pequeñas superficies (por ejemplo, solares, huertos, márgenes, terrazas y recipientes) situadas dentro de una ciudad y destinadas a la producción de cultivos y la cría de ganado menor o vacas lecheras para el consumo propio o para la venta en mercados de la vecindad”.

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La adecuación de espacios dentro de las viviendas es uno de los elementos cruciales en la agricultura urbana.

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en el riego de la siembra y en los bebederos del minicorral en el que tiene un par de gallinas. En fin, así se dibuja este paisaje rural de algunos metros cuadrados en una placa de cemento.

Proyecto comunitario

La de los Riveros es una de las huertas más prósperas que han surgido del programa de la UN, que desde mayo del 2009 pro-mueve prácticas de agricultura urbana y permite el acompaña-miento y capacitación a cerca de 70 familias que han convertido las terrazas y patios de sus casas en zonas aptas para el cultivo de hortalizas y verduras, con lo que enriquecen su dieta, además de pensar en una posible fuente de ingresos.

Cifras y datos6 UPZ de la localidad de Usme • se benefician del proyecto de Agricultura Urbana.

70 familias permanentes y • cerca de 150 están relaciona-das con el proyecto.

52 unidades familiares tienen • cultivos en terraza.

18 familias cuentan con huerta • en lote.

388 capacitaciones de temáti-• cas diversas se realizaron.

79% de la población se bene-• ficia con la producción de sus cultivos.

3 y 4 ciclos de producción de • cultivos se han cumplido en las UPZ.

138 cosechas llegan a término, • mientras que 43 cosechas se pierden.

Productos cosechados exi-• tosamente: lechuga, cilantro, cebolla larga y zanahoria.

Cultivos adicionales: cebolla • cabezona, espinaca y repollo.

Del inicio del proceso, don Josué recuerda: “Yo sembraba como sabía y no como lo enseñaron en los talleres, ahí aprendí cómo conseguir y mantener los abonos y recoger el agua. Nos dieron clases, nos dieron cartillas y herramientas y nos enseñaron a hacer la camita para los culti-vos”.

La huerta de los Riveros ha dado cuatro cosechas desde que empezó el programa y ahora se especializa en la producción de lechuga y cilantro. El resultado es un ejemplo y orgullo de este hombre que no pierde la oportu-nidad de contar, a quienes visi-tan su casa, que este trabajo es el producto de la participación de toda su familia: esposa, hermana, cuñado y hasta sus nietos.

Las verduras predominan en la cosecha y son utilizadas para el sustento familiar. “La verdad es que consumimos lo que se va produciendo. Por ahí a los veci-nos se les vende de a manojitos, tres o cuatro maticas, pero no es mucho”.

Este proyecto ha traído beneficios a su hogar: “Me ha servido porque ya no se compra tanto en el super-mercado sino que uno tiene sus cositas para el consumo. Además, se come sano porque lo que se siembra lo comemos con gusto”, dijo don Josué.

Pero además, como líder comunal, don Josué piensa en sus vecinos, por lo que espera que este pro-yecto sea sostenible en el tiempo. “La idea es que se extienda a muchas personas más porque, así como a mí me ha servido, lo haría con les demás. Muchos tienen sus terrazas de balde y este programa los ayudaría”, dice.

Desde que salió de su tierra, don Josué ha trabajado por acomo-darse a los cambios de la urbe. Sin embargo, no ha variado el amor que siente por la tierra y por sem-brar. Eso, según reconoce, lo lleva en la sangre y este proyecto man-tiene latente este sentimiento, pero ahora, además de agricultor, es un agricultor urbano.

Debajo de las tejas, que cubren una parte de la terraza, se encuen-tran varios recipientes plásticos que recogen el agua que cae de las canales para ser utilizada luego

Responsabilidad social

Josué Riveros, uno de los beneficiados del programa de la UN y el Fondo de Desarro-llo Local de Usme.

La UN capacitó a las familias y le hizo seguimiento a las huertas de los beneficiarios.

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Un legado con músicaLa Corporación Cultural Otto de Greiff inició actividades en 1997 como homenaje a este musicólogo y poeta que, durante 50 años, estuvo vinculado a la UN promoviendo la apreciación y difusión de la música clásica. Cerca de 15.000 personas se han capacitado en esta academia.

Luis Miguel Palacio Unimedios Bogotá

A los que piensan que las armonías clásicas son demasiado complejas para entenderlas y disfrutarlas, la Corporación Cultural Otto de Greiff les da la bienvenida con un “lavado músico-cerebral” (en el buen sentido de la frase) que no solo los atrapará sino que les abrirá la mente al universo extraordinario de los sonidos, matices e historias. Este plan lo ofrece el programa Difusión de la historia ilustrada de la música occidental.

Se trata de una serie de seminarios y conferencias que profundizan temas diversos como las etapas históricas de la música, pasando por el Clasicismo, el Romanticismo

y los Nacionalismos, entre otras, y mirando como referentes a com-positores inmortales como Bach, Beethoven, Haydn, Mendelssohn, Chopin, Mahler, Liszt y Verdi, quie-nes son estudiados por medio de anécdotas prácticas de su entorno histórico.

Para alcanzar un aprendizaje com-pleto, los docentes utilizan archivos de audio, imagen y video, entre otros formatos. Además, incluyen explica-ciones prácticas de la evolución musi-cal que van desde la monofonía hasta la polifonía, superponiendo varias melodías o voces en la Edad Media Tardía, pasando por el nacimiento de la ópera como la conocemos hoy día desde la mirada del compositor Claudio Monteverdi, la definición de formas musicales inolvidables del

Barroco hasta la consolidación uni-versal de las orquestas imponentes, las sinfonías y la aparición de la atona-lidad, que puso de cabeza al mundo.

“Y era así de fácil”, dice Harold Robles, contador público de 38 años, al entender qué significa esta última corriente, luego de una vida llena de dudas acerca del tema, que disipó dictando más de 300 seminarios y conferencias.

La filósofa de la UN, Ilse de Greiff (hija de Otto) es la directora de la Corpo-ración y líder de esta iniciativa. “Des-pués de fallecer mi padre, el 31 de agosto de 1995, me propuse, por una parte, recuperar y mantener su obra y, por otra, continuar, en la medida de lo posible, con su deseo de que otras personas disfrutaran de lo que él más amaba: la música universal de todos los tiempos, creando nuevos públicos para nuestras orquestas y agrupacio-nes”.

Un músico de tiempo completo

Pero, ¿quién era el inquieto Otto de Greiff? Un amante de la música que dedicaba todo su tiempo a su estudio, así lo confirman los que lo conocieron mínimamente. Fue un maestro que dictó cátedras de matemática e histo-ria de este arte durante medio siglo.

Se sabe que siempre transmitía su saber, despertando emoción esté-

El eterno coleccionista Otto de Greiff fue un coleccionista. Recopiló a lo largo de su vida más de 4.000 autógrafos de los más importantes músicos, escritores, políticos y científicos. Se destacan los de Brahms, Verdi, Mahler, Schumann, Liszt, Stravinsky, Wagner, Copland, Bernstein, Piazzola, Shostakovich, Baudelaire, Lamartine, Verne, Neruda, Gabriela Mistral, Bolívar, Santander y Mao Tse Tung, entre otros, además de algunos ganadores del Premio Nobel.

Este académico era dueño de más de 7.000 discos de música universal, en for-mato de acetato, todos importados. Este material fue donado al Fondo que lleva su nombre de la Biblioteca Pública Piloto de Medellín. Además, su contribución al arte se complementó fundando la Radio Nacional de Colombia, en la que realizó la serie Historia ilustrada de la música.

tica y capacidad de asombro en la mayor cantidad de gente, así lo rei-tera su hija. “Quería transmitir que quien no disfruta de la música, del arte, de la literatura y del huma-nismo en general, simplemente subsiste, pero no vive”, dice Ilse.

Desde febrero de 1937, y por espa-cio de 14 años y medio, fue Secre-tario General de la UN en Bogotá y desde 1938 se desempeñó como docente en Ingeniería, Arquitec-tura, Química, Matemáticas y el Conservatorio de Música. También fue rector encargado en 1960.

A él le llamaba mucho la atención reflexionar sobre hechos reales que sobrepasan los mitos, como que Mozart trabajaba tres o cuatro obras al tiempo con una técnica impecable de composición y una velocidad inalcanzable en la histo-ria o los asuntos políticos y racia-les que involucraban a Richard Wagner, quien nunca fue devoto de las persecuciones o los extermi-nios, como lo quisieron hacer ver los nazis, con la propaganda que usaba apartes de su obra El anillo del Nibelungo.

Los docentes de la Corporación provienen de varias universidades y su misión es impartir saber a un público diverso que va desde niños hasta adultos mayores. Algunos de los profesores son del Conser-vatorio de Música de la UN, como Egberto Bermúdez, Ellie Anne Duque, Susana Friedmann y Ceci-lia Casas.

“La difusión del arte universal y, en particular, de la música culta es real-mente importante porque permite a la ciudadanía ocupar su atención racional y emotiva en aspectos de la realidad que ordinariamente no son temas de los medios de comu-nicación”, dice Jorge Sanmartín, docente de la Universidad Exter-nado de Colombia.

Finalmente, para este educador, aprender música clásica ofrece un sinnúmero de beneficios particu-lares y colectivos: “Una nación más educada y sensible a los diferentes niveles de realidad y la explora-ción emotiva y estética, propósito importante para la consolidación de una sociedad más pluralista, equitativa y humana”.

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Ilse de Greiff explica en una de las conferencias cómo se distribuyeron los compositores del Barroco en Europa.

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Julián Gil interpreta el contrabajo y su instrumento, hecho en 1801 con madera que se remonta al siglo XVII, deleita los oídos de los asistentes a los conciertos de la Orquesta Filarmónica de Bogotá, en el León de Greiff de la Universidad Nacional de Colombia.

Luis Alejandro BorráezUnimedios Bogotá

Metódico. Así es Julián Gil cuando se prepara para salir al concierto. Afina su contrabajo deslizando su arco francés sobre las cuatro cuer-das hasta que logra que aparezca un LA grave, la nota musical más pura por su exactitud, que invade el Auditorio León de Greiff de la UN con sus 440 vibraciones por segundo y permite que el resto de la orquesta inicie su afinación. De ahí en adelante, luego de alcanzar el sonido característico, inicia el rugir de los maderos que concluye con el leve golpe de la batuta del director sobre su atril.

En la parte posterior del escena-rio, casi invisible para las personas que se sientan en la parte baja del auditorio y poco identificable para los que se encuentra más lejos, Gil es el único contrabajista que per-manece de pie, sosteniendo un madero oscuro, opaco y enorme. Este instrumento es antiguo, tanto que ha recorrido el mundo entero y su intérprete guarda la interna ilusión de que hubiese sido tocado en algún concierto de su ídolo, Ludwig van Beethoven.

“Todo empezó cuando era alumno de Boleslav Ziarko Fondro, músico de Praga que llegó hace 30 años a

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450 años haciendo música

Colombia, en compañía de otros dos checos, en busca de nuevas posibilidades musicales. Él fue mi maestro durante siete años hasta que me presenté a la OFB y pasé, el 22 de abril de 1985. Ese día, cuando me llamaron para decirme que había sido aceptado, salí corriendo a la casa del maestro en Teusaqui-llo. Él me citó para el día siguiente y entonces, luego de acompañarlo a un lugar cercano a Monserrate, me dijo, con un español escaso y pau-sado, que me llevara el contrabajo que habíamos acabado de reco-ger y que se lo pagara luego, como

pudiera”, recuerda este músico que lleva 26 años en la orquesta.

Y es que este instrumento es enig-mático. Produce un sonido pro-fundo, algo sombrío en las notas más bajas; es veloz al marcar el ritmo de la música y liderar los cambios de tempo. Es percusión, ritmo y armonía y, durante el ensayo, el pellizcado de cuerdas (pizzicato, su nombre técnico) del antiguo madero marca el ritmo de la sinfonía en Do menor de Franz Schubert, conocida como la Trá-gica. Luego, en otra faceta, com-plementa el suave sonido de las cuerdas del arpa en el Allegro para arpa, flauta, clarinete y cuerdas de Maurice Ravel.

“A veces somos considerados los ‘malos’ de la orquesta porque el sonido es muy bajo y algo triste, por eso me gusta tanto Beethoven.

Él reconoció la importancia del contrabajo y lo diferenció del vio-lonchelo, ya que no se tocan juntos siempre y cada uno tiene pasa-jes propios en sus sinfonías. Por ejemplo, en la sexta (la Pastoral), que trata sobre una fiesta empa-ñada por la lluvia, los contrabajos tenemos la tarea de representar el viento, la lluvia y los truenos. Todo eso pensaba ‘Beethovencito’ en medio de su sordera, por eso cada vez que toco me imagino que mi contrabajo estuvo en alguno de sus conciertos”, explica.

Un alemán se quedó en Colombia

Julián Gil cuenta que su maestro, luego de entregárselo, le relató la historia del contrabajo que con-servó por 47 años: “Venía de Ale-mania y llegó a Argentina, no sé cómo. Allá lo compró un brasi-leño que lo vendió a la mamá del músico Mario Maurano -uno de los más importantes de ese país-. Él lo trajo a Colombia cuando vino a vivir con su familia. Así conoció a mi maestro, al que se lo dejó al viajar a Europa”, comenta.

Tardó 14 años en saldar la cuenta al maestro. “Fue como pagar una casa. Le llevaba 80 o 100 mil pesos cada vez que podía. Él anotaba en un cuaderno y luego de mucho tiempo por fin me dijo que había acabado. Ese día fue muy especial. De hecho, espero poder dejárselo algún día a un alumno mío”.

Un informe contratado por la OFB al luthier Carlos Sarcieri –autoridad en el tema- dio fe de la originalidad del instrumento al señalar que fue construido en Alemania en 1801. Esto se determinó por su voluta (cabeza), que finaliza con una línea media en la parte posterior, lo que le otorga el sello personal de las escuelas de fabricación ins-trumental alemanas de la época. Asimismo, se reconoció que tenía el diseño original de tres cuerdas como en 1800 (la cuarta se puso después en una clavija añadida), la madera de haya de la espalda y aros, que da fuerza sonora, y la de pino de la parte frontal, que pro-paga el sonido.

”Lo más importante es que con-serva el barniz original. En la música no hablamos de pintura y color para los instrumentos, sino de barnices, algo que viene de la tradición Stradivarius, quien se dedicó a buscar pigmentos y colo-res de las cortezas de los árboles, flores y la naturaleza”, destaca Gil.

Con su amplia trayectoria en la OFB, Gil espera que su contrabajo continúe el legado de la música clá-sica por varias generaciones, dán-dole forma a la primera orquesta de cámara del país.

Datos curiosos

El Departamento de Química de la UN rea-lizó la prueba Carbono 14 al instrumento y dictaminó que su madera tiene cerca de 450 años, coincidiendo con la del tipo Haya che-coslovaca que ya no existe y fue utilizada por Antonio Stradivari, entre otros, para construir los instrumentos que hicieron la historia de la música.

La nota LA es considerada la más pura de la música. Desde la ingeniería, posee la vibración más alta (440 veces por segundo). El oboe es el instrumento que produce el sonido con más calidad y pureza, siendo el encargado de marcar la afinación de todas las orquestas.

Julián Gil inició en la música a los 11 años gra-cias al apoyo de la esposa del director Ernesto Díaz, quien vio su entusiasmo por los instru-mentos en un concierto y lo patrocinó. En su primera presentación tocó los platillos y el redoblante.

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La Tuna Femenina de la Facultad de Medicina se ha destacado en sus participaciones internacionales.

La tuna femenina de la Facultad de Medicina de la UN se ha ganado una reputación nacional e internacional debido a los logros obtenidos por su calidad interpretativa.

Félix Enrique BlancoUnimedios Bogotá

‘La tuna que queremos’ fue el nombre que Laura Bonilla –cuando era estudiante de la Institución- le puso a un proyecto estudiantil que buscaba darle vida a una agrupa-ción de este tipo, conformada por mujeres de la Facultad de Medi-cina de la Universidad Nacional de Colombia.

Para Laura no fue fácil convencer las mentes y corazones de las direc-tivas de esta unidad académica. Su argumento fue la importancia de estimular las actitudes y aptitu-des culturales de los estudiantes del área de la salud y, al mismo tiempo, integrar grupos musicales que representaran a la UN en acti-vidades culturales.

“Ella (Laura) pasó el proyecto, pero la facultad era muy estricta con los procesos de autorización y le exigió apoyo de los docentes. Así que recogió firmas y todos lo aprobaron”, recuerda Viviana Gon-zález, una de las cofundadoras del grupo.

Comenta que al principio se pensó en que estuviera formada por mujeres estudiantes de Medicina, luego se amplió a otros programas de la salud y hoy cuenta con estu-diantes de distintas carreras.

Al comienzo, ser afines en los estudios les facilitaba definir los horarios de los ensayos y, mien-tras algunas de sus compañeras dedicaban los viernes en la tarde a actividades varias, ellas se reunían para tocar. También aprovecharon los días de descanso de sus prác-ticas para afinar y probar nuevas melodías.

Con las presentaciones, los triunfos

La primera década de existencia de la tuna ha sido de crecimiento. Durante este periodo ha partici-pado en más de 200 eventos, entre nacionales e internacionales.

“Representó a Colombia y a la UN en el Festival de La Serena (Chile), donde obtuvo el premio como Mejor pandereta femenina, además del reconocimiento por su participación”, comenta Viviana.

Recuerda con cariño el Festival Internacional de Tunas en Are-quipa (Perú) que tradicionalmente ha tenido mayor presencia mascu-lina. En esa ocasión, ellas fueron la única agrupación femenina y representaron al país con resulta-dos positivos.

Viviana, quien ya es médica, resalta el papel desempeñado en el Festival de Tunas de la Universidad Nacio-

Retos y compromisosLa tuna es más que una agrupación que toca pasodobles, así lo afirman Viviana y Angie. Ambas coinciden en que ser tuno –así se denomina a cada uno de sus miembros- es una actividad para toda la vida, porque se hace parte de una her-mandad que trasciende fronteras.

“Cuando llegas a cualquier país o ciudad donde haya tuna, se genera una relación estrecha, como si la hubiésemos tenido toda una vida, aun cuando recién nos vemos”, dice Angie.

Para Viviana, uno de los retos es vencer la barrera de los cambios generaciona-les, en especial, la de los egresados de las carreras de salud que deben ausentarse por las prácticas o el año rural, situación que obliga a convocar a nuevas chicas.

Más allá de estas dificultades, la idea general es lograr que el proyecto per-sista en el tiempo y se consolide como grupo institucional de la Universidad.

“Un reto grande es sentirse parte de la familia de la UN. Hay tunas en nuestro país que llevan 40 años, hay que lograr la meta de muchos años de existencia”, dice Viviana.

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Una décadade hermandad y éxitos

nal Autónoma de México (UNAM). Allí ganaron premios en las cate-gorías: Mejor tuna, Mejor pande-reta femenina y Mejor solista. “En Colombia, por tres años consecu-tivos, fuimos la Mejor pandereta femenina del Festival de Tunas de Duitama”, agrega con orgullo.

Su trayectoria se complementa con presentaciones en varios luga-res del país como Bucaramanga y Duitama, así como en municipios cercanos a Bogotá como: Madrid, Cota, Chía y Cajicá, y en la misma Universidad.

Rompiendo esquemas, reco-giendo triunfos

La tuna ha dejado su impronta como modelo de otras en el país y el exterior gracias al desem-peño de sus integrantes, como Angie Lagos. Médica veterinaria y cofundadora del grupo, ha ganado en muchas ocasiones el premio a mejor pandereta por su particular forma de interpretarla.

Cuando comenzó, cuenta Angie, tocar su instrumento no impli-caba mucho movimiento, apenas debía dar un solo paso. Pero ella,

inquieta por innovar, empezó a mirar videos y a practicar bailes que integró en sus presentacio-nes. Como resultado de este ejer-cicio, surgió una danza acrobática y artística.

“Al comienzo, cuando entramos a los festivales, hubo un estigma por la manera cómo la tocaba, porque parecía masculina, pero con el tiempo ganamos popula-ridad y se impuso mi estilo, tanto que hoy las tunas femeninas pri-vadas integran en sus actuaciones estas rutinas que empezaron en la UN”, dice.

Cuenta que en su primera par-ticipación internacional, en La Serena, compitieron contra 16 tunas de cinco países, la mayoría masculinas, y ellas impusieron una nueva tendencia. “Muchas universidades empezaron a adop-tarlo y a buscar la manera de hacer espectáculos llamativos”.

Para la tuna, una década ha sido suficiente para ganarse un lugar en este segmento de la música y, con este punto de partida, el futuro se dibuja aún más promi-sorio.

El próximo año participará en el •Festival de Tunas Femeninas en Lima (Perú), organizado por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.Para celebrar la primera década •de existencia, uno de los objetivos es la grabación de su primer disco compacto.

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El cuerpo animal visto como nunca antes

Cuatro meses de trabajo interdisciplinar de estudiantes de Medicina Veterinaria, Zootecnia y Biología, así como de profesores, pedagogos y biólogos dieron como resultado Animal Bodies, apasionante exposición que difunde otras formas de estudiar e investigar la anatomía de las especies.

Luis Miguel Palacio BermúdezUnimedios Bogotá

Un total de 50 piezas hacen parte de esta muestra que estará literal-mente “en cuerpo abierto” hasta el 30 de marzo de 2012 en el Museo de Historia Natural de la Universidad Nacional de Colombia, y presenta la importancia de la anatomía en el estudio de la ecología, la biolo-gía y la evolución, enfatizando en diversas técnicas de preparación.

Luego de dejarse sorprender por once fragmentos de especies sil-vestres y 39 de animales domés-ticos, la arquitectura de estos cuerpos quedará al descubierto en disecciones de cerebro, riñones de vaca, esqueletos de tortugas y de oso de anteojos, cráneo de león, útero de gata en gestación y pulmones insuflados, entre otras tantas partes corporales tratadas por medio de distintas técnicas.

Algunos detalles revelan, por ejemplo, que en la confección de esqueletos es posible usar desde elementos plásticos como nylon y adhesivos líquidos, hasta vástagos de metal y soportes de madera. El trabajo precisó de técnicas como la Corrosión, que es el procedi-miento de llenar vasos sanguí-neos y linfáticos inyectándoles soluciones, para luego eliminar el tejido orgánico y hacer visibles los conductos, y la Cronometría de equinos que permite determinar la edad de los caballos por medio del examen del nivel de desgaste de los dientes molares.

También se recurrió a la Inclu-sión, consistente en sumergir una muestra en un bloque de resina de poliéster que la protege del medioambiente, la Macera-ción en agua que ayuda a retirar elementos adheridos a huesos y formar esqueletos complejos y la Insuflación, que se aplica a pul-mones o cualquier órgano hueco que, después de un lavado, debe ser desecado mediante el paso de aire a presión, lo que puede tomar de tres a cuatro días para órganos de gatos o alrededor de siete para perros.

Horacio Gutiérrez, docente de la Facultad de Medicina Veterinaria, explica que una de las figuras más difíciles de lograr fue la del perro con la boca abierta, orejas desple-gadas y patas delanteras que simu-lan un abrazo para los visitantes.

Sobre esta pieza se realizó una inyección de látex, disección y criodeshidratación -el resultado es un material deshidratado con-servado en seco con una dura-ción indefinida- durante un largo periodo. El trabajo muestra la disposición real del sistema vas-cular (venas y arterias) del cuello,

Más del Museo El Museo de Historia Natural MHN funcionó en sus comienzos en la Facultad de Medicina y en 1938 fue adscrito al Departamento de Botánica, que cambió su nombre a Instituto de Botánica y posteriormente a Instituto de Ciencias Naturales (1940). Desde 2006 funciona como una unidad básica de gestión administrativa independiente, adscrita a la Facultad de Ciencias.

Actualmente alberga cerca de 2.000 ejem-plares representativos de la riqueza biológica de nuestro país. Su orientación museológica permite explorar la naturaleza y su relación con la sociedad, desde el origen del universo y la vida, la evolución de los organismos, los ambientes y el ser humano. En sus salas se presentan ejemplares reales en áreas como la Zoología, Paleontología y Arqueología.

En el futuro, el MHN hará parte del Centro de Historia Natural, proyecto museoló-gico que será construido en Villa de Leyva (Boyacá) y con el que la UN busca brindar a sus visitantes un espacio cultural sin prece-dentes, donde se conjuguen la historia natu-ral y la paleontología, indica Jhon Charles Donato, director.

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cabeza, algo del sistema nervioso y músculo esquelético del animal.

“La técnica de pulmones insu-flados requirió alrededor de 35 ensayos antes de obtener el resul-tado esperado y el ensamblaje del esqueleto de boa implicó unir más de 300 costillas, muchas vertebras y la reconstrucción del cráneo”, agregó el científico a propósito del montaje previo de estas piezas, cuya fabricación empezó desde el

primer semestre de 2010.

Puesta en escena

Por su parte, la curaduría tuvo varias fases: la disposición anató-mica, el diseño y acoplamiento de la sala y las piezas de exhibición, la elaboración del material divul-gativo y didáctico que acompaña la muestra, así como la detallada conceptualización del guión de las visitas, señaló Jhon Charles

En el caso de animales grandes como bovinos, este procedimiento puede durar hasta dos semanas.

Donato, director del Museo.

Pero, ¿dónde se obtuvieron las dife-rentes especies? Gran parte pro-vino de donaciones de zoológicos y entidades y se trata de animales que murieron por diferentes enfer-medades o traumas. Otras llegaron del centro de zoonosis de la UN.

El académico advirtió que por ningún motivo se puede quitar la vida a un animal para implemen-tar una técnica de las menciona-das anteriormente. Explica que hace poco tiempo la UN recibió un jaguar que sufría de osteoporosis, procedente de un zoológico. Este fue operado más de cuatro veces por las fracturas que presentaba y su estado de salud llegó a un punto de limitación física que obligó su sacrificio.

Los realizadores del proyecto espe-ran que Animal Bodies trascienda las fronteras del campus para llegar a espacios como el Museo Paleon-tológico de Villa de Leyva, con el fin de mostrarla en escenarios urba-nos y rurales.

Pezuña de caballo con sistema vascular.

Cerebro y ojos de perro. Fijación en formol.

Ciencia y tecnología

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Enero de 201268 Historia en imágenes

Textos: Luis Miguel Palacios BermúdezFotográfias: Víctor Manuel Holguín

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50 piezas conforman la Exposición Animal Bodies, en la que se muestra la realidad en el interior del cuerpo de ciertas especies. El punto de encuentro de los visitantes es el Museo de Historia Natural, en donde verán el cuerpo animal como nunca antes. Es la oportunidad de dejarse sorprender por el estudio anatómico. Aquí una muestra.

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