Carta alimentaria cipa 58

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EDITORIAL Centro de iniciativas de políticas ambientales PERSPECTIVA ALIMENTARIA Año 3– No. 58 01 al 15 de octubre 2014 Esquizofrenia de acumulación de riqueza El mundo está viviendo una terrible esquizofre- nia de la acumulación de riqueza, con base en el egoísmo y en el interminable deseo de enrique- cerse a cualquier costo. Pareciera que los ricos del mundo piensan que al final de los tiempos podrán ingerir los billetes o las riquezas que amasan en los bancos, o en las bodegas de sus viviendas. Es necesario hacer un alto y un cambio de actitud frente a la vida, no podemos ni debemos continuar moviéndonos de manera egocéntrica pensando que nuestro capital nos hará libre e invulnerables. Debemos de crear comportamientos humanos, solidarios, con fe en el futuro y en la convivencia pacífica. La seguridad alimentaria nutricional es una ruta apropiada para mostrar cambios en el compor- tamiento humano. Podemos mostrar compasión de los miles de seres humanos que hoy día se acuestan sin comer, sin nutrirse, sin un bocado a su alcance. Animo, podemos crear espacios para compartir alimentos con quienes no tienen acceso a estos, sin dadivas, sin regalías podemos estimular el acceso a los alimentos. Por la ecología y la nueva biología sabemos que la vida es una complejidad organizada por sí misma: se construye sola, no es posible manufacturarla. Esto se aplica también a la producción de alimentos mediante la nueva ciencia de la agroecología, la cual nos brinda un conocimiento científico más profundo de los proce- sos ecológicos a nivel del suelo, las semillas vivas y la comida viva. Las promesas de la industria biotecnológica –mayores rendimientos, reducción del uso de químicos y con- trol de malezas y plagas– no se han cumplido. El mes pasado un fondo de inversión demandó a DuPont por mil millones de dólares por promover cultivos resistentes a herbicidas a sabiendas de que no lograrían controlar las malezas y en cambio sí contri- buirían al surgimiento de súper-malezas. Al crear la propiedad de semillas mediante patentes y derechos de propiedad intelec- tual, e imponerla en el planeta por medio de la Organización Mundial de Comercio, la industria biotecnológica ha establecido un imperio monopólico sobre las semillas y los alimentos. Además de reclamar la propiedad de las semillas que vende y cobrar regalías, en materia de controles y equilibrios sobre seguridad, la industria biotecnológica destru- ye sistemáticamente leyes nacionales e internacionales relativas a la bioseguridad, afir- mando que sus productos son como la naturaleza los creó. ¡Es esquizofrenia ontológica!: La bioseguridad es la evaluación multidisciplinaria del impacto de la ingeniería genética sobre el ambiente, la salud pública y las condiciones socioeconómicas. En el ámbito internacional, la bioseguridad es derecho internacional consagrado en el Protocolo de Cartagena sobre Bioseguridad. Yo fui designada por un grupo de expertos para elaborar el marco del programa ambiental de Naciones Unidas, con el fin de poner en vigor el artículo 19.3 de la Convención de Naciones Unidas so- bre Diversidad Biológica (CDB). Monsanto y sus amigos han intentado negar a los ciudadanos el derecho a la alimenta- ción saludable oponiéndose al artículo 19.3 desde la Cumbre de la Tierra en Río, en 1992. En estos días intentan desmantelar las leyes nacionales sobre bioseguridad en India, Pakistán, Unión Europea y toda África y América Latina. En Estados Unidos distorsionan la Constitución al entablar demandas contra gobiernos estatales que han promulgado leyes para etiquetar los alimentos genéticamente modificados alegando que el derecho de los ciudadanos a saber lo que consumen es inferior al derecho de la in- dustria biotecnológica a imponer alimentos peligrosos a consumidores desinformados, el cual manejan como libertad de expresión de una empresa, como si fuera persona física. Despliegan su maquinaria de propaganda para atacar con argumentos no científi- cos a los investigadores que trabajan en bioseguridad, como Árpád Pusztai, Ignacio Chapela, Irina Ermakova, Éric Séralini y yo. Muchos periodistas carentes de preparación científica se han alineado como soldados en este asalto propagandístico. Hombres blancos privilegiados, como Mark Lynas, Jon Entine y Michael Specter, sin experiencia práctica en agricultura, armados sólo con gra- dos de bachillerato y vinculados con medios controlados por los consorcios, son utili- zados para socavar los verdaderos hallazgos científicos acerca del impacto de los OGM en nuestra salud y ecosistemas. La industria biotecnológica usa sus títeres propagandis- tas para sostener la falacia de que los OGM son la solución al hambre en el mundo. Esta negativa a un auténtico debate científico acerca de cómo los sistemas vivos evolu- cionan y se adaptan es respaldada por un asalto intensivo y masivo de propaganda, que incluye el uso de agencias de inteligencia como Blackwater. Fuente: Vandana Shiva 31/07/14 Fotografía: OMS/2013

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EDITORIAL

Centro de iniciativas de políticas ambientales

PERSPECTIVA ALIMENTARIA

Año 3– No. 58 01 a l 15 de octubre 2014

Esquizofrenia de acumulación

de riqueza

El mundo está viviendo una terrible esquizofre-nia de la acumulación de riqueza, con base en el egoísmo y en el interminable deseo de enrique-cerse a cualquier costo. Pareciera que los ricos del mundo piensan que al final de los tiempos podrán ingerir los billetes o las riquezas que amasan en los bancos, o en las bodegas de sus viviendas. Es necesario hacer un alto y un cambio de actitud frente a la vida, no podemos ni debemos continuar moviéndonos de manera egocéntrica pensando que nuestro capital nos hará libre e invulnerables. Debemos de crear comportamientos humanos, solidarios, con fe en el futuro y en la convivencia pacífica.

La seguridad alimentaria nutricional es una ruta apropiada para mostrar cambios en el compor-tamiento humano. Podemos mostrar compasión de los miles de seres humanos que hoy día se acuestan sin comer, sin nutrirse, sin un bocado a su alcance. Animo, podemos crear espacios para compartir alimentos con quienes no tienen acceso a estos, sin dadivas, sin regalías podemos estimular el acceso a los alimentos.

Por la ecología y la nueva biología sabemos que la vida es una

complejidad organizada por sí misma: se construye sola, no

es posible manufacturarla.

Esto se aplica también a la producción de alimentos mediante la nueva ciencia de la agroecología, la cual nos brinda un conocimiento científico más profundo de los proce-sos ecológicos a nivel del suelo, las semillas vivas y la comida viva. Las promesas de la industria biotecnológica –mayores rendimientos, reducción del uso de químicos y con-trol de malezas y plagas– no se han cumplido. El mes pasado un fondo de inversión demandó a DuPont por mil millones de dólares por promover cultivos resistentes a herbicidas a sabiendas de que no lograrían controlar las malezas y en cambio sí contri-buirían al surgimiento de súper-malezas. Al crear la propiedad de semillas mediante patentes y derechos de propiedad intelec-tual, e imponerla en el planeta por medio de la Organización Mundial de Comercio, la industria biotecnológica ha establecido un imperio monopólico sobre las semillas y los alimentos. Además de reclamar la propiedad de las semillas que vende y cobrar regalías, en materia de controles y equilibrios sobre seguridad, la industria biotecnológica destru-ye sistemáticamente leyes nacionales e internacionales relativas a la bioseguridad, afir-mando que sus productos son como la naturaleza los creó. ¡Es esquizofrenia ontológica!: La bioseguridad es la evaluación multidisciplinaria del impacto de la ingeniería genética sobre el ambiente, la salud pública y las condiciones socioeconómicas. En el ámbito internacional, la bioseguridad es derecho internacional consagrado en el Protocolo de Cartagena sobre Bioseguridad. Yo fui designada por un grupo de expertos para elaborar el marco del programa ambiental de Naciones Unidas, con el fin de poner en vigor el artículo 19.3 de la Convención de Naciones Unidas so-bre Diversidad Biológica (CDB). Monsanto y sus amigos han intentado negar a los ciudadanos el derecho a la alimenta-ción saludable oponiéndose al artículo 19.3 desde la Cumbre de la Tierra en Río, en 1992. En estos días intentan desmantelar las leyes nacionales sobre bioseguridad en India, Pakistán, Unión Europea y toda África y América Latina. En Estados Unidos distorsionan la Constitución al entablar demandas contra gobiernos estatales que han promulgado leyes para etiquetar los alimentos genéticamente modificados alegando que el derecho de los ciudadanos a saber lo que consumen es inferior al derecho de la in-dustria biotecnológica a imponer alimentos peligrosos a consumidores desinformados, el cual manejan como libertad de expresión de una empresa, como si fuera persona física. Despliegan su maquinaria de propaganda para atacar con argumentos no científi-cos a los investigadores que trabajan en bioseguridad, como Árpád Pusztai, Ignacio Chapela, Irina Ermakova, Éric Séralini y yo. Muchos periodistas carentes de preparación científica se han alineado como soldados en este asalto propagandístico. Hombres blancos privilegiados, como Mark Lynas, Jon Entine y Michael Specter, sin experiencia práctica en agricultura, armados sólo con gra-dos de bachillerato y vinculados con medios controlados por los consorcios, son utili-zados para socavar los verdaderos hallazgos científicos acerca del impacto de los OGM en nuestra salud y ecosistemas. La industria biotecnológica usa sus títeres propagandis-tas para sostener la falacia de que los OGM son la solución al hambre en el mundo. Esta negativa a un auténtico debate científico acerca de cómo los sistemas vivos evolu-cionan y se adaptan es respaldada por un asalto intensivo y masivo de propaganda, que incluye el uso de agencias de inteligencia como Blackwater.

Fuente: Vandana Shiva 31/07/14 Fotografía: OMS/2013

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Dirección: Cirilo Antonio Otero Edición: Martha Patricia Molina

Los pequeños y medianos productores rurales PUEDEN

y DEBEN volverse más eficientes.

Por: Polan Lacki

Ustedes necesitan aumentar, de manera muy significativa, sus actuales y bajísimos rendimientos promedio por hectárea y por animal.

a. Mientras sigan cosechando apenas 3.500 o 4.000 kilogramos de maíz por hectárea, porque en vuestros propios países existen crecientes cantidades de maiceros que ya están cosechando ocho, doce y hasta dieciséis toneladas por hectárea

b. Mientras sigan cosechando apenas 2.300 kilogramos de trigo por hectárea porque en varios países de América Latina existen trigueros que están cosechando más de siete toneladas por hectárea

c. Mientras sigan cosechando apenas 15.000 kilogramos de papas por hectárea porque los paperos eficientes están cosechando cuarenta, cincuenta y hasta sesenta toneladas por hectárea.

d. Mientras sigan cosechando menos de 900 kilogramos de frejol/frijol por hectárea porque los productores eficientes de esta leguminosa, dentro y fuera de América Latina, ya están cosechando más de 3.000 kgs/ha

e. Mientras sus vacas sigan pariendo un ternero a cada veinte meses y cada una de ellas produciendo apenas cuatro litros de leche al día; porque en todos los países latinoamericanos existen productores lecheros cuyas vacas tienen un parto a cada 13 meses y cada una de sus vacas ya está produciendo en promedio 40 litros de leche al día; es decir, diez veces más que el promedio latinoamericano;

f. Mientras sus novillos estén alcanzando el peso de faena/abate a los 48 meses, porque van tener que competir con ganaderos mucho más eficientes cuyos novillos llegan al peso de faena a los 24, a los 20 y hasta a los 18 meses.

La SAN y el EBOLA El EBOLA es una manifestación puntual de una realidad mayor de empobrecimiento de África que es el hambre. Sin embargo, el hambre, que es el primer problema en el mundo, nunca ha supuesto una urgencia mediática, sigue siendo sin más una “epidemia” invisible e ignorada y su tratamiento nos lo hacen ver como difícil e irresoluble. El hambre es un problema político que tiene que ver con el acceso al agua potable, la nutrición, la vivienda, la educación, el empleo, los sistemas de protección social, el acceso a la información, el robo sistemático y planificado de sus recursos materiales y personales, con el pago de una deuda injusta,…Hoy sabemos de sobra que la salud no depende solo de gérmenes ni de genes. La salud de las personas se halla mucho más protegida cuando se garantiza la salud de toda la sociedad y las respuestas deben ser más económico-políticas que sanitarias. Pero como se ha puesto de manifiesto con este caso del Ébola parece que sigamos pensando que la respuesta está en el desarrollo de nuevos medicamentos, como si el hambre se pudiera resolver con vacunas.

Fuente: INFO XV – 09 27 de octubre de 2014, [email protected] ,

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