Carta a La Prensa.o

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DE JOSE CARLOS MARIATEGUI A LA PRENSA Hospital de San Bartolomé, Lima, 10 de junio de 1927 No es, absolutamente, mi intención polemizar con las autoridades de policía respecto del llamado "complot comunista" que aseveran haber descubierto. Pero sí quiero rectificar sin tardanza las afirmaciones que me conciernen de la versión policial acogida por el diario que Ud. dirije. En respuesta a los cargos que tan imprecisamente se me hacen, me limitaré a las siguientes, concretas y precisas declaraciones: 1º — Acepto íntegramente la responsabilidad de mis ideas, expresadas claramente en mis artículos de las revistas nacionales o extranjeras en que colaboro o de la revista "Amauta", fundada por mí en setiembre último, con fines categóricamente declarados en su presentación; pero rechazo en modo absoluto las acusaciones que me atribuyen participación en un plan o complot folletinesco de subversión. 2º — Remito a mis acusadores a mis propios escritos, públicos o privados, de ninguno de los cuales resulta que yo, marxista convicto y confeso, — y como tal, lejano de utopismos en la teoría y en la práctica — me entretenga en confabulaciones absurdas

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DE JOSE CARLOS MARIATEGUI A LA PRENSA

DE JOSE CARLOS MARIATEGUI A LA PRENSA

Hospital de San Bartolom, Lima, 10 de junio de 1927

No es, absolutamente, mi intencin polemizar con las autoridades de polica respecto del llamado "complot comunista" que aseveran haber descubierto. Pero s quiero rectificar sin tardanza las afirmaciones que me conciernen de la versin policial acogida por el diario que Ud. dirije.

En respuesta a los cargos que tan imprecisamente se me hacen, me limitar a las siguientes, concretas y precisas declaraciones:

1 Acepto ntegramente la responsabilidad de mis ideas, expresadas claramente en mis artculos de las revistas nacionales o extranjeras en que colaboro o de la revista "Amauta", fundada por m en setiembre ltimo, con fines categricamente declarados en su presentacin; pero rechazo en modo absoluto las acusaciones que me atribuyen participacin en un plan o complot folletinesco de subversin.

2 Remito a mis acusadores a mis propios escritos, pblicos o privados, de ninguno de los cuales resulta que yo, marxista convicto y confeso, y como tal, lejano de utopismos en la teora y en la prctica me entretenga en confabulaciones absurdas como aquella que la polica pretende haber sorprendido y que tampoco aparece probada por ninguno de los documentos publicados.

3 Desmiento terminantemente mi supuesta conexin con la central comunista de Rusia (o cualquiera otra de Europa o Amrica): y afirmo que no existe documento autntico alguno que pruebe esta conexin. (Recordar a propsito que cuando se dio cuenta de los resultados del registro de la oficina rusa de Londres, se anunci que no se haba encontrado. entre las direcciones o datos de corresponsales de Amrica, ninguno relativo al Per).

4 La revista "Amauta" revista de definicin ideolgica de la nueva generacin ha recibido mensajes de solidaridad y aplauso de intelectuales como Gabriela Mistral, Alfredo Palacios, Eduardo Dieste, Jos Vasconcelos. Manuel Ugarte, Emilio Frugoni.

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Harwarth Walden, F. T. Marinetti, Joaqun Garca Monge, Waldo Frank, Enrique Molina, Miguel de Unamuno y otros de renombre mundial o hispnico, que no militan en el comunismo.

5 Tengo segura noticia de que la reunin sorprendida por la polica en el local de la Federacin Grfica, ha sido una reunin de la Editorial Obrera "Claridad" que nada tena de ilcita ni clandestina. Las citaciones respectivas se publicaban en los diarios.

No rehuyo ni ateno mi responsabilidad. La de mis opiniones las acepto con orgullo. Pero creo que las opiniones no estn, conforme a la ley, sujetas al contralor y menos a la funcin de la polica ni de los tribunales.

Dos mritos me han sido siempre generalmente reconocidos: un poco de inteligencia y sinceridad en mis convicciones. "La Prensa", comentando mi libro "La Escena Contempornea", reconoci generosamente en este libro, que seala mi posicin ideolgica, una y otra cosa. Tengo, pues, algn derecho a que se me escuche y crea una afirmacin que est en rigurosa coherencia con mi actitud y mi doctrina, la de que soy extrao a todo gnero de complots criollos de los que aqu puede producir todava la vieja tradicin de las "conspiraciones". La palabra revolucin tiene otra acepcin y otro sentido.

Espero de su lealtad periodstica la publicacin de esta carta y me suscribo de usted muy atto. S. S.

Publicada en La Prensa, 11 de junio de 1927 y en Ricardo Martnez de la Torre, Apuntes para una interpretacin marxista de historia social del Per, t.II, cit., pp.274-275.