Carta 53 - 24.1.95

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Carta nro 53

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  • 53 24.1.95 Queridsimo Wilhelm: Tengo qlle apresllrarme a escribirte sobre lo que me causa tanto asombro, de lo contrario sera verdaderamente desagradecido. Y es que desde hace algunos das me siento bien de una manera completamente increble, como si todo se hubiera sumido, una sensacin que no conoca desde haca ya diez meses a despecho de ~odos los perodos mejores. Te escrib la ltima vez1 que, des-pues de un perodo bueno, inmediatamente posterior a la reac-ci~n~ si~ieron unos das rabiosamente malos, en los que una co-calillzaClOn del lado izquierdo de la nariz me trajo un alivio sor-prendente. Ahora contino el informe. Al da siguiente, mantuve la nariz bajo cocana, lo que en verdad no se debe hacer o sea la pincel rep.etidamente para que no se reprodujera ning6n ab~e~o; en.ese tIempo evacu una supuracin espesa en una cantidad InhabItual para mi experiencia, y desde entonces me siento tan bien como si nunca hubiera habido nada. Arritmia hay todava, pero rara ~ leve, la sensibilidad a la presin externa es pequea, las sensaCIones entre O a y-O. Pospongo la expresin ms efusiva de mi ~gradecimiento y la discusin sobre la parte que tuvo la operacIn en esta mejora inaudita, hasta que lo vivamos ms. De cualquier modo, te dedico con esta una nueva - invencin que me saca del equilibrio ms que muchas otras anteriores, y que todava no puedo mirar con frialdad. Se trata de la explicacin de la paranoia,2 mis invenciones son todas de naturaleza tan im-prctica. Dime tu opinin sobre ella; para ese momento me habr serenado sin duda. Qu tal si hicieras antes un ensayo sobre el preparado en comn

    ~0.n.Gersuny?3 ~arece que, despus de superar la posposicin InICIal, se ocupa mtensamente del asunto, segn informan Breuer y Rie. Todava falta una semana para la operacin4 o, al menos, para sus

    a Freud cmz el cero.

    1 C~~ta perd!da; evidentemente un informe de su estado despus de la ope-raclOn mencIOnada al fmal de este prrafo, realizada por Flie!5 durante su es-tada para la Navidad en Viena. (5) 2 Vase el Manuscrito H, a continuacin. (5) 3 R?bert G.ersuny (1844-1924), cirujano en jefe de la RudoUinerhaus, un sana-tono de Viena (OBL). Por la carta S? sabemos que Flie!5 en una oportunidad -presuntamente durante su previa estada en Viena- haba sido operado for Gersun~. (MI 5)

    ~o se.aveng.ua con certeza a qu operacin dio ocasin la nueva visita que FheS hizo a Viena desde ellO hasta el 26 de febrero. Las cartas 55 y sigs. ha-

    IOb

    ,

    preparativos. El tiempo ha pasado rpidamente, y yo prefiero evitar un autoexamen sobre el derecho que me asiste a esperar tanto de ella. Mi ignorancia mdica me vuelve osado una vez ms. Pero no ceso de repetirme: hasta donde veo algo del asunto, la curacin tiene que encontrarse por este camino. No me habra atrevido a idear por m mismo el plan de tratamiento, pero tengo buen nimo de seguirte. La seora Me. ser bienvenida; si trae plata y paciencia, haremos un buen anlisis de ella. Y si adems sobra algo de terapia para ella, puede darse por bien conforme. A Paschkis le dar un toquecito.5 No me parece lPaI, ppro ya he hecho en Viena experiencias parecidas. Ahora slo espero algunas lneas en las que anuncies tll vl'nida. Con un saludo cordial a tu querida esposa, mos y de Marlha

    Tu Sigm.

    ran pensar en primer lugar en la operacin de la nariz practicada a la pa-ciente de Freud, Emma Eckstein (vase la nota 4 de la carta 55). Pero la des-cripcin contenida en la carta 56 menciona para este caso una decisin relati-vamente reciente, a lo cual conviene mejor tambin la fecha reconstmible de ese suceso. Lo ms probable es entonces que el propio FlieS se hubiera some-tido a un tratamiento (cf. la nota anterior, y sobre todo la carta 61). En cam-bio, el informe clnico de Freud contenido en la carta 55 se referira ms bien a pos-tratamiento. (5/M) 5 Desde el primer nmero de 1895, apareci por entregas en la Wiencr klinisclzen RUlldsc/au el ensayo Magenschmerz und Dysmenorrhoe (FlieS 1895). Un desagrado del autor, al que se refiere esta frase, acaso obedeci a que el trabajo hasta entonces siempre hubiera sido incluido por la mitad del cuaderno. En el Nr. 5 del3 de febrero, en cambio, la cuarta entrega aparece al comienzo y, por lo tanto, como principal contribucin. (5)

    [Manuscrito H]l

    Paranoia

    La representacin delirante se clasifica en la psiquiatra junto con la representacin obsesiva como perturbacin puramente intelec-tual, y la paranoia junto con la locura obsesiva, como psicosis in-telectual. Una vez que la representacin obsesiva ha sido recon-

    1 Anexo a la carta 53. - Una parte de las concepciones aqu expuestas fue recogida en el ensayo Nuevas puntualizaciones sobre las neuropsicosis de defensa (1896b), donde se ofrece, como seccin Ill, el Anlisis de un caso de paranoia crnica. No obstante, la publicacin de 1896 no llega a las espe-cificaciones aqu contenidas. En particular, la discusin circunstanciada de la proyeccin y de su empleo en procesos psquicos normales y anormales se

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