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CAPITULO 64 FAACOLOGIA DEATOLOGICA Cynthia A. Guzzo, Geld S Lazarus y Victoria P Werth La piel tiene muchas funciones esenciales. entre ellas protección, termorregulación, capaci- dad de respuesta inmunitaria, síntesis bioquimica, detección sensitiva, así como comunica- cióli social y sexual. El tratamiento para corregir disfunción de cualesquiera de esas activi- dades puede suministrarse por vía sistémica, intralesional, local, y con radiación ultravioleta. El tratamiento por vía tópica es un método terapéutico conveniente, pe su eficacia depen- de de la comprensión de la función de barrera de la piel, de modo primario dentro del estrato córneo. Los glucocorticoides y los retinoides son importantes fármacos terapéuticos en la enfer- medad cutánea, que se administran por vía sistémica y local. Los glucocorticoides por vía oral a dosis altas sirven para tratar erupciones cutáneas muy graves. Afortunadamente, con los años, la modicación estructural de la molécula de hidrocortisona ha producido com- puestos con potencia aumentada, que pueden usarse por vía tópica para tratar muchas el!/Crll1edades dermatológicas. Los retinoides potentes. entre ellos la isotretinoína para te- rapéutica contra el acné, y el e/tinalo para la psoriasis, se administran por vía oral; gra- cias a la mod!/icación de esas moléculas se han obtenido fármacos para administración focal. cuyo.\' efectos contra la cainogénesis y el envejecimiento están en estudio. Los antibacterianos. antivirales y antimicóticos se usan mucho por vía tópica como sistémi- ca. Los antipalúdicos orales, los quimioterápicos, así como los inmunosupresores, la dapsona y los antihistamínicos. se utilizan con frecuencia para tratar enfermedades dermatológicas. El calcipotrieno, un análogo de la vitamina D. y la antralina. constituyen medicamentos importantes que se administran por vía tópica para el tratamiento de la psoriasis. La radiación ultravioleta es una terapéutica de uso frecuente en dicho padecimiento, y en la actualidad, puede administrarse de manera independiente o en combinación con fármacos como soralellos o alquitrán de hulla. Sin embargo, dicha radiación origina por sí misma cánceres cutáneos. El uso pjiláctíco de pantallas solas puede reducir lesiones cutáneas pmalignas y malignas inducidas por luz ultravioleta. o prevenirlas, de modo que su uso se recomienda ampliamente. Muchos compuestos se emplean en el tratamiento dermatológico, entre ellos minoxidil, que es el único medicamento apbado para tratar la alopecia de patrón o andró- gena. POI' último, la accesibilidad de la piel se muestra muy pmisoria para corir en un ./ilflll'O cercano enrmedades cutáneas y fistémicas, utilizando terapéutica génica. En Estados Unidos, se estima que las ventas de la indus- tria de los cosméticos son de unos 20 000 millones de dó, lares al año. Las ventas de productos farmacéuticos der- matológicos llegaron a alrededor de 4000 millones de dólares en 1993. Esas cifras reflejan la importancia que tienen, en la sociedad modea, el aspecto y la salud cutá, neas. L� faacología dennatológica es inhabitual en va- rios aspectos. Los usos e indicaciones para algunos fánna- cos y productos cosméticos se superponen. Los compuestos terapéuticos cutáneos incluyen pantallas solares, humec- tantes y productos contra el envejecimiento que se aplican por vía local. Los fánnacos dennatológicos comprenden sustancias para aplicación local, antiguas, sin una base teó- rica para su efecto (p. ej., alquitrán de hulla para la psoria- sis), y compuestos que se han creado mediante las relacio- nes entre estructura y actividad actualizadas, así como va- loración in vitro de la absorción, el transporte y meta- bolismo (p. ej., isotretinoína para atar el acné). Un aspecto singular de la fannacología dennatológica es la accesibilidad de la piel para el diagnóstico y el trata- miento. Los fánnacos terapéuticos pueden llegar a los que- ratinocitos epidérmicos, así como a las células inmuno- competentes en la piel que participan en la patogenia de enfennedades cutáneas. Los fánnacos que se utilizan en el tratamiento de enfennedades cutáneas se pueden admi- nistrar por vía sistémica, aplicar por vía tópica o inyectar 1697 Digitalizado para www.apuntesmedicos.com.ar www.apuntesmedicos.com.ar

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CAPITULO 64

FARMACOLOGIA DERMATOLOGICA

Cynthia A. Guzzo, Gerald S. Lazarus y Victoria P Werth

La piel tiene muchas funciones esenciales. entre ellas protección, termorregulación, capaci­dad de respuesta inmunitaria, síntesis bioquimica, detección sensitiva, así como comunica­cióli social y sexual. El tratamiento para corregir disfunción de cualesquiera de esas activi­dades puede suministrarse por vía sistémica, intralesional, local, y con radiación ultravioleta. El tratamiento por vía tópica es un método terapéutico conveniente, pero su eficacia depen­de de la comprensión de la función de barrera de la piel, de modo primario dentro del estrato córneo.

Los glucocorticoides y los retinoides son importantes fármacos terapéuticos en la enfer­medad cutánea, que se administran por vía sistémica y local. Los glucocorticoides por vía oral a dosis altas sirven para tratar erupciones cutáneas muy graves. Afortunadamente, con los años, la modificación estructural de la molécula de hidrocortisona ha producido com­puestos con potencia aumentada, que pueden usarse por vía tópica para tratar muchas el!/Crll1edades dermatológicas. Los retinoides potentes. entre ellos la isotretinoína para te­rapéutica contra el acné, y el e/retinalo para la psoriasis, se administran por vía oral; gra­cias a la mod!/icación de esas moléculas se han obtenido fármacos para administración focal. cuyo.\' efectos contra la carcinogénesis y el envejecimiento están en estudio.

Los antibacterianos. antivirales y antimicóticos se usan mucho por vía tópica como sistémi­ca. Los antipalúdicos orales, los quimioterápicos, así como los inmunosupresores, la dapsona y los antihistamínicos. se utilizan con frecuencia para tratar enfermedades dermatológicas. El calcipotrieno, un análogo de la vitamina D. y la antralina. constituyen medicamentos importantes que se administran por vía tópica para el tratamiento de la psoriasis. La radiación ultravioleta es una terapéutica de uso frecuente en dicho padecimiento, y en la actualidad, puede administrarse de manera independiente o en combinación con fármacos como soralellos o alquitrán de hulla. Sin embargo, dicha radiación origina por sí misma cánceres cutáneos. El uso projiláctíco de pantallas solares puede reducir lesiones cutáneas premalignas y malignas inducidas por luz ultravioleta. o prevenirlas, de modo que su uso se recomienda ampliamente. Muchos compuestos se emplean en el tratamiento dermatológico, entre ellos minoxidil, que es el único medicamento aprobado para tratar la alopecia de patrón o andró­gena.

POI' último, la accesibilidad de la piel se muestra muy promisoria para corregir en un ./ilflll'O cercano en{iermedades cutáneas y fistémicas, utilizando terapéutica génica.

En Estados Unidos, se estima que las ventas de la indus­tria de los cosméticos son de unos 20 000 millones de dó, lares al año. Las ventas de productos farmacéuticos der­matológicos llegaron a alrededor de 4000 millones de dólares en 1993. Esas cifras reflejan la importancia que tienen, en la sociedad moderna, el aspecto y la salud cutá, neas. L� fannacología dennatológica es inhabitual en va­rios aspectos. Los usos e indicaciones para algunos fánna­cos y productos cosméticos se superponen. Los compuestos terapéuticos cutáneos incluyen pantallas solares, humec­tantes y productos contra el envejecimiento que se aplican por vía local. Los fánnacos dennatológicos comprenden sustancias para aplicación local, antiguas, sin una base teó-

rica para su efecto (p. ej., alquitrán de hulla para la psoria­sis), y compuestos que se han creado mediante las relacio­nes entre estructura y actividad actualizadas, así como va­loración in vitro de la absorción, el transporte y meta­bolismo (p. ej., isotretinoína para tratar el acné).

Un aspecto singular de la fannacología dennatológica es la accesibilidad de la piel para el diagnóstico y el trata­miento. Los fánnacos terapéuticos pueden llegar a los que­ratinocitos epidérmicos, así como a las células inmuno­competentes en la piel que participan en la patogenia de enfennedades cutáneas. Los fánnacos que se utilizan en el tratamiento de enfennedades cutáneas se pueden admi­nistrar por vía sistémica, aplicar por vía tópica o inyectar

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de manera directa en la dennis. Una fonna inhabitual de tratamiento, la fototerapia con radiación ultravioleta, pue­de administrarse sola o en combinación con medicamen­tos por via oral. En la figura 64-1 se presenta un ejemplo de terapéutica multimodal para enfermedades cutáneas; muestra que, en la psoriasis, se utilizan todas esas vías te­rapéuticas. La barrera epidérmica y los parámetros que con­trolan la absorción mediante esa barrera deben entenderse para que el uso de fánnacos por vía tópica sea eficaz.

La piel como barrera. La piel actúa como una barrera de dos vías para evitar la absorción de agua y electrólitos o la pérdida de los mismos. La función de barrera depende en gran parte de la epidermis, de manera más especifica, la capa más externa (el es­trato córneo), según queda de manifiesto por las velocidades casi iguales de penetración de sustancias químicas a través del estrato córneo aislado o la piel entera (Wepierrc y Marty, 1979). Las cé­lulas del estrato córneo, los corneocitos, no son viables; han per­dido los núcleos y los organelos citoplásmicos. Las celulas están aplanadas, y las proteínas fibrosas, o queratinas, se hallan alinea­das hacia macrofibras con enlaces cruzados disulfuro, en rela­ción con filagrina, que es el principal componente proteinico del gránulo de queratohialina. Cada célula presenta una envoltura cornificada que se origina por el entrecruzamiento de involucrina y queratohialina. Esto constituye el exosquelelO insoluble que actúa como un andamiaje rígido para los filamentos de queratina

internos. Los espacios intercelulares están llenos de ¡ípidos lami­nares fuertemente hidrófobos, el producto de gránulos de cubier­ta de membrana. La combinación de células cornificadas hidrófilas con material intercelular hidrófobo es una barrera contra sustan­cias tanto hidrófilas como hidrófobas (Ebling, 1993). La epider­mis engrosada también puede disminuir la concentración de com­puestos fannacológicos en la dermis.

Parámetros que controlan la absorción. La absorción de me­dicamentos hacia la piel está en función de la naturaleza del fár­maco, la conducta del vehículo, y el estado de la piel. Tres varia­bles principales explican las diferencias de la velocidad de absorción o el flujo de diferentes medicamentos por vía tópica. o del mismo fármaco en diferentes vehículos: la concentración del compuesto en el vehículo, el coeficiente de partición del fár­maco entre el estrato córneo y el vehículo, y el coeficiente de difusión del medicamento en el estrato córneo.

La velocidad de difusión es proporcional a la concentración del fármaco en el vehículo. La relación únicamente es lineal a concentraciones farmacológicas bajas, y sólo se aplica al medi­camento soluble en el vehículo. Este último factor explica los efectos terapéuticos variables de diferentes fonnulaciones del mismo compuesto. El coeficiente de partición es una medida de la capacidad del medicamento para escapar del vehículo, y se define como la solubilidad de equilibrio del medicamento en la superficie del estrato córneo respecto de su solubilidad en el ve­hículo. La liposolubilidad aumentada favorece la penetración de

Tratamiento por via tópica

Glucocorticoides Antralina

Fototerapia

UVB PUVA

Tratamiento por via intralesional

Glucocorticoides

glándula sebácea

glándula -t"-' sudorípara

folículo

Calcipotrieno

pilOSO -t-..",....-:_:: .... "'"

bulbo pilOSO -+-,-�-.... --.. :.-�.¡.'l��

Fig. 64-1. Tratamiento de la psoriasis.

UVA + sor ..lleno

papilas dérmicas

- dermis

músculo erec· tor del pelo

Tratamiento sistémico Metotrexato

Etretinato Ciclosporina

/ tejido celular subcutáneo

En la psoriasis, una enfermedad hipcrprolircrativa, sr: utilizan los cuatr') modelos de tratamiento: por vi .. túplca, rototerapia, terapcutica por vía intralesional y terapéutica sistémica. Se muestran las principales estructuras cutá­neas normales. PUYA, psoraleno y luz ultravioleta A; UVB, luz ultravioleta O.

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compuestos por la piel al incrementar la solubilidad en el estrato córneo relativamente lipófilo. El coeficiente de difusión indica la magnitud a la cual la matriz de la barrera restringe la movili­dad del fármaco. Los incrementos del tamaño molecular de este último aumentarán la resistencia de fricción y disminuirán el coeficiente de difusión (Franz, 1983); las moléculas de más de 1 000 Da casi nunca se absorberán con facilidad hacia la piel de adultos normales.

Por último, el estrato córneo intacto es una excelente barrera pero en estados morbosos, la resistencia a la absorción se pierde con rapidez, y puede facilitarse la absorción.

Lineamientos generales para el tratamiento por vía tópica. Dosificación. Es necesario proporcionar al en­fermo una cantidad del medicamento por vía tópica que baste para cubrir las superficies corporales afectadas en aplicaciones repetidas. Una regla general es que se requie­ren unos 30 g para cubrir el cuerpo entero de un adulto una vez. El costo y la inconveniencia pueden obstaculizar el uso repetido del tratamiento local o regional sobre áreas de superficie grandes. Variación anatómica regional. La permeabilidad casi siempre guarda proporción inversa al grosor del estrato córneo. Empero, en algunas áreas, las diferencias de con­centración de lípidos afectan la absorción por vía percutá­nea, dependiendo de las propiedades lipófilas o hidrófobas de un medicamento individual. La penetración de fármacos es más alta en la cara, en áreas intertriginosas y, especial­mente, en el perineo. Por consecuencia, en esas regiones, hay más probabilidades de que sobrevengan sensibiliza­ción, irritación y atrofia por glucocorticoides. Función de barrera alterada. En muchas enfermedades dermatológicas, como la psoriasis, el estrato córneo es anor­mal, y se pierde la función de barrera. La absorción por vía tópica está aumentada al grado en que dosis estándar pueden dar como resultado toxicidad sistémica, por ejem­plo, supresión del eje hipotalámico-hipofisario-suprarrenal por absorción sistémica de glucocorticoides potentes de uso regional. Hidratación. La absorción de medicamentos aumenta con la hidratación, definida como un incremento del con­tenido de agua del estrato córneo, que se genera mediante inhibición de la pérdida transdérmica de agua. Los méto­dos de hidratación incluyen oclusión con una película im­permeable, aplicación de vehículos oclusivos lipófilos como ungüentos, y mojar la piel antes de la oclusión. Vehículo. El tratamiento por vía tópica se suministra me­diante diversos vehículos, con mayor frecuencia enjuagues, lociones, soluciones, cremas y ungüentos, con progresión en ese orden desde menos hasta más hidratantes. La elec­ción del vehículo puede tener tanta importancia como el fármaco activo. En general, la inflamación aguda se trata con preparaciones secantes acuosas, y la crónica, con pre­paraciones hidratan!es. Los enjuagues constituyen el mé­todo más fácil para secar erupciones húmedas agudas. Las lociones (polvo en suspensión acuosa) y las soluciones

Capítlllo 64 Farma.cología dermatológica 1699

(medicamentos disueltos en un solvente) son ideales para áreas con pelo e intertriginosas. Las cremas o las emulsio­nes de aceite en agua son absorbibles, y son las más acep­tables desde el punto de vista estético para el paciente. Los ungüentos, emulsiones de agua en aceite, son los compues­tos hidratantes más eficaces, apropiados para erupciones con descamación secas, pero son grasosos y, por ende, a menudo indeseables. Múltiples cremas y ungüentos, sin fármaco activo, se comercializan como humectantes. Edad. Los niños tienen mayor proporción entre área de superficie y masa que los adultos, y una cantidad dada de fármaco por vía tópica da como resultado una dosis sisté­mica mayor. La permeabilidad de la piel de los niños está aumentada en prematuros (Barker y col., 1987). Frecuencia de aplicación. Los medicamentos por vía tó­pica a menudo se aplican dos veces al día. Con todo, para algunos fármacos, la aplicación una vez al día de una do­sis más grande puede ser tan eficaz como la aplicación más frecuente de dosis más pequeñas. El estrato córneo actúa como un reservorio y permite la penetración gradual de un medicamento hacia las capas de piel viables durante un periodo prolongado. El tratamiento intermitente (aquel que dura varios días o semanas, alternando con periodos sin tratamiento) puede evitar la aparición de taquifilaxia relacionada con glucocorticoides por vía local.

GLUCOCORTICOIDES

Se prescriben con frecuencia por sus propiedades inmu­nosupresoras y antiinflamatorias. Se administran por vía local (tópica e intralesional) y sistémica (intramuscular, intravenosa y oral).

Los glucocorticoides poseen muchos mecanismos de acción (cap. 59). Estos incluyen efectos inhibidores de la cascada del ácido araquidónico, depresión de la produc­ción de muchas citocinas, y efectos sobre células infla­matorias.

Glucocorticoides por vía tópica

Poco después de la síntesis de la hidrocortisona, en 1951, los glucocorticoides por vía tópica se reconocieron como medicamentos eficaces para tratar enfermedad cutánea (Sulzberger y Witten, 1952). A mediados del decenio de 1950, se sintetizaron nuevos glucocorticoides halogena­dos, con potencia muy aumentada. Con la creación de ve­hículos apropiados, esos compuestos se convirtieron rápi­damente en la piedra angular de la terapéutica de muchas enfermedades cutáneas inflamatorias.

Los glucocorticoides por vía tópica se han agrupado en siete clases, en orden de potencia decreciente (cuadro 64-1). La potencia se mide usando una valoración con va­soconstrictores, en la cual se aplica un compuesto sobre la

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Clase de fármaco·

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Cuadro 64-1. Potencia de glucocorticoides seleccionados por vía tópica

Nombre genérico, presentación

Dipropionato de betametasona en crema, ungüento al 0.05% (en vehículo optimado)

Propionato de clobetasol en crema, ungüento al 0,05% Diacetato de diflorasona en ungüento al 0.05% Propionato de halobetasol en ungüento al 0.05%

Arncinonida en ungüento al 0.1 % Dipropionato de betametasona en ungüento al 0.05% Desoxirnetasona en crema, ungüento al 0.25%, gel al 0.05% Diacetato de diflorasona en ungüento al 0.05%

Fluocinonida en crema, ungüento, gel al 0.05% H alcinonida en crema, ungüento al 0.1 % Dipropionato de betametasona en crema al 0.05% Valerato de betametasona en ungüento al O. J % Diacetato de diflorasona en crema al 0.05%

Acetato de triamcinolona en ungüento al 0.1 %, crema al 0.05% Arncinonida en crema al 0.1 % Desoxirnetasona en crema al 0.05% Acetónido de fluocinolona en crema al 0.2% Acetónido de f1uocinolona en ungüento al 0.025% Furandrenolida en ungüento al 0.05%, cinta al 4,Ug/ml

Valerato de hidrocortisona en ungüento al 0.2% Acetónido de triamcinolona en ungüento al 0.1 %

Dipropionato de betametasona en loción al 0.05% Valerato de betametasona en crema, loción al 0.1 % Acetónido de fluocinolona en crema al 0.025% Flurandrenolida en crema al 0.05% Butirato de hidrocortisona en crema al 0.1% Valerato de hidrocortisona en crema al 0.2% Acetónido de triarncinolona en crema, loción al O. t % Acetónido de triamcinolona en crema al 0.025%

Dipropionato de aclometasona en crema, ungüento al 0.05% 17-valerato de betametasona en loción al 0.1% Desonida en crema al 0.05% Acetónido de fluocinolona en crema, solución al 0.01% Furoato de rnometasona en crema, ungüento al 0.1%

Fosfato sódico de dexametasona en crema al 0.1 % H idrocortisona en crema, ungüento, loción al 0.5, 1 Y 2.5%

Acetato de metilprednisolona en ungüento al 1 %

* La clase 1 es la más potente, y la 7, la menos potente. FUENTE: Con autorización de Arndt, 1989.

Nombre comercial

D1PROlENE

TEMOVATE

PSORCON

ULTRAVATE

CVCLOCORT

D1PROSONE

TOP1CORT

FLORONE. MAX1FlOR

LIDEX, L 1DEX-E

HALOG

DIPROSONE

VALlSONE

FLORONE, MAXIFLOR

ARISTOCORT A

CVCLOCORT

TOPlCORT L P

SVNALAR-HP

SVNALAR

CORDRAN

WESTCORT

KENALOCi, ARISTOCORT

D1PRASONE

VAUSONE

SVNALAR

CORDRAN SP

LOCOlD

WESTCORT

KENALOG

ARISTOCORT

AC LOVAT E

VALlSONE

T RIDES1LON,DESOWfN

SVNALAR

ElOCON

DECADRON

HVTONE, NtJTRICORT, PENECORT

MEDROl

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piel ocluida, y se determina el área de palidez, así como la biovaloración de la psoriasis, en la cual se cuantifica el efec­to del glucocorticoide sobre lesiones psoriásicas (McKenzie y Stoughton, 1962; Dumas y Scholtz, 1972). Otras valora­ciones de la potencia de los glucocorticoides comprenden supresión de eritema y edema después de inflamación in­ducida experimentalmente.

Aplicaciones terapéuticas. Muchas enfermedades cutá­neas inflamatorias muestran respuesta a la administración de glucocorticoides por vía tópica o intralesional. La ab­sorción varía entre distintas áreas corporales; el glucocor­ticoide por usar se elige con base en su potencia, sitio de afección y gravedad de la enfermedad cutánea. A menudo, al principio se utiliza un glucocorticoide más potente, se­guido por otro de menor potencia. Muchos de los médicos se familiarizan con uno o dos medicamentos de cada clase para suministrar el fármaco de la potencia apropiada. Bas­ta con aplicar dos veces al día; la aplicación más frecuente no mejora la respuesta (Yohn y Weston, 1990). En general, la hidrocortisona o un equivalente es el glucocorticoide más potente utilizado en la cara o en áreas ocluidas como las axilas o ingles. Puede sobrevenir taquifilaxia, y a menudo es útil cambiar a otro glucocorticoide, o utilizar el medica­mento con ¡nenor frecuencia (Singh y Singh, 1986).

La inyección de glucocorticoides por vía intralesional casi siempre se efectúa con preparaciones insolubles de triarncinolona (acetónido de triamcinolona y hexacetónido de triamcinolona [ARISTOSPAN]), que se solubilizan de modo gradual y, por ende, la duración de acción es más prolon­gada. El hexacetónido puede ampliar más el efecto tera­péutico. Los glucocorticoides por vía intralesional son en particular eficaces si el área inflamatoria se halla en tejido adiposo, como en la alopecia inflamatoria del cuero cabe­lludo o la paniculitis. También pueden usarse para sumi­nistrar dosis altas de medicamento en dermatosis inflama­torias más superficiales, entre ellas psoriasis, lupus discoide y quistes inflamados.

Toxicidad y vigilancia. El uso de glucocorticoides por vía tópica de potencia más alta se relaciona con incremen­to de la toxicidad local y sistémica. In situ, hay atrofia de la piel, estrías, telangiectasias, púrpura, erupciones acnei­formes, dermatitis peribucal, crecimiento excesivo de hon­gos y bacterias en la piel, hipopigmentación de piel pig­mentada, y rosácea. Las estrías son más frecuentes en áreas intertriginosas, pero pueden aparecer de manera difusa. La dermatitis peribucal y la rosácea se presentan en la cara cuando se intenta suspender los glucocorticoides y, por ello, debe evitarse el uso de glucocorticoides halogenados en la cara. La aplicación a largo plazo cerca de los ojos puede causar cataratas o glaucoma. Hay suficiente absorción de los glucocorticoides por vía tópica más potentes a través de la piel inflamada, como para causar toxicidad sistémi­ca, incluso supresión del eje hipotalámico-hipofisario-su-

Capítulo 64 Farmacología dermatológica 1701

prarrenales y retraso del crecimiento, sobre todo en niños de corta edad (Bondi y Kligman, 1980; Wester y Maibach, 1993). Los factores que incrementan la absorción sistémi­ca incluyen la cantidad de glucocorticoide aplicado, la extensión del área tratada, frecuencia de aplicación, dura­ción del tratamiento, potencia del fármaco y uso de oclu­sión.

Los glucocorticoides por vía intralesional generan atro­fia cutánea e hipopigmentación. Para minimizar dicha atro­fia, las dosis en la cara, por lo general, se limitan a 1 a 3 mglml de acetónido de triamcinolona. Los efectos adver­sos sistémicos, incluso supresión del eje hipotalámico-hi­pofisario-suprarrenales, son mínimos si las dosis totales se conservan por debajo de 20 mg de acetónido de triam­cinolona al mes.

Glucocorticoides por vía sistémica

Aplicaciones terapéuticas. El tratamiento con glucocor­ticoides por vía sistémica se utiliza en diversas enferme­dades dermatológicas graves (cuadro 64-2). En general, es mejor reservar los glucocorticoides para el tratamiento agudo de padecimientos transitorios, o para tratar derma­tosis que ponen en peligro la vida. La terapéutica a largo plazo de la dermatitis atópica con glucocorticoides por vía oral es problemática, dados los efectos adversos relacio­nados con el uso a largo plazo (cap. 59). Estudios recien­tes sugieren que los glucocorticoides no evitan la apari­ción de neuralgia posherpética (Wood y col., 1994).

Por lo general, al principio se requiere dosificación ma­tutina diaria con prednisona, aunque en ocasiones se utili­zan dosis diarias divididas para aumentar la eficacia. Se observan menos efectos adversos con la dosificación cada tercer día, y la prednisona se disminuye de manera pro­gresiva hasta cada tercer día, tan pronto como es posible. En ocasiones, se utiliza la vía intramuscular para asegurar el apego a la prescripción, aunque no se recomienda esta vía debido a absorción errática y supresión prolongada del eje hipotalámico-hipofisario-suprarrenal relacionada con las preparaciones de acción más prolongada que de mane­ra característica se inyectan. El tratamiento intermitente con dosis diarias grandes de succinato sódico de metil­prednisolona se administra por vía intravenosa en caso de pioderma gangrenoso, pénfigo vulgar, penfigoide ampo­lloso, lupus eritematoso generalizado que pone en peligro órganos, y dermatomiocitos, resistentes al tratamiento (Werth, 1993). La dosis, por lo general, es de 0.5 a 1 g administrado durante dos a tres horas el suministro más rápido se ha relacionado con tasas aumentadas de hipo­tensión, alteraciones de electrólitos, y arritmias.

Toxicidad y vigilancia. Los glucocorticoides por vía oral generan muchos efectos sistémicos (cap. 59). Casi todas las acciones colaterales dependen de la dosis. El uso a cor-

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1702 Sección XV Dermatología

Cuadro 64-2. Enfermedades cutáneas tratadas con glucocorticoides

Requieren tratamiento a largo plazo

Enfermedades ampollosas

Pénfigo vulgar

Penfigoide ampolloso

Herpes gestacional

Muestran reacción al tratamiento a corto plazo

Dermatitis por contacto (aguda)

Dermatitis atópica

Liquen plano

Dermatitis exfoliativa

Vasculopatías de la colágena

Dermatomiositis

Eritema nadasa

Lupus eritematoso generalizado

Fascitis eosinófila

Muestran respuesta al tratamiento con dosis bajas al acostarse*

Anormalidades hormonales

Acné Policondritis con recaídas

Vasculitis (inflamatoria) Hirsutismo

Sarcoidosis

Enfermedad de Sweet

Pioderma gangrenoso

Lepra reactiva tipo 1 Hemangiomas capilares

El tratamiento con esteroides es controvertido

Necrólisis epidérmica tóxica

Eritema polimorfo

Linfoma cutáneo de células T

Lupus eritematoso discoide

• Supresión de andrógenos. FUENTE: Con autorización de Werth, 1983.

to plazo se relaciona con diversas complicaciones, entre ellas problemas psiquiátricos, cataratas, miopatía, necro­sis avascular e hipertensión. Además, los pacientes con psoriasis que se hallan tomando glucocorticoides pueden tener un brote pustular a medida que se disminuye de modo progresivo el medicamento. Los individuos tratados con muchas inyecciones de glucocorticoides por vía intramus­cular presentan los mismos efectos adversos que quienes reciben tratamiento por vía oral.

La administración intermitente de glucocorticoides por vía intravenosa puede causar hipotensión o hipertensión, hiperglucemia, hipopotasemia o hiperpotasemia, reaccio­nes anafilácticas, psicosis aguda, crisis convulsivas y muerte repentina. Es posible que aparezcan insuficiencia cardiaca congestiva y edema pulmonar. Después de que se suspen­de el tratamiento breve con dosis altas, es posible que so­brevenga un síndrome de supresión de glucocorticoides, con artralgias, mialgias y derrames auriculares transitorios, pero sin crisis addisoniana manifiesta (Kimberly, 1982).

RETINOIDES

Estos incluyen los compuestos naturales y derivados sin­téticos del retinol, que muestran actividad de vitamina A (cap. 63). Se encuentra bien documentada la participación esencial de la vitamina A en la visión. Aun así, los reti­noides generan efectos notorios sobre los epitelios y han revolucionado el tratamiento dermatológico durante los úl­timos dos decenios. Dado que la vitamina A influye sobre la diferenciación epitelial normal, se investigó como tera­péutica en trastornos cutáneos, e inicialmente se abando-

nó debido a efectos colaterales desfavorables. Con la sín­tesis de múltiples retinoides, se crearon fármacos con efi­cacia específica y toxicidad disminuida. Pequeñas modi­ficaciones de la estructura dieron como resultado cambios importantes en la función (fig. 64-2). Los compuestos de primera generación incluyen retinol y fármacos que pue­den derivarse metabólicamente del mismo, cntre ellos tretinoína e isotretinoína. Los retinoides de segunda ge­neración son análogos sintéticos, en los cuales una por­ción de la molécula se ha alterado mediante la adición de un anillo aromático. Los principales medicamentos de este grupo son el etretinato y la acitretina. Los retinoides de tercera generación se han modificado de manera extensa e incluyen retinoides poliaromáticos, denominados aro­tenoides, que en la actualidad se encuentran en investi­gación.

Los retinoides influyen sobre una amplia variedad de actividades biológicas, entre ellas proliferación y diferen­ciación celulares, función inmunitaria, inflamación, y pro­ducción de sebo (Orfanos y col., 1987). Los efectos de los retinoides están mediados por receptores nucleares de áci­do retinoico (RAR), que son miembros de la superfa­milia de receptores de tiroides/esteroides. Esos receptores se unen a los retinoides y al DNA, y funcionan como factores de transcripción, que aumentan el inicio de esta última. Hay una segunda familia de receptores de reti­noides, denominados RXR, aunque no se ha aclarado su función.

La isotretinoína y la tretinoína están aprooadas para el tratamiento del acné, y el etretinato lo está para el de pso­riasis. Esos medicamentos también se prescriben en mu­chos otros trastornos dermatológicos (cuadro 64-3).

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RETINOIDES primerageneraCi6�

RETINOL � � � � CH20H I

TRETINOINA

ISOTRETINOINA

�OOH

� I COOH

Segunda generación

ETRETINATO �OOC"H,

H3CO

�OOH ACITRETINA _ D � �

H3CO

Tercera generación

~ "' ........

AROTENOIDE [] �

Fig. 64-2. Tres generaciones de retinoides. Los principales cambios estructurales de cada generación están indi­cados en azul.

Tretinoína

La tretinoína (RETIN A) se utiliza como una preparación por vía tópica, El tratamiento eficaz del acné con tretinoí­na por vía tópica se demostró por vez primera en 1969 (Kligman y coL, 1969), Un efecto primario de la tretinoí­na es la reducción de la hiperqueratinización que conduce a la formación de microcomedones, la lesión inicial en el acné, Los corneocitos foliculares se alteran como resulta­do de diseminación de desmosomas, disminución de tono­filamentos, incremento de la autólisis de queratinocitos y depósito intracelular de glucógeno (Wolff y coL, 1975),

En 1986, se informó por vez primera el tratamiento sa­tisfactorio de la piel que presentaba fotodaño, con tretinoí­na en seres humanos (Kligman y coL, 1986) y se confirmó en múltiples estudios tanto clínicos como histológicos, Los efectos epidérmicos incluyen incremento del grosor de la epidermis y de la capa granular media, decremento de la fuerza de tonofilamentos y desmosomas, actividad mela­nocítica disminuida, e incremento de la secreción de una sustancia parecida al glucosaminoglucano hacia el espacio intercelular, En la dermis, se han documentado vasodilata -

Capílulo fí4 Farmac% gia derll1a(o{rigica t 703

ción y angiogénesis, e incremento de la síntesis de coláge­no, en la dermis papilar, En clínica, esto se traduce en dis­minución de las arrugas finas y gruesas, textura más lisa, incremento del color rosado, y disminución del color en áreas hiperpigmentadas (Green y coL, 1993),

Aplicación terapéutica. En la actualidad la tretinoína sólo está aprobada para el tratamiento del acné, Las pre­paraciones por vía tópica contienen 0,01 a 0,1% de treti­noína, Se recomienda iniciar el tratamiento con prepara­ciones de potencia más baja, y progresar hacia las de potencia más alta. El medicamento se aplica una vez al día antes de acostarse para minimizar la fotodesintegración, La respuesta clínica máxima puede requerir cuatro meses, y es necesaria terapéutica de sostén,

Cuadro 64-3. Principales enfermedades cutáneas que muestran reacción a los retinoides

Enfermedad

Acné Acné quístico Acné papular Foliculitis por gramnegativos Hidradenitis supurativa

Trastornos de la queratinización Ictiosis Enfermedad de Darier Pitiriasis rubra pilar Eritroqueratodermia variable

Cáncer cutáneo Cáncer de células basales Cáncer de células escamosas Queratoacantoma Linfoma cutáneo de células T

Padecimientos precancerosos Queratosis actínicas Nevo displásico Leucoplasia

Psoriasis Psoriasis vulgar Psoriasis pustular Psoriasis pustular, palmas y plantas Psoriasis eritrodérmica Artritis psoriásica

Envejecimiento cutáneo

Diversos

Retinoide*

l. T l

I,E, T 1, E 1, E I.E

" E I,E 1, E I.E

T,E T I,E

E E, l E E E

T

Lupus eritematoso discoide, escleromixedema, nevo epidér� mico verrugoso, dermatosis pustular subcorneal, síndrome de Reiter, verrugas, liquen plano, acantosis nigricans, sar­coidosis, enfermedad de Grover, poroqueratosis

'" I '" isotretinoína; E = etretinato; T = tretinoína..

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1704 Sección XV Dermatología

Una formulación de crema emoliente de tretinoína (RENOVA) está en espera de aprobación para tratamiento de piel que muestra fotoenvejecimiento. La aplicación nocturna genera respuesta máxima en el transcurso de un año, y la aplicación una a tres veces a la semana con­serva la mejoría (Green y col., 1993). El tratamiento de­be combinarse con pantallas solares y evitación de la luz solar.

Toxicidad y vigilancia. Los efectos adversos de la treti­noína comprenden eritema, exfoliación, ardor y picazón. Esos efectos a menudo disminuyen solos con el tiempo y se aminoran con el uso de un emoliente. Hay fotosensibi­lidad, con mayor potencial resultante de quemaduras por luz solar. La tretinoína, administrada por vía oral, es alta­mente teratógena. De cualquier modo, las concentracio­nes sanguíneas bajas originadas por terapéutica tópica no se han relacionado con incremento de malformaciones fe­tales (Jick y col., 1993). La FDA recomienda la tretinoína para usar durante el embarazo sólo si los beneficios poten­ciales superan los riesgos.

Isotretinoína

La isotretinoína por vía oral se estudió por vez primera en el acné, en 1971 (Bollag y Geiger, 1984); en 1979, se con­firmó su eficacia (Peck y col., 1979), y en 1982 quedó disponible en Estados Unidos para tratamiento del acné vulgar noduloquístico grave. El fármaco produce mejoría y remisiones prolongadas. Sus efectos incluyen normali­zación del proceso de queratinización del epitelio folicu­lar, reducción del número de sebocitos Con decremento de la síntesis de sebo, y disminución de Propionibacterium acnes, el microorganismo que produce inflamación en el acné (Layton y Cunliffe, 1992).

Aplicaciones terapéuticas. La isotretinoína (ACCUTANE) se toma por vía oral. La dosis recomendada es de 0.5 a 2 mglkg de peso al día, durante 15 a 20 semanas. Dosis más bajas son eficaces, pero se relacionan con remisiones más breves. La dosis acumulativa también tiene importancia, de modo que pueden utilizarse dosis más pequeñas duran­te periodos más prolongados para alcanzar una dosis total de 120 mglkg. Casi 40% de los enfermos presentará una recaída, por lo general en el transcurso de tres años de tratamiento, y quizá requiera repetición de este último (Layton y col., 1993).

En tanto el medicamento es aprobado contra el acné no­dular recalcitrante grave, en la actualidad suele prescribir­se para el acné moderado que no muestra respuesta a los antibióticos por vía oral, y cuando el padecimiento produ­ce cicatrización. También suele utilizarse en otros padeci­mientos relacionados, como foliculitis por gramnegativos, acné rosácea e hidradenitis supurativa (Leyden, 1988).

Toxicidad y vigilancia. Los efectos adversos más comu­nes afectan piel y mucosas, y dependen de la dosis. Suele haber queilitis, sequedad de mucosas, epistaxis, sequedad de ojos, blefaroconjuntivis, erupciones eritematosas y xe­rosis. La alteración de la superficies dérmicas puede ex­plicar la colonización por Staphylococcus aureus y, rara vez, infección subsecuente. Son más infrecuentes la pérdida de pelo, formación de tejido granular, fotosensibilidad y disfunción de la adaptación a la oscuridad.

Los efectos adversos sistémicos por lo general tienen menos importancia si el tratamiento es a corto plazo. Casi nunca aparecen aumentos anormales y transitorios de las transaminasas plasmáticas. No se ha observado hepatitis idiosincrática aguda con la isotretinoína, como sucede con el etretinato. La hiperlipemia es frecuente; 25% de los en­fermos presenta incremento de las concentraciones de tri­glicéridos y, con menor frecuencia, aumento del colesterol y de las lipoproteínas de baja densidad, así como disminu­ción de las lipoproteínas de alta densidad (Bershad y col., 1985). La mialgia y artralgia son molestias frecuentes. So­brevienen cefaleas y rara vez constituyen un síntoma de seudotumor cerebral. En ocasiones, los pacientes presen­tan episodios depresivos relacionados con fármacos. El tra­tamiento a largo plazo puede producir efectos adversos sobre el sistema esquelético, entre ellos, hiperostosis es­queléticas idiopáticas difusas, osificación extraesquelética, en particular en las inserciones tendinosas, y, en niños, cie­rre prematuro de epífisis (DiGiovanna y col., 1986).

La teratogenicidad es el efecto adverso más grave; apa­rece si el fármaco se administra en el transcurso de las primeras tres semanas de la gestación, y no se relaciona con la dosis. Los efectos teratógenos incluyen anormali­dades del sistema nervioso central, cardiacas, del timo y craneofaciales. En 33% de las pacientes ocurre aborto es­pontáneo (Lammer y col., 1985). El embarazo es una con­traindicación absoluta para el uso de isotretinoína. Las mujeres con potencial de procreación deben iniciar el tra­tamiento al principio de un periodo menstrual normal des­pués de dar consentimiento informado y de la obtención de una prueba de embarazo con resultados negativos. Es necesario efectuar dos formas de anticoncepción durante el tratamiento, y durante un mes antes de iniciarlo y des­pués de terminarlo; las pruebas de embarazo deben repe­tirse mensualmente. Otras valoraciones de laboratorio han de incluir una biometría hemática completa y química san­guínea, con pruebas de función hepática y lípidos en ayu­no antes de iniciar el tratamiento. Las pruebas han de re­petirse después de un mes de la terapéutica, y a partir de entonces únicamente según lo indiquen las anormalidades.

Etretinato

En 1976, se informó por vez primera que el etretinato (TEGlsoN), un retinoide aromático, es eficaz en el trata-

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miento de la psoriasis (Ornafos y Runne, 1976), y en 1986 se aprobó en Estados Unidos para usarlo en la terapéutica de la psoriasis grave resistente a tratamiento. El fármaco es más eficaz en los tipos inflamatorios de psoriasis, in­cluso enfermedad pustular y eritrodérmica. Debido a que es altamente lipófilo, el etretinato se almacena en el tejido adiposo. Después de que se suspende el tratamiento, el fár­maco se libera con lentitud a partir de las grasas; se ha detectado el compuesto en plasma, dos a tres años después de concluir el tratamiento. La acitretina, el principal meta­bolito ácido del etretinato, no se acumula en los tejidos, y tiene vida media de dos días, en comparación con 100 días en el caso del etretinato. No obstante, la acitretina se esterifica para producir etretiliato in vivo, y el alcohol au­menta esta reacción (Larsen y col., 1993). Desafortunada­mente, ésto elimina la ventaja de la vida media breve de la acitretina.

El etretinato tal vez favorece la diferenciación terminal en la psoriasis al normalizar la expresión de queratinas por las células epidérmicas. El etretinato también suprime la quimiotaxia, disminuye la cohesividad del estrato cór­neo, y, al igual que el ácido retinoico, puede interferir en la función de citocinas. Su efecto terapéutico probable­mente se debe a una combinación de esos factores.

Aplicaciones terapéuticas. El etretinato es más eficaz en psoriasis pustular y eritrodérmica, y a menudo se utili­za como monoterapia. A la dosis recomendada de I mglkg de peso al día, los efectos tóxicos a menudo son intolera­bles. En enfermedad pustular son apropiados 0.5 a 0.75 mg/kg de peso al día. La respuesta es rápida, con involu­ción de las pústulas en el transcurso de dos semanas, y mejoría más lenta de la enfermedad residual durante dos a tres meses. La dosificación inicial en la psoriasis eritro­dérmica debe ser baja, de 0.25 a 0.5 mg/kg de peso al día, con incremento progresivo según se tolere. La velocidad de respuesta es similar a la que se observa en la enferme­dad pustular. El etretinato es menos eficaz en el tratamien­to de psoriasis en placas. Las dosis para la enfermedad en placas son las mismas que para la pustular. La rapidez de respuesta es más lenta, y el efecto máximo puede requerir 16 semanas. Un poco más de 50% de los enfermos mues­tra reacción mayor de 75%, y en ese momento a menudo se inicia tratamiento combinado. La combinación más efi­caz consta de etretinato con radiación ultravioleta. Pueden usarse tanto radiación ultravioleta B (UVB) de onda corta como fotoquimioterapia con psoralenos y luz ultravioleta A (PUVA) (véase más adelante). El etretinato combinado con PUYA se denomina RE-PUYA. Al contrario de la iso­tretinoína contra el acné, el etretinato no produce una re­misión prolongada de la psoriasis, y a menudo se requiere terapéutica de sostén (Fritsch, 1992).

El etretinato es eficaz en el tratamiento de artropatía psoriásica; ocurre una reacción en el transcurso de un mes, luego de la administración. Muchos trastornos parecidos a

Capítulo ó4 F(//,mam{ogill derll/iI{o/r)gl('(/ 1705

la ictiosis congénita muestran respuesta favorable al etre­tinato, aunque es infrecuente la normalización completa de la piel.

Toxicidad y vigilancia. Los efectos tóxicos del etretina­to son similares a los de la isotretinoína, pero hay diferen­cias importantes. Se observan con menos frecuencia sín­tomas conjuntivales, en tanto que la pérdida de pelo, exfoliación cutánea inicial, piel pegajosa, las equimosis fáciles y anormalidades de la función hepática son más frecuentes con el etretinato. Rara vez sobrevienen reac­ciones hepatotóxicas importantes. Dado que en pacientes de mayor edad a menudo se requiere tratamiento prolon­gado, la hiperlipemia y los cambios óseos se tornan consi­deraciones importantes.

El etretinato también es teratógeno, y la vida media de eliminación prolongada crea problemas en mujeres en edad de procreación. En consecuencia, no debe usarse etretina­to en mujeres con potencial de procreación. Si se utiliza el fármaco, debe proporcionarse un método anticonceptivo durante el tratamiento y por lo menos tres meses después de suspenderlo. Antes de considerar un embarazo, han de medirse las concentraciones del compuesto, aunque es imposible establecer un tiempo seguro para que la mujer pueda embarazarse.

Antes de iniciar la terapéutica, se requieren una biome­tría hemática completa y pruebas bioquímicas de detec­ción basales, que incluyan un espectro de lípidos y hepáti­co completo. Las pruebas de laboratorio deben repetirse a las dos semanas, un mes y, después, cada dos a tres meses. Antes de que se inicie el tratamiento, es necesario efectuar pruebas para excluir existencia de embarazo.

Quimioprevención con retinoides

La relación entre deficiencia de vitamina A y metaplasia escamosa, incremento de la proliferación de células, hi­perqueratosis y carcinoma sugirió que los retinoides pue­den ser útiles en el tratamiento y la prevención de trastor­nos premalignos y malignos cutáneos. Los estudios clínicos indican que los retinoides poseen actividad importante en la reversión de los padecimientos premalignos bucales, cutáneos y cervicouterinos, así como en la prevención de neoplasias primarias de cabeza y cuello, de pulmones y piel. Al igual que con el tratamiento de otras enfermeda­des dermatológicas, los retinoides individuales muestran selectividad en la prevención de neoplasias y terapéutica de las mismas.

La isotretinoína a dosis altas produce regresión parcial de múltiples carcinomas de células basales (Peck y col., 1988), pero son más eficaces para suprimir la formación de nuevas neoplasias, según se demuestra en pacientes con xeroderma pigmentoso (Kraemer y col., 1988). La isotre­tinoína también previene segundas neoplasias primarias

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t 706 Secu/m XV Dermatología

en sujetos que han presentado con anterioridad un carci­noma de células escamosas de la cabeza y el cuello (Hong y col., 1990). En estudios controlados se ha demostrado la eficacia de los retinoides en el tratamiento de lesiones premalignas, incluso isotretinoína en la leucoplasia bucal (Hong y col., 1986), tretinoína tópica en queratosis actínicas (Misiewicz y col., 1991) y nevos displásicos (Halpern y col., 1994), así como etretinato en queratosis actínicas (Watson, 1986). Las enfermedades malignas no epitelia­les como el linfoma de células T cutáneo también han mejorado mediante tratamiento con etretinato combinado con interferón alfa (Zachariae y Thestrnp-Pedersen, 1990). El beneficio del uso a largo plazo debe equilibrarse por las toxicidades producidas. Puesto que los retinoides son fo­tosensibilizantes, su empleo ha de acompañarse de pro­tección contra la luz solar para prevenir quemaduras por esta última, e inducción de lesiones nuevas por luz ultra­violeta.

,8-caroteno. El ,8-caroteno (SOLATENE, otros) es un pre­cursor de la vitamina A que se encuentra en vegetales ver­des y amarillos. Se ha enfocado mucha atención en este fármaco, relativamente benigno, como quimiopreventivo con base en su estrnctura química antioxidante. Se está valorando el compuesto en múltiples estudios, pero una investigación para la prevención de cáncer cutáneo ha ge­nerado resultados negativos (Lippman y col., 1993).

El fármaco se utiliza en dermatología para reducir la fo­tosensibilidad cutánea en personas con protoporfiria eri­tropoyética. Hay controversias con respecto al mecanismo de acción, pero quizá comprenda un decremento de la pro­ducción de radicales libres o de oxígeno singleto (Harber y Bickers, 1989).

El principal efecto adverso del,8-caroteno es la pigmen­tación amarillo-anaranjada de la piel. En ocasiones, las heces son de poca consistencia y casi nunca se han regis­trado equimosis y artralgias. Sin embargo, datos recientes indican que el fJ-caroteno disminuye de modo importante la vitamina E en plasma y tejidos, lo cual suscita preguntas respecto a su uso a largo plazo (Lippman y col., 1993).

CITOTOXICOS E I"IMU"IOSUPRESORES

Se utilizan en dermatología para tratar enfermedades proliferativas como psoriasis, y en trastornos inmunitarios como dermatosis ampollosas y vasculitis leucocitoclásti­ca. Esos medicamentos también se comentan en los capí­tulos 51 y 52.

Antirnctaholitos

En 1951, Gubner encontró que la aminopterina, un antagonista del ácido fólico utilizado para tratar leucemia, es eficaz en la psoriasis. En retrospectiva, esto era de esperarse porque esta eo-

tidad patológica está detenninada genéticamente, la cual se ca­racteriza por incremento de la proliferación de queratinocitos. El metotrexato (FOLEX, MEXATE, otros), menos tóxico que la aminopterina, se ha aprobado por la FDA para emplearlo en la psoriasis y se utiliza de manera sistemática en padecimientos cutáneos hiperproliferativos (psoriasis, pitiriasis rubra pilar, en­fennedad de Reiter) después de la ineficacia de otros fánnacos por vía tópica. Este medicamento se ha sugerido para algunas enfermedades inflamatorias, como vasculitis, sarcoidosis y der­matomiositis. Otras entidades patológicas, para las cúales el' me­dicamento puede ser útil como un compuesto de segunda elec­ción, con base en informes de casos o estudios pequeños, incluyen pitiriasis liquenoide y varioliforme aguda, papilomatosis linfomatoide, pénfigo vulgar, lupus eritematoso y dennatitis ac­tínica. Al tratar la psoriasis con metotrexatol tiene importancia seleccionar a los pacientes; no se tratará con este compuesto a sujetos con hepatopatía o alcoholismo. El medicamento es apro­piado en la terapéutica de psoriasis grave que no reacciona a compuestos por vía tópica, en especial cuando el padecimiento se acompaña de psoriasis eritrodérmica o pustular, o artritis psoriática grave. El metotrexato se administra-cada semana como una dosis única, o en dosis divididas cada 12 h durante 24 a 36 h a la semana (1Ong y Maibach, 1990). Se suministra una dosis prueba inicial de 5 o 7.5 mg, con vigilancia de laboratorio cuida­dosa mediante biometria hemática completa y pruebas de fun­ción hepática cinco a seis días después del tratamiento. La dosis se incrementa según se requiera 2.5 a 5 mg cada semana; las dosis finales varían de 7.5 a 30 mg a la semana. El objetivo es controlar las lesiones cutáneas, pero nQ erradicarlas por comple­to. Se obtiene una biopsia hepática basal si el compuesto es efi­caz, y los pacientes lo toleran. Después de la ingestión de 1 500 mg del compuesto, se repite la biopsia hepática. Las pruebas de función hepática y las gammagraflas de hígado son inadecuadas para predecir fibrosis hepática inducida por metotrexato. Hay controversias entre los reumatólogos respecto de la necesidad de biopsias hepáticas, dado su riesgo potencial, en pacientes tra­tados con metotrexato contra la artritis reumatoide. No está cla­ro si hay menos hepatotoxicidad inducida por este fármaco en pacientes con artritis reumatoide en comparación con aquéllos con psoriasis.

La azatioprina (IMURAN) ha estado disponible casi 30 años; sus propiedades se comentan en los capítulos 51 y 52. En der­matología, el medicamento se utiliza con frecuencia como un preservador de esteroides para indicaciones no aprobadas por la FDA, entre ellas, pénfigo, penfigoide, lupus y dennatomiositis. También se ha recomendado en casos seleccionados de enfer­medad de Beh�et y psoriasis (Bystryn, 1984; Du Vivier y col., 1974). Las enfermedades ampollosas son de naturaleza inmuni­taria, con anticuerpos circulantes contra diversas proteínas que participan en la adherencia de células a otras células o a mem� brana basal. La azatioprina disminuye la producción de anticuer­pos, además de sus otras propiedades antiinflamatorias. La do­sis habitual de inicio es de 1 a 2 mg!kg de peso al día en una dosis o en dosis divididas. Las dosis de sostén se reducen a 50% de la inicial, o a la dosis mínima eficaz, y varían ampliamen­te dependiendo de la enfennedad. Puesto que a menudo se re­quieren seis a ocho semanas para observar un efecto, con fre­cuencia se inicia el tratamiento con azatioprina en etapas tem­pranas de la evolución de una enfermedad, y se disminuye la dosis de glucocorticoides necesaria para controlar el padeci-

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miento. Es importante la vigilancia de laboratorio (Ho y Zloty, 1993).

El fluorouracilo (S-FU; AORUCIL) ha recibido aprobación por la FDA pam uso en queratosis actinicas múltiples, y pam tmta­miento de carcinomas de células basales superficiales no idó­neos para otras terapéuticas. Se administra por vía tópica duran­te un periodo de dos a cuatro semanas; hay absorción sistémica mínima (Breza y col., 1 976). Las áreas tratadas se inflaman du­rante la terapéutica; la inflamación desaparece después de que se suspende el fármaco. El fluorouracilo puede inducir irritación cutánea profunda, en especial cuando hay exposición a la luz solar. Dicho fármaco, administrado mediante inyección intrale­sional, se utiliza en indicaciones no aprobadas por la FDA, como queratoacantomas, verrugas y queratosis (Odom y Goette, 1978). Los principales efectos adversos del 5-fluorouracilo por vía ¡n­tralesional incluyen quemadura durante la inyección, y eritema local, edema, e incluso ulceración subsecuentes.

La hidroxiurea y la 6-tioquanina se utilizan en el tratamiento de la psoriasis, en especial cuando es imposible utilizar meto� trexato debido a enfennedad hepática. No son tan eficaces como el metotrexato; 60% de los pacientes muestra mejorla (Moschella y Greenwald. 1 973). Se utilizan en sujetos que no reaccionan a los tratamientos por vía local y tienen contraindicaciones en otros tratamientos por vía sistémica.

Alquilantes

La cic/ofosfamida (CVTOXAN, NEOSAR) se ha usado clinicamente desde 1958, y es uno de los citotóxicos e inmunosupresores más eficaces (caps. 5 1 y 52); genera muchos efectos adversos tóxi­cos, entre ellos riesgo de enfennedad maligna y mielosupresión secundarias; de este modo, sólo se utiliza en enfennedades der� matológicas más graves y recalcitrantes. Los padecimientos malignos secundarios han incluido tumores malignos de la veji­ga urinaria. y se han observado trastornos mieloproliferativos y linfoproliferativos con la administración de ciclofosfamida sola o en combinación con otros antineoplásicos. La ciclofosfamida ha sido aprobada por la FDA para el tratamiento de linfoma de células T cutáneo avanzado. Otras aplicaciones incluyen trata­miento de pénfigo en pacientes que no muestran respuesta a la azatioprina; granulomatosis de Wegener; vasculitis necrosantes graves, como poliarteritis nodosa y angitis de Churg�Strauss; enfermedad de Beh�et; escleromixedema, y paniculitis histiocí� tica citofágica (Ho y Zloty, 1993). La dosis habitual por vía oral es de 2 a 3 rng/kg de peso al día en dosis divididas, y a menudo hay un retraso del efecto que es de cuatro a seis semanas. Infor­mes recientes sugieren que la cic1ofosfamida por vía intraveno­sa mensual, 0.5 a 1 g/m', administrada durante una hora, pueae ser más segura e igual de eficaz (Pandya y Sontheimer, 1992; Klippel, 1 993).

El clorhidrato de mecloretamina (MUSTARGEN) y la carmus­tina (biscloronitrosourea, BCNU, BICNU; cap. 5 1 ) se administran por vía tópica para tratar linfoma cutáneo de células T. Ambas pueden aplicarse como una solución o en forma de ungüento. Las soluciones han de elaborarse a diario y, por ende, son costo­sas, si bien quizá son un poco más eficaces que los ungüentos. los cuales son estables durante dos meses. Tiene importancia vigilar las pruebas de función hepática, y obtener biometrías hemáticas completas debido a absorción sistémica. Los efectos adversos comprenden dermatitis por contacto, reacciones irri-

Capírrdo 64 Farmacología dermatológica 1 707

tantes, enfermedades malignas cutáneas secundarias y cambios pigmentarios. La cannustina también puede originar eritema y telangiectasias después del tratamiento, así como más supresión de la médula ósea que la que depende de mecloretamina (Zack­heim y col., 1990).

Ciclosporina

La ciclosporina (SANDlMMUNE) se ha utilizado en clínica desde 1978 (cap. 52), pero su aplicación en dermatología empezó en fecha más reciente. Se emplea en diversas enfermedades denna­tológicas y autoinmunitarias debido a sus efectos inhibidores sobre la activación de células T y la proliferación de las mismas, así como a sus acciones sobre las células de Langerhans, ceba­das y endoteliales (Faulds y col., 1 993). Es eficaz en el trata­miento de psoriasis, liquen plano, pioderma gangrenosa, derma­titis eccematosas, epidermólisis ampo llosa adquirida, alopecia areata, pénfigo y penfigoide ampollosa gmves (Ho y Zloty, 1993; Ellis y col., 1991). La dosis inicial habitual por vía oral es de 3 a 4 mg/kg de peso al dia, tomados como dosis única diaria o en dos dosis divididas. Debido al potencial de nefrotoxicidad per­manente, falta de remisión constante de las enfermedades des­pués del tratamiento y seguridad a largo plazo no clara, la ci­c1osporina debe reservarse para enfermedades dermatológicas graves que son recalcitrantes al tratamiento convencional me� nos tóxico (Pei y col., 1994).

Fármacos diversos

La vinblastina por vía sistémica (ONCOVIN, VINCASAR PFS) está aprobada para uso en sarcoma de Kaposi y Iinfoma de células T cutáneo avanzado. Este fánnaco por vía intralesional también se utiliza para tratar sarcoma de Kaposi en individuos con infec­ción por VIH (BQudreaux y col., 1992). La iontoforesis (absor­ción facilitada mediante una corriente eléctrica) es una manera menos dolorosa de suministrar la vinblastina (Smith y col., 1992). La bleomicina por vía intralesional se utiliza en verrugas y ge­nera efectos tanto citotóxicos como proinflamatorios (Temple­ton y col., 1994). Lableomicina por vía intralesional (BLENoxANE) se ha relacionado con enfermedad de Rayoaud y necrosis cutá­nea local. Se han detectado concentraciones plasmáticas transi­torias importantes de bleomicina después de inyección por vía intralesional de I mg del fármaco (James y col., 1993). Una téc­nica con múltiples punciones, utilizando una aguja bifurcada para vacuna para introducir este fármaco, es una alternativa menos dolorosa (Shelley y Shelley, 1991). La bleomicina por vía intra­lesional se ha administrado en el tratamiento paliativo de carci­noma de células escamosas, aunque la intervención quirúrgica y la mdioterapia constituyen alternativas preferibles. En el capítu­lo 5 1 se proporciona una exposición más completa acerca de esos medicamentos.

DAPSONA y SULFASALAZINA

La dapsona (4,4' -diaminodifenilsulfona) ha estado en uso clíni­co durante casi 50 años (cap. 48). Se utiliza en dermatología por sus propiedades antiinflamatorias, particularmente en la enfer­medad pustular estéril (no infecciosa) de la piel. La dapsona evita la intensificación metabólica súbita por mieloperoxidasa, y su-

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'prime la emigración de neutrótilos al bloquear la adherencia mediada por integrina (Booth y col., 1992). Además, la dapsona inhibe la adherencia de anticuerpos a neutrófilos, efecto que quizá tiene importancia en enfermedades cutáneas de origen autoin­munitario (Thuong-Nguyen y col., 1993).

La dapsona está aprobada para su administración en dermati­tis herpetiforme y lepra. También es útil en el penfigoide ampo­lIoso, penfigoide cicatrizal, pénfigo vulgar, dermatosis lineal por inmunoglobulinaA (lgA), lupus eritematoso generalizado ampo­llosa, vasculitis leucocitoclástica, vasculitis urticariana, eritema elevatum diutinum, enfermedad de Sweet, policondritis con re­caídas, dermatosis pustular subcomeal, y piodenna gangrenoso. Algunos informes indican eficacia en algunos pacientes con acné conglobata grave y otras formas de lupus eritematoso cutáneo, granuloma facial, policondritis con recaída y granuloma anular. Se prescribe una dosis inicial de 50 mg/día, seguida por incre­mentos de 25 rngldía a intervalos semanales, siempre efectuan­do pruebas de laboratorio apropiadas una semana después de incrementar la dosis. En todo enfermo es necesario verificar las concentraciones de glucosa-6-fosfato deshidrogenasa (G6PD) antes de iniciar tratamiento con dapsona, porque el metabolito tóxico de esta última formado mediante hidroxilaci6n, dapsona hidroxilamina, disminuye el glutatión dentro de células con de­ficiencia de G6PD. El derivado nitroso causa reacciones de pe­roxidación, lo cual genera hemólisis rápida (Todd y col., 1994; Coleman, 1 993). Debe administrarse una dosis máxima de 150 a 300 mg/día, en dosis divididas para minimizar los riesgos de metahemoglobinemia. La cimetidina, 400 mg tres veces al día, altera el grado de metahemoglobinemia al competir con la dap­sona por el citocromo P450 (Coleman, 1993). La toxicidad de la dapsona y la vigilancia de los efectos de la misma se analizan en el capítulo 48.

En el capítulo 44 se exponen las propiedades farmacológicas de la sulfasalazina y la toxicidad por la misma. Además de su uso como antibacteriano, este fármaco se utiliza por sus propie­dades antiinflamatorias en el tratamiento de psoriasis y pioder­ma gangrenoso. Aun cuando las erupciones cutáneas por sulfa­salazina son frecuentes, la desensibilización al fánnaco a 'menudo da buen resultado (Koski, 1 993).

A'I'fI PAL l' Dl COS

La quinina se utilizó durante el siglo XIX para tratar lupus erite­matoso, pero otros antipalúdicos no se usaron para este propósi­to sino hasta 1951 (Page, 1951). Los que se administran con frecuencia en dermatología incluyen c1oroquina (ARALEN), hi­droxicloroquina (PLAQUENIL) (cap. 40) y quinacrina (ATA8RINE) (cap. 41). Los tres fánnacos se emplean en dermatología como antiinflamatorios, en especial para enfermedades vasculares de la colágena y por fotosensibilidad. Aun cuando la hidroxicloro­quina es el único medicamento de este tipo aprobado para uso en lupus, hay pruebas de que las combinaciones de hidroxiclo­roquina y quinacrina pueden resultar beneficiosas en sujetos que no muestran respuesta a la hidroxicloroquina sola, y la cloroqui­na puede ser muy eficaz para las mismas indicaciones.

Hay controversias respecto al mecanismo de acción de los antipalúdicos, pero éstos generan efectos tanto inmunitarios como antiinflamatorios. Los mecanismos de acción probables com­prenden inhibición de la fosfolipasa A2; una gama de efectos lisosómicos (incremento del pH, estabilización de membrana,

inhibición de la liberación de erizimas lisosómicas y la activi­dad de las mismas); bloqueo de la fagocitosis; inhibición de la producción de -super6xido, aumento del pH intracelular en va­cuolas citoplásmicas, que conduce a decremento de la: estimula­ción de células T CD4+ autoinmunitarias; reducción de la libe­ración de citocina a partir de monocitos estimulados; inhibición de la producción de anticuerpos, y actividad antioxidante (eutler, 1 993; Fox; 1993). La cloroquina y la hidroxicloroquina se unen a porfirinas y facilitan su depuración en la orina. La capacidad para unirse a la melanina y otros pigmentos puede contribuir a la toxicidad retiniana que se observa en ocasiones cttando se utili­zan antipalúdicos.

Aplicaciones terapéuticas. Los usos dermatológicos de la hi­droxicloroquina aprobados por la FDA incluyen tratamiento de lupus eritematoso discoide y generalizado. Las aplicaciones no aprobadas, pero de primera elección, comprenden terapéutica de dermatomiositis cutánea, portiria cutánea tarda y erupción lumínica polimorfa. Esos medicamentos se utilizan como com­puestos de segunda elección en sarcoidosis, fascitis eosinótila, infiltrado linfocítico de Jessner, urticaria solar, granuloma anu­lar y algunas formas de paniculitis.

Las dosis habituales de antipalúdicos son: hidroxic1oroquina, 200 mg dos veces al día; quinacrina, 100 mgldía. y cloroquina, 250 rng/día. Por 10 general se inicia con hidroxicloroquina, y si no hay mejoría en cuatro a seis semanas, se agrega quinacrina. De manera alternativa, la cloroquina se emplea como fánnaco único. La dosificación debe ajustarse para individuos con peso bajo, de modo que la dosificación de cloroquina es S 3 mg/kg de peso al día, y la de hidroxicloroquina S 6.5 mglkg de peso al día. Los antipalúdicos constituyen el tratamiento más adecuado para lupus cutáneo diseminado, junto con glucocorticoides por vía tópica y pantallas solares (Rothe y Kerdel, 1 992). Se infor­man retrasos de varios meses para obtener efecto clínico com­pleto (Tett, 1993).

Los pacientes con portiria cutánea tarda, que por lo general se tratan con flebotomía. requieren dosificación diferente con cloroquina o hidroxicloroquina, porque cuando se administran dosis habituales sobrevienen cefalalgia, náusea, fiebre, concen­traciones altas de transarninasa, y excreción de grandes volúme­nes de uroporfirinas en la orina (Cripps y Curtis, 1 962). Hay varios regímenes de dosificación; por ejemplo, 125 mg de clo­roquina, dos veces a la semana. durante un periodo prolongado (Kordac y col., 1 977); tres flebotomías, seguidas por 250 mg/ día de cloroquina durante siete días (Swanbeck y Wennersten, 1977), o una flebotomía única seguida por 250 mgldía de cloro­quina, durante tres días (Petersen y Thomsen, 1 992).

Toxicidad y vigilancia. Los efectos tóxicos de los antipalúdi­cos se' describen en el capítulo 40. La incidencia de retinopatía por cloroquina e hidroxicloroquina es baja, siempre y cuando las dosis estén dentro de las pautas mencionadas, y la medica­ción se utilice durante ,menos de 1 0 años en un sujeto con fun­ción renal normal (Easterbrook, 1 993; Spalton y col., 1993). La quinacrina no causa retinopatía. Las recomendaciones actuales para supervisión oftalmológica pueden ser demasiado cautas, y quizá basta con exán.:'ües oculares cada seis meses o incluso cada año después de un examen basal, siempre y cuando se si­gan los lineamientos de dosificación proporcionados. Los anti­palúdicos tal vez no plantean riesgos durante el embarazo, aunque

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no se han llevado a cabo estudios grandes; algunas publicaciones sugieren suspender la hidroxicloroquina seis meses antes de ,in­tentar un embarazo (Parke, 1 993).

Se ha informado agranulocitosis con quinacrina, casi siempre con dosis mayores de lOO mgldía. Al principio del tratamiento, deben obtenerse pruebas de función hepática y biometrías he­máticas completas cada mes, y al menos cada tres meses duran­te toda la terapéutica.

FARMACOS A1"T1MICROBIANOS

Antibacterianos

Por 10 general, estos fármacos se utilizan para tratar enfer­medades cutáneas. Se emplean en la terapéutica de infec­ciones y enfermedades no infecciosas cutáneas. Los fár­macos por vía tópica son muy eficaces contra infecciones bacterianas superficiales y acné. Los antibióticos por vía sistémica también se prescriben con frecuencia en acné e infecciones bacterianas más profundas. Las propiedades farmacológicas de los antibacterianos se analizan en los capítulos 44 a 48. Aquí solamente se comentan las princi­pales aplicaciones de los antibacterianos por vía tópica y sistémica.

Acné. Los antibióticos se utilizan con mayor frecuencia en dermatología para tratar acné vulgar. El anaerobio Propionibacterium acnes prolifera en la luz obstruida, con alto contenido de Jípidos, de la unidad pilosebácea, donde la presión de oxígeno es baja. P. acnes produce ácidos gra­sos libres, que pueden generar formación de microcome­dones, e inducir la inflamación propia del acné. La supre­sión de P. aenes con antibioticoterapia se correlaciona con mejoría clínica (Eichenfield y Leyden, 1991).

El tratamiento por vía tópica se emplea en acné leve y como tratamiento de sostén. El peróxido de benzoílo tiene efecto antibacteriano sustancial contra P. acnes como re­sultado de efectos oxidantes potentes. Suele haber irrita­ción local, y es posible que sobrevenga alergia por contac­to. El peróxido de benzoílo está disponible en preparaciones que únicamente se expenden con prescripción, y que se venden sin receta, como cremas, geles, lociones, lavados y barras. Un gel con eritromicina y peróxido de benzoílo combinados (BENZAMYCIN) es superior a uno u otro fárma­co solo. Tanto la clindamicina (CLEOCIN T) como la eritro­micina (STATlCIN, T-sTAT, ERYGEL, AKNE-MYCIN, otros) están aprobadas para la terapéutica del acné por vía tópica, y se hallan disponibles en diversas preparaciones cutáneas.

El acné rosácea es una erupción crónica de la parte cen­tral de la cara, y se caracteriza por eritema persistente, y telangiectasias con pápulas y pústulas inflamatorias. El me­tronidazol (METROGEL) está aprobado para tratar acné ro­sácea por vía tópica. Reduce pápulas, pústulas y eritema, pero no las telangiectasias.

( "¡¡piru/o (¡.J ¡-orlll(/l'o/ligio t!¡Tlllt!llJ!ogicll 1 709

El tratamiento por vía sistémica se prescribe en acné grave y acné resistente a la terapéutica por vía local. Los medicamentos eficaces comprenden tetraciclina, minoci­clina, eritromicina, clindamicina (cap. 47) y trimetoprim­sulfametoxazol (cap. 44). Los antibióticos, por lo general, se administran dos veces al día, y las dosis se disminuyen de manera progresiva después de que se logra control. La tetraciclina es el antibiótico que se emplea con mayor fre­cuencia porque. es económica, segura y eficaz. La dosifi­cación diaria inicial, casi siempre, es de 1 g en dosis divi­didas. La minociclina, lOO a 200 mg/día, se ha utilizado con buenos resultados en pacientes que no reaccionan a la tetraciclina. La eritromicina se administra a dosis de 0.5 a 1 g/día. La clindamicina rara vez se proporciona por via oral en dermatología debido a su relación con colitis seu­domembranosa. El trimetoprim -sulfametoxazol es eficaz, pero los dermatólogos lo emplean con menor frecuencia debido a reacciones cutáneas relacionadas. En individuos saludables que toman antibióticos por vía oral contra el acné, no se requiere vigilancia de laboratorio (Driscoll y col., 1993). Los usos frecuentes de los antibióticos orales en padecimientos no infecciosos incluyen tratamiento de acné rosácea y dermatitis atópica.

Iofecciones cutáneas. Las infecciones de la piel y los tejidos blandos; por lo regular, producen piodermas y se originan por microorganismos grampositivos, entre ellos Staphylococcus aureus y Streptococcus pyogenes. Las in­fecciones cutáneas por bacilos gramnegativos son infre­cuentes, aunque aparecen en sujetos con inmunosupresión o diabéticos; en el tratamiento de éstas se requiere antibio­ticoterapia apropiada por vía parenteral.

El tratamiento por vía tópica suele resultar adecuado en impétigo, la infección bacteriana más superficial de la piel, causada por S. aureus y S. pyogenes. La mupirocina, pro­ducida por Pseudomonas fluorescens, es eficaz en esas in­fecciones superficiales y localizadas. Inhibe la síntesis de proteína al unirse a la isoleucil-tRNA sintetasa bacteriana. La mupirocina es altamente activa contra estafilococos y todos los estreptococos, salvo los del grupo D. Tiene me­nos efecto contra gramnegativos, pero posee actividad in vitro contra Haemophilus influenzae, Neisseria gonorr­hoeae. Pasteurella multocida, Moraxella catarrhalis y Bordetella pertussis. La mupirocina es inactiva contra la llora cutánea normal (Leyden, 1 992). El pH ácido de la piel aumenta su efecto antibacteriano. La mupirocina se encuentra disponible como ungüento (BACTROBAN), y se aplica tres veces al día. Su estructura nueva es como sigue:

H H I

CH H

Q

O ' CH,.... ?C .... /0(CH2),COOH H , 3 , C C

H C 'é e H. H I 11 3

...... c...... 'r./. 'eH 'OH CH3 o ' \. "" 0 2 � H OH H HO H

MUPIROCINA

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1 7 1 0 Sección XV Dermatologia

El tratamiento por vía tópica a menudo se emplea en la profilaxia de infecciones superficiales debidas a heridas y lesiones. La neomicina tiene actividad contra estafiloco­cos y casi todos los bacilos gramnegativos. Su uso se rela­ciona con dermatitis alérgica por contacto, en especial en piel con solución de continuidad (Fraki y col., 1979). La bacitracina inhibe los estafilococos, estreptococos y baci­los grampositivos. La polimixina B posee actividad contra bacilos gramnegativos aerobios. La bacitracina y la poli­mixina B se combinan en diversas preparaciones que se expenden sin receta.

El tratamiento sistémico con eritromicina, o una penici­lina semisintética, resistente a penicilinasa, por vía oral (cap. 45) es apropiado en impétigo difuso cuando hay re­sistencia sustancial a la eritromicina. La celulitis es una inflamación aguda, con diseminación, que afecta los teji­dos blandos, salvo el músculo. S. pyogenes es la causa más frecuente, pero también puede depender de infección por S. aureus. Se prefiere tratamiento por vía oral, y con fre­cuencia por vía parenteral, con una penicilina semisintética resistente a penicilinasa, o una cefalosporina.

La fascitis necrosante afecta la aponeurosis superficial y la grasa subcutánea, y genera mortalidad importante. Los microorganismos causales incluyen S. pyogenes o una mezcla de microorganismos del intestino. Es indispensa­ble el desbridamiento quirúrgico, combinado con antibió­ticos por vía parenteral, como una penicilina contra S. pyogenes o clindamicina y gentamicina en infecciones mixtas. Incluso con tratamiento, la mortalidad es alta (Feingold, 1993).

La utilidad de los antibióticos para tratar úlceras cutá­neas es debatible, y las recomendaciones varían depen­diendo del tipo de úlcera. Si se demuestra infección con cultivo de tejidos, puede ser apropiada la antibioticotera­pia sistémica dirigida contra los microorganismos.

Antimicóticos

Las micosis se hallan entre las causas más habituales de enfermedad cutánea en Estados Unidos. Durante los últi­mos años, se han introducido muchísimos antimicóticos nuevos por vía tópica y oral. En la actualidad, lagriseofolvi­na por vía oral, los azoles (subdivididos en imidazoles y triazoles) por vía tópica y oral, y las alilaminas son los medicamentos más eficaces disponibles. Es posible que dos triazoles por vía oral, itraconazol y j1uconazol, así como la alilamina por vía oral, terbinafina, modifiquen mucho la terapéutica de las micosis cutáneas. Ninguno de éstos ha sido aprobado para el tratamiento de enfermedad cutánea, pero todos se encuentran en evaluación. Dichos medicamentos alcanzan concentraciones altas en epider­mis y anexos, y las concentraciones persisten después de que se suspende la terapéutica. Hasta la fecha, los márge­nes de seguridad son aceptables. En el capítulo 49, se des-

criben las propiedades farmacológicas, aplicaciones y toxi­cidades de los antimicóticos. En esta sección, únicamente se expone el tratamiento de micosis cutáneas frecuentes y de algunas áreas problemáticas.

El tratamiento por vía tópica con los azoles (p. ej., mi­conazol, econazol) y las alilaminas (p. ej., naftifina) es efi­caz contra la tiña del cuerpo localizada y tiña de los pies no complicada. La terbinafina en crema permite propor­cionar tratamiento más breve porque las concentraciones del fármaco en piel exceden las cifras fungicidas una se­mana después de suspender un tratamiento que duró siete días. La terapéutica por vía tópica con los azoles se prefiere en caso de candidosis cutánea localizada y tiña versicolor.

Se requiere tratamiento por vía sistémica para tratar en­fermedades varicosas que ya no están localizadas. La gri­seofolvina por vía oral es el fármaco más adecuado apro­bado contra tiña de la cabeza, tiña del cuerpo diseminada y onicomicosis. El ketoconazol por vía oral está indicado en candidosis cutánea y mucocutánea grave y diseminada, así como en tiña versicolor difusa. Con la valoración adi­cional, es posible que itraconazol,j1uconazol y terbinafina por vía oral reemplacen a los fármacos anteriores (Gupta y col., I 994a, I 994b ). En el cuadro 64-4 se resumen las recomendaciones para el tratamiento contra las micosis cutáneas.

Tiña de los pies, Abarca tres síndromes: infección de los espacios interdigitales, que empieza como descama­ción interdigital seca debida a invasión por dermatofitos, y progresa hacia maceración complicada por invasión bac­teriana; enfermedad en mocasín hiperqueratótica con des­camación, en la cual la afección del estrato córneo grueso de la planta dificulta lograr concentraciones idóneas del fármaco, y erupciones vesiculoampollosas inflamatorias (Leyden y Aly, 1993).

El tratamiento por vía tópica con los azoles y las alila­minas es eficaz en la enfermedad seca de los espacios in­terdigitales de los pies. La enfermedad con maceración de dichos espacios requiere la adición de tratamiento antibac­teriano. El nitrato de econazol (SPECTAZOLE), que tiene es­pectro antibacteriano limitado, es el azol más adecuado. Es posible que se requieran fármacos con efecto secante y actividad antibacteriana de amplio espectro, como cloruro de aluminio o violeta de genciana al 20 a 30%.

El tratamiento por vía sistémica con griseofo/vina es más eficaz en la enfermedad en mocasín y vesiculoampo­llosa, y va seguido por terapéutica local a largo plazo con azoles y alilaminas. Es posible que en el futuro el trata­miento con griseofulvina quede reemplazado por itracona­zol, fluconazol y terbinafina por vía oral combinada con un azol o terbinafina por vía tópica.

Onicomicosis. La micosis de las uñas depende más a me­nudo de dermatofitos, pero también puede originarse de mohos y Candida. Suele haber infecciones mixtas. Se re-

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Capitulll ó4 Fal'l/wclI/ogia dCI'I/uI!O/Úg¡Cl¡ 1 7 1 1

Cuadro 64-4. Tratamiento antimicótico cutáneo recomendado

Padecimiento Tratamiento por vía tópica Tratamiento por vía oral

Tiña del cuerpo, localizada

Tiña del cuerpo, difundida

Azoles, ali1aminas

Griseofulvina, terbinafina, * itraconazol, * fluconazol*

Tiña de los pies Azoles, alilaminas Griseofulvina, terbinafina, * itraconazol, * fluconazol*

Onicomicosis

Candidosis, localizada Azotes

Griseofulvina, terbinafina,· itraconazol. * fluconazol*

Ketoconazol, itraconazol,* fluconazol* Candidosis, diseminada y mucocutánea

Tiña versicolor, localizada Azotes, alilaminas

Tiña versicolor, diseminada Ketoconazol, itraconazol, * fluconazol*

* En la actualidad, están en fase experimental para el padecimiento indicado.

quiere cultivo de uñas antes del tratamiento, puesto que 30% de los problemas ungueales que tienen aspecto clíni­co de onicomicosis en realidad se deben a psoriasis u otro padecimiento ungueal distrófico (Achten y Wanet-Rouard, 1978). La onicomicosis sirve como un reservorio para dermatofitos y contribuye al fracaso del tratamiento y re­currencia de la tiña de los pies.

Se requiere terapéutica por vía oral en la onicomicosis, aunque los medicamentos disponibles en la actualidad, gri­seofulvina y ketoconazol, muestran eficacia limitada. El tratamiento contra onicomicosis de los pies con griseoful­vina durante 12 a 18 meses produce una tasa de curación de 50%, y una de recaída de 50% después de un año (Davis y col., 1967). Los resultados con el ketoconazol son igual de desalentadores, y existe además la preocupación en cuan­to a hepatotoxicidad. La terbinafina, el itraconazol y el flu­conazol ofrecen importantes ventajas potenciales; produ­cen con rapidez concentraciones altas del medicamento en las uñas, que persisten después de que se suspende la tera­péutica. Otras ventajas comprenden un espectro de cober­tura más amplia con el itraconazol y el fluconazol, y pocas interacciones farmacológicas con la terbinafina. Se han logrado tasas de curación de 75% o más con los tres fárma­cos, con duración más breve del tratamiento que el están­dar (Gupta y col., 1994a, 1 994b). Se encuentran en evalua­ción regímenes intermitentes con itraconazol (una semana al mes) y fluconazol (un día a la semana).

Antivirales

Lamentablemente, aún se dispone de pocos recursos contra in­fecciones virales. El principal antiviral, acic/ovir, se utiliza con frecuencia para tratar herpes simple cutáneo, herpes zoster y varicela. La aprobación del famcic/ovir. un profármaco del penciclovir, y la aprobación potencial del valaciclovir, un pro­fármaco del aciclovir, puede disminuir la duración de la neural­gia posherpética. En caso de condilomas acuminados, se inyec-

ta interferón alfa-2b por vía intralesional. Se ha informado me­joria de la psoriasis en pacientes con SIDA mediante zidovudi­na por vía oral. Esos fármacos se comentan en el capítulo' 50.

A"iTl HI STA 1\11 l\'1 COS

La histamina se encuentra en células cebadas, basó filos y plaquetas. Después de su liberación, la histamina se une a receptores tanto H l como H2 en los vasos cutáneos, aun­que la inyección cutánea de agonistas de los receptores HI causa escozor, no así la de agonistas de los receptores H2. El bloqueo total de los receptores HI no alivia por comple­to el escozor, y algunos estudios sugieren que las combina­ciones de bloqueadores de los receptores HI y H2 pueden ser superiores a los bloqueadores HI solos (Bleehen y col., 1987). Los antagonistas más antiguos de los receptores HI tienen alguna actividad anticolinérgica y son sedantes. Los antihistaminicos tipo H I más nuevos (terfenadina, astemi­zol y loratadina) carecen de efectos adversos anticoiinér­gicos y no son sedantes, en gran parte porque no cruzan la barrera hematoencefálica. La cetirizina, acrivastina y temelastina se encuentran en revisión por la FDA, o en estudios clínicos. Los bloqueadores de los receptores H2 incluyen cimetidina, ranitidina, famotidina y nizatidina. Además de su uso en combinación con bloqueadores de los receptores HI contra prurito, los bloqueadores de los receptores H2 muestran efectos inmunorreguladores, y se han usado en niños para tratar verrugas (Orlow y Palier, 1993). Los antidepresores tricíclicos actúan sobre los re­ceptores tanto H 1 como H2, y se han utilizado para tratar prurito y urticaria.

Los antihistamínicos se administran con frecuencia en dermatología en la terapéutica del prurito debido a urtica­ria, dermatitis atópica, dermatitis por contacto, psoriasis y otros muchos padecimientos. Los bloqueadores de los re­ceptores HI más nuevos, no sedantes, son igual de efica-

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171 2 SeccilJI/ X�' Derlllarología

ces que los bloqueadores HI más antiguos como la hidro­xizina, y no generan taquifilaxia (MonToe, 1993). Los an­tihistamínicos no sedantes no deben administrarse junto con medicamentos que inhiben la actividad del citocromo P450, como ketaconazol o eritromicina porque las inte­racciones farmacológicas en ocasiones se han relacionado con arritmias cardiacas.

En el capítulo 25 se describen en detalle las propieda­des farmacológicas de los antagonistas de la histamina.

FARMACOS CONTRA PSORIASIS POR VIA TOPICA

La psoriasis es una erupción cutánea crónica y con desca­mación, caracterizada por hiperproliferación de querati­nocitos. Afecta a I % d�oblación de Estados Unidos y tiene una base genética. En tanto no haya curación, se dis­pone de múltiples tratamientos con diversos modos para suministrarlos (fig. 64-1). Los glucocorticoides (ya comen­tados), el calcipotrieno y la antralina son terapéuticos por vía tópica y se reservan para enfermedad localizada.

Calcipotrieno

El calcipotrieno (DOVONEX), un análogo de la vitamina D, se aprobó para tratamiento local de la psoriasis en 1 994. La observación al azar de mejoría de la psoriasis en un paciente con osteoporosis que recibió un derivado de la 1,25-dihidroxivitamina D, ( l ,25-[OH],D) por vía oral, la forma de vitamina D activa desde el punto de vista hor­monal (cap. 6 1 ), estimuló el interés por la actividad clíni­ca del fármaco como un antipsoriásico (Morimoto y Ku­mahara, 1985). La 1 ,25-(OH),D tiene importancia en la conservación de la homeostasis del calcio, pero ahora se sabe que participa en otras funciones fisiológicas. La vita­mina se une a un receptor intracelular, un miembro de la superfamilia de genes que incluyen genes que codifican para receptores de esteroides, tiroides y retinoides. El com­plejo de receptor-vitamina D se une a un gen específico en el DNA que regula la transcripción y la controla. El recep­tor se encuentra en queratinocitos epidérmicos, fibroblas­tos dérmicos, células de los islotes de Langerhans, macró­fagos y linfocitos T humanos. A concentraciones fisioló­gicas, la 1,25-(OH),D causa decremento de la prolifera­ción, así como incremento de la diferenciación morfológi­ca y bioquímica de queratinocitos en cultivo (Smith y col., 1 986). En estudios clínicos, la 1,25-(OH),D, por vías tan­to oral como tópica, es un antipsoriásico eficaz, pero su uso queda limitado por inducción de hipercalciuria (Smith y col., 1988; Langner y col., 1 992).

El calcipotrieno es un análogo sintético de la 1 ,25-dihidroxivitamina D, con un doble enlace y una estructura en anillo en la cadena lateral, como sigue:

H

CAlCIPOTRIENO

Esas modificaciones dan como resultado transformación rápida hacia metabolitos inactivos. Este fármaco es 200 veces menos potente que la 1 ,25-(OH),D para causar hipercalciuria e hipercalcemia; su afinidad por el receptor de vitamina D es igual a la de la 1 ,25-(OH),D. La eficacia en psoriasis se ha demostrado en estudios doble ciego, controlados con placebo (Kragballe, 1 989).

El calcipotrieno se aplica como ungüento dos veces al día en psoriasis en placas en el cuerpo. La mejoría es detectable en el transcurso de una a dos semanas, y la res­puesta máxima ocurre en seis a ocho semanas. En la ma­yoría de los enfermos se observa alguna mejoría; en 15% hay cura completa. El fármaco es un poco más eficaz que el corticosteroide 1 7-valerato de betametasona o que el tratamiento con antralina de contacto breve. Por lo gene­ral se requiere terapéutica de sostén, y no sobreviene taquifilaxia (Kragballe, 1 992).

Los informes en cuanto a hipercalcemia al administrar ealcipotrieno son infrecuentes y casi siempre se han rela­cionado con uso excesivo del medicamento (Hardman y col., 1993). El fármaco no puede administrarse en la cara, y debe utilizarse con precaución en áreas intertriginosas debido a la absorción facilitada, lo cual da como resultado irritación. No se requiere vigilancia sistemática de labora­torio cuando se siguen los lineamientos de uso.

Antralina

La erisarobina, el ingrediente activo del polvo de Goa, se utilizó por vez primera, en 1 877, para tratar psoriasis. Que­dó reemplazada, en 1 9 1 6, por el compuesto sintético an­tralina ( 1 ,8-dihidroxi-9-antrona), que posee la estructura siguiente:

ANTRAlINA

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La molécula de antralina es inestable, tiene un centro sensible de oxidación en el e 1 O, que conduce a la forma­ción de productos de desintegración que generan la colo­ración violeta-parda característica de la piel y las ropas. Se desconoce el mecanismo del efecto de la anqalina con­tra la psoriasis, pero inhibe la respiración celular mediante inactivación de mitocondrias (Reichert y col., 1995).

La antralilla (DRlTHROCREAM, DRlTHROSCALP) se aplica por vía tópica en concentraciones de 0.1 a 1 %. El compuesto también puede prepararse para tener más eficacia con pe­trolato O pasta de zinc y la adición de ácido salicílico como antioxidante. E l tratamiento eslándar consta de aplicación de una concentración más baja (0.1 %) durante varias ho­ras, con incremento gradual posterior de la concentración. Es posible una modificación de esta terapéutica, denomi­nado tratamiento con contacto breve, porque la antralina penetra en la piel dañada con mayor rapidez y en mayor extensión que en la piel normal (Schaefer y col., 1980).

Por ende, la aplicación durante una hora o menos optima el efecto terapéutico en tanto que minimiza la irritación. El tratamiento con contacto breve se inicia con cifras más al­tas (0.25 o 0.5%) aplicadas durante 20 a 30 min, y la con­centración se aumenta con mayor rapidez. Es necesario eliminar por completo el medicamento con jabón.

Los efectos adversos primarios de la antralina son colo­ración e irritación de la piel no afectada. Debido a la varia­ción individual de la sensibilidad de la piel, se requieren vigilancia estrecha de la irritación y progresión cuidadosa del tratamiento. No es recomendable aplicar este tipo de terapéutica a lesiones en áreas intertriginosas y faciales. La coloración permanente de vestimentas y accesorios de baño es molesta. La antralina no se relaciona con toxici­dad sistémica conocida.

FOTOQ U I M I OTERAPIA

La radiación electromagnética es una forma de energía definida por su longitud de onda; se ha clasificado en re­giones diferentes (fig. 64-3). Los dermatólogos se intere­san más por las regiones de radiación ultravioleta (UVe,

200 a 290 nm; UVB, 290 a 320 nm, y UVA, 320 a 400

nm), y por la radiación visible (400 a 800 nm), La capa de ozono absorbe la uve, y esta última no alcanza la su­perficie terrestre. La UVB, el tipo de radiación más eritró­geno y melanógeno, causa quemaduras por luz solar, bronceado, cáncer cutáneo y fotoenvejecimiento. Las lon­gitudes de onda más grandes de la UVA son 1 000 veces menos eritrógenas que la UVB, Sin embargo, penetran a mayor profundidad y contribuyen al fotoenvejecimiento y a enfermedades por fotosensibilidad. También aumen­tan el eritema inducido por UVB, e incrementan el riesgo de carcinogénesis inducida por esta última. En ocasio­nes, la radiación visible origina erupciones por fotosensibi­lidad.

Capíw/o 6.; Fa/'macoiugia derm(llOlógiw 1 7 1 3

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Fig. 64-3. Espectro electromagnético.

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La radiación solar se define en cuanto a longitud de onda. La radia­ción ultravioleta y visible (agrandada) es utilizada en el tratamiento dermatológico. UVB en fototerapia; UVA en fotoquimioterapia (PUVA, psoralenos + UVA), Y luz visible en el tratamiento fotodiná­mico. UVB, radiación ultravioleta B; UVA, radiación ultravioleta A; UV, radiación ultravioleta.

A pesar de sus efectos adversos, la radiación electro­magnética no ionizante tiene aplicaciones terapéuticas. La fototerapia y fotoquimioterapia son métodos de tratamien­to en los cuales se utiliza radiación de longitud de onda apropiada para inducir una respuesta terapéutica en ausen­cia y presencia, respectivamente, de un fármaco fotosensi­bilizante. La radiación debe ser absorbida por una molécu­la precondicionada (un cromóforo), que es una molécula endógena en la fototerapia, y un medicamento exógeno en la fotoquimioterapia. Los pacientes no deben estar toman­do cualesquier fármacos fotosensibilizantes antes del ini­cio del tratamiento. Los compuestos fotosensibilizantes que suelen usarse íncluyen, pero no se limitan a, fenotiazinas, tiazidas, sulfonamidas, antiinflamatorios no esteroides, sul­fonilureas, tetraciclinas y benzodiazepinas. En esta sección, se exponen las sustancias químicas que se utilizan en com­binación con la radiación para tratar trastornos cutáneos.

Psoralcno y luz ultra\'iol�ta ( P U \',.\)

Historia. La fotoquimioterapia con extractos de plantas que contienen psoraleno se empleó en Egipto e India (1 500 a.C.) para tratar vitiligo. En 1947, El Mofty, en la Universidad del Cairo, utilizó por vez primera un psoraleno purificado para tra­tar vitiligo. En 1974, Parrish y colaboradores infonnaron trata­miento satisfactorio de psoriasis grave con 8-metoxipsoraleno (P) y UVA, Y acuñaron el acrónimo PUVA. Esta última se ha aprobado en la terapéutica de vitiligo y psoriasis. Su uso difun­dido, con vigilancia extensa, ha proporcionado datos completos en cuanto a toxicidad y eficacia.

Propiedades químicas. Los psoralenos pertenecen a la clase de éompuestos furocumarina, que se derivan de la fusión de un furán con cumarina. Se encuentran de modo natural en muchas plantas, entre ellas limas, limones, higos y chivirías (pastinacas). Cuatro psoralenos se utilizan en el tratamiento con PUYA: pso-

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1714 Sección XV Dermatología

raleno, 5-metoxipsoraleno (bergapteno), 8-metoxipsoraleno (me­toxsa/eno), y 4,5,8-trimetilp$Oqlleno (trioxsaleno). Unicamente los dos últimos están disponibles en Estados Unidos; se utiliza principalmente el metoxsaleno. Las estructura&de esos compues­tos son como sigue:

OQYQ OCH3

METOXSALENO TRIOXSALENO

El bergapteno, disponible en Europa, puede limitar los efec­tos adversos relacionados con el PUYA, y se encuentra en estu­dio en Estados Unidos.

Propiedades farmacológicas. Los psoralenos se absorben con rapidez tras administración por via oral. La fotosensibilidad, en promedio, es máxima una a dos horas después de ingerir el metoxsaleno. Las fonnulaciones líquidas son superiores a la pre­paración cristalina que se usaba con anterioridad y producen una concentración plasmática máxima más rápida, alta y reproduci­ble. Hay eliminación de primer paso en hígado, importante, peto sensible de saturaci6n, que puede explicar las variaciones de las cifras plasmáticas entre individuos después de una dosis están­dar. El metoxsaleno tiene vida media plasmática de alrededor de una hora, pero la piel permanece sensible a la luz ocho a 12 h. A pesar de la distribución difundida del medicamento en todo el organismo, únicamente se activa en la piel donde penetra la UVA. El tratamiento tópico con loción de metoxsaleno al 1% produce concentraciones sistémicas del medicamento (Gupta y Anderson, 1987).

El trioxsaleno se absorbe poco, se metaboliza con rapidez en el higado y casi nunca produce concentraciones plasmáticas sen­sibles de medición. La fototoxicidad cuJánea es limitada luego de la dosificación terapéutica por vía oral.

Se desconoce el mecanismo de la producción de fotosensibi­lidad mediante PUYA. La gama de efectos del PUYA por vía oral es de 320 a 335 nm. Ocurren dos fotorreacciones: las reac­ciones tipo 1 comprenden la fonnación, independiente de oxíge­no, de aductos monofuncionales y bifuncionales en el DNA; las reacciones tipo 11 son dependientes de oxigeno y comprenden transferencia sensibilizada de energía hacia oxígeno molecular. Los efectos terapéuticos del PUYA en la psoriasis pueden de­pender de una reducción de la proliferación (dependiente de DNA) después de formación del aducto. Empero, también pue­de participar la alteración del sistema inmunitario causada por el PUYA (Gupta y Anderson, 1987).

El PUYA favorece la melanogónesis en la piel normal. La pigmentación depende de transferencia de melanosomas desde melanocitos hacia células epidénnicas. No hay cambio de tamaño de los melanosomas o del patrón de distribución de los mismos.

Aplicaciones terapéuticas. El metoxsaleno se surte en cápsulas (OXSORALEN-ULTRA). La dosis es de 0.5 mg/kg de peso tomados 1 .5 a 2 h antes de exposición a UVA. Tam­bién se dispone de una loción que contiene metoxsaleno

(OXSORALEN) para aplicación por vía tópica. Puede diluirse para suministro en baño, método que produce concentra­ciones sistémicas bajas de psoraleno. La fototoxicidad au­menta con el uso de psoraleno por vía local, y es necesario regular con sumo cuidado la dosis de UVA. El trioxsaleno (TRISORALEN) en ocasiones se utiliza por vía oral en el tra­tamiento de vitiligo. La dosis recomendada es de 0.2 a 0.5 mg/kg de peso. Debido a la absorci6n limitada de este com­puesto, se ha administrado en combinación con luz solar natural.

En estudios cooperativos multicéntricos, tanto en la parte no latina de América como en Europa, acerca de PUV A en la terapéutica de la psoriasis, se alcanzaron tasas iniciales de resultados satisfactorios cercanas a 90% (Melski y col., 1977; Henseler y col., 1981). En Estados Unidos, el trata­miento se administra tres veces por semana; en Europa, cuatro veces por semana. Luego de concluir la terapéuti­ca, en la mayoría de los pacientes sobrevienen recaídas en el transcurso de seis meses. Se han recomendado diversos regímenes de sostén, con resultados variables.

El PUYA puede inducir estimulación de melanocitos en vitiligo, 10 cual da como resultado repigmentación estéti­ca. Las tasas de resultados satisfactorios son más altas en personas jóvenes con enfermedad de inicio reciente, y que afecta áreas no acrales. En el vitiligo localizado, éste se trata por vía tópica con loción de 'metoxsaleno al 0.1 %. La enfermedad difusa se trata después de administración de trioxsaleno o metoxsaleno por vía sistémica. El metoxsa­leno es más eficaz.

El PUYA también se emplea en la terapéutica de linfo­ma cutáneo de células T, dermatitis atópica, alopecia area­ta, liquen plano, urticaria pigmentosa y fotosensibilidad cu­tánea.

Toxicidad y vigilancia. Los principales efectos adver­sos agudos del PUVA incluyen náusea, formación de vesí­culas y eritema doloroso. La inflamación inducida por PUYA es más tardía que la originada por UVB, y alcanza un máximo hacia las 48 a las 72 h después de la exposi­ción.

Los efectos ctónicos ocurren dentro de la piel. Las con­secuencias del tratamiento a largo plazo con PUYA son queratosis actínicas, lentigines por PUYA, fotoenvejeci­miento, y cáncer cutáneo no melanómico. Los carcinomas de células escamosas aparecen con una frecuencia 1 0 ve­ces mayor que la esperada (Stem y col., 1988); los genita­les masculinos constituyen un área muy sensible (Stem y col., 1 990). Se han observado cataratas en ratones y otros roedores. Con el uso de protectores para los ojos, no se han presentado estos problemas en seres humanos.

Antes de iniciar el tratamiento es necesario probar la función hepática, y cuantificar la creatinina plasmática y los anticuerpos antinucleares Ro (SSb) y La (SSa), así como realizar un examen oftalmológico. Es indispensable la vi­gilancia cuidadosa por si aparecieran carcinomas cutáneos.

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Fotoféresis

La fotoféresis extracorpórea es una nueva fonna de trata­miento con féresis, informada por vez primera por Edelson y colaboradores (1987), que ha resultado eficaz en el trata­miento de linfoma cutáneo de células T. Se administra psoraleno por vía oral; se separan los leucocitos en un apa­rato de féresis extracorpóreo, y los leucocitos extraídos se exponen a radiación UVA. Esas células se regresan des­pués al enfermo. La eficacia de este procedimiento proba­blemente depende de múltiples mecanismos. Los leucoci­tos dañados por UVA y psoraleno se eliminan con rapidez del organismo. Además, parece haber un proceso de inmu­nización activo que da como resultado destrucción de gran­des números de células T anormales. También es posible que contribuya la liberación de mediadores inflamatorios a partir de células mononucleares (Rook y col., 1993).

Al pnncipio, los pacientes reciben terapéutica cada mes en dos días consecutivos. Los intervalos de tratamiento se aumen­tan a medida que el enfermo mejora. Las personas con síndrome de Sézary o aquéllas con la etapa de placa de linfoma de células T cutáneo, que muestran células atípicas en sangre periférica, son quienes presentan más respuesta al tratamiento. En indivi­duos con parámetros de enfermedad que sugieren probabilidad baja de respuesta a la fotoféresis sola, se emplea terapéutica coad­yuvante, que incluye interferón alfa, y radiación con haz de elec­trones superficial. Pueden aparecer remisiones clínicas prolon­gadas en pacientes con síndrome de Sézary. También se han obtenido resultados favorables en pénfigo pulgar y esclerosis sistémica, y se realizan estudios clínicos en otros trastornos. El tratamiento se está valorando como un coadyuvante inmunosu­presor en receptores de trasplante (Rook y col., 1 993).

Los enfermos requieren vigilancia cuidadosa durante el pro­cedimiento. Aun cuando, como se mencionó, los psoralenos ge­neran fiebre transitoria y efectos agudos, los efectos adversos graves son infrecuentes.

Tratamiento fotodinámíco

Comprende el uso combinado de fotosensibilizantes y luz para tratar enfermedad maligna o benigna. La reacción química fotosensibilizada requiere oxígeno. Cuando la piel queda expuesta a la luz, esta última activa moléculas de porfirina. Estas moléculas transfieren su energía para for­mar oxígeno singleto citotóxico, lo cual da como resulta­do alteración letal de las membranas celulares, y destruc­ción subsecuente de tejido.

Los derivados de la porfirina, entre ellos el derivado de la hematoporfirina (fotofrín '), y un medicamento más purificado, el porfimero sódico (fotofrín JI), se emplean a menudo como sustancias químicas fotosensibilizantes. Los fotosensibilizantes de segunda generación incluyen el derivado de la benzoporfirina con anillo monoácido A (BPD-MA), y el mono-I-aspartil clorín e6 (NPe6), que tienden menos a causar fotosensibilidad cutánea

Capítulo ó4 Farmtlcn/ogia dermatológica 1 7 1 5

prolongada. Los de tercera generación son fotosensibilizantes conjugados con anticuerpos (Lui y Anderson, 1993). El láser par­ticular empleado como la fuente de luz depende del fotosensibi­lizante y de la profundidad de la penetración necesaria en el te­jido. Los usos potenciales en dermatología incluyen el tratamiento de lesiones cutáneas malignas y padecimientos no oncológicos, entre ellos psoriasis, alopecia, infecciones virales y malforma­ciones vasculares. La terapéutica fotodinámica también se ha empleado en' carcinoma de vejiga urinaria, endobronquial y eso­fágico. El tratamiento aún es experimental. La fotosensibilidad clínica, que persiste de seis a ocho semanas, constituye la prin­cipal toxicidad. Pueden sobrevenir dolor y necrosis ,tisular ex­tensa, sobre todo en lesiones grandes.

Alquitrán de hulla

Tiene efecto limitado cuando se emplea como único trata­miento contra psoriasis, y en la actualidad se combina prin­cipalmente con UVB para esta indicación. Se fabrica como subproducto del procesamiento del coque y el gas que pro­viene de la hulla bituminosa, y es en extremo complejo, con alto contenido de hidrocarburos policíclicos, y tiene composición variable. Se sabe poco acerca de su modo de acción, que puede relacionarse con efectos antimitóticos (Lowe y col., 1983). El alquitrán de hulla es fototóxico dentro de los límites de la UVA y visible; el espectro de acción yace entre 340 y 430 nm. La exposición de la piel dentro de este límite produce eritema y escozor, "escozo­res por alquitrán", que evitan explotar el potencial fotodi­nárnico de este fármaco en el tratamiento de psoriasis.

El ungüento contiene alquitrán de hulla crudo, por lo general 2 a 5%, disperso en petrolato. El uso de alquitrán de hulla con radiación UVB cotidiana (conocido como ré­gimen de Goeckerman) constituye una terapéutica muy eficaz en la psoriasis. Mejora la eficacia de la UVB sube­ritemógena, quizá mediante efectos aditivos, más que por medio de fotoactivación del alquitrán. Los extractos más refinados de alquitranes se hallan formulados como solu­ciones, geles, champúes y soluciones para baño, regular­mente con eficacia limitada como compuestos primarios.

El efecto adverso primario del alquitrán de hulla es la foliculitis. La irritación y las reacciones alérgicas son in­frecuentes, y, aunque se ha demostrado que el alquitrán de hulla es carcinógeno en experimentos en animales, los car­cinomas causados por aplicación clínica son infrecuentes (Dodd, 1993).

PANTALLAS SOLARES

Los efectos agudos de la exposición a la luz solar incluyen quemaduras y reacciones fototóxicas inducidas por fárma­cos. Los efectos crónicos comprenden fotoenvejecimiento y cáncer cutáneo. Las pantallas solares son compuestos tópicos que reducen la cantidad de radiación ultravioleta

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1716 Secór)1I XV Dermatología

que alcanza la piel, o la bloquean del todo. Las pantallas solares tópicas se dividen en compuestos físicos y químicos.

Las pantallas solares físicas contienen ingredientes par­ticulados grandes que reflejan la UVA, la UVB y la luz visible, y las dispersan. Esos ingredientes incluyen dióxi­do de titanio, talco, óxido de magnesio, óxido de zinc, caolín, cloruro férrico e ictamnol. Tales pantallas solares son opacas y, por ende, a menudo son inaceptables desde el punto de vista estético, y se han utilizado en áreas loca­lizadas como la nariz. Las formulaciones recientes de dióxi­do de titanio micronizado resultan más aceptables.

Las pantallas solares químicas son transparentes y ab­sorben porciones de radiación ultravioleta. Los ésteres del ácido p-aminobenzoico, cinamatos y salicilatos son com­puestos bloqueadores de la UVB eficaces. Las benzofeno­nas, los antranilatos y, en particular, la avobenzona son pantallas eficaces contra la UVA. En los productos comer­ciales, casi siempre se combinan múltiples pantallas sola­res químicas para proporcionar tratamiento de amplio es­pectro. La protección contra UVB es más eficaz que la protección contra UVA.

La eficacia de las pantallas solares se define por su fac­tor de protección contra la luz solar (SPF), que es la pro­porción entre la dosis de radiación UVB necesaria para producir eritema mínimo en piel protegida por una panta­lla solar, y la dosis necesaria para generarlo en la piel no protegida. En teoría, una pantalla solar con SPF - 1 5 debe permitir que un individuo reciba luz solar durante 1 5 min más, que con la piel no protegida. Esto casi nunca es ver­dadero porque los factores como la sudación, el reflejo y el viento limitan la eficacia. No hay una prueba estándar para protección contra UVA.

La sustantividad de una pantalla solar es su resistencia a la eliminación mediante agua. Una pantalla solar "resis­tente al agua" debe continuar funcionando después de 40 min en agua; una pantalla solar "a prueba de agua" sopor­ta 80 min de esta sustancia. El vehículo tiene importancia para determinar esas propiedades. Las pantallas solares a prueba de agua, con SPF- 1 5 o más, deben aplicarse antes de la exposición a exteriores. Se recomienda repetir la apli­cación luego de exposición prolongada.

Thompson y colaboradores ( J 993) demostraron a últi­mas fechas que el uso regular de pantallas solares evita la aparición de queratosis solares, precursores de carcinoma de células escamosas en la piel. Aun así, se ha sugerido que en tanto las pantallas solares protegen contra eritema inducido por UVB durante exposición prolongada a la luz solar, aún permiten la exposición importante a UVA. Se ha emitido la hipótesis de que esto origina en parte la inci­dencia cada vez mayor de melanoma (Garland y col., 1993), de ahí que las pantallas solares han de combinarse con otros medios para reducir o evitar la exposición a la luz solar.

Toxicidad. En la mayoría de los individuos rara vez apa­recen dermatitis por contacto y dermatitis por fotocontacto,

pero son frecuentes en individuos atópicos. El contendido de alcohol o fragancia de algunos productos con pantallas solares puede generar irritación, lo cual favorece la falta de apego de algunos individuos a la prescripción.

FARMACOS DIVERSOS

Minoxidil

El minoxidil por vía tóp�ca (ROGAINE) es el primer medicamento aprobado por la FDA para estimular el crecimiento del pelo. El interés surgió cuando se notó que el minoxidil por vía oral causa hipertricosis. En un estudio multicéntrico, controlado por place­bo, a nivel nacional en Estados Unidos, en varones con calvicie con patrón masculino, una solución de minoxidit al 2% produjo reaparición densa del crecimiento del pelo en 0.7% de los pa­cientes, resurgimiento moderado de dicho crecimiento en 8%, y reaparición mínima del crecimiento del pelo en 25%. La res­puesta pareció ser más favorable en varones de menos de 40 años de edad, quienes habían tenido calvicie menos de 1 0 años, y en aquéllos con un área de calvicie menor de 10 cm de diáme­tro (Price, 1987). Las mujeres pueden tener mejor respuesta. Después de 32 semanas de tratamiento con solución de minoxi­dil al 2%, 63% de las mujeres tratadas mostró crecimiento míni­mo a moderado de pelo. No se ha elucidado por completo el mecanismo. El fármaco no parece ejercer un efecto antiandró­geno. Induce proliferación de células epiteliales cerca de la base del folículo piloso, y puede favorecer la vasodilatación de vasos sanguíneos del cuero cabelludo (Savin y Atton, 1993).

El minoxidil está aprobado para el tratamiento de alopecia androgenética en ambos sexos. Puede aplicarse dos veces al día. Si se suspende el fármaco, el pelo que ha vuelto a crecer o se ha retenido vuelve a perderse. No hay efecto documentado del apa­rato cardiovascular (Spindler, 1-988). Sobrevienen dermatitis alér­gica por contacto y reacciones irritantes. Hay informes infre­cuentes de crecimiento de pelo en sitios distantes al lugar de aplicación por vía tópica.

Queratolíticos

Comprenden ácido láctico, ácido glicólico y ácido salicílico, y se emplean para tratar múltiples erupciones cutáneas hiperque­ratóticas y con descamación., LQs ácidos láctico y glicólico son ácidos a-hidroxi derivados de. alimentos naturales. Se especula que dichos ácidos disminuyen la cohesión de los corneocitos al interferir en la formación de enlaces iónicos (Van Scott y Yu, 1 984). El ácido salicílico puede ejercer un efecto solubilizante directo sobre el estrato córneo, con disolución del cemento in­tercelular (Davies y Marks, 1976).

Los ácidos láctico y salicílico se aplican por vía tópica para tratar padecimientos cutáneos y verrugas hiperqueratóticos. Se dispone de muchas presentaciones. El uso prolongado de prepa­raciones de ácido salicílico en áreas grandes, especialmente en niños y sujetos con alteraciones renales o hepáticas, puede dar como resultado salicilismo. La irritación es un efecto adverso frecuente si se utilizan concentraciones más altas. La loción LAc­HYDRIN es un emoliente que contiene ácido láctico al 1 2% neu­tralizado con hidróxido de amonio para proporcionar una loción

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con un pH de 4.5 a 5.5. Es un humectante eficaz, y está.indicado para tratar xerosis e ictiosis vulgar.

El ácido glicólico se comercializa en mú,ltiples preparaciones cosméticas (4 a 1 0%), y se utiliza en la terapéutica de xerosis, ictiosis y fotoenvejecimiento. El gran númerO de productos, in­cluso fármacos de los que se expenden sin receta y que se utili­zan de múltiples maneras, evita emitir recomendaciones tera­péuticas claras. Para efectuar exfoliaciones químicas superficiales al tratar piel fotoenvejecida, se han empleado concentraciones al 50 a 70%. El tratamiento no está aprobado, y se carece de estudios bien controlados.

Fármacos destructivos

La podofilina (re!'ina de Podophy/lum) es una mezcla de sus­tancias químicas de la plantaPodophy/lum pe/talum (mandrágora o podo filo). El principal constituyente de la resina es la podo­fil% xina (podofilox). Se une a microtúbulos y causa paro mitótico en metafase. La resina de Podophyllum, al l O a 40%, debe ser aplicada durante dos a seis horas a la semana por un médico para tratar verrugas anogenitales. Los principales efec­tos adversos son irritación y reacciones locales ulcerosas. Han ocurrido neuropatía grave y muerte por el uso de grandes cantidades en múltiples lesiones. No debe utilizarse en la boca o durante el embarazo. El podofilox (CONDYLOX) está disponible como una solución al 0.5% para aplicación dos veces al día durante tres días consecutivos. Los ciclos semanales pueden re­petirse.

El ácido tricloroacético es un cáustico hemostático eficaz. A concentraciones del 50 a 75%, se utiliza como un compuesto destructor en lesiones cutáneas benignas y displásicas. Se em­plean concentraciones más bajas en exfoliaciones químicas para tratar piel fotoenvejecida.

Hidroquinona

La hidroquinona produce despigmentación reversible de la piel al inhibir la oxidación enzimática de tirosina hacia 3,4-dihidroxi­fenilalanina, e inhibición sustancial de otros procesos metabóli­cos de los melanocitos. Está indicada en el blanqueamiento gra­dual de piel hiperpigmentada en padecimientos como melasma, pecas y lentigines seniles. La exposición a radiación ultravioleta causará repigmentación, de modo que la hidroquinona suele com­binarse con una pantalla solar de amplio espectro. Se dispone de muchas preparaciones (SOLAQUINE FORTE y otras).

C:lpsaicina

La capsaicina es una sustancia que se encuentra de modo natu­ral, derivada de la familia de plantas Solanaceae. Causa agota­miento local de sustancia P, un neuropéptido endógeno que par­ticipa en la transmisión de impulsos dolorosos. Está disponible como crema al 0.025% (ZOSTRIX) y otra al 0.075% (ZOSTRIX HP), para aplicar tres a cuatro veces al día. Se ha prescrito para el alivio de neuralgia posherpética, artritis reumatoide, osteoartri­tis y neuropatía diabética dolorosa, aunque su eficacia para re­ducir el dolor es discutible.

Cupifulo ó4 Farmucologíu t!c!"IIwrn{()giCil 1717

!\1asoprocol

El masoprocol, un compuesto dicatecol con un espacio alifático, se deriva de la planta Larrea divaricata; es un potente inhibidor de la 5-lipooxigenasa, con actividad antitumoraL Es eficaz en la terapéutica local de las queratosis actínicas (Olsen y col., 1991). El masoprocol está disponible como una crema (ACTINEX) y se aplica dos veces al dia durante alrededor de un mes. Los efectos adversos frecuentes incluyen rubor, descamación y prurito. Nueve por ciento de los pacientes presenta sensibilización por contac­to. No se han efectuado estudios doble ciego comparativos con 5-fluorouracilo por vía tópica. Se requiere ese tipo de estudios.

Colquicina

La colquicina (también denominada erróneamente "colchicina") se utiliza en diversas indicaciones no aprobadas en dermatolo­gía, en gran parte cuando los polimorfonucleares forman parte dé la patogenia de la enfermedad. Estas incluyen vasculitis leu­cocitoclástica cutánea, enfermedad de Beh�et, y enfermedad de Sweet (Asherson y col., 1991). Se han emitido pocos informes en cuanto a su erppleo en epidermólisis ampollosa adquirida y estomatitis aftosa recurrente.

Oro

Los complejos de oro (p. ej., tiomalato sódico de oro) se utilizan como fármacos de segunda elección no- aprobados en pénfigo vulgar y lupus eritematoso cutáneo. La eficacia en pénfigo a menudo es transitoria y, en el lupus, la preocupación yace en que sí aparece proteinuria, puede ser difícil de diferenciar entre toxicidad por oro y por lupus.

Los efectos adversos más frecuentes de tratamiento con oro constan de erupciones cutáneas y estomatitis (Thomas, 1987; Svensson y Theander, 1 992) e incluyen crisoderma, prurito, erupciones parecida� a liquen plano, reacciones liquenoides bucales y dermatitis exfoliativa. Las erupciones cutáneas conse­cutivas a la administración de oro pueden persistir muchos me­ses. Casi nunca sobreviene hepatonecrosis aguda por tratamien­to con oro (Rye y Krussinski, 1993). En el capítulo 27, el lector encontrará una exposición más extensa de las propiedades far­macológicas del oro, así como las aplicaciones y la toxicidad del mismo.

'

PERSPECTIVAS

El uso de retinoides generó avances importantes en el tra­tamiento de problemas dermatológicos durante el decenio de 1 980, y es posible que esos compuestos se muestren aun más promisorios si la elucidación de los mecanismos moleculares mediados por receptores nucleares permite obtener beneficios terapéuticos sin la teratogenicidad y otras toxicidades de los medicamentos que se utilizan en la actualidad. La fabricación de retinoides sintéticos para tratar cánceres tópicos y sistémicos, y prevenirlos, puede ser una importante oportunidad terapéutica. La ciclospori­na se observa como el precursor posible de inmunosupre-

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1718 Sección XV Dermatología

sores menos tóxicos en el tratamiento de la psoriasis y otros padecimientos inmunitarios.

Es posible que los tratamientos nuevos por vía tópica para problemas frecuentes mejore la calidad de vida de muchas personas. Se ha establecido la contribución de la radiación UVA a la aparición de cánceres cutáneos y envejecimiento. La producción de pantallas solares de amplio espectro y el uso de las mismas proporcionarán mayor protección a la piel y, se espera, reducirán el incremento alarmante de la incidencia de cánceres cutáneos. La infección por der­matofitos, y. en especial, la tiña de los pies que es en extremo frecuente, pueden ser curables a permanencia mediante eliminación de la infección-reservorio en las uñas, onicomi­cosis. Los barnices de uñas como la amorolfina pueden ser eficaces, aplicándolos una a dos veces por semana (Gupta y col., 1 994a, 1 994b ) . Sin duda, continuará la búsqueda del fármaco "esquivo" que originará de manera confiable

crecimiento del pelo. Con la investigación de inhibidores de la 5a-reductasa por vía oral y tópica, como la finaste­rida, quizá pueda obtenerse un medicamento más eficaz para tratar calvicie Con patrón masculino. Esos compuestos también constituyen terapéutica potenciales contra el acné.

Por último, se han descubierto las bases genéticas de diversas enfermedades cutáneas, entre ellas epidermólisis ampollosa, ictiosis ligada a X y síndrome de Ehlers-Danlos. Se ha reali�ado una cromatografia de un gen para la sensi­bilidad a la psoriasis familiar en el extremo distal del cromosoma 1 7q (Tomfohrde y col., 1 994), y hay una bús­queda intensiva de otros genes que participan en esta en­fermedad. En tanto el tratamiento COn genes no sea inmi­nente, la localización de defectos de los genes, la eluci­dación de los productos de éstos, y la fabricación de fár­macos dirigidos a los déficit se muestran promisorias de muchos avances interesantes en el futuro.

Véase una descripción más amplia de los trastornos de la piel en los capítulos 50 a 55 en Harrison: Principios de Medicina Interna, 1 3' ed., McGraw-Hill Interamericana de España, 1 994.

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Los autores desean agradecer a los Dres. Mary-Margaret Chren y David R. Bickers, autores de este capítulo en la octava edición de Goodman and Gilman 's The Pharmacological Basis of Therapeutics, parte de cuyo texto se ha coniervado en esta edición.

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