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Caperucita Feroz y el lobo miedica

Ilustraciones: Mati Morata

Alberto Soriano Morata

(6 años)

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Había una vez un lobo negro que estaba tranquilo en el bosque.

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De repente, se encontró con una niña. La niña se llamaba Caperucita, que le preguntó: - ¿Por qué lloras, lobito?

4 Y el lobo se escondió entre las hierbas del bosque. La niña se acercó y quiso animarlo; pero el lobo, como nunca había visto a ninguna niña, salió de su escondite y salió corriendo. Caperucita lo buscó y lo buscó, pero no pudo encontrarlo. Entonces, el lobo estuvo espiándola durante mucho tiempo para saber cómo eran sus comportamientos. Y descubrió que sus comportamientos eran buenos y que Caperucita no hacía daño a nadie, aunque era un poco chillona. Entonces decidió hacerse amigo suyo.

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Y así fue como hicieron una gran amistad. Pero un día que la abuelita los había invitado a merendar a los dos, porque era su cumpleaños, apareció por allí el cazador que quería matar al lobo para hacerse el valiente. Entonces Caperucita pegó un chillido tan fuerte, que le reventó las orejas. El cazador no pudo resistir y se fue corriendo, y decidió no molestar a ninguno de ellos nunca más. Desde entonces todos dejaron de llamar a la niña Caperucita Roja y la llamaban Caperucita Feroz. Y los cuatro, Caperucita, su novio, la abuela y el lobo vivieron muy felices desde ese día.

Ilustraciones de Mati Morata.