CANIARA DE SENADORES DE LA NACION

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REPUBLICA ARGENTINA DIARIO DE SESIONES CANIARA DE SENADORES DE LA NACION 9a REUNION — SESION ESPECIAL 20 DE MARZO DE 2001 Presidencia del señor presidente provisional del Honorable Senado, doctor MARIO A. LOSADA Secretarios: Señor JUAN C. OYARZUN, señor JOSE D. CANATA y señor MIGUEL J. MAMY Prosecretarios: Señor JUAN J. CANALS, doctor MIGUELA. FERNANDEZ ALIAS y señor RODOLFO BERNARDINI

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REPUBLICA ARGENTINA

DIARIO DE SESIONES CANIARA DE SENADORES DE LA NACION

9a REUNION — SESION ESPECIAL

20 DE MARZO DE 2001

Presidencia del señor presidente provisional del Honorable Senado, doctor MARIO A. LOSADA

Secretarios: Señor JUAN C. OYARZUN, señor JOSE D. CANATA y señor MIGUEL J. MAMY

Prosecretarios: Señor JUAN J. CANALS, doctor MIGUELA. FERNANDEZ ALIAS y señor RODOLFO BERNARDINI

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SENADORES PRESENTES:

AGUNDEZ, Jorge A. ALASINO, Augusto ANGELOZ, Eduardo C. ARNOLD, Eduardo A. BAUM, Daniel BAUZA, Eduardo BRANDA, Ricardo A. CÁFIERO, Antonio E CARBONELL, José E Francisco CORACH, Carlos Vladimir° COSTANZO, Remo J. DE LA ROSA, Carlos L. DEL FIERO, Pedro FUNES, Carlos D. GAGLIARDI, Edgardo GALVÁN, Raúl A. GARCÍA ARECHA, José M. GIOJA, José L. IIUMADA, Julio C. LEÓN, Luis A. LÓPEZ, Alcides H. LOSADA, Mario A. A IAGLIETTI, Alberto R MARTÍNEZ, Nélida Susana MARTÍNEZ ALMUDEVAR, Enrique .1. M. MASSACCESI, Horacio MASSAT, Jorge MAYA, Rector M. MENEGHINI, Javier R. MENEM, Eduardo MIKKELSEN-LÓTH, Jorge E MOREAU, Leopoldo R. G NEGRE de ALONSO, Liliana Tercsita ORTEGA, Ramón B. OUDIN, Eníesto PALACIOS, Gerardo L. PARDO, Angel E

PRETO, Ruggero FRUYAS, Tomás R. RAIJER, Beatriz I. RODRÍGUEZ, Manuel A. ROMERO, Marcelo J. ROMERO FERIS, José A. ROSTAN, Néstor D. SÁEZ, José María SAGER, Hugo Abel SALA, Osvaldo R. SALUM, Humberto E. SAN MILLÁN, Julio A. SAPAG, Felipe R. TELL, Alberto Máximo TORINO, Héctor Omar ULULA, Roberto Augusto USANDIZAGA, Horacio Daniel VAQUIR, Omar M. VARIZAT, Daniel A. VERNA, Carlos Alberto VILLARROEL, Pedro G VILLAVERDE, Jorge A. YOMA, Jorge R. ZAI.AZAR, Horacio Aníbal

AUSENTES.

BRAVO, Leopoldo CABANA, Fernando V. CANTARERO, Emilio Marcelo GENOUD, José LOZA, Juan Carlos MOLINARI ROMERO, Luis A. R. SAPAG, Silvia E.

AUSENTES, EN COMISION

AUTUNA, Juan e.

SUMARIO

1. Izamiento de la bandera nacional en el mástil del recinto. (Pág. 848.)

2. Lectura de las notas presentadas por varios se-ñores 'senadores y del decreto de Presidencia por los que se solicita la citación a sesión espe-cial. (Pág. 849.)

3. A moción del señor senador Gioja se consi-dera sobre tablas y se aprueba el proyecto de resolución del señor senador Menem y otros señores senadores poi el que se fijan los días y horas de sesión (8.-199/01). (Pági-na 849.)

4L Apéndice:

Sanción del Honorable Senado (Pág 861.)

—En Buenos Aires, a las 20 y 27 del mar-tes 20 de marzo de 2001:

Sr. Presidente (Losada). — Queda abierta la sesión especial.

IZAMIENTO DE LA BANDERA NACIONAL

Sr. Presidente (Losada). — Invito al se-ñor senador nacional por Tierra del Fuego

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Ruggero Preto, a izar la bandera nacional en el mástil del recinto y a los presentes a po-nerse de pie.

—Puestos de pie los presentes, el señor senador Preto procede a izar la bandera na-cional en el mástil del recinto. (Aplausos)

CONVOCATORIA A SESION ESPECIAL

Sr. Presidente (Losada). — Por Secreta] ía se dará lectura a las notas presentadas por va-rios señores senadores y al decreto de Presi-dencia por los que se solicita la citación a sesión especial.

Sr. Secretario (Oyarzún). — (Lee)

Buenos Aires, 20 de marzo de 2001

Al señor presidente provisional del Honorable Se-nado de la Nación, doctor Mario A. Losada

S/D.

Nos dirigimos al señor presidente provisional a los efectos de solicitarle la convocatoria a una sesión especial para el día de hoy a las 19 horas en los términos del artículo 17 del Reglamento de este Honorable Senado, a íos fines de decidir so-bre la fijación de sesiones ordinarias todos los días de la semana, para tratar los proyectos de ley que envíe el Poder Ejecutivo o los que propon-gan los señores senadores frente a la situación de emergencia que vive el país y que es de públi-co conocimiento.

Saludamos al señor presidente provisional con distinguida consideración.

Ramón B Ortega. - Eduardo A Arnold - Omar M Vaquir - Carlos L. de la Rosa. - Angel E Pardo - Augusto Alasino. - José L Gioja - Alberto M. Ten. - Eduardo Menem - Carlos A yerná. - Manuel A Rodríguez. - Ricar-do A Branda. - Jorge F Mikkelsen-Loth - Osvaldo R. Sala. Daniel Baum. - Ernesto Oudin - Gerardo L. Pala-cios. - Jorge Massat - Héctor O Torino. - Liliana T Negre de Alonso. --Hugo A Sager - Reino J Castanzo. - Enrique J. M. Martínez Almudevar - Felipe R. Sapag.

Buenos Aires, 20 de marzo de2001.

Viro la solicitud formulada por varios señores senadores para que se convoque a sesión pública especial, con el objeto de decidir sobre la fijación de-sesiones ordinarias diarias ,para tratar iniciativas

que se presenten ante ta situación de emergencia de público conocimiento; y

CONSIDERANDO:

Que dicho pedido se encuadra en las disposicio- nes reglamentarias en vigencia,

Por ello,

El presidente provisional del Honorable Senado de •la Nación

DECRETA'

1° — Por Secretaría cítese a los señores senado-res a sesión pública especial parad día de la fecha a las 20 horas, con el objeto de decidir sobre la fija-ción de sesiones ordinarias todos los días de la se--mana, para tratar los proyectos de ley que envíe el Poder Ejecutivo o los que propongan los señores

,senadores frente ala situación de emergencia que vive el país.

2° — Dése cuenta oportunamente al,Honorable Senado.

3° — Comuníquese MARIO A. LOSADA.

Juan C Oyarzún.,

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FIJACION DE DIAS Y HORA DE SESION

Sr. Gioja. — Pido la palabra.

Sr. Presidente (Losada). — Tiene la palabra el señor senador Gioja, presidente del bloque Justicialista.

Sr. Gioja. — Señor presidente: obra en Se-cretaría un proyecto de resolución, cuya autoría corresponde al señor senador Menem y que fuera firmado también por todos los selladores de nuestro bloque, cuya lectura solicito. Poste-riormente voy a pedit su tratamiento sobre ta-blas y, una vez que entremos a considerar esta iniciativa, voy á formular algunas manifestacio-nes y a solicitar su aprobación.

Por Secretaría se dará lectura. Sr. Secretario (Oyarzún). -- (Lee)

Proyecto de resolución

El Senado de la Nación

RESUELVE

1°— Fijar la realización de las sesiones ordinarias todos los días de la semana, incluidos sábados y domingos, a las 16 horas, para tratar los proyectos de ley que promueva el Poder Ejecutivo como con-secuencia de la crisis que vive el país.

2° — Determinar que al levantarse cada sesión, por cualquier motivo que fuere, se pasará automáticamen-te a un cuarto intermedio hasta la sesión siguiente.

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3° - Facultar al presidente del cuerpo para que, previa consulta con los presidentes de bloque, con-voque a sesión en un horario distinto al indicado en el punto I° cuando existieren motivos que lo jus-tifiquen.

Ramón B. Ortega - Eduardo A. Arnold. - Omar H. Vaquir - Carlos L de la Rosa - Angel E Pardo. - Augusto Alasino. - José L. Gioja. - Alberto Al Tell. - Eduardo Menem. - Carlos A. Verna. - Manuel A. Rodríguez:. - Ricar-do A. 13randa. - Jorge E Mikkelsen-Lath. - Osvaldo R. Sala. -Daniel Baum. - Ernesto Oudin. - Gerardo L Pala eios. - Jorge Massat. - flector O Torino. - Liliana T Negre de Alonso. - Hugo A. Sager - Remo J. Costanzo - Enrique J. AA. Martínez Almudevar, - Felipe R. Sapag. - Carlos V Corach.

Sr. Presidente (Losada). - Tiene la palabra el señor senador Gioja.

Sr. Gioja. - Señor presidente: no escapa a ninguno' de los presentes -ni a quienes nos es-tán viendo o escuchando a través de los me-dios- la gravedad de la situación que está vi-viendo el país, el cambio de autoridades que ha existido dentro del gabinete nacional ni tampo-co las urgencias que tiene el Poder Ejecutivo nacional en este momento.

Hemos escuchado, con algún asombro, con cierta sorpresa también, cómo las actuales au-toridades están recurriendo a algunos funcio-narios del gobiernojusticialista anterior para que ocupen distintos cargos. Asimismo, se está pi-diendo públicamente a este Parlamento que sea lo más ve lo2 posible en su accionar y que no se transforme en un obstáculo para el tratamiento de las medidas que, para solucionar la crisis, va a presentar el Poder Ejecutivo en esta coyuntura.

Nosotros decimos, responsablemente y con .orgullo, que desde nuestra bancada -pagando incluso algunos costos políticos en casos graves y grandes-jamás impedimos el tratamiento de ninguna iniciativa del Poder Ejecutivo.

Existieron iniciativas cuyo tratamiento fue solicitado con suma urgencia, con carácter de "vida o muerte"; y este Senado -exponiendo los criterios políticos que entendíamos corres-pondían en ese momento e introduciendo las modificaciones que se considerará necesarias-trató esas iniciativas y adoptó tales actitudes sabiendo que la mayoría que tiene en la Cáma-ra de Diputados la alianza gobernante, ratifica-natales medidas.

Con ese mismo convencimiento y responsa-bilidad y teniendo presente que laArgentina está viviendo una crisis que puede resultar terminal -dado que según aseveraciones de los propios funcionarios, estarnos llegando a un momento límite, de cesación de pagos- venimos a prestar nuestra colaboración para sacar al país de esta situación. Entendemos que se ha llegado a este estado como consecuencia de la ausencia de un gobierno que imponga realmente medidas, y de las desavenencias internas de la alianza go-bernante.

Nos parece que no son horas de buscar disi-dencias. No son horas de buscar culpables de esta crisis. Creo que todos tenemos alguna cuo-ta de responsabilidad. Estamos seguros de que no somos nosotros los que tenemos la cuota más importante. Lo que sí decimos es que estamos persuadidos y decididos, señor presidente, a ponernos el overol de trabajo, y a trabajar las veinticuatro horas del día y los siete días de la semana, si es necesario.

No vamos a poner obstáculos; vamos a de-batir y a expresar nuestras ideas. Y con la mis-ma intención pedimos al Poder Ejecutivo nacio-nal -al presidente de la República-que gobierne, dado que lamentablemente ya pasaron catorce meses desde que asumiera el poder. Todavía tenemos, como creo que todo el pueblo argenti-no, expectativas de que la crisis política termi-ne, de que podamos saber cuáles son las medi-das que quiere y que necesita el Ejecutivo para que el justicialismo pueda cumplir debidamente -como lo hará- el papel que la ciudadanía le confirió cuando votó, en octubre del 99: el de ser opositor. Lo vamos a ejercer en la forma -más responsable posible, como lo hemos venido haciendo hasta ahora.

En consecuencia, nuestro bloque propone el tratamiento sobre tablas de este tema para apro-barlo luego, como corresponde.

Sr. Presidente (Losada). - Tiene la palabra el señor senador Menem.

Sr. Menem. - Señor presidente, distingui-dos colegas: la génesis de esta actitud que hoy asume el bloque Justicialista se produjo esta ma-ñana, en una importante reunión institucional que tuvimos los diputados y senadores peronistas, junto con nuestros gobernadores.

Allí se analizó con toda amplitud la situación nacional. Se lo hizo con una madurez de la cual me siento orgulloso como justicialista, porque

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realmente creo que estos dieciocho años de democracia nos han enseñando a todos cómo se debe proceder, siendo gobierno u oposición, para tratar de consolidar las instituciones de la República. Debemos comprender que cuando el gobierno tiene problemas, no sólo los tiene el

• gobierno; es el país el que tiene problemas y, sobre todo, sus habitantes.

Con ese espíritu, ante las manifestaciones de distintos funcionarios en el sentido de que se iba a requerir la colaboración del Poder Legislativo para sancionar leyes con rapidez, y —por qué

• no decirlo— ante a las manifestaciones del pro-pio presidente de la Nación solicitando las fa-cultades del artículo 76 de la Constitución Na-cional respecto de la delegación para casos de emergencia, propuse —y fue aceptado por una-nimidad por todos los legisladores y gobernado-res de mi partido—que ambas cámaras del Con-greso se declaren en sesión permanente.

Corno DO existe la institución "sesión perma-nente", tendríamos que establecer que todos los

• días de la semana sean días de sesiones ordina-rias, con fijación de hora, además de acordar que cada vez que se termine una reunión, auto-máticamente pasemos a cuarto intermedio para la siguiente. Es decir, deberemos idear los me-canismos para que, ante cualquier iniciativa del Poder Ejecutivo motivada por esta crisis, sobre la cual no vamos a entrar a hacer manifestacio-nes porque es conocida por todos, se puedan tratar rápidamente los proyectos de ley perti-nentes, y que, en caso de ser necesario, el presi-dente pueda convocar a la Cámara en un horario distinto del Fijado cuando lo crea conveniente.

Ya en otras oportunidades hemos sesionado en sábado o en domingo para tratar algún pre-supuesto; en la época del doctor Alfonsín nos hemos reunido un domingo por la noche. Es decir que existen antecedentes en el Parlamento ar-gentino.

Considero que cuando se trata de solucionar los problemas del país, no puede haber días fe-ruidos o no laborables para los legisladores. Esta es una contribución que se hace desdp nuestro bloque y desde todo el Senado. Una iniciativa similar también va a ser aprobada por la Cáma-ra de Diputados —por lo menos así lo escuché de parte de muchos legisladores—. En fin, se trata de una contribución, del Congreso para la solución de la grave crisis por la que estamos pasando.

DORES DE LA NACION 851

Esa va a ser nuestra contribución, lo que de-muestra que estamos dispuestos a tratar los pro-yectos rápidamente. Por supuesto que van a ser debatidos; el tratamiento inmediato no quiere decir "aprobación inmediata". Los debatiremos —reitero— pero daremos nuestra respuesta con la mayor rapidez posible.

Respecto del tema de la delegación de facul-tades, del cual tanto se ha hablado, habrá que ver en cada caso qué delegación se pide y so-bre qué materia o tema.

Adelanto que, por supuesto, nuestros legisla-dores y gobernadores no están de acuerdo con autorizar una delegación de cualquier facultad "a libro cerrado". Consideramos que ése no es el espíritu de la Constitución Nacional.

Nuestra Carta Magna ha previsto esta nor-ma constitucional dentro de la democracia y de la República para que se la use con racionali-dad. Por ello, la propia norma establece una li-mitación en cuanto al tiempo que debe durar, en cuanto a las materias que debe abarcar --únicamente podrá darse en casos de adminis-tración o de emergencia— y también en cuanto alas bases que debe determinar el Congreso de la Nación para que se pueda hacer uso de esta facultad establecida por la Constitución.

Se está discutiendo si la norma debe ser re-glamentada o no. Hay opiniones diversas; al respecto, algunos constitucionalistas sostienen que es operativa. Pero hoy no es el momento indicado para entrar en ese debate.

Lo que sí quiero decir es que hasta tanto ello Se debata y se tome una decisión, el Senado de la Nación, a través de esta sesión especial, está haciendo una manifestación de su vocación-de-mocrática de colaboración. Hoy, el Senado de la Nación está marcando un rumbo en lo que hace a que las instituciones de la República se pongan al servicio del pueblo.

Por ello, pido a mis colegas que. apoyen el tratamiento sobre tablas y la posterior aproba-ción del presente proyecto de resolución.

Sr. Presidente (Losada). — Tiene la palabra el señor senador Romero Feris.

Sr. Romero Feris. — Señor presidente: sin duda alguna, éste es un momento sumamente difícil, un momento crucial Cu la vida del país.

Quiero adelantar mi voto favorable a la posi-ción que sustenta el bloque del Partido Justi-cial ista. Creo que ésa es nuestra obligación para

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con nuestro pueblo, para con nuestro país y para con nuestros compatriotas.

En ese sentido, a pesar de que el señor sena-dor Menem dijo que no era del caso plantear la delegación de facultades, simplemente quiero mencionar que no estoy dispuesto a efectuar esa delegación. Además, ere() que ello no es posible en este momento; en primer término, porque sostengo la tesis de que tiene que ser reglamentado el artículo 76 de la Constitución; y, en segundo lugar, porque no está constituida la comisión bicameral para tratar este tema. Por esas razones, me opongo terminantemente a esta cuestión.

Por otro lado, quiero señalar que en estas horas difíciles estamos dispuestos a colaborar, como lo hemos hecho hasta este momento, máxime si el país lo requiere y, en mayor medi-da aún, si nuestros compatriotas lo necesitan. Esto lo haremos con la Mayor celeridad posible, pero no "a libro cerrado", porque sabemos que algunos de los nuevos funcionarios —a los que ya conocemos— en otras circunstancias actua-ron forzando una decisión del Congreso que no estoy dispuesto, de ninguna manera, a tolerar nuevamente. Esa será, por lo menos, nil posi-ción personal, independientemente de que no reciba los votos necesarios para imponerse como decisión del cuerpo.

Si bien aclaro que no quiero realizar ninguna personalización, cabe señalar que al señor pre-sidente le constan algunas actitudes que se adop-taron en el pasado con respecto a una represa que tiene que ver con las dos provincias a las que representamos él y yo: Corrientes y Misio-nes, o viceversa. En ese caso, algunos funcio-narios que hoy asumieron cargos adoptaron ac-titudes que; prácticamente, significaron la entrega de una parte del patrimonio nacional. Esto es lo que quería decir en este momento.

Por último, señalo que apoyo el tratamiento sobre tablas y la aprobación del presente pro-yecto porque creo que es fundamental e indis-pensable en estas horas que vive nuestro país.

Sr. Presidente (Losada). — Tiene la palabra el señor senador Agández.

Sr. Agúndez. — Señor presidente: ante todo, quiero señalar que nos congratulamos de la po-sición adoptada por el bloque del Partido Justi-cialista, en el sentido de que se pueda sesionar todos los días en estas horas difíciles que viven el país y la economía argentina.

Además, con el presidente del bloque de la mayoría el año pasado acordamos sesionar dos días seguidos durante dos semanas para tratar el presupuesto y los ascensos de oficiales de las fuerzas armadas. Por lo tanto, ese mecanismo se venía utilizando de hecho.

Quiero rescatar lo que ha manifestado el pre-sidente del bloque de la mayoría cuando señaló que éste es un problema de todos; evidentemente, es un problema de todos. En efecto, la recesión no empezó el 10 de diciembre de 1999. Una cuota de responsabilidad la tenemos todos, no sé quién en mayor o menor medida. Recuerdo que cuando se trató el presupuesto el año pasa-do dije que sería bueno que en lugar de hablar respecto de quién entregó la peor herencia em-pezáramos a hablar sobre quién entregó la me-jor herencia. Por lo tanto, lo que dije en esa opor-tunidad lo reitero ahora porque es consecuente.

Se trata de una responsabilidad de toda la cla-se política al servicio de la democracia. En con-secuencia, vamos a acompañar el proyecto pro-puesto.

Por otro lado, quiero referirme a un tema al que bien no está contemplado en la iniciati- va en consideración— el señor senador Menem hizo alusión, o sea, la delegación de facultades del artículo 76 de la Constitución Nacional. Con-sidero que ningún radical va a aprobar ninguna delegación "a libro cerrado". Nuestras conduc-tas democráticas en ese sentido siempre han sido firmes. Por !Manto, no debernos asignarle a la norma del artículo 76 el alcance que se ha pretendido darle por ahí y sobre todo el que le ha dado la prensa. Ese artículo tiene limitacio-nes y tiempos; ni) prevé delegaciones "a libro cerrado" ni el otorgamiento de la suma del po-der público. De todas maneras, el senador Villarroel, que conoce mucho este tema, si es necesario nos va a ilustrar.

Simplemente quiero recordar que en 1989, antes de la reforma de la Constitución de 1994, el entonces presidente Menem obtuvo faculta-des delegadas por el Poder Legislativo cuando se aprobaron las leyes de reforma del Estado, con las que se privatizaron varios sectores de la economía. En 1996, con posterioridad a la re-forma constitucional, precisamente a través de la ley 24.631, modificatoria del impuesto al va-lor agregado, alas ganancias y a los bienes per-sonales, nuevamente el Congreso delegó facul-tades al Poder Ejecutivo por el plazo de un año,

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asignando a las comisiones de Presupuesto y Hacienda y de Asuntos Constitucionales las fun-ciones previstas en el artículo 109, inciso 12, para la Comisión Bicameral Permanente crea-da por ley, aunque todavía no reglamentada. De manera que hay ejemplos para todo.

Lo importante es que a partir de hoy estamos al servicio de las necesidades del país, lo cual es en beneficio de toda la gente.

Sr, Presidente (Losada). — Tiene la palabra el senador Yoma.

Sr. Yoma. — Señor presidente: en primer lu-gar, quisiera proponer una modificación al pro-yecto de resolución que, obviamente, cuenta con • mi firma. Considero que no debería referirse solamente ala habilitación de todos los días de la semana para tratar únicamente los proyectos de ley que promueva el gobierno de Cavallo, sino cualquier iniciativa que se promueva como consecuencia de la crisis que vive el país. Por lo tanto, solicito que donde dice "... proyectos de ley que promueva el Poder Ejecutivo como consecuencia de la crisis que vive el país..." se diga "...proyectos de ley promovidos como con-secuencia de la crisis que vive el país...". De esta manera, una iniciativa para este fin podría ser presentada por algún legislador.

Con respecto alas facultades delegadas, quie-ro recordar que por negativa del propio oficialismo todavía no se ha reglamentado el mecanismo constitucional que prevé que el Con-greso controle los decretos de necesidad y ur-gencia, vetos parciales y facultades delegadas. Creo que va a ser muy difícil para el justicialismo otorgar poderes extraordinarios si no habilita-rnos el mecanismo del control parlamentario.

Sr. Presidente (Losada). — Tiene la palabra el senador Villarroel.

Sr. Villarroel. — Señor presidente: conste que yo había pedido la palabra antes de que el presi-dente del bloque radical me endilgara, con buen ánimo —que yo agradezco—, pero con exagera-ción notoria, la calidad de presunto adoctrinador de derecho en materia de delegación de facul-tades legislativas. En rigor, lo que me proponía decir es bastante más simple, además sin la pre-tensión antedicha.

En el periodismo se explica que se procura dar la noticia "antes de que los hechos suce-dan", porque es parte del propio oficio y de su dialéctica natural. Vale decir, la primicia es una exigencia connatural. Supongo que si no se está

dispuesto a trabajar sobre la conjetura, más vale no dedicarse al oficio de periodista. Pero, justamente, nuestra ni isión como legisladores y responsables de una rama del gobierno, se-gún "la Constitución, es todo lo contrario y lo diverso; es decir que nuestra obligación es ser precisos.

He escuchado y visto en los canales de tele-visión —incluso en algunos diarios— que se está , hablando de la eventual concesión de faculta-des extraordinarias con un error que es dema-siado grueso corno para que todos nosotros —no sólo quien habla— lo dejemos pasar.

Considero que nadie puede pensar, con algún caletre, que a los que estamos inmersos en este asunto de llevar la cosa pública se les haya cru-zado la idea de incurrir en el anatema del ar-tículo 29 y conceder 'a alguien facultades ex-traordinarias o la suma del poder público, como reza esa histórica norma que tiene un antece-dente preciso en aquella ocasión en que Rosas asumió la gobernación de la provincia de Bue-nos Aires y, ante diversas situaciones, siempre pedía facultades extraordinarias.

Lo que ocurre, simplemente, es que se ha in-sinuado la posibilidad de que se pida la sanción de delegaciones legislativas, lo cual es un insti-tuto que está perfectamente reglamentado en la Constitución y expuesto en ella, no de modo muy preciso —ya lo hemos discutido largamente en varias oportunidades en el seno de este cuer-po—, pero sí con la suficiente claridad como para que se entienda que es el Congreso el que de-termina las bases y criterios que debe seguir él decreto consecuente del Poder Ejecutivo que ejerza legislación delegada.

Hay una norma delegante que no necesita ser sometida a control de ninguna comisión, que es dictada por el Congreso, y luego una norma delegada dictada por el Poder Ejecutivo en or-den a las pautas que le Fije el Congreso. Eso es todo.

Además, eso debe entenderse así —creo que de esa forma lo hemos entendido todos; no me parece que haya duda sobre el particular y, por ende, no hay lugar para los temores—, sin perjui-cio de que siempre el Congreso conserva la potestad legisferante. O sea que si no le gusta

, el decreto que ha dictado el Poder Ejecutivo en orden a la facultad delegada, tiene la atribución indiscutible de derogarlo. Nunca hemos tenido dudas sobre eso.

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•Por ello, creo que nuestro primer deber, aparte del de evitar discusiones ociosas —es ocioso dis-cutir sobre conjeturas—, es el de clarificar las dudas a la opinión pública. Si de verdad tene-mos ganas de trabajar, pues aboquémonos, arre-manguémonos y pongámonos el overol, como dice el senador Gioja. Esa es la idea.

Considero, además, que como cuerpo no de-bemos olvidar que no hace mucho tiempo he-mos sancionadó una ley que ratificaba—y otor-gaba una vigencia por cinco años más— una verdadera y muy numerosa legislación delegante y delegada que contenía, incluso, materia impo-sitiva y, en más de un caso, delegaciones he-chas no al Poder Ejecutivo sino también a órga-nos de la administración, por ejemplo la AFIP, entre otros. Esa ley se sancionó por unanimidad aquí y en la otra Cámara.

Por lo tanto, me parece que lo que conven-dría —lo digo a modo de sugerencia muy mo-desta y sin ánimo de adoctrinar a nadie— es que nos evitemos una disputa que es ociosa y que, en todo caso, se basa en conjeturas, porque mientras no sepamos qué delegación realmen-te es la que se pide, no estaremos en condicio-nes de discutir con verdadero conocimiento de causa.

En definitiva, señor presidente, propongo que nos atengamos a los hechos y parafraseando y tomando aquella arenga o frase admonitoria de Ortega y Gasset, diría: "Legisladores a las cosas".

Sr. Presidente (Losada). — Tiene la palabra el señor senador Alas i no.

Sr. Yoma. — ¿Me permite una interrupción, señor senador?

Sr. Presidente (Losada). — Señor senador Alasino: le solicita una interrupción el señor se-nador Yoma. ¿Se la concede?

Sr. Alasino. — Sí, señor presidente. Segura-mente, su palabra arrojará luz a la discusión...

Sr. Yoma. — Simplemente solicité la palabra para aclarar un par de cosas.

En virtud del artículo 76 de la nueva Consti-tución, la delegación es exclusivamente en el Poder Ejecutivo; no puede ser hecha a ningún organismo inferior. Por otra parte, todos los ac-tos delegados que ejerce el Poder Ejecutivo, de acuerdo con la ley 25.148 sancionada por este Congreso, que ha prorrogado toda la legislación delegada, deben tener el refrendo del jefe de Gabinete de Ministros.

Sr. Presidente (Losada). — Tiene la palabra el señor senador Alasino.

Sr. Alasino. — Señor presidente: no puedo sustraerme al debate, porque esta discusión nos toca muy de cerca. Evidentemente, el gobierno está decidido a plantear este tema y a que se lo resolvamos. Considero, entonces, que no es ocioso que en este momento avancemos algo en el tema.

• • No hay duda alguna de que acá estamos en emergencia pública. Tal es la situación que se • plantea cuando se tiene a un ministro de Econo-mía durante pocos días, se lo confirma en el cargo y luego se lo cambia; cuando se elabora un proyecto o una propuesta económica .que dura exactamente treinta y nueve horas, para luego dejarla de lado; cuando de pronto, ayer o anteayer, se alcanzan niveles de riesgo pareci-dos a los de la crisis de Rusia. No creo que esto resista un análisis en contrario ni que sea otra cosa más que una emergencia. En consecuen-cia, considero que el pedido de facultades se va a hacer porque la emergencia pública está plan-teada y todos lo notamos.

Por eso, señor presidente, y en esto tengo opinión formada—no coincido con algunos com-pañeros—, considero que la reacción rápida de este Senado, de este Congreso, deberá ser la de otorgar esas facultades. Aunque sí debemos establecer los mecanismos y el marco en los cuales deleguemos las facultades. En esto utili-zo un argumento que muchas veces usamos durante la presidencia del compañero Carlos Menem. Cuando se burlaban de nosotros y nos decían que el presidente Menem resolvía rápi-damente las cosas por decreto —a lo que este gobierno no se anima; no tiene coraje para ha-cerlo—, decíamos que los tiempos del Poder Eje-cutivo no son iguales que los parlamentarios.

• Los tiempos de la administración son mucho más rápidos y los tiempos parlamentarios son natu-ralmente lentos, porque los temas deben ser dis-cutidos. Entonces, si quien debe resolver los destinos de la administración está acotado por los tiempos, está bien, que emita decretos de urgencia y pueda así resolver las situaciones como debe. Pero ¿qué, pasa? Esta mecánica que la Alianza tanto tiempo condenó cuando de nuestro gobierno se trataba, no se animan a uti-lizarla hoy; entonces van a experimentar el otro camino, que consiste en que le deleguemos fa-cultades.

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Creo absolutamente que la Constitución es • per se operativa, que tenemos que declarar • mediante una ley la emergencia pública y darle

el Marco en el cual se deben ejercer las faculta-des que deleguemos. Debemos establecer un plazo y un mecanismo or parte del Congreso para que en cualquier momento, si el Poder Eje-cutivo se excediese, pueda dejar sin efecto la ley delegativa.

En consecuencia, éste es un terna que no debe sernos extraño. Más aún: no está alcanza-do por la Comisión Bicameral, que solamente está para entender en cuanto a los decretos de urgencia, ni por los límites impuestos a talcs decretos. No es casual que esta materia esté contemplada en el artículo 76 y los decretos de urgencia en el artículo 99, sobre las atribucio-nes del Poder Ejecutivo.

De modo que no creo que esté limitado por la — Constitución. Sí creo que el Congreso debe es-

tablecer el marco y el límite a la delegación. Pero adelanto —porque ya lo he dicho pública-mente en el bloque y en el partido— que si este gobierno y este nuevo ministro —es como volver

• a ver la película—cree, y la gente piensa, que con las facultades 'que el Congreso le delegue, avanzará en la resolución de los problemas —lo que es nuestra obligación—, personalmente en-tiendo que debemos acompañarlo y establecer-le el límite en el marco de la ley. Tenemos que evitar que ocurra lo que ya han dicho en la tele-visión: que si esta ley no sale, la culpa es del Congreso.

Creo que esta discusión se va a plantear en algún momento. Pero pienso...

Sr. Yoma. — ¿Me permite una interrupción, señor senador? "

Sr. Presidente (Losada). — Perdón senador, —le está pidiendo una breve interrupción el sena-

dor Yoma. ¿Se la concede? Sr. Alasino. — Si, cómo no, señor presi-

dente. Sr. Presidente (Losada). — Para una inte-

rrupción tiene la palabra el señor senador Yoma. Sr. Yoma. —Señor presidente: ante todo, quie-

ro pedir una precisión ami colega de bancada, porque —no sé si escuché mal— planteó que es-tos decretos dictados en uso de facultades de-legadas no están bajo el control de la comisión bicameral permanente; y no es así. El artículo 100, inciso 12 de la Constitución, respecto de las facultades del jefe de Gabinete, dice tex-

tualmente: "Refrendar los decretos que ejercen facultades delegadas por el Congreso, los que estarán sujetos al control de la Comisión Bicameral Permanente". Es decir que, especí-ficamente, es un tema de la Comisión Bicameral Permanente, porque se trata de un acto legisla-tivo que ejerce el Poder Ejecutivo.

En el sistema de la Constitución, el Poder Ejecutivo puede ejercer tres tipos de actos le-gislativos: los decretos de necesidad y urgencia, los vetos y la legislación delegada. Estos tres actos legislativos requieren el control parlamen-tario a través de la comisión bicameral perma-nente.

En lo que sí estoy de acuerdo con el senador Alasino es en que no tienen las restricciones de los decretos de necesidad y urgencia. El Con-greso está facultado para delegar cualquier tipo de facultades que le son propias. Por eso, pre-cisamente, vienen a pedir facultades extraordi-narias. Porque, por ejemplo, la materia tributa-ria no puede ser materia de decretos de necesidad y urgencia, pero sí puede ser materia de delegación legislativa. En eso coincido con el senador Alasino.

Pero reitero: tenemos que formar la comi-sión bicameral, que es la que la Constitución determina para el control parlamentario de los actos delegados, los decretos de necesidad y urgencia y los vetos.

Sr. Presidente (Losada). — Continúa en el uso de la palabra el señor senador Alasino.

Sr. Alasino. — Gracias por la preeisión, se-nador.

De todas maneras, señor presidente, -los-de-cretos delegados no son una novedad para no-sotros; existían mucho antes de la reforma del 94. Y le dieron-precisamente este nombre, a partir de algunos casos típicos o iniciales en la Corte, porque eran verdaderas leyes.

De manera que en la circunstancia en que se encuentra el país, de plantearse esta situación por parte del Poder Ejecutivo, este Coi-Tres° no debe hacer oídos sordos; debe establecer —vuelvo a decir— con precisión el marco.y auto-rizar al presidente a ejercer las facultades que la Constitución dispone para casos de emergen-cia pública, situación que, ami entender, está absolutamente dada

Sr. Presidente (Losada). — Tiene la palabra el señor senador Sapag.

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Sr. Sapag. — Señor presidente: el proyecto presentado está firmado por los integrantes del bloque Justicialista y también por mí, como se-nador del Movimiento Popular Neuqu i no. Que-ría dejar aclarado esto.

Con • respecto a lo que estarnos tratando eft este momento, comparto la posición del presi-dente de la bancada justicialista y también la del senador por Corrientes, en el sentido de que si trabajamos como corresponde, Si los distintos poderes trabajan como deben y los distintos estamentos hacen lo que tienen que hacer, no tenemos que dar poderes especiales a nadie.

No creo en superhombres ni en soluciones maravillosas. Esta crisis, este problema, lo re-solvemos entre todos. La gente está esperando que trabajemos todos en conjunto, y no una lu-cha para ver quién "se cae" primero o quién "se para" después.

Entonces, mi posición es la de no dar pode-res y trabajar constantemente hasta que la cri-sis sea superada.

Sr: Presidente (Losada). — Tiene la palabra el señor sellador Funes.

Sr. Funes. — Señor presidente: haré uso de la palabra muy brevemente.

Lamento disentir con mi amigo y colega Alasino, pero creo que estamos arrancando mal desde el principio. Porque él definió la emer-

• gencia, cuando en realidad de lo que está ha-blando 'eS de un error de gobierno. Cuando la Constitución habla de emergencia se refiere a una situación que pone en grave riesgo al con-junto de la sociedad por una cuestión imprevista o imposible de manejar por otros medios que no

• sean a través de estas medidas extremas.

• Primero tenemos que poner en claro, a los fines de la Constitución, qué es una emergen-cia, porque si no esá palabra puede aplicarse a cualquier cosa.

El compañero Alasino se refirió al hecho de que un ministro de Economía duró diez o quince días y a que en cuarenta y ocho horas hubo una serie de cambios. Es correcto, pero es el pro-ducto de una decisión de un gobierno y no de una sitilación generada en la sociedad, como ya hemos conocido en la Argentina.

Por estas razones, voy a solicitar que preci-semos claramente en qué consiste la emer-gencia que define la Constitución, porque si •no la aplicaremos para enmendar errores que

deben ser corregidos por la gente a través de las urnas.

Sr. Presidente (Losada). — Tiene la palabra el señor senador Carbonell.

• Sr. Carbonell. — Señor presidente: quiero hacer un brevísimo comentario sobre las preci-siones formuladas esta noche, en particular res-pecto de lo dicho por un senador de la Alianza en cuanto a que habría que distinguir entre lo que fija el artículo 29 de la Constitución y lo que es una delegación de facultades extraordinarias según lo fijado por el artículo 76 de la misma norma.

Esta cuestión se instala en la Argentina el domingo por la noche, cuando el presidente de la República, a través de la cadena oficial de televisión y con gestos y palabras dramáticas, invoca una situación de emergencia grave, res-pecto de la cual, si no hubiese aclarado que el - pedido de delegación de facultades lo hacía eh los términos del artículo 76 de la Constitución, muchos —incluso los advertidos— habrían pen-sado que se refería a una suerte de suma de los poderes —por lo menos— Ejecutivo y Legislati-vo. Esto introduce la cuestión.

La emergencia no sólo queda patentizada por el decontrol en los actos de gobierno práctica-mente a partir de la renuncia del ministro Ma-chinea, sino también por otros hechos que lle-gan hasta límites realmente dramáticos, sobre los que no hemos hablado esta noche, y que .a mí francamente me llenan de vergüenza como argentino.

Me refiero al hecho de que el lunes, ante e' mayor foro económico interamericano, que se realiza en el marco de la Asamblea Anual del Banco Interamericano de Desarrollo, nuestro presidente ratifica a un ministro de Economía que luego, horas después, es virtualmente echado del poder, lo que fue hecho ante la presencia de autoridades económicas de América y de di-versos representantes del mundo.

Si esto no patentiza una situación de crisis extrema, de descontrol en el uso y manejo del poder y de emergencia caótica en términos del manejo de la economía, con toda la sensibilidad que ello supone para el bolsillo de la gente, me pregunto cuál es la emergencia.

Por eso, soy consciente de que la emergen-cia no se resuelve con un nuevo cambio de mi-nistro, por más creíble y experimentado que sea,,

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sino con políticas y medidas concretas que, por un lado, tienen que hacer que esta Argentina vuelva a crecer y generar la confianza y los datos suficientes para que el país nuevamente sea atractivo para el consumo, la inversión, el crecimiento y la generación genuina de empleo, y, por el otro, por la presentación de datos cla-ros que contribuyan no sólo a lo que he mencio-nado sino también a disminuir la brecha que existe entre el ingreso y el gasto.

El déficit fiscal que ha invocado el señor pre-sidente en su dramático mensaje, que es real, que no es un invento de este gobierno aunque fue agravado por él a pesar de los intentos —creo yo—bien intencionados del ministro Ma-chinea al respecto, tiene que ser achicado, de manera sin duda dura y dramática, por la vía dél gasto y del ingreso. Y el ministro que

__acaba de jurar va a tener que tomar medidas on relación a esa cuestión de modo rápido y,

probablemente, con dolor para algunos argen-tinos.

No le temo a la delegación de facultades. Estoy dispuesto a acompañar con mi voto res-ponsable dicha delegación por un tiempo deter-minado y respecto de materias determinadas previamente expuestas por las autoridades -que las reclaman.

No me parecería mal que, junto con un recla-mo de delegación de facultades, contemos con la presencia del señor ministro a efectos de que explique en detalle y con números los motivos que justifican ese extremo pedido que se for-mula al Congreso de la Nación.

No descarto esa alternativa. Desde ya ofrezco mi mayor buena voluntad. No dudo de que mi bloque tendrá una actitud unánime y

—responsable al respecto. Además, en la medi-da en que conozcamos los límites, los textos y las materias incluidos, y tengamos en claro por cuánto tiempo se conceden, evenivalmente esas facultades podrían ser otorgadas por este Senado.

Sr. Presidente (Losada). — Tiene la palabra el señor senador Ulloa.

Sr. Unida. — Señor presidente: si como su-pongo vamos a aprobar este proyecto de reso-lución, en lo que hace al artículo 76, en realidad estaríamos anticipándonos a un debate. Esa si-tuación se puede presentar eventual o puntual-mente en algún caso. De ser así, debatiremos

profundamente, con exhaustividad y con las li-mitaciones del caso.

En consecuencia, considero que... Sr. Maglietti. — Pido la palabra. Sr. Presidente (Losada). — ¿Está solicitan-

do una interrupción, señor senador? - Sr. Maglietti. — No, señor presidente. Pido

la palabra.

Sr Presidente (Losada). — Se registra su pedido, señor senador.

Continúa en el uso de la palabra el señor se-nador Ulloa.

Sr. Ulloa. — Quiero dejar constancia de mi voto afirmativo al tratamiento sobre tablas del proyecto de resolución y a su aprobación, que compromete la acción de este Senado. Por su-puesto, espero que Diputados adopte una acti-tud similar, ya que una Cámara por sí sola no puede sancionar ninguna ley.

Con respecto al tema del artículo 76, consi-dero que será motivo de un debate al momento en que eventualmente se traiga a colación el tema.

Entonces, señor presidente, dejo constancia de mi voto afirmativo al proyecto de resolución.

Sr. Presidente (Losada). — Tiene la palabra el señor senador Maya.

Sr. Maya: — Señor presidente: creo que el debate se ha adelantado quizás como conse-cuencia de que nosotros, impulsados por una muy buena voluntad, también nos hemos exce-dido en el planteo. Digo esto porque tal vez al-guno pueda pensar que los problemas del país se resolverían si nosotros sesionáramos todos los días de la semana. Creo que esto es un ex-

También es un exceso de parte del Poder Ejecutivo imaginar y señalar que las cosas es-tán así porque era necesario disponer de facul-tades extraordinarias, como si desde este Con-greso se hubiesen negado las leyes reclamadas. Inclusive algunas de ellas, verdaderamente de-plorables, han recibido nuestro consentimiento con el mejor ánimo de colaboración.

Creo que en materia de delegación de facul-tades nos estamos confundiendo, señor presi-dente. Aunque brevemente, él compañero por Santa Fe, senador Funes, enfocó muy bien el tema al calificar con precisión la confusión que existe sobre qué es la emergencia pública.

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ADORES DE LA NACION Reunión 9' 858 CAMARA DE SEN

Considero que no estamos en una situación de emergencia pública. Estamos en una situa-ción de emergenCia política porque carecemos de una acción de gobierno conducida por gente idónea, precisamente, para gobernar. ¿O algu-no de ustedes cree que si el señor presidente de la República hubiera tenido la suma del poder público habría hecho algo diferente de lo que hizo? ¿O que si nosotros hubiéramos actuado Con mayor celeridad las cosas estarían mejor de lo que hoy están?

¿Qué hubiese pasado en el país si esta voca-ción laboralista señalada en nuestro proyecto —del que también soy firmante— el sábado pa-sado nos hubiera llevado a aprobar el paquete que López Murphy anunció el viernes? De he-cho, hoy estaríamos apoyando nuevamente una corriente económica diametralmente 'opuesta; una corriente que nada tiene que ver en su per-cepción económica respecto del desarrollo del país. ¿Por qué? Porque una de ellas parte del criterio del cierre de las cuentas sobre la base de eliminar el déficit fiscal y, la otra, tiene la concepción del crecimiento de la economía, sin mezquindades en el endeudamiento.

Por otra parte, pregunto a quienes conocen la vida nacional si piensan que el ex ministro Cavallo necesita de una ley nuestra para, si ve un vislumbre, en caso de urgencia, tornar con decisión una definición que le haga bien al país. En este sentido, creo que ninguno de nosotros se imagina que pueda limitarse a que sancione-mos esta ley. Además, así debe ser y, en todo caso, existe la vía del decreto.

Entonces, creo que no hay una emergencia pública sino un acoso político hacia el presiden-. teque, en determinado momento, lo coloca en una situación de confusión mayor y grave, pro-ducto de las peleas internas de quienes lo tironean para un lado y para el otro.

A su vez, existe un estado de desorientación general en laucción de gobierno. Tan es así que si tuvieran que armar un equipo de fútbol con el criterio que conforman un gabinete, realmente sería un caos. Pero lo más grave es que de esta manera se está armando la conducción del país.

También vernos algunos personajes que apa-recen gravitando en las decisiones personales que, por su conocimiento, responsabilidad o ca-lificativos muchos de nosotros no nos arriesga-ríamos ni a dejarlos manejar una calesita; y, sin embargo, tienen protagonismo en lavida nacional.

No existe la emergencia; hay reserva mone-taria y solidez en el sistema financiero. Y si bien es cierto que también hay déficit fiscal, desocu-pación y una recesión profimda de las que es necesario salir, yo pregunto si alguno cree que de la recesión se emerge por la suma del poder público o por la delegación de facultades. Se sale vertebrando la cuestión con una política acertada, que es muy difícil de encontrar; de hecho, nosotros no la pudimos hallar y a este gobierno le está resultando difícil encontrarla. Pero no se sale por este camino del facilismo, equivocando diagnósticos.

Además, teniendo en cuenta esta larga histo-ria que venimos viviendo en el país, tengo la sospecha de que tal vez algún pícaro diga que la delegación de facultades es la piedra angular de la solución del problema nacional y la culpa de que esto no se haya arreglado la tienen los senadores —ya no se habla de los diputados—el Parlamento. Pero nosotros no tenemos nada que ver; acá hay un problema grave, histórico y algo más impoidante como es la profunda inep-titud de un gobierno que no ha podido solucio-nar las cosas. En este sentido, creo que noso-tros debemos aportarle algo al gobierno, ya que poco hemos podido hacer por no tener solucio-nes al alcance de nuestras manos.

Entonces, río confundamos el diagnóstico; no hay emergencia como para otorgar en forma discrecional facultades legislativas ni como para demostrar con ellas la ausencia de necesidad de que el Parlamento siga funcionando, porque no faltará algún pícaro que diga que va 'a cerrar el Congreso, como ya se lo imaginan algunos.

De todos modos, creo que nosotros sí debe-mos estar a disposición del Poder Ejecutivo en materia de trabajo parlamentario. Pero no ten-go dudas de que si una situación de urgencia I: impone al gobierno la adopción de medidas, no van a esperar a que nosotros nos reunamos. Sabemos que se han incorporado al gobierno hombres que van a actuar con decisión y firme-za, que no tendrán reparos y que no van a fijar-se en lo que digan los partidos que conforman el gobierno sino que van a proceder como a ellos les parezca.

Pero esta es una decisión, un comportamien-to que han tomado. En consecuencia, si bien entiendo que no nos tenemos que adelantar a los tiempos y no debemos exagerar en esta materia, sí es importante recomendar al gobier-

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rió que llame a una verdadera convocatoria de unidad nacional sobre la base de vertebrar en común, con los gobernadores, políticas que tien-

- dan al crecimiento, que en conjunto y aun con un profundo respaldo son difíciles de concretar.

No nos engañemos: el camino que lleva a solucionar los problemas del país no está en te-ner al Parlamento todo el día abierto y mucho menos en otorgar facultades para la solución de

• una emergencia que no pasa por la toma de una decisión sino porque ella sea acertada.

• En consecuencia, adelanto que en esta cir-cunstancia me opongo terminantemente a dele-gar facultades a ciegas, que es algo que no he-mos hecho nunca.

Sr. Presidente (Losada). —Tiene la palabra • el señor senador Maglietti.

Sr. Maglietti. — Señor presidente: bajo nin—gún punto de vista pienso que se está pidiendo

delegación de facultades en forma arbitraria e indiscriminada.

Este es un gobierno democrático, elegido por el pueblo y, en consecuencia, respetuoso de los tres poderes de la Nación. Aquí deben gober-nar los poderes constituidos y las instituciones; no pueden gobernar solamente las opiniones de

• los tecnócratas al servicio del sector financiero, para tratar de imponernos planes que llevan a la pobreza, a la miseria, a la desocupación y a la destrucción total del aparato productivo del país.

Por lo tanto, creo que el programa de la Alian-za es sumamente claro y pensamos no sólo que se debe cumplir sino también que sé va a cum-plir. En ese sentido, por tradición, los radicales somos y hemos sido siempre sumamente res-petuosos de las normas constitucionales.

Nosotros estamos absolutamente convenci-dos de que las facultades extraordinarias o la iuma del poder público no se pueden conceder bajo ningún punto de vista, porque están termi-nantemente prohibidas por la Constitución; y aquellos que las otorguen son infames traidores a la patria y tienen pena de prisión perpetua.

En consecuencia, estamos hablando de una cosa completamente distinta corno es la dele-gación de facultades por tiempo limitado en materias determinadas de administración o de emergencia pública y de acuerdo con las bases de la delegación que fije el Parlamento.

Por ende, creo que lo que estamos debatien-do tiene que encuadrarse perfectamente en lo dispuesto por la Constitución. En este sentido,

el Poder. Ejecutivo tendrá que remitir a este Congreso un proyecto de ley, solicitando la de-legación de facultades en los aspectos que in-terprete necesarios. Luego, el Parlamento dis-cutirá y le concederá la delegación en aquellos puntos que interprete que sean útiles para el crecimiento del país o para la solución de los problemas que hoy aquejan al gobierno y que requieren una urgente solución.

Esto y hablar de facultades extraordinarias no tiene absolutamente nada que ver. En efec-to, de lo que se está hablando es de mecanis-mos que están en la Constitución, como bien lo dijo el señor senador Villarroel, respecto de los duales evidentemente todos vamos a coincidir.

No obstante ello, es evidente que no vamos a coincidir si, por ejemplo, se envía un proyecto de ley para privatizar el Banco de la Nación, porque todos somos conscientes de que el pa-trimonio del país no se puede seguir "rifando" y de que debemos mantenernos firmes en la de-fensa de los intereses nacionales, en la necesi-dad de una política de crecimiento, en la crea-ción de fuentes de trabajo, en la promoción de las pequeñas y medianas empresas y, sobre todo, en hacer un gobierno al servicio de la produc-ción, tanto de la industria como del sector agro-pecuario.

Esos son puntos indiscutibles e indiscutidos, así como también lo son el defender la educa-ción gratuita, a los docentes y a los trabajado-res, es decir, en una palabra, a todo el pueblo argentino, para no dejarlo indefenso ante el sec-tor financiero, o el establishment financiero, que aplaudió estridentemente en la Bolsa de Comer-cio ante un plan que no tiene nada que ver con los intereses argentinos.

Creo que las cosas son sumamente claras. No es cierto, como se ha dicho desafiando al pueblo argentino, que no hay otra medida más que un nuevo ajuste, porque si el Estado sólo se reservara los aportes que hoy van a parar a las AM'', hoy dispondría de cuatro mil quinientos millones de pesos anuales para solucionar todos los problemas.

Si aquí los tecnócratas no quieren que ese dinero, que es del pueblo y del Estado argenti-no, lo siga administrando el Estado y, en conse-cuencia, pretenden seguir entregándoselo a los bancos a través de las AFJP, para que éstas se lo vuelvan a prestar a la Nación al 16 por cien-to, podemos decir que eso sí, que es gobernar

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para el sector financiero. Eso sí ele es demos-trar a la gente que aquí Solamente se especula con ese sector de intereses y se le da la espalda

• al pueblo argentino. De manera que acá hay soluciones fáciles;

alcanza con reformar un solo artículo de la ley diciendo que los fondos de aquellos que no han optado explícitamente por aportar a una AFJ P quedarán en el Estado, que se calculan en tres mil millones de pesos. Es decir, son mil millones más de lo que se pretendía recaudar con el ajuste de dos mil millones del que habló el ministro anterior renunciante, que duró pocas horas, por-que fue un ministro que hizo un plan a espaldas del pueblo y de la Alianza. Se trató de un plan que, bajo ningún punto de vista, iba a poder su-perar su paso ni en la Cámara de Diputados ni en la de Senadores.

Entonces, creo que la situación es sumamen-te clara. Si se va gobernar al servicio de la pro-ducción, de los sectores industrial y agropecua-rio, de los trabajadores y del pueblo argentino, luchando contra la pobreza y creando fuentes de trabajo, todas las medidas que proponga el Poder Ejecutivo van a ser aprobadas de inme-diato por este Parlamento. Pero si se pretenden medidas para beneficiar a los privilegios del sec-tor financiero, que hoy tienen al país "acogota-do", desde ya creo que esas propuestas no van a ser aprobadas por este Parlamento porque, como dije, con una sola medida solucionamos todos los problemas. Si los tecnócratas no quie-ren aplicar esas medidas, es porque están al servicio de los sectores financieros y no de los intereses del país.

Por lo tanto, entiendo que con las medidas que ya ha anunciado el actual ministro de Eco-nomía y que están dirigidas, entre otros objeti-vos, al servicio del crecimiento del país, a la lu-cha contra la corrupción, al reordenanniento de la Aduana para terminar con todo el contraban-do, y al aumento de los impuestos para que no entren productos en el país que terminen por destruir ala industria argentina, será bienvenido el proyecto que nos remita el Poder Ejecutivo.

Considero que esa línea —la de las bases fija-das por la Alianza—, es la que vamos a apoyar todos los legisladores, porque todos creemos que ha llegado el momento del crecimiento, de de fender la producción, al sector agropecuario, a los educadores, a las universidades, a la ense-ñanza, a los trabajadores y al pueblo argentino.

Además, ha llegado el momento de cortar definitivamente con los intereses del sector fi-nanciero, que ya se ha apoderado de casi todo el país. (Aplausos.) En consecuencia, en esa línea vamos a estar los legisladores.

Como senador de la Nación, termino dicien-do que voy a votar para defender los intereses del país. Pienso que el Poder Ejecutivo y su actual ministro de Economía remitirán los pro-yectos en la línea mencionada, en ese sentido y, en consecuencia, vamos a poder delegar las fa-cultades para que se cumplan esos objetivos.

Sr. Maya. —2,Me puedo incorporar al bloque de Acción por la República? (Risas.) • Sr. Corach. — El señor senador se olvidó de que Cavallo hace- ocho años era ministro de Economía del doctor Menem. (Risas.)

Sr. Presidente (Losada). — Tiene la palabra el señor senador Varizat.

Sr. Varizat. — Señor presidente: creo que st ha adelantado un debate. En efecto, estábamos

• tratando un proyecto de resolución para poder sesionar en forma permanente, es decir, para que todos los senadores estemos dispuestos, a sesionar todos los días y ahora estamos deba-tiendo la concesión de facultades extraordina-rias al Poder Ejecutivo que, por lo que me cons-

• ta, no se han pedido. Según lo que he leído, la prensa ha mencio-

nado que asumiría —o que ya asumió— un minis-tro con superpoderes. Sin embargo, lo único que conozco con superpoderes, son los personajes de historieta. En este sentido, considero que los argentinos debemos esforzarnos para dejar de: tener un gobierno de historieta y empezar a te-ner un gobierno real, que deje de gobernar en la ficción y que comience a afrontar los proble-mas reales con políticas también reales; no con _ intentos-de historieta, como dije recién.

Comparto lo que dijo el señor senador Funes. Creo que no estamos en una situación de emer-gencia sino ante los resultados de una desgra-ciada sucesión de errores de la administración nacional.

Considero que darle facultades extraordina-rias a esta administración nacional, que ha de-mostrado una enorme capacidad para equivo-carse, es incrementar extraordinariamente el riesgo de este país. • Entiendo que el Congreso tiene que abocar-se a revisar mucho más enidadosamente todas las medidas que tome el Poder Ejecutivo, que

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CAMARA DE SENADORES DE LA NAC1ON 20 de marzo de 2001

son las causales de la situación que está vivien-do hoy nuestro país. No ha sido este Parlamen-to el que ha puesto trabas a las políticas que desde diciembre de 1999 se han querido

- instrumentar en el país; son las propias incapacidadeadel gobierno las que trabaron esas políticas, porque este Congreso aprobó todos y cada uno de los proyectos de ley que envió el Poder Ejecutivo a este Senado y a la Cámara de Diputados, aunque no con mi voto favorable ya que yo fui uno de los pocos que se opuso a casi todos los proyectos de ley: al "impuestazo", a la reforma laboral; o sea, a todas las iniciati-vas que aprobó este Congreso y que venían a poner en marcha, a reactivar la economía del país y a terminar con el desempleo.

Por ello, adelanto que no tengo ningún pro-blema en acompañar este proyecto de resolu-ción para sesionar cuantas veces sea necesa-rio, pero me voy a oponer al otorgamiento de concesiones o de poderes especiales al actual Poder Ejecutivo.

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Sr. Presidente (Losada).:— Si no se hace Uso. de la palabra, se va a votar la moción de tratamiento sobre tablas. -

—La votación resulta afirmativa.

Sr. Presidente (Losada). — En considera-ción en general.

Si no se hace uso de la palabra, se va a votar el proyecto con las modificaciones propuestas por el señor senador Yoma.

—La votación resulta afirmativa. —En particular es igualmente afirmativa.

Sr. Presidente (Losada). — Queda aprobada la resolución.' Se procederá en consecuencia.

Como se han cumplido las razones de esta convocatoria, queda levantada la sesión espe-cial.

• —Son las 21 y 30.

'Ver el Apéndice.

4 APENDICE

SANCION DEL HONORABLE SENADO

1 Fijación de días y hora de sesión

—El texto de la resolución aprobada es el siguiente:

El Senado de la Nación RESUELVE'

1° — Fijar la realización de las sesiones ordinarias todos los días de la semana, incluidos sábados y domingos, a las 16 horas, para tratar los proyectos

--, de ley promovidos como consecuencia de la crisis que vive el país.

2° — Determinar que al levantarse cada sesión, por cualquier motivo que fuere, se pasará automá-ticamente a un cuarto intermedio hasta la sesión siguiente.

3° — Facultar al presidente del cuerpo para que, previa consulta con los presidentes de bloque, con-voque a sesión en un horario distinto al indicado en el punto 1° cuando existieren motivos que lo jus-tifiquen.

MARIO A. LOSADA.

Juan C. Oyarrún.

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r Imprenta del Congreso de la Nación