CAMINANDO HACIA LA INMORTALIDAD

Fredy Delgado

CAMINANDO HACIA LA INMORTALIDAD

Fredy Delgado

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“Pero dirá alguno: ¿Cómo resucitarán los muertos? ¿Con qué cuerpo

vendrán?”… “Y hay cuerpos celestiales, y cuerpos terrenales; pero

una es la gloria de los celestiales, y otra la de los terrenales”… “Así

también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma

viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante.”… “Pero esto digo,

hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de

Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción.”… “Porque es

necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal

se vista de inmortalidad.”… “Así que, hermanos míos amados, estad

firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre,

sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.” (1

Corintios 15:35-58).

Inmortal, del lat. Immortālis. Adj. Que no puede morir. El adjetivo

afthartos, traducido «inmortal» en 1 Ti 1.17 (RV, RVR, RVR77,

VM,), no tiene este significado, sino que significa “incorruptible”.

Lo mismo sucede con el nombre aftharnasia, traducido

“inmortalidad” en Ro 2:7; 2 Ti 2:10, y que significa incorrupción.

“Estado de una cosa que no se corrompe. Pureza de vida y santidad

de costumbres, referida especialmente a la justicia y a la castidad”

Cuando Dios le dio vida al hombre, era con un fin no solo de

adoración sino de reproducción e inmortalidad. El hombre tenía de

todos los frutos del campo uno muy especial, el más importante de

todos. Es fruto de vida eterna del cual no pudo gozar por su

desobediencia. Dios le había dicho que podía comer de todo fruto

del campo, la única condición que había era que no podía comer del

fruto del árbol que se encontraba en medio dl huerto. “Y dijo Dios:

He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre

toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os

serán para comer” (Gn 1:29).

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En el huerto había dos árboles que tenían dos frutos importantes:

1. Fruto de la muerte o del conocimiento (árbol de la ciencia del

bien y del mal)

2. Fruto de la vida eterna o de la inmortalidad.

Las características importantes que la mujer vio en el fruto del árbol

del conocimiento, la cual llamaron su atención y le segaron. Digo

del conocimiento porque dice el texto “Árbol codiciable para

alcanzar la sabiduría” (Génesis 1:6). Lo que vio la mujer de este

árbol fueron tres aspectos que cambiarían su vida para siempre:

Ella vio que el árbol era bueno para comer.

Ella vio que este fruto era agradable a los ojos.

Ella vio que era codiciable para alcanzar la sabiduría.

La consecuencia de la desobediencia fue la vergüenza y el castigo

mortal.

El hombre y la mujer no se dieron cuenta que en todo el huerto no

solo estaba el fruto que le causaría la muerte. Allí en ese huerto

estaba un fruto especial, estaba el fruto más importante de todos,

estaba el fruto que daría la inmortalidad, el fruto de vida eterna: “Y

dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros,

sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y

tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre.”

(Génesis 3:22).

Ya sabemos que la mujer y el hombre fueron castigados por su

desobediencia y sabemos del resultado de esa desobediencia, la

destitución de la gloria de Dios. “Por cuanto todos pecaron, y están

destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:23). La muerte paso a

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todos los hombres: “Por tanto, como el pecado entró en el mundo

por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos

los hombres, por cuanto todos pecaron.” (Romanos 5:12).

Lo mismo nos pasa a nosotros en este tiempo de hoy en día, vemos

en este mundo muchas cosas buenas y agradables. Vemos la codicia

en el diario vivir, hacemos lo que sea para alcanzar nuestras metas y

en este desenfreno hacemos participes a muchas personas. Tal como

hizo Eva con su compañero, su marido. En muchas ocasiones

llamamos a lo malo bueno y a lo bueno malo, seguimos o vivimos

en este mundo sin interesarnos por el fruto de vida.

Yo quiero que te enfoques en la vida que usted querido amigo llevas

hoy. Quizás andas desorientado o quizás piensas que lo tienes todo,

déjame decirte que hay algo mejor que Dios te está ofreciendo en

estos momentos, Dios te está ofreciendo el pan de vida eterna, este

pan maravilloso se llama Jesús: “Jesús les dijo: Yo soy el pan de

vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no

tendrá sed jamás.” (Juan 6:35) Este pan descendió del cielo y da

vida al mundo, da vida a los que ponen sus ojos en él y comen de

este pan.

Si alguno come de este pan vivirá para siempre, si alguno come del

pan que descendió del cielo para ser entregado para que el mundo

tenga vida e inmortalidad futura.

Pero no todos lo han recibido, y los que no lo han recibido son los

que esta como Eva, encantados con los placeres y frutos de la carne

que les ofrece este mundo, que son los siguientes: “ Y manifiestas

son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación,

inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos,

celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios,

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borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales

os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican

tales cosas no heredarán el reino de Dios.” (Gálatas 6:19-20).

Los que viven en la carne, hacen las cosas de la carne, Jesús enseño

de esto: “Lo que es nacido de la carne, carne es” (Juan 3:6). Los

seres humanos están hechos de carne “de la tierra” “El primer

hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre, que es el Señor,

es del cielo.” (1 Cor. 15:47). Esto significa que el primer hombre

terrenal o de la tierra, que su existencia es totalmente física y

química, temporal. Él depende del aire, del alimento y del agua para

sobrevivir. Privado de tan sólo uno de esos elementos, usted no

viviría mucho. Pero el segundo es inmortal.

Yo te invito a que busques y entregues tu vida al único que tiene

inmortalidad: “el único que tiene inmortalidad, que habita en luz

inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver, al

cual sea la honra y el imperio sempiterno” (I Timoteo 6:16).

Hay una necesidad apremiante para tu vida, entrega tu vida a Jesús,

él es quien da de comer el pan de vida, el es nuestro pan de vida. El

nos ofrece la inmortalidad, este es el único camino para la vida

eterna: “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie

viene al Padre, sino por mí.” (Juan 14:6).

El apóstol Pablo le dijo a la iglesia en Corinto que era “necesario

que… esto mortal (sus cuerpos) se vista de INMORTALIDAD” (1

Corintios 15:53-54). Todo esto no se consigue aquí en la tierra, ya

que aquí somos seres mortales. Pero somos muchos en todo el

mundo que estamos caminando hacia la inmortalidad, Jesús nos la

dará en la resurrección. Sabemos que tenemos que morir, pero una

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cosa es segura estamos caminando hacia la inmortalidad, agarrados

d la mano de nuestro gran Dios y salvador Jesús Cristo.

Esta pregunta la hizo el apóstol Pablo a los Corintios: “Pero dirá

alguno: ¿Cómo resucitarán los muertos? ¿Con qué cuerpo vendrán?”

(1 Cor. 15:35).

Y la respuesta es muy clara querido amigo, tienes que morir al

pecado, tienes que nacer de nuevo, para que seas nueva criatura:

Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el

que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de

Dios. Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo

viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su

madre, y nacer? Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo,

que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar

en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo

que es nacido del Espíritu, espíritu es. No te maravilles de que

te dije: Os es necesario nacer de nuevo. (Juan 3:3-7).

“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las

cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.” (1 Cor.

5:17).

Cuando hagas todo esto, vendrá entonces la muerte inevitable,

muerte que está establecida por Dios: “Y de la manera que está

establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de

esto el juicio” (Hebreos 9:27).

La promesa de Dios es que en la resurrección Dios nos dará cuerpos

celestiales e inmortales: “Y hay cuerpos celestiales, y cuerpos

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terrenales; pero una es la gloria de los celestiales, y otra la de los

terrenales.” (1 Cor. 15:40).

Si usted quiere esta inmortalidad, se hace necesario que te bautices

en el nombre de Jesús (Hechos 2:8). Porque la carne y la sangre

corrupta, no pueden heredar el reino de Dios. (1 Cor. 15:52). Todos

los que somos bautizados en el nombre de Jesús, pasamos de vivir

una vida en la carne a vivir una vida espiritual, por eso no habrá

condenación para los que están en Jesús: “Ahora, pues, ninguna

condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no

andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.” (Romanos

8:1).

La palabra inmortalidad se usa varias veces en la Biblia, y en cada

caso describe una futura recompensa condicional para los que en

esta vida caminan fielmente en los pasos de nuestro Dios y salvador

Jesús Cristo. Hay una esperanza de una futura vida, según la Biblia,

consideraremos estas escrituras que se refieren a aquellos cuya

esperanza es de ser exaltada a la inmortalidad con el Señor Jesús:

“Vida eterna a los [en Cristo] que, perseverando en bien hacer,

buscan gloria y honra e inmortalidad.” (Romanos 2:7).

Este texto muestra que la inmortalidad no es una posesión ahora de

aquellos en Jesús Cristo, sino más bien que es algo que debe ser

buscado, “perseverando en bien hacer.” “Esto corruptible se vista de

incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad.” (1 Corintios

15:53).

Aquí se nos dice que la inmortalidad es una calidad, que, si ha de ser

poseída alguna vez, debe “vestirse.” Claramente el Apóstol dice que

ahora somos seres “mortales”. El siguiente versículo dice: “Y

cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto

mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la

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palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria.” Y la única

forma de vestirse de Jesús es mediante el bautismo en su nombre:

“porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo

estáis revestidos.” (Gálatas 3:27).

“Pero que ahora ha sido manifestada por la aparición de

nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó a

luz la vida y la inmortalidad por el evangelio.” (2 Timoteo

1:10).

Esto demuestra, además, que toda la esperanza de vida e

inmortalidad está centrada en Jesús y con su obra de redención. El

arrepentimiento, la conversión y la obediencia del evangelio.

Es evidente que el cuerpo fue hecho mortal y que en la segunda

etapa a través de Jesús Cristo será transformado en incorruptible e

inmortal:

“Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente

no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha

de manifestarse. Porque el anhelo ardiente de la creación es el

aguardar la manifestación de los hijos de Dios. Porque la

creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad,

sino por causa del que la sujetó en esperanza; porque también

la creación misma será libertada de la esclavitud de

corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios. Porque

sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con

dolores de parto hasta ahora; y no sólo ella, sino que también

nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu,

nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos,

esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo. ” (Ro

8:18–23).

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“Y hay cuerpos celestiales, y cuerpos terrenales; pero una es la

gloria de los celestiales, y otra la de los terrenales…. Porque

es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y

esto mortal se vista de inmortalidad. … Así que, hermanos

míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra

del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no

es en vano.” (1 Cor 15.40-58).

“Más nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también

esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo” (Flp 3.20).

“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Sin embargo, bien

hicisteis en participar conmigo en mi tribulación. Y sabéis

también vosotros, oh filipenses, que al principio de la

predicación del evangelio, cuando partí de Macedonia,

ninguna iglesia participó conmigo en razón de dar y recibir,

sino vosotros solos; pues aun a Tesalónica me enviasteis una y

otra vez para mis necesidades. No es que busque dádivas, sino

que busco fruto que abunde en vuestra cuenta. ” (1 Ts 4:13–

17).

Por eso queridos hermano les insto a seguir peleando la buena

batalla, seguir hacia adelante sirviendo con toda reverencia a nuestro

Dios y salvador Jesús.

Recuerda que este premio no tiene comparación “La inmortalidad”

La vida eterna.

Dios les siga bendiciendo.

Fredy Delgado

(Pastor y Teólogo).