Burman 2011. Yatiris en El Siglo 21-Libre (7)

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Nuevo Mundo Mundos Nuevos Debates ................................................................................................................................................................................................................................................................................................ Anders Burman Yatiris en el siglo XXI. El conocimiento, la política y la nueva generación ................................................................................................................................................................................................................................................................................................ Advertencia El contenido de este sitio está cubierto por la legislación francesa sobre propiedad intelectual y es propiedad exclusiva del editor. Las obras publicadas en este sitio pueden ser consultadas y reproducidas en soporte de papel o bajo condición de que sean estrictamente reservadas al uso personal, sea éste científico o pedagógico, excluyendo todo uso comercial. La reproducción deberá obligatoriamente mencionar el editor, el nombre de la revista, el autor y la referencia del documento. Toda otra reproducción está prohibida salvo que exista un acuerdo previo con el editor, excluyendo todos los casos previstos por la legislación vigente en Francia. Revues.org es un portal de revistas de ciencias sociales y humanas desarrollado por Cléo, Centre pour l'édition électronique ouverte (CNRS, EHESS, UP, UAPV). ................................................................................................................................................................................................................................................................................................ Referencia electrónica Anders Burman, « Yatiris en el siglo XXI. El conocimiento, la política y la nueva generación », Nuevo Mundo Mundos Nuevos [En línea], Debates, Puesto en línea el 30 mayo 2011, consultado el 11 enero 2013. URL : http:// nuevomundo.revues.org/61331 ; DOI : 10.4000/nuevomundo.61331 Editor : EHESS http://nuevomundo.revues.org http://www.revues.org Documento accesible en línea desde la siguiente dirección : http://nuevomundo.revues.org/61331 Document generado automaticamente el 11 enero 2013. © Tous droits réservés

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Burman 2011. Yatiris en El Siglo 21

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  • Nuevo Mundo MundosNuevosDebates................................................................................................................................................................................................................................................................................................

    Anders BurmanYatiris en el siglo XXI. El conocimiento,la poltica y la nueva generacin................................................................................................................................................................................................................................................................................................

    AdvertenciaEl contenido de este sitio est cubierto por la legislacin francesa sobre propiedad intelectual y es propiedad exclusivadel editor.Las obras publicadas en este sitio pueden ser consultadas y reproducidas en soporte de papel o bajo condicin deque sean estrictamente reservadas al uso personal, sea ste cientfico o pedaggico, excluyendo todo uso comercial.La reproduccin deber obligatoriamente mencionar el editor, el nombre de la revista, el autor y la referencia deldocumento.Toda otra reproduccin est prohibida salvo que exista un acuerdo previo con el editor, excluyendo todos los casosprevistos por la legislacin vigente en Francia.

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    Referencia electrnicaAnders Burman, Yatiris en el siglo XXI. El conocimiento, la poltica y la nueva generacin, Nuevo MundoMundos Nuevos [En lnea], Debates, Puesto en lnea el 30 mayo 2011, consultado el 11 enero 2013. URL: http://nuevomundo.revues.org/61331; DOI: 10.4000/nuevomundo.61331Editor : EHESShttp://nuevomundo.revues.orghttp://www.revues.orgDocumento accesible en lnea desde la siguiente direccin : http://nuevomundo.revues.org/61331Document generado automaticamente el 11 enero 2013. Tous droits rservs

  • Yatiris en el siglo XXI. El conocimiento, la poltica y la nueva generacin 2

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    Anders Burman

    Yatiris en el siglo XXI. El conocimiento, lapoltica y la nueva generacinIntroduccin

    1 El 12 de octubre del 2006, 514 aos despus del arribo de Cristbal Coln, los yatiris aymaras curanderos y sabios encabezaron una marcha de activistas indgenas por las calles deLa Paz, Bolivia. Su meta era la Plaza de los Hroes, donde se haba preparado un escenariopara que el gobierno de Evo Morales se dirigiera a la gente en un momento de tensinnacional. Haba rumores, incluso, de un golpe de estado. Bajo la lema De la resistenciaal poder, un encuentro de pueblos indgenas patrocinado por el gobierno boliviano habareunido a delegaciones internacionales para talleres, seminarios y prcticas ceremonialesconjuntas durante cuatro das.1 La procesin por las calles de La Paz fue una de las partes msespectaculares del encuentro y en el centro de los acontecimientos estaban los yatiris. Humode insinsu (incienso) y kupala (copal) suba de sus braseros mientras se movan por las calles.Cuando la procesin lleg a la plaza, los yatiris se alinearon en la primera fila ante el escenario.Sus movimientos eran seguidos por una muchedumbre de fotgrafos de prensa. La plaza prontose llen de gente. La emocin se intensific y las wiphalas se elevaron cuando Evo Moralesfinalmente apareci en el escenario y se dirigi a la multitud. En su discurso, el Presidente dijoque para descolonizar a Bolivia asumimos una conducta, una conducta de seguir el caminode nuestros antepasados; decidimos hacer una revolucin democrtica-cultural

    2 Ese da no fue ni la primera ni la ltima vez que los yatiris aymaras acompaaban al Presidenteen la construccin de esa revolucin. Obviamente, el oficio del yatiri est pasando portransformaciones interesantes. Pero cul es realmente el papel que juegan el conocimientoteraputico y la prctica ritual de los curanderos y sabios indgenas en este proceso y comose debe entenderlo? En este ensayo etnogrfico veremos como el entrelazamiento de lasprcticas polticas/gubernamentales y rituales/curativas nos ofrece una lectura alternativa delas dinmicas polticas y culturales de la sociedad boliviana actual.

    Yatiri como oficio3 En la sociedad aymara existen muchos trminos para referirse a los hombres y las mujeres que

    son especialistas en rituales y curaciones. A parte de la variedad de trminos en castellano paranombrar a esos especialistas (por ejemplo curandero, espiritista, maestro y el trminodespectivo brujo) los trminos ms comunes son yatiri, chamakani, qulliri, y amawta.

    4 Yatiri, literalmente, significa la persona que sabe y es un trmino general y comn conreferencia a un especialista que lee2 hojas de coca y pasa misas rituales a los achachilas(ancestros masculinos) y las awichas (ancestros femeninos)para conseguir salud, buena suerte,buenas cosechas y prosperidad. Tambin ejecuta rituales de curacin y limpieza.

    5 Chamakani significa literalmente dueo de la oscuridad y se dice que est en otro caminoritual, diferente al del yatiri. Durante sus sesiones nocturnas, el chamakani convoca aespritus conocidos como aphallas que se apoderan de su cuerpo y su voz3. Esos espritushablan a travs del chamakani emitiendo mensajes del otro lado. Por su relacin con laoscuridad, el chamakani infunde respeto y hasta miedo y suele ser confundido con el layqa,el brujo maligno. Pero el chamakani busca ayudar a la gente y no hacerles dao.

    6 Qulliri significa literalmente curandero; proviene de la palabra qulla. Mientras el yatiri y elchamakani trabajan con las dimensiones espirituales de la existencia y la salud humanas, elqulliri suele curar enfermedades corporales con medicinas naturales. Las prcticas del yatiriy el qulliri se confunden y muchos yatiris mantienen que un verdadero yatiri tambin debetener un conocimiento cabal de las prcticas curativas del qulliri. En la dcada de los aossesenta, Carter y Mamani indicaron que el qulliri tiene mayores conocimientos que el yatiri,

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    y los qulliri son de mayor edad y de bastante ms experiencia4; no obstante, en la actualidadla situacin es a la inversa, por lo menos en El Alto y en La Paz.

    7 Generalmente se coloca a los amawtas en el puesto ms alto de la jerarqua de especialistasy su denominacin se suele traducir como sabio y a veces como filsofo. Montes relatauna leyenda que manifiesta el significado de las dimensiones cosmolgicas y simblicas delos amawtas:

    [] unos amawtas se dirigan a rescatar al Inca Atahualpa, cautivo de los espaoles. En eltrayecto un chaski5 les comunic que Atahualpa haba muerto. Ante el horror de la noticia, lossabios quedaron petrificados en el acto, y no recobrarn su forma hasta que el Inca regrese.6

    8 El trmino amawta, aunque es raro en muchas regiones rurales7, ha sido reivindicado por losyatiris de compromiso indianista-katarista8 de El Alto y La Paz debido a la posicin especialdentro de la jerarqua de especialistas que ocupa y por su relacin ntima con el pachakuti9 o,como Montes relata en la leyenda, el regreso del inca10. Es interesante que la mayor partede los especialistas ms tradicionales en los ayllus y comunidades rurales, se refieren a smismos generalmente como maestro/maestra, kurantiru/kurantira, o yatiri, mientras muchosespecialistas urbanos se ven a si mismos como amawtas. Actualmente, en La Paz y El Alto hayuna multiplicacin de amawtas y existe controversia entre los especialistas sobre quien puedellegar a ser amawta o quien puede designarlos. Un especialista de El Alto que se presentcomo amawta me dijo una vez: Estos das hasta los perros se dicen amawtas.

    9 En este artculo he decidido llamar yatiris a todos los que son reconocidos especialistas en laprctica de rituales y curaciones. Aunque el trmino puede ser usado para referirse a una claseespecfica de especialistas aymaras, a menudo se lo usa tambin como un trmino general parareferirse al gnero de curanderos y sabios aymaras en su conjunto, y en ese ltimo sentidolo uso aqu.

    10 Junto a los yatiris se encuentran los soldados. Son los aprendices y ayudantes de los yatiris11.El trmino soldado aparece en 1621 en la descripcin que hace Arriaga en su Extirpacinde la idolatra del Per: [E]n diferentes Ayllos y parcialidades, ay diferentes maestros ();y cada uno tiene diferente discpulos, y soldados12.

    11 Los yatiris y los soldados se diferencian del resto de la gente por el chimpu (la marca o sealque evidencia su vocacin espiritual) que presentan. Hay un gran nmero de chimpus queindican que quien los presenta est destinado a ser yatiri y marcan su especialidad en cierto tipode rituales. Algunos chimpus son considerados directos, es decir no dejan lugar a dudas, sinoimponen el oficio de yatiri a la persona que los manifiesta. Los chimpus pueden tomar la formade marcas corporales o anormalidades; por ejemplo: las personas que nacen con seis dedosen las manos o los pies (suxtalla); con lunares que tienen formas especiales o que aparecen enciertos lugares del cuerpo (cerca de los ojos, indicando la habilidad de ver cosas que otros noven). Existe un chimpu,conocido como santi (labio leporino), que est asociado con el rayo. Sedice que el rayo divide y as confiere poder13 y en consecuencia, cuando alguien nace con labioleporino es porque ha sido expuesto a un golpe suave de rayo durante la gestacin. Un golpede rayo ms severo puede dividir el feto en dos partes y marca uno de los ms claros chimpus:nacer como ispa (mellizos o gemelos). Esto est relacionado con otro chimpu,conocido comop kakasa o kimsa kakasa,que se refiere a nacer con dos o tres coronas en la cabeza. Los yatirisindican que los bebs que nacen con dos o tres coronas deban haber nacido como mellizoso trillizos y se perciben como tales.

    12 Los chimpus no siempre aparecen como marcas corporales; pueden tambin manifestarseen circunstancias especiales que rodean el nacimiento, como nacimientos en podlica(kayulla) o ciertos fenmenos naturales. Tambin existen chimpus relacionados con incidentesextraordinarios en la vida de las personas que llegan a ser yatiris. Pueden referirse a unaenfermedad severa de la cual la persona se recupera generalmente a travs de su propiotratamiento o el de un yatiri y representa muerte y resurreccin, como algunos yatirisindican14. Esta categora incluye el chimpu ms imponente e incontestable: rayu purita; esdecir recibir la descarga de un rayo y sobrevivir. El riesgo de ser alcanzado por un rayo esmuy real en el altiplano y ocasionalmente la gente, los animales y las casas son alcanzados por

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    los rayos. Pocas personas vuelven a la vida despus de recibir esa descarga. Y si el impactoes observado por alguien, se dice que la persona que recibe la descarga morir a no ser que elobservador haya tambin recibido una descarga en su vida. Como si se tratara de una relacinntima, una transaccin secreta de sabidura y poder, el impacto del rayo que convierte a unsobreviviente en yatiri, slo puede ser presenciado por alguien que ya practica el oficio y queya tiene el chimpu del rayo.

    13 En el campo y en los barrios marginales de la ciudad donde la vida espiritual y ritual a menudosigue centrada en el yatiri, la gente busca atentamente los chimpus que el recin nacido puedatener, especialmente si el parto es atendido por una partera tradicional o un yatiri. Se dice quesi se ignora la presencia de un chimpu los achachilas y las awichas que lo enviaron puedenrecordarle su significado a quien lo ha recibido y si ste no responde puede ser castigado, porejemplo, con una descarga de rayo letal.

    14 La historia de doa Nieves nos ilustra la importancia del rayo: Cuando era todava una nia,mientras pastaba las ovejas de su familia en la regin de Pacajes, Nieves fue alcanzada porun rayo, haciendo que su chimpu fuera rayu purita. Pero, despus de reponerse de ese evento,Nieves no respondi al llamado. Aunque conoca el mundo de los rituales porque su to erayatiri, no tena inters en llegar a ser yatiri y se decidi por una vida ms ordinaria. Pero elrayo no se dio por vencido. Cuando doa Nieves era ya una mujer madura, el rayo volvi aalcanzarla. Y esta vez, despus de recobrar su salud, hizo caso al llamado. Actualmente esuna yatiri reconocida.

    15 En la ciudad, el riesgo de ser alcanzado por un rayo es menor y entre los aymaras migrantes desegunda o tercera generacin, los chimpus tampoco son observados con tanto cuidado comoen el campo. He encontrado soldados urbanos que no conocan sus chimpus ni su significadoantes de acercarse a los yatiris. Slo entonces comprendieron el significado de sus chimpus ypor qu sus padres los trataban de manera especial y por qu sus hermanos tenan prohibido porsus padres hacerles llorar; era para evitar las consecuencias catastrficas que podran seguirsi el nio perda el control sobre sus poderes innatos. Un yatiri indica: Si alguien hace llorara esos nios, pronto toda la familia va a llorar porque son los hijos de los achachilas y laPachamama.

    16 Aunque el oficio del yatiri est asociado con la tradicin y los tiempos antiguos, y es rechazadopor los evangelistas que predican entre los aymaras en la ciudad y el campo, sera incorrectopensar que los yatiris y sus rituales son algo anticuado y obsoleto. Como veremos, el papel delyatiri est adquiriendo un nuevo significado en el momento actual de cambio social y culturalque atraviesa la sociedad boliviana. Pero el yatiri confiere tambin coherencia cosmolgica,significado y continuidad cultural en ese mundo aymara cambiante, tanto en el campo comoen la ciudad.

    El conocimiento y la prctica del yatiri17 El mundo aymara est pobladode espritus (ajayu) y los yatiris son los especialistas en

    relacionarse con ellos. Como Carter y Mamani escriben en su libro sobre la comunidad IrpaChico:

    Para el irpachaqueo, el mundo de los espritus es tan real y ubicuo como el mundo de loshombres. Su comunidad no est solamente rodeada de espritus; est totalmente invadida porellos.15

    18 De estos espritus dependen la salud y la vida de los seres humanos. La mayor parte de losespritus --como pueden ser del rayo, la tierra, los lagos, los ros o las montaas-- se concibencomo los espritus, los ajayus, de los ancestros: achachilas (abuelos) o awichas, o a vecesawilitas (abuelas). Existen lugares sagrados (waka) en el paisaje andino donde esos espritusse concentran y donde se les puede invocar y buscar su proteccin en prcticas rituales en lasque se hacen ofrecimientos de hojas de coca, alcohol, incienso, cigarrillos, o ofrecimientosms complejos que se conocen como luqtas, waxtas o misas. Hay wakas que son especialespara ciertas prcticas curativas; para llamar la lluvia; para la fertilidad humana o agrcola y laprosperidad, la proteccin contra la helada y el granizo y, la consagracin de yatiris, etc.

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    19 Carter y Mamani han descrito el mundo espiritual aymara como un sistema de animismopolimrfico16 y caracterizan la variedad de espritus como un panten abierto y en constanteproceso de crecimiento17. El crecimiento del panten aymara ha ocurrido a travs de laincorporacin de vrgenes y santos de la iglesia catlica y Jisukristu mismo. Pero stos no sonmeramente aadidos al panten preexistente, sino que se confunden con ciertos achachilas yawichas y adoptan algunas de sus caractersticas. Por ejemplo, hablar de Santiago es referirsea qixu qixu o a Illapa (el rayo) y viceversa y, aunque la imagen de Santiago estaba asociadacon el rayo tambin en la Espaa medieval, su contraparte andina tiene poco que ver con labiografa del santo ibrico18. Existe una tendencia entre los yatiris de tendencia indianista-katarista a purgar su panten de las influencias catlicas, pero para la mayora de los aymarasno hay contradiccin en reconocer a los santos y los achachilas as como a las vrgenes juntoa la Pachamama.

    20 Hablar de espritu en el mundo aymara es hablar de ajayu.Ajayu es el prerrequisito para eldesarrollo de la vida y de todas las formas de existencia. Donde hay ajayu hay vida y viceversa.Pero el ajayu no es el espritu dentro de la mquina en un sentido cartesiano; su relacin conel cuerpo es algo ms complejo. Tampoco es un alma en el sentido de una esencia espiritualpermanente y estable. No es algo fijo que una persona tiene; sino una cualidad dinmica quepermea el ser viviente. La salud de una persona depende en gran parte de la condicin delajayu.

    21 El concepto de ajayu ha sido sujeto de indagacin etnogrfica19. Los resultados sonheterogneos y hasta contradictorios. Hay acuerdo en que ajayu incluye varias cualidades oesencias que, en nmero, varan de tres a cinco; aunque la nomenclatura vara. Bastien serefiere al espritu como animo20; Huanca habla de ajayu, jaayu y animu21; y Fernndezindica que, segn los yatiris y chamakanis de la regin de Omasuyus, existen tres sombras:ajayu, animu y kuraji22. Orta se refiere a ajayu, animu, kuraji y alwa23; y Carter habla de cincoalmas: ajayu, anima, jaayu, qamasa y coraje24.

    22 Aunque el ajayu de la persona no est ubicado en una parte especfica del cuerpo, est msinmediatamente relacionado con ciertas partes del cuerpo humano que con otras. El corazn(lluqu) y los pulmones (chuyma) estn relacionados con el advenimiento y la proliferacin dela vida y, consecuentemente, con el ajayu. Pero los ajayus estn por todas partes; no es solo unacuestin humana. Estn presentes en cada lugar del paisaje, en todos los seres, en el cuerpo y lamente. Lo que generalmente se nombra como deidades andinas en la etnografa, no son sinodiferentes ajayus que permiten y supervisan el curso de la vida en todas sus manifestaciones.Por eso se los conoce tambin como ajayus uywiris (espritus protectores y generadores).

    23 Los ajayus se alimentan de los olores y del humo. Por eso, los rituales aymaras estnorganizados para alimentar a los ajayus a travs de la quema de elementos vegetales, mineralesy animales. Los olores y el humo son medios de comunicacin rituales, elementos queposibilitan el establecimiento y la mantencin de la relacin con los ajayus, haciendo que lavida fluya, se intercambie y se entremezcle. Los ajayus de los seres humanos son parte de esteflujo de la vida y de la cadena de la alimentacin y tambin se nutren de los olores y el humo.

    24 En este sentido se piensa tambin que los malos olores y los humos txicos, frecuentes en lavida urbana, cortan los lazos que comunican los ajayus de los seres humanos con las redes deajayus ms amplias. Una crtica substancial a la vida urbana moderna y a la contaminaciny, por extensin, al colonialismo se articula as en la interseccin de la cosmologa aymara,el pensamiento indianista-katarista y el discurso ambientalista. Un yatiri en la ciudad de ElAlto lo articula as: Por la contaminacin (), la gente de hoy, los que vivimos en la ciudadpareciera que no tenemos ajayu. Es como si estara la gente borracho o perdidos de su ajayu.

    25 Cuando hablan en castellano, muchos yatiris dicen estar conectados con los ajayus uywiris.Al comienzo, yo pens que esa conexin significaba alguna clase de relacin entre dos oms entidades. Sin embargo, cuando me di cuenta de que los yatiris usan trminos comomayisthapita o mayachata con relacin a esa conexin que se establece, mi comprensincomenz a cambiar. Siendo derivadas de la palabra aymara maya, es decir uno, mayisthapitay mayachata sugieren ser uno. Estar conectado a los ajayus uywiris, entonces, significallegar a ser uno con ellos.

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    26 Sin embargo, mayisthapita no se refiere solamente a la unidad con los ajayus uywiris.Tambin puede referirse a la unificacin con los espritus extraos, anqha ajayus. Unapersona amigable, saludable y socialmente integrada, muestra su relacin de unidad con losajayus uywiris. Y, por el contario, una persona agresiva, enferma y antisocial est en unarelacin de unidad con los anqha ajayus. Pero estos espritus no son considerados totalmentemalignos; tienen su propia manera de relacionarse y hay que saber relacionarse con ellos.Por eso hay yatiris. No se puede confiar en los anqhas y, como tienen la aptitud de causardesgracias, a veces son comparados con los opresores blancos, los qaras, porque son abusivos,explotadores y ajenos. El colonialismo no introdujo los anqhas en el mundo aymara; ellosexistieron siempre. Ciertos yatiris se refieren a un orden inverso del mundo en la antigedad,a una poca de la oscuridad (chamak pacha), cuando los anqhas y otros espritus extraoseran los amos del mundo. Cuando el mundo como lo conocemos actualmente fue establecido,estos espritus fueron condenados a un mundo subterrneo, pero no desaparecieron. Como enel pasado, se dice, la gente estaba relacionada muy cercanamente con los ajayus uywiris, losanqhas estaban controlados. De acuerdo con muchos yatiris, las atrocidades del colonialismocortaron las conexiones entre la gente aymara y sus uywiris protectores y satanizaron a losanqhas de tal manera que perdieron toda conexin con la gente aymara. Esto hizo quelos anqhas se volvieran contra la gente y realmente se convirtieran en los demonios queactualmente se piensa que son. Donde los vnculos con los ajayus uywiris estn fracturados, losanqhas no dudan en establecer nuevos lazos, pero en sus trminos, y as causan enfermedad.

    27 Como he indicado ms arriba, no se debe concebir al ajayu como una entidad permanente yfija. No slo es capaz de unificarse con otros espritus; sino que puede tambin abandonar elcuerpo humano a causa de un susto. Gran parte del trabajo de un yatiri consiste en ritualmentellamar de vuelta a ajayus que han sido perdidos. Los yatiris indican que los ajayus puedenperderse ms fcilmente si los lazos con los uywiris han sido interrumpidos y, generalmente,el ajayu es atrapado en un lugar especfico y por algn elemento preciso. Lo primero que haceun yatiri para tratar la prdida de ajayu, o ajay sarqata25como se suele llamarlo en aymara,es identificar el lugar donde la persona fue asustada y, usando hojas de coca, decide si fueatrapado por la tierra, una roca, el agua, etc. y segn la diagnosis, el yatiri toma medidas paracurar.

    28 La idea de prdida del alma debido al susto es conocida por datos etnogrficos a travsde Amrica Latina26. La idea de prdida del ajayu en el mundo aymara ha sido estudiadapor Fernndez, Orta, Carter y otros27, que explican que el susto se experimenta como unafuerza personificada que acta sobre la persona. La idea de ajay sarqata est extendida portoda la regin andina de Bolivia y sus causas y consecuencias son bien conocidas por lagente tanto en el campo como en las ciudades. Pero, como no existe consenso --popularo acadmico-- sobre los diferentes componentes del ajayu, tampoco hay acuerdo sobre suprdida. Sin embargo, est claro que diferentes componentes del ajayu pueden abandonar elcuerpo. Y, de acuerdo con el componente que se pierda, son diferentes las consecuencias.En todos los casos de prdida, los sntomas fsicos de enfermedad tales como fiebre, dolory erupciones en la piel pueden ser signos de desorden espiritual. Pero ajay sarqata puedetener consecuencias ms profundas. Ya he indicado que los vnculos destruidos con los ajayusuywiris son re-establecidos por los anqhas en sus propios trminos. Lo mismo ocurre con elajayu que se pierde. El espacio vacante dejado por un ajayu puede ser ocupado por un esprituajeno que comienza a influir en la persona hacindole pensar, hablar, sentir y actuar de manerasextraas. El espritu extrao puede llegar a apropiarse totalmente de la persona haciendo que lapersona viva la existencia patolgica de un anqha con una visin ilusoria de la realidad, lejosde la red generadora y acumuladora de vida que se establece con los ajayus uywiris. Una partefundamental de la prctica teraputica de un yatiri consiste consecuentemente en limpiarpersonas de extraas influencias y expulsar anqhas de sus cuerpos.

    29 Ajay sarqata es entonces una sola enfermedad concebida en trminos de prdida eimposicin. Debido a que el colonialismo tambin es percibido y expresado en trminosde prdida e imposicin, he argumentado28 que ajay sarqata es una forma de entender lasnociones aymaras del colonialismo. El colonialismo se entiende aqu en un sentido amplio:

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    tanto una herencia de la colonia espaola como los mecanismos que constante y actualmentereproducen relaciones asimtricas de poder bajo la dominacin de una modernidad colonial yeurocntrica29.30 Para que el anqha se apodere totalmente de una persona ella debe primeroperder su ajayu. De igual manera que, para que el colonialismo se imponga en la forma deun ser colonizado, la persona debe primero perder su ser propio. Al describir cmo susancestros perdieron sus ajayus con la llegada de los conquistadores, un yatiri junta la idea deajay sarqata con el colonialismo:

    30 Nuestros ancestros jams han visto reventar un arma, un can etctera. () con ese susto loshan hecho espantar sus ajayus () Se han perdido realmente al ver cosas extraas que nuncahan visto. Y tambin las personas eran para ellos muy extrao (), jams en su vida ellos hanvisto. Entonces, con este susto no saban qu hacer. Entonces (), perdieron su ajayu

    31 Mientras la mayora de los yatiris, tanto en el mbito urbano como en el rural, siguen curandoa la gente en una manera ms convencional y tradicional relativamente lejos de los mbitospolticos, hay un creciente nmero de yatiris que estn involucrados en el activismo indianista-katarista y, desde 2006 y la llegada al poder de Evo Morales, en la poltica gubernamental.Desde ah ofrecen lecturas interesantes sobre el colonialismo y la descolonizacin, y tambintoman medidas concretas para curar, es decir descolonizar, al Estado boliviano.

    El yatiri en el campo poltico32 Segn los yatiris, no slo los seres humanos, sino tambin los lugares y los espacios pueden

    enfermarse a causa de los espritus extraos. Asimismo, tanto las personas como los lugarespueden y deben ser curados. Uno de los yatiris con quienes he trabajado ms cercano es donCarlos Yujra. l se refiri a esa idea despus de realizar un ritual de curacin en el edificiode la vicepresidencia:

    33 El polvo, la ceniza de los alientos de la mala gente est ah adentro no ve? Entonces, todo esocon insinsu tiene que botar eso, () todas estas cosas malas que estn ah adentro. Siempreestaban en la vicepresidencia las qaras no ve? Quizs ms sahumar ah adentro con lasaromas de las plantas, quizs hay que sahumar toda esa casa () para que las gentes quetrabajan ah que se mejoren, para que piensan mejor para la humanidad.

    34 Segn don Carlos, dcadas y dcadas de dominio extrao, opresin estatal e influenciamestiza-criolla han hecho que los lugares y los edificios se enfermen. Las enfermedadesextraas asociadas con el colonialismo impregnan esos lugares del aparato estatal como unadestilacin. Los espritus extraos --los anqhas-- llenan las habitaciones, los corredores, lascalles y las plazas afectando los pensamientos, los sentimientos, el comportamiento y laspolticas de la gente que est dentro de esos lugares. Esta situacin no ha sido alterada por lasvictorias de Evo Morales en las urnas, sino ms bien existe el riesgo de que el nuevo gobiernosea infectado. Como don Carlos dice: Van a estar con malos pensamientos. Como el qarapensaba en matar gente, igualito pueden pensar no ve?

    35 Los rituales indgenas acompaaron a Evo Morales a travs de su primer ao como Presidente.En casi todos los eventos oficiales, un yatiri fue encargado de abrir y cerrar la ceremoniaofreciendo una luqta o por lo menos quemando algo de insinsu y kupala. Todo empez con laceremonia de consagracin de Evo Morales en Tiwanaku, el 21 de enero del 2006. Y continuas durante los cuatro primeros aos de gobierno de Evo Morales, y todo parece indicar quesu segundo perodo ser igual: desfiles de los pueblos indgenas, bailes y msica y yatirisejecutando rituales en los centros del poder parlamentario mientras aparecen en la televisinnacional y son fotografiados por periodistas que buscan exotismo indgena para la primeraplana del da siguiente.

    36 No obstante, con el tiempo algunos yatiris se han mostrado ms crticos de su papel en losrituales pbicos. Aunque es verdad que los rituales han mostrado su oficio y sus prcticasen los medios masivos en una manera sin precedente, algunos yatiris piensan que han sidoutilizados como indios emblemticos, legitimando la administracin de Evo Morales yrecibiendo nada ms que reconocimiento retrico a cambio. Tambin mencionan el hecho deque a menudo no pueden ejecutar los rituales apropiadamente porque, en medio de un actopblico, es difcil lograr la intimidad y la confianza que son necesarias en los rituales. Un

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    yatiri de El Alto, expres eso de esta manera: Ya basta, no mas payasadas para el Presidente.Pero esta autocrtica no logra romper su compromiso con el proceso de cambio y con el jilata(hermano) Evo. As dice el yatiri que consagr a Evo Morales en Tiwanaku el 21 de enerodel 2006, entregndole el bastn de mando:

    37 En todas ceremonias tengo que pedirlo, que haya una estabilidad en nuestro pas, que haya unpaz, armona en nuestro pas. Que haya ms apoyo a Evo para que este gobierno salga bien,siempre, siempre, en todas las ceremonias rituales. Aunque l no este, (), aunque l no mediga oye, hzmelo esto, que tal, nuestro trabajo es automtico. Eso es un compromiso. ()Entonces, mi decisin ha sido en el momento de entregar el bastn apoyar hasta la ltimaconsecuencia.31

    38 Esta actitud, en lugar de crear un rechazo al gobierno de Evo Morales, ha impulsado a muchosyatiris a organizar rituales de curacin ms ntimos, ms pequeos y a veces secretos parapropiciar el verdadero cambio. A veces, esos rituales ntimos y secretos ocurren an en mediode las crticas situaciones de controversia poltica a nivel nacional, como el siguiente ejemplomuestra.

    39 El 28 de noviembre de 2006, las calles del centro de La Paz estaban bajo control indgena.Desde el altiplano, pasando por El Alto, donde residentes urbanos se sumaron y, desde losvalles y las tierras bajas, miles de hombres y mujeres indgenas se congregaron para defenderla nueva Ley Agraria 3545 de Reconduccin Comunitaria de la Reforma Agraria anunciadapor el gobierno de Evo Morales. La nueva ley, supuestamente, acabara con los terratenientesy con la era del latifundio, redistribuyendo la tierra improductiva y en desuso entre loscampesinos y los indgenas sin tierras. La ley haba sido aprobada en la Cmara de Diputados;pero fue rechazada por el Senado, donde la oposicin derechista tena la mayora, y esosignificaba que la ley no podra promulgarse. En consecuencia, Evo Morales haba convocadoa los campesinos y a los indgenas a manifestarse en defensa de la tierra, que segn elPresidente en realidad les perteneca. Evo Morales los recibi en la Plaza de los Hroes yprometi implementar la reforma de tierras si fuera posible esa misma noche y si no podapersuadir al Senado lo hara a travs de un decreto.

    40 Un rumor comenz a circular entre los manifestantes: el Senado iba a sesionar esa noche ya debatir la nueva ley. Pero, cmo sera eso posible? La oposicin estaba boicoteando lassesiones y el partido en gobierno (Movimiento al Socialismo) no tena la mayora en el Senado.Los manifestantes mantuvieron una vigilia en la Plaza Murillo, fuera del Congreso, esperandoinformaciones. Mientras tanto, dos senadores suplentes de la oposicin cambiaron de posiciny se presentaron en la sesin y, extraamente, a pesar de las amenazas de los partidos dela oposicin, votaron a favor de la ley y posibilitaron una decisin mayoritaria. La nuevaLey Agraria fue aprobada y una explosin de celebracin estall en la plaza. Las puertas delPalacio Quemado fueron abiertas y los manifestantes llenaron el amplio vestbulo con msica,wiphalas y aclamaciones. Dirigindose a los indgenas y campesinos, Evo Morales dijo: Estacasa, este palacio es de ustedes hermanas y hermanos, y no quiero que sea la ltima visita!

    41 Lo que pocos saban es que el yatiri que haba consagrado a Evo Morales en Tiwanaku diezmeses antes haba sido encargado por importantes personajes de la administracin de EvoMorales de hacer un trabajito buscando que la ley fuera aprobada. En una sala cercana allugar donde los senadores estaban reunidos, el yatiri quem insinsu y kupala y se dirigi a losajayus uywris, convocndoles a apoyar a la Ley Agraria, haciendo que la oposicin cambiarasu voto. l recuerda al respecto que los achachilas nos escucharon y colocaron a los suplentesah.

    42 Por un lado tenemos entonces la presencia de los yatiris en ceremonias espectacularesmanifestando un apoyo pblico al gobierno de Evo Morales y legitimndole como el gobiernode los pueblos indgenas. En este sentido, los yatiris han sido criticados por activistasindianistas-kataristas radicales por proporcionar legitimidad indgena a una entidad colonialpersistente. Por otro lado tenemos rituales ms ntimos destinados a expulsar los espritusextraos de los ambientes de la administracin gubernamental y hacer que se presenten ah losajayus uywiris, y as curar al Estado boliviano y a sus funcionarios y, de esa manera, apoyar alas polticas de descolonizacin de la administracin; o, tal vez ms correctamente, asegurar

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    que el aparato que debe ejecutar esas polticas se encuentra en buen estado para ejecutarlascorrectamente. Se podra decir que es una suerte de activismo ritual y como tal puede seralgo nuevo en la prctica de los yatiris; pero est basado en prcticas de curacin y habilidadesrituales culturalmente coherentes que adquieren significado a partir de persistentes estructurasy dimensiones cosmolgicas.

    43 Finalmente, los yatiris juegan tambin otro papel importante en las polticas nacionales. Estnpresentes como depositarios de conocimiento tradicional que el gobierno de Evo Moralesde una u otra manera busca reconocer e integrar a los programas de salud, educacin y culturade los diferentes ministerios del Estado boliviano.

    44 Don Carlos Yujra, aparte de ser un yatiri reconocido, puede desde hace unos aos titularsefuncionario pblico. Sus servicios han sido requeridos por el Ministerio de Salud dondeactualmente trabaja como yatiri en un proyecto de salud comunitaria e intercultural, enseandoa mdicos convencionales sobre las concepciones aymaras de enfermedad y salud y susprcticas y conocimientos teraputicos. Admite que trabajar desde dentro de un aparatocolonial, como lo sigue siendo el Estado boliviano, no es fcil: Son pocos los que meentienden aqu. Solo piensan con piqi, por eso son tontos. Piqi significa cabeza, el sitioprivilegiado de la razn occidental, pero no el escenario predilecto de las concepcionessomticas del conocimiento y el saber aymaras32.

    45 Un proceso parecido de revalorizacin y difusin del conocimiento de los yatiris ha sido puestoen marcha en las universidades indgenas (UNIBOL) recientemente fundadas por el Estadoboliviano. No obstante, es demasiado temprano para poder decir si ese proceso ir ms allde la retrica y el discurso.

    La bueva generacin46 Hasta aqu, hemos prestado atencin a yatiris mayores y experimentados y su involucramiento

    en nuevos contextos y procesos. Sin embargo, para entender el oficio del yatiri en el comienzodel siglo 21 sera de igual importancia contemplar los soldados que caminan con esos mayoresy que un da tal vez les reemplazarn.

    47 En comparacin con los yatiris mayores, los soldados suelen tener otras experiencias yhistorias de vida: Todos los soldados con quienes he trabajado se mueven ya en espaciosurbanos, varios nacieron en las ciudades; todos hablan castellano con soltura, algunos nihablan aymara; todos ellos han completado el colegio, varios han estudiado en la universidad;escuchan tanto punk y hip hop como cumbia y msica aymara autctona.

    48 Hay tambin diferencias en las motivaciones de los yatiris y los soldados en la forma en quecumplen su papel. Los yatiris generalmente tienen un chimpu directo que no deja lugar adudas e indica que la persona tiene que seryatiri. En consecuencia, entre ellos, esos chimpusdirectos son predominantes y muy pocos han llegado a ser yatiris por una decisin personal.Para alguien que no tiene un chimpu directo, o que no presenta ninguno, hay ms campo parala interpretacin y la decisin personal. Los soldados jvenes, en realidad, quieren llegar a seryatiris, y su esfuerzo es una bsqueda existencial ms que una carga espiritual o una asignacinsocial. Algunos soldados con quienes he trabajado se enteraron del significado de sus chimpusrecin despus de que su santi (labio leporino) o suxtalla (seis dedos en el pie o la mano)fueron corregidos quirrgicamente como deformaciones fsicas. Ms all de las razones quelos llevan por el camino de un yatiri, hablan de sus esfuerzos como un proceso de curacin.El ejemplo de un joven que aqu llamamos Bruno nos lo clarifica.

    49 Bruno creci en la ciudad de La Paz. Sus abuelos se haban trasladado a la ciudad desde unacomunidad aymara, pero a Bruno esto nunca le pareci importante, pues l se vea como unjoven citadino moderno y desde temprano en su vida pens irse fuera de Bolivia en buscade dinero y una vida mejor. Durante su juventud viva y trabajaba en el exterior; tuvo ciertoxito y siempre manejaba mucha plata. A su regreso a Bolivia obtuvo un prstamo bancariopara comprar una casa; pero tuvo problemas econmicos y se encontr atrapado por lasdeudas al banco y, despus de hacer los primeros pagos mensuales, no le qued casi nada.Adicionalmente, Bruno, tena a su cargo a un hermano menor. En esa situacin, se dedic a labebida y su vida se hizo miserable y, como si pudiese ponerse peor, su hermano fue asesinado.

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    Durante seis meses bebi da y noche y cuando ya no pudo pagar sus deudas, el banco leincaut su pequea casa.

    50 Un amigo le aconsej que buscara la ayuda de un yatiri. Aunque Bruno no crea en esas cosas,en su desesperacin sigui el consejo de su amigo y as conoci un yatiri. ste result serel primer paso en un largo proceso que transform a Bruno y le hizo ser lo que l articulacomo su verdadero ser. Leyendo las hojas de coca, el yatiri vio que Bruno estaba lleno deespritus extraos, anqhas, y necesitaba un largo proceso de curacin que era necesario siBruno iba a rehacer su vida. Bruno no comprenda bien todo esto, pero estaba tan desesperadoque se aferr a esa ltima esperanza que el yatiri le ofreca. As comenz un perodo delimpieza ritual y viajes a las wakas sagradas. Con cada paso que tomaba, un nuevo mundopareca abrirse ante sus ojos; l nunca haba subido a una montaa u ofrecido una misa a losachachilas. Bruno experimentaba una falta de conocimientos y habilidades nativos, y sentaque el conocimiento y las habilidades que posea eran inadecuados y que su capacidad paracomprender el mundo aymara era limitado. Posteriormente lleg, reflexivamente, a relacionaresa falta y esa prdida con el colonialismo, con el hecho de haber sido existencialmentecolonizado por una sociedad ajena y alienadora. En este sentido, la falta de habilidad corporalen los rituales tambin aparece expresada como una colonizacin somtica. Sin embargo,durante uno de esos viajes, el yatiri le dijo: este camino es para ti, indicando que Bruno estabadestinado a ser yatiri. Sin vacilacin, Bruno decidi embarcarse en un proceso de aprendizaje:aprendi a preparar misas, a leer hojas de coca, y cmo hablar y moverse en los rituales, ymucho ms. Comenz a aprender el idioma aymara y visit la comunidad de donde habansalido sus abuelos. Poco a poco, el nuevo mundo que se abri ante sus ojos fue tomando formay su sentido de ser se consolid alrededor de la idea de indianidad y tom forma comoun ser aymara. En varias ocasiones he escuchado soldados hablar de experiencias similaresen trminos de que sienten que se ha llamado de vuelta su ajayu; en otras palabras, nocionesaymaras manifestadas en la enfermedad de ajay sarqata y la posterior prctica ritual pararecuperar el ajayu perdido, son empleados para hablar de experiencias existenciales y procesosidentitarios, as como del colonialismo y la descolonizacin.

    51 A medida que Bruno avanzaba en su bsqueda espiritual, tambin se relacion con elmovimiento poltico indianista-katarista. Con el tiempo, Bruno fue entrando en el crculo dejvenes que seguan al yatiri que haba consagrado a Evo Morales en Tiwanaku en 2006, y fueeste yatiri que eventualmente lo consagr. El yatiri instruy a Bruno esperarlo en la Ceja deEl Alto con los ingredientes para una misa, hojas de coca, su tari (tejido para llevar y leerlas hojas de coca) y su chuspa (bolsita para llevar hojas de coca).

    52 Juntos viajaron hasta Waki, un pueblo a unas dos horas por bus desde El Alto. Se dice queWaki pertenece al rayu o qixu qixu y que la iglesia de Waki est construida sobre unaantigua waka. Por eso, yatiris de todo el altiplano llegan hasta all para consagrar a soldadosque tienen alguna relacin con el rayo a travs de su chimpu o por herencia. Bruno no tenaun chimpu; pero, junto con el yatiri, leyendo las hojas de coca, encontraron que su abuelohaba recibido una descarga del rayo y, en consecuencia, al asumir el oficio de yatiri, Brunoestaba recibiendo la herencia ritual de su abuelo, para lo cual deba pedir permiso (lisinsia)en Waki.

    53 Durante el ritual de consagracin, el soldado suele dejar su tari con hojas de coca en la wakapor un tiempo para que un yatiri, ms tarde, abrindolo y examinando la posicin de las hojas,determine la forma en que el discpulo debe leer las hojas en su oficio, ya que existen diferentesmaneras de hacerlo. Surgieron problemas en Waki para realizar este acto ritual porque el tarideba ser depositado detrs del altar, donde supuestamente se encontraba la antigua waka;pero cuando Bruno y el yatiri llegaron al pueblo, la iglesia estaba llena de gente porque la misaestaba a punto de comenzar. Pero el yatiri saba qu hacer: por una pequea propina hizo queel sacristn colocara el tari con las hojas de coca detrs del altar y el cura dio su sermn sinsaber lo que ocurra. Despus de recobrar el tari y dejar en la iglesia unas velas encendidaspara la waka se fueron hasta Lluqulluqu, un paso de montaa en el camino entre Tiwanaku yEl Alto, donde ofrecieron una misa a los achachilas y a las awichas. Una pareja de alqamarisaves negras y blancas que son un signo de buena suerte aparecieron en el cielo. A partir de

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    entonces, la vida de Bruno se estabiliz y los espritus extraos y ajenos, los anqhas, dejaronsu cuerpo. l lo relata as: Antes estaba avergonzado de mi origen. Era un materialista. Ahorano soy nada as. Ms bien soy al revs: hago lo que hace mi pueblo y como lo que ellos comen.Conclusin

    54 El oficio y las prctica rituales del yatiri estn pasando por interesantes transformaciones,entrando a espacios polticos donde no solan estar presentes; siendo visualizados en losmedios de comunicacin en una manera sin precedentes; atrayendo a jvenes urbanosque no acostumbraban mirar hacia lo indgena en bsqueda de sentido existencial einspiracin y nimo para las luchas sociales y polticas. Para entender el significado de estastransformaciones habra que tomar en cuenta las lecturas que hacen los yatiris del contextosocial y las dinmicas polticas en las cuales estn inmersas. Lo notable de estas lecturas son lasrecurrentes correspondencias entre colonialismo y enfermedad por un lado, y descolonizaciny curacin por el otro; es decir, el colonialismo, se percibe como una enfermedad, y ladescolonizacin como una curacin. Puesto que tanto las personas como el Estado bolivianopueden enfermarse, las prcticas curativas/descolonizadoras pueden y deben ser aplicadastanto al ser como al Estado.

    55 La enfermedad de ajay sarqata aparece como la prdida de algo vital: la esencia del serhumano ntegro y la personalidad moral aymara. Asimismo aparece el colonialismo comouna prdida, ya sea como una prdida de poder poltico; o una prdida de identidad o dehabilidades corporales o lingsticas. Por otro lado, est la experiencia del colonialismo comola imposicin de algo ajeno; espritus ajenos o extraos en la forma de esquemas mentales,ideologas y doctrinas religiosas extranjeros, que se imponen sobre la mente nativa. Estas dosimgenes, ms que diferentes concepciones del colonialismo, constituyen diferentes aspectosdel mismo fenmeno en el sentido de que la prdidafacilita que algo ajeno se imponga sobreel propio ser. Adems, ambas imgenes comparten una idea fundamental: el colonialismono es algo que sucede slo en el mundo externo; sino que funciona dentro del cuerpo yla mente, en lugares, espacios y paisajes. El colonialismo no se hace evidente slo en lasestructuras sociales, polticas y econmicas; sino tambin, y tal vez de manera ms intensa,en el pensamiento, la mente, el cuerpo y el espritu. Significativamente, esta idea es diferentea la que se expresa en el discurso gubernamental donde el colonialismo aparece sobre todocomo un fenmeno que sucede en el mundo exterior; es decir en sistemas polticos, estructuraseconmicas, relaciones asimtricas de poder etc.

    56 Tanto para yatiris, soldados y activistas, el Estado boliviano ha sido desde siempre lainstitucin ms representativa de yaqha, de lo extrao y de la otredad. La otredaddel Estado boliviano ha sido asociada con su ilegitimidad, sus polticas de explotacin y suejercicio represivo del poder. Los yatiris asocian tales polticas extraas no slo con el origenextrao de quienes han ejercido el poder desde la fundacin de la Repblica una situacinque slo recientemente ha comenzado a cambiar sino tambin con la presencia de anqhasdentro de los edificios del poder estatal, lo cual otorga un sabor extrao y patolgico a cualquiercosa que provenga de esas estructuras. De este modo, la presencia de yatiris dentro de estasestructuras y las prcticas rituales es un fenmeno que va, desde la perspectiva del yatiri,mucho ms all de un espectculo multicultural, polticamente calibrado. Es una prcticadescolonizadora aplicada a un Estado enfermo de colonialismo. Asimismo, jvenes urbanoscaminando detrs de los yatiris por los senderos pedregosos del altiplano hacia las wakas esun hecho que va ms all de las polticas de identidad tnica. Cada paso es un paso haciala descolonizacin del ser.

    Notas1 Encuentro Continental de Pueblos y Nacionalidades Indgenas del Abya Yala, La Paz, 8-12de octubre,2006.2 Los trminos aymaras ms usados con relacin a la lectura de hojas de coca son uaa y unjaa quepueden significar mirar, observar, leer o descubrir (Astvaldsson, A., Las voces de los waka:Fuentes principales del poder poltico Aymara, La Paz, CIPCA, 2000, p.260).

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    3 Fernndez Jurez, G., Yatiris y chamakanis del altiplano aymara: sueos, testimonios y prcticasceremoniales, Quito: Abya Yala, 2004.4 Carter, William y Mamani, M. P.., Irpa Chico: Individuo y comunidad en la cultura aymara, La Paz,Editorial Juventud, 1982, p.295.5 Chaski/chasqui: Mensajero en quechua.6 Montes, F., La mscara de piedra: Simbolismo y personalidad aymaras en la historia, La Paz,Armona, 1999, p.277.7 Girault, L., Rituales en las regiones andinas de Bolivia y Per, La Paz, CERES/MUSEF/QUIPUS,1988, p.123.8 El indianismo y el katarismo son las ideologas etnopolticas que saturan las ltimas dcadas demovilizaciones indgenas en Bolivia. Para entender el surgimiento de dicho movimiento habra quetomar en cuenta (1) la experiencia post-revolucionaria (post-1952) aymara y quechua de continuamarginalizacin sociopoltica y una ciudadana condicionada y de segunda clase, y (2) la memoriacolectiva de servidumbre colonial y rebelin indgena (Rivera, S., Oprimidos pero no vencidos: Luchasdel campesinado aymara y qhechwa 1900-1980 [1984], La Paz, Aruwiyiri, 2003; Burman, A., TheStrange and the Native: Ritual and Activism in the Aymara Quest for Decolonization, Journal of LatinAmerican & Caribbean Anthropology, 15-2, 2010, p. 457-475.9 Pachakuti es un concepto aymara-quechua que expresa la idea de una vuelta y un retorno en el tiempoy el espacio; una profunda transformacin de la sociedad y del cosmos.10 Montes, op.cit., 1999,p.277.11 Fernndez Jurez, G., Mdicos y Yatiris: Salud e Interculturalidad en el Altiplano Aymara, La Paz,CIPCA, 1999, p.42.12 Arriaga, P.J., La Extirpacin de la Idolatra en el Piru [1621], Buenos Aires, 1910, p.21.13 Astvaldsson, op.cit., p.188.14 Flores, P. et. al., El hombre que volvi a nacer: Vida, saberes y reflexiones de un amawta deTiwanaku, La Paz, Plural editores/CID, Universidad de la Cordillera, 1999.15 Carter y Mamani, Irpa Chico, p.287.16 Ibdem, p.288.17 Ibdem, p.287.18 Montes, op..cit., p.238.19 Bastien, J. W., Mountain of the Condor: Metaphor and ritual in an Andean ayllu [1978], LongGrove, Waveland Press, 1985; Carter, W., Secular Reinforcement in Aymara Death Ritual, AmericanAnthropologist, New Series, 70-2, april 1968, p. 238-263.20 Bastien, Mountain of the Condor, p.152.21 Huanca, El yatiri en la comunidad aymara, p.11.22 Fernndez, Mdicos y yatiris, p.150.23 Orta, Syncretic subjects and Body Politics, p.872.24 Carter, Secular Reinforcement in Aymara Death Ritual, p.247.25 Existen otros trminos relacionados con la prdida del ajayu (por ejemplo: ajay tuxuqata, ajaykiwjata, ajayu apaqata). Pero ajay sarqata se usa generalmente para referirse a la enfermedad.26 Lincoln, B., Revisiting Magical Fright, American Ethnologist, 28-4, p. 778-802, 2001; Rubel, A.,ONell, C. y Collado-Ardn, R., Susto: A Folk Illness, Berkeley, University of California Press, 1984.27 Carter, Secular Reinforcement in Aymara Death Ritual; Fernndez, Mdicos y yatiris; Fernndez,Yatiris y chamakanis del altiplano aymara; Orta, Syncretic subjects and Body Politics.28 Burman, A. The Strange and the Native: Ritual and Activism in the Aymara Quest forDecolonization, Journal of Latin American & Caribbean Anthropology, 15-2, 2010, p. 457-475.29 Burman, A., Colonialism in Context: An Aymara Reassessment of Colonialism, Coloniality andthe Postcolonial World. Kult, 6, p.s. 117-129, 2009. Special Issue:Epistemologies of Transformation:The Latin American Decolonial Option and its Ramifications. http://www.postkolonial.dk/artikler/BURMAN.pdf30 Uso el concepto de modernidad colonial en el sentido de Escobar de que no hay modernidadsin colonialidad (Escobar, A., Mundos y conocimientos de otro modo: El programa de investigacinde modernidad/colonialidad latinoamericano, Tabula Raza, 1, p. 51-86: 61, 2003) y el de Grosfoguelde que la colonialidad y la modernidad constituyen dos caras de la misma moneda (Grosfoguel, R.,La Descolonizacin de la Economia y los Estudios Postcoloniales: Transmodernidad, pensamientofronterizo y colonialidad global, Tabula Raza, 48, 2006, p.17-48: 27).

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    31 Hasta la ltima consecuencia lleg a tener un significado inesperado cuando el yatiri tuvoproblemas con la justicia y el vicepresidente lvaro Garca tuvo que desmentir pblicamente que eseyatiri sea el yatiri personal del Presidente.32 Burman, A., Livres et lieux, mots et expriences: la dcolonisation du savoir dans les Andesboliviennes, Ides d'Amriques, 2, [en prensa].

    Para citar este artculo

    Referencia electrnica

    Anders Burman, Yatiris en el siglo XXI. El conocimiento, la poltica y la nueva generacin, NuevoMundo Mundos Nuevos [En lnea], Debates, Puesto en lnea el 30 mayo 2011, consultado el 11 enero2013. URL: http://nuevomundo.revues.org/61331; DOI: 10.4000/nuevomundo.61331

    AutorAnders BurmanUniversity of California, [email protected]

    Derechos de autor Tous droits rservs

    ResmenesLos rituales indgenas acompaaron a Evo Morales a travs de sus primeros aos comopresidente de Bolivia. El oficio y las prcticas rituales del curandero y sabio aymara, elyatiri, estn pasando por interesantes transformaciones, entrando a espacios polticos dondeno solan estar presentes. Pero cul es realmente el papel que juegan el conocimientoteraputico y la prctica ritual en el actual proceso poltico? En este ensayo etnogrficoveremos cmo las prcticas polticas/gubernamentales y rituales/curativas se entrelazan ycomo los yatiris nos ofrecen lecturas alternativas de las dinmicas polticas y culturalesde la sociedad boliviana actual, con las recurrentes correspondencias entre colonialismo yenfermedad y entre descolonizacin y curacin.Les rituels indignes ont accompagn les premires annes dEvo Morales en tant queprsident de la Bolivie. Depuis, le mtier et les pratiques du gurisseur et homme desagesse aymara, le yatiri, subissent des transformations intressantes dans la mesure o ellessinfiltrent dans des espaces politiques qui leur taient trangers jusque l. Mais quel estexactement le rle des connaissances thrapeutiques et des pratiques rituelles dans le processuspolitique actuel? Cet essai ethnographique tudie lentrecroisement des pratiques politiquesde gouvernement avec celles, rituelles et thrapeutiques des yatiri. Ceux-ci nous offrent unelecture alternative des dynamiques politiques et culturelles de la socit bolivienne actuelle,dont ressortent les correspndances frquentes et remarquables entre colonialisme et maladiedune part et, dautre part, dcolonisation et gurison.Indigenous rituals escorted Evo Morales throughout his first years as president of Bolivia.The art and the ritual practices of the yatiri, the Aymara healer and ritual specialist, are goingthrough interesting transformations entering new political spaces of power. But which roledoes this therapeutic knowledge and ritual practice actually play in the present political processand how should this be understood? In this ethnographic paper I explore the interlacing ofpolitical/governmental and ritual/healing practices, and the alternative readings of the politicaland cultural dynamics of contemporary Bolivian society offered by the yatiris. Central to these

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    readings are the correspondences between colonialism and illness, and between decolonizationand healing.Entradas del ndiceMots cls :Aymara, Bolivie, colonialisme, Evo Morales, rituels, XXIesicle, yatirisKeywords :21th century, Aymara, Bolivia, colonialism, Evo Morales, ritual practice,yatirisPalabras claves :Aymara, Bolivia, colonialismo, Evo Morales, rituales, sigloXXI, yatiris