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esquemas de trabaj para un animador de grupos

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esquemas de trabajo para un animador de grupos

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Colección EXPERIENCIAS

COMO FORMAR LÍDERES Silvio Botero -CRISTOTERAPIA Bernard Tyrrel - 3a. ed. EVANGELIO PARA JÓVENES Silvio Botero - 2a. ed. PASTORAL JUVENIL Antonio Carlos Hualde - 4a. ed. SEA USTED TERAPEUTA Rafael Prada - 2a. ed. SICOLOGÍA DEL JOVEN Antonio Carlos Hualde - 3a. ed. TERAPIA A SU ALCANCE Rafael Prada - 2a. ed. CURSO DE MEDITACIÓN INTEGRADA Marco Vinicio Rueda - 3a. ed. ESQUEMAS DE TRABAJO PARA UN ANIMADOR DE GRUPOS Silvio Botero Giraldo - 2a. ed.

J. SILVIO BOTERO GIRALDO, CssR.

Esquemas de trabajo para un animador degrupos

EDICIONES PAULINAS

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Segunda Edición

© 1989 EDICIONES PAULINAS Calle 170 N" 23-31 — Apdo. Aéreo 100383 BOGOTÁ D.E. — Colombia

ISBN 958-607-290-8

Prólogo

# S^ómo titular estas páginas? El objetivo que me he D l y propuesto puede iluminar un poco. Quiero prestar un

O servicio a tantos animadores de grupo, como son los educa­dores, los pastoralistas de la niñez, de la juventud; como son los asesores de grupos de adultos...

Son cinco esquemas para cada uno de estos posibles grupos humanos que necesitan especial atención, dada la inquietud que manifiestan por condentizarse para proyectarse en una acción depromoción, de evangelizackm de otros...

En vista a no hacer un libro demasiado extenso, he preferido ser breve y esquemático; el animador que se sirva de estas páginas sabrá darle mayor amplitud, integrando, en cada uno de los es­quemas, otras actividades de su preferencia.

Queda al criterio del animador integrar algunas técnicas oportu­nas, como son las técnicas de conocimiento e integración de los participantes en el encuentro; organizar algunos juegos o técnicas de deshielo, o descanso; igualmente, cantos y oración quedan ajuicio del animador, para que, atendiendo a las circunstancias del grupo, responda a esta exigencia.

Estas páginas servirán al animador para que, dando espacio a la, creatividad personal o grupal, estructure otros esquemas para el trabajo con los grupos que están a su alcance o bajo su responsabilidad.

Volviendo sobre la pregunta introductoria, creo que Ud. y yo podre­mos titular así estas páginas: ESQUEMAS DE TRABAJO PARA UN ANIMADOR DE GRUPOS.

EL AUTOR

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Primera Parte

Encuentros Infantiles

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I.

Aprendamos a compartir

1. Canto: El coordinador invitará al grupo de niños a entonar cantos conocidos por ellos; acompañarán con palmas...

2. Juego pedagógico (6,8,10): El coordinador invitará un núme­ro par de niños; les ordena extender la mano derecha y les advierte que no pueden doblar la mano ni alzarla, ni hacer ningún truco con ella; depositará en cada mano una galleta o trozo de pan; ahora cada uno hará el intento de comer.

Como no es posible doblar la mano, tampoco se admite ningún fraude... la única forma auténtica será: dando de comer al compañero del frente o del lado; uno a otro se darán de comer.

Si acaso no descubrieran con facilidad cómo salir del paso, se podrá sugerir algo...

3. Diálogo grapal: Terminado el juego, se organizarán los niños en pequeños grupos; se encomendará a uno de ellos hacer el papel de coordinador del grupo, para recoger la reflexión, hacer las pre­guntas, dirigir el diálogo, etc.

Las preguntas para el diálogo pueden ser estas u otras:

a) ¿Qué pensaron al participar en el juego o al ver a los participantes?

b) ¿Tuvieron dificultad para encontrar la forma de comer todos, a pesar de las reglas del juego? ¿Qué dificultades?

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c) ¿Es frecuente en nuestra sociedad ver que unos dan de comer a otros? ¿Por qué?

d) ¿Saben qué es el egoísmo? ¿Es frecuente el egoísmo en nuestro ambiente social?

e) ¿Qué señales de egoísmo han visto o conocen?

f) ¿Qué le dirían Uds. a una persona egoísta?

4. Canto: Podrán cantar canciones que hagan referencia al al­truismo; conviene explicar qué es altruismo, dar ejemplos, indi­car el contraste con el egoísmo...

5. Sociodrama: El coordinador organizará grupos y los orienta­rá para el montaje de un sociodrama por grupo; unos presentarán sociodramas sobre el egoísmo, otros sobre el altruismo.

Preparados los sociodramas, cada grupo hará la preparación en público; el coordinador ayudará a hacer un foro sencillo sobre cada una de las representaciones.

6. Oración: Podrá hacerse con participación de todos, o con la representación de algunos niños de cada grupo. La oración se hará en torno al tema del presente encuentro. Unos podrán pedir perdón por el egoísmo de los hombres, anotando casos concretos que conocen; otros podrán pedir el don de la generosidad y del altruismo para compartir los bienes con todos los hermanos, señalando qué cosas pueden y deben compartir.

7. Cantos: Terminará la jornada con canciones que refuercen el mensaje de este encuentro; por ejemplo: "Amar es entregarse...", "arriémonos de corazón...".

N.B.: Conviene sugerir a los niños que hagan el mismo juego de compartir en su propia casa, con sus padres y hermanos, y les trasmitan el mensaje de este encuentro.

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II. "El lazarillo"

1. Canto: El coordinador invitará a los niños a entonar canciones de su repertorio, de su gusto, para crear un clima ameno, agrada­ble. Se les invitará a descubrir el mensaje de cada canción.

2. Juego pedagógico: "El lazarillo".

El coordinador vendará los ojos de cuatro o seis niños, los pro­veerá de bastones sencillos, les ordenará hacer un recorrido por la sala o patio donde se hallan; los demás niños harán el papel de observadores: contemplarán cómo actúan sus compañeritos... Los "lazarillos" (o cieguitos) actuarán por un tiempo limitado. Inte­rrumpido el juego, harán foro sobre lo que han visto. Las pregun­tas para este diálogo son las siguientes: (participarán ciegos y observadores).

— ¿Cómo se sintieron los ciegos? ¿Tuvieron miedo? ¿Por qué?

— ¿Qué opinan de la suerte de los ciegos de verdad?

— ¿Y los observadores cómo vieron a los ciegos en el juego?

— ¿Qué les hace pensar este juego?

En un segundo momento, otros niños (6 u 8) distintos de los anteriores, harán el papel de ciegos, y a cada uno se le dará un guía que lo conduzca; así actuarán por un tiempo determinado; también de este segundo tiempo hará el coordinador un breve foro, guiándose por estas preguntas:

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— ¿Cómo actuó el ciego? ¿Cómo el guía?

— ¿Es fácil dejarse conducir? ¿Es fácil conducir a otro?

— ¿Los observadores cómo vieron a los ciegos y a los guías?

En un tercer momento, el coordinador vendará los ojos de algu­nas parejas de niños; la pareja de ciegos, tomados de la mano t ra tarán de guiarse el uno al otro. Mientras tanto los observado­res mirarán para detectar detalles que puedan ser comentados en el foro posterior. Preguntas para el foro o diálogo:

— ¿Cómo actuaron las parejas de ciegos?

— ¿Conocen algún refrán a propósito de dos ciegos que se guían? ("Si un ciego guía a otro, ambos caen al hoyo"). ¿Qué opinan de este refrán? Indiquen algún caso concreto.

3. Reflexión sobre el Evangelio: Reunidos en pequeños grupos, el coordinador entregará a cada grupo copia del texto evangélico de S. Lucas, cap. 18 w . 35-43. Leerán el texto; cada grupo tendrá a la cabeza un relator o coordinador del mismo; las preguntas para el diálogo grupal pueden ser estas:

a) ¿Qué relata el trozo leído?

b) ¿Qué semejanza encuentran entre el trozo comentado y el juego de este encuentro?

c) ¿En nuestra familia, colegio o escuela, en nuestro barrio sucede algo similar a lo que aconteció con el ciego de Jericó?

d) ¿A quiénes podemos considerar "ciegos" hoy día en nuestra sociedad? ¿Por qué?

e) ¿Qué puede hacer un niño para auxiliar a un ciego?

4. Oración: La oración puede ser esta vez de agradecimiento al Señor por diversos dones: la vista, la educación, la compañía de guías como son los padres de familia, los educadores, etc. Invitar a los niños a que ellos mismos expresen su gratitud...

5. Canto: A lo largo del encuentro conviene hacer que canten can­ciones del repertorio conocido, u otros cantos-mensaje, tomando pie de la letra de la canción para hacer alguna reflexión-toma de conciencia

N.B.: Convendrá también hacer algunos juegos de sala para ayu­dar a descansar y recuperar la atención.

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III.

Los Derechos del Niño

1. Canto: Iniciarán el encuentro con la animación del grupo mediante cantos varios; entre ellos, el Himno Nal. del país, o el himno de la región o población, o del mismo colegio o escuela

2. Lectura: Organizados en pequeños grupos, o bien, en sesión ple-naria, uno de los niños hará la lectura de la Declaración de los Dere­chos del Niño, promulgada por la ONU, en noviembre de 1959.

1) El niño tiene derecho, desde su nacimiento, a un nombre y a una nacionalidad.

2) El niño gozará de protección especial para que pueda desarro­llarse física, mental, moral y socialmente, en condiciones de libertad y de dignidad, sea cual fuere su color, sexo, idioma, religión, etc.

3) El niño disfrutará de los beneficios de la seguridad social, con derecho a crecer y desarrollarse en buena salud, la cual debe contar con buena alimentación, vivienda, recreo, y servicios oportunos.

4) El niño física o mentalmente impedido, debe recibir el trata­miento, educación y cuidado especial que exige su caso particular.

5) El niño para el pleno y armonioso desarrollo de su personalidad, necesita de amor y comprensión al amparo y bajo la responsabilidad de sus padres o en todo caso en v n ambiente de afecto y de seguridad moral y material.

6) El niño tendrá derecho a recibir educación que será gratuita y obligatoria; a instrucción que permita cultura general y oportunida-

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des para desarrollar sus aptitudes y su sentido de responsabilidad moral y social a fin de que sea un miembro útil a su familia y a la sociedad.

7) El niño debe, en todas las circunstancias, figurar entre los prime­ros que reciban protección y socorro.

8) El niño debe ser protegido contra toda forma de abandono, cruel­dad y explotación, y no se le permitirá trabajar antes de una edad mínima adecuada.

3. Diálogo grupal: Para este diálogo grupal conviene que cada gru­po de niños esté asesorado por un adulto que explique el texto y cada una de las afirmaciones de la Declaración de la ONU. Las preguntas para el diálogo de grupo son las siguientes:

a) ¿Los niños de nuestra región disfrutan de todos estos derechos? ¿Por qué sí o por qué no?

b) ¿De cuáles de estos derechos no disfrutan aún los niños de nuestra región? ¿Por qué?

c) ¿Qué derechos añaden uds. a los de la declaración?

d) ¿Creen uds. que junto a los derechos hay también unos deberes del niño? ¿Cuáles son los principales deberes de un niño?

N.B.: Conviene que el coordinador organice una sesión plenaria; en ella cada grupo a través de su relator dará informe del diálogo en su grupo respectivo.

4. Trabajo grupal: elaboración de carteleras.

El coordinador distribuirá los artículos de la Declaración de la ONU por grupos y encomendará a cada grupo elaborar en pliegos de papel, con ayuda de imágenes de revistas o periódicos, una cartelera; como encabezamiento de la cartelera pondrán el número del artículo y el tema central del mismo. Si hay adultos, éstos podrán colaborar con alguna orientación a los niños que soliciten apoyo. Al final harán presentación en sesión plenaria de sus carteleras, haciendo un comentario de cada una de ellas.

5. Oración: El coordinador encomendará a los grupos de niños ela­borar en grupo una breve oración a JESÚS NIÑO pidiéndole les enseñe a ser libres de verdad: libres de la ignorancia, libres del vicio, libres del egoísmo, libres de la envidia, de la mentira, etc.

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Estas breves plegarias las recitarán en la sesión plenaria con que cerrarán este encuentro. Al final entonarán cantos de ocasión:

• Himno nacional del país.

• Llegará con la luz...

• Cantemos libres como el viento.

• Si la duda llega a tu corazón...

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IV. El auto-retrato del niño

1. Canto: A solicitud de los niños, entonar los cantos de su prefe­rencia: Yo tengo un amigo que me ama..., Cuando tengas muchas ganas de...

2. Dinámica del auto-retrato: Cada niño se provee de papel y lápiz; dibuja a su gusto la imagen de un niño(a), según sea su sexo; lo pinta de frente, de tal manera que se observe la frente, los ojos, la boca, manos y pies; en el pecho pintará en forma visible un corazón. Hecha la imagen del niño(a), cada uno trazará una flecha que salga de la frente, de los ojos, de la boca, de las manos, del corazón y de los pies. Delante de la frente escribirá tres ideales que quiere realizar en el futuro; delante de la boca, escribirá las tres expresiones que suele usar más frecuentemente en la conversación; delante de los ojos escribirá las tres cosas vistas, que recuerda le hayan impresionado más fuertemente; delante del corazón escribirá el nombre de tres seres que más ame; delante de las manos escribirá las tres mejores acciones que haya hecho en su vida; delante de los pies escribirá dos fallas que le hayan ocasionado serios disgustos o castigos.

3. Diálogo grupal: reunidos los niños en pequeños grupos—si con­viene hacerlo según grupos homogéneos, verá el coordinador— cada niño enseñará a sus dos o tres compañeros de grupo su propia imagen y explicarán las cosas escritas. Después de un tiempo deter­minado de intercambio, convendrá presentar en sesión plenaria algunos de los aspectos destacados del dibujo como son: los ideales, los seres amados, las buenas acciones hechas, etc.

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El coordinador subrayará estos aspectos delante de los niños, estimu­lará los ideales más altos que aparecieron, pedirá aplausos para las mejores acciones, invitará a todos a competir sanamente en la reali­zación de buenas acciones en el futuro.

4. Reflexión individual: Cada niño regresará a su puesto de tra­bajo con su propia imagen y dedicará un tiempo determinado por el coordinador a pensar unos propósitos en relación con lo que escribió y que ahora encuentra que puede corregir o mejorar; escribirá estos propósitos debajo de la imagen; esta imagen la llevará a su casa para que le sirva de "recuerdo" de sus propósitos.

5. Cantos: A manera de descanso dedicarán ahora un rato a ento­nar canciones-mensaje: una que ayudará a crear un ambiente favo­rable para una renovación o cambio, puede ser:

• Si la duda llega a tu corazón, y te dice déjame entrar (bis) dile no, no, Cristo vive en mí y no hay lugar para ti (bis).

Si el amor llega a tu corazón y te dice déjame entrar (bis) dile sí, sí, Cristo vive en mí y sí hay lugar para ti (bis).

N.B.: Las palabras "duda" y "amor" se pueden cambiar por: (men­tira, odio, fraude, y amistad, alegría, simpatía, respectivamente).

6. Oración: La oración la harán los niños organizando una súplica de promesa con los propósitos hechos; podrán depositar su dibujo sobre un altar, para posteriormente retomarlo y llevarlo a casa.

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V.

El Niño-Apóstol

1. Canto: Si es conocido por los niños, podrán iniciar este encuen­tro cantando: Cristo te necesita para amar, La amistad, El testigo. (Otros...)

2. Oración: El coordinador podrá iniciar este momento de oración con la lectura del Evangelio: S. Mateo, 19, 13-16. Luego invita a los niños a meditar brevemente en las cosas que el coordinador les sugerirá:

• Jesús ama a los niños porque El también fue niño; El también jugó con los amiguitos de Nazareth; El también tuvo sanas travesuras como cuando se quedó en Jerusalén sin que José y María lo supieran...

• Jesús quiere estar con ellos, por esta razón reprocha a los Apóstoles que pretendan impedir acercarse a El; Jesús conversó con los niños: ¿qué les diría? Les preguntó sin duda por los papas, por los hermanos, por el estudio, por el trabajo, etc.

• Jesús les impuso las manos a los niños sobre sus cabezas; es una señal de cariño, es una deferencia, es una señal también de que los quiere enviar a hacer una tarea en la familia, en la escuela, en nuestro barrio... ¿Qué querrá Jesús que hagamos?

• Jesús nos lo va a decir a lo largo del encuentro de hoy.

3. Diálogo grupal: Organizados en pequeños grupos, responderán a estas preguntas:

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a) ¿Qué entienden uds. por "misionero", "misionera", "apóstol"? ¿Es lo mismo "misionero" y "apóstol"?

b) ¿Quiénes pueden ser "misioneros" o "apóstoles"? ¿Cómo?

c) ¿Es necesario ir al África o a países lejanos para ser misionero o apóstol? ¿Por qué?

d) Un niño(a) de nuestro pueblo es también misionero(a); un sacramento de la Iglesia los hizo tales. ¿Cuál Sacramento?

e) La canción del comienzo del encuentro de hoy te hizo cantar: Cristo te necesita. ¿Para qué, crees, te necesita?

El coordinador dirigirá la sesión plenaria e invitará a un niño(a) de cada grupo —mejor aún por parejas— a informar sobre el diálogo grupal realizado.

4. Trabajo grupal: Los mismos grupos del ejercicio anterior se reu­nirán ahora para elaborar una cartelera o pancarta que llevarán posteriormente en un desfile o que presentarán en sesión plenaria...

Cada grupo tendrá un tema distinto: Cómo podrá un niño(a) ser misionero en su fila / en su escuela / en su barrio / en su barra de amigos / en el pueblo o ciudad /.

Convendrá que algún adulto les asesore. Podrán también hacer pan­cartas con frases-mensaje para aclamar por la calle o en la sesión plenaria.

Hecho el trabajo, el coordinador organizará por las calles del pueblo o hasta el templo parroquial un desfile en el que portarán las carteleras o pancartas, cantarán, harán diversas aclamaciones previamente preparadas; en la puerta del templo los esperará el párroco o sacer­dote, la directiva de la escuela, quienes dirigirán a los niños un breve mensaje sobre la misión del niño en esta época.

5. Cantos: Terminarán este encuentro entonando varias cancio­nes, bien sea las del comienzo u otras: Yo tengo un amigo que me ama, Amar es entregarse, El testigo, etc..

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Segunda Parte

Encuentros Juveniles

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VI.

Conocimiento propio y délos otros

1. Canto: Conviene iniciar el encuentro entonando canciones que propicien un clima de apertura y de confianza; algún juego de movi­miento colaborará a crear un clima favorable.

2. Dinámica de "El carro": El coordinador reunirá a todos los participantes en sesión plenaria, o bien en pequeños grupos, según recomiendan las circunstancias; leerán el ANEXO titulado "El carro" entre uno o varios lectores. Terminada la lectura, distribui­rán papel y lápiz a los participantes para responder a las siguientes pistas de trabajo en forma individual:

— Pinte un carro que ud. va a llamar: el carro de la vida.

— Ahora indique las siguientes especificaciones de su carro:

a) Lugar de donde sale su carro y placa (Lugar y fecha de su nacimiento).

b) Identidad del carro: nombre y apellidos.

c) ¿Quién maneja el carro: ud. o sus padres, la novia(o), un amigo(a)?

d) ¿Qué personas importantes viajan con ud.? ¿En qué puesto: adelante, atrás, a un lado?

e) ¿A qué velocidad marcha su carro?

f) ¿Para dónde va su carro? (¿Qué ideal pretende alcanzar?)

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g) ¿Hay obstáculos en la carretera? (Dificultades para alcanzar su objetivo).

h) ¿Cómo está el tráfico en la carretera?

i) Los semáforos están en rojo (prohibición de seguir), en amari­llo (¡alerta!), en verde (orden de continuar la marcha).

j) ¿Qué elementos (valores humanos) importantes llevará ud. para estar bien equipado para la carrera en la vida?

3. Diálogo grupal: Hecho el anterior diagnóstico, los jóvenes for­marán pequeños grupos para intercambiar la descripción de su propio carro, para mostrarse mutuamente el carro que han pintado-Si se considera oportuno, podrá sugerirse el cambio de grupos para un nuevo intercambio con distintos compañeros.

4. Sesión plenaria: En ella el coordinador dirigirá un comentario público sobre la dinámica anterior. Podrán ayudar estas preguntas:

a) ¿Qué utilidad han encontrado en este ejercicio?

b) ¿Qué juicio les merece: conveniente, necesario, provechoso?

c) ¿Qué opinan de las diversas velocidades con que marchan algunos compañeros?

d) ¿Cuál fue el obstáculo que más veces apareció en el intercam­bio? ¿Por qué la frecuencia de ese obstáculo? ¿Qué soluciones sugieren uds.?

e) ¿La pregunta sobre el estado del tráfico qué les hace pensar? ¿Es una dificultad, un tropiezo para avanzar? ¿Por qué?

f) De entre los valores humanos, o elementos del equipo de viaje, ¿cuál fue el elemento más tenido en cuenta? ¿Por qué?

g) Otras posibles preguntas que el coordinador quiera hacer, o que los mismos participantes hagan...

5. Elaboración de carteleras: Los mismos grupos anteriores u otros nuevos, se dedicarán ahora —según intereses homogéneos— o sea, los que tengan como ideal una determinada carrera profesio­nal en su vida, formarán grupo para elaborar una cartelera sobre la carrera ambicionada por ellos; con ayuda de láminas de revistas o periódicos construirán una cartelera para presentar en sesión plenaria posteriormente; en ella podrán presentar la información que tienen sobre la carrera deseada...

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6. Sesión plenaria: Con la coordinación de un moderador del pj^ nario presentarán las carteleras hechas, y harán un comentario a

cada una de ellas... Quien de entre el público tenga algo con qué 6 ^ riquecer la información sea invitado a hacerlo.

7. Mesa redonda: Es algo muy oportuno; previamente habrán ¡ n

vitado a algunos profesionales de diversas ramas de la ciencia Par a

hacer con ellos una "mesa redonda" en la que respondan a las pregUft

tas que los participantes quieran hacer. Conviene que estas pregunta se preparen previamente y se seleccionen...

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Anexo

El hombre-carro

Llegó a "esta ciudad" y desde entonces le llamaron CARRO. Ese solo nombre le dio a entender que el sentido de su vida sería recorrer y recorrer caminos hasta llegar a "otra ciudad" llamada PLENITUD. Y conscientemente aceptó su VOCACIÓN. Durante su niñez, CARRO, embriagado por la alegría y el entusiasmo, soñó que su vida toda sería una AUTOPISTA por la cual podría avanzar tranquila y placenteramente, sin tropiezos ni frenazos, teniendo como compañía el esplendor de un día interminable, la belleza del paisaje encantador y la estimulante música arrancada caprichosamente a su moderno pasacintas. Así, soñando, soñando, pensó seriamente que la vida era sólo una sonrisa...

Pero CARRO, a medida que vivía fue descubriendo que la existencia era una CONGESTIONADA CARRETERA por la cual igualmente transitaban carros de todos los modelos, tamaños y colores... a velocidades muy distintas. Entonces empezó a comprender que vivir es avanzar, luchar, correr, y no sólo sonreír. Sí, avanzar a pesar de todo, para llegar a la otra ciudad en compañía de muchos otros carros. Ahí reafirmó su VOCACIÓN. Un día, en vez de la música elegida y dopadora del pasacintas, encendió la radio y en todas las emisoras escuchó noticias relacionadas con el tránsito en la ciudad: choques frecuentes entre carros, que entorpecían el avanzar; carros asesinos; carros parqueados; carros salidos de la vía; carros estrellados, muertos, por exceso de velocidad; carros detenidos por haber irrespetado las normas de tránsito; carros sin placas, sin identidad; carros parados por falta de combustible; carros grandes que quitaban la vía o se la cerraban a los más pequeños; carros por la izquierda, carros por la derecha; carros por el centro...

La radio continuaba haciendo noticia lo que todos los carros vivían y observaban. CARRO se sintió incómodo, y para tranquilizarse apagó la radio con el fin de escuchar nuevamente su pasacintas, pues se sentía mejor... Pronto brotó del cassette que seleccionó, una melodía que le hizo olvidar las noticias. Decía así:

Vive feliz, vive cantando, que la vida es vida si la haces soñando. La, la, la, la, la, la...

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Escuchando la canción creía estar en PLENITUD. Pero no, se hallaba en plena carretera, al lado de muchos carros, con muchos otros carros, sabiendo para dónde iba, pero a ratos sin saber por dónde, sin saber cómo, sin saber por qué.

En medio de su desconcierto, invocó la LUZ. Y la LUZ, que ya existía pero no había sido percibida, empezó a jugar papel importante en su vida Así, con la ayuda de la LUZ, pudo avanzar más firme, corriendo de día y de noche.

Cuando deseaba lanzarse con rapidez a conquistar la otra ciudad, una LUZ roja le invitaba a detenerse, a reflexionar su camino, a respetar el paso de los otros carros que, a pesar de llevar distintas direcciones, tenían la misma meta. El detenerse ante el semáforo en rojo no sólo le brindaba la posibilidad de avanzar mejor, sino que hacía brotar en él una satisfacción y una alegría muy distintas a las que experimentaba escuchando su pasacintas.

A ratos creía ir por la verdadera ruta, cuando de repente hallaba una flecha de LUZ verde que le indicaba cambio de dirección.

También CARRO tuvo que transitar durante muchas noches. Entonces tenía que recurrir a la LUZ que llevaba en su interior, consciente de que sólo una batería bien cargada era capaz de ayudarle a superar las oscuras noches de la carretera.

Muchas cosas de esta ciudad invitaron a CARRO a parquearse, a detener su marcha, a despreocuparse de su meta, a retardar su arribo a ella. Y varias veces se detuvo. En momentos pensó que era mejor esta ciudad; en ocasiones fue invitado por otros carros que habían decidido estacionarse; y más de una vez, en la noche, se le descargó la batería

Sin embargo, a pesar de las paradas, CARRO valientemente reemprendió la marcha y... poco a poco fue entendiendo que los que paran prefieren el pasacintas a los noticieros. Fue cuando, con gran conciencia, resumió su VOCACIÓN a la PLENITUD, con la firme resolución de no volverse a parquear y de dejarse guiar totalmente por la LUZ, en sus diversas manifestaciones.

Cuando aprendió a correr así, orientado por la LUZ, respetando la velocidad de los otros carros, con ellos, sin estacionarse, dispuesto a propiciar por las emisoras buenas noticias, comprendió que la otra ciudad empezaba acá. Que era ésta, vivida, corrida así. Y siguió llegando a PLENITUD, mientras en su rostro se reflejaba una expansionadora sonrisa, muy distinta a la de su niñez.

Raúl Echeverri Mejía

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VIL "Ellos y Ellas..."

1. Cantos: Para este momento inicial convendrá entonar canciones del ambiente popular: la canción más opcionada en el momento presente, la canción del cantante favorito, etc..

2. Dinámica de los "sindicatos": Reunidos en grupos homogéneos los varones y las mujeres por separado, cada grupo dialogará sobre la visión y conocimiento que tienen del sexo opuesto. Esto lo presenta­rán por escrito, señalando los aspectos positivos y los negativos escritos en pliegos de papel; igualmente, cada grupo escribirá qué espera del grupo del sexo opuesto para una auténtica convivencia. Estos pliegos serán presentados en sesión plenaria a la manera de sindicatos que reclaman unos derechos. Habrá que recomendar que la visión mutua que presenten, trate de ser muy objetiva.

3. Diálogo grupal: Para este momento harán fusión de los grupos tratando de lograr una gran heterogeneidad (jóvenes de ambos sexos) que discutirán sobre los pliegos presentados; les servirá como pista de trabajo esta guía:

a) Unos a otros se pedirán las aclaraciones que consideren oportu­nas a causa de malos entendidos, o de exageraciones en ciertas afirmaciones, o fruto de ciertos perjuicios...

b) El grupo que se sienta afectado por una afirmación negativa analizará el reproche y aceptará la observación o rechazará con razones válidas...

c) ¿A qué causas se debe atribuir un comportamiento menos bueno

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de uno de los gremios (ellos o ellas): al carácter, a la educación recibida, al ambiente social, a la sociedad de consumo?

d) ¿Qué valores de cada uno de los sexos se dejan en olvido hoy? ¿Qué valores de cada uno de los sexos se han convertido en "ídolos" hoy? ¿Por qué?

e) Ante el machismo de nuestro ambiente, ante la manipulación de que es objeto la juventud, ¿qué pueden y deben hacer ellos y ellas en concreto? ¿Por qué?

4. Elaboración de carteleras: Organizados en grupos heterogé­neos elaborarán carteleras en las que representen la colaboración que ellos pueden dar a ellas, y éstas a los otros, para ayudarse en el proceso de madurez humana; dichas carteleras serán presentadas en sesión plenaria haciendo de las mismas un comentario...

Aspectos que se pueden tener en cuenta para la elaboración de las carteleras: qué colaboración existe entre:

• padre e luja y madre e hijo.

• hermanos y hermanas.

• amigos y amigas.

• novios y novias.

• esposos y esposas.

• padres y madres de familia

5. Trabajo grupal: Consistirá en reunir nuevamente en grupos homogéneos (ellos y ellas por separado) para escribir —con base en la reflexión hecha en este encuentro— una carta: ellos a ellas, y ellas a ellos, en la que expresen qué piensa el varón de la mujer, y ésta de él; será una carta que sirva de pista de conducta a cada uno de los sexos, y que, a ser posible, se pueda publicar, para utilidad de muchos otros.

La carta no será demasiado larga, pero sí muy explícita, con un lenguaje digno y decoroso; escrita la carta, se podrá leer en público.

6. Cantos: Como al comienzo del encuentro, ahora se dedicará un rato a entonar canciones mensaje sobre el amor, sobre la amistad, etc..

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VIII.

El Liderazgo

1. Cantos: El coordinador invitará a que los mismos jóvenes orga­nicen una sesión de cantos, concursos, actuación de posibles can­tantes presentes en la sesión; les sugerirá organizar juegos de sala-Así aparecerán posibles líderes existentes en el grupo, para ayudar a la comprensión del tema de este encuentro.

2. Trabajo grupal: El coordinador previamente habrá seleccionado tres jóvenes a los que dará consignas especiales para actuar en los grupos de trabajo sin que lo sepan los otros jóvenes; a uno le enco­mendará la misión de ser un "líder autoritario": todo lo quiere hacer él; sólo él es el único capaz de pensar, de dirigir; no da margen de opinión; todo lo impone él; es dominante, absorbente.

A otro le encomendará el papel del "líder leseferista": es el animador que deja hacer todo al grupo; es un animador sin autoridad, que no tiene ideas; es débil, es bonachón y tolerante en demasía; tiene miedo a incomodar; hace nada.

A un tercero encomendará hacer el papel del "líder democrático" o cooperativo: opina y acepta las opiniones de los otros; distribuye responsabilidades, no se deja vencer por las dificultades; estimula a los otros y da importancia a cada participante; ayuda a que el diálogo del grupo camine y avance y no se "empantane" o detenga en discu­siones inútiles...

Hecha esta preparación previa, organiza los grupos; pone al frente de cada grupo a uno de los líderes ya provistos de las consignas de su

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oficio; encomendará a los grupos tareas diferentes: organizar la fiesta de cumpleaños del grupo, o cumpleaños de algunos amigos; organizar un paseo del curso o grupo a que pertenecen; organizar un acto cultural o una actividad apostólica en un ancianato...

3. Sesión plenaria: Reunidos los grupos en sesión plenaria, un re­lator del grupo, distinto del líder o animador que los coordinó pre­sentará el programa elaborado; contarán cómo se realizó el diálogo en el grupo, qué dificultades tuvieron, cómo vieron actuar al coor­dinador o animador, qué actitudes le alaban o reprochan y por qué...

El coordinador invitará a los grupos a decir cuál de estos tres tipos de liderazgo encarnó su coordinador: líder autoritario, líder leseferista, lí­der democrático. ¿Cuál de los tres tipos, creen, que es el mejor? ¿Por qué?

4. Lectura: El coordinador distribuirá entre los grupos de trabajo algunos trozos para leer y comentar. ANEXOS.

Preguntas que pueden orientar el diálogo de grupo o comentario:

a) ¿En qué forma el trozo leído ha completado la información que tenían de los diversos tipos de liderazgo?

b) ¿Conocen personas que encarnen uno de estos tipos de lide­razgo? ¿Qué opinan de ellas?

c) ¿Nuestros padres de familia, nuestros educadores, los políticos de nuestra región, las autoridades de nuestro pueblo qué tipo de liderazgo ejercen?

d) ¿Qué opinan uds.; el líder nace (lo es por un don de la naturale­za), o se hace a sí mismo por su propio esfuerzo y autoformación?

e) ¿Cuáles creen que son las principales cualidades que debe poseer un líder democrático? Justifíquelas.

5. Actividad individual: El coordinador entregará a cada uno de los participantes las copias del Anexo "Las medidas para lograr ca­pacidad de líder".

Hecha esta evaluación, se podrá propiciar un intercambio entre los participantes para comentar las capacidades que cada uno ha detec­tado en su propia persona,

6. Cantos y juegos guípales: Algunos de los presentes ofrecerán su colaboración para animar la reunión con cantos, juegos de sala, y poner así, al servicio del grupo, sus capacidades de liderazgo.

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Anexo

Tipos de líderes y formas de liderazgo

El desarrollo o el desgaste de la dinámica de un grupo depende en gran medida de la manera en que es conducido, de las formas de liderazgo que se ejercen en él. Esta idea es fácil de entender a través de la simple caracteriza­ción de los principales tipos de líderes:

1. Líder autocrático

Autoritario, concentra el poder de decisión. Dicta él solo las normas y activi­dades del grupo. Es auto-suficiente. No distribuye el poder de decisión.

No promueve otros liderazgos. No estimula la iniciativa de los miembros del grupo. Mata el entusiasmo. Se limita a mandar, prohibir, amenazar, exigir y castigar. Es el dictador.

-feM-

Líder autocrático Líder paternalista

2. Líder paternalista

Si el líder autocrático mantiene al grupo en dependencia a través de la dominación, el paternalista obtiene el mismo resultado a través de la super-protección, del «asistencialismo». Quiere hacerlo él todo. No valora la inicia­tiva ajena y la sustituye por la propia. Tampoco promueve liderazgos. Tiende a crear individualidades infantiles, indecisas e inseguras. Todo el mundo debe recurrir a él para encontrar la solución.

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3. Líder «laissez-faixe»

Al contrario que los otros dos, este líder no toma ninguna iniciativa. No asume ni dirige ni coordina. Es inseguro y está desligado. El grupo se desintegra, debido al desinterés o a los conflictos que se originan.

4. Líder democrático

Valora las ideas e iniciativas del grupo. Coordina, anima y promueve la participación y la cooperación.

Favorece la aparición de liderazgos. Distribuye el poder de decisión, ejercién­dolo de modo cooperativo. Crea un clima de libertad, de comunicación y de integración. Hay autores que prefieren reservar la denominación de «líder» únicamente para el democrático, usando como término genérico y válido para todos el de «dirigente».

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Líder democrático

El liderazgo. Visión global

a) La investigación de los rasgos distintivos en la personalidad del líder no ha dado resultados concluyentes. Esta afirmación es válida tanto en el caso de la inteligencia como en el de la llamada cualidad carismática o mágica del líder.

b) Al precisar la significación y el lugar propio del liderazgo, no deben

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preferirse los factores de situación y de organización, como la delegación de autoridad o el poder de recompensar y castigar.

c) La capacidad de captar, de percibir lo que acontece en uno mismo y en el grupo u organización, parece ser una variable importante.

d) La facilidad con que un individuo contribuye a la tarea del grupo y a los procesos emocionales, como también la cualidad de sus contribuciones, parecen constituir factores significativos. Cabe la posibilidad de que tarea y procesos se distribuyan entre varios individuos del grupo.

e) Las cualidades de «quienes siguen» pueden influir en la elección del líder. Los miembros más autoritarios tienden a exigir la dirección fuerte de un solo individuo, mientras que los miembros de sentido más igualitario se inclinan por líderes que tengan en cuenta los sentimientos de las personas y del grupo.

f) El rol de líder puede servir incluso de cabeza de turco para el grupo.

g) Cada vez es mayor el interés prestado al estudio de la distribución de las funciones de liderazgo entre los diferentes miembros de un grupo.

h) Un modo de identificar al liderazgo, de acuerdo con la teoría del campo, se basa en la idea de que un miembro es un líder «cuando otra persona o el grupo se esfuerzan por adoptar su punto de vista considerándolo pertinente res­pecto al grupo». i) Algunos autores conciben los tipos de liderazgo autoritario o igualitario como dimensiones de un continuum. Sugieren así la posibilidad de elegir un modelo de liderazgo, mediante una precisa apreciación de las necesidades del estado de organización del grupo, y del grado de dirección y de libertad que permitirán a los individuos rendir su nivel óptimo de trabajo.

j) En uno de los primeros estudios consagrados al análisis del liderazgo en diferentes atmósferas experimentales, Lewin, Lippit y White han compro­bado los cinco puntos siguientes: 1) Los grupos autocráticos y de úaissez-faire» evidenciaban menos origina­lidad en su trabajo que los grupos democráticos. Por otra parte, la autocracia no se revelaba más eficaz que la democracia.

2) En los grupos autocráticos, había más dependencia y menos individualidad. 3) Con un líder democrático, se registraba mayor benevolencia y espíritu de grupo. 4) Bajo la dirección de líderes autocráticos, se producía una mayor hostili­dad y agresión manifiestas y latentes, comprendida la agresión contra las cabezas de turco. 5) Este estudio se llevó a cabo sobre la base de unos niños de diez años de edad del Middle West norteamericano, y los climas de autocracia, de demo­cracia y de laissez-faire fueron simulados. Sin embargo, los resultados obte­nidos coinciden suficientemente con otros conocimientos sobre los grupos como para inducirnos a llevar más lejos el razonamiento y la experimentación.

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MEDIDAS PARA LOGRAR CAPACDDAD DE LÍDER

2. 3. 4. 5.

1. Estimular a las personas para que quieran obrar. Estudiar la actitud de subordinados Practicar el hábito de escuchar bien Hacer críticas constructivas Criticar en privado

6. Elogiar en público 7. Mostrar consideración hacia los demás 8. Delegar responsabilidad en los demás 9. Reconocer méritos

10. Evitar una actitud dominadora Estar interesado en los demás y apreciarlos Dirigir con sugerencias más que por órdenes Explicar las exigencias Compartir los planes pronto con los subordina­dos. Practicar las normas que impone a los demás Destacar lo positivo Ser consecuente Tener confianza en las personas

19. Consultar a los subordinados 20. Admitir los errores

Explicar por qué cuando se rechazan ideas ajenas. Conciencia de que las personas realizan sus pro­pias ideas.

23. Evaluar lo que se dice antes de hablar 24. Aceptar "quejas" moderadas (rezongos) 25. Ser capaz de destacar la importancia ajena 26. Ser capaz de ofrecer un objetivo a los subordina­

dos. 27. Comunicar eficientemente las ideas

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11. 12. 13. 14.

15. 16. 17. 18.

21

22.

o

i. KENNETH-WISHART, Técnicas de liderazgo, Marymar, Buenos Aires, 1975, pp. 126-127-

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IX. Los ídolos del joven moderno

1. Cantos: El coordinador invitará a cantar temas de los ídolos de la canción moderna y otras canciones favoritas de los jóvenes.

2. Dinámica grapa/: Distribuidos en grupos, cada grupo elegirá por consenso el personaje favorito, que es, o se está convirtiendo en "ídolo" por algún valor determinado: deporte, cine, literatura, tra­bajo social, ciencia, política, arte (cantante, pintor, compositor...), lí­der guerrillero, etc. Harán con ellos una escala, de más o menos importante, atendiendo a las inquietudes del grupo, e indicando qué saben de la historia personal de cada uno de estos personajes. Hecha la escala, buscarán la forma de presentar luego en sesión plenaria una demostración de la actividad que caracteriza el personaje favo­rito colocado en la primera casilla de la escala, en orden de interés para el grupo: canción del cantante, argumento de una de sus obras literarias, actitudes valientes que entusiasman, etc..

En sesión plenaria cada grupo presentará, a través de un relator, el diálogo desarrollado, el personaje elegido, la actividad que lo caracte­riza, etc..

3. Sociodrama: Los mismos grupos que actuaron en el momento anterior, ahora prepararán un sociodrama en el que se represente el proceso que sigue un "ídolo", desde su aparición hasta su eclipse: personas que lo lanzan al mercado de la publicidad, estímulos que le ofrecen, personas interesadas en su lanzamiento y por qué intereses concretos, dificultades con que tropieza el candidato a "ídolo", home­najes idolátricos que le ofrece la muchachada entusiasmada, sacrifi-

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cios que le pide la multitud al "ídolo" a cambio de aplausos..., cómo comienza el eclipse del "ídolo" hasta desaparecer en el olvido. Drama­tizarán en plenario los diversos sociodramas, dejando, finalmente, en los oídos del público, una "moraleja" o conclusión-mensaje de la historia de un "ídolo".

4. Trabajo grupal: Cambiando los integrantes de los grupos, unos nuevos grupos recibirán del coordinador la tarea de reflexionar sobre unos tipos de "ídolo" muy sofisticados de la sociedad moderna: el dinero, la ciencia, el poder, la juventud, la mujer, el propio YO, la vida fácil y placentera...

Cada grupo analizará —a elección del grupo— uno de estos ídolos, siguiendo estas preguntas:

a) ¿Por qué eligió el grupo un determinado ídolo?

b) ¿Qué influjo tiene este ídolo en nuestro ambiente social?

c) ¿Qué valores del ídolo en mención nos han cautivado para aceptarlo como tal?

d) ¿Qué beneficios reporta a la "hinchada" o grupo de simpatizan­tes el personaje que idolatran?

e) ¿Qué "lados flacos" o debilidades tiene el ídolo en cuestión? ¿No tiene fallas?

f) ¿Cómo entienden uds. el hecho de "relativizar" la eminencia de un determinado ídolo? ¿Por qué relativizar? ¿Cómo relativizar los ídolos?

5. Reflexión final: Los grupos organizados para la actividad ante­rior, construirán un "monumento" (especie de sociodrama sin pro­nunciar palabras, sólo con gestos significativos; lo representarán en plenario como conclusión-mensaje de la reflexión hecha de este encuentro; los grupos que observan la representación del monu­mento, descubrirán el mensaje que les quiere ofrecer, y lo confronta­rán con el objetivo que se propuso el grupo autor del monumento.

6. Cantos: Para terminar el presente encuentro elegirán cancio­nes-mensaje que subrayen el tema analizado hoy.

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X.

El joven cristiano, profeta hoy

í. Canto: Podrá el coordinador iniciar este encuentro con la can­ción "El Testigo", "El Profeta", u otras...

2. Lectura: El coordinador distribuirá copia del ANEXO: "La Pa­rábola de Juan Fracaso". Los participantes la leerán, la analizarán con base en estas preguntas:

a) ¿La parábola de Juan Fracaso o "Cuento del Duque listo", es una realidad en nuestro ambiente o es simple fantasía?

b) ¿Han visto esta parábola plasmada en la vida y persona de alguien? ¿Quién? Cuenta su historia.

c) ¿Qué opinan de las actitudes de cada uno de los personajes que intervienen en esta parábola?

d) ¿Hay personas de nuestro ambiente social que repiten estas mis­mas actitudes? ¿Cuáles? ¿En qué circunstancias?

e) ¿Qué piensan de la frase que se repite en el relato varias veces: "el pueblo que no reclama la justicia no la merece y jamás la tendrá"?

f) ¿Alguno de uds. se ha sentido con la vocación de profeta, de Juan Fracaso? ¿En qué circunstancia? ¿Podrá hoy una sola persona cam­biar la situación de injusticia reinante? ¿Qué hace falta?

3. Actividades grupales: El coordinador encomendará activida­des distintas a los diversos grupos para organizar y realizar en tiempo determinado, y representar una sesión plenaria; las activi-

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dades pueden ser: a. montar un "monumento" en torno a la canción de "El Profeta", o "El Testigo"; b. organizar sociodramas sobre algún detalle de la vida de un profeta (antiguo o de nuestra época); c. hacer cartelera sobre la misión de un profeta que denuncia el mal y anuncia la intervención de Dios en la historia; d. hacer un reportaje a otras personas sobre la figura de los profetas, atendiendo a estas preguntas:

a) ¿Quién es un profeta para Ud.?

b) ¿Cuál es la misión que realiza un profeta?

c) ¿Conoce Ud. algunas personas a quienes se les pueda llamar "profetas" en nuestra época moderna? ¿Quiénes?

d) ¿La sociedad acepta con gusto la figura de un profeta? ¿Por qué?

f) ¿Cuál ha sido normalmente la suerte que corren los profetas? ¿Por qué? Señale algunos ejemplos.

g) ¿En qué circunstancias se hace necesaria la presencia y la actuación de un profeta?

h) ¿Cuál será la suerte de un país que rechaza a los profetas y llega a matarlos?

En sesión plenaria, cada grupo presentará su actividad.

4. Testimonio personal: De ser posible, uno de los presentes podrá dar un testimonio personal de alguna actitud profética que vivió, o vio a otro; mejor aún, si se puede invitar a alguien que ha encarnado la figura de un profeta en circunstancias concretas para que relate su experiencia profética; en este caso aprovechar la ocasión para hacer un reportaje al invitado.

5. Lectura: El coordinador seleccionará algunos relatos que hagan referencia a un profeta moderno, ojalá del país o región para sentirlo más cerca de nosotros. ANEXO. Sobre el relato se podrá entablar un diálogo breve, en plan de analizar las circunstancias que vivió el profeta y que le dieron la oportunidad de vivir una experiencia de este tipo. Preguntas:

a) ¿Las circunstancias se asemejan a algunas circunstancias de nuestro país?

b) ¿Por qué no abundan las personas dispuestas a ser profetas en medio del pueblo?

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c) ¿Ser profeta es un adorno personal o es un servicio al pueblo? ¿Por qué?

d) ¿Cada uno de nosotros podrá ser profeta? ¿Habrá que esperar circunstancias extraordinarias? ¿O en circunstancias sencillas también es posible ser profeta? Señale algún ejemplo concreto.

6. Redacción de una carta-mensaje: Será una carta (en plan de publicarla), enviada a alguien (gobernante, político, director de empresa, etc.) para hacerle conocer el pensamiento y posición profética de un grupo de jóvenes en torno a un problema concreto que vive un barrio, obreros de una fábrica, ün pueblo, etc. Se recomienda estudiarla bien, para que no se convierta en simple demagogia, sino que exprese un gesto de solidaridad con el pueblo.

7. Oración-Compromiso: Ya para cerrar la jornada de reflexión, el coordinador invitará a concretarse en unos momentos de oración-meditación para contemplar al gran Profeta de la historia, Jesucristo. La oración-meditación se hará en torno al CREDO DE LOS JÓVENES. ANEXO. Podrá hacerse, primero en clima de silencio; alguien va leyendo pausadamente mientras los otros reflexionan en silencio; se podrá hacer, por par te de algunos y en forma espon_ tánea, algún comentario; al final, todos podrán recitar conjunta­mente el credo. Terminarán cantando alguna de las canciones-mensaje conocidas.

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Anexo

Cuento del Duque Listo

Hace muchos años hubo en Alemania una guerra contra Francia. Alema­nia ganó. El rey nombró aun duque, don Listo, encargado de una provincia como premio por su ayuda en la guerra. La gente de la provincia estaba encantada de tener a un duque tan importante como don Listo por Gobernador. La gente düo: "Ciertamente, un hombre tan inteligente y capaz como don Listo puede hacer mucho bien y lograr el progreso para nuestra provincia".

El rey quiso también premiar a la provincia por su colaboración en la guerra y envió 100.000 marcos de oro al duque para que los invirtiera en beneficio del pueblo. El duque decidió edificar una fuente en el centro de la plaza, que costó la mitad del dinero que el rey había enviado, y con el resto renovó su propia residencia. Todo el pueblo sabía que la fuente no había costado 100.000 marcos pero nadie quiso decir nada.

El duque don Listo estaba a la expectativa del reclamo de la gente, pero cuando nadie reclamó, el duque gritó: Yo soy como rey aquí. Este es un pueblo de conejos miedosos. Elpueblo que no reclama la justicia no la merece y jamás la tendrá.

Un día el duque recibió una carta del rey, que decía: "Mi estimado don Listo, Gobernador de Tierra Buena: Ruégole buscar en su provincia un pedazo de terreno donde estos tres soldados heridos en la guerra puedan edificar una chocita. Gracias". Firma Guillermo II, rey de Alemania. El duque no enseñó la carta a nadie, sino que visitó las casas de tres ciudadanos humildes y les dyo: "El rey Guillermo me mandó a quitarle su casa y entregarla a este soldado herido". Y así el duque desalojó a cada uno de los dueños. Después dyo a los soldados: "Hermanos, hemos peleado hombro a hombro en la guerra. Somos compañeros de batalla. Voy a hacerles el gran favor de alquilarles una casa a cada uno a mitad de precio". Así don Listo quitó la mitad de la pensión de los soldados alquilán­doles las casas robadas.

Los dueños de las tres casas se fueron a quejar al rey y cuando regresaron al pueblo, el duque les puso en prisión, acusándolos de robar ganados, y les dio muerte.

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El rey Guillermo envió un capitán de su ejército para investigar las acusa­ciones contra el duque. Pero cuando el capitán interrogó a los comercian­tes, ellos pensaron: "Si decimos la verdad, el duque va a castigarnos con más impuestos. Además, no fueron nuestras las casas que él robó", y no düeron nada. Después el capitán preguntó a los empleados civiles de la provincia. Ellos pensaron: "Si decimos la verdad, el duque va a quitarnos nuestro trabajo". "Además, no fueron nuestras las casas que él robó", y no dyeron nada. El capitán no podía probar nada contra el duque y regresó a la capital.

El duque don Listo estaba alegre y exclamó: Yo soy como rey aquí. Este es un pueblo de conejos miedosos. El pueb lo que no reclama la justicia no la merece y jamás la tendrá.

Las buenas señoras del pueblo rezaban a Dios día y noche pidiéndole que enviara a un ángel del cielo. Ellos no entendieron que Dios libera a su gente solamente por medio de la comunidad.

El año siguiente había una gran plaga de gusanos que exterminó los cultivos y la gente de toda la provincia sufría de hambre.

El duque don Listo avisó al rey y éste envió dinero y grandes cantidades de comida al duque para que los repartiera entre la gente. Don Listo repartió un poquito a todos para que no murieran de hambre. A sus amigos y servidores fieles, les dio más, y guardó la mayor parte para sí mismo; muchos pobres le pidieron más comida y dinero pero él les dyo que no había más.

Y así el duque aumentaba cada día la opresión de la gente porque nadie hizo nada. El duque estaba alegre y dyo: Yo soy coma rey aquí. Este es un pueblo de conejos miedosos. El pueblo que no reclama la justicia, no la merece y jamás la tendrá.

El capitán del bote que llevó la comida y el dinero del rey a Tierra Buena, quiso ayudar a la gente del pueblo. Un grupo de hombres del pueblo quería edificar un puente sobre el río que dividía el pueblo, pero no podía conse­guir la madera para las vigas largas. El capitán düo: "Quiero ayudar al pueblo. Voy a traer en mi bote los árboles grandes que ustedes necesitan para el puente". Pero el duque quiso que cualquier programa para el progreso del pueblo fuera hecho por él mismo; quería ganar la fama como el único gran promotor de progreso en la provincia, con la esperanza de que el rey le nombrara Gobernador de otra provincia más grande y rica; escribió, entonces, una carta en que calumniaba al capitán del bote y el rey mandó llamar al capitán, quien nunca pudo llevar la madera para el puente. La gente del pueblo estaba afligida y algunos quisieron escribir al rey, pero no lo hicieron.

Entonces el duque exclamó:

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Yo soy como rey aquí. Este es un pueblo de conejos miedosos. Elpuebloque no reclama la justicia, no la merece y jamás la tendrá.

Había un hombre en el pueblo llamado Juan Fracaso. Juan era un pobre zapatero con pocos estudios y muchos hyos. Un día, cuando Juan Fracaso estaba leyendo su Biblia, el Espíritu de Dios tocó su corazón; Juan cerró su Biblia, se levantó y se fue a todas partes del pueblo gritando:

"Así dice el Señor Dios. Escúchame, pueblo mío: No habrá justicia hasta que ustedes sean más justos y exijan más justicia de otros ".

El duque don Listo se puso furioso; mandó capturar a Juan Fracaso, le azotó con un látigo y le arrancó la lengua. Juan Fracaso estuvo 40 días en cama recuperándose; cuando ya pudo levantarse, hizo una cartulina que decía:

"Así dice el Señor Dios. Escúchame, pueblo mío: No habrá justicia hasta que ustedes sean más justos y exijan más justicia de otros".

Aunque Juan no podía hablar, guindó el rótulo en su pescuezo y con él caminaba por todo el pueblo. Don Listo mandó matar a Juan Fracaso diciendo que era un revolucionario, un subversivo y un religioso fanático que se entrometía en cosas políticas. (En Alemania se prohibió a los religiosos meterse en cosas políticas). El duque colgó el cuerpo de Juan Fracaso en la plaza y llegaron los cuervos a devorarlo.

El pueblo estaba muy afligido porque quería mucho a Juan Fracaso; el mensaje de éste había penetrado en los corazones de la gente. Algunos borrachos que no cumplían su obligación con sus familias, se arrepintie­ron. Los que habían abandonado a sus hijos, regresaron a casa. Algunas mujeres chismosas cambiaron de actitud. Unos hombres vinieron y quita­ron del cuerpo de Juan el rótulo bañado en sangre y lo llevaron de noche por todas partes del pueblo; finalmente, reunieron a un buen número de hombres y mujeres para presentar al rey Guillermo sus quejas contra el duque.

El rey estaba enojado con el duque y con el pueblo; expulsó al duque de la provincia de Tierra Buena y dyo al pueblo: "No hay justicia hasta que el pueblo la exya".

Cfr. GREGORIO SMUTKO, La amcientizaeiwi, Edic. Paulinas, Bogotá, 1978, pp. 124-127.

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Anexo

Mensaje de fraternidad "No buscamos una humanidad miserable-sino una en fraternidad"

Este décimo aniversario de la muerte de GERARDO VALENCIA CANO, nos sirve en segundo lugar, para templar de nuevo la fibra más íntima, quizás, de su vida y testimonio: SU MENSAJE DE FRATERNIDAD. La revelación tiene su antropología y en ella el hombre trae en sí mismo la dialéctica de las dos tendencias opuestas: aper tura hacia Dios y hacia los hermanos y cerra­miento hacia Dios y hacia los hermanos. Negar a Dios es negar al hermano y viceversa. En último término, ser cristiano, es luchar contra el egoísmo. "El drama de nuestra época es el que, frente a un mundo que está inten­tando con todas sus fuerzas instaurar una hermandad sin padre, los cristianos presentan el aspecto de una paternidad que no los une con Sus hermanos". Es falsa toda espiritualidad que dice estar cerca de Dios como un pretexto de la ausencia de su hermano. Y cuántas veces la ausencia de Dios de la que tanto se lamentan algunos, no es más que una ausencia del hermano. De otra parte, el que se da al hermano, encuentra a Dios. Solamente se encuentra la verdadera grandeza en el servicio al hermano. El punto de concentración de todas las esperanzas del corazón humano que se dirigen al absoluto es, según el mensaje cristiano, el hermano. Paulo VI lo había afirmado en el Concilio: "el Cristianismo es la religión del hombre, de todo el hombre", y asumir al hombre como totalidad, es ele­varlo a la categoría de hermano. La fraternidad es aquel ambiente único en el que el hombre es lo que debe ser, gracias a los demás. Nuestra época está aguardando a que alguien le proponga un rostro de sí misma, un rostro en el que pueda reconocerse y aceptarse, alguien totalmente bueno, que con­centre en sí el don de la Fraternidad de tal manera que acorte las distan­cias, tienda su mano amiga como puente levadizo que una, dignifique y traspase el umbral oscuro del tedio, del egoísmo, de la desesperación, hasta convertirse en el hombre-hermano, simplemente hermano, el her­mano universal. Aquí encontramos la definición más simple, la síntesis más correcta de la vida, del pensamiento, de la praxis del Obispo de Buenaventura, GERARDO VALENCIA CANO: EL HERMANO GERARDO. Así no más, Hermano GERARDO. No es snobismo, no es demagogia. Es concreción, fibra, vena evangélica. No es algo prefabricado, es una tarea; no es entre-guismo, es construcción de una humanidad nueva; "no buscamos, dice el HERMANO GERARDO, una humanidad miserable, sino una humanidad nueva, unida en la fraternidad". No es filantropía, no es neutralidad. Es una opción que tiene nombre propio: SOCIALISMO.

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Para el hermano Gerardo el socialismo es el nuevo nombre de la fraternidad

Un socialismo que no llega a definir en su estructura, en sus principios operantes, en sus líneas programáticas, en sus mecanismos, en su estrate­gia, sino más bien como una utopía de la Fraternidad, de la igualdad. Un socialismo en contraposición total del capitalismo. "El Capitalismo, con su insistente defensa de lo mío y lo tuyo, no hace más que iluminar diferencias y alargar distancias. Ese 'mío' y ese tuyo', palabras cortas; pero cortantes y asesinas son la causa de todas las distancias, de todas las sospechas, de todas las matanzas". Su socialismo es libertad, es "la expresión autóctona de convivencia política y económica dentro de las coordenadas de la idiosincrasia latinoamericana y cristiana, que el estudio de nuestra antro­pología y el descubrimiento de la esencia evangélica nos hará posible traducir en formas orgánicas e institucionales". Un socialismo que rompe el entorno familiar, zonal, provincial y asume una estatura continental; supera lo racial, destruye complejos de inferioridad, borra las fronteras, las distancias y acerca a los hombres a tal proximidad hasta sentarlos a la misma mesa en igualdad de derechos y en la responsabilidad común de impulsar la acción transformadora sobre el mundo, centrando todo en el mismo hombre. Es un socialismo que se hace humanismo. No hay socia­lismo que no sea humano, que no haga rebasar al hombre por encima de las cosas, de los intereses, por encima de la ciencia y de la técnica, de las estructuras y sistemas, muy por encima del poder. Un socialismo que humaniza la naturaleza, el tiempo, el espacio, la historia. GERARDO lo expresa así: "Un socialismo latinoamericano que una al negro, al indio, al blanco, en una sola raza de color latinoamericano; que comprenda que nuestros ríos y nuestras montañas no son líneas de separación sino lazos que estrechan la unión; que enseña a todos que el enemigo del hombre es la riqueza, madre de la mentira, pedestal de la soberbia y acicate de la guerra, un socialismo que descubra que la única nobleza del hombre es el SER HOMBRE y no accidentales diferencias de sexo, edad, cultura, de fuerza bruta o privilegio alguno, un socialismo latinoamericano que nos impulse a explotar nuestras propias riquezas con nuestras manos libres y nuestra mente desatada de prejuicios, de amenazas, de compromisos alienantes; un socialismo sin aduanas, que son la fortaleza de los avaros, y el calvario ignominioso de los débiles, un socialismo que nos lleve a la construcción de la verdadera comunidad de hermanos, en la que todos emulen en voluntad de servicio a sus semejantes".

Fidelidad al Evangelio, fidelidad al pobre

Este mensaje de Fraternidad tiene como aval la propia vida, la vida toda del hermano GERARDO: su vida sencilla, diáfana, descomplicada, asume la categoría de signo, de sacramento, de evangelio. El único evangelio de los pobres es el ejemplo. Ahí está el ejemplo irrefutable de su vida, de cara al pueblo, en su trayectoria apostólica. Influyó mucho en su vida el escenario público de su ministerio, la inmensidad de la selva del oriente colombiano y

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el duro batallar de las olas en el confín sin término del océano. Allí en esa escuela dura aprendió la austeridad, el lenguaje franco y concreto, la simpleza de la vida, la visión amplia de los acontecimientos, el tratamiento práctico de los problemas, la serenidad ante el sufrimiento, la humanidad en el diálogo con las culturas autóctonas y la valentía ante la contradic­ción. Allí se forjó y se templó su espíritu. No fue tan elemental su aprendi­zaje. Supo elevarse por encima de la tormenta, supo conjugar la cultura indígena, la morena, el mestizaje, supo compartir la pobreza, la miseria, el don de sí mismo, tuvo la osadía de interpelar a las estructuras y exigir cambios sustanciales a la sociedad; supo socializar no solamente su fra­ternidad sino también la esperanza; tuvo fuerza para fustigar las injusti­cias y una palabra audaz para denunciar componendas y arribismos. Anunció el comienzo de la historia de la fraternidad suprema, e irrumpió por los senderos maltrechos de la evangelización para actualizar princi­pios, indagar métodos, exigir adaptación a las culturas, conocimiento de la realidad; tuvo la capacidad suficiente para aunar humildad y valentía, espiritualidad y trabajo, compromiso cristiano y cambios de estructuras, fidelidad al evangelio y fidelidad al hombre. Supo identificar a los únicos protagonistas de la liberación y en último caso, los únicos protagonistas de la historia: los pobres, los oprimidos, los marginados. Fue una respuesta viviente para quienes lo interpelaban. Comprendió que el camino hacia la fe y el camino hacia la justicia son inseparables. Separarlos es una herejía. Comprendió asimismo que el Reino de Dios se construye desde los pobres, y en una conversión permanente hacia ellos. Es muy significativo a este respecto la conclusión de la Asamblea ecuménica reunida en Upsala en 1968, transcrita en el número 29 del documento final sobre el desarrollo económico y social: "el mostrarse satisfecho de sí ante la miseria del mundo es ser culpable de una herejía de orden práctico". Esta conclusión está inspirada en otra frase del discurso del Doctor M. VISSERT HOOFT: "es tiempo de comprender que todo miembro de la Iglesia que rechaza prácti­camente el tomar una responsabilidad con respecto a los desesperados, donde quiera ellos estén, es TAN CULPABLE DE HEREJÍA como aquellos que rechazan tal o cual artículo de fe". En la Biblia encontramos dos personajes de talla única, que en un momento definitorio para su fe, para su vida, optaron por el hombre, por su pueblo, por sus hermanos, aún a costa de su amistad con Dios: Son Moisés y Pablo de Tarso. Cuando el pueblo había pecado y corría el riesgo de ser castigado, borrado de la tierra, Moisés se pone de parte de su pueblo, retando a Dios con estas palabras: "O perdonas a tu pueblo o me borras a mí del libro de la vida". Y Pablo, el más apasio­nado por Jesucristo, prefirió ser "anatema de Cristo, por causa de sus hermanos los judíos". Superando los términos de la comparación encon­tramos en el hermano GERARDO un hombre que corrió el riesgo de la fraternidad ante muchos Sanedrines que lo anatematizaron a causa de su compromiso y lealtad con el pueblo. No fue fácil para el hermano GERARDO la comunicación de su mensaje. Fue un hombre controvertido, discutido, rechazado, insoportable para muchos. Peligroso. Desde la crucifixión de Cristo sabemos lo que significa ser totalmente bueno y amable en este

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mundo desconcertado; cómo le van las cosas a un hombre que pretende llevar pan y amor a los hombres. Existe una paradoja en el hombre: anhelamos construir la libertad, la paz, la felicidad; pero cuando aparece un hombre verdaderamente libre, lo rechazamos, lo crucificamos. Este es el riesgo que tienen que asumir aquéllos que tratan de ser fieles al hombre. Pablo VI lo define asi: "la fidelidad al hombre moderno es comprometedora y difícil, pero es totalmente necesaria si se quiere ser fiel al Mensaje hasta el fondo". En este caminar duro e intrincado en el que se mueve nuestra historia contemporánea vuelve a rebosar el espíritu y dar sentido a nues­tra inquietud, como única alternativa de salvación, el mensaje, siempre nuevo como mañana en flor, del hermano GERARDO: la fraternidad, el gozo de la comunión fraterna, la conquista de un mundo nuevo, en aras de la fraternidad universal.

SOLIDARIDAD, n. 31 (1982) 26-29.

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Anexo

Credo de los jóvenes

Creemos en Dios, origen y final del universo, que ha dado a la materia la fuerza del Espíritu. El está en nuestras manos y en nuestra inteligencia, creando, a cada instante, la tierra en que vivimos.

Creemos que Dios no es Dios-papá, sino Dios-Padre que respeta en cada acto la libertad del hyo para elegir el bien o el mal, la luz o las tinieblas. Creemos que el Señor jamás ha dividido a los hombres en sabios e ignorantes, en esclavos y dueños, en hambrientos y ricos. Creemos en Dios-hombre, nacido de mujer; nos fiamos de Cristo que tomó una postura valiente frente a los opresores y ante los oprimidos. Por eso lo mataron. Fue sembrado en la tierra como un grano de trigo en ofrenda de sangre y con sueños de cosecha. Pero venció a la muerte, y hoy vive en el Espíritu de aquellos que le siguen celebrando en familia el recuerdo de todo cuanto hizo. Pensamos que es posible crear un mundo nuevo; vencer las seducciones de otros fariseísmos. Creemos en la paz que alcanzaremos; en el perdón de todos los caídos. Creemos en la comunidad de todas las naciones. Habrá un futuro en Dios que llene de sentido nuestras aspiraciones más secretas. Conforme lo creemos, lo vivimos.

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Tercera Parte

Encuentros de padres defamilia

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XI.

Toma de conciencia sobre el cambio de situación

1. Dinámica de conocimiento: De acuerdo al número de partici­pantes en este encuentro, se hará la dinámica de conocimiento.

Si el número no excede de 30 personas, se puede optar por pedir a cada persona presentarse dando algunos detalles de su vida: nom­bre, lugar donde vive, número de hijos, hobby o afición personal. En caso de ser muchos los participantes, convendrá subdividir el grupo para facilitar el ejercicio de conocimiento, haciendo lo mismo (nombre,...) en grupos de 10 ó 15 personas.

2. Canto y juego de sala: Aunque se t rate de personas de cierta edad, conviene hacer con ellos algunos juegos de sala, acomodados a sus circunstancias; conviene cantar con ellos; será un buen ejer­cicio para facilitar la apertura y el diálogo entre todos.

3. Toma de conciencia a partir de la evaluación de los lujos: El coordinador con anterioridad habrá hecho, con ayuda de los niños o jóvenes, un diagnóstico de la conducta de los padres de familia en casa. Las preguntas para este diagnóstico pueden ser estas u otras:

a) ¿Qué es lo que más admiran los hijos en sus padres?

b) ¿Qué es lo que más les impresiona negativamente a los hijos de la conducta de sus padres?

c) Cuando los hijos fallan en algo, ¿cómo los suelen corregir?

d) ¿Cuáles son las palabras que más frecuentemente usan los padres de familia cuando están enojados con sus hijos?

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e) ¿Cómo suelen castigarlos?

f) ¿Cómo se tratan sus padres?

g) ¿Cómo quieren uds. que actúen sus padres?

h) ¿Uds. como hijos están de acuerdo con la separación de los padres a causa de un disgusto o de una riña?

i) ¿Cómo quieren que sea su mamá? ¿Cómo quieren que sea su papá? ¿Por qué?

j ) ¿Si sus padres les pidieran a uds. el parecer sobre el hogar, uds. qué dirían? ¿Qué sugerirían?

Hecho este diagnóstico, harán la tabulación de las respuestas para presentar a los padres de familia la realidad que conocen sus hijos y la forma como opinan...

En sesión plenaria, el coordinador hará un comentario de este diagnóstico, como punto de part ida para un cambio de actitudes.

4. Lectura del ANEXO: "Los niños aprenden lo que viven".

El coordinador, o uno de los padres de familia podrá leer el anexo en forma pausada para captar bien el mensaje. Para mejor pene­t rar en el sentido del trozo, conviene repetir la lectura. A continua­ción, en pequeños grupos, se hará un comentario al anexo par­tiendo de las preguntas siguientes:

a) ¿Qué frase les impresionó más? ¿Por qué?

b) ¿Encuentran falta de verdad en alguna de las sentencias leídas? ¿Cuál? ¿Por qué cree que falta a la verdad?

c) ¿Conoce casos concretos en los que se realiza lo dicho en las sentencias? Cuente el caso...

d) ¿Cómo creen uds. que aprende más fácilmente, y mejor, un niño: escuchando por radio un mensaje?, ¿por televisión? ¿Por qué?

e) ¿En esta época en que la civilización de la imagen está de moda, qué conclusiones deducen de este hecho para uds. como padres de familia?

Al final del diálogo grupal, conviene hacer sesión plenaria para hacer un intercambio de opiniones sobre el diálogo anterior.

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5. Oración: La plegaria ANEXA la podrá recitar una sola persona (padre o madre de familia); podrán recitarla todos haciendo repe­tir cada uno de los versos.

Al fin, entonarán algunos cánticos: "Amar es entregarse..." u otros, ajuicio de los presentes.

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Anexo

Los niños aprenden lo que viven

Si un niño vive criticado aprende a condenar.

Si un niño vive con hostilidad aprende a pelear.

Si un niño vive avergonzado aprende a sentirse culpable.

Si un niño vive con tolerancia aprende a ser tolerante.

Si un niño vive con estímulo aprende a confiar.

Si un niño vive apreciado aprende a apreciar.

Si un niño vive con equidad aprende a ser justo.

Si un niño vive con seguridad aprende a tener fe.

Si un niño vive con aprobación aprende a quererse.

Si un niño vive con aceptación y amistad aprende a hallar amor en el mundo.

Oración de los Esposos Haz, Señor de nuestro Hogar, un sitio de tu Amor. Que no haya injuria, porque Tú nos das comprensión, Que no haya egoísmo, porque Tú nos alientas. Que no haya rencor, porque Tú nos das el perdón, Que no haya abandono, porque Tú estás con nosotros.

Que sepamos marchar hacia Ti en nuestro diario vivir, Que cada mañana amanezca un día más de entrega y sacrificio.

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Que cada noche nos encuentre con más amor de Esposos. Haz, Señor, de nuestras vidas que quisiste unir, una página llena de Ti. Haz, Señor, de nuestros hijos, lo que Tú anhelas. Ayúdanos a educarlos y orientarlos por tu camino. Dile a algunos de ellos con tu palabra "ven y sigúeme" Para que sea tu sacerdote "pescador de hombres ". Y así edifiquemos un altar sobre la tumba. Que nos esforcemos con el consuelo mutuo. Que demos lo mejor de nosotros para ser felices en el hogar. Que hallemos la paz y la felicidad, porque estamos de acuerdo con tu voluntad. Que cuando amanezca el gran día de ir a tu encuentro, nos concedas el hallarnos unidos a Ti para siempre.

Cfr. Rev. Familia y Sociedad, vol. 7, n. 15. Mayo Junio de 1982.

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XII.

El Hogar, la primera escuela del niño

1. Canto y dinámica de conocimiento: Como el conocimiento mutuo es un camino largo de recorrer, conviene también hoy insistir en este aspecto. En esta oportunidad el coordinador puede acudir a la técnica del "carrusel" para propiciar el conocimiento y la integración. Se t ra ta de organizar dos círculos, uno dentro de otro; las personas formarán parejas, una del círculo interior y otra del círculo exterior, ambas mirándose; cada pareja recibe en una tarjeta una pregunta que se harán uno a otro. El tiempo es limitado para responder; a una señal del coordinador, todos cambian un puesto girando hacia la derecha; así se encuentra cada uno con una persona distinta; las tarjetas con las preguntas no giran, per­manecen en su puesto; así al girar se encuentran con una nueva pregunta. Las preguntas pueden ser estas (u otras):

a) ¿Cuántos años de matrimonio lleva?

b) ¿Cuántos hyos tiene? ¿De qué edades?

c) ¿Cuántos de sus hijos estudian, y dónde?

d) ¿Qué opina del modo de ser de los niños y jóvenes de hoy?

e) ¿Cuáles son las mejores satisfacciones que ha tenido como padre o madre de familia?

f) ¿Cuándo cree ud. que comienza la educación de un hüo(a)?

g) ¿Cuál cree que es la época más difícil para un muchacho?

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h) ¿Qué opina ud. de la separación de los esposos? ¿Está de acuerdo? ¿Por qué?

Terminado el ejercicio del carrusel, conviene hacer oír algunas apreciaciones de este trabajo.

2. Lectura: De la "Carta de un hijo a todos los padres" ANEXO.

Esta lectura la podrá hacer un niño a nombre de todos los hijos; para que sea una lectura de impacto, prepárese bien. Terminada la lectura, el coordinador organizará varios grupos de reflexión para dialogar sobre la carta. Las preguntas para orientar el diálogo pueden ser:

a) ¿Qué piden los niños a sus padres?

b) ¿Qué reprochan los hüos a sus papas?

c) ¿Es lo mismo amor que superprotección? ¿Por qué?

d) ¿Está bien que los padres de familia pidan perdón a sus hyos cuando aquellos han fallado? ¿Por qué?

e) ¿La familia es la primera escuela del niño? ¿Por qué?

f) ¿Si los padres de familia son los primeros maestros del niño, qué consecuencias surgen de esto?

3. Sociodrama: El coordinador, previamente habrá preparado algunos sociodramas que representan lo que es una familia que no cumple su misión, y lo que es una familia que sí cumple su misión de educadora. Harán la representación para los padres de familia. Al final conviene hacer un foro con la participación de los padres de familia sobre las representaciones.

4. Reflexión sobre el Evangelio: A partir de la lectura por peque­ños grupos del texto: S. Lucas, cap. 2,41 ss. Para ayudar a la interio­rización del texto, cada grupo estará invitado a responder estas preguntas:

a) ¿Tiene alguna semejanza la travesura de Jesús con la trave­sura de muchos niños de hoy? ¿Qué semejanzas?

b) ¿La actitud de María y de José se asemeja también a la preocu­pación de los padres de familia de hoy? ¿En qué?

c) ¿Qué opinan de la respuesta que dio Jesús a su madre cuando esta le reprochó su forma de proceder?

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d) ¿Qué sentido tiene la respuesta de Jesús a sus padres?

e) ¿Por qué María y José no se enojaron con la respuesta de su hijo?

f) ¿Creen uds. que los hijos merecen respeto cuando ellos hacen una opción consciente, libre y dentro del proceso de una madurez humana auténtica? ¿Por qué?

5. Oración: Se termina este encuentro con una plegaria y algunos cantos. La plegaria puede ser espontánea, como fruto de la inquie­tud de cada uno de los padres de familia; peticiones breves o reflexiones sobre el tema del día.

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Anexo

Carta de un hijo a todos los padres

No me des todo lo que pido. A veces pido para ver hasta cuánto puedo coger.

No me des siempre órdenes, si a veces me pidieras las cosas, yo lo haría más rápido y con más gusto.

No cambies de opinión tan a menudo s,obre lo que debo hacer, decídete y manten esta decisión.

Cumple las promesas, buenas o malas. Si me prometes un premio, dámelo, pero también si es un castigo.

No me compares con nadie, especialmente mi hermano o hermana. Si tú me haces lucir mejor que los demás alguien va a sufrir y si me haces lucir peor que los demás sufriré yo.

No me grites. Te respeto menos cuando lo haces y me enseñas a gritar a mi también y yo no quiero hacerlo. Déjame valerme por mí mismo. Si tú lo haces todo por mí yo nunca podré aprender.

No digas mentiras delante de mí, ni me pidas que las diga por ti, aunque sea para sacarte de un apuro. Me haces sentir mal y perder la fe en lo que me dices. Cuando yo hago algo malo no me exijas que te diga el "por qué" lo hice. A veces ni yo mismo lo sé. ' Cuando estés equivocado en algo, admítelo y crecerá la opinión que yo tengo de ti. Y me enseñarás a admitir mis equivocaciones también. Trátame con la misma amabilidad y cordialidad con que tratas a tus amigos, ya que el hecho de que seamos familiares no quiere decir que no podamos ser amigos también. No me digas que haga una cosa y tú no la haces. Yo aprenderé y haré siempre lo que tú hagas, aunque no lo digas, pero nunca lo que tú digas y no hagas. Enséñame a amar y conocer a Dios. No importa si en el colegio me quieren enseñar porque nada vale si yo veo que ustedes ni conocen ni aman a Dios. Cuando te cuente un problema mío no me digas: "No tengo tiempo para tus boberías o eso no tiene importancia". Trata de comprender y ayudarme, pero sobre todo escúchame. Y, quiéreme y dímelo, a mí me gusta oírtelo decir, aunque tú no lo creas necesario decírmelo.

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XIII.

El hogar, la escuela de los valores humanos

1. Canto: El coordinador facilitará la forma de que todos puedan participar en el canto, sugiriendo cantos sencillos... y al alcance de todos.

2. mercicio de "concordar-discordar": El coordinador explicará la forma de hacer este ejercicio; es una serie de frases que los padres de familia podrán responder por parejas de esposos, califi­cándolas de V (verdadera) o F (falsa), según el caso, y aduciendo las razones de la verdad o falsedad de las sentencias. Las frases son las siguientes:

a) Lo más necesario en una familia es el dinero. V F

b) El hogar lo constituye, normalmente, madre e hijos. V F

c) Un padre autoritario y una madre sumisa son el mejor modelo de hogar. V F

d) Las órdenes perentorias a los hijos son mejores para lo­grar la obediencia que el diálogo. V F

e) Una buena solución a los problemas del hogar es el aban­dono de la familia. V F

f) Los padres de familia sólo deben responder de la alimen­tación de los hijos. V F

g) La educación del carácter de los hijos es tarea de la es­cuela o colegio. V F

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h) La educación de los padres es básica, para bien o para mal. V F

Hecho el ejercicio, el coordinador dirigirá el plenario para aclarar ideas y conceptos y llegar a una unidad de criterios, en lo posible.

3. Lectura: El coordinador facilitará a los participantes trozos bre­ves de documentos para leer en pequeños grupos y comentar en clima de diálogo. Cfr. ANEXOS.

Preguntas para facilitar el diálogo:

a) ¿Nuestra familia moderna cumple realmente con estas fun­ciones para educar en los cuatro valores específicos que le corresponden? ¿Por qué?

b) ¿Las familias que no educan en estos valores, a quiénes les dejan esta tarea?

c) ¿La escuela, el gobierno, la sociedad cumplirán con perfección la tarea que no realizan oportunamente los padres de familia?

d) ¿Qué solución habrá que buscar para lograr que la familia moderna recupere la posición que le corresponde como pri­meros educadores de sus hijos?

4. Meditación: A partir de la lectura del Documento de Puebla (nn. 582-588), harán una oración-meditación sobre la misión del hogar a la luz del mensaje cristiano. Leerán los números indicados con pausa, dejando momentos de silencio entre trozo y trozo del documento, para dar tiempo a saborear el mensaje.

5. Cantos: De ser posible entonar canciones-mensaje, es preferi­ble; de no serlo, podrán escuchar algún cassette con música mensaje.

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Anexo

Valores en la familia

1. Control de influencias psicosociales en relación con los valores: ¿Cuáles son las influencias reales que ejerce la familia para engendrar valores?

¿Hasta qué punto la relación familiar de hoy bloquea inconscientemente los valores que quiere transmitir? ¿Qué otras fuentes transmisoras de valores o antivalores se filtran al interior de las familias para neutralizar el esfuerzo de la familia en inculcar determinados valores o para sembrar distintos?

2. Sentido del otro, "diferente e integrante de mí mismo": respeto y comprensión: ¿Hasta qué punto la pedagogía práctica de nuestras familias sabe integrar las dos vertientes del crecimiento armónico de la persona, (autoafir-mación y socialización)?

¿La necesidad de conformarse del niño según los modelos familiares, cuenta con el respeto de los padres a ese ser que no será una muestra en serie de los mismos padres, sino único irrepetible? ¿Entre la pareja se continúa ese diálogo de enamorados que "son como las columnas pilares del templo, separados pero esenciales para la solidez del templo"?

3. Sentido de superación y fortaleza para afrontar un mundo cambiante: ¿Forma la familia al fortalecimiento de aptitudes para un mundo que se caracteriza por los cambios acelerados? ¿Cómo se asimilan las mutaciones de hábitos y costumbres, la diversidad de normas contrarias con que se manejan distintos grupos sociales o familiares, las intromisiones de otros patrones culturales y otros estilos de vida, las modas y pasatiempos pasajeros? ¿Qué destrezas y qué mecanis­mos de defensa se estimulan —sobre todo en los hijos— para enfrentarlos satisfactoriamente?

4. Sentido del equilibrio (visión hacia adentro y hacia afuera, derechos y deberes) y de la coherencia: ¿Hasta qué punto la familia se vuelve impermeable al medio ambiente inmediato o mediato, hasta qué punto pierde la coherencia familiar para vivir dependiente de lo que pasa afuera del hogar?

5. Sentido de crecimiento constante (ritmos personales, edades y presiones):

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¿Se reflexiona sobre la necesidad que tienen tanto los padres como los hijos de seguir creciendo y progresando, con conciencia que las metas alcanzadas son solamente logros parciales de un ideal de perfección?

Tomado de CULTURA. Marzo-Abril. 1982. pág. 6.

Educación a los valores familiares

El derecho-deber educativo de los padres

La tarea educativa tiene sus raíces en la vocación primordial de los es­posos a participar en la obra creadora de Dios; ellos, engendrando en el amor y por amor una nueva persona, que tiene en sí la vocación al crecimiento y al desarrollo, asumen por eso mismo la obligación de ayu­darla eficazmente a vivir una vida plenamente humana. Como ha recor­dado el Concilio Vaticano II: «Puesto que los padres han dado la vida a los hijos, tienen la gravísima obligación de educar a la prole, y por tanto hay que reconocerlos como los primeros y principales educadores de sus hijos. Este deber de la educación familiar es de tanta trascendencia que, cuando falta, difícilmente puede suplirse. Es, pues, deber de los padres crear un ambiente de familia animado por el amor, por la piedad hacia Dios y hacia los hombres, que favorezca la educación íntegra personal y social de los hijos. La familia es, por tanto, la primera escuela de las virtudes sociales, que todas las sociedades necesitan».

El derecho-deber educativo de los padres se califica como esencial, rela­cionado como está con la transmisión de la vida humana; como original y primario, respecto al deber educativo de los demás, por la unicidad de la relación de amor que subsiste entre padres e h\jos; como insustituible e inalienable y que, por consiguiente, no puede ser totalmente delegado o usurpado por otros.

Por encima de estas características, no puede olvidarse que el elemento más radical, que determina el deber educativo de los padres, es el amor paterno y materno que encuentra en la acción educativa su realización, al hacer pleno y perfecto el servicio a la vida. El amor de los padres se transforma de fuente en alma, y por consiguiente, en norma, que inspira y guía toda la acción educativa concreta, enriqueciéndola con los valores de dulzura, constancia, bondad, servicio, desinterés, espíritu de sacrificio, que son el fruto más precioso del amor.

Educar en los valores esenciales de la vida humana

Aun en medio de las dificultades, hoy a menudo agravadas, de la acción educativa, los padres deben formar a los hyos con confianza y valen­tía en los valores esenciales de la vida humana. Los hyos deben crecer en una justa libertad ante los bienes materiales, adoptando un estilo de

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vida sencillo y austero, convencidos de que «el hombre vale más por lo que es que por lo que tiene».

En una sociedad sacudida y disgregada por tensiones y conflictos a causa del choque entre los diversos individualismos y egoísmos, los hyos deben enriquecerse no sólo con el sentido de la verdadera justicia, que lleva al respeto de la dignidad personal de cada uno, sino también y más aún del sentido del verdadero amor, como solicitud sincera y servicio desintere­sado hacia los demás, especialmente a los más pobres y necesitados. La familia es la primera y fundamental escuela de socialidad; como comuni­dad de amor, encuentra en el don de sí misma la ley que la rige y hace crecer. El don de sí, que inspira el amor mutuo de los esposos, se pone como modelo y norma del don de sí que debe haber en las relaciones entre hermanos y hermanas, y entre las diversas generaciones que conviven en la familia. La comunión y la participación vivida cotidianamente en la casa, en los momentos de alegría y de dificultad, representa la pedagogía más concreta y eficaz para la inserción activa, responsable y fecunda de los hijos en el horizonte más amplio de la sociedad.

La educación para el amor como don de sí mismo constituye también la premisa indispensable para los padres, llamados a ofrecer a los hijos una educación sexual clara y delicada. Ante una cultura que «banaliza» en gran parte la sexualidad humana, porque la interpreta y la vive de manera reductiva y empobrecida, relacionándola únicamente con el cuerpo y el placer egoísta, el servicio educativo de los padres debe basarse sobre una cultura sexual que sea verdadera y plenamente personal. En efecto, la sexualidad es una riqueza de toda la persona —cuerpo, sentimiento y espíritu— y manifiesta su significado íntimo al llevar la persona hacia el don de sí misma en el amor.

La educación sexual, derecho y deber fundamental de los padres, debe realizarse siempre bajo su dirección solícita, tanto en casa como en los centros educativos elegidos y controlados por ellos. En este sentido la Iglesia reafirma la ley de la subsidiaridad, que la escuela tiene que observar cuando coopera en la educación sexual, situándose en el espíritu mismo que anima a los padres.

En este contexto es del todo irrenunciable la educación para la castidad, como virtud que desarrolla la auténtica madurez de ia persona y la hace capaz de respetar y promover el «significado esponsal» del cuerpo. Más aún, los padres cristianos reserven una atención y cuidado especial — discerniendo los signos de la llamada de Dios— a la educación para la virginidad, como forma suprema del don de uno mismo que constituye el sentido mismo de la sexualidad humana.

Por los vínculos estrechos que hay entre la dimensión sexual de la persona y sus valores éticos, esta educación debe llevar a los hyos a conocer y estimar las normas morales como garantía necesaria para un crecimiento personal y responsable en la sexualidad humana.

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Por esto la Iglesia se opone firmemente aun sistema de información sexual separado de los principios morales y tan frecuentemente difundido, el cual no sería más que una introducción a la experiencia del placer y un estímulo que lleva a perder la serenidad, abriendo el camino al vicio desde los años de la inocencia.

JUAN'PABLO II, Familiaris amsortio, 22 de Nov. de 1981, nn. 36-117.

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XIV.

Los Derechos de la Familia

1. Oración: Sirviéndose del ANEXO, a manera de plegaria, harán oración por unos minutos; podrá tener la ambientación de un poco de música de fondo para crear un clima propicio.

2. Lectura: El coordinador distribuirá el texto de los Derechos de la Familia, promulgado por la Santa Sede (27 Nov. 1983) en diver­sos trozos para leer en grupos; cada grupo dará cuenta a través de un relator en sesión plenaria del texto leído, ANEXO.

Para favorecer el diálogo sobre el texto, el coordinador sugerirá estas preguntas a responder, después de la sesión de información sobre el conjunto del texto completo.

a) ¿Conocían esta declaración de derechos de la familia?

b) ¿Comparando con lo que ya sabían, qué novedad encontraron en el documento?

c) ¿A quién corresponde garantizar la efectividad de estos derechos, dental manera que se pueda urgir su eficacia?

d) ¿De estos derechos cuáles, creen uds., son los más urgentes en nuestro país?

e) ¿Cuáles son los atropellos más frecuentes contra los derechos de la familia? ¿De parte de quién vienen estos atropellos?

f) ¿Qué hace falta para que se garantice a las familias todos sus derechos?

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El coordinador organizará sesión plenaria sobre el anterior diálogo tenido en los pequeños grupos, en plan de deducir algunas conclu­siones.

3. Exposición: Los derechos de la familia según el derecho civil del país.

Para esta disertación convendrá invitar a un jurista, o experto en derecho civil para exponer este tema. Una fuente de información: ROBERTO SUAREZ F. Derecho de Familia. Edit. Temis, Bogotá, 1984.

Aprovechando la presencia del experto, es oportuno hacer con él una mesa redonda para resolver posibles dificultades.

4. Rettexión grupal: Reunidos en pequeños grupos, acompañados de alguien que preste el servicio de relator y coordinador del grupo, dialogarán sobre estas u otras preguntas:

a) ¿Estos derechos establecidos por la Iglesia y por el Estado son realmente reconocidos a la familia hoy? ¿Sí? ¿No? ¿Por qué?

b) ¿Qué obstáculos encuentran las familias para poder disfrutar de los derechos que están establecidos en diversas declaracio­nes?

c) ¿En qué aspectos se ven las familias particularmente afecta­das? ¿Qué causas son las que impiden que las familias puedan gozar plenamente de sus justos derechos?

d) ¿Al no poder disfrutar de los justos derechos, en qué forma se ven afectados los niños, los jóvenes, los adultos?

e) ¿Qué soluciones efectivas se podrán plantear para crear una situación en la que se respeten de verdad estos derechos?

f) ¿Una situación en la que se vivan de verdad estos derechos de la familia, cómo sería? ¿Qué frutos produciría?

N.B: En sesión plenaria, cada relator informará sobre la refle­xión hecha en el grupo.

5. Actividad grupal: Con la colaboración de algunos jóvenes, o bien, de algunos de los mismos participantes, montarán un socio-drama que represente la situación de una familia que disfrute de estos derechos, y otro sociodrama que represente a u n a familia que no disfruta de los mismos derechos.

6. Cantos: Para finalizar, el coordinador invitará a entonar can­ciones varias para alimentar un clima de descanso, de diálogo, etc..

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Anexo

Oración de comunidad

Señor, tú me llamas a vivir en comunidad y quieres que edifique la comunidad. Me quieres en comunión con los otros, no para estar mejor ni ser más fuerte, sino para que sea yo mismo. La comunidad es fuerte si espera. La comunidad es verdadera si ama. La comunidad es santa si cada uno es santo. Ser comunidad es existir para los demás. Es encontrarse con los otros hombres. Es rezar con ellos, es dar muestras de la propia esperanza. Sólo así podremos acercarnos a los que no recibieron la fe y ponerlos en tus manos. Sólo así podremos sostenerla en aquellos que arduras penas la conservan. Seremos tus testigos no por lo que digamos, sino por lo que seamos, y por todo lo que hagamos por mostrar tu rostro a los ojos de los hombres.

Ediciones Paulinas, Bogotá.

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Anexo

Derechos de la Familia

Son derechos impresos en la conciencia del ser humano y en los valores comunes de toda la humanidad.

Hombres y mujeres debemos unirnos para defender estos derechos,

válidos hoy y siempre. Y formulados ahora por la Santa Sede para todos, cristianos o no.

Considerando que:

A. Los derechos de la persona, aunque expresados como derechos del individuo, tienen una dimensión fundamentalmente social que halla su expresión innata y vital en la familia. B. La familia está fundada sobre el matrimonio, esa unión íntima de vida, complemento entre un hombre y una mujer que está constituida por el vínculo indisoluble del matrimonio, libremente contraído, públicamente afirmado, y que está abierta a la transmisión de la vida. C. El matrimonio es la institución natural a la que está exclusivamente confiada la misión de transmitir la vida. D. La familia, sociedad natural, existe antes que el Estado o cualquier otra comunidad, y posee unos derechos propios que son inalienables...

La Santa Sede proclama los Derechos de la Familia

1 Todas las personas tienen el derecho de elegir libremente su estado de vida y por lo tanto derecho a contraer matrimonio y establecer una familia o a permanecer célibes. a) Cada hombre y cada mujer, habiendo alcanzado la edad matrimonial y teniendo la capacidad necesaria, tiene el derecho de contraer matrimonio y establecer una familia sin discriminaciones de ningún tipo. b) Todos aquellos que quieran casarse y establecer una familia tienen el derecho de esperar de la sociedad las condiciones morales, educativas, sociales y económicas que les permitan ejercer su derecho a contraer matrimonio con toda madurez y responsabilidad. c) El valor institucional del matrimonio debe ser reconocido por las autoridades públicas; la situación de las parejas no casadas no debe ponerse al mismo nivel que el matrimonio debidamente contraído.

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2 El matrimonio no puede ser contraído sin el libre y pleno consenti­miento de los esposos debidamente expresado.

a) Con el debido respeto por el papel tradicional que ejercen las familias en algunas culturas guiando la decisión de sus hyos, debe ser evitada toda presión que tienda a impedir la elección de una persona concreta como cónyuge.

b) Los futuros esposos tienen el derecho de que se respete su libertad religiosa. Por lo tanto, el imponer como condición previa para el matrimo­nio una abjuración de la fe, o una profesión de fe que sea contraria a su conciencia, constituye una violación de este derecho.

c) Los esposos, dentro de la natural complementariedad que existe entre hombre y mujer, gozan de la misma dignidad y de iguales derechos res­pecto al matrimonio.

3 Los esposos tienen el derecho inalienable de fundar una familia y decidir sobre el intervalo entre los nacimientos del número de hijos a procrear, teniendo en plena consideración los deberes para consigo mis­mos, para con los hijos ya nacidos, la familia y la sociedad, dentro de una justa jerarquía de valores y de acuerdo con el orden moral objetivo que excluye el recurso a la contracepción, la esterilización y el aborto.

a) Las actividades de las autoridades públicas o de organizaciones priva­das, que traten de limitar de algún modo la libertad de los esposos en las decisiones acerca de sus hyos constituyen una ofensa grave a la dignidad humana y a la justicia.

b) La familia tiene derecho a la asistencia de la sociedad en lo referente a sus deberes en la procreación y educación de los hyos. Las parejas casadas con familia numerosa tienen derecho a una ayuda adecuada y no deben ser discriminadas.

4 La vida humana debe ser respetada y protegida absolutamente desde el momento de la concepción.

a) El aborto es una directa violación del derecho fundamental a la vida del ser humano.

b) Todas las intervenciones sobre el patrimonio genético de la persona humana que no están orientadas a corregir las anomalías, constituyen una violación del derecho de la integridad física y están en contraste con el bien de la familia.

c) Los niños, tanto antes como después del nacimiento, tienen derecho a una especial protección y asistencia, al igual que sus madres durante la gestación y durante un período razonable después del alumbramiento.

d) Todos los niños, nacidos dentro o fuera del matrimonio, gozan del mismo derecho a la protección social para su desarrollo personal integral. e) Los huérfanos y los niños privados de la asistencia de sus padres o

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tutores deben gozar de una protección especial por parte de la sociedad. En lo referente a la tutela o adopción, el Estado debe procurar una legislación que facilite a las familias idóneas acoger a niños que tengan necesidad de cuidado temporal o permanente y que al mismo tiempo respete los derechos naturales de los padres.

f) Los niños minusválidos tienen derecho a encontrar en casa y en la escuela un ambiente conveniente para su desarrollo humano.

5 Por el hecho de haber dado la vida a sus hijos los padres tienen derecho originario, primero e inalienable de educarlos; por esta razón ellos deben ser reconocidos como primeros y principales educadores de sus hijos.

a) Los padres tienen el derecho de educar a sus hijos conforme a sus convicciones morales y religiosas, teniendo presentes las tradiciones cul­turales de la familia que favorecen el bien y la dignidad del hjjo; ellos deben recibir también de la sociedad la ayuda y asistencia necesarias para realizar de modo adecuado su función educadora.

b) Los padres tienen el derecho de elegir libremente las escuelas u otros medios necesarios para educar a sus hijos según sus conciencias. Las autoridades públicas deben asegurar que las subvenciones estatales se repartan de tal manera que los padres sean verdaderamente libres para ejercer su derecho, sin tener que soportar cargas injustas.

c) Los padres tienen el derecho de obtener que sus hijos no sean obligados a seguir cursos que no están de acuerdo con sus convicciones morales y religiosas. En particular, la educación sexual —que es un derecho básico de los padres— debe ser impartida bajo su atenta guía, tanto en casa como en los centros educativos y controlados por ellos.

d) Los derechos de los padres son violados cuando el Estado impone un sistema obligatorio de educación del que se excluye toda formación religiosa.

e) La familia tiene el derecho de esperar que los medios de comunicación social sean instrumentos positivos para la construcción de la sociedad y que fortalezcan los valores fundamentales de la familia. Al mismo tiempo ésta tiene derecho a ser protegida adecuadamente, en particular respecto a sus miembros más jóvenes, contra los efectos negativos y los abusos de los medios de comunicación.

6 La familia tiene el derecho de eocistir y progresar como familia.

a) Las autoridades públicas deben respetar y promover la dignidad, justa independencia, intimidad, integridad y estabilidad de cada familia.

7 b) El divorcio atenta contra la institución misma del matrimonio y de la familia.

c) El sistema de familia amplia, donde exista, debe ser tenido en estima y ayudado en orden a cumplir su papel tradicional de solidaridad y asisten-

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cia mutua, respetando a la vez los derechos del núcleo familiar y la dignidad familiar de cada miembro.

8 Cada familia tiene el derecho de vivir libremente su propia vida religiosa en el hogar, bajo la dirección de los padres, así como el derecho de profesar públicamente su fe y propagarla, participar en los actos de culto en público y en los programas de instrucción religiosa libremente elegidos, sin sufrir alguna discriminación.

La familia tiene el derecho de ejercer su función social y política en la construcción de la sociedad.

a) Las familias tienen el derecho de formar asociaciones con otras fami­lias e instituciones, con el fin de cumplir la tarea familiar apropiada y eficaz, así como defender los derechos, fomentar el bien y representar los intereses de la familia.

9 Las familias tienen el derecho de poder contar con una adecuada política familiar por parte de las autoridades públicas en el terreno jurídico, económico y fiscal, sin discriminación alguna.

a) Las familias tienen el derecho a unas condiciones económicas que les aseguren un nivel de vida apropiado a su dignidad y a su pleno desarrollo. No se les puede impedir que adquieran y mantengan posesiones privadas que favorezcan una vida familiar estable; y las leyes referentes a herencias o transmisión de propiedad deben respetar las necesidades y derechos de los miembros de familia.

b) Las familias tienen derecho a medidas de seguridad social que tengan presentes sus necesidades, especialmente en caso de muerte prematura de uno o ambos padres, de abandono de uno de los cónyuges, de accidente, enfermedad o invalidez, en caso de desempleo, o en cualquier caso en que la familia tenga que soportar cargas extraordinarias en favor de sus miembros por razones de ancianidad, impedimentos físicos o psíquicos, o por la educación de los hn'os.

c) Las personas ancianas tienen derecho de encontrar dentro de su familia, o cuando esto no sea posible en instituciones adecuadas, un ambiente que les facilite vivir sus últimos años de vida serenamente, ejerciendo una actividad compatible con su edad y que les permita parti­cipar en la vida social.

d) Los derechos y necesidades de la familia, en especial el valor de la unidad familiar, deben tenerse en consideración en la legislación y política penales, de modo que el detenido permanezca en contacto con su familia y que ésta sea adecuadamente sostenida durante el período de la detención.

1 0 Las familias tienen derecho a un orden social y económico en el que la organización del trabajo permita a sus miembros vivir juntos, y que no sean obstáculos para la unidad, bienestar, salud y estabilidad de la familia, ofreciendo también la posibilidad de un sano esparcimiento.

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a) La remuneración por el trabajo debe ser suficiente para fundar y mantener dignamente a la familia, sea mediante un salario adecuado, llamado "salario familiar", sea mediante otras medidas sociales como los subsidios familiares o la remuneración por el trabajo en casa de uno de los padres; y debe ser tal que las madres no se vean obligadas a trabajar fuera de casa en detrimento de la vida familiar y especialmente de la educación de los hijos.

b) El trabajo de la madre en casa debe ser reconocido y respetado por su valor para la familia y la sociedad.

11 La familia tiene derecho a una vivienda decente, apta para la vida familiar, y proporcionada al número de sus miembros, en un ambiente físicamente sano que ofrezca los servicios básicos para la vida de la familia y la comunidad.

12 Las familias de emigrantes tienen derecho a la misma protección que se da a las otras familias.

a) Las familias de los emigrantes tienen el derecho de ser respetadas en su propia cultura y recibir el apoyo y la asistencia en orden a su integración dentro de la comunidad a cuyo bien contribuyen.

b) Los trabajadores emigrantes tienen el derecho de ver reunida a su familia lo antes posible.

c) Los refugiados tienen derecho a la asistencia de las autoridades públi­cas y de las Organizaciones Internacionales que les facilite la reunión de sus familias.

(L'Osservatore Romano 27-XI-83).

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XV.

"Los esposos, cooperadores del amor de Dios y sus intérpretes... (Gaudium et Spes. n. 50.)

1. Análisis de una realidad: A través del diálogo en pequeños grupos analizarán una realidad familiar y social actual. Para ayu­dar a este análisis, unas preguntas:

a) ¿Qué hechos concretos conocen que minan el amor entre esposos?

b) ¿Qué opina de ciertas canciones que se escuchan a través de los medios de comunicación social (radio, tv.) en las que se ridicu­liza el amor de la pareja, y un amor fiel?

c) ¿Conocen canciones-mensaje que defiendan el amor humano auténtico entre hombre y mujer, expresado en un matrimonio verdadero? ¿Cuáles?

d) ¿Cuáles son las fuentes más frecuentes de tropiezo para vivir en forma auténtica la experiencia del amor matrimonial?

e) ¿Qué opinan de esta frase que se recomienda a los esposos: "hoy te quiero nías que ayer y menos que mañana"?

2. Lectura: El coordinador organizará la lectura del trozo titulado: "¿El amor en quiebra?". Podrá leerse entre dos personas para dar variedad.

¿El amor en quiebra?

En otros tiempos, en algunos países, si alguien se hubiera atrevido a hacer esta pregunta, hubieran contestado: ¡La pregunta ofende!

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Hoy, al menos en los países civilizados, la pregunta no ofende a nadie. Al revés: la pregunta invita a pensar a todos. A unos porque ya su amor ha quebrado. A otros, porque están en peligro de quiebra. Y a todos, para alejar el peligro de la quiebra, si aún no la tienen.

El amor está en quiebra,

— cuando se admite la incapacidad de cambio; — cuando la pequeña debilidad se transforma en obstáculo

insuperable; — cuando el egoísmo se convierte en norma; — cuando el orgullo es el apoyo del YO o del NOSOTROS; — cuando la madurez se traduce en "no me provoca"; — cuando la sensibilidad espiritual se emplea para herir; — cuando la agitación y el trabajo destruyen la paz; — cuando la comodidad impide el encuentro; — cuando el interés no se centra en la persona, sino en lo que

tiene; — cuando el amor se reduce a contacto a flor de piel; — cuando la comprensión se hace rutina, o degenera en

transigencia; — cuando el "derecho" se impone al amor; — cuando el engaño sustituye a la verdad; — cuando el silencio es ya una costumbre; — cuando la presencia resulta ya ausencia; — cuando la excusa del trabajo roba tiempo a la convivencia; — cuando la "ignorancia" ampara "secretos"; — cuando el amor es un ayer, y no un hoy y un mañana; — cuando no se descubre algo nuevo y fascinante en el cónyuge; — cuando se vive sin esperanza; — cuando no se recorre el mismo camino, — cuando no se comparte la misma verdad, — cuando no se convive la misma vida; — cuando Dios está ausente o silenciado...".

Ahora el coordinador invitará a los participantes a añadir otros "cuando..." más para enriquecer el texto leído. Las sugerencias que aparezcan se escribirán en el tablero para comentarlas o meditarlas...

3. Lectura evangélica: El coordinador invitará a leer en clima de oración el texto de S. Pablo en su la. Carta a los Corintios, cap. 13, w . 1 -12. Después de la lectura, el coordinador u otra persona, hará

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un comentario al trozo paulino relacionándolo con la sentencia del Concilio Vaticano II, presentada como tema de este encuentro. A manera de meditación breve, sugerirá algunas reflexiones:

• Dios es Amor, no pasión ciega, bruta y egoísta.

• Dios ama a los hombres como una relación de alteridad para crear una comunidad de un yo y un tú, haciendo un nosotros.

• Cuando el hombre y la mujer expresan su afecto el uno al otro, están traduciéndose mutuamente el amor que Dios tiene a uno y otro. Cuando dos esposos se expresan el amor uno a otro, están repitiendo el mismo proceso que acontece a la Comunidad Trinita­ria del Cielo formada por el Padre, el Hijo y el Espíritu.

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Cuarta Parte

Encuentros para educadores

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XVI.

¿Qué hacen?: ¿Instruir para saber? ¿Capacitar para hacer? ¿Formar para ser?

1. Cantos y juegos de sala: Conviene crear desde un comienzo un clima de espontaneidad, de apertura y de diálogo; para esto invitar a cantar canciones del medio y a realizar algunos juegos para la distensión del ánimo.

2. Dinámica para un diagnóstico: En un primer momento, harán este diagnóstico en forma individual; en un segundo momento, reunidos en pequeños grupos, recogerán el fruto de la reflexión individual y grupal.

El diagnóstico lo harán siguiendo estas pautas:

1) A continuación se encontrará ud. ante tres (3) elementos; cada uno de ellos corresponde a un determinado tipo de enseñanza; subraye a), b), c) según considere ud. que corresponde a su estilo.

2) Al final, ud. examinará cuántas respuestas dio con a, b, c.

Preguntas: • El tipo de enseñanza suyo es, en lo que toca a la metodología:

¿a) conferencia, b) demostración, c) testimonio? • Su enseñanza atiende más a: ¿a) la objetividad, b) la eficiencia,

c) la sabiduría? • Al enseñar, la meta que ud. se propone es: ¿a) la adhesión, b) el

rendimiento, c) el compromiso? • Ud. pretende desarrollar, ¿a) los conocimientos, b) los reflejos,

c) las actitudes?

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• Al pensar en pedagogía, ud. ¿a) transmite, b) entrena, c) dialoga?

• Con su trabajo ud. quiere mejorar, ¿a) la información, b) la acción, c) la reflexión?

• En su trabajo, ud. par te de: ¿a) un esquema, b) un modelo, c) un fin?

• Cuál es la obligación que ud. inculca a sus discípulos: a) saber más, b) transmitir y adoptar, c) crear?

• Cuál considera ud. el tipo ideal de educador: ¿a) el sintetizador, b) el especialista y el animador, c) el disponible y abierto?

• Ud. como educador qué privilegia más: ¿a) lo intelectual, b) lo funcional, c) lo sico-social?

Ahora haga el cómputo: ¿cuántas respuestas dio con a)? Su estilo de enseñanza se orienta a la instrucción: SABER.

¿Cuántas respuestas dio con b)? Su estilo se orienta a la Capacita­ción: HACER.

¿Cuántas respuestas dio con c)? Su estilo se orienta a la Forma­ción: SER.

Al hacer el trabajo grupal para detectar grupalmente el tipo de educación de su escuela, o colegio, vayan justificando cada res­puesta con hechos concretos de su experiencia docente.

3. Sesión plenaria: Conviene en sesión plenaria presentar en esquemas generales o gráficas cada uno de estos tres tipos de educación. Cada grupo t ra tará de localizar su trabajo docente dentro de uno de los tres tipos; el coordinador podrá solicitar a algunos de los grupos de trabajo grupal montar un sociodrama que represente vivencialmente cada uno de los tipos de educación.

4. Diálogo grupal: Hecho el diagnóstico, el grupo pasará a descu­brir las raíces profundas de cada uno de los tres tipos de educa­ción, que responden a raíces de tipo filosófico con implicaciones socio-políticas. Para este diálogo de grupo, atenderán a estas orientaciones:

a) ¿A qué da más importancia cada uno de los tipos de educación: a la persona, a las cosas, al saber?

b) ¿Qué tiene más en cuenta: el pasado, el presente, el futuro?

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c) Hay tres formas de planear la educación:

• mirando al pasado como modelo de actuar para hoy. • mirando el presente en función del futuro. • mirando el futuro en función del hoy.

¿Cuál es su óptica al planear? ¿Por qué?

d) ¿Qué es primero para ud.: la persona humana, o el sistema político? ¿Qué implicaciones tiene este interrogante?

e) En nuestro actual sistema educativo ¿qué cosas interesan pre-valentemente al sistema político?

f) ¿Qué cosas aceptan del sistema político, qué cosas rechazan? ¿Por qué?

5. Plegaria: Tomada de JUAN ARIAS. "Los que tienen miedo a lo nuevo", en Oración desnuda. Edic. Sigúeme, Salamanca, 1975, pp. 139.

Esta plegaria puede ser leída por una persona con fondo musical; puede ser hecha a modo de meditación; puede ser leída por varias personas...

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Anexo

Los que tienen miedo a lo nuevo ¿Por qué nos da más confianza, Señor, el pasado que el futuro? ¿Por qué nos duele hasta en la carne despedir un año que termina, cuando sabemos que nos espera otro «nuevo»? ¿Por qué tenemos esa sensación de pérdida, de descenso, de muerte, cuando en realidad estamos subiendo, llegando resucitando? Decimos con nostalgia que tenemos un año «menos», como si la meta estuviera detrás de nosotros, como si cada año nuestro amigo más querido se quedara en una estación más lejana y nosotros partiéramos en dirección contraria.

Pero ¿no es al revés, Señor? ¿No eres tú el que está viniendo? ¿No somos nosotros el tren de la esperanza que se acerca a la estación donde nos espera la dicha? Cada año que pasa no nos lleva más lejos de lo que amamos, sino más cerca. Deberla irse abriendo nuestro rostro cada vez más a la alegría; ¿por qué en cambio, se va endureciendo, encogiendo, entristeciendo? ¿Será esto, Señor, madurez o desilusión? ¿Verdad, Señor, que la muerte pesa más en nosotros que la vida? ¿Verdad que no acabamos de creer que cada amanecer es más rico que la noche? ¿Verdad que con frecuencia lo creen con más realismo y con más conse­cuencia precisamente los que no creen? ¿Verdad que nos cuesta aceptar que tú no te quedas nunca atrás, sino que nos esperas siempre delante? ¿No deberías significar tú todo aquello que nosotros deseamos y buscamos desesperadamente?

Cuando nacemos, lloramos y sufrimos más, al contacto con la luz, que cuando estamos encerrados en la oscuridad del vientre de nuestra madre.

Corre la vida y, a pesar de nuestro encuentro contigo, seguimos viviendo apegados a nuestras exigencias humanas,

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sin ser capaces de renacer a otro modo distinto de vida. Y como niños inconscientes temblamos ante toda nueva luz, ante toda nueva corriente«ie aire, ante cada rostro nuevo.

Nos aterra más lo que nace que lo que muere en nosotros. Seguimos, Señor, sin creer que tú estás más en lo que empieza que en lo que termina, en lo que está viniendo que en lo que ya no existe.

Porque tú no repites, Señor, y te revelas siempre más. Seguimos sin admitir que, precisamente porque tú no te repites nunca, no podemos sacralizar como «único» nada de lo que fue. Seguimos sin sentir vitalmente que tú no haces dos días iguales, dos rostros iguales, dos amores iguales, dos historias que se repitan, dos briznas de hierba idénticas.

Seguimos sin creer que tú estás cada vez más cerca. Por eso raramente sentimos como una presencia tuya todo lo que es nuevo.

¿De dónde nace, si no, esa tristeza ante el reloj que corre? ¿Esa amargura ante los años que pasan? ¿Cuándo seremos capaces de gritar, por la fuerza de nuestra fe, que nuestra justicia de hoy es más verdadera que la de ayer; que cada tictac del reloj nos asegura que podemos ser cada vez más hombres y que siempre podemos conseguir que algo nuevo, distinto, sorprendente, inesperado, nazca en nosotros a la vuelta de cada esquina? Si creyéramos de verdad en ti, Señor, si creyéramos en el hombre, si creyéramos en nosotros mismos, en vez de temblar de angustia ante cada año que termina, sentiríamos más bien la tentación de empujar las manecillas del reloj. El artista puede repetirse y puede desmejorar su obra. Tú no te repites y te superas siempre. Pero tú vives en nosotros, porque tenemos en nuestro interior algo que nos lo dice.

¿No lo dijiste tú mismo, Señor? «Mayores cosas que las que yo hice, haréis vosotros».

¿Tendremos alguna vez, Señor, la fe suficiente en nosotros mismos para creer que somos capaces de verdad de no repetirnos y de superarnos siempre?

JUAN ARIAS. "Los que tienen miedo a lo nuevo", Oración Desnuda, Edic. Sigúeme, Salamanca, 1975, pág. 139.

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XVII.

Educar para la libertad

1. Cantos: "Cantemos libres como el viento", u otros que conozca el personal que participa, y que hagan alusión al tema...

2. Análisis de una caricatura de QUINO: El coordinador distri­buirá copias de la caricatura a los participantes pa ra interpretarla y responder a las preguntas que facilitarán el análisis; harán el análisis en dos tiempos:

A. En un primer momento cada uno contemplará la imagen y responderá individualmente a las preguntas.

B. En un segundo momento de trabajo grupal, recogerán las expresiones que han oído a los jóvenes en torno al tema de la libertad (positivas o negativas) y las analizarán.

Preguntas para el primer paso o primer momento:

a) ¿Qué representa la imagen de la caricatura?

b) ¿La frase que aparece al final qué le sugiere?

c) ¿Comparte ud. esta sentencia? ¿Está de acuerdo? ¿Qué comentario hace de esta sentencia? ¿Por qué?

d) En la caricatura aparecen personas mayores haciendo el reproche; si el caricaturista, en vez de adultos hubiera pensado en jóvenes, ¿cuál hubiera sido la sentencia última?

e) ¿Qué título o pie de fotografía coloca ud. a esta caricatura? ¿Por qué?

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3. Reflexión grupal: Distribuidos en pequeños grupos, se le enco­mendará a cada grupo un tema de reflexión y de diálogo grupal; los temas de diálogo para los diversos grupos pueden ser estos:

— Cómo se vivió antiguamente el problema de la libertad.

— Cómo vive la juventud de hoy la libertad.

— Los diversos sistemas políticos cómo conciben la libertad: capitalismo, socialismo, comunismo.

— La filosofía tradicional cómo entendía la libertad... y la filoso­fía moderna cómo la concibe.

— El fenómeno de la "liberación femenina" cómo concibe la libertad.

— Qué cambios se perciben en el proceso de madurez humana, vista desde el niño, pasando por el joven, hasta llegar al adulto.

En sesión plenaria, cada grupo expondrá sus puntos de vista al resto de participantes, y harán un foro o discusión al respecto, coordinado por alguno de los presentes.

4. Actividad grupal: Cada grupo dedicará esta última actividad a redactar un mensaje sobre el uso de la libertad; cada grupo redac­ta rá su mensaje teniendo en cuenta un determinado grupo de personas a quienes les enviará el mensaje: niños, jóvenes, adultos (padres de familia), políticos, etc. El mensaje será presentado en pliegos grandes de papel, para ser fijados en la pared de la sala de reunión; el mensaje no deberá ser muy largo, sí muy impactante. De ser posible, podrán intercambiar entre los integrantes copia del mensaje elaborado.

5. Cantos: Para terminar esta jornada, el coordinador invitará a realizar alguna actividad de integración, como cantos, juegos, compartir un refresco, etc.

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XVIII. Educar para una convivencia auténtica

1. Cantos: Conviene iniciar el encuentro con cantos que hagan alusión a la comunidad, a la convivencia.

2. Diálogo grupal: El coordinador distribuirá en grupos los parti­cipantes; en cada uno de los grupos t ra tarán un tema diverso a partir de algunas preguntas.

Temas:

a) ¿Qué problemas vive la sociedad actual para convivir? - ¿qué problemas vive la familia, para crecer en la convivencia?

b) Los jóvenes viven un proceso en orden a la convivencia: estar juntos - hacer juntos - ser juntos. ¿Cómo explica el grupo este proceso?

c) Las tres etapas anteriores (estar juntos - hacer juntos - ser juntos) corresponden a tres modalidades de convivencia: grupo -equipo - comunidad; cada una de estas modalidades puede ser examinada según estos tres aspectos: como conjunto de personas, el ejercicio de la autoridad, las actividades que realiza... Haga el grupo este examen.

d) ¿Ayer cómo se realizaba la convivencia? ¿Cómo se vive? Señalar los cambios más notables que se perciben...

En sesión plenaria cada grupo dará informe de su trabajo grupal; a ser posible, presentar por escrito su trabajo, de manera que se pueda conservar para una revisión del mismo, posteriormente.

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3. Trabajo grupal: Los mismos grupos, u otros, provistos del material necesario dedicarán un rato para la elaboración de unas carteleras sobre el siguiente tema:

• Convivir para competir. • Convivir para cooperar.

El mismo grupo podrá hacer la cartelera sobre ambos temas, en plan de contraste, o bien, unos grupos desarrollan un tema, otros otro tema...

Las carteleras serán presentadas en plenario, haciendo de cada una de ellas un comentario.

Algunos aspectos que pueden ser tratados en la cartelera: cómo se viven los conflictos en una estructura competitiva y en una estruc­tura de cooperación; cómo se vive la dinámica de la comunicación en unas condiciones de competencia y en condiciones de colabora­ción; cómo se manifiestan las actitudes de las personas en situa­ción de competencia, y en situación de cooperación; cómo es el diálogo entre personas que compiten, cómo es entre personas que quieren colaborar...

4. Reflexión individual y grupal: A través de dos pasos sucesivos, realizarán esta reflexión; unas preguntas servirán de guía.

• primer paso (individual): cada individuo examinará estas cuestiones:

• ¿Qué estructuras sociales crean ambiente propicio para una u otra clase de convivencia? ¿Cómo lo logran? ¿Qué propósitos tie­nen en mente? ¿Por qué? (Comparar el sistema capitalista y el sistema socialista).

• ¿Conoce algunos slogan o refranes populares que contribuyen a formar una mentalidad de competencia? ¿Cuáles?

• ¿Qué slogan se podrán divulgar para crear una nueva mentalidad de cooperación, a nivel de pueblos, de familias, de grupos, de individuos? Sugiera algunos...

• ¿Qué situaciones concretas conoce ud. que retraten con bastante fidelidad una y otra manera de convivir?

• segundo paso (grupal): en pequeños grupos buscarán formas concretas para crear una situación de convivencia cooperativa en un grupo juvenil, en un grupo escolar, en un grupo patronal, entre familias de un barrio...

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Interesa que estas sugerencias sean viables y efectivas, y a ser posible, lleven a un compromiso personal y grupal para pasar del diálogo a la acción transformadora.

5. Síntesis fínal: El coordinador, otro, o varios, podrán realizar una síntesis del tema de esta jornada, de tal manera que presenten un diagnóstico de la situación, un análisis de causas y efectos de ambos tipos de convivencia, y unas pistas de solución positiva.

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XIX.

Educar para la acción socio-política

1. Cantos: Convendrá iniciar el encuentro con cantos que sugie­ran el tema de liberación..., de compromiso socio-político, de socie­dad nueva...

2. Actividad grupal: Distribuidos en pequeños grupos, cada uno provisto del material necesario, se dedicarán a desarrollar varios trabajos, así:

• grupo n. 1.

Mediante un sociodrama representarán las inquietudes del pueblo y los secretos propósitos de los políticos.

• grupo n. 2.

A través de un monumento expresará lo que creen debe ser la po­lítica.

• grupo n. 3.

Con una cartelera representarán las dos caras de Jano: una cabeza con dos rostros, mirando en dirección contraria para explicar la ambigüedad de la política: un rostro que presenta la política como servicio al pueblo; el otro que la presenta como dominio, a través del uso del poder, dominio del pueblo para lograr unos objetivos individualistas. Al frente de cada uno de estos rostros harán una glosa sobre: quién, cómo, por qué, para qué, a quiénes, por qué se hace política según uno u otro rostro.

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Estos diversos trabajos serán presentados en plenario, haciendo de cada uno un comentario.

3. Análisis de una granea: ANEXO. El coordinador distribuirá, a todos, o a cada uno de los grupos conformados, copia del ANEXo para ser analizado, con base en unas preguntas-guía:

a) ¿Cuál de las frases no comprende? Podrá el grupo aclarar l a duda.

b) ¿Conoce casos concretos en los que se dé una de las tres situa­ciones (democracia - anarquía - tiranía) con bastante claridad? ¿Cuáles?

c) ¿Considera lógicas cada una de las implicaciones señaladas: v.gr. "libertad implica solidaridad"?

d) ¿En nuestro sistema socio-político (forma de gobierno del país) cuál de las implicaciones señaladas falla? ¿Por qué?

e) ¿Qué hace falta para una situación ideal?

4. Lectura: De los Derechos Humanos según la Declaración de la ONU.

En pequeños grupos, provistos del ANEXO, leerán y comentarán el texto de los derechos humanos; el comentario podrá ser a partir de estas preguntas, u otras que el grupo sugiera después de leer la declaración de la ONU.

a) De los derechos señalados en la declaración, ¿cuáles se reco­nocen, cuáles no en nuestro país? ¿Por qué?

b) ¿Añadirían uds. otros derechos que no aparecen explícita­mente en el texto de la declaración? ¿Cuáles?

c) ¿Recuerda el grupo nombres de personas que han trabajado en el país o en el continente por la defensa de los derechos huma­nos? ¿Cuáles? ¿Qué derechos en particular han defendido?

d) ¿Qué situaciones de atropello de los derechos humanos cono­cen uds.?

e) ¿Qué se ha hecho para denunciar el atropello y exigir justicia?

5. Mesa Redonda: Con expertos en política, representantes de corrientes políticas distintas: previamente habrán sido invitados a participar en esta mesa redonda para un diálogo sobre la materia.

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Las preguntas a hacer podrán, también, con anterioridad ser pre­paradas debidamente.

6. Actividad grupal: El coordinador encomendará a los partici­pantes en esta jo rnada de reflexión, elaborar una síntesis del tema desarrollado, en orden a presentarlo en clase o en un acto cultural a jóvenes de enseñanza media o bachillerato, con una metodología asequible al auditorio elegido.

7. Cantos: Como al comienzo, también sobre el curso de la jornada y al final, conviene tener una sesión de cantos alusivos a la libera­ción del pueblo...

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Anexo

Un problema de orden personal: DECISIÓN Y PARTICIPACIÓN

Que repercute en el orden social: FORMA DE GOBIERNO

LIBERTAD con ORDEN = DEMOCRACIA LIBERTAD sin ORDEN = ANARQUÍA ORDEN sin LIBERTAD = TIRANÍA

DEMOCRACIA LIBERTAD SOLIDARIDAD

PARTICIPACIÓN SERVICIO

implica LIBERTAD implica SOLIDARIDAD implica PARTICIPACIÓN

implica SERVICIO implica RESPONSABILIDAD

RESPONSABILIDAD implica ser guía ser maestro ser jefe

CARIDAD sin JUSTICIA es limosna JUSTICIA sin CARIDAD terrorismo CARIDAD con JUSTICIA - ^

• son armonía JUSTICIA con CARIDAD ""^

Una secuencia dinámica: Armonía — Paz y Progreso

Síntesis: CARIDAD, JUSTICIA, ORDEN: que conducen a la PAZ y al DESARROLLO y, finalmente, a la LIBERTAD CARIDAD, JUSTICIA y ORDEN conducen a la LIBERTAD CARIDAD, JUSTICIA y ORDEN conducen a la PAZ

PAZ y LIBERTAD LIBERTAD es PAZ

PAZ es LIBERTAD

Cfr. YOLANDA MARTÍNEZ DE SAMPER, Política: engaño o desafío, Bogotá, pág. 69.

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Anexo

Declaración universal de los derechos humanos

Proclama

La presente Declaración Universal de Derechos Humanos como ideal común por el que todos los pueblos y naciones deben esforzarse a fin de que tanto los individuos como las instituciones, inspirándose constante­mente en ella, promuevan, mediante la enseñanza y la educación, el res­peto a estos derechos y libertades, y aseguren, por medidas progresivas de carácter nacional e internacional, su reconocimiento y aplicación univer­sales y efectivos, tanto entre los pueblos de los Estados Miembros como entre los de los territorios colocados bajo su jurisdicción.

Artículo 1

Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternal­mente los unos con los otros.

Artículo 2 4

1. Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posi­ción económica, nacimiento o cualquier otra condición.

2. Además, no se hará distinción alguna fundada en la condición política, jurídica o internacional del país o territorio de cuya jurisdicción depende una persona, tanto si se trata de un país independiente, como un territorio bajo administración fiduciaria, no autónomo o sometido a cualquier otra limitación de soberanía.

Artículo 3

Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona.

Artículo 4

Nadie estará sometido a esclavitud ni a servidumbre; la esclavitud y la trata de esclavos están prohibidas en todas sus formas.

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Artículo 5

Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes.

Artículo 6

Todo ser humano tiene derecho, en todas partes, al reconocimiento de su personalidad jurídica.

Artículo 7

Todos son iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho a igual protección de la ley. Todos tienen derecho a igual protección contra toda discriminación que infrinja esta Declaración y contra toda provocación a tal discriminación.

Artículo 8

Toda persona tiene derecho a un recurso efectivo, ante los tribunales competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos funda­mentales reconocidos por la constitución o por la ley.

Artículo 9

Nadie podrá ser arbitrariamente detenido, preso ni desterrado.

Artículo 10

Toda persona tiene derecho, en condiciones de plena igualdad, a ser oída públicamente y con justicia por un tribunal independiente e imparcial, para la determinación de sus derechos y obligaciones o para el examen de cualquier acusación contra ella en materia penal.

Artículo 11

1. Toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad, conforme a la ley en juicio público en el que se le hayan asegurado todas las garantías necesa­rias para su defensa.

2. Nadie será condenado por actos u omisiones que en el momento de cometerse no fueren delictivos según el Derecho nacional o internacional. Tampoco se impondrá pena más grave que la aplicable en el momento de la comisión del delito.

Artículo 12

Nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques a su honra o a su reputación. Toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra tales injerencias o ataques.

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Artículo 13

1. Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residen­cia en el territorio de un Estado.

2. Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso el propio, y a regresar a su país.

Artículo 14

1. En caso de persecución, toda persona tiene derecho a buscar asilo y a disfrutar de él, en cualquier país.

2. Este derecho no podrá ser invocado contra una acción judicial real­mente originada por delitos comunes o por actos opuestos a los propósitos y principios de las Naciones Unidas.

Artículo 15

1. Toda persona tiene derecho a una nacionalidad.

2. A nadie se privará arbitrariamente de su nacionalidad ni del derecho a cambiar de nacionalidad.

Artículo 16

1. Los hombres y las mujeres, a part ir de la edad nubil, tienen derecho sin restricción alguna por motivos de raza, nacionalidad o religión, a casarse y fundar una familia; y disfrutarán de iguales derechos en cuanto al matri­monio, durante el matrimonio y en caso de disolución del matrimonio.

2. Sólo mediante libre y pleno consentimiento de los futuros esposos podrá contraerse el matrimonio.

3. La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado.

Artículo 17

1. Toda persona tiene derecho a la propiedad, individual y colec­tivamente.

2. Nadie será privado arbitrariamente de su propiedad.

Artículo 18

Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia.

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Artículo 18

Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.

Artículo 20

1. Toda persona tiene derecho a la libertad de reunión y de asociación pacíficas.

2. Nadie podrá ser obligado a pertenecer a una asociación.

Artículo 21

1. Toda persona tiene derecho a participar en el gobierno de su país, directamente o por medio de representantes libremente escogidos.

2. Toda persona tiene el derecho de acceso, en condiciones de igualdad, a las funciones públicas de su país.

3. La voluntad del pueblo es la base de la autoridad del poder público; esta voluntad se expresará mediante elecciones auténticas que habrán de celebrarse periódicamente, por sufragio universal e igual y por voto secreto u otro procedimiento equivalente que garantice la libertad del voto.

Artículo 22

Toda persona como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad social, y a obtener, mediante el esfuerzo nacional y la cooperación interna­cional, habida cuenta de la organización y los recursos de cada Estado, la satisfacción de los derechos económicos, sociales y culturales, indispensa­bles a su dignidad y al libre desarrollo de su personalidad.

Artículo 23

1. Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección contra el desempleo.

2. Toda persona tiene derecho, sin discriminación alguna, a igual salario por trabajo igual.

3. Toda persona que trabaja tiene derecho a una remuneración equitativa y satisfactoria, que le asegure, así como a su familia, una existencia con­forme a la dignidad humana y que será completada, en caso necesario, por cualesquiera otros medios de protección social.

4. Toda persona tiene derecho a fundar sindicatos y a sindicalizarse para la defensa de sus intereses.

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Artículo 24

Toda persona tiene derecho al descanso, al disfrute del tiempo libre, a una limitación razonable de la duración del trabajo y a vacaciones periódicas pagadas.

Artículo 25

1. Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios necesarios; tiene asi mismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos de pérdida de sus medios de subsis­tencia por circunstancias independientes a su voluntad.

2. La maternidad y la infancia tienen derecho a cuidados y asistencia especiales. Todos los niños, nacidos de matrimonio o fuera de matrimonio, tienen derecho a igual protección social.

Artículo 26

1. Toda persona tiene derecho a la educación. La educación debe ser gratuita, al menos en lo concerniente a la instrucción elemental y funda­mental. La instrucción elemental será obligatoria. La instrucción técnica y profesional habrá de ser generalizada; el acceso a los estudios superiores será igual para todos, en función de los méritos respectivos.

2. La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales; favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y todos los grupos étnicos o religiosos; y promoverá el desarrollo de las actividades de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz.

3. Los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos.

Artículo 27

1. Toda persona tiene derecho a tomar parte libremente en la vida cultu­ral de la comunidad, a gozar de las artes y a participar en el progreso científico y en los beneficios que de él resulten.

2. Toda persona tiene derecho a la protección de los intereses morales y materiales que le corresponden por razón de las producciones científicas, literarias o artísticas de que sea autora.

Artículo 28

Toda persona tiene derecho a que se establezca un orden social e interna­cional en el que los derechos y las libertades proclamados en esta Declara­ción se hagan plenamente efectivos.-

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Artículo 29

1. Toda persona tiene deberes respecto a la comunidad puesto que sólo en ella puede desarrollarse libre y plenamente su personalidad.

2. En el ejercicio de sus derechos y en el disfrute de sus libertades, toda persona estará solamente sujeta a las limitaciones establecidas por la ley con el único fin de asegurar el reconocimiento y el respeto de los derechos y libertades de los demás, y de satisfacer las justas exigencias de la moral, del orden público y del bienestar general en una sociedad democrática.

3. Estos derechos y libertades no podrán en ningún caso, ser ejercidos en oposición a los propósitos y principios de las Naciones Unidas.

Artículo 30

Nada en la presente declaración podrá interpretarse en el sentido de que confiere derecho alguno al Estado, a un grupo o a una persona, para emprender y desarrollar actividades o realizar actos tendientes a la sus­pensión de cualquiera de los derechos y libertades proclamados en esta declaración.

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XX. Educar para el cultivo de los valores humanos

1. Cantos: El coordinador invitará a entonar cantos que ayuden a introducir el tema de los "valores humanos", como "La amistad", "Viva la gente", "Amigo" (De Roberto Carlos), y otros...

2. Actividad individual y grupal: A partir de la técnica del "concordar-discordar" se t ra ta de aclarar la noción de "valor". Dos pasos: el primero a nivel individual; cada participante determinará la verdad o falsedad de las siguientes sentencias:

a) Valores son aquellas cosas que permiten satisfacer una necesidad o un deseo. V F

b) Valor es todo aquello que permite al hombre realizar su existencia y conferirle un significado. V F

c) La cosas existen independientemente del hombre, pero sólo "valen" en relación con el hombre. V F

d) No es posible apreciar a fondo un valor sin vivirlo de frente a los otros y para los otros. V F

e) Los valores humanos son tales porque contribuyen a la humanización, no sólo mía, sino de todos los hombres. V F

f) La persona humana es el centro de los valores. V F

g) La sociedad crea los valores para cada época. V F

h) Los valores no deben absolutizarse, no deben conver­tirse en "ídolos". V F

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Segundo momento o paso: en pequeños grupos, cada uno pondrá en común las afirmaciones hechas sobre las frases del anterior ejercicio, buscando el consenso del grupo. El anterior ejercicio ayuda a conocer aspectos varios de la noción de "valor".

3. Reflexión sobre la pedagogía de los valores: Tres momentos ocupará el desarrollo de este sub-tema.

a) Lectura y análisis del trozo tomado de Salvador Iserte; el análi­sis se hará respondiendo a estas preguntas:

— ¿Qué cambios de conducta observa ud. en este relato?

— ¿Los cambios de conducta obedecen a la aparición de algún valor, antivalor o seudovalor? ¿Cuál?

— ¿Los cambios de conducta, o actitudes de los personajes, van en ascenso o descenso? ¿Por qué?

— ¿Cuál es el valor que prevalece como culmen del relato?

— ¿Es frecuente ver en la realidad social como hecho histórico este relato? ¿Por qué?

— ¿Se observa en el relato una jerarquía de los valores? ¿Cómo se jerarquizan aquí los valores?

b) Observación del ANEXO titulado "Jerarquía de los valores"; examínese ud. mismo observando esta jerarquía o escala de valo­res, y responda:

— De esta gama de valores (económicos, vitales, intelectuales, estéticos, morales, psíquicos, religiosos), ¿cuál de ellos preva­lece en ud.?

— Y dentro de la polaridad (de más o de menos), ¿cómo se encuentra ud.?

— ¿Considera necesaria en la persona humana la existencia de una jerarquía de valores? ¿Por qué?

— ¿Según esta gama y variedad de valores, qué tipo de personas más admira ud.?

c) Examen del proceso de interiorización o asimilación de los valores: los valores no son mera teoría; son fuerzas que transfor­man la vida personal y social del individuo. Y estas fuerzas tienen su proceso para desarrollar la energía transformadora que llevan consigo. El camino de este proceso cubre estos pasos:

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1) recepción del valor, lo que significa, conocer el valor.

2 ) respuesta positiva a u n valor señalado, es decir, obedecer lo que el valor indica como ley que se impone.

3) estima o aprecio de determinado valor que me hace capaz de defenderlo.

4) organización de los valores percibidos como tales, o jerarqui-zación de los mismos.

5) adopción de determinado valor como NORMA DE VIDA, o sea, convertirlo en actitud personal.

¿Dentro de este proceso de interiorización, en qué punto se hallan los diversos valores que ud. pretende cultivar?

¿Y ud., como educador, padre de familia, o asesor de algún grupo, cómo cree que puede estimular el crecimiento de este proceso de interiorización?

4. Trabajo grupal: Traducir valores en actitudes y acciones con­cretas, guiándose por el esquema adjunto como modelo.

Esquema-modelo:

Valores

1. Testimonio

2. Justicia

Actitudes

Apertura. Discreción. Sinceridad.

Solidaridad. Respeto a los derechos del otro.

Acciones concretas

Propiciar en el hogar, en el grupo juvenil, etc. acciones efectivas para traducir las actitudes de apertura, discreción...

Propiciar una toma de conciencia sobre la situación del país, para emprender una cam­paña en favor de quienes son atropellados por otros.

N.B.: Las grandes instancias sociales que fomentan el cultivo de los valores humanos son: la familia, la escuela, la Iglesia, la socie­dad; a cada una de ellas corresponde el cultivo de unos determina­dos valores humanos. ¿Cuáles?

1. La Familia: Proveer la sociedad de personas sociales y socia­bles; transmitir una cultura; hacer el papel de filtro y de arbitro de los conocimientos y las comunicaciones que llegan al niño, al joven...

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2. La Escuela: Desarrolla la inteligencia; aprende el niño allí la igualdad fundamental de todo hombre; se hace consciente de la necesidad de la promoción permanente.

3. La Iglesia: Es testimonio de que el hombre está llamado a la trascendencia; aprende el valor de la fraternidad; es testigo de la gratuidad.

4. La Sociedad: Hace surgir en la sociabilidad la solidaridad; junto a la solidaridad aparece la justicia; aparece como condición de una integración óptima la justicia.

Estos diversos valores tienen una traducción en actitudes como normas de vida, y cada una de las actitudes que realizan el valor correspondiente se alimentan mediante acciones afectivas y efectivas.

Este esquema que, individualmente o en grupo, van a realizar, servirá como proyecto de trabajo con los hijos, los alumnos de la escuela, los integrantes del grupo, etc.

En sesión plenaria cada grupo o persona presentará el esquema elaborado, lo discutirán, lo perfeccionarán, si es el caso,... lo pro­pondrán como modelo pa ra una acción de conjunto en pro del cultivo o educación de los valores humanos.

5. lectura para meditar: ANEXO tomado de JUAN ARIAS. La últi­ma dimensión. Edic. Sigúeme, Salamanca, 1974. pp. 75-ss. "¿Por qué están en crisis los grupos comunitarios?".

6. Cantos: A gusto del grupo.

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Anexo

Dos hombres suben por una montaña de difícil ascensión. Se dirigen a un refugio alpino. Juan González va cargado hasta no poder más. Don Pedro de la Torre, que es su jefe, no lleva ninguna carga, pero es portador, en cambio, de una pistola ametralladora.

En un descuido de don Pedro, González le arrebata la pistola, se quita la carga y obliga al señor de la Torre a llevarla. Siguen subiendo por los ásperos caminos de la montaña. Con motivo de ver un pájaro que lleva comida a su nido, entablan conversación. Esto le recuerda a González una antigua historia de familia, historia que también don Pedro conoce, y gracias a la cual descubren que son parientes. (Un solo contacto de amor hace a todos los hombres hermanos). A raíz de este descubrimiento deciden los dos llevar cada uno la carga que sus fuerzas le permitan.

Siguen ascendiendo la pendiente. Don Pedro, por no hallarse acostum­brado y por el esfuerzo realizado en la segunda etapa, va cediendo bajo el peso de la carga y se va retrasando. La nieve sigue cayendo. El día va declinando. Se oye el aullido de los lobos. Juan se da cuenta perfecta de la situación. El mismo está cansado. Sigue llevando la pistola ametralladora. No sabe si podrá llegar al refugio antes que anochezca. De todos modos, reconoce que se halla en mejores condiciones que el señor De la Torre. Entonces toma toda la carga y además le da la mano para ayudarle a subir. El señor De la Torre lleva la pistola para ahuyentar a los lobos y una linterna con la que ilumina a Juan. Juntos salvan todos los obstáculos, se libran de los lobos y llegan al refugio amigos para toda la vida.

Cfr. SALVADOR ISERTE, La moral, un tesoro en peligro, libros CLIE, Barcelona, 1982, pp. 136.

100

Anexo

Jerarquía de los valores

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Cfr. ROBERTO ALATORRE P, Etica, Edi'. Porrúa, México, 1983, pp. 203.

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Anexo

¿Por qué están en crisis los grupos comunitarios?

La crisis no debe jamás matar las esperanzas.

Hoy más que nunca hemos de procurar no dejarnos arrastrar por el miedo de las cosas que cambian demasiado aprisa. Porque lo cierto es que vivimos a tal velocidad que las mismas alternativas con que tropezamos para resolver los problemas de ayer entran en crisis en seguida y ya no nos sirven.

Apenas hemos encontrado la respuesta a un grave interrogante, ense­guida nos damos cuenta de que también ella es incompleta e insuficiente. Y es fácil que entonces nos entre la angustia y la desilusión. ¿Será quizás esta realidad intrínseca a la condición investigadora del hom­bre, que no consigue nunca tocar el fondo de las cosas? Un ejemplo significativo nos lo proporcionan los llamados «grupos comu­nitarios», nacidos como alternativa a la familia tradicional sobre la base de estos dos elementos: la toma de conciencia, por parte de los jóvenes, de los valores de la libertad y de la comunicabilidad, y la dificultad cada vez mayor de desarrollar y saborear esos valores dentro de un ambiente familiar cerrado y posesivo.

Estas nuevas formas de vida han aparecido por todas partes como hongos, entre gritos de gozo y estremecimientos de miedo. Y han asumido todos los colores posibles: desde las «comunas» en completa libertad sexual hasta las comunidades de compromiso político o religioso. Pero'enseguida, con­sideradas como focos de subversión y de revolución, han sido condenadas casi en bloque por cierto mundo poco amigo de complicaciones. Se ha tratado de una experiencia muy dura para los jóvenes, obligados a arre­glárselas ellos solos, con esfuerzos tremendos y en medio de una incompren­sión casi universal.

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Hoy, tras unos años de distancia, los mismos grupos confiesan casi en bloque su propia crisis: en muchos se ha introducido la desilusión y la amargura; algunos ni intentan siquiera esconder su nostalgia por el pasado.

¿Tenían entonces razón los que los criticaban? A mi juicio, creo que no. La razón está siempre de parte de los que, jóvenes o mayores, no se rinden ante la dificultad, siguen buscando sin descanso, no se contentan con lo que han hecho los demás y quieren realizar también ellos su pedazo de historia.

Pero ¿por qué los «grupos comunitarios» han entrado en crisis, y tan pronto? He aquí el análisis de este fenómeno que hemos hecho con unos cuantos jóvenes que, tras elnaufragio de su experiencia, han querido profundizar en el problema. Muchas de esas comunidades nacieron, no ya como una verdadera bús­queda de algo nuevo y del desarrollo de su propia madurez, sino como simple rebeldía contra el autoritarismo de los padres, como huida de la soledad, como alternativa al miedo de no conseguir afirmarse en la vida por sí mismos, como terapia a problemas personales que además, muchas veces, se reducían a la esfera sentimental.

Ha faltado en la base una verdadera búsqueda sobre el concepto de «comunidad», que a veces se ha confundido con el concepto de «conviven­cia», de trabajo en equipo, de terapia de grupo.

Se ha olvidado con frecuencia que la verdadera comunidad no puede ser más que la comunidad universal cuyo fin último es el encuentro con todos los hombres, no ya a nivel de sociedad, sino a nivel comunitario, o sea, de comunión.

Si lo que buscan los jóvenes es un espacio mayor de libertad personal y de comunicabilidad humana recíproca como alternativa a la soledad esen­cial, está claro que los medios (incluso la experiencia comunitaria) sólo serán válidos en la medida en que ayuden a realizar esos fines.

Sin embargo, muchas experiencias comunitarias han fallado por haber transferido a la nueva vida de grupo los viejos esquemas, los viejos pecados de la familia tradicional: pérdida de libertad personal, cansancio y mono­tonía en la convivencia, falta de compromiso común, autoritarismos más o menos carismáticos, manipulación sutil de la propia creatividad.

Si hoy está en crisis el grupo comunitario, como también la familia, no es porque en sí mismo sea una experiencia fallida, sino más bien porque muchas veces no es más que una mala copia de viejos esquemas. No hemos de olvidar que nos encontramos ante una experiencia nueva realizada todavía por hombres viejos, no ya en edad, pero sí en cultura y tradición.

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Pero lo importante es esto: ha caído el conjunto de los medios escogidos por los jóvenes, no el objetivo que se habían propuesto, esto es, la búsqueda de una libertad y comunicabilidad cada vez mayor. En efecto, no existe un solo grupo que haya dejado de creer en la irrenunciabilidad de estos dos valores.

Por tanto, para salir de la crisis sin demasiados pesimismos y sin el sabor amargo de la derrota, los jóvenes deberán tomar nota de que la alternativa a una forma de vida que no les satisface no podrá encontrarse mágica­mente en la creación de un.grupo comunitario, y mucho menos a nivel de convivencia únicamente. La alternativa consistirá sobre todo en una acti­tud distinta ante los demás.

Expliquémonos un poco más: si hasta ahora los hombres se colocaban ante los demás intentando encadenarse mutuamente, ahora tendrán que bus­car y respetar la libertad recíproca Si hasta ahora había que cerrarse en la soledad de dos para encontrarse y comulgar, ahora habrá que tomar conciencia de que sólo en la apertura a todos crece la propia comunicabi­lidad con el «compañero» o con el grupo.

En resumen, podríamos decir que actualmente el grupo está en crisis porque está en crisis la actitud de cada uno de nosotros ante los demás. Por tanto, la búsqueda de algo nuevo sigue estando abierta y es válida, aun cuando los medios empleados hasta ahora no siempre hayan sido idóneos. Los medios nuevos siguen siendo infinitos en esta búsqueda. Y ésta es la mejor esperanza.

JUAN ARIAS. "¿Por qué están en crisis los grupos comunitarios?", La última dimensión, Ed. Sigúe­me, Salamanca, 1974, pág. 75.

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Quinta Parte

Encuentros para grupos apostólicos

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XXI Toma de conciencia de que somos Iglesia

1. Cantos: El coordinador invitará a entonar canciones alusivas a la Iglesia, a nuestra condición de bautizados, de testigos, etc.

2. Trabajo grupal: Distribuidos en pequeños grupos, cada grupo mirando la realidad histórica de la Iglesia, buscará algunas imáge­nes de la.Iglesia que son imágenes falsas por aparecer como "cari­caturas de iglesia".

Para iniciar este encuentro, convendrá escribir en el tablero o en la cartelera esta sentencia:

"En esta génesis del ateísmo pueden tener parte no pequeña los propios creyentes, en cuanto que, con el descuido de la educación religiosa, o con la exposición inadecuada de la doctrina, o incluso con los defectos de su vida religiosa, moral y social, han velado más bien que revelado el genuino rostro de Dios y de la religión" (Gau-dium et Spes. n. 19).

El coordinador invitará a leer esta sentenciay a meditarla, incluso a hacer un breve foro sobre su contenido para aterrizar mejor sobre el tema del momento.

Para el diálogo grupal se sugerirán algunas preguntas que orienten esta reflexión sobre las caricaturas de la Iglesia:

a) ¿Qué concepciones de la Iglesia hemos conocido entre campe­sinos, entre los jóvenes, entre la gente culta, que, a nuestro juicio, pensamos no corresponde a la auténtica imagen de la Iglesia.

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Como modelo para orientarnos: la caricatura de una iglesia casada con los ricos; la caricatura de una iglesia que sólo actúa dentro de las cuatro paredes del templo, etc.

b) ¿Qué causas dan lugar o son el origen de una caricatura de la Iglesia? ¿Por qué?

c) ¿Qué efectos produce en los fieles una falsa imagen de Iglesia? ¿Por qué?

d) ¿Esta falsa imagen en qué medida actúa también en cada uno de nosotros? ¿Cómo?

e) ¿Me siento responsable de que algunos cristianos se hayan desorientado al ver en mí una falsa imagen de iglesia?

El coordinador verá la conveniencia de hacer sesión plenaria sobre este primer ejercicio.

3. Lectura: De trozos selectos de documentos de la Iglesia: el coordinador sugerirá estos trozos, u otros.

a) Lumen Gentium (Vaticano II), nn. 1-5; 6-7; 9.

b) CELAM en MEDELLIN. Mensaje a los pueblos de América La­tina.

c) PUEBLA. La verdad sobre la Iglesia nn. 220-281. (Podrá dividir en varios trozos...).

Cada grupo leerá el trozo asignado, dará cuenta de él en el plena-rio, subrayando las ideas centrales; para ser claros, convendrá presentar una cartelera que represente en forma gráfica estas ideas.

4. Trabajo grupal: Conocedores ya de las imágenes falsas más frecuentes entre la gente, y después de saber, por las lecturas, qué piensa la Iglesia de sí misma, veamos ahora cómo podremos corre­gir las caricaturas de iglesia existentes.

El grupo podrá escribir en una columna la descripción caricatu­resca que alguien hace de la Iglesia, y al frente escribir la sentencia de algunos de los documentos que conocemos, que ayude a corre­gir esta falsa imagen; este elenco de caricaturas y de sentencias que corrigen podrá hacerse público en volantes impresos, podrá ser representado en carteleras y puestas en público para beneficio de otros.

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5. Celebración de la Palabra: Sobre el Bautismo para rememorar lo que el Bautismo creó en nosotros, para actualizar nuestro com­promiso bautismal y para proyectar nuestra misión de testigos. La celebración puede incluir estos pasos:

1) Canto de entrada.

2) Oración recitada por el Sacerdote que preside, o por el coordi­nador. Esta oración podrá tomarse del Misal, bien sea, de una misa votiva, o de la Fiesta de Pentecontés, etc.

3) Lecturas: J r 31,31-35. Ga 4,1-8. Jn 15,1-18.

4) Cantos: Tomar de los que sugiere el Ritual del Bautismo, sobre el agua, sobre la luz, sobre el pan de vida.

5) Reflexión compartida: a partir de las lecturas.

• relación entre las tres lecturas.

• relación entre las lecturas y el sentido del bautismo.

• relación entre el bautismo y la vida del cristiano.

• relación entre los tres elementos del rito del bautismo: agua, pan y luz.

6) Rito:

— Si es posible, conseguir agua bendecida para signarse con ella en recuerdo del agua bautismal.

— Entrega de la luz, para recordar la entrega de la luz el día del bautismo como entrega de una misión qué realizar.

— Recitación del Padrenuestro para actualizar la condición de hijos de Dios y de hermanos por la fe cristiana, por el bautismo.

7) Oración de los Fieles: Cada uno de los participantes hará ora­ción espontánea, y el resto se solidariza con una respuesta.

8) Cantos.

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XXII.

Vocación para apóstol

1. Cantos: Jesucristo me dejó inquieto...

Otros cantos a elección del grupo.

2. Oración: "Lucho por el reino". JOSÉ SANTANA. Oración Joven. Edic. C.V.S. Burgos, 1977, pág. 59. ANEXO.

Podrá ser recitada por uno de los presentes, con fondo musical, en clima de meditación; al final, dejar algunos momentos para refle­xión personal en silencio.

3. Actividad grupal: "Concordar-discordar".

De acuerdo a la técnica del "concordar-discordar", siguiendo los tres pasos ya conocidos (individual-grupal y plenario), responde­rán si consideran V (verdadera) o F (falsa) cada una de estas sen­tencias:

1) Ser apóstol es realizar un hobby o afición personal. V F

2) El apostolado es tarea de los obispos, sacerdotes y religiosos. V F

3) Ser apóstol es misión del cristiano. V F

4) La mejor forma de apostolado es hacer rezar a la gente. V F

5) El apostolado es ta rea para pocos. V F

6) Ser apóstol es tarea de todo bautizado. V F

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7) Ser apóstol es anunciar a Cristo a todos los hombres con toda la vida. V F

N.B.: Cada afirmación o negación deberá ir sustentada con razones.

4. Lectura en grupos: El coordinador ofrecerá a cada uno de los grupos copia de los diversos textos a leer y comentar, con base en las preguntas siguientes:

a) ¿Qué trozo leyeron y de qué autor?

b) ¿Cuál es la idea principal del trozo?

c) ¿Qué otras ideas llamativas encontraron en la lectura?

d) ¿En qué medida estas lecturas ayudan a la mística del grupo por el apostolado?

e) ¿Qué otras lecturas han hecho en particular que enriquezcan la información?

Trozos a sugerir para la lectura:

• Vaticano II. Decreto sobre el Apostolado de los Seglares, nn. 2-4.

• PABLO VI. Exhortación Evangellii nuntiandi, del 8 de Dic. de 1975. (Escoger algunos números...).

• Doc. de PUEBLA, nn. 1220-1249.

• LUIS AUGUSTO CASTRO. Llegar a ser apóstol. Edic. Paulinas, Bogotá, 1984, págs. 184-191.

• J. ANDRÉS VELA, S.J. Dinámica Psicológica y eclesial de los gru­pos apostólicos. Edit. Guadalupe, Buenos Aires, 1968, pág! 319-320.

El plenario de este ejercicio podrá hacerse a la manera de "vasos comunicantes"; participantes de los grupos que actuaron en el paso anterior, (uno o varios) integrarán nuevos grupos, para así formar nuevos grupos en los que podrán tener información de los trozos leídos.

5. Reflexión evangélica: El coordinador distribuirá entre los gru­pos textos del Nuevo o Antiguo Testamento, para leer y reflexio­nar, guiados por las pistas que vienen a continuación:

Textos: Is 6,1-10; Jr 1,4-11; Le 4,16-20; Hch 9,1-23; otros...

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Preguntas:

a) ¿Quién es el protagonista del relato?

b) ¿Qué otros personajes intervienen? ¿Cuál es la actitud de cada personaje?

c) ¿Cuál es el mensaje del relato?

d) ¿Qué nos dice este relato?, ¿en qué forma hago par te del relato?

e) ¿Cómo se actualiza este relato hoy?

Esta última pregunta (cómo se actualiza este relato hoy) será presentada con alguno de los recursos conocidos: sociodrama, monumento, cartelera, carta-mensaje a la comunidad para moti­var al apostolado, canción-mensaje... etc.

6. Oración final: El coordinador invitará a cada grupo a buscar un lugar conveniente pa ra hacer oración en grupo; la oración la coor­dinará cada grupo a su gusto...; la harán partiendo de alguna de las actividades realizadas en esta jornada; después de un tiempo determinado de oración, a una señal establecida, se reunirán de nuevo los grupos en plenario, para finalizar la jornada con canciones.

Cada grupo partirá del lugar donde hizo la oración grupal ento­nando cantos alusivos al tema de hoy.

La oración final podrá hacerse sirviéndose del ANEXO: "¿Qué exi­gencias tiene mi fe?" Fondo musical, tono de meditación.

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Anexo

Lucho por el reino

Dijo Jesús: "El que quiera salvar su vida, la perderá; y quien pierda su vida por amor de Mí, la hallará" (Mt 16,25).

Esta es la manera de encontrar el Reino de Dios, el modo de hallar la VIDA:

gastarse en la lucha de cada día, no retraerse de salir diariamente a la pelea empeñada contra el mal.

El Reino de Dios se alcanza con esfuerzo, luchando por la verdad, por la justicia, por el amor.

no lo entendió así Pedro quien en seguida sacó la espada para defender a Cristo-(Mt 26,51), ni los Apóstoles cuando ofrecieron espadas a Jesús ante el anuncio de que no iba a ser obra fácil implantar el Reino de Dios (Le 22,35), ni Pilatos a quien Jesús tranquiliza diciendo: "Mi Reino no es de este mundo". "He venido al mundo para dar testimonio de la verdad" (Jn 18,36-37).

Limpia tu vida de falsedad, de egoísmo, de injusticia... y harás presente en ti el Reino de Dios.

Lucha sin miedo al "qué dirán", sin temor a quienes les molestan tus caminos de justicia, sin disimular que has tomado partido por Jesús de Nazaret.

Lucha con constancia. No cedas a la tentación del "ya e s bastante". No abras tu puerta a lo malo porque la situación final será peor que la primera (Mt 12,43,45).

Trabaja por implantar el Reino de Dios en ti. No luches para que llegue el Reino de Dios a los otros cuando tú no lo llevas dentro. Es una farsa.

Lucha por implantar el Reino de Dios:

lucha por implantar la Verdad, no tu verdad, lucha por implantar lo que es justo, no tu justicia; lucha por el BIEN, no por lo que sólo es bueno a tus ojos.

JOSÉ SANTANA, Oración Joven, Edic. C.V.S. Salamanca, 1977, pág. 59.

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Anexo

Actitudes fundamentales La experiencia de Dios es la experiencia del Absoluto en nuestra vida. Pero el Absoluto es Dios, no nuestra experiencia de El la cual es ciertamente frágil y limitada. El apóstol que se forma como tal, va tomando conciencia de esta fragilidad y a ello colabora, durante su formación, la mediación de la comunidad formadora que se constituye como lugar de discernimiento de cada experiencia. El encuentro con la comunidad de vida y de fe, facilita en cada persona la formación de tres actitudes apostólicas fundamentales que se manifiestan en la capacidad de:

1. Relativizar la propia experiencia

2. Valorar la experiencia ajena

3. Acoger la experiencia ajena

1. Relativizar la propia experiencia

La inconmensurabilidad de Cristo cuya anchura y largura, altura y pro­fundidad (Ef 3,18) son inabarcables, y cuyo reino es insondable (Ef 3,8), nos lleva a comprender la limitación de cualquier experiencia humana de Dios. Aunque usualmente le damos un valor muy grande a la propia experiencia, debemos aprender a relativizarla.

Relativizar algo significa quitarle importancia. La palabra relativo a veces se utiliza con este sentido de reducir el valor de una cosa, pero no es éste el uso que le damos aquí. Relativizar significa poner algo en relación con el Absoluto. Frente a la grandeza de Dios todo es relativo, limitado, pero muy importante precisamente por esa relación con Dios. Por eso, sin quitarle valor a la propia experiencia, la relativizamos y, por tanto, la considera­mos susceptible de enriquecimiento.

2. Valorar la experiencia ajena de Dios

Se t ra ta de una actitud muy misionera. A ella aludía Juan Pablo II en la Redemptor Hominis cuando se refería a la acción apostólica y misionera, misionera y apostólica. Se t rata de acercarse a la experiencia del otro con el respeto, la estimación y el discernimiento que, desde los tiempos de los apóstoles, distinguía la actitud misionera y del misionero: "La actitud misionera comienza siempre con un sentimiento de profunda estima frente a lo que en el hombre habla; por lo que él mismo, en la intimidad de

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su espíritu, ha elaborado respecto a los problemas más profundos e impor­tantes; se trata de respeto por todo lo que en él ha obrado el Espíritu que sopla donde quiere (Jn 3,8)".

3. Acoger la experiencia ajena

No se trata sólo de valorar la experiencia ajena como algo que no nos toca personalmente, sino de abrirnos a ella y acogerla como una expresión de Cristo que puede decirnos algo. Es éste un momento fuerte de la formación del apóstol. El se da cuenta, gracias a su percepción sacramental, de que la experiencia del otro es un lugar teológico, desde donde el Señor lo interpela.

4. Formarse como un nuevo evangelizador

Cuando esta triple actitud va tomando forma, se puede hablar de un apóstol realmente capaz de evangelizar y de hacerlo de una manera nueva.

La evangelización, en efecto, puede tener lugar según un modelo en el que los elementos de la misma se organizan de este modo:

El anuncio

El que es evangelizado

En este modelo, uno anuncia y otro recibe el anuncio. Uno posee la verdad y otro la recibe. Uno expresa cuanto el Señor ha hecho en él y el otro simplemente acepta esta expresión. En una palabra, uno evangeliza y el otro es evangelizado.

Este tipo de evangelización desconoce el valor de la experiencia de Dios en el otro y prescinde de la acogida de la misma.

Es una evangelización que carece de las tres actitudes anotadas anterior­mente así que el protagonista es el evangelizador mientras que el evangeli­zado es un simple receptor pasivo.

La evangelización que supera este modelo clásico, se realiza en una forma más interexperiencial. Según este modelo no hay evangelizador que no sea a su vez evangelizado y no hay evangelizado que no sea a su vez evangeliza­dor. Gráficamente podría expresarse esta realidad así:

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Evangelizador Evangelizado evangelizado evangelizador

Las personas que protagonizan este proceso evangelizador comparten muchos elementos comunes fuera de la originalidad que cada uno aporta. Cada uno de estos protagonistas es un sujeto libre y sagrado; cada uno posee una dotación espiritual que bien puede llamarse una gracia que imprime una fe, esperanza y caridad al menos germinal; cada uno está sometido al pecado y a la división y por ello está llamado a la conversión y a la marcha continua hacia la comunión.

Pero la experiencia de Dios en cada uno es diferente, y por ello cada uno está llamado a influir positivamente en el crecimiento del otro hacia la estatura de Cristo. Cada uno evangeliza y es evangelizado. De esta diná­mica interexperiencial, llamada evangelización, no se puede excluir a nadie con la disculpa de que no es católico o de que es de otra religión. La acción de Dios está presente en todos los tiempos, lugares y personas. El Concilio Ecuménico Vaticano II ha hablado de una presencia secreta de Dios (A.G.9), de esfuerzos religiosos como preparación evangélica (A.G.3), de semillas de contemplación y ascética que Dios ha esparcido en las culturas (A.G.18) y de elementos de bien y de verdad (L.G.16).

La Palabra de Dios es activa en todo el mundo y no sólo en el espacio eclesial que aparece limitado por unas fronteras. Gracias a las actitudes anotadas que un proceso formativo debe motivar, el apóstol está dis­puesto a dejarse fecundar por estas realidades vivas que expresan la acción y la presencia de Dios en los otros y en su historia. Para que Pablo pudiera decir a los atenienses: "Lo que adoráis sin conocer, eso os vengo a anunciar" (Hechos 17,23) ha debido dejarse interpelar por la realidad de estos atenienses; ha debido acoger la experiencia de Dios que ellos mani­festaban y cuyo profundo sentido Pablo quería hacerles manifiesto.

En la historia de la Iglesia primitiva puede también tomarse en considera­ción el encuentro entre Pedro y Cornelio al cual alude la narración que encabeza esta unidad.

Pedro anuncia a Cristo resucitado y Cornelio recibe este anuncio. A su vez, Cornelio, con su vida y sus actitudes, anuncia que Cristo resucitado es para todos los hombres, así que Pedro descubre que Dios no hace acepción de personas.

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Pedro Cometió

El encuentro ha sido evangelizador para Cornelio y para Pedro. Juntos han crecido en su comprensión y vivencia de su evangelio. La comunidad cristiana se ha enriquecido no por un esfuerzo de arriba hacia abajo, sino frente a frente pero gracias a la acción del Espíritu Santo.

La acción del Espíritu Santo

En forma sencilla pero definitiva, la Evangelii Nuntiandi dice que "no habrá nunca evangelización posible sin la acción del Espíritu Santo".(72) Por el mismo motivo, la formación del apóstol no es posible sin la acción del Espíritu Santo. De manera que en toda obra de crecimiento hacia la estatura de Cristo, de comprensión más profunda de su Palabra, de retorno a la simplicidad evangélica, o de discernimiento de los signos de los tiempos, está presente el Espíritu Santo, proximidad de Dios a los hombres como poder y fuerza, como vida y como juicio.

En particular, el apóstol ha de comprender que el Espíritu habla especial­mente desde el otro. El hace que las obras y palabras de los otros sean para el apóstol una luz. Esta convicción ha de llegar a tener la fuerza de que gozaba en la Iglesia primitiva, y que se fue debilitando en el transcurso de la historia, así que el Espíritu se fue "acaparando", se le concentró no sólo en la vida intereclesial sino también en algunas personas espirituales privi­legiadas. En la época de la Iglesia primitiva se tenia la convicción de que el Espíritu Santo era concedido a todos (Le 11,13; Hch 4,31) aun a aquellos en quienes menos se esperaba su presencia, como constataba Pedro en la casa de Cornelio. Retomando este caso (Hch 10,34-35) la acción del Espí­ritu Santo puede expresarse así:

Espíritu Santo

Pedro Cometió

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El Espíritu Santo mueve a Pedro hacia Cornelio y también mueve a Corne­lio hacia Pedro. No se trata entonces de un encuentro puramente humano y casual sino de una acción del Espíritu que, en la libertad, crea la comunidad. En términos más generales puede decirse que el Espíritu empuja al apóstol y a toda la Iglesia, para que vaya más allá de sí mismo, hacia quien debe ser evangelizado, y mueve, al mismo tiempo, a quienes han de recibir el evange­lio hacia la Iglesia abriendo sus corazones para comprender, para recibir y para dar. El Espíritu Santo es el realizador de la comunión eclesial, signo del Reino. La formación del apóstol exige docilidad, obediencia al Espíritu del Señor que se manifiesta a través del otro.

En esta continua apertura al otro para anunciar la experiencia de Dios y para acoger la experiencia de Dios del otro, se va formando el apóstol. El evangelizador se forma evangelizando. La formación apostólica, obra del Espíritu Santo mismo, es necesariamente formación en la acción evangeli-zadora. Esta acción significativa desencadena un proceso evangelizador en el que, partiendo de una experiencia de Dios y de su anuncio y abrién­dose al anuncio que el otro, con su vida, obras y palabras, hace de su propia experiencia de Dios, tiene lugar una mutua evangelización. A su vez, ésta le da una orientación al anuncio del apóstol, le ofrece un contenido histórico que le permite presentar el contenido trascendente del evangelio como una Buena Noticia para el otro.

Experiencia de Dios

Experiencia de Dios

inter-evangetización ^~

Contenido trascendente

Contenido histórico

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Este proceso, cuyo motor es el Espíritu Santo mismo, es un camino que se descubre en el evangelio de Jesús y en la vida de la Iglesia. Por ello, la formación del apóstol, como se anotó en la unidad 11, ha de llevar a una profunda inmersión en el evangelio de Jesús y a un alto sentido de la Iglesia, de su tradición auténtica, de su enseñanza contemporánea, de su realidad cotidiana.

Cuando el evangelio de Jesús, la vida y la enseñanza de la Iglesia y la realidad del otro son sus puntos de inspiración, el apóstol en formación puede estar seguro de ir por el camino que lo lleva a ser un testigo auténtico capaz de anunciar con su vida, obras y palabras, la experiencia cristiana de Dios.

Para concluir, conviene anotar que estos puntos de inspiración, asumidos como guía formativa por el apóstol, no dan una seguridad de que aquellos a quienes él anuncia su experiencia de Dios, se han de acercar, automáti­camente, a Cristo. Pensar que basta anunciar el evangelio para que los demás sean discípulos de Cristo, es tener una concepción mágica de la evangelización.

El apóstol debe ser tal y como el Señor le pide, para que su testimonio sea auténtico. Pero, que los demás acepten o no este testimonio, no depende exclusivamente del apóstol. Esta aceptación exige la libertad de los demás que, no obstante todos los testimonios, pueden negarse a aceptar la reali­dad de Cristo. El testimonio ha de percibirse como un signo y para ello se requiere fe, y por ende, la gracia del Señor. El es quien, en definitiva, construye el Reino y hace crecer a una persona hasta que alcance la estatura de Cristo.

LUIS A. CASTRO, Llegar a ser apóstol, Edic. Paulinas, Bogotá, 1984, pp. 184 191.

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Anexo

Fenómeno social y pro fético del testimonio Pero no basta que el hombre viva su fe de una manera personal; tiene que expresar esa fe ante la comunidad. Este es el sentido que tienen las palabras del Vaticano II —Lumen Gentium, cap. IV— cuando dice: "Pero que no escondan esa fe en la interioridad de su alma, sino que la manifies­ten...". Y esto por dos razones:

1) Porque el hombre es un ser social que vive su persona a través de la representación de su "personaje" ante la comunidad de los otros hom­bres. El no puede "ser" una cosa y "representar" otra...

2) Porque el cristiano, a través de su testimonio, tiene que ser un verda­dero profeta que interprete a los otros el sentido de Dios.

Esta adhesión al compromiso bautismal en toda su integridad llevará a la comunidad a la manifestación "profética" de la fe, especialmente por el testimonio de vida.

Profeta no es el que adivina el futuro sino especialmente el que interpreta la palabra de Dios, encerrada en los acontecimientos históricos de la vida. El profeta cristiano es esencialmente un testigo: da testimonio de su salvación por Cristo y con esto les interpreta a los otros el mensaje de salvación. El testimonio cristiano tiene dos partes esenciales:

I a Una estructuración en el medio ambiente para poder ser compren­dido. Tiene que ser un signo, una señal que puede ser comprendida.

2a Tiene que transmitir un mensaje.

Así, el testimonio de los miembros de las comunidades encierra dos elementos:

1. La estructuración en el medio ambiente

Todos los elementos de una comunidad apostólica tienen que asumir su compromiso temporal en el ambiente. No se puede admitir a nadie que no lo tenga o no esté dispuesto a admitirlo.

No se t ra ta de que, de entrada, todos estén liderando estructuras-ambiente. Pero todo el mundo debe poder "servir" a los otros jóvenes en algo. Lo llamamos "compromiso temporal", porque debe ser un compro­miso de servicio en lo temporal. De ahí deben partir las comunidades para

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conquistar los primeros puestos en esas estructuras. La misma comuni­dad debe juzgar los compromisos temporales de sus miembros y revisarlos después para exigirles su cumplimiento.

2. La transmisión del mensaje

Situados en esas estructuras deben transmitir el mensaje cristiano. No se trata de sermones, sino de actitudes cristianas dentro de esas estructuras. Deben mostrarse claramente como cristianos y no tener vergüenza de que todo el mundo lo sepa. Sólo así los otros jóvenes pueden llegar a Cristo. Aun en el caso en el que las dificultades del ambiente no les permitan afirmar con palabras que son cristianos, sus maneras de proceder y mentalidad siempre lo afirmarán. Como me decía un muchacho brasileño: "En la Facultad de Medicina me hice amigo de todos. Me trataban con confianza como a Fabio, «el mono». Cuando me mostré claramente como católico practicante y congregante mariano nadie me rechazó. Primero me habían conocido y tratado «como persona». Sus actitudes continuaron siendo las mismas, pero ya eran entendidas y admitidas como el testimo­nio cristiano de un amigo... No creemos que, en ninguna circunstancia, pueda el muchacho tomar actitudes que después tenga que negar cuando se muestre como cristiano. La verdad nunca avanzará a base de artimañas de la mentira, ni la luz se extenderá por la tierra ocultándose tras las sombras...

JESÚS ANDRÉS VELA, S.J., Dinámica psicológica y eclesial de los grupos apostólicos, Edit. Guada­lupe, Buenos Aires, 1968, págs. 319-320.

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Anexo

¿Qué exigencias tiene mi fe? He aquí una cuestión decisiva. Mi fe es una entrega total a Dios: afecta toda mi forma de vivir, mi vida íntima, mi comportamiento exterior, mi presente de cada día, mi futuro... Quiero afrontar esta luz radiante, que desconcierta y libera: «¿Qué he de hacer, Señor?».

Recuerda quién eres: creyente: el hombre a quien Dios llama personalmente a la verdad, a la salvación por Cristo, y que responde con el sí. Tú eres el hombre que ha dado el sí a Dios. Mediante este sí, te has convertido en miembro de la Iglesia, el «pueblo del sí». ¿Qué exigencias tiene tu fe? Vivir íntegramente este sí personal y comunitario al mismo tiempo.

Vamos a detallar:

I. —¿Crees?

—Dialoga con Dios salvador. Llamada de Dios, respuesta del hombre: diálogo constante, misterioso, que convierte al hombre en creyente, que congrega a todos los creyentes —en un solo pueblo, la Iglesia, —bajo una única Cabeza, Cristo, portavoz supremo del hombre ante Dios. Diálogo siempre nuevo y vivo, aunque el término que lo designa sea muy antiguo: oración, comunitaria o personal. ¿El diálogo comunitario, público del pueblo creyente? —La liturgia: todo ese conjunto de oraciones recitadas o cantadas: oficio divino (el breviario de los sacerdotes),

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que encuadra la oración suprema de la Misa. He ahí el diálogo vivo con Dios, en el que se expresa, se alimenta y se fortalece la fe de la Iglesia, tu fe en Jesucristo. ¿Te has dado cuenta de que sin esta oración litúrgica que une a los creyentes y alimenta su fe, la Iglesia se dislocaría, se dividiría en pedazos, perdería su fe, dejaría de existir...? El diálogo salvífico entre Dios y el hombre quedaría roto para siempre. Primera exigencia de tu fe: dialogar con Dios «por nuestro Señor Jesucristo», a través de la liturgia de la Iglesia.

Pero este diálogo comunitario resultaría vacío y falso si no se alimentara de la fe de cada uno, si no se cimentara sobre el diálogo íntimo de cada creyente con Dios. Tu «sí» a la salvación es el sí de la Iglesia, pero es también tuyo, ha brotado en ti, te compromete personalmente. Tu diálogo con Dios, tu oración personal es indispensable para tu vida de fe como lo es para la de toda la Iglesia.

Tu vida de cada día sólo es una oración si te comportas como quien está «frente a frente» con Dios. No orar, o no orar lo suficiente, es exponer tu fe a que desaparezca, dañar la vida de la Iglesia. Para ti, orar es una necesidad vital, cotidiana: tienes el deber y el derecho de hablar con Dios igual que tienes el deber y el derecho de comer...

Primera y maravillosa exigencia de tu fe:

Ser durante toda tu vida, con el pueblo creyente y en la intimidad de tu conciencia, un interlocutor vivo del Dios vivo.

II. ¿Crees?

—Acoge la salvación que Dios te ofrece en Jesucristo.

No basta con estar de acuerdo, con responder «sí». Es necesario agarrar la mano que Dios tiende hacia el hombre caído, aceptar sus gestos salvíficos, las acciones salvíficas de Dios.

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La salvación que nos ofrece Dios es alguien: Jesucristo. El acto salvífico por excelencia es el sacrificio de Cristo muerto, resucitado, glorificado. En tiempos pasados, Israel firmó la Alianza con Dios mediante la sangre de los animales.

Dios establece una Alianza nueva y eterna con la Iglesia, pueblo de Dios que ha alcanzado la edad adulta: la humanidad entera queda salvada, liberada mediante la sangre de Cristo, Dios-hombre. La alianza de la salvación es el sacrificio del calvario, perpetuado indefinidamente en la eucaristía, mientras que haya hombres que necesiten salvación. Si crees en la salvación, entras dentro de la Alianza de la salvación, celebras el rito de la Alianza con el pueblo de Dios: la Iglesia; te comprometes, en cuerpo y en alma, dentro de la Alianza por la comunión, tratas de vivir la eucaristía, a pesar de la aridez de tu espíritu, para que se realice la salvación del mundo. Tener fe: comprometerse con el «misterio de la fe»: LA EUCARISTÍA. Creer: supone aceptar todos los restantes gestos salvíficos de Dios que distribuye a cada uno, que derrama sobre el mundo los frutos de la Alianza. Estos gestos son los sacramentos, acciones salvíficas de Cristo Salvador, repetidos incesantemente por la Iglesia, mientras que haya sobre el mundo hombres que nacen y mueren.

Ya lo ves: creer significa orar, creer significa «practicar». Un «creyente no practicante» es un contrasentido: dice al mismo tiempo «sí» y «no» a Dios. Sí: creo que amáis apasionadamente a los hombres y queréis salvarlos en Jesucristo. No: actúo como si no amarais a los hombres, como si los dejarais en su pecado, en su muerte. Actitud absolutamente falta de autenticidad.... Mentira o inconsciencia de una fe subdesarrollada. Existe también, sin duda, una práctica «no auténtica». Existe también, sin duda, el gesto religioso, el rito externo hueco, vacío de fe, conformista, farisaico. En este caso, la lealtad no consiste en «dejarlo todo»,

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sino en fortalecer la fe, en alimentarla, mediante el diálogo con Dios, mediante los sacramentos que Dios nos brinda, conscientes de que el fervor sensible no es la fe, conscientes de que el gesto externo estimula la fe interna, la despierta, la alimenta al expresarla. ¿Crees? —Dices «sí» a la salvación con tu alma, con tu cuerpo; acoges a Jesucristo a manos llenas.

III. —¿Crees?

—Vive como un hombre que ha sido salvado. Hablar a Dios, «practicar» no es suficiente. Lo experimentas vivamente cuando criticas a los «practicantes». Creer implica vivir de manera diferente a los demás, vivir como hombres nuevos, como hyos adoptivos de Dios en Jesucristo, como hombres que viven en el mundo sin ser del mundo, vivir como hombres resucitados: «Así pues, si habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Aspirad a las cosas de arriba, no a las de la tierra». ¿Cosas de la tierra? —Dinero, erotismo, lujo, disputas, voluntad de poder, diversas formas de egoísmo, tanto de los individuos como de las colectividades. ¿Cosas de arriba? —Sencillez de vida, desinterés, entrega de sí, amor auténtico, alegría, paz, vivir para Dios...

¿Vivir como hombres salvados? Tratar de vivir el Evangelio de salvación, sobre todo la ley evangélica por excelencia: amar, anteponer a Dios y a los demás a uno mismo, en la vida íntima y familiar, en la profesión, en los compromisos, en las diversiones. Llamarse creyente y «vivir como todo el mundo», pactando con el dinero, con la impureza, con el orgullo es mentir a Dios, mentir a los demás, mentirse a sí mismo. Evidentemente tendrás tus debilidades, tus caídas, pero vivir dentro de la «salvación», vivir el Evangelio consiste en superarse cada día, en recomenzar siempre,

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en caminar por encima de caídas y de éxitos, en ir siempre más lejos, en cambiar la propia debilidad por la fuerza de Cristo. ¿Crees?

Esfuérzate por vivir como Jesucristo.

IV. —¿Crees?

—Trata de vivir como un salvador. La salvación que recibes se la ofrece Dios a todos los hombres. Ha elegido un pueblo, te ha elegido a ti para llevar a todos esta salvación, para ofrecérsela a los demás, para pregonarla ante quienes la desconocen. Creer: sentirse responsable de los demás ante Dios, formar equipo con Dios para salvar al mundo. Imposible escapar a esta exigencia: descubrir el sufrimiento o la locura de los hombres, sus pecados, su muerte, saber que su salvación reside en Jesucristo y quedarse tranquilo, encerrarse en sí mismo, en su trabajo, en sus diversiones, en su confort, ¿no significa traicionar, a la vez, a Dios y a los hombres? ¿Traicionar el amor de uno y la miseria de los otros? ¿Se puede decir que semejante actitud es propia de una persona salvada... o más bien significa ser indigno de la salvación recibida? «Anunciad las alabanzas de Aquel que os ha llamado de las tinieblas a su luz admirable». «Vosotros sois la luz del mundo».

«Seréis mis testigos hasta los confines de la tierra». «Lo que oís al oído, proclamadlo desde los terrados». El redimido debe convertirse en salvador, debe hacer todo lo posible para volver a unir al hombre caído y al Dios amor: Es lp que hicieron los Apóstoles, lo que hizo san Pablo y lo que hicieron tantos otros.

E. BARBOTIN, Creer, Edic. Paulinas, 1975, pág. 109.

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XXIII.

La persona de Jesucristo

1. Cantos: El coordinador invitará a los participantes a sugerir cantos a entonar, señalando el título de la canción, el motivo porque elige determinada canción y destacando la frase que le llama más la atención... Serán canciones que hagan referencia a Cristo.

2. Actividad grupal: El coordinador, con anterioridad, habrá ele­gido una serie de imágenes de Jesús para hacer con ellas un "fotolenguaje"; distribuirá las imágenes de Jesús por el suelo de la sala; invitará a los participantes a observar las diversas imágenes, a elegir una de ellas, que tomará a una señal; ya en el asiento, observará más detenidamente la imagen, buscará para ella un "pie de fotografía" que sirve de síntesis del comentario que hará en torno a la imagen; reunidos en pequeños grupos, cada participante presentará al resto la imagen escogida, dirá por qué la eligió, qué le hace pensar... etc.

El grupo, por consenso, elegirá una de las imágenes, la presentará en sesión plenaria con un comentario al respecto.

3. Lectura del Evangelio: El coordinador invitará a los partici­pantes, reunidos en grupos, a escoger un trozo del Nuevo Testa­mento (discurso, parábola o milagro), para analizar con detención, con base en estas preguntas:

a) ¿Sobre qué versa el texto elegido?

b) ¿Cuáles son los protagonistas del relato? ¿Qué hace cada uno de ellos?

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c) ¿Cuál es la actitud de Jesús? ¿Qué contraste se observa entre la actitud de Jesús y la actitud de los que intervienen en esta circunstancia?

d) ¿El relato escogido hace sólo referencia a algo del pasado, o tiene trascendencia a nuestro presente? ¿Cómo se hace actual el mensaje del relato?

En sesión plenaria, cada grupo informará sobre el trozo elegido y dará cuenta de la reflexión hecha sobre el mismo.

4. Plegaria de grupo: Cada grupo escogerá un atributo o cualidad de Jesús que más llama la atención al contemplar su personalidad; escribirá en un trozo de cartulina, la fijará en torno a una imagen de Jesús que estará al fondo de la sala, de tal manera que se forme un círculo en torno a la imagen con todos los carteles... Al fijar el cartel de los atributos de Jesús, cada grupo hará una plegaria, implorando para el grupo ese mismo atributo que destacan de la personalidad de Cristo.

5. Cantos: Como al comienzo, también ahora y con el mismo método de selección de canciones, se podrá terminar esta jornada de reflexión.

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XXIV. El proceso de la vida de un apóstol: descubrir, seguir y anunciar a Cristo

1. Cantos: Siendo el canto un elemento valioso para crear integra­ción en un grupo, se recomienda darle particular importancia, atendiendo a que los cantos ayuden a la reflexión del tema propuesto.

2. Actividad grupal: Organizados en pequeños grupos, el coordi­nador encomendará a cada grupo leer el trozo del evangelio de S. Juan 1,35-46. Para la reflexión sugerimos estas preguntas:

a) ¿Cuáles son los protagonistas de este relato?

b) ¿Qué verbos destacan uds. en este trozo? ¿Hay alguna secuen­cia lógica en el proceso en que se realiza la acción? ¿Cuál secuencia?

c) ¿Los verbos "descubrir", "seguir", "anunciar" qué relación entre sí tienen dentro del relato?

d) ¿Qué opinan de la frase del Papa Juan Pablo II: "Quien descu­bre a Cristo no puede menos que seguirlo, y siguiéndolo no puede menos que anunciarlo"?

e) ¿En la vida de un grupo apostólico qué sentido tiene este proceso de "descubrir, seguir y anunciar a Cristo"?

f) Con una cartelera podrá el grupo expresar en plenario el mensaje que han encontrado en este trozo evangélico.

3. Presentación de canciones-mensaje a través de monumentos: Cada grupo elegirá una canción-mensaje que destaque uno o

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varios de los verbos indicados (descubrir, seguir, anunciar); con la canción elegida montarán un monumento para presentarlo en el plenario; los otros grupos t ra tarán de detectar qué quisieron subrayar con el monumento y qué canción recoge este mensaje.

4. Diálogo grupal: En grupos de tres participantes contarán mutuamente el proceso de su vocación cristiana; ¿cómo descubrie­ron a Cristo?, ¿qué tropiezos han encontrado al t ra tar de seguirlo?, ¿qué experiencias han tenido al proponerse anunciarlo a los demás?, ¿cómo han anunciado a Cristo?

En sesión plenaria contarán la experiencia más llamativa encon­t rada en cada uno de los grupos; si se considera oportuno, conven­drá establecer un diálogo con quien cuenta su propia experiencia de encuentro con Cristo.

5. Lectura de trozos selectos: El coordinador distribuirá los tro­zos a leer en cada grupo con la tarea de sintetizarlos, comentarlos para luego, en sesión plenaria, dar cuenta de ellos.

Trozos a leen

Doc. de PUEBLA. 170-208 SEGUNDO GALILEA, El seguimiento de Cristo, Ed. Paulinas, Bogotá, 1978, pp. 21-32, "El rostro de Jesús". JUAN PABLO II. Carta Apostólica a los jóvenes del mundo con oca­sión delAJ.J., 31 de marzo de 1985. nn. 7-9 y 9-10. LEONARDO BOFF, Jesucristo el liberador, Indo American Press Service, Bogotá, 1977. pp. 46-48. "El significado de la experiencia de Cristo en la juventud de hoy".

Preguntas para el comentario:

a) ¿Qué le llamó más la atención del trozo leído? ¿Por qué?

b) ¿Qué es lo que el articulista más destaca de la Persona de Cristo?

c) ¿Conocen casos célebres —de impacto— que hayan vivido este proceso de descubrir, seguir y anunciar a Cristo? Denlos a conocer...

6. Oración: El coordinador invitará a hacer oración espontánea partiendo de la experiencia de esta jornada; oración de alabanza, de acción de gracias, de petición de perdón, de súplica por el grupo.

7. Cantos: Como una explosión del gozo que suscita el encuentro con Cristo, el grupo dedicará un rato a entonar canciones diversas para honrar a Jesús.

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Anexo

El Rostro de Jesús "Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros,

y nosotros hemos visto su gloria, la que corresponde al Hijo único del Padre.

En El todo era amor y fidelidad... En El estaba toda la plenitud de Dios,

y todos recibimos de El...". (Jn 1, 14, 16).

La originalidad y la autenticidad de la espiritualidad cristiana consiste en que seguimos a un Dios que asumió la condición humana. Que tuvo una historia como la nuestra; que vivió nuestras experiencias; que hizo opcio­nes; que se entregó a una causa por la cual sufrió, tuvo éxitos, alegrías y fracasos, por la cual entregó su vida. Ese hombre, Jesús de Nazaret, igual a nosotros menos en el pecado, en el cual habitaba la plenitud de Dios, es el modelo único de nuestro seguimiento.

Por eso, el punto de arranque de nuestra espiritualidad cristiana es el encuentro con la humanidad de Jesús. Eso le da a la espiritualidad cris­tiana todo su realismo. Al hacer de Jesús histórico el modelo de nuestro seguimiento, la espiritualidad católica nos arranca de las ilusiones del "espiritualismo", de un cristianismo "idealista", de valores abstractos y ajenos a experiencias y exigencias históricas. Nos arranca de la tentación de adaptar a Jesús a nuestra imagen, a nuestras ideologías y nuestros intereses.

Nuestra espiritualidad tiene que recuperar al Cristo histórico. Esta dimensión a menudo ha quedado ensombrecida en nuestra tradición latinoamericana. Esta tiene una tendencia a deshumanizar a Jesucristo; a asegurar su divinidad sin poner de relieve suficientemente su humanidad, con todas sus consecuencias. Jesús "poder", extraordinario, milagroso, puramente divino, oscurece al Jesús como modelo histórico de seguimiento.

Jesús de Nazaret es el único camino que tenemos para conocer a Dios, sus palabras, sus hechos, sus ideales y sus exigencias. En Jesús se nos revela el Dios verdadero: poderoso, pero también pobre y sufriente por amor; Abso­luto, pero también protagonista de una historia humana, y cercano a cada persona.

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Sólo en Jesús histórico conocemos realmente los valores de nuestra vida cristiana. Existe el peligro de formular estos valores a partir de ideas y definiciones: "la oración es esto... la pobreza consiste en esto otro... el amor fraterno tiene tales características...". Pero así como no sabemos quién es Dios si no lo descubrimos a través de Jesús, tampoco sabemos realmente lo que es la oración, la pobreza, la fraternidad o el celibato, sino a través de la manera como Jesús realizó estos valores. Jesús no es sólo un modelo de vida; es la raíz de los valores de la vida.

Así, todo seguimiento de Jesús comienza por el conocimiento de su huma­nidad, de los rasgos de su personalidad y de su actuar, que constituyen de suyo las exigencias de nuestra vida cristiana.

Este conocimiento, sin embargo, no es el resultado de la pura ciencia bíblica o teológica, sino de un encuentro en la fe y en el amor, propios de la sabiduría del Espíritu y de la contemplación cristiana. Se t ra ta de conocer al Señor que seguimos "contemplativamente", con todo nuestro ser, parti­cularmente con el corazón. Como un discípulo y no corno estudioso. Como un seguidor y no como un investigador. Aquí vemos otra vez lo original de la espiritualidad cristiana: no conocemos a Jesús sino en la medida en que buscamos seguirlo. El rostro del Señor se nos revela en la experiencia de su seguimiento. Por eso la cristología católica es una cristología contempla­tiva que lleva a la praxis de la imitación de Jesús.

Ahora bien, no pensemos que es fácil este conocimiento contemplativo e imitativo de Jesús. Va más allá del análisis y de la razón. San Pablo nos habla de una "sabiduría escondida venida de Dios" (1 Co 1,30; Ef 1,9), y nos habla también que le fue revelado el conocimiento del Señor (Ga 1,16) de cara al cual tuvo todo lo demás por pérdida (Flp 3,8). La revelación de Cristo en nosotros, la cristología contemplativa de que hablamos, es don del Padre. Requiere en nosotros, para ser recibida como sabiduría y no sólo como ciencia, una gran pobreza de corazón y los dones del Espíritu Santo, que sopla donde quiere.

Podemos disponernos a esta revelación contemplativa de Jesús, aden­trándonos con fe en el Evangelio, y disponiéndonos como discípulos a aprender lo que esta Palabra nos enseña del Señor. Podemos estar en posesión de una sólida cristología y de una exégesis, pero éstas nunca reemplazan a la contemplación del Evangelio. Este nos transmite lo que más intensamente impresionó a los Apóstoles y a los primeros discípulos, recogido en la tradición de las primeras comunidades como el recuerdo más significativo para la fe y el corazón de los cristianos. "Lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos mirado y nuestras manos han palpado acerca del Verbo que es vida, les anunciamos..." ( U n 1,1).

Por eso el Evangelio es irremplazable. Encontramos en él la cristología como sabiduría, y la imagen de Cristo como mensaje inspirador de todo seguimiento. Encontramos una Persona susceptible de ser imitada por

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amor. Este amor contemplativo, de suyo y progresivamente nos lleva a 1̂ imitación de Jesús, que es la mejor garantía del seguimiento. Esto no implica caer en un "historicismo" literal en torno al Jesús del Evangelio, que olvide que nuestra imitación se refiere antes que nada al Cristo de la fe, tal como la Iglesia lo comunica. Precisamente este Cristo de la fe que transmite la Iglesia está en continuidad con el del Evangelio, y a su vez garantiza la objetividad de nuestra contemplación que con todo dere­cho quiere apoyarse en los Evangelios transmitidos por la Iglesia como estímulo de nuestra conversión.

Jesús de Nazaret Cuando queremos precisar la imagen humana de Jesús y su mensaje cristológico, nos situamos ante una tarea imposible de llevar a una conse­cución definitiva. Por de pronto, la personalidad que nos transmiten los Evangelios es imposible de comprender y abarcar. Es tan radicalmente paradójico y contrastante para nuestras referencias, que escapa a cual­quier clasificación. Cuando nos parece que ya lo conocemos, se nos vuelve a diluir con rasgos nuevos que no habíamos descubierto y que desdibujan nuestro esquema anterior. La contemplación de Cristo nos introduce en una personalidad inagotable.

Con todo, cada uno de nosotros tiene una imagen personal del Señor. Más o menos fundada, más o menos inconsciente, formando parte de una cristología que influye en nuestro ser y en nuestro actuar cristianos. Aunque no nos demos cuenta, en esta imagen que nos hacemos de la personalidad de Jesús entra nuestro propio modo de ser, nuestra propia psicología y las formas de nuestro egoísmo. Estamos siempre en peligro de deformar, según nuestros propios condicionamientos, la verdadera per­sonalidad del Señor. Tendemos a hacer a Jesús a nuestra imagen y seme­janza, a nuestra medida, justificando nuestras mediocridades e infideli­dades. A adaptar a nosotros el mensaje de la personalidad de Cristo, y no nosotros a él. La sola manera de escapar a esta permanente tentación será la vuelta permanente a la contemplación del Cristo de los Evangelios. De otra manera transformaremos la cristología en proyección personal, y la praxis cristiana en ideología, en la cual tomamos los aspectos del Evange­lio que convienen a una posición personal o ideológica ya tomada.

¿Cuál es el mensaje del Evangelio sobre la personalidad del Señor?

En primer lugar nos presenta la dimensión religiosa de Jesús. Una persona profundamente ligada al Padre, en comunicación con El, depen­diente de su voluntad. Un hombre que cultivó permanentemente esta intimidad, y cuya oración es un signo evidente de ello. La oración de Cristo es algo impresionante. En medio de su actividad, a menudo se retiró a orar, y pasaba noches en oración (Me 1,35; Le 4,42, etc.). Los momentos cruciales de su vida, y en los que fue particularmente tentado, estuvieron marcados por largos momentos de plegaria (el ayuno de los cuarenta días, Getsemaní...). Jesús estaba enteramente entregado al Padre.

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Esta entrega, expresada permanentemente en su oración, trasciende su propia situación personal o cultural. Jesús oró realmente, como una necesidad de su humanidad de comunicarse con su Padre y de expresarle su amor. En ello es perfectamente hombre. Esta comunicación con el absoluto de Dios es propia de la naturaleza humana, y la posibilidad de realizarla no está ligada a formas de culturas pretécnicas o a formas religiosas "rurales" (en que vivía la Palestina de entonces). La forma de relación de Cristo con su Padre es normativa y no cultural; trasciende las contingencias de una época y de una forma religiosa.

Esta vida contemplativa de Jesús, que estuvo en el centro de su personali­dad, no lo apartó ni hizo ajeno a los demás hombres, ni a los conflictos humanos, ni reemplazó la existencia de su misión. Así como Jesús es el hombre de Dios, es igualmente el hombre de los hombres, el "hombre para los demás". El Evangelio en este aspecto es tan significativo como en el anterior. Este profeta, este Maestro y taumaturgo, este hombre de Dios era absolutamente asequible. Las multitudes lo siguieron y lo envolvieron, y en los períodos que escapó de ellas se dio enteramente a los apóstoles y discípulos. No alejaba, no bloqueaba, no inhibía (Mt 9,20 ss.). Daba con­fianza para acercarse en cualquier momento, hasta el punto que su activi­dad aparece más hecha de interrupciones y de imprevistos que de sus propios planes. Estos quedaron destrozados por su actitud de total entrega, hasta el punto que no le quedaba tiempo para comer, y a menudo tenía que huir (Jn 6,15).

Esta es la gran paradoja de Jesús, y en esto queda como norma inagotable del seguimiento. Porque en este aspecto todos somos algo desequilibrados, condicionados por nuestro carácter e ideología. Tendemos a hacer del cristianismo algo o marcadamente trascendente (relación a Dios) o encarnado (entrega al hermano), descuidando una u otra dimensión. No nos basta solucionar el problema una teología de la unidad de las dos naturalezas de Cristo en su persona. Tenemos que contemplar imitativa­mente la praxis de Jesús, y esta imitación en el amor nos llevará al equilibrio, del cual El es el único Maestro. Maestro de la síntesis de la contemplación y del compromiso, de la absorción en el absoluto de Dios y de la entrega a los demás hasta el extremo (Jn 13-1).

Jesús es también modelo de seguimiento en la calidad de su entrega. Esta en El es personalizante y reviste la forma del don de su amistad. Jesús no lo hizo de su pastoral algo masivo. Trató a todos y cada uno como una persona única e irrepetible (Le 4,40), y entregó a todos el prejuicio de su simpatía y amistad. En forma universal. Su amistad protege a los niños (Me 10,14), libera a la mujer (Jn 4, lss.), y rompiendo los prejuicios de su época se ofrece a los pecadores, a los lisiados, a las prostitutas, a los publícanos, a los recaudadores de impuestos, a los soldados, a los funcio­narios, a los pobres y a los esclavos... Al mismo Judas, que hacía tiempo no creía ya en El, lo trata como un amigo hasta el final ("Amigo, con un beso entregas al hyo del hombre..." Mt 26,50). Esta expresión en los labios de Jesús no es una ironía.

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La acogida fraternal que Jesús ofreció a todo hombre es normativa. Con realismo, sin ilusiones ni ingenuidades, al modo del mismo Cristo, que "no se dejaba engañar porque sabía muy bien lo que había dentro de cada hombre" (Jn 2,25), y que así y todo se entregó con caridad inagotable. Esta fraternidad de Jesús no tuvo para El grandes compensaciones. Quedó siempre un hombre radicalmente solo e incomprendido, hasta la resu­rrección. Supo equilibrar una vez más, en una síntesis admirable, la sole­dad del profeta con la fraternidad del hermano.

Otro rasgo de personalidad humana de Jesús es la atracción de su men­saje. Esto es de gran significación para la pastoral de hoy y para la fuerza de la evangelización. No basta que el mensaje que entregamos sea verda­dero; es necesario que atraiga a la conversión y lleve el seguimiento, como en el caso de Jesús. Después del Sermón del Monte, como lo relata San Mateo, todos quedaron asombrados, porque hablaba no como los escribas y fariseos, sino "como quien tiene autoridad" (Mt 2,29)... "Nunca nadie habló como ese hombre..." (Jn 7,46).

Resulta bastante asombroso el impacto y la atracción de una palabra que ha perdurado por los siglos, que transformó hombres y sociedades, y que hoy es la fuente inspiradora de millones de seres humanos. Resulta asom­broso porque fue pronunciada por el hijo de un carpintero, en un contexto cultural muy simple, ajeno a la corrientes filosóficas y religiosas dominan­tes. Fue pronunciada en forma sencilla, utilizando ejemplos y parábolas de la vida diaria, en un tiempo en que los oradores políticos y religiosos se multiplicaban. Pero había "algo" en su mensaje que hacía decir que nadie antes había hablado como ese hombre. Esto era tanto más notable cuanto que Jesús rechazó explícitamente el liderazgo y la oratoria política, en circunstancias en que ese liderazgo era fuente de prestigio ante la situa­ción romana.

Esta atracción del Señor se debía a la adecuación que existía entre su persona, sus hechos y sus palabras. Transparentaba una sinceridad y una lealtad que hacía que su palabra fuera decisiva, para bien o para mal, como aceptación o como repulsa. Sin olvidar que el discurso de Jesús, como el de todo hombre, estuvo sujeto a la mala interpretación y a la ambigüedad. Su mensaje también fue "utilizado", y aunque anunció el Reino de Dios, al fin de su vida el sanedrín y el poder romano lo acusaría de "político y subver­sivo". "Si este hombre sigue hablando así, todos se irán con él, y vendrán los romanos y destruirán nuestro lugar santo y nuestra raza" (Jn 11,48). Es bien sabido que el anuncio del Reino —la pastoral— por su misma natura­leza tiene una vertiente de crítica social, y que ello para el pastor y para el profeta es fuente de conflictos y malos entendidos. Para el poder consti­tuido, que quisiera reducir el mensaje a lo privado, éste se excede, es ambiguo, ilegítimamente político. Jesús aceptó y asumió las consecuencias de la conflictividad social de su mensaje. En esto también nos comunica una sabiduría pastoral.

La personalidad de Jesús está también marcada por Ja fidelidad a su

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misión. Es de los rasgos más impresionantes del Evangelio. Jesús tiene una meta, un ideal, una entrega, y los sigue hasta el fin. Nada lo aparta de su misión, ni los fracasos, ni las incomprensiones, ni la soledad, ni el aleja­miento de sus amigos y discípulos, ni la cruz, ni —sobre todo— la tentación que lo acosó a través de su vida pública, de utilizar su poder divino en la realización de su misión, y no la vía de la kenosis (Flp 2,6 ss.).

La fidelidad de su misión lo llevó a crisis sobre crisis, hasta culminar en la soledad oscura de la crucifixión. En Cafarnaún, cuando el anuncio de la Eucaristía escandaliza y muchos lo abandonan, busca apoyo en los doce, pero al mismo tiempo deja entrever que nada lo apartaría de su camino, y estaba dispuesto a seguir solo. "¿Acaso ustedes también quieren dejarme?" Pedro contestó: "Señor, ¿a quién iríamos? Tú tienes palabras de vida eterna. Nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios..." (Jn 6,66 ss.).

SEGUNDO GALILEA, El Seguimiento de Cristo, Ed. Paulinas, Bogotá, 1978, pp. 21 ss.

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Anexo

El significado de la experiencia de Cristo en la juventud de hoy

En ese contexto de reflexión la nueva experiencia de Cristo en la juventud de hoy gana relevancia social y religiosa. Desde la década del 60 en el mundo occidental especialmente capitalista y pos-industrializado se per­cibe una frenética agitación en los medios estudiantiles. Surge un im­presionante movimiento de protesta contra los cánones de los valores fijos y tradicionales de nuestra sociedad. La utopía de una sociedad de consumo global y sin necesidad se revela realmente como una utopía ilusiona. La técnica en vez de liberar esclaviza en forma más sutil a los hombres. La sociedad urbanay la tecnología secular y empírica en lugar de crear mayores condiciones de libertad personal cercenan más profunda­mente a los ciudadanos. Como decía el analista de la juventud norteameri­cana contemporánea: "Durante 300 años, la ciencia y la tecnología cientí­fica gozaron de una reputación merecida e irreprimible: fue una maravillosa aventura, distribuyendo beneficios y librando el espíritu de los errores de la superstición y de la fe tradicional... En nuestra generación, entretanto, ellas pasaron a los ojos de muchos, y principalmente de los jóvenes, a ser vistas como esencialmente deshumanizadas, abstractas, masificantes, de mano dada con el poder y hasta diabólicas". La pro­testa explota inexorable y sin compasión: "Oh, generación de mediana edad, ustedes precisan de los tragos de bebida fuerte para tener el coraje de conversar con un ser humano. Mírense ustedes, precisan de la mujer del prójimo para darse cuenta que están vivos; mírense explorando la tierra, el cielo y el mar, teniendo como meta el lucro y llamando a todo eso Gran Sociedad. ¿Son ustedes acaso quienes nos van a decir cómo hay que vivir? Ustedes están bromeando". Y así surgió el movimiento de la anticultu­ra, predicado y vivido especialmente por la juventud hippy. En ellos la búsqueda de Paz y Amor, más allá de los intereses de lucro, en busca del sentido de la espontaneidad, de la amistad, de la fraternidad universal, se hace una pasión colectiva. Primero se intenta por la liberación sexual, por el alcohol y por la droga. Después por la meditación trascendental de Maharischi Manesh Yogi, profeta de los Beatles. Por fin descubrieron a Jesucristo. El es visto, admirado, amado y seguido como un Super Star, como aquel que primero vivió, y luego predicó aquello que todos buscan: paz, amor, solidaridad y comunión con Dios. El vale más que un viaje de LSD. Es una tremenda experiencia que curte. Se saludan con frases extraí­das del Nuevo Testamento, visten camisas estampadas con la figura de

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Cristo, recitan como jaculatorias: Jesús es la salvación: el Mesías es el mensaje, volvamos a Jesús. El está llegando. El no tarda. Sin embargo, debemos ser críticos frente a este movimiento, y él debe hacer pensar a la sociedad y a la Iglesia. La sociedad moderna, secular, arreligiosa y racionalista pensó haber respondido con su abundancia económica a los problemas fundamentales del hombre. Lo que ella hizo fue unidimensiona-lizar. Privatizar para la esfera individual el problema del sentido de la vida, de Dios y de Jesucristo. Dios es inútil. No vale como factor económico. Pero el hombre es más que la economía y la boca que come. El busca insaciable­mente otro pan que debe saciarlo de raíz. Busca descifrar el misterio que envuelve nuestra existencia, que se llama Dios y que se manifestó en nuestra carne y se llama Jesucristo. El es el sentido radical de la existencia. El movimiento juvenil debe llevar también a la Iglesia a una reflexión cristológiea. ¿Por qué esos jóvenes no se afilian a la Iglesia? ¿Por qué Jesús no es el Jesús de la predicación de los dogmas, sino de los evangelios? Para muchos de ellos Jesucristo ha sido un prisionero de la Iglesia, de su interpretación eclesiástica y de la casuística dogmática. Jesús perdió su misterio y la fascinación sobre los hombres. El fue encuadrado dentro de una estructura eclesial. Necesitamos liberar a Jesús de la Iglesia para que nuevamente pueda hablar y crear la comunidad, que entonces se llamará con razón Iglesia de Cristo. Es sintomático que la canción Jesucristo, yo estoy aquí haya sido cantada por millones de personas. Se daba una nueva parusía de Jesús dentro de la vida de muchos, en un grito de fe, de esperanza, de deseo de que la misión de Cristo sea cumplida, que es la de "unir a toda la humanidad en una única multitud, en una única raza, en una sola nacionalidad, en busca de un solo ideal, el encuentro con Dios —un único Dios, aunque adorado de manera diferente por los fieles de todas las religiones— en un camino dé paz y de amor". Ese retorno a Jesús puede ser un signo de los tiempos, como asevera D. Paulo Evaristo Arns, Arzobispo de San Pablo, un signo de un retorno hacia lo esencial qué puede realmente henchir una vida y el corazón de los hombres: "Jesús representa el amor en el mundo. Es una especie de faro. Su mensaje de amor nos permite descubrir a los otros y amarlos así como son". En él brilló por anticipado lo radicalmente humano, como en el primer momento de la escatología, lo humano buscado locamente por la nueva generación.

LEONARDO BOFF, Jesucristo Liberador, Indo American Press Service, Bogotá, 1977, pp. 46-48.

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XXV.

El compromiso cristiano

1. Cantos: Elegir canciones que expresen lo que es compromiso cristiano: El testigo, Jesucristo me dejó inquieto, Id y enseñad, Canción del Profeta,...

2. Oración: Con fondo musical, en tono de meditación, leer la plegaria "Ayúdame a decir sí", de MICHEL QUOIST. Oraciones para rezar por la calle. Edic. Sigúeme, Salamanca, 1975. pp. 152-153.

3. Actividad grupal: El coordinador organizará el ejercicio de un "concordar-discordar" sobre el compromiso; dos pasos: primero, individualmente; segundo, grupal: calificar de V (verdadera), F (falsa) cada una de las siguientes frases, con base en alguna(s) razón(es).

1) El compromiso limita mi libertad. V F

2) El compromiso más sensato es a corto plazo. V F

3) Comprometerse es señal de madurez humana. V F

4) Los grandes hombres deben su celebridad a un gran compromiso con una causa. V F

5) Cristo es el hombre que mejor se ha comprometido con los hombres. V F

6) Quienes temen el compromiso pasan al anonimato. V F

7) El compromiso es fruto de un proceso de la inteligen­cia y de la voluntad. V F

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8) El compromiso cristiano exige mayor radicalidad o seriedad que cualquier otro tipo de compromiso. V F

Si el coordinador juzga oportuno, podrá hacer sesión plenaria para confrontar las afirmaciones y razones de los diversos grupos.

4. Proyección del audiovisual, "Qué es comprometerse" (Sono-viso, del Perú): En caso de no poder disponer de este audiovisual el coordinador podrá hacer el montaje siguiendo la guía o texto del mismo. ANEXO.

Para el foro sobre el audiovisual, que será grupal y plenario, podrá guiarse el grupo por estas preguntas:

a) ¿Daría ud. otro título al audiovisual? ¿Cuál?

b) ¿Cuál fue la imagen que más le impactó? ¿Por qué?

c) ¿Cuál, cree ud. que es la frase central del guión?

d) ¿Ha descubierto ud. cuáles son los verbos que estructuran un compromiso? ¿Hay entre estos verbos una secuencia especial? ¿Cuál?

e) ¿Qué cree ud. que falta al audiovisual?, ¿está satisfecho?

N.B.: De no disponer de diapositivas para el montaje, limítese a leer el guión con fondo musical.

5. Actividad grupal: Reunidos en pequeños grupos, buscarán personajes-modelo de compromiso a nivel nacional, continental, o mundial, en los diversos campos: político, social, deportivo, con-cientizador... etc. ¿Qué saben uds. de estos personajes? ¿Por qué los consideran personas comprometidas? Señale igualmente perso­nas comprometidas con la causa cristiana: en qué medida realiza­ron en su compromiso cristiano la secuencia de verbos del audiovisual:

1) conocer: escuchar, participar, compartir.

2) entregarse: trabajar, luchar, amar.

3) ser fiel: recordar, renovarse, progresar.

6. Celebración del compromiso cristiano: Reunidos todos los participantes en el templo, capilla, o salón ad koc, harán una Celebración de la Palabra como ambientación para un compromi­so o para renovar el compromiso hecho anteriormente. La Celebra­ción de la Palabra puede tener estos pasos:

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1) Canto de entrada: 'Tú me llamas, Señor...".

2) Oración para pedir el discernimiento de la vocación y la capa­cidad de entrega a la misión.

3) Lecturas: Is 6, 1-10; Mt 28,16 ss.

4) Reflexión compartida: ¿Qué modelos de compromiso encon­tramos en el Antiguo y en el Nuevo Testamento? ¿Qué modelos de compromiso cristiano encontramos en la Iglesia latinoamericana y en nuestro país?

¿Cómo hemos vivido nosotros nuestro compromiso bautismal? ¿En qué aspecto nos hemos destacado al cumplir las exigencias del bautismo? ¿En qué aspectos hemos fallado? ¿Por qué?

¿Qué haremos en adelante para mejorar nuestro compromiso cristiano?

¿El grupo cómo podrá crecer en su compromiso?

5) Rito: Si se hace dentro de la celebración eucarística, en el momento de la S. Comunión, cada uno de los presentes se acercará al altar, tocará la base del cáliz y expresará en voz alta o en secreto su compromiso al Señor.

Si se celebra sólo la liturgia de la Palabra, cada uno de los partici­pantes se acercará al altar, tocará la piedra de ara del altar, expresará allí en voz alta, o en secreto su compromiso, besará el altar y se retirará.

6) Oración final: Plegaria de los jóvenes comprometidos. ANEXO.

7) Canto: "Id y enseñad".

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Anexo

Me da miedo decir «sí». ¿Adonde me acabarás llevando? Me da miedo sacar la paja más larga, me da miedo firmar la hoja

en blanco, me da miedo decir un «sí» que traerá cola.

Y con todo no puedo vivir en paz, Tú me sigues, me cercas por todos lados.

Y yo busco el ruido porque me da miedo oírte pero Tú te deslizas en el menor silencio.

Yo cambio de camino cuando te veo venir pero al fin de este nuevo sendero Tú me estás esperando.

¿Dónde me esconderé? En todas partes te encuentro: ¡No hay modo de escaparse de Ti!

Y yo tengo miedo de decir «sí», Señor. Tengo miedo de darte la mano: te quedarías con ella. Tengo miedo de cruzarme con tu mirada: eres un seductor. Tengo miedo de tu exigencia: eres un Dios celoso. Estoy acorralado, y trato de esconderme. Estoy cautivo, pero me debato y lucho sabiéndome vencido. Tú eres más fuerte, Señor, Tú posees el mundo y me lo quitas. Cuando extiendo la mano para coger a una persona o una cosa,

todas se desvanecen delante de mis ojos.

Y no, no es agradable eso de no poder cogerse nada para uno: si corto una flor se me marchita entre los dedos, si lanzo una carcajada se me hiela en los labios, si danzo un vals me quedo jadeante y nervioso.

Y todo me parece vacío, todo se me hace hueco. En torno a mí Tú has hecho el desierto.

Y tengo hambre y sed y el mundo no podría alimentarme.

¡Pero si yo te amaba, Señor! ¿Qué es, entonces, lo que yo te he hecho? Yo trabajaba por Ti, yo me entregaba. Oh gran Dios terrible, ¿qué más quieres?

MICHEL QUOIST, Oraciones para rezar por la calle, Ed. Sigúeme, Salamanca, 1975, págs. 152-153.

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Anexo

"¿Qué es comprometerse?" Montaje audiovisual

1. TITULO: QUE ES COMPROMETERSE

Hoy en día se habla continuamente de compromiso. La Iglesia, la nación, los amigos, la familia, nos invitan a comprometernos.

2. HOMBRES TRABAJANDO

Comprometerse, verdad, es lo que realmente distingue al hombre del animal; el animal disfruta y olvida; el hombre construye y se compromete.

3. HOMBRE MIRANDO

Pero... comprometerse es cosa seria. No basta tener sentimiento para ser capaz de comprometerse, ya sea en el amor, ya sea en una vocación o en una lucha. El compromiso exige una lenta maduración...

4. TITULARES

Que en general pasa por tres etapas: — conocer

— entregarse — ser fiel Vamos a ver qué significan esta tres etapas...

A) CAPITULO lo.: Conocer.

5. TITULARES

Antes de comprometerse es preciso primeramente conocer a la persona, al pueblo o el ideal que pide nuestro compromiso. Eso se realiza: escuchando, participando y por fin eligiendo.

6. SILUETAS EN CONTRALUZ

Conocer es, ante todo, escuchar. El recién enamorado no inunda de pala­bras a su amiga. Al contrario, escucha, se pone silencioso, discreto.

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7. PANORÁMICA DE UN TUGURIO

El que quiere servir la causa de los pobres, primero escucha, se informa, lee, escucha, pregunta.

8. JÓVENES EN LA IGLESIA

El que quiere comprometerse en la fe, primero lee el Evangelio, la vida de Jesús. Escucha y busca todo lo que puede descubrir de Cristo.

9. TITULARES

Después de escuchar, lo que siempre tiene que realizarse en todo compro­miso, viene el momento de participar, de compartir.

10. JOVEN PAREJA

El novio empieza a compartir poco a poco con su novia.

11. MANOS COMPARTIENDO PAN

El que quiere servir a su pueblo profundiza su compartir con el pobre.

12. HOMBRES DE BRAZOS CRUZADOS

El futuro cristiano busca participar poco a poco de la vida de la Iglesia.

13. TITULARES

Esa escucha y esa participación lo lleva a un elegir. Lo cual significa excluir todo lo que no es lo elegido.

14. PAREJA

El novio decide declararse a su enamorada porque, conociéndola, la ha elegido con sus defectos y cualidades.

15. GRUPO DE CAMPESINOS

El que quiere servir al pueblo, elige su campo de acción sea en el sindicato, sea en el grupo juvenil, o en el partido político.

16. BAUTISMO

El cristiano pide a la Iglesia que lo integre en su comunidad, por el bautismo o la confirmación.

17. TITULARES

Conocer es entonces:

escuchar

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participar

elegir

B) CAPITULO 2o.: Entregarse

18. TITULARES

El segundo momento viene a ser el entregarse. Si elyo es para darme plenamente.

19. OBRERO DE LA CONSTRUCCIÓN

Pero, no bastan lindas palabras para entregarse. La entrega es en primer lugar trabajar para construir.

20. PARE JA EN LA PLAYA

Construir el amor entre novios...

21. MULTITUD

Construir juntos un pueblo liberado y responsable...

22. CARPINTERO

Construir una vida cristiana conforme a la del mismo Cristo...

23. TITULARES

Siempre ese trabajo de construir exige luchas fuertes.

24. PAREJA

El novio tiene que luchar contra su egoísmo y su deseo de poseer al otro.

25. HOMBRES TRABAJANDO EN BARRIADA

El servidor del pueblo tiene que luchar para no imponer sus ideas, no impacientarse, sino al contrario, hacerle confianza, seguir el ritmo de su pueblo.

26. MANIFESTACIÓN

El cristiano también tiene que luchar contra sí mismo, contra su egoísmo y falta de amor. También tendrá que luchar a menudo contra una sociedad, que no realiza en nada el evangelio de Cristo, contra un mundo donde hay injusticias y falsas respuestas.

27. TITULARES

Ese trabajo, esa lucha, son los signos concretos del AMOR.

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28. BESO

El novio ama realmente a su novia si realmente construye el amor en la lucha, pero también hay que expresar el amor por gestos, palabras, signos...

29. MÚSICOS EN LA SIERRA

El servidor del pueblo tiene que amar a su pueblo. Creer en el pueblo es amarlo como su propia vida y expresarlo en la participación de sus alegrías y dolores.

30. CAMPESINOS ORANDO

El cristiano que no expresa nunca su amor hacia su Dios corre el riesgo de olvidarse rápido de su compromiso. Para esto sirve la oración, las celebra­ciones, toda expresión o exteriorización de mi fe, de mi alegría de creer.

31. TITULARES

Entregarse significa entonces: trabajar en la construcción de su compro­miso, luchar y amar a aquellos a quienes nos entregamos.

C) CAPITULO 3o.: Ser fiel

32. TITULARES

Todo compromiso maduro piensa en durar... Esto es la fidelidad.

33. TITULARES

Para que pueda durar el compromiso es necesario recordar a menudo los primeros encuentros.

34. MANOS

El novio tiene que recordar constantemente su primer enamoramiento, para no acostumbrarse...

35. GESTO DE AMISTAD

El servidor del pueblo no puede olvidar que si está allí es porque ha elegido amar a su pueblo desde mucho tiempo antes.

36. NIÑO CON TELEFONOS

El cristiano no puede olvidar que Cristo lo llamó y que tal es la razón de su compromiso de hoy.

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37. CAMINO

La fidelidad no puede ser algo rígido, cerrado, porque si no se rompe.

38. ROSTRO DE NIÑO

Al contrario, ser fiel es reempezar todos los días a cero, reelegir todos los días su compromiso, renovarse diariamente.

39. PAREJA

El novio reelige su amor cada día si quiere que dure. Se renueva, se convierte diariamente.

40. ESTATUA

El servidor del pueblo reempieza a hacer confianza cada mañana; renueva su esperanza a pesar de las decepciones.

41. UNCIÓN BAUTISMAL

El cristiano s ehacecadad í aun corazón nuevo para volver a ser bautizado, confirmado... todos los días.

42. HOMBRE ESCÁNDALO

Tal fidelidad, concebida como un recordar y renovarse, permite progresar en el compromiso, nunca pararse o detenerse.

43. TITULARES

La fidelidad entonces puede considerarse como un constante recordar, un renovarse y un progresar de todos los días.

44. MANOS EN ALIANZA

Sólo después de ese largo, lento y paciente caminar uno puede conside­rarse comprometido; porque conoce, se ha entregado y es fiel.

D) CONCLUSIÓN: Cristo también se comprometió.

45. CRISTO SUFRIENTE

El mismo Cristo fue el primero en comprometerse con nosotros, su pueblo.

46. HOMBRE FRENTE AL MAR

Primero quiso conocernos quedándose 30 años en el silencio para escu­char el corazón del hombre, para participar de la vida de los hombres y finalmente elegir su camino y sus amigos.

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47. GRUPOS DE CAMPESINOS

Su entrega a su pueblo fue un compartir el trabajo del hombre, amar y luchar con nosotros.

48. CRISTO DE MERIDA

Y sabemos que Dios, en Cristo, es fiel para con su pueblo.

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Anexo

Plegaria para los jóvenes comprometidos A. Por los que te buscan sin dar la cara. B. Como Nicodemo C. MAS VALENTÍA, SEÑOR.

A. Para los que preguntan por la verdad y no esperan respuesta. B. Como Pilatos C. MAS LUZ, SEÑOR.

A. Para los que restregan sus riquezas en la necesidad de los pobres. B. Como el rico Epulón C. MAS DELICADEZA, SEÑOR.

A. Por los que se contentan con una religión de apariencias. B. Como los fariseos C. MAS AMOR, SEÑOR.

A. Por los que sólo creen en lo que tocan. B. Como Tomás C. MAS FE, SEÑOR.

A. Por los que se encuentran con el dolor y vuelven la cara. B. Como en la parábola del buen Samaritano C. MAS CARIDAD, SEÑOR.

A. Para los que reniegan de lo que creen. B. Como Pedro C. MAS CONSTANCIA, SEÑOR.

A. Para los que retroceden ante la exigencia suprema. B. Como el joven rico C. MAS DESPRENDIMIENTO, SEÑOR.

A. Para los que te siguen obligados. B. Como el Cirineo C. MAS ILUSIÓN, SEÑOR.

A. Para los que no hacen más que lamentarse. B. Como las mujeres de Jerusalén C. MAS ACCIÓN, SEÑOR.

A. Para los que golpean en nombre de la justicia. B. Como los soldados romanos C. MAS COMPRENSIÓN, SEÑOR.

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Para los que viven sedientos. Como la Samaritana AGUA QUE SALTE HASTA LA VIDA ETERNA, SEÑOR.

Para los que viven hambrientos. Como las turbas EL PAN QUE QUITA PARA SIEMPRE EL HAMBRE, SEÑOR.

Para los que guardan sus talentos en la tierra. Como el siervo inútil MAS RESPONSABILIDAD, SEÑOR.

Para las mujeres públicas. Como la adúltera. EL CALOR DE UN VERDADERO CARIÑO, SEÑOR.

Para nosotros, que queremos ser tus apóstoles. Como los doce, por Ti elegidos LA ENTREGA HASTA LA MUERTE, SI ES PRECISO, SEÑOR.

(Autor desconocido).

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índice

PROLOGO

PRIMERA PARTE

ENCUENTROS INFANTILES

I Aprendamos a compartir II "El Lazarillo"

III Los Derechos del Niño IV El auto-retrato del niño V El Niño-Apóstol

SEGUNDA PARTE

ENCUENTROS JUVENILES

VI Conocimiento propio y de los otros VII Ellos y Ellas

VIII El liderazgo IX Los ídolos del joven moderno X El joven cristiano, profeta hoy

TERCERA PARTE

ENCUENTROS DE PADRES DE FAMILIA

XI Toma de conciencia sobre el cambio de situación» XII El hogar, la primera escuela del niño

XIII El hogar, la escuela de los valores humanos XIV Los Derechos de la Familia XV "Los esposos, cooperadores del amor de Dios

y sus intérpretes..."

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CUARTA PARTE

ENCUENTROS PARA EDUCADORES 75

XVI ¿Qué hacen?: ¿Instruir para saber?, ¿Capacitar para hacer?, ¿Formar para ser? 76

XVII Educar para la libertad 81 XVIII Educar para una convivencia auténtica 83

XIX Educar para la acción socio-política 86 XX Educar para el cultivo de los valores humanos 96

QUINTA PARTE ENCUENTROS PARA GRUPOS APOSTÓLICOS 105

XXI Toma de conciencia de que somos Iglesia 106 XXII Vocación para apóstol 109

XXIII La persona de Jesucristo 126 XXIV El proceso de la vida de un apóstol: descubrir, seguir

y anunciar a Cristo 128 XXV El compromiso cristiano 138