BONNEL, Los usos de la teoría, los conceptos

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Victoria E. Bonnel

LOS USOS DE LA TEORÍA, LOS CONCEPTOS Y LACOMPARACIÓN EN LA SOCIOLOGÍA HISTÓRICA*

VICTORIA E. BONNEL

Sólo en los últimos tiempos, el estudio sociológico de la historia ha logrado reconocimiento en el ámbito de la sociología norteamericana. Aunque la investigación histórica ocupó un lugar importante en la tradición sociológica europea del siglo diecinueve,1' los estudiosos norteamericanos aceptaron por largo tiempo la división disciplinaria que relegaba el estudio del pasado a los historiadores, en tanto reservaba los temas contemporáneos a la investigación sociológica. El campo de la sociología histórica primero protagonizó un renacimiento durante la década de 1950 con la publicación de Work and Authority in Industry (1956), de Reinhard Bendix, y Social Change in the Industrial Revolution (1959), de Neil Smelser.2 Durante estos años, un reducido coro de voces clamó por un enfoque más histórico de los problemas sociológicos y una colaboración más estrecha entre las dos disciplinas.3 El interés por la investigación histórico-sociológica aumentó en forma sostenida durante los años 1960, una década que marcó la aparición de Nation-Buildíng and Citizenship (1964), de

* Este trabajo fue presentado por primera vez, pero en forma algo diferente, en la Reunión anual de la American Historical Association, en diciembre de 1978. La autora desea expresar su agradecimiento a los numerosos amigos y colegas que aportaron sus comentarios sobre este artículo y sus anteriores borradores.

1 Sobre el debate acerca de los orígenes del método histórico comparativo en el siglo diecinueve, véase Kenneth E. Bock, The Acceptance of Histories. Toward a Perspestive for Social Science, Berkeley y Los Angeles, University of California Press, 1956.

2 Reinhard Bendix, Work and Authority in Industry. Ideologies of Management in the Course of Industrialization, New York, John Wiley and sons, 1951; Neil Smelser, Social Change in the Industrial Revolution. An Application of Theory to the Bntish Cotton Industry, Chicago, University of Chicago Press, 1959. Estos dos estudios no agotan la lista de trabajos sociológicos con orientación histórica publicados en la década de 1950. Entre otras contribuciones significativas se pueden mencionar Seymour Martin Lipset, Agrarian Socialism. The Cooperative Commonwealth Federation in Saskatchewan, Berkeley y Los Angeles, University of Califomia Press, 1950; Wolfram Uberhard, Conquerors and Rulers. Social Forces in Medieval China, Leiden, Países Bajos, E. J. Brill, 1952; Barrington Moore, Jr., Terror and Progress, Cambridge, Harvard University Press, 1956, Robert N. Bellah, Tokugawa Religion. The Values of Pre Industrial Japan, Glencoe, Ill., Free Press, 1957.

3 Véase, por ejemplo, Seymour Martin Lipset, “A Sociologist Looks at History", Pacific Sociological Review (primavera de 1958). Entre los historiadores, Sylvia Thnupp fue la más destacada defensora durante esta década de una nueva aproximación entre la historia y la sociología. Luego fundó Comparative Studies in Soaiety and History en 1958. Los ensayos de Thrupp de este periodo han sido recientemente reeditados en Raymond Grew y Nicholas Steneck, Society and History. Essays by Sylvia L. Thnupp, Ann Arbor: University of Michigan Press, 1977.

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Los usos de la teoría, los conceptos y la comparación en la sociología histórica

Bendix, The Vendée (1964), de Charles Tiliy, y Social Origins of Dictatorship and Democracy (1966), de Barrington Moore.4

Sin embargo, recién en la década de 1970, el estudio sociológico de la historia adquirió un completo reconocimiento dentro de la disciplina, simbolizado por la adjudicación del prestigioso premio Sorokin a sociólogos con orientación histórica en 1976 y nuevamente, en 1977.5

El siempre creciente campo de la sociología histórica ha generado nuevos enfoques metodológicos y problemas que aún no han recibido la atención que se merecen.6 El objetivo de este ensayo es explorar algunos de estos puntos, comenzando con un breve comentario sobre las perspectivas metodológicas contrastantes en las dos disciplinas. Argumentaré que los fundamentos metodológicos de la investigación histórico-sociología se deben buscar, primero, en la forma en que las teorías y conceptos se formulan y luego se aplican a los problemas históricos. Se discutirán dos tipos de estrategia de investigación, incluyendo la mediación de la historia por la teoría y la mediación de la historia por los conceptos. Un componente relacionado, igualmente importante en la investigación histórico-sociológica, es el uso de la comparación. Aquí, también, se puede distinguir entre formas "ilustrativas” y "analíticas” de estudio comparativo.

Al examinar estos puntos, me centraré en trabajos escogidos de Bendix, Moore, Smelser, Tilly y Wallerstein. Aunque distintos desde el punto de vista metodológico y sustancial, esos cinco destacados sociólogos históricos han realizado contribuciones significativas y de gran influencia en este campo.7 El análisis del uso que hicieron de la teoría, los conceptos y comparaciones reforzarán

4 Reinhard Bendix, Nation-Building and Citizenship. Studies in Our Changing Social Order, New York, John Wiley and Sons, 1964 [Hay edición en castellano: Estado nacional y ciudadanía, Buenos Aires, Amorrortu editores, 19XX]. Charles Tilly, The Vendée, Cambridge, Harvard University Press, 1964; Barnngton Moore, Jr., Social Origins of Dictatorship and Democracy. Lord and Peasant in the Making of the Modem World, Boston, Beacon Press, 1966 [Hay edición en castellano: Orígenes sociales de la dictadura y la democracia, Barcelona, Península, 1973]. En la década de 1960 aparecieron otros importantes trabajos de sociología histórica, entre los que se cuentan: Gunther Roth, The Social Democrats in Imperial Gemmany. A Study in Working Class Isolation and National Integration, Totawa, Bedminster Press, 1963; S. N. Eisenstadt, The Political Systems of Empires, New York, The Free Press of Glencoe 1963, Guy H. Swanson, Religion and Regime. A sociological Áccount of the Reformation, Ann Arbor, University of Michigan Press, 1967.

5 En 1976, Jeffrey Paige y Robert Bellah compartieron el Premio Sorokim. Immanuel Wailerstein ganó el premio en 1977.

6 En efecto, la literatura sobre aspectos metodológicos de la sociología histórica comparada es escasa. Se pueden encontrar algunas reflexiones interesantes sobre el tema en Daniel Chirot, “Introduction: “Thematic Controversies and New Developments in the Use of Historical Materials by Sociologists", en Social Fonces, 55: 2 (diciembre de 1976); Bruce C. Johnson, “Missionaries, Tourists and Traders: Sociologist in the Domain of History", trabajo inédito, 1970. Timothy McDaniel “Meaning and comparative concepts", Theory and Society, 6 (Julio-noviembre de 1976); Arthur Stichcombe, Theoretical Models in Social History, New York, Academic Press, 1978, Ivan Vallier, “Empirical Comparisons of Social Structure: Leads and Laps”, en Ivan Vallier (ed.), Comparative Methods in Sociology. Essays on Trends and Applications, Berkeley, Los Angeles, Londres, University of Califomia Press, 1971. Para obtener más referencias bibliográficas sobre el tema de la metodología, véase nota 7.

7 Es de destacar que cada uno de estos estudiosos ha escrito sobre la metodología por la metodología misma. Véase por ejemplo, Nei! Smelser Comparative Methods in Social Science and Essays in Sociological Explanations; Barrington Moore Jr, “Strategy in Social Science", en Barrington Moore Jr., Political Power and Social Theory; Reinhard Bendix, “Concepts and Generalizations in Comparative Sociological Studies", American Sociological Review, 28: 4 (agosto de 1963) pp. 532-539 y Reinhard Bendix y Bennett Berger, “Images of Society and Problems of Concept Formation in Sociology", en Reinhard Bendix Embattled Reason. Essays on Social Kxowledge, Terence K. Hopkins e Immanuel Wallerstein, “The Comparative Study of National Societies", Social

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nuestra comprensión y apreciación del estudio sociológico de la historia.

Las distinciones facilistas que a veces se realizan entre la metodología de los sociólogos y la de los historiadores, (por ejemplo, un enfoque deductivo versus un enfoque inductivo8 o el uso de material secundario en contraposición con material primario9 no tienen en cuenta la complejidad y la variedad de los estudios académicos en ambas disciplinas durante las numerosas décadas pasadas. En realidad, la aplicación de técnicas cuantitativas a la investigación histórica,10' ha aproximado a ambas disciplinas y ha establecido un área de cooperación importante, aunque limitada. Pero este progreso y la opinión anhelante de los adeptos a la "unidad intelectual” no puede producir una convergencia disciplinaria. El hecho es que los que practican estas dos disciplinas persisten en adoptar conceptos y procedimientos divergentes para diseñar una estrategia de investigación. Y aunque estas divergencias pueden emanar de la mera diferencia en énfasis y grado, sin embargo, son indicadoras de orientaciones disciplinarias distintas.11

El primer paso para diseñar una estrategia de investigación -la selección de problemas de estudio- revela los enfoques contrastantes en las dos disciplinas. Smelser describe la diferencia con precisión: "en su método para identificar los problemas de estudio, los sociólogos y los historiadores... emplean énfasis diferentes, aunque superpuestos. Un problema histórico está enraizado y deriva de la lógica de los eventos de un lugar y tiempos dados, por ejemplo, )por qué la monarquía y la aristocracia francesas se volvieron tan poco sensibles a las demandas de reforma social durante el siglo dieciocho? Por contraste, un problema sociológico, en general, tiende a estar enraizado y se genera en cierto aparato conceptual, por ejemplo, )cuáles son las relaciones que existen entre la movilidad social bloqueada y la protesta social, ilustrada por el caso francés del siglo

Science Information, Vl-5 (octubre 1976), pp. 25-28. Charles Tiliy ha escrito extensamente sobre metodología en sus trabajos recientes. Véase, por ejemplo cap. 8 y apéndices 1-4 en From Movilization to Revolution, Reading Mass., 1978. Un trabajo adicional de Tilly sobre este tema se cita en Charles Tilly, Louise Tilly y Richard Tilly, The Rebellious Century: 1830-1930, Cambridge, Harvard University Press, 1975, p. 341.

8 En este ensayo, se usarán los términos “inductivo" y “deductivo" para referirse al proceso de razonamiento que va de proposiciones a priori a la evidencia empírica (deductivo) o, a la inversa, de la evidencia empírica a la fommulaci6n de proposiciones (inductivo). La investigaci6n en la ciencia social rara vez se basa puramente en el razonamiento deductivo o inductivo, pero sin embargo, se puede descubrir una proclividad hacia uno u otro en trabajos específicos. La metodología de Smelser en Social Change in the Industrial Revolution representa un caso claro de razonamiento deductivo formal, con las inferencias que extrae de la teoría sociológica general. Algunos de los trabajos que se analizan más adelante, tal como The Rebellious Century, de Charles Tilly, formulan principalmente proposiciones analíticas, aunque no en forma exclusiva, sobre la base de datos empíricos acumulados.

9 Uso el término "primario" para referirme a cualquier fuente que haya aparecido en forma contemporánea con el evento o fenómeno que se está investigando, por ejemplo, un informe policial de una manifestaci6n, noticias periodísticas, un registro documental de cualquier tipo, datos del censo u otro material estadístico que se haya recopilado en ese momento. El término “secundario” se usa aquí para referirse a los informes recopilados en base a las fuentes primarias.

10 Véase Val R. Lorwin y Jacob M. Price (eds.), The Dimensions of the Past. Materials, Problems and Opportunities for Quantitative Work in History, New Haven y Londres, Yale University.

11 Immanuel Wallerstein ha argumentado, por ejemplo, que “reificar los motivos de los estudiosos para realizar investigaciones especiales en dos disciplinas -la primera, la historia; la segunda, la ciencia social- es dar un contenido equivoco a lo accidental y pasajero, y perder la unidad intelectual de las dos empresas". Immanuel Wallerstein, The Capitalist World-Economy, Cambridge, UK, Cambridge University Press, 1979, p. X. Véase también Gareth Stedman Jones, “From Historical Sociology to Theoretical History", The British Journal of Sociology, 27: 3 (septiembre de 1976).

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dieciocho?"12

Los sociólogos y los historiadores también difieren en su deseo de acometer un análisis comparativo a través de los límites nacionales y temporales. Mientras es virtualmente axiomático entre los sociólogos que esta clase de comparación es tanto posible como fecunda (aunque puede haber desacuerdos sobre la unidad adecuada para la misma), muchos historiadores no aceptan fácilmente un marco comparativo que se extienda más allá de un único período hist6rico, nación o cultura. La renuencia a efectuar un salto conceptual de un tiempo y lugar a otro se conecta con el tercer punto de diferencia entre los sociólogos y los historiadores, a saber, sus concepciones de la teoría y su relación con la historia. Se pueden formular generalizaciones aplicadas a fenómenos empíricos en tres niveles: afirmaciones aplicables a un fenómeno o fenómenos en un solo caso; afirmaciones aplicables a un fenómeno o fenómenos en una clase de casos a menudo descripta como teoría de mediano alcance;13 afirmaciones de aplicación universal. Mientras los historiadores se inclinan a formular generalizaciones del primer tipo, los sociólogos se caracterizan por buscar teorías que se encuadran en el segundo o tercer nivel de aplicabilidad.

La lógica de la construcción teórica sociológica lleva directamente al estudio comparativo. Se puede usar un solo caso ilustrativo o paradigmático para probar una teoría del segundo o tercer tipo, o para formular nuevas hipótesis, pero es necesario aplicar el método comparativo a fin de establecer con certeza que una proposición teórica aplicable a un caso mantiene su poder explicativo cuando se la aplica a otros casos. De esta forma, el análisis comparativo es una parte intrínseca de la empresa histórico sociológica, aunque se la ha aplicado en formas muy diversas.14 En general, los sociólogos no sólo apuntan a formular afirmaciones teóricas más amplias que los historiadores; también tienden a apoyarse en un "aparato conceptual más formal y explicito que es más conscientemente selectivo de los hechos”.15

Esto no significa que el historiador actúe sin apoyarse, en forma consciente o inconsciente, sobre ciertos "conceptos preconcebidos, presupuestos y asociaciones sospechadas entre los eventos históricos”, sino que a menudo éstos son menos explícitos y menos abstractos que aquéllos que aplican los sociólogos,16

12 Neil J. Smelser, Essays in Sociological Explanation, Englewood Cliffs, Prentice-Hall, 1967, p. 35. Los historiadores marxistas constituyen una gran excepci6n a esta generalización. Para leer sobre un debate destacado acerca del enfoque marxista, véase Richard Johnson, Shompson, Genovese and Socialist Humanist History", History Workshop, 6 (otoño de 1978) y Michael Merril, “Interview with E. P. Thompson", Radical History Review, 3: 4 (otoño de 1976).

13 Merton ha denominado al segundo nivel de la teoría como “de mediano alcance": las teorías de mediano alcance “se encuentran entre las hipótesis de trabajo menores pero necesarias, que evolucionan en abundancia durante la investigación diaria y los esfuerzos sistemáticos globales para desarrollar una teoría unificada que explique las uniformidades observadas en la conducta social la organización social y el cambio social (...) Está en una posición intermedia entre las teoría generales de los sistemas sociales que está demasiado alejados de las clases especiales de conducta social, organización y cambio para da; cuenta de lo que se observa y de aquellas descripciones ordenadas y detalladas de particularidades que no son generalizadas en absoluto. La teoría del mediano alcance incluye abstracciones, por supuesto, pero están suficientemente cerca de los datos observados para que se la pueda incorporar en proposiciones que permitan realizar pruebas empíricas", Robert K. Merton, Social Theory and Social Structure, New York, Free Press, 1968, p. 38. [Hay edición en castellano: Teoría y estructura sociales, México-Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 1964].

14 Este punto se desarrolla con mayor detalle en la sección Usos “ilustrativos" y “analíticos" de la comparación.

15 Smelser, Essays in Sociological Explanation, p 3516 Ibid. Thrupp ha observado que: “idealmente, ellos [los historiadores] apuntan a familiarizarse con

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La diferencia entre el sociólogo y el historiador no es una diferencia entre un enfoque deductivo y uno inductivo. En realidad, el sociólogo se entrena para pensar en términos de temas y conceptos teóricos y para seleccionar temas empíricos específicos y su evidencia respectiva. En el mejor de los casos, esta selección es deliberada, y se origina en un conocimiento de la literatura teórica pertinente que ya ha postulado conexiones (causales o de otro tipo) entre los diversos fenómenos. Como observó Robert Merton: “El contacto con mentes sociológicas tan penetrantes como las de Durkheim y Weber nos ayuda a formar patrones de gusto y de juicio para identificar un buen problema sociológico -uno que tenga importantes implicaciones para la teoría- y para conocer lo que constituye una solución teórica adecuada para el problema".17

Algunas decisiones metodológicas básicasLa preocupación por la generalización analítica ha llevado a los sociólogos históricos en dos

direcciones. Algunos estudiosos han realizado reevaluaciones sistemáticas de las teorías establecidas. Apoyándose en nuevas fuentes de datos o un nuevo análisis de la evidencia existente, estudiosos tales como Tilly y Moore han efectuado pruebas empíricas rigurosas y exigentes sobre explicaciones acep-tadas y en ciertos casos, las encontraron deficientes.18 La prueba de las teorías ha motivado importantes revisiones en el conocimiento sociológico. En última instancia, sin embargo, la mayoría de los sociólogos históricos ha buscado desarrollar nuevas teorías capaces de brindar explicaciones más convincentes y detalladas de las estructuras y patrones históricos. Estas explicaciones para los fenómenos históricos, aplicadas a un solo caso, una clase limitada de casos, o en forma universal, se pueden lograr aplicando métodos que son fundamentalmente inductivos, deductivos o una combinación de ambos. Además las intenciones explicativas de las afirmaciones generalizadoras pueden variar, según se estén estableciendo la causalidad y/o la covarianza. Una estrategia de investigación también implica la selección de conceptos. Como las afirmaciones generalizadoras, estos conceptos se pueden formular en varios niveles de aplicabilidad. Los sociólogos por lo general trabajan con "conceptos de aplicabilidad limitada" o con conceptos universales, por ejemplo, el concepto de "clase" en contraposición con el concepto de "agregación de intereses'.19 La elección de conceptos, así como los objetivos teóricos de una tarea dada, son indicativos de presunciones

todos los aspectos de la cultura de un periodo antes de separar temas específicos para su investigación. Ello nos da corazonadas sobre los puntos en los cuales los eventos, ideas, estructuras de relaciones toman un giro genuinamente nuevo, modificando o rompiendo las regularidades y direcciones establecidas en el pasado. Se prueban las corazonadas efectuando amplias lecturas generales y algún control de las fuentes primarias del periodo anterior Pero estos son consejos perfeccionistas que en la práctica a menudo se omiten por ser demasiado trabajosos". Aunque pocas veces se la ha puesto en práctica en su forma ideal, esta concepción, no obstante, influye en la forma en que los historiadores proceden al seleccionar un problema empírico. Sylvia L. Thrupp, “History and Sociology: New Opportunities for Cooperation", reimpreso en Grew y Steneck (eds.), Society and History, p. 299.

17 Merton, Social Theory and Social Structure, p. 36.18 En el trabajo de Tilly, una de las preocupaciones centrales es probar las teorías establecidas. Escribió:

“Cuando comencé mi larga investigación sobre el conflicto, la protesta y la acción colectiva, esperaba poder acumular la evidencia para obtener una refutación decisiva de la línea durkheimiana". Charles Tilly “The Uselessness of Durkheim in the Historical Study of Social Change", Center for Research on Social Organization, University of Michigan, Trabajo 155, marzo de 1977, p. 19. Moore Social Origins, caps. vii, ix.

19 Reinhard Bendix y Gunther Roth, Scholarship and Partisanship: Essays on Max Weber, Berkeley, Los Angeles y Londres: University of California Press, 1971, p. 218. Bendix define los conceptos de aplicabilidad limitada como conceptos que son aplicados en forma útil a más de una sociedad durante un período cuyo comienzo y final aproximados son objetos de investigación en sí mismos". Para leer una discusión excepcionalmente lúcida sobre los conceptos sociológicos, véase Reinhard Bendix, “Comparative Sociological Studies", en Transactions of the Fifth World Congress of Sociology, Washington D. C., 2-8 de setiembre de 1962, Louvain, Bélgica. International Sociological Association, 1964.

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subyacentes que el investigador trae al proyecto en forma implícita o explícita. "La importancia del valor" como la denominó Weber, representa un aspecto central pero descuidado del procedimiento metodológico.20

Es fundamental considerar no sólo el tipo de aparato conceptual y teórico utilizado por el investigador, sino también la función que este aparato desempeña en el diseño de la investigación en su conjunto. La dimensión funcional aparece más claramente cuando consideramos dos temas relacionados: primero, la interacción de las teorías y conceptos con la evidencia histórica, y segundo, las formas de comparación que se encuentran en la investigación histórico-sociológica.

La historia mediada por la teoría)Cómo seleccionan, organizan e interpretan los sociólogos históricos la evidencia histórica? Al

trabajar con un marco conceptual y teórico formal más explicito que la mayor parte de los historiadores, los sociólogos manejan el material empírico en formas que se relacionan con sus preocupaciones analíticas. Más específicamente, se pueden distinguir dos tipos de enfoque de la historia, según la confianza que deposite el investigador en la teoría o en los conceptos como recurso heurístico principal.

Un enfoque importante aparece entre los sociólogos históricos cuyo interés principal es formular afirmaciones o modelos teóricos, a menudo pertenecientes a una variedad nomotética causal. Para estos estudiosos, la historia está mediada por la teoría. Neii Smelser ha descrito con excepcional claridad los fundamentos metodológicos de una variante de este enfoque, aplicado en su estudio Social Change in the Industrial Revolution. Lo que hizo que mi investigación se apartara de lo que hacen la mayor parte de los historiadores es que yo tome la Revolución Industrial como un caso ilustrativo de un modelo conceptual explícito y formal extraído de la tradición general del pensamiento sociológico... Fue este modelo abstracto, analítico, el que generó los problemas para mí, no el periodo de la Revolución Industrial como tal. Podría haber elegido el cambio industrial en otro país y otro periodo, y aun un caso de rápido cambio social en el que la industrialización no ocupara un lugar de relevancia".21

Como lo indica el subtitulo de su estudio, Smelser está interesado primordialmente en una teoría de aplicación a la industria algodonera británica". La teoría de mediano alcance que utiliza para analizar la protesta de la clase obrera, su organización y la estructura familiar, ha sido formulada en forma deductiva sobre la base de la teoría general de la acción, de Parsons.22 Más específicamente, Smelser desarrolla una secuencia de siete pasos que implica ofrecer un análisis de las causas y consecuencias de la diferenciación estructural y los movimientos sociales en las sociedades en proceso de industrialización. Aplica el modelo a dos contextos estructurales -la industria y la familia- y sostiene que la protesta popular durante la primera mitad del siglo diecinueve representa los síntomas de disturbio atribuibles a los cambios que se estaban produciendo en la familia.

20 Las preocupaciones morales y políticas de los sociólogos históricos merecen un análisis cuidadoso que no es posible realizar en este trabajo. Se puede encontrar un interesante debate sobre estos problemas en Reinhard Bendix, Social Science and the Distrust of Reason, Berkeley y Los Angeles, University of Califomia Press, 1951. Sobre este tema, véase también Immanuel Wallerstein, “Introduction", The Modem World-System, New York, Academic Press, 1974 [hay edición en castellano: El moderno sistema mundial, Madrid, Siglo XXI Editores, 1979 y 1984, 2 vols.], y The Capitalist World Economy, Cambridge, Inglatena, Cambridge University Press, 1977, pp. x-xii.

21 Neil J. Smelser, “Sociological History: The Industrial Revolution and the British Working Class Family”, en Smelser, Essays in Sociological Explanation, p. 77. Este importante ensayo apareció originalmente en The Journal of Social History, I (1967), pp. 7-36, y también fue reeditado en M. W. Flinn y P. C. Smout, Essays in Social History, Oxford, At The Clarendon Press, 1974, pp. 23-38.

22 Smelser, Social Change, cap. ll.

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En el lenguaje figurado de Smelser, el modelo brinda compartimientos teóricos vacíos. La tarea del investigador es llenar los compartimientos vacíos con evidencia empírica, confirmando o refutando de este modo la utilidad de la teoría para interpretar la historia. Smelser ha descrito la interacción de la historia y la teoría de la siguiente manera: Para determinar esta utilidad (del modelo), el investigador debe afrontar la ardua tarea del análisis histórico. Debe traducir los conceptos y las relaciones generales a términos históricos específicos. Debe rastrear las mejores fuentes históricas para confirmar hasta qué grado se sostienen las conexiones hipotéticas entre los eventos. Debe emitir un juicio tan cuidadoso y objetivo como sea posible sobre el hecho de si el registro histórico sustenta las relaciones formuladas en el modelo. Y si la historia se torna rebelde porque no coincide con las secuencias del modelo, el investigador debe estar preparado para volver al modelo y modificarlo a la luz de sus investigaciones.23

Dos décadas después de su publicación, el libro de Smelser debe su importancia permanente a su meticulosa investigación así como también a su metodología tan controvertida.24 El procedimiento que siguió en su estudio, con su orientación deductiva explicita y las proposiciones causales nomotéticas, se encuentra lejos, en verdad, de la concepción ideal del oficio del historiador. Sin embargo, el enfoque de Smelser pertenece a un linaje antiguo e ilustre, que se extiende desde Marx en el siglo diecinueve hasta Pusons en el siglo veinte.

Otro sociólogo que comparte la preocupación de Smelser en cuanto a los modelos teóricos es Immanuel Wallerstein. Wallerstein introduce su estudio, The Modem World System, con una analogía cautivante: Me inspiré en la analogía con la astronomía que propone explicar las leyes que gobiernan el universo, aunque (hasta donde se sabe) existe un solo universo (y del mismo modo, un solo sistema mundial). )Qué hacen los astrónomos? Como yo lo veo, la Lógica de sus argumentos comprende dos operaciones separadas. Primero, utilizan las leyes que derivan del estudio de entidades físicas más pequeñas, las leyes de la física, y argumentan que (quizá con ciertas excepciones especificas) estas leyes se aplican por analogía al sistema en su totalidad. En segundo lugar, argumentan a posteriori. Si todo el sistema ha de tener una condición dada y, "muy probablemente, tuvo una condición dada en el tiempo x".25

La búsqueda de proposiciones causales nomotéticas lleva a Wallerstein a la investigación histórica concreta", tal como en cosmología, el único camino hacia una teoría de las leyes que gobiernan el universo, pasa por el análisis concreto de la evolución histórica de ese mismo universo".26 Y como el astrónomo, Wallerstein avanza con su investigación sobre la presunción de que lo que está estudiando constituye un sistema en el que todas las partes constitutivas está relacionadas funcionalmente. Pero en historia, al contrario de lo que sucede en astronomía no se puede dar por sentado la existencia de tal sistema. El modelo de Wallerstein se basa, por lo tanto, en una afirmación a priori tomada de las ciencias naturales y aplicadas, más o menos arbitrariamente, a la esfera de las relaciones económicas internacionales.

Si le quitamos su metáfora astronómica, el modelo de Wallerstein de un "sistema mundial" es un modelo deductivo formal cuyas dos hipótesis, "el imperio mundial" y la "economía mundial" son derivadas según él mismo lo reconoce, en forma "lógica" y no empírica.27

23 Smelser, “Sociological History", en Flinn y Smouth (eds.), Essays in Social History, p. 28.24 Para leer sobre un debate reciente acerca del estudio de Smelser, véase Michael Anderson,

“Sociological History and the Working Class Family: Smelser Revisited", Social History, 3 (octubre de 1976).25 Wallerstein, The Modem World-System, p. 7.26 Wallerstein, The Capitalist World-Economy, p. 7.27 Idem, p. 5.

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Como Smelser, tomó las ideas de la teoría sociológica general (en este caso, una mezcla de marxismo y funcionalismo) para diseñar su modelo. Sin embargo, al contrario de Smelser, que formula una teoría de mediano alcance del cambio social, Wallerstein ofrece un modelo con aplicación universal, cuyo objeto es explicar los desarrollos globales desde la "Revolución Neolítica" hasta los tiempos actuales.28

En el primero de sus numerosos volúmenes anticipados, Wallerstein examina los orígenes del capitalismo en la Europa del siglo dieciséis, una región que el autor considera como el núcleo de una "economía mundial" en expansión. La cualidad distintiva de este análisis reside en su perspectiva global y en la concepción de que el capitalismo emerge de un sistema de distribución que posee dimensiones internacionales.29

El modelo del sistema mundial sirve como "un compartimiento vacío" que se debe llenar con material histórico. Pero, )cuál es la teoría que guía la selección de evidencia empírica necesaria para probar una teoría de tal magnitud? Wallerstein propone apoyarse en la analogía y en un razonamiento a posteriori, procedimientos que adopta de las ciencias naturales. Argumentar por analogía es argumentar que cualquier elemento de un sistema estará gobernado por "leyes (que) se aplican por analogía a un sistema en su totalidad".30 El razonamiento a posteriori presupone que se puede derivar una condición previa del sistema, de su estado subsiguiente, revirtiendo así la dirección habitual del interrogatorio histórico. En lugar de extrapolar del pasado el estado actual de los hechos, el pasado se extrapola del presente. Ambos procedimientos presuponen que la historia está gobernada por leyes fijas e inmutables. Así, la misma proposición que se debe probar está ya inserta en la metodología.

Usos "ilustrativos" y "analíticos" de la comparaciónEn contraste con el enfoque intrasocietal de Smelser, el estudio de Wallerstein pertenece a la

categoría de la investigación macrosociológica. Apoyándose en una o varias unidades de análisis que van de sociedades enteras, civilizaciones o una unidad transnacional, los estudios macrosociológicos tales como el de Wallerstein, se caracterizan por hacer de la comparación un elemento central de la estrategia de la investigación.

En general, la comparación -o la yuxtaposición de unidades equivalentes- toma dos formas en la investigación histórico-sociológica.31 En la primera, o del tipo “analítico", el punto principal de comparación está entre unidades equivalentes. La comparación implica una identificación de variables independientes que sirven para explicar patrones o acontecimientos comunes o contrastantes.32 El investigador yuxtapone unidades equivalentes entre sí a fin de descubrir las

28 Idem, p. 158.29 Robert Brenner, “The Origins of Capitalist Development: A Critique of Neo-Smithian Marxism",

New Left Review, 104, julio-agosto de 1977). [Hay edición en español: “Los origenes del desarrollo capitalista: una critica del marxismo neosmithiano", En Teoría, Ni 3, Madrid, octubre-diciembre 1979]. En este trabajo se analiza este aspecto del argumento de Wallerstein.

30 Wallerstein, The Modem World-System, p. 7.31 Esta conceptualización de los enfoques de la comparación se toma en parte de un seminario inédito

de Donald Reneau, “Comparative Historical Analysis: A Critique of Sociology 242A", Berkeley, Califomia, otoño de 1978.

32 Marc Bloch ha destacado la importancia de comparar fenómenos contrastantes además de los similares: “Primero debemos advertir que el método comparativo ha sido víctima muy frecuentemente de malas interpretaciones. Demasiado a menudo la gente ha creído o pretendido creer que su único objetivo era buscar similitudes. Por el contrario, el método comparativo concebido en forma correcta, debe demostrar una fuerte interés en percibir las diferencias, ya sea originales o que resultan de desarrollos divergentes del mismo punto de partida". Marc Bloch, trad. de J. E. Anderson, Berkeley y Los Angeles, University of California Press,

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regularidades que pudieran dar lugar a generalizaciones explicativas. En el segundo tipo, o tipo “ilustrativo", el punto principal de comparación se produce entre unidades equivalentes por un lado, y un teoría o concepto por el otro. Esta variante no evalúa unidades individuales entre sí sino en relación con una teoría o concepto básico aplicable a todas ellas. El siguiente diagrama ilustra las diferencias entre las formas de comparación “analítica" e "ilustrativa":

Fig. 1: Formas de comparación

La unidad de análisis en el estudio de Wallerstein es un sistema transnacional único, compuesto de muchas partes y etapas individuales. Según su autor, "dentro de un marco tal (…) podemos hacer análisis comparativos fructíferos, del todo y de sus partes”.33

Sin embargo, la comparación que realiza en su estudio pocas veces produce una yuxtaposición analítica de unidades equivalentes tales como naciones, clases sociales u organizaciones del estado. En lugar de ello, Wallerstein emplea la comparación principalmente para identificar y dilucidar la posición relativa y la función de los elementos constituyentes en el sistema mundial. Diversas unidades equivalentes se yuxtaponen, no unas con otras, sino a un modelo teórico (el sistema mundial" con su centro, semiperiferia y periferia). Este uso de la comparación sirve principalmente para ilustrar un modelo preestablecido.

La historia mediada por los conceptosA primera vista, los trabajos de Charles Tilly y de Reinhard Bendix parecen tener poco en

común. A juzgar por la elección de la unidad analítica, las fuentes y la evidencia, estos dos prolíficos estudiosos han abordado estrategias de investigación sumamente dispares. Sin embargo, ambas se encuentran más cerca del oficio del historiador que la mayor parte de los que ejercen la investigación histórico-sociológica, y comparten un enfoque análogo de la historia y la comparación.

Estas similitudes se hacen evidentes cuando analizamos los escritos de Tilly sobre la violencia colectiva (su contribución a The Rebellious Century: 1830-1930 y los ensayos relacionados con el

1967, p. 58.33 Wallerstein, The Capitalist World-Economy, p. 36

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Los usos de la teoría, los conceptos y la comparación en la sociología histórica

mismo),34 junto con los estudios de Bendix, Nation-Building and Citizenship y Kings or people.35 En estos trabajos, los conceptos brindan el principal recurso heurístico más las teorías o modelos. No es por-que Tilly y Bendix no tengan metas teóricas, ya que ambos autores buscan, en diversas formas, probar y formular afirmaciones generalizadoras sobre los fenómenos históricos. Pero al contrario de Smelser y Wallerstein, se apoyan primordialmente en conceptos para facilitar la selección, organización e interpretación del material empírico. Así, el concepto de Tilly sobre violencia colectiva y el concepto de Bendix sobre autoridad funcionan más como el modelo del cambio social de Smelser y el modelo del sistema mundial de Wallerstein. Estos conceptos claves brindan el medio para manejar la evidencia histórica.

En la introducción a The Rebellious Century, los Tilly describen sus objetivos analíticos: "En resumen, existe la evidencia necesaria para controlar diferentes teorías de “descomposición+ y "solidaridad" comparándolas con las experiencias modernas de los países de Europa occidental; será de utilidad para aquéllos que están dispuestos a tomarse el arduo trabajo de acumularla. Por lo menos, podemos examinar amplias cuestiones de comparación: el crimen y la violencia colectiva, )van juntos? (como sugieren la mayoría de los argumentos de "desagregación+). Los paros y la violencia colectiva, )tienden a recaer sobre los mismos grupos de trabajadores? (como insisten algunas versiones de los argumentos de solidaridad). En realidad, es posible ser mucho más exigentes para algunos períodos, ciertos tipos de cambio estructural, ciertas formas de conflicto, y ciertas variedades de conducta censurada".36

Desde un punto de vista sociológico, éstos son objetivos modestos, reducidos a probar teorías establecidas usando nueva evidencia y formulando generalizaciones relativas a la covarianza. Estas generalizaciones, etiquetadas escrupulosamente como "análisis" o "afirmaciones" más que como "teorías" o "modelos",37 se obtienen de los datos empíricos por inducción.

Todo ello parece satisfacer los procedimientos de investigación largamente consagrados y apreciados (por lo menos en principio) por los historiadores. Pero la semejanza es sólo parcial. En The Rebellious Century y sus ensayos relacionados, los conceptos brindan los "compartimientos vacíos" para los datos empíricos cuantificables. No sólo la confianza en los conceptos sino también su propia naturaleza tienen peso metodológico en el trabajo de Tilly. El tema central de The Rebellious Century es el concepto de "violencia colectiva", definido por el autor de la siguiente manera: "Los eventos violentos que se analizan sistemáticamente en este libro incluyen acciones en las que toma parte por lo menos una formación (un grupo que actúa unido) que supera un cierto número -más de veinte personas en Alemania, cincuenta o más en Italia o Francia-, y acciones en las que por lo menos un grupo tomó o dañó a personas o cosas que no les pertenecían".38

Estas especificaciones fueron necesarias para asegurar la utilidad del concepto universal en la recolección de datos en si. Pero el concepto retiene un alto grado de imprecisión, incorporando de modo plausible acontecimientos tan diversos como una manifestación política, una huelga eco-nómica, un pogrom, y una pelea de borrachos. La amplitud del concepto produce datos que son al

34 Charles Tilly, “Colective Violence in European Perspective", en Hugh Davis Graham y Robert Gurr (eds.), A History of Violence in America. Historical and Comparative Perspective, Washington DC., U. S.. Government Printing Office, 1969; Charles Tilly “Revolutions and Colective Violence", en Fred I. Greenstein y Nelson Polsby (eds.), Handbook of Political Science, Reading Mass.: Addison-Wesley, 1974.

35 Reinhard Bendix, Kings or People. Power and the Mandate to Rule, Berkeley, Los Angeles y Londres, University of California Press,1978.

36 Tilly, Tilly y Tilly, The Rebellious Century: 1830-1930, p. 11.37 Idem, p. 244, para encontrar comentarios sobre este punto.38 Idem, p. 312.

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mismo tiempo abundantes y no diferenciados. Por ello, gran parte del análisis de Tilly se orienta hacia la desagregación de estos datos por medio de diversos esquemas de clasificación (por ejemplo, la subdivisión de la acción colectiva en tipo competitivo, proactivo y reactivo).39

The Rebellious Century es un trabajo explícitamente comparativo. Junto con los estudios de casos de tres países (Francia, Italia y Alemania), aparecen numerosos capítulos comparativos que evalúan los descubrimientos empíricos, primero en relación con afirmaciones analíticas generales (relativas a la covarianza de la violencia colectiva por la industrialización, la urbanización, las luchas por el poder estatal) y en segundo lugar, en relación con diversas tipologías de acción colectiva y violencia colectiva.40 Aquí se pueden descubrir elementos de los usos de la comparación tanto "analítica" como "ilustrativa". Se yuxtaponen las experiencias de cada país con la de los otros países a fin de establecer patrones comunes. Pero todo ello se desarrolla dentro del marco de un aparato conceptual que, a menudo, sirve como el eje principal para el manejo del material comparativo.

Bendix también se apoya en los conceptos como recurso heurístico principal. En Nation-Building and Citizenship y en Kings or People, conceptos tales como "autoridad+ y "legitimidad" proveen el marco para examinar el desarrollo histórico de las instituciones políticas. Estos conceptos a semejanza de los tipos ideales de Weber, son, por su propia naturaleza, más esquivos que los términos de Tilly, que se refieren a acciones concretas más que al reino intangible de las ideas y las relaciones.

Los conceptos de Bendix, como los de Tilly, se pueden aplicar en forma universal, una circunstancia que Bendix ve como un obstáculo potencial para la investigación empírica. En Nation-Building and Citizenship, Bendix ha tomado este problema y ha descrito su propia estrategia de investigación: "Los conceptos universales, tales como la división del trabajo requieren especificaciones que tenderán un puente sobre la brecha que existe entre el concepto y la evidencia empírica; pero dichas especificaciones tienen una aplicabilidad limitada. Es más ilustrativo saber en qué forma difiere la división del trabajo en una estructura social comparada con otra, que reiterar que ambas estructuras poseen una división del trabajo. Estas consideraciones apuntan a un problema persistente en sociología. Es difícil relacionar los conceptos y las teorías con los descubrimientos empíricos, en tanto que gran parte de la investigación empírica carece de significación teórica. Los siguientes estudios tratan de marcar un camino entre este Scylla y Charybdis apoyándose en conceptos familiares como línea básica de partida".41

39 Idem, p. 250. Para leer más sobre estas tipologías, véase Charles Tilly, “Colective violence in European Perspective", en Graham y Gurr, op. cit., y “Revolutions and Colective Violence", en Greenstein y Polsby, op. cit.

40 Idem, caps. 5-6.41 Bendix, Nation-Building and citizenship, p. 249. [En la mitología griega, Scylla y Charybdis (o Escila y

Caribdis, como suele escribirse en castellano) eran dos monstruos que vivían en los extremos opuestos del estrecho de Messina, entre la Italia continental y la isla de Sicilia. Scylla era una hermosa doncell a amada por el dios del mar, Poseidón, convertida en monstruo por la celosa esposa de éste, Anfitrite. El hechizo la convirtió en un horrible ser con cabeza y cuerpo de mujer terminado en forma de pez. De sus extremidades inferiores salían cabezas de perros que ladraban suavemente, en contraste con su voracidad. Tenía tres (o seis) cabezas, cada una con tres hileras de puntiagudos colmillos. Más tarde, los dioses la transformaron en una roca (aún existente) peligrosa para los navegantes. Charybdis, hija de Poseidón y Gea, era originariamente una ninfa del mar que inundaba la tierra para extender el reino de su padre, razón por la cual el dios Zeus la transformó en un monstruo marino que tragaba enormes cantidades de agua tres veces al día, devolviéndolas otras tantas veces, acciones con las cuales creaba un remolino o torbellino peligroso. Los dos extremos del estrecho de Messina están muy próximos –en la antigüedad, al alcance de una flecha- razón por al cual ambos monstruos representaban un gran peligro para las embarcaciones que navegaban por él, pues cuando pasaban cerca de Scylla, al querer evitarla caían en Charybdis, y viceversa. Así, la leyenda originó la expresión “entre Scylla y

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En la investigación de Bendix, una de las preocupaciones metodológicas principales es encontrar el nivel correcto de generalidad para los conceptos. Debido a que la historia está mediada por los conceptos, es esencial establecer categorías que no son ni tan precisas ni tan detalladas. Bendix trata de resolver esta dificultad in poniendo especificaciones sobre conceptos universales, y limitando así su aplicabilidad. La noción de "autoridad", tan fundamental en el trabajo de Bendix, se encuentra limitada en Nation-Buildding and Citizenship, para encuadrar tipos específicos de relaciones de autoridad (por ejemplo, "administrativas, privadas", "públicas"). La contribución analítica de Bendix reside, en parte, en una desagregación de conceptos altamente generalizados y su aplicación a contextos históricos específicos, una peculiaridad que-también hemos visto a menudo en el trabajo de Tilly. Por medio de la construcción de tipologías, ambos autores se enfrentan con una termino-logía demasiado amplia como para brindar un análisis significativo de las situaciones o fenómenos históricos particulares. Por su inclinación a efectuar una clasificación basada en conceptos generales, Bendix y Tilly se encuentran dentro de la tradición weberiana.

En forma explícita, Bendix evita efectuar inferencias causales del material comparativo. Su objeción metodológica contra tales inferencias se basa en la convicción de que "el número de casos es demasiado pequeño y el número de variables, demasiado grande" en el estudio macrosociológico para garantizar las afirmaciones causales.42 "El análisis comparativo", dice en su introducción a Kings or People, "debería afinar nuestro conocimiento de los contextos de los que se pueden extraer inferencias causales más detalladas".43

De esta forma, Bendix no desecha la posibilidad de que eventualmente, se pueda buscar a una explicación causal, pero limita su propio estudio a una investigación y una comparación de contextos históricos específicos. Lo que da a los estudios de Bendix un tono historicista distintivo es esta elaboración de los contextos, junto con la confianza en ciertos conceptos generalizados.

Mientras muchos sociólogos buscan la uniformidad histórica, Bendix ha demostrado un interés constante por la forma en que las sociedades difieren en sus respuestas a problemas fundamentales. Este énfasis en los aspectos ideográficos del desarrollo histórico reside en el corazón del tratamiento comparativo de Bendix de cinco sociedades principales dentro de un período de muchos siglos. Al describir su método comparativo en Kings or People, Bendix ha declarado: "Hago las mismas preguntas, o al menos muy similares, a los diferentes contextos, y así, permito que se produzcan respuestas divergentes. Las estructuras de autoridad en los diferentes países varían, las sociedades han respondido en forma diferente a los desafíos propuestos por los desarrollos del exterior. El valor de este estudio depende de la luz que arrojan las preguntas formuladas y una perspectiva sostenida".44

Charybdis” para aludir a una situación en la cual uno tiene que elegir entre dos opciones igualmente terribles, tanto que alejarse de una para no caer en ella empuja hacia la otra, algo así como estar “entre la espada y la pared”, es decir, ante un problema de difícil, cuando no imposible, solución. En el clásico texto de Homero, La Odisea, cuando Ulises y sus compañeros regresaban a casa tras la guerra de Troya, al navegar por el estrecho de Messina tuvieron que hacer frente a la terrible opción: Ulises eligió arriesgarse con Scylla y perder parte de su tripulación, antes que perder todo el barco con Caribdis (véase el libro XII). Nota del compilador]

42 Reinhard Bendix, “The Mandate to Rule: Introduction", Social Forces, 55: 2 (diciembre de 1976), p. 246.

43 Bendix, Kings or People, p. 15.44 Ibid. En otra parte, Bendix escribió: “Por medio del análisis comparativo quiero preservar un sentido

de particularidad histórica en cuanto sea posible, mientras comparo diferentes países. En lugar de apuntar a generalizaciones amplias y perder este sentido, formulo las mismas preguntas o por lo menos preguntas similares, a materiales diferentes y de ese modo, dejo espado para las respuestas divergentes. Quiero que sea más transparente la divergencia entre estructuras de autoridad y entre las formas con las que las sociedades han respondido a los desafíos implícitos en los logros de la civilización de otros países". Bendix, “The

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El enfoque de Bendix del análisis comparativo posee un componente funcional, ya que examina dilemas recurrentes que enfrentan a las sociedades con tipos similares de gobiernos (la monarquía, por ejemplo) o con posiciones de atraso internacionales comparables.45 La comparación entre sociedades sirve para aclarar las diversas soluciones a estos dilemas -a menudo, en forma contrastante- en diversos contextos nacionales y temporales. Dentro de la comparación de tipo "analítico" de Bendix, los conceptos funcionan como hilos brillantes que, al entretejerse en la trama de la narrativa histórica, permiten que el autor identifique las líneas generales mientras que, a! mismo tiempo, preserva el sentido de la particularidad histórica.

Social Origins of Dictatorship and Democracy, de Barrington Moore, ilustra la forma en que diversos elementos metodológicos se pueden combinar en la investigación histórico-sociológica. Moore introduce su estudio macrosociológico con una metáfora, comparando generalizaciones sobre la historia con "un mapa a gran escala de un extenso terreno, tal como el que usaría un piloto de avión al cruzar un continente".46 En su búsqueda de generalizaciones causales sobre resultados políticos, Moore comparte el enfoque teórico que aparece en el trabajo de Smelser y Wallerstein. Pero Moore se resiste a formular leyes invariables, y sus generalizaciones, que vinculan las estructuras y las relaciones de clase a los resultados políticos, no se pueden reducir a fórmulas o modelos.

Como sugiere la metáfora introductoria, las afirmaciones analíticas de Moore se asemejan al mapa de un terreno en el que se han marcado los principales hitos (o variables independientes). La estrategia del autor es identificar variables independientes cuya combinación y permutación bajo circunstancias históricas especificadas se dice que culmina en uno de los tres tipos de organizaci6n política (democracia, fascismo, comunismo)

La falta de un enfoque riguroso de formulación para las generalizaciones le da un tono parcialmente inductivo a la investigación de Moore. En efecto, Social Origins muestra una combinación de elementos deductivos e inductivos.47 Por un lado, el autor adopta presunciones a priori explícitas que le confieren valor explicativo a algunos factores (por ejemplo, clases y relaciones sociales) y minimiza o ignora la importancia de otros (por ejemplo, ideología, cultura, relaciones internacionales). Dentro de estos patrones, Moore escudriña la literatura secundaria disponible, evaluando las interpretaciones establecidas y recopilando evidencia empírica hasta que se obtenga una nueva síntesis en forma inductiva.

Social Origins está organizado alrededor de seis estudios de casos detallados y varios capítulos analíticos, formato que también adoptó Bendix en Kings or People. Más allá de las muchas diferencias metodológicas y sustantivas que existen entre estos dos libros, ambos comparten un uso similar de la comparación, que es "analítica” en la forma y funcionalista -si bien de diferentes maneras- en contenido. Moore toma el enfoque de que las sociedades enfrentan problemas comunes en etapas comparables de su desarrollo, y a través de un uso “analítico” de la comparación contrasta los diversos caminos que ellas han tomado para resolver estos problemas y las consecuencias a largo plazo de sus soluciones. Bendix rechaza la visión de la historia inherente al enfoque de Moore, pero su empleo de la comparación también tiene un componente funcionalista, como observamos anteriormente. Mientras Bendix indaga en la forma en que las sociedades han luchado contra ciertos dilemas recurrentes, Moore centra su interés en "las formas en las que las sociedades han triunfado o

Mandate to Rule", p. 247.45 Véanse, por ejemplo, los capítulos 7 y 8 en Bendx, Kings or People.46 Moore, Social Origins, p. xiv.47 En el Prólogo a Social Origins, Moore comentaba: “Sin embargo, aún existe una fuerte tensión entre

la necesidad de formular una buena explicación de un caso particular y la búsqueda de generalizaciones principalmente porque es imposible saber hasta qué punto puede ser importante un problema en especial hasta que uno ha terminado de examinarlos todos", idem, p. xvii.

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fracasado en la tarea de eliminar los obstáculos para el desarrollo capitalista.”48

Cuando los sociólogos se dedican al estudio de la historia, traen consigo una orientaci6n disciplinaria distintiva. He sugerido que la visión de la historia del sociólogo está mediada, ya sea por teorías o por conceptos que son aplicables a más de un caso Un tipo de historia sociológica, ejemplificada por Social Change in the Industrial Revolution, de Smelser, y por The Modern World-System, de Wallerstein, emplea una teoría o modelo, a menudo de la variedad deductiva causal nomotética, como medio para seleccionar; organizar e interpretar la evidencia hist6rica. Otra variante de este enfoque se puede encontrar en Social Origins, de Moore Aunque Moore depende de un aparato teórico para conceptualizar la historia, evita las leyes invariables y formula afirmaciones causales que son deductivas sólo en parte.

En una segunda categoría de la investigación histórico-sociológica, la interpretaci6n de la historia está mediada por los conceptos El trabajo de Tilly sobre violencia colectiva y los estudios de Bendix sobre la autoridad ilustran este enfoque, en e1 que los conceptos, más que las teorías o modelos, funcionan como el recurso heurístico principal. Entre los que se dedican al segundo tipo de investigación, las generalizaciones analíticas tienden a ser inductivas más que deductivas, y en lugar de proposiciones causales nomotéticas, son, en e1 mejor de los casos, afirmaciones de covarianza

Los sociólogos históricos emplean tanto formas "analíticas" como "ilustrativas" de comparación. La forma "analítica”, en la que el punto principal de comparación se encuentra entre unidades equivalentes, se puede observar en el trabajo de Moore, Tilly y Bendix. La forma “ilustrativa” que yuxtapone unidades equivalentes no en relación unas con otras pero sí en relaci6n con una teoría o concepto aplicable a todas ellas, es empleada por Wallerstein y hasta cierto punto, por Tilly Las dos formas de comparación desempeñan diferentes funciones en una estrategia de investigación. La comparaci6n "analítica" sirve para identificar variables independientes que dan cuenta de patrones similares o contrastantes, en tanto que la comparación “ilustrativa” se centra en las correspondencias que existen entre una unidad o unidades de análisis y una teoría o concepto.

He argumentado que los enfoques de la historia y la cowaraci6n ofrecen una comprensi6n fundamental de la perspectiva disciplinaria de los sociólogos que estudian la historia y, más específicamente, de la forma en que diversos estudiosos que practican este método han resuelto problemas claves en la investigaci6n hist6rico-sociológica. Finalmente, quedan por considerar las tendencias recientes y las perspectivas futuras en el campo de la sociología.

Durante las pasadas décadas, la investigación histórico-sociológica ha mostrado un alto grado de continuidad. Ciertos trabajos tan alejados en tiempo y tema como Social Change in the Industrial Revolution, de Smelser (1959), y The Modern World-System, de Wallerstein (1974), presentan características metodológicas comunes que señalan concepciones disciplinarias de la historia sociologlca,profundamente marcadas. La persistencia de configuraciones metodológicas básicas es particularmente notoria a la luz de dos importantes progresos: la creciente apllcacion de métodos cuantitativos en la investigación histórica y el compromiso sin precedentes de los sociólogos en la Investigación histórica original (incluyendo el uso de fuentes de archivo). Pero )de qué modo influyen las técnicas cuantitativas y la investigación histórica original en el marco teórico y conceptual de un sociólogo? Es probable que surja este tipo de preguntas cada vez que se introduce un nuevo método en una disciplina, y la aplicación de métodos cuantitativos ha generado, en efecto, un debate Intenso y controvertido.49 Sin embargo, la repercusión de la investigación histórica original llevada a cabo por los sociólogos ha sido largamente ignorada.

48 Moore, Social Origins, p. xvii.49 Lorwin y Price (eds.), The Dimensions of the Past; Moore, "Strategy in Social Science", en Moore,

Political Power and Social Theory.

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Hasta hace poco, el estudio sociológico de la historia se basaba principalmente en literatura secundaria. Esta confianza en las fuentes secundarias liberó a los sociólogos históricos de la ardua y prolongada investigación de datos no elaborados, permitiéndoles realizar análisis sociológicos a un alto grado de generalidad.

Sin embargo, dicha confianza inevitablemente limitó el tema a un ámbito ya explorado por los historiadores, economistas, antropólogos, demógrafos y otros estudiosos, excluyendo desde el comienzo mismo, la exploración de otras muchas cuestiones sobre las que la literatura monográfica aún era inadecuada.50 Además, en la medida en que el análisis sociológico descansaba sobre bases empíricas que otros habían fundado, la evidencia podría ser incompleta o poco precisa.51

El trabajo de Tilly, comenzando con The Vendée, abrió el camino para ampliar el papel del sociólogo, pasando del rol que desempeñaba como padre de teorías y conceptos al del artesano, que recopila y arma la evidencia empírica por primera vez. Estudiosos tales como Smelser, Bendix y Moore, en ocasiones también han empleado en su investigación fuentes primarias publicadas,52 pero pocas veces han intentado introducirse en un terreno histórico nuevo Por lo tanto, es destacable que, en años recientes, los sociólogos hayan empezado a participar en un doble proceso, que incluye tanto la investigación histórica convencional (descubrimiento, selección y evaluación de datos históricos no elaborados) como el análisis sociológico general.53

La tendencia hacia la investigación histórica original sin duda tiene un efecto saludable en el campo de la sociología histórica en su totalidad. Mejora el nivel y las técnicas de investigación, instila

50 La reciente incursión de los sociólogos en la investigación histórica original está estrechamente vinculada al interés creciente por temas que no podrían abordarse sobre la base de fuentes primarias monográficas o publicadas. Por esta razón, gran parte de la investigación primaria realizada por los sociólogos históricos se refiere al estudio de los movimientos sociales y la acción colectiva entre los grupos de las clases bajas, temas éstos que han sido largamente olvidados tanto por los historiadores como por los sociólogos. Los avances posteriores en estas áreas requirieron una investigación nueva y original que debe utilizar materiales de archivo y otras fuentes primarias.

51 Bendix formula este problema explícitamente en la Introducción a Kings or People, p. t6: “Los estudios comparativos dependen de juicios cualitativos y casos ilustrativos de la evidencia. Me he apoyado en los juicios de los historiadores pero primordialmente, en mi propio criterio sobre la cantidad de material ilustrativo necesaria para dar al lector una impresión vívida del punto que se quiere destacar. En la práctica, he descubierto que es necesario formular los mejores juicios y luego prevenir al lector, como lo hago ahora, sobre el hecho de que estos juicios son tentativos y pueden ser modificados por un trabajo académico posterior o por los juicios de estudiosos más expertos que yo en un área determinada".

52 Por ejemplo, véanse Social Change in the Industrial Revolution, de Smelser; Work and Authority, de Bendix, cap. 2; Terror and Progress e Injustice. The Social Bases of Obedience and Revolt, de Moore, White Plains, New York. M. E. Sharpe, 1978. [Hay edición en castellano: La injusticia: bases sociales de la obediencia y de la revuelta, México DF, Universidad Nacional Autónoma de México, 1989].

53 Sólo en los últimos tiempos, ha comenzado a aparecer la investigación de este tipo, realizada en su mayor parte por los estudiosos más jóvenes. Véase Ronald Aminzade, “Breaking the Chains of Dependency. From Patronage to Class Politics, Toulouse, France, 1830-1872", Journal of Urban History, 2: 4 (agosto de 1977); “The Transformation of Social Solidarities in Nineteenth Century Toulouse", Social Science History, 3: 1 (enero de 1980); Victoria E. Bonnel, “Radical Politics and Organized Labour in Pre-Revolutionary Moscow, 1905-1914", Joumal of Social History, 12: 2 (marzo de 1979), y “Trade Unions. Parties and the State in Tzarist Russia: A Study of Labour Politics in St. Petersburg and Moscow", Politics and Society, 9: 3 (t979); David Mandel, “Petrograd Workers in 1917”, 2 vol. Deb. Ph. D. Departamento de Sociología, Universidad de Columbia, 1977; Alan Sharlin, “From the Study of Social Mobility to the Study of Society", American Joumal of Sociology, 84: 7 (1979); Jonathan M. Wiener, “PIanter-Merchant Conflict in Reconstruction Alabama", Past and Present, 63 (agosto de 1975), y Social Origins of the New South Alabama, 1860-1885, Baton Rouge, Lousiana State University Press,1978.

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una actitud más sensible hacia el material empírico y, lo que es aún más importante, segura una correspondencia más estrecha entre la imaginación sociológica y la evidencia histórica. No obstante, no se debe confundir esta tendencia con una metamorfosis de los sociólogos en historiadores. Ello me hace volver al problema que sirvió de punto de partida a este trabajo: las divergencias metodológicas intrínsecas que existen entre la sociología y la historia. Es sorprendente que los sociólogos históricos, al volverse hacia nuevas fuentes y evidencias hayan continuado empleando tipos específicos de teorías y conceptos generalizadores explícitos y abstractos en el análisis histórico. Aun cuando los sociólogos han adoptado algunas herramientas de los historiadores, muestran pocos signos de querer dejar de lado sus propios métodos de aproximación a la historia y la comparación. En el futuro, se prevé que continuará la preocupación por las teorías y conceptos dominando y dando forma a las estrategias de investigación en el estudio sociológico de la historia La contribución de la investigación histórico-sociológica reside precisamente en este compromiso distintivo de realizar un análisis de las estructuras y eventos a través de límites temporales y nacionales.

Victoria E. Bonnell, AThe Uses of Theory, Concepts and Comparison in Historical Sociology@, en Comparative Studies in Society and History, vol. 22. nº 2, april 1980, pp. 156-173. Traducción de Moira Mackinnon y Celina H. Suárez.

Versión en castellano en Waldo Ansaldi, compilador, Historia / Sociología / Sociología Histórica, Los Fundamentos de las Ciencias del Hombre 134, Centro Editor de América Latina, Buenos Aires, 1994, pp. 89-115.

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