BOLLEME - El Discurso de La Apropiacion Politica

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  • 7/23/2019 BOLLEME - El Discurso de La Apropiacion Politica

    1/13

    LO S

    NOVENTA

    pone al alcance de los lectores una coleccin con los ms variados

    temas de las cienciassociales.Mediante la publicacin de un libro

    semanal, esta serie proporciona un amplio espectro del pensamien-

    to crtico de nuestro tiempo.

    GENEVIVE BLLEME

    EL

    PUE LO

    POR

    ESCRITO

    Significados culturales

    de lo

    popular

    Traduccin

    ROSA

    C U S M I N S K Y

    DE

    CENDRERO

    ConsejoNacional

    p r

    l

    Cultura y las Artes

    M X I O D.F.

  • 7/23/2019 BOLLEME - El Discurso de La Apropiacion Politica

    2/13

    NDICE

    EL P U E B L O

    PO R

    ESCRITO

    Significados

    culturales de lo

    popular

    Ttu lo or ig inal en francs: e peuple pa r crit

    Traduccin: Rosa Cusminsky de Cendrero,

    de la edicin de

    di t io n s

    du

    Seuil,

    Pars ,

    .1986

    1986, ditions du Seu i l

    D .R. 1990 po r E D I T O R I A L G R U A L B O , S . A . de C . V .

    Calz. S an Ba r to lo N au ca lpan n m.

    28 2

    A r g en t in a

    Poniente 11230

    Miguel Hidalgo , Mxico , D.F.

    Pr imera edicin en la co leccin Los Noventa

    Coedicin: Direccin General de P u b l i c a c i o n es de l

    Consejo N acional para la

    C u l t u r a

    y las A r t e s /

    E d i to r i a l G r i ja lb o , S .A . de C.V .

    La presentacin y d isposicin en c o n j u n t o

    y de cada

    pgina

    de EL P U E B L O P O R ESCRI TO ,

    son-propiedad del editor . Queda estr ictamente

    proh ib id a la reproduccin parcial o to tal

    de es ta obra po r cu a lq u ie r s i s tema o m to do

    electrnico ,

    incluso el fo tocopiado,

    si n au tor izacin escr ita del editor .

    ISB N

    970-05-0015-2

    IMPRESO EN MXICO

    Prefacio 9

    Prlogo:Pensar

    lo popular 15

    P R I M E R A P A R T E

    D E F I N I C I O N E S C O N C E P T U A L I Z A C I O N E S

    Captulo

    I.De lapopularidad delpueblo 27

    El

    hombreen

    estado

    denmero 29

    Ruido

    de

    pueblo

    37

    Favor

    delpueblo 40

    El lugar

    del pueblo 45

    Captulo

    II.El discurso de la,apropiacinpoltica 53

    Captulo III.

    Una poltica de la enunciacin

    61

    SEGUNDA PARTE

    EL

    ENUNCIADOR PUESTO EN DUDA

    Inti-oduccin

    77

    CaptuloW.Eltelogo-pueblo 81

    Captulo V.Ltixtm yMichelet 93

    La escritura

    como combate

    101

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    52

    EL

    PUEBLO

    POR

    ESCRITO

    artey laposteridad saben apreciarel mritoy elcomportamientodelhombredeestado.

    El espritu verstil

    de Ja

    mult i tud

    no

    tiene suficiente instruccin

    ni

    suficiente

    discernimiento para juzgarbiena

    la s

    personas de

    las

    cuales se ocupa:

    tambin

    es raro

    que lassentencias dictadaspor la popularidadconservensuautoridad durante mucho

    tiempo. Cuntos nombres

    clebres

    existen

    que

    elevados

    a

    la

    apoteosis

    por el

    pueblo,

    luego

    la

    historia

    h a

    cubierto

    de un

    profundodesprecio.

    L a

    mana

    de

    hacerse popular

    ha

    perdido

    a un

    gran nmero

    de

    personas inteligentes

    y de un

    talento reconocido;

    y, en

    diversas pocas, los gobiernos se han lamentado de los

    resultados

    funestosque les han

    procurado

    los

    ministros,

    que

    amaban menos

    al

    estado

    que su

    popularidad .

    29

    Cf. C.Perrault,ParallledesAnciens etde sMademes,

    (1690),

    t. II, p.

    270.

    30Esta

    preminencia

    de lo oral parece ser

    fu

    ndamental(al menos para los autores de

    diccionarios),

    y

    preceder

    a una

    pedagoga

    qu e utilizar

    tambin

    la

    imagen,

    el

    gesto,

    etctera.

    31

    Senancour,

    De la

    prose

    auX IXsicle ,LeMercwe.

    1824,

    t.rv,pp.420-421.

    33Creo tilreproducir totalmenteeltexto de Diderot delcualse ha tomado esta

    cita:

    Parece

    que el

    trmino

    voluptuosidad, mal

    entendido, hizo odioso

    a

    Epicuro,

    lo

    mism o que la

    palabranters,

    tam bin m al entendida, excita el

    murmullo

    de los

    hipcritas

    y de losignorantes contraun filsofo,moderno [...] gentequ enuncahaba atribuidoa

    la

    palabrainters,otra idea

    que la del oro y de la plata, se

    volvieron contra

    una

    doctrina

    que

    formaba

    al inters por modelo de todas nuestras acciones: as es de

    peligroso

    en

    filosofa apartarse del sentido

    usual

    y papular de las palabras

    ( Essai

    sur les rgnes de

    Claude

    et de

    Nern ,

    en

    CEuvres completes,

    t.

    xm ,

    Club

    Francs

    de l

    libro,

    pp.552-553).

    34Aquellos

    a

    quienes

    ha

    convencido

    la

    demostracin

    de

    laverdad

    del

    sistema

    de

    Coprnico,dicen, sinembargo, el sol se levanta , el sol seacuesta ...laafectacin de

    un lenguaje

    contrario

    en la

    conversacin corriente parecera

    sin

    duda alguna, comple-

    tamente ridicula...

    En las

    cosas ordinarias

    de lavidase

    pueden observar ciertas expresiones

    que lo

    mismoque

    despertar

    en

    nosotros sentimientos convenientes

    o de

    disposiciones

    a

    actuar

    de manera requerida para nuestro bienestar, por muyfalsasque pudieran ser, si se las

    toma en su

    sentido estricto

    y

    terico.

    En

    verdad

    es

    inevitable porque

    el uso

    norma

    la

    propiedad, el idioma se refiere a las opiniones recibidas que no son siempre verdaderas

    [...] Pero unlector equitativoe

    imparcial

    despejar elsentido de unpasaje del fin

    perseguido,de ltono generaly de lacoherencia internade laexposicin,ycerrar los

    ojos

    sobre

    las

    inexactitudes

    d el

    lenguaje

    que el uso ha

    hecho inevitables

    (Berkeley,

    Prncipesde la

    connaissance

    hmame,Leroy,

    Aubier,

    1943,1.1 la.parte,pp. 253, 51 y

    52).

    35

    Pascal,

    Penses,

    (ed.Lafuma),

    E d. du

    Senil,col.

    Points ,

    Pars, 1978,

    p. 91

    (336).

    Captulo II

    EL DISCURSODELA APROPIACIN POLTICA

    Popular:loqueconcierneal

    pueblo,

    le pertenece,le espropio, hace

    impre-

    sinsobre

    l, usado entre el

    pueblo, bueno

    paral,

    til para

    conciliar

    su

    afecto; retomoyacumuloapropsitolasdefinicionesdadasporelLit tr,

    porque

    la

    ambigedad constante

    de sus

    definicionesteje

    un

    campopoltico.

    Popularcristalizalopolticoytodaunapoltica;paraempezar,ysobretodo,

    porqueelsolo hecho de decirlapalabra popular implicaeinstituyeunlugar

    de

    enunciacin.Es

    una

    palabra

    queabreel discurso, lo

    autoriza como

    poder

    poruna

    toma

    de palabra.

    Tomar

    la

    palabra

    de esta

    manera

    es un

    acto

    de

    autoridadyespor

    eso

    que

    hablamos

    en

    virtudde

    la autoridad

    donde

    elsaber

    se

    afirma

    produciendosu

    afecto,

    para

    asegurar

    elbienen

    nombre

    del que

    hablamos,

    o

    vigilar

    laexclusividad

    de una

    palabra

    para

    asegurar

    el bien

    comn.

    Si el

    saber

    no es ms que en

    vista

    del bien, si se trata del

    bien

    del

    pueblo, entoncesaquel

    que

    sabe

    se

    abrogael derecho

    y el

    deber

    de

    hablar,

    es

    justo

    que

    hable.

    El

    discurso

    se

    justifica

    y

    justifica

    una

    enseanza,

    una

    pedagoga,con elnicofin deorganizar

    la

    ciudad

    la.

    polis ;eldiscurso

    poltico

    se

    afirma

    todopoderoso,

    paraasegurar-y

    lo

    asegura efectivamente-

    comodejando

    ir de

    smismo

    elbienen

    nombre

    del quehabla.

    As

    sepresenta,

    dealgunamanera,lacienciapolMca,tal es el

    poder

    de una

    palabra

    que es

    poltica a todos losnivelesporque estrevestidade unaautoridad que

    el

    saber,la

    razn,

    elbien-iodoenuno-leconfiere.As pensabaPlatn.

    Laciencia polticade lacualhablal no es de ninguna manera, es

    53

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    54

    PUE LOPORESCRITO

    necesario

    subrayarlo,laapropiacinde un

    poder,

    sea ste el que

    fuera,

    ni unabuso. Aqullaes lopoltico,lafunciny elsaber polticoobien

    la coincidenciade unafunciny de unarte,eldiscursopormediodel

    cual se expresalapoltica pura, el poder del discurso mismo. Es decir

    que,'aunantes

    de ser

    enfrentamiento

    de

    ideologas,

    la

    poltica

    es el

    enunciado de una palabra legtima; legtima por aquello en que aqulla

    es susceptible de conducir

    a

    los hombres. La palabra es la que conduce

    a los hombres; no este hombre aqu ni este hombre all, no tal o cual

    palabra, sino slo

    la

    palabrapoltica.

    Esta pureza de

    lo

    poltico, pensada en su esencia, separada, o ms

    bieneste esfuerzo por pensarla separada,nospermite comprender

    cmolehablamos al pueblo, cmo nosotros

    lo

    separamos. Pero pode-

    mos comprender tambin queaquello que por otra

    parte podra

    parecer unrechazono esaqums que unamanera continuadade

    dirigirse

    a l, de

    preocuparse

    de l;

    eldiscurso

    que se

    mantiene,

    en

    efectonecesarioybueno,logobiernaylo mueve,y loincluyeen ese

    otro discurso

    de

    organizacin

    que

    contribuye

    sin

    interrupcin,

    sin

    ruptura,tejido

    en

    conjunto:

    la

    ciudad

    y el

    pueblo.

    En

    este sentido,

    la

    polticade Platn es unapolticade laenunciacin,lanuestraes ms

    de un

    aspecto,

    y

    vale

    que uno se

    detenga.

    Quien hablade

    poltica,

    el

    poltico,

    esaquelque el

    arte poltico

    instituyeen su

    funcin,

    slo

    el

    artepoltico,o la ciencia

    poltica,

    puesto

    que sta es lo ms alto y

    lo

    msdifcilque es posible adquirir (292d),1

    aqulla que hacedelhombre que llega alguien que-existe?-no es en

    nada

    parecido

    a los dems hombres en virtud de su tarea y de su

    funcin:

    porello justamente est separadode los

    otros.

    Importa

    hacer

    de leste retrato, demostrarlo-casisepodra decir

    armarlo-,

    mostrar-

    lo separado

    de

    todo aquello

    que se da por

    poltico

    o que

    nosotros

    creemosque seatal

    cosa.

    Pueslapolticaes lo que se nos

    escapa

    con

    mayorfrecuencia, pues no sabemos pensarla

    separada,

    como se

    debie-

    ra, en su pureza.

    Y

    puesto

    que

    l poltica

    es la

    ciencia

    ms

    pura,alabrigo

    de

    todo

    particularismo,

    de

    todo

    poder

    particular,

    es

    necesario llegar

    a pensarla

    por lo queellaes: elartedeapacentara loshombres (267

    b).

    Es de

    los hombres que esta ciencia pretende hacer la crianza colectiva (267

    d); cuidado de la comunidad

    humana

    en suconjunto[...]ciencia del

    ordenamiento de loshombres engeneral (276 b-c), ciencia que

    ordenaatodos

    (305

    e).

    Decir

    qu es lo

    poltico, consistir

    entrazar

    ...un

    esbozopasable del

    carcter

    real

    pero

    [que]nosotros no sabramos

    llevar

    hasta

    hacer un

    retrato

    fiel

    delpoltico,

    hastaque no

    lo hubiramos

    despejado de todosaquellos que seagitana su

    alrededor

    y reclaman una

    parteen susderechosde pastor,mientrasque no lohubiramosseparado

    de

    estosrivales

    paramostrarlo,

    solo

    a

    l,

    en toda supureza...(268

    c)

    EL DISCURSO DE LA APRQPtACINPOLTICA

    55

    Es difcil pensaralpoltico por separadoporque l

    es

    ei fundamento

    sin

    el

    cual

    el

    discursono seenunciara. O M I afompro,Pintnprocede

    po r

    eliminacin para llevarnoshasta

    un a definicin, cloflnidnrnrts

    ardua aqu, donde polticoesprecisamenteel nombro

    quo

    floovado,

    auncuando queremos nombrarlo.(275d). E lnombreao soovtldir/1mria

    cuando

    lo

    hayamos

    identificado a

    fuerza

    de

    separarlo

    de

    aquolloo

    C|uo

    se

    agitan

    a su

    alrededor[...]

    de sus

    rivales ; pero l

    se

    evadetanto i f l a

    cuando el dilogo sustenta una confusin o unaambigedadentre o

    poltico

    y la poltica, que es justamente

    esencial

    en la posibilidad y la

    dificultadque tenemos de comprender.

    El

    poltico, para Platn,

    es

    aquel

    que se

    confunde

    con la

    poltica

    para ejercerla.En

    esto

    no es persona

    y

    es alguien. No es persona porque

    en

    este

    ejercicio nohacems queenunciar unsaber que

    est

    por

    encima de todo saber. El poltico es un hombre y es ya lafuncinreal,

    el reinado de una ciencia, la

    mayor

    de todas. Pero esta palabra

    ya

    crea

    un

    problema. Pues pensar

    al

    hombre poltico,

    no es

    todava pensar

    la

    purezadelpoltico, sino slo aquelqueejerceun

    poder.

    Pensar

    en la poltica pura es pensar en el hombre cuyo saber

    supremo,

    real,

    ser conforme a la ciencia misma; es pensar en laidentificacin de un arte y de unafuncinque excluye toda la toma de

    poder, porque

    eldiscurso

    poltico

    se

    afirma,

    seinstaurapor lmismo,

    todopoderoso,

    y ya no por el hombre que lo pronuncia. El discurso, el

    saber

    y el

    hombre

    no son ms que una

    sola

    y misma

    funcin.

    El poltico ser identificado con la poltica cuando aquel que ejerce

    elarte

    real

    seaconocidoyreconocidoporhaber alcanzadolaciencia

    que

    est

    por

    encima

    de

    toda ciencia; llamado

    por su

    nombre

    no se

    evadir ms, puestoque nosotrosnoharemos,alparecer,ms que

    justiciaalseleccionarunnombresuficientementeampliopor launiver-

    salidad de su

    funcin,

    y al llamarlolapoltica (305e). La ambigedad

    habr desaparecido cuando hayamos seguido esa va del pensamiento

    que debe llevarnos

    al reconocimiento y

    a

    la

    justicia

    del

    reino

    del

    poltico

    o

    del nombre

    de su

    realeza.

    Retomemos

    a

    Platn:

    el poltico no es unespecialista,no es a fin de

    cuentas ni pastor, ni entrenador, ni criado; no es l quien ejerce un

    ordenamiento,

    una

    limitacin, sino quien tiene

    a su

    cuidadolacomu-

    nidad

    humanaen suconjunto,uncuidadoqueconcierneatodoslos

    hombres,reconocidoporelloscomo una

    solicitud,

    unfavor,y no como

    una

    tirana, solicitud libremente ofrecida y libremente aceptada por

    sutropadebpedos(276e).Solicitudylibertadque nopertenecen

    tanto

    a cualquiera, que no acepten este arte que gobierna porque

    depende

    de una

    ciencia crtica

    y

    directiva,

    ms que de

    cualquier otra

    (292

    b). Una

    ciencia

    que se

    impone

    por

    ella misma

    porque

    quien

    la

    posee, tenga o noelpoder, que reine o no, no debe menos[...]ser

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    EL

    PUEBLO

    POR

    ESCRITO

    llamado por el ttulo real (292e);es la ms alta y

    la

    ms difcil de las

    ciencias,

    y nada tiene que ver con los cualquiera y con los muchos ; lo

    escrito

    y

    lo

    no

    escrito,

    no

    tienen

    ya

    nada

    que ver con lascontingencias,

    las

    figuras en detalle, la divisin o la dicotoma. La poltica es la

    presenciade unaciencia (292c), oquizlapresenciade unaciencia

    que

    enuncia,

    decide

    y

    reina

    sobre

    todas

    las

    ciencias

    y aun

    sobre

    el

    arte

    de

    decir

    y de

    persuadir,

    el

    cual

    no es un

    arte

    de

    engao:

    as es

    como

    los

    retricos persuadena lasmasasy a lasmultitudes contndolesfbulas

    enlugar

    de

    instruirlas (304

    d).

    La poltica es un arte al cual todos los dems estn subordinados

    como la prcticaloest a la teora, como

    el

    detalle lo est al conjunto.

    Los jefes sensatos que estn por encima de laley(laleyes un absoluto

    que no puede, en efecto, adaptarse aloque no es jams (294 b-c), los

    jefessensatos pueden hacer de todo sin arriesgarse en

    el

    error mientras

    observan esta sola regladedistribuirentoda ocasin entrelosciuda-

    danos una justicia perfecta penetrada de razn y de ciencia, y tener

    xito

    as no

    slo

    para preservarlas sino an hacerlas mejores siempre

    que sea

    posible (297

    b).

    Pue's

    los

    jefes

    no

    actan

    ms que

    segn

    una

    competencia

    queslo

    funda

    su

    autoridad (293a).

    La

    competencia

    es

    superior a la ley porque aqul que la ejerce es el hombre real, dotado

    de prudencia y de experiencia; su arte y su saber no son en nada

    identificables al

    poder

    de laley,

    sino

    a la

    ciencia

    de

    aqul

    que

    sabe;

    ciencia tan perfecta que comanda y se impone a

    ella

    misma, porque

    este saber no esfijo,est elaborndose sin cesar, inventando, y que su

    poder

    no sesostienems que conesta invencin.

    Esta manera

    de

    pensar

    la

    poltica

    es una

    manera

    de

    guiar

    el

    pensa-

    miento a travs de los escollos de lo real sin hundirlo jams ni detenerlo.

    Si lapoltica

    conduce

    al

    pastor

    real a

    travs

    de loreal,

    ello,

    sin

    embargo,

    no se cumple jams. Y porque no hay cumplimiento (realizacin), no

    hay

    sacralizacin

    de lo real. El poltico no es rey ms que porque est

    conformado segn

    la

    ciencia

    de las ciencias

    -lapoltica-,

    aun

    cuando

    tal

    hombre no existe:

    Si alguna

    vez, en efecto, tal homb renaciese

    po rfavordivino

    [...]

    ya nosera

    necesarianinguna ley para comandarlo; peroni ley ni ordenanza es ms

    fuerte

    que la ciencia, y el

    intelecto

    no

    podra,

    sin impiedad, ser

    servidor

    o

    esclavode quienfuera,l

    debe

    ser,por el

    contrario,

    el

    maestro

    universal, si

    es realmente

    v erdadero

    y

    librecomo

    lo

    quiere

    la naturaleza

    Lois,

    87 5

    c).

    2

    Asimismo,

    preocuparse por el biencomnest por encima de las leyes:

    la

    verdadera ciencia real notieneen absoluto tareas prcticas le

    Politique,

    304 d ylaR publique,527a). Elhombre polticonoexiste;

    as como

    la

    poltica no se realiza, ni por smismani por l. Tal manera

    de pensar lo uno y lo otro impide toda ideologa.

    EL

    DISCURSODE LA

    APROPIACIN

    POLTICA

    Lo real es

    el

    lugar de lalucha de poderes que se enfrentan,pero

    estas luchas

    son de

    alguna manerarelatvizadas,sobrepasadas

    por la

    idea

    delpoltico puro,nosonms queepisodios.Hay unalucha poltica

    real si el

    reinado

    del

    poltico ordena otro modo

    de

    realizacin

    e

    ilustra

    que

    podra tener

    de

    totalitario

    o de

    arbitrario

    el

    pensamiento puro

    delpoltico.

    Lafuncinpoltica consiste en gobernar convirtud,justicia, equidad,

    s nla ciencia que ordena a todas las dems tejiendo en conjunto de

    lamaneramsperfecta (305e). Funcinrealde entrecruzamiento

    (306 a) que tejeel bienestar de la comunidad.Todo lo que podra

    oponer

    y se

    oponeefectivamente,hopollo-e pueblo,

    la

    muchedum-

    bre,

    el

    nmero,

    los

    muchos ,

    los

    malos-

    est tejido,

    es

    necesariopara

    construir

    el

    gran discurso razonable

    que

    hace,

    o que es, la

    ciudad

    poltica. De tal manera el pueblo est incluido en este discurso univer-

    sal, el pueblo que es incapaz de hacerlo, dice Platn, yalque el discurso

    se asemeja tejiendo.

    Si la

    definicinltima

    del

    poltico comofuncin

    y

    como arte

    en

    conjunto,es la de ser

    tejedor

    del

    estado (306 ss.),

    entoncesl

    produce

    la reunin de todos, esos otros malos, extraos, diferentes para hacer

    liso este tejido en

    el

    que el

    conjunto

    se entrelaza de la manera ms

    perfecta; recto,

    regular, justo, legtimo, verdadero (son los sentidos

    diversos dados por el diccionario griego a la palabra orthos). Real

    funcinde entrecruzamiento,tejidoque mezcla sin divorcio todas las

    desemejanzas (de caracteres) para hacer untejidoflexible y, como se

    dice,bien apretado (310 e), en el que secruzan todos loshilos (los

    cargos) (311 b-c) en un tejido regular, el mejor, el ms bello, puesto

    que mantiene a todos los hombres en su trama,

    los

    retiene. El tejido es

    flexible,

    es

    cierto,

    pero el

    acto mismo

    de

    tejer -los verbos

    empleados

    lo

    dicen es una manera de apretar estrechamente, de entrelazar

    sunuphanein},dQ envolver: reunir

    en un

    todo, contener

    en s,

    retener

    iampekhein),

    tener mantenido,

    tener

    apretado sunekheiti) trenzar

    enlazar,

    encadenar plekin).

    El tejido que tramalaaccin poltica...realizando aselms magnfico yel

    ms excelente detodos

    los

    tejidos,envuelveea

    cada

    ciudadatodoel pueblo,

    esclavos

    u

    hombreslibres,

    los aprieta enconjuntoen su

    trama,

    y

    asegurando

    a

    la ciudad, sin

    falta

    n i

    desfallecimiento,todo

    el

    bienestar del

    que

    sta

    puede

    gozar,ordenarydirigir(311b-c).

    Yel tejido liso est hecho tambin

    de

    pedazos malos, distinguidos,

    sin

    embargo,por lo queson, pueblo, muchedumbre, multitud, popularque

    piden

    ser

    integrados

    a lo que se

    trama,

    a este

    arreglo; elementos

    necesarios alconjuntorazonable que se opone a ellos y que se apoya

    sobre ellos, puesto

    que con

    ellos construye esta ciudad

    ala

    cual asegura

  • 7/23/2019 BOLLEME - El Discurso de La Apropiacion Politica

    6/13

    58

    EL PUEBLO POR

    ES RITO

    as,sinfaltanidesfallecimiento,

    toda

    la

    felicidad

    de la que

    sta puede

    gozar.

    Importa saber,

    en

    efecto,

    que

    todos participen, aportando

    un

    saber

    prctico, por poco que se relaciona conlaciencia poltica: las costum-

    bres nacionales tienen as

    fuerza

    de ley (295a),3

    la

    experiencia de la

    muchedumbremisma puede inscribirse

    a

    condicin

    de ser

    validada

    (298c) -es decir, defendida e identificada- por elartepoltico,y

    entonceshastatiene laaccinde tejer. Laciudad,como tejidopoltico,

    es una razn que da lugar y nombra a quien no tiene, pero que tambin,

    poreste modode insercin o dereconocimiento, garantiza todo saber

    de un usoabusivo,sea questesedebaa laapropiacin individualo

    que

    provenga

    de la

    fuerza

    de un

    grannmero.Pero jams

    el

    nmero

    -un

    numeroso conjunto

    de

    gente, sean stas quienes

    fueren

    (297

    b)-

    podr tener competenciaointeligencia.

    El modo de

    tejido

    que incluye las buenas maneras, es parecido a un

    discurso que se impone por s mismo puesto que apunta a la felicidad

    y conduce,

    al

    mismo tiempo,

    a

    todos

    en

    general

    y a

    cada

    uno en

    particular.Laadhesinesrequeridapor unlado,

    dada

    por elotro, pero

    la

    felicidad

    es

    apremiante porque

    es

    la

    razn

    sumpremaa la

    cual

    uno

    se rinde naturalmente, y que el conjunto del discurso instaura al

    gobernar.

    La

    mejor ciudad tiene

    una

    parte ligada, desde siempre,

    con

    elmejorrazonamiento.

    El discurso razonable en nombre del bien,e ldiscurso que nombra y

    encadena segn tiene eslabones justos,

    es

    siempre soberano

    de la

    razn

    -totalitario

    en ese

    aspecto-;

    no se lo

    evade.

    Los

    azares

    de la

    historia

    no lo

    quiebran,

    y menosanleinterrumpen.

    No

    se puede suspender un discurso

    de enunciacin. El pueblo es ms que ninguno. Ni alguien, ni nmero, ni

    tiempo.

    El pueblo reunido por el discurso poltico est

    bajo

    el control de la

    razn,

    de

    la que

    elpoltico

    esta

    salvo; all radica

    su

    pureza, segn

    Platn,

    porque aqul no es poder ni corrupcin. El discurso poltico es la historia

    del

    paso

    del

    poder propio

    al

    poder razonable.

    El

    hombre poltico

    es

    aquel

    que

    justifica

    su

    funcin

    y su

    discurso

    tejiendo

    realmente el bien comn

    del

    que habla, segnla ciencia crtica y directiva que reina por ella misma

    (realeza

    de la ciencia,

    presencia

    de laciencia...).El que se

    esfuerza

    en

    pensarl poltica pura, el que sabe, es en realidadelque denuncia e impide

    toda ideologa. Asimismo

    el

    intelectualy

    el

    sabio son,

    hoy en

    da, aqullos

    que ponen en guardia contra

    la

    sacralizacin de una palabra, pero al

    atribuirles este

    papel, no tienen elmismo ttulode

    tejedor

    del

    estado,

    de

    tejedor real, hombres polticos que, en nombre de la ciencia o del saber,

    conservan elmonopolio deesta palabra? Informar elsaber o unirla

    totalidad

    del

    discurso

    de

    enunciacin

    a

    la razn soberana, como

    lo

    hace

    Platn,

    es

    instituir

    el

    saber como poder (porque

    se

    trata

    del

    bien

    ybajo

    EL DISCURSO DE LA APROPIACIN

    POLTICA

    59

    esta sola condicin), pero tambin es admitir que el discurso

    del

    saber

    encubre un poder en smismo que es la expresin de un poder absoluto,

    es decir que puede ejercerse en todo momento, separado del bien y con

    finesde

    inters personal.

    Todo saber implica una autoridad de enunciacin. Sielsaber es un

    bien,espreciso drseloaquienes carecende l, aquienesnosaben,a

    losdems Jtaiallot), al pueblo.Perolosenunciadosqueconciernena

    este

    ltimo acreditan inevitablemente

    el

    poderopresivo,

    pues,sean las

    quefuerennuestras revoluciones, las que el pueblo hace y de las cuales

    nos apropiamos, hablamos en su lugar; sean cuales

    fueren

    nuestras

    aperturas

    hacia

    el pueblo,

    nuestros

    estudios

    sobre

    el pueblo, no hay

    all

    ms quetantas aperturasycierres sobreundiscurso nicoyrazonable

    que seafirma

    como saber nico, como

    el

    nico creble

    y

    confiable

    (el

    saber es unbien),sloporque la razn lo

    garantiza.

    Decir popular es instituir, por y en el discurso, una diferenciacin

    con respecto a una posicin-situacin que es la de enunciador todopo-

    deroso gracias

    a un

    saber

    queafirmay

    conquista,

    de

    frente

    al

    ignorante,

    aquienlehabla.4

    Decir

    popular

    es

    enunciar

    un

    juicio;

    la

    palabra misma

    engendra

    un

    mundo poltico. Preocuparse

    por lo

    popular

    es

    declarar

    que se

    tiene

    conciencia

    de un

    acto poltico,

    aun

    cuando

    se

    corra

    el

    riesgo

    de

    cultivarlo

    y de

    complacerse... Incluirla como investigacin

    y

    anlisis

    en

    lasciencias

    humanas

    es

    actuar

    entornode

    esta poltica

    de

    enunciacin

    que

    parece

    ser un

    acto

    de

    opresin, pero

    que es

    tambin,

    poreste

    mismo

    inters, decir

    que aquel que

    habla segn

    un

    principio

    de

    univer-

    salismo

    (el

    bien),

    no se

    reserva esta idea, porque

    no

    podra estar

    separada

    de un

    universalismo prctico complementario para

    la

    reali-

    zacin

    de lo que

    importa poner

    en

    accin.

    Popularse convierte en una garanta del bien fundado sobre una

    investigacin

    quedebe hacer llegarya no la

    verdad, sino

    una

    realidad

    universal

    que siempre existe aun cuando haya sido rechazada.

    Intere-

    sarse hoy en da por lo popular es quiz el signo de una investigacin

    msimportante comono lo eraantesel del averdad, puestoquesta

    pone en duda la honestidad de quien habla, de quien declara que su

    discurso

    -aquldel

    saber

    mismo-es un

    discurso

    que

    oprime

    y

    somete.

  • 7/23/2019 BOLLEME - El Discurso de La Apropiacion Politica

    7/13

    60

    EL PUEBLOPORESCRITO

    NOTAS

    Las

    referencias

    alaPolitique

    remiten

    ala

    edicin

    de

    CEuvres,

    t.IX,vol.i,Les

    Belles

    Lettres, Pars, 1970.

    2YPlatn aade: Pero,en realidad, un don deta lnaturaleza no se da en

    ninguna

    parte ni de ninguna manera,ms que enpocacantidad, por lo cualhay quetomar

    tambin lasegunda parte,la

    ordenanza

    y laley,que no veti y noconsideranms que lo

    general,peroque sonincapaces para captareldetalle(Lois, en

    CE uvrescompletes,

    Les

    Belles

    Lettres, Pars, 1970, t.

    vn,

    la. parte, 875 c).

    Ver

    tambinLoes,

    792

    a-d.

    Las

    reglas

    to formuladasson

    eso

    que lo

    vulgarllama

    las

    costumbres

    no

    escritas (792

    a-d), costumbres

    ancestrales

    y muy

    antiguas que,

    sabiamente

    establecidas

    y fielmente

    observadas,

    mantienen

    envueltas

    en una

    total

    proteccin

    lasleyesyaescritas...y soncomo lospuntalesdel maderamen de unedificio .

    De estos usosycostumbres,segn lospopulares, esthecha launin ntima de una

    ciudad[...] si bien no esnecesarioasombrarse al ver una cantidad de costumbres y de

    usos,

    sin

    gran alcance

    en

    apariencia,

    afluiren

    nuestra

    legislacin y

    aumentar

    su

    enten-

    dimiento .

    4

    Seencontrarunailustracindeestetipodediscursoy de sucrticaen elanexoI I,

    Le

    mtier

    d'ignorant ,del

    libro

    de

    Jeanne

    Favret-Saada,Le s

    Mots,

    l a

    Mort,

    le sSortsL a

    Sorcellere datis

    le Bocage,Gallimard,

    col. Bibliothque desscienceshumaines ,Pars,

    1978,

    pp.

    287-294.

    Ver igualmenteelartculode J.Goody

    sobre

    elusoyel ejerciciodel

    conceptode

    racionalidad,

    Literacyand

    Moral

    Rationality , enMorality as aBialogicai

    Phenomenon(ed. G.S. Stent),Dahelm

    Konferenzen,

    1978,

    pp.

    171-186.

    Captulo III

    UNA

    POLTIC

    DEL

    ENUNCI CIN

    S

    Interesarseporladimensin popular es tomar conciencia de que el discurso

    pronunciado es un discurso poltico, que rige y reglamenta y que, en tanto

    quetal,no podr ser compatible con el desarrollo del conocimientoyde los

    adelantos de las ciencias humanas en particular, en las cuales el progreso

    consiste en ir al encuentro tanto de los sectarismos como de las jerarquiza-

    cionesdebidas al prejuicio. Este reconocimiento y esta conciencia ponen en

    duda,

    a su

    vez,

    la

    razn

    y la

    enunciacin. Estamos

    en un

    punto

    en que la

    conciencia obliga a las ciencias humanas a renovarse, conciencia de orden

    poltico, queconcierne a undiscursode autoridad.

    Esta

    reflexin

    se ha

    convertido en una necesidad, apartir delmomentoen que eladjetivo

    popular ,

    que

    designaba y marcaba ciertos objetos con un signo negativo,

    les

    ha dado otro alcance y otra fisonoma, integrndolos en los conjuntos a

    los.que se

    llama culturales.

    As uno se ha

    visto conducido

    a

    pensar

    que de

    ninguna

    manera

    se

    poda tratar

    de una

    categora:

    Si'popular'existe, no es

    j ms

    dado prori .

    1Esto que as se designa es para remplazar en un

    contexto popular particular. Cada

    vez

    la reconstruccin deledificioentero

    est porhacerse. De igual modo, conelfin de evitar este trmino ambiguo,

    se prefiere enumerarcadavezlascategoras socialesdelas cuales se

    habla,

    yprecisar la naturaleza de los contactos culturales analizados (por ejemplo,

    unfenmenode vulgarizacin).3

    Enrealidad,desdeelmomentoen que eladjetivopopul rhadado

  • 7/23/2019 BOLLEME - El Discurso de La Apropiacion Politica

    8/13

    KW

    4

    62

    ELPUEBLOPORESCRITO

    lugar a anlisis de conjuntos culturales, stos de alguna manera han

    designado

    y

    remplazado

    a las

    categoras polticas,

    o

    bienestasltimas

    se han convertido en culturales y polticas; caracterizadas slo por

    diferencias

    oseparaciones, permiten comprender enseguida y3porlo

    tanto, reducir en principio estas diferencias no haciendo ms

    juicios

    sobreellas

    ni

    censurndolas... El hecho

    de

    convertir

    la

    poltica

    en

    cultura ha abierto una reflexin distinta sobre

    la

    poltica y ha

    permitido,

    a cambio, realizar otras operaciones

    sobre

    locultural. Pero a toda

    apertura cultural corresponde a su vez una tentativa de embargo o

    apropiacin. Las ventajas de la alfabetizacin y de la aculturacin

    siempre se desvirtan por un propsito con frecuencia limitante. Ins-

    truir es violentar otros modos de expresin. Dar, mejorar, esdirigir.4

    Pensar y querer desarrollar lacultura popular no transcurre sin

    ambigedad.5

    Es notable, en efecto, que todos los enfoques serios de lo popular no

    disocien esta palabra de

    la

    cultura. Ello ha comenzado, hacefalta recor-

    darlo, cuando, hacia

    la

    mitad

    del

    sigloXIX,

    se

    erigi

    al

    pueblo

    en

    entidad

    y se construy todo un sistema de pensamiento sobre l.

    6

    Fue un primer

    paso poltico: consisti

    en

    reconocer alpueblounaexistenciapropia

    que

    antes no

    tena.7

    En una perspectiva de esa

    naturaleza,

    la idea de cultura

    se articula sobre

    una

    ciencia

    del pueblo,

    pero conduce tambin

    a un

    segundopaso:sobrepasarla

    ideadel

    pueblo-objeto (objeto de una

    ciencia

    que describe e inventara) para pensarla situada en un conjunto de

    relaciones socioeconmicas, es decir en un conjunto de variantes ymovi-

    \sque ladeterminan-de manera diferente segn los cambios e

    incidencias del ambiente. As se pasa de un pensamiento analtico a un

    pensamiento relativista,quedeberaseraquelde lahistoria misma:as se

    da

    preferencia

    y

    preponderancia alrelativismohistrico sobre

    eldetermi-

    nismo

    cientfico. Una definicin bien fundada, desde esta perspectiva,

    parece responder a las dificultades del problema, o al menos no

    la

    elude,

    porqueserefiere exactayexcelentementealpuntoencuestin:

    POPULAR

    Con frecuencia

    utilizado

    como

    adjetivo encargado

    de

    calificar

    algunos

    objetos de la nueva historia

    (por

    ejemplo, la literatura la

    religan

    o la

    culturapopular).La palabra,bajola

    forma

    de un sustantivo (lopapular)ha

    venido a designar un

    conjunto

    cultural

    particular

    por suscondiciones de

    produccin, decirculacino de consumo. Dos

    hechos

    taan

    influido

    fuerte-

    mentepara concentrar la

    atencin

    de los

    historiadores,pero tambin

    (y a

    menudo

    antes

    q ue ellos)de losetnlogosy

    los

    socilogos,sobre formas

    culturales situadas

    fuera

    o al margen de losmodelos

    cultos

    yletrados: po r

    unlado,

    el surgimiento de una

    cultura

    de

    masas

    sostenida por la

    escolaridad

    casiuniversaly eltriunfode losmediosde comunicacin, y par elotro

    lado,

    lavoluntadde

    duplicar

    la descripcin de las diferenciaciones

    socioeconmi-

    cas por las

    desviaciones

    culturales.

    8

    UN APOLTICA

    DE LA ENUNCIACIN

    63

    Hablar delopopularen trminos de diferencias culturales, es aplicarse,

    ya

    lo he dicho, a revisar y neutralizar, una clasificacin autoritaria, a

    romper con ella. Es admitir que sta no podr ser considerada como

    algo instituido eternamente. Es dirigirse a una realidad que requiere

    todoun conjunto de disciplinas para ser explicada modulndolasobre

    y

    segn

    la

    diversidad

    de

    registro

    de las

    cienciash umanas .

    Elprogresoylanovedadde unenunciadotalllevaaconsiderar como

    populares

    ya no a las

    personas

    o a las

    clases designadas como tales,

    desviadas o

    rechazadas,

    sino a grupos o temas culturales. Se trata de

    >3 calificarlasconductaso lasexpresioness6Jo_enJuncin^c(e_pcQcesos_de,.

    cambio.

    El

    particularismo

    ya no es

    aquel

    de

    personas reprobadas

    o

    tipolgicamente determinadas;elobjetoya no es ms un sujeto-objeto,

    sino un

    sustantivo

    que no

    aparece

    ms que

    hecho

    de modalidades

    cuan-

    tificables, yligadasafenmenos observables.Lopopular estforjadopor

    undesvo deliberado

    y es eso que se

    hace,

    que se ve

    hacer

    y que se

    declara,

    que seevidencia segnlasformas sometidasalanlisis; sobre ellas se

    puede efectuar

    un

    estudio,

    sin

    peligro

    y ski

    responsabilidad,

    y

    sobre todo

    sinprejuicio o juicio poltico, al menos en apariencia, puesto que se limita

    a comprobar un

    cierto

    nmero de datos que el anlisiscientficose encarga

    de

    registrar.

    Siel nuevo sustantivo no es ms que una unin de cualidades que

    sirven para entrelazar las categoras expresivas, a referirlas a una

    sociedad que se considera que las produce, la nueva historia y la nueva

    cienciase encuentran autorizadas a

    fundar

    un nuevo

    poltica que consiste en estudiar una nueva categora, segn

    una

    uotra

    poltica.

    La novedad, considerable, es haber desplazado o transformado la

    responsabilidad del acto poltico enumerando los hechos. Pero si se

    supone que los grupos culturales nacen de s mismos, que seformansegn

    una

    cierta

    espontaneidad,

    o segn un recorte

    natural,

    el inters que unolespresta permanece fuertemente motivado y orientado: el

    aspecto

    ino-

    fensivo

    de

    lopopular considerado como conjuntocultural singular

    por

    sus

    condiciones de produccin , no es, en la primera parte de esta defini-

    cin, ms que un modo de relacin

    intrasocial:

    de nuevo, lo popular es

    designado en segundo lugar, por el inters que se le presta en tanto que

    sustrato

    poltico,

    infrasocial

    esta vez;

    en la

    medida

    que

    est

    fuera o en

    los

    mrgenes

    de

    los modelos cultos

    y

    letrados...9

    El inters concebido a lo popular siempre es poltico o resultado de

    una poltica a partir del momento en que se declara la marginalidad, la

    distanciay ladiferencia.

    Eseintersque se leprestaespoltico siempreque sediceque la

    cultura y su

    desarrollo

    han

    producido,

    as sea

    espontneamente,

    una

    diferencia

    cultural,

    p'ues la cultura no es nunca ms que el producto, el

  • 7/23/2019 BOLLEME - El Discurso de La Apropiacion Politica

    9/13

    64

    EL PUEBLO POR ESCRITO

    acto y el hecho de una poltica. En ningn momento dejar de tener

    consecuencias oresponsabilidad.

    En fin,

    el

    inters es poltico aun si dice que quiere explicar esta

    diferencia por las condiciones culturales que

    reflejan

    las condiciones

    econmicas; losdesvosqueresulten nopodrn ser,ms queantes,

    efectodel azar.

    La

    resp^nabjiiad4jolticase

    revelaypermaneceporestavoluntad

    de explicar y de excusar,

    bajo

    el manto delcientificismos

    impopular

    en

    s,queya no es pensado como rechazo, sino rechazado de otra manera:

    por el hecho de que es reconocido y tomado como tal.

    Lo

    popularas

    es

    siempre producto

    de una

    constatacin

    que

    entraa

    un

    juicio.Pero

    la

    poltica

    de la

    constatacin

    no

    deja

    de

    tener relacin

    con la

    poltica

    autoritaria del juicio. Se enuncia, se decreta. Ambas implican una

    separacin,engendranunaescisincon lamnima diferenciade quela

    poltica cultural

    es una

    ciencia

    que se

    aplica para atenuar, recubrir,

    es

    decirdestruir esto

    que ha

    sido separado

    por una

    accin poltica que,

    aunque

    la

    disimula,

    es la

    suya,

    o de la

    cual

    no

    acepta

    los

    supuestos,

    por

    mala conciencia, lo cual supone, sin embargo, el despertar de una

    conciencia. Pero

    hay

    all

    un

    razonamiento

    de

    estetipo: iE0^ JSL^_

    que

    parece popular. Describamos

    lo que es,

    contemos

    qu es lo que

    pas~;~lo que pas,

    para

    decir

    lo que

    es

    popular.

    Narracin, historia

    o

    ciencia

    que

    funda

    su

    anlisis sobre

    una

    tautologa:

    populares

    lopopular

    Heloaqu.

    Entoncesno hay ms

    responsabilidad.

    No hay ms que

    esta

    palabra y el movimiento de una estrategia.

    Impopular no se piensa hoy ms que ayer; est solo, incluido en un

    sistema poltico ampliado, y se

    refiere

    a un mismo enunciado poltico,

    aunsi ste dispone de unamejorterminologa o de unamejor tcnica

    graciasa losavanzados mediosdeinvestigacin.

    Siemprees la mismapoltica,la mismaconceptualizacin,la misma

    enunciacin, slo

    que se

    hace

    con ms

    arte,

    ms

    maestra,

    yformaparte

    del ejercicio habitual y del papel del intelectual ocupado en volver a

    pensar el universo conceptual segn una tcnica aliando a una mani-

    pulacin numrica una cierta parte de

    mistificacin.

    10La mistificacin

    aqu consista enquerer remediarunapoltica que,por lodems,se

    persigue, puesto que,

    por

    medio

    del

    discurso, enuncia

    y

    legisla

    en

    todas

    partes y de la misma manera.

    Estaenunciacin poltica,siempre abusiva,

    presente

    yopresiva,es

    la

    que un cierto nmero de investigadores pone en duda porque la

    consideran como inseparable del concepto de lo popular: el concepto

    plantea

    un

    problema

    de

    fondo.

    Y es

    este problema

    que

    algunos

    ven

    planteado con mayor nitidez en esta inversin en lo cultural que

    caracteriza nuestro sigloy anuestra poltica,y que noserams que

    una

    forma

    nueva, entre otras posibles, de un abuso de autoridad.

    UN A POLTICADE LA ENUNCIACIN

    65

    El inters que se presta a la

    cultura

    no sera ms que una idea,

    un culto (el de una religin sin Dios), sirviendo a la desnaturaliza-

    cin de una idea del pueblo, siempre lamisma,para hablar

    mejor

    y

    usarla

    con

    fines siempre polticos. Segn estos investigadores,

    no

    existe

    f inalmente

    inters

    por lo

    popular

    (y por el

    pueblo)

    ms que

    por causa y por el

    efecto

    de un discurso que nunca ha sido otra

    cosa

    que

    dominador.

    Hablardelpuebloen

    nombre

    de lacultura,esmeterseen lasitua-

    cin

    msambiguay mscontradictoria;si lapalabra cultura indica

    unareferenciaa unniveldelsaber, emplear esta palabraessuponeral

    enunciador como casitodopoderoso.Instalarseen talsaberesconce-

    der tal poder, es tomar partido polticamente:

    Todoel discursosobrela

    cultura

    es undiscursoeufemstico para hablar de

    la

    poltica [...]

    La

    cultura literaria[...]

    es una

    cultura

    que reposa sobrela

    denegacin,

    en el

    sentido

    freudiano,del

    mundosocial.

    La

    cultura

    literaria

    (y [...] filosfica) es un inmenso sistema de

    eufemismos

    que permiten

    nombrar

    lo

    innombrable,

    es

    decir,

    la

    polftica.11

    Existe un

    supuesto

    poltico de la

    palabra

    que se

    denuncia probablemente,

    aunque seformuledediferentesmaneras:

    Se dicepopular

    esto

    que nombra ycrea comotal una

    cultura

    dominante.

    12

    Se trata de una

    diferencia

    trazada por los

    representantes

    de lasclases

    cultivadas[...]setratade undiscursoque pertenece a lascapascultivadas.13

    Cultura[...]

    como palabra

    nos

    sita

    en la contradiccin,

    pues

    cultura

    significa cultura

    dominante.

    Discursode la

    inte lligentsia

    14

    Esta

    definicin

    dominante

    se

    impone

    mucho ms

    all

    de laclase domi-

    nantede la cultura.

    Esta

    dominacin se

    ejerce

    en el

    lenguaje

    y primero por

    el lenguaje [...] la sociologa de la

    produccin

    del

    discurso

    sobre la

    clase

    popular

    forma

    parte de

    las

    primeras palabras absolutas de

    tododiscurso

    sobre las clasespopulares.

    Dicho

    de

    otramanera,

    hay que saber que

    cuando hablamos

    de las

    clases

    papulares hablamos de nosotros mismos...

    15

    Cuando

    se

    habla

    del

    pueblo,

    no es del

    pueblo

    de

    quien

    se

    habla,

    no es

    a l a

    quien prestamos inters. Este discurso

    no es el que con

    mayor

    frecuenciasefundaen unaidea.

    15

    En realidad, no sirve ms que para

    legitimar

    unasupremaca, circunscribiendoy, portanto, acusandouna

    diferencia

    sin

    contarcon

    que l

    confiere

    un

    poder

    a

    quien

    lo

    pronuncia,

    aquien

    se

    coloca como portavoz legtimo

    del

    pueblo. Discurso

    que

    fracasa

    por

    definicin:

    no se

    habla

    de un

    pueblo

    por el

    cual

    no hay

    verdaderapreocupacin17y hacia el cual no nos lleva en fin de cuentas

    ms

    que una

    fascinacin

    intelectualque no

    llega

    ms que aaconsejar,

    a

    constreir

    y, finalmente, a

    juzgar.

  • 7/23/2019 BOLLEME - El Discurso de La Apropiacion Politica

    10/13

    66

    EL PUEBLO POR ESCRITO

    ,

    Existe vicio deformaen el inters declarado, y es en razn de este vicio

    deformaque la

    atencin

    que se

    presta

    alo

    popular

    aumenta .

    Tanto

    ms

    se interesa uno por una cuestin cuanto menos se

    llega

    a abordarla. El

    inters prestado a lo popular seconfundeentonces con esta otra cuestin

    (que en realidad viene primero): se puede salir del discurso de enuncia-

    cin dentro del cual estamos encerrados; de un discurso pronunciado en

    otro lugar?

    Si la cuestin de lo popular se deriva sobre todo de un discurso

    donde se tratafundam entalmentede la sociologa de

    los

    intelectua-

    les ,

    18

    nosloes

    este

    discursoal que se

    debe

    examinar, sino tambinla

    situacin

    de

    quien

    los

    pronuncia.

    La cuestin del pueblo, de la cultura popular, es casi siempre un

    discurso pronunciado sobre

    el

    pueblo, para el pueblo, hacia l,

    por

    personas instruidas. Pero

    es

    tambin

    un

    discurso

    que no se

    pronunciara

    si no

    estuviera puesto ante

    un

    sujeto,lo cual pone

    a

    quien

    lo

    enuncia

    en

    un a

    curiosa situacin:

    l

    habla para tender

    un

    puente haciaeste

    sujeto que

    su

    misma palabra ha separado y que no podra, por estesolo hecho,

    designar por su nombre; y, por

    lo

    dems, se puede observar

    que la

    palabra

    pueblo

    es una palabra que aquellos a quienes designa noemplean.19No

    ' existe ms pueblo por los objetos que crea, que por susprcticas...Para

    quienes disertan, este tema es objeto de una interminable controversia,

    objeto del

    discurso

    ms

    especulativo:

    es un

    discurso encarnizado

    y

    vano,

    un discursodemala

    fe

    que intentajustificarsedesvindose

    indefinidamen-

    te. Voluntad dejustificaci nque incita einvitaa quien sea que lo enuncie

    a pasar a laaccin de diferentes maneras: escribiendo manifiestos,

    20

    pronunciando arengas y discursos o esbozando varias revoluciones. Los

    discursos sobre

    el

    pueblo

    y

    para

    el

    pueblo

    son

    siempre manifiestos

    y

    protestas.

    El

    inters

    por el

    pueblo despierta

    al

    espritu, obliga

    a las

    rupturaso a las conversiones. El discurso sobre el pueblo es un discurso

    que quiere reducir a todo precio una desviacin y hacerlo, que tome

    partido, porque

    el

    sujeto

    del

    cual

    se

    trata

    es, a fin de

    cuentas,

    unsujeto

    vivo

    y

    este

    se r

    vivo

    exige

    ser

    encarnado.

    El discurso sobre el pueblo es el discurso ms poltico, el ms

    conceptualy, enconsecuencia,el msatrasado:el pueblo es elnombre

    de la

    mayor generalidad.

    Pero

    tambin

    se

    convierte

    en el

    discurso

    ms

    apremiante, el ms comprometido y el de mayor riesgo cuando la

    realidadde lacual trata

    interfiere

    realmentecon l. Esestaposibilidad

    de

    interferencia

    laque,meparece, debe modificarsehoy en da me-

    diantegTaerKj^Como

    Michelet

    dijoa susestudiantesen el ao1847:

    El gran inters

    de

    esta poca

    es que

    esterespeto especulativo

    por la

    razn general pase

    de la

    frmula

    a la

    prctica,

    de

    la palabra

    a la

    realidad. Esta generalidad

    que aceptis, de qu se

    compone?

    De

    individuos que ustedes excluyen uno a

    uno.

    21

    UNA POLTICA

    DE

    LA

    ENUNCIACIN

    67

    Pareceque para nosotros, hoy en

    da,el

    paso hacia la prctica no

    sea ms el efecto de undeseoqueformulamosen nombre de principios,

    sino

    ms bien que la perspectiva

    cultural

    en la cual nosotros nos

    situamosnos

    impone,

    por sus

    condiciones

    de

    ejercicio, otro tipo

    de

    reflexin.

    El

    discurso cultural

    en el

    cual

    el

    intelectual,

    el

    sabio

    o el

    investigador en ciencias humanas se encuentran colocados hace

    apa-

    recer un hecho nuevo: si

    t al

    discurso es pronunciado en nombre del

    saber

    -porlo

    dems, nunca fue

    de

    otramanera-,

    el que lo

    pronuncia,

    aunqueconstituy.a_elarbitro, se encuentra tambin implicado. El inves-

    J-,*,.

    r

    t

    -i-*

    r

    al ij-*

    -1 t m

    * T i ( t*iir-

    tv

    t/atf *toe

    f

    n*

    n

    n-fsni-f .r

    1U f

    n2A.~

    deltodoarbitros porque toman conciencia deuTelalivistRrcTJll'Ui'al

    segnelcual ellos mismosson interrogados dealguna manera.Si el

    intelectual-pensador est protegido, el hombre de saber

    cultura l

    es, por

    definicin, alguien considerado dentro

    de un

    conjunto

    de

    redes donde

    los

    hombres

    y las

    culturas, imperativamente situados como estn

    en un

    campo

    de investigacin, se distinguenjustamentepor las contradiccio-

    nes

    o

    las

    contrariedades,

    los cuestionamientosolas

    dudas

    que

    imponena la

    enunciacin

    y al

    enunciador-investigador.

    El

    pueblo

    de la

    cultura

    popular,o

    bien

    el

    pueblo

    que se

    gana para

    la

    cultura, cuestiona

    a

    quien

    dispensa la cultura

    enel

    discurso mismo

    que

    pronuncia sobre

    aqulla

    y,enconsecuencia,aaqul.

    El pensador, el intelectual que se descubre en el discurso cultural, no

    puede resguardarse ms, pues se ve como aqul que impone su cultura o

    quiere darla: enraznde este

    enfoque,

    debe cesar de excusarse, de

    recusarse;est inmerso en su funcin,en su propio pensamiento. Es, a

    igual

    ttulo que el bilogo, el matemtico o el qumico, un investigador

    unidoasu investigacin,ala experiencia que

    la

    funda.Pero su pensamien-

    to est tomado dentro de un

    relativismo

    concreto que ya no le da ninguna

    seguridad. Habla del pueblodelcual contabiliza las diferencias; alhacerlo,

    debe por lo menos reconocerlas, aun si se siente tentado de incluirlas en

    su propio sistemadepensamiento;en

    este sentido,lmud^i^ejiuje^jtabla

    _ejrarjrejejt_alljgara interrogarlo. El hombre de sabeFcultural es, por

    cierto,

    un intelectua~todava,

    pero

    ya no un

    intelectual burgus.

    Sin

    embargo, de

    l

    hay que hablar no para trazar su retrato o hacer su historia,

    sino para tomary ver sutransformacin.

    El intelectual tradicional siempre ha sido un hombre que

    reflexiona

    sobresucondiciny manifiesta un inters constante, puesto que de ello

    dependan su palabra, sus escritos, su quehacer. Es un hombre, como

    lo deca Sartre en suPlaidoyer

    pour l s intellectuels

    que habla del

    ,pueblo, viene al pueblo y se interesa por l, por las contradicciones que

    Jleson propias y que, al fin de cuentas, aprecia ms sus contradicciones

    que alpueblo.22

  • 7/23/2019 BOLLEME - El Discurso de La Apropiacion Politica

    11/13

    gg

    EL

    PUEBLO

    POR ESCRITO

    Elhombredesaber culturalno es, o no es

    rns

    solamenteelintelectual

    queconocemos porquesudiscurso tiendeadescentrarse enrelacincon

    sus

    objetos tradicionales

    de

    pensamiento.

    El

    inters prestado

    al

    ntelectual

    ya

    no es, nodebeser elinters prestadoa unaclaseo a unacategora,a

    un

    representante especializado oespecialistaen latomade

    conciencia:

    intelectuales que, segn

    Gramsci,

    se

    transmitan

    una misin,

    herencia

    o

    llama, parano ser as ms que una

    falsa

    aristocraciadel

    espritu,

    residuo

    conservador yfosilizadode ungrupo social histricamente dejado

    atrs ;

    los

    intelectualesya no sonslo aquellos quepensaban tenerpor tarea

    determinar

    y

    organizar

    la reforma

    moral

    e

    intelectual,

    es

    decir hacer

    coincidirl aculturay la

    funcin

    prctica,23

    reforma

    que enrealidad crean

    moral

    porque

    la

    ligaban

    ala

    adquisicin

    deuna

    cultura,

    ypor

    tanto

    siempre

    a una

    toma

    de

    conciencia

    de una

    superioridad

    intelectual,

    haciendo

    por

    ello mismoeljuegoy unapoltica.Lo sintelectuales,ySartrelodijo,son,

    enrealidad, comounadiversidaddehombresque hanadquirido alguna

    notoriedad por trabajosquesurgende lainteligencia (ciencias exactas,

    ciencias aplicadas, medicina, literatura, etctera)

    y que

    abusan

    de

    esta

    notoriedad para salirde sudominio,ycriticaralasociedady

    a

    lospoderes

    establecidos

    en

    nombre

    de una

    concepcin global

    y

    dogmtica (vaga

    o

    precisa, moralista

    o

    marxista)

    de l

    hombre. 24

    El

    intelectual

    es

    alguien

    que

    toma siempre

    una

    actitud directiva,

    aun

    siesta actitud engendra

    en l, con

    toda razn,

    u n

    malestar,

    un a

    enfer-

    medad.

    Pues,adecir

    verdad,

    lo que lo

    distingue

    es queesten

    busca

    de sunombre.Nolografigurarenlahistoriams quebuscandou nlugar

    y un nombre.25 Lo esencial de la condicin de los intelectuales es

    declararse desgraciados, sentirydecirque sehallanenlapuerta

    falsa,

    desclasados, eventualmentetraicionados,

    yel

    hecho

    de

    seguir siempre

    supropia justificacin.Acausadeestas contradicciones, sonllevados

    a

    servir,ariesgoypeligro propio, como tericos,a lasclases trabaja-

    doras,nopudiendo recibirrdenes e

    nadie .

    26 Elintelectual,por su

    condicin propia -que

    se

    convierte

    en su

    funcin-, est forzado

    a

    realizar para l mismoy, enconsecuencia,

    para todos

    la toma de

    conciencia.

    27

    Contradiccin

    qu e

    cultiva,

    qu e

    proclama

    y que es

    causa

    de sudesgracia.Se

    jacta

    y se

    lamenta,

    lo

    dice, lorepite intilmente, lo

    analiza, sobre todoloescribe -escribires laesenciade su

    desgracia,

    el

    placer secreto, inconfesabledeseguirescribiendo-,sincesar nuncade

    dudar, orgullosoyvergonzoso, ansioso, expresivo,si ncesardehablar,

    de

    excusarse

    por

    hablar, porque

    es

    lcido

    y

    poltico,

    de una

    lucidez

    totalmente poltica:

    no es

    sino saber

    que

    mantiene

    su

    poder,

    de lo que

    jsiempre seconfiesa.Sindejardeprestar intersa susituacin

    contra-

    \dictoria,

    de

    confesarse, fujidjj^a.u^ojriza^ujodejr_de_5.niiaciacLQn.

    Su

    aiscurso

    es unaespeciede~alegato en su defenslfqu puede durary

    dura,dehecho,alinfinito;raciociniosi nlmitesquetienepor temael

    P

    UN APOLTICA DE LAENUNCIACIN

    69

    poder

    intelectualmismo.

    As,

    el intelectual se arriesga a ser un

    profe-

    sional de latomade conciencia o de la presencia, o por lomenosde la

    toma

    del

    lenguaje.28

    Se arriesga a

    sacrificarse

    por la

    poltica

    sin

    sacri-

    fiearvrciacLeramente

    ni

    su obra ni su

    vida;

    29

    por eso mismo se

    arriesga

    aser unhombrede provecho o aprovechado. Amenosque -y es

    aqu

    que puede

    intervenir

    una

    verdadera

    ruptura-el

    intelectual

    no

    pueda

    escaparse,como

    lo

    dice

    Sartre,de su

    propio

    discurso, de su

    propia

    contradiccin,30a menos que no sedeslicede su discurso:

    Las

    clases explotadas -aun cuando

    s u

    toma

    d e

    conciencia

    se a

    variable y

    pudiera ser

    penetrada

    profundamentepo r la ideologaburguesa-se

    carac-

    terizan por su inteligencia objetiva.Estainteligenciano es undon, sinoqu e

    nacedes upuntod evistasobrelasociedad,lo

    nico

    radical:cualquiera que

    sea supoltica(que puedeser la resignacin, ladignidad

    o

    el reformismo,

    en la

    medida

    en que lainteligencia objetiva

    est enturbiada

    por sus

    interfe-

    renciascon losvaloresque laclasedominante les hainculcado). Este pun to

    de

    vista

    objetivo,productoe lpensamientopopularyque ve lasociedada

    partir de lofundamental, delnivelmsbajo...nocomolaslites culturales,

    sinode l

    punto

    de

    vista

    de la

    violencia

    d el

    trabajo alienado

    y de sus

    necesi-

    dades elementales. Este pensamiento radical

    es

    simple;

    si el

    intelectual

    pudieratomarloa su

    cuenta,

    se

    vera

    en su

    verdadero

    lugar,severadeabajo

    arriba,renegandode sucasey, por lotanto, doblemente condicionadopor

    sta (entantol

    haya

    salidoysta

    constituya

    su background psicosocial,y

    en

    tanto

    l sehaya

    insertado

    de

    nuevo como tcnico

    del

    saber), ejerciendo

    todosupeso sobrelasclases populares, conformesu

    salario

    o sushonorarios

    sondeducidosde la

    plusvala

    queellas producen. Conocer claramentela

    ambigedad

    de suposicin, conocer entrey por lasclases popularesla

    verdadde lasaciedadburguesa y,abandonandolasilusiones

    reformistas

    qu e

    le

    quedan,

    se radicalizar

    hacindose revolucionario, comprendiendo

    que

    lasmasasnopueden hacer nadams quederribarlosdolosque lasoprimen.

    Sunueva tarea ser entoncesla decombatirlaresurreccin perpetuaen el

    pueblo de lasideologasque lo

    paralizan.

    31

    < Del

    mismo

    modo, elhombredel saber

    cultural

    es unhombreque no

    habla_del[rjueblp

    ms queporque estal

    borde^e_un_desgarramiento,

    que sincesares

    vivido

    por lcomo apremio para cambiarsumodo

    d

    pensary,

    forzosamente,

    suvida.Ya no es ms un

    intelectual

    compro-

    metidocon susdiscursos; todavaes un

    intelectual,

    peroya no un

    profesional

    del pensamiento. Es el

    hombre

    de una cultura

    frente

    a

    otras

    culturas, vindose en medio de

    ellas,

    y

    que,

    a causa del relativismo que

    implicaestasituacin,debedejarde legislar. Ya no es para l una

    eleccin,es una

    necesidad.

    Poseedorde unaculturaentre otras

    cultu-

    ras, y por elhechode que suinvestigacin leconducea

    aproximarse

    a

    ellas,

    viene a

    plantear

    en su discurso aun la cuestin de su

    autoridad,

    de lo bienfundadode unpoderque l crea tener de un saberparticu-

    lar. Esta

    puesta

    enperspectiva cultural

    introduce

    una

    brecha

    en su

  • 7/23/2019 BOLLEME - El Discurso de La Apropiacion Politica

    12/13

    EL PUEBLOPOR

    ESCRITO

    discurso, unafigura quehacevacilarsu certidumbre, suculturay su

    lengua.Descentrado

    de

    u

    _prgjpia_enTittciacjn,

    aunque

    secreyera

    un .

    sabio, se ve frente aindividuos^uejresan_con. todo_su_peso>con

    menospreci3elirla

    reIacT6So 3e

    un

    dilogo

    esenciales

    co n

    ellos

    y

    esto-,de locual estseparado o de

    lo

    cualseencuentraseparado por

    el

    hecho

    de un

    discurso

    que se

    impone.

    Lapuesta en perspectiva cultural-la atraccin y elinters de lo

    popular se plantean en lo sucesivo as- obliga al investigador, al

    intelectual,

    a

    radicalizarse como revolucionario,

    ya no

    slo, como

    una

    vezms lodiraSartre, enatencina lasideologas,sinoenatencinal

    propio

    discurso

    que

    pronuncia

    y

    reconoce

    no

    haber dejado

    de

    infligir

    a

    los

    que ha

    abrumada

    y que

    contina

    abrumando.

    UN POLTIC DE L

    ENUNCIACIN

    NOTAS

    DomitiiqueJulia, A propos des

    sources

    critesde lareligin populaire: questions

    d&mtiode ,Hicerche distara

    socialeereligiosa,tim.ll,junio-julio,1977,

    pp.

    109-118.

    Cf .

    ibid:

    El

    inters recienteprestado

    a la cultura

    popular del antiguo rgimen

    ha

    mostrado

    cmo

    loshistoriadoresconsti tuyen,aun sinsaberlo,enobjetodeanlisisa un

    material

    ya

    recortadocomo

    popular, por los

    censores

    polticos de

    antao

    o los

    crticos

    literarios arbitros del buen gusto: elredescubrimiento de estetesoroperdido no es

    vlidosin unaviolencia reductora en eltratamientoque clasificaysuponeen etapas

    segn

    l algicade unacultura erudita .

    3J.C I.Schmitt ,op .cit.

    4

    Hugo quiere construir

    al

    pueblo , trabajaralpueblo, hacer

    el

    pueblo (Wlliam

    Shakespeare,

    libro 5, Les esprits et les

    masses ,Flammarion,

    col.

    Nouvelle

    bibliothqueromantique ,

    Pars,1973,pp. 243 yss). Para hacer

    esto

    seintentadar a

    leer

    los

    libros

    al

    pueblo, poner las obras a su alcance o hacer para que les sean dados. Se quiere imponer

    con eso unamoral,unmodelodelenguaje,uncdigo social,una

    conducta.

    Semuestra

    entonces toda

    la Idealizacin

    pedaggica

    que

    consiste

    en

    instituir bibliotecas

    y

    libros

    segn aqulloquesermsfavorableaesta accinen lacualseconjugandemocratiza-

    cin, dirigismoy

    moralizacin.

    Cf. Nisard, en un Essai su r

    l ecolportage

    de l ibrair ie

    (Journal de la

    Sacete

    Afrale

    chrtienne,

    t. v, t im. 3, 1855, pp . 1-60), denuncia la

    gravedad del mal

    hecho

    por una

    cierta l i teratura

    y

    proclama

    la

    necesidad

    de

    sanear

    estaindustria .Estetexto indica

    los

    medios

    de

    obtener

    un

    buen libro .Elpueblo

    es

    sensible

    a una forma de lenguaje, y le es

    necesaria

    la ima g e n , la

    claridad,

    hay que

    procurarle sensaciones vivas, susceptibles de impresionarlo, de provocar buenas reac-

    ciones

    con el fin de

    complacerle,

    de

    moralizar,

    de

    instruir .Tambin Lamartine intenta

    definirun

    estilo,

    un

    porvenir para

    el

    libro

    y el

    autor

    que se

    dirigira lpueblo

    (vaseel

    asombroso

    dilogo

    de la

    sirvienta

    y el

    autor

    enGenevive. Histoired une

    servante,Michel

    LvyFrres,Pars, 1851, prefacio, pp.1-71).Para instruiralpueblo Michelet querra

    alguna

    cosa

    que

    actuara

    de

    inmediato

    y

    libros atractivos desde

    la

    primera pgina (carta

    de Michelet a Branger, del 16 de

    jun io

    de 1848 en P.

    Viallaneix,La

    Voie royale.

    Essai

    sur l'ide

    du

    peuple dans l'ceuvre

    de

    Miciielet, Flammarion,

    Pars, 1971,

    pp.372-373):

    Aquello

    que yo

    soaba

    en la

    iglesia

    de

    Engelberg ,Le Fgaro,suplemento literarios

    n m .44, 29 de octubre, 1892. He transcrito lo esencial deeste texto, en mi libroles

    Ahnanachspopulaires,op.cit. pp.

    135-137.

    Ser necesarioreleer algunos de los textos publicados sobre la instruccinpbl icay

    las bibliotecas populares por Len Curaer, Vctor

    Duruy,

    Louis Hachette, E. A. de

    l'tang,JeanMac, S. Pcontal,

    Jules

    Simn... Referirse, por supuesto, a las obras

    generales

    que

    tratan

    de la

    instruccin

    y de las

    bibliotecas populares

    y, en

    especial,

    a los

    trabajos

    de No

    Richter ,Les

    Bibliothques p apulaires,

    Cercle

    de la

    Librairie,Pars,1978;

    Bibliothques et Educacin

    permanente.

    De la

    lecttirepopulaire

    la

    lecturepublique,

    Bibl iothquede

    l'Universit

    du

    Maine,

    Le

    Mans, 1982, donde aparecen muchos elemen-

    to s

    bibliogrficos;

    La Lecttireet ses insttutions. Prlude: 1700-1830,

    Bibliothque

    de

    l'Universit

    du

    Maine,

    Le

    Mans, 1984.

    Cf.

    igualmente Francpise Parent, Les cabinets

    de lecture

    dans

    Paris: pratiques

    culturelles

    et

    espace social sous

    la Restauration ,

    AnnalesESC,septiembre-octubre

    1979,

    pp.

    1016-1038; J.-J.

    Darmon,

    op.cit.;

    Anne-Marie

    Thiesse,

    LeRomn du

    quotidien. Lecteurs

    e t lectures

    poptilaires

    laBee poque, Le

  • 7/23/2019 BOLLEME - El Discurso de La Apropiacion Politica

    13/13

    72

    EL PUEBLO POR ESCRITO

    Chemin

    vert,Pars,

    1984.

    Para

    remontarse

    en eltiempose

    podr

    consultar:R.

    Chartier,

    M.

    M.

    Compare

    y D. Julia,

    L ducation en Franceu XM e auxvilte sicle,Societ

    d'editiond'enseignement suprieur, Pars,

    1976. D.

    Roche,LePeuple dePars.Essaisur

    la culturepopulare auXVlue

    sicle,Aubier-Montaigne,Parts, 1981;

    M.Vovelle,"Y

    a-t-il

    eu utteRvolution

    culturelle

    au xvute

    sicle?

    A

    propos

    de

    t'ducation

    populaire en

    Provence",

    Revue d histoire

    moderne

    et

    contemporaine,

    enero-marzo1975, p.

    89-141.

    Para una transcripcin moderna de este problema ver el nmero de

    Temps

    modemes

    dedicado al libro de bolsillo, abril-mayo, 1965, y

    H.

    Datnisch,Ruptures-Cultures, Minuit,

    Pars, 1976, "La culture de

    poche",

    pp. 57-74, y "Le

    langage

    de la

    pnutie",

    pp. 75-90.

    5Cario

    Ginzburg enLe

    Fromage

    et esVers .

    L univers

    d un

    meunier

    uxvtesicle,

    Flammarion,Colee."Nouvelle bibliothque scientifique",Pars,

    1980, denuncia

    contoda

    justeza la

    ambigedad

    de

    estepaso:

    "El

    empleo

    de la

    palabra cultura

    paradefinirel

    complejo

    de actitudes, de

    creencias,

    de

    cdigos

    de comportamiento,etctera, propias

    de lasclasessubalternas en unapocadada es relativamente

    tardo:

    hasidotomado de

    la

    antropologa

    cultural.

    Essloa

    travs

    delconcepto

    de

    cultura primitiva

    que se ha

    llegado areconocerlaposesinde una

    cultura

    a aquellos queantesse

    definan,

    de

    manera paternalista, como

    las capas

    inferiores

    de los

    pueblos'civilizados'.

    La

    mala

    concienciadel

    colonialismo

    se uneasalamala

    conciencia

    de la

    opresin

    de

    clase.

    Lo

    que ha permitido dejar atrs, al menos

    verbalmente,

    no

    slo

    la concepcin pasada de

    modal de

    folclor

    como un sencillo recuerdo de curiosidades, sino tambin la posicin

    de quienes no vean en las ideas de las clases

    subalternas,

    sus

    creenciasy

    sus visiones del

    mundo, nada ms que un montn inorgnico de ideas, de creencias y de visiones del

    mundo

    elaboradas por lasclases dominantes, quiz varios siglos antes."

    A

    este

    respecto

    vase

    eltextoya

    citado

    de

    Marcel

    Mageten

    Etfinologie genrale,

    op. cit.

    En

    Francia,

    la fundacin de la

    Revue destraditions

    populaires,(nm.

    1,1886),

    marca

    una

    fecha

    importanteparael

    desarrollo

    de las investigaciones. Ver tambin N.

    Belmont,

    "L'Acadmie

    celtique

    et

    GeorgesSaiid.

    Les

    debuts

    des

    recherches

    folklori-

    quesen

    France",

    enRomantisme,

    nm.

    9,1975,pp. 29-38.

    7Cf. Mona

    Ozouf,

    "L'invention de I'ethnographie

    franqaise:

    le questionnaire de

    L'Acadmieceltique",rmales,

    ESC,

    marzo-abril

    1981,

    pp.

    210-230.

    s

    a

    NouvelleHistoire,

    (bajo la direccin de Jacques Le

    Goff ,

    con la colaboracin de

    Jacques Rev y

    Roger

    Chartier), Ed. Retz, Pars, 1979. La

    definicin

    es de

    Roger

    Chartier.

    9

    MichellePerrot, en una perspectiva parecida,

    define

    la cultura "no como unnivel

    en un

    conjunto

    nico eindiferenctado,sino

    -en

    el buen sentido de la etnologa moderna,

    y

    no de la norma

    burguesa-

    como

    el

    sistema de comunicacin y el modo de expresin

    de un grupo social". De esta definicin deduce

    otra

    manera de leer la

    historia

    de una

    poltica

    cultural

    ("Forcde laculture

    ouvrire

    enFranceauxiXesicle",enLeHandicap

    socioculturel

    en

    queslion,Ed.ESF,col.

    "Science

    de l'ducation", Pars,

    1978,

    pp.109-112).

    JackGoody,

    La Raison

    grafihique.

    La

    domestication

    de

    lapense sauvage,

    Minuit,

    Col.

    "Le

    sens

    commun",

    Pars,

    1978,

    p. 77.

    11Fierre Bordieu,"Lasociotogiedela

    culture

    populaire" en

    Le

    Handicap sociocul-

    turel

    en

    queston,

    op.

    cit.,pp.117-120.Ver

    igualmente

    en ese

    mismo texto,

    los

    artculos

    de RHoggart,

    "Une seule

    ou

    plusieurs cultures",

    y

    Michlle

    Perrot,art.cit.

    12 paliques

    quotidiennes",

    enLes Culturespopulaires,

    (bajo

    la

    direccin

    de G.

    Poujol

    y R.

    Labourie),Institu

    national d'ducation

    populaire/Privat,

    col. "Sciences de

    I'homme", 1979, pp. 23-30, p 25. Cf. tambin los artculos de J.-C1.

    Barthez,

    "Culture

    populaire ou culture

    domine?",pp. 41-52

    y J. Dumazedier, "Culturevivantetpouvoirs",

    pp. 65-77.

    Todos

    los artculos son interesantes. Se encuentran muchas definiciones y

    numerososelementosbibliogrficos. Para las fuentes bibliogrficas

    vase

    tambin un

    nmero

    de la

    revista

    Autrement,

    nm.

    16,

    nov. 1978,

    y

    Jacques Charpentreau

    yRene

    KSL^S LaCulture populaireen

    France,Ed.

    Ouvrires,

    col.

    "Vivre

    son

    temps",

    Pars,1962.

    3Fierre

    Bordieu,

    citado por Fierre Besnard, "La

    culture

    populaire: discourset

    thories",enLe Cultures populaires,op.cit pp.

    53-63.

    UNA POLTIC DE L ENUNCIACIN

    MIbid.

    15Fierre

    Bourdieu,

    "Lasociologiede la

    culture populaire",op.

    cit.p.

    118.

    6

    Cf. P. Bourdieu,LaDistinction,

    Critique

    sociale dujugement,Minuit, col. "Lesens

    commun",

    Pars,

    1979,

    p. 63.

    17N.Davis,op.cit.,p.

    409.

    8

    P. Bourdieu, "La sociologie de la culture populaire",

    op. cit.

    19Ramantisme,

    nm. 9; vase el artculo citado de M. Tournier.

    20Sobre

    los escritos de protesta y el compromiso del escritor al servir de mediador

    con eludeinstauraruna

    "comunicacinfraternal",

    vase Genevive

    Ed t ,

    "La

    littrature

    engags,

    manifest permanent", Liurature,

    nm. 39, oct. 1980, pp. 61-71 (nmero

    especialsobrelos manifiestos).

    2 J.

    Michelet,L

    tudiant,

    (precedido

    por

    "Michelet

    et la

    parole

    historienne",por

    Gatan

    Picn),

    Ed. duSeuil,

    col.

    "Fierres

    vives", Pars, 1970

    (tercera

    leccin,

    30 de

    diciembre

    de

    1847).

    22Esprecisovolver

    leer

    eltextode

    Sartre,Plaidoyerpour

    lesintellectuels,Gallimard,

    colee."Idees",Pars,

    1978

    (enespecialla

    segunda conferencia,

    "Fonction del'intellec-

    tuel",

    pp.43-83).

    23

    Grainsci

    dansle

    texte,

    Ed.

    Sociales,

    Pars,

    1975;

    cf. la 5a.

    seccin,

    cap.

    III ,p.

    351.

    24

    Sartre,

    op.

    cit.Primera

    conferencia,

    p. 13.

    25Fierre

    Nora, "Que peuvent

    lesintellectuels",Le Dbat,

    mayo 1980,

    pp.

    4-19,

    cf. p.

    13; e igualmente el nmero de septiembre de 1980,"Enqute:de

    quo'avenir

    intellectuel

    sera-t-il

    fa i t ? ,

    pp.3-88.

    26

    Sartre,

    op.

    cit.

    p. 67.

    Ibid.,p.79.

    28

    Jacques Julliard,Conirela

    polinqueprofessiomielle,

    Ed. du Seuil, colee. Interven-

    tion,

    Pars,

    1977;

    en

    especial

    el

    captulo

    I I I

    "Les avatars

    desintellectuels",pp.36-115.

    30Sartre,op.cit.,

    pp.

    58-59.

    3 Ibid.,pp.

    62-63.