Boletin la voz_del_heraldo_no_2_07_2009
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El calendario de Dios y el plan profético de Dios. 3era. Parte. Por: Waldemar Hernández y Samuel Saldaña
Puntos de interés especial
Paralelismo de las Fiestas
Solemnes de YHWH, el
Servicio del Santuario con
respecto a las Profecías
de Dios
Los cálculos milleritas de
1843
¿Qué ocurrió con los
métodos empleados por
los Adventistas Milleritas?
¿Cuál fue el método de
cálculo profético que em-
plearon los Milleritas?
Contenido:
Paralelismo profético en las
Fiestas Solemnes y el Servicio
en el Santuario
1
Gráfica que representa el para-
lelismo de los tres aspectos
2
William Miller y la Purificación
del Santuario
5
Eventos importantes en torno al
cálculo empleado para 1843
7
Diagrama profético representa-
do por William Miller
8
Otros eventos que confirmaron
el recurso de los Milleritas
10
Fechas para la reedificación de
Jerusalén
12
El Equinoccio Vernal y 1843 13
Cuadro de William Mead Jones,
1887
16
Receta licuado frutas 14
¡Un Ministerio que profesa la Verdad Presente!
julio, 2009
Volumen 1, nº 2
La Voz del Heraldo
Las Fiestas, el Servicio del Santuario y el
paralelismo con las Profecías
Dios tiene un plan de redención para la huma-nidad. A este plan de salvación se le conoce
como “el consejo de paz” entre el Padre y el
Hijo (Zac. 6.12-13).
Dentro del plan de redención, tanto los encar-
gados de divulgar como de entender y vivir
las profecías, tenían la garantía comprensiva
para guardar la fe a través de los muchos deta-
lles que conllevaba las Fiestas Solemnes y el
Servicio en el Santuario. Ningún hombre
podría separar los detalles en torno a las Fies-tas Solemnes de Dios y los Servicios efectua-
dos en el Santuario. Uno era dependiente del
otro, eran parte uno con otro, por lo que no
podía dejar de entenderse Santuario sin Fies-
tas Solemnes o Fiestas Solemnes sin Santua-
rio; uno era el apoyo del otro.
De los muchos detalles que comprendían las
Fiestas Solemnes así como el otro tanto de
aspectos que debían considerarse en el Servi-
cio del Santuario, era necesario comprender el
efecto que tenían ciertos períodos de tiempo sobre ambos aspectos. Los efectos que tenían
el calendario luni-solar en las Fiestas Solem-
nes era imperativo, y los Servicios del Santua-
rio se veían influenciados sobre el mismo
servicio que realizaría el sacerdote y la ofren-
da particular para ese tiempo particular.
Todo el plan de redención estaba lleno de
símbolos, y dentro de esta simbología detalles
concernientes a diferentes épocas y cada una
con una verdad presente particular. No hubo un solo tiempo en que el pueblo de Dios no
tuviera una verdad presente que le caracteriza-
ra al tiempo. Igual disponemos hoy de una
verdad presente el cual Dios tiene trazado; el
paralelismo de las profecías y el modo de ac-
tuar de nuestro Dios es una paz para los que
depositan su esperanza en las profecías. Es
cierto que las profecías no nos salvan, pero si
tenemos nuestras mentes en la atención de las
señales para nuestros tiempos, y nuestros co-
razones en el lenguaje que el Señor ha dado a
través de los siglos, nuestras esperanzas se
confortan y la fe se solidifica en el amor a un
Dios verdadero que vive y se preocupa por
Sus criaturas.
En muchas épocas y lugares, la misma nación
de Dios no quería ser consolada, tampoco
amonestada, al punto de matar a aquellos que
eran la “voz de Dios” en la Tierra. Sabían
que hacer su voluntad en contra de la verdad
presente, atentaría con su bienestar temporal,
por lo que terminaban haciendo alianzas con
los paganos e invocando otros dioses en un
sistema ceremonial falso mezclado de ciertas
costumbres que Dios había ya establecido, pero que en esencia se convertirían en nefas-
tos resultados; pero Dios, a pesar de todo
ello, continuaría con Su plan anticipado; mu-
chas veces evocando palabras de lamentos y
de amor; pero el pueblo le rechazaba vez tras
vez.
En nuestros días no es distinta la actitud de
un mundo tan informado. Mientras las noti-
cias diarias trascienden de horizonte a hori-
zonte, son pocos los que aguardan con la Luz
Verdadera, el consuelo Divino y el deseo de proclamar estas experiencias con la mirada
puesta en la Segunda Venida Triunfal del
Señor.
El consuelo del pasado es nuestra garantía.
Que nadie se sienta claudicar en la fe por los
muchos sucesos que giraron en torno al desa-
rrollo y comprensión de las profecías, porque
con fehaciente verdad, el Señor levantó un
pueblo no solo para que la entendiera a su
tiempo, sino que experimentara a diario, y en la abundancia de su corazón, su boca las pro-
clamaría.
Dios aún quiere arrullar a Su pueblo, “la niña
de sus ojos” tal como lo hace la gallina con
sus polluelos.
¿Mataremos al profeta y la profecía quedará
silenciada por nuestros propios apetitos, con-
cupiscencias y temores?
www.alaluzdelabiblia.org
Gráfica: Waldemar Hernández
6. Paralelismo entre el evento de 1844 y el calendario de las Fiestas Solemnes
Mientras se emplearon las Fiestas Solemnes como referencia en el plan de Dios para el cálculo de las fechas proféticas, hay un
vínculo estrecho con las manifestaciones de la naturaleza misma.
Los saduceos son las raíces de los caraítas actuales. Aunque estos aparecieron en el siglo XV, notamos que procuraron preservar
los métodos de cálculos de las lunas, diferentes a los judíos ortodoxos o fariseos. No obstante, a pesar que los caraítas eran con-
siderados por el pueblo judío como un minúsculo grupo al punto de ser catalogados como “secta”, ellos se apegaron a la mejor
“fórmula” de calcular el calendario hebraico.
Porque los judíos caraítas, durante un periodo de diez años en 1840, habían abandonado sus principios y se unieron a los Judíos
Rabínicos en su celebraciones, siguiendo el método del equinoccio de Primavera, contrario al Torah.
En general, la cosecha de la cebada coincide con el equinoccio de la primavera la mayor parte de las veces. Pero no siempre, y
tal fue el caso en los años de la Era Cristiana, 31 y en 1844, cuando la cosecha de la cebada se retrasó un mes, y por otro lado
vemos que para el año 2010 se adelantó un mes, en relación con el Equinoccio Primaveral.
El año 1844 estaba profetizado, pero también estaba íntimamente relacionado con las fechas, eventos, normas que se llevaban a
cabo en el Servicio del Santuario terrenal, y al hablar de este servicio solemne, era hablar de todo lo que inmiscuía durante un
año, las normas ceremoniales al tiempo de fiestas solemnes.
... Continuación del artículo anterior
Página 2 La Voz del Heraldo
7. El Gran Chasco de 1844
El 22 de octubre y el amanecer del 23 de octubre, se con-
virtieron en la gran decepción de los Milleristas. Hiram Edson registró que "Nuestras más profundas esperanzas y
expectativas fueron destrozadas, y un espíritu de angustia
vino sobre nosotros como nunca antes había experimenta-
do... lloramos y lloramos hasta el atardecer".
“Es verdad, hubo un fracaso en cuanto al evento espera-
do… El error no estuvo en la calculación de los periodos
proféticos, pero en el evento al final de los 2300 días”.
GC.406.
Después de la Gran Decepción muchos Milleristas simple-mente renunciaron a sus creencias. Algunos no lo hicieron
y proliferaron puntos de vista y explicaciones. Miller ini-
cialmente parecía creer que la Segunda Venida de Cristo
aún iba a tener lugar, que "el año de expectativa estaba de
acuerdo a la profecía; pero... que debía de haber algún
error en la cronología de la Biblia, que provenía de algún
error humano, que podría haber desechado alguna fecha y
que esto de alguna forma contará para la discrepancia".
Miller nunca renunció a su creencia en la Segunda Venida
de Cristo. Murió el 20 de diciembre de 1849, aún conven-
cido que la Segunda Venida era inminente. Miller fue en-terrado cerca de su casa en Low Hampton, Nueva York.
Su casa está registrada como Lugar Histórico Nacional de
los Estados Unidos y es preservada como museo: Casa de
William Miller.
“Como está sombrado de antemano en los tipos (del san-
tuario), y predicho en las Escrituras, Cristo, al tiempo se-
ñalado, entró en el lugar santísimo del templo de Dios en
el cielo”. Southern Watchman, January 24, 1905.
“El pueblo no tendrá otro mensaje sobre tiempo definido. Después de este período de tiempo [Apoc. 10:4-6], alcan-
zando desde 1842 a 1844, no puede haber un trazado definido de
tiempo profético. El cálculo más largo alcanza al Otoño de
1844”.
“The people will not have another message upon definite time.
After this period of time [Rev. 10:4-6], reaching from 1842 to
1844, there can be no definite tracing of the prophetic time. The
longest reckoning reaches to the autumn of 1844”. 7BC.971
(1900). {LDE 36.2}
El pueblo Adventista pionero restableció el uso del calendario
hebreo luni-solar y sus métodos de cálculo preciso
Existe una particularidad de medir las apariciones de las “Lunas
Nuevas” aún dentro de la misma cultura hebrea.
Para los días de Cristo, aparecieron dos luchas interpretativas
(fariseos y saduceos) con respecto a la forma no de interpretar las
Lunas Nuevas propiamente, sino, el cálculo para determinar el
principio y el fin de la Pascua con respecto al Equinoccio.
En 1844, por primera vez desde el final de las 70 semanas, se
convirtió un problema de cómputo en el calendario luni-solar
que posteriormente se pudo comprender que estaba directamente
relacionado con el ministerio de Cristo, pero que después de un
tiempo llegó el momento de solucionar no solo la comprensión
profética, sino que existió un paralelo de eventos pero asociados a un mismo punto.
El problema no sólo del cálculo de 1844, sino de la comprensión
del evento se volvió a la original del mosaico de tipos, sin embar-
go, el primero pudo comprenderse, pero los ojos estuvieron vela-
dos para comprender el evento, estaría reservado en poco para
desvelarse a la humanidad. Por lo tanto, la medida calendario
tenía que ser una réplica de la primitiva en años mosaico. Los
siguientes datos astronómicos eran una base necesaria para el
tendido de este calendario luni-solar:
1. Las fiestas judías nombraron fechas;
2. Luna Nueva y las fechas de Luna Llena, que se encuentran en tablas estándar;
3. Forma y longitudes del año judío - común y embolico;
4. Posición de la Luna en el Cielo, y sus tiempos de ajuste, y, 5. Diferencia de tiempo entre los meridianos.
“Las fechas de las festividades judías, con el calendario judío se encuentran en la Biblia. Se tal como se las dio Dios a Moisés
cuando estaban en el monte. El libro del Éxodo, 2 Crónicas, 2 Reyes y la profecía de Jeremías contienen fechas definitivas para
los eventos importantes. Muchos de esos se encuentran también en las profecías de Ezequiel, Hageo y Zacarías. Están todos los
términos del calendario lunar. Todas estas referencias cronológicas van a demostrar que el pueblo judío, a lo largo de los si-
glos, disponían de un sistema de calendario de confianza, con sus festivales relacionados de acuerdo con los eventos que se
registraron de forma fiable. Las fiestas han ocupado un período poco más de la mitad del año civil hebreo, sobre la que Moisés
había recibido también instrucciones directas de Dios.
Moisés casi cuarenta años se mantuvo con Israel (y esto fue antes de entrar en la Tierra Prometida), y, por tanto responsable de la operación de estas instituciones que se convirtió en una parte integral de la política judía. Estos fueron de largo alcance en su
propósito, para el plan original del cual Dios dispone para que todas las familias de la tierra puedan venir a Jerusalén a celebrar
... Continuación del artículo anterior
Página 3 Volumen 1, nº 2
la Fiesta de los Tabernáculos. Pero un centro común de culto en la Tierra, cuando, de una Luna Nueva a otra se efectuaba, según
los cálculos lunares, y de un sábado a otro, según los cálculos solares, toda carne llegaría a adorar a Dios. Esto muestra que una
vez el sistema luni-solar pueda alcanzar al mundo, podrá comprender el carácter de Dios y el maravillo plan de redención. Dos
milenios después de que el mundo fuera creado, Moisés escribió que las dos grandes lumbreras -la Luna y el Sol- eran para días y años. El año lunar por lo tanto había una parte en el gran plan de creación y es tomado en consideración en las páginas de la
Sagrada Escritura”. Grace Amadon Colección – El tiempo solar, página 6.
8. Comprensión y establecimiento del calendario que los pioneros ASD usaron para calcular las fechas de la Pascua, Pen-
tecostés y el día de Expiación en 1844
Portada acerca de la “Ilustración de William Miller del Fin del Mundo en 1843”
... Continuación del artículo anterior
Página 4 La Voz del Heraldo
Se avecinaba el tiempo del hombre y el tiempo de Dios
“Los ángeles de Dios observaban con el más profundo interés el resultado de la amonestación. Cuando las iglesias rechazaban el
mensaje, los ángeles se apartaban con tristeza. Sin embargo, eran muchos los que no habían sido probados con respecto a la ver-dad del advenimiento. Muchos se dejaron descarriar por maridos, esposas, padres o hijos, y se les hizo creer que era pecado pre-
star siquiera oídos a las herejías enseñadas por los adventistas. Los ángeles recibieron orden de velar fielmente sobre esas almas,
pues otra luz había de brillar aún sobre ellas desde el trono de Dios.
Los que habían aceptado el mensaje velaban por la venida de su Salvador con indecible esperanza. El tiempo en que esperaban ir
a su encuentro estaba próximo. Y a esa hora se acercaban con solemne calma. Descansaban en dulce comunión con Dios, y esto
era para ellos prenda segura de la paz que tendrían en la gloria venidera. Ninguno de los que abrigaron esa esperanza y esa con-
fianza pudo olvidar aquellas horas tan preciosas de expectación. Pocas semanas antes del tiempo determinado dejaron de lado la
mayor parte de los negocios mundanos. Los creyentes sinceros examinaban cuidadosamente todos los pensamientos y emociones
de sus corazones como si estuviesen en el lecho de muerte y como si tuviesen que cerrar pronto sus ojos a las cosas de este mun-
do. No se trataba de hacer "vestidos de ascensión", pero todos sentían la necesidad de una prueba interna de que estaban prepara-dos para recibir al Salvador; sus vestiduras blancas eran la pureza del alma, y un carácter purificado de pecado por la sangre ex-
piatoria de Cristo. ¡Ojalá hubiese aún entre el pueblo que profesa pertenecer a Dios el mismo espíritu para estudiar el corazón, y
la misma fe sincera y decidida! Si hubiesen seguido humillándose así ante el Señor y dirigiendo sus súplicas al trono de miseri-
cordia, poseerían una experiencia mucho más valiosa que la que poseen ahora. No se ora lo bastante, escasea la comprensión de
la condición real del pecado, y la falta de una fe viva deja a muchos destituidos de la gracia tan abundantemente provista por
nuestro Redentor.
Dios se propuso probar a su pueblo. Su mano cubrió el error cometido en el cálculo de los períodos proféticos. Los adventistas
no descubrieron el error, ni fue descubierto tampoco por los más sabios de sus adversarios. Estos decían: "Vuestro cálculo de los
períodos proféticos es correcto. Algún gran acontecimiento está a punto de realizarse; pero no es lo que predice Miller; es la con-
versión del mundo, y no el segundo advenimiento de Cristo".
Pasó el tiempo de expectativa, y no apareció Cristo para libertar a su pueblo. Los que habían esperado a su Salvador con fe sin-
cera, experimentaron un amargo desengaño. Sin embargo los designios de Dios se estaban cumpliendo: Dios estaba probando los
corazones de los que profesaban estar esperando su aparición. Había muchos entre ellos que no habían sido movidos por un mo-
tivo más elevado que el miedo. Su profesión de fe no había mejorado sus corazones ni sus vidas. Cuando el acontecimiento espe-
rado no se realizó, esas personas declararon que no estaban desengañadas; no habían creído nunca que Cristo vendría. Fueron de
los primeros en ridiculizar el dolor de los verdaderos creyentes.
Pero Jesús y todas las huestes celestiales contemplaron con amor y simpatía a los creyentes que fueron probados y fieles aunque
chasqueados. Si se hubiese podido descorrer el velo que separa el mundo visible del invisible, se habrían visto ángeles que se
acercaban a esas almas resueltas y las protegían de los dardos de Satanás”. CS.423-425.
William Miller: La purificación del Santuario y del retorno del Señor
“La predicación de un tiempo definido para el juicio, al dar el primer mensaje, fue ordenado por Dios. La calculación de los per-
íodos proféticos en que estaba basado ese mensaje, colocando el cierre de los 2300 días en el otoño de 1844, no podemos desti-
tuirlo”. GC.457.
El mensaje del primer ángel de Apocalipsis 14 estaba señalando el tiempo en que serían restauradas todas las doctrinas o ense-
ñanzas de Cristo que se habían perdido más de 1260 años que la Edad Media preponderó como resultado de la imposición de la
mano del papado.
Dios estaba llevando un pueblo para presentarse delante de Él, y como resultado el residuo de estos serían aquellos que demos-
trarían fidelidad para comprender las joyas preciosas que Dios estaba a punto de manifestar. Cincuenta años tardaron para reco-pilar eslabón tras eslabón de la Verdad Divina, ni un solo eslabón podía estar excluido o incluso débil. Toda la cadena de extre-
mo a extremo debía estar consolidada y Dios estaba dispuesto a presentarlo a un pueblo singular. ¿Cómo lograría esto? Por
medio de los mismos viejos mecanismos empelados con Su nación antigua.
Las Fiestas Solemnes de YHWH habían sido instituidas para ser una guía resuelta (tal como las profecías estaban cimentadas en
estas) para dar conforte al pueblo. Era la garantía anticipada en la cual reposaría sus vidas al punto de ser convocados en tiem-
pos particulares. La Pascua marcaba el inicio de las fiestas, e incluso dentro de esta fiesta existían otras fiestas particulares
... Continuación del artículo anterior
Página 5 Volumen 1, nº 2
como las Hierbas Amargas, todas estas fiestas ocurrían mientras en siete días transcurría la Pascua, se estaban desarrollando
otras fiestas incluidas y excluidas. La Gavilla Mecida transcurría después de las Hierbas Amargas mientras que a su vez apunta-
ba el inicio de la Fiesta de las Semanas o Pentecostés (reiteración de la Santa Ley de Dios y derramamiento del Espíritu Santo).
La Fiesta de las Semanas llevaba consigo el pensamiento que debían prepararse espiritualmente, de continuo, para que se convo-cara la nación durante diez días para los que no habían realizado la entrega de la ofrenda continua; paralelamente al presentar
ofrenda tenía el pecador que presentar confesión de pecados a Dios; estos pecados tenían que ser transmitidos al Santuario de
Dios, los servicios diarios habían acumulado toda contaminación y depositados en el mediador. Una vez al año estarían aperci-
bida toda la nación para que el Sumo Sacerdote entrara en el Santo de los Santos y presentarse como ofrenda, intercesor por la
nación y sus pecados confesados y arrepentidos. Pero, reiteramos, la fiesta de la Pascua era el principio que marcaría el ciclo de
eventos y la fiesta de la Expiación el final de este ciclo; no obstante el año solemne no podía terminar sin un regocijo a causa de
la aceptación de la ofrenda y el sacerdote que mediaba como representante de la nación ante YHWH; la fiesta de los Tabernácu-
los era un jubileo entre Dios y Su pueblo.
En forma general, los detalles que conllevaban las fiestas en el pasado volverían a repetirse con el pueblo Adventista. La inter-
pretación profética con la que había nacido este pueblo singular (Dn. 8.14; Hb. 9.12; Ap. 1.12-13, 20; 2.7; 4.1-5) era el hito del cumplimiento perfecto en que Cristo pasaba del Lugar Santo al Santísimo.
Para los días de los pioneros Adventistas no sólo esperaban la Segunda Venida de Cristo, sino que también esperaban la trasla-
ción eterna. Pero, al interpretar adecuadamente la Puerta Abierta y Cerrada que mal habían interpretado, llevaría a este pueblo
comprender otras grandes verdades que estaban reservadas y serían reveladas por medio de la oración y el estudio sincero.
“De manera similar (la Pascua en Cristo) los tipos relacionados a la segunda venida tienen que ser cumplidos en el tiempo seña-
lado en el servicio simbólico”. Bajo el sistema Mosaico la limpieza del santuario, o el gran Día de Expiación, ocurría en el día 10
del mes 7 judío (Levítico 16:29-34), cuando el Sumo Sacerdote, habiendo hecho expiación por todo Israel, y por consiguiente
habiendo removido sus pecados del santuario, salía a bendecir al pueblo. De igual manera se creía que Cristo, nuestro Gran Su-
mo Sacerdote, aparecería a purificar la tierra con la destrucción del pecado y pecadores, y bendeciría a Su pueblo que lo esperaba
con inmortalidad. El día 10 del mes 7, el gran Día de Expiación, el tiempo de la limpieza del santuario, que en 1844 cayó sobre el 22 de Octubre, fue considerado como el tiempo de la venida de Cristo”. GC.399-400.
Cuando el pueblo Adventista del Séptimo Día recuperó las verdades de Dios, estaban casi listos para recibir al Señor; pero no
obstante, según la revelación de Dios indicaba, debían ser sometidos ante una Ley Mundana que los llevaría a demostrar esa
transformación de la última gran verdad: La Justificación y Santificación por la Fe en Cristo. Tanto los apóstoles y profetas co-
mo Ellen G. White esperaron el retorno victorioso del Señor en la nube de los cielos, pronto:
“… luego nosotros, los que vivimos, los que quedamos, y juntamente con ellos seremos arrebatados en las nubes a recibir al Se-
ñor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor”. 1 Tes. 4.17.
“La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto... Bienaventurado los que leen, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca”.
Apocalipsis 1.1-3.
Aún Cristo mismo dio señalado el tiempo breve de Su venida.
“De cierto os digo que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán de la muerte, hasta que hayan visto al Hijo del Hom-
bre viniendo en Su reino”. Mateo 16.28.
“Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo.... De cierto os digo que no pasará esta generación hasta que todo
esto acontezca”. Mateo 24.30, 31.
“Entonces verán al Hijo del Hombre que vendrá en una nube con poder y gran gloria. De cierto os digo que no pasará de esta
generación hasta que todo esto acontezca”. Lc. 21.27, 32.
“Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en las nubes..... De cierto os digo que no pasará está generación hasta que
todo esto acontezca”. Mr. 13.26.
Elena G. White refirió en cuanto a los eventos de la venida de Cristo que:
... Continuación del artículo anterior
Página 6 La Voz del Heraldo
“Vi que los que han aceptado la verdad últimamente tendrían que saber lo que es sufrir por amor de Cristo,.... Pero ahora el
tiempo está casi agotado, y lo que hemos tratado años en aprender, ellos tendrán que aprenderlo en pocos meses...”. PE.6.
“El Señor me ha mostrado el peligro en que estamos de dejar que nuestra mente se llene de pensamientos y congojas mundana-les.... Algunos sitúan demasiado lejos en su expectación la venida del Señor. El tiempo ha durado algunos años más de lo que
habían esperado, y por lo tanto piensan que puede continuar algunos años más, y de esta manera su atención se desvía de la ver-
dad presente hacía el mundo”. PE.58.
“En una visión dada el 27 de junio de 1850, mi ángel acompañante dijo: El tiempo está casi agotado....Vi que tenía una obra que
hacer y tenía poco tiempo para hacerla”. PE.64.
“Dentro de poco los vivos y los muertos serán juzgados...”. Consejos.43 (1886).
“Hay hombres y mujeres pobres que me escriben pidiendo consejo en cuanto a si deben vender sus casas y dar el dinero a la cau-
sa... Ahora es cuando nuestros hermanos debieran estar reduciendo sus propiedades en vez de aumentarlas. Estamos por trasla-darnos a una patria mejor, a saber la celestial... Pronto se proclamará el decreto que prohibirá comprar o vender a quien tenga
la marca de la bestia.... En el tiempo de angustia, de nada valdrán a los santos las casas ni las tierras...”. Consejos.63.
“Sólo un poquito más de tiempo antes de que Jesús venga...”. Consejos.365 (1889).
Elena de White, citando Apocalipsis 12, 17 dijo: “Algunos de los que viven hoy en la tierra verán cumplirse estas palabras”.
White II, 444.
Elena G. White en conjunto a los miembros del pueblo Adventista esperaron a Cristo; pero también tendrían que experimentar
una Ley Dominical y esto ocurrió en los días en que ella estaba presente:
"Entonces la trompeta de plata de Jesús sonó, al tiempo que El descendía en la nube, envuelto en llamas de fuego. El miró las tumbas de los santos que duermen, entonces levantó Sus ojos y manos al cielo, y clamó, "¡Despertad! ¡Despertad! ¡Despertad!
Vosotros que dormís en el polvo, y levantaos.' Entonces hubo un gran terremoto. Las tumbas se abrieron, y los muertos salieron
vestidos de inmortalidad. Los 144,000 clamaron, „¡Aleluya!', cuando reconocieron a sus amigos que fueron separados de ellos
por la muerte, y en ese mismo momento nosotros fuimos transformados y arrebatados junto con ellos para encontrar al Señor en
el aire". PE.16.
¿Cómo no esperar al Señor si la imposición de una Ley Dominical estaba por ser proclamada al punto en que fue impuesta en
1892?
El 29 de febrero de 1892, la Suprema Corte de los Estados Unidos declaró, en la decisión respecto de la iglesia Trinity, que "ésta
es una nación cristiana", y el verano siguiente ambas cámaras del Congreso, juntamente con el presidente, cedieron a la presión, y declararon que el día de reposo del cuarto mandamiento era el domingo, primer día de la semana, con lo que los magistrados
civiles fallaron con respecto a una cuestión religiosa y así comprometieron el gobierno a este procedimiento.
El profeta había revelado que para el recibimiento de la última enseñanza de Dios con el mensaje de la Justificación por la fe en
Cristo de 1888, Cristo haría el derramamiento del Espíritu Divino y consigo el cierre de la gracia y la Ley Dominical consigo, y
no al revés como se ve ahora:
"La imagen de la bestia será formada antes que termine el tiempo de gracia, porque constituirá la gran prueba para el pueblo de
Dios, por medio de la cual se decidirá su destino eterno...". Maranatha.162.
“Y engaña a los moradores de la tierra con las señales que se le ha permitido hacer en presencia de la bestia, mandando a los
moradores de la tierra que le hagan imagen a la bestia. (Apoc. 13.14).
El hecho es que más adelante veremos algunas citas importantes en lo que ocurrió en los días del pueblo Adventista del Séptimo
Día y que para 1890 Cristo tenía que haber venido, dos años después del mensaje en Minneapolis.
William Miller, quien basado en una interpretación del libro de Daniel, profetizó el Fin del Mundo para el año 1843. Al fracasar,
Miller anunció el Fin del Mundo para el 21 de marzo de 1844, el 18 de abril de 1844 y el 22 de octubre de 1844.
... Continuación del artículo anterior
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El 23 de octubre de 1844, uno de los creyentes, llamado Hiram Edson, comentó que había experimentado una visión en la que
había contemplado cómo Cristo llegaba hasta un altar en el cielo. De esto se supo que Miller no se había equivocado en cuanto a
la fecha, sino que sólo había errado en el lugar hacia el que se dirigiría Cristo.
... Continuación del artículo anterior
Página 8 La Voz del Heraldo
¿Qué sucedió con el pueblo Adventista Millerita, se equivocaron en los métodos o la interpretación?
A parte de que la fecha era correcta para un evento solemne, fue fallida no por ello, sino por el evento de la venida de Cristo, la
confusión radicó en no comprender el evento, pero los cálculos aritméticos de la profecía eran perfectos; aún así, este “gran chas-co” donde almas sinceras esperaron la venida de Cristo; el clamor de media noche que experimentaron estaba profetizado:
“Y fuí al ángel, diciéndole que me diese el librito, y él me dijo: Toma, y trágalo; y él te hará amargar tu vientre, pero en tu boca
será dulce como la miel.
Y tomé el librito de la mano del ángel, y lo devoré; y era dulce en mi boca como la miel; y cuando lo hube devorado, fué amargo
mi vientre”. Ap. 10.9-10.
A diferencia del desarrollo de la interpretación profética dado a Ezequiel:
“Y DIJOME: Hijo del hombre, come lo que hallares; come este rollo, y ve y habla á la casa de Israel.
Y abrí mi boca, é hízome comer aquel rollo. Y díjome: Hijo del hombre, haz á tu vientre que coma, é hinche tus entrañas de este rollo que yo te doy. Y comílo, y fué en mi
boca dulce como miel”. Ez. 3.1-3.
El pueblo Adventista se veía constituir, la frase clave se ve en el siguiente versículo de Apocalipsis 10: “Y él me dice: Necesario
es que otra vez profetices á muchos pueblos y gentes y lenguas y reyes”.
El propósito de Dios era sacar un residuo de aquella multitud conformada para recibir al Señor, y como consecuencia del chasco,
aquellos de poca fe abandonaron la idea de que había una luz singular en este evento. El residuo estaba preparado para seguir
escudriñando y Dios les presentó en cincuenta años todas las doctrinas restauradas (estado de los muertos, la restauración de la
idea de obedecer los 10 Mandamientos del Éxodo 20 incluyendo guardar el sábado como día del Señor, las leyes de la salud,
entre otros).
El pueblo Adventista esperó que Dios revelara más información, el pequeño grupo tomó la actitud que Dios esperaba: “velar y
orar”, pero “velar” no implicaba una actitud pasiva sin reconocer que el esfuerzo conllevaría escudriñar las Sagradas Escrituras
con una ansia santa.
Por alguna razón aún estaría este evento triunfal de Dios el Padre y de nuestro Señor, reservado en el futuro.
¿Cómo lograron los Milleristas el cálculo de las fechas para la venida de Cristo en 1843 (recordemos que el evento no era apro-
piado, sino las fechas)?
“Sepas pues y entiendas, que desde la salida de la palabra para restaurar y edificar á Jerusalén.” Dan. 9.25. Este fue el comienzo
de la profecía de los 2300 días. ¿Qué fecha histórica fue esta?
“Y los ancianos de los judíos tuvieron éxito en la edificación según la profecía del profeta Hageo y de Zacarías, hijo de Iddo. Y
terminaron de edificar conforme al mandato del Dios de Israel y al decreto de Ciro, de Darío y de Artajerjes, rey de Persia”. Es-
dras 6:14.
Aunque existan grandes controversias sobre el rey regente y le fecha de su reinado, también por otro lado existen muchas razo-
nes que confirman la existencia de un rey Persa llamado Artajerjes I. La mayoría de los eruditos se inclinan también por esta
postura, y algunos otros por Esmerdis. Los hechos en Esdras no se encuentran en orden cronológico. Sin embargo es claro que
sigue una secuencia en Esdras 4.5-7:
“Sobornaron además contra ellos a los consejeros para frustrar sus propósitos, todo el tiempo de Ciro rey de Persia y hasta el
reinado de Darío rey de Persia. Y en el reinado de Asuero, en el principio de su reinado, escribieron acusaciones contra los habitantes de Judá y de Jerusalén.
También en días de Artajerjes escribieron Bislam, Mitrídates, Tabeel y los demás compañeros suyos, a Artajerjes rey de Persia;
y la escritura y el lenguaje de la carta eran en arameo”.
Evidentemente el autor escribió este libro mucho después de los hechos y, por lo tanto ahora se digna a escribir y relatar los
obstáculos de la obra de Dios. Y vemos lo siguiente:
... Continuación del artículo anterior
Página 9 Volumen 1, nº 2
Ciro -> Darío -> Asuero -> Artajerjes
¿Quién es el rey Asuero? ¿Quién más puede ser Artajerjes? No hay espacio para comprender que el orden de reyes es:
Cambises II -> Darío -> Jerjes
La aparente discrepancia cronológica con el final del verso se puede explicar fácilmente por el paréntesis notable que relata
el último verso del verso 5:
Esdras 4.5 y 24:
v. 5: “Sobornaron además contra ellos a los consejeros para frustrar sus propósitos, todo el tiempo de Ciro rey de Persia y
hasta el reinado de Darío rey de Persia”.
v. 24: “Entonces cesó la obra de la casa de Dios que estaba en Jerusalén, y quedó suspendida hasta el año segundo del reina-do de Darío rey de Persia.
Todo entre medio de estos versículos narraron los estorbos entre dos reyes, Jerjes y Artajerjes. También otro indicio es la
transición de arameo en Esdras 4.8; lo cual indicaría una distinción clara, ligándolo con la otra parte aramea de Esdras 7.
La salida: “del decreto de restaurar y de construir” entró en rigor en el séptimo año de Artajerjes, veamos Esdras 7.7-9:
“Y subieron con él a Jerusalén de los hijos de Israel, y de los sacerdotes, y levitas, y cantores, y porteros, y netineos, en el
séptimo año del rey Artajerjes. Y llegó a Jerusalén en el mes quinto, el año séptimo del rey.
Porque el día primero del primer mes fue el principio de la partida de Babilonia, y al primero del mes quinto llegó a Jeru-
salén, según la buena mano de su Dios sobre él”.
Esta fecha es muy relevante para el cálculo lo que sería el inicio el período largo de la profecía de Daniel.
Claudio Ptolomeo, fue matemático, astrónomo, y cartógrafo de Alejandría,
Egipto que murió alrededor del año 151 AC, el cual compiló una lista cro-
nológica de los reyes, comenzando con Nabonassar, Febrero 26, 747 AC,
del imperio Asirio, seguido por los reyes de Babilonia, Persia, Grecia y
Roma. Junto con su lista de reyes, Ptolomeo también compiló un registro
de las observaciones astronómicas de la antigüedad, llamada el
“Almagest” el cual “contiene la mayor parte de lo conocido de las obser-
vaciones astronómicas y teorías de la antigüedad.” Webster‟s Dictionary,
“Almagest”.
El Canon de Tolomeo es una lista de reyes con sus fechas de reinado usa-
do en la Antigüedad por los astrónomos como una manera de registrar
fenómenos astronómicos, como los eclipses. La lista fue conservada y
publicada por Claudio Ptolomeo, por lo que se le ha llamado el "Canon de
Tolomeo". Es una de las fuentes más importantes a la hora de fijar la cro-
nología absoluta del antiguo oriente.
El Canon es heredero de anteriores listas babilonias. En el se relacionan
los reyes de Babilonia desde 747 a.C. hasta la caída de Babilonia en manos
de los persas en 539 a.C. Sigue con los monarcas persas desde 538 a.C. hasta 332 a.C. Desde este punto, la lista fue conti-
nuada por los astrónomos griegos de Alejandría que listaron a los monarcas macedonios desde 331 a.C. hasta 305 a.C., con-tinuando con los Ptolomeos desde 304 a.C. hasta 30 a.C. y finalmente con los emperadores romanos desde 29 a.C. hasta el
160.
El Canon es una lista anual. Solo menciona reyes cuyo reinado se extendió durante más de un año y solo menciona un mo-
narca por año, por lo que en los años con diferentes reyes solo menciona a uno de ellos. Los dos periodos en los que no se
menciona ningún rey, corresponden a los periodos en los que Senaqerib, rey de Asiria, tuvo el control de Babilonia. Su
nombre no se menciona debido al odio de los babilonios por un rey que destruyo su ciudad en 689 a.C.
Página 10 La Voz del Heraldo
... Continuación del artículo anterior
Se considera que la cronología del Canon es bastante precisa, por lo que los historiadores y arqueólogos consideran que la cro-
nología de la antigua Mesopotamia está firmemente establecida desde el 747 a.C. en adelante.
Lista de reyes según el Cánon de Claudio Ptolomeo
... Continuación del artículo anterior
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El reinado de Artajerjes comenzó en el Otoño de 464 AC, y el séptimo año de su reinado fue en el Otoño del 457 a.C.
Jerjes I (en persa circa 519-465 a.C.)
Rey aqueménida de Persia (486-465 a.C.), hijo de Darío I y de Atosa, hija de Ciro II el Grande. Su nombre Jerjes (también
escrito Xerxes) es una transliteración al griego (Ξεπξηρ, "Xerxēs") de su nombre persa tras su ascensión al trono, Jshāyār
shāh, que significa "gobernador de héroes". En la Biblia se le menciona como Axashverosh o Ahasuerus transliterado
al griego).
Artajerjes I (latín Artaxerxes, antiguo griego Ἀπταξέπξηρ Artaxérxês, y Ἀπτοξέπξηρ Artoxérxês, antiguo persa Artaxšacā, per-
sa moderno Ardašīr; también Artajerjes I Mecrocheir y Artajerjes I Longímano) fue un rey aqueménida de Persia
desde el 465/464 a.C. hasta el 424/423 a.C.). Sucede en el trono a su padre, Jerjes I.
Las Olimpiadas Griegas
Los griegos establecieron una cronología de reyes con la cual dieron como punto de partida el año 776 a.C; así pues también
testifica que el séptimo año del reinado de Artajerjes fue en el 457 a.C. Las revelaciones que se desplegaban delante de Daniel
el profeta, coloca los reyes persas en el siguiente orden:
Cambises -> Smerdis -> Darío Histapes -> Jerjes -> Artajerjes
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... Continuación del artículo anterior
Del rey Artajerjes, al profeta Daniel le fue revelado: “despertará a todos contra el reino de Grecia” Dan. 11.2. Sin embargo,
en la batalla de Salamis, los griegos destruyeron el ataque de Jerjes, fecha registrada en el Canon de Ptolomeo, y en el regis-
tro de las Olimpiadas Griegas. El rey Jerjes fue asesinado poco después de la desastrosa batalla y Artajerjes empezoó su rei-
nado poco después en el 464 a.C por lo que apunta a que el séptimo año de su reinado fue para el año 457 a.C.
Los pioneros Adventistas (milleristas) tenían al alcance las fuentes históricas para no fallar, ni con la historia, ni con el cálcu-
lo de la luna nueva próxima para 1843. Hemos de recordar que William Miller inició desde 1833 (diez años previos como
sonar de trompetas, antes de la expiación de los pecados) y culminarían sus cálculos para 1843 con la “aparente venida de
Cristo” a causa de la expresión: “… y el santuario será purificado”.
Equinoccio Vernal
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... Continuación del artículo anterior
Calendario empleado por los pioneros ASD para la Fiesta de la Pascua
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9. ¿Quién fue William Mead Jones 1887 y qué importancia tuvo sobre la semana de 7 días?
William Mead Jones declaró por medio de un estudio serio y abarcante, que la semana estaba constiuida por siete días tal como
lo fue desde la Creación y no ha cambiado hasta nuestros días. Sin embargo, William Mead Jones presentó una gráfica con el calendario anual y el paralelismo universal hace que no se pierda la esencia del día sábado semanal como el día en que el Señor
apartó para Sí y Su pueblo.
... Continuación del artículo anterior
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... Continuación del artículo anterior
Cuadro de la semana literal en diversos lenguajes: William Mead Jones de 1887
... Continuación del artículo anterior
Página 17 La Voz del Heraldo
La comprensión de la semana constituida por los mismos días de la creación y la tarea que se dio el Adventista del Séptimo
Día William Mead Jones, contribuye a comprender que los mismos eventos repetitivos semana tras semana, luna nueva tras
luna nueva, ayudarán a realizar un mejor cálculo de las profecías; sino que podemos salvaguardarnos no sólo en la “palabra
profética” ; sino que todos los eventos que hoy son historia, son una garantía en Quién confiar.
(continuará en la siguiente edición)
“Y habrán señales en el Cielo y en la Tierra antes del Gran Día de YHWH”
Que el Señor le bendiga y guarde para la eternidad.
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... Continuación del artículo anterior
Licuados de frutas:
Contra Náusea y Vómito
De Jengibre, Zanahoria y
Manzana
2 Porciones
Ingredientes
1/4 de trozo de jengibre
1 taza de jugo de zanahorias
2 manzanas picadas
Preparación
Lava bien el jengibre y picarlo en trozos, licuar
los ingredientes a alta velocidad y beberlo en el
momento.
Función
Favorece la digestión, ayuda a evitar y detener la
sensación de náuseas. Al beberlo antes de salir de
viaje puede disminuir los mareos ocasionados por
el movimiento.
Dosis del Tratamiento
Tomar 1 ó 2 vasos al día, en caso necesario.
Recetas de Plantas Medicinales. Por: María A. Villalobos
Página 19 La Voz del Heraldo
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El Ministerio A la Luz de la Biblia, tiene como propósi-
to, pregonar la Verdad Presente dado desde lo Alto del
Cielo. Por la Gracia de nuestro Señor Jesús, es entre-
gado a toda nación, tribu, lengua y pueblo.
Estamos gustosos que Dios bendiga al mundo por me-
dio de Su Verdad, ésta no debe permanecer oculta como
si tuviese algo por qué temer, más bien, debe ser exalta-
da como joyas preciosas y lucida a un mundo que pere-
ce en tinieblas.
Por lo tanto, desde ahora usted tiene una cita con Cris-
to!
¡Que el Señor Todopoderoso les bendiga y guarde para
la eternidad!
Nos complacemos en poder servirle.
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