Boletin la voz_del_heraldo_no_1_02_2009
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Real Sacerdocio en el Santuario. Por: Samuel Saldaña Puntos de interés especial
¿Qué es el Santuario?
¿Qué servicios se realiza-
ban dentro del Santuario?
El Servicio de Continuo
La Convocación para la
Expiación nacional
El Sacerdote Común
El Sacerdote Principal
Aplicación Anti-típica
La Purificación del pueblo
Contenido:
El Santuario 1
Las Fiestas Solemnes de YHWH 2
La Pascua 2
El Pentecostés 3
Las Trompetas 4
La Expiación 5
Los Tabernáculos o Cabañas 6
El cumplimiento de Cristo en el
anti-típico
8
La expiación final del pecado 13
Receta licuado frutas 14
¡Un Ministerio que profesa la Verdad Presente!
febrero, 2009
Volumen 1, nº 1
La Voz del Heraldo
El Santuario era el puente que permitía la uni-
dad entre la Divinidad con la humanidad. Sin
embargo, aún el sacerdote siendo puente o
pontífice era necesario llevar consigo el peca-do y se le permitía por tanto el perdón de sus
pecados, para luego la nación ser alcanzada
por el plan de salvación, así mismo con la
humanidad cuando Cristo inició su servicio
sacerdotal.
A pesar que Cristo es el puente que une la
Divinidad con la humanidad, aún existe una
figura elevada que ha sido precisamente vela-
da para la humanidad, la cual no puede tener
contacto con la Gloria de YHWH.
Hemos de recordar que el Padre está velado
delante de la humanidad. Ellos no pueden ver
o estar delante de la Gloria de YHWH. Él no
juzga a nadie (porque el Padre a nadie juzga,
sino que todo se lo ha dado al Hijo. (Juan
5.22)); y tampoco es la forma directa en la
que el pueblo ha de alcanzarle, sino, por me-
dio de Aquél quien precisamente el Padre
había apartado, uno semejante a Él con los
méritos o la naturaleza de la Divinidad lograr-
ía la expiación de todos los males desde que se originó el pecado.
De manera tal que Cristo en representación de
Su Padre proclamó:
“Y harán un santuario para mí, y habitaré en
medio de ellos”. Éxodo 25.8.
Aún en la dispensación en la cual se encontra-
ba momentáneamente excluido Yeshúa, era
necesario que el humano practicara este plan de redención y se estableció la “sombra de
aquello que había por venir”. (Heb. 10.9; Col.
2.16-17).
Toda la figura del servicio terrenal del Santua-
rio era una pequeña representación, pero no
por ello dejaría de ser santo y bueno. El hom-
bre lo practicó por mandato de Dios porque
era por ejemplo práctico que lograría tan solo
tomar una idea de la obra maravillosa de res-
catar al hombre conforme a lo preestablecido
por el Padre YHWH quien hizo partícipe al
Hijo, pacto de paz entre ambos a dos (Zac.
6.12-13).
Por tanto, no por mandato de hombres, sino
de Dios, se estableció la norma de construir
con Tabernáculo portable porque aún no dis-
ponían de nación permanente. Sino que al
movilizarse por el desierto, era necesario
transportar el tabernáculo que, siendo de ma-
teriales en cierta forma rudimentarios, dis-
ponía de la misma estructura que el resto de
los construidos, a saber: el atrio tanto interior
como exterior, el Lugar Santo y el Lugar
Santísimo, que en forma general podemos referir y sin embargo daremos otros detalles
más adelante.
La división del santuario tenía una fase y
propósitos por ende, algunas figuras de cada
elemento que componían el santuario: 1) La
ofrenda 2) El sacerdote común 3) El sumo
sacerdote o principal. Dentro del santuario
en sus departamentos o secciones respectivas
se encontraban: 1) El atrio 2) El altar de sa-
crificios u holocaustos 3) El Lavacro 4) El
Lugar Santo 5) Los 12 panes de la proposi-ción 6) El Candelabro de Siete Brazos 7) El
Incensario 8) El Lugar Santísimo 9) Las Le-
yes de Moisés 10) La Shejinah 11) Las 2
Tablas de la Ley dadas en el Monte Sinaí 12)
La Vara de Aarón 13) La misma Gloria de
YHWH una vez al año.
Los departamentos tenían un tiempo y propó-
sito:
1.- Detalles acerca del Lugar Santo
2.- detalles acerca del Lugar Santísimo
Durante el Continuo o Tamid que se efectua-
ba en el Lugar Santo, había un desarrollo de
las Fiestas Solemnes de YAHWEH que con-
tinuaba en forma regular hasta el Yom Kip-
pur. Era la consumación del plan de Dios de
salvar la humanidad y reivindicar Su Santo
Nombre delante del vasto universo y ante Su
pueblo redimido.
www.alaluzdelabiblia.org
Las Fiestas Solemnes aunque eran tres pro-
piamente se desglosaban para sumar siete.
Dios las dividió en tres épocas o fiestas al
año.
1.- Las fiestas primaverales de la Pascua
(Pesaj),
2.- Panes sin Levadura (Hag HaMatzah) y,
3.- Primicias (Bikkurim), se encuentran en el
mes de Nisán, que es el primer mes del calen-
dario religioso (más no civil) en la primavera.
4.- La fiesta de verano conocida como la Fiesta de las Semanas (Shavuot) o Pente-
costés, se celebra durante el tercer mes, que
es el mes hebreo de Siván.
5.- Las fiestas otoñales: La Fiesta de las
Trompetas (Yom Teruah),
6.- La Expiación (Yom Kippur) y
7.- Los Tabernáculos (Sucot), Tiendas o Ca-
bañas o también conocida como las Enrama-
das y que se celebran en el séptimo mes de Tishrei, que cae en el otoño (Éxodo 23.14-
17; 34.22-23; Deut. 16.16-17).
Por lo tanto, las Fiestas Solemnes de YAH-
WEH sirven como testimonio del plan de
redención divino y el papel que tiene el Mes-
ías (Yeshua) en el cumplimiento de ese plan.
Este es el mensaje que se comunica a los
creyentes a través de las tres épocas festivas
del año. Estas tres fiestas anuales tenían co-
mo propósito de reunión con YAHWEH co-mo parte del Plan de Redención del pueblo
santo. No obstante, en el primer departamen-
to se celebraba de forma regular el Servicio
del Continuo, ninguna de las fiestas no im-
pedía su servicio de mediación.
1.- Pascua (Pésaj)
Los judíos celebran la Pascua (pésaj), para
conmemorar su escape del cautiverio de ma-
nos de los egipcios (aproximadamente en
1250 a.C.).
El pésaj judío se origina al momento en que
YAHWEH mató a todos los primogénitos de
los egipcios. Esta era la última de las plagas
enviadas por Dios en contra del Faraón de
Egipto y su pueblo por su negativa de liberar
a los hijos de Israel. Dios ordenó a Moisés,
líder de los hebreos, lo siguiente:
“Escogerán un corderito [...], tomarán su san-
gre para untar los postes y la parte superior de sus puertas. Lo comerán todo asado, con
su cabeza y sus entrañas, con panes sin leva-
dura. [...] Yo recorreré Egipto y daré muerte
a todos los primogénitos de los egipcios y de
sus animales. [...] Al ver la sangre del corde-
ro pasaré de largo de vuestras casas”. Éx.
12.5-14.
El pan no fermentado (matzá) recuerda la
salida apresurada en que faltó tiempo para
hacerla fermentar el pan (aproximadamente 18 minutos). Esto debe cumplirse durante los
7 días anteriores a la Pascua.
La Pascua del pueblo de Israel es diferente a
la Pascua de Resurrección, que es una cele-
bración cristiana que conmemora “la resu-
rrección de Jesucristo”, cuando realmente la
Pascua estaba siendo celebrada en la Santa
Cena entre Cristo y los apóstoles, y luego el
perfecto cumplimiento de “Cristo como Cor-
dero Pascual en Su propia carne llevó el pe-
cado del mundo”.
Por tanto, hemos de diferenciar que la Pascua
de hoy (cristiana, y tampoco la judía es la
correcta porque está fuera de tiempo) es dife-
rente a la Pascua verdadera que Cristo ce-
lebró en Su propio ser y que esta fiesta no se
volvería a repetir, por tanto, la sustituyó con
la institución de la Fiesta Solemne pero con-
memorativa de la Santa Cena.
La fecha de celebración de la Pascua de la Resurrección varía conforme a la colocación
más cercana de la Tierra con respecto al Sol,
y varía entre el 22 de marzo y el 25 de abril,
ya que tiene lugar el domingo siguiente a la
primera Luna Llena de primavera del hemis-
ferio norte. Existe una fórmula que permite
conocida como el “cálculo de la fecha de la
Pascua”, un cómputo realizado originalmente
por la Iglesia Alejandrina (la que dio su in-
fluencia a la Iglesia Católica) y que posterior-
mente fue adoptado por toda Europa a través
del “Cristianos Católico de Roma y Germa-nia y por los Ortodoxos Griegos” (note que
Cristianos Católicos no equivale entender
que existían Cristianos Judíos como conse-
cuencia de la obra encomendada de Cristo
hacia los apóstoles).
... Continuación del artículo anterior
“Escogerán un
corderito…, tomarán
su sangre para untar
los postes y la parte
superior de sus
puertas...”. Ex. 12.5.
Página 2 La Voz del Heraldo
Debido a que siglos después surgió la diferencia de calen-
darios usados por la Iglesia Católica (calendario gregoria-
no) y las Iglesias Orientales (calendario juliano), la fecha
de la Pascua varía para cada iglesia, y solo en algunas oca-siones logran coincidir, esto se debe particularmente a la
colocación del zenit del Sol que regularmente aplica la
Iglesia Católica en tiempo del Equinoccio de verano (o la
plenitud del Sol) conforme al ritual de la adoración del
“dios mayor” (Sol o el Astro Rey). Cabe señalar que des-
de el Concilio de Nicea los cristianos Católicos separaron
la celebración de la Pascua judía de la cristiana, quitándole
los elementos hebreos. Pero dejaron el carácter móvil de la
fiesta recordando que Cristo resucitó en la Pascua hebrea.
Hoy día la Iglesia Católica mantiene el carácter móvil de
la fecha de Pascua.
Esta fiesta Pascual determina el calendario móvil de otras
fiestas: así la Ascensión (el ascenso de Jesús al cielo) se
celebra 40 días después de Pascua, y Pentecostés 10 días
después de la Ascensión. La semana anterior a la Pascua
de Resurrección es la Semana Santa, que comienza con el
Domingo de Ramos (que conmemoran justificándose por
la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén). La Octava de
Pascua (popularmente conocida como "semana de Pas-
cua") es la semana que sucede a este Domingo de Pascua
(o Domingo de Resurrección). El tiempo pascual o tiempo
de Pascua designa, en la liturgia Católica, las semanas que van desde el Domingo de Resurrección hasta el de Pente-
costés.
A veces, el nombre Pascua se ha extendido a otras celebra-
ciones cristianas católicas, como Navidad (el nacimiento
de Jesús) o Pentecostés (la venida del Espíritu Santo, la
Tercera Persona de la Trinidad).
El paso de la nación de Israel por el Mar Rojo
La Pascua se relaciona también con el “paso” del Mar Rojo, evento que sucedió inmediatamente después de la
salida de los esclavos judíos de Egipto:
“Seiscientos mil hombres a pie, sin contar los niños. También
salió con ellos una inmensa muchedumbre de gente de toda clase, y grandes rebaños de ovejas y vacas”. Éxo. 14.5-30
Luego de esto, se celebra la fiesta de los primeros frutos de la
cosecha, en este caso de la cebada cincuenta días más tarde (7
semanas) del trigo, dando origen a Shavuot („semanas‟).
2.- De las 7 Semanas o 49 días o Pentecostés (Shavuot)
“La fiesta de la cosecha” (Éx. 23.16) o “de las semanas” (Éx.
34.22), conocida también como “el día de los primeros frutos
maduros”. (Núm. 28.26.) Las instrucciones sobre esta fiesta se hallan en Levítico 23.15-21, Números 28.26-31 y Deuteronomio
16.9-12. Tenía que celebrarse el quincuagésimo día (Pentecostés
significa “[Día] Quincuagésimo”) a partir del 16 de Nisán, el día
en que se ofrecía la gavilla de cebada. (Lev. 23.15, 16.) Se cele-
braba el 6 de Siván, es decir, cuando había terminado la cosecha
de la cebada e iba a empezar la del trigo. (Éx. 9.31, 32).
Los israelitas no podían empezar la cosecha hasta que se hubie-
ran presentado a Jehová las primicias de la cebada el día 16 de
Nisán. Por lo tanto, en Deuteronomio 16.9, 10 se prescribe:
“Desde que primero se mete la hoz en el grano en pie comen-
zarás a contar siete semanas. Entonces tienes que celebrar la fies-ta de las semanas a Jehová tu Dios”. Se requería que todo varón
estuviese presente en esta celebración, sobre la que también se
dijo: “Tienes que regocijarte delante de Jehová tu Dios, tú y tu
hijo y tu hija y tu esclavo y tu esclava y el levita que está dentro
de tus puertas y el residente forastero y el huérfano de padre y la
viuda, que están en medio de ti, en el lugar que Jehová tu Dios
escoja para hacer residir allí su nombre”. (Det. 16.11.) Mientras
que la observancia de la Pascua era familiar e íntima, la fiesta de
la cosecha o Pentecostés era más abierta y hospitalaria, similar en
este sentido a la fiesta de las cabañas.
Las primicias de la cosecha del trigo recibían un trato distinto de las primicias de la cebada. Se cocían dos décimas de efá de
flor de harina (4,4 l.) con levadura para hacer dos panes. Tenían que ser “de sus moradas”, lo que significaba que eran panes
como los que se hacían para uso cotidiano en el hogar y no expresamente para fines sagrados. (Lev. 23.17.) Junto con esto se
presentaban holocaustos (ofrendas quemadas), una ofrenda por la culpa y se ofrecían dos corderos como ofrenda de comunión. El sacerdote ponía en sus manos los panes y los trozos de cordero y los mecía delante de Jehová a fin de significar que los pre-
sentaba ante Él. Después que el sacerdote ofrecía los panes y los corderos, llegaban a ser suyos para que los comiese como
ofrenda de comunión. (Lev. 23.18-20).
El relato de Números 28.27-30 coincide con los relatos correspondientes de Levítico y Deuteronomio en lo que respecta a la
ofrenda de comunión, pero difiere ligeramente en las demás ofrendas. En lugar de siete corderos, un toro joven, dos carneros y
un cabrito —como en Levítico 23.18, 19—, dice que se tenían que presentarse siete corderos, dos toros jóvenes, un carnero y
un cabrito. Los comentaristas judíos opinan que el pasaje de Levítico se refiere al sacrificio que se ofrecía junto con los panes
mecidos, y el de Números, al sacrificio correspondiente a la fiesta en sí, de modo que se ofrecían los dos sacrificios. En respal-
do de esta conclusión, cuando Josefo habla de los sacrificios del día del Pentecostés, menciona primero los dos corderos de la
ofrenda de comunión y luego combina las restantes ofrendas, enumerando tres bueyes, dos carneros (en lugar de tres; tal vez por error de la transcripción), catorce corderos y dos cabritos. (Antigüedades Judías, libro III, cap. X, sec. 6) Este día era una
convocación santa, un día sabático. (Lev. 23.21; Núm. 28.26).
... Continuación del artículo anterior
Página 3 Volumen 1, nº 1
La fiesta del Pentecostés se celebraba al fina-
lizar la cosecha de la cebada, y era una oca-
sión gozosa, como lo indicaba la ofrenda de
comunión que presentaba la congregación y que se le daba al sacerdote. Esta ofrenda tam-
bién mostraba que había una relación pacífica
con Jehová. Al mismo tiempo, la ofrenda por
el pecado les recordaba a los israelitas su
pecado y era una petición a Dios para que
perdonara y borrara sus culpas. El gran holo-
causto era una expresión tangible de su grati-
tud por la generosidad divina y un símbolo de
su servicio de toda alma a Dios. No solo era
un día especialmente indicado para que Israel
diera gracias a Jehová, sino para recordar a sus hermanos pobres. Después de enumerar
las normas que regulaban la fiesta, Jehová
mandó: “Y cuando sieguen la mies de su tie-
rra, no debes proseguir hasta completar la
orilla de tu campo cuando estés segando, y la
rebusca de tu mies no debes recoger. Debes
dejarlas para el afligido y para el residente
forastero. Yo soy Jehová el Dios de ustedes”.
(Lev. 23.22.) Por lo tanto, los pobres tendrían
verdadera razón para dar gracias al Señor y
disfrutar de la fiesta junto a todos los demás.
Durante esta fiesta también habría muchas ofrendas personales de las primicias de la
cosecha.
3.- Trompetas (Rosh HaShanah)
Rosh Hashaná (en hebreo:
transliterado ro’sh ha-shānāh, "cabeza del
año") es el Año Nuevo espiritual judío y se
celebra el primero y el segundo día de tishrei
(un mes en el calendario hebreo).
Para el inicio del año hebreo hay dos crite-
rios: según la Biblia, el mes de nisán (por
marzo-abril) será el primero de los meses del
año (Shemot Éxodo 12.2). Pero posterior-mente la tradición judía ha establecido el
comienzo del año en el mes hebreo de tishrei
(por septiembre-octubre), cuando se festeja el
Año Nuevo Judío o Rosh Hashaná, por consi-
derárselo el mes en que Dios creó el mundo y
es a partir de esta celebración cuando se
cuentan los años.
Seis meses después de la pascua comenzaba
la serie de fiestas otoñales con el tocar de
trompetas en el 1er día del séptimo mes
(Tishri). Ese día, más tarde llamado Rosh
Hashanah, "cabeza o comienzo del año", era
un día de reposo ceremonial (Lev. 23.24, 25;
Núm. 29.1). En él se celebraba el comienzo
del año civil. Este día de año nuevo era seña-lado no sólo con el son de trompetas, sino
también con sacrificios especiales, cuyo
número era casi dos veces mayor que el de
los sacrificios habituales en las lunas nuevas
(Núm. 29.1-6; cf. cap. 28.11-15; ver también
com. Exo. 23.16; Núm. 29.1).
Sin embargo los meses siempre seguían
contándose a partir de Nisán, de acuerdo con
lo que Dios había mandado en el éxodo, por-
que la correlación del año con las estaciones dependía de la luna nueva de Nisán en refe-
rencia a la cosecha de cebada. Pero el año
civil y agrícola, como también los años sabá-
ticos y de jubileo, comenzaban según el
cómputo más antiguo, con Tishri, el séptimo
mes.
Una manera quizás de entender el por qué de
las movilizaciones de los meses para indicar
cuándo era el inicio aunque no lo era propia-
mente como calendario, es quizás cuando se
emplea en algunos países el año escolar no a inicio del año o en el primer mes del
“calendario anual”, sino en otro mes cercano
pero posterior al primer mes, y por tanto es
considerado como el “año escolar”. De la
misma manera, el calendario de la nación de
Israel inicia por Nisán pero el año de las fes-
tividades en Tishri que es el final del año
(favor aplicar la analogía del fin de la semana
en la Creación de la Tierra).
La Fiesta de las Trompetas se celebraba en el 1er día del séptimo mes (Etanim o Tishri),
cuando comenzaba el año civil. El primer día
caía en la "luna nueva" de septiembre u octu-
bre. Ese mes siempre era el séptimo (Lv.
23.24), de acuerdo con las instrucciones de
Dios a Moisés, para comenzar el año en reali-
dad con el mes de la Pascua, Abib (o Nisán),
como el primer mes (Ex. 12.2); no obstante,
para los asuntos civiles el año comenzaba en
Tishri. El primero de Tishri se ofrecían sacri-
ficios extraordinarios, además de los corres-
pondientes a la luna nueva, que se ofrecían durante los otros meses (Núm. 29.1-6). Era
un sábado ceremonial, y se lo anunciaba con
el sonido de trompetas (Lev. 23.24, 25).
... Continuación del artículo anterior
“Habla á los hijos de
Israel, y diles: En el
mes séptimo, al primero
del mes tendréis
sábado, una
conmemoración al son
de trompetas, y una
santa convocación”.
Lev. 23.24.
Página 4 La Voz del Heraldo
La celebración del Rosh Hashanah comienza al anochecer
de la víspera. El shofár se toca durante la plegaria matuti-
na. El sonido de este cuerno, casi siempre de carnero, lla-
ma a los judíos a la meditación, al autoanálisis y al arre-pentimiento. Es el primero de los días de arrepentimiento e
introspección, de balance de los actos y de las acciones
realizadas, de plegaria y sensibilidad especiales (Aseret
Yemei Teshuva) que terminan con el Yom Kippur (Día
del Perdón).
También se conoce como el Día del Juicio y como el Día
del Recuerdo porque, ese día era considerado como Dios
juzgando a los hombres, en el procedimiento se abrían tres
libros: uno, con los malos (quienes quedan inscriptos y
sellados para la muerte); otro, con los buenos (quienes quedan inscriptos y sellados para la vida), y el tercero,
para quienes serán juzgados en el Yom Kippur dejando
memoria de ellos.
Posteriormente y la última fiesta que seguía era la Expia-
ción o la eliminación -purgar- de todos los pecados.
4.- Yom Kippur o la Expiación:
Porque en este día se hará expiación por vosotros, y seréis
limpios de todos vuestros pecados delante de Jehová. Día
de reposo es para vosotros, y afligiréis vuestras almas; es estatuto perpetuo. (Levítico [Vayikra] 16.30-31).
A los diez días de este mes séptimo será el día de expia-
ción; tendréis santa convocación, y afligiréis vuestras al-
mas, y ofreceréis ofrenda encendida a Jehová. Ningún
trabajo haréis en este día, porque es día de expiación, para
reconciliaros delante de Jehová...Estatuto perpetuo es por
vuestras generaciones en dondequiera que habitéis. Día de
reposo será a vosotros, y afligiréis vuestras almas, comen-
zando a los nueve días del mes en la tarde; de tarde a tarde
guardaréis vuestro reposo. (Levítico [Vayikra] 23.27-28, 31-32) .
En el diez de este mes séptimo tendréis santa convocación,
y afligiréis vuestras almas; ninguna obra haréis. (Números
[Bamidbar] 29.7).
Yom Kipur es la conmemoración del Día de la Expiación,
perdón y del arrepentimiento de corazón o de un arrepenti-
miento sincero. Es uno de los Yamim Noraim (hebreo,
"los Días del Temor"). Los Yamim Noraim consisten en
Rosh Hashaná (Año Nuevo), los diez días del arrepenti-
miento, y culminan con Yom Kippur. En el calendario hebreo, Yom Kippur comienza en el anochecer del noveno
día del mes de Tishrei, y continúa hasta el anochecer del
siguiente día.
Yom Kipur es el día del arrepentimiento, considerado el
día más santo y solemne del año. Su tema central es la
expiación y la reconciliación. La comida, la bebida, el baño, y las
relaciones conyugales están prohibidos. El ayuno comienza en el
ocaso, y termina al anochecer del día siguiente. Los servicios de
oración de Yom Kipur comienzan con la oración conocida como "Kol Nidre", que debe ser recitada antes de la puesta del sol. El
Kol Nidre (en arameo "todos los votos") es un público abroga-
miento de votos religiosos hechos por durante el año precedente.
Esto sólo concierne a los votos incumplidos hechos entre una
persona y Dios, y no anula votos hechos entre personas.
... Continuación del artículo anterior
Página 5 Volumen 1, nº 1
5.- La última fiesta era la de los Tabernáculos, Enramadas o las Cabañas (Shucot):
Después del Yom Kippur o el Día de la Expiación venía la fiesta de la cosecha o de los tabernáculos, para celebrar la termina-
ción del ciclo agrícola con la vendimia y la cosecha de aceitunas. Durante esta fiesta, la gente vivía en "tabernáculos" o enrama-das de ramas verdes, en conmemoración de su anterior peregrinación como nómade (Lev. 23.34-43; Deut. 16.13-15). Esta fiesta
se iniciaba con un día de reposo ceremonial el día 15 de Tishri, y duraba 7 días. Era seguida inmediatamente de otro día de repo-
so, una "santa convocación", el día 22 (podría llamarse la octava de los tabernáculos). La fiesta de la cosecha era la tercera de las
fiestas anuales, cuando debían reunirse todos los varones de Israel en Jerusalén (ver Exo. 23.16, 17; 34.22, 23).
En los días del Continuo, el “sacerdote común” se adentraba sólo hasta el primer departamento en el Lugar Santo. De hecho,
más adelante veremos la aplicación de todo este sistema en la expresión máxima del cumplimiento con Cristo en el Servicio del
Santuario Celestial.
... Continuación del artículo anterior
Página 6 La Voz del Heraldo
En el segundo departamento o Lugar Santísimo se manifestaba la Gloria de YAHWEH como convite con Su pueblo sólo en el
Día de la Expiación o Yom Kippur, así se daba el testimonio de que eran aceptables por la confesión, arrepentimiento y media-
ción sacerdotal delante de Dios. Todo este sistema había sido pre-establecido como provisional pero era solemne por su funcio-
nal prevención opción única para accesar a Dios, a quien le agradable cada acción o detalle con tal de reconciliarse con Su pue-blo.
Aún así, “todo aquello era sombra del que había de venir”, a saber, Cristo mismo es el anti-típico, el modelo a seguir, irrempla-
zable son Sus obras y Ser mismo.
Aunque el modelo era sombra del porvenir, Cristo no podría salirse del esquema que Dios mismo había provisto a la humanidad
con tal de apegarse al plan de redención. Lamentablemente la doctrina del Santuario ha sido mal interpretada y como conse-
cuencia el Plan de Salvación, las Profecías, la Ley y el Carácter de Dios como consecuencia, son ignorados tal como es la Ver-
dad que ofrece Dios.
... Continuación del artículo anterior
Página 7 Volumen 1, nº 1
El cumplimiento de Cristo en el anti-típico
Cristo abre el camino hacia el Nuevo Pacto, dejando atrás todo el sistema ritual en la Tierra, porque al morir, el Señor, el “Cordero Pascual que quita el pecado del mundo” padeció y murió en la Tierra, que es el Atrio y que está afuera del Santuario
Celestial.
... Continuación del artículo anterior
Página 8 La Voz del Heraldo
Inmediatamente de Su resurrección se dirigiría al primer departamento conocido como el Lugar Santo, de hecho, al principio del
libro de las Revelaciones el profeta Juan ve al Hijo del Hombre en medio de los siete candeleros y este accesorio pertenecía al
Lugar Santo.
“que decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último. Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a las siete iglesias que
están en Asia: a Efeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea.
Y me volví para ver la voz que hablaba conmigo; y vuelto, vi siete candeleros de oro, y en medio de los siete candeleros, a uno
semejante al Hijo del Hombre, vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y ceñido por el pecho con un cinto de oro”. Apo-
calipsis 1.11-13.
... Continuación del artículo anterior
Página 9 Volumen 1, nº 1
Al terminar el período del servicio común del primer departamento conocido como el Continuo, se necesitaría el Sacerdote
Principal o Sumo Sacerdote quien se dirigiría hacia el detrás del velo a lo profundo del segundo departamento conocido
como el Lugar Santísimo, del Santuario Celestial, el apóstol Pablo nota que Cristo era ahora un Sumo Sacerdote, y esta fun-
ción la ejercía el principal sacerdote en el Santo de los Santos que es el segundo departamento, nadie podía ingresar al Santí-simo fuera de tiempo porque YAHWEH así había mandado.
“Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no
hecho de manos, es decir, no de esta creación,
y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísi-
mo, habiendo obtenido eterna redención”. Hebreos 9.11-12.
La manifestación de la Gloria de YHWH era sorprendente pero a la vez solemne, había temor y temblor, y toda la nación
estaba a la expectativa si era acepto por Dios la santa convocación.
Al final de la expiación o limpieza de los pecados de toda la nación, el Sumo Sacerdote salía del Lugar Santísimo, pasaba
por el primer departamento, el Lugar Santo para dirigirse hacia el Atrio y salía en búsqueda del macho cabrío que había
caído suerte para Azazel, donde era abandonado para que muriera por inanición.
Levítico 16: 20 y 21 dice: "Cuando haya acabado de expiar el santuario, el Tabernáculo de reunión y el altar, hará traer el
macho cabrío vivo. Pondrá Aarón sus dos manos sobre la cabeza del macho cabrío vivo y confesará sobre él todas las ini-
quidades de los hijos de Israel, todas sus rebeliones y todos sus pecados. Así los pondrá sobre la cabeza del macho cabrío, y
lo enviará al desierto por medio de un hombre destinado para esto".
Página 10 La Voz del Heraldo
... Continuación del artículo anterior
Podemos ver que había una gran diferencia entre lo que pasaba en los dos diferentes departamentos del santuario terrenal. En el
primero, los pecados de los penitentes eran transferidos al santuario por conducto del sustituto. Por otro lado, en el segundo, el
sumo sacerdote rociaba la sangre de la víctima sobre el propiciatorio con el propósito de borrar el pecado. Esto era lo que
ocurría en el Día de la Expiación celebrada anualmente. Pasemos ahora a Levítico 16:5. Este pasaje nos revela lo que antigua-
mente hacía el sumo sacerdote en el lugar santísimo en el Día de la Expiación.
"El día de la expiación, el sumo sacerdote, llevando una ofrenda por la congregación, entraba en el lugar santísimo con la san-
gre, y la rociaba sobre el propiciatorio, encima de las tablas de la ley. En esa forma los requerimientos de la ley, que exigían la
vida del pecador, quedaban satisfechos. Entonces, en su carácter de mediador, el sacerdote tomaba los pecados sobre sí mismo,
y salía del santuario llevando sobre sí la carga de las culpas de Israel. A la puerta del tabernáculo ponía las manos sobre la ca-
beza del macho cabrío símbolo de Azazel, y confesaba sobre él todas las iniquidades de los hijos de Israel, y todas sus rebelio-
nes, y todos sus pecados, poniéndolos así sobre la cabeza del macho cabrío. Y cuando el macho cabrío que llevaba estos peca-
dos era conducido al desierto se consideraba que con él se alejaban para siempre del pueblo. Tal era el servicio verificado como
figura y sombra de las cosas celestiales (Hebreos 8:5)". Patriarcas y Profetas. p. 369-370.
El acto culminante del Día de la Expiación era llevar al desierto el Chivo Expiatorio,
símbolo de Satanás, quien luego era soltado allí para que muriera de hambre y sed.
Al concluir los mil años, Satanás recibirá su castigo en el lago de fuego del Eterno
donde junto con él, los malvados que sufrirán la segunda muerte. Nuestro archi-
enemigo no solamente sufrirá por causa de sus propios pecados, sino por cada uno de
los pecados de los santos que hicieron el esfuerzo para llevar las buenas obras de la fe.
Este pueblo singular siguió las instrucciones de Dios para confesar los pecados, arre-
pentirse de estos, abandonar las obras que impidieron que los impíos lograran la mis-
ma suerte. Cristo, el Cordero Pascual de Dios permitió que fueran redimidos por
aquellas Manos que fueron heridas por nuestras rebeliones, así logrará el Gran Sumo Sacerdote transmitir sobre la cabeza del Macho Cabrío Satanás como acto final de
Expiación en es drama de la lucha entre Cristo y Satanás. Se nos dice por la voz de la
profecía que él sufrirá por más tiempo allí que cualquier otro ser creado.
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Cristo, en su cumplimiento perfecto, ha de salir en forma “invisible” del Santuario Celestial para colocar todos los pecados del
pueblo santo sobre su cabeza para pagar en el Gran Día de la Ira de YAHWEH, por cada uno de los pecados que fueron purga-
dos por el pueblo santo de Dios.
“Se me señaló el tiempo cuando el mensaje del tercer ángel cerraría. El poder de Dios había descansado sobre su pueblo.
Habían realizado su obra, y estaban preparados para la hora de prueba que estaba ante ellos. Habían recibido la lluvia tardía, o
el refrigerio de la presencia del Señor, y el testimonio viviente había sido revivido. La última gran amonestación había cundi-
do por todas partes y ésta había sacudido y enfurecido a los habitantes de la tierra, que no habían querido recibir el mensaje.
“Vi ángeles apresurándose de un lado a otro en el cielo. Un ángel regresó de la tierra con un tintero de escribano en la cintura,
y le comunicó a Jesús que había realizado su obra, y que los santos habían sido numerados y sellados. Entonces vi a Jesús,
quien había estado oficiando ante el arca conteniendo los diez mandamientos, arrojar el incensario, y elevando sus manos, dijo
a gran voz: Consumado es. Y toda la hueste angélica depuso sus coronas a medida que Jesús hizo la solemne declaración: El
que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y
el que es santo, santifíquese todavía.
“Al salir Jesús del lugar santísimo, oí el tintineo de las campanillas de su túnica, y cuando
salió, una nube de oscuridad cubrió a los habitantes de la tierra. Entonces no había media-
dor entre el hombre culpable, y un Dios ofendido. Mientras Jesús había estado ministran-
do entre Dios y el hombre culpable, había un freno sobre la gente, pero cuando Jesús dejó
de estar entre el hombre y el Padre, se removió el freno y Satanás tuvo el control del hom-
bre. Era imposible que se derramaran las plagas mientras Jesús oficiara en el santuario,
pero cuando su obra allí terminó, cuando su intercesión cerró, nada pudo ya detener la ira
de Dios, y ésta cayó furiosamente sobre la desamparada cabeza del pecador culpable,
quien había despreciado la salvación y aborrecido la reprensión. En ese terrible tiempo,
después del cierre de la intercesión de Cristo los santos estaban viviendo a la vista de un
Dios santo, sin un mediador. Había sido decidido cada caso y cada joya numerada. Jesús se detuvo por un momento en el departamento exterior del santuario celestial, y los peca-
dos que habían sido confesados mientras él estuvo en el lugar santísimo, los colocó sobre
el diablo, el originador del pecado. Él deberá sufrir el castigo de esos pecados”. La Gran
Controversia.694-695. Cap. El Cierre del Mensaje del Tercer Ángel. 1858.
La luz de la Palabra de Dios nos señala en Daniel y Apocalipsis que por espacio de 1810
años, el Señor representó a Su pueblo en el Primer Departamento llamado el Lugar Santo
del Santuario Celestial:
“Yo fuí en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta,
Que decía: Yo soy el Alpha y Omega, el primero y el último. Escribe en un libro lo que ves, y envía lo á las siete iglesias que están en Asia; á Efeso, y á Smirna, y á Pérgamo, y á Tiatira, y á Sardis, y á Filadelfia, y á Laodicea.
Y me volví á ver la voz que hablaba conmigo: y vuelto, vi siete candeleros de oro;
Y en medio de los siete candeleros, uno semejante al Hijo del hombre, vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y ceñido
por los pechos con una cinta de oro”. Apocalipsis 1.10-13.
Tal como lo hacía diariamente el Sacerdote Común Típico en el antiguo santuario terrenal. Sin embargo, conforme a Daniel
8.14 Cristo pasó dentro del Segundo Departamento o el Lugar Santísimo o el Santo de los Satos. Una vez al año el Sumo Sa-
cerdote típico entraba en ese departamento. De igual manera, Cristo entró al Lugar Santísimo desde el año de 1844 conforme a
la profecía de las 2300 Tardes y Mañanas, es así como “el Santuario sería purificado”:
“Y le respondió: Por dos mil trescientas tardes y mañanas; entonces el lugar santo será restaurado”. Daniel 8.14.
No en la Tierra porque aún estaríamos haciendo sacrificio de machos cabríos, sino para eterna redención. El apóstol Pablo nos
explica este evento en Hebreos 9.12:
“y no por medio de la sangre de machos cabríos y de becerros, sino por medio de su propia sangre, entró al Lugar Santísimo
una vez para siempre, habiendo obtenido redención eterna”.
Dado que existen controversias por las diversas traducciones sobre este pasaje, aclaramos que conforme a las escrituras griegas
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del Nuevo Testamento, el término griego empleado en entró al “Lugar Santísimo” es Ta Agía/Ta Agión que significa al espa-
ñol Lugar Santísimo, y no cabe emplear el término el “Lugar Santo” o incluso ese “Santuario”, dado que eso no es lo que
dice en el texto en griego y tampoco aplica conforme a la doctrina del Santuario cualquier desarrollo en el servicio del Sacer-
dote común o el Sumo Sacerdote, dado que existe una meridiana claridad en cuanto al tiempo en que se encontraba las fun-ciones de estos sacerdotes y la departamentalización del Santuario. Es decir, que la constitución tanto el diseño dado por
Dios a Moisés para el Tabernáculo del Desierto, o bien, las instrucciones de Dios dadas para erigir el Templo de Salomón
mantienen a pesar de su constitución, materiales y condiciones diferentes conforme a su verdad presente, el mismo diseño:
Atrio, columnas, capiteles, barreras, las mismas vasijas y utensilios, la ofrenda, el sacrificio, los sacerdotes, los tiempos de
las fiestas anuales de solemnidad, absolutamente todo era igual. Cabe destacar que la portabilidad del Tabernáculo del de-
sierto se debe a que ellos eran nómadas, ceñidos al desierto por la preparación de un pueblo, no tenían nación, y prácticamen-
te cuatrocientos años y medio después lograron una reubicación como nación. Sin embargo, podemos apreciar que en los
días de Salomón (Shalom, Shalem: paz), su verdad presente era tiempos de paz. De hecho, Dios lo había preparado así, y
excluyó al rey David de la solemne obra de construcción del Templo, porque “había sido un hombre de guerra”.
Cristo conforme a las verdaderas enseñanzas de la Biblia en torno al tema del Santuario, no podría jamás introducirse en un departamento conforme al orden.
La Biblia declara que existe un orden en el Cielo, y que Cristo cumpliría conforme al modelo incorruptible y verdadero:
“Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no
hecho de manos, es decir, no de esta creación”. Hebreos 9.11.
¿Cuántas veces entraba el sumo sacerdote en el segundo departamento? Una vez al año.
¿Vuelve a entrar Cristo allí cada año? Definitivamente no!
¿Por qué no ha de cumplirse este hecho? Porque es algo que hace una vez por todas durante estos últimos días: “… una vez y para siempre para eterna redención” (Heb. 9.12).
Cristo continuará su ministerio allí hasta que haya terminado la obra de intercesión delante del Padre. Note bien las palabras
de Hebreos 9.26:
" ... pero ahora, en la consumación de los tiempos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar
de en medio el pecado".
Sabemos por la Biblia y la costumbre del pueblo de Israel (por mandato y precepto de Dios) que la expresión "la consuma-
ción de los tiempos" se refiere a los últimos días, poco antes de la Segunda Venida misma de Cristo. Y en respuesta a la pre-
gunta acerca del propósito de Cristo al entrar en el Lugar Santísimo en el tiempo del fin, las Escrituras contestan que es: "para quitar de en medio el pecado" por Su propio sacrificio.
Quitar de en medio es una expresión enfática. Se emplea en las Sagradas Escrituras en el sentido de darle carta de divorcio a
una mujer. El marido que hacía esto "quitaba de en medio a su compañera”. Desde la arista de este significado, podemos ver
que en estos últimos días Cristo está empeñado en la obra de "divorciar" a su pueblo del pecado y así encontrar de entre los
redimidos aquellos que: “no se contaminaron con mujeres” (Apoc. 22.13). Es decir, que al tiempo en que Cristo vino a liber-
tar a Su pueblo, habían abandonado las iglesias apóstatas de las cuales pertenecieron y aceptaron la Verdad del Señor a pesar
del escarnio, el oprobio de familiares, amigos y profesos hermanos. Ante que esto, “siguieron la voz del Cordero a donde
quiera que va”: “Estos son los que con mujeres no fueron contaminados; porque son vírgenes. Estos, los que siguen al Cor-
dero por donde quiera que fuere. Estos fueron comprados de entre los hombres por primicias para Dios y para el Cordero”.
Apoc. 14.4.
Ninguna conferencia de paz tendrá un éxito permanente, y ningún nuevo orden mundial bajo la Organización de las Naciones
Unidas y las Iglesias Apóstatas, ni las iglesias que profesan un mensaje aparentemente completo podrán eliminar el problema
del pecado en la humanidad. El pecado permanecerá hasta que sea definitivamente resuelto mediante la obra de la expiación
ya sea por la mediación de Cristo en medio del Santuario de YAHWEH o bien, por el fuego que consumirá tanto al pecado
como al pecador.
Que Dios le bendiga y guarde para la eternidad.
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Licuados de frutas: Contra
los Calambres
De Plátano y Naranja
1 Porción
Ingredientes
1 plátano mediano
1 vaso de jugo de naranja
Miel al gusto
Preparación
Se extrae el jugo de las naranjas y se colocan en
la licuadora. Licuar los ingredientes perfecta-
mente a alta velocidad y beberlo en el momento.
Si queda muy espeso se coloca mas jugo de na-
ranja.
Función
Este jugo estimula el correcto funcionamiento del
sistema nervioso, además su contenido de potasio
ayuda a tonificar
Recetas de Plantas Medicinales. Por: María A. Villalobos
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Correos electrónicos:
W W W. AL A LU Z DE L AB I BL I A. O R G
¡Un Ministerio que profesa la Verdad Presente!
Comité Editorial: María A. Villalobos, Samuel Saldaña.
Editor, Arte y Diseño Gráfico: Samuel Saldaña.
Escritores: María Villalobos, Samuel Saldaña.
Temas de Salud: María A. Villalobos.
Editado quincenalmente por este ministerio.
Editora A la Luz de la Biblia
Desde 2006
El Ministerio A la Luz de la Biblia, tiene como propósi-
to, pregonar la Verdad Presente dado desde lo Alto del
Cielo. Por la Gracia de nuestro Señor Jesús, es entre-
gado a toda nación, tribu, lengua y pueblo.
Estamos gustosos que Dios bendiga al mundo por me-
dio de Su Verdad, ésta no debe permanecer oculta como
si tuviese algo por qué temer, más bien, debe ser exalta-
da como joyas preciosas y lucida a un mundo que pere-
ce en tinieblas.
Por lo tanto, desde ahora usted tiene una cita con Cris-
to!
¡Que el Señor Todopoderoso les bendiga y guarde para
la eternidad!
Nos complacemos en poder servirle.
Ministerio A la Luz de la Biblia