Boletín 39

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PROVINCIA FR ANCISCANA DE LOS DOCE APÓSTOLES DEL PERÚ http://www.12apostoles.org.pe/ ARCHIVO SAN FRANCISCO DE LIMA BOLETÍN Nº 39 / MAYO DE 2014 Av. Abancay Nº 162, Int. 307-B Telf. (051) 1 - 426-0801 / 427-1381 E-mail: [email protected] http://prensafranciscanaperu.blogspot.com MINISTRO PROVINCIAL Fr. Enrique Segovia Marín, OFM DIRECTOR Fr. Abel Pacheco Sánchez, Ofm. ARCHIVO Y DOCUMENTACIÓN Jorge Román Tasayco COORDINACIÓN Prof. Cayetano Villavicencio Wenner ILUSTRACIONES Y FOTOGRAFÍAS Archivo del Convento de San Francisco EDICIÓN Archivo Histórico San Francisco de Lima Av. Abancay Nº 162, Int. 307B Telf. (051) 1 4260801 / 4271381 Email: [email protected] Blog: prensafranciscanaperu.blogspot.com Twitter: @PFranciscana EDICIÓN DIGITAL EN INTERNET www.issuu/prensafranciscanaperu CARÁTULA Logo del Archivo de San Francisco de Lima Lima-Perú 2014 Derechos reservados CONTENIDO DEL BOLETÍN Nº 39 Pag. 2 Al lector, por Fr. Abel Pacheco Sánchez, OFM Pag. 3 Recordando a Fr. José Francisco de Guadalupe Mojica, Ofm. Pag 9 “De Guamanca a la tierra del Biobío”. Fr. Luis Hierónymo de Oré. Pag 13 Nuevas Publicaciones: Tesoros de la Catedral del Cusco. Pag. 15 Canonización de Juan Pablo II y Juan XXIII Pag. 22 Informe del Archivo San Francisco de Lima Pag. 24 Altar Mayor de San Francisco de Lima, restaurado en el 2014. Lima Perú 2014 Derechos reservados Archivo San Francisco de Lima Provincia Franciscana de los Doce Apóstoles del Perú Archivo San Francisco de Lima 1

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Nos complacemos en presentar el Boletín N° 39 del Archivo San Francisco de Lima.

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PROVINCIA FRANCISCANA

DE LOS DOCE APÓSTOLES DEL PERÚhttp://www.12apostoles.org.pe/

ARCHIVO SAN FRANCISCO DE LIMABOLETÍN Nº 39 / MAYO DE 2014

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E-mail: [email protected]://prensafranciscanaperu.blogspot.com

MINISTRO PROVINCIALFr. Enrique Segovia Marín, OFM

DIRECTORFr. Abel Pacheco Sánchez, Ofm.

ARCHIVO Y DOCUMENTACIÓNJorge Román Tasayco

COORDINACIÓNProf. Cayetano Villavicencio Wenner

ILUSTRACIONES Y FOTOGRAFÍASArchivo del Convento de San Francisco

EDICIÓN Archivo Histórico San Francisco de Lima

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EDICIÓN DIGITAL EN INTERNETwww.issuu/prensafranciscanaperu

CARÁTULALogo del Archivo de San Francisco de Lima

Lima-Perú 2014

Derechos reservados

CONTENIDO DEL BOLETÍN Nº 39

Pag. 2

Al lector, por Fr. Abel Pacheco Sánchez,

OFM

Pag. 3

Recordando a Fr. José Francisco de

Guadalupe Mojica, Ofm.

Pag 9

“De Guamanca a la tierra del Biobío”. Fr.

Luis Hierónymo de Oré.

Pag 13

Nuevas Publicaciones: Tesoros de la

Catedral del Cusco.

Pag. 15

Canonización de Juan Pablo II y Juan XXIII

Pag. 22

Informe del Archivo San Francisco de Lima

Pag. 24

Altar Mayor de San Francisco de Lima,

restaurado en el 2014.

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Archivo San Francisco de Lima

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Fr. Abel Pacheco Sánchez, Ofm.Director del Archivo de San Francisco de Lima

osé Mojica nació el 14 de septiembre de 1896

en el pueblito de San Gabriel, en Jalisco,

México. El mundo, especialmente el mundo del

arte, del espectáculo, está celebrando el Primer

Centenario del nacimiento del cinematógrafo, del cine,

del arte de la imagen en movimiento, del lenguaje de la

imagen. El cine y José Mojica nacieron más o menos en

el mismo tiempo; hermosa y significativa coincidencia,

ya que más tarde se complementarían.

N.S. Jesucristo, maestro de maestros, el único que

pudo decir: “Yo soy la Verdad”; en una ocasión

extraordinaria, cuando enseñaba a sus discípulos las

exigencias para seguirle: “Renúnciese a sí mismo…Tome

su cruz”, pronunció una frase célebre, dijo: “¿De qué

sirve al hombre ganar todo el mundo si al final pierde su

alma?” (Mt. 16,26). Estas palabras, a ciertas personas,

les golpea tan profundamente el corazón y la

conciencia, que obra en ellas un cambio radical…Esto

ocurrió el año 1934, con un extraordinario artista, José

Mojica, que por méritos propios, había ascendido, paso

a paso, entre sonrisas y lágrimas, a la cumbre de la fama

y de la gloria, como cantante y actor de ópera, teatro,

radio, cine, y después, TV… José Mojica se encontraba

radiante en esa cumbre con la admiración y el aplauso

de gran parte del mundo… Triunfante brillaba en las

cumbres de soberbia, de la riqueza, poder, placer, fama,

gloria, aplauso, admiración, adulación. Cumbres que

tanto ambiciona el pobre corazón humano.

Y desde esas cumbres, tocado ya por la gracia de

Dios, vio las transitorias glorias del mundo, y recordó las

palabras con las que se abre el sagrado Libro del

Eclesiastés: “Vanidad de vanidades, todo es vanidad”…

Vino a su mente la sentencia del Apóstol San Pablo en la

primera carta a los Corintios: “El escenario de este

mundo pasa”… Y evocó las palabras del Apóstol San

Juan en su primera carta: “Todo cuanto hay en el mundo

es concupiscencia, la de los ojos, concupiscencia la de la

carne y soberbia de la vida”… Recordó que una tumba,

un día, opacaría todo su brillo, y que sus glorias terrenas

sólo serían escombros, fragmentos brillantes de un fino

Por. R.P. Jaime Alejandro Palacios Jara, Ofm.

RECORDANDO A FR. JOSÉ FRANCISCO DE GUADALUPE MOJICA, OFM. *A LOS 40 AÑOS DE SU PARTIDA DE ESTE MUNDO

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* Nota de la Redacción. El autor escribió la presente semblanza para el 14 de setiembre de 1996, introduciendo con

estas palabras: “Nuestro homenaje tiene como corona la celebración del Primer Centenario del nacimiento de un artista

extraordinario, José Mojica, que hizo de su vida la más bella obra de arte”.

Estimamos oportuno volver a divulgar este mensaje por lo prístino y sincero de su contenido así como por su

confesión filial al padre José de parte de su hijo espiritual, esta vez “ad portas de recordar los 40 años de su encuentro

con el Señor + 20 Set.1974".

espejo roto. Y consciente, libremente, descendió a los

valles de la humildad, donde encontró paz para su

espíritu, alegría para su vida y limpieza de corazón para

ver las cosas de Dios. Y se acercó a Dios, y vino a Cristo,

por el camino de Francisco de Asís. Había leído la vida y

los escritos de este santo maravilloso: el Hermano de la

Fraternidad Universal, el Santo del Amor y de la Paz. El

santo que llamaba con el dulce nombre de “hermano”,

de “hermana” a todas las criaturas. El santo de la

pobreza y la humildad; por eso se llamaba “hermano

menor”.

José Mojica fue conducido por San Francisco al

corazón de Cristo, después de 28 años de haber vivido

lejos de Dios, alejado de la Iglesia, en una vida, como él

lo reconoce, de pecado, ese año 1934, se confiesa,

comulga e ingresa a la Tercera Orden de San Francisco.

Se despoja, como San Pablo, del “hombre viejo”, del

“hombre de pecado”, y se reviste del “hombre nuevo”, el

hombre según Cristo. En esta vida nueva, con la luz de

Dios, poco a poco va desencadenando su corazón de las

glorias terrenas. “La fama, la popularidad, dirá en esos

tiempos, es mi cruz”.

Y llegó el año 1940. Ese año rompe el último vínculo

sagrado que le ataba a esta tierra. Ese año muere su

santa y sufrida madre, a la que él adoraba. Recién se

siente del todo libre para realizar la obra que Dios quería

de él. Vivir su vocación religiosa. Cumplir una misión

distinta en el mundo… Ir tras de Cristo que le decía:

“Sígueme… venid en pos de mí”.

Había filmado muchas películas, la mejor de ellas,

según propio testimonio, “La cruz y la espada”; en la que

él trabajaba de religioso franciscano. En esta película,

interpreta una canción que ponía al descubierto el

estado emotivo de su espíritu, los versos dicen:

“Toca dolorosa campana de antaño,

toca que ha muerto mi última ilusión.

Toca campanero de mi desengaño en el

campanario de mi corazón”

Superada ya su desorientación ideológica, filosó-

fica y religiosa, el año siguiente, 1941, filma su última

película en los Estudios San Miguel: “Melodías de

América”, seguramente los que hoy peinamos canas, la

hemos visto; y fue Agustín Lara quien compuso algunas

canciones para este film.

En su autobiografía, José Mojica dice: “Había

escrito una canción que parecía hecha especialmente

para mí en aquellos días: Solamente una vez. Con esa

bella melodía me despedí de la vida mundana”. Al volver

a su Méjico querido, comienza a cumplir lo que Cristo

ordena a los que quieren seguirle. “Anda y vende todo lo

que tienes, repártelo entre los pobres. Así tendrás un

tesoro en el cielo, y después, ven y sígueme”.

Con generosidad, lo repartió todo... No fue fácil. Lo

dice él: “Si dijera que fácilmente me desprendí de mi

casa, de mis obras de arte, de mi dinero, de mi familia y

mis amigos, mentiría”. Pero tal vez con un corazón

sangrante, lo hizo por Cristo... Se había quedado sin

nada. No tenía para el pasaje de Méjico al Perú… ¿Y por

qué el Perú?... Estando en la Argentina y deseando

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saber el lugar a donde Dios quería llevarle, imitando a

San Francisco de Asís, que buscaba y encontraba la

voluntad de Dios de esa manera, frente a un mapa,

cerrando sus ojos, pasó su mano sobre el mapa,

diciéndose: en el lugar que se pose mi dedo, será el

destinado por Dios. Abrió los ojos y bajo la yema de su

dedo decía “Cusco” (Perú).

Nuestro Perú tuvo el honor y la gracia de ser el

escenario de la vida religiosa de este gran hombre. La

primera limosna que pidió fue para su pasaje. La pidió a

su primo Tino, que se había convertido en un próspero

productor cinematográfico y que le ofrecía un millo-

nario contrato por 6 nuevas películas… Tino le dio un

cheque de $ 500 dólares para su viaje a nuestra tierra. El

16 de febrero de 1942 llegó a Lima. Y el 8 de marzo de

ese mismo año vistió el santo y humilde hábito

franciscano, comenzando su noviciado, a los 45 años

cumplidos, y con el nombre de Fray José Francisco de

Guadalupe Mojica… Vinieron, después de su profesión

religiosa, sus estudios de filosofía y teología… Y el 13 de

julio de 1947, en Lima, recibía, emocionado hasta las

lágrimas, el sacerdocio que él, por humildad, no se creía

digno. Fray José aspirada a ser solamente un hermano

no clérigo. Su ordenación y primera Misa en Lima fue un

acontecimiento no solamente nacional sino mundial…

Los medios de comunicación de todas partes estaban

presentes… 32 años vivió santamente en la vida

consagrada a Dios y al prójimo… Los mejores 32 años de

su vida…

José Mojica, o mejor Fr. José Fco. de Guadalupe

Mojica, no necesita semblanzas ni panegíricos que le

hagan grande. Él es grande. No con la grandeza de la

soberbia humana ni de las glorias mundanas. No. Él es

grande porque se cumple la Palabra de Dios que dice:

“Dios da su gracia a los humildes... Dios enaltece a los

humildes... La memoria del justo será bendita y

recordada siempre”.

Si quisiera yo subrayar algunas notas de su rica

personalidad, notas que son muchas y muy variadas,

creo que 4 sintetizan lo mejor de su noble ser:

1.- Fr. José fue un verdadero “Hombre de Dios”,

"Hombre de fe, de la Iglesia, del Evangelio. Hombre

de oración, meditación, contemplación; hombre de

profunda y sincera vida espiritual, vida interior, una

vida Cristocéntrica y Mariana: Cristo como centro

de todo y junto a Él, su Madre María, pero en la

advocación de la Virgen de Guadalupe, la Morenita

del Tepeyac que con los signos de nuestra raza

indoamericana, se apareció en México. Del 9 al 12

de diciembre de 1531, la Madre de Dios se dejó ver

cinco veces. Cuatro por el indiecito San Diego y una

a su tío Juan Bernardino y nos dijo: "Yo soy tu

amorosa Madre... Yo soy la madre del verdadero

Dios por quien se vive"...Y Fr. José llevó por el

mundo a la Virgen de Guadalupe.

Fue un trovador mediante la predicación. No

busquemos en él al predicador teólogo, porque no

lo era. Era el moralista práctico, que predicaba

como quería el padre San Francisco: “Anunciando

virtudes y vicios, el premio y la gloria, con brevedad

de sermón, porque palabra abreviada hizo el Señor

sobre la tierra”. Y Fr. José llenaba templos y

arrastraba multitudes.

2.- Su optimismo frente a la vida. Su alegría de vivir. El

ver siempre la parte positiva del mundo, de la vida y

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de los hombres. El confiar en ellos. El creer que

todos eran buenos. Este optimismo y alegría no los

perdió ni siquiera en su vejez, cuando inválido, en

una silla de ruedas, con una pierna amputada,

pierna que la perdió a raíz de una grave enferme-

dad, seguía dichoso y alegre como San Francisco,

entonando el “Cántico de las Criaturas”, y como

Santa Clara que daba gracias al Señor diciendo:

“Gracias, Señor, por haberme creado”.

3.- Su bondad, generosidad y desprendimiento de

todo. Nada tenía porque todo lo daba. Estoy seguro

de que si alguien le pedía el santo hábito que vestía,

lo hubiese dado, como San Francisco un día dio a un

pobre el manto para que le resguarde del frío

invierno. Ningún bien terreno encadenaba su

corazón.

4.- Su trabajo por las vocaciones religiosas y

sacerdotales. El inmortal sabio y santo papa Pío XII,

en una audiencia especial, le dijo: “Padre José,

tiene mi bendición para llevar a Cristo al teatro, a la

radio, al cine, a la TV”. Y así lo hizo, sus escenarios

fueron: España, Italia, Grecia, Brasil, Argentina,

Cuba, Puerto Rico, Colombia, Méjico, Ecuador,

nuestro Perú, etc. En Arequipa con su esfuerzo

contribuyó a edificar el Colegio Seráfico (Seminario

Menor), para el cultivo de las vocaciones

sacerdotales. Él mismo era ejemplo y modelo con

su palabra, vida y obras.

Yo, tuve la gran dicha de conocerle el año 1951.

Intercambiando algunas cartas. En diciembre de 1951,

en Guayaquil Ecuador, se celebró un “Congreso de

Terciarios Franciscanos”. Para solemnizar este

acontecimiento, invitaron al famoso Padre Mojica. En

Guayaquil nos conocimos y el 17 de diciembre me trajo

a Lima para comenzar mis estudios en el Colegio

Seráfico (Seminario Menor). Pasado mañana, 17 de

septiembre de 1996, se cumplen 44años de mi llegada a

Lima con el buen Padre José, que fue para mí mi

verdadero “Padre espiritual” y una de las personas a las

que yo más he querido y admirado. Lo que ahora soy,

sacerdote franciscano, por la gracia de Dios, se lo debo a

él. Tengo aquí un tesoro. Así lo llamo yo. Para mí lo es.

Son varias cartas, tarjetas postales, estampas, que él me

escribió en muchas oportunidades. Voy a leer algunos

párrafos seleccionados de acuerdo a mis diversas

etapas de formación religiosa. Al escuchar estos

párrafos, no penséis en mí ni en lo que dice de mí,

pensad en él. Quiero que conozcáis su corazón noble tan

lleno de Dios y de amor, que conozcáis cómo expresaba

sus pensamientos y sentimientos. Escucha.

Esta fue la primera carta que recibí de él. Carta que

me emocionó hasta las lágrimas. Dice así: “Pax et bonum.

Convento de San Francisco de Lima, septiembre de 1951.

Sr. Jaime Palacios Jara. Guayaquil, Ecuador. Estimado

hermano en Cristo: He tenido el gusto de recibir su carta

del 25 del actual en la cual me comunica sus fervientes

deseos de abrazar la vida religiosa para servirle a Dios y a

la humanidad. Muy loable es su decisión, siempre y

cuando esta nueva vida se emprenda con alegría interior y

disposición de servir no como un hombre que escapara los

dolores de la vida, sino como aquel que sabiendo el mérito

del dolor, estando en la gracia de Dios, reconoce el

inmenso beneficio que va a recibir para aplicar los que

encuentre en la vida religiosa como aumento de la vida

que encontrará en el cielo al morir. Es decir: que entrando

en un convento no va a dejar de sufrir tentaciones, quizá

de otra índole diferente de las que encuentra actualmente

en su vida de mundo, pero de todos modos habrá lucha

que ciertamente es más fácil de llevar que la que se lleva

en el mundo, por tener la protección de Cristo en la

comunión diaria que todo buen religioso se esmera en

recibir.

Continúa… la carta es muy larga. Termina así:

Si desea volverme a escribir, hágalo con toda

libertad, sobre todo si no he sido claro en algún punto o

si desea otras informaciones. Le prometo encomen-

darlo en mis oraciones para que persevere en sus santos

propósitos y reciba las bendiciones de su humilde

servidor en Cristo y María.

Fr. José Francisco de Guadalupe Mojica OFM

La carta siguiente, la recibí al comenzar yo mi

Noviciado. Dice: “Pax et bonum. Convento de San

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Francisco, Arequipa, Abril de 1955. Mi queridísimo

Alejandro Francisco (lindo nombre): Qué alegría

corroborar lo que ya presentía de tu vocación y qué

fervor pidiéndole a Dios que siempre te conserve así de

entusiasta por su santo servicio y te haga conocer la

infinita dulzura de su amor que es mejor que todos los

amores puestos juntos. Me considero feliz de ser tu

“padre espiritual” y doy gracias a Dios y la Virgen por tu

vocación tan decidida, tan firme, tan entera. Que así sea

hasta la muerte, Amen.

Termina diciendo: Suplicándote que continúes tus

oraciones por mí, te bendigo como siempre y te felicito

por tu alegría santa y por el goce de tu paz en la Pequeña

Cruz de la vida religiosa.

Fr. José Francisco de Guadalupe Mojica OFM.

Cuando yo era estudiante de Filosofía y Teología,

recibí esta tarjeta:

Convento de San Francisco, Arequipa, Septiem-

bre 19 de 1957. Mi muy amado hijito Fr. Alejandro

Palacios: Ya sabrás lo grato que es el ver que un niño

como tú persevere gustoso y no a regañadientes, en

esta santa vida religiosa que has sabido estimar en

toda su altura. Comparando tu ejemplo con

algunos otros que han fallado me consuelo y digo:

¡Bendito sea Dios, no todo está perdido!

Vale más calidad que cantidad, ciertamente, y

por esa pido a Dios y a la virgen que te den siempre

ese santo conocimiento de la Cruz y ese goce

especial en ella. Las cualidades adquiridas en estos

años de formación, son las que dan al alma la

ilustración y el acierto, más que las letras y las

alturas científicas. Nuestro padre San Francisco

miraba más a la oración y a la caridad que a todo lo

demás. Ahora es el tiempo de agigantarte en ellas.

Me despido hijito mío, suplicándote que continúes

encomendándome fervorosamente. Tú eres uno de

mis ángeles guardianes en la tierra y estamos

destinados a vivir el fruto de nuestros sacrificios,

dolores y trabajos en el cielo. Ya viene la novena de

Nuestro Padre. Encomiéndame mucho en ella.

Debo predicar varias veces y quiero hacerlo

bien. No por vanidad, sino por tratarse de quien se

trata. Hasta pronto, te bendice siempre, Fr. José.

Cercana ya mi ordenación sacerdotal, recibí esta

carta; Pax et bonum. Convento de San Francisco, Lima,

septiembre 3 de 1961. Mi dulce hijito Fr, Alejandro

Palacios:

Te felicito por tu ordenación, ya en las gradas del

Altar del Señor, ya en los peldaños que te conducirán al

Tabernáculo. ¡Hijo mío! Esto es obra de una gran y

extraordinaria perseverancia la cual ha sido coronada

con el amor de los que te rodean, la alta estimación de

tus superiores, y la admiración de tu viejo “papá” lejano,

el decrépito Fr. José, que te escribe.

Y llegó el día de su muerte. Fue el día viernes 20 de

septiembre de 1974, a las 3 y 15 de la tarde.

Había cumplido 78 años y 6 días de edad.

Desempeñaba yo el oficio de Maestro de Estudiantes

Teólogos (Rector del Seminario Mayor), y uno de mis

estudiantes, Fr. Gilmer Espino, hoy Superior de nuestro

Convento de Tacna, fue el único que estuvo presente en

ese momento. Nos contó él que su muerte más pareció

un sueño, un quedarse dormido con una sonrisa de paz

en el rostro. Él mismo lo había dicho, que el día más feliz

de su vida será el día de su muerte. De inmediato, en el

convento, tocaron campana de obediencia para que los

hermanos se reúnan. Yo no fui a ver su cadáver.

El Padre José ya no estaba allí. Se encontraba frente

a Cristo Juez, en ese juicio que nos espera a todos. Fui a

la capillita del Estudiantado, preparé todo lo necesario y

celebré por él la Santa Misa. Fue la primera misa

ofrecida por el eterno descanso de su almita buena. Era

la manera de demostrar mi amor, mi gratitud, y por qué

no decirlo, mi dolor de hijo. Gran parte de Lima desfiló

ante sus restos y asistió a sus funerales demostrando

afecto y veneración por él. Fue sepultado en un lugar

especial de nuestras catacumbas, donde descansa en

paz Fr. José Francisco de Guadalupe Mojica, es inmortal,

diría yo, con una doble inmortalidad.

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Don Miguel de Unamuno y algunos griegos

pensaron que la inmortalidad era solamente el

“sobrevivir en el recuerdo de los demás”…. El padre

Mojica sobrevivirá en la Historia del Arte y en la Historia

de la Iglesia como cantante y actor de ópera, teatro,

radio, cine y TV… Como compositor: varias canciones de

sus películas tienen la letra y música de él… Como

literato: allí está su autobiografía de fondo profundo y

bella forma, escrita por obediencia de sus superiores y

titulada: “Yo pecador”, además de otros escritos. Como

pintor: dejó varios y hermosos cuadros, destacando el

retablo para el altar mayor de la capilla del Colegio

Seráfico, donde su artística mano plasmó las

apariciones de la Virgen de Guadalupe. Cultivó con

fecundidad y frutos estos diversos campos del arte. Si

“sobrevivir en el recuerdo de los demás” es

inmortalidad, hay otra infinitamente superior: el

sobrevivir en el Reino de Dios. Es la esperanza cierta de

la resurrección y glorificación en la inmortalidad donde

hay plenitud de vida y felicidad eterna. Es el trascender

para siempre a las estrecheces de la materia, del espacio

y del tiempo. Ésta es la verdadera inmortalidad. Y el

Padre José está en ella. Con Dios, con Cristo, con la

Virgen de Guadalupe, con San Francisco y los

Bienaventurados. Allí ha recibido el premio y goza de la

recompensa eterna por su heroica renuncia y digna vida

religiosa. Del buen Padre José podemos decir lo que el

sagrado libro de los Hechos de los Apóstoles (10, 38)

dice, sintetizando la vida y obra del Salvador: “Pasó por

este mundo haciendo el bien”. Así fue el Padre Mojica,

pasó por el mundo haciendo el bien a todos…

El siglo XX expira ya. Ya vemos brillar la aurora del

siglo XXI. Estos siglos donde el hombre, soberbio de sus

avances científicos, técnicos, culturales, se siente un

súper hombre, capaz de pisotear los valores éticos,

morales, espirituales y religiosos…Se habla ya de una

postmodernidad y un postcristianismo, donde no debe

haber verdades eternas ni principios inmutables. En

este escenario preñado de tempestad, la figura y el

ejemplo de José Mojica seguirá siendo esa antorcha, ese

faro luminoso, que como hijo de San Francisco de Asís,

con espíritu franciscano de Hermano Menor, seguirá

recordando a sus hermanos, los hombres de todos los

tiempos, las evangélicas palabras de Cristo Salvador que

pregunta: “De que le sirve al hombre ganar todo el

mundo si pierde su alma?” (Mt. 16, 26)

Gracias por la paciencia y la caridad que habéis

tenido para escucharme.

*****

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a figura epónima de un sencillo fraile

franciscano en estos días cobra mayor

vigencia por su dilatada y plurifacética

personalidad religiosa, como misionero doctrinero

– evangelizador, escritor, traductor y prelado.

En las universidades estadounidenses, euro-

peas y americanas, se investiga el proceso de

evangelización del “nuevo mundo”, especialmente

de los pueblos andinos meridionales, destacando

personajes como fray Luis Bolaños en Paraguay;

san Francisco Solano en Argentina, Paraguay y

Perú; santo Toribio Alfonso de Mogrovejo en el

extenso virreinato peruano; fray Hernando de

Trejo y Sanabria, franciscano paraguayo, obispo en

Tucumán, Argentina. Despunta también fray

Hierónymo de Oré, por su misión amplia en

diferentes latitudes de América, el Caribe y

Europa.

Habiendo nacido en la antigua Guamanga

(hoy Ayacucho), 1554, crece en un hogar donde se

respiraba aires de identidad del terruño y cristiana,

pues aprendió el quechua y el aymara a temprana

edad de boca de sus nodrizas indígenas; el

matrimonio Antonio Oré – Luisa Días de Roxas y

Rivera, tuvo una prole numerosa (16 vástagos), de

ésta, 5 hijas profesaron como religiosas del

monasterio clareano de Guamanga, -construido

con peculio de Antonio Oré y su esposa, 1568-, ellas

fueron las primeras abadesas, sucediéndose en éste

y otros cargos, así tenemos: Sor Ana del Espíritu

Santo Serpa (n. 1544), Sor Leonor de Jesús Tejada y

Sor María Rojas de la Concepción (ambas nacidas

en 1549), Sor Inés de la Encarnación Oré (n. 1553) y

Sor María Oré de la Purificación (1); igualmente, 5

hijos abrazaron el sacerdocio, 4 de ellos en la orden

del seráfico de Asís: fray Pedro, el mayor de ellos,

destacado misionero en las doctrinas peruanas,

custodio de Tierra Firme, guardián en Panamá,

1594, guardián en Guamanga; el padre fray

Dionisio Oré, ordenado sacerdote por Toribio de

Mogrovejo el 14 de Noviembre de 1584 a los 25 años

de edad, misionando en doctrinas alto andinas en

Cajamarca, Jauja, los Collaguas y Cusco; fray

Antonio Oré, sirvió a la Iglesia hasta el 20 de abril

de 1620; fray Luis Hierónymo, indiscutiblemente el

más sobresaliente, y Francisco que fue arcediano de

la catedral de Guamanga (2). El cronista francisca-

no Diego de Córdova y Salinas, sostiene que estos

religiosos, los hermanos Oré, eran “… predicado-

res de españoles e indios, diestros en el canto llano

“DE GUAMANGA A LA TIERRA DEL BIOBÍO”FR. LUIS HIERÓNYMO DE ORÉ, OBISPO DE LA IMPERIAL, CHILE.

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y gregoriano, y fueron guardianes en la Provincia,

con lustre y crédito de la religión…” (3).

El joven Luis Hierónymo de Oré ingresó en el

Cuzco a la orden franciscana, luego se traslada a

Lima para los estudios superiores eclesiásticos en el

convento máximo franciscano y en la Real y

Pontificia Universidad de San Marcos. Es ordenado

sacerdote por Toribio de Mogrovejo en Lima, el

sábado 23 de septiembre de 1581, un año antes del

inicio del III Concilio Limense (1582 – 1583); frisaba

Oré los 27 años de edad y estaba encaminado a una

larga como extensa actividad misional, intelectual

y religiosa. Recién ascendido al presbiterado, fray

Luis Hierónymo, fue convocado por los organiza-

dores del III Concilio Limense para actuar como

traductor en la preparación de un catecismo en

quechua, lengua que él dominaba con fluidez

admirable (tanto como el aymara).

Su carrera como religioso fue meteóricamente

ascendente. En un primer momento estuvo en las

doctrinas de los Collaguas, en el valle del Colca, en

Arequipa, siempre floreciente, fue recuperado por

los franciscanos y sus doctrineros, fray Luis de

Sanguil, y fray Luis Oré. Iniciaron el proceso el 15

de septiembre de 1586, culminando la recuperación

de las doctrinas en julio de 1590; en este proceso Oré

hace gala de su prudencia y dominio de su

experiencia legal como procurador y como párroco

en Coporaque, hasta 1595. Paralelamente, en este

mismo año Fr. Luis Hierónymo se encuentra en

Lima en el quehacer de gestionar la publicación de

su obra Symbolo Católico Indiano, realidad que se

concreta en 1598.

Como religioso activo, quizá yuxtaponiendo

actividades, los superiores nombran a Oré en 1592

guardián de las misiones de Jauja, en los Andes

centrales del Perú. En 1600 misionaba en una

parroquia del centro minero del Potosí (mina de

plata en el Alto Perú, actualmente Bolivia), donde

predicaba fluidamente en quechua y aymara según

versión de fray Diego de Ocaña (jeronimita),

pregonando la devoción a nuestra Señora de

Guadalupe. El obispo del Cusco, Mons. Antonio de

la Raya, le concede una parroquia, de manera

inusual a un regular, admirado por su espíritu y

fama de misionero, así como de predicador en

lengua vernácula. Fue el mismísimo obispo de la

Raya quien otorga licencia al religioso franciscano

para viajar a España y Roma portando epístolas

para el rey Felipe III, llamado “el Piadoso”, y su

Santidad Paulo V.

A tierras ibéricas probablemente habría

llegado en marzo de 1605, pues Oré aprovechó este

periplo para gestionar y publicar sus obras. De

España pasó raudamente a Roma, donde es muy

posible que el Papa Paulo V lo recibiera, sin

presagiar ambos, que en 1620 el primero lo

nombraría obispo a su humilde visitante. En Italia

Oré gestionó la publicación de sus obras, especial-

mente el Rituale, seu manuale peruanun...; en 1606

publica en Alejandría la obra religiosa “Tratado

sobre las indulgencias”.

En 1611, nuevamente en España y en diciem-

bre de ese año el comisionado general de la Orden,

fray Antonio de Trejo, asigna a fray Luis

Hierónymo organizar un grupo de misioneros para

ir a la Florida; puesto que recién en 1612 se crearía la

provincia franciscana de Santa Elena. En este

ínterin, fray Hierónymo se desplaza de Madrid a

Cádiz y en Córdova se entrevista con el peruano

Inca Garcilaso de la Vega, autor de la Florida del

Inca, de gran utilidad para los frailes de la misión,

oportunidad que Oré no desaprovechó para

solicitarle un ejemplar. Fruto de esta entrevista es lo

que el Inca Garcilaso expresa: para que “pueda

llevarla consigo para saber y tener noticias de las

provincias y costumbres de esa gentilidad. Y le

serví con 8 libros, los 3 de la Florida y los 4 de los

Comentarios” (4).

Después de organizar la expedición misionera

a la Florida con halagüeños resultados, pues 24

frailes se recolectaron y partieron de Cádiz en 1612,

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10

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11

aunque Oré no fue de la partida porque le

encomendaron realizar otra expedición misionera,

esta vez con destino a Venezuela. El 20 de junio de

1613 Oré recibió autorización de la Casa de

Contratación de Sevilla para embarcarse con la

delegación de misioneros en “La Esperanza”,

rumbo a Santo Domingo en la isla Española; sin

embargo, tampoco se embarcó porque estaba

empeñado en recoger testimonios en Sevilla y

Córdova para estructurar la biografía de Francisco

Solano, corría el tiempo del 11 de julio al 21 de

octubre de 1613 entre estas dos localidades.

En 1614, el nuevo comisario general, Fray Juan

de Vivanco, le ordena inspeccionar las misiones de

la Florida, asimismo las casas franciscanas de la isla

de Cuba. Fray Hierónymo realizó rápidamente tal

cometido, en las misiones de la Florida, bajo la

administración del gobernador Juan Fernández de

Olivera, parece que el tiempo jugaba en su contra y

las poblaciones estaban muy dispersas. Años más

tarde retornó a la Florida en 1616 y constató la gran

labor de sus hermanos misioneros, presidió la

primera reunión del Capítulo General de la

Provincia y como visitador oficial solicitó al rey

Felipe III, el mayor número de misioneros para

continuar con esta loable labor evangelizadora

para catequizar a unos 30 mil indios dispersos en

las localidades de Apalache, Santa Helena,

Machagua y Latana (5).

Después de todo el periplo misionero por

extensos territorios de la Florida y Cuba, además de

España, ya en la madre patria y como consecuencia

de la evaluación a que someten sus superiores de la

labor y aptitudes administrativas, fray Luis

Hierónymo de Oré, es elegido por la corona

española para ser designado como obispo de la

Imperial (Concepción, Chile) el 17 de abril de 1620

(4), y el 17 de agosto el rey Felipe III presenta al

padre Oré como candidato más apto, su Santidad

Paulo V lo designó como obispo el 17 de agosto del

mismo año(6).

El obispo ya consagrado en España, retorna

primero a Perú, desembarca en Trujillo, pasa a

Lima, luego a Guamanga, el 7 de noviembre de

1622 visita a sus hermanas en el Monasterio de

Santa Clara, inmediatamente regresa a Lima para

embarcarse en el Callao rumbo a Chile.

La diócesis de la Imperial, Concepción, es la

segunda en creación después de la de Santiago,

aquella fue creada el 22 de marzo de 1564 por Pío IV

y su primer obispo fue el franciscano salmantino

fray Antonio de San Miguel (1569 – 1590), pertene-

ciente a la provincia de los XII Apóstoles, igual que

su tercer sucesor en la silla episcopal.

La Imperial (Concepción) ocupaba una

extensa geografía al sur de la diócesis de Santiago,

zona bañada por las aguas de Biobío (380 Km de

longitud) y dominada por los iracundos araucanos,

éstos se rebelaban ser sometidos al conquistador

español. Durante la administración episcopal de Fr.

Antonio de San Miguel, esta región aún estaba

convulsionada por los indios araucanos, el prelado

franciscano se preocupaba por apaciguar los

enfrentamientos mortíferos con las huestes espa-

ñolas; intervino como mediador en los conflictos

solicitando a la metrópoli limeña y a la Corona el

envío de un mayor número de misioneros.

A esta región difícil en geografía y en

sometimiento obligado a la Corona, se enfrenta el

nuevo obispo de la Imperial, pues Oré hereda la

acción conflictiva de enfrentamiento y abuso de los

soldados españoles contra los aborígenes arauca-

nos. Igual que su predecesor, el nuevo prelado

solicita tratar a los naturales con misericordia y sin

represión, con comprensión y sin armas, más bien

con misioneros mejor preparados, con maestros

con vocación apostólica preparados en ciencias,

artes, agricultura y oficios varios.

El lema del obispo Oré era: “la escuela es el

alma del pueblo”, por eso aplica un método

efectivo en el proceso de aprendizaje del catecismo

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12

(que se aplica hoy en día), consiste en aprender las

verdades de la fe cantando en idiomas aborígenes

(quechua, aymara, puquina, araucano, etc.) y

haciendo rondas; sin proponérselo estaba forjando

una teología catequética.

En su afán de conocer su diócesis Oré realiza

una visita pastoral al archipiélago meridional de

Chiloé, en el extremo de la frontera del territorio

araucano, donde residió un año junto con los

misioneros jesuitas. Por su ímpetu en efectivizar

una labor evangelizadora, ésta se vio enfrentada

con la autoridad civil; por esto solicitó ante el rey

Felipe IV una nueva política evangelizadora en la

que prime la sugerencia de una aproximación más

humana y menos militar hacia los temibles

araucanos valiéndose, insistía, de sacerdotes mejor

entrenados para estas tierras. Paralelamente, el

obispo franciscano se esforzó por incrementar el

clero nativo y funda un seminario, fomentando el

estudio de la lengua araucana en concordancia con

las directrices del Tercer Concilio Limense. Sus

estrechos y efectivos colaboradores, sus hermanos

franciscanos y jesuitas le apoyaron incondicional-

mente, sin embargo, la autoridad episcopal les

exigía al máximo sus esfuerzos. En una ocasión

exhorta verbal y por escrito a los misioneros

jesuitas y los conmina a trabajar más para justificar

su presencia en tierras infieles de las tribus

araucanas. Entre 1625 - 1626 convoca y realiza el II

Sínodo diocesano de la Concepción.

La vida de este singular fraile que se inicia en

su formación religiosa-sacerdotal a paso lento-

adagio, luego, como neo presbítero se vuelca a la

misión con espíritu “allegro”, continúa vertiginoso

y “in crescendo”, sin prisa ni pausa, en movimiento

presto “allegretto”, hasta misionar tierras inhós-

pitas donde Dios pone a prueba su paciencia y

perseverancia, con la ayuda del Espíritu Santo sale

airoso y es reconocido, ahora más que antes, por su

gran herencia de escritos, como autor y traductor y

por su vida ejemplar.

Muere en la tierra del Biobío un 30 de enero de

1630.

(1) Archivo del Convento San Francisco de Lima, ASFL, Registro 35.

(2) Biblioteca Nacional de Lima 1, Fols. 52r.56 v.

(3) Diego de Córdova y Salinas. Crónica de la Religiosísima Provincia de los Doce Apóstoles del Perú. Lima 1651.

(4) Rubén Vargas Ugarte, Historia de la Iglesia en el Perú. Hugo Araya Rivera, Ofm. Notas Bibliográficas de Religiosos

Franciscanos en Chile, Santiago de Chile, 1976. Medina y Garcilaso de la Vega, Historia General del Perú II- Madrid

1722, Pág. 460.

(5) Noble David Cook, Relación de la Vida y Milagros de San Francisco Solano, por Jerónimo de Oré, Pontificia

Universidad Católica del Perú, PUCP., Prólogo Pag. XXXV.

(6) Hugo Araya, Ofm., Óp. citada. “Los Franciscanos en le Evangelización del Perú en los siglos XVI, XVII y XVIII”,

pag. 45 al 50.

Escudo Episcopal de Fr. Hierónymo de Oré. El blasón dividido en tres campos, el de la izquier-da ocupa la mitad, resaltando las insignias de la primera orden de san Francisco: la cruz redentora en alto escol-tada por los brazos entrelazados de Cristo y el seráfico, aquel desnu-do y el otro con la manga del sayal marrón. En el campo superior derecho y en fondo albino,

vislumbrase cinco rosas que representan los estigmas del seráfico de Alvernia. En el campo inferior derecho, aparece el perfil de un dragón en actitud estoica emitiendo de sus fauces llamaradas, es el símbolo de la casa paterna de los Oré.

*****

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13

TESOROS DE LA CATEDRAL DEL CUSCO.

Como parte de su compromiso con el

desarrollo del Perú y, al mismo tiempo, con la

revalorización de la cultura cusqueña, Telefónica

del Perú presentó el libro “Tesoros de la

Catedral del Cusco”, una iniciativa que se

trabajó de manera conjunta con la Dirección

Desconcentrada de Cultura de Cusco y en

alianza con el Arzobispado del Cusco.

“A través de esta iniciativa, se busca

revalorar el patrimonio cultural, histórico y

religioso del Cusco, desarrollando un trabajo

conjunto entre la empresa privada, el sector

público y la Iglesia”, sostuvo Javier Manzanares,

presidente del Grupo Telefónica en el Perú,

quien participó en la presentación del libro.

Manzanares subrayó que “desde hace casi

dos décadas, Telefónica está empeñada en unir a

los peruanos con mejor comunicación y ésta es

una oportunidad para difundir nuestras

tradiciones e historia”. Por ello, el Presidente de

Telefónica del Perú considera que “también es

momento para mostrar al mundo una de las joyas

del patrimonio arquitectónico del Perú”.

“Tesoros de la Catedral del Cusco” permite

recorrer fotográficamente las tres capillas que

componen la Catedral, y recuerda el esfuerzo y el

proceso de reconstrucción de la misma, realizado

con el apoyo de Telefónica, entre los años 1997 y

2002. “La restauración de la Catedral fue

impulsada por Telefónica con el fin de proteger y

conservar uno de los monumentos más

importantes del patrimonio histórico del Cusco,

orgullo de todos los peruanos”, destacó

Manzanares.

Ricardo Ruiz Caro Villagarcía, nuevo

director de la Dirección Desconcentrada de

Cultura del Cusco resaltó la participación de

David Ugarte Vega Centeno en esta iniciativa,

señaló que “la publicación de este libro cumple

un anhelo largamente añorado; pues no solo

llena un vacío en la documentación y difusión de

nuestro patrimonio, sino que permite compren-

der que nuestra Basílica Catedral es un lugar de

encuentro entre el pueblo y Dios”

Este libro reúne casi 500 años de historia y

tradición cultural en 296 páginas, incorporando

la visión de los intelectuales Jorge Flores, Manuel

Ollanta Aparicio, David Ugarte y Roberto

NUEVAS PUBLICACIONES

Arriba, izquierda:

“Cruz” utilizada por

San Francisco

Solano para realizar

la Vía Sacra.

Madera, siglo XVI.

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14

Samanez sobre la importancia de la Catedral y la

relación de la cultura milenaria cusqueña con

este espacio religioso. De igual manera, la

arquitecta Liliana Saldívar destaca la trascenden-

cia de la participación de Telefónica en la

restauración de este monumento.

En palabras de Monseñor Juan Antonio

Ugarte Pérez, Arzobispo del Cusco, “este libro es

un testimonio gráfico y textual de la Basílica

Catedral, que da cuenta de la profunda espiritua-

lidad del pueblo cusqueño; y del carácter

ancestral de nuestra cultura”.

“Tesoros de la Catedral del Cusco” busca

despertar en la población un sentimiento de

orgullo e identificación con su cultura, difun-

diendo la importancia de su legado histórico.

os pontífices de la Iglesia Católica

recientemente canonizados por su

magisterio, presidido por el papa

Francisco, son: San Juan XXIII y San Juan Pablo II.

La Iglesia para la canonización o el reconocimiento

y pública proclamación de dicha santidad, es

extremadamente exigente. Es cierto que en cuanto

al reconocimiento mundial de los aludidos santos,

quizá por el reducido medio del referido caso, no

haya punto de comparación; pero la exigencia

eclesial en el actual caso, debemos estar seguros de

que han sido sobrepasadas las razones para ser

mundialmente reconocidos como santos.De San

Juan XXIII, cuyo nombre de pila es: Ángelo

Giuseppe Roncalli, llamado el Papa Bueno, hijo de

campesinos italianos, en el año 1881, habiendo sido

electo Papa en 1958. Su corto y fecundo pontificado

fue hasta 1963 y terminó con su santa vida terrena,

la que vivió como el actual papa Francisco,

relacionándose con todos. En su sobresaliente

pontificado, en el año 1962, abrió el Concilio

Ecuménico Vaticano II, que ha sido de gran

apertura a los cambios de la humanidad, además

del acercamiento de muchos por distintos motivos

apartados de la Iglesia. Muchas veces por gravísi-

mas fallas, por las que la Iglesia ha pedido perdón.

El santo papa Juan Pablo II, fue el santo

peregrino, que viajó por todo el mundo llevando

con su ejemplo una buena porción del amor divino

y proclamando el Evangelio. Así, llegó a Nicaragua

en dos ocasiones. Y en cada vez, nos trajo con la fe y

la esperanza, buenas porciones de dicho amor, el

que con su mensaje proclamó con ardor por el orbe

entero. Este Papa explicó muy bien que el verdade-

ro amor con dignidad, se identifica indistintamente

compartiéndolo; y que, en cuanto más se comparte,

se multiplica cada vez más, llevando paz y

felicidad.

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CANONIZACIÓN DE JUAN PABLO II Y JUAN XXIII

Por. Miriam Nuñez Alvarez,Bachiller en Comunicación Social

CAUSAS DE LA CANONIZACIÓN

Los beatos San Juan XXIII y San Juan Pablo II

están ya inscritos en el Libro de los Santos. El Papa

Francisco presidió la ceremonia de canonización de

dos de sus predecesores momento emotivo, que ha

dejado algunos momentos para el recuerdo.Mo-

mentos antes de que se iniciara la ceremonia, el

papa emérito Benedicto XVI aparecía en la Plaza de

San Pedro del Vaticano, donde fue recibido con una

gran ovación por parte de los cientos de miles de

peregrinos que ocupaban la plaza y las calles

adyacentes. Cuando el Papa Francisco hacía

también su entrada en la Plaza, se acercó hasta el

sector izquierdo de la misma para fundirse en un

cariñoso abrazo con el Papa emérito antes de

comenzar el rito.

Inscripción en el Libro de los Santos

Era el momento más esperado. El Papa

Francisco proclamó santos a sus dos grandes

predecesores del siglo XX, que ahora se llaman San

Juan Pablo II y San Juan XXIII. Eran las 10.15 de la

mañana del Domingo de la Divina Misericordia,

que será recordado como el “Día de los cuatro

Papas” y se producía el momento culminante en la

solemne declaración papal, pronunciada en latín:

“En honor de la Santísima Trinidad (…) con la

autoridad de nuestro Señor Jesucristo, de los santos

Apóstoles Pedro y Pablo, y la nuestra (…) declara-

mos y definimos santos a los beatos Juan XXIII y

Juan Pablo II…”.

Sangre y piel, reliquias de Santos

Las reliquias de los papas recién proclamados

santos Juan Pablo II y Juan XXIII fueron colocadas

junto al altar mayor del atrio de la Plaza de San

Pedro. El momento de la entrega de los relicarios,

justo después de que el papa Francisco proclamase

santos a ambos pontífices, fue también especial-

mente emotivo.

El relicario en plata del papa Karol Wojtyla fue

llevado a Francisco por Floribeth Mora Diaz, la

mujer costarricense cuya sanación en 2011 fue

considerada el segundo milagro que sirvió para

canonizar Juan Pablo II. La reliquia era una

ampolla con la sangre del papa polaco.

La reliquia de Juan XXIII es un trozo de piel

que fue extraído de su cuerpo, exhumado en el 2001

para su beatificación. El relicario del llamado “Papa

bueno” fue entregado al papa Francisco por los

sobrinos-nietos de Roncalli.

Homilía breve

La Homilía que el Papa Francisco dedicó a los

dos nuevos santos —San Juan XXIII, “el Papa de la

docilidad al Espíritu Santo”, y San Juan Pablo II, “el

Papa de la familia”— fue corta pero contundente,

marcada por una clara mirada al futuro de la

Iglesia. Precisamente, Francisco aseguró que “son

los Santos quienes hacen crecer la Iglesia”.

“Colaboraron con el Espíritu Santo para restaurar

la Iglesia según su fisonomía originaria, la que le

dieron los Santos a lo largo de los siglos”, añadió.

Ambos “fueron dos hombres valientes, llenos del

Espíritu Santo, y dieron testimonio ante la Iglesia y

el mundo de la voluntad de Dios”.

“Las llagas de Jesús son un escándalo para la

fe, pero son también la verificación de la fe, por eso

no desaparecen en el cuerpo de Cristo crucificado.

Juan XXIII y Juan Pablo II tuvieron el valor de mirar

las heridas de Jesús. No se avergonzaron de la carne

de Cristo; en cada persona que sufre veían a Jesús.

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17

En estos dos hombres contemplativos de las llagas

de Cristo había una esperanza viva junto a un gozo

inefable y radiante”, relata Francisco.

Francisco tuvo palabras para todos los fieles,

las delegaciones de los países y los religiosos, a

quienes agradeció su presencia en San Pedro para

rendir homenaje a los santos. Al concluir la misa,

agradeció el afecto de los peregrinos de las diócesis

Bergamo (norte de Italia) y Cracovia y les pidió que

“siguiesen fielmente las enseñanzas de los santos”.

Se refirió incluso a quienes siguieron la

ceremonia “por radio y televisión” y agradeció a los

medios de comunicación “haber dado la posibili-

dad de participar a tantas personas”.

Al finalizar la ceremonia saludó uno a uno a

los representantes de cada delegación, apretándo-

les las manos. Especialmente emotivo fue el saludo

a los Reyes de España, con quienes se reunirá

mañana en audiencia por primera vez.

Las primeras gotas de lluvia, que amenazaban

con pintar de gris un día que pretendía llenarse de

luz, no pudieron con el fervor de los 800.000 fieles

—según las cifras oficiales de El Vaticano— que se

congregaron en la Plaza de San Pedro y en las calles

adyacentes para asistir a tan importante cita. El

respetuoso silencio sólo se quebró en los momentos

en que los feligreses entonaban los cánticos

litúrgicos y se atrevían a romperse en aplausos tras

las palabras del papa Francisco o la aparición de

Benedicto XVI.“Un Santo al que hemos podido

tocar” fue la frase más repetida entre quienes

conocieron a Juan Pablo II en vida. Nadie quiso

perderse la ceremonia y por ello se instalaron

pantallas en los aledaños de la Plaza para los

300.000 asistentes que se quedaron sin sitio junto al

altar.

ANTECEDENTES DE LA CANONIZACIÓN

El Papa Francisco anunció el 30 de septiembre

de 2013 que Juan Pablo II sería beatificado el 27 de

abril de 2014, en la plaza de San Pedro. Ese día, ante

800.000 peregrinos llegados de múltiples países, la

Iglesia celebró el domingo de la Divina

Misericordia, una importantísima fiesta estableci-

da por Juan Pablo II hacia el final de su pontificado,

y una devoción compartida por millones de fieles

en todo el mundo.

La canonización fue posible gracias a la

aprobación del milagro que se produjo por

intercesión de Juan Pablo II, después de ser

beatificado. La persona que fue curada es Floribeth

Mora, costarricense que reside en Tres Ríos de

Cartago. Flory, como la llaman sus familiares y

amigos, fue curada de un aneurisma cerebral

cuando ya estaba desahuciada por los médicos.

Para que una persona sea beatificada es

necesario que se haya producido un milagro

debido a su intercesión y para que sea canonizado,

es necesario un segundo milagro. Ese segundo

milagro debe ocurrir después de ser proclamado

beato, y es el que se ha aprobado por todas las

Comisiones, considerando la curación como

"inexplicable para la ciencia". Este segundo milagro

es el de la curación de Floribeth.

El proceso que llevó a Juan Pablo II a los altares

se abrió el 28 de junio de 2005 y comenzó en Roma,

ciudad en la que murió y de la que fue obispo

durante 26 años y medio. La causa se abrió por

deseo del papa Ratzinger, sin esperar a que

transcurrieran cinco años de su muerte, como

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establece el Código de Derecho Canónico y como

ocurrió con Madre Teresa de Calcuta.

El anuncio de la canonización fue acogido con

extraordinaria alegría en el mundo católico, donde

aún sigue vivo el grito "santo súbito " (santo ya) que

decenas de miles de personas corearon aquel día de

abril de 2005.

BEATIFICACIÓN

El milagro de Juan XIII tuvo lugar en 1966

gracias a la curación de una religiosa, Caterina

Capitani, que padecía una enfermedad estomacal

incurable: perforación gástrica hemorrágica con

fistulación externa y peritonitis aguda. Pero, el 22

de mayo de 1966, las hermanas de la Capitani, le

colocaron una imagen del Papa en el estómago. A

los pocos minutos, la monja, a la que ya habían

dado la extremaunción, se recuperó y pidió de

comer. La comisión de teólogos de la Congregación

para la Causa de los Santos del Vaticano reconoce-

ría el milagro al no poder justificar los médicos el

milagro de Capitani. Se escapaba a los ojos de la

ciencia.

Juan XXIII

El Papa Juan XXIII fue beatificado por Juan

Pablo II el 3 de septiembre de 2000 y subió a la

gloria de los altares sin esperar a la confirmación de

un segundo milagro preceptivo en el camino hacia

la santidad.

Estas son las fechas clave del su proceso de

canonización:

3 de junio de 1963.- Fallece Angelo Roncalli,

conocido como el Papa Bueno.

1965.- Pablo VI propone la apertura de su

beatificación.

20 de diciembre de 1999.- Juan Pablo II

promulgó del decreto que reconocía las

virtudes heroicas de Juan XXIII y era

declarado "venerable", primer paso hacia la

beatificación.

27 de enero de 2000.- El Papa Wojtyla

reconoce el milagro de curación "científica-

mente inexplicable" por su intercesión de la

religiosa italiana Caterina Capitano, a punto

de morir por una peritonitis aguda.

3 de septiembre de 2000.- Juan XXIII es

beatificado.

5 de julio de 2013.- El Papa Francisco firma el

decreto que autoriza la canonización de

Juan XXIII.

30 de septiembre de 2013.- El Papa anuncia

su canonización para el 27 de abril de 2014,

sin esperar la confirmación del segundo

milagro.

27 de abril de 2014.- Es canonizado junto con

Juan Pablo II.

La beatificación de Juan Pablo II se realizó el 1

de Mayo de 2011. La comisión médica de la

Congregación para las Causas de los Santos y un

grupo de teólogos le dieron el visto bueno al

milagro atribuido a su intercesión: la inexplicable

curación del mal de Parkinson de una monja

francesa, Sor Marie Pierre-Simón. Esta enfermedad

le había obligado a dejar su trabajo como enfermera

en el área de maternidad de un hospital de Arles, en

Francia. En junio de 2005, tras haber pedido a Juan

Pablo II una mejora en su enfermedad, el Parkinson

desapareció totalmente.

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Los cardenales y obispos de la Congregación

para las Causas de los Santos dieron su visto bueno

y Benedicto XVI firmó el decreto poniendo como

fecha el 1 de Mayo de 2011, domingo de la Divina

Misericordia, devoción impulsada por Juan Pablo

II. La beatificación reunió a un millón de personas.

Curaciones por intercesión de Juan Pablo II

Esta es la curación elegida para la canoniza-

ción de Juan Pablo II, el 27 de abril de 2014. La

protagonista es una mujer costarricense que vive en

la localidad de Tres Ríos de Cartago. El pasado 18

de junio de 2013, la Comisión Teológica de la

Congregación para la Causa de los Santos aprobó

esta curación, como ya lo hicieran en el mes de abril

los médicos que reconocieron que, de forma

inexplicable, Flory –como la llaman sus familiares y

amigos–superó un aneurisma cerebral cuando ya

estaba desahuciada por los médicos.

La propia Flory relata así su testimonio: Todo

comenzó el 8 de abril de 2011 al despertar. “Me dio

un dolor de cabeza tan fuerte que pensé que me

reventaría la cabeza. Le pedí a mi esposo que me

llevara al hospital porque me sentía bastante mal.

Cuando llegué me encontraba muy mal por los

vómitos y el dolor de cabeza”, relata esta mujer en

un testimonio escrito por ella misma hace un año,

recogido ahora por "La Razón", y confirmado a ese

diario español por uno de los partícipes del

milagro.

En aquella primera visita al médico, le

diagnosticaron estrés y presión alta. Al comprobar

a lo largo de los días posteriores que su estado de

salud no mejoraba, decidió acudir a un hospital en

San José, la capital de Costa Rica.

“Tras varios exámenes me dijeron que tenía un

pequeño derrame de sangre en mi cerebro, luego

me hicieron un TAC y descubrieron que se trataba

de un aneurisma cerebral en el lado derecho”.

De inmediato la trasladaron a otro centro,

mientras los facultativos se mostraban sorprendi-

dos por su aguante. Tras varios intentos por cerrar

el goteo de sangre que sufría en su cerebro, el

equipo médico que la atendía tuvo que desistir al

encontrarse la dilatación en un lugar de difícil

acceso. A partir de este momento, la situación

empeoró sobremanera. Tras pasar unos días en

observación, las limitaciones del sistema sanitario

costarricense impidieron llevar a cabo una

operación. “Se cerraban así mis posibilidad de

sobrevivir a tan fatal diagnóstico”, recuerda esta

madre de cuatro hijos, abuela de cuatro nietos y

esposa de un ex oficial de la Policía nacional.

Tal era la gravedad de su situación que regresó a

casa con un aviso claro a su familia: sólo le quedaba

un mes de vida. Sin embargo, a pesar de la desespe-

ración que en un primer momento les generó pensar

en el desenlace de la historia, “nos llenamos de

mucha fe, pero no puedo negar el miedo tan grande

que sentía al ver lo que me estaba sucediendo”.

Juan Pablo II, beato

No se cumplía ni un mes de aquella mañana en

la que su vida se truncó, cuando tuvo lugar otro

giro inesperado. El 1 de mayo de 2011, en la plaza

de San Pedro, más de un millón de personas

participan en la beatificación de Juan Pablo II.

Benedicto XVI proclamaba beato al Papa polaco

destacando en primera persona cómo vivió la

santidad de su predecesor en la sede de Pedro:

“Durante 23 años pude estar cerca de él y venerar

cada vez más su persona. Su profundidad espiritual

y la riqueza de sus intuiciones sostenían mi servicio.

El ejemplo de su oración siempre me ha impresiona-

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20

do y edificado: él se sumergía en el encuentro con

Dios, aun en medio de las múltiples ocupaciones de

su ministerio”. Cuando amanecía en Costa Rica,

Juan Pablo II ya había sido beatificado.

Jesús Sacramentado, en procesión

Como todos los domingos, la familia de

Floribeth acudió a misa a la parroquia. Con pocas

fuerzas, pero de nuevo animada por su esposo,

acudieron al centro del barrio porque se estaba

celebrando una procesión.

“En ese momento estaba pasando una carroza

con la imagen de Jesús Sacramentado y sentí un frío

en el cuerpo. Me bajé del coche y fui hasta allí”.

Entonces, el sacerdote que acompañaba a la

procesión declamaba una oración: “¡Oh, Señor!

Hay una sanación”.

La mujer se detuvo y se puso a rezar: “Le

pedimos a nuestro Papa Juan Pablo que nos

ayudara a pedirle a Dios que me ayudara”.

Y en ese preciso instante, algo empezó a

cambiar. “Salí de ese parque con la fe de que yo fui

la sanada”, apunta esta madre de familia que desde

entonces centra las miradas de sus vecinos y

amigos. A partir de ahora, de todo el orbe católico.

Reliquias del Papa en un santuario

Unos días después de aquel hecho, Floribeth,

consciente de que al Santuario de la Virgen de

Ujarrás –cercano a su domicilio– había recibido

unas reliquias del Papa polaco, decidió acudir a

rezar. “De nuevo, un milagro”, apostilla.

Se trataba de un relicario que contiene

muestras de sangre de Juan Pablo II, extraídas un

día antes de morir.

Sin embargo, a pesar del esfuerzo realizado,

cuando llegó ya había terminado la exposición. Aun

así, el padre Dónald Solano hizo una excepción.

“Me la enseñó y la toqué. Seis meses después

me hicieron otro examen en el cerebro y me

indicaron que el aneurisma había desaparecido

para la honra y la gloria de mi Dios”, subraya esta

mujer, que ha hecho posible que Juan Pablo II sea

proclamado santo el 27 de abril de 2014.

El neurocirujano, sin explicación

Según publicó el jueves 20 de junio el diario

“La Nación” de Costa Rica, el neurocirujano

Alejandro Vargas Román, que atendió a Floribeth

Mora durante su enfermedad, confirmó estos días

que no encontró explicación científica a la desapari-

ción repentina del aneurisma que padecía cuando

analizaron exámenes posteriores a aquel 1 de mayo

de 2011.

Además, Vargas reveló que funcionarios de la

Santa Sede le consultaron sobre los detalles del caso

durante la fase diocesana del proceso de canoniza-

ción, la primera antes de que los informes sean

remitidos a Roma y examinados por las diferentes

comisiones de la Congregación para la Causa de los

Santos.

“Médicamente, en teoría, nunca les va a

desaparecer un aneurisma a las personas porque es

una dilatación. Científicamente, yo no tengo

ninguna explicación del por qué desapareció”,

comenta el doctor, que vivió en primera persona lo

ocurrido en el hospital Calderón Guardia.

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21

Curación de Marco Fidel Rojas

Curación de un niño polaco paralítico.- El

cardenal de Cracovia, StanislawDziwisz, secretario

personal de Juan Pablo II durante más de 39 años,

reveló la siguiente curación: se trata de un episodio

ocurrido en 2009, unos días antes de la celebración

del cuarto aniversario de su muerte. Un niño

polaco de nueve años, de Danzica, enfermo de

tumor, cáncer en el riñón, fue llevado en silla de

ruedas porque no podía caminar', relató.

'Allí -agregó en declaraciones a la televisión

italiana-, ante la tumba de Juan Pablo II, rezó y

apenas salió de la Basílica de San Pedro dijo a los

padres sorprendidos: yo quiero caminar, se alzó e

inició a caminar'.

El también arzobispo de Cracovia (Polonia),

señaló haber sido testigo personal de 'tantas

gracias' a las cuales no quiso llamar milagros pero sí

curaciones, sobre todo de enfermos de tumor.

Curación de JoryAebly

En Cleveland, lo acontecido no fue menos

extraordinario. JoryAebly, de 26 años, sufrió una

"herida letal" en la cabeza. Mal pronóstico, decían

todos los médicos que le atendieron. Pero hete aquí

que, según la cadena de televisión ABC, fue tener en

sus manos un rosario bendecido tiempo atrás por

Juan Pablo II y comenzar a sanar inexplicablemente.

Curación del Cardenal Francesco Marchisano

Durante la segunda Misa de los novendiales

en sufragio del Papa Wojtyla que se tuvo en la

Basílica Vaticana el sábado 9 a las 17 horas el

celebrante, cardenal Arcipreste de la Patriarcal

Basílica Vaticana Francesco Marchisano, afirmó

haber sido curado cinco años atrás por el desapare-

cido Pontífice.

“Había sido operado a las carótidas y por un

error de los médicos la cuerda vocal derecha había

quedado paralizada, obligándome a hablar casi

imperceptiblemente. El Papa me acarició el lugar

de la garganta donde había sido operado diciéndo-

me que habría rezado por mí. Después de algún

tiempo volví a hablar regularmente”, expresó el

Cardenal Marchisano.

Son muchísimos los tipos de milagros que se

vienen atribuyendo a Juan Pablo II en estos días.

Miles de historias distintas, sobretodo curaciones

de enfermedades, tumores, y abundantes historias

de conversiones. Las miles de cartas llegan con la

frase “gracias Santidad por el milagro que me ha

concedido”.

Curación de Joe Amaral

“Miré la imagen de Juan Pablo II y, simplemente,

me puse de pie”. La frase no tendría mayor misterio si

no fuera porque el que la pronunció, Joe Amaral, era

paralítico desde hacía 30 años. Feligrés asiduo de la

parroquia de San Antonio de Padua, en New Bedford,

arrastraba una parálisis desde su juventud. “Recuerdo

verle con frecuencia con sus muletas, tratando de subir

las escaleras de granito de la iglesia”, explicaba su

párroco, el padre Roger Landry. “Me conmovía al ver

la gran fe que poseía”, agrega.

Un sábado del año 2008, Amaral fue a

confesarse con el sacerdote. “Algo ocurrió”,

rememora el feligrés. “El domingo por la mañana

me desperté y me sentía diferente”, explica.

Físicamente se encontraba igual, “pero estaba lleno

de una gran paz”. “Sentí que, en ese momento,

necesitaba rezarle a Juan Pablo II”, añade. Cuando

terminó, encendió la televisión y apareció un

documental sobre el anterior pontífice. Nada más

verle, sus 30 años de parálisis quedaron para el

recuerdo. Fue inmediatamente a visitar a su

médico. “Me puse frente a él y le entregué mis

muletas. Durante cinco minutos permaneció

mudo”, afirma. El médico, que conocía perfecta-

mente su historial, musitó: “No hay ninguna razón

médica para explicarlo”.

*****

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Archivo San Francisco de Lima

22

l Archivo San Francisco de Lima, se ha

organizado como DEPARTAMENTO DE

ARCHIVOS Y BIBLIOTECAS (DAB).

El Archivo forma parte importante del Conjunto

Monumental San Francisco, Patrimonio Cultural que

además está constituido por los siguientes elementos,

claustros, ambientes o salas de museo:

1. Templo Mayor de San Francisco.

2. Coro

3. Catacumbas.

4. Sacristía Mayor y Menor.

5. Claustro Principal del s. XVI y Galería

Altas.

6. Sala “De Profundis”.

7. Refectorio.

8. Sala Capitular.

9. Archivo San Francisco de Lima.

10. Claustro Tierra Santa o de la Pimienta.

11. Sala San Francisco Solano.

12. Sala José Francisco de Guadalupe Mojica.

13. Sala Mons. Federico Richter.

14. Sala Cántico al Hermano Sol.

15. Claustro de San Francisco Solano, sede de

la Comunidad Franciscana.

16. Claustro de la nueva Enfermería y

Estudiantado.

17. Claustro de la antigua enfermería, hoy

santuario de San Francisco Solano y Casa

de espiritualidad.

18. Capilla de la Virgen de El Milagro.

A partir de la Guía de Archivo se ha elaborado

una colección de Catálogos que informan sobre la

ubicación y contenido del Fondo Documental del

Archivo. Esta colección está organizada en 14

volúmenes, de los cuales 10 volúmenes describen el

fondo del archivo y los 4 últimos describen el fondo

documental de la biblioteca y está dispuesta tanto

en estos catálogos en físico como en archivo Excel.

El Archivo san Francisco de Lima gracias al

apoyo de la Universidad de Harvard ha mejorado

sus servicios mediante la culminación de un

proyecto de: Descripción Documental de las

secciones V, VI, VII y XI así como la implementa-

ción de la Mapoteca y la Digitalización de los libros

de la sección II.

En cuanto a la Descripción documental de los

documentos se elaboró una Ficha Descriptiva, en la

que se han consignado los datos elementales,

especialmente de índole interna:

a. CODIGO.- Identificación del libro o

documento.

b. DESCRIPCIÓN.- Bajo este título Se

consigna el Tipo Documental, Emisor I

Receptor, Ciudad, Fecha. Como datos

preliminares.

c. ASUNTO.- Breve contenido del documen-

to. Folios del documento, el número de

folios en el libro, forma (Original o Copia),

idioma, tipo, si fueran folios impresos,

estado de conservación, los descriptores y

finalmente la fecha y firma de la persona

responsable de la descripción. EL ASUNTO,

es el dato más importante, por lo tanto con

mayor espacio, al igual que

d. LOS DESCRIPTORES, donde se hará una

síntesis del Asunto.

INFORME DEL ARCHIVO SAN FRANCISCO DE LIMA

Por Jorge Román Tasayco

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LOS LOGROS ALCANZADOS:

a. En la sección V, constituida por Registros de

Misas realizadas entre 1889- 1981. Los 67

libros se encuentran ordenados correlativa

y cronológicamente.

b. De la sección VI, que contiene Partituras

Musicales de obras musicales, misas

solemnes, canto gregoriano, cánticos

religiosos, cánticos de religiosidad popular

y canciones seglares, entre otras. Incluye

obras de maestros musicólogos francisca-

nos. Las partituras, que datan de los siglos

XVIII XIX y XX, están organizadas y clasi-

ficadas en cuadernillos. Todos los cuader-

nillos están confinados en cajas archiveras.

c. De la sección VII, constituida por Mapas,

Planos, Fotografías.

Las fotografías están organizadas, clasifica-

das y conservadas en cajas archiveras.

Los mapas y planos, que suman 217,

producto de la Restauración del Complejo

Monumental San Francisco de Lima y de

otras actividades de la Provincia, se

encuentran clasificados y conservados en

Mapotecas.

d. También los documentos de la sección XI,

que comprenden documentos de los siglos

XX y XXI, se encuentran clasificados y

conservados en cajas archiveras.

e. La digitalización de los documentos de la

sección II, la sección de los libros antiguos,

es el nuevo servicio que brinda el archivo,

permitirá que estos documentos alarguen

su vida útil por lo menos en 10 años. El

investigador, accederá a través de un

programa, la visualización de cualquier

documento de esta sección

f. Los planos y mapas de la sección VII, ahora

organizados, clasificados y conservados en

MAPOTECAS, permitirá al investigador

acceder mejor y con prontitud a estos

documentos.

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