Bob Esponja había invitado a todos sus amigos de Fondo de Bikini a su casa para darles una sorpresa.

El Sr. Cangrejo pensó que sería una fiesta para conseguir dinero gratis, Arenita creía que se trataba de una feria científica y Larry, la Langosta, esperaba una competición de halterofilia. “Genial, habéis podido venir todos,” dijo feliz Bob Esponja.

“Hoy viviremos una noche mágica llena de... ¡diapositivas de mis vacaciones familiares!” Inmediatamente, todos corrieron hacia la puerta... Pero Bob Esponja ya había comenzado la proyección.

Las vacaciones de Bob Esponja con sus padres y Patricio comenzaron como otro viaje familiar cualquiera. Tenían como destino la Gran Barrera de Coral donde había toboganes de todo tipo, trampolines y cuerdas de las que recolgarse.

¡Serían las mejores vacaciones de la historia! “¡Cantemos todos ‘la canción de la carretera’!” dijo la Sra. Pantalones Cuadrados.

“¡Qué gran idea! Cuando voy por la carretera veo cosas...” cantaba alegre Bob Esponja. “¡Carretera! ¡Carretera! ¡Carretera!” siguió Patricio.

Todo iba como la seda, hasta que, de repente, el barco se averió y tuvieron que llevarlo a una estación de servicio. Mientras esperaban a que lo arreglasen, Bob Esponja y Patricio jugaban en un viejo parque de los alrededores.

No era la Gran Barrera de Coral, pero intentaron divertirse como si lo fuese.

“¡Mira! ¡Columpios!” exclamó Bob Esponja. “¡Móntate, Patricio!” Patricio se subió y se columpió tanfuerte que acabó rompiendo los enganches. Al caer, lo hizo sobre un tobogán que resultó ser una tuberíade drenaje gigante. “¡Voy a ayudarte, amigo!” gritó Bob Esponja mientras caía por el desagüe.

“¡Yuhu! ¡Ha sido increíble!” gritó Patricio cuando aterrizó al fondo. “¡Vamos a tirarnos otra vez!”

“No creo que podamos, Patricio. Parece un desagüe de una sola dirección,” dijo Bob Esponja. Comenzaron a andar sin saber muy bien dónde estaban. Era un lugar lleno de todo tipo de plantas y sonidos extraños. ¡Definitivamente, era un lugar desconocido!

Al momento, se escuchó un rugido muy fuerte. ¡Algo tenía hambre y no eran ni Patricio ni Bob Esponja! ¡Debía de ser un monstruo enorme!

Bob Esponja y Patricio salieron corriendo tan rápido como pudieron hasta llegar a un acantilado con una enorme caída.

Tenían que elegir entre saltar o ser comidos vivos. ¡Así que saltaron! Después de lo que parecía una caída eterna, aterrizaron en algo hinchable y elástico.

“¡Lo conseguimos, Patricio!” dijo Bob Esponja mientras rebotaba. “¡No hemos salvado de ser devorados!” gritó Patricio.

“¡Eso es, colega!” dijo Bob Esponja mientras bailaba feliz cerrando los ojos. Pero, cuando los abrió, Bob Esponja no podía creer lo que estaba viendo. ¡Justo detrás de Patricio había una mosca de la fruta gigante! “¿Qué? ¿Es hora de gritar otra vez?” preguntó Patricio a un boquiabierto Bob Esponja.

Rápidamente, Bob Esponja y Patricio usaron una enredadera como si fuese una liana para huir de la mosca de la fruta.

Lograron escapar justo a tiempo. “¡Patricio, estas vacaciones están siendo un desastre!” dijo Bob Esponja. Patricio pensó por un momento. “Yo no creo que estén siendo un desastre,” dijo feliz.

“Hemos hecho lo mismo que hubiésemos hecho en la Gran Barrera de Coral. ¡Bajamos por una tubería de drenaje enorme como si fuera un tobogán, hemos saltado en unas especies de camas elásticas y nos hemos columpiado con enredaderas como si fuesen lianas.”

¿Preparados para un poco de emoción? ¡Pues, vigilad bien el monedero, porque aquí van mis diapositivas de las vacaciones.Las vacaciones del Sr. Cangrejo comenzaron cuando invitó a Bob Esponja a visitar con él y con Perla la casa de la moneda de Fondo de Bikini. El lugar donde se

fabrica todo el dinero que hay en Fondo de Bikini. “¿Habéis visto alguna vez algo más maravilloso que esto?” dijo el Sr.

Cangrejo nada más llegar. “¡Papi, esto no son vacaciones!” dijo Perla enfadada. “Yo quería ir al

Mega Centro Comercial o al Museo del Adolescente. ¡Ahí no quiero entrar!” y se fue. “Parece que sólo quedamos tú y yo, muchacho,” le dijo el Sr. Cangrejo a Bob Esponja. “Yo, tú... ¡y todo ese dinero!”

“Hola. Sere vuestro guia

hoy,” dijo Bill, el guia turistico “Esta est la primera fase del proceso de hacer dinero. Aqui se prepara un papel muy

especial que luego se imprime

“...Y en esta zona es donde las láminas de plata se convierten en brillantes moneda” El Sr. Cangrejo temblaba de emoción. “Tranquilícese, Sr. Cangrejo,” dijo Bob Esponja. “Sólo son hojas de papel y plata!”

“¿Sólo papel y plata? Eso es como decir que el océano solo es un

montón de agua o que la Cangreburguer es una hamburguesa cualquiera,”

dijo el Sr. Cangrejo mientras le daba vueltas la cabeza.”.

“Ejem… ¿Continuamos?” sugirió Bill impaciente mientras esperaban a que el Sr. Cangrejo se calmase. “Y por aquí tenemos la maquina encargada de destruir el dinero viejo triturándolo…”

“¡Nooo!” gritó el Sr. Cangrejo mientras rompía a llorar. “¡¿Quién querría destruir dinero?!”

“No pasa nada, señor,” dijo Bob Esponja. “¡El dinero triturado se recicla y se convierte en dinero nuevo.!”

“¡Se acabó!” dijo Bill. “¡Estoy harto! No han parado de interrumpir en toda la visita.”

Y ahí fue cuando dos ladrones enmascarados fueron descubiertos.

“¡Ni se os ocurra! ¡Nadie robará un solo dólar en mi presencia!” gritó el Sr. Cangrejo, que se abalanzó sobre los ladrones enmascarados y, con la ayuda de Bob Esponja, logró atarlos, lanzarlos por la ventana y quecayeran junto a un coche de policía que se acercaba. Fue el arresto más fácil en la historia de Fondo de Bikini. “Son dos ciudadanos muy valientes,” dijo Bill. “Y por ello, en nombre de la Casa de la Moneda, me gustaría presentarles los nuevos billetes de dólar de edición limitada con sus caras impresas.”

“¡Oooh…!” exclamaron Bob Esponja y el Sr. Cangrejo. Justo en aquel momento, apareció Perla y le arrebató los billetes.

“Me llevo esto,” dijo mientras se los entregaba a una vendedora. “Me faltan dos dólares para estás preciosas botas.

¿A que te encantan, papi?”

“Vale. La primera diapositiva soy yo comprobando todo por última vez antes de irme de vacaciones a la Luna.” dijo Arenita al comienzo de su sesión. Para su emocionante viaje a la Luna, Arenita había cuidado hasta el último detalle… bueno, hasta el penúltimo, porque Bob Esponja se había escondido por accidente en el cohete. “¡Bob Esponja!

¿Pero qué pepinillos en vinagre estás haciendo en mi cohete?” preguntó Arenita al verle.

“¡Vine a traerte una tarta de despedida!” dijo un alegre Bob Esponja.

“Madre mía… Bueno, la cuenta atrás ha

comenzado…” dijo Sandy algo molesta.

“Abróchate el cinturón, nos vamos de

‘lunacaciones’.”

Lo primero que tenía pensado hacer Arenita en sus vacaciones era patinar en un cráter lunar. Arenita le enseñó a Bob Esponja sus mejores movimientos. Desde el “Agarre trasero tejano” al “Giro de Saturno.”

Llegó el turno de Bob Esponja, pero en lugar de patinar por el cráter lunar, ¡Bob Esponja comenzó a flotar! ¡La gravedad cero realmente le afectaba! Arenita le ató una piedra para ayudarlo, ¡y funcionó! Con la piedra atada ya podía hacer movimientos... que no estaban nada mal.

“¡Guau, Bob Esponja! ¿Cómo se llama ese truco?” preguntó Arenita impresionada. “¡Aaah...!” gritaba Bob Esponja mientras iba de un lado a otro.

¡De repente, Bob Esponja perdió el control del monopatín ¡y se estrelló contra el depósito de combustible del cohete!

No había tiempo que perder. Arenita y Bob Esponja tuvieron que montarse de nuevo en el cohete antes de quedarse sin combustible. Cuando regresaron a Fondo de Bikini, Arenita comenzó a perder el control del cohete y decidió salir fuera poder dirigir la nave. Por suerte, el cohetefinalmente tomó tierra. “Arenita, siento mucho haber arruinado tus vacaciones en la Luna,” dijo triste Bob Esponja. “¿Arruinado? ¡Pero, qué dices! ¡Han

sido las más divertidas que he tenido en la vida de una rana,” dijo Arenita. “La próxima vez iremos de vacaciones a Marte.”

“Plankton, esta segunda luna de miel será maravillosa,” dijo Karen. “Claro que sí. Será genial, cielo. Vamos a revisar que lo llevamos todo

por última vez,” dijo Plankton mientras terminaba de hacer la maleta. “Protección solar, gafas de sol, láser terrible... ¡Listo!”

¡Saludos, mortales de pacotilla! ¡Ahora, os toca soportar las diapositivas de mis vacaciones!

Se suponía que las vacaciones de Plankton serían una segunda luna de miel junto a su esposa, Karen… Al menos, eso pensaba Karen. La verdad es que era otro plan de Plankton para intentar robar la receta de la Cangrempanadilla del Sr. Cangrejo mientras disfrutaba de un crucero de una semana.

En el crucero de lujo, Karen y Plankton tomaban el sol plácidamente. “Eres un marido tan dulce, Plankton, cuando no te obsesionas con esa estúpida fórmula,” dijo Karen.

“Esto es vida,” dijo Plankton mientras se estiraba en la tumbona. “No hay nada que me preocupe ahora mismo.” Pero, en realidad, Plankton no había parado ni un segundo de idear el plan para robar la receta de la Cangrempanadilla. Un camarero se acercó para ofrecerles queso de algas, y aquello le dio a Plankton una idea: Karen se había quedado dormida. Podía crear una escultura de queso idéntica a él y así poder ir a buscar al Sr. Cangrejo.

Por desgracia para Plankton, robarle la receta al Sr. Cangrejo iba a ser más difícil que alejarse de Karen. Primero, intentó robarla mientras Bob Esponja paseaba en carrito al Sr. Cangrejo por la cubierta…

Luego, lo intentó mientras Bob Esponja y el Sr. Cangrejo jugaban a la rayuela,

y Plankton acabó siendo atropellado por el disco…

En el tercer intento, trató de derribar al Sr. Cangrejo cuando hacía esquí acuático, pero cayó por la borda.

Finalmente, la gran oportunidad de Plankton llegó cuando el Sr. Cangrejo decidió vender Cangreburger en la cubierta. Plankton se presentó disfrazado a pedir una Cangreburger y salió corriendo a donde estaba Karen.

“¡Sabía que tramabas algo!” gritó Karen enfadada. “¡No me puedo creer que hayas intentado engañarme haciéndome pensar que sería nuestra segunda luna de miel.” “Karen, cariño, deja que te lo explique,” le suplicó Plankton mientras trataba de escapar. “¡No, por favor! Con tu láser terrible no... ¡Lo siento!”

A veces, las mejores vacaciones son aquellas en las que no vas a ningún sitio o no tienes nada que hacer. Eso era, exactamente, lo que Patricio deseaba. Serían las mejores vacaciones a ninguna parte del mundo… ¡Y Bob Esponja le ayudaría! Para empezar, Bob Esponja transformó la casa de Patricio en un resort.

“Bienvenido al hotel ‘La Estrella Roquera’, señor,” dijo Bob Esponja disfrazado de recepcionista. “Aquí tiene la llave de su habitación, y no dude en informarnos si hay algo que podamos hacer para que su estancia sea más cómoda.”

“Vale, gracias,” dijo Patricio algo confundido.

Patricio no tardó en acostumbrarse a contar con el servicio. Primero, quiso que le arreglaran la habitación. Luego, pidió que se instalara un trampolín en la piscina. Y, para terminar, pidió una comida elegante que Bob Esponja le cocinó muy alegremente.

Bob Esponja sacó su parrilla y trató de impresionar a Patricio con sus habilidades culinarias. Pero se dejó llevar tanto que se olvidó de la Cangrempanadilla que tenía al fuego... ¡Y se quemó!

“Vaya, algo se ha ahumado demasiado,” dijo Patricio señalando la humareda que había detrás de Bob Esponja.

“No ha pasado nada,” dijo Bob Esponja avergonzado.

Después de darle un masaje a Patricio en el spa, Bob Esponja se fue a casa a descansar. Haber complacido a Patricio durante todo el día le había dejado agotado. Bob Esponja se tumbó en su cama y, al instante, comenzó a escuchar unos ronquidos. “¿Patricio, qué haces aquí?” preguntó Bob Esponja. “El resort de al lado estaba lleno,” dijo Patricio. “Y este lugar es tan tranquilo. Aquí se respira paz. Buenas noches, Bob Esponja.”

Llego la ultima diapositiva y todos se levantaron para irse. Habia sido una noche muy larga... Aunque, Bob Esponja no tuviera la

misma sensacion... ”¿Quien quiere ver ‘las vacaciones de nuestras vacaciones’?” pregunto

entusiasmado.