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Una lectura en clave psicoanalítica, específicamente a partir del entramado teórico lacaniano, del aporte teoírico político de Ernesto Laclau.

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Los nombres de lo real en la teora de Laclau: antagonismo, dislocacin y heterogeneidad

Paula Biglieri y Gloria PerellCentro de Estudios del Discurso y las Identidades Sociopolticas (CEDIS)Universidad Nacional de San Martn (UNSAM)

Introduccin

Ernesto Laclau, quien junto con Chantal Mouffe, en 1985 abri el camino del posmarxismo con la publicacin de Hegemona y estrategia socialista. Hacia una radicalizacin de la democracia, ha devenido con el correr de su despliegue terico en uno de los emergentes ms destacados de la conjuncin del pensamiento poltico con el psicoanlisis. Especficamente el psicoanlisis lacaniano.

En este trabajo nos proponemos dar cuenta de dicha conjuncin. As, utilizaremos herramientas tericas del psicoanlisis para leer a Laclau con el objeto de encontrar los supuestos implicados en su obra. Sin embargo, al respecto vale aclarar que no intentaremos hacer una bsqueda de los elementos centrales de la teora lacaniana en el trabajo de Laclau. Vale decir, no pretendemos responder a este tipo de preguntas: en dnde est el objeto a en la teora de Laclau? En dnde podemos ubicar el significante amo? En dnde est lo simblico, lo imaginario y lo real? Como si fuese posible establecer entre una teora y la otra una correspondencia punto a punto. Desde nuestro punto de vista esa tarea no tendra ningn sentido, ya que se trata de dos elaboraciones tericas de distinta ndole. Esto no requiere mayor explicacin si lo pensamos desde la lingstica: cada elemento cobra significacin respecto de la relacin que establece con los dems en una cierta estructura dada, por tanto si se trata de dos trabajos diferentes resulta, desde el vamos, imposible sealar una relacin punto a punto. Ms an, las caractersticas del trabajo de Lacan difieren del de Laclau, lo cual dificultaran an ms intentar una tarea por dems irrealizable. En la enseanza de Lacan podemos encontrar diversas teoras que en conjunto no constituyen un sistema, y slo pueden ser comprendidas en relacin con la problemtica particular en la que surgieron. En cambio en el trabajo de Laclau podemos decir que si hay una cierta pretensin de cierta sistematicidad.

En definitiva nuestro objetivo, en el presente trabajo, es hacer una lectura psicoanaltica de Laclau de manera tal de ubicar los supuestos subyacentes. Encontramos as, tres momentos fundamentales en la teora de Laclau: el antagonismo, la dislocacin y la heterogeneidad.

El antagonismo

Hegemona y Estrategia Socialista. Hacia una radicalizacin de la democracia (1985) es el texto con el cual Laclau, junto con Mouffe, inicia una prolfica produccin terica que poco tiempo ms tarde ser denominada como posmarxismo. All, despus de repasar y deconstruir al marxismo, nos dan las claves conceptuales a partir de las cuales buscarn escapar del esencialismo, esto es, las nociones de antagonismo y hegemona.

Laclau y Mouffe para construir su propuesta terica proponen como principio ontolgico comprender a lo social como un espacio discursivo, con lo cual la concepcin de estructuracin de lo social que presentan responde a un modelo retrico. Su nocin de discurso refiere no solamente a lo lingstico en el sentido del habla o la palabra escrita, sino a toda relacin de significacin. Sinonimia, metonimia, metfora, no son formas de pensamiento que aporten un sentido segundo a una literalidad primaria a travs de las cuales las relaciones sociales se constituiran, sino que son parte del terreno primario mismo de constitucin de los social.[1] As, suponen que el campo de lo discursivo se superpone con el campo de las relaciones sociales y que stas son tales porque tienen y producen sentido.

Si Laclau y Mouffe definen discurso como una totalidad estructurada resultante de una prctica articulatoria y, con ello se acercan a la concepcin de Foucault -que caracteriza a la formacin discursiva como la regularidad en la dispersin- se distancian de ste cuando rechazan la distincin entre prcticas discursivas y no discursivas. Si se apoyan en Derrida para generalizar el concepto de discurso en el sentido de que la ausencia de un significado transcendental extiende infinitamente el campo y el juego de la significacin- toman distancia de ste cuando se vuelcan hacia el psicoanlisis, alejamiento que Laclau reafirma ms tarde cuando elabora el concepto de heterogeneidad, que desde nuestro punto de vista es asimilable al plus-de-jouir lacaniano (volveremos en detalle sobre este aspecto en el ltimo punto de este artculo).

Pues bien, si todo lo que hay es el juego de diferencias adems de ubicarnos en el plano de una contingencia radical y de que toda identidad es relacional en la medida en que cada elemento es lo que el otro no es-, este juego incesante necesita cierta fijacin para que pueda haber un sentido. Porque si nos quedamos en el deslizamiento constante de elementos, estaramos ante una dispersin tal del sentido que sera imposible cualquier significacin el discurrir del psictico-. Entonces all, es en donde Laclau y Mouffe introducen el concepto depoint de capitono punto nodal de Lacan, al cual denominarn en su propia terminologa como significante vaco. Este es el significante o elemento particular que asume la funcin estructuralmente universal dentro de un campo discursivo. Es decir, es aquel elemento que permite cierta sutura, cierta fijacin siempre parcial del juego de las diferencias de manera de que la cadena significante pueda adquirir algn sentido. Comprendemos as el concepto de articulacin: la prctica articulatoria consiste, por tanto, en la construccin de puntos nodales que fijan parcialmente el sentido.[2]Este detenimiento siempre precario- del deslizamiento significante que posibilita un punto nodal tiene lugar justamente porque ese punto nodal es tal en la medida en que est sobredeterminado. Laclau y Mouffe toman el concepto de sobredeterminacin va Althusser para devolverlo a la manera en que inicialmente lo haba presentado Freud. En efecto, si Althusser haba sostenido que no hay nada en lo social que no est sobredeterminado como forma de expresar que el orden social se corresponde con el orden simblico y, por lo tanto, carece de un principio fundante, reintrodujo de contrabando una renovada forma de esencialismo al afirmar la existencia de una sobredeterminacin en ltima instancia por parte de la economa. Esta ltima afirmacin resulta inaceptable para Laclau y Mouffe ya que estamos volviendo, de alguna manera, al par binario esencia-accidente, pero esta vez bajo en formato marxista: base material-superestructura, en donde las relaciones de produccin (que se ubican en la base material) tienen la ltima palabra. Ms an, toda la complejidad que implica la sobredeterminacin queda borrada de un plumazo:si la economa es un objeto que puede determinar en ltima instancia a todo tipo de sociedad, esto significa que, al menos en lo que se refiere a esa instancia, nos enfrentamos con una determinacin simple y no con una sobredeterminacin. Y si la sociedad tiene una ltima instancia que determina sus leyes de movimiento, se sigue que las relaciones entre las instancias sobredeterminadas y la ltima instancia que opera segn una determinacin simple y unidireccional deben ser concebidas en trminos de sta ltima.[3]

Volvamos a Freud entonces. Freud presenta el concepto de sobredeterminacin en su famoso textoLa interpretacin de los sueos(1900), all invierte el par binario vigilia-sueo, aquel en el que Descartes haba establecido una primaca de la vigilia y desechado al sueo como un residuo. Freud propone una hermenutica sin un fundamento ltimo a partir de una topologa de dos niveles: el contenido manifiesto (el texto que recuerda el soador cuando se despierta cuya caracterstica principal es ser breve, pobre y lacnico) y el contenido latente (pensamiento del sueo o pensamiento onrico cuya caracterstica principal es ser rico, variado y extenso). El trabajo del sueo consiste pues en transferir los contenidos latentes a los contenidos manifiestos, vale decir, transferir elementos de un texto a otro (del texto del sueo al texto consciente). Ahora bien, qu sucedi para que de un texto rico, variado y extenso pasemos a otro breve, pobre y lacnico? Sucedi, justamente, el trabajo del sueo que es el inconsciente- que traduce un texto a otro a travs de los mecanismos de condensacin y el desplazamiento. Esto no quiere decir, en sentido estricto, que algo se haya perdido en esta traduccin operada por el inconsciente. Slo podramos pensar eso si considerramos un tipo de traduccin punto a punto. Sino que lo que muestra Freud es que el inconsciente trabaja de otro modo, de manera tal que varios elementos quedan condensados en uno y otros quedan desplazados. En palabras de Freud: El hecho que est en la base de esta explicacin puede expresarse tambin de otra manera diciendo: cada uno de los elementos del contenido del sueo (es decir del texto que recordamos) aparece como sobredeterminado, como siendo el subrogado de mltiples pensamientos onricos.[4]Entonces, qu extraen Laclau y Mouffe del planteo de Freud? Fundamentalmente que existe otra lgica que no se rige por el principio de no contradiccin y que es la lgica articulatoria, los puntos nodales tarea que remite a la articulacin- son aquellos elementos en donde convergieron mayor cantidad de cadenas asociativas, son los elementos sobredeterminados, en otras palabras, los elementos que condensan la mayor cantidad de contenidos onricos por mera asociacin. As pues, los significantes vacos son elementos sobredeterminados, en el sentido de que condesan elementos de cadenas asociativas diversas y anclan siempre de manera precaria- un cierto sentido.Quedamos as a las puertas del concepto de hegemona porque Laclau y Mouffe toman el concepto de sobredeterminacin para pensar las identidades, la totalidad y la hegemona. Una articulacin hegemnica tienen lugar cuando un elemento particular- asume en cierto momento, la representacin de una totalidad que es completamente inconmensurable respecto de s misma. Ese elemento asume tal representacin porque qued sobredeterminado al condensar la mayor cantidad de cadenas asociativas. Pero no slo tenemos as cierta fijacin de sentido, sino que tambin a travs de la mediacin de dicha particularidad -que se apropia de la representacin de la universalidad- es que podemos tener acceso a cierta nocin de totalidad. Vale decir, las articulaciones hegemnicas suponen efectos suturantes. Una relacin hegemnica articula a las diferencias a partir de que un elemento (que ha devenido en punto nodal, un significante vaco, etc.) se impone como la representacin de la totalidad y plasma cierta configuracin que no es ms que un orden suturado, porque la sutura nos indica la imposibilidad de fijacin del orden como una totalidad coherentemente unificada.Sin posibilidad de que fijacin de un orden como totalidad coherentemente unificada, ese campo de las diferencias o divisiones en constante movimiento siempre ser excesivo o, lo que es lo mismo, el orden nunca puede abarcar a la totalidad de las diferencias o divisiones. As, podemos decir que la apertura de lo social es constitutiva porque ese exceso de lo social impide que el orden se cierre como una totalidad unificada o plena. Lo social, en tanto tal, no puede ser ms que un intento, siempre fallido, de domesticar el campo de las diferencias. Es ms una articulacin hegemnica es la nica posibilidad de crear un orden precario- en donde no lo hay. De aqu la famosa frase: lo social es articulacin en la medida en que lo social no tiene esencia es decir, en la medida en que la sociedad es imposible.[5]Ahora bien, este concepto de hegemona est ligado estrechamente al de antagonismo. En primera instancia, Laclau junto con Mouffe, definen al antagonismo como el lmite de toda objetividad.[6]Es decir, el antagonismo lejos de ser una relacin objetiva nos ensea los lmites de la objetividad. Es la experiencia del lmite del orden. Y, justamente, porque existe el antagonismo es que tambin existe la posibilidad de una construccin hegemnica. Sin antagonismo la sociedad sera posible en tanto una unidad sin fisuras, una totalidad coherentemente unificada, constituida por identidades plenas y entonces la posibilidad misma de lo social en cuanto relacin hegemnica simplemente quedara eliminada.El antagonismo, por tanto, lejos de ser una relacin objetiva, es una relacin en la que se muestran en el sentido en que Wittgenstein deca que lo que no se puede decir se puede mostrar- los lmites de toda objetividad. Pero si, como hemos visto, lo social slo existe como esfuerzo parcial por instituir la sociedad esto es, un sistema objetivo y cerrado de diferencias-, el antagonismo como testigo de la imposibilidad de una sutura ltima, es la experiencia del lmite de lo social. Estrictamente hablando, los antagonismos no son interiores sino exteriores a la sociedad; o mejor dicho, ellos establecen los lmites de la sociedad, la imposibilidad de esta ltima de constituirse plenamente (Idem.).Bien es conocido que esta definicin de antagonismo fue muy celebrada en su oportunidad por iek.[7]Recordemos que iek afirmaba que:No es un accidente que la proposicin bsica deHegemonala sociedad no existe- evoca la proposicin lacaniana segn la cual la mujer no existe. El real logro deHegemonase cristaliza en el concepto de antagonismo social: lejos de reducir toda realidad a una suerte de juego del lenguaje, el campo socio-simblico es concebido como estructurado en torno de una cierta traumtica imposibilidad, en torno a una fisura que no puede ser simbolizada. En breve, Laclau y Mouffe han reinventado, por as decirlo, la nocin de lo real como imposible; ellos han transformado a este ltimo en una herramienta til para el anlisis social e ideolgico.[8]iek nos est diciendo, y compartimos esta apreciacin, que el gran logro de Laclau y Mouffe fue haber concebido la idea de antagonismo como lmite de toda objetividad, es decir, como una reformulacin de la nocin de Lacan de lo Real como imposible lgico. En otras palabras, el antagonismo entendido como un ncleo traumtico alrededor del cual se estructura el orden (campo socio-simblico), vale decir, lo social.Tambin fue iek quien puso la lupa sobre una segunda definicin de antagonismo que nos dan Laclau y Mouffe: Pero en el caso del antagonismo nos encontramos con una situacin diferente: la presencia del Otro me impide ser yo mismo. La relacin no surge de identidades plenas, sino de la imposibilidad de constitucin de las mismas.[9]iek seala aqu un problema ya que esta definicin de antagonismo est atada a la nocin de sujeto que Laclau y Mouffe toman de Foucault. Y la nocin de posiciones de sujeto de Foucault encierra soterradamente, en un punto, la ilusin de la plenitud. iek afirma que con dicho argumento foucaultiano, Laclau y Mouffe, pretenden atacar:la idea de un sujeto como entidad sustancial y esencial dada de antemano, que domina la totalidad del proceso social y que no es producida por la contingencia del propio proceso discursivo; contra esta nocin ellos afirman que lo que tenemos es una serie de posiciones particulares de sujeto (feminista, ecologista, democrtica...) cuya significacin no est fijadaa priori: ellas cambian segn el modo en que aquellas son articuladas en una serie de equivalencias a travs de un excedente metafrico que define la identidad de cada una de esas posiciones.[10]La dificultad radica en que:la posicin de sujeto es uno de los modos en que reconocemos nuestra posicin como agentes (interesados) del proceso social, en que experimentamos nuestra dedicacin a una cierta causa ideolgica. Pero tan pronto como nos constituimos a nosotros mismos como agentes ideolgicos, tan pronto como respondemos a la interpelacin y asumimos una cierta posicin de sujeto, somos a priori,per definitionemengaados, hemos pasado por alto la radical dimensin del antagonismo social, es decir, el ncleo traumtico cuya simbolizacin siempre fracasa.[11]iek nos est diciendo que si definimos el antagonismo tambin como la presencia del otro que me impide ser yo mismo, una eventual derrota de ese otro (enemigo) me llevara a abolir el antagonismo, con lo cual mi identidad quedara plenamente constituida y estaramos nuevamente ante la presencia de un sujeto sustancial. En cambio, nos escapamos del sujeto sustancial si nos quedamos con proposicin de que no es el enemigo externo el que me impide alcanzar la identidad conmigo mismo, sino que cada identidad, librada a s misma, est ya bloqueada, marcada por una imposibilidad. Y el enemigo externo es simplemente la pequea pieza, el resto de realidad sobre el que proyectamos o externalizamos esta intrnseca, inmanente imposibilidad.[12]Bien, aceptamos en trminos generales el argumento de iek. Aunque tambin es preciso sealar que Laclau y Mouffe al desarrollar su concepto de hegemona se toman el trabajo de aclarar que si bien la idea de articulacin hegemnica nos abre la posibilidad de especificar separadamente la identidad de los elementos articulados, dichas identidades tienen tambin un carcter precario porque es imposible atar el sentido de los elementos a una literalidad ltima. Con lo cual lo que tenemos es que, no solamente un orden debe ser entendido como un orden abierto, sino que los elementos que forman la cadena hegemnica son tambin elementos abiertos porque no pueden constituirse como identidades plenas o cerradas. Adems, a esta aclaracin es necesario agregar que debe tenerse presente que Laclau y Mouffe entienden que las posiciones de sujeto estn atravesadas por la lgica de la sobredeterminacin, que implica (valga la redundancia) que cada posicin de sujeto se encuentra siempre sobredeterminada por las dems. Es decir, cada posicin de sujeto adquiere as un carcter incompleto y abierto y ensea la cualidad polticamente negociable de toda identidad.[13]Con lo cual, no solamente una fuerza social particular, una identidad poltica, debe ser entendida como una identidad abierta, sino que los elementos que la conforman son tambin elementos abiertos, con la imposibilidad de constituirse como identidades plenas o cerradas.Pero ms all de la puntuacin de iek nos interesa esta ltima definicin porque nos permite, con lentes lacanianos, leer al antagonismo como un efecto de lo real en lo imaginario. Aqu yace el primer momento en el desarrollo de la teora de la hegemona de Laclau, compartida hasta este punto con Mouffe. Estamos en el momento del nfasis imaginario de Laclau, es decir, en donde el antagonismo es problematizado en trminos imaginarios. Recordemos que para Lacan justamente lo imaginario en primer trmino, se define como el lugar del yo por excelencia, con sus fenmenos de ilusin regidos por las leyes de lagestalt.El registro imaginario tiene que ver esencialmente con la imagen, con la representacin (en tanto lo que se vuelve a presentar en lugar de una ausencia), con el intento de sntesis, de unificacin, de cierre de sentido.De este modo, definir al antagonismo como la presencia del otro que me impide ser yo mismo implica ya alguna forma de inscripcin de lo real traumtico constitutivo de toda identidad. La posibilidad de establecer una frontera que delimite un nosotros y ellos, es una forma de representar lo irrepresentable. Tomemos en cuenta por ejemplo cmo definen Laclau y Mouffe al antagonismo, recurriendo a Wittgenstein. Lo definen como testigo de la imposibilidad, como una relacin en la que se muestran los lmites de toda objetividad, en tanto que lo que no se puede decir se puede mostrar. Y aqu vamos a centrar la atencin tanto en la funcin del testigo como en el trmino mostracin, ambos corresponden definitivamente al orden de la imagen, estrictamente hablando, al registro imaginario.Tenemos derecho, en este punto, de emplear la metfora del espejo que sirvi a Lacan para comprender la constitucin del yo. Las identidades slo pueden conformarse a travs de su relacin con el otro, con lo que no es. As, y en todos los terrenos, la configuracin de una identidad implica el establecimiento de una diferencia, y el xito de su afirmacin estriba en su capacidad de excluir, de dejar fuera al otro. Pero, al mismo tiempo, dependiendo de esta definicin del otro para su constitucin. Es as que una relacin especular de este tipo expresa necesariamente una relacin antagnica, en tanto la presencia del otro que me impide ser yo mismo. As pues, ante la imposibilidad de que una identidad se configure de manera cerrada entonces constituyo mi presencia a partir de la identificacin con otro que de manera especular me hace saber de mi presencia, pero a la vez la amenaza.Es aqu, en esta puesta en escena de la rivalidad con el otro, en donde el antagonismo es constitutivo de la identidad, identidad que tendr que distinguir su presencia por medio de la exclusin, para as diferenciarse de la pura disgregacin de elementos. El antagonismo representa esta relacin especular que permite establecer una identidad que en su precariedad se ve amenazada porque su existencia es tributaria de la presencia del otro.La dislocacinPodemos ubicar un segundo momento en la teora de Laclau, a partir de la publicacin deNuevas reflexiones sobre la revolucin de nuestro tiempo(1990), signado por la radicalizacin del concepto de antagonismo y el abandono de la nocin foucaultiana de posiciones de sujeto. Sucede que Laclau tom en cuenta los reparos puestos por iek -mencionados lneas atrs- e introdujo el concepto de dislocacin (1990). La dislocacin es el fracaso de que una estructura se cierre como tal. Con ello, admite que toda identidad (y objeto social) de por s est dislocada porque depende de un exterior que, a la vez que la niega, es su condicin de posibilidad. Dado que el campo de las identidades es relacional porque los sujetos sociales no se constituyen de manera puramente externa (los unos de los otros); las identidades nunca pueden constituirse plenamente sino que forman un sistema imposible de cerrar que depende siempre de un determinado afuera que lo constituye.Uno de los puntos centrales abordados para especificar el concepto de dislocacin es pensarla como fuente de libertad, al respecto seala: La dislocacin es la fuente de la libertad. Pero esta no es la libertad de un sujeto que tiene una identidad positiva pues en tal caso sera tan slo una posicin estructural- sino la libertad derivada de una falla estructural, por lo que el sujeto slo puede construirse una identidad a travs de actos de identificacin.[14]De esta cita derivamos dos cuestiones claves. En primer lugar, que la estructura est ya dislocada, y esa hiancia estructural es considerada fuente de libertad ya que no hay all determinaciones de orden estructural para el sujeto, de ah que sea la fuente de la libertad, por lo tanto es el lugar del sujeto, es el momento de la decisin ms all de la estructura. En segundo lugar y como consecuencia de lo primero, la nocin de sujeto de Laclau adquiere especificidad en este momento de la obra. Esto es as porque abandona la nocin de posiciones de sujeto de raigambre foucaultina presente enHegemona y estrategiay alcanza una precisa diferenciacin entre las nociones de sujeto, identidad e identificacin. Entonces, no habra para el sujeto una identidad positiva, slo puede acceder a algo parecido a travs de la identificacin.La dislocacin ser entonces el lugar del sujeto enNuevas reflexiones..., es el lugar de una ausencia, el sujeto es as la "forma pura de la dislocacin de la estructura, de su inerradicable distancia respecto de s misma".[15]Por este motivo y apelando a herramientas de la teora lacaniana, respecto del sujeto en este segundo momento podemos decir que ya no se trata de posiciones de sujeto al modo de identificaciones imaginarias, sino de un sujeto de la falta. En resumen, de los argumentos implicados en el abandono de la nocin de posiciones de sujeto emerge el sujeto de la falta y como producto de la radicalizacin del concepto de antagonismo surge la dislocacin.Cul es, entonces, la diferencia entonces entre antagonismo y dislocacin? La respuesta la encontramos en las palabras del propio autor:"La idea de construir, de vivir esa experiencia de la dislocacin como antagnica, sobre la base de la construccin de un enemigo, ya presupone un momento de construccin discursiva de la dislocacin, que permite dominarla, de alguna manera, en un sistema conceptual que est en la base de cierta experiencia... Entonces fue enNuevas reflexiones sobre la revolucin de nuestro tiempo, que intent desarrollar una nocin de negatividad sobre la base de profundizar el momento de dislocacin anterior a toda forma de organizacin discursiva, o de superacin discursiva, o de sutura discursiva de esa dislocacin".[16]Recordemos que en el punto anterior definamos al antagonismo como lo que muestra lo que no se puede decir, o tambin como testigo de la imposibilidad. De esta forma el antagonismo es ya un modo de otorgar un sentido a eso imposible de simbolizar, y si de mostracin se trata, es un modo imaginario de inscripcin de eso que no deja de sustraerse. Definir una frontera especular entre amigos y enemigos, una relacin antagnica como lmite de la objetividad, implica hacer algo con el ncleo traumtico inherente a toda identidad. En el concepto de dislocacin en cambio, lo que encontramos es una radical exclusin entre real y simblico, en este caso la dislocacin aparece desabonada de las posibilidades que abre lo simblico. La dislocacin no slo es renuente a la captura por lo simblico, sino que se mantiene en una exterioridad sin ley, la dislocacin significa que no se puede operar con lo simblico sobre lo real.En resumen, ubicamos como segundo momento de la teora de Laclau el de la disyuncin entre lo real y lo simblico que queda conceptualizado en la nocin de dislocacin.La heterogeneidadLaclau centra su ltimo libro en una reflexin de largo aliento acerca del populismo (2005). All introduce lo que para nosotras constituye la gran innovacin que va a marcar el tercer momento de su teora: el concepto de heterogeneidad.Al presentar su nocin de populismo Laclau remite al pueblo como unaplebsque reclama ser el nicopopuluslegtimo. Esto es: una parcialidad (laplebs, los menos privilegiados) que quiere funcionar como totalidad de la comunidad (elpopulus, el pueblo como nombre de dicha comunidad). De este modo, tenemos populismo cuando una parte se identifica con el todo y se produce una exclusin radical dentro del espacio comunitario. En otras palabras, para que haya una articulacin populista tiene que prevalecer una relacin equivalencial entre una pluralidad de demandas sociales, que pone en juego la figura del pueblo y establece una frontera antagnica entre un nosotros, el pueblo y un ellos, los enemigos del pueblo. Pues bien el pueblo del populismo tiene lugar justamente por la imposibilidad de todo orden (objetividad, identidad, etc.) de cerrarse como una mismitud completamente coherente y unificada. El pueblo del populismo aparece all en la bsqueda, siempre inalcanzable, de la plenitud de la comunidad. De all que implique una frontera radical, ya que su propia presencia es efecto del antagonismo constitutivo de lo social. As, sin esta ruptura inicial de algo en el orden social, no hay posibilidad de antagonismo, de frontera o, en ltima instancia, de pueblo.[17]Ahora bien, un punto central que introduce Laclau en esta fase de su desarrollo terico es la dimensin del afecto en la figura del pueblo. Con esta nueva dimensin presente la proposicin bsica de Laclau y Mouffe la sociedad es imposible adquiere otro alcance. Digamos entonces: el pueblo se constituye a partir de la imposibilidad de la sociedad. Cmo pensamos esta afirmacin en este tercer momento? Decimos que lo social no se presenta como algo homogneo, es ms, no hay nada en comn entre los integrantes del campo social, ya que lo propio del sujeto es la imposibilidad de la relacin; entonces, justamente lo que hace de una multiplicidad de heterogeneidades una comunidad, lo que tienen en comn, es la imposibilidad de la relacin social: lo comn es lo imposible, lo heterogneo, lo real. En todo caso si hay un vnculo afectivo, si existe un lazo es porque la relacin es imposible. En breve, como no hay relacin, hay lazo afectivo. Veamos, entonces, en detalle la cuestin afectiva.Laclau integra la dimensin afectiva tomando como fuente primaria para su argumento el texto freudianoPsicologa de las masas y anlisis del yo.[18]A diferencia del modelo hobbesiano, en la constitucin de un pueblo no se trata meramente de la figura del lder como elemento trascendente que otorga sentido a aquello que es representado. Y eso se evidencia ya en el armado que Freud ilustra grficamente en dicho texto[19]y que Laclau retoma en suRazn Populista. Entonces, estamos negando la nocin de trascendencia en el argumento sobre el pueblo de Laclau? No. Pero veamos entonces a qu tipo de trascendencia se refiriere Laclau a partir del psicoanlisis.Acerca del esquema dePsicologa de las masas y anlisis del yopodemos decir brevemente que en este grfico Freud presenta la frmula de la constitucin de una masa con un conductor. Muestra all la centralidad del afecto (identificacin y enamoramiento) en esta articulacin, ya que seala que el lazo identificatorio o identificacin, que se establece entre los miembros de la masa es posible a partir de una relacin de idealizacin hacia el lder por parte de cada uno de los integrantes de la misma. Freud afirma que una masa con conductor es una multitud de individuos que han puesto un objeto, uno y el mismo, en el lugar de su ideal del yo, a consecuencia de lo cual se han identificado entre s en su yo. Esta condicin admite representacin grfica:Lo que menciona el texto y muestra el grfico son las relaciones entre los elementos que participan de esta articulacin. Consideramos a cada una de las lneas paralelas como uno de los miembros de la masa, y en cada una de ellas se encuentran representadas las instancias: ideal del yo, yo y objeto.[20]A la vez, en lnea de puntos observamos la ligazn afectiva: entre los yoes por identificacin y entre los ideales del yo por enamoramiento con el conductor. Sin embargo, debemos prestar especial atencin a que estos vnculos afectivos son posibles a partir de que cada sujeto ha resignado la satisfaccin sexual directa en relacin al objeto de la pulsin a partir de la investidura de un objeto exterior (resigna la corriente sensual amorosa), y as se excluye toda satisfaccin sexual directa y el sujeto queda ligado al objeto externo con pulsiones sexuales de meta inhibida (corriente tierna amorosa), lo que corresponde al enamoramiento o idealizacin. Si prestamos atencin a la orientacin de las flechas que aparecen en el esquema podemos observar que hay una especie de movimiento lgico en sentido antihorario: se resigna la satisfaccin del propio objeto, se inviste el objeto exterior, ste es ubicado en el lugar del ideal (idealizacin), y la concomitante identificacin entre los yoes.En este grfico de Freud podemos encontrar una suerte de nudo en el que se muestran los lazos afectivos que se establecen en la masa, pero sobre todo ste adquiere relevancia para nuestro anlisis porque muestra un elemento fundamental: esos pequeos objetos entre los cuales no se advierte ligazn alguna, pero que sin embargo son los que posibilitan esa articulacin. (Ntese que en el grfico no existe lnea de puntos trazada entre ellos y que adems aparecen con su centro vaco). Estos objetos asimilables al objeto a lacaniano- estaran anticipando all algo que podramos aventurarnos a llamar una trascendencia. Entonces, desde nuestra lectura con lentes lacanianos podemos sostener que se trata de una trascendencia tal que no es de orden ontolgico. O, si quisiramos hablar de ontologa deberamos decir ontologa de lo real.Cmo es esto? Para comprender formalmente el modo en que la realidad se instituye, sus fundamentos y sentidos -problema del que se ocupa la ontologa- podemos retomar en este punto la referencia de Lacan a la causa inconsciente. En esta referencia, que encontramos en elSeminario XI, Lacan afirma que todos los efectos estn sometidos a la presin de un orden causal en tanto se trata de una causa perdida, esto es, en tanto esa causa sea del orden de un vaco. Decir que la causa inconsciente es del orden de un vaco significa que no se trata de un ente, pero tampoco se trata de un no-ente. Esta causa inconsciente es definida como una interdiccin, Lacan dice crpticamente una interdiccin que trae un ente al ser.[21]Segn Miller[22], poner en juego una entidad negativa, una nada que sin embargo no es nada, que es como un llamado al ser, introduce una ruptura en el plano de la inmanencia. Esta ruptura resulta determinante para el nacimiento del sujeto lacaniano. Respecto de toda inmanencia, ya sea real, vital o simplemente en trminos de lo dado, poner en juego tal entidad negativa abre una distancia trascendente, un ms all (en clara alusin a la nocin freudiana de ms all del principio del placer). Es lo que en otra oportunidad Miller calific en Lacan una estructura con ms all: hay un ms all de todo lo que es dado. Esto introduce lo que Miller denomina una dimensin transfactual, esencial en Lacan.[23]Entonces afirmamos que estamos, en el caso de Laclau, ante un sujeto acfalo[24]. Justamente, porque la trascendencia tal como observamos en el grfico de Freud y en los dichos de Lacan, no est ubicada en el lugar del lder, sino que est ms all, en un fundamento que no es un fundamento es que podemos hablar de un sujeto acfalo para ilustrar la figura del pueblo de Laclau.As entonces, sostenemos la figura de un sujeto acfalo, porque desde nuestra perspectiva, el gran hallazgo enLa Razn Populista(2005), el producto de esta obra, es que en su desarrollo, en sus circuitos para analizar las problemticas del populismo Laclau acaba por especificar la nocin de heterogeneidad. Logra circunscribir esta nocin discriminndola del concepto de antagonismo, y llevndola ms all de la idea de dislocacin, la define a travs del rodeo del pueblo y queda as en el centro de su propuesta terica.La ruptura implicada en este tipo de exclusin es ms radical que la inherente en la exclusin antagonstica: mientras que el antagonismo an presupone alguna clase de inscripcin discursiva, el tipo de exterioridad al que nos estamos refiriendo ahora presupone no slo una exterioridad a algo dentro de un espacio de representacin, sino respecto del espacio de representacin como tal. Este tipo de exterioridad es lo que vamos a denominar heterogeneidad social.[25]El antagonismo que habita el discurso, supone ya alguna forma de inscripcin, en tanto contingente, pero a la vez necesaria para la constitucin del sistema. Lo heterogneo en cambio no se inscribe; es lo real en tanto residuo que cae como desecho del proceso de significacin. Es decir, que a partir de aqu estamos considerando lo real no slo en su relacin con el antagonismo, sino centralmente con lo heterogneo, o bien ahora en trminos psicoanalticos- comoplus-de-jouir(plus de goce). Lo heterogneo no se ubica en un adentro o en un afuera, se aloja en un punto de extimidad. Con este neologismo, extimidad, Lacan entiende que lo ms ntimo se encuentra en el exterior y anuncia su presencia como un cuerpo extrao que reconoce una ruptura constitutiva de la intimidad.[26]En este sentido, el pueblo de Laclau es una estructura con ms all. La trascendencia no est ubicada en el lugar del lder, est ubicada en un ms all, en esa nada que sin embargo no es nada. Por esto afirmamos que la figura que le corresponde al pueblo tal como lo presenta Laclau es la del sujeto acfalo, en la medida en que se ancla en una trascendencia que como tal es vaca. Para utilizar la terminologa propia de Laclau, el lugar de la trascendencia es el de heterogeneidad, no slo como diferencia radical; podemos decir ms precisamente en trminos psicoanalticos como aquello que es asimilable al plus de goce.En suma, en este tercer momento de la teorizacin de Laclau entendemos a la heterogeneidad como un real pero no solamente en su dimensin de falta en lo simblico -como podra concebirse la nocin de dislocacin- sino ms bien en su dimensin de goce.CorolariosHemos transitado la obra de Laclau a partir de una lectura con elementos del psicoanlisis y ubicamos tres instancias: un primer momento que corresponde a la centralidad del concepto del antagonismo, que representa las soluciones de orden imaginario a la imposibilidad de la sociedad, y en este sentido como imaginarizacin del real que impide y posibilita la sistematicidad del sistema de significacin. Un segundo momento en el que la teora de Laclau se organiza a partir de su idea de dislocacin como expresin de la disyuncin entre lo simblico y lo real, como imposibilidad constitutiva en lo simblico para "hacer" con lo real. Y, por ltimo, un tercer momento, signado por el concepto de heterogeneidad como plus de goce que emerge como residuo de la razn que sostiene la configuracin de un pueblo que involucra la dimensin afectiva, como causa perdida que impulsa el anudamiento social.Ahora bien, puede surgir como tentacin reflexiva la idea progresista de pensar estos tres conceptos como fases evolutivas de un desarrollo terico. Sin embargo, sostenemos que estos tres elementos no deberan ser considerados uno como superador del otro, vaya la dislocacin como superadora del antagonismo y, a su vez, la heterogeneidad como superadora de la dislocacin. Sino, ms bien, de lo que se trata es de hacer jugar juntos a estos tres conceptos en un mismo campo terico ya que los tres surgen atendiendo a distintos problemas que Laclau fue abordando a lo largo de su obra. Cada uno de estos conceptos nos auxilia y nos permiten pensar distintas problemticas. Por ejemplo, el antagonismo nos sirve para pesar al otro especular -no tanto como lo diferente o lo Otro- sino ms bien pensar al otro en la medida en que me constituye, es decir, como aquello que me permite constituir algn tipo de identidad aunque mas no sea por identificacin. Para qu la dislocacin? Con el concepto de dislocacin se evidencian los lmites de lo simblico para hacer con lo real. Por ejemplo, se pone de manifiesto las carencias de lo instituido para resolver una falla imposible de articular, en definitiva, cuestiona a la confianza ciega a las posibilidades institucionales de superacin de los obstculos y a las propuestas romnticas de consenso. Finalmente, para qu la heterogeneidad? La heterogeneidad nos permite pensar en la responsabilidad subjetiva. Respecto de esto ltimo, recordemos la nocin de la causa perdida en Lacan, pero esta vez remarcando la doble acepcin de causa: como causa que hay que sostener, como causa que hay que defender y como eso que causa, como fundamento. Entonces por una parte como causa fallida porque, an en el mejor de los casos, nunca alcanza a realizarse plenamente como tal. Adems, decimos causa perdida porque a diferencia de lo que nos ensea el saber universitario suprimida la causa desaparece el efecto (Ablata causa tollitur effectus), aqu resulta que los efectos no se sostienen ms que en ausencia de la causa. Esa causa perdida en esta doble significacin supone que no hay seguridad alguna acerca de puntos de partidas ni de destinos, porque no hay fundamentos ltimos desde los cuales partimos y donamos sentidos, ni tampoco metas finales establecidas a priori a las cuales podamos alcanzar de manera acabada y plena. Por eso esa causa perdida, funcin de lo imposible, no implica impotencia, ni parlisis, ni renuncia, sino ms bien involucra una experiencia que intenta transformar en causa al fundamento ausente;[27]es decir, implica una posicin tica. Porque frente a la causa perdida siempre faltar algo, sobrar aquello, tendremos excesos; en pocas palabras, siempre habr un real insistiendo, aquello que no cesa de no inscribirse.[28]Y es, esta falta de garantas, la que evoca un llamado a involucrase en luchas polticas. Una posicin tica porque como no tenemos nada garantizado de antemano, como no sabemos cmo van a ser las cosas, como no es posible establecer de manera transparente y certera los caminos hacia una sociedad reconciliada la cual es adems siempre imposible-, como no sabemos hacia dnde puede llegar a salir disparada esa irrupcin incesante de lo real en los registros simblico-imaginario, como la heterogenidad es inextricable, es que supone un llamado a la militancia.BibliografaAlemn, Jorge,Para una izquierda lacaniana Intervenciones y textos. Buenos Aires: Grama Ediciones, 2009.Badiou, Alain, Lacan y lo real en Badiou, A.,Reflexiones sobre nuestro tiempo. Interrogantes acerca de la tica, la poltica y la experiencia de lo inhumano, Buenos Aires: Del Cifrado, 2000.Biglieri, Paula y Perell, Gloria. ed.,En el nombre del pueblo. La emergencia del populismo kirchnerista. Buenos Aires, Unsam Edita, 2007.Copjec, Joan,Imaginemos que la mujer no existe. tica y sublimacin. 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Notas[1]Laclau, Ernesto y Mouffe, Chantal,Hegemona y estrategia socialista. Hacia una radicalizacin de la democracia. Buenos Aires, FCE, [1985] 2006, p. 150.[2]Laclau, Ernesto y Mouffe, Chantal,op.cit.,p. 154.[3]Laclau, Ernesto y Mouffe, Chantal,op.cit.,p. 136.[4]Freud, Sigmund, La interpretacin de los sueos. (Primera parte),en Obras Completas vol. iv. Buenos Aires: Amorrortu Editores, [1900] 1998, p. 291.[5]Laclau, Ernesto y Mouffe, Chantal,op.cit.,p. 156.[6]Ibid, p. 169.[7]iek, Slavoj. Ms all del anlisis del discurso, en LACLAU, E. (1990),Nuevas reflexiones sobre la revolucin de nuestro tiempo.Buenos Aires: Nueva Visin, 2000.[8]Ibid., 257.[9]Laclau, Ernesto y Mouffe, Chantal,op. cit.,p. 168.[10]iek, Slavoj,op. cit.,p. 258.[11]iek, Slavoj,op. cit.,p. 259.[12]iek, Slavoj,op. cit.,p. 260.[13]Laclau, Ernesto y Mouffe, Chantal,op. cit.,p. 174.[14]Laclau, Ernesto,Nuevas reflexiones sobre la revolucin de nuestro tiempo. Buenos Aires: Nueva Visin, [1990] 2000.p. 76[15]Idem.[16]Laclau, Ernesto,Hegemona y antagonismo; el imposible fin de lo poltico. Santiago de Chile: Cuaro Propio, 1997, p. 126.[17]Laclau, Ernesto,La razn populista. Buenos Aires, FCE, 2005, p. 113.[18]Freud, Sigmund, (1920 1922), Psicologa de las masas y anlisis del yo. ObrasCompletas vol. xviii. Buenos Aires: Amorrortu Editores, [1921] 1998.[19]Freud, Sigmund,op. cit.,p. 110.[20]Sobre el carcter simblico, imaginario y real, respectivamente de estas instancias ver: Biglieri, Paula y Perell, Gloria. ed.,En el nombre del pueblo. La emergencia del populismo kirchnerista. Buenos Aires, Unsam Edita, 2007. Y tambin Perell, Gloria, La psicologa de las masas de Freud como antecedente del concepto de populismo de Laclau. Una lectura crtica. EnMemorias de las xii Jornadas de Investigacin de la Facultad de Psicologa de la uba y ii Encuentro de Investigadores de Psicologa del Mercosur, Paradigmas, mtodos y tcnicas, Buenos Aires: 2006, pp. 459-461, tomo iii.[21]Lacan, Jacques,Seminario 11: Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanlisis. Paids, Buenos Aires, [1964] 2003, pp. 134-135.[22]El slo hecho de poner en juego tal entidad negativa, una nada, pero una nada que precisamente no es nada, que es como un llamado al ser, introduce (y esto es determinante para el nacimiento del sujeto lacaniano y la destruccin del ego hartmanniano en el psicoanlisis) una ruptura decisiva en el plano de la inmanencia expresin que tomo de Deleuze-, ya se la califique de real, de biolgica, de natural o simplemente de dada. Respecto de toda inmanencia real, vital, poner en juego tal entidad negativa abre una distancia trascendente, un ms all. Es incluso el principio de lo que el ao pasado o hace dos aos yo haba llamado en Lacan la estructura con ms all; hay un ms all de todo lo que es dado. Y esto introduce lo que denomin para la ocasin una dimensin transfactual esencial en Lacan-, Miller, Jacques-Alain,La experiencia de lo real en la cura psicoanaltica. Buenos Aires, Paids, 2006, p.213.[23]Miller, Jacques-Alain,idem.[24]La nocin de sujeto acfalo la tomamos de Lacan en referencia al modo de manifestacin de la pulsin, pues la pulsin se articula en trminos de tensin delineando bordes, en una topologa donde lo que se produce necesariamente en el recorrido de la pulsin es un circuito alrededor de una ausencia. Lacan, Jacques,Seminario 11: Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanlisis. Paids, Buenos Aires, [1964] 2003.[25]Laclau, Ernesto,La razn populista. Buenos Aires, FCE, 2005.[26]Miller, Jacques-Alain, Extimidad, enEl Analiticn. Fundamentos del psicoanlisis, Barcelona, Silicet ii, 1987, pp. 13-27.[27]Alemn, Jorge,Para una izquierda lacaniana Intervenciones y textos. Buenos Aires: Grama Ediciones, 2009.[28]Lacan, Jacques, La Tercera, enIntervenciones y textos ii. Buenos Aires: Manantial, [1974] 1988 p. 82.

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Fecha de consulta: 04/10/14