BIBLIOTECA BERNARDO KLIKSBERG y ladesigualdad · es un “escándalo” de grandes proporciones....

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Suplemento especial de P ágina I 12 XXIV Claves para la acción ¿ Cómo enfrentar la pobreza y la desigualdad ? BIBLIOTECA BERNARDO KLIKSBERG Colección declarada por unanimidad de “Interés económico y cultural de la ciudad” por el Poder Legislativo de la Ciudad de Buenos Aires. La Biblioteca Bernardo Kliksberg tiene el auspicio especial de la

Transcript of BIBLIOTECA BERNARDO KLIKSBERG y ladesigualdad · es un “escándalo” de grandes proporciones....

Suplemento especial de PáginaI12

XXIV Claves para la acción

¿Cómo enfrentarla pobreza

y la desigualdad?BIBLIOTECA BERNARDO KLIKSBERG

Colección declarada por unanimidad de “Interés económico y cultural de la ciudad” por el Poder Legislativo de la Ciudad de Buenos Aires.

La Biblioteca Bernardo Kliksberg tiene el auspicio especial de la

Los temas sucesivamente analizados fueron: ILos escándalos éticos de nuestro tiempo, II¿Por qué la actual crisis económica mundial?,III ¿Qué está pasando con los jóvenes?, IV

Inseguridad ciudadana. Hora de mejorar la calidad deldebate, V Mitos, falacias y racionalizaciones sobre lapobreza y la desigualdad, VI Salud pública, el temapostergado, VII Economistas ortodoxos en aprietos.El capital social se puso en marcha, VIII ¿Quién leteme a la participación?, IX Mujeres, el mayor grupodiscriminado de todo el planeta, X ¿Qué está pasandocon la educación? Una cuestión clave, XI El apar-theid climático, XII La pelea por las percepciones ylos valores, XIII El voluntariado. Ciento cuarentamillones ayudando a los demás, XIV Niños, el discur-so y la realidad, XV Desigualdades indignantes, XVIEl Estado en tiempos de crisis, XVII ¿Es posible erra-dicar la corrupción?, XVIII Mejorando el mundo.Los emprendedores sociales, XIX Por más ética em-presarial, XX La familia en época de crisis económi-ca, XXI La hora de la economía social, XXII ¿Quépiensan los latinoamericanos sobre la democracia? yXXIII Caras ocultas de discriminación y pobreza.

En estos dos números finales de la Biblioteca seincluyen extractos seleccionados que dan cuentade algunos de los hitos principales del trayecto rea-lizado y llaman en sí mismos al cambio.

Constituyen claves para la acción.

1 La pobreza mataEl mundo está recorrido por olas de cambio

científico y tecnológico. Se suceden las rupturasepistemológicas y los cambios paradigmáticos, ennumerosas disciplinas. Crecen a diario nuevas áre-as del conocimiento como la genética, la microe-lectrónica, la informática, la robótica, la cienciade los materiales, la biotecnología, las ciencias delas comunicaciones y muchas otras.

El stock tecnológico básico está siendo total-mente renovado y la humanidad tiene una excep-cional capacidad para producir bienes y serviciosde nuevo cuño.

Es posible ampliar considerablemente la espe-ranza de vida, tener cosechas plurianuales fuera deestación, contar con bibliotecas cuasi universalesen Internet, interconectar la computadora, el tele-visor y el teléfono, fabricar autos propulsados aelectricidad y muchos otros desarrollos casi no so-ñables poco tiempo atrás.

Sin embargo, los beneficios del progreso tecno-lógico están llegando sólo a un sector del génerohumano. Grupos masivos están excluidos y lu-chando por asegurar las necesidades más básicas desus familias.

Todos los días perecen cerca de 26.000 niñospor causas totalmente enfrentables, ligadas a la po-breza. Casi la mitad de la población de un planetacon enormes capacidades de producción se hallapor debajo del nivel de la pobreza y la quinta par-te, en indigencia o pobreza extrema. Si utilizarantodo lo que ganan solo en comprar alimentos,igual no les alcanzaría para adquirir el mínimo decalorías y proteínas necesarias.

Cada año mueren 18 millones de personas porcausas vinculadas con la pobreza. La mayor parte,niños. Son muertes evitables.

La convivencia de posibilidades inéditas de pro-ducción con sectores minoritarios en opulencia yriesgos severos de supervivencia de niños y madreses un “escándalo” de grandes proporciones.

La disparada de las desigualdades

La paradoja de la pobreza en medio de la riquezapotencial tiene una de sus explicaciones principa-les en el aumento sustancial de las desigualdades.

Multitud de investigaciones han verificado quelas desigualdades pronunciadas obstaculizan demúltiples maneras el desarrollo y son causa centralde la pobreza.

Entre otros efectos, crean “el accidente de naci-miento”. Según en qué estrato social se nazca seránlas oportunidades, desde las más básicas (como estarbien nutrido) hasta las más exigentes (como la posi-bilidad de finalizar posgrados).

Además, en sociedades asimétricas, el nacimientoen un marco familiar, con mayor o menor capital so-cioeducativo, incide fuertemente sobre la perfor-mance en la escuela y determina también el capitalsocial y la red de relaciones con que se contará.

Por otra parte, las desigualdades agudas permeanel sistema educativo y llevan a que esté abierto pa-ra los “que tienen” y con muchas dificultades detránsito para los que “no tienen”, produciendo cir-cuitos educativos totalmente diferenciados paraunos y otros, que a su vez refuerzan las desigualda-des iniciales.

Junto a ello, reducen el tamaño de los mercadosinternos, la capacidad de ahorro nacional, fracturanla cohesión social, influyen en la tasa de delincuen-cia y muchos otros efectos no deseables.

Investigaciones cercanas de la Universidad deHarvard demostraron que hay una correlación eco-nométrica muy fuerte entre niveles de desigualdad ygrados de corrupción. You Jong-Sung y SanjeevKhagram (2004) encontraron esa correlación en es-tudios en más de cien países.

Una hipótesis usual en los estudios sobre corrup-ción señala que ésta es función de la motivación y laoportunidad. Cuando las sociedades son muy des-iguales, los grupos más poderosos tienen más oportu-nidades e incentivos para prácticas corruptas y am-plias posibilidades de impunidad.

Los grupos pobres no tienen información, no pe-san, están poco articulados y no tienen cómo mo-nitorear.

Se crea un círculo perverso. La corrupción a suvez aumenta la desigualdad, que luego la incenti-va. Gupta (1998) estimó que un incremento de unpunto en el índice de corrupción hace aumentar elcoeficiente Gini, que da cuenta de la desigualdaden la distribución de los ingresos, en nada menosque 5,4 puntos.

¿Cuál es la situación actual del mundo en térmi-nos de desigualdad? La Encíclica Caritas in Veritate(2009) la describe vívidamente:

“La riqueza mundial crece en términos absolutos, pe-

ro aumentan también las desigualdades. En los países ri-cos nuevas categorías sociales se empobrecen y nacennuevas pobrezas. En las zonas más pobres, algunos gru-pos gozan de un tipo de superdesarrollo derrochador yconsumista que contrasta de modo inaceptable con situa-ciones persistentes de miseria deshumanizadora”.

Llama a estas desigualdades “Las disparidades hi-rientes”.

Los datos recientes son muy expresivos. El 1 porciento de la población mundial es poseedor actual-mente del 43 por ciento de los activos del mundo. El10 por ciento más rico tiene el 83 por ciento de di-chos activos.

En cambio, el 50 por ciento de menores ingresossólo tiene el 2 por ciento de los activos.

Crecen y se afirman las grandes fortunas en unproceso de concentración de los ingresos. Aumentael número de billonarios, personas que son dueñasde más de mil millones de dólares.

El coeficiente Gini ha empeorado en los paísesque lideran hoy la economía mundial. En EstadosUnidos pasó de 0,34 en los ’80 a 0,38 a mediados delos 2000. En Alemania, de 0,26 a 0,30, y en China,de 0,28 a 0,40.

Han aumentado las distancias entre los países y alinterior mismo de muchos de ellos.

En la economía más poderosa del planeta, la deEstados Unidos, que produce el 28 por ciento delProducto Bruto Mundial, un estudio del EconomicPolicy Institute midió la distancia entre el 1 porciento más rico y el 90 por ciento de la población,entre 1980 y 2006. El 1 por ciento tenía 10 vecesmás que el 90 por ciento al comienzo del período y20 por ciento más a su término. Si se toma el 0,1 porciento más rico, sus ganancias fueron aun muchomayores. Pasó de tener 20 veces más que el 90 porciento en 1980, a 80 veces en 2006.

Entre los sectores más beneficiados, los serviciosfinancieros en EE.UU. doblaron su participación enel Producto Bruto, entre 1980 y 2000, pasando al 8por ciento. Sus ganancias aumentaron del 10 al 35por ciento del total de las ganancias corporativas enese período.

El The New York Times indica que en los últimos30 años, el 1 por ciento más rico pasó de tener el 9por ciento del ingreso nacional, en 1979, al 23,5 porciento, en 2007.

Los daños que las altas desigualdades están cau-sando en dicho país son múltiples. Así, según los es-tudios de Levine y Dijk (2010), el estrés que gene-ran aumenta la tasa de divorcios.

Por otra parte, las familias no encuentran másalternativa para hacer frente a sus gastos que mu-darse a zonas más lejanas de sus trabajos, pero másbaratas, aumentando las horas utilizadas en viajarhacia y desde el trabajo y reduciendo las dedicadasa la familia.

En una obra reciente de gran repercusión, El niveldel espíritu: por qué la igualdad es beneficiosa para todos,Richard Wilkinson y Kate Picket (2010) muestran,con detalladas estadísticas que comparan países másy menos desiguales, que la mayor desigualdad lleva amás criminalidad, mayor mortalidad infantil, más

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obesidad, más embarazos adolescentes, mayor discri-minación de género y menor esperanza de vida.

Además, señalan que se convierte en un problemade piel y empeora la vida de todos. Causa estrés cró-nico. Atenta contra las nociones básicas de “juegolimpio”.

Ya la Escuela de Salud de Harvard (1997) demos-tró que incide en una baja de los niveles de confian-za interpersonal, dimensión central del capital cen-tral, influyendo a través de ello negativamente sobrela esperanza de vida.

Analizando las tendencias en Estados Unidos, Ro-bert Frank (Cornell University, 2010) concluye: “Nohay evidencia de que las mayores desigualdades me-joren el crecimiento o la vida de nadie. Sí de que losricos pueden comprar ahora mansiones más grandesy hacer fiestas más costosas. Pero ello no parece ha-cerlos más felices. Y en nuestra economía, un efectodel crecimiento de las desigualdades ha sido robar alos graduados más talentosos hacia el campo de lasfinanzas en Wall Street”.

La desigualdad, lesiva para cualquier economía, esun factor fundamental en el caso latinoamericano.

Cuando se hace la pregunta de por qué un conti-nente con condiciones naturales excepcionales parala producción de alimentos, con fuentes de energíabarata en cantidad, con reservas cuantiosas de mate-rias primas estratégicas, con un potencial turísticoformidable y otros factores favorables tiene una ter-cera parte de su población en pobreza y agudos vací-os sociales, hay que tener en cuenta que es la regiónmás desigual de todas.

En un estudio pionero, Birdsall y Londono (1997)simularon econométricamente cuál sería la pobrezasi la desigualdad no hubiera crecido en América lati-na como lo hizo desde los ’70 a mediados de los ’90,período de las dictaduras militares y de la experimen-tación de recetas ortodoxas extremas.

Estiman que el aumento de pobreza habría sido lamitad del que fue. Eso es llamado “pobreza innecesa-ria”, creada sólo por el aumento de las desigualdades.

Mientras que la brecha entre el 10 por ciento másrico y el 10 por ciento más pobre es en Noruega de6,1 veces y en España de 10,3, en América latina esde cinco a diez veces mayor. Supera las 30 veces. En2009, la brecha era en Colombia de 60,4 y en Hon-duras de 59,4.

Las desigualdades en el mundo y en la regiónfueron agravadas por la crisis mundial actual, lamayor que sufrió la economía del planeta en los úl-timos 80 años.

Hay soluciones. Hay políticas públicas creadorasde desigualdad, como las aplicadas en la Argentinaen los ’90, que hicieron que ocho millones de perso-nas dejaran de ser clase media y se transformaran enpobres en esa década, y políticas proigualdad, comola Asignación Universal para Hijos de TrabajadoresInformales; el programa Brasil sin Miseria, dedicadoa erradicar la pobreza extrema del Brasil; el plan Cei-bal, de acceso universal a la informática en las escue-las públicas del Uruguay.

La pobreza y el aumento de las desigualdades fue-ron agudizados por la actual crisis económica mun-dial, la mayor desde la de 1930.

2 Se agotó la receta

Se suponía que con el modelo ortodoxo, resumidoen las políticas incluidas en el Consenso de Was-hington que se aplicaron estrictamente en la Argen-tina de los ’90 por el gobierno de Menem, la econo-mía crecería y el crecimiento se “derramaría” en elconjunto de la población. No sucedió así. En la Ar-gentina, al final de la década, el ajuste ortodoxo, laprivatización salvaje, la concentración del crédito, ladesregulación total y otras de las recetas hicieron queel país triplicara su pobreza, multiplicara la desigual-dad y llegara a un 23 por ciento de desocupación, yque al final de 2002, estallara económica y social-mente, con 46 por ciento de pobreza.

Lo mismo está sucediendo en el planeta cada vezque se aplica rigurosamente la receta ortodoxa. Ojaládiera los resultados que los economistas ortodoxosauguraron a nivel internacional y del país. La reali-dad no funciona así.

El modelo ortodoxo destruye empleo y produc-ción. Menem repetía insistentemente: o el modeloortodoxo o el caos. Era una de las tantas simplifica-ciones propias de su era. En los hechos, el modelocondujo al caos, aniquilando masivamente emple-os, desindustrializando, empobreciendo a las pro-vincias y a las áreas rurales, expulsando masiva-mente amplios sectores sociales de los mercados detrabajo y consumo.

Hoy, los cultores de la receta la defienden a ul-tranza en Estados Unidos y en Europa. En EE.UU. elTea Party le exige a Obama eliminar el déficit fiscalcon cortes masivos centrados en los programas socia-les. Por otra parte, se opone a aumentar los impues-tos a los más ricos, para atenuar los impactos. Loplantea como una cuestión de principios.

Si algunas de sus propuestas se concretaran, los re-sultados sociales, según diferentes estudios, puedenagravar sensiblemente la situación. Se estima que siel Congreso no renueva el seguro de desempleo ha-brá 3,2 millones más de personas en la pobreza. Si serecortan las estampillas para comprar alimentos, conlas que se están beneficiando hoy 40 millones de per-sonas en pobreza casi extrema, la desnutrición crece-ría fuertemente. Sin seguro social, el número de per-sonas mayores pobres se quintuplicaría.

En Europa, en el país donde se está experimentan-do si la receta puede salvar la situación, Grecia, seestá reproduciendo el título de una de las obras deGarcía Márquez, Crónica de una muerta anunciada.

Los recortes fiscales, los aumentos de impuestos,los despidos públicos masivos, han llevado a que laeconomía cayera en picada y el desempleo abiertopasara el 19 por ciento.

Esto no es gratis humanamente. The Wall StreetJournal (20/9/11) retrata así la situación en materiade suicidios: “Los suicidios registrados se han dupli-cado desde antes de la crisis, un 40 por ciento másde griegos se suicidaron en los primeros 5 meses deeste año que en igual período del pasado... la líneade suicidios de una ONG líder, Klimaka, recibía 10llamadas por día, ahora son 100. Los llamados tie-

nen un cierto perfil: hombre, 35 a 60 años y finan-cieramente arruinado”.

No puede ser. Obama ha reclamado en sus nuevosdiscursos: “Uds. han visto en los debates republica-nos recientes al público aplaudiendo a quien cuandole preguntaron qué haría si alguien estaba muriendopor falta de seguro de salud, contestó ‘que se las arre-glara’. Eso no refleja lo que nosotros somos”.

La conservadora The Economist dice que el principalresponsable del alto desempleo “es el cambio prematu-ro a la austeridad fiscal por los gobiernos; la inmediataprioridad deber ser fortalecer la demanda, o por lo me-nos no dañarla” (10/9/11), “la obsesión colectiva conmedidas de austeridad de corto plazo de los decisoresde política en el mundo rico están causando dolor”(1/10/11). The New York Times (29/9/11) reclama edi-torialmente que “Se está matando la recuperación.Una fijación global en la austeridad es exactamente elcurso equivocado”. Resalta sobre Europa: “Las nacio-nes ricas como Alemania e Inglaterra podrían gastarmás para aumentar el crecimiento. En su lugar estáncortando gastos. Alemania y sus vecinos ricos insistenen que Grecia, Portugal y otras naciones endeudadasacepten dosis de austeridad aún mayores... Enviandoesas economías cerca del colapso harán que nuncapuedan salir de sus deudas”.

Las referencias a mirar hacia economías como lasde Argentina y Brasil son cada vez más continuas.Porque vienen creciendo sostenidamente en los últi-mos ocho años y generando trabajo e inclusión. Susciudadanos han dado mandato masivo a gobiernosque están apostando porque otra economía es posi-ble, más allá de la receta.

3 ¿Qué está pasando con losjóvenes?

El tema de la desocupación juvenil es muy exten-dido. En la Unión Europea el 20 por ciento de los jó-venes menores de 25 está desocupado. En los paísesricos de la OECD la tasa es la mayor desde que seempezó a medir en 1976. Está desempleado el 42 porciento de los jóvenes en España, el 32 por ciento enGrecia, el 29 por ciento en Irlanda, el 29 por cientoen Italia, el 22 por ciento en Francia, el 20 por cien-to en Gran Bretaña. En la población de color deEE.UU. es el 31 por ciento que sube al 44 por cientoen los que no tienen un diploma de secundaria (enlos blancos sin diploma es el 24 por ciento).

En la OECD, en el 2007 la desocupación juvenilera muy alta, 14,2 por ciento, versus 4,9 por cientoen los trabajadores adultos, pero en el primer cuatri-mestre del 2011 pasó al 19,3 por ciento versus el 7,3por ciento. La introducción masiva de los contratosflexibles para los jóvenes, con el pretexto de que me-jorarían el empleo, hizo que se pueda prescindir delos jóvenes con toda facilidad.

Aumentan los jóvenes que ante la imposibilidadde conseguir trabajo, agudizada por los programas

El autor ha hecho un recorrido sobre 23 temas clave de nuestro tiempo, fundamentalespara entender, analizar y actuar sobre los dos grandes desafíos, ya no más postergables,

de nuestro tiempo: las condiciones de pobreza que agobian a buena parte del génerohumano y las agudas desigualdades que son una causa central de ellas.

ortodoxos de austeridad, abandonan la búsquedaestéril. Son actualmente en los países de la OECD,16,7 millones, el 12,5 por ciento de todos los jóve-nes de 15 a 24 años.

El desempleo actual se está transformando asi-mismo en un predictor de desempleo futuro. Al de-bilitarse las reglas regulatorias, algunas empresas es-tán discriminando abiertamente a los desemplea-dos. En sus avisos de reclutamiento subrayan quelos desempleados no deben presentarse.

Los costos humanos son altísimos. Uno es quelos jóvenes tratan de escapar, emigrando. En Por-tugal, la tasa de desempleo juvenil es 27 por ciento.El 40 por ciento de los jóvenes de 18 a 30 años de-searía irse del país. En Irlanda la emigración se du-plicó desde el 2005. La mayoría son jóvenes.

Un rebote es desde ya el aumento de la delictivi-dad joven. En su mensaje final al Congreso en susegunda presidencia, Clinton mostró que la delin-cuencia había descendido fuertemente. No adjudi-có los méritos a la policía, sino al descenso de la ta-sa de desocupación joven y el aumento del salariomínimo horario.

El desempleo prolongado causa stress severo, de-presión, y afecta duramente la salud de los jóvenes.Estudios recientes indican que baja la esperanza devida y aumentan las posibilidades de ataques cardí-acos en la vida adulta.

La “bomba de tiempo” que significa todo esto es-tá explotando. Los jóvenes excluidos están protes-tando en las calles. El desempleo joven fue una delas causas centrales de las revoluciones en el mun-do árabe. Es del 24 por ciento en Egipto, 27 porciento en Jordania, 30 por ciento en Túnez y Siria,39 por ciento en Arabia Saudita.

Los jóvenes encabezan las protestas de los “in-dignados” en todo el mundo. Reclaman cambiosestructurales en el sistema económico. Los expulsósalvajemente sin permitirles en muchos casos si-quiera tener un primer empleo.

Pero van más lejos: están planteando asimismouna cuestión de legitimidad de los liderazgos.Una de ellas, Carolina Solanas, en España, afir-ma: “La mayor crisis es una crisis de legitimidad.Pensamos que no están haciendo nada por nos-otros”. Las encuestas dicen que, como en otroslados, el 80 por ciento de la población ve consimpatía sus reclamos.

Uno de los procesos más notables de protesta jo-ven se está dando en las tierras de América latina.Es el gran movimiento de los “pingüinos” en Chile.

Los estudiantes de secundaria lo iniciaron y hoylo comparten con los universitarios, los profesoresy maestros y gruesos sectores de la población.

Movilizaron un millón de personas en algunas desus marchas y el 89 por ciento dice en las encuestasestar de acuerdo con sus reclamos. Son muy claros,piden educación gratuita para todos y mejorar lacalidad de la educación, según todos los estudios,muy desigual de acuerdo con el sector social al quese pertenezca.

Uno de sus carteles dice “Un pueblo educado, ja-más será explotado”.

Circuitos de vida desiguales

América latina es la región con las más ampliasbrechas de desigualdad del orbe. Las cifras de distri-bución fueron siempre regresivas en la región pero

la situación empeoró más en los ’80 y ’90 bajo elimpacto de las políticas neoliberales.

Ello tiene plena expresión en los jóvenes. Los“circuitos de vida” son totalmente diferentes segúnel estrato social al que se pertenezca.

Los sectores de estratos altos y medios altos, mi-noría, tienen altos niveles educativos, futuros labo-rales promisorios y pueden formar familias estables.

Los jóvenes pobres, amplios sectores en un con-tinente con 170 millones de pobres, tienen vidasmarcadas por la falta de oportunidades. Deben tra-bajar desde temprana edad, sus posibilidades decursar estudios primarios y secundarios son limita-das, tienen riesgos significativos en salud, no tie-nen red de relaciones sociales que pueda impulsar-los, no hay crédito para ellos, su inserción laborales muy problemática, difícilmente logran quebrarla situación de privación de sus familias de origen.

En diversos países los jóvenes pobres estánconcentrados en ayudar a sus familias a sobrevi-vir. Ello los lleva a salir a trabajar a edades mástempranas (cerca de 14 millones de niños meno-res de 14 trabajan), abandonar la secundaria ycon frecuencia emigrar.

4 ¿Cómo mejorar la situaciónde la mujer?

Se requiere enfrentar las discriminaciones de gé-nero impulsando vigorosas políticas públicas afir-mativas en todos los planos básicos.

En América latina ello significa cosas muy con-cretas. En materia de salud, se debe dar pleno acce-so a la prevención y la atención médica apropiadaa las mujeres pobres, que significan más de la mitaddel total. Es inadmisible éticamente y socioeconó-micamente que los progresos en medicina que hanreducido al mínimo la mortalidad materna y lamortalidad infantil, y que implican en muchos ca-sos tecnologías de fácil aplicación, estén fuera delalcance de muchísimas mujeres pobres de la región.

En el campo de la educación se debería desplegarun amplio abanico de políticas para quebrar lamarginación de las mujeres pobres. En los centrosurbanos se debería apoyar especialmente a las niñaspobres para que completen estudios.

Se requieren programas que ataquen las caren-cias básicas del hogar que llevan a la deserción ycrear incentivos positivos para que las familias apo-yen la escolaridad de las niñas. Un ejemplo exitososon los programas como Asignación Universal porHijo de la Argentina y Bolsa-escola del Brasil, queentregan subsidios al hogar sujetos a que los niñosasistan y permanezcan en la escuela.

Por otra parte, se deberían fortalecer las estrate-gias para atender a las numerosas jóvenes y mujerespobres que no terminaron la escuela primaria. Ten-drían que impulsarse programas pensados para mu-jeres que trabajan largas jornadas. Experiencias co-mo las de Fe y Alegría, que permiten a mujeres deesas características completar por radio estudiosformales, indican con sus excelentes resultados ca-minos promisorios. Se debería dar una atención es-pecial al caso de las madres adolescentes con pro-gramas innovativos que partan de sus realidades ypuedan ayudarlas a completar los ciclos educativosde los que con frecuencia desertan.

La lucha por la educación de la mujer campesinadebe intensificarse aún más. Su asistencia a la es-cuela sigue teniendo amplias brechas en relacióncon los hombres. La acción a realizar debe cuestio-

nar frontalmente los prejuicios culturales que estánincidiendo en ello y multiplicar oportunidadeseducativas para estas mujeres. Un campo especiales el de las mujeres indígenas. Deben crearse pro-gramas educativos adaptados a sus características,que con pleno respeto de su cultura y su idiomapermitan mejorar sus posibilidades reales de teneracceso a educación.

Debe haber políticas mucho más consistentes yagresivas que las actuales en materia de protecciónde la familia. Ello puede mejorar sustancialmentela situación concreta de la mujer y permitirle su in-corporación a la educación y el trabajo en muchasmejores condiciones. Los apoyos públicos en cam-pos como el cuidado de los bebés, la multiplicaciónde oportunidades de preescolar, la ayuda en el cui-dado de las personas de edades mayores y otras áre-as pueden ser de alta utilidad práctica.

En cuanto al mercado de trabajo deberíantransparentarse las actuales situaciones de discri-minación, ponerse sobre la mesa de discusión, pa-ra que ello pueda ayudar a generar políticas queles den respuesta.

Cuando se les da a las mujeres en general y a laspobres en particular oportunidades productivas rea-les, los resultados para ellas y la sociedad en su con-junto son muy concretos. Lo ilustra entre otras ex-periencias el estimulante caso del Grameen Bank,la institución más reconocida del mundo en micro-crédito. Muhammad Yunus, su inspirador, y suequipo decidieron prestar pequeñas sumas a muje-res campesinas pobres de Bangladesh. El banco tie-ne hoy ocho millones de prestatarios, de los cualesel 94 por ciento son mujeres.

Los resultados son muy impresionantes y nume-rosos países del mundo han pedido la asistencia delGrameen Bank para montar experiencias similares.Los prestatarios han mejorado su vida y la mitad deellos han superado la línea de pobreza. La tasa derecuperación de los préstamos, con estos clientes,mujeres campesinas pobres, ha sido de más del 98por ciento.

Otra área de acción es que se dé pleno reconoci-miento al trabajo de la mujer en el hogar, contri-bución que no aparece en las estadísticas económi-cas, como si no tuviera mayor valor.

Otras políticas públicas afirmativas deben diri-girse al crucial campo de la participación política.Es fundamental por el aporte que puede dar la mu-jer al mismo y debe escucharse a plenitud su voz.Se debe tratar de ampliar activamente los acotadosprogresos logrados.

Junto a todas las políticas anteriores y muchas otrasañadibles, debe seguir la acción colectiva por produ-cir cambios de fondo en las actitudes culturales y losmensajes educativos, donde hay fuertes contenidosdiscriminatorios, que se hallan enraizados en siglos deinferiorización de la mujer. Entre ellos es notable có-mo los currículum de educación básica siguen, en mu-chos casos, ignorando el problema de la mujer y dise-minando los mismos estereotipos tradicionales sobresu rol en la sociedad y sus supuestas limitaciones.

Superar la cuestión de género será decisivo paralograr un desarrollo económico de rostro humano yde bases firmes. Al mismo tiempo, no es sólo un te-ma de mejor funcionamiento de la economía. Setrata de un asunto ético vital. Las postergaciones ysufrimientos que buena parte de la población feme-nina mundial y la mayoría de las mujeres de Amé-rica Latina están padeciendo por la pobreza y la ex-clusión, reforzadas por su género, son moralmenteintolerables y han durado demasiado.

IV DOMINGO 11 DE MARZO DE 2012