Benítez Rubio, Fco. Javier - La Política en La Edad Media y El Renacimiento

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    POLITEIA

    LA POLÍTICA ENLA EDAD MEDIA

    Y EL RENACIMIENTO

    Fco. Javier Benítez Rubio

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    POLITEIALa Política en la Edad Media y el Renacimiento

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    Nada humano es eterno

    ÍNDICE:

    ANTIGÜEDAD CRISTIANA

    El germen de una idea 4 

    Lo terrenal y lo celestial 13

    EDAD MEDIA

    Las invasiones bárbaras 26

    Oriente y el Islam 34

    Imperium Christianum 47

    Las dos espadas 57

    Epílogo al Medievo 70

    RENACIMIENTO

    El Renacimiento en la sociedad y la política 81 

    Nicolás Maquiavelo 90 

    La Reforma 114

    La utopía política 121 A modo de conclusión 145

    Bibliografía 153

    Foto de portada. Detalle de la primera traducción francesa de La Ciudad de Dios de San Agustín por Raoul de

    Presles (1371-1375). Biblioteca Nacional de Francia.

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    EL GERMEN DE UNA IDEA

    La clausura de la política.

    Para el nacionalismo teocosmológico judío, Israel está

    gobernado de manera directa por Dios; junto a éste, el mesianismo,

    la espera de acontecimientos milagrosos que cambien el estatuto de

    su nación para siempre, es el otro rasgo fundamental de lo que

    podríamos llamar pensamiento teopolítico judío1. En este contexto

    de espera surge, de modo revolucionario y controvertido, la figura

    de Jesús de Nazaret2. El hijo de un carpintero autoproclamado hijo

    de Dios que niega, además, la vigencia de la ley que el único Dios

    verdadero había entregado al pueblo elegido. Esta revolución

    teológica y social, sin embargo, supone la clausura de la política;

    entendida la política como el intento razonado de organizar la vidahumana entre humanos, esto es, en la Ciudad, en el Imperio. La

    frase lapidaria ante Pilatos, poco antes de morir crucificado, ‘ Mi

    reino no es de este mundo’3, implica la anulación del pensamiento

    político concebido hasta la fecha. La vida en la ciudad no tiene

    importancia alguna si la comparamos con la vida eterna en el Reino

    1  Pero, ¿qué se lleva el cristianismo del judaísmo, para la posteridad, en el ámbitopolítico? Los dos rasgos fundamentales pero reconvertidos. Para empezar la idea de nación,pero agigantada: el mundo entero será la nación del cristianismo. Y, como piedra angular, elmesianismo concretado y encarnado en el hijo de Dios, Jesucristo. 

    2 Jesucristo fue un reformador religioso, no un revolucionario político (Küng, 2001:26).Los preceptos específicos de la ley oral mosaica (la halaká o  halajá)  pasaban a un lugarsecundario y de menor importancia respecto a la Buena Nueva: el amor al prójimo, la salvacióndel hombre o la llegada del reino de Dios. Y esta reforma espiritual que pretendía el nazarenoera vista por las élites religiosas de aquel tiempo como un grave problema político, que no

    podían resolver directamente. Sólo Pontius Pilatus,  praefectus de la provincia romana de Judea,podía; y es de sobra conocido lo que aconteció.3  Juan 18:36. 

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    de los Cielos. La Buena Nueva espiritual del nazareno anula todas

    las imágenes mundanas y terrestres que hasta la fecha poblaban el

    imaginario social del mundo antiguo, también las jerarquías yvalores sociales. Lo que cuenta es lo espiritual, el Reino de Dios, en

    el más allá; pero también, en el más acá, el esfuerzo interior, la

    caridad, la misericordia, el perdón y el arrepentimiento. El estoico

    que pudo haber sido y no fue, Cristo, enseñaba a sus discípulos a

    despojarse de sus vestiduras sociales y aparecer ante los demás

    únicamente con la ejemplaridad moral de su corazón sincero.

    Mientras que llega el Reino de Dios, el ser humano tiene que

    vivir en la vida terrena, en lo social y lo político. No parece que

     Jesucristo fuera un ingenuo trascendentalista que no entendiera

    semejante situación. Y cuando le presionan para comprometerlo,

    sale con otra de sus lapidarias sentencias: ‘Pues  pagad lo del César al

    César, y lo de Dios a Dios’4. Si bien es cierto que el alma humana solo

    le concierne a Dios, y que nada puede compararse con la vida

    espiritual; Jesucristo, o eso es lo que transmiten los Evangelios,

    entiende que hay que someterse a las cuestiones políticas porque,

    todas ellas, carecen de valor. Pagar el impuesto al César, el símbolo

    más fehaciente de la obediencia civil, no concierne en absoluto aDios, no condena ni salva, en absoluto. Lo civil y político es

    contingente, lo espiritual, absolutamente necesario. La verdad,

    auténtica y salvadora, no está en lo terrenal ni en lo político; la

    verdad pertenece al orden divino. Todos los males que acometen

    contra el cuerpo, como la esclavitud o la enfermedad o la pobreza,

    4 Mateo 22:21 

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    autoridades religiosas oficiales, se unieron entorno a la figura de

     Jesús. Son muchos los expertos que han tratado de explicar las

    razones por las que aquella pequeña asamblea judeocristianaterminó gobernando en Roma, convirtiéndose en la ecclesia catholica6,

    el mayor poder sobre la faz de la tierra (Küng, 2001:40).

    La apertura a los poderes terrenales.

    Pablo de Tarso es el primero que tiene que lidiar con la

    ruptura que Jesucristo hace con la política. El éxito del cristianismo

    está fuera de toda duda, se expande exponencialmente por todo el

    arco mediterráneo hasta llegar al centro del mundo, Roma. Dejar

    constancia que una de las razones por las que esto es así, es el

    evidente talento de este ciudadano romano7. El nuevo orden

    espiritual se inocula, lentamente pero sin pausa, en un orden

    político y civil establecido y con muchos siglos a sus espaldas. El

    poder civil es ineludible, reflexionar sobre el mismo y cómo hacer

    posible la vida en ambos órdenes, en ambas Ciudades, también.

    En su obra epistolar, San Pablo invita a los cristianos a cumplir

    con los deberes derivados de la pertenencia al orden civil. En

    ningún momento parece desaprobar las prácticas civiles del

    6  La palabra cristiano (Christianoi  o las gentes seguidoras de Cristo) comienza autilizarse en Antioquía, capital de la Siria romana y ciudad más importante del mundoconocido tras Roma y Alejandría. Así queda recogido en el Nuevo Testamento (Hechos de losApóstoles, 11:26). Sin embargo, la palabra católico (katholikos, universal, que lo comprende todo)no aparece en ninguno de los libros que conforman el Nuevo Testamento. Según Küng(2001:42), sería Ignacio, obispo de Antioquía, el que en una de sus epístolas dedicadas a lacomunidad de Esmirna usa este término haciendo referencia a la totalidad del conjunto de la

    iglesia cristiana diferenciándola de las distintas iglesias locales. Es el origen de lo que seconvertirá más tarde en ecclesia catholica o ecclesia universalis. 7 Civis Romanus sum. 

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    Imperio8  y busca siempre la calma social; que no haya

    insubordinaciones de los cristianos ante las autoridades. No busca,

    desde luego, dar pábulo a los matices e interpretaciones másrevolucionarias y anarquistas de las palabras de Jesucristo. Lo que

    podemos leer entrelíneas es que aunque no existe una organización

    social exclusivamente cristiana, sí hay, y puede llevarse a cabo, una

    forma cristiana del cumplimiento de los deberes civiles. Los

    cristianos, a petición del Apóstol de los Gentiles, deben de añadir la

    caridad al cumplimiento de las leyes y la obediencia a las

    autoridades civiles.

    Efectivamente, esto es así si leemos la sentencia de Romanos

    13:1: ‘Sométanse todos a las autoridades que ejercen el poder’. Pero esta

    importante sentencia tiene una segunda parte que será trascendental

    en el futuro de la teología política de un cristianismo en expansión e

    imparable: ‘Porque no hay autoridad sino por Dios; y las que existen, por

    Dios han sido establecidas’. El poder terrenal, civil y político, también

    proviene de Dios; por tanto, el Poder de Dios participa en el mundo,

    en el orden político. La puerta que entreabre San Pablo tiene

    importantes consecuencias. Tras la lectura de los Evangelios

    entendemos que el poder político es una materia indiferente para elcristiano y que como no obstruye la vida espiritual puede éste

    dedicarlo el tiempo de su cumplimiento. Ahora, tras las epístolas

    paulinas, la actividad política se incorpora al universo cristiano. El

    poder, todo el poder, espiritual y político, proviene de Dios, y sólo

    8

     En la Modernidad ilustrada de los Derechos Humanos puede chocar la recomendaciónde la obediencia de los esclavos: ‘Esclavos, obedeced en todo a vuestros amos según la carne’ enColosenses 3:22. 

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    de Dios. Explica Touchard (2008:90) que hemos pasado de ‘ Mi reino

    no es de este mundo’ a todos los reinos del mundo son de Dios.

    Por último, el estoico que también pudo haber sido y no fue,Pablo de Tarso, invita al hermanamiento y la fuerte solidaridad de

    todos los cristianos. Frente al abstracto y exclusivo cosmopolitismo

    estoico, el apóstol cristiano aboga por la fundación de la Ciudad de

    Dios, también universal, sin fronteras geográficas ni barreras

    sociales: el germen de las dos ciudades ha sido plantado por San

    Pablo.

    El cristianismo se irá difundiendo por los subterráneos y

    catacumbas del Imperio, sufriendo persecución y martirio, fieles a la

    predicación de Pablo de Tarso9: el verdadero compromiso está en la

    vida espiritual alimentada por la salvación que está por venir.

    Mientras, como los deberes cívicos no chocan con la moral cristiana,

    predica obedecer y ser fieles a los deberes civiles.

    De lleno en el mundo terrenal.

    A partir del s. II la situación se modifica por la expansión

    geográfica y social; el cristianismo continúa su escalada exitosa y ya

    9  La situación de San Pablo en el recién nacido movimiento espiritual cristiano escrucial. Y con unos antecedentes que apuntaban a lo contrario. Nunca tuvo contacto directo con Jesucristo. Originario de Tarso (en la Cilicia romana) tenía por nativa la lengua griega. Pero esmás, formó parte de los primeros movimientos persecutorios. Sin embargo, el Espíritu Santotenía grandes planes para este fariseo. Lo que hace decisiva su participación en la iglesiaprimitiva es que abre la puerta de la Buena Nueva a todo el mundo, a todas las personas.Acceder a la fe en el Dios verdadero tiene que ser facilitado a los gentiles sin que estos hayan deconvertirse al judaísmo, sin someterse a la circuncisión y no teniendo que observar losmandamientos de la halaká. Y esto, sin querer abolir la forma de proceder judía de los primeroscristianos. Saulo de Tarso quería reunir a judíos y gentiles en una misma comunidad. Y fuera

    por un movimiento estratégico de planificación futura, fuera por mandato divino, el mensajecristiano pudo penetrar en el mundo de la cultura helenista; para dejar de ser una pequeña yestrafalaria secta judía hasta convertirse en una religión mundial (Küng, 2001:43). 

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    minucia comparada con la deserción y el apartamiento de los

    deberes de la vida cívica, especialmente los militares y políticos.

    Parece que Celso es el que con mayor contundencia critica lapostura incívica de los cristianos. No se puede servir a dos señores,

    dirá el griego, y el Imperio exige convicción, iniciativa y obediencia;

    por esto, la abstención de los cristianos es incívica. Pero no sólo esto,

    el trascendentalismo fanático de aquellos, el obstinado seguimiento

    a un poder oculto, sin domicilio en el ágora pública, con unas reglas

    morales distintas a las de la mayoría, no sólo destruye la lealtad

    civil, era poco menos que una traición secesionista en el mismo

    corazón del Imperio, rompiendo la civilización romana desde

    dentro: un Estado dentro del Estado (Touchard, 2008:92).

    Unos años más tarde, será Orígenes el que de cumplida

    respuesta a las críticas paganas. La obra de este Padre de la Iglesia y

    creador de la teología, un inmenso erudito y exégeta de Alejandría,

    eleva el nivel del pensamiento especulativo cristiano. Es el primero

    en integrar en el patrimonio cristiano una parte de la herencia

    pagana: la filosofía griega no es vista como una herejía, sino una

    preparación a la enseñanza de Cristo. El alejandrino coloca una

    piedra más en la teoría de las dos ciudades que había esbozado SanPablo. El cristiano ha de tener en cuenta a la sociedad civil, porque si

    bien a Dios le pertenece el espíritu, el alma es lo que hace del

    hombre un ser terrenal. El cristiano tiene dos patrias, dos

    comunidades y dos leyes: el Imperio y la Ciudad de Dios, la Iglesia

    y la ecclesia política, la ley civil y la ley natural que emana de Dios. El

    cristiano no tiene motivos para entrar en conflicto contra el Imperio

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    y sus legislaciones; es más, volviendo a los principios paulinos, si la

    legitimidad del poder civil ha sido dada por Dios, el cristiano no

    tiene que rebelarse ni oponerse a la autoridad y la legislación civil.Esto es, los poderes civiles son auxiliares de dios, los  Minister Dei

    (Touchard, 2008:95). Y Orígenes da un paso más al afirmar que la

    difusión del Evangelio ha sido facilitada por el Imperio.

    Efectivamente, la Ciudad del mundo prepara el camino de la

    Ciudad de Dios.

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    LO TERRENAL Y LO CELESTIAL

    El Gran Constantino.

    Y llegamos al año 313, al Edicto de Milán. Queda establecida la

    libertad de culto religioso para todos los pobladores del Imperio, no

    habrá más persecuciones contra los cristianos. Narrar cómo el

    Imperio adquiere una iglesia imperial, por la mano de Constantino

    el Grande, supera el objetivo del presente trabajo. Eso sí, daremos

    unas breves pinceladas de tan trascendente suceso. El Edictum

     Mediolanense  no trae solo parabienes para la ecclesia. La libertad

    religiosa sacó a la luz las tensiones religiosas que latían en el seno

    del cristianismo. Y estas controversias dogmáticas sacudían los

    cimientos de la Cristiandad, pero también de Roma. En efecto, las

    cuestiones espirituales tenían incidencia sobre las políticas, delmismo modo que éstas influyen sobre aquellas. Esta división

    ideológica era un problema que podía hacer saltar la por los aires el

    status quo establecido por Constantino, toda vez que éste derrota a

    Licinio13, que estaba a cargo del Imperio en Oriente. En el año 325, el

    Emperador convoca el Concilio ecuménico de Nicea con el fin de

    dejar zanjadas una serie de cuestiones doctrinales, y de paso las

    políticas, o viceversa. Así, Arrio14 es condenado en el concilio, -ahí

    zanja Constantino una cuestión-, y además, asimila la organización

    13  Cuando Constantino acaba con Licinio (derrotándolo primero en Adrianópolis yluego en Crisópolis, ambas en el 324), instaura un sistema monárquico y autocrático. Su poderes indivisible y perpetuo; se terminan los gobiernos divididos (Diarquías y Tetrarquías que se

    establecieron a partir de Diocleciano a finales del S. III).14 El presbítero alejandrino Arrio defendía que Cristo, el Hijo de Dios, fue creado antede los tiempos (Küng, 2001:62). 

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    de la iglesia a la organización del estado15. Constantino I, el Pontifex

     Maximus,  añade al dominio propio de su dignidad política (civil,

     judicial y militar) el monopolio de la legislación en asuntoseclesiásticos16 (Küng, 2001:70). Taimado, maquinador, maquiavélico,

    calculador oportunista, creador de la Realpolitk, son calificativos que

    suelen colocársele a Constantino, seguramente con certeza. Hasta el

    final de sus días no se convirtió, sin embargo aprovechó la

    coyuntura del Edicto de Milán para obtener grandes apoyos y un

    inmenso poder. Es cierto que favoreció a la Iglesia, reconoció a la

    Iglesia y concedió privilegios y autoridad a la Iglesia. Pero la Iglesia,

    de la mano de Eusebio de Cesarea, también creó al gran y mítico

    Constantino, el protegido de Dios, el gran gobernante cristiano,

    creando a su alrededor una teología política (Arce, 2002:218).

    No cabe duda que Constantino I el Grande coloca al

    cristianismo en la primera fila de las fuerzas imperiales: el

    cristianismo entra en política, a manejarse en el poder terrenal. Y

    será el obispo de Cesarea, Eusebio, el que allane el camino para tal

    desembarco. Eusebio apoya a Constantino sin reservas17, es más,

    trata de lavar la cara del Imperio afirmando que las persecuciones

    de cristianos fueron acciones promovidas por Dios mismo, comoprueba y fortalecimiento de los creyentes, y que los lamentables

    15 Las provincias eclesiales pasan a corresponderse con las provincias imperiales (Küng,2001:63). 

    16 Ius sacris. 17 A través de sus obras: ‘Elogio de Constantino’ del 335 y ‘Vida de Constantino’ del 337.

    Pero además de estos panegíricos hiperbólicos del Emperador, Eusebio destaca por que fue el

    primer historiador de la Iglesia (‘Historia Eclesiástica’ del 324). Eusebio, si usamos una formaactual de expresión, era el teórico de cabecera del Emperador y se encargó con denuedo de quelas cosas encajaran a la perfección 

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    soberanos que las llevaron a cabo tuvieron un fin horrible como

    pago a sus malas acciones.

    La teología política de Eusebio es continuadora de la deOrígenes, con la peculiaridad de añadir elementos neoplatónicos, la

    filosofía imperante en aquellos momentos en el Imperio. Entre los

    elementos comunes más significativos destacamos la defensa de que

    el éxito de la predicación evangélica va asociada al Imperio.

    También que el poder político terrenal emana de Dios. Dios reina en

    el mundo por intermedio de su Verbo, y éste reina sobre los

    hombres a través del soberano, su lugarteniente, su vicerregente. El

    Logos divino fortalece e ilumina al Emperador. Si el Imperio es el

    reflejo del universo, la corte terrestre será reflejo de la corte celestial.

    La Ciudad del mundo existe en paralelo a la Ciudad de Dios, que

    permanecen unidas por la cadena de emanaciones desde Dios al

    Emperador a través del Verbo18. Queda una idea para la posteridad:

    la divinidad no recae sobre el Emperador, desde luego, pero sí traza

    una relación necesaria entre Dios y la función monárquica.

    Efectivamente, así en la tierra como en el cielo. El Emperador es

    representante, servidor e instrumento del poder de Dios. La

    auctoritas del gobernante no proviene sino de su comunicación conDios, y no de la moderación o el prestigio o la belicosidad.

    18  Si bien es cierto que la Iglesia cristiana obtiene unos beneficios enormes ysignificativos que la convierten en un poder terrenal, no es menos cierto que la autopista entrelas dos ciudades no tarda en incorporan un segundo carril: las autoridades civiles comienzan ainmiscuirse en las designaciones episcopales y en las cuestiones dogmáticas. Pero no toda la

    Iglesia cristiana se adhiere a los poderes temporales: durante el siglo IV surge y se consolida elmonacalismo. La disciplina, el sigilo y recogimiento de las comunidades monacales supone elalejamiento de la Ciudad del mundo para centrarse en la espiritualidad de la Ciudad de Dios. 

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    Y la historia sigue adelante, y el poder en las manos de la

    iglesia aumenta y aumenta. En menos de un siglo la iglesia

    perseguida se convirtió en una iglesia perseguidora (Küng, 2001:65),y no solo a los paganos19, y a los judíos, sino que por primera vez los

    cristianos empiezan a matar a otros cristianos por las diferencias en

    su observancia de la fe: en el 385, Prisciliano es ejecutado en Tréveris

    por herejía. A finales del siglo IV, Teodosio I, el último emperador

    de todo el Imperio unificado, hace del cristianismo la religión oficial

    del Imperio mediante el Edicto de Tesalónica (380). Pero, ¿cuál de

    ellos, cuál de los cristianismos en liza es el que pasa a ser

    cristianismo oficial de obligado cumplimiento? En el Concilio

    ecuménico de Constantinopla (382) se define la identidad de la

    sustancia del Espíritu Santo junto al Padre y al Hijo. Ahí está, es el

    catolicismo, el cristianismo nicenoconstantinopolitano, el que se

    convierte en la religión oficial del Imperio. Y desde entonces hasta

    hoy en día.

    San Agustín y las dos Ciudades.

    Cuando Aurelio Agustín, obispo de Hipona, redacta ‘La

    Ciudad de Dios’ en el s. V (413-426) ni Roma ni la Iglesia cristianamuestran la estabilidad de antaño20, realmente la estabilidad de

    19 Constancio hijo de Constantino, señor de Oriente.20 A la muerte de Flavio Teodosio el imperio se fractura en el Imperio de Oriente y el

    Imperio de Occidente. Oriente posee una mayor fuerza económica, cultural y militar. Y tambiéneclesial: los concilios ecuménicos se celebraban allí, los mayores y más importantes centros deenseñanza apostólica también; y el movimiento monacal se desarrollaba de manera fenomenal.El liderazgo espiritual del cristianismo romano no está en Roma sino en Bizancio. La fortaleza

    de Oriente contrasta con la galopante debilidad del Imperio latino, acechado por la migraciónpoco amistosa de los pueblos germánicos. Por aquel entonces, la cuestión de la autonomíaepiscopal de la iglesia no parecía un problema ni en Oriente ni en Occidente. Todos los obispos

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    hasta no hace mucho. El occidente latino está amenazado por los

    bárbaros y la comunidad cristiana mantiene conflictos y tensiones

    contra los pensadores y escuelas de pensamiento paganas y en supropio seno21. Para el tema que estamos tratando, no interesa tanto

    la primera lectura que podemos hacer, con el diagnóstico político e

    intelectual de los acontecimientos de su tiempo; como una segunda,

    que trasciende lo coyuntural: las cuestión de las dos ciudades.

    Veamos.

    En el 410, Alarico y los visigodos saquean Roma y este suceso

    supone un profundo impacto en la civilización latina. Los paganos

    comenzaron a criticar la cuestión de la inextricable unión de Roma y

    el único y solitario Dios de los cristianos: ¿cómo es posible que

    estando la capital del Imperio bajo el amparo de Dios mismo, se

    produzca el saqueo?, ¿porqué Dios no protegió la Roma Capitolina?,

    ¿no sería que la impiedad de los cristianos habían irritado a los

    dioses verdaderos que castigaba a los romanos? Es cierto y evidente,

    que la causa primera de la escritura de ‘La Ciudad de Dios’ fueron

    las críticas que los paganos vertían contra los cristianos: se les

    culpaba de la caída de Roma y de la decadencia del Imperio, ya que

    estos habían prohibido el antiguo culto a los dioses22

    . Y la primera

    eran fundamentalmente iguales. El obispo de Roma no era la autoridad suprema de la iglesia:ésta era el Concilio Ecuménico (Küng, 2001:84). 

    21 Multiplicación de sectas y doctrinas heréticas. Las primeras obras de San Agustín,padre de la teología latina, van dirigidas contra el donatismo, el pelagianismo y elmaniqueísmo.

    22 Tras el cataclismo del 410, un buen número de patricios romanos dejó Roma en buscade lugares alejados de las hordas bárbaras y sus saqueos. Pensaban que si ponían tierra de pormedio no volvería a afectarles la inseguridad y la violencia. Una buena parte de esta casta noble

    se instaló en las prósperas provincias norteafricanas. Frente a estos romanos, paganos y cultos,y sus críticas escribe el obispo de Hipona. La historia nos cuenta que los bárbaros tambiéninvadieron el Norte de África y que los vándalos y alanos de Genserico terminaron por tomar

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    parte del texto es el intento de rebatir, y polemizar, los argumentos

    de los paganos. De ahí que el subtítulo de la obra sea éste: Contra

    Paganos (Aurell, 2011:166).Esta defensa del cristianismo temporal y terrenal, se relaciona

    con la defensa de la teología cristiana de carácter trascendental y

    providencialista. La tapadera es la circunstancia histórica concreta,

    pero el fondo de la caja es otro. La omnipotencia de Dios está por

    encima de las estructuras de gobierno, está más allá de las

     jurisdicciones imperiales; y éstas no obstaculizan la providencial

    acción divina en la tierra.

    San Agustín retoma la idea que en su día tuviera San pablo, y

    que conserva Orígenes, para terminar de completarla y explicitarla.

    La humanidad se divide en dos ciudades, surgidas ambas del amor,

    el amor a uno mismo y el amor a Dios. La civitas terrena, el estado

    terrenal, es la del poder político, con su moral, su historia, sus

    propias exigencias. Junto a esta, desde el origen de los tiempos, la

    civitas Dei, la Ciudad de Dios, está compuesta por la comunidad de

    cristianos que participan del ideal divino. Aunque construidas sobre

    principios contrarios, aparecen confundidas a los ojos de los

    hombres; solo Dios puede reconocer la auténtica Ciudad celestial enla tierra. Y la Historia cursa a través de esta dicotomía, por entre las

    relaciones de la ciudad terrestre, con el poder temporal, y la ciudad

    eterna, con el poder celestial. La tesis central del obispo de Hipona

    (Aurell, 2011:165, 168) está en la afirmación de la existencia de una

    Providencia, divina, misteriosa, omnisciente, que guía a la

    Cartago (430) y convertirla en la capital de su Reino, que logró un cierto poderío en la parte másoccidental del Mediterráneo durante el s. V y parte del VI.  

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    Humanidad a lo largo de toda su historia. La concepción de lo

    político que construye Agustín se inscribe en una gran teoría de la

    Historia.¿Cuáles son las consecuencias políticas de esta doble

    concepción? Si Pablo de Tarso dispuso que los cristianos habían de

    someterse a la autoridad política por deber, sin poner en duda la

    legitimidad de ésta; Agustín tampoco la pone en duda, pero pone el

    énfasis en la supremacía del orden sobrenatural sobre el terrenal. En

    esta ordenación, el orden que tiene siempre una jerarquía, la  pax es

    fundamental. Explica Aurell (2011:169) que para San Agustín la paz

    era el equilibrio interno y externo en el que todo la creación ha de

    estar situado en el lugar que Dios le dio en el cosmos. Así, la

    armonía y el orden del mundo no se deben a los sacrificios que se

    hacen (o dejan de hacerse) a los dioses paganos sino a la Providencia

    que, de un modo misterioso que escapa a la comprensión humana,

    ha dictaminado en este tiempo que Roma decaiga, si bien la Ciudad

    celestial, fundada en la justicia, siga intacta.

    Sobre el poder y la autoridad, la esencia del poder viene de

    Dios, defiende Agustín. Y es muy sutil lo que plantea aquí el obispo

    norteafricano. Porque habla de esencias no de la materialidadconcreta de la organización del poder. Esto es, que Dios no designa

    ningún régimen en especial, ni las jefaturas de los mismos. Según el

    derecho de la naturaleza (recordemos que Agustín era un ávido

    lector de Cicerón), ningún hombre tiene autoridad sobre otro

    hombre. Los hombres pueden asociarse y elegir un jefe, que dirigirá

    esa asociación. Pero el gobernante no posee el poder sino por

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    delegación divina. Si los hombres eligen a nefastos gobernantes o se

    asocian en injustos regímenes, es problema y fallo suyo, no de Dios.

    Todos esos detalles y concreciones quedan en manos de las causassegundas, esto es, de la Providencia.

    La Pronoia divina tiene un plan general para toda la historia,

    para cada época, para cada régimen político y para cada uno de sus

    regentes, pero también para los ciudadanos cristianos, estos también

    habrán de pasar por amargos episodios. Las vicisitudes que pasan

    estos regímenes es algo que se escapa al común de los mortales, solo

    el impenetrable juicio de la Providencia conoce todo el plan divino.

    Los impenetrables y providentes designios divinos se nos escapan al

    común de los mortales.

    O sea, que si bien es cierto que Dios legitima el poder en sí

    mismo, no avala el ejercicio concreto de ese poder. Los cristianos

    tienen que tener esto meridianamente claro, han de obedecer a la

    autoridad, la pagana inclusive, que procede de Dios. Con lo que los

    cristianos obedecen al Emperador pero pueden no comprometerse

    ni solidarizarse con las decisiones que estos toman en la realidad

    concreta. Y con el plan misterioso y oculto de la Providencia se

    puede explicar cada acto concreto de la política, especialmente losmás onerosos: el saco de Roma, por ejemplo, siendo como fue una

    catástrofe espantosa, no es responsabilidad moral del cristianismo

    porque no fueron actos cristianos. Todos los acontecimientos están

     justificados por el manto de la Providencia.

    Aquí está el germen del espíritu universal y atemporal del

    cristianismo: son ciudadanos del mundo, de Roma, pero no forman

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    parte de ninguna forma transitoria de la Historia o de la Política. La

    Iglesia no se opone al Imperio, pero desdiciendo a Eusebio y la

    tradición oriental, Imperio e Iglesia no coinciden, desde luego. Yapueden darse en la ciudad terrenal todo tipo de catástrofes y

    naufragios, que la Ciudad de Dios es verdaderamente eterna

    (Touchard, 2008:102). Agustín de Hipona aboga porque el poder

    civil esté impregnado por el cristianismo, y que las leyes y

    costumbres sean inspiradas por Dios, pero no que a los obispos se le

    confíen funciones civiles y políticas, por ejemplo.

    La Teología Política de la Cristiandad.

    Lo que comenzó con Eusebio, queda establecido firmemente

    con Agustín: la teología política, esto es, el origen teológico de toda

    política posible23. Pero queda planteada una cuestión de gran

    relevancia en un momento de clara ascensión del cristianismo: ¿qué

    teología política ha de implementar a partir de entonces, la

    eusebiana o la agustiniana? ¿Cómo se ha de relacionar el creyente

    con la ciudad terrenal? La formula de dar al César lo suyo y a Dios

    lo suyo es tan abierta e imprecisa que no resuelve los casos, los

    muchos casos, en los que el servicio civil entra en conflicto con elespiritual. El creyente dividido entre la colectividad cívica a la que

    pertenece y a la comunidad de fe a la que se adhiere termina, en no

    pocas ocasiones, por mostrar una obediencia civil liviana y poco

    23 Añadimos aquí algo de suma importancia, relacionado íntimamente con el espíritumismo del cristianismo: la naturaleza humana está marcada por el pecado original y las

    debilidades. Por esta tendencia innata es necesaria la política. El objeto final de la política en SanAgustín, nos dice Aurell (2011:170), “es controlar el conflicto y el desorden que resultan de relacionessociales en el contexto de las circunstancias caracterizadas por la presencia del pecado en la tierra”. 

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    comprometida. Esta actitud, la del escaso compromiso, solivianta y

    exaspera a no pocos intelectuales paganos, que tienen en Celso a su

    principal portavoz. Las críticas paganas cunden muy poco, es cierto,-por no decir nada-, entre los creyentes. Los miembros de la

    comunidad cristiana hace tiempo que solo se dejan guiar por sus

    pastores. Ahora bien, las tornas cambian cuando pasan de ser una

    secta clandestina de gentes humildes al poder fáctico más

    importante del Imperio. El movimiento de Constantino el Grande a

    comienzos del s. IV modifica los planteamientos de tibieza de los

    dignatarios cristianos. Ahora la reflexión sobre el poder no puede

    ser soslayada. Y por eso repetimos la pregunta.

    ¿Qué teología política habría de implementar el cristianismo

    ahora que ocupa un lugar tan destacado? Para Eusebio, el Imperio

    cristiano de Constantino es la misma Ciudad de Dios; para Agustín,

    la Roma cristiana es la ciudad terrestre (Arce, 2002:224). La teología

    política eusebiana, identifica el Imperio y la sociedad cristiana,

    creando un Estado cristiano donde lo temporal y lo espiritual sean

    uno y lo mismo. La teología agustiniana separa el orden espiritual y

    el orden imperial. Para San Agustín, gobernar, esto es, el ámbito de

    la política, no es la manera de establecer un reino celestial en elterreno, sino minimizar el desorden y maximizar la paz y la justicia.

    Una aparente encrucijada espera al fortalecido cristianismo en

    medio de un Imperio dividido y a punto de derrumbarse por la

    pujanza de los bárbaros. La Ciudad de Dios se debate entre la

    entrega total al Imperio o la independencia completa. Pero si hay

    debate en esto, en lo que no lo hay es en el futuro que espera a los

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    cristianos. Hay una idea de Agustín que impregna profundamente

    el futuro: el manto de la Providencia. El Imperio latino se derrumba,

    la propia Hipona cae en mano de los vándalos de Genserico, peroDios tiene un plan para la Ciudad de Dios, para los creyentes: el

    triunfo de la Iglesia en Roma, la gloria de la Ciudad de Dios.

    Terminamos respondiendo a la pregunta que se ha repetido

    aquí un par de veces respecto a la adopción del Papado de la

    teología política. La recepción del pensamiento de Agustín de

    Hipona en un cristianismo en ascenso dentro del poder terrenal, se

    conoce como agustinismo político que, dicho sea de paso, se aleja

    del mismo pensador al que debe su nombre. No encontraremos en

    San Agustín un programa político stricto sensu; lo que hay es un

    planteamiento teológico y moral que ordena tanto el orden

    sobrenatural como el natural, y de ahí sí arrancan unas ciertas

    implicaciones políticas. El agustinismo político no es sino una

    radicalización de los planteamientos del obispo de Hipona.

    Radicalización, ¿a partir de qué? A partir de los expuesto por

    Eusebio. La jerarquía, en La Ciudad de Dios, está muy clara pero sin

    negar la autonomía de ambos ámbitos ni suprimir los límites. En el

    agustinismo, el orden deviene en sumisión y se tratará de trasladaro dar cuerpo temporal a la ciudad celeste con un Papa en su cabeza.

    Y eso será trabajo de Gelasio, Gregorio Magno e Isidoro de Sevilla. Y

    con el tiempo, desembocará en la  plenitudo potestatis, esto es, todo el

    poder es de Roma. Por tanto, puede decirse, que Agustín es

    adaptado, malinterpretado y distorsionado por los poderes

    eclesiásticos posteriores.

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    EDAD MEDIA

    “Sabes, hijo clementísimo, que, aunque presidas al género humano

     por tu rango, debes inclinar la cabeza devotamente antes quienes

    administran las cosas divinas… y conoces bien que no debes presidir el

    orden de la religión, sino someterte a él” 

    Gelasio I

    “La espada espiritual y la espada material pertenecen a la Iglesia;

     pero ésta debe empuñarse para la Iglesia, y aquélla, por la Iglesia; una está

    en manos del sacerdote, la otra en manos del soldado, pero a las órdenes delsacerdote y bajo el mando del emperador ”.

    Bernardo de Claraval

    “ Así como la luna recibe su luz del sol, al que es inferior por sus

    dimensiones, por la calidad, por la posición y por el poder, así el poder real

    obtiene de la autoridad pontificia el esplendor de su dignidad”. 

    Inocencio III

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    LAS INVASIONES BÁRBARAS

    El fin de un Imperio.

    Las invasiones germánicas fueron un fenómeno de larga

    duración y de mayor complejidad que se consumó a finales del s.V.

    El Imperio se desintegra con cada oleada migratoria bélica y un

    nuevo orden va surgiendo de la mezcla de los restos del mundo

    tardorromano, de la expansión del cristianismo y de los elementos

    germánicos que llegan con las invasiones. Es importante destacar

    aquí, que cuando las tribus bárbaras entraron al asalto del Imperio,

    hacía tiempo que estaban bajo el influjo de la romanización. Estas

    realidades tan distintas, Romania y Gothia  (Barcala, 2002:233), no

    eran desconocidas ni extrañas, por tanto. A pesar de todo, el saqueo

    de Roma del 410 provocó un impacto profundo y desconcertante alos romanos, tanto paganos como cristianos. La desconfianza y la

    oposición a los bárbaros aumentaba con las invasiones del norte, y

     junto al pesimismo reinante crecía la exaltación de la romanidad.

    Los germanos estaban asociados en conjuntos tribales, de

    tamaño variable, en torno a un caudillo militar de prestigio. Esta

    ascendencia se basaba en la capacidad personal del individuo para

    la guerra. El jefe protegía al pueblo y se aseguraba de la defensa

    externa y la seguridad interna. Los hombres sometidos a su

    gobierno estaban obligados a prestarle auxilio. Los gobernantes

    eran, ante todo, guerreros y conductores de tropas, no eran ni

    legisladores ni mucho menos administradores. La soberanía, por el

    contrario, pertenecía al linaje y a la estirpe no al individuo concreto

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    ven cómo la Providencia está detrás de las invasiones. Lo cierto es

    que la renovación cultural es imparable, y poco a poco vemos como

    una amalgama de elementos romanos y germánicos se instituyecomo nueva cultura común.

    Los vasos comunicantes.

    Los pueblos germánicos jugaron un papel decisivo en el futuro

    del Cristianismo en Occidente. Vándalos, suevos, alanos, hunos,

    visigodos, alamanes, burgundios y francos invadieron el Imperio

    dejando en ruinas sus infraestructuras, edificios estatales y sistemas

    de comunicaciones (acueductos, puentes y calzadas). El Imperio se

    ve socavado en toda su amplitud, a todos los niveles, cultural,

    social, económico y administrativamente. La desaparición de la

    actividad económica y comercial intensiva y compleja con moneda y

    recaudación de impuestos da paso a una ‘economía natural’ de

    campo e intercambio. Este cambio, moneda por trueque, de ciudad

    por agricultura, supone una involución de siglos. La decadencia del

    espíritu ciudadano, esto es, la renuencia cuando no abandono o

    rebeldía frente de las obligaciones públicas, trae graves

    consecuencias para el reclutamiento del ejército. Las legiones delúltimo período imperial estaban formadas por mercenarios

    extranjeros carente de todo pundonor patriótico (Touchard, 2008:

    108).

    intelectuales también apoyaron su proyecto político y cultural. Nos referimos a Boecio y,especialmente, a Casiodoro, autor de la Historia Gothorum, en la que se ensalzan las virtudescomo magnífico gobernante del monarca ostrogodo. 

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    La involución económica, social y cultural fue terrible y

    culminó con la despoblación de las ciudades26  y el declive

    generalizado en la educación, especialmente en la capacidad paraescribir. El colapso de la civilización antigua supuso una

    momentánea pérdida de presencia de la Iglesia, que no su

    desaparición. La historia nos cuenta que no tardó en reponerse del

    golpe, puesto que en el 499, es bautizado Clodoveo, rey de los

    francos, el más grande reino germano de aquel momento se

    convertía al catolicismo. La cristianización del mundo germánico

    también sería la germanización del cristianismo (Küng, 2002:95). Los

    pueblos germánicos aceptaron la creencia sustancial del

    cristianismo, un solo Dios, su Hijo Jesucristo y el Espíritu Santo;

    pero otras cuestiones se vieron alteradas. No podemos ser

    exhaustivos en este punto y mencionaremos algunos de los

    elementos que fueron cambiándose paulatinamente: el bautismo que

    comenzó a celebrarse en recién nacidos, la eucaristía que de ser una

    reunión de creyentes que comparten el pan y el vino pasa ser una

    liturgia del clero de espaldas al creyente y en un idioma que no

    entendía (el latín clásico)27, la superstición germana queda patente

    en la creencia en los espíritus y fuerzas de la naturaleza, también enla veneración de reliquias; finalmente, la introducción del celibato y

    la abolición del ordenamiento de las mujeres como diáconos (Küng,

    2002:96-97).

    26 Hans Küng (2002:94) afirma de Roma que en sus mejores momentos albergaba a másde un millón de habitantes se vio reducida a poco más de 20.000 habitantes en el siglo VI. 

    27 El latín vulgar, el que hablaba el vulgo o el común de la gente, es el que evoluciona

    lentamente hasta convertirse en las lenguas románicas, como el francés, el italiano o el español.El latín clásico, por el contrario, elitista, se mantendrá estandarizado y conservado por la Iglesiaen la liturgia y en la inmensa producción literaria en monasterios y abadías. 

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    La teología política se materializa: los dos Poderes.

    El impacto de las invasiones bárbaras va pasando, las

    ciudadanías se irán acostumbrando al nuevo status quo, lasmonarquías se irán consolidando; pero algo persiste en su fortaleza:

    el cristianismo. El sustrato desde donde emerge la teoría de la

    sociedad y su gobierno político28 es el doble convencimiento de que

    el cosmos humano tiene un orden jerárquico similar al modelo

    divino y de la fe en una futura vida superior. Efectivamente, las

    ideas políticas medievales estarán siempre vinculadas a lo religioso,

    más aun, a lo eclesiástico; y tendrán al poder, su origen y su ejercicio

    correcto, como cuestión central y distintiva. El poder tiene origen y

    carácter divino y es ejercido por los príncipes y acatado por los

    súbditos; pero este poder, digamos que estatal, se convierte en

    súbdito o guardián de la Iglesia.

    El carácter divino de los soberanos y gobernantes sigue

    vigente gracias al trabajo del pensamiento cristiano. Del mismo

    modo que los obispos tienen un carisma para el gobierno de la

    Iglesia, los emperadores tienen una carisma especial para el

    gobierno de los ciudadanos. Por eso, ser ciudadano y ser cristiano

    deviene una y la misma cosa y el cristianismo es el principal vínculode unión del Imperio (Barcala, 2002:239). Desde tiempos de

    Constantino I, las intervenciones (o intromisiones) de lo civil en lo

    28  Hacer mención a una cuestión difícil, antes de seguir adelante, con la que seencuentran los expertos, y es la de delimitar la propia existencia de un pensamiento políticomedieval, toda vez que asistimos a una amalgama de saberes (filosofía, teología, moral y

    derecho) sin que haya una distinción nítida de los mismos. A esto sumamos que es el cleroculto, y su interés catequético, el depositario único y exclusivo de los conocimientos disponibles(Barcala, 2002:228). 

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    Fco. Javier Benítez Rubio

    eclesiástico era una constante. Pero a comienzos del s. V unos

    importantes cambios aparecen el horizonte.

    León I el Magno, es el primer sucesor de Pedro que se adornacon el título que los paganos daban al sumo sacerdote, Pontifex

     Maximus, el cargo más honorable en la religión romana. Pero esta

    primacía que el papado se arrogaba no era tal en relación a los

    asuntos teológicos, como demuestra el revés que recibe en el

    concilio de Calcedonia (451). A los legados romanos que acudieron

    no se les concertó privilegio alguno sobre el conjunto de la iglesia

    (Küng, 2002:88-89). Los argumentos de León I eran que si Pedro

    tenía primacía sobre los otros apóstoles, otorgada por el propio

    Cristo, los sucesores de Pedro, en Roma, tendrían la misma primacía

    sobre el resto de obispos, y Roma tendría el liderazgo de la Iglesia.

    Estas ideas no cundieron en Oriente29, pero algo importante sí

    consiguió este Papa que marcó el camino a seguir para otros: antes

    de ser la comunidad más importante del cristianismo tenía que

    conseguir ser el elemento más importante y central del Imperio. Y

    los episodios de mediación con los bárbaros30  para que no

    destruyeran Roma le granjearon el apoyo incondicional del pueblo

    romano. Para tener poder en la Cristiandad tenía que afianzar el

    29 No olvidemos que Constantinopla era la capital teológica y política del Mediterráneo,que contaba con la iglesia más grande de toda la cristiandad: la imponente Hagia Sophía mandada a construir por Justiniano I. Los patriarcas y metropolitanos orientales considerabanal obispo de Roma como el patriarca de Occidente. Pero nadie le otorgaba a Roma la influenciateológica y política que otrora llegará a tener. Afirma Hans Kung (2002:92) que “ nadie a lo largodel primer milenio consideraba infalibles las decisiones del Papa". 

    30

     En 451 negocia con Atila en Mantua impidiendo que los hunos saquearan Roma. En el455 no pudo impedir que los vándalos de Genserico la saquearan finalmente pero sí consiguióque se respetara la vida de los romanos y que no fuera incendiada. 

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    Fco. Javier Benítez Rubio

    poder dentro de Roma31. Y esa idea cuajó en Gelasio y en Gregorio

    Magno, tal y como veremos a continuación.

    Los comentadores del obispo de Hipona tomaron laconcepción de las dos ciudades y la convirtieron en una doctrina: el

    agustinismo político. Pero en el fondo estaban traicionando al santo

    norteafricano, al disponer que el orden natural esté subordinado al

    sobrenatural y el Derecho del Estado subsumido dentro del de la

    Iglesia (Touchard, 2004:110). El agustinismo político adquiere

    notable importancia con Gelasio I, en la carta que dirige al

    Emperador Anastasio32. Efectivamente, del papa Gelasio I no has

    llegado un primer esbozo de la teoría de los ‘dos poderes’ nacidos

    de Dios mismo, que cooperan en el buen gobierno del mundo. Uno

    que es espiritual para los que gobiernan a la Iglesia, y otro que es

    temporal para los que gobiernan el mundo en su nombre. Y si la

    Iglesia se somete a las leyes justas que emanan del Emperador, éste

    debe obedecer a la Iglesia en lo concerniente a la fe. El orden político

    y civil quedan integrados en un orden superior: al emperador le

    corresponde la potestas, el poder del Estado y al Papado la auctoritas.

    Poco tiempo después, a finales del s. VI, la sede romana es ocupada

    por Gregorio Magno, al que vemos interviniendo activamente en lapolítica, en la defensa y gobierno de los territorio papales. Con este

    31 No todas las maniobras que el papado elaboró para extender su poder eclesiástico ycivil fueron dignas y honrosas. Nos referimos al infausto ‘Donación de Constantino’, en el sigloVIII, un decreto imperial atribuido a Constantino I según el cual, al tiempo que se reconocíacomo soberano al Papa Silvestre I, se le donaba la ciudad de Roma, las provincias de Italia ytodo el resto del Imperio romano de Occidente, creándose así el llamado Patrimonio de SanPedro (Küng, 2002:92). La falsedad del documento quedó acreditada en el s. XV. 

    32  “Sabes, hijo clementísimo, que, aunque presidas al género humano por tu rango, debesinclinar la cabeza devotamente antes quienes administran las cosas divinas… y conoces bien que no debes presidir el orden de la religión, sino someterte a él” (Barcala, 2002:240).

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    Fco. Javier Benítez Rubio

    Papa, la doctrina de los ‘dos poderes’ se afianza plenamente: el

    poder soberano del emperador está limitado por la ley de Dios;

    límite impuesto primeramente por su condición de creyente, perotambién por responsabilidad, al ser Dios el que le ha dado la

    potestad de gobernar sobre el reino terrenal. Es más, el soberano

    temporal ha de ser el primer defensor y propagado de la fe33. No

    quedan dudas, el poder terrenal ha de estar al servicio del poder

    divino (Barcala, 2002: 241 y 245 y Touchard, 2004:111).

    33

     En una de las Epístolas que Gregorio el Grande dirige a Childerico, rey de los FrancosSalios, le dice: “Ser rey nada tiene en sí maravilloso, ya que también otros lo son: lo importante es ser unrey católico” (Touchard, 2004:111). 

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    Fco. Javier Benítez Rubio

    ORIENTE Y EL ISLAM

    Bizancio El Imperio de Oriente se extendía por Asia, pero también por

    Europa. En tiempos de Justiniano I, Bizancio es un Imperio boyante

    en lo socioeconómico, brillante en lo cultural y poderoso en lo

    militar. Y las relaciones con el patriarcado cristiano le conceden una

    estabilidad interior nada desdeñable.

    El Emperador de Bizancio detenta todos los poderes y es

    ministro de Dios por obra de la Providencia. De ahí la expresión de

    cesaropapismo, para hacer referencia a los emperadores de Oriente.

    Sin embargo, las relaciones entre el Emperador y el Patriarca son de

    solidaridad; una serie de compromisos obligan a ambas partes sin

    que ninguna de las dos instancias tenga la necesidad de romperlos.Teniendo claro, eso sí, que el Emperador tiene derecho a opinar

    sobre las cuestiones teológicas, y en caso de disputa a zanjar las

    discusiones con mano firme. Por ejemplo, Teodosio II convoca en el

    431 el Concilio de Éfeso donde se condena al Pelagianismo y al

    Nestorianismo. Y en el 451 Marciano convoca el Concilio de

    Calcedonia en el que se rechaza el Monofisismo.

    Con Justiniano I el Grande (483-565) y su largo reinado de casi

    40 años, el Imperio de Oriente vive su mayor esplendor con la

    reconquista de parte del Imperio de Occidente. Pero tras su muerte,

    los sucesores no pudieron, o no supieron, hacer frente a los peligros

    que acechaban a Bizancio. En estos momentos de desorden aparecepor las arenas del desierto arábigo la figura de Mahoma. Y una

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    nueva fuerza política, el Islam, se suma al tablero de juegos del

    poder. El Imperio de Oriente es el que queda profundamente

    conmocionado por esta emergencia. En la segunda mitad del s. VIIconquistan todo el Oriente Medio, posesiones de Bizancio, y el

    Norte de África. En Occidente los reinos bárbaros se esfuerzan por

    consolidar sus dominios y el Papado se esfuerza por mantener su

    influencia dentro de ellos. No será hasta entrado el siglo VIII cuando

    lleguen hasta Europa y se percaten de lo que ocurre. El Islam llega,

    pero por el Atlántico: en el 711 las tropas de los Omeyas de

    Damasco derrotan a los visigodos de Don Rodrigo y fundan Al-

    Andalus sobre lo que había sido la próspera Hispania romana. Y

    poco después ya aparecen como una amenaza para el centro de

    Europa. La victoria de Carlos Martel en Poitiers, en el 732, paralizó

    las conquistas en Occidente.

    Islam: religión y política en extrema conexión.

    El punto de partida del Islam34 es la Hégira, en el año 622 de

    nuestra era, cuando Mahoma se retira desde la Meca a Medina. La

    34 El Islam es una compleja realidad cuyo núcleo principal es una religión que acepta a

    Dios como la única y verdadera realidad de la que todo depende y tiene en la más alta estima alProfeta Muhammad, su Enviado. Pero este núcleo religioso no agota al Islam, que también esuna cosmovisión, esto es, una concepción del mundo en la que están implicadas tanto unaorganización social y política como una civilización material y una cultura espiritual (Guerrero,2004:209). Islam también menciona el ámbito espacial y geográfico en que vive la comunidadislámica, Dar al-Islam o la 'casa del Islam', frente al resto del universo no musulmán, Dar al-Harb o 'casa de la guerra'. El concepto de Dar al-Harb de ‘Casa de la Guerra’ frente a Dar al-Islam, ‘Casa del islam’, ha generado una gran controversia a lo largo de la historia. Los propiosmusulmanes han realizado distintas interpretaciones de la misma, algunas moderadas y otrasmuy radicales. Para algunos autores, estos términos son exclusivamente descriptivos, esto es,durante la época de la expansión del Islam, el Mundo que veían aquellos musulmanes eradoble, su mundo, la casa de los fieles y sumisos a Alá, donde reinaba la paz y la concordia; y el

    otro mundo donde reinaba el desconcierto y la disputa entre credos, facciones y confesionesreligiosas, de ahí el término de guerra; no que hay que entrar en guerra contra ellas, sino que enel seno de ese mundo lo que reina es el conflicto, las disputas y la guerra. Otra interpretación

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    retirada del Profeta marca el rumbo definitivo del Islam. Mahoma,

    el Profeta, enviado de Alá, se convierte en jefe político, militar y

     judicial, en el legislador supremo de la Umma, la nueva comunidadislámica, una entidad que aspira a ser supranacional. La nueva fe,

    depositada en el Corán35, postula una nueva sociedad, a la que

    nunca se habría llegado sin la ayuda de Dios. El Islam es una

    teocracia laica, el poder reside en Dios y sin casta clerical. Un

    absolutismo divino que tiene como contrapartida la igualdad de

    todos los creyentes (Touchard, 2004: 114). La religión es la base del

    Poder; hasta el punto de que las esferas religiosa y temporal están

    totalmente fusionadas, perpetuándose a través del tiempo. Mahoma

    murió, plenamente consciente de su misión universal, el 8 de junio

    del año 632. El Islam dará su peculiaridad definitiva a los árabes y

    los incorporará definitivamente a la Historia.

    La calma en la Umma no dura mucho, y las primeras

    discusiones que surgen en el Islam, tras el fallecimiento del Profeta,

    distinta, es la que sí determina que el Islam debe imponer su credo a todos los que no creen enAlá y su Profeta, Mahoma.

    35 “El Corán es, a su vez, fuente de oración, guía para el comportamiento y objeto ritual. Es leídoy recitado por los musulmanes en el culto comunitario, pero también en el ámbito privado, en las fiestasreligiosas y en las celebraciones familiares. Está en la base de las creencias del Islam de sus leyes y de susrituales. Constituye una guía para la vida, la conducta y la reflexión de los musulmanes ” (Tamayo,

    2009:112).La autoría del Corán pertenece a Dios,  Al-qur’an  significa la recitación o la lectura envoz alta; Mahoma transmite lo que Dios le dicta desde el año 610, en el que recibe la primera delas revelaciones, hasta su muerte en el 632. El Profeta compartió estas palabras con Khadija, suesposa, y con las personas de su entorno familiar; luego, el círculo de los oyentes fueaumentando. El Corán tiene 114 suras (también llamadas azoras) y 6.536 aleyas (tambiénllamados versículos). Se estructura, con excepciones, desde la sura más larga (la 2 con 286aleyas) hasta la más corta (la 108 y la 110 sólo tiene 3 aleyas). Cada una de las suras posee untítulo, comienzan con la basmala (excepto la novena), una fórmula ritual que dice: ‘En el nombrede Dios, el Misericordioso, el Clemente’; y el lugar en el que fue revelada, bien Meca o bien Medina.La primera de las suras, Fatiha, es la oración jaculatoria más importante del Islam:

    ‘¡En el nombre de Dios, el Compasivo, el Misericordioso! Alabado sea Dios, Señor del Universo,

    el Compasivo, el Misericordioso, Dueño del día del Juicio. A Ti sólo servimos y a Ti sólo imploramosayuda. Dirígenos por la vía recta de los que tú has agraciado, no de los que ha incurrido en la ira, no delos extraviados’. 

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    fueron de tipo político con matices teológicos. Tras la muerte del

    Profeta, fueron Cuatro los Califas Ejemplares (khalifah, sucesor) los

    que guiaron a la Umma. Tras la muerte del último de ellos, Alí AbuTalib, en el 661, comienzan una lucha para determinar quién será el

    guía de los creyentes. Por un lado, tenemos a los seguidores de la

    tradición Omeya, y por otro a los partidarios de la Familia del

    Profeta. De este conflicto aparecerán tres grandes formaciones: los

    Sunníes seguidores de la 'tradición'36 y que apoyaban al Califato, los

    Si'íes (Chiíes) o partidarios de la familia del Profeta y los Jariyíes,

    separados de unos y otros, y que designan al sucesor por sus

    cualidades personales y no por cuestiones de linaje37.

    Estos episodios dan cuenta de cómo son de estrechos los

    vínculos entre la religión y la política en el Islam. Pero este no es

    sólo un problema de política y de sucesión. La cuestión se complica

    porque cada facción tiene su particular interpretación religiosa. El

    sagrado Corán menciona que Alá deposita en ciertos hombres

    insignes su poder en el mundo. Pero no especifica qué tipo de

    autoridad debe regir la Umma. De ahí los tempranos

    enfrentamientos. Partimos de la base de que para los sunníes el

    36  Además del Corán, y como segunda fuente del Islam, está la Sunna, que viene asignificar tradición y costumbre. Su referencia son tanto el modo de vida y actuación que tuvoMahoma como los dichos por él proclamados y que fueron recogidos, en una serie de relatos(hadith en singular), por parte de sus seguidores. Estos hadices constituyen la base de la Shari’a,la ley islámica y juegan un papel fundamental en la ortodoxia actual. Su autoridad es de rangoinferior al Corán, aunque en no pocas veces ha suplantado a éste (Tamayo, 2009:125). Losespecialistas hacen una doble clasificación: una que atiende a sus contenidos (biográficos, jurídicos y dogmáticos o doctrinales) y otra que atiende a la fiabilidad de la isnad o cadena detransmisión (sihad o genuinos, hassan o fiables y da’if  o sospechosos). 

    37  Actualmente, el chiísmo está implantado en Irán (Régimen de los Ayatolás) yminorías en Siria, Libano (Hezbolá), Irak, Azerbaiyán, Afganistán y Pakistán. El Islam Suní

    supone el restante 85%. En la actualidad, los Jariyíes conforma la confesión islámica de losIbadíes que está implantada en el Sultanato de Omán y en Zanzíbar (una isla frente a las costasde Tanzania).

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    sucesor puede ser cualquier árabe varón miembro de la tribu de

    Quraysh (la tribu a la que perteneció Mahoma) y para los chiítas, el

    sucesor tenía que ser alguien del linaje del Profeta. Pero estosmovimientos políticos tiene una serie de añadidos teológicos que

    tienen que ver con las condiciones de acceso al gobierno de la

    comunidad, el estatuto del buen musulmán, y sobre todo el papel

    del hombre, su libertad especialmente, en un universo creado y

    predeterminado por Dios.

    Mahoma dejó una clara misión a los suyos: llevar el mensaje

    de Alá a todos los hombres. Esto lanzó a los árabes recién

    islamizados desde Arabia hasta los últimos confines del mundo

    entonces conocido, desde la India hasta el Atlántico. Los que

    piensan que el Islam se mostró cerrado e iracundo frente a las

    influencias externas, se equivocan. El recién nacido Islam era

    paupérrimo culturalmente, así que era una esponja que iba

    absorbiendo infinidad de elementos que ni siquiera sabía de su

    existencia previa38. El Islam fue creciendo espiritualmente a la vez

    38 Las dos primeras ciencias que se desarrollan en el mundo islámico fueron la ExégesisCoránica y el Derecho. El musulmán tuvo que 'leer' su texto revelado, y cuando se dice esto, esque tuvo que ir más allá del simple ejercicio mecánico de la lectura. Tuvo que darle sentido al

    texto, interpretarlo y descubrir lo que aguarda allí dentro. Surgen las dos primeras CienciasTradicionales, la Ciencia de la Interpretación y la Ciencia de la Revelación, que darán lugar a laSharía. Junto a estas encontramos desde muy pronto el desarrollo del Derecho, Fiqh, o elcompendio de normas encaminadas a regular la vida de los creyentes en su relación con Dios yentre sí. Los artífices de este desarrollo fueron las Escuelas de Derecho. Y junto a estas surgieroncomo auxiliares otras ciencias imprescindibles para su desarrollo. Destacan especialmente laGramática y la Historia.

    Tiempo después se desarrolla la teología especulativa (kalam) y la teología anti-racionalista (As'aríes) fruto del contacto del Islam con 'lo griego'. La disputas entre ambosmovimientos se saldó con el triunfo de los segundos convirtiéndose en la teología oficial de lasunna. En la órbita de los chiítas, todo el pensamiento se centró en la Profecía. La Profetología oFilosofía Profética, que trata de alcanzar el verdadero significado de la Revelación, tiene su

    núcleo en el Imám. Para los partidarios de Alí, el Imam además de recoger todas las funcionessociales y políticas otorgadas por los sunníes al Califa, tiene una serie de cualidades superiores,sobrenaturales incluso, otorgadas por el conocimiento de lo oculto. 

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    que lo hacía geográficamente, asimilando infinidad de

    manifestaciones de las diferentes culturas con las que se fue

    encontrando. Especialmente con Alejandría en Egipto, donde desdehacía siglos convivía la filosofía griega con las distintas formas de

    cristianismo; la Siria de Antioquía, los sabeos de Harrán, y por

    supuesto con Persia. Importa destacar que en el seno de la

    comunidad islámica eran aceptados las Gentes del Libro, esto es,

     judíos y cristianos.

    Todas esas influencias enriquecieron a la civilización

    musulmana, pero lo que de verdad contribuyó a consolidar aquella

    incipiente civilización fue lo que, de un modo u otro, había de la

    Grecia Clásica en todos esos lugares y culturas. El Islam nació a

    comienzos del siglo VII extendiéndose sobre el mundo cultural del

    Medio y Próximo Oriente en el que había penetrado profundamente

    el legado del pensamiento griego. De ahí que los pensadores

    musulmanes empezaran recibiendo el sincretismo filosófico-

    teológico de los siete primeros siglos de nuestra era. Fueron

    necesidades culturales, además de pura curiosidad científica, las que

    le obligaron a aceptar aquellos saberes. Conocieron bien a Platón y

    Aristóteles y prefirieron a éste último. La asimilación de la sabiduríagriega y, por tanto, de Aristóteles, se produjo tempranamente en

    suelo islámico.

    El Cristianismo que se desarrolla sobre el orbe grecorromano,

    comenzó siendo una religión urbana, cosmopolita, no lo olvidemos.

    Su primera difusión fue la de ir sustituyendo la religión civil romana

    y la sophía griega. Con la decadencia del Imperio, en las zonas donde

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    las ciudades eran minoritarias o poco representativas, el

    cristianismo terminó por desaparecer. Precisamente donde más

    decayó fue por donde los musulmanes se fueron expandiendo conmayor celeridad: el norte de África. Toda la gran franja litoral del

    norte de África, desde Egipto al Magreb, pasando por la Tripolitana,

    Cirenaica y Tunicia, desde la costa mediterránea a las estribaciones

    del Sahara. El beduino de la gran Arabia tenía muchas vivencias que

    compartir con los habitantes del Sahara. La abundante población

    nómada que habitaban esta zona pedía una sensibilidad especial y

    distinta que el cristianismo urbano del siglo VI d. C. no podía dar. El

    Islam sí la dio, entre otras cosas porque Mahoma no era un fino

    urbanita, sino un conductor de caravanas por cuyas venas corría

    arena del desierto. Mahoma conocía perfectamente el paño que tenía

    entre las manos que en nada se parecía a las gentes que habían

    poblado el Imperio.

    Muchos han querido buscar la razón de la rápida islamización

    del Norte de África y de la Península Ibérica en la violencia extrema

    y el fanatismo. Aunque la conquista armada arroja puntualmente

    datos incontestables, no es menos cierto que hay factores de mucho

    más peso. Primero las conveniencias socio-económicas de losconquistadores árabes que reactivaron económicamente el

    decadente imperio bizantino. Y además, el peculiar estatuto de

    tolerancia para los pueblos del libro. No hubo persecuciones

    masivas ni masacres violentas por motivos religiosos durante la

    primera expansión del Islam. Y sobre todo, el espíritu beduino que

    triunfó hizo imposible que siguiera desarrollándose la cultura

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    urbana y ciudadanía grecorromana, ya de por sí tocada en los siglos

    finales del Imperio

    La teología política del Islam.

    El arte de gobernar islámico (Siyāsa)39 es el arte de domeñar al

    ser humano; y esto ya nos dice que la política no es tanto un corpus

    doctrinal o una filosofía, como un conjunto de destrezas y de

    habilidades para gobernar conductas y personas (Viguera, 2002:345).

    A esto añadimos que al provenir todo el Poder (incluyendo el poder

    de los gobernantes temporales) de Alá, la política no fue nunca una

    disciplina independiente, sino una parte de la teología y el Derecho.

    A la vez que estos se fueron desarrollando, también lo hizo el

    pensamiento político musulmán, que está repartido por diversa

    literatura: escritos teológicos, jurídicos, morales, históricos y

    filosóficos.

    En el s. VIII y IX el problema principal era justificar la sucesión

    del Califato (primero de los Omeyas y luego de los Abasíes). Y del

    trabajo de los teólogos que hicieron este esfuerzo especulativo iba

    saliendo la cuestión de la administración y las competencias del

    gobierno. En el siglo X aparecerá el kalam  sunní40, que plantea unacierta dimensión racional en la teología (y por ende en la política).

    39 El significado etimológico es de claridad meridiana: arte de domesticar y amaestraranimales, caballos especialmente; y por extensión, política como el arte de refrenar a laanimalidad inherente a los seres humanos (Viguera, 2002:345). 

    40  Aunque la palabra árabe kalâm significa ‘palabra’ o ‘discurso’ y motakallim hacereferencia al que habla, al orador, kalâm designa a la teología y motakallimûm a los teólogos. Lagénesis de este giro la encontramos en el Corán, exactamente en Kalâm Allâh o ‘Palabra deDios’. El kalâm es la escolástica del Islam, y se caracteriza por ser una dialéctica racional pura

    que opera con conceptos teológicos. Los motakallimûm, y entre ellos los motazilitas –los másantiguos-, son teólogos especulativos que operan con elementos religiosos. Tratan de sostenermediante la dialéctica teológica el credo tradicional (Corbin, 1994:105-122).

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    En este tiempo también aparecieron los  falasifa41, Al-Kindi, Al-Farabi

    e Ibn Sina (Avicena), en cuyo teorizar teopolítico resuenan los ecos

    del sincretismo platónico-aristotélico42

    . Todos estos repuntesteóricos llegan en un momento en el que el poder califal ya no goza

    de la omnipotencia pretérita y multitud de gobernantes locales

    (sultanatos generalmente) se suman al control de la Umma. A

    41 El término falâsifa, que es el plural de faylasûf, es la transcripción árabe del griego

    philosophos. Falsafa es la transliteración del término griego, Фιλοσοφία,  philosophía, y pretenderser la continuación, desde precomprensiones islámicas, de la filosofía griega. 42 En su espectacular difusión geográfica, el Islam entró en contacto con otras culturas,

    pensamientos y religiones. Los conocimientos profanos se vieron enriquecidos por la improntapersa e india: la administración, la medicina y las matemáticas. El pensamiento griego influyóen la ciencia y filosofía islámica. El Islam se expandió sobre los territorios conquistados porAlejandro Magno siglos antes y que el Imperio Romano, y luego Bizancio, no modificaronradicalmente. Tuvo contactos con el cristianismo, especialmente monofisita y nestoriano. ElNestorianismo es un movimiento teológico que surge en el s. V, promovido por Nestorio deAlejandría, obispo de Constantinopla. Afirma la doble naturaleza de Jesús, divina y humanapero negando la encarnación. También negaban la divinidad de María. “Derrotados” en elConcilio de Éfeso en el 431 son desterrados del Imperio Romano y declarados como herejía. El

    monofisismo es otra corriente teológica antigua, a partir del siglo V, que defiende una únicanaturaleza divina de Jesús. Rechazado en el Concilio de Calcedonia en 451, queda arraigada enAlejandría. Con el tiempo da lugar a las Iglesias Coptas (egipcia, etíope y eritrea), Armenia ySiriaca. Que llegan hasta la actualidad. Los judíos establecidos en Medina se dedicaban alcomercio y al préstamo. Era un grupo de población amplio pero cerrado y ortodoxo en loreligioso. La entrada a su comunidad estaba prohibida para todo el que no fuera judío. No hayun perfil evangélico ni predicativo en el judaísmo, de convencer a otros para que se conviertan asu fe. Sin embargo, entre el cristianismo nestoriano y monofisita, este perfil, era destacadísimo.Hasta el punto de que ese ansía por la conversión tenía más de reclutamiento que de otra cosa;ese proselitismo exacerbado molestaba a los árabes preislámicos.

    Existen dos vías de difusión del pensamiento antiguo (Guerrero, 2004:42). Una difusa, através de tradiciones orales, y otra vía directa, a través de las traducciones. El culmen de este

    proceso de enriquecimiento y asimilación lo encontramos en el s. IX y X en Bagdad y su Bayt al-hikma o Casa de la Sabiduría, un centro donde los eruditos estudiaban y traducían los textosllegados desde Bizancio.

    El mundo filosófico islámico descubrió en Aristóteles a su auténtico maestro. Sinembargo el primer desarrollo de su filosofía tuvo un marcado sesgo neoplatónico. Esto fue asíporque el Islam se instaló en una época en la que el pensamiento filosófico predominante era elneoplatonismo, que era, a su vez, una construcción sincrética de variados elementos: Plotino,pitagorismo, aristotelismo, estoicismo y elementos herméticos. Cuando los primeros pensadoresislámicos profundizaron en el mismo descubrieron con agrado las muchas afinidades quecompartían: la unicidad de Alá con el Uno plotiniano, la creación de la nada y la emanaciónexplicaba su abismo entre Dios y las criaturas. Actualmente sabemos que Aristóteles no dijonada que siquiera se acercara a la emanación o la unicidad. Una serie de obras que fueron

    imputadas al de Estagira contenían estas teorías: la ‘Teología’, el ‘Libro de la Causas’, ‘Resumensobre el Alma’, ‘Tratado de la manzana’, ‘Secreto de los Secretos’ y la ‘Tabla de las Esmeraldas’.Estas obras contienen todos los elementos que dieron forma a la filosofía del Islam. 

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    gobernado por un soberano que aúne el liderazgo espiritual y la

    sabiduría para mantener el orden, apoyando su autoridad en la ley

    (Shari´a)46

    .La política, reiteramos, era una prolongación de la religión y la

    moral y consistía en el arte de actuar frente a las circunstancias para

    que los asuntos de los hombres, los comunes y los privados, se

    el vestido, el trato a los hijos, a la mujer, a la familia, a los invitados, en el comercio, laenseñanza. Todo tiene que estar legislado para que el creyente sepa a qué atenerse. Alá lo es

    todo y sus designios deben ser llevados a toda la vida del fiel y sumiso creyente. La comunidadsabía ya a qué atenerse, qué hacer, cómo, qué era lo correcto a los ojos de Alá, y qué no lo era.Por poner un ejemplo, una prohibición expresa dirigida al creyente musulmán es la de

    no poder reproducir la imagen plástica de Alá, ni siquiera imaginarla. Representar la imagen dela divinidad es propio del politeísmo y la idolatría, entienden los musulmanes. No puedenhacerse ninguna variante de arte respecto a Dios, ni dibujos o caricaturas, ni pintura, niescultura, ni imaginería, ni videos o películas, tampoco pueden hacerse iconos, alegorías,estereotipos o literatura creativa (caso de Salsman Rusdie). Lo que sí está permitido es escribirsu nombre. En este sentido la caligrafía árabe ha alcanzado cotas de arte, con todomerecimiento. Lo musulmanes pueden, y deben, nombrarlo: los 99 nombres de Alá. El artereligioso musulmán no existe, como sí ocurre en el cristianismo. La forma que tiene el Islam deornamentar sus mezquitas y palacios es mediante figuras geométricas y trigonométricas

    (espirales, ángulos, puntas), animales (los leones de la Alhambra por ejemplo), motivos floralesy vegetales y caligrafías cúficas. 46 “La Sahri’a regula la conciencia del creyente en sus tres niveles: la actividad de la mente (parte

    dogmática), la del corazón (parte moral) y los actos externos dirigidos a Dios, a cada uno y a los demás(culto). Regula todas las relaciones humanas: económicas, políticas, familiares, conyugales. Incluyeasuntos legales y jurisdiccionales, ritos devocionales, teologías, comportamientos morales, normas dehigiene personal y buen comportamiento” (Tamayo, 2009:132). 

    Mahoma no fue ni teólogo ni, mucho menos, jurista. Del mismo modo, el Corán ni es uncódigo civil ni es un código penal. El Profeta es un enviado de Dios y el Libro Sagrado unaconvocatoria religiosa y una propuesta ética. ¿Por qué entonces la centralidad absoluta de la leyen el Islam? De las más de seis mil aleyas que podemos leer en el Corán, unas seiscientas tieneque ver con los deberes religiosos del buen creyente y sólo unas ochenta con cuestiones legales:

    regulación del comercio, del matrimonio, el divorcio y las herencias y las penas a cinco delitos(robo, fornicación, calumnia, bandidaje y homicidio) (Tamayo, 2009:129).Shari’a  deriva del vocablo sharaa  que significa aproximadamente ‘recorrer el sendero

    que te lleva hasta la fuente’ (Tamayo, 2009:131). Para el Corán significa el camino que lleva aDios, un camino que han de recorrer todos los creyentes. Pero con el paso del tiempo terminópor convertirse (o deformarse) en la serie de interpretaciones jurídicas que intentabanresponder a las situaciones históricas cambiantes. Y es que el Islam tuvo un éxito fulgurante,tanto que en muy poco tiempo se pasó de la duna y la arena a los vergeles de Al-Andalus, delos oasis y las caravanas a los suntuosos palacios califales y de las tribus a las grandes dinastías.Con todo ello, tuvieron los fieles que enfrentarse a problemas con los que el Profeta no pudocontar o plantear.

    La Shari’a fue elaborada por los sabios musulmanes que durante los siglos VII al IX

    tuvieron que enfrentarse a estos cambios y nuevas situaciones no contempladas por el Corán.Pasó de ser algo trascendente y que marcaba el espíritu del creyente a la letra histórica quehabía que seguir a pies juntillas. 

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    han de ser las sucesiones de los gobernantes, por herencia dinástica

    o por elección?

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    IMPERIUM CHRISTIANUM

    Empirismo radical teocrático.

    Volvemos a Occidente, retomando la acción por donde la

    habíamos dejado. No hay ya una idea clara del Estado, pero sí del

    poder político, nos explica Barcala (2002:251). Llega un momento en

    que no hay vuelta atrás: nunca más Roma, la restauración del

    Imperio es en todo punto imposible. Con el viejo Imperio se van las

    clásicas ideas políticas, el nuevo status quo trae nuevas formas de

    pensamiento que todavía no son abordadas teóricamente. Las

    teorías y justificaciones van tras los hechos. Es lo que Touchard

    (2008:109) llama empirismo radical, a lo que añade el calificativo de

    teocrático ya que serán los intelectuales cristianos los únicos

    encargados de elaborarlas48. En el período que va desde el siglo V alVIII se ha de recurrir a los escritos oficiales (Cartas especialmente) y

    a los relatos de las hazañas de los grandes hombres de la época, para

    entresacar las escasas ideas políticas que manejaban en estos

    tiempos.

    Efectivamente, no existe una elaboración teórica de la

    concepción del poder que la práctica totalidad de las monarquías

    bárbaras llevan a la práctica. Es en el gobierno de los francos, por

    48 La escasez de brillantez intelectual puede ser una explicación de esto. Oriente no esinvadido por las tribus bárbaras, e irá acogiendo a los intelectuales religiosos más destacados,especialmente alrededor de Justiniano I. Por el contrario, el cristianismo en Occidente quedamaltrecho; y desde Roma, el cristianismo ha de consolidarse de nuevo entre los reinos dereciente creación. Si en Oriente estos intelectuales pueden dedicarse a tareas ‘más elevadas’, en

    Occidente, el cristianismo tiene que vulgarizarse para poder acoger a los bárbaros (Touchard,2008: 108). Hasta el llamado Renacimiento carolingio no vemos en esta parte de Europa unintelectualismo consolidado. 

  • 8/15/2019 Benítez Rubio, Fco. Javier - La Política en La Edad Media y El Renacimiento

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    POLITEIALa Política en la Edad Media y el Renacimiento

    48 

    Fco. Javier Benítez Rubio

    parte de la larga dinastía merovingia49, donde mejor pueden

    comprobarse los cambios. Desaparecida la idea de Estado, el poder

    es concebido como un privilegio del rey para su propio provecho yuso. Es un patrimonio personal e intransferible, que a la muerte del

    monarca ha de ser repartido entre los herederos del finado. La

    concepción del poder real de los merovingios es claramente

    germánica, el señorío o dominatio; y ya no será romana,

    preeminencia o  principatus. Porque el rey, en su reino, es como el

    señor en su casa: el poder real deviene en doméstico y se convierte

    en dueño y señor de todos los súbditos, de toda la servidumbre; se

    le debe obediencia y servicio fiel. E incluso las familias nobles y

    acaudaladas, los leudes, le debían fidelidad y juramento de adhesión

    a su persona, no a la institución. El rey, por su parte, tenía el deber

    de proteger a sus súbditos como el padre y amo que es.

    El Renacimiento Carolingio.

    Con la siguiente gran dinastía franca, la carolingia, estas

    cuestiones no cambian; se añaden importantes elementos, de entre

    los cuales uno sobresaldrá por la trascendencia futura: la asociación

    del imp