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¿Base

de OVNIs, atmósfera

respirable,

gravedad

superior?

LO

QUE

LA

NASA

HA

OGULTADO

SOBRE

LA

GONQUISTA

DE

LA

LUNA

üPor

qué

desde

1972 no

ha

vuelto

el

hombre

a

pi.

sar

la

Luna, a

pesar

del

esfuerzo sin

precedentes

que

en

su

momento se dedicó a

tan titánica

tarea?

Numerosos

investigadores

han tratado de

respon.

der

a

todos los

enigmas que aquella conquista

su-

puso.

Se

ha

especulado

con

a

posibilidad

de

que

nuestro satélite sea

una

nave

espacial extraterres.

tre,

que

tenga

mayor

gravedad

de

la

supuesta,

que

esté

hueco

por

dentro,

que

tenga

una

atmósfera

e,

incluso,

que

nunca hayamos llegado hasta

allí,

vrcENTE

rgRrÁno¡z

DE BoBADTLLA

Muchas teorías

especulan

con

la

posibilidad

de

que

el

hombre

no

haya

sido

la

primera

criatura

en

pisar

la

Luna.

ANO

CERO

/

5

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Luna

para

elevarse

más de dos

metros

Por

lo

tanto caminar

por

la

superficie

del

satélite

le

resultaría

muy

cómodo,

inclu-

so

cargado

con

el

traje

espacial

y

el

equipo

cuyo

peso

ronoarÍa

los

B0

kilos

en

la Tierra,

Pero las

películas

tomadas sobre

la

superficie

lunar no nos muestran

casi

ninguna

de

estas

proezas,

tan sólo

unos

saltitos de demostración

efectuados

por

el astronauta John

Young durante

la mi-

sión del Apolo

XVl.

En

efecto, puede

ver-

se

cómo

se eleva

a

mayor altura

de

la

que

habría

alcanzado

en

nuestro

plane-

ta,

pero

los cálculos de

Brian

no

se

aius-

tan a

la

versión

oficial. Según

indica

"Young

debería

haber

podido

saltar

casi

dos

metros.

si

la

Luna tuviera una

grave-

dad

seis veces

menor

de

la

terrestre,

Pero

en

realidad, apenas se elevó

medio

metro

A

esto

puede

obletarse

que

no

se

estaba

esforzando demasiado

pero,

si

este

fuera

el

caso,

un

esfuerzo similar

en

la

Tierra sin

mochila

y

sin

traje

le hubie-

ra elevado unos

l5

centímetros,

Aquella

era,

probablemente,

la

última

oportuni-

dad de

Young

para

demostrar

que

la

luna tenía una

gravedad

muy baja

aPor

qué

no iba

a

impresionar al

mundo

con

un

gran

salto?"

Brian calcula

que

si

los astronautas

no

podían

saltar

más

de

medio metro,

la

gravedad

lunar

sería,

aproximadamente,

un 50

por

ciento

de la

terrestre.,.,

si trale

y

equipo

pesaran,

en efecto, 80 kilos.

Pero

también duda

de

este

dato

oficial,

',

estima

el

peso

total del equipo en

no

más

de

30

kilos

En

las

pruebas previas

al

vuelo

del

Apolo

Xl,

realizadas, éstas sí,

en

1/6

de

la

gravedad

terrestre,

los

astronautas

de-

clararon

que podían

moverse

cómoda-

mente

con su

carga de 80

kilos,

y

que

se desplazaban sin

problernas

a

gran-

des zancadas

y

saltos

Nada

de

esto

se

vio

en

las

películas

tomadas sobre el sa-

télite.

Todo

estaba

preparado

Pero

hay más, en

el

libro

The

voyages

of Apollo,

de

Richard Lewis,

se

cuenta

cómo los

movimientos

de

los

astronau-

tas

fueron

cuidadosamente

coreografia-

dos

en

la Tierra:

"cada

mov¡miento

fue

planeado,

cronometrado

y grabado.

Prácticamente

todos los movimientos es-

taban

indicados

en el

plan

de

vuelo,

un

libro

tan

grueso

como

una

guía

de

telé-

fonos".

Este

control afectaba también

a

las

conversaciones entre

los

astronautas

y

el

centro

de

control, especialmente

cuando

la

prensa

estaba escuchando

Brian

también

nos recuerda

cómo

en

los

paseos

sobre

la

superficie

lunar,

por

ejemplo el

que

les

llevó

a subir

por

la

la-

dera del

cráter Cone, podía

oirse la

pe-

sada

respiración

de

los

astronautas,

al

8/

AítO

CERO

A

part¡r

de

fo.

tos

de la

NASA,

Fred

Steckling

ha

desarrolla.

do

la

hipótesis

de

que

en

la

Luna

ex¡sten

bases

extra-

terrestres.

tiempo

que

su

corazón

latía

cada

vez

más deprisa.

Todo aquello indicaba

un

esfuerzo

físico sólo

explicable

mediante

la existencia de una

gravedad

más

pe-

sada

que

la

oficial.

Además de

la

existencia

de una

gra-

vedad

tan

sólo

un

30

por

ciento más

oaja

que

ia

terrestre,

Brian

también se

mues-

tra convencido

de

que

la

Luna

tiene

at-

mósfera.

En

tres

de

las misiones tripula-

das al satélite

se

realizaron

pruebas

at-

mosféricas.

z,Para

qué,

se

pregunta

Brian

si sólo

hay

un

vacío

total?

Eso

sin

contar

que

Armstrong describió

la

super-

ficie

lunar

como

"crrbierta

de

polvo";

pero

el

polvo

no

puede

existir

en el

va-

cío,

y

menos en tal cantidad.

"Durante

al-

guna

de

las

misiones

del

Apolo,

ei

polvo

levantado

por

los

pies

de

los

astronau-

tas

tenía una

tendencia

a

dispararse.

Esto

indica la existencia de una

atmós-

fera densa".

Al menos, según

Brian,

lo

bastante

densa como

para

agitar

ligera-

mente

la

bandera

norteamericana colo-

cada

sobre

la superficie

Estas banderas tenían

un

mástil

en

forma

de

escuadra,

para

que

se

mantu-

vieran

desplegadas

en

aquel

ambiente

sin atmósfera.

.La

pelicula

de

la

ceremo-

nia

de

la

bandera

celebrada

en

la misión

del

Apolo X/l

permite

ver

que

la

bande-

ra se

agita

mucho

cuando

los

astronau-

tas

no la están tocando,

e

incluso cuan-

do

están apartados de

ella.

Alfinal

de

la

ceremonia, mientras

uno

de

los

astro-

nautas

se

aleja

de

la

bandera,

esta co-

mienza

a

agitarse visiblemente.

En lo

que

parece

un

intento de ocultar

la

evidencia,

ambos

astronautas tapan

la bandera

de

la visión

de

la cámara",

La existencia

de una

atmósfera

tam-

bién

quedaría

reflejada en

la

brillantez

del cielo

que puede

verse en algunas

de

las

fotografías; esa

luminosidad

no

sería

posible

en un

planeta

sin aire

Esto solo

puede

apreciarse en

algunas de

las imá-

genes;

las

demás,

siempre según

Brian,

habrían

sufrido

una cuidadosa censura

por parte

de

la NASA,

que

las habría

re-

tocado

y

oscurecido

antes de

mostrarlas

al

públlco.

Agua

y

vida

A

Brian

no le

parece

imposrble

que

esta atmósfera

sea

similar, en

muchos

aspectos,

a la

terrestre;

de

hecho

inclu-

so

llega a

sugerir

que

"los

trajes

espa-

ciales

probablemente

se

utrlizaron única-

mente

para

rodar las

películas.

Tras

ter-

minar

la filmación,

los

astronautas

po-

dían

quitarse

trajes

y

equipo,

para

así

continuar

con

su exploración

lunar

y

de-

más actividades,

sin

testrgos".

Y, tenien-

do en cuenta

la

similitud

gravitacional y

atmosférica, así corno el

hecho

de

que

sólo se ha

pisado

una

ínfima

parte

del

satélite,

Brian

tampoco descarta

la

posi-

ble existencia de agua, o

incluso de

for-

mas

de

vida.

En

lo

que

se

refiere

a

los

experimen-

tos secretos,

éstos incluirían

el

uso de

aparatos

de antigravedad,

que

nortea-

mericanos

y

rusos habrían

descubierto

'hace

décadas;

pero

los

ocultan

al

públi-

co

presionados por

los militares

y

las

grandes

industrias

energéticas,

pues

el

descubrimiento

de

la antigravedad

revo-

lucionaría el

mundo

del transporte

y

ha-

ría

caer los

precios

en

picado

Esta hipó-

tesis está basada en la aparente

ausen-

cia

de cohetes

propulsores

en el módu-

lo

lunar.

En

la Luna hay

polvo pero

este

apenas se levanta cuando el

módulo

abandona

la

superficie;

el fuego de

los

cohetes

se

ve muy

brevemente, como

si

fuera un mero efecto especial

que

ocul-

tara

la

presencia

de

aparatos

antigrave-

dad,

etcétera

Hasta

aquí, las teorías convencionales

de

Brian.

El

resto

de

sus

hipótesis

son

áun

más difíciles

de

creer,

como

el

mis-

mo

indica

prudentemente

antes

de co-

>

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-f#

Las

imágenes

superiores

muestran

ertrañas

formas

y

luces

en

las

iotografías

lunares,

que

algunos

han

interpretado

como

OVNIs;

y

un detalle

al

microscopio

de

una

piedra lunar.

A

la izquierda,

el

astronauta

Young

salta

para

demostrar

la

ba¡a

gravedad

del

satélite.

Abaio:

un

inesperado

objeto

luminoso

aparece

en la

película

tomada

desde

el

Apolo

Xl.

¿Y

SI

NUNCA

TUIMOS?

n

:,::?$:,'H;"""i::

U

"ip"rtclones

at

sale-

lite,

quizá

la

que

se

lleve

Ia

Pal-

ma sea

la

desarrollada

Por

Bill

Kaysing,

en su

libro

Nunca

fuí

mos

a la.Luna.

Kaysing

tra de'

tectado las mismas irregulari-

dades

que

Brian en

las

PelÍcu-

ias oficiales

de

las misiones

Apolo;

pero,

sr

Brian

exPlica

esas

irregularidades

Presen-

tando

una

Luna

muy

diferente

a como

nos han dicho

que

es,

Kaysing

tiene

otra teorÍa:

toda

1a

operación

no ha sido

sino

un

inmenso

fiaude,

organizado

Y

filmado

con un

despliegue

de

trucos

y

efectos

esPeciales

digno

de

la

mayor

superpro-

ducción

de George

Lucas,

En realidad,

los

Estados

Uni.

dos estaban

decididos

a

Poner

el

pie

en

la

Luna;

pero

el

acci.

dente

sufrido

por

el

APoloVl

en

1967,

durante

el cual

Perdle-

ron la

vida

los astronautas

Whi-

te,

Grissom

y

Ghaffee,

Ies

mos-

tró

que

carecÍan

de

Ia tecnolo-

gÍa

necesaria

para

su objetivo.

Sin embargo,

estaba

en

juego

eI

prestigio

nacional,

ia

oPortu-

nidad

de

tomarles la

delantera

a

los

soviéticos

y

muchos,

mu-

chos

millones

de

dólares,

Todo

e1Io

provocó

que,

en

vez de

re-

tirarse

de la

carrera

esPacial,

la

NASA montara

una serie

de

operaciones

fraudulentas,

fil-

madas

con decorados

lunares

y

efectos

especiales.

Por

supuesto,

astronautas

Y

técnicos

habrÍan

sido

obliga-

dos

a

guardar

silencio

sobre

toda

Ia

supetcherÍa,

KaYsing

in-

cluso

menciona

ai

insPector

de

Ia compañÍa

contratista

de

ia

NASA,

Thomas

Baron,

que

cul-

a

Ia

agencia

de

las

muertes

de

1os

tres

astronautas

Por

ma-

1os

manejos

y

negligencia.

Ba-

ron

y

su

esposa

murleron

p0c0

después

de un

accidente,

se-

gún

1a versión

oficial.

Precisamente,

existe

una

Pe

\ícria,

Capricornio

Uno

(1978),

que

trata

exactamente

de

este

tema,

aunque

cambiando

el

vuelo

a

la

Luna

Por

uno

a Mar-

te, Ante

la carencia

de

medios

para

desarrollar

una

verdadera

expedición

triPulada

al

Planeta

Rojo,

la

NASA

monta

un

fiaude

idéntico

al

descrito

Por

KaYsing,

con desaparicio¡es

de

testigos

molestos

incluidas.

Al iinal

todo

se

descubre,

pero

c1aro,

la vida

real

no es

Holiy-wood.,.,

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menzar

a

exponerlas,

Habría

que

apun-

tar

que

sus

teorías

sólo

pueden

ser

to-

madas en cuenta

de

forma escalonada.

una

lleva

a la otra

Primero habría

que

creer

que

en

la Luna

hay mayor

grave-

dad

que

la

reconocida oficialmente,

para

a

continuación

creer

que

también

hay at-

mósfera.

Si

analizamos

la

masa

y

el

ro-

lumen

del satélite

veremos

que

las

teo-

rías

convencionales sobre

la

fuerza de

la

gravedad

están

completamente

equivo-

cadas.

Por

ello

se

han podido

desarro-

llar

aparatos

antigravedad,

a

pesar

de

que

la

ciencia convencional

no

lo consi-

dera

posible

,

Y

así sucesivamente

Es

precisamente

ese

método

de

de-

ducciones escalonadas

lo

que permite

a

Brian establecer

el

origen

de

los

miste-

riosos cráteres

de

la

superficie

del

saté-

lite,

algunos de

ellos

gigantescos

Mu-

chos

no son sino el

fondo de los

anti-

guos

mares de

la

Luna,

porque

en otros

tiempos

la

Luna tuvo agua. ¿Y

dónde

fue a

parar,

si

la

atmósfera

no

ha

desa-

parecido?

Sencillamente.

al interior

Por-

que

la Luna

está

hueca, Y,

siguiendo

sus

cálcuios

gravitacionales

basados

en

la

verdadera masa de

la

Luna,

llegamos

a

una

segunda conclusión

la Tierra

está

hueca

igualmente.

El

planeta

Maldek

En

cuanto al origen de

la

Luna, debe-

mos recordar

primero que

la ciencia con-

vencional no ha

podido

explicarlo

clara-

mente,

y

que

numerosos

astrónomos

la

consideran

un

satélite bastante

anormal,

en

forma,

volumen, trayectoria...

Esto,

por

supuesto

dela ei terreno libre

para

todo

trpo

de

especulaciones.

Entre

ellas

que

la

Luna

era anteriormente

el

satélite

de

un

planeta

lla¡-nado

Maldek;

que

Mal-

dek

fue

destruido en una

guerra

entre ci-

vilizaciones

con un

poder

tecnológico

ini-

maginable

para

nosotros,

y que,

a

con-

secuencia

de

aquella destrucción,

la

Luna habría

cambiado su trayectoria

hasta

convertirse

en

nuestro

satélite.

Esta

es

la

explicación

definitiva

que

ofre-

ce

William

L Brian

a

los misterios

e

in-

terrogantes de la

Luna

Ahora

bien

las teorías

de

Brian

inclu-

so

parecen

drscretas

si

las

comparamos

con las

de otros como Don Wilson

Fred

Steckling

y

George

Leonard Wilson,

en

concreto, también defiende la existencia

de una

fuerte

censura

y

manipulación

por

parte

de

la NASA

pero

no

en

mate-

rias

como

la

gravedad

o

la

atmósfera

No;

lo

que

la

NASA habría censurado

se-

rÍa

en

realidad

la existencia de

extra-

tenestres en

nuestro

satélite,

que

no

se-

ría

sino una

gigantesca

base de

OVNIs

desde

la

cual

realizarían

sus

expedicio-

nes a nuestro

planeta.

Eso,

o bien

que

la Luna en sí sería una

gigantesca

nave

espacial fabricada

casi en el alba de

los

fi

/

arlo

cERo

Según

George

Leonard,

la

NASA

impuso

u

n

cód igo

de

silencio

a

los

astronautas

sobre

lo

que

v¡eron

en la

Luna.

tiempos

por

una civilización

mucho

más

avanzada

que

la

nuestra,

que

la

habría

dejado

intencionadamente

en órbita

alre-

dedor de

la Tierra;

la

superficie

muerta

que

muestran las fotografías

sería sólo

una ccrteza artificial,

de

unos

30 kilóme-'

tros de

grosor,

bajo la cual

se

ocultaría

un

gigantesco

mundo

alienÍgena.

Wilson no

ha

tenido reparos en

defen-

der

esta teoría contra viento

y

marea

en

sus dos

libros.

Según

él mismo

ha

de-

clarado,

esta

idea

nació

a

partir

de

un

ar-

tículo de

los

científicos

soviéticos

Mijail

Vasin

y

Alexander

Shcherbákov

¿Es

/a

Luna una creación inteligente?,

publica-

do

en

julio

de

1970

en la revista

Sputnik.

"En

un

principio

me

pareció

increíble

y,

naturalmente,

la

rechacé"

nos

cuenta

Wilson.

"Después

conforme la informa-

ción

cientÍfica de las

expediciones Apo-

lo,

aporlaba

más

y

más

datos

que

res-

paldaban

la

teoría

soviética

me vi forza-

do a

aceptarla."

Wilson

basa

su teoría

en

los numero-

sos

aspectos de

nuestro

satélite sobre

los

cuales los

científicos

no han

llegado

a una

certidumbre absoluta

(como, por

ejemplo,

su origen)

y

en

numerosas

con-

versaciones

"recogidas

en los

archivos

de la NASA"

entre

los

astronautas

y

el

centro de control en la Tierra. Como

las

transmisiones desde el espacio tardan

unos minutcs en llegar a nuestros

oídos,

la

agencia norteamericana habría saca-

do buen

provecho

de esa

pausa

para

cortar

aquellas partes

que

deseaban

mantener ocultas al

gran

público

(Brian

coincide con

Wilson

en

la

existencia

de

esta

censura,

y

también

defiende

la exis-

tencia

de

contactos

extraterrestres),

Un

ejemplo

sería esta

transmisión supuesta-

mente enviada

por

Armstrong

mientras,

acompañado de

Edwin Aldrin,

daba

un

paseo

por

la

superficie

lunar:

ARMSTRONG;

¿Qué

era

eso?

¿Qué

diablos era eso? Eso es todo

lo

que

quie-

ro

saber.

CONTROL: aQué

hay

allí?

(estática)

Control de Ia Misión

llamando

al

Apo-

lo X|...

APOLO

Xl,

Esas

cosas

eran

grandes,

señor.,. Enormes...

iOh

Dios

mí0,

no se

lo

creeríal

Le

aseguro

que

hay

otra

nave

espacial aquí..

,

estacionada en el

extre-

mo más alelado del borde del

cráter...,

están en

la Luna,

observándonos,..

De las

conversaciones censuradas

re-

cogidas

por

Wrlson, ésta es

la

más

es-

pectacular,

digna de

la mismÍsima

Guerra

de

los

mundos, de

H

G

Wells

Pero

asegura

que

además se

produleron

numerosos avistamientos de

OVNIs

du-

rante

todas

y

cada

una

de

las misiones

tripuladas

al

satélite

Los

astronautas

ha-

brían sido

informados,

a su

regreso

a

la

Tierra,

de

que

todo lo

que

habían visto

estaba clasificado como

alto

secreto,

y'

obligados a

mentir ante

la

prensa.

Extraños

fenómenos

Pero Wilson

no

basa

su

teoría úntca-

mente en transmisiones

rescatadas de

la

censura

gubernamental;

sus

libros reco-

gen

una considerable

cantidad de obser-

vaciones astronómicas

que

detectaron

"extraños fenómenos" en

la

superficie

lu-

nar, como

luces

que

aparecían

y

desa-

parecían,

estructuras

gigantescas

que

en

observaciones

anteriores

no estaban

allí..,

indicios,

en

suma,

de

que

algo

se

mueve

en el

satélite.

George

Leonard también está conven-

cido

de

que

algo

se

mueve:

concreta-

mente, toda una urbanización

alienígena

construyendoedificios

cúpulas

puentes

y

complejas

maquinarias. Por supuesto,

los

gobiernos

norteamericano

y

soviético

tenían conocimiento de

la

existencia de

esta civilización,

y

enviaron

las misiones

Apolo

para averiguar

qué

estaban

ha-

ciendo.

Descubrieron

todo iipo de

arte-

>

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ffi

fi

fi#*ry

ffiI

*rqqmF

-#

A

la izquierda,

varias de

la totos

examinadas

por

Fred

Steckling:

algunos

cráteres

son

de forma

tan

regular

que

podrían

ser

aritificiales.

También

pueden

obseruarse

unas

curiosas luces

que

parecen

volar

sobre

la

superÍicie.

En la

imagen

inferior,

el

jepp

lunar,

cuyo

diseño,

según

algunos,

no lue

pensado

para

una

superlicie

de

baja

gravedad.

.S

i']:lrl;.l

".81:-

.

:'i::il:

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eño ctno

¡

tt

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factos

extrañ'rs;

tan

extraños,

de

hecho,

que

no lograron averiguar

el

motivo

de

su

existencia.

Finalmente,

abandonaron

los viajes tripulados

Al igual

que

Wilson

Leonard

habla

de

"un

científico

de

la NASA

que

ha

queri-

do

conservar

el

anonimato"

como

su

principal

fuente

de información.

Y,

tam-

bién al

igual

que

Wilson,

presenta

como

pruebas

fotografÍas aéreas

de

la

Luna

donde

pueden

apreciarse

enormes

es-

tructuras artificiales:

un

coniunto

de

rue-

das

de

engianaies,

la

mayor de

las

cua-

les

tiene

un

diámetro

de 8

kilómetros,

un

generador,

una

región

artificial

cubierta

en el

cráter

Tycho

y

una

media

docena

de OVNIs

entre otras

cosas.

Examinado

con

lupa

Justo

es

reconocer

que

las supuestas

estructuras

detectadas

por

Wilson

y

Leo-

nard

apenas

parecen

poco

más

que

un

lunar

en

las

fotografías. Lelos

de

lamen-

tar

que

no sea

posible

una

mayor

clari-

dad

ambos

autores

sostienen

que

te-

niendo

en

cuenta

la distancia

a

la

que

fueron hechas

las

fotos, esos

/unares

son en

realioad

enormes

moles

de

va-

rios

kilómetros

de

extensión

y que

para

poder

apreciarlas,

es

conveniente

estu-

diar cada

foto

con

una

potente

Iupa,

du-

rante

todo el

tiempo

que

haga

falta.

A

esto sus

detractores

han

obietado

que

el

ojo

humano

,,tiende

a

simplificar

los

de-

ialles

en el

límite

de

la

visión

y

a buscar

aspectos

familiares

en

la

confusió¡",

por

lo

que

después

de una

hora

de

exami-

nar un

lunar con una

lupa,

sobre

todo si

ex ste una

pequeña

autosugestión

es

posible

ver

no

yaconstrucciones

artificia-

les, sino

a

Kim

Basinger en

bikini.

En ninguna

de sus

fotografías

apare-

ce una

imagen definida

y

lo

más

proba-

ble

es

que

estas estructuras

artificiales

no sean

sino enormes

formaciones

roco-

sas,

que

parecen

tener

una

forma más

lisa

-como

prefabricada-

vistas

desde

gran

altura.

Es el

mismo

fenómeno

que

se

produjo

con

la

"cara

de

Marte":

unas

formaciones

rocosas

que, por

efecto de

las luces

y

sombras,

dan

la impresión

de

ser

la escultura

gigantesca

de

un

rostro

humano...

Fred Steckling

es

otro de

los conven-

cidos

Ce

la

existencia

de

vida

tnteligente

en

el satélite

asícomo

de una

atmósfe-

ra,

vegetación e

incluso

agua.

En su

li-

bro

Descubrimos

bases

extraterrestres

en

la

Luna

expone

todas

estas teorías,

pero

lo más sorprendente

es

que

afirma

haberlas desarrollado

a

partir

de

las

fo-

tografías

tomadas

por

los

satélites

y

las

naves

Apolo, e

incluso

llega a

agradecer

a

la

NASA

que

le

haya

facilitado

el ma-

terial

Muy educado

él

dice

en

la

intro-

ducción

de su

libro:

"Mis

intenciones

no

son

insultar

la

inteligencia

del

pÚblico

ni

12/AÑO CERO

El

ingen¡ero

W¡¡liam

L.

Brian

ha

reuni-

do

evidencias

que

demostra-

rían

que

la

Luna

soporta

una

gravedad

mayof

que

la

anunciada

pof

la NASA.

MN§SI\IGAT§;

frEaM{hr¡ úrú+,

a

la

NASA,

de

la

cual

obtuve

fotografÍas,

catálogos

del

proyecto

Apolo,

y

micro-

films.

Todo el

material

fotográfico

que

aparece

en

este

libro está a

la

disposi-

ción

del

público.

No hay en sus

páginas'

nada

que

haya

sido

calificado

Top

Se-

creñ,.

Como

puede

verse,

toda una

de-

claración

de

buenas

intenciones,

que

contrastaba

con

las criticas de

William

L

Brian,

el

cual

ha denunciado

desapara-

ciones

de

fotografías

e intentos de ocul-

tación

de

material

por

parte

de

la

Agen-

cia

Espacial

Norteamericana.

Pero,

si

las

fotografías donde

Steck-

ling

declara

haber

visto nÍtidamente

nu'

bes,

edificios

y

vegetación

han estado

durante

años

a

la

vista

del

pÚblico,

icómo

es

que

nadie

se ha

dado

cuenta

antes?

En

opinión

del

autor,

esto se ha

debido

al

viejo dicho

de

que

.los

árbo-

les

no dejan

ver el bosque":

"Cualquier

cosa

que

no nos

resulte

familiar

es difícil

identificar

Por

lo

tanto,

hemos

pasado

por

alto

muchos objetos

artificiales

que

hay

sobre

la superficie

lunar, Las ideas

preconcebidas

y

teorías tradicionales

que

nos

han inculcado

han

contribuido

materialmente a estos

fallos Vemos

algo,

pero

como

se supone

que

no está

ahí,

simplemente

no creemos

que

exis-

La».

.Quizá

por

eso,

en un

número

muy

elevado de

publicacionés

han aparecido

muchas fotografías

de'la

Luna

que

muestran una fuerte evidencia de

vida,

no

sólo

vida

primitiva

como

musgo

y

lí-

quenes,

sino también

arbustos

y

árboles,

hierba e incluso

instalaciones

artificiales.

Ya

que

muchos

de

nosotros

no

Pode-

mos

identificar

lo

que

hay

en

esas

fotos,

y ya

que

muchos

científicos

de

renom-

bre

no

se

atreven a

hacerlo

por

miedo a

poner

en

peligro

su

posición,

esas

fotos

están completamente

olvidadas

hoy

día".

Las

fotografías

lunares de

Steckling

no

se

diferencian

mucho de

las

presentadas

por

Wilson

y

Leonard:

promontorios,

for-

mas circulares

y

líneas

imprecrsas.

Sí es

cierto

que

hay algunas

un

poco

más

ní-

tidas, en

las cuales,

por

ejemplo

se

aprecian

unos cráteres

con

forma espe-

cialmente

regular, demasiado

perfectos

(según

Steckling,

son entradas

de

han-

gares

subterráneos).

Pero el autor

no

nos

informa de

la distancia

a la

que

se

tomaron dichas

fotos, obviando

que

lo

que

puede parecer

un

pulido

objeto

arti-

ficial visto a

dos

kilómetros de dlstancia,

muchas veces se

revelará

como una

ru-

gosa

formación

natural si

se

la

mira

más

de

cerca.

Lo mismo

puede

decirse

de

las

imágenes en color, cuyas manchas

ver-

des

y

ocres

identifica Steckling

sin repa-

ros

como

vegetación,

de

las

extensiones

oscuras

que

para

él son

sin atisbo

de

duda,

iagos,

y

de

las

supuestas

nubes,

Los signos encontrados

por

Steckling

en

la Luna

no son

tampoco

especialmen-

te

fiables.

Las

formaciones

naturales, es-

pecralmente

en fotografías

de una cali-

dad

tan ba1a,

pueden

parecér

cualquier

cosa.

En

todo caso,

resulta

algo

dificil

de

creer

que

los alienígenas

instalados

en

el

satélite compartan

nuestro

alfabeto,

porque

muchos de

los

símbolos

hallados

por Steckling son gigantescas

letras

gra-

badas

sobre

la superficie

lunar.

Comité

extraterrestre

de bienvenida

Mayor

interés

tienen

las

declaraciones

de dos

de

los

cientÍficos

que participa-

ron en

el

proyecto

Apolo: al

menos,

ha-

cen surgir

la duda

de si

se trata

de

re-

pentinos

casos de

locura, de una

bús-

queda

de

publicidad,

o

simplemente

de

las únicas personas que se han atrevido

a

decir

la

verdad.

lVaurice Chatelain,

que

estuvo

a cargo

del equipo

de comunica-

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ciones

del

Apolo,

incluidas

las

transmi-

siones

de

voz

y

telemétrica

entre

la

Tierra

y

la

Luna,

declaró

que

"todas

las

naves

Apoloy

Geminifueron

seguidas

por

ve-

hículos

espaciales

que

no

pertenecen

a

este

planeta,

y,

que

los astronautas

del

Apolo

Xl no sólo

escucharon

ruidos

ex-

traños

en

la

radto

cuando

se acercaban

a

la

Luna,

sino

que

se

encontraron

con

un

comité

de bienvenida:

dos OVNIs

contemplando

su

primer

alunizaje

Se-

gún

Fred Bell,

otro

científico

que

trabajó

para

la

NASA,

"los

astronautas

han

guar-

dado

silencio

sobre

sus

encuentros

con

OVNIs

porque

están

entrenados

para

creer

que

es

una cuestión

de seguridad

nacional",

El doctor

Bell aseguró

haber

visto

fotografías

de

OVNls

tomadas

por

los astronautas.

Steckling

también

tiene

una explica-

ción

para

la

censura

ejercida

por

la

NASA sobre

estas

experiencias:

.Mu-

chos

cientíÍicos

quedaron

desilusiona-

dos

por

la

interrupción

del

prograrna

Apolo,

que

finalizó

bruscamente

tras el

vuelo

del Apolo XVll Había

muchas más

cosas

que

necesitaban ser

investigadas

en

la

Luna,

y

muchas

preguntas

y

miste-

rios

que

debían

ser

resueltos,

Hay

otras

personas,

como

yo, que

estudiaron

una

gran

cantidad de

las

fotografías

de

la

NASA

y

llegaron

a

la

conclusión

innega-

ble

de

que

encontramos

demasiadas

co-

sas

allí

Esa

es

la razón

por

la

que

lo

de-

jamos

tan

de

repente".

Nuevas

fuentes

de energía

Claro

que

este autor

opina

que

no lo

delamos

del todo:

"Creo

que

nuestro

programa

de exploración

lunar ha

conti-

nuado,

pero

bajo el

más estricto

secre-

to.

Hemos seguido explorando

la Luna,

con

vehículos

propulsados

por

electro-

magnetismo,

no muy

diferentes de aque-

llos

que

han venido a

visitarnos

desde

otros

mundos".

Una

teorÍa

muy similar

a

>

PERO

¿IIAY

ATGUIEN

AHÍ?

n

ETAI{DO

aparte,a

posrbilidad

Ll

l:.t¿:,li

:its,t?,it"'#

taformas

de

lanzamiento,

o

una

nave

espacial

de

proporciones ciclópeas, sí

es

cierto

que

el

satélite

ha sido

esce

nario de numerosos avrstamientos

inex-

plicables.

Y

no es un

fenómeno

reciente:

Ya

en

18?9,

Ia

Real Socredad

Astronómica

Bri-

tanica

solicitó

que

Ie

notrficaran

todas

las

vrsualizaciones

anómalas

que

se

realizasen

sobre

Ia superficie

de

la

Luna.

Dos

años

después,

tuvieron

que

revocar

su

petición,

debido

al

exceso

de

origtnales:

unos

dos

mil

inJormes

re

cibidos.

De hecho,

buena

Parte

de

los

avrstamientos

se

reallzaron

entre

las

décadas

finales

del siglo

xx

y

1a

pn-

mera

mitad

dei

presente

sigio,

Y,

para

muestra,

unos

cuantos

botonesl

7 de

noviembre

de

1820:

vuios ob

jetos extranos

se

mueven en lÍnea rec-

ta,

en

las

proximidades

de

la

Luna,

4 de

mayo

de

18661

una

serie

de

puntos luminosos

se

mueven

Y

cam-

bran de

color

en ei cráter

Linneo.

1866: u¡

punto

brillante

como

una

es-

trella

aparece

en

el cráter

fuistarco,

7

de

agosto

de

1869:

fenÓmeno

siml-

lar al

de

1820,

éste

obsewado

Por

as-

trónomos

estadounidenses

y

europeos,

26

de novtembre

de

1910:

una

forma

imprecisa,

como

un

formidable

cohete,

abandona

la

superficie

lunar,

1947:

más

pu:rtos

brillantes

en las

la-

deras

orlentales

del cráter

futstarco.

29

de

octubre

de

1963:

dos

EuPos

de

objetos

muy brillantes

al norte

dei

cráter

Herodoto,

El

27

de

novrembre

del

mismo

añ0,

las

luces se

desplazan

hacia

Ia

orilla

meridional

de

fuistarco,

donde

se

apiñan

en

formación

oval,

Y

podÍamos

seguir

asÍ hasta

lienar

todas

las

págr::as

de

este

número

de

Aio Cero.

Esto

no

es

más

que

tuta

muestra,

la

diml:uta

Punta

de un

ice

berg

que

tiene

más

de un

siglo de ens-

tencia,

y

que

ha contu:uado

creciendo

hasta

comprender

ctentos

de ejemplos

y

conseguir

que

ia

ciencra

defina

es-

tos

avistamientos

con

un nombre

pro

pio;

TLP

(TYansient

Lunar

Phenomena

o

fenómenos lunares transitorios).

Se

poüá

objetu

a

esta Iista

intermi-

nable

que

los

telescopios

del

siglo

pa-

sado

no tenÍan

la

precisiÓn

de los ac-

tuales;

pero

eso

no

resuelve

el

miste

rio

de

los numerosos

avistamientos

re

crentes.

También

pueden

explicarse

como

fenómenos

atmosféricos,

reflejos

de la

iuz

solar,

etcétera.

hobablemen-

te

eso

sea

Ia explicaciÓn

idÓnea

para

unos

cua¡tos;

pero

de

nLngún

modo

una

ca¡tidad

tan

ingente,

Organismos

de

investigaciÓn

tan

prestigiosos como

la

norteamericana

Smithsoman

Institution

tampoco

1o

ven

asÍl

hasta

el

punto

de que

han creado

departamentos

dedicados

a

estudiar

el

misterio

de

los TLP,

A

la izquierda,

otro

objeto

luminoso

sobrevuela

la

superficie

lunar.

Bajo

estas

líneas,

los

astronautas

exploran

ésta

con

el

jeep

lunar:

¿Realmente

descubrieron

naves

alienígenas

y

lueron obligados

por

sus

suoeriores

a

giardar

sitencio?

§

,

'.,'}

.

.-§.

O

¡ito ctno/

fi

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La

NASA

pudo

haber trucado

las

fotografías,

oscureciendo

el cielo

para

dar

la

impresión

de un

mundo

sin atmósfera.

la

desarrollada

por

Brian,

segun

la

cual

Estados

Unidos

y

la

antigua

URSS

ha-

brÍan conseguido crear

nuevas

fuentes

de

energía

y

mantenerlas

ocultas al

pú-

blico,

utiiizándolas

sólo

para

la

explora-

ción

espacial

¿Y

de

dónde

habría

surgido

este co-

nocimiento?

Sencillament:

lo habríamos

conseguido

a

partir

de

los restos

de OV-

Nls

que

se

habrían

estrellado contra

nuestro

planeta

A

Steckling nc le cabe

duda de que esto es

así

y de que .nos

hemos

unido a los seres de

otros mun-

dos

que

hay

en

la Luna,

para

construir

bases

y

dirigir

experimentos".

Venimos

en son

de

paz para

toda

la

humanidad

Lo

que pierde

a muchas de

las teorías

de Steckling es

Ia

excesiva

sirrrpliciclao

con

que

las

desarrolla

y

con

que

presen-

ta sus

razonamientos

El libro abunda

en

expresiones

como

"e

s obvio,

enton-

ces.

.", "está claro, por

lo tanto, que.

."

que

muestran explicaciones claras

para

la

mente del autor,

pero por

el

procedi-

miento

de

no admitir ningún tipo de ob-

leciones

El

optimismo

imbatible

de

Steckling sobre

los

beneficios

que

po-

drían derivarse

para

la humanidad

de

la

exploración espacial

y

del

intercarnbio

cultural

y

tecnológico

con seres

extra-

terrestres,

le

lleva

a

hacer entusiastas de-

ducciones

que

rayan

en

ocasiones

lo

in-

fantil

Por

ejemplo considera

una

prue-

ba

fehaciente de

que

en

la Luna hay

vida

alienÍgena

la

placa que

dejaron sobre

su

superficie

los

astronautas del

Apolo

Xl.

"Aquí

el

hombre

del

planeta

Tierra

puso

pie

en

la Luna

por

primera

vez,

julio,

14

/

Árlo CERO

1969.

Venimos en

son de

paz

para

toda

la humarridad"

¿Por

qué

se

iba

a colo-

car esa

placa

en un

planeta

vacío? La

respuesta de Steckling es contundente

iPorque

sabían

que

habría

alguien

para

leerlel

Que

se

sepa,

también hay

una

placa

en la cumbre

del Everest,

y quie-

nes

lo conquistaron

no la

dejarón

allí

para que

los

yetis

estuvieran bien

infor-

mados de la

hazaña.

Como

puede verse, tenemos

todo

un

rosario

de

teorías,

con solo un denomt-

nador

común:

la

NASA

-y,

por

tanto, el

Gobierno

estadounidense-

ha

ocultado

buena

parte

de

la

información

que

ha

ob-

tenido sobre

la

Luna

y

sobre los

experi-

mentos

realizados en su

superficie

A

partir

de ese

denominador

común,

se

disparan

las especulaciones..,

y

las

con-

tradicciones

Steckling

sostiene

que

la

NASA no

puso

ningún

tipo de

reparo

a

que

investigara en su

material

y

que

las

imágenes

no

fueron retocadas.

Pero

Brian habla de desaparición

de fotogra-

fías, censura

y

numerosos apaños

he-

chos

por

la

Agencia

Steckling

cree

que

en

la Luna hay

vida

pero

no

tiene

nada

de objetar

a

las

versiones oficiales

sobre

éSe

atreveria

a

hacer

público

su descubri.

miento

un

go.

bierno

que

hu.

biera

estable.

cido contacto

con

seres

€x.

traterrestres?

su atmósfera

y

su

gravedad

Brian, en

cambio

está

convencido

de

que

la

NASA

ha mentido sobre ambos

temas.

lncluso

difieren

sobre la versión

oficial:

según

Brian, la NASA

dice

que

en la

Luna no hay atmósfera

y

según

Steck-

ling

la

NASA dice

que

la hay,

pero

muy tenue. Wilson

y

Leonard,

por

su

par

te,

no

dicen

nada,

porque

están dema-

siado

ocupados

mirando fotografías.

Y

así, hasta

el

infinito.

óEstá

equivocada

la

ciencia?

Algunos teóricos

de

la Luna, como

el

mismo

Brian,

juegan

la

carta de

sostener

que

la ciencia tradicional

está equivoca-

da;

por

lo

tanto, a

la

ciencia

tradicional

le

es

muy

difícil

desmenttr

sus teorías

apoyándose

en

la razón. Además,

lleva-

mos

unos

20

años

sin

volver

al

satélite,

y

no

parece probable

que

lo

vayamos

a

hacer

en

un

futuro

próximo,

pues

lils

agencias espaciales centran

hoy

su

inie-

rés en la

puesta

en órbita

de

satélites,

y

en la creación de

laboratorios

orbitales,

como ciudades

espaciales en

miniatura.

Así

que

si

la Luna tiene inquilinos, estos

gozarán

de

la

más completa

tranquilidad

durante

bastante tiempo.

Pero

siempre

queda

una

inquietante

y

razonable

duda.

la

de

que

todos

estos

teóricos

puedan

tener

razón,

si no

del

todo, al menos

en

parte;

que,

efectiva-

mente,

parte

de

la información

sobre la

Luna

haya

sido clasificada

como alto se-

creto; que se

hayan

producido

encuen-

tro con OVNIs

tomando el término

en

su

sentido

literal

(obleto

volante

no

identifi-

cado),

y

que

se

hayan

censurado, ani'e

la misnra imposibilidad

de

la

NASA

para

darles

una

explicación

coherente;

o

que

se

hayan llevado a

cabo

reveladores

ex-

perimentos

en el espacio

de

los

cuales

nunca hemos tenido

noticia.

Y

podría-

mos seguir con

las

preguntas:

un

gobier-

no

que

hubiera establecido

un

posible

'contacto

con seres

extraterrestres, óse

atrevería

a

hacer

público

su

descubri-

miento?

Desgraciadamente,

si hay

algo

de ver-

dad

en estas teorías,

no

tendremos

ma-

nera

de

saberlo. Si

hubiera

nuevas

mi-

siones

al satélite, es

de suponer

que

se-

rían

censuradas

al

igual

que

lo

fueron

las

anteriores

Si

ningún

miembro

del

proyecto

Apolo

ha

contado

una

versión

distinta

de

la oficial en

los últimos

veinte

años,

no hay muchas

probabilidades

de

que

vaya a

hacerlo ahora

Todo lo

que

sepamos del

satélite será

lo

que

la NASA

nos

quiera

contar.

Pero

nos

queda

el

consuelo de

mirarla cuando

está

llena

y

resplandeciente en

el

firmamento,

y

pen-

sar si en

ese momento no

habrá

también

algún

selenita observando

nuestro

pla-

neta azul.

Q

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Arc@MO

Dlroctor Enrique de Vicente.

Dlrector adrulor

Salvador

Hernáez.

Rodaslor

lefea

José

León Cano. Redaeió¡:

Yolanda

Bejarano.

§eGeiarla

ds

X,edacslón: Inés Cerezo.

DLeclor de

trlo:

Tito Carazo.

Dlreclor

de

p ¡l¡cl.la&

José

Luis

Calvo.

Plbllcldad M¡dtldi

Montse Cumia,

Potógtafo :

Enrique

Ba1ili, Carlos Bullejos,

Oscil

Burriel, Daniel Font,

Paco

Higuera, Kim Pedrós.

Dibtriütolr

Prancisco L, Frontán,

¡¡gel

Navas,

J,

M.

Ponce.

Colabor¡dces:

A.lejandro

Agostinelli,

Rafael A.lacón,

Miguel

Blanco,

Manuel

Carballal,

Gabriel

Carrión, Rafael Casiles,

Sebastián D'fubó, Hilary

Evans,

Miguel G.

Aracil, Angeles G.

Estalayo,

Jesús

Parcfa,

Francisco

Oaülán,

Marysol González

Sterling,

Miguel

Guallar,

Josep

Ouijarro,

Abelardo Hemández,

Isabela

He¡¡anz,

Guillermo

Hefiera,

Thamara Hotmaechea,

Antonio Huneeus,

Rafael Lavilla,

Francisco López-Seivane,

Lnis

Maggi,

José

Antonio

Mayo, Piotr

Melnikov,

Vicente Moros,

Ramos

Perera,

Luis

Raciotrero,

A¡tonio

Ribera, fuiel

Rosales,

Javier

Ruiz,

Alejandro

Sacristán,

Miguel

Seguf,

Javier

Sierra,

v42.

fotconpodcióE

Texcom,

S, A,

C/

San Romualdo, 26. 2803?

Mad¡id, f

oton*á¡lce

Duüal.

C/ Alfonso

Gómez, 42, 4"

planta,

28037

Madrid, h¡rlne:

Rivadeneyra,

Cuesta

de San

Vicente,28,

Madrid,

l,edacclón,

pu.b¡lcldad y

rúGlpcio il:

C/ Miguel

Yuste,

26. 28037 Madrid. Tel

(91)

304 55

42. Fax;

(91)

321 2402.

MffiW§ffie

§rh{l§-r\

Eütar

América lbérica.

Pror¡delter

Germán §ánchez

Ruipérez.

Prer¡dente

Eromdrcr

Gustavo

González

Lewis,

Conmlao

Delegado:

Javier

Mañas Rueda,

Dlreclor

Gsrente:

Carlos González

Galán.

Dlreslora

Ed¡torial:

Sand¡a

del

Rfo

de

Ofúzil,

Dlreqlor

de

dLtrlb¡clóE

A.]fonso

Estalrich.

Dlractor

de MüLeihgt

Alfonso

Acebal,

D¡tsctda

M¡cció¡:

Guadalupe

GisbeÍ,

Rosa Marfa

Martfnez

(Ayudante), DLestor

do

sulsripc¡omli

Rafael

Caballero.

DtlHbqctónl

Gesdisa. C/

Miguel

Yuste,

26.

Madrid.

Tel,

(9I)

304

1345.

Depósito

Legal:

M-27 522'199

l.

Preclo

Canarias,

Ceuta

y

Melillal

290

ptas.

incluida sobre

tasa

aérea,

xÑo

fir.

N."

22

Solicitado

control

de

OJ,D,

«Reseryados lodos

los

derechos.

De

conJormidad con

lo

dispuesto

e¡ e1 ilt.534bis

del

Código

Penai vigente,

podrán

ser

castigados

con

penas

de multa

y

priYaciótr

de libertad

quienes

rep¡odujeran

o

plagiaren,

en

todo

o

en

parte,

ua obra

literaria, artfstica

o

cientffica

fijada

en

cualquier tipo

de

soporte sin Ia

preceptiva

autorización.»

4

Aiedrez

planetario

Lo

que

la Nasa

ha

oculiado

sobre

la

Luna

l6

Tradiciones

sagradas

El esoterismo de

los cuentos

de

hadas

24

Claves del Año Cero

Úhimos

descubr¡mientos

bíblicos

la

rabia, origen del

vampifismo

üescifrada

la

escritura

maya

35

iQuó caeualidadl

36

Ecología

l¡ hipótesis

Gaia

43

Marüllo de

hereFs

El

doble

44

ClYllizaciones

deeaparecidas

Gigantes

en

España

50

Fmntera3 dc Ia c¡encla

fl

terc¿r

oio

58

La Caia de

Pandora

Eltaohmo

:

'

Willlerñ

C¡ookes

"

i

ocutros

RANSGREDIR

las fionteras

del

conocimiento

es

parte

esencial

del espiitu

que

anima

a

nuestra

publicación, Y si

hay un denominador

común

en

los

temas

que

conforman este número

seía

precisamente

el

intento de desveiar los saberes

ocul-

tos.

Saberes de Ios

que

aquÍ recogemos

y

actualizamos

algunos

fiagmentos, en los artfculos sobre

las

claves

para

dominar el

pensamiento

o

sobre

las técnicas

para

provocar

apailciones

en

un espejo. La sabidurfa

tradi-

cional

e inciática

que

ocultan

los

cuentos

de

hadas

y

de

Ia

que,

a su

manera,

fueron depositarios Ios templa-

rios,

La cabeza

sagrada

a

Ia

que

se supone adoraban

éstos

que,

junto

a

Ios restos

de

gigantes

en

Espaffa

y

a

las dos arcas

bÍblicas

que parecen

haber

sido

loca-

lizadas en

el

monte

fuarat

y

en

EtiopÍa, forman

parte

de esa historia oculta

de

la

que

regularmente

nos

ocu-

pamos

en

nuestras páginas, Historia

ignorada que

tie

ne

su continuaciÓn en episodios contemporáneos

como

los hechos

que puede

habernos ocultado la

NASA

so

bre

1a

conquista

de la

Luna.

Todos

ellos

son hipótesis

habitualmente

ignoradas o

menospreciadas

por

el sa-

ber

oficializado, como ocure

con los

descubrimientos

cientÍficos sobre el

presunto

tercer ojo o con

la reve

Iucionaria

hipótesis

que

presenta

a

nuestro

planeta

como un auténtico ser

vivo... Para

eso

estamos aquÍ,

para

ayudar

a

que

las

posibilidades

y

los saberes ocul-

tos

empiecen

a

dejar de

serIo.

usIoI[Es

EN

Er

ESPEIO

Raymond Moody describe,

en

exclusiva

para

Año.Cero,

sus

experiencias con

espejos

en los

que

aparecen

imágenes

de

difuntos,

utilizando

una sencilla

técnica

que

pone

al alcance

de todos

nuestros

lectores.

66

BAPHOMET,

I"E

C^EBEZA

SAGRtrDA

DE

TOS

TEMPI"ARIOS

En muchas

cultwas

y

religiones

se

adora

el sfmbolo sagrado

de

Ia

cabeza bifaz

o trifaz,

que

los

templarios

denominaban

Baphomet

y

aI¡ededor de

la

cual

se

tejió

una

fascinante leyenda.

E

E

_u

É

U

ENRIOUEIDE VICENTE

60

r6

ET ESOTERISMO

DE TOS

CUENTOS

DE

IIADAS

Además

de

su función

lúdica

y

didáctica,

los cuentos

de

hadas

poseen

un

profundo

contenido

esotérico,

psicológico

y

simbólico.

ANO

CERO

/

3

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