Barrios y lugares de la zona norte

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Prensa Libre SEMANARIO PERIÓDICO INDEPENDIENTE DE LA ZONA NORTE AGOST GOST GOST GOST GOSTO DE 2011 O DE 2011 O DE 2011 O DE 2011 O DE 2011 R e l a t o s y s u e ñ o s R e l a t o s y s u e ñ o s Barrios y lugares de la zona norte Barrios y lugares de la zona norte

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Revista Barrios y lugares de la zona norte

Transcript of Barrios y lugares de la zona norte

Page 1: Barrios y lugares de la zona norte

1Barrios e historias

Prensa LibreSEMANARIO

PERIÓDICO INDEPENDIENTE DE LA ZONA NORTE

AAAAAGOSTGOSTGOSTGOSTGOSTO DE 2011O DE 2011O DE 2011O DE 2011O DE 2011

Relatos

y

sueños

Relatos

y

sueños

Barriosy lugaresde lazona norte

Barriosy lugaresde lazona norte

Page 2: Barrios y lugares de la zona norte

2 Barrios e historias

Page 3: Barrios y lugares de la zona norte

3Barrios e historias

Director y colaboradores

Roberto Brey, Sandra Salvatori, Norberto Farías, Ana Lauro,María Fumasoni, Graciela Rodríguez, Gustavo Camps, Miguel

Ángel Lafuente, Mónica Liliana Pastorini, Carina Álvarez,Claudia Iazzetta, Francisco Vázquez, Ariel Bernasconi.

Prensa Libre Ediciones SRLDebenedetti 602, 2º Piso Local 22-23, (1636) La Lucila

Tel./Fax: 4794-4702 (líneas rotativas)E-mail: [email protected]

[email protected]ágina Web: www.sprensalibre.com.ar

4 • Laprimeralecheríahistoria de barrios

7 • ELOMBÚ DELA CASA DE LOSPILARES

8 • Los Abriataen Villa Adelina

12 •Los BuroneRissoUn siglo y

medio en San Fernando

sobre los rieles de lazona

20 • Los juegos de lainfancia

24 • Lu-gares: la

laguna de los pa-tos

26 • El primer maestrode Boulogne.28 • LaTorre deAder.

30 • La plaza deMartínez.

32 • La música enlos barrios.34 • Un in-

migrante en San Isidro37 • Tecnópolis

hoja de rutaEste ejemplar está dedicado a los barrios, con sus

historias, viejas y nuevas, y con sus personajes

característicos, llamativos o curiosos.

De alguna manera, es el afán de Prensa Libre llevar

hasta sus lectores lo que ocurre en los ámbitos que tienen

que ver con su vida diaria, con el lugar de sus padres y

abuelos, o de sus hijos. Claro que muchos se mudan con

frecuencia. Tal vez para ellos no haya un lugar preferencial

o que lo remitan a una realidad añorada o particular, que

de alguna manera los conmueva. Pero aunque unos y

otros se acostumbren al lugar en que viven con más o

menos fuerza, todos comprenden al fin que la patria

también es un pequeño sitio ubicado en un particular

lugar en el mundo.

En épocas de globalización, Prensa Libre intenta

rescatar el barrio, el propio lugar de cada uno. Esta

globalización tiene sus puntos positivos, ya que nos

permite estar al tanto de lo que ocurre en los más

recónditos lugares, pero también es cierto que a veces

distrae y confunde en lo que hace a la realidad cotidiana;

y otras tantas impone modelos de pensamiento y de

acción que llevan a tapar la propia cultura, los propios

sentimientos.

No es malo estar informados, pero es peligroso

confundir la realidad a partir de los medios de

comunicación que imponen formas de pensar o maneras

de actuar o que sugieren los temas sobre los que pensar,

debatir o razonar.

Tal vez sea necesario amar, conocer y actuar en

ámbitos más íntimos, para llegar a desarrollar el amor por

la patria, la solidaridad con el otro.

Estos relatos no son nuevos, acaso no son los más

divertidos, pero expresan una forma de ser; por eso están

acá, para conocerlos, para que puedan ser seguidos o

mejorados, pero por sobre todo para que puedan servir

como forma de identificar un lugar y su pueblo.

Por lo menos, es el deseo de Prensa Libre que estas

páginas puedan ser entretenidas o simpáticas; con eso es

suficiente.

Page 4: Barrios y lugares de la zona norte

4 Barrios e historias

Elida Rodríguez Rubio de

Salvi, “Vicky”, de 84 años, vivió

en Martínez casi toda su vida y

cuenta su historia y la del negocio

que su padre inició allá por 1939,

cuando repartían la leche, a las

casas de la zona, con carros tirados

por caballos.

La primera lechería de la zona Historias de barrios

Vicky nació en Olivos el 22 de diciembre de1926. Sus padres eran españoles, del pueblode Luarca, de la provincia de Asturias y

llegaron a la Argentina en 1923. Su mamá, BalbinaRubio Álvarez, se fue de España porque su familiaquería casarla con alguien que ella no quería.Aprovechó que un matrimonio amigo de sus padresse venía para Argentina y se vino con ellos. Su padre,José María Rodríguez González, viajó de España ala Argentina siguiendo a Balbina porque estabaenamorado de ella desde que eran niños. Fue enBuenos Aires que logró que Balbina también seenamorara de él y se casaron. Tuvieron tres hijos:Esteban, Olimpia y Elida.

Uno de los primeros trabajos del padre de Vickyfue en una panadería de Olivos, donde era elencargado del reparto, cuando esto se hacía a piecasa por casa. Este trabajo hizo que José conocieramuy bien la zona y que comenzara a gestar la ideadel que sería su negocio para toda la vida. En aquellaépoca no había supermercados multirubro como los

Page 5: Barrios y lugares de la zona norte

5Barrios e historias

“...el 8 de julio de 1939 abre la lechería de don José...”

Historias de barrios

de hoy, sino que cada negocio tenía su rubro

específico y José eligió abrir una lechería. La leche

llegaba de las grandes distribuidoras, que las traían

de los tambos, a las lecherías que se encargaban de

llevarla casa por casa.

El 8 de julio de 1939, comienza a funcionar

la lechería de Don José, que abre sus puertas

cuando él logra comprar los primeros cien

litros de leche. En ese momento el reparto

llegaba hasta Punta Chica y lo hacían con

carros tirados por caballos. Se levantaban a

las 4 y media de la mañana para cargar los

carros con la leche y repartían hasta cerca

de las 8 de la noche. La lechería estaba

ubicada en la calle Isidro Labrador muy cerca

de las vías, en Martínez, y era conocida como

la “Lechería Santa Brígida”.

De repente, como si rememorara momentos

de su juventud, Vicky interrumpe su relato y

recuerda: “En aquella época, mamá a veces,

nos dejaba ir en tren a tomar el té a la

“Richmond”, en el centro. Te ponías guantes

y cartera para ir allá. A mi me encantaba ese paseo.

Lo mismo cuando salíamos a hacer compras a

Harrod’s y a Gath & Chaves. Varias veces

acompañé a una vecina, Palmira, que se estaba por

casar y me invitaba a ir con ella a hacer las compras

para su ajuar. Un día nos llevó a mi hermana y a mí

al cine a ver “Gulliver en el país de los enanos”.

Nunca me voy a olvidar de ese día. Fuimos en tren.

Era tan lindo viajar en tren, todo estaba limpio y

había tanto respeto. Cambiaron mucho las cosas

desde entonces. Claro que estamos hablando de

hace como 70 años”, se sonríe.

Retoma su charla sobre la lechería: “Papá solía

decir que no se podía ir en contra del progreso y un

día, decidió comprar dos “chatas” (camionetas con

caja abierta). Nos quedamos con dos carros y dos

chatas hasta que pudimos reemplazar a todos los

carros. Todo se hacía con mucho esfuerzo y mucho

trabajo”.

En 1944 la lechería se establece en la calle Tres

Sargentos al 2230. Por aquellos tiempos las grandes

distribuidoras que les traían la leche de los tambos

eran: Kasdorf, S.C.L.U., Santa Brígida y tiempo

después también Gándara y La Serenísima, pero la

lechería de Don José siguió siendo conocida por su

nombre original “Lechería Santa Brígida”. El

negocio crecía, cubrían toda la zona de Martínez

desde el río hasta la Panamericana y desde la calle

Vicky y su marido.

El frente de la lechería.

Page 6: Barrios y lugares de la zona norte

6 Barrios e historias

Historias de barrios

“...llegaban tachos de

leche... se repartía en

botellas de vidrio,más

tarde en cartones y,

bastante tiempo después,

se pasó al sachet.

La lechería Santa Brígida

se hizo famosa porque

don José logró traerla

desde Santa Fe cuando

1949 hubo una huelga

que hizo faltar la leche

durante 100 días...”

Desde Olivos, llegó a Martínez, Acassuso y Martínez...

Paraná hasta la

calle Alem,

p a s a n d o

Acassuso. En

1963 compraron

el primer camión,

un Ford, y poco

después vendría

el segundo y en

1965 compraron

el primer auto, un

Rambler.

Con su

m e m o r i a

prodigiosa, Vicky

recuerda que en

una época

Kasdorf, con un

semiremolque, les dejaba 80

“tachos” de leche,

equivalentes a 400/500 litros

y que al principio la leche se

repartía en botellas de vidrio,

más tarde en cartones y,

bastante tiempo después, se

pasó al sachet. En 1949 hubo

una huelga en la que no hubo

leche durante 100 días. La

“Lechería Santa Brígida” se

hizo muy conocida por ese

entonces, porque Don José

logró conseguir leche desde

la provincia de Santa Fe.

“Esta leche venía suelta, no

se repartía en las chatas, sino

que se vendía en la lechería

y nosotros fuimos los únicos

en proveer de leche a la zona

norte durante todo el tiempo

que duró la huelga”, cuenta Vicky.

La empresa iniciada por su

padre pasó a ser una empresa

familiar pues trabajaron en ella:

el marido de la hermana de Vicky

y su marido, Luis. Recuerda que

al principio su padre no quería

tomar a Luis porque era

“demasiado joven”. Tenía 18

años. Fermín, un vecino de León,

insistió mucho para que lo tomara

y le pidió que, al menos, lo probara

un tiempo. Al final su padre

aceptó y Luis

resultó un joven

trabajador y

responsable que

tiempo después

se convertiría en

su yerno y le

daría una nieta:

Roxana.

“Mi hermana y

yo tuvimos una

sola hija cada

una y se criaron

como hermanas

más que como

primas. Siempre

fuimos una

familia muy

unida: mis padres, mi hermana

y su esposo, Luis y yo. Mi

hermano Esteban, que no se

casó ni tuvo hijos, era el que

menos participaba de las

cosas del negocio, pero todos

formábamos una gran familia,

donde las decisiones se

consultaban antes de ser

tomadas y donde los logros se

consideraban de todos”.

La lechería siguió

trabajando hasta el año 2000.

En los últimos años ya se

habían incorporado productos

de almacén, además de los

lácteos. Hoy puede verse aún

su fachada intacta, con una

gran cortina metálica cerrada,

aguardando saber quienes

serán ahora sus dueños y

descubrir cual será su nuevo

destino.

Antiguos camiones de una firma desaparecida.

Page 7: Barrios y lugares de la zona norte

7Barrios e historias

Los «Chetos»

Club Atlético Acassuso

En 1986, Acassuso, luego de un

errático campeonato llega a disputar

las semifinales del torneo de Primera

D. La historia, por reiterada, no

merecía ser relatada sino por la

curiosidad que despertaron aque-

llos protagonistas.

Los «Chetos» fue un equipo

formado por «jugadores libres», la

mayoría ex jugadores de rugby, que

en el juego del fútbol descubrieron

la posibilidad de disfrutar, viajando

por el país y el mundo, la amistad

que entre ellos se profesaban.

Aquel equipo, luego de jugar el

campeonato regional para

madariaga y de viajar a los EE.UU.,

Asia y Japón recalan en Acassuso

dando otra vez la ilusión a aquella

sorprendida hinchada «quemera».

La gloria les fue esquiva, no así el

disfrute, la pasión la amistad y esta

página en la historia del fútbol.

Del libro: «Club Atlético

Acassuso, la huella de un barrio»,

de Fernando Mattio, Cristian

Claverie y Francisco Javier Marín.

El ombú de la casade Los PilaresLos PilaresLos PilaresLos PilaresLos Pilares

Recuerdos

Corría el año 1910. En lo que hoy es la galería Lafayette, Av. Rolón y

Figueroa Alcorta, de Boulogne Sur Mer, partido de San Isidro (Bs. As.) se

hallaba la casa de los Pilares. Allí vivían Rosa Fortunaga de Baccini y

José Baccini. Eran italianos. Ella vino de Génova con dos hijos, uno de los

cuales se quedó en Montevideo y el otro Juan Pastorini (Juansú), se

instaló con ella en Buenos Aires, en la actual ciudad de Boulogne. No sé

si se volvió a casar acá o si, viuda en Italia, contrajo nuevas nupcias con

José Baccini. De la nueva unión nacieron: Carlos Juan, María Rosa,

Matilde, Pedro y Enrique. En ese entonces Boulogne era campo y José

Baccini era quintero.

Gracias a las poesías que escribió María Rosa, mi tía abuela, hoy puedo

escribir este relato.

En verano los hermanos jugaban debajo de un gran ombú cercano a la

casa, a las visitas, a bautizar a las muñecas, al Martín Pescador. La familia

disponía de un fonógrafo, y al ritmo de la música bailaban la firmeza y el

pericón. Cuando jugaban a las visitas doña Rosa les hacía tortas fritas y

desde el amplio corredor de la casa, sentado en un sillón de mimbre, don

José los acompañaba con la mirada.

No sólo los chicos se refugiaban a la sombra del ombú, sino también los

vendedores ambulantes que circulaban por el lugar ofreciendo a las

familias de quinteros, su mercadería: el vendedor de churros, el manicero,

don Sardetti, el pastelero y el turco que pasaba todos los sábados

vendiendo sus chucherías.

Quiero visitar nuevamente el lugar. Me dijeron que aún quedan algunas de

las higueras que Matilde y María Rosa habían plantado en cantidad

cuando vivían allí. El ombú ya hace más de 30 años que fue derribado. Y

ellos, mi abuelo y mis tíos abuelos, lamentablemente ya han partido. En

nombre de ellos escribo hoy este relato.

Mónica Liliana Pastorini

[email protected]

Page 8: Barrios y lugares de la zona norte

8 Barrios e historias

Una familia de San Isidro

Los Abriata en Villa Adelina

Antes de la llegada del ferrocarril

(el Central Córdoba Extensión a

Buenos Aires) lo que actualmente

se conoce como Boulogne y Villa

Adelina, eran llamadas respectiva-

mente como las Lomas de San Isi-

dro y Los Altos de Martínez. No

tenían nombre propio, salvo la men-

ción del paraje conocido como La

Adelina, nombrada por lo menos

desde mitad del siglo XIX en va-

rios documentos históricos, encon-

trándose escrituras con esa deno-

minación y documentos con la fir-

ma de Rivadavia (según la hipóte-

sis del profesor Ramón Miranda).

(Nota: el profesor Miranda, falleci-

do, fue Miembro de Número del

Instituto de Historia Municipal de

San Isidro. No hemos podido en-

«Entre nosotros, dondesobreabundan los figurones, esplausible investigar sobre laspersonas de nuestro pasadoque no l legaron aser personajes.

Esto viene a corresponder, encierto modo, a la elaboraciónde una historia ’popular’ másprofunda y llena de contrastes-me refiero a los efectos de lu-ces y sombras- que la deslum-brante historia de los héroes.En la historia, como en las gue-rras, el desconocido es siempreel soldado, no el general. Lajusticia de la posteridad consis-te, pues, en depositar algunasflores de inteligencia ante elosario común de tantos olvida-dos, para mantener vivo el re-cuerdo de quienes vivieroncon más pena que gloria».

Prof. Francisco Pedro Laplaza.Penalista, ex Decano de la

Facultad de Derecho, MiembroTitular de la Academia Porteña delLunfardo y de la Junta de Estudios

Históricos de Belgrano.

Foto de la familia Abriata completa.

Ubicaciónde laQuintaLa Meca

Page 9: Barrios y lugares de la zona norte

9Barrios e historias

Una familia de San Isidro

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contrar familiares u otros conoci-

dos).

La última de las grandes exten-

siones dedicadas al cultivo de la ver-

dura, que sobrevivió durante el si-

glo XX, es la que iniciara hacia

1908 el inmigrante Guillermo José

María Abriata, su mujer Anna

María Gobello y los doce hijos de

la pareja.

Según los archivos históricos,

entonces en el Museo Pueyrredón,

la quinta se puso en venta en 1908

y tenía una superficie de «treinta y

un hectáreas, diez y seis áreas y

cuarenta y siete centiáreas». Su

dueño era Eliseo Cantón, que man-

dó publicar avisos para promocio-

nar la propiedad y donde decía que

la próxima estación del FCCC, pa-

saría a metros del lugar.

Los límites de la quinta eran las

actuales calles Gorriti, lindante con

la propiedad de don Avelino Rolón,

que después de su muerte fue do-

nada a la «Escuela Hogar Carlos de

Arenaza»; Yerbal, con las tierras re-

cién compradas por el Ferrocarril

C.C.; Colombres, con los Rebagliati

-actual fábrica Orbis- y Lamadrid,

con las tierras de los Cantón

Hnos. (ver en el plano).

Cuando la propiedad se puso en

venta y a punto de ser fracciona-

das, apareció Guillermo J. M.

Abriata, que sin un peso, pero con

una gran amistad personal con don

Agustín Repetto, el más poderoso

caudillo radical de entonces, le otor-

gó un préstamo, sin

María Abriata.

Page 10: Barrios y lugares de la zona norte

10 Barrios e historias

Una familia de San Isidro

documentos, pero con el compro-

miso de pagarle, cuando sus tierras

estuvieran produciendo. El inmigran-

te, era hombre de palabra,

analfabeto y muy inteligente.

La vieja casona ya tenía su pasa-

do. Fue construida a la usanza de

los cascos de estancia de los siglos

XVIII y XIX, su diseño interior del

tipo chorizo, es decir, habitaciones

conectadas a través de puertas con

dos hojas, dando a una galería co-

mún, cada habitación con su

vestidor y un sótano que se usaba

como bodega, así como los ladrillos

de tipo colonial, mosaicos y tejas

importados de Francia. Habría sido

hecha no antes de mitad del siglo

XIX. No hay documentos que

avalen la antigüedad de la casa, como

tampoco lo hay -por el año de refe-

rencia- a ninguna de aquella época:

la del actual Museo Pueyrredon y el

viejo edificio municipal de San Isi-

dro, que es de 1872.

El domingo 12 de julio de 1908,

don Guillermo Abriata y su mujer

Anna María Gobello, no tuvieron

otra alternativa. Habían abandonado

el ranchito que tenían en terrenos del

ferrocaril inglés y con unos buenos

pesos que les dio Diego Carman, el

administrador del Ferrocarril C.C. en

compensación por sacarlos del lu-

gar, decidieron comprarse «algo».

Don Abriata, ya era un gringo to-

talmente acriollado, pero con todas

las costumbres de su Piamonte na-

tal en cada una de sus maneras. Rec-

to como buen gaucho, incansable

trabajador de la tierra como inmigran-

te hambriento y con deseos de un

lugar propio que la Europa le nega-

ra, analfabeto como la mayoría de la

gente de entonces, el remate de ese

día, era la oportunidad de su vida.

Venían de Florida y el cambio de si-

glo lo habían pasado en el rancho

donde con algunos de sus hijos ma-

yores, plantaban verduras de todo

tipo. No más de una veintena de

agricultores y horneros formaban la

población. La mayoría arrendaba su

pedazo de tierra a minifundistas que

venían de vez en cuando a cobrar

su renta, pero que paseaban su for-

tuna y vivían en el pueblo, esto es

en San Isidro devoto y sitio de des-

canso de fin de semana de damas y

damitas porteñas. En esa situación

estaban los Cantón y Avelino Rolón,

quien años después serían sus veci-

nos. A los verdaderos dueños de las

tierras muy pocas veces se les veían

las caras.

La de los Abriata llegó a ser la más

dinámica y rica quinta de San Isi-

dro, y la última en desaparecer en

1978. Esta pequeña empresa agrí-

Los Abriata en Villa Adelina

cola arrancó con media manzana, y

don Guillermo fue tan empeñoso con

sus manos como rápido con la ca-

beza para los negocios. Tuvo

visionariamente la certidumbre de

que ese lugar algún día gozaría de

progreso. A los pocos años de ins-

talarse, la tierra le resultó escasa.

Como los dueños de las tierras ale-

dañas no las ocuparon, quedaron li-

bradas a su suerte, y el labriego -

con sus doce hijos- tomó posesión

de las mismas.

El tren, promesa de los

rematadores, no apareció por ningu-

na parte. Los años pasaron y los que

prometieron pagar en mensualida-

des, abonaron las primeras cuotas y

ante la falta de noticias de progreso

y del ferrocarril, no pagaron más.

Page 11: Barrios y lugares de la zona norte

11Barrios e historias

La crisis global y

el capital humano

Don Guillermo siguió

labrando la tierra y

mientras no hubiera

reclamos, ocupó las

31 hectáreas origina-

les, que limitan con

las actuales: Gorriti,

L a m a d r i d ,

Colombres y Yerbal.

Cuando finalmen-

te apareció el ferro-

carril, también se

presentaron los pri-

meros reclamos.

Pero todo lo arregló

pacíficamente y

aquellos reclamantes

recibieron lo suyo.

En los

años cincuenta se lle-

g a r o n

a cultivar hasta 70

mil plantas de toma-

tes por año

y toneladas de papas,

zapallitos, hinojos,

melones, sandías,

que llegaron regular-

mente a abastecer a

las mesas capitalinas.

Don Guillermo fue

precavido con sus aho-

rros, ya que dejó a sus he-

rederos una gran cantidad

de terrenos, muy bien

ubicados en lugares cer-

canos a las estaciones

Boulogne y Villa Adelina.

Junto a la desaparición

física de los Abriata

(Ana María murió en

1921 y Guillermo en

1931) que trabajaron la

tierra con sus manos, la

irrupción de las casas que

fueron cercando a los

campos y el mal negocio

que resultaba la produc-

Los Abriata en Villa Adelina

María Gobello (Fall. 5-2-21) y Guillermo José MaríaAbriata (Fall. 21-7-31)

Sezzadio

ción de verduras,

ayudó para que la

Quinta de los Abriata

cayera, bajo el peso

de los nuevos veci-

nos y de los nuevos

tiempos.

Atrás quedaron las

ceremoniosas fiestas

donde toda la vecin-

dad, agricultores y

ferroviarios recién

llegados, disfrutaron

de aquellas largas

tertulias, que se cor-

taban con el «se aca-

bó el baile» cuando

el sueño empezaba a

cercarlo a don

Guillermo.

(Nota: se tomaron

algunas referencias

para este texto del

periódico Pueblo

Chico, de mayo de

1993).

Exposición de la Junta

de estudios Históricos de

Villa Adelina en la IV

Jornada de Historia de El

Talar, el 24 de octubre de

2009, y la XI Jornada

Histórico-Geográfica de

Tres de Febrero, el 31 de

octubre de 2009.

Miguel ÁngelLafuente

Secretario JEHVA

Page 12: Barrios y lugares de la zona norte

12 Barrios e historias

Una familia de San Fernando

Los Burone Risso: Un siglo y me

El 18 de setiembre de 2010,durante la IV Jornada dePatrimonio Arquitectónico,organizada por el Instituto deEstudios Históricos de SanFernando de la Buena Vista,el Dr. Alberto David Leiva,en su carácter de Presidenterecordó que el 25 de julio de1985 la habían constituidoformalmente y que el primerpresidente que eligieron fueel doctor Enrique BuroneRisso.

A él vamos a referirnos, portratarse de un distinguido hijode San Fernando, y habertenido en él a un queridoamigo.

Pero los Burone Rissocubren prácticamente unsiglo y medio de la historiade esta Ciudad.

El primero de ellos esEnrique Domingo BuroneRisso.

Nació en Buenos Aires el 22 de

marzo de 1866. Era hijo de Luis

Burone Ferrari y Enriqueta Rosa

Risso, que tuvieron cuatro hijos:

Enrique Domingo; Estela Catalina;

Alejandro Nicolás y Teresa Amelia

Burone Risso (amistosamente recor-

dados como los Ti Burones).

Enrique Domingo contrajo matri-

monio en Buenos Aires en febrero

de 1906, con Leonilda Brassesco

Aleu. Esta era hija de Miguel

Brassesco y de María Magdalena

Aleu Muñoz, nacida en Buenos Ai-

res en 1883 y fallecida en San Fer-

nando en 1984 (a los 102 años).

Del matrimonio nacieron: Enrique

Felipe, María Rosa, Esteban Jorge y

Alejandro Miguel.

María Magdalena fue Miembro de

la Comisión Fundadora de la Obra

de la Acción Católica en San Fer-

nando, Presidenta de la Obra de Da-

mas Vicentinas de San Fernando y

miembro de la obra de protección

“La Joven”, y dueña de una admira-

ble memoria.

Pero continuamos, con Enrique

Domingo. Fue Intendente Munici-

pal de San Fernando en 1917, Con-

cejal, Presidente del Honorable Con-

cejo Deliberante, Comandante de

Estación San Fernando R.

Page 13: Barrios y lugares de la zona norte

13Barrios e historias

Una familia de San Fernando

dio de la historia de la Ciudad

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Infantería, esgrimista, tirador desta-

cado, ajedrecista, dibujante.

Poeta y escritor, publicó Rimas,

Madreselvas, Flores de Camalotes y

Bajo los Sauces, además de diver-

sos artículos en revistas y periódi-

cos. Poemas de su autoría figuran

en la Antología de poetas

fernandinos 1980 que editó la So-

ciedad Patriótica y Cultural Amistad

25, de San Fernando. En un cua-

dernillo, que titularon “Te acordás

hermano” de 1985, a una caricatura

, acompañaron estos versos de Bo-

cha Gallo: “Intendente en el año

diecisiete

Como así también bancario;

Hablaba varios idiomas…

Impecable y elegante su vestuario.

Señor de Públicas Relaciones,

Caballero y muy amante del río;

Contaba entre sus amistades

Con el gran Rubén Darío…

Luciendo eternas polainas

Y a la poesía que quiso,

se paseaba la figura

De Enrique Burone Risso…”.

Se recuerda de su administración

municipal, obras que cambiaron el

perfil arquitectónico de la planta ur-

bana, entre otras: el arbolado con

plátanos y el adoquinado de la calle

3 de febrero.

Enrique Domingo falleció en San

Fernando el 1º de setiembre de 1939.

Sus restos fueron velados en el Pa-

lacio Municipal.

El segundo al que nos referimos

es a:

Enrique Felipe Burone Risso

Nuestro amigo, al que también tra-

tábamos con sus seudónimos de

Cocholo u Ogro, había nacido en

Buenos Aires el 14 de diciembre de

1902.

Admirábamos en él su cordiali-

dad, simpatía y dinamismo. Siem-

pre de excelente humor y relator de

cientos de anécdotas del viejo San

Fernando, que en muchas oportuni-

dades lo tuvieron de protagonista.

Era un placer compartir una mesa

en El Zeppelín (aquel viejo Bar Ale-

mán) frente a la Plaza Mitre, tomar

un café en el Bar Pampa o partidos

de billar en la Sociedad de Obreros

Católicos, las visitas a su casa, ad-

mirar su colección filatélica, sus in-

Page 14: Barrios y lugares de la zona norte

14 Barrios e historias

(Viene de la página anterior)

Una familia de San Fernando

Los Burone Risso: en la historia

quietudes lingüísticas (a lo que aho-

ra nos referiremos), nuestra común

amistad con el formidable dibujante

Teco Maza y con el por entonces

presidente de la Academia Porteña

del Lunfardo, el inolvidable Pepe Bar-

cia, del que Bocha Gallo dijo: “es el

hombre que le piantó la palabra egoís-

mo al diccionario”.

Perteneció a la primera promoción

del Colegio Nacional de San Isidro,

que recordamos había sido creado

el 10 de mayo de 1916, por decreto

firmado por Carlos Saavedra Lamas,

Ministro de Justicia e Instrucción

Pública del presidente Victorino de

la Plaza y premio Nobel de la Paz en

1936, el primer argentino y latino-

americano galardonado con este pre-

mio. Fue Ministro de Relaciones

Exteriores de 1932 a 1938. Bisnieto

del coronel Cornelio Saavedra.

Como veremos ahora, nuestro

amigo Enrique Burone Risso estuvo

muy cerca de otro premio Nobel.

Completados sus estudios secun-

darios, ingresó a la Facultad de Me-

dicina de Buenos Aires y se desem-

peñó en la cátedra del doctor Ber-

nardo Houssay, (que en 1919 había

fundado el Instituto de Fisiología en

esa Facultad y dirigió hasta 1943,

obtuvo el Premio Nobel de Medici-

na en 1947). Enrique fue colabora-

dor de Houssay, ilustrando sus li-

bros y a raíz de ello tuvo algunas

diferencias que le significaron dejar

los estudios en esta Facultad,

retomándolos en la de Medicina de

la ciudad de La Plata.

Se desempeñó en la Vº zona sani-

taria; con el grado de subcomisario

en la Policía de la provincia de Bue-

nos Aires, y en el ejercicio privado

de su profesión. Se jubiló en 1986,

atendiendo por PAMI y solía tener

pacientes a los que superaba en edad.

Enrique tuvo una natural disposi-

ción para el dibujo. Hizo tapas de

revistas. Compitió con el dibujante

de tapas de Para Ti. Durante dos

años trabajó en el zoológico de Bue-

nos Aires (ganó por concurso el car-

go), registrando en dibujos a los ani-

males. Esos álbumes fueron desti-

nados a la colección del archivo del

Zoológico. Con esta tarea y la filate-

lia pagó sus estudios en la Facultad

de Medicina de La Plata, de la que

egresó como médico clínico.

Fue un buen jugador de fútbol del

club San Fernando y en veteranos

de Racing en el que ganaron un cam-

peonato.

En octubre de 1982 se editó Las

Viejas Quintas de San Fernando,

que tuvo el auspicio de: Amistad 25,

Sociedad Patriótica y Cultural;

Municipalidad de San Fernando;

Academia Porteña del Lunfardo;

Círculo de Poetas Lunfardos y

S.A.D.E. (Filial Delta). Recordamos

haber acompañado a Enrique, en sus

recorridas por las viejas quintas y el

gusto de tomar fotografías, que

agregó a su libro. El prólogo de esta

magnífica obra, que Burone Risso

dedicó a su madre, esposa y sus

hijos, pertenece al antes nombrado

José Barcia.

Es este libro, del que las

autoridades de San Fernando

deberían disponer su reedición, por

los testimonios acumulados en sus

páginas, no solo en el sentido

histórico sino por las particularidades

arquitectónicas de muchas antiguas

residencias y también por el

urbanístico, que Burone describe

con muchos detalles. De ellos, según

entendemos, no existen constancias

catastrales. Repasar algunas páginas

de esta obra sería un placer pero nos

llevaría mucho tiempo, más del que

tenemos asignado para nuestra

exposición.

De todos modos deseamos señalar

que de muchas inquietudes, también

las tuvo en el orden de la filología.

No fue ajeno a su interés, el uso de

términos y expresiones que

pertenecen al habla popular. En tres

oportunidades se dirigió a la

Academia Porteña del Lunfardo,

entidad de la que era asociado

protector.

La Comunicación Académica Nº

754 de febrero de 1977, se refiere a

la expresión “Chau Pinela” y allí

no explica que en San Fernando y a

fines de 1800 se reunían en la

Confitería de Emilio Frugone

La biblioteca Madero

Page 15: Barrios y lugares de la zona norte

15Barrios e historias

Una familia de San Fernando

de San Fernando

(Confitería del Gas, actual Pampa),

que estaba frente a la Municipalidad,

a la Plaza Mitre y a metros de la

Catedral, las familias de los Alvear,

Obligado, Villanueva, Jantus,

Fernández Madero y muchas otras.

Uno de los habitués a esas tertulias

era Ángel Pineda, muy amigo de

todos que al despedirse, cerca de

mediodía, dirigiéndose al dueño del

local, le preguntaba con cortesía:

“Qué le debo Don Emilio” a lo que

éste, hallándose ocupado le

respondía “Chau Pineda”. Así

Enrique recuerda que aquel saludo

se generalizó como “Chau Pinela”por una cuestión fonética,

extendiéndose a todo el país, con el

evidente significado de “broque final”

o el corte de las reuniones referidas.

En la Comunicación Académica

Nº 792 de noviembre de 1977,

Burone Risso se refiere al músico

Francisco Pracánico, que nació en

San Fernando en 1898, actuó en el

Circo local con la dirección de

Verminio Servetto, y nos recuerda,

“Rápidamente aumentó Praca (como

lo llamaba Gardel abreviándole el

apellido) su repertorio. Sus amigos

nos deleitábamos escuchando sus

interpretaciones en el Cine Canté,

más tarde Sociedad Unión y

Benevolenza y en el Hispano

Argentino”. Finalmente nos dice que

Francisco Pracánico fue el

compositor del tango Madre, que

Gardel paseó por el mundo. También

produjo un conjunto de obras

musicales cercano al centenar de

títulos: Sombra, Mentira, Pampa,

Enfundá la mandolina, todos

consagrados por Carlos Gardel.

La Biblioteca Madero es

depositaria de su piano vertical, con

una placa que dice: “Lo que de ti he

recibido, pueblo querido, a ti vuelve

con eterna gratitud”.

La tercera Comunicación

Académica fue la número 834 de

mayo de 1979, y se tituló “Unamuletilla de moda: ¿viste?” y allí

dice, que según su punto de vista,

“la Argentina padece, en el momento

actual, una nueva epidemia

idiomática, desconocida hasta hace

poco tiempo. Se trata de la

persistencia y la repetición de dos

vocablos que son insertados en las

conversaciones corrientes en forma

de atosigante saturación: ¿viste? y

¿vio?”. También destaca el autor la

existencia de otros términos, como

muletillas usadas hasta el hartazgo,

por ejemplo: “Bueno” con la que en

nuestro país comienza un alto

porcentaje de las exposiciones orales.

Señala luego otra serie de muletillas

como : ¿me explico?, ¿no?, ¿si?;

ero en San Fernando.

¿no es cierto?. Luego de otras

consideraciones el autor hace esta

reflexión:

“Sabemos que con el andar del

tiempo se van produciendo

modificaciones y deformaciones

idiomáticas, pero está en nosotros

mismos la posibilidad de actuar, en

nuestra esfera de acción, ayudando

a recuperar, y a mantener, la pureza

del magnífico idioma que

heredamos”.

Es dable señalar, pese a los más

de 30 años transcurridos, la

actualidad de estas observaciones

idiomáticas.

En 1983, el Instituto Municipal

de Bellas Artes que fuera fundado el

11 de febrero de ese año, realizó el

Primer Ciclo Lectivo de Actividades.

En el elenco de profesores, en la

disciplina de “Filatelia y su relación

con el Arte”, Burone Risso tuvo a

su cargo esa materia.

Enrique Felipe Burone Risso

contrajo matrimonio con María Laura

Jaureguialzo Butron el 5 de mayo de

1955 y tuvieron tres hijos.

Enrique Carlos, artista plástico y

docente de arte (al que ahora nos

referiremos),

José Luis, nació en San Fernando

el 22 de octubre de 1957, médico, y

Daniel Esteban, nacido en San

Fernando el 11 de octubre de 1960,

destacado periodista en la Zona

Norte.

Nuestro amigo Enrique Felipe

Burone Risso, falleció en San

Fernando, el 14 de setiembre de

1991.

Cerramos el ciclo de los Enrique,

con

Enrique Carlos Burone Risso.

Page 16: Barrios y lugares de la zona norte

16 Barrios e historias

Una familia de San Fernando

SECCIONAL VICENTE LÓPEZ

AGRUPACIÓN “JOSÉ CHIRINO”

07 de Septiembre de 201107 de Septiembre de 201107 de Septiembre de 201107 de Septiembre de 201107 de Septiembre de 2011

Todos al Parque de la CostaTodos al Parque de la CostaTodos al Parque de la CostaTodos al Parque de la CostaTodos al Parque de la Costa

Nació en San Fernando el 9de enero de 1956. Aquí vive ytrabaja, y así como su padre ysu abuelo, desde muy niñosolía dibujar caricaturas.Ingreso en la Escuela Nacionalde Bellas Artes “PrilidianoPueyrredón” en 1978 y MiguelÁngel Vidal fue su maestro.

En 1982 se recibió deProfesor Nacional de Pinturae inició estudios de esculturacon Enrique Romano. Alternasu producción artística, con laenseñanza en el InstitutoUniversitario de Arte.

En 1984 comienza a exponersu obra con regularidad en

nuestro país, Estados Unidos e Italia. Su primera exposición fue en la Galería Martina

Céspedes, del 9 de octubre al 2 de noviembre de 1984.En el catálogo de la muestra dice Miguel Ángel Vidal:“Ayer alumno, hoy colega en esta primera exposiciónindividual, en la que inauguramos un expresionismolatinoamericano”.

Hace poco tiempo, en los salones de esta casa,Enrique Carlos nos brindó otra importante exhibición desu obra. El maestro, crítico de arte, docente universitarioy también sanfernandino Horacio Safons, dijo en elcatálogo de esta muestra: “El imaginario de EnriqueBurone Risso está anclado principalmente en su ‘lugar’,su topos existencial (San Fernando de Buena Vista) y enuna mirada sustancialmente lúdica, dirigida al paisajeurbano, a la arquitectura y a las actividades de la gente…”

Luego de esta exposición, Burone Risso expuso enla tradicional sala de Buenos Aires, Zurbarán.

Miguel Angel Lafuente

Los Burone Risso: en la historia(Viene de la página anterior)

Enrique Carlos Burone Risso, junto al intendente Sergio Massa, duranteuna muestra en el Museo de Arte Tigre.

Page 17: Barrios y lugares de la zona norte

17Barrios e historias

Espectáculo en los barrios

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¿Vamos a pasear en tren o leemos

una revista de espectáculos? ¿Por

qué no hacemos las dos cosas: un

paseo ferroviario con las estrellas de

nuestra histórica farándula?

Arranquemos nuestro viaje junto al

andén Este de la estación Belgrano,

donde en el siglo XIX estaba la

Confitería Belgrano, lugar en que el

humo de las locomotoras se confundía

con el del café, al decir de escritores de

la época. Ya en la siguiente centuria este

local pasó a llamarse La Paz, siendo un

importante reducto tanguero con

orquesta de señoritas, donde sería

habitual la presencia del cantante

Agustín Magaldi.

Por ese mismo ramal eléctrico a Tigre

que tomaba Carlos Gardel para ir a dar

funciones en San Isidro y otros pueblos del norte. Si de

Personajes del espectáculosobre los rieles de la zona norte

Un simulacro en la estación El Talar, con el actor Juan Palomino.

Page 18: Barrios y lugares de la zona norte

18 Barrios e historias

Personajes del espectáculo sobre los

Espectáculo en los barrios

tango se trata, en Carupá se bajaba del

tren Edmundo Rivero para ir a cantar al

cabaret Madame Julie, llamado así por

su sugerencia. Salvando las distancias,

Palito Ortega se inspiró para escribir el

bolero Sabor a Nada, por una discusión

que presenció en un viaje en tren de

Retiro a Martínez. En cuanto al rock nacional, Luís Alberto

Spinetta, en su tema Entonces es como dar Amor, cantó

“cansado de esperarte en un andén en Acassuso”

Por estar cerca de importantes estudios cinematográficos,

fue común que el ramal a Tigre apareciera en nuestras

películas, con Luís Sandrini viajando en tren hacia La Casa

Grande de 1953 o interpretando al Profesor Hippie que se

bajaba en Acassuso allá por 1969. En Victoria a los de El

Club del Clan en 1964, a Sandro lo vemos en Tigre

interpretando Muchacho de 1970 o a Libertad Leblanc unos

años después en Furia en la Isla. Ernesto Bianco se toma

un tren en La Lucila de 1977 en Un toque Diferente, mientras

Juan Carlos Altavista y Osvaldo Terranova se la pasan en el

bar de la estación Victoria en La Nona, interpretada por

Pepe Soriano en 1979. Recientemente Ricardo Darín fue

atacado en un desactivado terreno ferroviario de la calle

Olazábal de Belgrano, en su película Cuento Chino.

Si tomáramos el ramal

que va mas al norte, sería

común ver en los andenes

de Zárate o Campana a los

hermanos Homero y

Virgilio Expósito, viviendo

su “eterna y vieja

juventud”.

Volviendo al cine,

podemos decir que en 1956

se estrenó la película de

Lucas Demare Sangre y

Acero, protagonizada por

Carlos Cores, Virginia

Luque y Tomas Blanco, la

que transcurre en los talleres ferroviarios de San Martín,

entre galpones, locomotoras y vagones. En 1970, en el film

Juan Lamaglia y Sra. Pepe Soriano estará en la estación

Zárate y en la filmada clandestinamente Operación Masacre,

de 1972, no estará ausente la escena del tren en Chilavert,

donde un sobreviviente de los fusilamientos de José León

Suárez se salva escapando desde una estación, cuyo nombre

recuerda a otro fusilado.

El ramal del bajo tiene su historial en el séptimo arte, ya

que en 1949 la actriz Zully Moreno y el actor Jorge Rigaud

filmaron escenas de la película La Trampa en la estación

Tigre R, actual Delta, con unas

impecables vistas de los andenes,

edificios y playas de maniobras, hoy

ocupadas por el Parque de la Costa.

Tras el cierre de tan pintoresco ramal,

el interés por filmar en el bajo creció,

pudiendo recrearse paisajes agrestes a

pocos minutos de la Capital. En 1974 se

filmaron en la abandonada estación

Anchorena, escenas de la película Agentes Secretos contra

Guantes Verdes, utilizándose un tren carguero con locomotora

Gaia. En 1976, en la misma cinematográfica estación, Pipo

Pescador filmó utilizando la vaporera nº 84, la que había sido

pilota de la usina. Allí mismo, en 1987, tras volver a utilizarse

para el rodaje de películas, dejaron olvidado un furgón de

cola naranja, que por el mal estado de la vía no pudo ser

remolcado.

Por esos años, en el humilde barrio El Sauce del bajo de La

Lucila, Luís Brandoni y Patricio Contreras cruzaban la vía

muerta en la serie televisiva Buscavidas.

En la vía que une Victoria con Capilla del Señor también

pasaremos revista. En la película Toscanito y los Detectives,

filmada en 1950, se puede ver un

tren con locomotora a vapor L3A

y coches metálicos, llegando a la

estación Garín. Por esos años

Antonio Tormo cantaba “cuando

se pone alegre el sol sobre los

campos de El Talar, junto a las

vías, van los linyeras…”.

Medio siglo después, en los

terrenos de la playa de cargas de

El Talar, se realizó un simulacro

de accidente, consistente en que

un tren atropellaba a un colectivo,

entrenándose allí bomberos,

policías, enfermeros, médicos y

personal ferroviario, sirviendo inclusive para filmar un

capítulo de la telenovela Los Médicos de Hoy, con la actuación

del actor Juan Palomino.

Por este mismo ramal, era habitual ver en los cochemotores

al cantante folklórico Jorge Cafrune, vestido con su tradicional

indumentaria y su guitarra, viajando a su quinta de Los

Cardales.

También en El Talar, en 2001 se instaló El Circo de Carlitos

Balá, donde a carpa llena, el cómico de 75 años preguntó

“¿Qué gusto tiene la sal?”.

El Ferrocarril Belgrano fue testigo en 1977 de la filmación

de Basta de Mujeres, con el genial Alberto Olmedo. En 1983,

de un tren de esa línea de trocha angosta, se baja en la estación

Adolfo Sourdeaux, el actor Federico Luppi en el comienzo de

la película El Arreglo.

(Viene de la página anterior)

Page 19: Barrios y lugares de la zona norte

19Barrios e historias

rieles de la zona norte

Espectáculo en los barrios

De este

paseo no se

salva ni el

c l a u s u r a d o

ramal que unía

M a s c h w i t z

con Dique

Luján, donde

en 1958 se filmó

El Hombre que

Hizo el

Milagro, con

el ya nombrado Luís Sandrini bajando

de un tren a vapor en Dique Luján.

Viajamos en el tiempo y en los

recuerdos, parciales como todos los

recuerdos. Cantantes y canciones.

Actores, directores y películas, cámaras

y programas de televisión. Pero

fundamentalmente trenes. Trenes que

llevaron a los artistas y a los

espectadores. Trenes que fueron

escenografías de grandes historias.

Trenes que estaban en la vida de todos

Fragmento del capítulo: La isla

anarquista Sentimiento Incontrolable

escrito por el periodista Francisco

Varise

El que habla es el miembro de la

banda llamado Lingux: “Cuando vino

la democracia empezó la represión. Con

Alfonsín llegó una persecución total

contra los punks, los heavis y los skins.

En dictadura no pasaba nada porque

estaba Katja Aleman y su tío era

ministro… No sé, supongo. En

democracia, todo mal: ahí empezamos

a caer en cana por averiguación de

antecedentes; te tenían tres, cuatro,

cinco días preso”.

El inconseguible primer disco

contiene un librito, una fotocopia

casera en realidad, con las letras y

arengas anarquistas escritas por

Lingux o Pietrafesa en contra del

gobierno. Uno de esos panfletos, que

había sido distribuido entre el público

en el Festival Punk de Avellaneda y en

el Bajo Herlem, fechado el 4 de

setiembre de 1987, sostiene:

“El próximo domingo 6 de setiembre,

el pueblo argentino concurrirá

nuevamente a las urnas tal como vacas

al matadero (…). No ir a votar

constituye un acto de respeto hacia

uno mismo, porque el voto es la

negación de la libertad y la anulación

como individuo”.

El gobierno de Alfonsín, minado por

la derrota en esas elecciones

legislativas, las segundas desde el

regreso de la democracia, mantenía una

especie de aversión especial contra

ciertas minorías juveniles. Los punks

y los anarquistas no les caían nada

bien.

“Por todos los medios, cuando este

mediocre gobierno se encuentra

segado por su propia incompetencia,

te llama desesperadamente para brindar

colaboración a su bochorno”, dice una

de estas esquelas anarquistas del 24

de marzo de 1987, poco después del

levantamiento militar de Aldo Rico.

Aunque más adelante aclara:

“Sabemos que la clase militar es la peor

de todas las castas, y atemorizados por

la mentira de los juicios, se amotinaron,

según ellos, con el fin de permanecer

impunes, y según el gobierno para

hacer un golpe”.

La celda para los punks pasó a ser

como un segundo hogar. Fabián Jara,

agitador cultural de trayectoria, se

acuerda de Lingux:

“Caímos juntos en una manifestación

en contra de la visita del Papa; el tipo

tenía una novia que era medio bruja y

todo el mundo le tenía miedo… Lo que

me acuerdo es que salió primero que

todos de la celda”.

Martín tampoco olvidó sus viajes al

calabozo, pero lo cuenta a partir de

Lingux:

”En un momento yo tenía una cresta

de tres colores, altísima, y cada vez

que salía iba en cana. Era salir y

terminar preso. Todo un tema. Eso caía

muy mal en mi familia y obviamente me

echaron de mi casa. Sostener la cresta

era hostil. No te paraban los bondis.

Te tiraban piedrazos. Tenías que salir

a pelearte”.

A través de la iniciativa de Patricia

Pietrafesa, los grupos anarquistas

mantenían un fluido contacto con

bandas de todo el mundo. No existía el

mail ni nada parecido. Todo se hacía

por carta; había que tomarse el trabajo

de escribir (en inglés) y, con paciencia,

sentarse a esperar la respuesta. Las

revistas Flipside y Maximun Rocknroll

mantenían un correo internacional.

Los lugares de residencia de los

punks y anarquistas, después de la

celda y, circunstancialmente, sus

hogares, eran Zero, el Café Einstein, el

Bugui y el Aztecas, en Vicente López,

frente al Centro Lucence. El norte del

conurbano fue la cuna de esta

subcultura que, después, terminó

expandiéndose como una epidemia por

todo Buenos Aires y el país.

los vecinos de la zona norte, esos que

lloraban, reían y se emocionaban, cada

vez que el espectáculo volvía a

continuar. Los trenes de la zona norte

también tienen que continuar, como el

espectáculo...

Ariel Bernasconi

(La presente nota es parte del libro

que el autor está preparando sobre la

historia de nuestros ferrocarriles.)

El punk, el anarquismo y la zona norte

Page 20: Barrios y lugares de la zona norte

20 Barrios e historias

Recuerdos

“Meiji y los juegos de la infanciPasaron tantos años del ¡Jorge, vení a

tomar la leche! Ahora al hombre loencaran por la calle, en un bar o unrestaurante, y le preguntan por cuándovuelven las andanzas del Dr. Cureta, ocuándo expone en la zona. Por entoncestenía nombre y apellido como cualquiermortal. Era Jorge Meijide. Vivía en SanFernando.

Hoy es Meiji, el dibujante, el artista plástico, no el niño

que requería urgente la mamá para la merienda, desde la

puerta de aquella “casa chorizo”, en Belgrano y Gral. Pinto.

No obstante, al hombre las calles de ese barrio, que siguen

adoquinadas, aunque ahora son excepción, le siguen

trayendo buenas remembranzas.

“Jugábamos a la pelota, a la bolita; a las figuritas. Esa

cuadra la tengo marcada a fuego” comenta sobre la calle

del barrio donde vivió hasta los trece años. Era a una cuadra

de las vías del Ferrocarril Mitre Tigre-Retiro, entre las

estaciones San Fernando y Carupá. Había barreras manuales.

Corría la década del sesenta.

“El guardabarrera a veces nos dejaba dar vuelta la

manivela para subir las barreras” relata el artista. “De los

juegos recuerdo –agrega como si fuera lo acontecido ayer

día- la escondida, que era a lo que más jugábamos después

de la mancha, el pisa pisuela, la mancha venenosa, las

estatuas; jugábamos en la vereda”.

“Cuando jugábamos a la pelota” comenta, como era de

esperar sobre un chico argentino, “si aparecía un auto

gritábamos ¡auto! auto! (lo grita como entonces) y

parábamos. Las de entonces eran calles sin tránsito. “Los

arcos estaban en la casa del negro Marina y en la ventana

pintada de otro vecino. Jugábamos en diagonal”

“Jugábamos con la pelota pulpo, de goma. Un cabeza.

Un picado. La madre del negro Marina, Ema, que era

modista, cosía frente a la ventana y nos miraba. De alguna

manera nos sentíamos vigilados” relata y corona la reflexión:

“El barrio era una comunidad, con una cantidad de cosas

que nos alimentaban la identidad”.

En verano aparece otro personaje del barrio; Redondo, el

hielero. “Te vendía la barra de hielo en tu casa, la cortaba

con un serrucho. Cuando jugábamos al fútbol nosotros le

pedíamos “¿nos das un pedacito?” Y él nos daba los

pedacitos que le sobraban al cortar las barras”.

“En la vereda hacíamos canchas de bolita; con un palo

de escoba construíamos el hoyo; y marcábamos el tiro y el

lazo en el medio”. Había veredas de tierra, en esa época,

Page 21: Barrios y lugares de la zona norte

21Barrios e historias

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muy útiles para diversos juegos. “El lechero del barrio

tenía lugar y ahí también las armábamos” narra Meiji.

“También íbamos al campito, un potrero en la calle

Belgrano, entre Quirno Costa y 25 de mayo, a jugar un

picado”. Todos eran juegos entre varones. “Había un par

de vecinitas en la cuadra, pero hacían la suya. A las cinco

venía el llamado a tomar la leche. Escuchábamos por la

radio, Tarzán, y después salíamos de nuevo a jugar”.

Meiji recuerda que en el barrio también jugaban con baleros

-“les poníamos tachuelas alrededor, le pintábamos el

nombre, el escudo

de nuestro cuadro

de fútbol”, los

personalizábamos”

puntualiza- y con

autitos de carrera:

“Hacíamos pistas

y carreras, y les

poníamos masilla

o plomo a los

autitos para que

se afirmen

más al piso”.

« L o s

reyes están

pobres»

“Me acuerdo una frase clásica de mi vieja” relata Meiji y

repite la frase escuchada por tantos en tantas casas: “los

reyes este año están pobres”. Luego explica: “Los reyes te

traían los juguetes más importantes. Reyes era la emoción

de ir a ver a la mañana donde habías dejado los zapatitos.

Eran más importantes que Papá Noel”.

“Después, por la globalización de la Navidad, se impuso

Papá Noel” evalúa, y llega el recuerdo: “Yo nunca me voy

a olvidar de cuando los reyes me trajeron el remociclo, un

auto de cuatro ruedas que tenía dos remos en vez de volante

y vos te subías, remabas y el autito avanzaba”.

Page 22: Barrios y lugares de la zona norte

22 Barrios e historias

Recuerdos

Meiji, los juguetes y San Fernando

“Otro clásico –recuerda- era elfuerte con los soldaditos y el fosodonde iban guardados lo soldaditosde plomo; el puente elevadizo. Habíaépocas para los juguetes y juegos. Laépoca de las figus, la del balero, laépoca de las bicicletas, la de cazarmariposas en Primavera, cuandohabía infinidad de mariposas”.

“En verano –sigue el recuento-

jugábamos a la noche, hasta tarde, ala escondida. Los vecinos salían a lavereda, charlaban, ponían lasespirales contra los mosquitos. Meacuerdo de Franchelli, de losprimeros vecinos que tuvo televisión.Ponía la televisión en la ventana ytodos en el barrio veíamos OdolPregunta*”.

Sobre los primeros juegos mixtos

Meiji relata: “Jugábamos al carnaval.Les tirábamos bombitas de agua alas chicas, sin agresiones, para jugar.Salíamos a la tarde disfrazados.Íbamos a los corsos de Carupá y SanFernando. Mi mamá jugaba, vecinosde 30 ó 40 años jugaban y nosotroscon ellos”.

Travesuras

Luego, en tren de confesiones,

después de todo, las travesuras son

propias, habituales y necesarias en los niños, Meiji revela:

“Hacíamos cerbatanas con tubitos de la sodería de Gilardi,sobre la calle Belgrano. Después juntábamos venenitos delos árboles y les tirábamos a los que se sentaban adelante

en el colegio”.Y otra que dio muchísimo que hablar

en el barrio: “Recuerdo que habíauna barra de chicos más grandes, dequince o dieciséis años, -sigue Meiji-

que nosotros mirábamos conadmiración y una vez, al repartidorde naranja Bilz, le sacaron unabotellita y no sabes el escándalo quese armó”.

Era jugar, compartir momentos de

mucha alegría e intensidad,

encuentros y aventuras de barrio,

“con tipos que todavía sigo viendo.No había televisión. Los martes salíala revista del Pato Donald; la íbamosa comprar al quiosco de diarios delmercado Caravelli, en Quirno Costay 3 de Febrero” rememora Meiji.

Y su viaje a través del tiempo sigue:

“La siesta era para los grandes, paranosotros era un castigo. A esa horajugábamos. Para los cumpleaños lasviejas hacían los bonetes, lasguirnaldas, no había animadores.No era una industria todavía, sehacían en la casa. Era todo másartesanal: los juguetes, lasrelaciones, la forma de vivirgrupal.”

* Odol pregunta por un millón depesos. Programa televisivo que se

emitió desde

1956 hasta

1980. Su

c o n d u c t o r

m á s

conocido fue

Jorge Cacho

Fontana.

Meiji es el

mentor del

recientemente

c r e a d o ,

M u s e o

M u n i c i p a l

del Juguete de San Isidro, situado en Lamadrid 197,

Boulogne, en terrenos del ex Instituto Arenaza. El vecino

Ricardo Olivera Wells donó gran parte de los juguetes que

(Viene de la página anterior)

Page 23: Barrios y lugares de la zona norte

23Barrios e historias

Recuerdos

Museo del juguete en la ciudad de Boulogne

se exhiben. Se puede

visitar de miércoles a

domingo, de 11 a 17.

Entrada: 2 pesos.

“La idea es mostrar

los juguetes desde la

visión del niño que

siempre ve todo más

grande, pues el

mundo está hecho

para y por los adultos

que son más grandes.

Los juguetes son los

cotidianos de la

época del yo-yo, las

figuritas, el trompo, el

balero, el autito preparado con plomo

o masilla” le dijo Meiji a Prensa Libre.

El museo del Juguete promete hacer

El intendente Posse inaugura con Meiji el Museo deljuguete.

renacer las costumbres de jugar al aire

libre y de armar los juguetes con las

propias manos, entre grandes y chicos.

También ofrecerá talleres de armado

artesanal de juguetes

(barriletes y títeres, baleros,

paracaídas, entre otros), y

organizará espacios de

narrativa de cuentos

infantiles.

Está dividido en cuatro

salas: Jugar con nada/Jugar

con todo, de juegos

tradicionales y populares de

calle y vereda. Construir y

destruir, con juegos y

juguetes para armar y de

guerra; El Universo mi casa,

con entretenimientos y juegos

para el hogar; y Trabajar y

Descansar, con juegos para practicar

allí mismo.

Gustavo Camps

De los 80 grupos mencionados en el libro Gen-

te que no, se destacan:

Día-D«Otro de los pioneros del punk rock en la Ar-

gentina.

El grupo fue fundado en 1982 por dos compa-

ñeros del colegio Nacional de Martínez, Martín Aloé

y Hernán Bazzano, y por el baterista Fernando

Ricciardi, que conocía a Hernán y a Martín de las

calles de Vicente López. Debutaron en septiembre

de 1982 en un festival del Nacional de Martínez

bajo el nombre de Los Marginados. Después de

ese show (que terminó en forma abrupta por la

intervención de las autoridades del colegio) cam-

biaron su nombre por Día D.

Por el grupo pasaron Gigio y Sergio Rotman y

algunos de sus temas eran Evangelina, Amor en

el acueducto y Chupasangres. A mediados de los

90, una versión de aquel grupo volvió a tocar bajo

el nombre de Cienfuegos y con nueva formación:

Diego Aloé (guitarra), Fernando Ricciardi (bate-

ría), Hernán Bazzano (guitarra y voz), Martín Aloé

(bajo y voz) y Dergio Rotman (voz). Llegaron a

editar cuatro discos.

División AutistaPioneros de la escena straight edge en la Ar-

gentina.

Participaron en el compilado Invasión 88, con

esta formación: Emilio (voz), Fabián (guitarra),

Pablo (bajo), Pedro (guitarra) y Martín Cosentino

(batería). Este último, en 2009, se convirtió en el

primer candidato Hardcore de América Latina,

con el lanzamiento de su campaña para ser in-

tendente del partido de Vicente López por el

Justicialismo.

Música punk en zona norte

Page 24: Barrios y lugares de la zona norte

24 Barrios e historias

Lugares de la zona norte

La laguna de los patos

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Vicente López

Corría el año 1958. A seis cuadras de mi casa estaba laLaguna de los Patos, en la actual Yerbal y Thames. Con eltiempo se la llamó lago Eva Perón. Allí nos llevaba mi mamácuando mi padre, Carlos Pastorini, tenía que descansar. Élera quintero, al igual que muchos de los que habitaban estalocalidad de Villa Adelina. Por la noche, en época de cosecha,llevaba con su hermano Pedrito las verduras al MercadoDorrego, de Capital. La siesta era necesaria para enfrentarlas tareas de la tarde, después de haber pasado una nochesin dormir.

Para evitar que con nuestros gritos, llantos, etc., propiode dos nenas de 3 y 4 años, interrumpiéramos el sueño demi papá, mamá tomaba el cochecito de mi hermana. A ella lasentaba y yo iba parada al costado. Seis cuadras íbamoscaminando hasta llegar a la laguna.

En la actualidad desde Thames y Lamadrid aún puedepercibirse el declive hacia Yerbal, que en ese entonces estabacubierto de agua y plantas acuáticas, entre las que sedestacaban los juncos y las flechas de agua.

En sus aguas nadaban patos marrones y alguno blanco,que despertaban nuestro asombro, y aunque sea, por unratito, nos mantenían entretenidas y expectantes.

La ex directora de la escuela San Andrés Avelino, Sra.

Miguelina D’Andraia, comentaque esas zonas bajas llegaban alo que hoy es Martín Rodríguez yque su esposo cazaba allí ranas.Cuando llovía con intensidadhabía más de un vecino que se dirigía en bote hacia laszonas altas. “La isla” era una de esas tierras elevadas,ubicada en lo que hoy es P. Moreno y Martín Rodríguez.

Cerca de ella no era raro encontrar los domingos de veranogente tomando mate y algunas señoras se aventuraban aponerse la malla, quedando a la orilla de la laguna, en laIslita, transformada en un balneario local. Tal es el caso dela Sra. Pirocha, nuera del Sr. Luis Abriata, a quien le fuetomada una foto allí, luciendo su traje de baño.

No era la única zona baja de Villa Adelina. También seconoció una laguna en Parque Cisneros. Y si bien no habíalaguna en la zona comprendida entre las calles Soldado delas Malvinas e Independencia, cuentan los vecinos másviejos, que cuando estaban construyendo la plaza AlmiranteBrown pasaban los carros municipales, tirados por dosmulas, llevando tierra y escombros para rellenar la zona,que también era baja.

Page 25: Barrios y lugares de la zona norte

25Barrios e historias

Lugares de la zona norte

Con el pasodel tiempo lalaguna de los

patos se fuepoblando decasitas muy

modestas. El Dr. Julio Alberto Ghersisolía atender a esos primeroshabitantes en forma gratuita,conociendo las necesidadeseconómicas por las que atravesaban.(Agradezco al Sr. Miguel ÁngelLafuente por los datos aportados).

Había vecinos que comenzaron adepositar a orillas de la laguna losresiduos de las casas y laMunicipalidad tuvo que intervenirporque el lugar, lamentablemente, seiba convirtiendo en un basural.

Con el tiempo la zona se fuelimpiando y fueron cada vez más losque se aventuraban a construir suscasas allí. Pero cuando llovía, aúnhabiendo rellenando el terreno, se

inundaban. Transitando Yerbal sepueden ver las casas más altas que elasfalto, por la acción del relleno paraevitar la invasión de las aguas.

Incluso en algunas de ellas llegarona levantar en las puertas de entrada unpequeño tabique de material paraimpedir que el agua pase y las casas seinunden. Hablo en presente porque aúnhoy, si las lluvias son muy intensas,los desagües no son suficientes, y lazona se inunda, como en los peorestiempos.

Pasaron muchos años hasta que porfin las autoridades decidieron terminarcon las inundaciones en la zona.Recuerdo que muchas veces no

podíamos tomar el colectivo línea 5(actual 700) por el nivel de agua que seacumulaba en Thames y Yerbal y zonasaledañas. Construyeron importantesdesagües que dieron un respiro a losvecinos del lugar. Pero la caída naturaldel terreno persiste y, si cae unaintensa lluvia, los desagües no llegana ser suficientes (pasó en febrero del2010). Ojala algún día se pueda darsolución definitiva a este problema,que tiene que ver con la geografía denuestra localidad y también con lanecesidad de obras que completen alas ya existentes.

Mónica Liliana Pastorini

[email protected]

Page 26: Barrios y lugares de la zona norte

26 Barrios e historias

La educación en la zona

René Deppe, primer maestro de BoulogA principios de 1900, en lo

que hoy es Boulogne, había

grandes quintas, una zona

especialmente agrícola.

El 3 de abril de 1910, el

diario La Prensa, anunciaba en

destacados avisos: “El Remate

del Siglo en la Ciudad Jardín

Boulogne”. En la subasta se

vendieron unos 900 lotes.

Durante el año del Centenario

del nacimiento de José de San

Martín, se llamó Boulogne Sur

Mer.

El 13 de agosto de 1964, se la

declaró Ciudad, por la Ley 6792.

Todas estas informaciones

fueron bien descriptas en la revista

Dos Décadas en Zona Norte de

Prensa Libre de 2007.

El año 1915, la señorita Margarita

Delatre, realizó un censo escolar en la

por entonces conocida como Las

Lomas de San Isidro (actual Boulogne).

Se autorizó la creación de una Escuela,

la Nº 7 que quedó a su cargo

interinamente.

La concurrencia de alumnos fue

aumentando y se hizo necesario

designar otro docente, que fue el

Maestro René Deppe.

René Aquiles Norberto Deppe,

nació en Bélgica el 1º de mayo de 1880.

De algún modo fue señalado por el

destino: esa fecha se declaró

universalmente el Día de los

Trabajadores, en recuerdo del trágico

crimen de Chicago, cuando doscientos

mil obreros iniciaron una huelga (el 1°

de mayo de 1886) para mejorar sus

condiciones de vida y lograr la jornada

laboral de ocho horas.

René Deppe arribó a la Argentina

con sus padres en 1886, y se radicó en

Campana. Cursó sus estudios

primarios y luego el magisterio.

Se casó a los 18 años con Luisa

Guillermina Agustina Beauché, que

fuera su compañera inseparable en

todas las sacrificadas tareas del

Maestro Deppe.

También estudió Ingeniería de

Calderas, al mismo tiempo que

trabajaba en los talleres de Campana

del Ferrocarril Central Argentino

(actual Gral. Mitre). Al trasladarse

estos talleres a Rosario, Deppe

abandonó sus estudios, y para hacer

frente a las necesidades familiares (ya

era padre de tres hijos), daba clases en

Escuela Nocturna para Adultos.

También preparaba alumnos, en forma

particular, de matemáticas e inglés.

Recordemos que el Maestro dominaba

a la perfección ese idioma, también el

italiano y francés, y poseía una vasta

cultura.

Como dijimos, en 1915, el Maestro

Deppe es designado en la Escuela Nº

7 de Boulogne, que lo convirtió en el

Primer Maestro de esta Localidad.

Para trasladarse de Campana hasta

la Escuela, Deppe tomaba el tren hasta

Villa Ballester. A falta de otros medios,

debía atravesar campos despoblados

y llegaba a las 9 de la mañana, lo que

hacía de regreso a su casa a las 9 de la

noche.

Así lo hizo durante más de un año,

hasta lograr una habitación al lado de

la Escuela. El 17 de julio de 1917, fue

designado Director, por el traslado de

la señorita Delatre a la Escuela Normal

de Campana. Para ese entonces la

Escuela Nº 7, ya contaba con segundo

grado y 61 alumnos regulares.

Al aumentar las necesidades de la

Escuela, el Maestro debió abandonar

la habitación en que vivía y trasladarse

a la cocina, con su esposa.

Otra de las actividades que

hacía, los fines de semana y en

vacaciones, era limpiar las

instalaciones escolares, barnizar

pupitres, pintar las paredes, entre

otros menesteres. Así también

recorrer tambos, quintas, hornos de

ladrillos, para persuadir a los padres

que enviaran a sus hijos a la Escuela.

Entonces, la cantidad de alumnos

aumentó a 127, cuyas edades oscilaban

entre los 8 y 19 años.

Es de hacer notar los agotadores

esfuerzos del Maestro, que no recibía

apoyo de la Dirección General de

Educación, sólo del depósito del

Consejo Escolar, que le entregó

pizarrones, armarios y bancos

deteriorados. A la par que el ferrocarril

le dio hierros, con ayuda de sus

alumnos mayores, pudo levantar otra

aula, para alojar un tercer grado.

También se lo recuerda, porque

enseñaba de noche a personas adultas,

deseosos de aprender, y en los talleres

del Central Córdoba a los maquinistas

que debían rendir exámenes en el

ferrocarril.

Su esposa fue una auxiliar muy

importante para Deppe: así enseñaba

manualidades, a coser, a bordar y

también a cocinar. En días de lluvia,

daba de comer a los chicos,

sustrayéndolo de su propio almuerzo,

y a la tarde les daba té con leche.

En 1925 compró dos lotes en la calle

Francia, actual Batalla La Florida al 100,

de Boulogne y levantó dos casas

iguales, una para su vivienda, la otra

para los familiares, que también utilizó

como sede del Conservatorio de

Música.

Cuando tuvo algunas

posibilidades económicas, adquirió

una “volanta” con la que hacía sus

recorridas para la inscripción de

nuevos alumnos, para traslados a la

Escuela, así como también para casos

de emergencia, para ver en su

Page 27: Barrios y lugares de la zona norte

27Barrios e historias

La educación en la zona

gneconsultorio al doctor Enrique

Marengo. Por estos tiempos adquirió

un piano, porque su hija menor Norma

Ercilia estudiaba y se hacía necesario

poner música a las clases en la Escuela.

También la acompañaba el hijo mayor

del Maestro, Santiago René, en flauta

y violín. Estos dos, como el segundo,

Arturo Pedro, fueron profesores de

música.

El Maestro Deppe, dominaba el

arte de la fotografía. Hizo los clisse y

la caja de revelado. Así como el cuarto

oscuro, para lo que utilizó las maderas

del embalaje del piano. Es de recordar

que Deppe pasaba hasta seis meses

sin cobrar su sueldo. No se jubiló y

murió en actividad.

Falleció el 6 de octubre de 1932

(tenía sólo 52 años), luego de una corta

enfermedad, en la casa que había

construido en la calle Batalla La Florida.

Sus restos fueron inhumados en el

panteón del Magisterio del cementerio

de San Isidro, donde permanecieron

durante 35 años y desde 1967 en la

bóveda familiar de Santiago Deppe.

Una plazoleta ubicada en la

Avenida Rolón, Bulnes y Uriarte

recuerda al Maestro Deppe. Allí en un

monolito hay dos placas, una de la

Municipalidad de San Isidro del 22 de

noviembre de 1972. La otra dice:

“Homenaje de los alumnos del

conservatorio René Deppe a su

fundador y primer maestro de la

localidad. 1-5-1880 / 6-10-1932”.

El Maestro Deppe dejó en este

pueblo y las zonas vecinas, un

recuerdo inalterable.

Su mayor mérito fue haber educado

a gran parte del vecindario, en forma

vocacional y con gran generosidad.

Miguel Ángel LafuenteJunta de Estudios Históricos de

Villa Adelina.

Para Sarmiento la educación era

fundamental, tanto para asegurar la

cohesión de la comunidad nacional

como para el progreso económico y

politico. Mediante la Ley de

Subvenciones de 1871 procuró

garantizar los fondos para la creación

de nuevas escuelas y la compra de

materiales y libros. En 1872 ya

funcionaban en el país 1.644 escuelas

primarias, con 97.500 estudiantes. La

Escuela Normal de Parana fue

el modelo para los institutos

de formación de maestros el

«normalismo» se convirtió

en sinónimo de excelencia.

Sarmiento también promovió

la difusión del libro.

Las altas tasas de

analfabetismo reveladas par

el censo de 1869 incitaron a

Sarmiento a lanzar un verdadero

«tratamiento de shock» educativo.

Entre muchas otras medidas, levantó

diversos tipos de colegios hasta

nocturnos ambulantes, creo

bibliotecas populares en todo el país

y trajo maestras estadounidenses .

Odisea Laica se llamo a la acción de

las 67 docentes norteamericanas

traidas al país por Sarmiento, ellas

impulsaron la transformación de la

Argentina en uno de los paises con

menos analfabetismo.

Su principal asesora sobre el modelo

americano fue Mary Mann,

educadora norteamericana, quien fue

impulsora de los nuevos métodos.

En 1846, mientras cumplía misiones

diplomáticas en los Estados

Unidos, Sarmiento conoció a la

educadora Mary Mann, con quien

mantuvo una estrecha amistad. Su

marido, Horace Mann,

tradujo el “Facundo” al

inglés.

Mary colaboró con

Sarmiento convocando a

maestras norteamericanas

para que vinieran a aplicar

sus novedosos métodos a

nuestro país. Las maestras

se trasladaron a diferentes puntos

de la Argentina, aprendieron

rápidamente el idioma y

contribuyeron notablemente en la

formación de maestros y profesores

argentinos.

El libro “Mi Estimado Señor: cartas

de Mary Mann a Sarmiento”,

compilación de Barry Velleman,

refleja la profunda relación

intelectual y política que

mantenían.

Domingo Faustino Sarmiento

y la educación en la Argentina

Page 28: Barrios y lugares de la zona norte

28 Barrios e historias

Lugares

La emblemática torre de CarapachayLa Torre Ader, un tradicional monu-

mento arquitectónico que se levanta en

Villa Adelina (Av. Triunvirato y Castelli,

Vicente López) cumplió el 23 de julio 95

años y se los festejaron con música,

bailes tradicionales y una suelta de glo-

bos. Actualmente en el lugar funcionan

el Instituto de Investigaciones Históri-

cas, una biblioteca y el Archivo de

Asuntos Municipales. Puede visitarse

de lunes a sábado, con entrada libre y

gratuita.

El nombre oficial es Torre de la Inde-

pendencia, pero la vecindad la conoce

como Torre Ader, por Bernardo, un

vecino europeo, que según relatan los

historiadores, llegó al país en 1860, y en

1916, en los terrenos de su casa de

campo, en la actual Villa Adelina, hizo

construir la torre como homenaje al país

que lo cobijó.

El día

del feste-

jo a medio

día, veci-

n o s ,

m i e m -

bros del

Instituto

de Inves-

t igacio-

nes His-

t ó r i c a s

del distri-

to –que

funciona

allí- y autoridades municipales descu-

brieron una placa por los 95 años de la

torre. Hubo suelta de globos verdes, un

ballet danzó bailes tradicionales y un

grupo de percusión musicalizó el feste-

jo.

Más allá de los documentos, y las

pinturas de varios intendentes del dis-

trito, que adornan las paredes junto a

los primeros escalones de la construc-

ción, sin duda, lo más llamativo del lugar

es el mirador altísimo que permite

visualizar ampliamente, al sur, la Capital

Federal, y al noroeste hasta Campo de

Mayo.

La torre es una construcción unitaria,

rodeada por

un enrejado,

centrada en

una rotonda

circunvalada

por jardines,

donde los ni-

ños de la ve-

cindad, so-

bre todo los

fines de se-

mana, suelen

rodear en bi-

cicleta o utilizar como punto de encuen-

La torre por dentro.

Page 29: Barrios y lugares de la zona norte

29Barrios e historias

Lugares

El «Jardín Pueblo Niño»le da la bienvenida a la escuela

«Pueblo Joven PerspectivaEducativa»,

que abrirá su ciclo Primarioen el año 2012

Solicitar entrevista4766-2559/7352

M. Rodríguez 1770 - Villa Adelina

SECCIONAL VICENTE LÓPEZ

AGRUPACIÓN “JOSÉ CHIRINO”

Un grupo de delegados, de la Seccional integran la

AGRUPACION LISTA MARRON JOSE CHIRINO,

que atenta a las necesidades de las personas del

interior de nuestro país, se dedicarán a la

solidaridad y al trabajo con la comunidad.

Los mismos encargarán de hacer llegar lo recaudado

a las entidades elegidas.

«La Solidaridad es la única inversión

que nunca falla».

AGRUPACION: Lista Marrón

«José Chirino»

tro para sus juegos en el

barrio.

En charla con el coor-

dinador del monumen-

to, Eduardo Rodríguez,

informó que desde este

año: “ampliamos el ho-

rario y ahora está

abierto de lunes a vier-

nes, de 9 a 16, y los

sábados de 14 a 18,

para cualquier vecino,

entidad o escuela que

quiera visitar, consultar algún libro o

subir al mirador a tomar fotos o disfru-

tar la vista”.

Rodríguez señaló que la torre es muy

visitada por jóvenes y estudiantes. “Te-

nemos la única hemeroteca que existe

en el partido, una linda biblioteca y

tenemos visitas de colegios de toda la

región, San Martín y San Isidro” pun-•

tualizó. Las escuelas

deben programar las

visitas con un día de

anticipación, al 4765-

3874.

A mediados de oc-

tubre de 1967 las nie-

tas de Bernardo dona-

ron la torre a la comu-

na municipal. Más allá

de lo pintoresco de la

monumental obra ar-

quitectónica, la insta-

lación de la torre, relatan los historiado-

res, trajo polémicas entre vecinos de

Carapachay, Munro y Villa Adelina, por

adjudicar en los límites de su terruño el

vistoso monumento.

La Torre Ader es de estilo florentino

(s. XVIII) tiene 42,30 m de altura, ladri-

llos a la vista y 217 escalones interiores.

Globos en la entrada.

D u r a n t e

años, cuan-

do los edifi-

cios de altu-

ra no eran

corrientes,

sirvió como

punto de re-

f e r e n c i a

para los pa-

sajeros del

que hoy es

el ferrocarril

Ferrovías

(ex Central

Córdoba; ex

Belgrano),

en el trayec-

to desde

Retiro..

Page 30: Barrios y lugares de la zona norte

30 Barrios e historias

Lugares

b y nEl telescopio que

funciona en el barrio

Club de AstronomíaIng. Félix de Aguilar

Que en medio de un barrio, casi

perdido en una zona residencial,

exista un observatorio

astronómico, no es algo demasiado

común. Sin embargo, eso ocurre

en pleno Martínez, apenas a dos

cuadras de Paraná y Fleming,

cerca del límite con Vicente

López.

El telescopio principal que usan,

lo hizo un socio que llegó en el

‘83, Darío Tosoni en su fábrica

de engranajes. En el ’96 lo

inauguraron con un reflector de

más de 33 centímetros de

diámetro. Es considerado un buen

telescopio, con un peso de unos

150 kilos.

Este telescopio, al que le llaman

«Gran Sasso», tiene motores, que

le permiten adaptarse al

movimiento de la tierra, de tal

manera que se pueda seguir al

objeto a observar durante horas.

El telescopio está enterrado un

metro y medio para que no se

mueva, dentro de un galpón, al que

se le abre el techo y gira. Junto a

él, coexisten otros telescopios

automáticos, que permiten ubicar

distintos cuerpos celestes y que

pueden ser programados para ver

al instante a objetos previamente

ubicados. Además cuentan con un

dispositivo para sacar fotos de los

astros.

Festejos en la plaza de MartUna multitud de

vecinos de

Martínez y de lo-

calidades vecinas,

sobre todo jóve-

nes, estuvo en la

inauguración de

las obras de

remodelación de la

plaza 9 de Julio, de

Martínez, el do-

mingo10, al cum-

plirse 100 años de

la fundación. Ac-

tuó el grupo de

percusión, La

Bomba de Tiempo.

Después de treinta años que el espa-

cio no se renovaba, la Asociación

Amigos de la Plaza 9 de Julio festejó el

cumpleaños con una torta de 100 kilos.

El Club de Leones local le rindió home-

naje. La Municipalidad financió parte

de las obras y empresas de la zona

donaron los juegos.

Jóvenes con el

mate y el termo, fa-

milias, vecinos de

años, gran canti-

dad de público de

la zona y de locali-

dades vecinas fes-

tejaron los cien

años de la Plaza 9

de Julio, durante

el último fin de se-

mana, con varias

actividades alusi-

vas para rememo-

rar el día de la inde-

pendencia y el

centenario del es-

pacio.

El grupo de percusión, La bomba de

tiempo, le puso ritmo a los festejos el

domingo por la tarde, aunque en rigor,

los homenajes comenzaron el viernes

poco antes de que comenzara el 9 de

julio cuando los vecinos esperaron la

llegada de la fecha patria con chocolate

y pastelitos (donados por la firma

Kansas)

“Nació por la idea de un grupo de

bohemios” relató, Ricardo Cardoso,

sobre la práctica que los vecinos llevan

a cabo desde hace años, sin convoca-

toria previa, de esperar la medianoche

del 8 de julio, en la plaza, la llegada del

día de la independencia, cantar el him-

no, repartir banderitas escolares argen-

tinas y compartir chocolate con

pastelitos. .

Cardoso, que es el presidente de la

Asociación Amigos de la Plaza 9 de

Julio, relató que hace siete u ocho años

atrás él, su mujer y un par de parejas

amigas decidieron , a la salida de un

restaurante de la zona, “ya que era casi

9 de julio, pasar por la placita y cantar

Junto a La bomba de tiempo.

La plaza celebró con su torta de 100 kilos.

Page 31: Barrios y lugares de la zona norte

31Barrios e historias

Lugares El telescopio que

funciona en el barrio

Club de Astronomía

Ing. Félix de Aguilar

El CAIFA dispone de dos sedes.

En su Sede Principal, en Hipólito

Yrigoyen de Martínez, los sábados

a las 18 se realizan reuniones,

charlas y conferencias sobre

diversos temas astronómicos, de

otras ciencias y temas de interés

general para la comunidad, a cargo

tanto de miembros del Club como

de investigadores especializados.

El Observatorio se encuentra

también en la ciudad de Martínez,

en Buchardo 2556, donde se

realizan periódicamente

observaciones planetarias,

galácticas y extragalácticas, tanto

con el telescopio principal Gran

Sasso como con otros secundarios

y binoculares que se disponen,

además de pequeñas charlas entre

los miembros en una sala de

reuniones. El Gran Sasso

próximamente dispondrá con una

cámara CCD para optimizar los

trabajos de fotografía y para la

observación de cielo profundo

desde la ciudad. Dicha sede cuenta

con una biblioteca y videoteca.

Forma de contacto

Gabriel R. Bengochea

[email protected]: 15 6557 6270

Diego Travieso: 15 6472 9340

Gabriel del Río: 4911-9838 / 15-

6018-6134

Darío Tosone: 4799-7112

O vía Internet visitando el sitio:

http://www.caifa.com.ar

ínez remodelada

el himno”.

El vecino contó que durante

los años siguientes se sumaron

otros vecinos, invitaron a la

banda de los Bomberos Volun-

tarios de San Isidro, para que

acompañe con música, y así se

llegó a este festejo que el vier-

nes ocho a media noche convo-

có varios cientos de personas, y

como siempre, sin una invita-

ción programada.

Esta vez también estuvo el

intendente municipal, Gustavo Posse,

que recibió un recuerdo de la asocia-

ción de Amigos de la Plaza, y entre el

público también se vio al concejal, San-

tiago Cafiero, a Hugo Azerrat, que es

habitué del bar Don Martín (Diagonal

Salta y Berutti), y a varios funcionarios,

muchos de ellos vecinos.

Pero lo de la noche del viernes sola-

mente fue el comienzo. El sábado la

Asociación “festejó”

formalmente el cum-

pleaños con una tor-

ta de 100 kilos, de 1,46

mts. x 1.14 mts que

donó la panadería del

barrio, y que en la

parte superior lleva-

ba la maqueta de la

plaza realizada por las

vecinas Silvia y Mirta

Loreiro (hermanas).

“Hace treinta años

no se remodelaba la

plaza” le reveló

Cardoso a Prensa Libre y señaló que la

idea de la Asociación de Amigos “no es

absurda o superficial, ya que las per-

sonas necesitan un lugar de esparci-

miento al aire libre y la plaza es la

continuación del jardín que alguien

puede tener en su casa”.

Muy feliz con el remozado espacio,

Cardoso recordó que el centro del solaz

“estaba oscurecido por las enredade-

ras que no dejaban pasar el sol y ahora

la municipalidad limpió el sector,

Posse junto a las placas de Los Leones.

Una multitud en los festejos.

raleó los árboles e instaló luces”. El

vecino informó que los juegos

integradores (para niños con capacida-

des diferentes) fueron donados por IBM

En Berutti y Larumbe el Club de Leo-

nes inauguró una escultura de un león,

de los escultores Alfredo Collado y

Gabriel Suárez, una obra que repre-

senta al Club de Leones de Martínez,

“siempre presentes en todas las activi-

dades de la plaza”, destacó Estela Ga-

rrido, escritora, leona y vecina de

Martínez.

Cardoso informó que el Club de Leo-

nes cuidará y repondrá las flores de la

esquina de Larumbe y Berutti. “Pone-

mos flores perennes porque es costoso

mantener los jardines”. El Rotary Club

hará lo propio con las flores de la esqui-

na vecina, de Larumbe y Necochea.

Page 32: Barrios y lugares de la zona norte

32 Barrios e historias

La música en los barrios

Gente que NO (Postpunks, darks y otros

Historias de músicos

que finalmente (casi to-

dos) guardaron la guita-

rra en el ropero y se dedi-

caron a otros menesteres.

Con una prosa dinámica y preci-

sa, no exenta de información, el libro

Gente que NO (Postpunks, darks y

otros iconoclastas del under porte-

ño en los ´80), de la editorial inde-

pendiente Piloto de Tormenta, de-

muestra –más allá de la referencia del

título a lo porteño- que la zona norte

del Gran Buenos Aíres fue un semi-

llero de música popular en la década

posterior a la última dictadura.

Dice el libro –y los melómanos ya

lo saben- que Gente que No, es el

título de un tema del reconocido, Jor-

ge Serrano, de Los Auténticos Deca-

dentes y ex, Todos tus Muertos, uno

de los grupos –tal vez el de más tra-

yectorias y conocimiento por parte

del público de aquellos años- de los

que se ocupa la

obra.

Gente que No es

una serie de investi-

gaciones, realizadas

y escritas por perio-

distas, sobre grupos

de música popular

(rock under, punk

rock, dark, ska,

hardcore y la lista de

géneros sigue) que

nacieron durante los

ochenta y no pasa-

ron los cinco minu-

tos de fama, como

máximo, pero sem-

braron algo que lue-

go creció y dio fru-

tos.

Además, los autores se empeñan

en conocer qué fue de esos adoles-

centes, jóvenes y recientes adultos

(por entonces), una vez que dejaron

los escenarios de colegios, bares, re-

ductos –algún Obras o similar, como

teloneros, en el mejor de los casos- y

en no pocos casos, simplemente en-

sayos en casas que tenían el espacio

requerido, sin más.

Es un bonus de la información

musical de la obra y lleva a casos

muy curiosos, como el de un anar-

quista de aquellos años que terminó

como reconocido escribano del mer-

cado; o aquel que siguió en el am-

biente pero con una empresa de se-

guridad para artistas, o uno que se

fue a la India y se convirtió en monje

budista.

Para no pocos vecinos de la zona

norte, que hoy rondan los 50 y pico,

es la oportunidad de

reconocer apellidos

de compañeros de

colegio (de esos

que “tenían una

bandita”) y amigos

del barrio de aque-

lla época, con los

cuales dejaron de

cruzarse hace tiem-

po por más de un

motivo. Shegueso,

Fiori, López Galán,

Bazzano, Esau, y

más.

Lugares como el

nacional de

Martínez, el nacio-

nal de San Isidro, el

barrio frente a la estación Acassuso,

el comercial de San Fernando, el

Winter Garden, la barranca de la ca-

lle Ayacucho, en San Fernando, El

Algunos de los autores en la presentación.

Page 33: Barrios y lugares de la zona norte

33Barrios e historias

La música en los barrios

iconoclastas del under porteño en los ´80)

colegio Huerto de los Olivos, el bar

Aztecas, frente al Centro Lucense, en

Vicente López, y más.

La obra, en rigor no es lo que se

dice una novedad, porque se publi-

có en octubre de 2009, pero se acaba

de presentar en la Biblioteca de San

Isidro, merced al empeño del grupo

Cultura y Espacio Público en San Isi-

dro, que trata de ofrecer alternativas

gratuitas en una municipalidad don-

de todo en este rubro parece privati-

zado.

Una hipótesis de la obra, y de los

autores, es que el buen pasar de las

familias de la zona norte, en general,

permitió que los jóvenes tuvieran ac-

ceso a materiales musicales de otros

países, información (en épocas sin

Internet) y recursos para hacerse de

los instrumentos, aprender a ejecu-

tarlos y armar bandas, sin mayores

problemas.

En la presentación, entre otros,

estuvieron Daniel Flores, Alfredo

Sainz y Franco Varise, coautores del

libro; el titular de la editorial Piloto

de Tormenta, Pablo Pérez, que tam-

bién se dedica a la música, y el veci-

no de San Isidro, Gustavo Collado,

baterista de La Sobrecarga y Dividi-

dos, con una pelada de señor, que

actualmente enseña música.

Otro bonus del libro

es el último capítulo,

bajo el título 80 de los 80,

donde se publican los

nombres de un montón

de grupos de aquellos

años con una breve re-

seña. Alerte Roja, Los

Encargados, Conmoción

Cerebral, Los Testícu-

los, los Pillos, La Sobre-

carga, Control, Cosméti-

cos y un montón más.

También se publica

una suerte de árbol

genealógico, bajo el tí-

tulo Cuadro de situa-

ción, que permite ver

como se fueron uniendo,

dividiendo, o en algu-

nos casos mutando

nombres simplemente,

las bandas, los músicos

pioneros y los que fue-

ron incorporándose a lo

largo de esos años para

conformar la escena.

El libro no intenta dar

a conocer a “los mejo-

res” ni a los “más afama-

dos” ni siquiera a los

que perduraron más en la escena.

Dicho por los propios autores, jus-

tamente caballeros de entre 40 y cin-

cuenta años, las bandas son más las

que ellos supieron conocer en esos

años por ser parte del público “se-

lecto” que las escuchaba.

Otros de los autores son Juan

Andrade, Leandro Uría, Jorge Luis

Fernández. El libro forma parte de la

colección, Libros de una Isla, de Edi-

ciones Piloto de Tormenta

(www.pilotodetormenta.com), el dise-

ño de la tapa le corresponde Gabriel

Fabu y las fotos de tapa y contratapa

son de Daniel Flores.

El libro en cuestión.

Page 34: Barrios y lugares de la zona norte

34 Barrios e historias

Los que llegaron

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Carmelo Iazzetta llegó de Italiaal Puerto de Rosario, provincia deSanta Fe, en el Barco La Santa Fe.Fe es lo que le sobraba. Y fuerza. Co-rría el año 1954. Escapaba del ham-bre y las malas condiciones de vidade una posguerra que había hechoestragos en la vida de todos, en aquelpueblo lejano de Nápoles, Avelino.Era el menor de cuatro hermanos.Hijo de Ángela María Giannetta, unamujer abnegada y sufrida por losembates de la vida; y de AscanioIazzetta, un padre fuerte y decididoa luchar por su pueblo, que se lanzóa la guerra como voluntario.

Ascanio faltó 8 años de la vida desu familia. Estuvo preso en África, Ale-mania y en otras tierras que no eran lasuya. La guerra solo le dejó una marcaen la cara, fruto de una esquirla. Cuan-do Ascanio regresó a Avelino, despuésde tanto tiempo, no reconoció a ningu-no de sus hijos, Miguel, Gerardo,Egidio y menos al menor, Carmelo. Alpequeño, de seis años, “le habían que-mado la vista”. Así contaban todos enla familia. Como el sistema sanitarioestaba desbordado por heridos de gue-rra y epidemias, una catarata mal aten-dida en el hospital le malogró el ojo de-recho y tuvieron que recurrir a una pró-tesis; el izquierdo tenía una miopía muyavanzada. Con anteojos de los grue-sos apenas veía.

Muchos años después, ya en la Ar-

gentina (él fue el primero en llegar, aprincipio de los ´50) les contaba a susnietos las historias de esos años, talvez para exorcizar recuerdos terribles,y ellos las escuchaban como cuentosfantásticos, pero con el protagonistaal lado. Entre estas historias, la másemocionante fue el regreso al pueblo,desde Alemania, con vida, gracias aun cura que lo reconoció, como paisa-no de su pueblo, en el momento preci-so en el que iba a ser fusilado con otrosprisioneros.

Ascanio, de oficio peluquero y bar-bero, puso su local y comenzó a traba-jar sin cansancio. Quería ver a todo elmundo con el pelo bien cortito. No le

gustaban los melenudos ni los barbu-dos. Cuando veía pasar a algún jovenpelilargo: “a ese lo tengo que agarraryo”, decía. Cierta vez, cuando ya teníahasta nietas en Acassuso, partido deSan Isidro, en una visita familiar agarróa una de las más chicas con las tijeras.Para él fue un acto de amor y de servi-cio; pero le hizo un corte de varón, biencortito y raya al costado. La nena(Claudia María, hija de Carmelo yMartina) tuvo que esperar bastantepara recuperar su cabellera.

Miguel, el hermano mayor de la fa-milia, el primogénito, fue el segundo ensalir de Italia. Trajo a Ángela María aRosario, pero eligió para radicarse los

Un inmigrante en San Isidro

Page 35: Barrios y lugares de la zona norte

35Barrios e historias

Los que llegaron

Estados Unidos, por su especializa-ción. Era sastre de alta costura. Hizo sucarrera profesional en la ParamountPicture y la Universal Studios, hastaque falleció a los 75 años.

Gerardo llegó tiempo después queel mayor, también a Rosario. Era zapa-tero y allí puso su negocio y formó sufamilia. Trabajó sin descanso, fue elencargado de cuidar de Ascanio yÁngela María.

Egidio, el tercero de los hermanos,llegó a Buenos Aires y vivió los prime-ros años tiempos en la Villa 31, de Reti-ro. Pero era sastre, como Miguel, y estele consiguió un puesto en la UniversalStudios, y allá se fue, también al norte.

A Carmelo la falta de visión lo mar-có toda la vida, pero no le impidió lle-gar a la Argentina. Tenía 17 años. Feera lo que le sobraba. Y fuerza. En 1966se instaló en Acassuso. Ladiscapacidad visual le impidió hacersede un oficio como sus hermanos ma-yores. En Avelino fue monaguillo y es-taba siempre cerca del sacerdote, encada procesión. Muchos familiarescontaban que quiso ser cura.

Carmelo, como su padre Ascanio,les narraba historias a sus hijas. El con-taba que de niño jugaba en la tierracon piedritas, palitos y caracoles. Susjuguetes eran esos. Así se entreteníanlos niños del pueblo, con elementos dela naturaleza. También les confesó quese asustaba mucho cuando ÁngelaMaría cocía caracoles en la vieja coci-na de la casa italiana, porque los capa-razones golpeaban la tapa de la olla conun ruido terrible, para el niño.

Trabajó en distintos rubros. Siem-pre se las ingenió. Lo que le faltaba devista le sobraba de compromiso con eltrabajo, de ingenio y de responsabili-dad. Cuidador de un hotel, operario delimpieza en dos edificios, obrero en unabodega. Por mucho tiempo se ocupóen los tres trabajos a la vez; y además,los fines de semana hacia pizzas y laiba a vender a las canchas de Boca yde Deportivo Italiano.

A Martina la conoció una tardecuando ella salía del taller de costuradonde trabajaba. Pasaron varias tardes,juntos y de mucha conversación, has-ta que decidieron salir como novios.Se casaron y tuvieron dos hijas; ClaudiaMaría –la que “sufrió” el corte de pelodel abuelo- y Silvana María. Cierta vezCarmelo tuvo la peor de las ocurren-cias. Se compró una moto. La primeravez que la usó terminó adentro de unnegocio. Su problema visual le impedíahacer muchas cosas.

Cuando Carmelo recién llegó aAcassuso, la mayor parte de la zonaera un descampado, no obstante, pudoemplearse en un edificio, como encar-gado, en la Calle Alfaro entre Manzoney Albarellos. Los vecinos contaban queel edificio se había construido sobre“un antiguo manicomio” y que habíapersonas enterradas. Toda una histo-ria de aventuras y terror para los niñosdel lugar. Sus hijas se criaron allí. Estu-diaron en el Colegio María Auxiliadora.

Carmelo nunca pudo estudiar for-malmente, pero tenía facilidad paraaprender idiomas y era muy hábil conla aritmética y las relaciones públicas.En el edificio lo buscaban para todotipo de tareas. Limpiaba con tanto afánlos cristales de la entrada del edificio,que más de un despistado se los llevópor delante, creyendo que la puertaesta abierta. Lavaba las escaleras conagua y jabón, desde el piso más alto, el12avo, hasta la planta baja. Cuando eltemblor de SanJuan repercutió enBuenos Aires eledificio tembló y élmismo tocó el tim-bre de todo el con-sorcio para tran-quilizarlos y avi-sarles que bajaranpor la escalera, nopor el ascensor; yasí lo hicieron, encamisón, en ropade cama, hasta el

Vecinos que hicieron los barriosparque del edificio.

El programa que Carmelo adorabaera salir con la familia, o con los paisa-nos, a comer pizza y jugar a la baraja.Muchas veces salían con Martina, enbicicleta, y cada cual llevaba atrás a unade las hijas. Iban a Los Invasores, deMartínez. Cierta vez, por Arenales, conla calzada un poco mojada, la bicicletade Carmelo patinó en una bocacalle.Padre e hija quedaron desparramadosy embarrados en medio de la calle. Perono iban a echar a perder la salida. Comoestaban llegaron y entraron a Los in-vasores. Fueron el centro de todas lasmiradas, pero Carmelo se sentía segu-ro de sí mismo ¡Había pasado tantas!

Era un hombre creyente; colaboróconcretamente para la edificación de laParroquia Niño Jesús de Praga, deAlbarellos. A fines de los ochenta co-menzó a enfermarse. Carmelo Fumaba.Le diagnosticaron un problema en elcorazón: miocardiopatía dilatada. Deallí en más -hasta la muerte, a los 56años- paso por internaciones, interven-ciones varias y complejas, sobre lascuales los médicos preanunciaban lopeor, pero Carmelo salía, una y otra vez,hasta la última vez. Fe era lo que le so-braba. Y fuerza (…).

Fragmento del cuento “Un inmi-

grante en San Isidro”, la historia del

vecino Carmelo Iazzetta, contada por

su hija, la profesora Claudia Iazzetta.

Asociación que trabaja en la

difusión de la Cultura Italiana.

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Page 36: Barrios y lugares de la zona norte

36 Barrios e historias

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Cusiosidades

Una famosa burrada...

El viejo Cucase, verdule-

ro, transita con su carrito

cargado de fruta y verdura,

tirado por un asno. Va por

“Villa Nájera”, la antigua

“Villa Nájera”, barrio de esta

Ciudad de San Fernando,

por entonces de calles de

tierra flanqueadas de

zanjones con agua. Va pre-

gonando su mercancía a los

vecinos, sus parroquianos.

Al asno le acontece enton-

ces un pronto, uno de esos

asnales arranques tan, para

nosotros, inexplicables e irracionales, pero que, en el mun-

do asnal pueden tener alguna explicación, inalcanzable ge-

neralmente para los simples mortales. Se plantó, sí; se negó

tercamente a seguir adelante. Habrá tenido, sin duda, recla-

maciones salariales pendientes, demandas gastronómicas

insatisfechas, cuestiones sindicales aún en trámite; no lo

sabemos. Lo cierto es que no quiso seguir adelante. El ver-

dulero comenzó a incitarlo verbalmente; era hombre de paz,

y no quería pasar a las vías de hecho sin agotar antes los

verbales razonamientos; pero el asno no estaba aquel día

para monsergas, y allí siguió, firme en el sitio, como si lo

hubieran plantado en un hoyo en la dura tierra.

El verdulero Cucase pasó, sí, entonces, a las vías de he-

cho, valiéndose de un látigo que para el efecto llevaba siem-

pre prevenido; pero el asno desoyó también estas imperio-

sas invitaciones del desdeñado mercachifle.

En aquellos momentos, y en mal hora, en malísima hora

diríamos nosotros, acertó a pasar por el lugar el muy soca-

rrón y taimado del manco Villadeamigo, que, viendo el mal

trance porque pasaba su compadre el verdulero, que se

había bajado del pescante y rascándose la cabeza se deva-

naba pensando qué haría, se dispuso inmediatamente a in-

tervenir en su favor. (En reali-

dad no era la suya, ni por se-

mejas, una intención de ejer-

citar la beneficencia, como en

seguida veremos; su designio

era bien otro).

-Esa no es manera de ha-

cer las cosas -le indicó al ver-

dulero. –A los asnos hay que

tratarlos de otra forma.

El verdulero quedó dudo-

so; el manco sabía con qué

bueyes araba, y que el verdu-

lero era, sin duda, de los de

poca sal en la mollera.

-Pues ¿cómo tengo que hacerlo?

-Mediante la persuasión.

-Ya he tratado de persuadirlo varias veces; incluso he

intentado convencerlo con esto- y esgrimió el látigo.

-Craso error; déjeme usted a mí, y verá.

Y allí fue el pícaro del manco y se abrazó al cuello del

animal. Fingió como que paternalmente le hablaba.

Villadeamigo estaba fumando. Sin que Cucase lo viera, le

metió entonces la brasa del cigarro en la oreja al pobre ani-

mal, que salió pitando, con carro y todo. Perdió en la carrera

la recta, y fue a meterse en una de las zanjas. Volcó el vehí-

culo, y esparció por suelos y zanja sus nabos, sus naranjas

y melones, sus lechugas y puerros. Horrorizado, el viejo

Cucase veía el estropicio, su mercadería esparcida, su carro

volcado. Y allí, gimoteando, pronunció aquellas palabras,

que en su tiempo hicieron época:

-Pero ¿qué le dijiste a mi burro?

(Esta verídica historia me fue narrada por el amigo Víctor

Brown)

Francisco Vázquez

Page 37: Barrios y lugares de la zona norte

37Barrios e historias

Lo nuevo en el barrio

Tecnópolis: ciencia y recreación

a la vuelta de la esquinaLa exhibición de ciencia, arte y

tecnología del bicentenario,

Tecnópolis, en Villa Martelli, es el

lugar más visitado, en los últimos

días. Prensa Libre recorrió cuatro

de las atracciones que propone la

muestra: el simulador satelital, los

hielos continentales, el espacio de

robótica y juegos y el laboratorio de

biotecnología de un escuela

agropecuaria autogestionada. Co-

nocimiento e información sobre di-

versos temas, pero también espa-

cios de juegos y recreación para

adultos, jóvenes y niños, forman

parte del núcleo de este proyecto

organizado por el gobierno nacio-

nal. Recorrerlo en un día es imposi-

ble, e innecesario porque la entrada

es libre y gratuita.

La mente abierta a la imaginación y

buen calzado, dos condimentos que no

deben faltar al recorrer Tecnópolis, la

muestra de ciencia, arte y tecnología del

bicentenario, inaugurada recientemen-

te en Villa Martelli, Vicente López, en un

predio de más de 50 hectáreas con en-

trada por la avenida Gral. Paz (Lasalle

4365).

Prensa Libre recorrió cuatro de las

más de 120 atracciones que hay para ver

y recabó información práctica –precios

de buffet, modo de llegar y de movilizar-

se dentro de la feria, entre otros- para

que un visitante individual, en familia o

en grupo, pueda disfrutar del paseo y

vaya preparado.

Lo primero que hay que tener en

cuenta es que las atracciones son tan-

tas, y el predio tan amplio, como para no

intentar recorrerlos en un día. La fecha

de clausura es el 22 de agosto,pero el 2

de septiembre estará nuevamente abier-

ta hasta el fin de noviembre y con nue-

vas atracciones. La entrada es libre y

gratuita.

Hay pequeños vehículos, similares

a cuatriciclos motorizados (se solicitan

en la entrada por Lasalle), para perso-

nas con bebés o incapacitadas para

caminar por los pasillos que son de

asfalto, tierra y pedregullo. El ingreso a

las muestras es en pequeños grupos

por lo que la espera, en filas largas,

puede llegar a 60 minutos y en ninguna

menos de 15.

El parque está dividido en cinco

áreas temáticas Tierra, Fuego, Aire,

Agua e Imaginación. Durante las vaca-

ciones de invierno las familias aprove-

charon los días de semana para visitar

la muestra, pero tras el receso escolar

serán los fines de semana los días con

más visitantes. Los lunes el predio per-

manece cerrado al público.

Satélites

En el espacio Ai02, “El futuro es

hoy”, en el sector Aire, que se destaca

porque literalmente se ve un cohete

espacial de varios metros de altura, el

visitante se interiorizará del plan espa-

cial nacional a cargo de la Comisión

Nacional de Actividades Espaciales �

(CONAE).

Justamente allí, mediante una

creativa puesta multimedia, se simula

un viaje dentro del SAC-D/Acquarius,

el satélite argentino lanzado reciente-

mente. Todo está “controlado” por

hombres y mujeres con trajes espacia-

les completamente blancos (luego ac-

ceden gentilmente a fotografiarse con

los visitantes).

Una vez adentro se apagan las lu-

ces, se cierran los ingresos y se muestra

la superficie terrestre por una amplia

pantalla que se extiende en “la superfi-

cie del satélite” y permite ver como si

uno estuviera “arriba, en el espacio

sideral”; de hecho, las imágenes

satelitales que se observan son reales

absolutamente.

Desde otra pantalla lateral, la voz

mecánica de una computadora a la que

se le ve el rostro y las gesticulaciones,

cuenta la historia espacial argentina. A

los costados hay pantallas/ventanas

que simulan visiones laterales y otras

que refuerzan lo que relata el ordenador

parlante. Este puede ser “el primer via-

Fuerza Bruta en la entrada de la exposición.

Page 38: Barrios y lugares de la zona norte

38 Barrios e historias

Lo nuevo en el barrio

Más de cien atracciones para acercar a los niños,

je” de los visitantes. Dura 15 minutos.

Frío glaciar

En el espacio Ag, sector Agua, un

pabellón de dos tramos muestra la fau-

na patagónica y antártica y, al fondo,

una simulación del glaciar Perito More-

no, donde se ve la caída de los hielos en

tamaño cinematográfico y (de verdad)

se siente el agua que salpica al caer. La

temperatura en este sector es baja, pero

no hace falta ropa especial.

La información de la primera sala es

sobre aves, ballenas, mamíferos y fauna

en general. Se destaca el informe sobre

el llamado, dragón de la Patagonia, un

insecto de 15mm descubierto reciente-

mente. También hay un pormenorizado

informe sobre glaciares; ¿son todos

iguales?, ¿crecen o se achican? Allí se

contestan éstas y otras preguntas.

Juegos y robótica

En el espacio Joven, sector Imagi-

nación, una carpa temática combina jue-

gos, música y deportes con electrónica

y robótica. El lugar es especial para

chicos y adolescentes porque pueden

ser parte de un conjunto musical y tañer

guitarra, batería, bajo, cantar; jugar al

metegol o correr cubos con robots.

También pueden manejar y recorrer

carreteras virtuales a velocidades de

Fórmula 1, con cinturón de seguridad,

claro, o bien escuchar y dialogar con un

robot de forma to-

talmente humana,

del que solamente

se descubre su

verdadera génesis

y naturaleza por-

que algunos de

sus circuitos so-

bresalen a la altura

de la nuca.

Este lugar tie-

ne varias opciones

lúdicas y las espe-

ras son desde 15

hasta 30 minutos.

Otra opción es el

parque de skates

en el Im10, siempre

dentro de Imagina-

ción, sin esperas,

o las pistas para

bailar hip hop y

otros ritmos popu-

lares, o escuchar

recitales de dife-

rentes grupos in-

vitados.

Biotecnología

En el sector Tierra, en el stand de

Biotecnología y ornamentación Ti08,

se puede ver el funcionamiento real del

laboratorio de biotecnología de la Es-

cuela de Educación Agropecuaria Nº 13

de Chaco, la única del país

autogestionada, porque importa y ex-

porta sus propias especies.

La biotecnología es, según una de-

finición aceptada por los expertos en el

tema, toda aplicación tecnológica que

utiliza sistemas biológicos y organis-

mos vivos, o sus derivados, para crear

o modificar productos o procesos para

usos específicos. El propio director de

la entidad, José Ruchesi, explica a los

visitantes la historia de esta escuela.

“La idea es desarrollar plantas a

partir de sus tejidos”, le explica Ruchesi

a los oyentes y detrás de él se puede ver

en una suerte de incubadora, a estrictos

21 grados centígrados, con cientos de

plantines pequeñísimos de especies or-

namentales, como gerberas y orquídeas;

forestales, como algarrobo; e industria-

les como batata o aloe vera.

“Cada especie pasa primero por la

sala de incubación y luego por la de

crecimiento” explica y agrega: “La

El entusiasmo de los chicos.

Page 39: Barrios y lugares de la zona norte

39Barrios e historias

jóvenes y adultos a la ciencia y a la técnica

Lo nuevo en el barrio

gerbera (planta ornamental de la familia

del girasol, bautizada con ese nombre

por el naturalista alemán Traugott

Gerber) ahora la obtenemos nosotros,

pero antes se importaba de Holanda a

dos euros cada una”

Tren

La recorrida por Tecnópolis puede

hacerse en tren, pues una formación

para aproximadamente 60 personas va y

viene dentro de la feria, desde la entrada

de Gral. Paz hasta la otra punta del

predio, con dos paradas intermedias y

la llegada a la avenida de Los Constitu-

yentes.

Desde la estación Migueletes, del

ferrocarril Mitre, ramal Retiro-José León

Suárez hay ómnibus gratuitos que lle-

van a la muestra. Desde Puente Saavedra

acercan los colectivos 28 y 21. El 161

que va a Villa Martelli, y recorre la calle

Laprida, en la zona del Puente, también

acerca al predio.

Dentro del predio hay quioscos de

golosinas, y puestos de hamburgue-

sas, chorizos, gaseosas y pizzas; tam-

bién con los típicos copos de algodón

de azúcar. Los precios son altos con

relación a un bar o quiosco de la calle,

como suelen serlo en el zoológico u otro

espectáculo similar. Por eso conviene

llevar mate y provisiones desde casa.

Por lo demás, como en otras ferias

multitudinarias, se puede tramitar el

documento de identidad y el pasaporte;

hay un sector de vacunas gratuitas

contra la gripe y el tétanos. Sin lugar a

El viejo tranvía junto amodernos trenes.

dudas es una propuesta original y dife-

rente a lo que se puede haber visto en

los últimos tiempos.

Simuladores de la Fórmula 1.

Page 40: Barrios y lugares de la zona norte

40 Barrios e historias