Barricadas entre los estantes: Posturas anarquistas dentro de la bibliotecología

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1 Barricadas entre los estantes Posturas anarquistas dentro de la bibliotecología Lic. Edgardo Civallero Universidad Nacional de Córdoba Córdoba - Argentina [email protected] www.bitacoradeunbibliotecario.blogspot.com Resumen El poder de la información y, sobre todo, el que contienen y representan los soportes escritos, han sido controlados, manejados e influidos a lo largo de toda la historia humana por los poderes e ideologías dominantes. El actual paradigma de “Sociedad de la información” perpetúa tales políticas, generando profundos desequilibrios en el libre acceso al saber y, por ende, en las posibilidades de desarrollo y progreso de las sociedades humanas. La bibliotecología ha sido partícipe (in)consciente de tales procesos de exclusión, desde su posición de gestora de la memoria colectiva de la humanidad. Desde un conjunto de corrientes de pensamiento alternativas –entre las cuales destaca el anarquismo bibliotecológico, cuyos lineamientos pretenden presentarse a lo largo del presente artículo- se propone una redefinición del modelo de sociedad de la información vigente, generando propuestas que conduzcan a un reparto equilibrado de los beneficios que aporta el conocimiento, patrimonio intangible universal de toda la especie. La información y el poder La información ha sido, desde el amanecer de la historia humana, un factor de poder. En las sociedades de tradición oral, el manejo de cierta categoría de conocimiento esencial para la vida de la comunidad –calendarios y medición del tiempo, ciclos agrícolas, salud, etcétera- quedaba reservado a ciertas clases sociales o a un grupo limitado de “iniciados”. El surgimiento y desarrollo de los distintos sistemas de escritura – controvertidos fenómenos que probablemente acontecieron en forma simultánea en distintos puntos del planeta-- proporcionó una herramienta poderosa que permitió asentar el conocimiento en un soporte material, facilitando una gestión más eficiente del mismo y evitando confiar su supervivencia a la memoria –siempre lábil y subjetiva-- de cualquier individuo (1). Sin embargo, también permitieron controlar la información, almacenarla y vedar su acceso, de acuerdo a los deseos e ideologías de las clases dominantes. De hecho, la mayor parte de las teorías arqueo-históricas relacionadas con el origen de la escritura apuntan hacia razones administrativas, religiosas o políticas (Wilford, 1999), relegando las razones sociales y artísticas a un segundo plano. Los propios sistemas de codificación escrita, manejados por una minoría que debía completar una larga formación especializada para dominarlos, presentaban, de por sí, una barrera inicial casi infranqueable ante cualquier deseo de acceder a la información. Los escribientes –sacerdotes, funcionarios, escribas-- estaban a las órdenes de los poderes de turno, a los cuales loaban (Sumeria, Persia, Mesoamérica), administraban (Mari, Nínive, Ugarit) o servían (Roma, Grecia, Babilonia). La palabra escrita tenía poder y origen divino (Mesoamérica, China, Mesopotamia, Egipto), abría las puertas del

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Astrolabio. Revista del CEA, 2, ago.2005. Ver "Bibliotecario" (http://biblio-tecario.blogspot.com.es/).

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  • 1Barricadas entre los estantesPosturas anarquistas dentro de la bibliotecologa

    Lic. Edgardo CivalleroUniversidad Nacional de CrdobaCrdoba - Argentinaedgardocivallero@gmail.comwww.bitacoradeunbibliotecario.blogspot.com

    Resumen

    El poder de la informacin y, sobre todo, el que contienen y representan los soportesescritos, han sido controlados, manejados e influidos a lo largo de toda la historiahumana por los poderes e ideologas dominantes. El actual paradigma de Sociedad dela informacin perpeta tales polticas, generando profundos desequilibrios en el libreacceso al saber y, por ende, en las posibilidades de desarrollo y progreso de lassociedades humanas.La bibliotecologa ha sido partcipe (in)consciente de tales procesos de exclusin, desdesu posicin de gestora de la memoria colectiva de la humanidad. Desde un conjunto decorrientes de pensamiento alternativas entre las cuales destaca el anarquismobibliotecolgico, cuyos lineamientos pretenden presentarse a lo largo del presenteartculo- se propone una redefinicin del modelo de sociedad de la informacin vigente,generando propuestas que conduzcan a un reparto equilibrado de los beneficios queaporta el conocimiento, patrimonio intangible universal de toda la especie.

    La informacin y el poder

    La informacin ha sido, desde el amanecer de la historia humana, un factor de poder. Enlas sociedades de tradicin oral, el manejo de cierta categora de conocimiento esencialpara la vida de la comunidad calendarios y medicin del tiempo, ciclos agrcolas,salud, etctera- quedaba reservado a ciertas clases sociales o a un grupo limitado deiniciados. El surgimiento y desarrollo de los distintos sistemas de escritura controvertidos fenmenos que probablemente acontecieron en forma simultnea endistintos puntos del planeta-- proporcion una herramienta poderosa que permitiasentar el conocimiento en un soporte material, facilitando una gestin ms eficiente delmismo y evitando confiar su supervivencia a la memoria siempre lbil y subjetiva-- decualquier individuo (1).Sin embargo, tambin permitieron controlar la informacin, almacenarla y vedar suacceso, de acuerdo a los deseos e ideologas de las clases dominantes. De hecho, lamayor parte de las teoras arqueo-histricas relacionadas con el origen de la escrituraapuntan hacia razones administrativas, religiosas o polticas (Wilford, 1999), relegandolas razones sociales y artsticas a un segundo plano. Los propios sistemas decodificacin escrita, manejados por una minora que deba completar una largaformacin especializada para dominarlos, presentaban, de por s, una barrera inicial casiinfranqueable ante cualquier deseo de acceder a la informacin.Los escribientes sacerdotes, funcionarios, escribas-- estaban a las rdenes de lospoderes de turno, a los cuales loaban (Sumeria, Persia, Mesoamrica), administraban(Mari, Nnive, Ugarit) o servan (Roma, Grecia, Babilonia). La palabra escrita tenapoder y origen divino (Mesoamrica, China, Mesopotamia, Egipto), abra las puertas del

  • 2Ms All (2) o transmita la palabra verdadera, desacreditando otras posibles opciones(textos religiosos).La profesin de escriba adquiri, en el mundo antiguo, un apreciable status (3).Archivos y bibliotecas (almacenes primarios de la informacin escrita) se convirtieronen puntos estratgicos, cuya destruccin era prioritaria en caso de ataque o conquista(4). As lo demuestran los tristemente clebres ejemplos mesopotmicos, perpetuadosen Sarajevo en pleno siglo XX. Se destrua la memoria del pueblo (5) y sus fuentes depoder (6). Los escribientes no corran mejor suerte: algunos frescos mayas deBonampak (actual Guatemala) representaran la sangrienta toma de una ciudad y elcastigo que sufran los perdedores, sus manos amputadas para que no pudieran volver aplasmar las grandezas de poderes cados o las memorias de pueblos vencidos.La informacin ha sido, pues, factor de poder, y uno de los elementos de mayorimportancia a lo largo de la historia del hombre, as como el ms influido por lasideologas (Fulford, 1994). Con el desarrollo de los libros como formato estndar, y elde los sistemas de impresin en Europa (mediados del siglo XV), el conocimientocomenz a ser objeto de (re)produccin masiva, de compra y de venta. Se transform enun bien de consumo ms, y dej de pertenecer (si es que alguna vez lo hizo) a lacomunidad, para concentrarse en los estantes de las grandes bibliotecas (coleccionessemi-musesticas de ejemplares lujosamente encuadernados) y en las manos de litessocio-polticas e intelectuales.La evolucin de los sistemas de almacenamiento, reproduccin y transmisin de datos que desemboc en el nacimiento de la sociedad de la informacin post-industrial-transform al conocimiento en uno de los ms importantes objetos de comercio delglobalizado sistema econmico capitalista. Las bases de datos y las publicaciones quecontienen informacin estratgica (aquella de la cual depende el bienestar y eldesarrollo del ser humano) se han vuelto elementos muy preciados, y, en consecuencia,altamente cotizados.

    La informacin bajo el poder

    En 1962, el economista norteamericano Fritz Machlup acu el trmino Industria delConocimiento, rescatando un progresivo movimiento de las economas mundiales, quepasaban del uso de la mano de los operarios al de la cabeza. Este proceso, dado enforma paralela en el polo occidental del planeta y en Japn, busc el aprovechamientode los recursos intelectuales; especialmente del conocimiento cientfico abstracto, elcual permite la innovacin, es la base de nuevas industrias y el punto de partida depolticas y de control social.Hacia la misma poca, la UMESAO, en Japn, genera el trmino Sociedad de laInformacin (jh shakai), como el estado ms avanzado y estilizado de evolucincultural y socio-econmica al que puede arribar cualquier sociedad: un aprovechamientototal del conocimiento para alimentar el motor econmico de un pas con escasez derecursos naturales y abundancia de mentes.En 1973, el socilogo estadounidense Daniel Bell, en su libro The Coming of Post-Industrial Society, plantea el nacimiento de un nuevo paradigma socio-econmico, quesustituira al agotado sistema industrial capitalista: un sistema post-industrial en el cualel modelo tradicional de produccin cambiara por un modelo de servicios basados en elconocimiento (informtica, investigacin cientfica y desarrollo, educacin, salud).Tales servicios se convertiran, de acuerdo al texto de Bell, en la espina dorsal de unanueva economa y de una nueva sociedad y una lite dominantes.

  • 3Efectivamente, durante las dos dcadas posteriores, las potencias econmicas del Nortemigran sus industrias de manufactura a territorios de salarios bajos en el Sur, y seocupan de re-estructurar sus realidades en torno a esta idea y a este nuevo paradigma(que el espaol Manuel Castells llamara, ms tarde, Sociedad Informacional, y eleconomista Alvin Toffler (1995) denominara Tercera Ola). Aprovechando los intensosavances tecnolgicos y cientficos en el mbito de las telecomunicaciones, lainformtica y la gestin del conocimiento, y aunando a ello el fenmeno de laglobalizacin econmica y el del incremento exponencial de la informacin impulsadopor polticas acadmicas desequilibradas, se gener una propuesta que rpidamentealcanz cada rincn del planeta. Estos tres elementos tecnologas de la informacin,modos de produccin y globalizacinse vinculan, pues, en forma ntima para produciruna nueva estructura social.Dado que la informacin se transform, en las ltimas dcadas, en un factor crtico en ladinmica y el crecimiento de la sociedad (vid.infra), el aprovechamiento de la misma enbeneficio de los sistemas econmicos hegemnicos parece lgico.El problema de este modelo surge a partir de la dcada de los 90, cuando se observaque el crecimiento en los pases pobres (el aprovechamiento del capital de conocimientocomercializado por este nuevo paradigma) se concentra en reas urbanas y mercadoslimitados, normalmente ocupados por las clases sociales dominantes y pudientes (May,2002). Se generan, en consecuencia, nuevas pobrezas, nuevas carencias, nuevasdesigualdades (p.e. las Barreras Digitales sealadas por Gert Nulens (2001) y Servaes(2000)que continan perpetuando polticas seculares de presin y de control).En la actualidad, el uso de las TICs se ha vuelto casi vital en las sociedadesoccidentales, especialmente en las bibliotecas y centros de documentacin. Sinembargo, en pocos casos se ha realizado un anlisis crtico y profundo de lo querepresentan. En detrimento de formatos tradicionales y del acceso pblico a lainformacin, la digitalizacin del saber humano y de toda su realidad social eintelectual- no permite el acceso a este conocimiento (producto y herencia culturalcomn) a aquellos sectores de la poblacin mundial que no disponen ni dispondrnjams de la tecnologa necesaria (alrededor de dos tercios de los habitantes del planeta);tecnologa que, por otra parte, es monopolizada por corporaciones multinacionales delPrimer Mundo que basan su produccin en la explotacin del trabajo de pases en vasde desarrollo.Ciertamente, herramientas como la Internet han permitido un aumento en la velocidadde las comunicaciones a nivel internacional, aunque gran parte del Tercer Mundo nodispone de lneas telefnicas o de acceso a una computadora. La informacin, a travsde la Internet, ha tenido una enorme difusin. Pero, hasta qu punto es pertinente talinformacin, hasta qu punto es til tal difusin? Probablemente esto genere respuestascontradictorias, pues la mayor parte del saber estratgico descansa en publicaciones ybases de datos controladas por empresas de pases en desarrollo, cuyos costos de ventapueden ser enfrentados nicamente por naciones con un nivel de vida medio-alto (7).

    El poder de la informacin

    De acuerdo a Ackoff (2001), informacin es todo conjunto de datos que se tornan tilestras ser procesados y relacionados, respondiendo a preguntas operativas como quin,cuando o qu. Su comprensin desde el marco intelectual y la cosmovisinparticular de un individuo o grupo- y su aplicacin al entorno, permiten generarconocimiento, preciado bien intangible capaz de proporcionar respuestas, metodologasy soluciones a situaciones problemticas. La informacin permite el control de tareas, el

  • 4desarrollo de estrategias para enfrentar con xito determinados acontecimientos, lagestin de los recursos naturales o humanos, la (re)distribucin de las riquezas, laidentificacin de posibilidades y amenazas (anlisis SWOT/FODA) y la categorizacinde individuos.Permite la aprehensin y la comprensin de los universos natural, social y espiritual quecircundan a un grupo humano, y las reglas y razones que los gobiernan, explican yexpresan. A travs de tal comprensin, y de acuerdo a la cultura y la idiosincrasia, lainformacin permite gestionar tales universos, controlarlos... o dominarlos.El libre acceso al conocimiento y a la educacin es un derecho humano fundamental(Declaracin Universal de los Derechos Humanos, art. 26) que permite el cumplimientodel resto de los mismos. Permite ampliar las posibilidades de formacin, lo cualconduce a aumentar las oportunidades de desarrollo y de acciones tendientes a lograrbienestar, igualdad, equilibrio, paz, tolerancia, solidaridad y salud (Rosenzweig, 2000).A la vez, proporciona elementos para construir opinin independiente y crtica, elaborarcaminos alternativos y tomar decisiones inteligentes. Ello redunda en libertad eigualdad, las bases de la sociedad democrtica y libre desde la cada de la prisin de LaBastilla, en aquel Pars en donde finalizaba un siglo y naca una nueva mentalidad.

    La informacin al poder

    A pesar de los puntos que, en los prrafos precedentes, enfatizan la importancia vital dela informacin, o, quizs, debido a ellos, los circuitos de produccin y difusin delconocimiento estratgico han sido -y continan siendo- manejados por losrepresentantes de las ideologas hegemnicas, siguiendo polticas bien definidas,tendientes a crear o reforzar situaciones de poder y de dependencia, de desigualdad, deprdida de identidad, de discriminacin y de explotacin.La bibliotecologa y las ciencias de la informacin han sido, durante largos periodos dela historia del hombre, cmplices de estas estrategias de dominio.Reservadasnicamente a ciertos elegidos o destinadas a la puntillosa conservacin de sus fondosdocumentales, las bibliotecas han mejorado sus polticas en las ltimas dcadas del sigloXX, ampliando sus horizontes para lograr cumplir un objetivo prioritario: hacer llegar lainformacin a todos.En efecto, la UNESCO public en 1949 (y revis en dos ocasiones posteriores) unManifiesto sobre la Biblioteca Pblica (IFLA, 2000) a travs del cual expresaba suconvencimiento de que la participacin constructiva y la consolidacin de lademocracia dependen tanto de una educacin satisfactoria como de un acceso libre y sinlmites al conocimiento, el pensamiento, la cultura y la informacin.Bellas palabras, plasmadas slo en el papel, y en las buenas intenciones de una minora.Muchsimos profesionales de la informacin, bajo la excusa de su objetividad y supostura apoltica, han hallado un cmodo puesto en la estructura de la Sociedad deInformacin dominante. Han olvidado que todo el trabajo realizado en una biblioteca oen cualquier centro de informacin recuperacin, organizacin, almacenamiento,clasificacin- se realiza con un solo fin: proporcionar un servicio a un usuario connecesidades no satisfechas. La vocacin de servicio y de difusin sobrevive en unospocos que se parapetan en las ltimas bibliotecas realmente pblicas, asediadas por laspresiones econmicas y la falta de apoyo de los gobiernos nacionales y sus organismosresponsables.Las disciplinas relacionadas con la gestin del conocimiento deben hoy, ms que nunca,recordar que son las depositarias de la memoria de la humanidad, y ajustar susparadigmas a un enfoque acorde a los problemas que sacuden a su comunidad de

  • 5usuarios (Rendn Rojas, 1996). Deben tomar partido (siempre lo han hecho, pero delbando vencedor) con aquellos que necesitan de ayuda. Existe una jerarqua que dominael mercado informativo. Existen estructuras que establecen trabas a la hora de acceder aun saber determinado. Existen factores de poder que evidencian polticas definidas,destinadas a evitar la difusin de ciertos conocimientos. Ante estas situaciones, unateora poltico-filosfica clsica ha vuelto a ocupar nuevamente la lnea de fuego.Olvidada desde los principios del siglo XX, cuando fue etiquetada como un movimientoradical que se propona sembrar el caos a travs de la violencia, el anarquismo (delgriego antiguo an-arch, negacin de la autoridad) busca acabar con todo tipo deestructura jerrquica que mantenga y perpete relaciones de dominio o desigualdad, enla creencia de que el ser humano se desarrolla mejor cuando no se ve sujeto a la accin,la influencia y los designios de un superior (Anarchist FAQ, 2001; Bakunin, 1984). Deesta forma, trabajando en comunidad y reconociendo liderazgos por su capacidad, elindividuo logra expresar lo mejor de s, extraer sus mejores cualidades y ponerlas alservicio de sus congneres.Las jerarquas no slo se plantean a nivel econmico, poltico o religioso, sino tambina nivel cultural. El control de unos pocos sobre el saber al que acceden muchos generauna pirmide de poder que subordina la formacin y la educacin de grupos humanosenteros a las ideas y decisiones de un nmero reducido de individuos.Ante esto, el anarquismo bibliotecario (que se encuadra dentro de un conjunto de nuevascorrientes de la bibliotecologa etiquetadas como progressive librarianship) proponeacciones tendientes a permitir que cualquier persona, independientemente de su edad,sexo, religin o cultura, pueda ejercer su derecho a la informacin y a la educacin(Anarch. Libr. Web, 2002). Propone asimismo que la biblioteca se encargue de anular ladictaduras de los imperios de la informacin, las censuras y los manejos ideolgicos y,sobre todo, la compra-venta del saber humano. Pues este saber, fruto del trabajoindividual de generaciones pasadas y presentes, es un bien comn que debe sercompartido y disfrutado por toda la especie humana, sin barreras de ningn tipo.Los bibliotecarios anarquistas confan en construir una sociedad de la informacinms justa y equilibrada. Mantienen que no existe un nico modelo, sino numerosasalternativas posibles. El paradigma dominante, manejado por los intereses decorporaciones trans-nacionales, presta poca atencin a las urgentes necesidadeshumanas, que golpean a diario la primera plana de los medios e informes mundiales, o alos desequilibrios y desigualdades, que continan en aumento. El anarquismobibliotecario plantea la construccin de una sociedad de la informacin que permitaun acceso ms igualitario a los recursos documentales, y, a partir de all, un bienestar yun crecimiento a nivel global (Mansell, 1998, Civallero, en prensa; Civallero, 2004).Plantea la participacin plena de la bibliotecologa, aportando diseos de sistemas debibliotecas que permitan el desarrollo de comunidades multilinges, solidarias yrespetuosas. Sin dominio, sin jerarqua, sin poderes establecidos. Sustentadassencillamente por la cooperacin y el comunitarismo. Persiguiendo tras sus eternasbarricadas- una utopa soada por siglos que, quizs hoy, pueda convertirse en realidad.

    Notas

    (1) La oralidad continu, de todas formas, siendo un medio efectivo de transmisin deinformacin entre aquellos que no podan/pueden acceder a la educacin necesaria paraadquirir un nivel mnimo de alfabetizacin. An en nuestras sociedades occidentalesmodernas, grandes cantidades de conocimientos tradicionales continan circulando a

  • 6travs de estas vas, que resultan ciertamente inestables y merecen ms atencin de partede las instituciones encargadas de la gestin del saber humano.(2) Es el caso de los textos religiosos egipcios, agrupados ms tarde en coleccionesdenominadas Libro de los Muertos, Libro de los Sarcfagos y Libro de lasPirmides, sin cuya presencia y empleo el difunto no podra acceder al Otro Reino.(3) El papiro Anastasi I, elaborado en tiempos de Ramss II (1326-1234 a.C.), es unacarta entre escribas en la que, no sin irona y mucho humor, se proclaman las ventajas ylas perspectivas de ascenso que esperaban a los que estudiaran con diligencia para serescribas (lo cual estaba en contraposicin con cualquier otra profesin y vocacin,necesariamente inferiores).(4) Ejemplos clebres de bibliotecas y archivos del antiguo Medio Oriente destruidas encampaas militares son las de Susa (2600 a.C.), la biblioteca del palacio deAssurbanipal de Nnive (612 a.C.), el archivo del palacio de Zimri-Lim de Mari (1760a.C.), y las bibliotecas de Ebla (2500 a.C.), Ugarit (1200 a.C.) y Hattusa (1200 a.C.).(5) Actualmente denominada memoricidio, la prctica est orientada, en principio, aeliminar leyes, pesos y medidas, diccionarios, registros comerciales y administrativos, ytextos religiosos.(6) De acuerdo a las creencias egipcias, p.e., la palabra escrita tena el poder de la vida.Borrar palabras y nombres de estelas y monumentos implicaba quitar el propio principiode existencia a la entidad representada a travs de la escritura.(7) Baste considerar, como dato bsico, que el costo de acceso anual a una base de datosque contienen informacin bio-mdica no puntera oscila entre los 6000 y los 17000dlares, el equivalente al 300%-800% del ingreso per cpita de un profesional argentinode clase media-alta durante 2003.

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