BAROMETRO DEL MERCADO DE TRABAJO - … · visión útil y precisa de la realidad del mercado de...
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BAROMETRO DEL MERCADO DE TRABAJO:
Un año de efectos de la reforma laboral
I. Presentación .......................................................................................................................... 2
II. Evolución de los niveles de empleo y desempleo ................................................................. 3
A. Panorama general ............................................................................................................. 3
B. Componentes de la destrucción y creación de empleo .................................................... 6
1. Empleo por cuenta propia y empleo asalariado ........................................................... 6
2. Variaciones sectoriales .................................................................................................. 7
3. Flujos de entrada y salida en el mercado de trabajo .................................................. 11
C. La dualidad del mercado de trabajo................................................................................ 15
III. Regulación de empleo ..................................................................................................... 21
IV. Negociación colectiva ...................................................................................................... 23
V. Costes laborales .................................................................................................................. 26
VI. Trabajo a tiempo parcial ................................................................................................. 30
VII. Conflictividad laboral ...................................................................................................... 35
VIII. Conclusiones.................................................................................................................... 40
IX. Índice de gráficos ............................................................................................................ 42
I. Presentación
El Barómetro del Mercado de Trabajo elaborado desde el Instituto de Relaciones Laborales de
la Fundación Sagardoy analiza una vez más el estado del mercado de trabajo y aspectos
relacionados con el mismo desde una exposición objetiva de los datos, a la que se acompaña
una valoración técnica. Como se ha expuesto en anteriores ocasiones, no pretende ser esta
serie un canal para la propuesta de alternativas normativas, sino un instrumento para que el
lector tenga un conocimiento extenso y preciso de la situación de distintos indicadores de
salud del mercado laboral español.
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La evolución de éste, como el de cualquier otra economía, depende de factores de muy
distinta naturaleza, pero esencialmente del curso de la actividad económica: en un contexto
expansivo, se generará empleo, crecerán los salarios, será sencillo alcanzar acuerdo entre
empresarios y trabajadores… por el contrario, en periodos recesivos o de estancamiento,
habrá menos demanda y consiguientemente menos empleo. La regulación del mercado de
trabajo no será en ningún caso el factor principal; cualquiera que sea la asunción que se haga
sobre el efecto de una determinada normativa, es evidente difícilmente podrá aumentar de
forma significativa (o incluso mantenerse) la cantidad de trabajo contratada si lo producido no
tiene salida en el mercado; igualmente, en un momento de fuerte crecimiento –aunque no se
vislumbre que esto vaya a ocurrir en los próximos trimestres o incluso años– las empresas
tenderán a aumentar su producción y con ello surgirá la necesidad de contratar nuevos
trabajadores.
Ello no obstante, es sobradamente conocido que la economía española se encuentra en una
situación delicada, con niveles de desempleo históricamente elevados, lo que hace más
necesario aún profundizar en el análisis del mercado de trabajo desde las máximas
perspectivas posibles, que es precisamente el objetivo de este Barómetro.
Como en números anteriores, los datos que se utilizan proceden de las estadísticas oficiales,
sin perjuicio de que se lleve a cabo una explotación exhaustiva y ordenada que aporta una
visión útil y precisa de la realidad del mercado de trabajo español. Los gráficos presentados
han sido elaborados para este observatorio, por lo que la fuente que se indica en cada uno de
ellos se refiere al origen de los datos utilizados, y no al gráfico, que es siempre original. En
particular, cuando se ha considerado que la serie corregida de estacionalidad aporta una
información más clara (esto es, suprimiendo los efectos producidos por variaciones que se
repiten de modo muy similar dentro de cada año y que no guardan por tanto relación con la
mejoría o empeoramiento de la actividad económica), se ha acudido a las series publicadas
con esta reelaboración por el Ministerio de Economía o el Instituto Nacional de Estadística, y
cuando esas series no estaban disponibles, se ha empleado el programa elaborado por
expertos del Banco de España TRAMO-SEATS, que es ampliamente utilizado en ámbitos
académicos e institucionales de todo el mundo.
La vocación de objetividad y el carácter estrictamente técnico de este documento no impide
que en la exposición se introduzcan algunas hipótesis, compatibles con los datos observados, y
que sean conformes con la evidencia que se desprende de las cifras, siempre con el ánimo de
facilitar la comprensión y alimentar la discusión sobre las respuestas a la crisis que tan
intensamente afecta al empleo.
II. Evolución de los niveles de empleo y desempleo
A. Panorama general
El mercado de trabajo sigue siendo, con los últimos datos disponibles, la principal víctima de la
crisis económica. Desde el máximo nivel de ocupación, alcanzado en el tercer trimestre de
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2007, se han destruido más de 3,7 millones de puestos de trabajo, y, el número de
desempleados ha crecido en 4,2 millones, en una magnitud que habría sido peor de no
producirse una notable ralentización del crecimiento de la población activa.
Las series presentadas en el Gráfico 1 permiten afirmar que se confirman las señales que
apuntaban a un cambio de tendencia, aunque no suficiente para sostener una visión optimista
en el corto plazo. A partir del segundo trimestre de 2012 se produjo un punto de inflexión,
tanto en lo relativo a la caída de la ocupación como en lo referente a la actividad. La
destrucción de puestos de trabajo, que tras la aparente recuperación a lo largo de 2010 y los
dos primeros trimestres de 2011 comenzó de nuevo a acelerarse. Así, mientras que a
mediados de 2009 se destruían a un ritmo del 7,3% anual, la pérdida de empleo se redujo
hasta el 0,9% el segundo trimestre de 2011, para a partir de ese momento volver a crecer,
aunque sin llegar nunca a los niveles de la primera fase de la actual crisis.
Gráfico 1: Variación interanual de la ocupación, la actividad y la tasa de desempleo
Fuente de los datos: Encuesta de Población Activa (Microdatos)
En el segundo trimestre de 2012 se produjo el cambio en la tendencia que apuntábamos, y
dejó de acelerarse la destrucción, lo que sin duda constituía una noticia positiva. Sin embargo,
a diferencia de lo que ocurrió en 2009, esta tasa de pérdida de ocupados no inició una senda
clara de recuperación, manteniéndose en niveles próximos al 4,8% durante todo el año 2012, y
habiéndose reducido ligeramente, hasta el 3,6% en el último dato publicado, que corresponde
al segundo trimestre de este año 2013.
Por otra parte, en lo relativo a la población activa, esto es, que quiere y puede trabajar, se
aprecia en la misma figura como con la crisis económica cayó drásticamente, pasando de
niveles de crecimiento en el entorno del 3% a un práctico estancamiento durante más de tres
años: en la EPA del tercer trimestre del año pasado se registraron 105.000 personas más como
activas de las que había en el mismo periodo de 2009, o lo que es lo mismo, un incremento
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2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013
Variación trimestral de la tasa de paroVariación porcentual interanual del número de ocupadosVariación porcentual interanual del número de activos
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acumulado del 0,46%, que contrasta con el crecimiento de 1,3 millones en el trienio
inmediatamente anterior, o lo que es lo mismo, un 6,15%.
El efecto de la evolución de ambas variables se ha reflejado consecuentemente en la evolución
de la tasa de paro, que como es sabido, se calcula como el cociente entre las dos poblaciones
antes referidas: la ocupada y la activa. Así, si entre el segundo trimestre de 2011 y el mismo
periodo del año siguiente aumentó en 3,7 puntos porcentuales, el crecimiento en el último
año –con respecto al último dato publicado que corresponde al segundo trimestre de 2013– se
ha limitado al 1,6%. Así, gracias al positivo efecto de la estacionalidad y de la evolución menos
negativa de las variables que conforma la tasa de paro, por primera vez desde 2011 –también
en el segundo trimestre– ha caído respecto al trimestre anterior, situándose en el 26,3%
actual.
Gráfico 2: Tasas de paro históricas por sexos
En todo caso, la situación es ciertamente muy preocupante, no sólo porque la tasa de paro se
encuentre en niveles de máximo histórico – aunque aún no para las mujeres, que llegaron al
32% de paro en 1994–, sino por la velocidad con la que este ha crecido, incluso con
decrecimiento del número de activos, algo que no había sucedido antes de 2010 desde el
último trimestre de 1978. Por otra parte, como refleja con claridad el Gráfico 2, esta crisis ha
tenido un efecto más negativo sobre los hombres que sobre las mujeres, eliminando el
diferencial de tasas de paro entre sexos: empujado por la masiva destrucción de empleo en el
sector de la construcción (ver epígrafe siguiente), mayoritariamente masculino, pasó de ser de
más de cinco puntos en 2007 a prácticamente desaparecer en 2009, aunque después se ha
recuperado ligeramente, de modo que ahora el diferencial es de 1,5 puntos porcentuales
(27,1% de paro entre las mujeres por 25,6% entre los hombres)
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Mujeres
Total
Varones
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B. Componentes de la destrucción y creación de empleo
1. Empleo por cuenta propia y empleo asalariado
La segunda parte de la crisis económica está teniendo un cierto efecto potenciador del empleo
por cuenta propia, de modo que, como muestra el Gráfico 3, el porcentaje de asalariados
sobre la población ocupada ha caído ligeramente desde 2011, para situarse en los niveles en
los que se encontraba en 2005. Además, desde el máximo de participación del empleo público
en 2011 en la población ocupada –debido no sólo a una mayor resistencia frente a situaciones
económicas adversas, pues también aumentó en términos absolutos, alcanzando su cota más
alta con 3,2 millones de asalariados públicos en el tercer trimestre de dicho año– ha venido
reduciendo su tamaño, como consecuencia de la puesta en práctica de diversas medidas de
ajuste (ajustes presupuestarios, tasas de reposición nulas o reducidas) que tardan en reflejarse
en las estadísticas, debido a la dinámica del procedimiento administrativo.
Gráfico 3: Distribución de la población ocupada según su situación
Fuente de los datos: Encuesta de Población Activa (Microdatos)
El Gráfico 4 permite tener una mejor visión de la evolución del empleo conforme a esta
distinción a lo largo de los casi cinco años de crisis de empleo que padece la economía
española. En un primer momento, a partir del segundo trimestre de 2008, el empleo público
mantuvo tasas de crecimiento positivo, mayores incluso que en el periodo de bonanza, tal vez
como consecuencias de políticas keynesianas de estímulo. Al mismo tiempo, tanto el empleo
por cuenta propia como los asalariados del sector privado sufrieron, más suavemente en dicho
año y con mucha intensidad a lo largo de 2009, una fuerte destrucción de puestos de trabajo.
A lo largo de los años 2010 y 2011 ésta se suavizó, pero se mantuvieron niveles de crecimiento
negativos de entre el tres y el cuatro por ciento en términos interanuales. A partir del cuarto
trimestre de 2012 se observa un claro punto de inflexión: por una parte, se deacelera
ligeramente la destrucción de empleo asalariado en el sector privado; por otra, –y aquí el
cambio es radical– se invierten los papeles del empleo público y el trabajo por cuenta propia.
Los asalariados al servicio de las distintas administraciones (con independencia de la
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Asalariados (S. Pub.) Asalariados (S.Priv.)
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naturaleza laboral o funcionarial de su vínculo) se reducen a un ritmo acelerado, que sólo en el
último trimestre (segundo de 2013) se suaviza levemente, pero es incluso más intenso que el
empleo por cuenta ajena en el sector privado. Por el contrario, durante los últimos cuatro
trimestres ha aumentado el número de trabajadores por cuenta propia, si bien, el incremento
acumulado (1,3%) no es muy elevado y el aumento en términos absolutos supone una
aportación ciertamente limitada en el empleo total (39.240 ocupados más que en el segundo
trimestre de 2012), e insuficiente aun para compensar los más de 600.000 puestos de trabajo
por cuenta propia perdidos desde 2007
Gráfico 4: Tasas de variación interanual de la población ocupada por tipo de relación
Fuente de los datos: Encuesta de Población Activa (Microdatos)
2. Variaciones sectoriales
La economía española está sufriendo una profunda transformación con ocasión de la actual
situación; la destrucción de empleo no es homogénea, sino que pocos sectores concentran la
práctica totalidad. Si tomamos como referencia el primer trimestre de 2008 –remontarse más
atrás plantea importantes dificultades de homogeneidad por los cambios en la Clasificación
Nacional de Actividades Económicas– de los 3,6 millones de puestos de trabajo perdidos
un 85% pertenecían a tres ramas: la construcción (un 45.5%), la industria manufacturera
(27,8%) y al Comercio minorista y al por mayor y reparación de bicicletas y vehículos a motor
(11,8%).
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Empleo no asalariado
Empleo asalariado (público)
Empleo asalariado (privado)
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Gráfico 5: Porcentaje acumulado del total de destrucción de empleo producido desde el primer trimestre de 2008
Fuente de los datos: Encuesta de Población activa
La evolución sectorial, sin embargo, no ha sido lineal: en el primer año para el que los datos
permiten hacer comparaciones –entre el primer trimestre de 2008 y el de 2009– estos tres
sectores supusieron el 100% de la destrucción de empleo agregada. Ello no significa que el
resto de sectores no destruyeran empleo, sino que como la crisis aún no había alcanzado a
siete de las veintiuna actividades1 en que el INE desagrega la economía, que lideradas por la
Administración Pública (incluyendo la Seguridad Social obligatoria) y las actividades sanitarias y
de servicios sociales, que generaron puestos de trabajo equivalentes respectivamente al 9% y
un 8% de lo destruido por las tres ramas antes mencionadas, crearon 288.000 puestos de
trabajo, compensando una destrucción similar en las restantes once ramas de actividad2.
Esta estructura de destrucción y creación de empleo se mantuvo en términos similares en el
año siguiente, pero entre el primer trimestre de 2010 y 2011 se empiezan a ver algunos
cambios: el sector de comercio, que en los dos primeros años había supuesto un 14% y un 17%
de la destrucción total de puestos de trabajo en la economía, actuó en sentido contrario, con
un ligero crecimiento; el sector de la construcción perdió un 70% de los ocupados en que se
redujo la economía (35 puntos más que en el año anterior) mientras que la industria
manufacturera comenzó la desaceleración de su decrecimiento, que aún se mantiene. En este
mismo año 2010, las ramas que más habían mitigado la crisis de empleo –Administración
1 Estas son: (1) Suministro de energía eléctrica, gas, vapor y aire acondicionado,(2) Suministro de agua,
actividades de saneamiento, gestión de residuos y descontaminación, (3) Información y comunicaciones, (4) Administración Pública y defensa; Seguridad social obligatoria, (5) Educación, (6) Actividades sanitarias y de servicios sociales y (7) Actividades artísticas, recreativas y de entretenimiento. 2 Una enumeración completa de las ramas de actividad que usa el INE puede verse en la leyenda del
Gráfico 7.
0,0%
19,1%
27,8%
32,5%
41,0% 44,8%
0,0%
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19,7% 21,4% 24,0%
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Construcción Industria manufactureraComercio; reparación de vehículos
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pública y seguridad social obligatoria, y Actividades de servicios y servicios sociales–
compensaron entre ambas un 48% de la destrucción total de empleo.
La persistencia de la mala situación económica finalmente está afectando al empleo vinculado
al sector público, de modo que en los dos últimos años el empleo público y el sanitario (una
importante proporción del mismo también dependiente del presupuesto público) se han
sumado a la destrucción de puestos de trabajo. De hecho las actividades relacionadas con la
administración pública, seguridad social, sanidad y los servicios sociales junto con la educación,
han sido responsables conjuntamente de un 34% de la destrucción de empleo de 2012, más
que la construcción y la industria manufacturera juntas.
Una mención particular en este análisis por ramas de actividad lo merecen el sector de
actividades artísticas, recreativas y de entretenimiento: pese a tener un peso muy escaso en la
economía (1,4% en el primer semestre de 2008, que se ha incrementado hasta el 1,8% del año
Gráfico 6: Aportación a la destrucción de empleo de cada año de algunas ramas de actividad
Fuente de los datos: Encuesta de población activa
Nota: Cálculos realizados sobre la variación total de la ocupación entre el primer trimestre del año
indicado y el mismo periodo del siguiente.
Leyenda:
C Industria manufacturera O Administración Pública y defensa; Seguridad Social obligatoria
F Construcción P Educación
G Comercio al por mayor y al por menor; reparación de vehículos de motor y motocicletas
Q Actividades sanitarias y de servicios sociales
R Actividades artísticas, recreativas y de entretenimiento
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C F G O P Q R
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en curso) ha tenido tasas de crecimiento positivas en cuatro de los cinco años analizados, con
la sola (e intensa) excepción de 20113. De este modo, frente a la caída de la ocupación total en
la economía del 18%, ha crecido un 6%, lo que supone que en el segundo trimestre de 2013 da
trabajo a 78.100 personas más que cinco años antes.
El panorama general de esta evaluación sectorial, que se presenta en el Gráfico 7, muestra que
en la actualidad –la figura representa la variación de cada una de las ramas en el segundo
trimestre del año indicado respecto del mismo periodo del anterior– con carácter general se
ha reducido el ritmo de la reducción de empleo, e incluso en el la agrupación de agricultura,
ganadería, silvicultura y pesca y el de empleados al servicio directo de los hogares, se genera
empleo con cierta intensidad, y también, aunque en menor medida en el ámbito de las
actividades financieras y de seguros y las mencionadas artísticas y de entretenimiento.
3 En realidad empezó a destruir empleo en tasa interanual el segundo trimestre de 2011, sin recuperar el
crecimiento positivo hasta el tercero de 2012
11
Gráfico 7: Variación interanual del número de asalariados por rama de actividad
Leyenda: A Agricultura, ganadería, silvicultura y pesca K Actividades financieras y de seguros
B Industrias extractivas L Actividades inmobiliarias
C Industria manufacturera M Actividades profesionales, científicas y técnicas
D Suministro de energía eléctrica, gas, vapor y aire acondicionado
N Actividades administrativas y servicios auxiliares
E Suministro de agua, actividades de saneamiento, gestión de residuos y descontaminación
O Administración Pública y defensa; Seguridad Social obligatoria
F Construcción P Educación
G Comercio al por mayor y al por menor; reparación de vehículos de motor y motocicletas
Q Actividades sanitarias y de servicios sociales
H Transporte y almacenamiento R Actividades artísticas, recreativas y de entretenimiento
I Hostelería S Otros servicios
J Información y comunicaciones T Actividades de los hogares como empleadores o productores
Fuente de los datos: Encuesta de Población Activa (Microdatos)
3. Flujos de entrada y salida en el mercado de trabajo
Al margen de los resultados agregados, que determinan las variables que comúnmente se
utilizan para evaluar la situación del mercado de trabajo en un momento dado, resulta de
interés analizar los movimientos de entrada y salida en el desempleo, pues resultan buenos
indicadores de la rigidez de aquel. En el Gráfico 8 se presenta la situación en la que se
encuentran quienes en el trimestre anterior estaban desempleados. En él puede apreciarse el
claro y perjudicial efecto que la crisis ha tenido para los desempleados: entre los segundos
trimestres de 2007 y 2013 la probabilidad de que un desempleado encontrara empleo se
-250.000 -200.000 -150.000 -100.000 -50.000 0 50.000 100.000
ABCDEFGHIJKL
MNOPQRST
2011
2012
2013
12
redujo a la mitad: pues mientras que inicialmente más de un tercio de los parados
encontraban empleo cada trimestre, ahora son sólo un 15%. Correlativamente, la probabilidad
de seguir desempleado ha crecido de manera ciertamente intensa, pasando desde el 40% de
antes de la crisis a niveles superiores al 70%. La única visión relativamente optimista que
puede hacerse de estos datos es la estabilización de estas probabilidades: el mayor cambo se
produjo al inicio de la crisis, habiendo crecido en menor medida en el último año la
probabilidad de mantenerse desempleado.
Gráfico 8: Porcentaje de los desempleados en el trimestre previo según la situación en que se encuentran
Fuente de los datos: Encuesta de Población Activa (Microdatos enlazados)
La entrada en el mercado de trabajo desde la inactividad también ha sufrido los efectos de la
crisis. Con anterioridad al inicio del deterioro de la situación económica, la forma más
frecuente de incorporarse al mercado de trabajo era precisamente trabajando:
aproximadamente tres de cada cinco personas que entraban en la población activa lo hacían
con una ocupación. En la actualidad, como se observa en el Gráfico 9, sólo un 2,1% de los
inactivos que deciden comenzar a trabajar encuentran empleo, y teniendo en cuenta que la
tasa de entrada en la población activa se ha mantenido relativamente estable, ello supone que
la probabilidad de incorporase con empleo se ha reducido hasta el 28%. Aun así, puede
destacarse que la frecuencia casi duplica la de los desempleados.
La consecuencia de estos datos puede verse en el Gráfico 10, que refleja la distribución de los
desempleados en función del tiempo transcurrido desde que dejaron el último empleo, en
caso de que lo hayan tenido. Si las tasas de salida del paro hacia la ocupación fueran muy
elevadas, la duración de la situación de paro sería muy reducida. Al disminuir, se produce un
incremento notable del desempleo de larga duración.
35% 36% 36%
32%
22% 20% 20% 16% 15%
42% 41% 40%
48%
61% 66% 66%
71% 71%
23% 24% 24% 21%
16% 14% 14% 13% 13%
0%
10%
20%
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40%
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II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II
2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013
Ocupados
Parados
Inactivos
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Gráfico 9: Situación de año de quienes estaban inactivos en el trimestre anterior
Fuente de los datos: Encuesta de Población Activa (Microdatos enlazados)
De esta manera, el porcentaje de trabajadores desempleados que llevaba menos de tres
meses en desempleo se ha reducido a menos de la mitad: en 2008 alcanzó el nivel del 35,8%
de los parados, y en el segundo trimestre de 2013 apenas supera el 14%. En consecuencia, en
estos cinco años los parados con más de dos años de antigüedad en esta situación han
aumentado, pasando de un mínimo del 12,6% en el primer trimestre de 2009 hasta el
actual 30,6%, es decir, dieciocho puntos porcentuales más.
5,2% 5,1% 4,6% 3,9%
3,0% 2,9% 2,8% 2,4%
2,1%
3,7% 3,3% 3,3%
3,9%
4,8% 5,3% 5,1%
5,5% 5,5%
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5%
6%
7%
II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II
2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013
Ocupación
Desempleo
Gráfico 10: Distribución de los desempleados por tiempo transcurrido desde su último empleo
Fuente de los datos: Encuesta de Población Activa (Microdatos)
13,2% 14,6% 16,4% 16,6% 10,6% 9,3% 8,4% 7,6% 6,8%
12,5% 13,8% 14,8% 16,7%
12,9% 9,6% 9,5% 9,0% 7,3%
14,6% 15,1% 14,1%
16,8%
20,5%
14,6% 13,7% 13,4% 12,1%
15,9% 16,4% 14,4%
15,9% 22,6%
19,7% 17,0% 17,6%
16,8%
11,2% 11,1% 9,9%
10,4% 13,4%
22,0% 18,5% 16,6%
17,9%
8,0% 7,7% 8,2%
6,5% 6,5%
10,6% 16,9% 18,1%
17,5%
11,4% 9,8% 10,1% 7,7%
6,5% 6,4% 7,6% 9,1% 13,1%
13,3% 11,5% 12,0% 9,3% 6,9% 7,8% 8,5% 8,6% 8,5%
0%
10%
20%
30%
40%
50%
60%
70%
80%
90%
100%
I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II
2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013
1er empleo
>4 años
2-4 años
1-2 años
6-12 meses
4-6 meses
2-3 meses
≤1 mes
14
Este crecimiento del desempleo de larga duración, o en términos más generales, de la
duración esperada de la situación de paro, no sólo supone una mayor pérdida transitoria de
rentas para el trabajador, sino que reduce notablemente la posibilidad de encontrar un nuevo
puesto de trabajo, lo que posiblemente se asocia a una depreciación de sus capacidades. Este
efecto es una de las conclusiones que pueden extraerse del Gráfico 11. En él se presenta la
probabilidad de encontrar una ocupación en relación con el tiempo que llevaban buscando
empleo en el anterior trimestre. Como puede apreciarse con claridad, cuanto mayor es el
periodo de búsqueda menor es la tasa de salida del paro, de modo que un 38% de los
trabajadores que en el primer trimestre de 2013 llevaban menos de un mes buscando un
nuevo trabajo habían encontrado empleo cuando fueron de nuevo entrevistados en el
segundo trimestre. Este porcentaje se reduce rápidamente, de modo que en el mismo periodo
sólo un 18,1 de los que llevan en busca de un puesto de trabajo menos de seis meses y hasta
un año salieron del desempleo, y únicamente el 6,8% de los parados con más de cuatro años
tratando de encontrar un puesto de trabajo lo consiguieron.
Gráfico 11: Porcentaje de los desempleados en el periodo anterior que han encontrado empleo, según tiempo de búsqueda
Fuente de los datos: Encuesta de Población Activa (Microdatos enlazados)
Estas diferencias se han ido agravando con el tiempo, puesto que al margen de reducirse,
como ya se había expuesto, la tasa de salida del paro, lo han hecho en mayor medida cuanto
más tiempo lleve el trabajador buscando trabajo: las probabilidades de encontrar empleo
durante el primer de búsqueda en 2007 eran 2,6 veces mayores para un parado con menos de
un mes en este proceso que para quien llevara más de cuatro años o 2,2 veces que un parado
con entre uno y dos años. En 2012, la relación entre el primer grupo y los de más de cuatro
años llegó prácticamente al cuádruplo, y creció hasta 2,5 para los desempleados con más de
un año de búsqueda.
Una última estadística que permite analizar las salidas del mercado de trabajo es la relativa a
las causas de acceso a la prestación contributiva, que aunque no cubre a la totalidad de los
nuevos parados –no recoge a quienes no tienen derecho a prestación, entre los que se
51
,7%
44
,8%
38
,2%
29
,3%
27
,1%
23
,4%
22
,7%
19
,5%
44
,7%
36
,6%
32
,0%
27
,4%
22
,9%
17
,9%
17
,1%
13
,0%
32
,6%
28
,9%
24
,4%
19
,7%
16
,4%
13
,5%
12
,2%
12
,5%
36
,8%
28
,1%
25
,6%
19
,9%
16
,7%
13
,7%
11
,6%
9,5
%
34
,4%
27
,2%
24
,9%
20
,9%
16
,0%
13
,6%
11
,1%
10
,0%
33
,0%
25
,1%
21
,5%
17
,0%
13
,6%
13
,2%
9,5
%
8,4
%
31
,4%
22
,0%
20
,9%
16
,6%
12
,2%
11
,6%
9,3
%
6,4
%
0%
10%
20%
30%
40%
50%
60%
Menos de 1mes
De 1 a < 3meses
De 3 a < 6meses
De 6 meses a< 1 año
De 1 año a < 1año y medio
De 1 año ymedio a < 2
años
De 2 a < 4años
4 años o más
Tiempo de búsqueda de empleo
2007 2008 2009
2010 2011 2012
2013*
15
encuentran los que acceden a prestaciones por jubilación, ni a quienes teniéndolo por
cualquier razón no llegan a solicitarlo–, sí que aporta una visión útil para entender las formas
por las que se pasa de la situación de ocupación a la de desempleo. El Gráfico 12 permite
apreciar, en primer lugar y de manera muy significativa, como los despidos individuales
reconocidos como improcedentes tuvieron una primera pérdida de relevancia estadística en el
año 2009, en el que la regulación de empleo suspensiva aumentó su importancia desde la
práctica irrelevancia a suponer casi un tercio de las nuevas altas en la prestación por
desempleo. En un segundo momento, la supresión de los salarios de tramitación y la nueva
regulación de los despidos por causas objetivas en el RD-L 3/2012, de 10 de febrero,
supusieron una nueva disminución de estos despidos reconocidos improcedentes por el
empresario, de tal modo que se ha reducido su importancia a una tercera parte de la que tenía
en 2008, con lo que sólo un 25% de los nuevos desempleados en la actualidad proceden de
esta vía.
Gráfico 12: Causas de acceso a la prestación contributiva
Fuente de los datos: Ministerio de Empleo y Seguridad Social
C. La dualidad del mercado de trabajo
El mercado de trabajo español se caracteriza desde la generalización del contrato temporal de
fomento del empleo en los años ochenta por una elevada tasa de temporalidad, lo que tiene
importantes efectos negativos, tanto desde una perspectiva social –mayor inestabilidad– como
económica, pues reduce los incentivos para la formación y la inversión. El empleo temporal
tiene una mayor sensibilidad a la situación económica, de modo que la proporción de
1,2% 1,3% 2,3% 1,8% 1,1% 1,1%
76,1%
46,9% 51,9% 47,8%
32,0% 25,5%
8,7%
10,3%
13,2% 19,1%
24,8% 27,0%
6,4%
2,6%
2,7% 2,3%
1,8% 2,5%
4,2%
5,8%
7,3% 9,1%
7,8% 11,2%
2,1%
32,0% 20,9% 17,4%
30,4% 29,2%
1,3% 1,1% 1,6% 2,5% 2,1% 3,4%
0%
10%
20%
30%
40%
50%
60%
70%
80%
90%
100%
I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II
2008 2009 2010 2011 2012 2013
Otras causas
ERE. Suspensión y desempleoparcial
ERE. Extinción
Acta de conciliación yfinalización de periodo depruebaPor causas objetivas
Despido reconocido por la Ley45/2002
Sentencia del Juzgado de loSocial
16
trabajadores con este tipo de contratos es fuertemente procíclica: ante aumentos en la
producción se producirá un incremento de la tasa, y en épocas de crisis se reducirá. El Gráfico
15 presenta conjuntamente la tasa de paro y la de temporalidad, y en él puede apreciarse
como prácticamente la una es reflejo de la otra.
La sensibilidad del empleo temporal a las fluctuaciones del ciclo económico (ver más adelante
el Gráfico 16) se manifiesta en una mayor precariedad del vínculo, así como una incidencia de
la estacionalidad particularmente fuerte. El Gráfico 13 presenta ambas realidades con claridad.
En él se presenta la probabilidad en cada trimestre de que un empleado temporal pierda su
empleo y no encuentre otro, es decir, el porcentaje mostrado no incluye los trabajadores que
habiendo finalizado su contrato temporal consiguen otro de la misma naturaleza o pasan a
otra clase de ocupación, pero sí a aquellos que pasen a una situación de inactividad.
Gráfico 13: Porcentaje de los ocupados en el trimestre anterior que dejan de estarlo, según su tipo de relación laboral
Fuente de los datos: Encuesta de Población Activa (Microdatos enlazados)
La estacionalidad del empleo temporal genera fuertes fluctuaciones intra-anuales, de modo
que entre el primero y el tercer trimestre la probabilidad de que un trabajador temporal no
tenga ocupación en el siguiente periodo varía en aproximadamente cinco puntos porcentuales.
Además, conforme ha ido avanzando la crisis, la probabilidad de dejar de estar ocupado ha ido
aumentando de manera evidente, de manera que si en 2007 los temporales que quedaban sin
empleo oscilaba entre el 13% y el 17%, cinco años después, en 2012, estos márgenes fueron de
entre el 20,4% y el 27,6%, si bien el último dato disponible (porcentaje de los temporales en el
primer trimestre de 2013 que no tenían ocupación en el segundo) parece mostrar el inicio de
un cambio de tendencia, pues la tasa de pérdida de empleo es la más aja para ese momento
del año desde el inicio de la crisis.
6,4% 5,3%
4,6%
5,0%
4,3%
4,2%
3,1%
3,8%
3,2%
3,5%
2,6%
3,0%
2,8%
3,3%
2,5%
3,3%
2,6%
2,8% 2,6% 2,7% 3,0%
3,9% 3,3% 3,0% 3,4% 3,3%
7,4% 7,0% 7,0% 6,3% 6,3% 6,0%
5,4% 4,6% 4,7%
0%
2%
4%
6%
8%
10%
12%
II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II
2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013
Cuenta Propia
Asalariado indefinido
Temporal
17
Gráfico 14: Situación de los trabajadores que en el trimestre anterior tenían una relación laboral temporal.
Fuente de los datos: Encuesta de Población Activa (Microdatos enlazados)
Por otra parte, el paso de la temporalidad hacia la estabilización también parece estar
dificultándose con el paso del tiempo, pues si antes de que comenzara la destrucción de
empleo más del 10% de los trabajadores temporales lograban un contrato indefinido cada
trimestre, en los últimos dos años el porcentaje se ha reducido en más de dos puntos, y parece
que se encuentra relativamente estable en niveles ligeramente superiores al 7% (ver al respeto
el Gráfico 14).
12,4% 11,1% 13,0%
11,9%
9,8% 8,3% 8,5%
7,7% 7,2% 1,7% 1,4% 1,1% 1,3% 1,0% 1,0% 0,9% 1,0% 1,0% 5,9% 6,2% 6,5%
9,6%
12,7% 13,4% 13,8%
15,7%
13,5%
0%
5%
10%
15%
20%
25%
II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II
2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013
Indefinido
Cuenta propia
Desempleo
18
Gráfico 15: Tasas de paro y temporalidad
Fuente de los datos: Encuesta de Población Activa
En todo caso, puede destacarse que la tasa de temporalidad se ha reducido en más de once
puntos en los últimos siete años, en una tendencia que comenzó antes que la destrucción de
empleo, por lo que lo más probable es que el descenso se deba a un efecto combinado de la
situación económica y las diferentes políticas adoptadas para fomentar el empleo permanente
(o desincentivar el temporal). Debe tenerse en cuenta que en la última gran crisis de empleo,
que llevó la tasa de paro hasta el 24,5% en 1994, el efecto sobre la tasa de temporalidad fue
más el de interrumpir su crecimiento–había aumentado cinco puntos porcentuales por año
entre 1987 y 1990– que el de reducirlo, pues la cota mínima que se alcanzó durante aquella
crisis fue la un 32% de los asalariados con relación laboral temporal.
La importancia del ajuste sobre el empleo temporal queda de manifiesto en el Gráfico 16, en el
que se muestran las tasas de variación interanual de asalariados temporales e indefinidos: el
empleo por cuenta ajena de duración determinada comienza su caída en el año 2007, cuando
la ocupación total aún crecía a niveles próximos al 3%, dando comienzo al incremento del
desempleo4. El empleo permanente, por su parte, mantuvo tasas interanuales de crecimiento
positivas hasta el segundo trimestre de 2009, y aún desde ese momento, con pérdidas
relativamente reducidas, aunque crecientes: el dato correspondiente al segundo trimestre de
2013 es precisamente el peor de la serie, con una caída del 4%, la mayor destrucción
interanual de empleo indefinido desde 1992.
4 Debe tenerse en cuenta que la población activa en ese momento aún crecía con fuerza, con lo que aun
creándose puestos de trabajo, si el ritmo no era suficiente, aumentaba la tasa de paro (ver Gráfico 1 y el análisis del mismo)
33,3% 34,4% 31,8%
29,4%
25,2% 24,9% 25,5%
23,7% 23,1%
9,3% 8,5% 8,0% 10,4%
17,9% 20,1% 20,9%
24,6% 26,3%
0%
5%
10%
15%
20%
25%
30%
35%
40%
I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II
2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013
Tasa de temporalidad
Tasa de paro
19
Gráfico 16: Variación interanual del número de asalariados indefinidos y temporales
Fuente de los datos: Encuesta de Población Activa y Contabilidad Nacional
Nota: La variación del PIB se ha calculado sobre los datos corregidos de estacionalidad y calendario, y en términos reales.
La misma figura muestra como el empleo temporal responde con bastante intensidad a las
variaciones del PIB, de tal modo que ante pequeñas caídas porcentuales de la producción se
produce una rápida pérdida de contratos temporales, pero también ante la más mínima señal,
se produce un aumento de la contratación. En el momento de mayor caída del PIB (4,5%
interanual en el segundo trimestre de 2009), la caída de la temporalidad cuadruplicó a esta
(19,81%), pero igualmente cuando entre 2010 y 2011 se alcanzaron durante cuatro trimestres
tasas positivas de variación del PIB (con un máximo de 0,59% en el primer trimestre de 2011),
el empleo temporal llegó a crecer a un ritmo de 2,11%. Igualmente, se observa como en la
actualidad, ante la ralentización de la caída del PIB, también se decelera la pérdida de empleo
temporal.
Un análisis de los contratos que se celebran muestran que pese a la extendida crítica que se
hace al sistema laboral español acerca del elevado número de figuras contractuales, en
realidad la mayoría de los contratos celebrados son temporales de dos clases: por
circunstancias eventuales de la producción y por obra o servicio determinado, que
conjuntamente representan el 80% de los iniciales (esto es, excluyendo las conversiones)
registrados en los servicios públicos de empleo.
La contratación indefinida, por su parte, muestra un comportamiento ciertamente negativo,
sin que la introducción de la figura del contrato de apoyo a los emprendedores o la
generalización de la indemnización por despido improcedente prevista en el Contrato de
Fomento de la Contratación Indefinida (CFCI) hayan logrado mitigar los efectos que la crisis
produce en el empresario, en el sentido de optar por la contratación temporal ante el riesgo
cierto de una futura necesidad de reducir el tamaño de la plantilla (Gráfico 18)
7,91%
-3,55% -7,32%
-19,81%
-3,76%
2,11%
-12,72%
-6,85%
2,58%
8,18%
4,07%
-1,14% -1,90%
-1,31%
-3,50%
-4,00%
-25%
-20%
-15%
-10%
-5%
0%
5%
10%
15%
I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II
2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013
Temporales
Indefinidos
PIB
20
Gráfico 17: Distribución de los contratos iniciales por tipo
Fuente de los datos: Servicio Público de Empleo Estatal
Gráfico 18: Porcentaje del total de contratos registrados, incluyendo conversiones, que son indefinidos
Fuente de los datos: Servicio público de Empleo Estatal
Notas: Las cifras mostradas corresponden, para cada tipo de contrato indefinido, a lo meses de febrero y agosto; No se muestran en el gráfico las cifras correspondientes al contrato indefinido para personas con discapacidad, que oscilan en el periodo entre el 0,032% y el 0,086%. El último dato publicado sobre el contrato de emprendedores corresponde al mes de junio de 2013, por lo que en los meses de julio y agosto se incluyen en los contratos ordinarios.
Si atendemos al tamaño de las empresas, se aprecia en las cuatro figuras que conforman el
Gráfico 19 como las empresas de menor tamaño tienen más propensión a la contratación
indefinida, aunque en niveles ciertamente reducidos, pues incluso antes de la crisis económica
5,88% 5,42% 4,40% 3,77% 3,61% 3,69% 3,81%
38,00% 38,18% 38,00% 38,45% 37,10% 37,28% 37,78%
42,92% 41,70% 40,91% 41,41% 42,95% 43,65% 44,02%
13,20% 14,71% 16,68% 16,38% 16,34% 15,38% 14,39%
0%
10%
20%
30%
40%
50%
60%
70%
80%
90%
100%
2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013
Indefinidos Obra o Servicio Eventual Otros temporales
6,1% 4,2% 5,2% 3,2% 4,6% 3,0% 4,4% 3,0% 4,2% 3,1% 5,8% 3,7%
1,8%
1,0%
1,4%
1,0%
1,4%
0,6%
0,9%
0,5%
0,4%
0,5%
0,6%
5,1%
4,1%
4,7%
3,0%
3,7%
3,0%
3,9%
2,7%
3,0%
2,5%
3,2%
2,3%
0%
2%
4%
6%
8%
10%
12%
14%
2007 2008 2009 2010 2011 2012
Ordinario Minusválidos CFCI Emprededores Conversiones
21
llegó a ser superior al 15% (la tasa de contratación indefinida, incluyendo conversiones, en
promedio anual en 2007 fue del 14,7% en las empresas de hasta 25 trabajadores y del 12,2%
en las de 26 a 50 trabajadores). Por otra parte, para todos los tamaños de empresa puede
apreciarse en el gráfico nombrado como hasta 2011 fue reduciéndose paulatinamente el
porcentaje de contratos indefinidos, recuperándose en 2012 hasta niveles próximos a los de
2010. Los datos de los primeros ocho meses de 2013 permiten afirmar que el leve incremento
de la contratación indefinida del año pasado se consolida en las empresas más pequeñas –que
por otra parte son las que concentran más del 65% de los contratos de la economía– pero no
en las restantes: la línea negra que en el Gráfico 19 representa a 2013 es la más baja de la serie
temporal.
Gráfico 19: Porcentaje de contratos indefinidos sobre el total registrado en función del tamaño de la empresa
Fuente de los datos: Servicio Público de Empleo Estatal
III. Regulación de empleo
Ante una situación económica adversa las empresas, para sobrevivir, necesitan con frecuencia
ajustar sus estructuras y sistemas de producción. Entre los ajustes, evidentemente, se
0%
2%
4%
6%
8%
10%
12%
14%
De 1 a 25 trabajadores
0%
2%
4%
6%
8%
10%
12%
14%
2013
De 1 a 25 trabajadores
0%
2%
4%
6%
8%
10%
12%
14%
De 1 a 25 trabajadores
0%
2%
4%
6%
8%
10%
12%
14%
De 1 a 25 trabajadores
22
encuentran los relacionados con el trabajo, que desde la perspectiva de costes tienen una
importancia ciertamente significativa. Los ajustes pueden tener una naturaleza temporal,
como las suspensiones de contratos o las reducciones de jornada, o definitivo, extinguiendo
los contratos de trabajo.
Gráfico 20: Distribución de los trabajadores afectados por regulaciones de empleo en cómputo anual
Fuente de los datos: Instituto Nacional de Estadística/Ministerio de Empleo
Nota: los datos de 2013 corresponden al primer semestre.
El número de trabajadores afectados, (ver Gráfico 12 más arriba) es poco relevante en los
momentos de bonanza económica, pero durante las situaciones de destrucción de empleo,
generan una porción importante de los nuevos desempleados: si en 2007 oscilaba entre el 5%
y el 10% el peso en las altas iniciales en la prestación por desempleo, en los dos primeros
trimestres del año 2013 prácticamente se ha cuadruplicado su importancia. En todo caso, no
es la extinción la forma con más incidencia en los procedimientos (antes expedientes) de
regulación de empleo, sino la suspensión de los contratos: de los casi 171.000 trabajadores
afectados en los primeros seis meses del año, menos de 30.000 fueron despedidos, por
104.000 con el contrato suspendido y 38.000 con reducciones de jornada. Debe tenerse en
cuenta que los expedientes de extinción son más frecuentes (en términos relativos) en épocas
de bonanza, pues cuando las probabilidades de encontrar un nuevo empleo son altas los
trabajadores preferirán percibir la indemnización por terminación de su contrato a renunciar a
parte de su salario, ante la expectativa de percibir en un periodo relativamente corto un
salario completo: así, como muestra el Gráfico 20, tanto en la crisis de los primeros 1990s
como en la actual crisis, la reducción de jornada y la suspensión del contrato ganan
importancia, mientras que en el periodo intermedio la primera tiene un peso testimonial,
mientras que las suspensiones, aun manteniendo un porcentaje alto de trabajadores
afectados, superior al 40%, se reducen de manera evidente.
18
,9%
23
,5%
26
,4%
22
,8%
30
,9%
37
,1%
31
,6%
21
,6%
48
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43
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,0%
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53
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51
,0%
30
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,9%
17
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,7%
63
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66
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,0%
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51
,5%
43
,4%
49
,6%
44
,3%
43
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45
,5%
44
,8%
48
,6%
67
,5%
84
,5%
69
,3%
63
,1%
65
,0%
60
,4%
10
,5%
12
,7%
8,8
%
9,6
%
2,9
%
1,4
%
1,0
%
3,4
%
3,8
%
5,1
%
2,6
%
0,9
%
2,0
%
2,5
%
0,8
%
0,8
%
0,3
%
0,4
%
2,0
%
3,8
%
13
,6%
17
,4%
20
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13
*
Extinción Suspensión Reducción de jornada
23
Gráfico 21: Trabajadores afectados por procedimientos de regulación de empleo, según tipo
Fuente de los datos: INE/Boletín de estadísticas laborales
Al margen de que la distribución refuerza la idea de que la situación del mercado de trabajo
aún no favorece que se prefiera la extinción a otras formas más suaves de ajuste de las
plantillas, el número de trabajadores afectados continúa siendo muy elevado, si bien los
últimos datos parecen mostrar una ligera mejoría. El incremento de afectados que se produjo
a lo largo del final de 2011 y todo 2012 parece estar remitiendo, aunque los niveles están aún
lejos de los anteriores a la crisis, e incluso a los de la época de recuperación parcial de la
economía –en la que no llegó a crearse empleo neto– de 2010 y el principio de 2011.
IV. Negociación colectiva
La fijación de las condiciones de trabajo, en nuestro sistema de relaciones laborales, viene en
gran medida determinado por el contenido de los Convenios Colectivos de trabajo.
Precisamente por ello, la reforma laboral de 2010 mandató al gobierno para realizar una nueva
regulación (aprobada por RD-L 7/2011, de 10 de junio), e igualmente la de 2012 (con el
RD-L 3/2012, de 10 de febrero, y la L. 3/2012, de 6 de julio) afectó profundamente esta
materia.
La situación de crisis económica profunda, en todo caso, dificulta que se alcancen acuerdos,
como muestran los datos recogidos en los gráficos que ilustran esta sección. Al margen de la
existencia de retrasos en el registro –los datos de negociación colectiva no se consideran
oficiales hasta transcurridos tres años, pues se clasifican por el inicio de efectos económicos y
no es infrecuente que se pacten efectos retroactivos– que sobrevaloran la caída de acuerdos
firmados, puede verse como los momentos de mayor destrucción de empleo suponen un
número de acuerdos más reducido.
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2008 2009 2010 2011 2012 2013
Extinción Suspensión Reducción de jornada
24
Gráfico 22: Evolución histórica del número de convenios registrados (agregación en periodos de 12 meses)
Fuente de los datos: Ministerio de empleo
Nota: Cada dato refleja el acumulado en los doce meses anteriores. Debe tenerse en cuenta que los datos de 2011, 2012 y 2013 se consideran aún provisionales.
La caída es notable, máxime si se tiene en cuenta que la tendencia ha sido siempre creciente,
por lo que incluso sin tomar en cuenta los últimos datos, por su naturaleza incompleta que no
tiene en cuenta los futuros convenios con efectos sobre situaciones vigentes en la actualidad,
se ha producido un retroceso de al menos una década en la cobertura por nuevos convenios;
ello no significa, sin embargo, la existencia de un vacío generalizado en la regulación de las
relaciones laborales: al margen de que muchos convenios pueden estar tácitamente
prorrogados, hasta el pasado 7 de julio la llamada ultraactividad produjo plenos efectos, y aún
denunciados, no es infrecuente el acuerdo, al amparo de la propia ley, de prórroga de
contenidos en tanto se negocia un nuevo convenio colectivo de trabajo.
En relación a las condiciones económicas pactadas, se aprecia en el Gráfico 23 la clara
tendencia hacia moderación salarial: aunque a lo largo de 2009, durante la breve deflación, los
salarios pactados siguieron creciendo prácticamente al mismo ritmo, progresivamente se ha
producido una reducción de la tasa de aumento de los mismos. Debe tenerse en cuenta que en
aras a una mayor claridad del gráfico, cada dato representa el año inmediatamente anterior,
por lo que los cambios de tendencia se observan con cierta lentitud. En todo caso, sin cambios
bruscos, la progresión es clara: el promedio de los convenios firmados durante los últimos
meses ya es inferior al 1%, frente a una inflación que se mantiene en niveles entre el 2% y
el 3%.
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Ago
2008 2009 2010 2011 2012 2013
Total de convenios
Convenios de empresa
Ámbito superior
25
Gráfico 23: Evolución de los salarios pactados según nivel de negociación
Fuente de los datos: INE /Ministerio de empleo
Nota: Cada dato refleja el acumulado en los doce meses anteriores. Debe tenerse en cuenta que los datos de 2011, 2012 y 2013 se consideran aún provisionales.
Otro dato relevante es el que tiene que ver con los niveles de negociación. Hasta la reforma
de 2011, las reglas de articulación de los diferentes niveles de negociación convenios
colectivos, conforme al modelo que se había establecido en la práctica, suponían por lo
general un escaso margen de actuación en el convenio de empresa, más allá de la mejora de
los convenios de ámbito superior. Con la reforma de 2011 con carácter de regla supletoria para
estos últimos–esto es, permitiendo el legislador que el convenio sectorial alterara este
régimen de atribución de competencias– y tras la de 2012 de manera imperativa, los
convenios de ámbito empresarial (o de grupo de empresas) tienen “prioridad aplicativa” en
una serie de materias, entre las que se encuentra precisamente “la cuantía del salario base y
de los complementos salariales”. El efecto de este cambio normativo es claro: si antes eran los
convenios de ámbito superior los que marcaban el nivel mínimo de incremento salarial, siendo
aumentados por los de empresa, ahora ocurre justo lo contrario: ya sea por la necesidad de
salvaguardar el propio espacio de negociación del convenio sectorial –pues si se establecen
salarios elevados las empresas tendrían incentivos a negociar acuerdos propios– ya por la
aprobación de convenios en empresas con interés o necesidad de menores remuneraciones, el
hecho es que ahora es el nivel empresarial el que fija aumentos más bajos para las
retribuciones de sus trabajadores.
En cuanto a la distribución de los acuerdos firmados, el Gráfico 24 permite ver que
efectivamente en 2012 se ha produjo un ligero aumento de la importancia de los convenios de
nivel empresarial, tanto en número de trabajadores como de empresas cubiertas, si bien los
datos preliminares de 2013 –hasta el mes de agosto– no parecen consolidar esa tendencia, ni
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13Var
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tera
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al
Convenios de empresa
Ámbito superior
IPC
26
siquiera si la comparación se hace con los convenios registrados en años anteriores hasta el
mes de agosto.
Gráfico 24: Distribución de los convenios registrados y empresas y trabajadores afectados por ámbito funcional
Fuente de los datos: Ministerio de Empleo
Nota: los datos de 2011 son un avance, mientras que los de 2012 y 2013 deben considerarse provisionales. Los de éste último año sólo incluyen los registrados hasta el mes de agosto
V. Costes laborales
La competitividad de la economía resulta clave para la generación de empleo; la contención de
costes laborales –acompañada de un adecuado grado de competencia interempresarial que
reduzca los márgenes empresariales– es imprescindible para el incremento de las
exportaciones y del consumo interno. La evolución de los costes laborales resulta por ello una
variable de máximo interés para obtener una visión completa del mercado de trabajo.
Los costes laborales por hora trabajada, que permiten una correcta comparación
intertemporal al no verse afectados por variaciones en la duración de la jornada, mantuvieron,
en términos reales, un crecimiento más o menos constante –al margen de las variaciones
estacionales– hasta el año 2009, produciéndose a partir de este instante una inversión de la
tendencia. La serie real, con niveles de precios de 2011, indica como desde el máximo de
20,1 euros por hora de aquel año, los costes se han reducido en un 6,68% hasta el segundo
trimestre de este año.
No obstante, debe indicarse que una reducción de los costes laborales no implica por sí misma
una ganancia de competitividad, pues debe tenerse en cuenta que la productividad no es
constante. De este modo, si los costes laborales crecen pero en menor medida que la
productividad, se estará ganando competitividad, al menos en un plano teórico. De hecho, la
visión completa de la ganancia de productividad necesariamente tiene que hacerse en
78
,1%
77
,1%
78
,3%
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70
,2%
11,1% 10,1% 10,8% 12,4% 6,5% 0,3% 0,3% 0,4% 0,4% 0,2%
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)
Convenios Trabajadores Empresas
Empresa y grupo de empresas Provincial o inferior Interprovincial Estatal
27
términos comparativos. El concepto de costes laborales unitarios (CLUs), que toma en
consideración el cociente entre la productividad y los costes laborales, permite evaluar –si se
mantiene constante la estructura productiva, pues en realidad habría que valorarla producto
por producto– las ganancias o pérdidas de competitividad.
Gráfico 25: Costes laborales por hora en euros constantes de 2011
Fuente de los datos: Instituto nacional de Estadística (Encuesta Trimestral de Costes Laborales y series del IPC)
Nota: La línea negra intermitente muestra los datos corregidos de estacionalidad y calendario.
En este sentido, conforme a los datos reflejados en el Gráfico 26, se confirma que los
resultados del análisis de los costes laborales son coherentes con la competitividad de la
economía española. El incremento de los CLUs hasta 2009, sólo inferior al de Irlanda. En este
año comienza realmente el ajuste, y en los tres últimos años se ha producido una fuerte
recuperación de competitividad. Debe tenerse en cuenta, en todo caso, que el Gráfico 26 no
ordena a las economías según su competitividad, sino de acuerdo a su variación relativa en
función del nivel en que se encontraran en 2005. El estudio de la competitividad relativa de las
economías exigiría incorporar la especialización productiva de cada una de ellas, y evaluar,
para cada producto, cuál lo realiza de modo más eficiente, lo que en la práctica resulta casi
inabarcable.
16
18
20
I II IIIIV I II IIIIV I II IIIIV I II IIIIV I II IIIIV I II IIIIV I II IIIIV I II IIIIV I II IIIIV I II IIIIV I II IIIIV I II
2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013
28
Gráfico 26: Costes laborales unitarios para algunos países de la UE (2005=100)
Fuente de los datos: Eurostat
Nota: los datos de 2013 son una estimación; para los de Grecia, Eurostat indica que se trata de datos
provisionales.
Por otra parte, entrando en el detalle de la composición de los costes laborales, no se han
producido grandes cambios: la mayor parte de los mismos, lógicamente, lo constituyen los
abonos salariales ordinarios, que constituyen aproximadamente un 65% del total–con
variaciones estacionales–, a lo que hay que agregar aproximadamente otros diez puntos
porcentuales de costes salariales extraordinarios y pagos de atrasos. Las cotizaciones sociales
netas de bonificaciones y subvenciones, constituyen, en promedio, un 22% de los costes
totales (debe tenerse en cuenta que los tipos legales se aplican sobre el salario, no sobre el
coste laboral, que precisamente los incluye).
Quizá la partida que más interés puede presentar en una coyuntura como la actual es la
relativa a los costes de despido, pues al aumentar la destrucción de empleo, es previsible que
éstos incrementen su importancia. La Encuesta de Costes Laborales sólo recoge su
desagregación a partir de 2008, por lo que no disponemos de evidencia de años anteriores a la
crisis, si bien como se ha descrito en páginas anteriores, ese año aún no generó niveles
demasiado elevados de destrucción de empleo. Los datos reflejan así, que mientras que en los
tres primeros trimestres de ese primer momento rondaron el 1% de los costes laborales,
posteriormente se produce un aumento hasta niveles que casi duplican esta cifra en el primer
trimestre de 2009. A lo largo de 2010, al suavizarse la crisis, vuelven a reducirse, para crecer de
nuevo en 2011. En 2012 se redujeron levemente.
El coste por trabajador despedido, sin embargo, se mantiene relativamente constante. El
Gráfico 27 permite ver la evolución de las indemnizaciones que efectivamente se han abonado
a los trabajadores en este concepto en términos reales. Así, con precios constantes de 2011
95
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105
110
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2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013*
R.Unido
Italia
Francia
Alemania
España
Portugal
Irlanda
Grecia
29
(para evitar las distorsiones que en la comparación podría producir la inflación) se puede ver
que en 2009 se produjo un incremento importante, superior al 20% en el promedio de los
importes abonados, lo que significa –al no haberse alterado la indemnización legal, y al margen
de acuerdos indemnizatorios por encima de los fijados por el Estatuto de los Trabajadores–
que las extinciones comenzaron a afectar a trabajadores con mayor antigüedad o/y salario. Al
margen de las variaciones del sector industrial, cuya intensidad posiblemente responde a la
heterogeneidad de las actividades que lo integran, cabe destacar el descenso que se produce
en el sector servicios –el más importante cuantitativamente– a partir del segundo trimestre de
2012, posiblemente efecto de los cambios en la causalidad del despido que facilitan la
procedencia del mismo.
Gráfico 27: Costes por indemnización por trabajador despedido, en euros constantes de 2011
Fuente de los datos: Instituto nacional de Estadística (Encuesta Trimestral de Costes Laborales y series
del IPC)
Una aproximación a la composición del colectivo de trabajadores despedidos puede realizarse
a través de los microdatos encadenados de la EPA, pues permite observar cuál era la
antigüedad (aunque no el salario) de los trabajadores que en un determinado trimestre han
dejado de estar ocupados. Lamentablemente esta fuente estadística no permite conocer
tampoco la causa de pérdida de empleo, por lo que no ofrece información acerca del carácter
procedente o improcedente del despido, o incluso si la terminación de un contrato indefinido
se ha producido por iniciativa del trabajador y sin coste para el empresario. Hecha esta
salvedad, el Gráfico 28, limitando la población analizada a los menores de 60 para evitar la
distorsión que supondrían las jubilaciones voluntarias, permite observar como desde el inicio
dela crisis ha cambiado el patrón de antigüedad en la empresa de los trabajadores que dejan
de serlo: en los primeros años disminuye el peso de los que llevan hasta un año en la empresa
–lo que puede explicarse porque antes de despedir la empresa habrá dejado de contratar, con
lo que aquellas que tienen que reducir plantilla previsiblemente no tendrán demasiados
trabajadores indefinidos de tan corta antigüedad–, pero aumenta considerablemente los que
15.191 15.297
22.024
14.482
16.754 15.763
4.074
6.944 5.958
5.014 6.197 7.015
7.952 9.104 9.353
13.073
7.874 9.695
0
5.000
10.000
15.000
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25.000
I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II
2008 2009 2010 2011 2012 2013
Industria Construcción Servicios
30
sin ser tan recientes llevan poco tiempo en la empresa. Así, el peso entre los trabajadores con
contrato indefinido que dejan de estar ocupados pasa, en los dos años que van del primer
trimestre de 2007 al mismo de 2009, del 48,3% al 53,6%. Tras la intensa destrucción de
empleo, de ese año, comienza a aumentar la antigüedad de los indefinidos que dejan de estar
en la empresa, con lo que el recién mencionado grupo de trabajadores indefinidos con menos
de cuatro años de antigüedad reduce veinte puntos porcentuales su peso entre los
trabajadores que pasan al paro o a la inactividad: en el segundo trimestre de 2013 han sido un
34% del total, mientras que los de entre cuatro y diez años de antigüedad se elevan hasta el
30%, de 10 a veinte años hasta el 17%, y lo que es más sorprendente, los de más de 20 años
superan el 19%.
Gráfico 28: Distribución de los no ocupados menores de 60 años que en el trimestre anterior tenían un empleo indefinido según su antigüedad en la empresa
Fuente de los datos: Encuesta de Población Activa (microdatos enlazados)
VI. Trabajo a tiempo parcial
La reducción de la duración de la jornada es un mecanismo de reparto de trabajo que en
tiempos de crisis puede aliviar el coste social de la menor demanda de trabajo, al tiempo que
minorar las cargas que para la empresa supone el mantenimiento de un empleo cuando baja la
producción. La tasa de trabajo a tiempo parcial, esto es, el cociente de los ocupados con esta
clase de jornada sobre el total, que se mantenía constante en torno al 12% hasta 2008,
comenzó con la crisis un incremento notable, de modo que año tras año ha venido
aumentando, hasta el nivel actual del 16,4% de la población ocupada (Gráfico 29)
19,5% 18,3% 15,1% 15,5% 13,4% 12,1% 14,0%
14,8% 11,9% 14,9% 12,5% 11,2% 7,4% 7,7%
13,7% 19,3% 20,2% 19,7% 20,1%
15,8% 12,2%
23,6% 22,7% 25,6% 24,2% 26,3%
30,3% 30,0%
13,5% 13,2% 11,6% 13,8% 13,6% 18,9% 16,9%
14,9% 14,7% 12,7% 14,3% 15,5% 15,5% 19,2%
0%
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30%
40%
50%
60%
70%
80%
90%
100%
I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II
2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013
Más de 20 años
De 10 a 20 años
De 4 a 10 años
De 2 a 4 años
De 1 a 2 años
Hasta 1 año
31
Gráfico 29: Tasa de trabajo a tiempo parcial, por sexos
Fuente de los datos: Encuesta de Población Activa
Gráfico 30: Tasa de tiempo parcial por sexo y edad
Fuente de los datos: Encuesta de Población Activa
Nota: Promedio del último año: III Trimestre de 2012 a II Trimestre de 2013
4,7% 4,5% 4,3% 4,2% 4,8% 5,5% 6,1% 6,8% 8,3%
24,9% 23,5% 23,0% 22,8% 23,5% 23,7% 23,9% 24,7%
26,1%
12,8% 12,2% 12,0% 12,0% 12,9% 13,5% 14,1% 14,9% 16,4%
0%
5%
10%
15%
20%
25%
30%
I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II
2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013
Hombres Mujeres Total
90% 75% 60% 45% 30% 15% 0% 15% 30% 45% 60% 75% 90%
16
21
26
31
36
41
46
51
56
61
Mujeres Hombres
32
Debe hacerse notar, no obstante, que el impacto en trabajadores de uno y otro sexo es muy
distinto. Por una parte, la tasa femenina era antes del comienzo de la crisis, cuatro veces
mayor que la de los hombres. Por otra, tiene un carácter estacional mucho más marcado,
variando a lo largo entre trimestres aproximadamente dos puntos porcentuales, frente a las
cinco décimas de los hombres. En estos últimos años, por otra parte, ha crecido más la tasa
masculina (desde 2008, 4,1 puntos por los 3,1 de la femenina), si bien la diferencia sigue
siendo elevadísima: la tasa de tiempo parcial es actualmente del 26,1% para las mujeres y del
8,3% para los hombres. Si se observa la pirámide de tiempo parcial por edades (Gráfico 30)
puede comprobarse además como estas diferencias se mantienen para prácticamente
cualquier edad: con contadas excepciones para todas ellas supera los diez puntos
porcentuales, y para más de la mitad es mayor de diecisiete puntos.
El análisis de los motivos que llevan a unas y a otros a trabajar a tiempo parcial –expuestos en
el Gráfico 31– también es esclarecedor. En primer lugar, lo primero que destaca al analizar los
datos para ambos sexos es el espectacular aumento que ha tenido el conjunto de ocupados
que se encuentran en esta situación como consecuencia de la situación del mercado de
trabajo, que se ha duplicado en estos cinco años De este modo, hoy un 67% de los hombres y
un 60% de las mujeres que están ocupados con esta clase de jornada no han podido encontrar
un empleo a tiempo completo.
El segundo resultado de interés, es el papel familiar que ocupa la mujer: para los hombres, las
razones familiares y el cuidado de otras personas dependientes son un motivo prácticamente
inexistente, pues suponía –antes de que se incorporaran al tiempo parcial ese elevado número
de trabajadores que no logran serlo a tiempo completo– menos del 5%, y ahora apenas supera
el 2%. En el caso de las mujeres llegó a suponer, en 2007, un 35% del total de las ocupadas a
tiempo parcial, constituyendo durante cuatro trimestres consecutivos la principal razón para
no serlo a tiempo completo, e incluso ahora, suman casi el 20%. Los hombres, por su parte,
usan en mayor medida la liberación temporal que supone esta jornada reducida para
completar su formación.
Las consecuencias de la mayor tasa de tiempo parcial no se limitan, sin embargo, a la menor
jornada y consiguientemente a los ingresos proporcionales, sino que los datos muestran un
elevado grado de precariedad. En primer lugar, las tasas de temporalidad son mucho más
elevadas para los trabajadores de menor jornada, manteniéndose más de veinte puntos por
encima de la de los trabajadores con jornada completa. En la actualidad, estos últimos
trabajadores disfrutan de un contrato indefinido en un 18,6% de los casos, pero un 44,2% de
los asalariados con jornada parcial son trabajadores temporales. En los momentos de mayor
temporalidad en nuestra economía, de hecho, llegaron a ser más los que tenían contrato
temporal que los que gozaban de una relación permanente (Gráfico 32)
33
Gráfico 31; Motivos por los que trabaja a tiempo parcial, según sexo
24% 23% 27% 26% 18% 16% 11% 10% 8%
3% 4% 3% 4%
2% 2% 2% 2%
2%
1% 2% 1% 1%
1% 2% 1% 2%
1%
3% 2% 4% 3%
2% 1% 1% 2%
1%
30% 32% 32% 31% 47% 54% 61% 62% 67%
10% 10% 9% 10%
8% 7% 7% 5% 4%
27% 27% 24% 25% 22% 18% 16% 16% 17%
0%
10%
20%
30%
40%
50%
60%
70%
80%
90%
100%
I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II
2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013
Hombres
Otras razones
No querer un trabajo de jornada completa
No haber podido encontrar un trabajo de jornada completa
Otras obligaciones familiares o personales
Cuidado de niños o de adultos enfermos, incapacitados o mayores
Enfermedad o incapacidad propia
Seguir cursos de enseñanza o formación
Desconoce el motivo
8% 9% 8% 8% 6% 5% 6% 5% 4% 1,3% 1,2% 1,0% 1,3% 1,1% 1,1% 0,7% 0,8% 0,8%
15% 16% 18% 19% 18% 16% 16% 15% 13%
12% 15% 16% 13% 12%
8% 8% 7% 6%
32% 32% 32% 34% 41%
48% 51% 54% 60%
13% 11% 13% 12% 10% 10% 10% 8% 7% 18% 15% 11% 12% 10% 11% 9% 10% 9%
0%
10%
20%
30%
40%
50%
60%
70%
80%
90%
100%
I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II
2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013
Mujeres
34
Gráfico 32: Tasa de temporalidad, según tipo de jornada
Fuente de los datos: Encuesta de Población Activa
Un análisis de los flujos en la Encuesta de Población Activa refuerza la idea de inestabilidad en
el empleo de los trabajadores a tiempo parcial. En el Gráfico 33 se recogen en sendas la
proporción de trabajadores asalariados que mantienen su situación de ocupación en la que se
encontraban en el trimestre anterior. No se distingue si mantienen el mismo o diferente
empleo ni ninguna característica adicional de la ocupación: el objetivo es analizar la
probabilidad de que unos y otros sigan ocupados.
Los resultados son claros, pues no sólo ocurre que es más fácil lograr un contrato indefinido si
la relación es a tiempo completo, sino que además, cualquiera que sea el tipo contractual, es
mayor la permanencia en el empleo. Así, es aproximadamente cuatro puntos porcentuales
más probable que un trabajador a tiempo completo mantenga su empleo en el trimestre
siguiente que lo consiga otro a tiempo parcial, teniendo ambos la misma clase de relación
temporal o indefinida.
30,4% 31,5% 29,3%
27,0% 22,6% 21,8% 21,8%
19,7% 18,6%
52,6% 54,9%
50,1% 46,0%
42,4% 43,2% 46,5% 44,8% 44,2%
33,3% 34,4% 31,8%
29,4% 25,2% 24,9% 25,5%
23,7% 23,1%
0%
10%
20%
30%
40%
50%
60%
I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II
2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013
Tiempo Completo Tiempo Parcial Total
35
Gráfico 33: Persistencia en el empleo de los asalariados según su jornada
Fuente de los datos: Encuesta de Población Activa (microdatos enlazados)
VII. Conflictividad laboral
La concurrencia de circunstancias tan negativas sobre la economía como las que actualmente
afectan a la española puede tener un efecto colateral adverso, que refuerce el impacto
negativo sobre el mercado de trabajo. La alta tasa de desempleo, la escasez de recursos en las
empresas y la necesidad de afrontar ajustes a la baja en las condiciones de trabajo, pueden
incrementar los conflictos en las relaciones laborales, lo que a su vez puede tener efectos
negativos en la productividad y competitividad de las empresas, agravando los problemas de
desempleo.
88,7% 88,8% 88,0%
84,9%
82,1% 81,3% 81,5% 80,9% 82,3%
79,8% 79,1% 80,6%
80,8%
77,4%
78,1% 79,0% 76,5%
80,9%
65%
70%
75%
80%
85%
90%
95%
II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II
2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013
Trabajadores con contrato temporal
Jornada completa Jornada parcial
97,7% 97,9% 97,6% 97,5% 96,4%
97,0% 97,4% 97,0% 97,0%
91,7% 92,7%
94,1% 93,0% 92,8%
93,7% 93,8% 93,7% 94,7%
85%
87%
89%
91%
93%
95%
97%
99%
II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II
2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013
Trabajadores con contrato indefinido
Jornada completa Jornada Parcial
36
Gráfico 34: Número de asuntos presentados en conciliación individual en los servicios públicos mediación, arbitraje y conciliación
Fuente de los datos: Ministerio de empleo
Nota: los números reflejan el dato para el mes de mayo de cada año.
El Gráfico 34 efectivamente muestra cómo, primero en 2008 se produjo un primer incremento
de los asuntos planteados del 37% respecto a 2007, empujado tanto por los despidos (36%, lo
que supone 42.500 papeletas adicionales) como por las reclamaciones de cantidad, que
aumentaron un 46% (764.200 asuntos más), que posteriormente se reforzó en 2009, para
llegar a un total de 536.194, marcando un máximo histórico en la serie (que registra datos
desde 1995), lo que supone un incremento adicional sobre los niveles de 2007 de un 20%. En
este segundo año, como era de esperar a la luz de los datos de destrucción de empleo que se
han analizado más arriba, aumentaron de forma notable los asuntos por despido, que en 2010
volvieron a niveles inferiores a 2008: durante ese tercer año de crisis los asuntos presentados
en conciliación individual por la terminación del contrato se situaron “sólo” un 25% por encima
de los niveles de 2007.
La supresión del llamado despido exprés y los salarios de tramitación, unido a los problemas
fiscales asociados a la aceptación extrajudicial de la indemnización superior a la prevista para
el despido objetivo, incrementaron en 2012 enormemente el número de conciliaciones por
despido, sin que esto pueda interpretarse automáticamente como un aumento de la
conflictividad en el ámbito de las relaciones laborales. Las reclamaciones de identidad apenas
crecieron un 2%, y las de los restantes motivos un 4% respecto al año anterior.
En los cinco primeros meses de 2013, de hecho, está reduciéndose la conciliación por asuntos
diferentes al despido, mientras que sigue aumentando el número de asuntos por estas
extinciones. Esto se explica porque la reforma del año anterior entró en vigor en el mes de
febrero y porque el cambio en los patrones de conducta desde el despido reconocido
10.285 10.668 12.474 17.685
12.285 13.362 19.021 17.334
13.147 12.429
16.537
23.229
20.672 20.557
21.604
16.635
28
.02
9
30
.39
3
34
.17
7
48
.06
7
39
.97
0
40
.32
5
47
.01
6
39
.07
0
0
10.000
20.000
30.000
40.000
50.000
60.000
2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013
Asuntos sobre despido Reclamación de cantidad Sanciones Otros motivos
37
improcedente a la conciliación no es automático sino que se produce de modo paulatino,
como refleja el Gráfico 12.
Dado el cambio normativo, se hace preciso analizar se ven reforzadas en el análisis de los
resultados de las conciliaciones. En los datos que recoge el Gráfico 35 puede apreciarse como
el mayor incremento se produce en los despidos producidos con avenencia en los primeros
cinco meses de 2013, que triplican los que se llevaron a cabo en el mismo periodo de 2011,
antes de la reforma legal; no obstante, también hay un crecimiento muy importante de los
casos en los que no se logra acuerdo (aproximadamente un 50% más) cuya explicación
posiblemente pueda encontrarse en la introducción de nuevas definiciones de los motivos de
despido y la divergencia en la interpretación de su alcance, es decir, verdadera conflictividad.
No obstante, es esperable que con la sucesiva interpretación de la reforma por los tribunales –
lenta dada la difícil unidad de doctrina en un ámbito tan casuístico como el despido–, en los
próximos años se reduzca de nuevo el porcentaje de asuntos en los que no se alcance acuerdo
conciliatorio.
Gráfico 35: Asuntos sobre despido en mediación según su resultado en los primeros cinco meses del año
Fuente de los datos: Ministerio de empleo
En relación a los casos por despido que llegan a los tribunales, se observa una correlación muy
elevada con lo observado en la conciliación administrativa: un fuerte incremento a lo largo
de los dos primeros años de crisis – desde el primer trimestre de 2008 al tercero de 2009 se
duplica el número de casos planteados ante los tribunales, desde los 16.000 a los 33.000–, con
una reducción posterior que no llega a compensar el aumento anterior a lo largo de 2010, en
cuyo último trimestre sólo se registraron 23.000 procesos por despido. A partir de ese
momento, vuelve a empezar un aumento del número de asuntos por despido, tanto en
términos absolutos como en relación al total de casos planteados ante el orden jurisdiccional
social, hasta los 30.000 presentados en el primer trimestre de 2013.
26.246 23.010 21.338 19.739 23.895 16.708 15.334
22.380
46.315
13.242 13.647 12.517 15.654
28.510
21.845 24.360
31.859
35.693
17.402 17.260 17.893 23.803
40.597
29.526 27.523
23.821
25.474
0
20.000
40.000
60.000
80.000
100.000
120.000
2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013
Con avenencia Sin avenencia Sin efecto
38
Gráfico 36: Asuntos judiciales por despido resueltos en la jurisdicción social (serie desestacionalizada)
Fuente de los datos: Ministerio de empleo
Gráfico 37: Distribución de los asuntos judiciales sociales sobre despidos terminados según su resultado
Fuente de los datos: Ministerio de empleo
Nota: Los datos de 2013 corresponden sólo al primer trimestre del año.
El resultado de estos procesos de impugnación del despido permite resaltar algunos aspectos
de interés. En primer lugar, la serie temporal de casi veinte años mostrada en el Gráfico 37
muestra como el porcentaje de sentencias totalmente desfavorables al trabajador es
0%
5%
10%
15%
20%
25%
30%
35%
40%
45%
50%
0
5.000
10.000
15.000
20.000
25.000
30.000
35.000
I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I
2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013
Po
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tal
Nú
me
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e a
sun
tos
Número de asuntos por despido Porcentaje sobre el total de asuntos
36
%
36
%
34
%
32
%
31
%
31
%
29
%
30
%
29
%
31
%
31
%
31
%
30
%
34
%
36
%
35
%
30
%
29
%
25
%
4%
4%
4%
4%
4%
4%
3%
4%
4%
4%
4%
4%
4%
4%
4%
4%
4%
5%
5%
16
%
16
%
16
%
15
%
15
%
14
%
13
%
11
%
11
%
13
%
14
%
14
%
14
%
12
%
11
%
12
%
13
%
11
%
9%
21
%
22
%
23
%
24
%
26
%
26
%
25
%
27
%
27
%
24
%
24
%
24
%
25
%
23
%
23
%
25
%
27
%
33
%
36
%
13
%
14
%
15
%
16
%
17
%
18
%
22
%
20
%
18
%
19
%
21
%
21
%
21
%
19
%
19
%
19
%
20
%
18
%
19
%
9%
9%
8%
9%
8%
7%
8%
9%
12
%
9%
6%
7%
7%
8%
7%
5%
6%
5%
7%
19
95
19
96
19
97
19
98
19
99
20
00
20
01
20
02
20
03
20
04
20
05
20
06
20
07
20
08
20
09
20
10
20
11
20
12
20
13
*
Otras causas
Desistimiento
Conciliación
Con sentenciadesfavorable altrabajador
Con sentencia favorableen parte al trabajador
Con sentencia favorableal trabajador
39
ciertamente moderado, con niveles entre el 11% y el 14%, y contrariamente a la intuición de
que ante un peor estado de la economía los órganos jurisdiccionales pudieran resultar más
empáticos con las necesidades empresariales, a partir de 2008 ese produce una reducción de
hasta tres puntos porcentuales. No obstante, debe señalarse que el número de asuntos en los
que se ven satisfechas las pretensiones empresariales es mayor, pues aproximadamente uno
de cada cinco procesos por despido son desistidos, renunciando así el trabajador a su
pretensión impugnatoria.
Un segundo aspecto destacable es el relativo a las conciliaciones, que desde 2009 han venido
aumentando su peso, posiblemente compensando el aumento de las conciliaciones
administrativas terminando sin avenencia: esta terminación, que se daba en aproximadamente
el 25% de los procesos supuso en 2012 un 33%, y en el primer trimestre de 2013 (que de los
cuatro es el más parecido a la media de cada año) ha llegado hasta el 36%. Aunque resulta
difícil saber si en términos agregados la conciliación resulta en un acuerdo más próximo a la
declaración de procedencia o de improcedencia, no parece aventurado afirmar que al tratarse
de un resultado transaccional supondrá un coste menor que la sentencia estimatoria, como lo
que el retroceso de éstas en favor de la conciliación judicial supone una minoración de los
costes extintivos.
Gráfico 38: Trabajadores participantes y jornadas perdidas por huelga en periodos anuales
Fuente de los datos: Ministerio de empleo
Nota: Los datos se muestran en miles de trabajadores o jornadas; cada punto representa la suma de los doce meses anteriores.
Un último aspecto de la conflictividad, ya no relacionada necesariamente con el estricto
ámbito de derecho, es el de las huelgas, que ofrece una visión en los últimos meses que puede
ser preocupante. Esta variable tiene una variabilidad muy alta, no necesariamente estacional,
por lo que resulta más adecuado estudiar su evolución en periodos relativamente
prolongados, lo que facilita analizar tendencias. El Gráfico 38 presenta así la información en
423.168 518.813
609.045 709.316 678.315
377.065 242.348
487.824
836.696 864.584
1.502.908 1.572.091
962.075
626.651
467.570
1.514.526
0
200
400
600
800
1.000
1.200
1.400
1.600
1.800
2.000
2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013
mile
s d
e jo
rnad
as/t
rab
ajad
ore
s
Trabajadores
Jornadas
40
periodos de doce meses, y así se aprecia como en el último año para el que hay datos
disponibles (hasta marzo de 2013), el número de trabajadores participantes en huelgas es
duplica al registrado un año antes (entre mayo de 2011 y abril de 2012) y supera en más del
triple al número de jornadas perdidas.
El surgimiento de este número de conflictos parece guardar, al menos hasta febrero de 2012,
más relación con el incremento del paro que con el nivel del mismo, lo que tiene sentido, pues
la mala situación económica de las empresas que les lleva a realizar medidas de ajuste con
frecuencia está en el origen del conflicto. Por ello, a lo largo de 2010 y 2011, con la
ralentización de la destrucción de empleo se redujo el número de conflictos (tanto atendiendo
al número de trabajadores participantes como al de jornadas perdidas) a niveles incluso
inferiores a los de 2006, cuando la situación económica y del mercado de trabajo era positiva.
A partir de mayo de 2012, sin embargo, a pesar que el comportamiento de las variables
agregadas de empleo no son especialmente negativas, sino incluso frenan su deterioro,
comienza un incremento acelerado de los conflictos y las jornadas perdidas como
consecuencia de la participación en las huelgas.
VIII. Conclusiones.
§ 1. La primera conclusión que cabe obtener es la desaceleración de la destrucción de empleo
que no ha venido acompañada hasta el momento de una recuperación tasa de ocupación. No
obstante, gracias al positivo efecto de la estacionalidad y de la evolución menos negativa de las
variables que la conforman la tasa de paro, por primera vez desde 2011, la misma ha caído
respecto al trimestre anterior, situándose en el 26,3% actual.
§ 2. La segunda parte de la crisis económica está teniendo un cierto efecto potenciador del
empleo por cuenta propia. Además, desde el máximo de participación del empleo público ha
venido reduciendo su tamaño, como consecuencia de la puesta en práctica de diversas
medidas de ajuste (ajustes presupuestarios, tasas de reposición nulas o reducidas).
§ 3. La destrucción de empleo no es homogénea, sino que pocos sectores concentran la
práctica totalidad. De los 3,6 millones de puestos de trabajo perdidos durante la crisis un 85%
pertenecían a tres ramas: la construcción (un 45.5%), la industria manufacturera (27,8%) y al
Comercio minorista y al por mayor y reparación de bicicletas y vehículos a motor (11,8%).
§ 4. Entre los segundos trimestres de 2007 y 2013 la probabilidad de que un desempleado
encontrara empleo se redujo a la mitad y, correlativamente, la probabilidad de seguir
desempleado ha crecido de manera ciertamente intensa, pasando desde el 40% de antes de la
crisis a niveles superiores al 70%. En los últimos cinco años los parados con más de dos años de
antigüedad en esta situación han aumentado, pasando de un mínimo del 12,6% en el primer
trimestre de 2009 hasta el actual 30,6%, es decir, dieciocho puntos porcentuales más.
§ 5. La causa más significativa de acceso a la prestación de desempleo es la suspensión y
reducción de jornada (29,2%), seguida de las extinciones por causas objetivas (27%). El despido
con reconocimiento de improcedencia ha pasado del 76% en 2008 al 25% en el segundo
41
trimestre del 2013. La vía del despido colectivo representa en la actualidad el 11, 2% de las
incorporaciones a la referida prestación.
§ 6. El empleo temporal responde con bastante intensidad a las variaciones del PIB, de tal
modo que ante pequeñas caídas porcentuales de la producción se produce una rápida pérdida
de contratos temporales, pero también ante la más mínima señal, se produce un aumento de
la contratación.
§ 7. Un análisis de los contratos que se celebran muestran que pese a la extendida crítica que
se hace al sistema laboral español acerca del elevado número de figuras contractuales, en
realidad la mayoría de los contratos celebrados son temporales de dos clases: por
circunstancias eventuales de la producción y por obra o servicio determinado, que
conjuntamente representan el 80% de los iniciales (esto es, excluyendo las conversiones)
registrados en los servicios públicos de empleo.
§8. Los datos de los primeros ocho meses de 2013 permiten afirmar que el leve incremento de
la contratación indefinida del año pasado se consolida en las empresas más pequeñas –que
por otra parte son las que concentran más del 65% de los contratos de la economía– pero no
en las restantes.
§ 9. No es la extinción la forma con más incidencia en los procedimientos de regulación de
empleo, sino la suspensión de los contratos: de los casi 171.000 trabajadores afectados en los
primeros seis meses del año, menos de 30.000 fueron despedidos, por 104.000 con el contrato
suspendido y 38.000 con reducciones de jornada.
§ 10. En relación a las condiciones económicas pactadas, se aprecia una clara tendencia hacia
moderación salarial: el promedio de los convenios firmados durante los últimos meses los
incrementos salariales pactados son inferiores al 1%, frente a una inflación que se mantiene en
niveles entre el 2% y el 3%. Por otro lado, si antes eran los convenios de ámbito superior los
que marcaban el nivel mínimo de incremento salarial, siendo aumentados por los de empresa,
ahora ocurre justo lo contrario.
§ 11. Los costes salariales han sufrido una importante. Desde el 2011, con el máximo de
20,1 euros por hora de aquel año, los costes se han reducido en un 6,68% hasta el segundo
trimestre de este año. El coste por trabajador despedido, sin embargo, se mantiene
relativamente constante.
§ 12. La tasa de trabajo a tiempo parcial, esto es, el cociente de los ocupados con esta clase de
jornada sobre el total, que se mantenía constante en torno al 12% hasta 2008, comenzó con la
crisis un incremento notable, de modo que año tras año ha venido aumentando, hasta el nivel
actual del 16,4% de la población ocupada. No obstante, un 44,2% de los asalariados con
jornada parcial son trabajadores temporales.
§ 13. En los cinco primeros meses de 2013, se ha reducido la conciliación por asuntos
diferentes al despido, mientras que sigue aumentando el número de asuntos por estas
extinciones.
42
§ 14. A partir de mayo de 2012, a pesar que el comportamiento de las variables agregadas de
empleo no son especialmente negativas, sino incluso frenan su deterioro, comienza un
incremento acelerado de los conflictos y las jornadas perdidas como consecuencia de la
participación en las huelgas.
IX. Índice de gráficos
Gráfico 1: Variación interanual de la ocupación, la actividad y la tasa de desempleo ................. 4
Gráfico 2: Tasas de paro históricas por sexos ............................................................................... 5
Gráfico 3: Distribución de la población ocupada según su situación ............................................ 6
Gráfico 4: Tasas de variación interanual de la población ocupada por tipo de relación .............. 7
Gráfico 5: Porcentaje acumulado del total de destrucción de empleo producido desde el
primer trimestre de 2008 .............................................................................................................. 8
Gráfico 6: Aportación a la destrucción de empleo de cada año de algunas ramas de
actividad ........................................................................................................................................ 9
Gráfico 7: Variación interanual del número de asalariados por rama de actividad ................... 11
Gráfico 8: Porcentaje de los desempleados en el trimestre previo según la situación en
que se encuentran....................................................................................................................... 12
Gráfico 9: Situación de año de quienes estaban inactivos en el trimestre anterior ................... 13
Gráfico 10: Distribución de los desempleados por tiempo transcurrido desde su último
empleo ........................................................................................................................................ 13
Gráfico 11: Porcentaje de los desempleados en el periodo anterior que han encontrado
empleo, según tiempo de búsqueda ........................................................................................... 14
Gráfico 12: Causas de acceso a la prestación contributiva ......................................................... 15
Gráfico 13: Porcentaje de los ocupados en el trimestre anterior que dejan de estarlo,
según su tipo de relación laboral ................................................................................................ 16
Gráfico 14: Situación de los trabajadores que en el trimestre anterior tenían una relación
laboral temporal. ......................................................................................................................... 17
Gráfico 15: Tasas de paro y temporalidad .................................................................................. 18
Gráfico 16: Variación interanual del número de asalariados indefinidos y temporales ............. 19
Gráfico 17: Distribución de los contratos iniciales por tipo ........................................................ 20
Gráfico 18: Porcentaje del total de contratos registrados, incluyendo conversiones, que
son indefinidos ............................................................................................................................ 20
Gráfico 19: Porcentaje de contratos indefinidos sobre el total registrado en función del
tamaño de la empresa ................................................................................................................ 21
Gráfico 20: Distribución de los trabajadores afectados por regulaciones de empleo en
cómputo anual ............................................................................................................................ 22
Gráfico 21: Trabajadores afectados por procedimientos de regulación de empleo, según
tipo .............................................................................................................................................. 23
43
Gráfico 22: Evolución histórica del número de convenios registrados (agregación en
periodos de 12 meses) ................................................................................................................ 24
Gráfico 23: Evolución de los salarios pactados según nivel de negociación ............................... 25
Gráfico 24: Distribución de los convenios registrados y empresas y trabajadores
afectados por ámbito funcional .................................................................................................. 26
Gráfico 25: Costes laborales por hora en euros constantes de 2011 ......................................... 27
Gráfico 26: Costes laborales unitarios para algunos países de la UE (2005=100) ...................... 28
Gráfico 27: Costes por indemnización por trabajador despedido, en euros constantes de
2011 ............................................................................................................................................. 29
Gráfico 28: Distribución de los no ocupados menores de 60 años que en el trimestre
anterior tenían un empleo indefinido según su antigüedad en la empresa ............................... 30
Gráfico 29: Tasa de trabajo a tiempo parcial, por sexos ............................................................. 31
Gráfico 30: Tasa de tiempo parcial por sexo y edad ................................................................... 31
Gráfico 31; Motivos por los que trabaja a tiempo parcial, según sexo ....................................... 33
Gráfico 32: Tasa de temporalidad, según tipo de jornada .......................................................... 34
Gráfico 33: Persistencia en el empleo de los asalariados según su jornada ............................... 35
Gráfico 34: Número de asuntos presentados en conciliación individual en los servicios
públicos mediación, arbitraje y conciliación ............................................................................... 36
Gráfico 35: Asuntos sobre despido en mediación según su resultado en los primeros
cinco meses del año .................................................................................................................... 37
Gráfico 36: Asuntos judiciales por despido resueltos en la jurisdicción social (serie
desestacionalizada) ..................................................................................................................... 38
Gráfico 37: Distribución de los asuntos judiciales sociales sobre despidos terminados
según su resultado ...................................................................................................................... 38
Gráfico 38: Trabajadores participantes y jornadas perdidas por huelga en periodos
anuales ........................................................................................................................................ 39