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* FAO, Servicio de Recursos Marinos, Dirección de Recursos Pesqueros. 54 B5. MEDITERRÁNEO Y MAR NEGRO Área estadística 37 de la FAO Jordi Lleonart * INTRODUCCIÓN El Mediterráneo (Figura B5.1) es un mar semicerrado con una superficie de aproximadamente 3,3 millones de km 2 , que representan el 0,8 por ciento del total de la superficie marina mundial. Debido a su situación geográfica, dentro de un margen de latitud relativamente estrecho (de 30ºN a 46ºN) de la zona templada del hemisferio norte, el Mar Mediterráneo tiene un pronunciado ciclo estacional. Las masas de aguas están estratificadas en verano, pero la temperatura de las aguas profundas (por debajo de 400 m) es de 13ºC 0,3ºC durante todo el año. La escasez de precipitaciones durante el verano es la característica principal del clima mediterráneo. Este mar tiene un balance hídrico negativo: la pérdida de agua mediante la evaporación es mayor que las aportaciones debidas a las precipitaciones y la escorrentía de los ríos, pero se compensa con la aportación de unos 1 700 km 3 /año de agua del Atlántico a través del Estrecho de Gibraltar (Oliver, 2003). El sistema de cuencas incluye aguas que van desde las de origen atlántico en el Mediterráneo occidental hasta el agua hipersalina templada de la cuenca del Levante, las aguas hiposalinas del Mar Negro, y las aguas frías-templadas de estuario en el Mar de Azov. El agua superficial que entra desde el Atlántico a través del estrecho de Gibraltar avanza hacia el Mediterráneo oriental, perdiendo progresivamente nutrientes y aumentando su salinidad debido a la evaporación. Con el tiempo, vuelve al Atlántico para formar el componente altamente salino de la circulación atlántica. Ello permite un gran número de hábitats con muchas poblaciones locales de pequeño tamaño y especies cuyas tendencias no pueden describirse por separado aquí pero presentan diferencias en las diversas subzonas (Garibaldi y Caddy, 1998). Figura B5.1 – Mediterráneo y Mar Negro (Área 37)

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* FAO, Servicio de Recursos Marinos, Dirección de Recursos Pesqueros.

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B5. MEDITERRÁNEO Y MAR NEGRO

Área estadística 37 de la FAO

Jordi Lleonart *

INTRODUCCIÓNEl Mediterráneo (Figura B5.1) es un mar semicerrado con una superficie de aproximadamente 3,3 millones de km2,que representan el 0,8 por ciento del total de la superficie marina mundial. Debido a su situación geográfica, dentro de un margen de latitud relativamente estrecho (de 30ºN a 46ºN) de la zona templada del hemisferio norte, el Mar Mediterráneo tiene un pronunciado ciclo estacional. Las masas de aguas están estratificadas en verano, pero la temperatura de las aguas profundas (por debajo de 400 m) es de 13ºC 0,3ºC durante todo el año. La escasez de precipitaciones durante el verano es la característica principal del clima mediterráneo. Este mar tiene un balance hídrico negativo: la pérdida de agua mediante la evaporación es mayor que las aportaciones debidas a las precipitaciones y la escorrentía de los ríos, pero se compensa con la aportación de unos 1 700 km3/año de agua del Atlántico a través del Estrecho de Gibraltar (Oliver, 2003).

El sistema de cuencas incluye aguas que van desde las de origen atlántico en el Mediterráneo

occidental hasta el agua hipersalina templada de la cuenca del Levante, las aguas hiposalinas del Mar Negro, y las aguas frías-templadas de estuario en el Mar de Azov. El agua superficial que entra desde el Atlántico a través del estrecho de Gibraltar avanza hacia el Mediterráneo oriental, perdiendo progresivamente nutrientes y aumentando su salinidad debido a la evaporación. Con el tiempo, vuelve al Atlántico para formar el componente altamente salino de la circulación atlántica. Ello permite un gran número de hábitats con muchas poblaciones locales de pequeño tamaño y especies cuyas tendencias no pueden describirse por separado aquí pero presentan diferencias en las diversas subzonas (Garibaldi y Caddy, 1998).

Figura B5.1 – Mediterráneo y Mar Negro (Área 37)

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El Mediterráneo se ha considerado globalmente como un mar oligotrófico (Margalef, 1985; Estrada, 1996; Stergiou et al., 1997b). Normalmente, la disminución gradual de los nutrientes daría lugar a un descenso de productividad de oeste a este, pero hay excepciones locales resultantes de un gradiente de productividad norte-sur, que se hace patente también en las imágenes de la clorofila A obtenidas mediante satélite, debido a los nutrientes procedentes de los ríos septentrionales (en particular el Ródano, el Po y la entrada de agua del Mar Negro en el Egeo). Estos efectos antropogénicos en la producción pesquera han sido descritos por Caddy, Refk y Do Chi (1995).

La plataforma continental es fundamentalmente una estrecha franja costera, con excepción del Mar Adriático, el Golfo de Gabés, el norte del Mar Negro, el sur de Sicilia y el Golfo de León, y representa sólo el 23 por ciento de la superficie total.

Las pesquerías del Mediterráneo han mostrado una sorprendente capacidad de recuperación en comparación con algunas zonas del Atlántico. Ello resulta especialmente notable si se tiene en cuenta que en la mayor parte de los países mediterráneos no se ha adoptado prácticamente ninguna medida oficial y coordinada de ordenación de la pesca, aunque desde 2000 se intenta corregir esa situación con actividades más frecuentes y una revisión del mandato de la Comisión General de Pesca del Mediterráneo (CGPM) y de su Comité Científico Asesor (SAC). Estas pesquerías han sido estudiadas, entre otros, por Farrugio et al. (1993), Farrugio (1996), Anón. (2001), Bas (2002), Oliver (2003) y Lleonart y Maynou (2003).

PERFIL DE LAS CAPTURAS Las capturas nominales en el área 37 aumentaron de poco más de 0,7 millones de toneladas en 1950 a casi dos millones de toneladas entre 1982 y 1988 (Figura B5.2 y Cuadro D5). Posteriormente, las capturas disminuyeron con rapidez llegando a 1,3 millones de toneladas como consecuencia del colapso de la pesquería del espadín y el boquerón en el Mar Negro (Figura B5.3). El total de las capturas ha aumentado posteriormente a 1,5 millones de toneladas en 2001 y 2002, después de algunas pequeñas fluctuaciones.

Las pequeñas especies pelágicas representan aproximadamente el 50 por ciento del total de las capturas mediterráneas. El boquerón (Engraulis

encrasicolus), con el 59 por ciento de las capturas de pequeñas especies pelágicas, y la sardina (Sardina pilchardus), con el 16 por ciento, son las más abundantes. Otras pequeñas especies pelágicas son el espadín (Sprattus sprattus), la alacha (Sardinella aurita) y el espadín del Mar de Azov (Clupeonella cultriventris).

El considerable aumento de las capturas de boquerón desde 1960 hasta mediados del decenio de 1980 (Figura B5.3) se debe en parte al aumento del esfuerzo de Turquía en el Mar Negro, que se sumó al de la flota de la antigua Unión Soviética que predominaba anteriormente en esta pesquería. Como en el caso del espadín, ello podría ser consecuencia de la eutrofización del Mar Negro por los ríos que desembocan en él (Mee, 1992; Zaitsev, 1993). El colapso del boquerón, el espadín y el espadín del Mar de Azov en 1990 se debió a la introducción de una especie de ctenóforo, Mnemiopsis leidy, en el Mar Negro. El aumento posterior de las capturas no alcanzó los niveles precedentes. La serie de la sardina presenta una leve tendencia ascendente hasta finales del decenio de 1980 (282 000 toneladas en 1988) y un descenso moderado posterior, situándose en unas 187 000 toneladas en 2002.

Las pesquerías mixtas de fondo basadas en la utilización de arrastres de malla pequeña, redes de enmalle, trasmallos, trampas, nasas y rastras capturan una gran variedad de peces demersales invertebrados de alto valor para el mercado de pescado fresco, pero ninguna de esas especies representa más del 10 por ciento del total de las

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demersales. No obstante, en las zonas en que las flotas de arrastre faenan habitualmente, a pesar de la inherente complejidad de las capturas de especies múltiples, hay una serie identificable de especies primarias que en términos de biomasa o económicos constituyen una base importante de

producción. Las especies consideradas como demersales (más de 100, aunque algunas muestran un comportamiento pelágico) representan aproximadamente el 40 por ciento del total de las capturas registradas en el Mediterráneo y el Mar Negro. La merluza (Merluccius merluccius), los salmonetes (Mullus

spp.), la bacaladilla (Micromesistius poutassou),el plegonero (Merlangius merlangus), los rapes (Lophius spp.), las brecas (Pagellus spp.), la boga (Boops boops), las chuclas (Spicara spp.), la chirla (Chamelea gallina), el pulpo (Octopus

spp.), la sepia (Sepia officinalis), la gamba rosada (Aristeus antennatus), la cigala (Nephrops

norvegicus) y el camarón de altura (Parapenaeus

longirostris) son las principales especies demersales.

Entre las especies capturadas incidentalmente se incluyen especies no registradas individualmente en las capturas oficiales o que no siempre están presentes, pero que en conjunto pueden representar una proporción significativa de las capturas, como los tiburones pequeños (Carbonell et al., 2003).

Hay también otras especies locales y/o de precio elevado que se capturan incidentalmente en cantidad relativamente pequeña, como algunas especies de peces planos, escorpaenidos, espáridos, tríglidos, mujílidos, serránicos, y algunos invertebrados. El último grupo de capturas incidentales está formado por especies que a veces son también relativamente abundantes pero cuyo precio es elevado, como algunos escómbridos y carángidos, o especies que tienen poca aceptación en el mercado, como la boga o las chuclas (Spicara spp.). También los descartes son importantes, y diversas las razones de este fenómeno: tamaños ilegales, especies o tamaños no comerciales, o razones de mercado (Carbonell et al., 1998; Lleonart y Maynou, 2003).

Conviene señalar el espectacular aumento de las capturas de chirla (Chamelea gallina), sobre todo en el Adriático, que alcanzó un máximo en 1993 (Figura B5.4). Ello podría ser resultado de la interacción de la pesca con la transición de condiciones oligotróficas en el período inicial a situaciones casi mesotróficas.

Las capturas de cefalópodos (Figura B5.5) presentan un máximo en torno a 1990, quizás debido a la menor abundancia de grandes peces depredadores, como opinan Caddy y Rodhouse (1998), pero en la mayor parte de los casos éstos

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se trata de componentes de una pesquería mixta de peces de fondo. El comienzo de las actividades de arrastre en aguas profundas en las zonas de talud a mediados del decenio de 1980 parece explicar el fuerte aumento de las capturas de camarón de altura, que se habrían beneficiado de una reducción de la biomasa de las grandes merluzas en las zonas de talud.

La mayoría de los gádidos y de otras especies semipelágicas, como la boga y la chucla (Spicara

spp.), así como los salmonetes (Mullus spp.), han presentado una tendencia ascendente constante durante todo el período, con excepción del descenso de varias especies en los últimos años. Es más notable el caso de la merluza cuyas capturas, después de alcanzar máximos históricos a mediados del decenio de 1990 (más de 52 000 toneladas), han descendido a menos de la mitad en 2002. El plegonero, sólo presente en el Mediterráneo oriental, sigue también esa pauta general, con un máximo en torno a 1990 (Figura B5.6).

Las principales especies pelágicas de gran tamaño son el atún rojo (Thunnus thynnus) y el pez espada (Xiphias gladius). Representan el 3 por ciento del total de las capturas, pero su valor económico es mucho mayor. Las capturas de atún rojo aumentaron entre mediados del decenio de 1960 y de 1990, pero luego descendieron de forma significativa (Figura B5.7). La pesquería del atún rojo en el Mediterráneo es motivo de preocupación debido a la gran expansión de las actividades de cría/engorde, de ejemplares capturados, que contribuyen al aumento de la presión pesquera sobre este recurso abriendo nuevos mercados, y es posible que no todas las capturas se registren. Las capturas de pez espada aumentaron de forma constante desde 1950 hasta comienzos del decenio de 1980, y su volumen se duplicó con creces entre 1983 (7 000 toneladas) y 1989 (18 000 toneladas), en parte como consecuencia de la mejora de los sistemas nacionales de recopilación de estadísticas. Las capturas volvieron a situarse entre 12 000 y 16 000 toneladas desde el decenio de 1990. Las capturas de atún blanco (Thunnus alalunga)siguen una pauta semejante, aunque con menores cantidades. En el caso del bonito (Sarda sarda),las capturas son muy variables de un año a otro, y presentan una ligera tendencia descendente a largo plazo.

Las capturas de especies pelágicas de tamaño mediano representan el siete por ciento del total de las capturas, y comprenden caballas y jureles (Trachurus spp.), el jurel mediterráneo (Trachurus mediterraneus), el jurel del Atlántico (Trachurus trachurus), el estornino (Scomber

japonicus) y la caballa del Atlántico (Scomber

scombrus). Las capturas del jurel mediterráneo son también muy variables, y no se observa una tendencia definida. El estornino alcanzó cifras máximas de mediados del decenio de 1980 a mediados del decenio de 1990. Las especies de laguna y costeras, como las lisas y los pejerreyes, presentan tendencias semejantes, aunque en menores cantidades (Figura B5.8).

La disminución de las capturas en los cinco últimos años es una tendencia general de las especies no pelágicas. Después de 25 años de constante aumento, alcanzaron un máximo de aproximadamente 700 000 toneladas en 1994, habiendo disminuido lentamente desde entonces,

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hasta situarse en menos de 400 000 toneladas en 2002.

Las especies pelágicas muestran una tendencia diferente, marcada por los extraordinarios acontecimientos del Mar Negro. Después de un fuerte aumento de 700 000 toneladas a 1,3 millones de toneladas en seis años, se mantuvieron en esa cifra desde 1983 hasta 1988 y luego han oscilado, siguiendo una tendencia descendente, hasta situarse en 990 000 toneladas en 2002.

Las capturas del Mar Negro representaron el 39 por ciento del total de las capturas mediterráneas en 2002, y un 57 por ciento del total de las capturas de pequeñas especies pelágicas.

SITUACIÓN DE LOS RECURSOS Y ORDENACIÓN PESQUERA El grado de exactitud de las series de datos cronológicos sobre capturas en el Mediterráneo es variable, pero los datos sobre el esfuerzo son prácticamente inexistentes. No obstante, dada la complejidad y diversidad de las pesquerías mediterráneas, probablemente los datos disponibles no son suficientes para realizar evaluaciones periódicas y fiables de la mayoría de las especies. La estructura misma de las pesquerías mediterráneas (dispersión de las flotas, número enorme de puntos de desembarque, capturas multiespecíficas y falta de grandes industrias como las existentes en otros mares) hace difícil y costosa la obtención de datos para evaluar las poblaciones.

Los parámetros biológicos de las principales especies (merluza, boquerón, sardina, salmonetes, algunos espáridos y peces planos, atún rojo, pez espada, algunos crustáceos de valor elevado) se conocen bastante bien. No obstante, la mayor parte de los conocimientos se ha obtenido por conducto de proyectos científicos específicos, sin continuidad en el tiempo. Es difícil mantener y actualizar series de datos biológicos, de distribución sobre la frecuencia de los tamaños, etc. sin contar con proyectos de seguimiento a largo plazo.

La evaluación tiene los mismos inconvenientes. Son pocas las evaluaciones oficiales de poblaciones y pesquerías llevadas a cabo en el Mediterráneo, en buena parte porque la mayoría de las poblaciones no se comparten entre países

y, por consiguiente, no se ejerce presión alguna para evaluar los recursos y no se ha puesto en práctica ningún sistema de ordenación adaptativa. Con excepción de las especies de grandes pelágicos y de algunas pesquerías muy concretas (como las de chirla en el Adriático) la ordenación pesquera no comporta la utilización de cuotas sino que se basa en la limitación del esfuerzo.

Cada vez se dispone de mayor información sobre algunos aspectos de la dinámica de las poblaciones de las principales especies, y se han reunido parámetros poblacionales en las bases de datos y sistemas de información de la FAO, como POPDYN (Coppola, Garibaldi y Die, 1994) o FIGIS (http://www.fao.org/fi/figis/). Hay numerosos documentos sobre evaluaciones y estimación de parámetros, pero la mayoría de ellos tienen una distribución limitada u oficiosa (Lleonart y Maynou, 2003). En una lista bibliográfica de documentos relacionados con la evaluación de poblaciones de peces del Mediterráneo (en sentido amplio) reunidos recientemente por el Subcomité de Evaluación de Poblaciones del Comité Científico Asesor de la CGPM figuran más de 700 títulos (ftp://cucafera.icm.csic.es/pub/scsa/biblio_MED.pdf).

La variedad de especies de la mayor parte de las pesquerías de arrastre, así como la diversidad geográfica del medio ambiente, parecen indicar que en muchos casos las unidades de población pueden ser pequeñas y locales (FAO/GFCM, 1998), pero también que debería contemplarse la posibilidad de adoptar planteamientos multiespecíficos y ecológicos de evaluación y ordenación.

En el Mar Negro se han producido cambios ecológicos drásticos debido a la introducción de una serie de especies exóticas nocivas, tanto de fitoplancton como de animales, a través del agua de lastre de los buques. De la misma manera, un número creciente de especies del Mar Rojo está penetrando en el Mediterráneo oriental a través del Canal de Suez (migrantes "lessepsianos"), dirigiéndose luego hacia el norte y el oeste. En concreto, las especies procedentes del Atlántico Norte se encuentran sobre todo en las áreas septentrionales del Mediterráneo, las especies saharianas y subtropicales fundamentalmente en el sector oriental, mientras que las especies ponto-caspians se ven con mayor frecuencia en el Mar Egeo y el Mar Adriático septentrional (Quignard y Tomasini, 2000). La introducción

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accidental y difusión de una especie de alga (Caulerpa taxifolia) en el Mediterráneo occidental probablemente también tendrá repercusiones en las cadenas alimentarias de las especies demersales de esa zona en formas no fácilmente previsibles (Zaitsev y Öztürk, 2001; Galil et al., 2002; Golani et al., 2002).

El Mediterráneo

En general, los datos acerca de las tendencias del esfuerzo pesquero y de la mortalidad por pesca se basan en informaciones fragmentarias sobre el tamaño de la flota y las capturas por unidad de esfuerzo. En el Mediterráneo occidental (por ejemplo, Baino, Auteri y Serena, 1985; Abella, Caddy y Serena, 1997) probablemente se han aplicado tasas elevadas de explotación a las poblaciones demersales durante los últimos decenios, a juzgar por los informes del Subcomité de Evaluación de Poblaciones de la CGPM. Al mismo tiempo, la comparación de las poblaciones locales (por ejemplo, Abella et al.,1999) presenta una gran variedad de tasas de explotación, según las flotas y oportunidades de pesca locales. Así pues, la clasificación general de la situación de los recursos demersales del Cuadro D-5, entre plenamente explotados y sobreexplotados no sólo refleja la incertidumbre de la evaluación, sino también las diversas tasas de explotación aplicadas a las poblaciones locales de una especie en todo el Mediterráneo.

En el Golfo de León, un modelo de producción multiespecífico reveló que ya a finales del decenio de 1980 la pesquería estaba totalmente desarrollada, y estudios semejantes ponen de manifiesto que la situación era semejante en las aguas meridionales de Túnez (FAO/GFCM, 1995), aunque en los fondos rocosos septentrionales de este país parece haber cierto margen para una mayor explotación. En el Mar Egeo, y probablemente también en el Mediterráneo oriental y meridional, parece que el esfuerzo y las capturas han aumentado de forma constante al menos desde comienzos del decenio de 1970 (Stergiou et al., 1997a). En Aldebert et

al. (1993) y en informes presentados al Subcomité de Evaluación de Poblaciones de la CGPM en 2001 y 2002, por medio de un análisis de población virtual y de un análisis de rendimiento por recluta en que se supone un reclutamiento constante, se estima la interacción entre tipos de artes (dos arrastres, red de enmalle y palangre) que explotan la población de merluza

del Golfo de León, y se llega a la conclusión de que la población está claramentesobreexplotada y de que los arrastreros, que pescan sobre todo ejemplares pequeños, tienen una gran impacto en las capturas de los otros artes (redes de enmalle y palangres). Este análisis confirma los realizados en otras zonas, y que muestran que las flotas de arrastre capturan las clases de edad más jóvenes y, por lo tanto, pueden interferir en la pesca antes de que accesibles a otros artes.

Recursos demersales de la plataforma

continental

En la reunión del Comité Científico Asesor, celebrada en 2004, se presentaron 22 evaluaciones, relativas a siete subáreas geográficas, nueve especies y dos poblaciones compartidas. El proyecto SAMED de evaluación de poblaciones del Mediterráneo (UE, proyecto Nº 99/047) basado en las campañas de arrastre MEDITS (1994-1999) (Bertrand et al., 1998; Bertrand y Relini, 1998) presentó al Subcomité de Evaluación de Poblaciones en 2002 la evaluación de tres especies: Merluccius

merluccius, Mullus barbatus y Nephrops

norvegicus. Estas evaluaciones se refieren a los países de la UE (con exclusión de las Islas Baleares y del Mar de Alborán) y a Malta .

Merluza europea Se trata de la especie que más se ha estudiado. En Lleonart y Maynou (2003) se mencionan más de 20 referencias sobre evaluaciones de la merluza. Es el principal objetivo de pesca de muchas flotas de arrastre (utilizando mallas de pequeñas dimensiones para los ejemplares jóvenes), de palangre y de redes de enmalle, que faenan en fondos rocosos o mar adentro para la captura de ejemplares de mayor tamaño. Aunque las altas tasas de mortalidad juveniles han llevado a suponer una situación de sobreexplotación, no se ha observado ningún descenso evidente del reclutamiento (Oliver 1993), y de hecho las capturas han aumentado en el Mediterráneo tanto oriental como occidental hasta 1995 (Fiorentini, Caddy y De Leiva, 1997). No obstante, desde 1995 hasta 2002 las capturas registradas han disminuido bruscamente, pasando de 52 000 toneladas a 21 000 toneladas, y en la actualidad su nivel es parecido al de 1980 (Figura B5.6). Ello apunta a la probable reducción de la población reproductora que sobrevive en algunas zonas menos explotadas (llamadas refugios de reproductores, Caddy,

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1990) de quienes depende el reclutamiento. En cualquier caso, las evaluaciones presentadas al Subcomité de Evaluación de Poblaciones de la CGPM demuestran una clara sobreexplotación de esta especie. Dos evaluaciones sobre la merluza (Golfo de León, y Mar de Liguria y Tirreno septentrional), basadas en métodos analíticos ponían de manifiesto una evidente situación de sobreexplotación y se recomendaba una disminución del esfuerzo. En el caso del Golfo de León se recomendaba también un aumento de la dimensión de las mallas en las capturas de arrastre. Con el proyecto SAMED (basado en los inventarios de arrastre MEDITS) se comprobó una intensa explotación, con tendencias a una disminución en muchas subáreas geográficas. En términos generales, cabe suponer una situación de sobrepesca de crecimiento. Se recomendaron vedas temporales en las zonas de cría y la limitación del esfuerzo.

La determinación de la importancia relativa de una mayor posibilidad de escape de ejemplares juveniles y de reproductores continúa siendo un tema importante para ésta y otras especies demersales del Mediterráneo, en particular si se ha de tener en cuenta la introducción de zonas de cría y de zonas marinas protejidas.

Salmonete de roca (Mullus surmuletus) ysalmonete de fango (Mullus barbatus)Estas especies son capturadas por arrastreros y algunas otras pequeñas embarcaciones de pesca con una gran variedad de artes prácticamente en todo el Mediterráneo. La pesquería comienza con un grupo de edad cero, y en muchas zonas los ejemplares pequeños (capturados en verano y a comienzos del otoño) tienen un precio más elevado. En el Adriático, los supervivientes emigran más tarde hacia el este, donde suelen quedarse como adultos, lo que significa que se trata de una población compartida. Se han registrado tasas de explotación muy elevadas en aguas italianas (FAO/GFCM, 1995; Baino, Auteri y Serena, 1985; Abella et al., 1999), con excepción de Cerdeña y algunas zonas del Mar Tirreno; la especie está sobreexplotada en el Adriático (Ungaro, Rizzi y Marzano, 1994) y en el Mediterráneo occidental (Martin et al., 1999). Mientras que el salmonete de roca está totalmente explotado en aguas meridionales de Túnez y en el Mar Jónico (Tursi et al., 1995), al parecer el salmonete de fango está infraexplotado en la plataforma tunecina septentrional (FAO/GFCM, 1995) y sobreexplotado en Chipre (Hadjistephanou, 1992). Los cierres estacionales

de las actividades de arrastre en aguas italianas han tenido como objetivo proteger a los juveniles de rápido crecimiento de ésta y otras especies durante los limitados períodos de reclutamiento hasta el fondo. Los resultados han sido un aumento muy positivo de la supervivencia hasta la edad de 1+ años, aunque luego se han registrado descensos estacionales de los precios debido a la saturación del mercado cuando se abría la veda (Froglia, 1989). Al mismo tiempo, la pesca en las zonas de cría situadas a menos de tres millas de la costa ha dado lugar a abundantes capturas de ejemplares jóvenes (Baino, Auteri y Serena, 1985). En las series cronológicas (Figura B5.6) se observa una tendencia ligeramente descendente en los 10 últimos años. Las evaluaciones presentadas al Subcomité de Evaluación de Poblaciones se referían principalmente a Mullus barbatus, que es la especie principal. En el Mar de Liguria y en el Tirreno septentrional la especie parece estar plenamente explotada o sobreexplotada. Se recomendaron vedas estacionales y espaciales con el fin de proteger a los ejemplares jóvenes. De acuerdo con el proyecto SAMED, cabe suponer una situación de plena explotación y de sobrepesca de crecimiento en la mayor parte de la subáreas geográficas, y se ha recomendado el cierre de la pesca en aguas poco profundas para proteger el reclutamiento.

EspáridosLos espáridos desempeñan un papel importante en las pesquerías demersales del Mediterráneo y en general están fuertemente explotados, con tasas máximas de mortalidad en aguas tunecinas que generalmente alcanzan o superan el límite de mortalidad por pesca que da lugar al rendimiento máximo sostenible (FMSY). El análisis de los datos correspondientes a Sparus aurata en el Golfo de León (Farrugio y Le Corre, 1994) indicaba que el nivel de pesca es superior a FMSY,y que una parte elevada de la producción de esta especie procede ahora de la acuicultura. Las brecas (Pagellus spp.), como en el caso de los meros, parecen ser una de las especies demersales menos resistentes a una explotación intensa, y las tasas de captura han disminuido en varias zonas. Se consideran infraexplotadas frente a las zonas rocosas del norte de Túnez (Ben Meriem, Garbi y Ezzedine-Najai, 1996) pero sobreexplotadas en el Golfo de Gabes. Las poblaciones de brecas están fuertemente sobrepescadas en aguas griegas (Papaconstantinou et al., 1988b), y agotadas en

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Chipre, lo mismo que la boga y las poblaciones de salmonete de roca (Hadjistephanou, 1992), aunque las chuclas (Spicara spp.) están explotadas en niveles próximos al rendimiento máximo sostenible.

LenguadosEl análisis de los datos sobre el Golfo de León (Farrugio y Le Corre, 1994) indicaba que el nivel de explotación del lenguado está a nivel del rendimiento máximo sostenible (FMSY), pero aunque se encontraron pruebas de que las tasas de explotación habían aumentado a comienzos del decenio de 1990, no había una indicación clara de que el reclutamiento hubiera disminuido. En aguas tunecinas parece que el nivel de explotación del lenguado es casi óptimo.

CefalópodosLos cefalópodos figuran como capturas incidentales importantes de las pesquerías de arrastre, y en algunas zonas existe una pesquería específica de pulpo. Una elevada proporción de especies de vida breve (calamares, sepias y pulpos) en las capturas demersales de las zonas intensamente explotadas, como el Adriático (FAO/GFCM, 1995), parece indicar que la explotación es elevada, y que las bajas tasas de captura se compensan en parte con los altos precios por unidad. Los análisis disponibles, aunque fragmentarios (por ejemplo, Baino, Auteri y Serena, 1985 para el Mar Tirreno), indican una explotación casi óptima de estos recursos de cefalópodos, mientras que las especies ícticas están algo sobreexplotadas. No se ha presentado ninguna evaluación de cefalópodos al Subcomité de Evaluación de Poblaciones.

JurelesSi bien existen pocos datos sobre las especies Trachurus trachurus y T. mediterraneus,aparentemente éstas no son objeto de pesca intensa, y su biomasa es variable, quizás en respuesta a los cambios ambientales.

Lisas (mujílidos) Se alimentan fundamentalmente de plantas y detritus y al parecer han encontrado condiciones favorables en los estuarios eutróficos. La nueva tendencia hacia la explotación de pequeños peces costeros, como los pejerreyes (aterínidos), demuestra la búsqueda de otras alternativas a los recursos próximos a la costa e intensamente explotados.

CigalaSe trata de una especie que se ha estudiado

bastante bien. En 1998 se publicó un volumen monográfico sobre ella (Sardà, 1998). En él se recogen los conocimientos biológicos sobre la especie, en particular las pesquerías y explotación, distribución, dinámica de población y selectividad. El proyecto SAMED presentó una evaluación al Subcomité de evaluación de poblaciones, en la que se llegaba a la conclusión de que esta especie está ligeramente sobreexplotada o plenamente explotada en la mayor parte de las subzonas geográficas, y se recomendaban mejoras técnicas de los artes para evitar la captura de ejemplares pequeños. Las conocidas características de comportamiento de esta especie (los individuos permanecen largos períodos enterrados y de los que salen periódicamente dando lugar a fluctuaciones estacionales y circadianas en las capturas) hacen que sea menos vulnerable que otras especies a la presión pesquera. No obstante, el carácter discontinuo de la estructura de población y los fenómenos densodependientes podrían estar relacionados con casos de sobreexplotación de poblaciones locales. Debido al período de enterramiento mencionado, se considera importante reducir los efectos de las puertas del arte de arrastre sobre el fondo para proteger esos hábitats.

Recursos del talud continental

El aumento de las pesquerías de talud, especialmente en lo que se refiere a la gamba rosada y la merluza, durante los últimos decenios suscita cierta preocupación. Las pesquerías tradicionales de merluza han utilizado arrastres de malla pequeña en las zonas costeras para la captura de los grupos de edad comprendidos entre cero y dos años. Las pesquerías de merluza con otros artes en aguas más profundas se centran ahora en concentraciones de peces maduros. También el aumento de las pesquerías de altura de peces maduros es motivo de preocupación debido a que la productividad continuada de las poblaciones demersales se debe posiblemente al hecho de que una pequeña proporción de los grupos de edad entre cero y dos años huye de las zonas costeras y encuentra "refugio" para desovar en aguas de altura. Esta hipótesis parece encontrar confirmación en algunos estudios de selectividad, de los que se deduce que los peces de mayor tamaño, como las grandes merluzas, son menos accesibles que los ejemplares menores a la captura con arrastres de malla pequeña.

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Gamba rosada (Aristeus antennatus)Esta especie está intensamente explotada en el Mediterráneo occidental por arrastreros de fondo que la pescan en el talud continental junto con significativas capturas de langostino moruno (Aristaeomorpha foliacea). Es probable que las dos especies no siempre estén debidamente separadas en las estadísticas, lo que permite pensar en un total de capturas de aproximadamente 5 000 toneladas al año (Oliver, 1996). Las evaluaciones que aplican análisis de cohortes de tallas y análisis de rendimiento por recluta indican que la actual mortalidad por pesca (F) es muy próxima a la que permite obtener el rendimiento máximo por recluta (FMAX), pero los valores de la mortalidad natural (M) continúan siendo inciertos (Demestre y Lleonart, 1993; Fiorentino et al., 1998; Ragonese y Bianchini, 1996). El nivel de explotación actual parece ser sostenible pero debería controlarse el aumento constante del esfuerzo de pesca. En las Islas Baleares la aplicación de los análisis mencionados y un modelo de producción de Fox en el supuesto de una situación estable muestra la misma condición de sobreexplotación y la necesidad de reducir el esfuerzo actual (Carbonell y Lauronce, 2000). En cuanto a Grecia e Italia, un volumen considerable de capturas de gamba en aguas profundas se notifica probablemente a la FAO como decápodos Natantia sin especificar. (20 000-32 000 toneladas), y también es posible que se incluya una cantidad significativa de Aristeus yAristaeomorpha. De acuerdo con una evaluación presentada al Subcomité de evaluación de poblaciones, la gamba rosada parece estar sobrepescada en el Mediterráneo occidental, y se recomienda una reducción del esfuerzo.

Recursos de pequeñas especies pelágicas

Sardina y boquerón El seguimiento de las poblaciones de sardina y boquerón desde hace más de un decenio en zonas como el Mar de Alborán y la zona noroccidental, el Adriático, el Egeo y el Mar Negro, se ha realizado con prospecciones acústicas (Abad et

al., 1996; Abad y Giráldez, 2000; Azzali y Luna, 1988; Patti et al., 2000; Guennegan et al., 2000). Los métodos basados en la producción diaria de huevos (DEPM) se han utilizado varias veces en el Mediterráneo pero no suelen emplearse de forma sistemática año tras año. Estos métodos se han aplicado sobre todo al boquerón, pero también a la sardina en algunos casos (Chavance,

1980; Regner, 1990; Palomera y Pertierra, 1993; García y Palomera, 1996; Somarakis y Tsimenides, 1997; Casavola et al., 1998; Casavola, 1999; Quintanilla et al., 2000). La comparación entre los resultados de los DEPM, prospecciones y modelos de dinámica de población mostraron que los resultados eran muy semejantes (Pertierra y Lleonart, 1996).

Estos análisis presentan una pauta de fluctuaciones que no está relacionada de forma evidente con la intensidad de la pesca. En el Adriático, las capturas de boquerón alcanzaron un máximo en 1980 y disminuyeron posteriormente, mientras que las poblaciones de sardinas locales alcanzaron el máximo a mediados del decenio de 1980. La biomasa de las poblaciones de boquerón pasó de 18 000 toneladas en 1989 a unas 340 000 toneladas en 1991, cifra que es, no obstante, más baja que las de los decenios de 1970 y 1980 (Arneri, 1994). En Cingolani et al.

(2004a, 2004b) se analizaron la dinámica del boquerón y de la sardina en el Mar Adriático utilizando un análisis de población virtual (serie cronológica de 1975 a 2003), en el que se observaba una disminución constante de la población de sardinas. En el Mar de Alborán las capturas alcanzaron un máximo en 1982, con 27 878 toneladas, para descender posteriormente a 1 016 toneladas en 1988 (Abad y Giráldez, 1990). En el Golfo de León y en la parte septentrional de España las capturas aumentaron en 1989, probablemente debido a que las flotas se trasladaron de la parte meridional de España, donde las capturas de boquerón habían disminuido.

En el Mar Egeo, como ocurrió con la mayoría de los recursos, las tasas medias de captura de pequeñas especies pelágicas disminuyeron hasta mediados del decenio de 1970 antes de estabilizarse, mientras que el total de capturas, especialmente en el Mediterráneo oriental, ha continuado aumentando, lo que permite pensar en un crecimiento de la productividad en aguas que anteriormente tenían un contenido de nutrientes muy bajo. Esta explicación adquiere mayor credibilidad si se tiene en cuenta el aumento paralelo de la abundancia de fitoplancton y zooplancton, así como las estimaciones acústicas de la biomasa de pequeñas especies pelágicas a lo largo de una línea que va desde el Egeo septentrional hasta el Mediterráneo sudoriental (Stergiou et al., 1997b). Las biomasas pelágicas son también generalmente bajas en aguas libias

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(FAO/GFCM, 1995), excepto por lo que se refiere a una corriente estacional local ascendente en el Golfo de Sirte. Se observó también un fuerte descenso de las capturas de especies pelágicas en la región de Levante después de la construcción de la presa de Asuán (Halim et al.,1995). Se estima que en aguas de Túnez se explota cada año el 40 por ciento de las poblaciones de sardinas, quizás por encima del nivel óptimo, y las biomasas de sardina y boquerón tienden a fluctuar de forma no sincronizada.

En la reunión del Subcomité de Evaluación de Poblaciones de 2004 se presentaron evaluaciones sobre el boquerón y la sardina en el Mediterráneo occidental, Mar de Alborán y Mar Adriático en las que no se observaba ninguna tendencia definida, excepto en el caso de la sardina del Adriático, que presentaba una disminución de la biomasa y un aumento de la mortalidad por pesca durante los últimos 15 años. Las conclusiones generales fueron las siguientes: la abundancia depende en gran medida del reclutamiento, y la biomasa de las poblaciones acusa una elevada variabilidad interanual; cuando se dectecta el riesgo de sobrepesca de reclutamiento, es aconsejable evitar la captura de peces que no han alcanzado todavía la talla de primera madurez; las estimaciones sobre la biomasa deberían darse con suficiente antelación para permitir que los administradores puedan adaptar la explotación en tiempo real.

Sardinelas y pejerreyes Se observan fluctuaciones semejantes a largo plazo en todos los lugares del Mediterráneo donde se capturan pequeñas especies pelágicas, lo que hace suponer que quizás estén produciéndose fluctuaciones periódicas a largo plazo en las condiciones ambientales, que se superpondrían a los efectos antropogénicos. La recuperación de la producción pelágica en las aguas situadas frente al delta del Nilo después del mencionado descenso parece referirse en buena medida a la alacha (Sardinella aurita), especie de pelágico pequeño predominante en el Mediterráneo sudoriental, cuyas capturas presentan una clara tendencia ascendente. Este aumento continuo de la alacha (tropical) y el aparente descenso del espadín (boreal) puede ser indicativo de un proceso de calentamiento global. En otras partes del Mediterráneo oriental se han desarrollado nuevas pesquerías costeras para especies pelágicas muy pequeñas, como los pejerreyes.

Caballas, jureles y chicharros Las caballas presentan una gran variabilidad en las capturas. No se ha llevado a cabo ninguna evaluación específica sobre estas especies, y aunque las capturas de caballa en aguas griegas han aumentado hay también pruebas indirectas de que en los últimos años han dejado de penetrar en gran número en el Mar Negro.

Recursos de grandes especies pelágicas

En la sección C1 se facilita información de alcance mundial sobre las grandes especies pelágicas. No obstante, cabe formular algunas observaciones específicas sobre el Área 37:

Atún rojo y pez espada El atún rojo (Thunnus thynnus) y el pez espada (Xyphias gladius) son las especies de grandes pelágicos más importantes del Mediterráneo. Representan aproximadamente el tres por ciento del total de las capturas registradas, pero su importancia económica es mucho mayor. La Comisión Internacional para la Conservación del Atún del Atlántico (CICAA) considera una sola población de atún rojo en el Atlántico oriental y el Mediterráneo, correspondiendo a éste último la principal zona de desove. Las redes de deriva, los palangres y las redes de cerco con que se explota el atún rojo representan la única flota industrial real en el Mediterráneo. Después de alcanzar desembarques de 39 000 toneladas en 1994, el volumen descendió a 22 000 toneladas en 2002. Se ha manifestado una justa preocupación por la situación de ambas especies. En los dos casos el crecimiento (aparentemente incontrolado) de las pesquerías durante el último decenio ha agravado la vulnerabilidad de estas poblaciones, como lo ha hecho la pesca habitual de los Estados no ribereños con respecto a las poblaciones de atún rojo. En el caso de esta especie, la CGPM ha adoptado los reglamentos sobre las pesquerías del atún rojo de la CICAA, por lo que se deben aplicar a todos los países miembros de la CGPM. Recientemente ha habido un aumento sustancial del número de jaulas costeras para el engorde o engrase de atún rojo procedente de la pesca, ,con el fin de aumentar la calidad e independizar el mercado de la temporada de capturas. Se cree que esta situación también ha dado lugar a un aumento de la presión pesquera, debido a que se han abierto nuevos mercados y porque es posible que no se notifiquen todas las capturas. Estas actividades influyen en muchos aspectos del proceso de evaluación-ordenación, como la

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recopilación de datos y, por consiguiente, en la evaluación de poblaciones. Tienen efectos reales (en las estadísticas, la biología y la ordenación) y potenciales (en el medio ambiente, en la situación socioeconómica y en la ordenación) (Anón., 2002; Oray y Karakulak, 2003). La preocupación causada por el rápido desarrollo de esta actividad, basada en las pesquerías de captura, ha dado lugar a la organización de un grupo de trabajo intersectorial sobre prácticas sostenibles de cría y engorde del atún en el Mediterráneo para ofrecer orientaciones comunes que permitan hacer de esta actividad una práctica sostenible.

El pez espada es la segunda gran especie pelágica por orden de importancia. La CICAA considera la existencia de una única población mediterránea. El pez espada se captura con palangres y redes de deriva. En el caso del pez espada, la elevada tasa de explotación se refleja también en el descenso progresivo de la media del tamaño y la edad en el momento de la captura.

Bonito y atún blanco Las pesquerías de estas especies no se han evaluado específicamente, pero hay pruebas indirectas de que el bonito (Sarda sarda) ha reducido su zona de distribución, y que ahora son muy pocas las ocasiones en que llega al Mar Negro en gran número. El bonito no presenta ninguna tendencia a largo plazo, y sus capturas se caracterizan por una gran variabilidad. Las capturas de atún blanco (Thunnus alalunga) han aumentado desde 1980, con fluctuaciones.

Mar de Azov y Mar Negro

La ligera mejoría de las condiciones ambientales registrada en el pasado decenio en el Mar Negro y el Mar de Azov crea un medio favorable para la recuperación de la biodiversidad y de los recursos marinos vivos. A pesar de esta mejoría, en las pesquerías demersales persisten todavía situaciones de sobrepesca, degradación de hábitats vitales, incluidas las zonas de puesta y de cría, y perturbación del balance estructural en la biota.

A diferencia de lo que ha ocurrido en el resto del Mediterráneo, en el Mar de Azov y el Mar Negro todos los países ribereños han declarado ZEE. El marco legislativo y regulador establecido permite la ordenación de los recursos vivos en el plano nacional, pero hace falta una mayor armonización.

De acuerdo con las conclusiones de un reciente taller sobre la pesca responsable y la conservación del ecosistema del Mar Negro (http://www.blacksea-environment.org/text/ default.htm), las actividades de evaluación y seguimiento de las poblaciones son fragmentarias e irregulares mientras que la pesca ilegal continúa siendo una de las cuestiones pendientes más importantes para todos los Estados ribereños del mar Negro.

En el Mar de Azov en el decenio de 1960 se produjeron varios episodios de colapso de las poblaciones, por ejemplo, de lucio (Esox lucius),brema (Abramis brama) y rutilo (Rutilus rutilus)(Ivanov y Beverton, 1985). Estas caídas estaban asociadas con la salinización progresiva debida a la construcción de presas y la extracción de agua en los principales afluentes, lo que ha aumentado la salinidad en varias unidades. Ello, más los efectos en las rutas de desove y zonas de cría en los principales ríos, ha afectado gravemente a las poblaciones naturales de esturiones, cuyas capturas ahora se mantienen en parte mediante la producción en criadero. Se registraron descensos en las poblaciones de peces demersales, en particular el rodaballo (Psetta maxima), los crustáceos bentónicos y zoobentos y fitobentos. Éstos últimos desempeñaban antes un papel importante, por ejemplo, los mejillones (filtración) y las algas rojas (oxigenación del agua de la plataforma en el Mar Negro noroccidental). Su desaparición se debió en gran parte a acontecimientos anóxicos causados por una producción de plancton mucho mayor que, a su vez, estaba asociada a una mayor aportación de nutrientes de la gran cuenca de captación del Mar Negro. Las fuertes caídas de las poblaciones de espadín del Mar de Azov, y de boquerón en el Mar Negro, y la disminución del chicharro del Mediterráneo y de las poblaciones de espadín al final del decenio de 1980, casi ciertamente estuvieron vinculadas con la introducción en el Mar Negro y el Mar de Azov del ctenóforo Mnemiopsis leidyi del Atlántico occidental (Zaitsev, 1993). Mientras que una especie de lisa (Mugil soiuy), introducida desde la costa del Pacífico de Rusia, que se alimenta de detritus y crece en aguas poco profundas, parece inmune a la depredación de M. leidyi en su fase de larva, y se ha producido un aumento de la población. Varias otras especies introducidas parecen estar preadaptadas a condiciones eutróficas, como la almeja del género Mya y el caracol marino del género Rapana; éste último representa ahora un

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importante producto de exportación en algunos países, y puede considerarse como plenamente explotado.

La recuperación parcial de la población de boquerón, que era anteriormente objeto de pesca directa en el Mar Negro septentrional pero que ahora se pesca sobre todo en el Mar Negro meridional, es quizás el acontecimiento más importante registrado en la pesca en esta zona. Recientemente se ha visto beneficiada por la aparición de una especie de ctenóforo (Beroe

cucumis, o B. ovata, según las fuentes), depredador de M. leidyi al que se debía en gran parte la caída de la población de boquerón (Zaitsev y Öztürk, 2001). A pesar de su colapso y parcial recuperación, sería un error considerar que la población de boquerón está infraexplotada. Con excepción de las flotas de los antiguos países socialistas, en proceso de reconstrucción y con escasez de fondos para reparaciones e inversiones, continúa todavía vigente en el Mar Negro meridional el exceso de capitalización de la industria de la pesca que se mencionó en la revisión anterior. Por el contrario, es posible que en la actualidad las poblaciones de espadín y de varias otras especies del Mar Negro septentrional no estén sobreexplotadas. Cuando las condiciones ambientales lo permitan, debería favorecerse la recuperación de los restantes recursos demersales (Prodanov et al., 1997).

Los principales predadores del Mar Negro, como los delfines, son ahora mucho menos abundantes. Los peces predadores, incluida la caballa (Scomber scombrus), la anjova (Pomatomus

saltatrix) y el bonito, que solían entrar estacionalmente desde el Mar de Mármara (sometido también a una fuerte contaminación e intensa pesca), ahora penetran raramente en aguas situadas al norte y oeste del Mar Negro. Las poblaciones de estas especies pueden considerarse agotadas, aunque no sólo necesariamente por efecto de la pesca.

Cinco especies pueden servir como indicadores útiles de los últimos cambios drásticos de los ecosistemas pesqueros del Mar Negro (Prodanov et al., 1997; Daskalov, 1998 y 1999).

SábalosLa biomasa de estas especies anádromas (como las del esturión, más importante) ha disminuido en un 75 por ciento o más con respecto al decenio de 1970. Las tasas de explotación han sido altas, pero no han mostrado una tendencia ascendente continuada y es posible que el deterioro, de los

últimos decenios, de las condiciones de los ríos que desembocan en el Mar Negro haya contribuido en buena medida al agotamiento de las poblaciones.

Espadín del Mar de Azov La población de espadín, con una biomasa muy variable, presenta amplias fluctuaciones pero fue objeto de una pesca intensiva por parte de la antigua Unión Soviética durante los decenios de 1950 y 1970. Los aumentos más recientes de la tasa de explotación están asociados con descensos de las capturas, vinculados a la explosión del ctenóforo depredador Mnemiopsis

leydei, que ha ocupado un lugar predominante en el ecosistema pelágico desde el final del decenio de 1980.

BoquerónEsta especie constituye el recurso más importante del Mar Negro. Su biomasa aumentó al final del decenio de 1970 y comienzos del decenio de 1980, en un momento en que las capturas también estaban aumentando, al parecer como consecuencia de las entradas de nutrientes en el Mar Negro. Sufrió una fuerte caída al final del decenio de 1980, debido en gran parte a la depredación y a la competencia alimentaria con el ctenóforo Mnemiopsis leydei. Posteriormente hubo una disminución del esfuerzo de pesca, que hizo posible que la especie se recuperara algo, pero de todas formas la biomasa y las capturas de boquerón no han vuelto a sus valores anteriores.

PlegoneroEsta especie, principal depredador del espadín del Mar Negro, se ha visto afectada por el descenso de las poblaciones de espadín debido a la plaga de Mnemiopsis. El plegonero es fundamentalmente una captura incidental de la pesca del espadín, cuya población está intensamente explotada, lo que repercute en la disminución de la población de este depredador (Prodanov et al., 1997).

Otras especies demersales De acuerdo con las conclusiones del taller sobre recursos demersales en el Mar Negro y el Mar de Azov (Öztürk y Karakulak [Eds.], 2003) las pesquerías demersales continúan representando una importante actividad económica con efectos significativos en la población costera y en el ecosistema marino. Aunque hay problemas de sobrepesca y de degradación de hábitats de gran importancia, los recursos demersales todavía tienen posibilidades de recuperación. Las especies más importantes, además del plegonero,

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son las siguientes: rodaballo del Mar Negro (Psetta maxima maeotica), mielga (Squalus

acanthias), Raya de clavos (Raja clavata) y lisas (mujílidos). Las capturas de la mayoría de ellas han disminuido en los últimos años.

EsturionesCon relación a las especies más comunes –Acipenser gueldenstaedtii, Acipenser stellatus y Huso huso– las cifras revelan una tendencia descendente durante los últimos años (con oscilaciones y evoluciones diversas, por especies y países). Acipenser sturio y Acipenser

nudiventris prácticamente han desaparecido. A. sturio y A. brevirostrum figuran en el Apéndice I de la CITES (especies amenazadas de extinción), y el resto de las especies en el Apéndice II (especies que pueden estar en peligro de extinción a menos que se controle estrictamente su comercio). A. guendelstaedtii,A. nudiventris, A. persicus, A. stellatus, A. sturio

y Huso huso están incluidas en la Lista roja de animales en peligro de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y de los Recursos Naturales (IUCN).

Evaluación de poblaciones

El Comité Científico Asesor de la Comisión General de Pesca del Mediterráneo (CGPM) analizó, en mayo de 2000, la información científica disponible sobre 1985-1999 acerca de las ocho especies demersales y pequeñas especies pelágicas compartidas más importantes: merluza, salmonetes, bacaladilla, gamba rosada, boquerón, sardina y alacha (Fiorentino, 2000). Se determinaron y analizaron más de 100 evaluaciones (FAO/GFCM, 2000a). Se tuvieron también en cuenta tres grandes especies pelágicas (atún rojo, pez espada y atún blanco) (CICAA, 1999).

La mayor parte de las evaluaciones corresponden a poblaciones de la parte septentrional y occidental de la región. Las evaluaciones estaban basadas en la aplicación de análisis de población virtual o de cohortes en función de la talla,

junto con análisis de rendimiento por recluta y, algunas veces, métodos de producción excedente, basados en series breves de datos y en los resultados de campañas científicas. Desafortunadamente, en la reunión no se pudo disponer de ciertas informaciones existentes que no estaban publicadas.

Las evaluaciones presentadas al Comité Científico Asesor entre 2001 y 2004 (con inclusión de SAMED) se resumen en el Cuadro B5-1 (no se presentaron evaluaciones sobre las grandes especies pelágicas).

Se necesita con urgencia un esfuerzo considerable en el Mediterráneo para mejorar el asesoramiento científico así como su aplicación por los organismos de ordenación. La inversión actual en evaluación de poblaciones y, en términos más generales, en investigación pesquera para fines de evaluación no es suficiente ni adecuada para poder asesorar en forma pertinente y eficiente a los responsables de la ordenación de la pesca y al sector privado. Con el fin de alentar los esfuerzos para ofrecer el

Cuadro B5.1 Evaluaciones presentadas en la reunión del Comité Científico Asesor (2001-2004

Evaluaciones

Especies

2001

2002

2003

2004 Observaciones y recomendaciones

Merluccius merluccius 4 2 3 3

O, sobrepesca de crecimiento, riesgo de sobrepesca de reclutamiento. Reducir el esfuerzo. Mejorar la selectividad de los arrastres. Cierres estacionales de las zonas de cría.

Mullus barbatus 3 1 2 4

O-F, Cierre de zonas costeras para p roteger los ejemplares jóvenes. Uso de arrecifes artificiales Cierre estacional. Reducción del esfuerzo. Aplicación de las normas vigentes de ordenación.

Mullus surmuletus 1 Pagellus erythrinus 3 F Diplodus annularis 3 F Pomatomus saltatrix 1

Nephrops norvegicus 1 1

F, Mejora técnica de los artes para evitar la captura de ejemplares pequeños. Reducir los efectos de las puertas de los arrastres en el fondo.

Aristeus antennatus 2 3 3 3 O-F Aristaeomorpha foliaciea 1 1 F Parapenaeus longirostris 1 1 U-F Sardina pilchardus 3 5 4 5 O-F, no aumentar el esfuerzo.

Engraulis encrasicolus 3 6 3 3 Riesgo de sobrepesca de reclutamiento. Fijar tamaño mínimo legal de acuerdo con el de la primera madurez.

Trachurus trachurus 1 1 F, Mantener el esfuerzo de pesca en los niveles actuales.

Boops boops 1 F, Mantener el esfuerzo de pesca en los niveles actuales.

Total 24 19 17 22 O- Sobreexplotada; F- Totalmente explotada; U- Insuficientemente explotada.

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asesoramiento científico necesario, el Comité Científico Asesor recomendó en 2000, entre otras cosas, que se actualizara y mejorara la calidad y cobertura de los datos y de las estadísticas sobre pesca, que se aumentara el número de evaluaciones en las zonas meridional y oriental y que se hiciera lo posible para que todas las evaluaciones se llevaran a cabo de forma periódica. El Comité llamó también la atención sobre la importancia de la relación existente entre medio ambiente y recursos. Además, insistió en la gran importancia de definir las unidades de ordenación geográfica para notificar los indicadores y en la necesidad de elaborar indicadores socioeconómicos homogéneos en cada una de las unidades de ordenación.

Ordenación pesquera

La plataforma y el talud continental, sobre todo en el Mediterráneo septentrional, se explotan hasta una profundidad de 800 m con una gran variedad de artes para distintos peces e invertebrados demersales, entre los que predominan la merluza, la bacaladilla, el salmonete de fango, el plegonero, los cefalópodos, la cigala y las gambas. La combinación varía de acuerdo con la situación geográfica, y la mayoría de las capturas están integradas por peces de edades comprendidas entre 0+ y 2+ años (FAO/GFCM, 1995). En lo que respecta al tamaño en el momento de la primera captura, continúa utilizándose una luz de malla estirada en el copo de 40 mm o menos. Ello significa que la pesca de arrastre de especies de mayor tamaño, como la merluza, es sobre todo una pesca de ejemplares jóvenes, a pesar de que, como han observado Dremière (1979) y Bertrand (1990), el tamaño óptimo de la primera captura de especies más pequeñas económicamente importantes en la pesca multiespecífica (gambas y pequeños cefalópodos) ha representado un obstáculo para aumentar la luz de malla. Además, no se ha evaluado la supervivencia de ejemplares que escapan a través de las mallas. En Chipre, las chuclas representan la mayoría de las capturas que, al parecer, se verían gravemente afectadas si se aumentara la luz de malla (Hadjistephanou, 1992). En algunas zonas se han decretado cierres estacionales durante el período de reclutamiento al fondo, y en algunos países existen reglamentos que exigen el cierre permanente de la pesca de arrastre en aguas poco profundas y parques marinos.

Es difícil evaluar las tendencias del esfuerzo de pesca en el Mediterráneo, especialmente en el caso de la pesca de arrastre, pero se han adquirido nuevas flotas, por ejemplo, en Croacia y Libia, y se han puesto en práctica planes de sustitución de las flotas en otras zonas, lo que indica que el esfuerzo real quizás haya aumentado. En términos generales, en la mayoría de los países hay pocas medidas de ordenación que limiten el esfuerzo de pesca o el total de las capturas. Al mismo tiempo, son sorprendentemente pocos los indicadores de colapso de las poblaciones, siendo más las especies que revelan un aumento que una disminución de las capturas (Fiorentini et al.,1997). En los últimos años, con financiamiento de la Comisión Europea, se han realizado en aguas de sus países miembros campañas de prospección de arrastre para determinar la situación de los recursos demersales, y este conjunto de datos está comenzando a permitir una cierta evaluación de poblaciones (por ejemplo, Papaconstantinou et al., 1988a,b;Farrugio, 1994; Oliver, 1996).

En Abella et al. (1999) se atribuye la capacidad de recuperación de la merluza del Mediterráneo, a pesar de la intensa pesca de juveniles, al resultado neto de la distribución espacial desigual del esfuerzo de la pesca de arrastre, en particular la de ejemplares maduros fuera de las principales zonas de pesca de arrastre y la vulnerabilidad relativamente baja de los grandes ejemplares a los arrastres de malla pequeña (Caddy, 1990). Estos efectos no se habían previsto en el pasado pero deben tenerse en cuenta al planificar medidas futuras de ordenación. Debería evaluarse, especialmente, el efecto de los posibles aumentos del esfuerzo de pesca en aguas profundas sobre el reclutamiento de la merluza.

La CGPM, en su 25º período de sesiones de septiembre de 2000, después de examinar el asesoramiento ofrecido por el Comité Científico Asesor, recomendó, entre otras cosas, "la elaboración y aplicación de las medidas de ordenación necesarias para corregir estos problemas de sobrepesca" (FAO/GFCM 2000b).

La CGPM recomendaba también "que se hiciera lo posible para aumentar el número de evaluaciones llevadas a cabo en las zonas meridional y oriental" y reconocía "que era fundamental la participación activa de los países miembros para proporcionar a los grupos de

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trabajo toda la información que tuvieran a disposición".

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Estado de

1950-59 1960-69 1970-79 1980-89 1990-99 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 explotación *

Espadín del Mar d'Azov Clupeonella cultriventris Fed Rusia, Ucrania 51 41 75 85 6 1 2 3 11 12 28 27 D**Sábalo del Mar Negro Alosa pontica Bulgaria 2 2 1 1 0 0 0 0 0 0 0 0 D**Otros Sábalos 0 0 1 1 3 2 2 3 3 2 3 3 D**24-Sábalos 53 43 77 87 9 3 4 6 14 14 31 30

Lenguado común Solea solea Italia, Egipto, Grecia, Túnez 1 5 5 8 8 7 6 5 4 5 5 5 FOtros Platijas, halibuts, lenguados 3 4 5 6 5 5 5 6 5 6 6 3 F31-Platijas, halibuts, lenguados 4 9 10 14 13 12 11 11 9 11 11 8

Merluza europea Merluccius merluccius Italia, España, Grecia, Francia 12 15 22 37 40 44 30 27 24 23 23 21 OPlegonero Merlangius merlangus Turquía, Fed Rusia 0 2 10 20 19 22 16 14 15 19 11 10 F (D**)Otros Bacalaos, merluzas, eglefinos 7 9 11 16 23 25 25 33 27 30 31 1732-Bacalaos, merluzas, eglefinos 19 26 43 73 82 91 71 74 66 72 65 48

Boga Boops boops Argelia, Grecia, Marruecos, Túnez 12 19 23 25 28 29 25 28 24 25 23 25 M-FDentón Dentex dentex Túnez, Italia, Grecia, Albania 0 1 1 3 3 2 1 1 1 1 1 1Breca Pagellus erythrinus Túnez, Argelia, España 1 1 5 8 4 5 6 5 5 6 5 5Mero moreno Epinephelus marginatus Italia, España, Grecia, Turquía 0 0 1 2 2 1 1 1 0 0 0 0Lubina Dicentrarchus labrax Italia, Egipto 0 1 2 3 3 4 3 3 3 4 4 5 FPardete Mugil cephalus Grecia, Túnez, Israel 2 2 2 4 5 6 5 4 3 4 2 3 M-FDorada Sparus aurata Italia, Egipto, Túnez, Turquía 0 2 3 3 5 4 4 5 6 5 6 7Lizas nep Mugilidae Turquía, Italia, Egipto, Túnez 10 13 14 15 28 34 32 37 38 38 35 29 M-FChuclas, carameles nep Spicara spp Grecia, Turquía, Túnez, Chipre 10 16 17 14 14 12 12 13 9 8 9 7 MDentones, sargos nep Sparidae Libia, Túnez, Marruecos, Israel 1 1 3 7 12 11 8 7 9 9 9 9Salmonete de fango Mullus barbatus Turquía, Túnez, España 0 1 2 5 6 5 5 5 6 4 6 5 M-F (D**)Salmonete de fango Mullus barbatus Turquía, Túnez, España 0 1 2 5 6 5 5 5 6 4 6 5 F-OSalmonetes nep Mullus spp Italia, Argelia, Egipto, Grecia 12 15 18 20 18 20 16 14 18 18 16 14 OOtros Peces costeros diversos 48 62 24 34 49 50 51 48 53 49 44 5033-Peces costeros diversos 96 134 115 143 177 183 169 171 175 171 160 160

34-Peces demersales diversos 1 6 15 15 19 22 22 20 18 17 19 19

Boquerón Engraulis encrasicolus Turquía, Italia 118 198 364 562 329 377 348 321 448 392 439 483 F-OSardina europea Sardina pilchardus Argelia, España, Italia, Grecia 102 113 170 245 235 225 210 204 212 216 200 187 MEspadín Sprattus sprattus Ucrania, Bulgaria, Fed Rusia 2 3 17 70 28 28 28 38 39 42 63 70 DSardinelas nep Sardinella spp Argelia, Túnez, Egipto, España 12 14 11 20 47 43 54 59 77 69 92 67 U-DOtros Arenques, sardinas, anchoas 2 2 3 2 3 2 2 4 4 3 2 335-Arenques, sardinas, anchoas 236 330 565 899 642 675 642 626 780 722 796 810

Atún blanco Thunnus alalunga Italia, Grecia 0 0 1 3 2 3 3 3 5 6 5 6 F-DAtún rojo del Atlántico Thunnus thynnus Francia, Italia, Túnez, Turquía 6 7 9 15 28 38 34 28 23 23 24 22 DBonito del Atlántico Sarda sarda Turquía, Grecia, Egipto, Túnez 29 30 12 23 21 17 17 30 26 19 19 12 F-DTasarte Orcynopsis unicolor Argelia, Marruecos 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0Pez espada Xiphias gladius Italia, Marruecos, España, Túnez 2 3 5 13 14 12 15 14 14 16 15 12 OOtros Atunes, bonitos, agujas 3 5 7 9 9 10 7 5 7 8 6 736-Atunes, bonitos, agujas 40 45 34 63 74 80 76 80 75 72 69 59

Estornino Scomber japonicus Túnez, Grecia, Turquía, Marruecos 1 3 4 23 24 20 22 16 18 15 11 7 M-FJureles nep Trachurus spp Argelia, Túnez, España, Libia 30 30 30 33 24 24 26 23 27 30 30 25 M-FPejerreyes nep Atherinidae Egipto, Italia, Ucrania, Turquía 0 3 4 5 8 8 7 8 6 4 6 5Otros Peces pelágicos diversos 35 46 57 147 75 65 55 52 44 57 71 8337-Peces pelágicos diversos 66 82 95 208 131 117 110 99 95 106 118 120

Camarón común Palaemon serratus España 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0Gamba de altura Parapenaeus longirostris Italia, Argelia, Túnez 8 7 9 15 14 9 10 8 9 12 11 10 FOtros Gambas, camarones 4 9 4 12 17 15 19 19 20 23 18 2145-Gambas, camarones 12 16 13 27 31 24 29 27 29 35 29 31

Cuadro D5 - Estado de explotación y capturas nominales anuales de una selección de especies y grupos de la CEIUAPAdel Mediterráneo y Mar Negro (Área estadística de la FAO 37), 1950-2002

Grupos de especies o stocks Nombre científico Principales países pesqueros en 2002miles de toneladas

245

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Estado de

1950-59 1960-69 1970-79 1980-89 1990-99 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 explotación *Grupos de especies o stocks Nombre científico Principales países pesqueros en 2002

miles de toneladas

Mejillón mediterráneo Mytilus galloprovincialis Italia, Turquía 14 21 19 25 39 39 53 39 44 46 46 52 F (+ aquac.)54-Mejillones 14 21 19 25 39 39 53 39 44 46 46 52

Chirla Chamelea gallina Italia, Turquía 4 9 23 33 45 48 36 33 40 45 43 36 F-OOtros Almejas, berberechos, arcas 1 0 2 1 4 4 3 4 3 3 3 356-Almejas, berberechos, arcas 5 9 25 34 49 52 39 37 43 48 46 39

Sepia común Sepia officinalis Túnez, Grecia, Turquía 2 5 2 6 10 8 11 8 10 9 10 11 FPulpo común Octopus vulgaris Italia, Túnez, Francia, Grecia 5 8 11 17 18 17 19 17 13 15 15 16 FCalamares nep Loligo spp Italia, España, Túnez, Grecia 4 8 7 8 8 8 7 5 5 5 5 4 FOtros Calamares, jibias, pulpos 10 21 26 31 27 27 23 24 21 26 23 2157-Calamares, jibias, pulpos 21 42 46 62 63 60 60 54 49 55 53 52

Total grupos de especies seleccionadas 576 769 1 061 1 652 1 331 1 360 1 292 1 250 1 404 1 372 1 446 1 431Total otros grupos de especies 174 137 143 185 162 168 147 147 126 129 120 115Total capturas marinas 750 906 1 204 1 837 1 493 1 528 1 439 1 397 1 530 1 501 1 566 1 546

Total acuicultura 2 9 39 86 218 226 242 287 320 368 368 537Total producción 752 915 1 243 1 923 1 711 1 754 1 681 1 684 1 850 1 869 1 934 2 083

* (U) Subexplotado, (M) Moderadamente explotado; (F) Plenamente explotado; (O) Sobrexplotado; (D) Agotado; (R) En recuperación.** Mar Negro

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