AUTORES CON LAS LETRAS W – X – Y – Z Final de la “BIBLIOTECA DEL SONETO” con las letras W – X- Y- Z WALKER MARTINEZ, CARLOS WALSH, MARIA ELEN WEN MAURY, JOSE WIKI DE JAMILLAN. COM WILD OSPINA, CARLOS WILSON GONZALEZ, GEORGINA XENES, NIEVES XIMENEZ AYLLON, DIEGO XIMENEZ DE CABREDO, DIEGO YAGO YAGUE, JAVIER YANGUAS, AURELIO YANGUAS ALCAIDE, AUGUSTO YANEZ, RICARDO YAÑEZ DE CABRERO, RAMIRO YARZA, PALMENES YEPEZ TRUJILLO, RAFAEL YEROBI, LEONIDAS N. YHEDRA YHOSMINA YUBERO, RAMON DE YUGANO, ARTURO RICARDO YUPANQUI, ATAHUALPA ZABALA RUIZ, MANUEL ZACARIAS, ANTONIO ZACHRISSON, JULIO ZAID, GABRIEL ZALDIERNA, MIGUEL ZALDIVAR, IGNACIO ZALDUMBIDE GANGOTENA, JULIO ZAMBRANA, RAMON ZAMBRANO, ESPERANZA ZAMBRANO, RAFAEL ZAMORA, FERNANDO ZAMORA, RICARDO ZAMORA ELIZONDO, HERNAN ZAMORA MARTINEZ, JOSÉ ZAMPINI, VIRGILIO FRANCISCO ZAMUDIO, CATALINA

ZAMUDIO, MARGARITA ZAMUDIO, MARIA ELOISA

AUTORES WALKER MARTINEZ, CARLOS Chile. 1.842 – 1905 Político, abogado, diputado, senador y Ministro de Estado. Poeta hallado en Internet. ¿QUE RASTRO DEJA… ¿Qué rastro deja sobre el mar la nave que al viento tiende la turgente vela? ¿Qué rastro en el espacio cundo anhela alcanzar a las nubes, deja el ave? Aquella, apenas, silenciosa y grave, de fugitiva luz frágil estela; ésta, trémulo son que también vuela como su pluma, indefinible y suave. Ave en el viento es la ilusión querida, nave en el mar, la dulce bienandanza a inconstantes vaivenes sometida. ¡Ay de quien no aproveche la enseñanza, y en los hondos misterios de la vida, funde en la gloria humana su esperanza! WALSH, MARIA ELENA Argentina. 1.930 DICIEMBRE Cuando me olvido de la muerte, cuando miro a la abeja en su panal, y miro al cielo, en fin, a Dios elaborando la luz, el agua, el aire que respiro, entonces puedo realizar su blando tránsito por la flor, por el suspiro, por calles que me van enamorando de esta tierra casual donde deliro. ¡Qué prodigio en perdón es el momento

en que me atrevo a resolver mi suerte en esperanza, en pájaros, en vida! ¡Qué de campanas en la sangre siento cada vez que me olvido de la muerte! Pero sucede que ella no me olvida. ASUNCION DE LA POESIA Yo me nazco, yo misma me levanto, organizo mi forma y determino mi cantidad, mi número divino, mi régimen de paz, mi azar de llanto. Establezco mi origen y termino porque sí, para nunca, por lo tanto. Soy lo que se me ocurre cuando canto. No tengo ganas de tener destino. Mi corazón estoy elaborando: ordeno sufrimiento a su medida, educo al odio y al amor lo mando. Me autorizo a morir sólo de vida. Me olvidarán sin duda pero cuando mi enterrado capricho lo decida. WEN MAURY, JOSE Cuba. Siglos XIX – XX Poeta. LOS DOCE MESES ENERO Bate la nieve los tejados, dura, del aire hendiendo la flotante niebla, y de sus copos nítidos se puebla la extensa tierra con sutil albura. Alfombra cubre, de vi vaz blancura el yerto suelo que mortal despuebla y de la noche en la letal tiniebla se oculta el mundo con fatal tristura. Así el destino inexorable y rudo al hombre, el cielo de la dicha vela y con las nieves del dolor, austero,

en el invierno de la vida, crudo, marchita el alma y de pesar la hiela. ¡Qué también tiene el corazón su Enero...! FEBRERO Fue en una noche de Febrero umbría cuando una vez te vi. ¿Lo has olvidado? Del Norte, el cierzo, que soplaba helado, nuestros nerviosos cuerpos atería. Tenue rubor, de púrpura teñía tu encantadora faz, y emocionado, vi que volviste el rostro avergonzado que de mi erótica mirada huía. Otro Febrero, para mí, muy triste, con un Pierrot traidor y di vertido en tumultuoso Carnaval, -¡me acuerdo!- mi amor burlaste, y de mi amor huiste... Por eso, aun, de tu traición herido, cuando Febrero llega, te recuerdo. MARZO Pasó por fin la tenebrosa era de los fríos, las nieblas y la bruma; cantan las aves de dorada pluma en la florígera y vivaz pradera. Flagrante el Sol, en la celeste esfera, la tenue escarcha del albor abruma, y en el espacio diáfano se esfuma, dejando paso ya a la Primavera. Naturaleza, embellecida, torna a vestirse de galas y primores de ingente luz y de gallardas flores. Renueva el campo y el collado adorna con capullos de vívidos colores porque ya Marzo plácido retorna. ABRIL Como gallardo paladín, que al freno de su corcel asido se abalanza y el campo de la guerra, presto, alcanza

llevando el corazón de sueños lleno, del tiempo, Abril, en el eterno seno, en su carro flamígero se lanza de rayos al través y alegre avanza, flores al mundo y luz brindando ameno. ¡Oh, dulce Abril que iluminó los días de mi niñez feliz...! ¿Por qué no envías tu brillantez al corazón ajado, como a la fronda tus fulgores baña y de mi pecho apartas empañado las negras brumas que mi vida empañan? MAYO Mayo gentil, que el corazón renueva, cual de Natura renovó las rosas... Tus frescas flores son más olorosas que las que Dios en el Edén dio a Eva. ¡Oh, mes que tornas, imperial, con nuevas vestiduras de galas ostentosas, por ti exhala sus rimas melodiosas el ruiseñor que el pensamiento eleva...! Ya que disipas de la vida el llanto que al corazón marchita, acoge el canto, si el alma al cielo de placer la encumbras. Porque no al mundo sólo, tú deslumbras...! que en misteriosa inspiración y encanto también la muerte del poeta alumbras. JUNIO Recuerdo bien, que en estival aurora en un alegre huerta, en vacaciones, dado a un amor que me engendró ilusiones, -¡Oh, abnegación felice del que adora!- “-Mira... A esta golondrina enseño, ahora, a mensajera fiel de mis pasiones... Cuando vuelvas al aula y las lecciones embarguen tu atención, hora tras hora, no te verás de su presencia falto, con nuevas en tu pico”. Dijo, y, suelta, la golondrina de que habló, dio un salto,

crespó las plumas, y voló muy alto... Fue en Junio y hoy con la ilusión disuelta en vano espero su anhelada vuelta. JULIO De tu divina efigie en la tarjeta, preciosa frase de pasión grabaste; y tras tu firma, luego que fechaste besé la copia de tu faz coqueta. “-Por largos años estará sujeta tu vida a mi existencia –suspiraste- o apagárase, en mágico contraste, mi firma, con mi amor, toda completa”. Ya ha vuelto el mes aquel, de mí, más caro; más fiel es Julio, pues tu amor se ha ido, como se apaga en lontananza un faro. Mas, ¡ah!, tu juramento te ha vendido, tu firma, con tu amor, ya se ha extinguido, y ¡qué casualidad! Julio está claro. AGOSTO Agosta el campo, desde el ígneo cielo, del sol la lumbre que vivaz fulgura y abrasador de la feraz llanura la flor marchita y descolora el suelo. Detiene el águila caudal su vuelo, buscando amiga sombra en la espesura, y entre las breñas de la selva oscura da tregua el pastorcillo a su desvelo. Así, es un campo el corazón humano; amor, un sol que, fulgurante, quita las sombras de su cielo soberano. Mas nada agosta, en su feliz alarde: ¡qué el sol de amor, si como Agosto arde, jamás la flor del corazón marchita...! SEPTIEMBRE Meses en que los mares dieron perlas y bandos de corales arrastraron, y que al par con la vida germinaron

ilusiones que el mar no pudo henderlas. ¡Cómo gozara el corazón al verlas, meses que dulces dichas provocaron, si las horas felices que pasaron, con los meses pudiéramos volverlas...! Que el corazón de zonación escaso guarda quimérico, por siempre, acaso, tristes recuerdos, de escapada gloria... Así, en efluvios de ilusión, por eso, tengo a Septiembre siempre en la memoria, pues me diste en Septiembre el primer beso. OCTUBRE Pliegan las naves sus rendidas alas, y de su garbo, Otoño, las despojas, y al aire dando sus marchitas hojas denudas a Natura de sus galas. De la pradera en las ardientes salas, hálitos de letal pereza arrojas, y cuando aquí, devorador, te alojas, mortales soplos, por doquier exhalas. También de amor, el corazón se hastía, y, por pasiones impelido, ciego, en sus abismos hondos se desvía. Y al fin marchito y agostado luego ¡tenemos!, ¡ay!, en la vejez impía..., marchito el corazón de tanto fuego...! NOVIEMBRE ¡Oh, cementerio, templo de los yertos...! De Noviembre en el triste desvarío, hacia tu seno tétrico y sombrío nos arrastró el amor de nuestro muertos. Sobre tus sauces de sopor cubiertos, los agoreros pájaros de estío discurren en tu seno, yerto y frío, y salmodian sus lúgubres conciertos. Entre las sombras de tu seno, inciertas, tristes presagios de pesar, despiertas; porque la mente de dolor transida

sufre por cosas que creyera inciertas... ¡Ay! En la lucha cruenta de la vida, ¡cuántas almas que viven, están muertas...! DICIEMBRE Diciembre dio de nieve a la alta cumbre gruesa mortaja blanca y aterida, y en la ciudad alegre y divertida se agita sin cesar la muchedumbre. Arde, el amor de la caldeante lumbre, de Noche Buena el pan. Pascua es florida, y Humanidad de regocijo henchida en cada hogar, de paz pone vislumbre... Mas del festín en la feliz locura no todos gozan. Solitario llora víctima triste de la suerte impura, un pobre viejo que gimiendo implora .sin pan, ni lumbre; sin amor, ni cena...,- ¡la ruin limosna de su Noche Buena...! WIKI DE JAMILLAN. COM España. S iglo XX. Taller poético donde diferentes miembros componen los sonetos. Hallado en Internet. SONETO 1 Esto no es un comienzo, sino un salto: una llegada, más que una partida y en estas nobles rimas no hay cabida de lo más bajo, sino de lo alto. Si lo bajo se embarra en el asfalto si lo lento se atora en la salida velozmente y con rima decidida, lánzate de las Musas al asalto. Entre saltos y asaltos me pregunto quién habrá de ligar estos catorce versículos en un soneto apunto. El poeta, sospecho, será de Orce y pide que del doce siga el trece

con la incredulidad de un mar que crece. SONETO 2 Las regalas del soneto, draconianas, prefijan metro y justifican rimas y aunque a veces permiten pantomimas normalmente saldrán rimas galanas. Si no puedo acabar en dos semanas, por mucho que me llores y me gimas estos versos sublimes que no estimas serán de las tardanzas las decanas. Por las reglas seguir me he retrasado y ya no sé si estoy saliendo o entro. ¿Será que este terceto he terminado? Acabemos, a ver si ya me centro, y en vez de desvariar por la tangente termino ya el soneto. De repente. SONETO 3 Un soneto le escribo a la tristeza, o más bien se lo escribo a la alegría, pues yo lo escribo a la melancolía y alegre o triste rimo con presteza. En este verso asoma la pureza del tedio congelado de este día y un alma que de todo se vacía acude a combatir tanta pereza. Las lágrimas se filtran silenciosas por entre mis pestañas. Sólo dudo si un día volverán a mí tus rosas, reconquistando el frenesí desnudo de tu cuerpo, dador del postrer verso, penúltimo vergel del universo. SONETO 4 El vértigo inicial del año nuevo con un segundo más, según me cuentan, precede a los anhelos que impacientan, al eterno eneril debo y no debo. Así pues, dos mil seis toma el relevo

e imparables los días ya cimientan el año que comienza, y así intentan sacarnos cuanto antes del Medievo. Si al seis le sigue el cinco, cómo ha sido, si este a su vez el siete seguirá, llegaremos al ocho de un bufido. El viento de la edad arrastrará, garcilasiano, todo cuanto quiera, trayéndome velos la paz postrera. SONETO 6 (SIN LA LETRA O) ¡Difícil es sin duda la tarea! requiere del artista gran pericia y es sin duda la más grande injusticia la ausencia masculina que se crea. Prescindir de esa letra me marea me nubla la mirada y me desquicia, pues aquel que padece de presbicia arriésgase a perder esta pelea. Sin tal letra, mi pluma, ya cansada, se relaja, se pierde y se hace nula pues busca, cada vez más desastrada, huir de las palabras que la tienen: rocódromo, pololo, -¿me dais bula? a tan extraña empresa no se avienen. SONETO 7 El cielo se rompió sobre sus hombros quebrados por el llanto y la tristeza. Y con mirada gris el viejo reza por un recuerdo que devino escombros. Piensa el viejo, mascando unos cogombros: “¡pardiez qué frío tengo en la cabeza!” Y agrega el ochentón, con agudeza: “impropios de mi edad tales asombros”. Y mirando hacia el negro firmamento, se siente diminuto y poca cosa. “Mojados mis zapatos, yo lamento el tiempo que perdí en la edad hermosa”. Y con frente marchita, sin aliento,

acaba esta poesía deshonrosa. SONETO 8 No te pongas, mujer, la falda roja y quítate esas medias de rejilla pues no se miran bien con esa hebilla, y olvídate del frío que acongoja y de ese ingrato cierzo que deshoja flores secas. Tus bragas, su gomilla, la diadema que abraza esa trencilla, y esa dulce cueva en que se aloja pese a Descartes –tu centro y tu alma- Ofréceme el secreto de tus labios, secreto en que se pierden por ser sabios con gran dolor que les robó la calma si solitarios les llegaba el alba los triste cantos de María Rosalba. SONETO 9 Si abrir con un buen verso es importante, rumiar bien el segundo no lo es menos pues jamás los cuartetos fueron buenos si falla la ilusión participante. Al quinto lo pondremos por delante de un sexto que a su vez, loco y sin frenos, precede a un par de versos que serenos se dejan culminar con buen talante. Al noveno le tengo un gran respeto pues viene inaugurando nueva rima que nos puede poner en gran aprieto. Y, a salvo mi poética autoestima, ya casi venzo el reto con el trece y queda un buen soneto: Me parece. SONETO 10 Por fin San Valentín, agonizante, me dijo, con pesar, meditabundo, “A tantos tortolitos de este mundo ¡yo les quiero decir que ya es bastante! Que no hay anillo, perla ni diamante

que corone del cuerpo tremebundo el deseo más alto y más profundo de dar y recibir, Visa mediante” Con Visa, Mastercard, o en efectivo se buscan con afán medias naranjas que sepan prodigar sus alabanzas. Y añadió Valentín, muy pensativo: “Las cosas del amor jamás las zanjas, pues infinitas son sus acechanzas.” SONETO 12 Un soneto me encarga hacer el viejo que rime jotas en jocoso herraje, y con jotas completo este pasaje pues, carajo, con jur os juro y dejo. Pedí consejo y me quede perplejo dijéronme: jamás jodas un faje ni dejes que cualquier abencerraje te jorobe con su julepe añejo. Arrojo aquí un terceto, sin enojo, lo arrojo cojo y lo recojo pijo, lo corrijo, me planto, y queda fijo tan fijo que lo aflojo y desalojo; majo y jovial con mucho desparpajo cojo navaja, afilo y ¡fin!: de tajo. WILD OSPINA, CARLOS Guatemala. 1.891 – 1.956 Poeta hallado en Internet. ANTIGUA GUATEMALA La episcopal mansión de ancha portada con escudos tallados en la piedra en el patio una fuente abandonada y al tejado asomándose la hiedra, roba la luz a la plazuela oscura llena de emanaciones salitrosas y en que, bajo una paz de sepultura, duerme su sueño secular las cosas.

Nadie penetra a los salones viejos, ni cruza por los patios azulejos del antiguo palacio abandonado. Sólo de vez en cuando, en la alta noche, ante la puerta se detiene un coche, y baja de él un clérigo enlutado. WILSON GONZALEZ, GEORGINA México. Siglo XX Ingeniero Químico. Poeta Hallado en Internet. AL AMIGO QUE ESCUCHA Has sido tú quien ha solicitado que me siente a escribir, y pluma en mano te pienso a ti, mi amigo inesperado desconocido, sí, mas cotidiano. ¿Qué he de decir en estos versos hoy? Siempre te he dicho todo lo que quiero yo sin apuros, conversando voy y tú me escuchas, como un caballero. ¿Será tu buen humor, quizá, la clave? Tal vez; pero, ¿quién como tú podrá comprender el dolor y hasta aliviarlo? No hay nada por decir, ya todo sabes y si aún no lo sabes, ya vendrá el momento propicio de contarlo. CUESTION DE TIEMPO Hoy tomé la guitarra y entoné el “Unicornio”, que antes me gustaba aunque no diera bien con la tonada. Pues bien, puedo decir que lo logré: Encontré los acordes adecuados. Lo malo es que de pronto vino el llanto a interrumpir mi voz a medio canto. Ya no podré saber los resultados. Luché en su contra, pero el llanto denso no me abandona, sigue en mi garganta, secándome la voz y hasta el aliento.

Y guardo la guitarra mientras pienso que el llanto no es eterno, y que no es tanta la pena; sólo necesito tiempo. EL RETO Envolveré su cuerpo con las formas estrictas, implacables, complicadas; y a simple vista no se verá nada detrás de la cubierta que la adorna. Perfumaré su rostro con esencias la cubriré con joyas y guirnaldas, y gozaré después en desnudarla buscando entre mis versos su presencia. La guardaré en mi celda preferida, y sólo algunos cuantos sabrán dónde la idea primogénita se esconde. Y quedará por siempre ahí, dormida en su precioso ajuar de idea latente, retando al insensible a que la encuentre. ENTRENAMIENTO Tu esposo en la cocina está ocupado lavando platos y haciendo un ruidal. No le queda muy bien el delantal y no le sirve; está todo mojado. Indiferente conmigo conversas. Me miras con malicia y me sonríes: sé que has ganado, pero no te fíes, no bajes todavía tus defensas. Debo admitir lo bien que cocinó aunque el café estuviera un poco aguado y sean dos los platos que rompió. No cejes, aunque lo has domesticado, se ve que añora su otra condición de esposo inútil sí, pero mimado. RECUERDO DE LA PATRIA Patria, de ti recuerdo muchas cosas, algunas con tristeza, otras con gozo. Hoy quiero recordar lo más sabroso:

tus cazuelas calientes y olorosas, llenas de tinga, chicharrón o rajas, de nopalitos o de cochinita. también recuerdo quesadillas fritas de hongos con queso y chorizo con papas. El sabor de mi Patria es de cajeta de tamalitos verdes con atole. Me sabe a chocolate la tableta, a enchilada, a mole y a pozole; a gente que temprano se despierta a sembrar chiles, ,milpas y frijoles. DESTIERRO CANINO No debiste confiar en mi cariño; no pensaste que fuera yo capaz de observar tu partida nada más y seguir tan tranquila mi camino. Bien sabías que estaba ya prohibido escarbar, mordisquear, aullar, huir, defecar, orinar, y destruir. Casi nada te estaba permitido. No llevé nunca a cabo tu rescate, yo era, como tú, una mantenida; hoy lamento haber sido tan cobarde. Sólo espero que nadie te maltrate, que cuentes con cobijo, paz, comida y a San Francisco pido que te guarde. AUTORRETRATO Soy yo, la que siempre silencio guarda pero cuando habla no puede parar, que nunca se ha querido maquillar y apenas doma su melena larga. Soy una coda y soy muy despistada, soy ingeniosa y también persistente. Puedo considerarme inteligente sin ser un genio ni superdotada. No entiendo ni a gordita ni a lombriz, me gusta mi lunar en la nariz si no es bonito me es irrelevante.

Aunque no soy preciosa, no es que espante no ando en harapos, tampoco elegante. Soy tibia (no mediocre) y soy feliz. INDECISO No me animo a soltar estas amarras no he querido acercarme, me das miedo pero siento tu oleaje, calmo y quedo que me llama en silencio, sin palabras. Yo quisiera flotar sin sentir culpas sobre el mar tan tranquilo que me ofrendas pero temo que un día me sorprendas con tormentas y vientos que en ti ocultas. Tengo aves deseos de remarte, cobijarme y hundirme en tus corrientes escarbar y perderme en tus arenas. Puede ser que algún día al fin me embarque y naufrague en tus aguas lentamente y sepa al fin si valías la pena. AL CERRAR EL LIBRO Intento no pensar en el pasado. Evito recordarte, mas no puedo dejar de lamentar todo este enredo y te imagino aún aquí a mi lado. Tú no fuiste capaz de hablar de frente y no quisiste dialogar conmigo. Te portaste igual que un fugitivo y casi logras desaparecerme. Por fin tuve el valor de ir a buscarte para saber de ti, para enfrentarte y así obtener de ti la retirada. Pero, aunque ya logré lo que buscaba y sé que de lo nuestro ya no hay nada no encuentro la manera de olvidarte. EL RETRATO HUECO Observo como azotas el retrato furioso de saber que nada esconde. Su inocuidad te causa frustraciones

compensas su vacío con maltratos. Descubro adolorida como el tiempo torció tu inspiración que era inmadura; te dio talento a cambio de cordura, te convirtió en artista y esperpento. Bajo tus órbitas de daga fría surgen espantos, monstruos, tristes ecos de aquellos cuadros que nada decían. Ayer sólo pintabas rostros huecos y en tus ojos guardabas alegrías. Hoy tu mirada es sólo viento seco. LA MAQUINA DE RECORDAR Aún arrastro el peso de tu ausencia las ganas de abrazarte hoy me ahogan. Intento dispensarte y mi conciencia no logra concentrarme en estas horas. Me asfixio en el vacío que dejaste y muero cada día mil y un veces. Me duele tanto el hueco que cavaste llenándolo de pájaros y peces. Y que hoy sólo es la llaga del herido. Ignoro si éste seguirá conmigo, drenándome de todo sentimiento hasta dejarme seca sin tu olvido; y en cambio recordando sin sentido la vida que me diste en otro tiempo. REENCUENTRO HIPTETICO DE VIEJAS AMIGAS Un día de estos te preguntarás qué fue de mí, e intentarás buscarme sabiendo que me gusta complicarme la vida, y yo sé que me hallarás. Encontrarás mi rostro algo arrugado; estudiarás mis manos, mis cabellos algo canosos, pero no por ello menos rebeldes que en años pasados. Recordaremos nuestros años tiernos y me dirás que soy siempre la misma

que nunca nada en serio se tomaba. Tal vez no notarás mi llanto eterno y que este tiempo cruel, con su llovizna me ha transformado en lo que más odiabas. DOS INTENTOS He terminado y odio lo que veo: Es dura y sin canciones tu guitarra, tus dedos en tensión parecen garras y te concentras con un gesto feo. Una vez más intento dibujarte mas ya no de perfil, sino de frente; sin tu guitarra, pero muy sonriente, porque es como me gusta recordarte. Entonces viene a mí como una oleada la inspiración que encuentro en tus facciones, y doy luz a tu rostro a pinceladas. Aunque no se adivinen tus canciones, está llena de vida tu mirada y al fin te siento pleno de emociones. CARTA A LAS 11:45 DE UN MIÉRCOLES No voy a hacer mi carta “comme il faut” ni voy a saludarte por ahora aunque tal vez lo haré en otra ocasión. La fecha...no recuerdo. Pondré la hora. No quiero ni siquiera platicarte la infinidad de cosas que han pasado desde que de mi patria te marchaste: Supongo que tú ya te has enterado Y no pondré mi firma, no hace falta ni me despediré con frases tristes pues nunca lo hice, ni cuando te fuiste. Preguntarás por qué escribo esta carta, y es que, si bien tu ausencia no hace daño, a veces siento como que te extraño. LA MUJER DE LOT De pronto se detiene y ya no huye, sus pies cansados ya no pueden más;

se sienta, y sin pensarlo mira atrás, y observa la ciudad que se destruye. Su piel palpita tenue y suavemente dejándola insensible y entumida, pero ella sólo mira adolorida la suerte cruel que acaba con su gente. Sus ojos, aún húmedos, distinguen catástrofes que van segando vidas; y el llanto se le hiela en una mueca. Y al morir la ciudad, también se extingue su carne, que ha quedado convertida en una enorme lágrima reseca. AUGUSTO, WINTER Chile. 1.868 – 1.927 Funcionario Municipal y Poeta hallado en Internet. NO TE MANCHES Si es tu vida tan pura como fuente clara y tranquila, espejo de los cielos; si tu alma no ha sufrido los desvelos del que en el fondo de su pecho siente del árbol del pecado, floreciente, la malsana atracción; si tus anhelos jamás se han arrastrado por los suelos y puedes, limpia, levantar la frente; si tu alma es torre de marfil segura, no te envanezcas, ni de extraño modo juzgues la vida de alma menos pura. Porque te manchas con tu orgullo necio si, al contemplar al que cayó en el lodo, en vez de amor le arrojas tu desprecio. XENES, NIEVES Quivicán. La Habana. Cuba. 1.859 – La Habana. 1.915 ANONIMO

No siento del amor la honda tortura cuando contemplo con tenaz fijeza la rara perfección de su cabeza y su cuerpo de helénica escultura. Como imprimiendo a su gentil figura sello de augusta y varonil nobleza, en su mirar de fúlgida limpieza la luz del pensamiento no fulgura. Al contemplarlo sin afán ni anhelo, de un artista inmortal digno modelo, su belleza magnífica que encanta sólo en mi alma a despertar acierta la admiración tranquila que despierta la belleza del bruto o de la plata. BOUDOIR Del arte y la riqueza los primores, blancas cortinas de ligero encaje, caprichoso y magnífico mueblaje de oro y seda de vívidos colores. En un óleo se besan dos pastores escondidos de un bosque entre el ramaje; y airados luchan con igual coraje en un grupo de mármol dos Amores. Una ninfa gentil de porcelana al viento esparce su cabello suelto arqueando el talle en actitud graciosa. Yacen en un diván dorado y grana un libro, y un corsé blanco y esbelto, y en un búcaro azul, muere una rosa. JULIO Ostenta el campo su verdor lucido, de intenso azul el cielo se colora, y el Sol vierte su luz deslumbradora ardiente como el oro derretido. Es un amante de pasión rendido ante la hermosa Cuba a quien adora, que a su ávida caricia abrasadora abandona su cuerpo enardecido.

Y en languidez erótica postrada, voluptuosa, gentil y enamorada, a sus besos ofrece incitadores, perfumados con lúbricos aromas, ya los erectos senos de sus lomas, ya los trémulos labios de sus flores. DIA DE PRIMAVERA De la arboleda hojosa en la espesura, blando suspira el viento entre el ramaje, y los pájaros lucen su plumaje cantando sus endechas de ternura. Su monólogo eterno el mar murmura balanceándose en lánguido oleaje, y tiende de su espuma el blanco encaje de sus orillas en la roca oscura. Las flores se abren frescas y rientes derramando su esencia embriagadora; la nube, de matices relucientes en el azul del cielo se colora; y magnífico el sol lanza a torrentes los rayos de su luz deslumbradora. A LA BANDERA CUBANA Te alzó con mano firme el heroísmo, de patriótico amor enajenado, sobre un pueblo oprimido y humillado, como un rayo de luz sobre un abismo.. El yugo del odioso despotismo, por crímenes sin cuento ensangrentado, rompió bajo tus pliegues, denodado, en desigual combate, el patriotismo. Tú, que sólo ondulaste estremecida, de la batalla al pavoroso estruendo, sobre escenas de duelo, horror y muerte, ¡flota sobre la patria redimida, cual talismán sagrado, protegiendo a un pueblo libre, venturoso y fuerte! ALPUEBLO DE CUBA

Pueblo que ayer, en lucha pavorosa, tu libertad sagrada defendiste, no pierdas el derecho que adquiriste derramando tu sangre generosa. No olvides en inercia vergonzosa la empresa que valiente a cometiste; no abandones la senda que emprendiste, cumple abnegado tu misión gloriosa. ¡Heroico paladín de santa idea, sé grande como ayer en la pelea, no te ciñas tú mismo tu mortaja; no en mezquinas e inútiles porfías agotes tus potentes energías; si libre quieres ser, piensa y trabaja! EL 20 DE MAYO En el mástil, erguida, desplegada, ondula de mi patria la bandera, y bulle sonriente y vocinglera la muchedumbre en torno congregada. Como quien ve en el suelo deshojada la bella flor de su ilusión postrera, entraña a la algazara placentera, yo permanezco muda y desolada. Entre el tumulto alegre y bullicioso, del sueño de Martí, santo y hermoso, viene a mí la sombría remembranza; y al mirar la bandera que se mece movida por el viento, me parece que da su adiós eterno a la esperanza. XIMENEZ AYLLON, DIEGO Arcos de la Frontera. Cádiz. 1.530 – 1.590 Poeta e Ilustre Varón de la Época. Sonetos publicados en Anvers, por la Imprenta de la viuda de Juan Lacio en el año 1.569 Ver en la Biblioteca Miguel de Cervantes. Entrada Rápida: Sonetos o Ramón García González.

XIMENEZ DE CABREDO, DIEGO España. S iglos XVI – XVII Poeta. Amigo de Lope de Vega. A LOPE DE VEGA Hoy queda para siempre declarado, Vaga espaciosa fértil y agradable, que es el fruto que das inestimable puro, precioso, rico y regalado. Pues le ofreces a todos sazonado, útil al alma y a la vista amable con una erudición incomparable y en estilo jamás imaginado. No sólo es digno de que ganes nombre y le gane Madrid cual madre tuya honrada de tenerte por su hijo, mas de que el Tajo nueva envidia asombre de que al Betis la gloria se atribuya de hallar Mecenas en don Juan de Arguijo. YAGO Siglo XX Poeta hallado en Internet. SONETO Quisiera hacer harina de mis huesos para dejar un pan en cada puerta, en epopeya anónima encubierta por grillos nocturnales y traviesos. Pan para los pacíficos confesos y los que hacen del hambre su reyerta, aquellos con la tripa siempre alerta y duermen con los maxilares tiesos. Horneado a medio pecho con la lumbre de la humildad novata y repentina que el quebranto después hace costumbre. Haré del pan mi más casto amorío e iré con una máscara de harina

dejando en cada umbral un grano mío. CONVENIO No me importó el olor de un hombre extraño emanando importuno de tu lecho. No hubo sabor amargo ni despecho por ser un sustituto. No hubo engaño. Fue un trato. “Me restañas, te restaño” Cuando tus remembranzas al acecho, frías, pusieron trémulo mi pecho, no indagué en tus capítulos de antaño. Decliné el privilegio algo dudoso de saber de tus héroes y villanos; si probaste ambrosías o venenos. Fue mejor, pues hoy sé que es doloroso ir por túneles guiado por las manos, hacia fastos estériles y ajenos. EL CINE Nos fuimos como aquella otra pareja que escogía las últimas butacas, para caricias, bromas y alharacas, que una linterna ociosa oteo perpleja. Fuimos un par, sin mácula de queja que enfrentaba sus épocas más flacas, con cintas truncas, atrozmente opacas. Pantalla roja. Oreja con oreja, tu mano protestaba entre las mías por una proyección mal enfocada, sorbiendo del refresco compartido. Funciones dulces pese a carestías, salvo un regreso al fin de la velada en que hallamos un robo en nuestro nido. SONETO Observo mis omóplatos de palo. el pelo seco y áspero, de paja; sé jugar solitario sin baraja: me abstraigo imaginando tener falo. Sobrellevo contrito un día malo,

mi cargo aburre, el cuerpo no trabaja, tiempo me sobra y eso es lo que me aja lo que oigo, toco, veo, pruebo, e inhalo. Dentro del saco un corazón trapiento para amar no ha tenido facultades sino a los giros dados por el viento. Crucificadas mis extremidades, de crepúsculos y albas soy atento entre muros de sol y tempestades. COSMOS Se transforma el espacio, un cuerpo estalla y un nuevo sol con séquito de esferas brota de una penumbra sin fronteras tras vasto cataclismo que avasalla. La humana comprensión intenta y falla al repartir el curso de las eras, o al trazar las galácticas praderas donde el embrión de nuestro mundo se halla. Nómadas polvo sobre un negro lienzo sugieren un designio y un comienzo, una fugaz presencia y diminuta. En órbita al fulgor de un débil astro, así va nuestra especie y nuestro rastro recorriendo al azar ninguna ruta. YAGUE, JAVIER España. 1.963 Poeta. A UNA QUE AÑORA Pasan los años, los que no tenías lo tienes cuando ha muerto lo soñado. Se apaga indiferente tu pasado meciéndose en las olas de los días. Buscaste las audaces simetrías de un horizonte incógnito y sagrado, y aunque cruzaste el Rubicón a nado nunca supiste a qué legión vencías.

Pasan los años, todavía bella transitas las aceras, los espejos, con parecidos pasos vacilantes. Pero quisieras, contemplando a aquella que adivinaba fuegos a lo lejos, volver a ser la misma que era antes. YANGUAS, AURELIO España. S iglo XIX - XX Poeta. LA TORRENTINA En medio de la huerta valenciana plugo a Dios demostrarnos su grandeza reuniendo los tesoros de belleza diseminados en la raza humana. Tomó de la adorable circasiana el caudal de hermosura y gentileza; de la amante odalisca, la fiereza, y la heroica virtud de la cristiana. Tras un estudio rápido y profundo, fusionó con su gracia peregrina las que supo reunir en un segundo, y, por augusta voluntad divina, el más lindo ejemplar brilló en el mundo de arrogante mujer: la torrentina. LA COMEDIA HUMANA De tal modo en la vida el arte impera, que con éxito enorme, y a diario, del mundo en el magnífico escenario hace de histrión la humanidad entera. Finge, miente, disfraza o exagera cada cual su sentir, que es necesario ocultar las ruindades del armario con el velo traidor de la quimera. Y como nadie de inquirir se cura si con honra llegaron a la altura los primeros actores de la farsa,

subir, por cualquier senda, es lo importante, llegar hasta la cúspide triunfante, ser actor distinguido, no comparsa. ¡PAZ! Conmueve los cimientos de la tierra el seco retumbar de los cañones, al grito de fortísimas naciones, que, ronco dice en su delirio: ¡Guerra! Tan bárbaro rencor la lucha encierra; tan grande fueron ya sus proporciones; tan duros los quebrantos y emociones, que al alma hiere y al cerebro aterra. ¡Piedad, Señor! ¡Magnánimo, perdona el grave delinquir de los humanos! ¡Su insólita ceguera les abona! ¡Perdónalos, Señor, son mis hermanos! ¡Tú que ciñes del mártir la corona, el ramo de la paz pon en sus manos! ¡NO IMPORTA! Tristezas y dolor, desde la cuna, acosan a los hombres con tal saña, que siempre, del palacio a la cabaña, buscar uno feliz fue gran tontuna. Sonrisas de la estúpida fortuna en muchas ocasiones los engaña; mas luego que comprueban la patraña no encuentran bienestar en parte alguna. Las dichas del placer son un instante, y el golpe del dolor tan espantoso, tan duro, tan tenaz y tan constante, que pasta de titán o de coloso el hombre ha de tener. Pero, no obstante, la vida es bella; el mundo, muy hermoso. LA CAUSA DEL TALENTO ¡El talento! La causa no concibo de sus siempre pasmosas producciones. ¿Es el alma? ¿Serán las vibraciones que agitan la materia su motivo?

¿Qué agente singular mueve al que, altivo, luce su ingenio y elevados dones? Ya me doy del fenómeno razones, y tal como las siento las escribo. Fuentes de inspiración, de ciencia focos, son escasos los hombres que yo cuento; son necios, pues, los más; los sabios, pocos. Luego deben su fama de talento, esos hombres que el vulgo llama locos, a una excentricidad del pensamiento. EL BESO DE JUDAS Besa la madre al querubín dormido, alma y vida vertiendo por su boca, y aunque, ardiente, le estruja y le sofoca, no le arranca un reproche ni un gemido. Las tiernas avecillas, en el nido, también se besan con ternura loca, y todo cuanto el beso de amor toca queda santificado y bendecido. Mas, ¡ay!, que en el destierro de la vida, donde crimen y dolo son azote, no siempre con el ósculo va unida la savia de bondad, de amor el brote. ¡Cuántos siguen las huellas del deicida! ¡Cuántos besan lo mismo que Iscariote! DULCINEA DEL TOBOSO No importa que carezca su semblante del mágico primor de la hermosura, ni que falte esbeltez a su cintura, ni que sea endiablado su talante. Que toda su rudeza no es bastante a deshacer la estúpida locura con que admira Quijada su figura, que juzga de belleza deslumbrante. Siempre en amores sucedió lo mismo; yo nunca, para mar, encontré feas; se vuela tanto en alas del lirismo

por el mundo inmortal de las ideas, que, en virtud de quimérico espejismo, son siempre las que amamos Dulcineas. DON QUIJOTE Del sublime ideal enamorado, constante adepto, paladín ferviente, si, púdico, en amor fue consecuente en nobles aventuras, esforzado. Con los grandes, correcto, delicado; con los chicos, magnífico, indulgente; tan sabio en el hablar, como prudente; tan católico viejo, como honrado. Así aparece la inmortal figura del hidalgo manchego de Cervantes, cuyos hechos motejan de locura los que no los admiran por gigantes; y no falta algún sandio que asegura que así los españoles fueron antes. SANCHO PANZA Ignorante, ladino, marrullero, hablador sin discurso ni templanza, prosélito ferviente de la holganza, egoísta. cobarde y embustero. Ridículo, soez y majadero, ayuno de instrucción y de crianza, sin más bello ideal que la pitanza, sin otro concebir que lo rastrero. Este fue Sancho; pozo de simpleza, repugnante plantel de villanías, semillero fecundo de torpezas, rémora de sublimes hidalguías; compendio de ese ambiente de bajezas que respira la España de estos días. LA RECOLECCION Seguro de ser bien recompensado, con los cuatro elementos siempre en guerra, lo mismo en la llanura que en la sierra, vive dichoso el labrador honrado.

Y en el surco que abrió con el arado en la dura epidermis de la tierra, vuelca el tesoro que el granero encierra, en la pingüe cosecha confiado. Bien hace el labrador que sólo fía del nativo terruño en las bondades. ¡Ay del que espera cosechar un día del mundo en el vergel de falsedades! Como siembre cariños e hidalguía, cogerá ingratitud y liviandades. HEROES ANONIMOS No siempre la vesánica Fortuna dio claro ejemplo de equidad notoria; no siempre las mercedes ni la gloria las supo repartir una por una. Contada ocasión fue, si es que hubo alguna, la que dio con acierto la victoria; contada, la que un hueco hizo en la Historia al héroe que ni pide ni importuna. Ante esos, por la Diosa preferidos, candidatos a mártir o suicida, postrémonos de hinojos, conmovidos, proclamando su fama merecida, que son héroes anónimos, vencidos en la lucha espantosa de la vida. A... No temas mis desdenes, amor mío; no dudes al pensar en lo futuro, que tienes mi cariño tan seguro como el éter un puesto en el vacío. No temas que cautive mi albedrío de un oculto querer el fuego impuro; antes que me maldigas por perjuro besarás con amor mi cuerpo frío. ¿Por qué te empeñas en amar sufriendo? ¿A qué me afliges con tus celos vanos, si lo sabes muy bien que no comprendo

el innoble mentir de los villanos, y te consta que soy firme queriendo e implacable en mis odios africanos? DE LA BO ETIE De tal suerte la cólera en mí ardía, que mi voz un bramido semejaba, y espantosa blasfemia meditaba mientras de ella y los dioses maldecía. El fuego que voraz me consumía su carta lo apagó; se disipaba leyéndola mi enojo; recobraba su dominio mi alma y se rehacía. Vosotros los que amáis, decidme ahora si no la debo amar. ¿Acaso ella no fue de aquel milagro genitora? ¡Qué influjo sobre mí, siendo tan bella, su cara no tendrá, si vencedora logró ser, de sus dedos con la huella! ¿LA CONOCES? Tiene pálido el rostro; la mirada inquieta, cómo férvido oleaje; cubre su cuerpo tétrico ropaje, y su sombra, el capaz de la emboscada. Con frases de cariño disfrazada, lo mismo miente al vil que al personaje; no le arredra la culpa ni el ultraje, con tal de su impotencia ver vengada. Sembrando por doquier dolo y perfidia, se cuela por resquicios y postigos, con el bien y el talento siempre en lidia. ¿La conoces tal vez? ¿Fueron testigos tus ojos de sus hechos? –Sí; es la envidia; es el mentor que tienen “mis amigos” YANGUAS ALCAYDE, AUGUSTO España. S iglo XIX Poeta.

CERCA Y LEJOS Cuando el viento los árboles desnuda arrastrando las hojas por el suelo, aquellas que más juntas puso el cielo más las separa su inclemencia ruda. Calma después su cólera sañuda; y él, que cortó tan cariñoso anhelo, al ver las tristes hojas sin consuelo a unirse nuevamente las ayuda. Dios, pues, que vio nuestra desgracia impía; Dios, que nos vio luchar contra la suerte, Dios, que nuestra constancia desafía, con su muda elocuencia nos advierte que otra vez se han de unir tu alma y la mía, aunque sea a las puertas de la muerte. LA FELICIDAD Me arrulló como madre cariñosa; me acarició sencilla y complaciente; y hasta sentí en los rizos de mi frente sus labios hechos de jazmín y rosas. De mi existencia en la mañana hermosa aspiramos los dos el mismo ambiente, y ambos bebimos en la misma fuente de la inocencia el agua deleitosa. Mas una vez, en su amoroso exceso, corrió a mi cuna, la encontró vacía, lloró su amor perdido y su embeleso, y al sorprenderla, por desdicha mía, ya casi avergonzada, me dio un beso, y no la he vuelto a ver desde aquel día. YAÑEZ, RICARDO México. 1.948 Poeta. ECHO UN POCO DE SAL EN SU CORBATA... Echó un poco de sal en su corbata mas no se la comió cual pretendía

quizá le pareció que estaba fría aparte de que no era muy barata. Pintó en su corazón de hoja de lata una dulce canción que se sabía pero le reprocharon la alegría y se compró un chaleco color rata. Consideró que el sol era la luna y que la luna nada finalmente y se quedó mirando su presente como quien ve llover y no se moja como quien huevos fritos desayuna mientras la rosa suya se deshoja. YAÑEZ DE CABRERO, RAMIRO Logroño. España. S iglo XVII. Poeta hallado en Internet. A SU TIO FERNANDO ALVIA DE CASTRO Cayó Cantabria, mas cayó en un suelo tan fértil de valor, y de victorias, que al caer levantaron sus memorias para la eternidad más firme el duelo. Fénix cayó, mas Fénix sin recelo del tiempo, y sus edades transitorias a colmar renació de nuestras glorias el espacio más cóncavo del cielo. Hijos dio al mundo, émulos de Marte, hijos bien superiores al gran Numa en la guerra, y la paz milagros nuevos, y en vos sólo se ve, que así reparte el heroico valor, y docta pluma, que aventajan al tronco los renuevos. YARZA, PALMENES Venezuela. 1.916 Poeta hallada en Internet. DESNUDEZ

Raudo junco de aquella fe exaltada hoy te mezo en mis aires de elegía; hoy te prendo en la clámide sombría, de mi tarde más hoja y más expiada. Mi luna de tu rayo enamorada te esperó por las fuentes de mi día; más allá de mi arena y de mi umbría en su intacto cristal mi agua salvada. Y hoy no olvida sus velas en el viento mi cáliz extrañado del momento. Ya no inquieta lebrel la corza mía. Si no piso la tierra de mi aliento, si no empino la sangre en el lamento, hoy te alumbro en mis aires de alegría. YEPEZ TRUJILLO, RAFAEL Venezuela. Siglo XX Poeta. EL SONETO IDEAL Despacio. En silencio. De modo inaudible. Con timbre de cábala. Con paz de amuleto. Como si viniese de un mundo intangible, cultivo en el numen la luz de un soneto. Un soneto diáfano como lo imposible, encerrado como la voz de un secreto y que tenga músicas de fuente invisible como los olivos del Monte Oliveto. Un soneto múltiple como el pentagrama, como el árbol bíblico, que desde la rama ofrece vendimias de frutos y trinos. Un soneto cálido como las auroras; como la mar, lleno de estelas y proras, y como la tierra, sangrante en caminos. YEROBI, LEONIDAS N. Perú. S iglo XX. Poeta hallado en Internet.

RECONDITA Como un ir y venir de ola del mar, así quisiera ser en el querer; dejar a una mujer para volver; volver a otra mujer para empezar. Golondrina de amor en anidar, huir en cada otoño del placer y en cada primavera aparecer con nuevas tibia salas que brindar. Esta, aquella, la otra… Confundir de tantas dulces bocas del sabor y al terminar la ronda repetir. Y no saber jamás cual es mejor… y, siempre, olas de mar, ir a morir en , sabe Dios que playa de la mar. YHEDRA YHOMISMA España. S iglo XX. Poeta hallada en Internet. EPITAFIO Ya nunca será el aire, tal como era, liviana transparencia, perfumada dulzura para el pecho. Es despiadada ambición en la angustia de la espera. La luz sólo será la mensajera al alba de la pena renovada; la estación de la rosa deshojada para siempre será la primavera. No habrá aroma, color, risa, tibieza… Rindió mi corazón al desconsuelo el beso frío que os hirió en la frente. Vivir es engañar a la tristeza deseando creer que existe un cielo dónde juntos gozar eternamente. VELADURAS Ya no creo en un príncipe azul, ni tan siquiera en un conde de malva,

que te obligan a oír mirlos al alba encaramada en su nube de tul. No creo en un batir de mariposas amarillas; no creo en la oportuna y blanca triquiñuela de la Luna, ni creo en los paisajes siempre rosas. Si me ofreces amor, píntalo en gris matizado de luz, que hable elocuente sobre lo imperceptible: que es de anís tu voz cuando me nombras, que tu mano exorciza mis miedos, que clemente tu sonrisa hace eterno mi verano. YUBERO, RAMON DE Ciudad Real. 1.896 Estudia Medicina en Sevilla y Madrid y ejerció su profesión en su ciudad natal. NO CAMINES A TIENTAS No camines a tientas con las incertidumbres del que marcha entre sombras por ignoto paraje. Mira atento las cosas de fondo que vislumbres, y recoge las flores y desprecia el ramaje. No andes a ras del suelo, junto a las muchedumbres, ni a las cosas vulgares les rindas tu homenaje. Vuela como las águilas, mirando hacia las cumbres, o nada como el cisne, sin mancharte el plumaje. Tienen sentido oculto las cosas misteriosas; escudriña, analítico, la razón de las cosas, hundiendo tus pupilas dentro de cada abismo... Y sentirás la dicha, y encontrarás la calma, cuando notes que el eco del ánfora de tu alma resuena en la fecunda soledad de ti mismo. POETA, PULE EL CANTO... Poeta, pule el canto de tu rondel sonoro en el taller augusto de tu real fantasía, y haz que salte la frase como un chispazo de oro saturado de ensueños, de amor y de poesía.

Busca el secreto oculto que encierra lo aparente; funde todas las cosas en tu propio crisol. -No hay más aristocracia que la que da la frente; no hay pira más potente que la del propio sol_. Mago nauta que bogas por el mar de la vida con un sueño en la frente y en el pecho una herida, llevando a flor de labio tu divina canción. Yo sé que en tus románticas horas sentimentales florecen en tu pecho, sangrientas y espectrales, como ascuas encendidas, tus rosas de pasión. IGUAL QUE UN FRANCISCANO Igual que un franciscano cruzará por la vida, humildoso y silente, despreciando querellas, e irán sobre las gentes de frete oscurecida, tus manos generosas, desparramando estrellas. Tu andar será tan leve, que apenas dejes huellas; acogerás a todos y curarás su herida. Tendrás una sonrisa para las cosas bellas, amándolas, extático, con el alma encendida. Sembrarás, generoso, de ternuras tu senda; y cuando la estulticia general no comprenda el bien que derramaron tus pródigos desvelos, aún hiriéndote el alma de diferentes modos, no te ofendas por ello; perdónalos a todos... ¡Por ese Padre Nuestro que ama desde los cielos! YUGANO, ARTURO RICARDO Buenos Aires. Argentina. 1.953 Poeta hallado en Internet. SOLAMENTE ES AMOR Solamente es amor lo que yo tengo, amor puro, sereno y renovado; yo fui a la soledad y de allí vengo otra vez con mi amor transfigurado. Yo he visto florecer en la mañana el lirio azul y el alma de la rosa, y me he asombrado en la quietud lejana con la estrella que sueña, silenciosa.

Yo he bajado hasta el fondo de tus ojos, yo sé las mieles de tus labios rojos y comprendo la vida y su dolor. Por eso hoy vuelvo a deshojar mis rosas entre tus manso blancas, milagrosas, mientras enciendo en ti todo mi amor. SUEÑO DE AMOR Yo he soñado contigo en otro mundo, yo he vivido contigo en otra vida y el vuelo de tu alma estremecida lo he contemplado así, meditabundo. De dónde viene este fervor profundo, a dónde va mi adoración sentida, sino del fondo de tu misma vida y hacia las cumbres de tu propio mundo. Yo he esperado sin prisa tu llegada; con secreta esperanza te he buscado y ahora que mi sueño te ha encontrado un sueño me parece tu mirada. Ah, el misterio de hallarme en tu morada, con todo el corazón transfigurado. YUPANQUI, ATAHUALPA Argentina. Pergamino. 1.908 – Francia. 1.992 Cantautor. Poeta hallado en Internet. SONETO A DANIEL REGUERA Si una guitarra triste me dijera que no quiere morir entristecida, me pondría a rezar sobre su herida con tal de recobrar su primavera. Si un triste trovador hoy me pidiera un poquito de luz para su vida, toda la selva en fuego convertida para su corazón yo le ofreciera. Mas, de poco valió la proclamada pujanza de mi anhelo, si callada la muerte te llevó, Daniel Reguera.

Pasa tu zamba por la noche oscura, y el eco de tu voz en la llanura sigue buscando luz y primavera. ZABALA RUIZ, MANUEL Ecuador. 1.928 Poeta hallado en Internet. LA PARROQUIA La aldea es una gris fotografía tomada en un ataque de tristeza donde el buey, capellán de la dehesa, se come por los bordes la alcaldía... Todo sucumbe en la melancolía, y, un futurista can, de sobremesa, mira el buey de los pies a la cabeza como una colosal zapatería... Sobre el monte sumido en el embrujo la tarde pinta su cartel de lujo donde un gitano sol se va de viaje. Cruza una desolada golondrina; y, en la breve ilusión, de la neblina, se enrolla el gobelino del paisaje... ZACARIAS, ANTONIO Manila. Filipinas. Siglos XIX – XX. Poeta y Periodista. Hallado en Internet. ESPAÑA HEROICA La gloria de los grandes batallones, que a la tierra asombró con sus grandezas, resplandece de nuevo en las proezas africanas de sus ínclitos leones. Aún respiran los viejos corazones que arrullaron al mundo en sus ternezas, y ante quienes bajaron las cabezas el orgullo de cien Napoleones. Aquella intrepidez en el combate

aún existe y vigorosa late en el alma inmortal de su soldado. ¡La patria, vencedora de cien lides, abre de nuevo el libro del pasado, donde vagan las sombras de los Cides! ESPAÑA CATO LICA Esa nación grandiosa que, a porfía, conquista mandos con ardor valiente, también ensalza con fervor creyente, las sublimes grandezas de María. De fervorosa y mística alegría, se ilumina su rostro de repente, y se postra de hinojos, reverente, cuando pasa la virgen por su vida. Y es que en esa nación de maravilla, la lumbre de la fe constante brilla, y hasta en la sangre de sus venas late. ¡Por eso entre el fragor de la metralla, a sus hombres veréis en la batalla, que se persignan antes del combate! ESPAÑA LITERARIA Esa España ferviente y valerosa, que confunde la Cruz con la Bandera, también adora a la inmortal Quimera que forma su ilusión maravillosa. Y respira el perfume de la Rosa de su Poesía, la creación entera; la humanidad, estática venera las obras de esa patria esplendorosa. El Rosal de su ilusión florece, el mundo, con su triunfo, se estremece y el horizonte de su amor se ensancha; y vivirá su gloria eternamente, mientras haya ideas en la frente, mientras viva Quijote de la Mancha. ZACHRISSON, JULIO Panamá. Siglos XIX – XX.

Poeta hallado en Internet. MELANCOLIA DE UN FAUNO Se presiente un anhelo de senos angustiosos, de labios agitados por una fiebre loca, y de las fondas salen los sones amorosos del sistro de una virgen que a la caricia invoca. Recorre la espesura con pasos temblorosos un sátiro doliente: el vino lo sofoca; y entre las linfas claras, dos flancos armonioso disipan la tristeza que su mirada evoca. Deslízase la luna trepando por las lomas; y besa de los cerros que parecen palomas, los perfiles plateados cual fundidos en yeso; y el sátiro, caduco, se queda oyendo, mudo cómo la última nota de su instrumento rudo se apagó en el silencio como si fuera un beso. JAPONERIA Atravesó la estancia triste y quedo, de su kimono entre los pliegues rojos, fingiendo con sus pies el dulce enredo de lirios que anduvieran entre abrojos. El verde claro de un farol de Yedo besaba con su luz llena de antojos las negras cuentas que entornaba el miedo entre la roja ojiva de sus ojos. Pasó cerca de mí, pálida y sola; besé con ansias su coturno viola para quedar entre misterio y sombra, porque los pasos de sus pies traviesos se fueron apagando como besos sobre las flores grises de la alfombra. ZAID, GABRIEL Monterrey. Nuevo León. México 1.934 Escritor y Poeta. Miembro de la Real Academia de la Lengua Mexicana. Poeta hallado en Internet.

PISCINA Vengo al aire, del agua, más ligera, a reanudar la que se rememora. Saco el pecho en el tiempo. ¿Ves ahora los cuerpos de esta falsa primavera? ¡Qué pretensión de paraíso fuera equilibrar el aire de la aurora! Yo me vuelvo a los vientos de la hora a clavar mis silencios en la espera. No me des a la luz, madre, te pido, que aquí ni prisa ni temor me asalta y oigo el tiempo flotante y suspendido. Quiero la libertad, y la más alta libertad del silencio en el olvido ¡y es el aire del mundo el que me falta! ZALDIERNA, MIGUEL México. Siglo XVI. Poeta hallado en Internet. A MI AMIGO BERNARDO DE BALBUENA Espíritu gentil, luz de la tierra, sol, del Parnaso, lustre de su coro, no seas más avariento del tesoro que ese gallardo entendimiento encierra. Ya Erifile fue a España, desencierra de ese tu Potosí de venas de oro al valiente Bernardo y con sonoro verso el valor de su española guerra. Ni te quedes con sólo esa Grandeza, danos tu universal cosmografía, de antigüedades y primores llena; el divino Cristiados, la alteza de Laura, el arte nuevo de Poesía: y sepa el mundo ya quien es Balbuena. ZALDIVAR, IGNACIO Santander. 1.873 – 1.921

Poeta y Periodista. SAMARITANA Libre soy; mas dichoso cambiaría esta mi libertad por tus cadenas... ¡Oh, de tus manos dulces y morenas la adorable y eterna tiranía! Si yo tu esclavo fuese, te daría todas mis horas, de tu imagen llenas, toda la ardiente sangre de mis venas... y si pidiese más... más todavía... Samaritana: el agua que yo quiero entre las rosas de tus labios mana, y es Dios el que te puso en mi sendero... Ayer te amé; hoy te adoro; y si mañana ves que, sediento de tu amor, me muero, ¿me darás de beber, Samaritana? ZALDUMBIDE GANGOTENA, JULIO Quito. Ecuador. 1.833 – 1.881 Poeta hallado en Internet. EN TEMPESTAD SIN TREGUA DE BONANZA En tempestad sin tregua de bonanza sufrir, llorar, de amor la pena dura, sin ver para más grande desventura ni en tu esquivez ni en mi dolor mudanza. Fingir acaso en bella lontananza dichoso porvenir a mi tristura; ver luego disiparse su luz pura, y, cual siempre, quedar sin esperanza. Aqueste es mi destino, Delia impía. Mas, tú contemplas con desdén mi llanto... ¡Ay! S i has de ser de piedra a la agonía del pobre corazón que te ama tanto, ¿de qué me ha de servir esta traidora llama que en él prendiste y le devora? EL LLANTO

Cuando yo considero que en la vida no he cogido de amor ninguna rosa; cuando no miro en duda tenebrosa surgir lejana una ilusión querida; cuando de hiel colmada la medida de mi dolor el cálice rebosa; cuando el alma en su lucha tormentosa se postra al fin sin fuerzas abatida, la frente inclino; en abundante vena desátase mi llanto, y baña el suelo, y mi alma poco a poco se serena: De la tormenta así el nubloso velo, revuelto en confusión, se rompe, truena, desciende en lluvia, y resplandece el cielo. A LAS FLORES Prole gentil del céfiro y la aurora, nacida con el don de la belleza; gracias con que la gran naturaleza ríe, y su augusta majestad decora. La luz del sol, que el universo dora, no tanto de su frente en la grandeza, cuanto en vosotras linda se adereza, y con matiz más gayo se colora. En el campo del éter las estrellas son flores celestiales, y en el suelo vosotras sois estrellas de colores. Tan puras sois, en fin, al par que bellas, que pienso que del mundo el claro cielo no tiene cosas más... que almas y flores. YO VI ESA TRISTE NUBE… Yo vi esa triste nube el firmamento apacible cruzar en claro día, brillante de arrebol y de alegría cual de mi dicha el rápido momento. En medio del celeste pavimento que en purísima luz resplandecía, en las auras del cielo se mecía, como en sueño de amor el pensamiento.

Mas, ay, que huyó su brillo y hermosura al estallar el trueno en la alta cumbre, y ahora lo mismo en tempestad oscura, en centellas arder de roja lumbre: imagen triste de mi cruel Señora, ¡antes tan dulce, y tan airada ahora! PRIMER CENTENARIO DE SIMON BOLIVAR AMERICA Y BO LIVAR Himnos no canta América este día a un crudo engendro de la horrenda guerra, en quien no tiene qué admirar la tierra, sino la ira de Dios, que se lo envía. Sea en buena hora pasmo y ufanía de un mundo siervo aquel que al orbe aterra con su ambición, hasta que el Cielo atierra en él de otro Luzbel la alta osadía. Que la América libre es templo inmenso que sólo al alma Libertad endiosa, purgada el ara de servil incienso. Hoy de la ardiente llama esplendorosa perfume eleva, de loores denso, al mayor hijo de la altiva Diosa. LA TUMBA DE BOLIVAR De lauros coronadas y de olivas, de una tumba al redor cinco matronas cubren el frío mármol de coronas, y en la urna vierten lágrimas votivas. Y tú, Iris de paz, arrancas vivas de esa tumba tus gayas siete zonas; te encumbras, y salvando el Amazonas, en el remoto Potosí restribas. Sellada por cien años enmudece la tumba; pero el aire centellea, y con clamor de trompas se estremece. Huele sangre el Cóndor y el suelo otea; mas sobre el sol el Héroe resplandece y mirando la pompa se recrea.

AMERICA Y ESPAÑA Bolívar, tú en que mil gloriosas lides romper supiste del león de España la ira y poder, con más ilustre hazaña que hizo en el león Nemeo Alcides; hoy que sereno con tus pasos mides el prado Elisio; que, la horrible saña depuesta, habitas en feliz campaña con las iberas almas de los Cides; mira aquí las naciones que formaste con España gozar la paz sagrada, que tú allá con sus hijos asentaste: que esa materna y filial lazada que las une, romper tú no intentaste, y estado habría a prueba de tu espada. ZAMBRANA, RAMON Cuba. Siglo XIX A CUBA ¿Qué me importan grandezas y primores que de Europa me cuentan a millares, cuando a la sombra estoy de tus palmares respirando el ambiente de tus flores? ¿Forman del Sena y Tíber los rumores ese grato murmullo de Almendares? ¿Del sinsonte los índicos cantares imitan sus preciados ruiseñores? Si eterno luto y horroroso duelo en vez de dulce y perdurable calma me brindases no mas ¡oh Cuba mía! Fiel lo protesta mi ardoroso anhelo, a cada pena que sintiera el alma un suspiro de amor respondería. LA PALMA Esbelta, sin rival, de estirpe indiana, mece rico penacho la palmera para que altiva ostente la pradera

lujo en la tarde, pompa en la mañana. pero en la enhiesta cumbre soberana saluda el sol brillante la primera; y con el oro de la luz postrera sus primorosas pencas engalana. De la virgen beldad enseña pura, símbolo bello y santo del martirio; emblema inmarcesible de victoria. El alma se enajena en su hermosura y amor y fe y honor en su delirio en ceñirla inmortal cifran su gloria. ZAMBRANO, ESPERANZA Argentina. Siglo XX Poeta encontrada en Internet. SONETO ¿En dónde estás, amor, hondo de ausencia? Amor, como tan mío, desperado, que viven tan en mí, siempre callado, por no decir a gritos tu evidencia. No pudiendo hacer fe de permanencia, que ante le mundo juzgárase pecado, te guardas silencioso y obstinado, pecador en ayuno y abstinencia. Y aunque negar pretenda tu existencia, por el buen parecer, si de mal grado, aquí te estás, amor, hondeo de ausencia, en un rincón del alma agazapado, conjugando tu propia desinencia y culpable de culpa sin pecado. SONETO Discreto amor, por fuera tan negado, y tan íntimamente consentido; tanto más absoluto y más querido, cuanto más te aparentas ignorado. Si en clausura te tienen confinado y a extremo de rigores sometido,

es porque a quien tú buscas preferido, te prefiere invisible y reservado. Mas si en presencia vas desconocido y no te puedes dar por presentado, quédate donde estás, inadvertido, porque a fuerza de estar enamorado, serás, discreto amor, reconocido, y más querido, cuanto más negado. SONETO Te quiero tanto, amor, que en el quererte más allá de contacto y recompensa, hallo tan puro goce, que compensa con su bien todo el mal de no tenerte. Y queriéndote así, soy de tal suerte dichosa en el sentir, que si se piensa, no he menester ayuda en esta intensa virtud de amar, tan próvida y tan fuerte. Mas por no ser virtud oficio inerte sino poder de plenitud, propensa a toda perfección, al cabo advierte que este amor que en sí mismo se condensa, busca el don absoluto de tenerte, mejor por sí, que en pago o recompensa. ZAMBRANO, RAFAEL España. Sevilla. 1.942 Poeta hallado en Internet. HOJAS Hojas que se desprenden lentamente, del otoño marchitas, grana y oro; tarde sentimental en la que añoro tu figura gentil y diligente. Eres mi pensamiento permanente; mi auténtica vedad, a la que adoro, mi musa fiel; mi más bello tesoro, la inspiración divina de mi mente. Mas hoy, cuando la tarde desolada

se viste toda de melancolía, exento estoy de aquellas sensaciones, porque sin ti ya soy menos que nada, amada musa, la del alma mía, y los versos me salen a empujones. ME ENTREGO Me entrego delirando entre tus brazos, ninfa de amor sublime y mi bandera, rosa de la pasión más verdadera, para romper la represión sin lazos. Conjugo las caricias, los abrazos y los besos también, a mi manera, y me enredo en tu negra cabellera, ya roto el corazón en mil pedazos. Porque el amor pasión reclama un tanto; factura, confesión y penitencia, por cuanto nunca sale regalado. Ciego Cupido y flecha de quebranto, al límite fatal de la conciencia, pones al indefenso enamorado. SENSUALIDAD Dos cabritos tus senos rematados por diminutos frutos de corinto y esas tus curvas son un laberinto de rosas y azucenas adornados. Tu rostro angelical; labios rosados de belleza cabal… Y es tan bonito el bronce de tu piel y tu palmito, para cumplir mis sueños más deseados. Que ya al fin, apostando al duro naipe, en mi jugada suave y delicada, me has dejado en el alma remarcada un sabor tropical, dulce y ameno, de amor y dicha nunca imaginada, en un juego de amor casto y sereno. ABREME Abreme amor, la puerta de tu vida.

Déjame amar la rosa de tu boca y ese cuerpo de seda que disloca; curvaturas de ola embravecida. Tempestad de mi mente enloquecida; juego de azar en el que solo toca a mi alma perder, y así se troca inclemente mi suerte en una herida, que solamente tú, ¡amada mía!, conseguirías curar, si lo quisieras, la pura flor de mi melancolía y la nostalgia de otras primaveras, si en el amanecer de un nuevo día, de tu boca la flor, tú me ofrecías. LA ROMANTICA LUZ La romántica luz de tu mirada ha vestido de azul el infinito. De ese azul celestial que es tan bonito y a mi alma la tiene hechizada. Tú eres rosa sutil y perfumada; estilizada flor; mi bien bendito. Dame todo tu amor, lo necesito, en un sueño febril de madrugada. Tormento de mi amor, mujer modelo, quiero tu corazón; rosa y espina, pedacito de mar y otro de cielo, que por besar tu planta ya se inclina, y acariciar tu piel de terciopelo, este a quien tu belleza le domina. OH, TU MI AMOR Oh, tú mi amor, desconocida y bella, sublimada ilusión del pensamiento, perfume de la rosa sobre el viento y lejano fulgor de alguna estrella. Oh, tú mi amor, el de intangible huella, de la miseria terrenal exento, que construyes mi lira con tu acento en la fugacidad de una centella. Abreme al fin tus pétalos sutiles,

musa de los románticos pensiles encarnada en el cáliz de una rosa, y déjame libar libre y sereno tu néctar, tu sabor tan dulce y bueno para mi amarga vida dolorosa. DUERME Duerme noche sin luna y sin estrellas en el oscuro mármol yerto y frío; rompe mi soledad, cariño mío, antes que me descuajen las centellas. Cúbreme con las rosas, las más bellas, bajo los juncos del soñado río; mi cuerpo será tuyo, el tuyo mío. las rosas de tu cuerpo. Serán ellas el consuelo de amor y el bien que espero, y en un alba de dulce primavera se acabará mi triste pesadilla y mi verdad tendrás en bandolera, y a la vera del río, por la orilla, en besos te daré la vida entera. EL PO ETA ESCRIBE A SU AMOR Este soneto amor, que yo te envío con guirnaldas de flores adornado, es un beso de amor apasionado que cruza el viento y el dorado río. en él va impreso el gran cariño mío y este mi corazón atormentado, que la distancia no ha menoscabado ni su fuego ha trocado por el frío. Recíbelo en paloma mensajera de imaginado vuelo, blanca y pura, y besa de la nieve su plumaje, que yo estaré soñando en primavera tus labios de amapola y la locura de tu cuerpo, juncal remodelaje. DESGRANAME Desgráname en las notas preferidas

del instrumento puro y musical, para romper el gélido cristal de dos almas al par estremecidas, que en sus cadencias rotas y lucidas, el corazón las sienta en su cabal y armoniosas redondas de coral, del traslúcido templo agradecidas; templo del corazón y el sentimiento, enigma de ataduras sublimadas, caricias de melódicas dulzura y voces trasportadas por el viento, de dos bocas al par enamoradas del beso en flor; la cálida mixtura. POR TU BELLEZA Por tu belleza muero cada instante, lleno de amor espléndido en mi sueño, con el anhelo de ser un día tu dueño y tu esclavo más fiel y más constante. De tus ojos el brillo de diamante y el cariz de tu rostro tan risueño, en la ilusoria noche yo me empeño que se haga realidad mi alucinante y convulsiva sed de tus caricias y los besos de aromas tropicales de tus labios de rosa, manantiales de agua fresca y de miel para mi boca ávida del cariño que disloca, para mis ansias más descomunales. ILUMINA MI AMOR Ilumina mi amor, mi senda oscura y acaríciame en sueños todo entero, que yo seré por ti el más bandolero robador de la flor más bella y pura. Razonaré ya inmerso en la locura de tu cariño al fin, firme y sincero; traspasarán las voces como acero, mi lírica ilusión y la hermosura de ese amor que nacido tan furtivo,

perseguido de enjambres avisperos, para libar la flor que yo cultivo; polvo de luna, estrellas y luceros. Más que morir por ti, yo me desvivo, y al beso decimal doy diez enteros. LA FLOR AJADA De la inmensa derrota de mi vida sólo queda una flor triste y ajada; sueño de juventud enajenada, de aquella primavera tan florida. Un solo amor, tan sólo fue mi vida, por el que fue la misma destrozada. Fuego y pasión de amor, rosa y espada, sin curación dejó perenne herida. Mas hoy en que mi estrella se declina hacia el ocaso de la dulce suerte, porque no ha de sentir la aguda espina, déjeme que no deje de quererte. Yo sé que estás ahí, ¡Diosa divina!, esperándome en brazos de la muerte. LA NOCHE La noche de mi cuento se ha dormido al amparo de un Dios dulce y sereno, y el delirio de amor será más bueno, hallando un corazón estremecido. Recobraré yo al fin lo que he perdido y otra ilusión vendrá; será un estreno, aromada de trigo y de centeno y fragancias de flor para el sentido. ¡Oh, amor, amor, siempre imposible! Traicionero, leal, falso, sincero, locura de pasión desmesurada y alba cuya belleza es indecible, cual rosa de belleza inigualada que se deshojará por un te quiero. SON PARA TI Son para ti, desconocida y bella,

cibernética flor; pura simiente del verso, seguidora permanente y amante de la rosa y de la estrella. Juega al azar la blanca luna bella un misterio de amor grandilocuente, que derrama la dicha en un torrente de suspiros d amor, en que destella brillantísima luz, cual de diamante, enloqueciendo así más de un lucero; rosa de fuego, eterna y delirante, ansiando d escuchar aquel “te quiero” pronunciado del labio de tu amante, medio muerto de amor, del más sincero. NO SE QUE HACER No sé que hacer con esta pobre suerte que me tocó en la rifa de la vida; mi derrota es cruel, mi fe perdida y el castigo más duro fue quererte. Fue quererte de veras, sin quererte; quimera de pasión y alma transida, terciopelo tu carne estremecida; delirio de mi amor hasta la muerte. Mil veces te soñé, alma gemela, perfecta, bullanguera, todo gracia. Verbenera tu calle, y cantinela que apocaba mi extraña idiosincrasia con su aroma de azúcar y canela, envuelta en mi fracaso y tu falacia. VUELO A LAS ESTRELLAS Tarde primaveral, dicha sin fin, en el pensil más bello y más florido. El beso en flor hallóme estremecido, de tus labios de rosa y de jazmín. Y protegidos del Santo Valentín, un solo corazón doble en latido, de rosas el camino más querido, haremos los dos juntos hasta el fin. Dóciles almas hacia su destino.

De arreboladas dichas el camino, serán sus ilusiones las más bellas, hasta morir de amor sin ser cobarde, y al trucarse la noche por la tarde volaremos los dos a las estrellas. BAJO LA RAMA Bajo la rama en flor del lilio hermoso, busqué el arrimo de tu sombra sola; monumento de piel y de amapola, con ansia serpentil. Y el ruboroso Acento femenil, tan candoroso, era como una rosa sin corola; suavidad de tu rostro, caracola, remanso de ternura delicioso. Mi ansia se perdió por tus cendales entre las transparencias que impelían caricias de ternuras desiguales. Cayó la tarde sobre los ramales, y los rayos de Febo parecían regalados de glorias celestiales. SUEÑO Subir en una nube en frágil vuelo, desligando materia liberada, sintiendo ya la última escalada, sin posible regreso para el suelo. Alma desconsolada, sin consuelo, perdida en sueño de la madrugada, esclava ya por siempre enamorada de la belleza intacta de tu pelo y de tu altivo cuerpo de palmera, derroche de amapola y azucena, envuelto en tules, transparencia clara, y esa tu boca roja, tempranera rosa, para el remedio de mi pena, en la inmensa belleza de tu cara. HABLAME Háblame musa de lo que deseo

y enséñame a querer la rosa pura. Déjame que me pierda en la locura de mis sueños en brazos de Morfeo. No tengo nada más, por eso creo; quiero creer que existe otra cordura y otra paz interior menos oscura que la que hoy se halla en apogeo, hoy de mi alma toda apoderada, en caprichos de amor desventurado, tejiendo la imposible coordenada al corazón por siempre enamorado, que sueña con el cuerpo de su amada y aquel beso de un dulce arrebolado. LA FIESTA De sombra y sol, la muerte coronada de amapolas y azules banderillas; el diestro la ejecuta de rodillas, al toque de clarín, larga cambiada. Grana y oro, la capa abanderada, remolino fugaz de maravillas; picadora la jaca y campanillas; cambio de tercio, aplausos en bandada. Y ya finalizando la faena, luciendo fino talle en gaonera, con temple, señorío y arte serena, estocada le da, firme y certera; de sangre roja como la azucena, brota un raudal, de la indomable fiera. SONETO DIFICIL Romance, luna, pasión y gardenia, hechicera, fulgor y enamorada, agua, frío, fuente, lluvia, helada, metáfora la flor con que se ingenia otro verso que va con cuadrigenia, la estrofa, más que escrita dibujada, margarita de amor, ya deshojada, musa del corazón en primigenia. Brotan de amor claveles encendidos,

besos que baten en el aire inerte, caballos de pasión enfurecidos y las dalias más blancas se hacen fuerte, con suspiros de amor, entre gemidos, juegan a la ruleta de la muerte. HOY HE VUELTO Hoy he vuelto a la calle de mi infancia, porque el destino a ella me ha llevado y le he visto dichoso y deslumbrado, al revivirla en aquella ignorancia. Cuánta paz y quietud, y qué bonanza, qué sorpresa, de haberme yo encontrado aquellas coordenadas de un pasado bullanguero, de aromas y esperanza. Su retrato en mi alma está prendido en tintes de inocentes travesuras e infantiles verdades sosegadas que no quedaron nunca en el olvido. Mas hoy, en un otoño de tristuras, me retorna la vida, renovadas. ALMA DIFUSA El alma está difusa e inconcreta, buscando su verdad apasionada y al fuego del amor, aventurada se lanzará, intrépida y poeta. Y se hallará en la dicha más completa, en alas del amor, ya liberada; desinhibida al fin, y otra alborada bella y hermosa como una violeta, se encontrará en su vuelo peregrino, de esperanza y amor estremecida, hacia la dicha del amor de veras, donde tiene marcado su destino, y cual efecto de embriaguez de un vino, se reverdecerán sus primaveras. VOY A QUERETE, AMOR Voy a querer amor, toda la vida;

voy a luchar por ti como una fiera. Seré aire ondeando mi bandera y rumor de azucena dolorida. Rescataré la flor que está prendida en medio del zarzal de una quimera, y así le robaré a la primavera la eternidad, el beso y la partida de querer a quien quiero, eternamente; rimadora la flor, métrica y rima, conjunto de metáfora y de fuente y agua para mi sed más cristalina, para besar el pétalo caliente de tu boca de flor ¡dulce y divina! NO ME ARREPIENTO No me arrepiento, amor, de haber nacido. No me arrepiento, amor, de haber llorado, ni del haber estado enamorado, ni el inmenso dolor haber sufrido. No me arrepiento haber enloquecido. Sí me arrepiento, amor, de haber pecado y de haberte querido demasiado, sin que mi amor fuera correspondido. No me arrepiento al fin, porque la vida es sin duda, de lágrimas un valle, pero la fe y el bien te da consuelo, y aún con todo, será amada y querida. Si haces el bien, al fin ya de esta calle, será tu premio el dorado cielo. NO ME DEJES No me dejes amor, aquí partida, que tu partida el alma me destroza. ¿Te vas de mí, mi flor más deseada? medicina no habrá para mi herida. Vendrá la primavera, ya vestida del más bello color engalanada; blanca, rosa, violeta y azulada, sus pétalos la flor, hacia la vida se abrirán con romántica hermosura,

al beso de la luz de un sol divino, que les da su energía pura y caliente, y yo estaré viviendo en la amargura; la mala estrella de mi triste sino, penando por tu amor eternamente. QUIERO Quiero igualar mi lira con tu acento. Quiero juntar mi aliento con tu boca. Quiero beber en esa risa loca el cáliz de tu amor, que es mi alimento. Quiero tener el corazón contento, por el que el verso fluye y se desboca; quiero escuchar la música que toca la ilusión de tu alma y pensamiento. Y cabalgar sobre sus lindas notas; preludio de un amor bajo la brisa del cerezo florido y tempranero, en vuelo de sublimes gaviotas y posarme en tu cálida sonrisa, para decirte amor, ¡cuánto te quiero! SOÑO Soñó ser primavera y viento alado, y acariciar la seda de las flores, cantar amor como los ruiseñores y ser en todo bienaventurado. Soñó que el mundo no estaba estrenado en un atardecer con sus colores y brindarle a una ninfa sus amores, en la dicha de un sueño deseado. Soñó ser un poeta en los jardines suspendido del estro entre la brisa, regando excelsa flor de fantasía. Con ángeles soñó, con serafines, mas se apagó de pronto su sonrisa. En sus sueños, Luzbel, también reía. UTOPIA Blonda es tu cabellera que desata,

mata de negra luna vespertina; dulce boca de flor, roja escarlata, en tu rostro de nívea clavellina. Tu cincelado cuerpo de amapola, aromas de azahar del limonero, finge en curvado mar, rompiente ola, una brisa en el aire lisonjero. Y tus ojos con brillo diamantino, imposible aventura y utopía, cuando en abril, la sangre se me altera. Es clímax cenital, casi divino, que cabalga en excelsa melodía, soñando que es eterna primavera. LA ROSA Sonríe con mirada soñadora, se inclina con cadencia cortesana vertiendo su fragancia redentora en el aire inmortal de la mañana. Un colibrí suspenso en su corola. De su pecho carmín, nostalgia mana, un terciopelo tacto de amapola, y el trino que en la brisa se engalana. Y la rosa se mira en los cristales del agua que refleja; enamorada de un heliotropo está, sin remisión, y un rocío de amores naturales, prende sobre ella lágrimas de amada que penetran también un corazón. SONETO Bebiéndome el aroma retrechero de tu paso juncal y clavellina, me sorprendió la brisa vespertina con un sabor de tango arrabalero. Y cabalgué en las notas de un te quiero en idilio fugaz de aquella esquina, en el libre albedrío, tras la cortina jugamos con el fuego bandolero. Y se encendió la noche aventurera

del arrabal del vicio, casi inerte, donde nunca entró un sol de primavera ni la estrella luciente de la suerte. Quise ponerme el mundo por montera y fue el amor principio de la muerte. LA FUERZA DE LA FE Cuando invadirte quiere alguna duda, y en la penumbra pueda hundirte, insana, esgrime la humildad Samaritana, verás que pronto en claridad se muda. Cuando tan presta y luminaria acuda, con esa Fe que de tu pecho mana, Tú la estrella serás de la mañana, la que de toda oscuridad te escuda. En el astro, crisol de brillo, auguro; Divina creación, gloria y anhelo, hará tu porvenir excelso y puro. Azucena serás del claro cielo, sin mácula tu piel, sin un conjuro, belleza en suavidad de terciopelo. QUIERO Ser quiero sagitario, saeta, dardo, terciopelo en tu brisa de ventura, en las cuerdas del arpa, nota oscura, el rocío del alba sobre el nardo. En las ondas del río un solo bardo, un Pegaso en la esfera, rasgadura del aire que me lleve a tu locura. Y a Ti, rosa, amor, aún siendo cardo. Un digno timbre en altos miradores, sobre un mar de turquesa, plata fina, un trino de tempranos ruiseñores. El néctar de aquel beso que no fina. Pero yo soy amor, pena, dolores, y no podré escalar tu alta cima. ¡OH! ¡Oh, mi vida transida y retrasada!

¡Oh, verano fugaz y abril luciente! ¿En qué mar de tristeza impenitente dejas mi alma desnuda y desolada? Se me rompió la luz de una alborada, alegre como música de fuente, y un cristalino arroyo diligente que hacia la mar se convirtió en cascada. Y mi luna de ayer tan zalamera que me puso moreno de claveles, reflejo de tu cuerpo Venusiano. Hoy se oculta en un cielo de barreras, hay ausencia de aquellos cascabeles. Y han crecido jazmines en la mano. SONETO El amor cuando es puro complementa esa lucha entre cuerpo y alma pura, batalla que conduce a la locura, en su visión difusa y desatenta. El pecado de amor no es una afrenta, que es una falta leve que se cura, una simple oración desconfigura y elimina sin darse apenas cuenta ese posible error de las pasi0nes del cuerpo que es amor, naturaleza, donde latente vibra toda vida. El mundo es de color y de ilusiones, no es preciso quebrarse la cabeza, ni a la conciencia hacer mala partida. ESPERAR UN SUEÑO Cuando el otoño gris haya venido vestido con sus galas de oro y grana, habrá un tañer de gloria de campana, latirá un corazón estremecido. Será el sueño esperado, amanecido, que en la postrera rosa se engalana, la más roja y sutil, la más lozana, emblema de ese amor atardecido. Me entregaré en tus brazos compañera,

con esa fe de niño y sin malicia. Si llegaras por fin a mi ribera envuelta entre la niebla que acaricia, de ternura sin fin, tan verdadera… que me baje del cielo y en primicia. SONETO Jugar la última baza de mi vida a sabiendas que malas cartas llevo es ponerme a la altura del suicida y el abismo decir que yo me bebo. Sin paraca en el lomo y sin medida perderé la partida, mas conllevo el control que me indica la salida de ese antro infernal, pues nada debo. Y en reflexión tomarme la bajada del caracol que lleve a mi destino acompañado de mi buena nada. Sin cometer el torpe desatino para llegar ileso a la portada del edificio llano y genuino. ME CONFORTA SOÑAR El soñar me conforta y es ventura de esta mi triste y solitaria vida, y Morfeo cada noche me convida a beber esa copa siempre oscura del vino malvasía y la locura con una ardiente ansia desmedida, aunque al final yo pierdo la partida porque males de amor no tienen cura. Y cuando canta el ave frisadora y molido de sueños me incorporo maldigo hasta la sombra de mi suerte… Y los primeros rayos de la aurora me dicen: ¡eeeh, que ya llego la hora. Desgraciado serás hasta la muerte. LA FRUTA PROHIBIDA Te sueño soñadora de las flores,

corazón de carmín en sal y arena, entreabierta la puerta de mi pena deprisa por oscuros corredores. Mis caprichos difusos celadores, estrellas visionarias; mi alma llena, desnudez impecable de azucena en robines y osados miradores. De pronto un querubín de maravillas en un vergel de fruta prohibida y el deseo de una noche plateada… A tientas, con sigilo y de puntillas, la ilusión se quedó desvanecida, el sueño se acabó y no hubo nada. ¿HECHIZAME? Hechízame en la dulce melodía que arranca al corazón el puro arpegio, con notas de eternal melancolía envuélvelo de aroma y florilegio. Dibuja entre jardines simetría, avanza con tus manos, el misterio de la nevada flor de malvasía en la antesala de tu ministerio. Déjame que me muera de amor puro, corola de tu miel, entre la seda de tu piel con blancura de azucena, antes que me desbaste algún conjuro... Yo me iré muy feliz, tú estarás leda, y cumplida será ya mi condena. DECIR AMOR Decir amor, querer tocar el cielo, imaginar un mundo limpio y puro, no estar jamás bajo ningún conjuro y lograr de tus sueños el anhelo. Conformarte el aroma de una rosa, o el trisar de una alondra o golondrina, no punzarte del mal la cruenta espina, sentirte poseído por la diosa del amor…O en la infancia alborozada,

en el recuerdo de la santa escuela, en tu calle de azúcar y canela, bullanguera de juego, engalanada, con olor de manzana y de ciruela, árbol de luz de la ilusión soñada. REMANSO Quiere bordar sin hilos la violeta, remanso del poema; con su lira, versificar la rosa que suspira en el aliento insigne del poeta. Quiere quietud de espíritu, la meta, vergel soñado donde se delira, prisma del corazón, jamás mentira, y así hallar su verdad, la más secreta. Placidez e ilusión en el camino, otoño de hojarasca en el boscaje cubierto por nevada fina y pura. Matiza esa caricia, ese destino cargado de nostalgia y de equipaje: un imperio de paz y de ventura. SUEÑO INCRESCENDO Navegas por mi mar, sueño dorado, increscendo color, y el sol que brilla, con un leve arrebol en la mejilla que produce en mi alma gran calado. Sal y brisa y arena en tu costado al son de la rumbera maravilla, con perfume de flor, molde de arcilla, de fiel mano tu cuerpo modelado. Tu paso bamboleante entre las olas, moreno de mil lunas hechiceras, de nardos, terciopelos y claveles y esa risa en tus labios que enarbolas, embrujada de eternas primaveras, que se lleva la palma y los laureles. EXCELSA ROSA Excelsa rosa que en gentil postura

eres en el rosal pura belleza, emblema del amor, naturaleza, lección nevada en tiempo de premura. Surtidor de fragancia y hermosura, con delirio gentil y vana alteza, en pedestal de gloria y de grandeza esgrimes tu soberbia y tu locura. Mas tu altivez es tiempo limitado, pronto desmayarás, tu primavera es un soplo fugaz, un viento alado, y ajada en tu rosal, ya sin quimera, la muerte te dará ese doctorado que no aprendiste en vida pasajera. HE REFLEJADO UN BAJEL En el perfil soñado de tu eterna memoria he fletado un bajel lleno de primaveras, sus marineros son ilusiones primeras y las velas al viento serán mi triste historia. El timón, el emblema de mi perdida gloria, el capitán, nostalgia de ansias verdaderas, mi corazón, la llaga de todas las banderas derrotadas en pro de tu insigne victoria. El turquesa del mar con tu plata y mi pena, el remedio a mi herida, con su yodo y su sal, y el azul horizonte sin rejas ni cadena me servirán de olvido para paliar mi mal. Conoceré otros mundos, mi dicha será plena… Y en mi pecho tatuado tu rostro angelical. EL FUEGO DEL AMOR El fuego del amor se te ha encendido, tu corazón palpita entre la llama, un avieja pasión que se derrama, vibra tu cuerpo en flor estremecido. Lleva tu boca roja el contenido de ese aliento, sabor que te engalana, de azucena y jazmín, de mejorana, que acelera y aumenta mi latido. Alba sublime y boreal quisiera

apagar ese incendio floreado con su gotas de amor de primavera hechas rocío, del campo enamorado. Mi corazón devotamente espera un milagro de amor desesperado. ME CONMUEVE Me conmueve la noche oscurecida, céfiro en la enramada suspirando, nada puede curar mi vieja herida y anclado en el ayer sigo soñando tu rostro de azucena, que no olvida mi primavera en flor, y en ti pensando, he de pasarme el resto de la vida, sin saber el por qué, cómo, ni cuándo. Pues yo llevo grabada en mi cabeza tu cuerpo de claveles, donde brilla el raso de tu piel y la belleza, que aturde mi razón y la mancilla. Yo soy amor, y tú, naturaleza, mas no podré alcanzar nunca tu orilla. SONETO A SANDRA (DIOSA VENUS) Rubricas en tu verso la hermosura de firme trazo y con fragante estilo, tu lira sin igual llevas al hilo, con aires de compleja arquitectura. Es ordenado aroma en la más pura y exacta calidad, cuido y sigilo, no finge norma, se mantiene en vilo equilibrando base con altura. La atención del lector, desde el primero hasta el último verso, donde el broche redobla meritorio y definido, lo retines tenaz, con porte austero y al poner la cereza en el derroche, te queda elegantísimo y lucido. ANSIA Pastan ovejas en el prado hermoso,

sacia la fuente la sedienta boca, y el ansia que a mi mente la trastoca no encuentra abrevadero ni reposo. Voy de aquí para allá siempre dudoso en un ir y venir que descoloca, pulular que me aturde y que me aboca al pozo más oscuro y tenebroso. Van pasando los días por la esfera bajo los cielos grises o azulados y yo siempre perenne en esta espera de que mis sueños sean realizados en un verde esplendor de primavera con mis huesos cansinos, ya gastados. ES Es tu voz y tu risa como un canto de alondra o golondrina amanecida. Es tu ternura el agua de la vida que quita sed, la pena y el quebranto. Es tu elegancia tanta, y señorío, como lo es mi pobreza ilimitada, sin consuelo de amor en la alborada de mi sueño más lírico, -vacío-. El que te doy a ti sin mi recelo esperando lo llenes de tus flores que para mí serán todo el consuelo. ¡Oh! amor, amor, amor de mis amores, déjame al fin tocar tu lindo cielo y fundirme en tu mundo de colores. TE HAN DE LLOVER Te han de llover cual pétalos de rosas los versos más bonitos y sinceros, refrescantes y dulces aguaceros que harán tus primaveras más hermosas. Te lloverán las musas como Diosas con númenes sutiles, volanderos, que regarán de gloria tus senderos do nacerán sublimes mariposas de policromas alas que en su vuelo

se han de acompañar de querubines para colmar así todo su anhelo. Y alcanzarás tu tan soñado cielo de amapolas, de rosas y jazmines, que hoy bordadas están en tu pañuelo. LA LIRA ENCANTADORA DE LUCIANA La lira encantadora de Luciana nos ofrece un ensueño con premura, que boga en el espacio con la albura de un rayo plateado que se afana por construir castillos, del que emana un aroma fragante que es locura de una rosa llamada, -por ventura- ilusión, donde el alma se arrellana y vuela libre al fin, ya liberada del saco que la tiene prisionera, traspasando el misterio de ese velo. Y al rasgarse por fin la coartada del inútil silicio que lacera, encuentra las delicias de su cielo. BAJO UN EXCELSO MANTO…. Bajo un excelso manto de violetas azules se debate romántico el pulso de la aurora, y los campos de ensueño en brocados y tules se cubren del rocío con música canora. Los senderos de plata se deslizan de espumas suicidándose eternas por las peñas sin grito, mientras el alma bruñe soledades de brumas al corazón sangrante, desterrado y ahíto. En tanto que la idea proyecta sus quimeras a un lejano horizonte de difusos encantos, se humedecen de perlas imposibles riberas con aromas de nardos, jazmines y amarantos. Y flamean en el aire las triunfantes banderas mientras mueren los héroes hilvanando sus cantos. EN LAS DALIAS DEL AIRE Bebiéndome el aroma de tu brisa

voy arrastrando penas y alegrías y esbozo alguna vez una sonrisa en este mar de mis melancolías. Unas veces despacio otras deprisa se conjugan esencias de armonías, en las dalias del aire que precisa esta ansia difusa… Melodías que hilvana el corazón en las riberas de unos sueños azules plateados sobre el turquesa insigne de la solas de aquellas diluidas primaveras en arpegios de dicha enajenados con el rumor de suaves caracolas. HASTA AQUÍ LLEGO MI CARRO Saturada mi pluma de escrituras, para qué más, amor, seguir la huella, si todo ya está dicho. ¿Qué querella busca la lucidez de tus locuras? Vuela en tu libertad por las esquinas de la nostalgia de otras primaveras, y reincide en las ansias verdaderas cuando vuelvan galanas golondrinas. Antes que con sus alas ya partidas en un vuelo rasante a trompicones no puedan hacer nido con el barro que cogen con el pico en repetidas bajadas de las nubes de ilusiones. Y digas… Hasta aquí llegó mi carro. ENSAYO DE SONETO A MARISA Habiten en su piel de seda y raso esas Musas lucientes, sin quimera, y en su verso genial una bandera de jazmín y azahar marcando el paso hacia la meta exacta, –poesía- donde la rosa justa se engalana de versos con el alba más temprana en una excelsa y bella melodía. Y enguirnaldas de letras por ladera

surja el verso gentil y arrebolado embriagando el estilo de su brisa que se desliza por la primavera con el estro sutil y arrebatado que dibuja la pluma de Marisa. ENSAYO DE SONETO Deja que habite, amor, copulativa, mi voz, dentro del alma, en la enramada de tu ser que yo ignoro, y es espada de la que siempre huyó, tan fugitiva la mía, que en ansia, suspensiva, y ya excluida toda, inacabada, con restos de rescoldo en la mirada conserve esa pasión sublime, viva. Y en frágil aleteo de mariposa llegue hasta la corola ya desierta; al virginal encanto de la rosa. Y desde los umbrales de mi puerta violará mi retina, tan hermosa, la primavera azul que sigue alerta. LUZ DE POESIA Hacer de lo gastado guirnaldas, filigranas y que besen las brisas las ansias reprimidas; retornen del pasado las rosas más lozanas de aquellas primaveras lucientes y floridas. Que cante el ruiseñor en fúlgidas mañanas y la lira se encumbre sobre letras vencidas, donde habite la pluma con el estro y las ganas vencedora y triunfante de las causas perdidas. Y en un vuelo rasante de azules golondrinas, mirarme en lo cristales de un río, -sin complejo-, donde beba la vida su aroma y melodía, rozando mi nostalgia por todas las esquinas, hallando de mis normas el antiguo reflejo y el alma se me inunde de luz y poesía. UN SUEÑO DE LUZ DE PRIMAVERA Querida poetisa, flor de albura.

Tú que aromas mi brisa malvaloca, déjame que se escapen de mi boca estos versos de lúcida locura. Los que quiero ofrecerte zalamero, al compás de la música del viento, que surgen de improviso en un momento, con un vago derroche. Porque quiero que se eleve tu musa y fantasía con ese afán que sueñan los poetas en alas de Polimnia, postinera, cabalgando en la dulce melodía con ese humilde ramo de violetas en un sueño de luz de primavera. SIEMPRE ME CAUTIVO TU O LOR A HENO Siempre me cautivó tu olor a heno con su fragancia en flor de calentura; mi voz callada en esa desventura no pudo hacer su nido allá en tu seno. Fuiste mi malvasía y mi veneno en un tiempo de rosas y locura de amor adolescente que se apura y el yo perenne dijo: me condeno a mi paria vivir… Y estaré ausente de ese cuerpo de nardos que enarbolas al que jamás olvido que fue mío. Mi corazón en sueños te presiente en lejano rumor de caracolas de eterno amor, tristeza… Y desvarío. MELANCOLIA Quiero versar, amor, versarte quiero, como a un blanco jazmín de primavera, añil sobre el dolor de una quimera, ese verso que salga un salmo entero. Que en esta mi ignorancia, algún lucero, me traspase total el alma entera; un esplendor excelso en la pradera que está difusa y gris sobre mi albero. Y en las más dulces notas de un arpegio,

en este hondón de pena y de tristura desencadenen toda la armonía que nos brinda la vida y su misterio; la dicha de vivir cuerda locura, en este mar de mi ¡Melancolía! SONETO DE VIERNES SANTO Yo suplico, Señor, sobre la albura de tu pasión divina en primavera, me dejes reposar el alma entera y la llenes de paz de tu ternura. Para que cuando vuele por la altura liberada del cuerpo y de la esfera, la asiles en tu cielo como fuera antes que presa de su desventura. E inclinándome al tuyo malherido -azotado del hombre-, y la corona de espinas que se clava en tu cabeza… Para salvar al mundo que ha ofendido a ese Dios encarnado en tu persona que por el orbe hoy, gime y reza. TENGO MIEDO A SABER QUE NADAVALGO Tengo miedo a saber que nada valgo; vagando en los espacios siderales busco normas y estrellas, minerales, cuando logro evadir el cuerpo y salgo al infinito éter, con un largo renglón preconcebido de cabales versos antiguos, claros manantiales, de los que yo bebí. Sabor amargo y dulce de la bella poesía. Aroma sen que el alma se enajena lejos del mundo y de su geografía. Y en la noche más cálida y serena… aún sueño con tu beso, -malvasía- de ese amor que a la tuya me encadena. JUEGA FUERTE EL AMOR Si le has tomado el pulso a tu destino

y el amor te ha tendido una celada, no te dejes burlar de una mirada, en el aire, de acento clandestino. Lucha y combate siempre al desatino orgulloso, en su norma perturbada; juega fuerte al amor, que, amortajada habrá de ser tu piel bajo el espino de la ortiga y la malva, bajo tierra, donde no has de saber si hay primavera, entre el polvo y la hiedra del olvido. Mantén el alma firme en esta tierra para alcanzar tu dicha verdadera. Y no fenezcas sin haber vivido. EL DEBIL CORAZÓN Me asomo al alma sucia del rufián y cretino cuando Luzbel la invade y en ella se desdora el querube que tiene la clave de la aurora de encanto boreal, celestial y divino. Y en ese turbio espejo que fuera diamantino, duermen sombras funestos de musgos donde mora la sed de tierra calma, agrietada y sin flora, en un tedio perenne herido en su destino. Pero es todo tan triste monótono ya ausente, que vientos levantiscos remueven las entrañas, mientras que un áspid muerde impío a la razón que difumina el estro, y se enturbia la mente. Y en esas tentaciones, detestables y extrañas, suele caer a veces el débil corazón. MIS LIRICOS BALCONES Miraba yo las plantas exteriores que engalanan mis líricos balcones; las petunias y cactus con punzones, entre aromados pétalos de flores. Mas me llené de pronto de rubores; otra flor natural, gentil en dones, perplejo me dejó. De sus salones, hasta el iris llegaron turbadores añiles, relumbrantes de aposentos,

horizontes abiertos: la amapola mostraba su integral más genuino en lentos y armonioso movimientos con la cadencia exacta de una ola de vaivén musical casi divino EN EL FALLECIMIENTO DEL PAPA JUAN PABLO II Te marchas para el cielo alborozado, Vicario del Señor en esta esfera, cumplida tu misión de fe en la espera, como hombre bueno y Papa muy loado. El mundo llora hoy desconsolado y triste deja nuestra primavera, llevaste tu bondad como bandera por todos los caminos, y has dejado un ejemplo de fe y de constancia por el ansia de paz del orbe entero, que hasta el último aliento requerí. Descansa en paz, ahora en la distancia, ¡Oh! Santo varón, noble y justiciero, junto al Hijo de Dios y de María. INAPETENCIA EN VARA DE AVELLANO Inapetencia en vara de avellano me lleva el alma en puño comprimida, e infiere y trunca la mejor partida exhalando ceniza de otra mano. Invalidado quedo en el liviano pulso que sin control va a la perdida, al tiempo que el rubor hace subida de indecoroso y proyectado plano. Soy la indefensa hoja que en el viento a la deriva va, de pétreo nudo, mientras cohabita sola en su congoja. Yo no sé si comprendes mi lamento… Pero sé que me quedo como mudo cuando alguna paloma me sonroja. YA SE VA DESHILANDO LA MADEJA

Ya se va deshilando la madeja que llega hasta el ramal de tu sendero, hilo de sol, de oro, donde espero tu presencia gentil sin una queja. Ya se forman las aves en pareja y hay aromas; esencias de romero, se ha marchitado el viento de febrero y todo luce fiel en la bandeja del lienzo de campiña todo verde que engalana la flor de tu hermosura. La campana me brinda con su alarde ese toque infinito que se pierde en el eco febril de mi locura desmayado en la brisa de la tarde. VUELVE, MUSA Antes gozaba el celestial venero de unas musas secretas, sin malicia… Hoy añoro en verdad tanta caricia venida a mi aposento, donde espero ese numen gentil, cabal, entero, que me abarcaba, -chorro de delicia-, sin embagues, desvelos ni avaricia en el suave latir más lisonjero. Porque no sé cuando será mi hora, ni el cielo que me habite, ni la estrella que habrá de ajar la flor en mi partida. Vuelve Tú, musa azul y voladora, y llévame a ese sol donde destella el resplandor excelso de la vida. ALBA QUE EN LUZ DE PLATA ESTREMECIDA Alba que en luz de plata estremecida se calva en los puñales de la espera, en una incierta y vaga primavera donde su flor jamás abrió a la vida. Todo en su coartada mal nacida va invocando a sus suerte que acelera, un compás de vivace y desespera mientras juega su última parida.

Y esperando ligar dos corazones en un golpe de poker imposible, se gasta los tres naipes que dan pena. Y abatido se cae en los renglones de versos con textura incomprensible ajados en la flor de una azucena. DONDE LA PALABRA PUEDE PERDER SU SENTIDO Es ajedrez de luz en celosía do irrumpe la palabra, cero inerte, mas Eros es posible que no acierte, su trayectoria irá por otra vía. Dos corazones plenos de armonía, los cruzará el destino. Has de perderte en lagunas sin cisnes ni aguafuerte donde mora la extraña alegoría. Y la ignota saeta voladora vibrará en una acacia. Se adeene no hala similitud, y a mi tinglado se le caerán los palos. –Es la hora-, sin el suspiro tierno que los frene, de inventarle otro verbo a mi costado. TU VO Z Tu voz como una alondra en mi barbecho hizo nido con flor de enredadera, y un rumor de lejana primavera aceleró el latido de mi pecho. Ligada con tu voz en lazo hecho, fue mi sangre fugaz una carrera de brisa, como alegre revolera en la corriente azul in paso estrecho. Por la amplia y romántica avenida de frescura sutil recién cortada, el timbre de tu voz, tu voz querida y a través del teléfono gustada, por largo espacio se quedó metida dentro de mí, tu voz, tu voz amada. EL RETRATO DE DORIAN GREY

En el misterio de las líneas finas del lienzo que doraba aquel cabello, su rostro juvenil, pulido y bello, de anatómicas formas genuinas… Se revela una historia de cortinas, de un joven y un artista con destello; un pacto demoníaco, y que con ello se hicieran coordinas sibilinas para perpetuar por siempre hermosos en una juventud eterna, antojos de aquel modelo que vendió su suerte a Lucifer maligno y poderoso. Pero al rasgarse el cuadro, sus despojos convirtiéronse en polvos de la muerte. EUFORICA Eufórica del vino malvasía que te brinde el renglón de la palabra, haces no más con un abracadabra, la más excelsa y pura poesía. Y llevas con donaire la armonía impuesta con su acento, a sí, abra un horizonte músico que labra pentagrama de luz y melodía. Y te bebes botellas y botellas; néctar de un mosto alado con tus musas que alcanzan en suspiros las estrellas. Y en una rapidez de semifusas tú logras navegar el alma en ellas y las de nos están patidifusas. LOS ULTIMOS DIAS DE POMPEYA Amada de los dioses; -¡Oh! Pompeya- de los hombres audaces, del buen vino, del placer exquisito y genuino de la belleza pura en la doncella. ¡Oh! mítica ciudad dorada y bella, vergel florido del amor divino, te creíste inmortal ante el destino y el Minotauro socavo tu huella.

Tu gloria estremecida en la esperanza tuvo un triste final… Melancolía tan solo te quedo de aquel efluvio… Cabe creer que fuera un venganza por tanta gloria y tanta poesía… Te enterraron las lavas del Vesubio. NUEVOS -------------------------------------------------- ME ENROLE Me enrolé en un mercante rumbo a oriente cargado de manzanas y tomates, de guindas, y ciruelas, de aguacates, y toneles repletos de aguardiente. Y yo cargué también naturalmente, un absurdo y completo disparate, ese sueño de amor que no me mate con el que delirar placidamente. Porque soy marinero de ilusión donde busco sin rémora cordura, sabor a libertad de sal marina. He tatuado en mi pecho un corazón que luce sin coraza no armadura ni el dolor de la rosa con su espina. YO EXAMINO EL CAMINO RECORRIDO Yo examino el camino recorrido partiendo del papel de una carpeta. Escrita en él se halla y bien repleta la esencia de lo mucho que he sufrido. Si fui certero o no, lo acaecido fue un soplo, que fugaz en mi veleta, me trastocó el camino de la meta que yo soñaba siempre enfebrecido. Pero el destino marca y nos maneja de forma antojadiza, aunque luchemos con garras de león contra la suerte. No respeta ni lágrima sin queja, y está escrito desde antes que nacemos,

todo el misterio, amor, herida y muerte. DESOLACION Oh, belleza de amar en nuestros días la albura de delirios ancestrales y en la verde campiña los trigales de estaciones de ensueño florecidas. Oh, qué normas por siempre repetidas, de anhelos de caricias desiguales que reverbera el alma en verticales ascensiones que son desconocidas. Oh, qué gozo soñar el sueño puro cuando la adversidad pone su muro a lo que imaginabas conseguido. Y miras a través de tus ventanas con sólo incertidumbres y desganas y el triste arpegio de tu pecho herido. PALADIN Es la excelencia de este noble vate, amado de la pluma del florete, en el duelo floral un ramillete, paladín del honor en el combate. Cabalgante jinete sin dislate, lírico en flor del viento en el bosquete, onda plata de mar sobre azulete perito navegante en el granate. El júbilo perfil que su estro esgrime, agita el huracán, genio y figura; su campo de batalla en que destella, un toque de jazmín casi sublime, y lleva por emblema en su armadura el diamantino brillo de una estrella. AS DE CORAZONES Es una estrella el sueño de Sofía que navega en un éter de ilusiones y hace con su delirio los renglones de la más dulce y bella melodía. Alcanza el cenit su melancolía

en la que guarda el As de corazones de una baraja donde las pasiones juegan al poker de la fantasía. Es su sueñote amor una quimera que ganará el pensil de su ternura donde brote la flor más verdadera. Y con su excelsa y lúcida locura ha de arribar por fin a la ribera de la dicha más noble, franca y pura. SEMBRADORA Sembradora de flores en la brisa con tu lira y tu afán por la belleza, haces de lo sencillo gran alteza, soneto y cascabel de tu sonrisa. Poniendo en cada nota la premisa del campo rimador, naturaleza, muestras tu voluntad y tu destreza con ese amor y entrega que precisa todo lírico logro, y con esmero vas bordando el poema de renglones de hermosura sin par con porte austero. Y con tu propia gracia y tu salero al mar donde navega tu velero vas vertiendo tus penas e ilusiones. SONETO Va de una estrella a otra y va llamando; su luz incandescente es una huella… Sigue sobre los éteres vacíos donde vagan las sombras del consuelo. Tiene sobre su piel, ajada rosa, una muerte lejana que no llega, ama el viento y la brisa de otra esfera y desconoce el sol de su destino. Es una exposición de claroscuros, unos trazos en lienzo indefinido, marcan la incoherencia de unas flores con otras geometrías de ideales. Y saca su pañuelo con bordados

entre rosas, cerezos y amapolas. LLEGA CON NORMA EXACTA Llega con norma exacta y armonía al puerto, puntual, -no hubo demora-, con su gracia genial que me colora de esperanza y consuelo el alma mía. La veo en una dulce algarabía entre otras, somnolientas, donde mora la esperanza sutil de aquel que adora ese sueño de amor y poesía. Que sin palabras flota con su manto en líricos acordes de contento… Y es que mi amor, ¡Te quiero tanto y tanto! Que tu silencio es una obra de arte que orna de dulzura el pensamiento con la ansiedad di vina de adorarte. ES UN SUEÑO DE AMOR Es un sueño de amor que dilapida, porque siempre amanezco en esa espera, y en vilo me mantiene esta cansera de tu siempre aparente despedida. Me duelo y me libero en la caída que a paso agigantado se acelera, la noche sigue ahí, mas tú estás fuera, y con tu ausencia queda desvalida el alma que se cae por toboganes, y a morir en oscuras rinconadas es lo que toca por tan necio empeño… No consumo el calor de mis afanes y así llego a mis tristes alboradas en lo hondo y sublime de mi sueño. VA EN LOS GENES Esta complicidad que se desata en el verso galano de repente, me sabe como el agua de la fuente, de frescura sutil que se dilata. Cuya musa me bebo dulce y grata,

luminosa, fragante, diligente, cordial, amabilísima, latente, en su rojo curvado de escarlata. Arcilla que moldeo a mi manera, porque yo ya nací siendo versero y fue barro infantil mi primavera poeta, de la luna y el lucero, pues desde mucho antes que naciera en mis genes vivía un alfarero. SI YO PUDIERA Si yo pudiera amor, si yo pudiera explicar de mi angustia este destierro que mortifica y muerde como un perro; el cómo y el por qué… Si yo supiera hallar alguna fórmula o manera de arrancar de raíz el puro hierro que clavado en mi alma en el encierro, tal vez viera una luz de primavera. Pero todo se inclina a la derrota que siempre me concibe el mundo vano, de este mi melancólico paisaje que sueña con un vuelo de gaviota. Y al cruzar por las aguas del pantano no manche el alba luz de mi plumaje. LA DE LAS ROSAS Más allá de las rosas, del vino y de los vientos, de las luces de ámbar, del sol y las estrellas. Más allá de los mares, de su arena las huellas, del infinito éter y de los pensamientos, yo busco lo imposible; mágicos tratamientos de adormideras dobles que lleven a las bellas sensaciones del ser, del alma y sus querellas que hagan posible ser dulces encantamientos. Busco fuera de mí aquello que no hallo; un sueño nada más, perfecto, limpio y puro, que me lleve a la gloria, sin ningún egoísmo. Y flotar en las alas de ese blanco caballo por esferas celestes, en Pegaso futuro…

Cuando todo es posible hallarlo en uno mismo. CABIZBAJO Se me ha perdido el estro ¡vida mía! ¿Qué será de la flor de primavera si mi verso no alcanza la ribera del alma de tu mar? Melancolía suspenderá la brisa, y esas flores que bordaba mi pluma en tu sendero ajadas quedarán, y aquel “Te quiero” que te escribía en lienzo de colores brillará por la ausencia, pues las musas vienen flojas, sin fuerzas ni ilusiones y el cielo se me viene todo abajo. Las ondas de mi río son difusas que llevan negativas sensaciones y yo camino triste y cabizbajo. VOLVIOSE OCTUBRE Volviese octubre, acarició mi frente alguna hoja muerta acre y sencilla, en el sol vesperal una amarilla dulzura de oro nuevo en el poniente. Era muy tarde ya, -probablemente- para las rosas puras en mi orilla, mi triste soledad es la que brilla en un alma bohemia indiferente… Me volveré a mi hogar, ya nada queda, ni ese soplo de viento estremecido oliendo a mejorana y yerbaluisa. El corazón resiste y se me enreda soñando con el verte más lucido y el timbre acariciante de tu risa. LA NOCHE La noche de mi cuento se ha dormido al amparo de un Dios dulce y sereno y el delirio de amor será más bueno hallando un corazón estremecido. Recobraré yo al fin lo que he perdido

y otra ilusión vendrá; será un estreno, aromada de trigo y de centeno y fragancias de flor para el sentido. Oh amor, eterno amor, siempre imposible, traicionero, leal, falso, sincero; locura de pasión desmesurada. Y alba cuya belleza es indecible, que se deshojará por un “Te quiero” cual dulcísima rosa perfumada. POR TI DEJE MI CALLE ADOLESCENTE Por ti dejé mi calle adolescente, aquella, la de azúcar y canela, el acre olor de la planchada tela, mis amigos, mis juego y mi gente. Por ti dejé aquel sol tan esplendente, mi inocencia infantil de bagatela, los partidos de fútbol, la quiniela, y lo más bullanguero de mi ambiente. Dejé tristes mis aves y mi gato por un sueño de amor de idolatría nacido cual la flor más pura y bella. Luché con la bravura de un jabato… Y tan sólo gané melancolía que va marcando el rumbo de mi estrella. JARDINERA EN LA FLOR DEL SUEÑO PURO Moldéame en el ansia de un te quiero, jardinera en la flor del sueño puro, expande tu fragancia cual venero en este pobre corazón maduro. Y planta con cariño verdadero una bella guirnalda sobre el muro del viento de mi amor aventurero que navega en el mar de lo inseguro. Aborda el galeón de mi derrota con esa ligereza tan galana que hace volar tu lírico navío sobre el yodo y la espuma, -gaviota-, en la brisa sutil de la mañana,

con un verso de amor y desvarío. DE VEZ EN CUANDO De vez en cuando brota la cordura como la flor sutil en primavera, y parece que al alma la invadiera un claro resplandor de dicha pura. En esa tan amable tesitura de claridades albas por doquiera, es como si la vida floreciera en un vergel soñado de ventura. Y en un amplio horizonte estremecido donde se une la tierra con el cielo se te antoja que el mundo ha renacido… Que torna la esperanza con su vuelo. Y sientes en tu pecho ese latido con ritmo de alabanza y de consuelo. ERES MI AMADA, TU Eres mi amada Tú, mi luz y esfera, Rosa otoñal de grana y malvasía, soplo fugaz de aroma en primavera, vago rumor de mi melancolía… Eres como un flameo de bandera en castrense y altiva melodía, un junco que se mece en la ribera de mi más imposible mediodía. Y yo infante de normas, penitente, curtido en sol, espigas y amapola, soy polvo de tu tierra y tu sendero templando bayoneta al fuego ardiente, que lucha con la brisa, pura y sola, para quererte amor, honradamente. DESAZON Para quererte, amor, a mi manera, hice castillos con mis propias manos, flotaban en la brisa los veranos, en el otoño gris y en primavera. Pero un aciago invierno, ventolera

los llevó hacia horizontes muy lejanos, y mis sueños románticos y arcanos, ajados fenecieron por doquiera. Y aquel cielo de azul que prometía, de la estación florida y milagrera, dejó de acariciar con su belleza la dulce flor de mi melancolía. Y ya no hubo día que no fuera amarga desazón en mi cabeza. IRE Iré a buscar mi nave planetaria flecha con luz de amor y fantasía, al hangar de la gloria poesía, que es mi cielo y tu musa extraordinaria. Iré, porque parece necesaria esa urgencia de versos y melodía, con aroma y sabor de malvasía al que invocas con lúcida plegaria. Iré, mi amor, seré tu jardinero, -¡oh! mi rosa de fuego idolatrada-, con mi nave de versos y lucero. Esa estrella fugaz en la alborada, para besar tu boca almibarada y así sabrás lo mucho que te quiero. ABRAZAME Abrázame en la curva de las olas que finge en el trigal céfiro fino. Bésame con tus labios de amapolas entre la espiga verde, con el trino de tu risa sonora, en matutino abril, cuando las flores y corolas las besa el rayo de ese Sol divino, en tanto que tú exhibes y enarbolas ese cuerpo juncal que es de azucena, y el lienzo de campiña verdeada pones loco de amor por tu belleza que todo lo sublima y encadena al árbol de la dicha deseada

que como un fuego bulle en mi cabeza. A VICENTE VIVES Con tu lira genial de arquitectura, orfebre del diamante en filigrana, abre tu musa flor en la mañana, manantial cristalino de agua pura. Con tu buril, paisaje de locura, en lúcido matiz grabas, y emana luz en lienzo de plata que desgrana belleza de bajel en singladura. Que en el vaivén turquesa de las olas y blancas cabelleras repujadas con brillos y relieves de tu pluma, hay un eco de suaves caracolas que fingen en tu numen, transportadas, partículas de sal, yodo y espuma. AMOR PECATO Amor “pecato”, amor vano y perdido, lodo que cubre cáliz y corola, ardiente piel con tacto de amapola, carne, demonio, mundo estremecido. Placer que no ha llegado y ya se ha ido, penitencia que duele y siempre asola, original martirio, carambola de un ansia de complejo contenido. Amor, natura al fin, reproductiva célula de la vida y seguimiento, rara metamorfosis que condena cuando es adicional llama lasciva; si es puro amor, es llaga y sufrimiento y somos eslabón de esa cadena. LUZ ENTRE TINIEBLAS Que no daría por tener presente la estrella azul y el mar de tu mirada, en la tarde, la noche y la alborada mirarme en su cristal tan refulgente. Acariciar tu cuerpo suavemente

y flotar en la dicha desbordada, amarte como a flor idolatrada en un sueño de amor no concluyente. Sobre tu lecho noche estar tendido y en tu regazo en flor arrebujado, liberado del frío y la intemperie. Ser tu sueño soñado y preferido. Pero es juego de azar ya descartado del que no ha de tocarme ni la serie. ARTE SONETIL Este arte sonetil que me camela y me trae por la calle la amargura, tiene un gusto sutil; clavo, canela y azúcar con su dosis de locura. Mi pluma navegante a toda vela arrebatada en viento de bravura, haciendo filigranas me consuela en lírico vaivén de singladura. Y rompiente en las olas espumadas va dejando una estela florecida de versos en estrofas depuradas. Y al llegar a tu puerto te convida a aspirar con su ritmo y su medida una esencia de rosas perfumadas. A MARI CARMEN ACOSTA Mari Carmen, genial anfitriona, rapsoda y poetisa deliciosa, tan lozana y gentil como una rosa que anima, organiza e ilusiona. Tiene tanta belleza que impresiona, como un cielo de abril, maravillosa en todos sus conceptos, que no hay glosa que pueda hacer honor a su persona. Mas yo procuro desde mi ribera, el hacerle una linda poesía con sabor y color de primavera. Para alegrar su musa y fantasía, que flote entre su brisa cual bandera…

Y una sonrisa y su melancolía. ME HUELE A MEJORANA Me huele a mejorana y a romero tu piel de seda, nardo y caracolas, y busco la ilusión por el sendero del sueño de un trigal con amapolas. En ese sueño luego yo me muero, tú lo sabes, mi amor, y te enarbolas dejando abandonado aquel Te quiero me hundes en la tristeza, me desolas… A otros brazos te entregas zalamera, orgullosa y gentil, lozana, bella, y me dejas tirado en la cuneta. Pero yo sé que alguna primavera me has de llevar contigo a aquella estrella que nos guía enigmática y secreta. INFIEL A LA CITA DE UN SUEÑO ¿Quién dirá que falto y en qué tormento dejó tu corazón en la estacada? roto en el más sublime sentimiento, el alba de tu ser iluminada. Desvanecido sueño en su lamento, cómo una flor deshoja, desmayada, que trina igual que un pájaro sediento, son sombra ni espesura de enramada. Te llevará la luna de su mano, cuya imagen refleja sobre el río entre los recios chopos del verano. Y en sus rayos de plata, en él vacío, viajará a otro sueño más lejano en un dulce delirio y desvarío. YA MI ESPERANZA Ya mi esperanza sigue ese rasante vuelo de alguna herida golondrina, tiene partida un ala, y una espina clavada sobre el pecho palpitante.

Un carmín sobre blanco deslumbrante, sus plumas va surcando en hebra fina y hace dibujos donde se adivina diminuto clavel agonizante. Rozar ya no podrá por tus balcones con las brisas gentiles abrileñas, pues todo se va al traste y se derrumba. Recuérdalo en algunas ocasiones… Este amor que orgullosa me desdeñas cuando descanse en paz bajo la tumba. UN POEMA EN SILENCIO Un poema el silencio de mi estancia en esa breve sombra se adivina… la presencia de ley, de danzarina, de Amebar y María su elegancia. En esta soledad sutil fragancia, aromas de azahar en mi cortina, afuera un sol que quema, que calcina. Es cálido verano en trashumacia hacia el gris del otoño y de las hojas áureas, acres, granas y amarillas… Y después otra vez será el invierno con la nieve sutil y sus congojas. Pero pensemos en las maravillas del hoy y ahora con cariño tierno. ME DUELE Me duele la nostalgia y la ribera y la rosa galana, malvasía, la aurora boreal, la primavera y ese dulzor de la melancolía. Me duele hasta el color de mi bandera, la fragancia, el amor, la melodía, el otoño, la hoja, la quimera, y el claro resplandor del mediodía. Todo me duele; el alba y el poniente, el turquesa del mar, la caracola y la yerba que crece en tu sendero, el tono musical, rumor de fuente,

y el rojo de tus labios de amapola. Me duele por tu amor hasta el sombrero. UNA BELLA SOÑANDO FRENTE AL MAR En lo hondo del alma y de tu pena crece una flor sutil de primavera, magnolia de tu amor, que es tu quimera, a la orilla de un mar de blanca arena. Esbozas tu recuerdo en luz serena e ilumina aquel tiempo que antes fuera, se revoca otra vez la ventolera envuelta con fragancias de azucena. Y la mar suspirante te acompaña con su belleza azul y plateada, rozando suavemente con sus olas la ilusión más sublime, -no te engaña- Te besa con su espuma, delicada, esa tu piel de nardo y caracolas. TIENE CERCO LA LUNA Tiene cerco la luna enamorada y entreabierta su cálida sonrisa, cual púrpura dulcísima granada que enarbola en el viento de tu brisa. Como rosa que aturde y enajena con su fragante esencia que me encanta, así te veo yo, mi flor serena que me prendes de amor y me levanta esta ánimo cruel de vida yerta que en tu presencia se halla redimida do iluso mi corcel presto cabalga hacia una primavera pura y cierta en tu insigne belleza florecida que todo lo germina y desamarga. LA ROSA DE PAPEL No hay verso que contenga algún dislate. Si se hace a conciencia verdadera, es belleza y es luz de primavera, y en su lirismo puro escaparate.

La psique que desnuda se debate en los prados de un sol, sutil, ligera, debe asumir la crítica certera de su acento y su ritmo en el combate hilvanando de amor y fantasía, sin tiempo, que en el alma no computa, castillo de tu plata. –poesía-, que noblemente escribes y ejecuta… Y se derrama la melancolía en rosa de papel, blanca impoluta. DEJAME NAVEGAR POR LAS ALBURAS No quiero claudicar que ya estoy harto de tanta desnudez que me acongoja, el tema me extorsiona y me despoja de lo puro, y deseo mirar alto. Quiero eludir ya tanto sobresalto que Lucifer me tiende, y luego moja el alma en suciedad como a la hoja caída y trapicheada en el asfalto. Déjame navegar por las alburas sobrevolando el bosque peligroso, que aspiro yo a más nobles aventuras de talante más bien noble y hermoso de lírica y romántica cordura donde el “pacato” no se vuelva odioso. SAMARITANA Esa agua fresca, pura y cristalina, pozo de la gentil samaritana, es como flor exótica y galana ofrécele al sediento… y es divina esa disposición a que se inclina con humildad, entrega y fe cristiana; manantial de bondad de donde emana la belleza de un alma femenina que entregada a la noble arquitectura del verso alado, libre y sin barreras, con su pluma, de flores aromadas, viene a curar con lúcida locura

del corazón sus penas y quimeras con sus nobles palabras delicadas. EL RECUERDO Una luz relumbrosa de alborada finge sus blancas rosas por la albura en la esencia total de su hermosura yerta en cantos de brisa sin ser nada. Musa fuiste, concreta y delicada, el alma de mis versos, mi locura, mi delirio más frágil, mi armadura y mi noche de amor aventurada. Hoy mi triste destino me condena a estar lejos de ti, desde aquel día en que tu amor se ajó como azucena. Y ya solo, sin estro ni armonía vierto sobre las llagas de mi pena el recuerdo de un vino malvasía. HE CORTADO UNAS FLORES DE LAS RAMAS He cortado unas flores de las ramas, de tonos rojas, blancas y amarillas, de ese jardín de amor en donde inflamas tu estro fiel de sutiles maravillas. En pétalos mezclados me derramas esencias de fragancia y campanillas sin amargor de ortiga ni retamas. Algunos he guardado, y la semillas, dentro de un libro para mi memoria, en este invierno azul que ya declina hacia otra renacida primavera. Que llevará a las puertas de la gloria esa gracia morena y ambarina que es la flor de tu lira postinera. APIADATE, SEÑOR Apiádate, Señor, no sea vana esta humilde oración que a vos envío, ante el duelo, dolor y desvarío que ve ciego de horror la muerte insana.

Ten compasión, Señor, que esa lejana y reluciente estrella del vacío; un rayo de esperanza, no baldío, proyecte tu bondad en carne humana. Antes de que el espíritu se entregue partido por un rayo, sin clemencia, en un valle de lágrimas y duelo. Derrama el tuyo para que no llegue la pólvora de ira, la violencia, que asola y cubre de dolor el suelo. DERROCHE Un derroche de verbos muy cuidados se deslizan sutiles por la trama de tu soneto en flor, desde la rama hasta la misma base deshojados. Y su dices que no son inspirados, resuelves matemático el problema con ese don de tu admirable esquema, en una melodía desgranados. Y aun siendo así, exentos de tu lira, la que prestada al Dante solicitas, tus versos son hermosos y elocuentes. Debe ser el cristal con que se mira. Déjate de tristuras y de cuitas, que tus versos están divinamente. DESATAN EN EL AIRE Desatan en el aire sus fragancias las flores de azahar del limonero, y cantan las aldeas una historia de amor que se perdió por los senderos. Por líricos caminos de amapolas yo sueño con el néctar de embeleso y la brisa me ofrece una caricia plagada de románticos secretos. Llevo sobre mi alma el tatuaje de aquel divino amor que fuera el nuestro, tan casto y puro como el pan de trigo, dulce como la miel de aquel romero

que aromó nuestros años juveniles perdidos en la noche de los tiempos. YA SE VISTIO DE AZUL Ya se vistió de azul la primavera con tu flor de fragancia y poesía, y esa cálida brisa zalamera de la gracia sutil de su armonía. Llegaste tan juncal y retrechera entonando la dulce melodía, y fuiste con tu verso en mi ribera la diamantina luz de un mediodía. Se esfumaron las penas, y el aroma de esa flor tan gentil flotó en el viento entre trinos de aves y el follaje. Y un espíritu blanco de paloma revertido de gracia hizo el portento del delirio de un sueño en mi paisaje. ERES LUZ Eres luz y esplendor de fantasía, de juncal y académica balanza, y templas con tu gloria y esperanza el arpa de tu excelsa melodía. Con esas flores de melancolía; guirnaldas de dulzura y añoranza, evades toda duda y acechanza con depurado estilo y maestría. Y en la inmortalidad del verso puro, viertes la esencia de tu alma bella con rítmico cantar de acento alado, en el cómputo fiel que va seguro al eterno fulgor de aquella estrella de tu mundo ideal siempre soñado. NATURA La rosa en su pensil se halla dormida, soñando su clavel alborozada. El clavel le acompaña en la partida, porque sueña lo mismo que su amada.

En el ansia febril amanecida, un rocío desprende la alborada; perlas sobre los pétalos. Vencida ha quedado por fin la madrugada. Y canta un ruiseñor sobre un almendro, que de aroma a azahar riega la brisa que acaricia sutil al jardinero. La rosa y el clavel son el engendro de ese sueño de amor que a toda prisa brinda natura por el orbe entero. COSAS DEL AMOR Si el amor es un ciego y tiene venda. ¿Cómo es ciego el amor y es visionario? Y si es dulce ilusión, ¿por qué calvario Si remanso de paz, ¿cómo contienda? Si es amargo dulzor, ¿hay quien lo entienda? Si primar ganador, ¿qué perdulario? Y si es el mismo Dios en santuario… ¿Por qué no busca él alguna enmienda? Ganador, perdedor, falso y esquivo. Elocuente también y a veces mudo, altivo, liberal, humilde, alado. Y volando en el viento eres cautivo. Y siendo el mismo Dios nadas desnudo. ¿Quién me puede explicar este entramado? SACRIFICAR EL SENTIMIENTO Sacrificar amor y sentimiento por pragmática norma moderada es negar la belleza a una alborada porque así lo decide el pensamiento. Se convierte la vida en desaliento y en tristeza, de forma ilimitada. La locura de amar viene marcada y es su ley gran el desacatamiento Porque en haciendo caso de razones negando lo que manda el corazón, se convierte la vida en un tormento donde brillan ausentes ilusiones

sin ecos de caricia ni canción. Eso es sacrificar el sentimiento. UN NUEVO AMOR Hoy arribo a tu puerta a toda vela, lleno de sal y espuma cristalina, cabalga sobre ola vespertina mi goleta de sueño y de canela. Nada me turba ya ni me desvela, y en la corriente azul de mar marina, sobre su estela lanzaré la espina para que ni me punce ni me duela. Me olvidaré del tiempo que he perdido y el lloro que he vertido inútilmente con mi pecho contrito y dolorido, por un amor ficticio, inconsistente. Florecerá mi vida nuevamente con ese nuevo amor estremecido. ESTE BARDO Este bardo mi cuerpo, que ha vertido años de soledad sobre la nada, lejos del campo en flor y su alborada, hoy se siente cansado y abatido. Nunca de la ciudad dejó su nido. Sin estrellas ni luna iluminada pasó de la niñez a la celada que la vejez nos tiende sin Cupido. ¡Oh tierno trovador!, que prisionero en tu mundo de asfalto y de ventana, sin naranjos ni flor del limonero tu tiempo evanesció, sin gloria vana, y ya mustio el solar de tu cantero, en tu sueño una rosa se engalana. CORAZON BOHEMIO Quiere la lira de mi poesía abrazar ese espacio circundante que hiere como un faro deslumbrante la pura flor de su melancolía.

Quiero asir a tu musa, hacerla mía, sin violación alguna, soy galante, y obtener en esencia su talante de azúcar, de canela y malvasía. Quiero, porque tu verso es laberinto no hallo forma sucinta de entenderlo, no lo comprendo, amor, tal vez lo intuyo, con mi inexperta pluma te lo pinto, más no sé que daría por tenerlo, un corazón bohemio como el tuyo. NO SOY PERFIL No soy perfil del sueño que declinas ni sombra que proyecte tu cintura, ni la semilla de tu tierra oscura, ni el beso en tus caderas ambarinas. Tu rostro de azucena, que no olvida mi primavera en flor, y en ti pensando, he de pasarme el resto de mi vida, sin saber el por qué, cómo, ni cuándo. Pues yo tengo grabada en mi cabeza tu cuerpo de claveles, donde brilla el raso de tu piel y la belleza, que aturde mi razón y la mancilla. Yo soy amor, y tú, naturaleza, mas no podré alcanzar nunca tu orilla. CUANDO LLEGUE OTRA VEZ LA PRIMAVERA Cuando llegue otra vez la primavera vestida con sus galas oportunas, estrellas soñarás, luceros, lunas, desde el azul genial de tu ribera. Y tal vez con tu pluma en bandolera dibujes soledades en tus dunas, o bosques de delirios donde acunas tus versos, tus emblemas, tu bandera. Y brotarán pensiles soñadores donde prime un aroma de violetas y el delicado estilo de tu estro agavillando luz, bellos colores,

que junto a un ramillete de poetas como siempre serás el gran maestro. A MI MADRE Se marchita el amor como las flores y queda la nostalgia de otros días envuelta de recuerdos y armonías de un tiempo que pasó con sus colores. Cantan tristes los pardos ruiseñores sus dulces y postreras melodías, porque ya han de emigrar a lejanías de otras tierras. Belleza y esplendores ajadas quedan, y yo, con mi quebranto, y en la derrota inmensa de mi vida… Sólo una flor conservo, la más pura. La que enjugó en mi infancia todo llanto, mi anciana madre, Flor, la más querida, la que colmó mi alma de ternura. FIN DE RAFAEL ZAMBRANO ZAMORA, FERNANDO La Hiniesta. Zamora. 1.940 Su verdadero nombre es Fernando Lorenzo Gómez Reside en Bilbao desde los 17 años. Delineante y Poeta hallado en Internet. EN LOS MARGENES DEL SUEÑO Es tu dolor mi auténtica moneda por no sé qué veredas de la suerte a un lado está la vida a otro la muerte. Jugar es el recurso que me queda. Si lanzo la moneda esa vereda se abrirá y ahora sí, ya puedo verte, y quiero aprovechar que soy más fuerte para alegrar tu vida mientras pueda. Pero mi fortaleza es aparente y por más que persisto en el empeño todo sigue su rumbo, su corriente. Por eso es que me siento tan pequeño

que muero y vivo simultáneamente quedándome en los márgenes del sueño. ZAMORA ELIZONDO, HERNAN Costa Rica. S iglos XIX – XX Poeta. Prosista. Colaborador de la revista “Athenea” CONSEJO A LA MORA Deja ya de volar, repliega el ala, alma inquieta y fogosa, porque ahora no es propicio el cantar de que haces gala, entre gente tan seria y pensadora. Deja ya de volar, repliega el ala, y empéñate en faena productora, esa porfía en tu ilusión es mala y no tiene más don que ser sonora. Deja ya la ilusión, porque a la larga sólo tendrás una congoja amarga, y si en eso prosigues, lograrás que en lo más empinado del camino te magullen las aspas de un molino mientras ríe mi cuerpo... y nada más. LUZ DE SANGRE Poeta profesor de la esperanza y ruiseñor de la constante aurora, que vas dejando tu canción sonora lejos del bienestar de Sancho Panza; ya que tu corazón, hora tras hora, esgrime la ilusión como una lanza de Quijote inmortal, que no descansa, en el altar de Dios, bendice y ora. Y si quieres, pastor de corazones que haya lumbre de amor en tus canciones, quémate con el fuego de tu luz, como el Maestro de Sapiencia pura que para iluminar con su ternura se prende con tres clavos de una cruz.

TE MIRO EN LA MARCHA Pasito a pasito, temerosamente, vienes caminando risueño y temblón; te estremece acaso tu empeño inocente y a mí me estremece paterna ilusión. Principias la marcha temerosamente, principias la marcha risueño y temblón, y al mirarte siento que, súbitamente, principio una nueva peregrinación. Te miro en la marcha: los brazos abiertos, las manitas trémulas, la risa hecha trino, los ojos perdidos en rumbos inciertos, pero no comprendo si en tu bello anhelo eres hijo mío que empieza el camino o eres pajarito que comienza el vuelo. LA ULTIMA SAMARITANA Por la sombra ritual de la capilla cruza un rayo de sol –junco de oro venido del jardín que afuera brilla, para mecer los cánticos del coro-. ¡La imagen de Jesús! En su mejilla palpita, como luz, el santo lloro, y la angustia refleja su amarilla palidez en el místico decoro. Al recinto de paz llega el rugido de la exterior, carnavalesca lucha, como grito insultante y maldecido, y en medio de las sombras, el Rabino se estremece, extenuado, porque escucha nuevos golpes del paso de Longino. ------------------------------------------------ Hay púrpura en la frente y el costado, la luz en las pupilas agoniza, y el oscuro cabello ensortijado tiembla –frío, tal vez- a cada brisa. El labio de Jesús está acediado por una sed letal, que no suaviza la caridad del hombre, alimentado con la sangre del mismo que agoniza.

La golondrina, húmeda su gala entre la niebla, por su vuelo rota, entra al santuario, convulsiona el ala con amor, de los hombres imprevisto, y en un giro sutil, deja una gota entre los labios cárdenos de Cristo. INVERNAL Redobla en su tambor el aguacero con una pertinaz monotonía, y el alma entumecida se diría que busca la quietud de algún alero. Tanta ilusión me falta y tanto espero, que al asomarse a la desierta vía, en lastimosa vagabundería me corazón se siente pordiosero. ¿A quién pedir? limosna de ilusiones es la limosna que jamás nos llega para poder saciar los corazones. En el hambre del alma entristecida, precisa, ante el bocado que se niega, morder el pan de nuestra propia vida. ZAMORA MARTINEZ, JOSE Murcia. Siglo XX. AMOR Cual astro que ilumina el firmamento eres estrella que mis pasos guía, coronada de luz y de poesía, la poesía y la luz del sentimiento. Con el ritmo ideal del pensamiento su cántico de amor mi alma te envía, como la alondra, que al nacer el día cruza el espacio y su canción da al viento. Cual símbolo de amor hay en tu frente un beso, que la aurora refulgente dejó en todo tu ser algo divino que emana de lo grande y te rodea:

¡algo que puso Dios en tu camino para que el mundo lo vislumbre y crea! ZAMORANO, RICARDO España. S iglo XX. Poeta hallado en Internet. EL TESORO Dos columnas pálidas, dos eternas columnas que relucen de blancura forja la línea irreprochable y pura como trazada en mármol, de tus piernas. Con que noble prestigio las gobiernas cuando al marchar, solemne de hermosura, imprimes a tu cuerpo la segura majestad de las Venus sempiternas. Y cuando, inmóvil, luminosa y alta, en desnudez olímpica te ofreces, entre tus muslos de marfil resalta, como una sombra, el bosquecillo terso de ébano y seda, bajo el cual guarneces el tesoro mejor del universo. ZAMPINI, VIRGILIO FRANCISCO Chabut. Argentina. Siglo XX. Poeta hallado en Internet. DOS SONETOS PARA EL RIO CHUBUT I Hubo una vez –quién puede decir cuando- un nombrador tehuelche en tus orillas; los siglos le narraron las sencillas maneras que uno tiene de ir nombrando. Con los ojos del pájaro buscando el territorio de las maravillas, no sin asombro, el indio, de rodillas, bebió tus aguas y te fue llamando. La soledad, el viento, la meseta,

se volvieron palabras de tu cauce ¿Quién puede decir cuándo? Pero el sauce sintió de pronto que era una silueta espejada, con risas, en su frío. Supo tu nombre para siempre, río. II Y otros hombres vinieron al misterio de tu sinuoso trazo. Fue el hispano conquistador que edificó el Imperio de los Césares con su sueño vano. ¿Para qué permitir que naufragara el afán de los oros y las glorias de aquel monarca que se imaginara escribir, a tu vera, otras historias? Y fue el galés, cantor de libertades que dio su espalda, firme, a los retornos, para plantar, de frente, tus ciudades. Así hubo paz en todos los contornos. ¿La espada? Fatigado desvarío. Hay mujeres y versos. Y hay un río. ZAMUDIO, CATALINA España. S iglo XVII Poeta hallada en Internet. SONETO A VICENTE ESPINEL El que con tierna voz del reino oscuro templó el furor y suspendió el tormento, y el que con dulce, y regalado acento trajo las piedra sal Tebano muro, si oyera de tu estilo raro, y puro, el son airoso, y numeroso aliento, hicieran a tu canto el movimiento, que al suyo hizo el corazón más duro: que si entre brutos y en el siglo bruto eternizaron tanto su memoria con simple voz por el inculto oído: tanto más te levanta el gran tributo,

que en este siglo das, cuanto es más gloria vencer al vencedor, que no al vencido. ZAMUDIO, MARGARITA Chile. Siglo XX. Poeta hallada en Internet. ESTRELLA Desde la sombra amable de la estancia el cielo con su luz se transfigura y como gema en la vitrina oscura brilla sobre el abismo en la distancia. Deja escapar al aire su fragancia como una flor pletórica y madura y cuando el sol se pone ya procura mostrar como el diamante su sustancia. Sobre la negra noche el diminuto broche, como una joya de diseño, en terciopelo negro e impoluto. ¿Qué sustancia se oculta en ese sueño? ¿Qué materia palpita en el minuto en que el astro me mira así, risueño? PRIMAVERA Primavera del alma, primavera, de marzo, abril y mayo la corona, de febrero los ríos abandona y empieza de la vida su carrera. La fiera deja atrás su madriguera y juega entre la niebla retozona, no piensa, no medita, no razona, sólo danza feliz en la pradera. Tersa piel, ilusiones, ansias, sueños, luchas, temores, miedos y osadías, juegos de amor y cánticos risueños. Primavera de penas y alegrías, baños de sol y vuelos aguileños hasta juntar la noche con el día. MUSICA

Bajo la tenue, débil luz difusa ha saltado al papel una corchea: golondrina posada en la azotea trina al viento con una semifusa. Y loca por cantar, estoy con-fusa y con una gentil semicorchea. Tanto baile de locos me marea y para no bailar no tengo excusa. Sin avisar se cuela por la blonda de mi sostén. Se encienden los faroles y el pentagrama allí forma una onda. Me abrazan sostenidos y bemoles, forma un dúo conmigo una redonda y en el cenit se funden arreboles. SONETO A DUO Anoche compusimos un soneto escrito sobre el viento y la distancia. Me llegó tu calor y tu fragancia que guardo en el cajón de mi secreto. Es un bello jardín cada cuarteto. Se introduce hasta el fondo de tu estancia, te abraza con la ardiente concordancia vibrante en cada voz del alfabeto. Amansamos el ritmo y la locura sin importar el tiempo ni el espacio, sin importar el seso y la mesura. Sin freno este corcel, cabalgadura a galope tendido. ¡Qué hermosura estos versos de miel y de topacio! EL ARBO L Estuviste clavado tantos años junto al húmedo cauce del torrente, que te crecieron ramas en la frente y no te son los pájaros extraños. La nieve ya cubrió los aledaños, se hielan tus raíces lentamente y se lleva tus hojas la corriente hacia un mar de profundos desengaños.

Espera, viejo árbol. Tu corteza resistirá los fieros elementos aunque agote la savia la tristeza. Dame la sombra y paz de tu cabeza y deja que las aves y los vientos me envuelvan en rumores de belleza. PARTIR DE CERO Antes de oír el último latido y de sentir al ángel de febrero, despejadme la nieve del sendero y abridme las ventanas del olvido. Ayudadme a salir. Me desoxido. Quiero ser la cigarra y el jilguero, empezar otra vez, partir de cero, gritar con un magnífico alarido. No quiero ser ni zángano ni abeja. Segando desamor en el verano me quemé bajo el sol sin una queja. Rompedme los barrotes de la reja. Antes que llegue el viento tramontano quiero ser golondrina que se aleja. AGUA De la alquimia perfecta de los cuatro elementos, del choque formidable de mundos siderales, del paciente alambique de mundos celestiales, nace el agua a la vida en mil alumbramientos. Retoza en los torrentes, medita en los conventos de las grutas oscuras, galopa en los caudales, juega con la sirenas de fondos abismales, las ninfas de los ríos, las xanas de los vientos. Azules arabescos dibujando en el mapa llega hasta mi domada, como gato mimoso refrescando el ardiente contorno de mi capa. Te quitaron la fuerza de tus garras de oso y sólo un fresco aliento en arpegios se escapa de la quietud umbría del pozo misterioso. FLOR

Se posó la belleza en la ventana, ha crecido la flor en el desierto, han nadado los cisnes en el yerto corazón de la noble ciudadana. Ha brotado la vida en la sabana han danzado las flore sen el huerto. Un milagro de amor. ¡Qué desconcierto esta bella locura franciscana! La emoción de la vida se desliza con un rumor de cantos en las breñas. La vida: salamandra escurridiza. Un enjambre de plumas aguileñas, de estrellas y de líquenes, tapiza las abruptas laderas ribereñas. ZAMUDIO, MARIA ELOISA Resistencia. Argentina 1.896 – 1.967 Profesora y poeta hallada en Internet. EL DESTIERRO DE LA LUNA No mires aquí abajo, amiga Luna, prodigando tu místico tesoro; tu romántica lumbre le importuna a tanto mercader que oculta su oro. En los dominios de la tierra bruna que alumbran las estrellas de tu coro, impera hasta en los cánticos de cuna Áurea estridencia de metal sonoro. Desterrada ya estás, oh, ¡pobre amiga! por todas las tinieblas del planeta, como una cosa vaga y enemiga; y sólo ha de llorarte algún iluso, el corazón transido del poeta o el triste pensamiento del recluso. LA MUERTE Asiste a cualquier hora, la Bendita, tan piadosa, tan dulce, tan serena... ¡Cómo sabe que el mundo necesita el beso blanco de su boca buena!

¿Qué sería sin ella tanta cuita que nadie quiere oír? ¿En qué alma ajena volcar toda la sombra que gravita sobre la soledad de torva pena? ¿Qué fuéramos sin ella, sin la Pura, que tiene inmensa compasión del alma prisionera en arcilla sin ventura? ¿Qué hacer, sin la que siempre nos acoge, sin su profundo corazón de calma sin su mano de amor que nos recoge?