AUTOBIOGRAFIA JUAN CARLOS CORIA CUIRIZ Agosto 19-2015

Estudiante de Ingeniería Industrial en el ITM, nací un 26 de junio de 1995 en un pequeño pueblo del Estado de Michoacán considerado un pueblo mágico lugar de los indios purépechas o tarascos, el “lugar donde tiñen de negro” Pátzcuaro. A mi corta edad he vivido infinidad de experiencias mismas que han marcado mi buen juicio, pues el buen juicio viene de la experiencia y mucha de ella viene del mal juicio. Una infancia inolvidable marca mi vida para siempre, recuerdo los tiempos de primaria con excelentes notas académicas acompañados de bellos momentos juegos con amigos paseos por el bosque, días de pesca, noches de acampar, pijamadas y sobre todo esos momentos en que mi abuelo me sentaba en sus piernas y me hablaba sobre la vida.

Después llegaron los estudios de secundaria y con ellos la rebeldía y las tentaciones y los noviazgos. Manteniendo buenas notas académicas el mejor dentro del taller de mecánica automotriz , pero con un cierto grado de rebeldía, no fue impedimento para lograr participar en carreras de atletismo el cual fui ganador de los 8 km, participe en la selección de vóley boll de mi institución obteniendo el segundo lugar de los regionales, dirigí la mayoría de los actos cívicos de mi escuela por la facilidad y buen desempeño que mis profesores notaban de mí que tal vez suene insignificante pero aprendí mucho de ello. A los 13 años fumé mi primer cigarrillo tuve mi primer escape de la escuela así como también mi primera expulsión temporal. Nada que no se haya solucionado con un buen castigo, pero cuando uno es pre adolecente y te dejan volar en lo último que piensas es en el castigo.

Posteriormente llego el bachillerato, la rebeldía siguió y cuando algo no te gusta no lucharas por ser el mejor ingrese al bachiller químico-biológico especialidad en puericultura por petición a mi padre, pero aquí con lo que no me gusto la especialidad y conocí el primer gran amor de mi vida los buenos promedios bajaron, pero tampoco fue impedimento para obtener una beca de aprovechamiento escolar, aun que falte la mayoría de clases fue aquí mi mayor momento de rebeldía me “salaba” las clases para ir al billar a los videojuegos etc. Todo lo que se ocurriera siempre y cuando fuera con amigos presentaba exámenes con buenas notas. Mis padres tuvieron que tomar la rienda y ajustar al potro, entre a trabajar el segundo año de bachillerato aquí aprendí a valorar las cosas, y desde ese momento como dicen las personas senté cabeza, trabaje en un taller mecánico, posteriormente un taller de carpintería, ingrese a un grupo de teatro en mi localidad participe en varias obras[...]

Cuando tenía 17 al fin pude saber para que había nacido y supe de la carrera de ingeniería industrial, y aun que tenga también mucho placer por la lectura y las artes me decidí a ser un buen ingeniero industrial y, aquí estoy forjando mi camino, camino que no ha sido para nada fácil pero yo nunca me rindo, trabajo y estudio y esto me ayuda a desarrollarme más íntegramente y conocer la realidad de mi país, valorar el esfuerzo y apoyo de mi familia y esto me da motivo suficiente para seguir siempre por el buen camino y ayudar al mejoramiento de mi país ...