Astro Fi Sica

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 Uno de los centros de interés de la Programación Neurolingü ística es el análisis del lenguaje verbal del paciente. Constantemente nos detenemos en él, verificando si el mensaje contiene la información deseada, utili!ando preguntas específicas del "odelo de Precisión para acceder a los datos faltantes. #l discurso también es portador de las creencias del paciente, a partir de él detectamos si son limitantes para su conducta, productores de síntomas, o si, por el contrario, le facilitan la b$s%ueda de soluciones. #n todo caso, cuando seguimos esta vertiente procuramos objetiva r cada ve! más el lenguaje &ablado. Pero en PN' también trabajamos con la metáfora, el lenguaje desde su cari! poético, buscando más bien la apertura la ampliación de los mapas mentales. 'a palabra metáfora tiene sus raíces en la lengua griega, con el significado de (llevar más allá) (trasladar(. *e traslada una idea, un sentido, llevándolo desde un significado concreto a otro simbólico o figurado %ue lo represente. #s decir , e+presamo s una cosa por medio de otra, similar en alg$n aspecto. 'a metáfora, por tanto, implica una comparación, en la cual dos cosas %ue son diferentes se vinculan a partir de alg$n rasgo similar) puedo &ablar de (las perlas de tu boca(, por%ue los dientes las perlas comparten la cualidad de (blancura(. Una metáfora %ue no se asemeje en nada a a%uello %ue supuestamente represent a deja de ser una metáfora, para convertirse simplemente en un significado concreto. #l lenguaje metafórico es $til para sembrar nuevas ideas. 'os grandes líderes políticos religiosos de todas las épocas lo sabían, por eso no solían e+presar sus ideas directamente, sino %ue &ablaban a su gente por medio de parábolas alegorías. #ste tipo de comunicación, %ue llamaremos indirecta, genera menor resistencia por parte del %ue escuc&a, a la ve! %ue tiene un maor impacto emocional, a %ue es capa! de evocar imágenes, sonidos sensaciones. Lenguaje directo e indirecto #l lenguaje directo es a%uél en el %ue se e+presa a%uello %ue concretamente se %uiere decir, el %ue esto utili!ando al escribir este párrafo. *e lo suele vincular al funcionamiento del &emisferio cerebral i!%uierdo o dominante, %ue es lógico, racional, secuencial. a mbién se lo asocia al funcionamiento de nuestra mente conciente. #n cambio la metáfora es lenguaje indirecto- se lo relaciona con el &emisferio cerebral derec&o o no/dominante0, %ue es más intuitivo global. #l mismo funciona por asociación de ideas, así sean absurdas o cómicas, con lo cual favorece el pensamiento lateral la aparición de opciones %ue parecían ine+istentes para el pensamiento lógico. Podemos apelar entonces a la metáfora como un recurso para &acer surgir soluciones.

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Uno de los centros de inters de la Programacin Neurolingstica es el anlisis del lenguaje verbal del paciente. Constantemente nos detenemos en l, verificando si el mensaje contiene la informacin deseada, y utilizando preguntas especficas del Modelo de Precisin para acceder a los datos faltantes. El discurso tambin es portador de las creencias del paciente, y a partir de l detectamos si son limitantes para su conducta, productores de sntomas, o si, por el contrario, le facilitan la bsqueda de soluciones. En todo caso, cuando seguimos esta vertiente procuramos objetivar cada vez ms el lenguaje hablado. Pero en PNL tambin trabajamos con la metfora, el lenguaje desde su cariz potico, buscando ms bien la apertura y la ampliacin de los mapas mentales. La palabra metfora tiene sus races en la lengua griega, con el significado de "llevar ms all: "trasladar". Se traslada una idea, un sentido, llevndolo desde un significado concreto a otro simblico o figurado que lo represente. Es decir, expresamos una cosa por medio de otra, similar en algn aspecto. La metfora, por tanto, implica una comparacin, en la cual dos cosas que son diferentes se vinculan a partir de algn rasgo similar: puedo hablar de "las perlas de tu boca", porque los dientes y las perlas comparten la cualidad de "blancura". Una metfora que no se asemeje en nada a aquello que supuestamente representa deja de ser una metfora, para convertirse simplemente en un significado concreto. El lenguaje metafrico es til para sembrar nuevas ideas. Los grandes lderes polticos y religiosos de todas las pocas lo saban, por eso no solan expresar sus ideas directamente, sino que hablaban a su gente por medio de parbolas y alegoras. Este tipo de comunicacin, que llamaremos indirecta, genera menor resistencia por parte del que escucha, a la vez que tiene un mayor impacto emocional, ya que es capaz de evocar imgenes, sonidos y sensaciones. Lenguaje directo e indirecto El lenguaje directo es aqul en el que se expresa aquello que concretamente se quiere decir, el que estoy utilizando al escribir este prrafo. Se lo suele vincular al funcionamiento del hemisferio cerebral izquierdo o dominante, que es lgico, racional, secuencial. Tambin se lo asocia al funcionamiento de nuestra mente conciente. En cambio la metfora es lenguaje indirecto; se lo relaciona con el hemisferio cerebral derecho (o no-dominante), que es ms intuitivo y global. El mismo funciona por asociacin de ideas, as sean absurdas o cmicas, con lo cual favorece el pensamiento lateral y la aparicin de opciones que parecan inexistentes para el pensamiento lgico. Podemos apelar entonces a la metfora como un recurso para hacer surgir soluciones. necesaria para dejar que ingresen ideas y modos de solucin alternativos. Cuando la lgica no sirve podemos tener una alternativa con el lenguaje indirecto o lenguaje de la metfora. La esencia de la metfora es la analoga, la comparacin. Cuanto ms simple es la comparacin, ms cerca de la conciencia est. Cuanto ms compleja y ms transformada est la analoga, ms va a eludir el control de la conciencia y va a entrar a nivel inconciente. La metfora no impone, sino que sugiere. No ordena, sino que siembra, dejando a quien escucha que tome slo lo que necesite y lo haga madurar a su propio ritmo, para degustar sus frutos en el momento adecuado. Nuestro lenguaje cotidiano est impregnado de metforas, de las que a veces ni nos percatamos: "se me hel la sangre", "me clav un pual en el corazn", etc., son expresiones metafricas corrientes para referirse a vivencias de otro orden. Tenemos metforas para definir al mundo y a la vida: "la vida es un valle de lgrimas", "el mundo es un pauelo", etc. Lo interesante es que si definimos metafricamente al mundo de determinada manera, ser ms congruente que actuemos de un modo y no de otro. Si la vida es un valle de lgrimas, dnde hay lugar para la felicidad? Habr alguna otra forma de crecer y evolucionar, ms all del sufrimiento? El camino del hroe Una interesante metfora de la vida es la que se encuentra implcita en la mayor parte de los relatos mitolgicos y las leyendas folklricas: la vida como el camino de un hroe que se transforma, al resolver diferentes situaciones y pasar por diversas peripecias mientras lo transita. Este hroe (o herona) atemporal y universal es el reflejo de los desafos que encontramos en el camino de la vida: conflictos cotidianos, bsquedas, crisis, aprendizajes, experiencias todas que contribuirn a nuestra evolucin personal y a la transformacin de nuestra conciencia. Joseph Campbell fue un estudioso de todos esos mitos, rituales, sueos, cuentos, y de la religin como metfora de la bsqueda de la propia trascendencia. Dice que todas estas producciones tienen la misma estructura porque provienen del mismo lugar, y ese lugar es el inconciente, ya sea el inconciente personal o el inconciente colectivo. Los sueos son un mito personalizado, y es la persona quien tiene la clave para descifrarlo. Y los mitos son una suerte de sueo colectivo, un sueo de todas las generaciones anteriores a las nuestras, de todos los pueblos del mundo. En las culturas "primitivas" normalmente no exista la adolescencia. El pasaje de la niez a la adultez se daba a partir de un ritual. En el mismo se separaba al nio de su mundo conocido, familiar, y se lo llevaba a otro espacio, un templo, o un lugar especial, donde se llevara a cabo la iniciacin propiamente dicha. All, acompaados siempre de un gua, tenan que pasar por ciertas pruebas y aprendizajes, y reciban ciertos conocimientos especficos que los iban a preparar para la vida adulta. Luego regresaban al mundo normal pero ya con otra categora, la cual poda reflejarse en cambio de nombre o de vestimenta (como ocurre en la ordenacin de un cura o de una monja). Segn Campbell, los mitos del camino del hroe siguen bsicamente la misma estructura del ritual de iniciacin, cuyas tres fases son: la preparacin, la iniciacin propiamente dicha, y el regreso (cada una con varias sub-fases). Una historia puede respetar estas fases de manera lineal, secuencial, o bien contenerlas desordenadamente; puede omitir una o varias etapas, o puede repetir alguna, ya sea en forma idntica o con variaciones. Pero en definitiva, estas etapas sern siempre reconocibles si sabemos buscarlas. La metfora como instrumento de cambio No slo podemos disfrutar de la magia de los mitos, leyendas y cuentos de hadas; tambin podemos utilizarlos como poderosos instrumentos de cambio. A esto lo llamamos "metfora teraputica". Cuando alguien nos relata un problema, es posible que recordemos espontneamente algn cuento, novela o pelcula. Nuestra propia mente inconciente encontr alguna analoga entre ese problema y la metfora, traz un paralelo en el que es probable que se encuentre el germen de una posible solucin. Esto es lo que haca Milton H. Erickson, el famoso psiquiatra e hipnoterapeuta cuyas estrategias modelaron Bandler y Grinder. Sus sesiones de terapia generalmente consistan en el relato de varios cuentos o ancdotas, sin ningn nexo aparente entre ellos (o con el motivo de consulta del paciente). Sin embargo, el hilo conductor era que despertaban en quien los escuchaba el o los recursos que ste necesitaba para superar el problema por sus propios medios. (Quien desee profundizar en esta tcnica puede leer "Mi voz ir contigo", de Sidney Rosen). Tener un buen repertorio de cuentos y leyendas es de suma utilidad para el psiclogo clnico, ya que stos pueden incorporarse a las otras tcnicas teraputicas que maneje, como ilustra Jorge Bucay en "Recuentos para Demin", donde un paciente ficticio plantea diferentes problemticas, a las que el terapeuta responde con sendos cuentos. Esa puede ser una buena alternativa para comenzar, despus resulta una interesante aventura la tarea de acopiar historias que nos resuenen ms, que hagamos carne para poder relatarlos con la naturalidad de los narradores, aquellos que durante siglos se sentaron frente a un fuego deleitando a su auditorio...