Aspectos Socio-Económicos de Las Etnias Guajiras
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Prof. Gustavo Hernández Dávila
ASPECTOS SOCIO – ECONÓMICOS DE LAS ETNIAS INDIGENAS GUAJIRAS Para caracterizar los elementos resaltantes de las condiciones sociales y
económicas de la Guajira venezolana, debe tomarse en consideración la convivencia
que en ella realizan una mezcla de habitantes, la mayoría de ellos indígenas de la
etnia Wayúu, conjuntamente con las tribus de laguna conocidos como la etnia Añú,
ambos mezclados con una población no indígena, denominados por ellos mismos
“alijunas”, de descendencia originaria europea, arábica y africana.
1 Población y Etnias Indígenas
Los pueblos indígenas que conviven en la Guajira Venezolana son
fundamentalmente de las etnias Wayúu y Anúu, ambas de origen Arawaco.
Según el Censo Indígena efectuado por la Oficina Central de Estadística e
Informática (OECI) en 1992, que constituye a la fecha la fuente más completa
y confiable, la población indígena en la Guajira Venezolana asciende a
185.883 personas mas 5.224 personas adicionales que habiendo declarado
no ser indígenas, manifiestan formar parte de un hogar indígena. De este total
de población indígena en la Guajira venezolana, la Etnia Wayúu tiene 168.443
personas y la Etnia Añú 17.440 personas.
A pesar de ser dos etnias de raíces
antropológicas profundas, se observa una
gran variabilidad socioeconómica y
cultural entre las comunidades de estas
dos etnias que integran a la Guajira
Venezolana, todo ello como producto de
la interacción de tres factores: la cultura
original y la historia del pueblo indígena al
que pertenecen, las actividades
económicas regionales y las
interrelaciones de las comunidades con la
sociedad no indígena o “alijunas”. Dentro
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de esta variabilidad, sin embargo, las comunidades y los individuos indígenas,
incluso cuando residen en el medio urbano, han conservado una fuerte
identidad étnica en relación al pueblo al que pertenecen. Estas comunidades
indígenas urbanas constituyen «barrios» indígenas que padecen todos los
problemas de la marginalidad urbana, agravados por la discriminación, pero
en la mayoría de los casos mantienen relaciones regulares con sus
comunidades de origen, incluso sistemas de intercambio, conforme a los
patrones organizativos propios de su cultura. Una pequeña proporción de nivel
medio, no cuantificada, incluye profesionales y empresarios. Los indígenas
mayoritarios de la etnia Wayúu tienen su población distribuida en varios
medios, desde los más apartados y tradicionales posibles hasta los urbanos,
logrando cierto acceso a los recursos materiales y culturales de los diferentes
medios; este fenómeno es quizás el causante fundamental de la variabilidad
entre comunidades sin menoscabo de su identidad étnica.
La distribución demográfica de
los Wayúu en la península está
íntimamente relacionada con los
cambios estacionales; durante la
estación seca muchos Wayúu
buscan trabajo en Maracaibo o
en otras ciudades o pueblos,
pero cuando llegan las lluvias un
gran número de ellos retorna a
sus casas. No así los habitantes
pertenecientes a la etnia Anúu, quienes permanecen en sus sitios creando
poblados específicos. Los Wayúu no tratan de agruparse para formar pueblos;
en el interior de la península, la gran mayoría de las casas se encuentra a
varios minutos de camino una de otra. La gente explica que al vivir más cerca
unos de otros se haría más difícil el manejo de los rebaños. Precisamente en
esta circunstancia radica el alto nomadismo del Wayúu en comparación con el
Anúu. El primero tiene como actividad central el pastoreo de ganado ovino y
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caprino, mientras que el segundo tiene sus prioridades de vida en torno a la
pesca. Por esto, los Anúu, son también conocidos como paraujanos ("hombres
de mar") habitan la Laguna de Sinamaica, el Gran Eneal y las costas del Golfo
de Venezuela. Su vivienda tradicional es el palafito, con estructura y pisos de
mangle, y paredes y techos cubiertos de enea. Sus casas se reúnen en
grupos comunicados por pasarelas y por embarcaciones pequeñas empleadas
para la pesca. Así, los poblados indígenas Anúu mas conocidos so los de
Santa Rosa de Agua, Nazareth, Boca del Cano, El Barro, Sinamaica, Las
Parcelas, Zanzíbar, Nuevo Mundo, El Arroyo, Los Robles, Matuare y
Guanama. El Anúu tiene varios
tipos de vivienda que dependen de
su ubicación geográfica y condición
de vida dentro de la Guajira. En las
desembocaduras de los ríos y en
los manglares de toda la costa
Goajira se forman lagunas a
manera de remansos donde los
paraujanos construyen sus palafitos
de vara de mangle y techos de
palma con paredes de enea o junco propio de la zona, formando comunidades
en agrupaciones bien ordenadas conectadas por canoas y balsas. Este tipo de
vivienda tiene una gran importancia para la historia venezolana. Porque
Alonso de Ojeda el conquistador español al entrar al Lago de Maracaibo y ver
aquellas pequeñas ciudades palafíticas las comparó con Venecia en Italia
llamándolas Venezuela, que quiere decir pequeña Venecia.
Los Paraujanos que habitan la zona desértica, llanos de cujíes tumbados por
el viento y duna de área construyen casas temporarias cubriendo los árboles
recortados por el viento con una lona que se cubre de arena y debajo
protegido al viento guindan sus hamacas creando lo que llamamos las casas
de viento. Otra variante de casas temporarias es la casa solar de techo
movible hecha con gran ingenio. Consiste en un techo de vara y palma
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apoyado en dos horquetas y con un tirante que permite mover el techo para
que nunca entre el sol.
Todos los residentes de un
asentamiento Wayúu pertenecen a
una serie o agrupación
determinada de parientes uterinos,
y cada serie de parientes se
agrupa en una ranchería; el
conjunto de parientes uterinos
cercanos constituyen el núcleo de
la mayoría de los caseríos. En
cada ranchería los miembros comparten derechos y recursos en común, sea
la huerta, el pozo, un cementerio, en fin, tienen una red de estrecha
colaboración, y los vínculos sociales de parentesco y afinidad son los criterios
decisivos que vinculan todas las casas a una determinada unidad social.
La vivienda típica Wayúu consiste en una pequeña casa, llamada piichi en la
Alta Guajira y miichi en la Baja Guajira; generalmente dividida en dos cuartos,
donde cuelgan las hamacas para
dormir, las mochilas de algodón tejido
donde va todo el ajuar de la familia, y en
el suelo y al pie de las paredes, las
vasijas de barro con cuello angosto,
donde se guarda el agua. En la parte de
afuera hay algunos palos con horqueta,
clavados en el suelo, donde colocan
calabazos huecos llenos de semillas
para sembrarlas a su debido tiempo.
Las viviendas tienen una estructura rectangular, aunque en algunos lugares
de la Alta Guajira se encuentran casas de formas semicirculares. Los tejados
son típicamente inclinados o en forma triangular, y están construidos en
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yotojoro, el corazón seco del cactus (Lemaireocereus griseus), llamado yosú
por los indígenas. Las paredes de estas viviendas están cubiertas unas veces
con bahareque, otras veces de argamasa y yotojoro; utilizan también las cajas
de embalaje de las mercancías y artículos que hasta ellos llegan. Actualmente
hay un gran incremento en el número de casas con tejado de zinc y palma, y
la apariencia de estas viviendas ha variado como consecuencia del uso del
cemento y otros materiales de construcción modernos.
Cerca de la casa principal se encuentra la enramada, llamada luma, que
consiste en un tejado con techo plano que reposa sobre seis postes. La
enramada es un sitio importante; allí se desarrollan las actividades del día y
también es el lugar donde son atendidos los visitantes, donde se transan los
negocios y donde los parientes cuelgan las hamacas para hacer la siesta
durante el día.
Casi todas las viviendas tienen
su cocina aparte; generalmente
los lugares para cocinar no
tienen techo, y están cerrados
parcialmente con un cerco de
cactus, para proteger la cocina
del viento y la arena. Algunas
casas tienen también una
estructura, de tres paredes que
sirven para resguardar el telar, donde las mujeres elaboran las hamacas,
chinchorros, sobrecinchas y fajas para los hombres. Bastante retiradas de la
vivienda principal se encuentran una o dos cercas para los ovinos y caprinos,
animales estos que constituyen la fuente de riqueza principal del indígena
Wayúu.
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2 División Político – Territorial
La Guajira Venezolana está subdividida políticamente en tres Municipios,
uno de características geomorfológicas insular como lo es el Municipio
Almirante Padilla y dos municipios continentales, al Norte el Municipio Páez
y al sur, el Municipio Mara.
Municipio Páez El Municipio se subdivide en las Parroquias de Alta Guajira, capital Cojoro;
Guajira, capital Paraguaipoa, con una población (1997) de 12.945
habitantes; Elías Sánchez Rubio, capital El Molinete y Sinamaica, capital
Sinamaica, con una población (1997) de 7.250 habitantes, la cual es a su
vez la capital del Municipio, fue fundada en 1774 por el Brigadier Antonio de
Arévalo. Otras poblaciones importantes son El Arroyo, El Escondido, El
Cairo, Paraguanchón, Las Guardias, Pararú, Guarero, Los Aceitunitos, Los
Filudos, La Punta, Sichipés, Neyma, Jasay, Calicatay, Parachuo, Alpiapá, y
Cojea.
Relación Geográfica entre los Municipios Mara, Páez y Almirante Padilla
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Municipio Mara El Municipio se subdivide en las Parroquias de Luis de Vicente, capital San
Felipe de Guasare; Marcos Sergio Godoy, capital Cachirí; Las Parcelas,
capital Carrasquero; La Sierrita, capital La Sierrita; San Rafael, capital San
Rafael del Mojan, fundada en 1832 y la cual es a su vez la capital del
Municipio, con una población (1997) de 26.903 habitantes; Tamare, capital
Tamare y Ricaurte, capital Santa Cruz de Mara. Otras poblaciones
importantes son El Curarire, Los Cardones, Tropezón, Los Caballos, Los
Golpes, Las Cuatro Bocas, Campo Mara, La Paragua y Puerto Mara.
Municipio Almirante Padilla El Municipio se subdivide en las parroquias de Monagas, capital San Carlos
e Isla de Toas, Capital El Toro, la cual es a su vez la capital del Municipio.
Entre las islas más destacadas se encuentran Toas, San Carlos, Sapara y
Pescadores. Recientemente se añadió una isla artificial producto de los
sedimentos del dragado del canal de navegación del Lago de Maracaibo,
conocida como la Isla de San Bernardo.
División Político Territorial de los Municipios Mara, Páez y Almirante Padilla
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3 Organización Social y Cultural La caracterización de la organización social y cultural de las comunidades
que integran la Guajira Venezolana es contrastadamente compleja,
dependiendo del gentilicio propio de las agrupaciones sociales que en ella
conviven. Así, se debe tomar en consideración de manera principal, las
organizaciones relacionadas a las etnias indígenas Wayúu y Anúu por ser la
mayoría pobladora de la región. La población no indígena llamados
“alijunas”, o bien han asimilado las costumbres indígenas en su propio
régimen de vida o simplemente viven al margen de ellas absorbidos en las
actividades propias de grandes centros poblados urbanos vinculados a la
Ciudad de Maracaibo.
a) La Organización Socio-Económica
Los Wayúu tienen una economía mixta, ya que ninguna de las fuentes de
subsistencia es suficiente para producir alimentos en cada estación. Como
primera medida, el pastoreo de ganado es la actividad económica en la que
participa mayor número de personas. En la ganadería, los bovinos tienen
más valor, pero su crianza actualmente es limitada; junto con los caballos y
las mulas, fueron los rebaños más numerosos, pero debido al creciente
deterioro ecológico, las sequías excepcionales y la aparición de epidemias
del ganado en los últimos cuarenta años, se han diezmado los rebaños.
El ganado constituye una riqueza acumulada para adquirir prestigio,
además de ser un modo de asegurar la subsistencia o el enriquecimiento.
Pero también a menudo es intercambiado como mercancía, representando
la mayor parte de sus ingresos, se lo sigue intercambiando de modo no
comercial: para sellar una alianza matrimonial, los derechos sobre una
descendencia y como pago de compensaciones de todo orden. Además, las
labores diarias se organizan a partir de observar, pastorear y recoger los
animales, lo mismo que todas las actividades relacionadas con las
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migraciones periódicas en búsqueda de pastos y agua en épocas de
sequía.
Del ganado se toma lo esencial
de sus recursos y se consumen
la carne principalmente ovina y la
leche tanto ovina, como caprina y
bovina. Sin embargo, cuando se
trata de vacunos, debido a las
pocas técnicas de conservación
de la carne, resulta imposible en
muchas ocasiones, para una sola unidad de producción doméstica,
consumir y conservar la cantidad de carne que representa una cabeza de
ganado. Este hecho impone reparto con las otras unidades que el grupo,
reforzando las redes de obligaciones recíprocas que existen entre los
individuos y los grupos. En este contexto económico y social, el sacrificio de
ganado y su consumo revisten forzosamente un carácter social de tipo
ceremonial con un alto valor simbólico.
Los Wayúu van periódicamente
a vender ganado en los
mercados de Paraguaipoa y los
Filúos en Venezuela. Estos
mercados semanales tienen hoy
una importancia extrema en la
vida económica de la Guajira.
Con el dinero obtenido en la
venta de su ganado y de algunos productos de su artesanía (hamacas,
mochilas tejidas por las mujeres, etc.), los Wayúu compran alimentos como
azúcar, sal, café, plátanos y algunos productos manufacturados. El mercado
propio de la región de la Guajira, es más notorio en las épocas de verano y
escasez de agua; ya que en esta época del año los indígenas se ven en la
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obligación de vender sus animales con el fin de reducir el rebaño. Por otra
parte, en épocas de lluvia se retienen los animales y aumentan así los
rebaños; entonces abundan la leche, la cuajada y los quesos; los cuales en
parte son utilizados para el consumo familiar y el excedente vendido en los
mercados.
La actividad agrícola comienza con la aparición de las primeras lluvias.
Entonces cada familia Wayúu prepara una huerta, generalmente de una
hectárea, en la cual se siembra maíz, diferentes tipos de fríjol, yuca,
auyama, pepinos, melones y patillas. La huerta está cercada
cuidadosamente con cardones para impedir la entrada de los animales
especialmente de las cabras. Esta horticultura aporta durante tres o cuatro
meses un crecimiento importante de los recursos alimenticios. El ciclo de
vida de las plantas cultivadas por los indígenas, es extremadamente corto
en función de la adaptación a un clima bastante desértico, así como porque
el proceso de germinación de las semillas es acelerado sumergiéndolas en
agua durante unas doce horas antes de sembrarlas al comienzo de la
estación de las lluvias.
Se debe resaltar que las etnias indígenas de la Guajira desconocen por
completo la rotación de cultivos, principalmente porque carecen
verdaderamente de cultivos para rotar y usan como abonos deyecciones del
ganado y cenizas de quemas de hierbas que sirven como fertilizantes.
Nunca permiten que los terrenos permanezcan en descanso durante ningún
año para su recuperación, sino que los siembran año tras año hasta que
quedan completamente agotados, luego simplemente se mudan a otro sitio
dentro de esa vasta región.
Bajo el punto de vista de la organización de la propiedad privada, cada
huerta pertenece a un solo hombre; éste asigna a sus hijos el derecho a
utilizar secciones del terreno. Cada hombre cultiva su parcela asistido por
su consorte. Es común, entonces, que los propietarios de las parcelas
conviden a sus parientes y vecinos a faenas de trabajo en grupo para cercar
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y limpiar el terreno. Esta actividad se hace a cambio de comida y bebida:
carne, arepa y ron. Cuando la huerta se encuentra sin hierbas y sembrados,
se traslada la faena a la ranchería de otro de los afiliados, repitiéndose el
proceso.
Los aspectos aquí señalados, inducen a pensar que los indígenas Wayúu
se ven forzados por condiciones climatológicas y de condiciones de suelo a
moverse como tribus pseudo nómadas. Sin embargo, estableciéndose la
oportunidad cierta de un sitio con sustentabilidad permanente para la
producción de los productos agropecuarios propios a sus costumbres, así
como otros que pudieran incorporarse a una huerta familiar integral
sustentable, el Wayúu vería con agrado y felicidad la oportunidad de un
asentamiento permanente como sitio de vida familiar, sin menoscabo a su
independencia de tránsito por los vastos confines de la Guajira.
La pesca constituye la más
importante actividad económica
de los Anúu que viven tanto en
la costa como en las lagunas,
hasta el punto que hoy día un
gran número de indígenas vive
de ella exclusivamente. Los
indígenas ubicados frente al
Golfo de Venezuela, tienen poca pesca en comparación con los que están
ubicados en la costa occidental de la Península de la Guajira. Por ello las
familias Anúu conservan celosamente sus derechos de pesca, y las
personas que desean pescar en grandes cantidades en un territorio familiar,
tienen que obtener primero el permiso de sus propietarios; si no lo hacen,
surgen los conflictos.
Recientemente la pesca artesanal de mar, río y laguna ha sido
complementada con la cría de especies piscícolas como la tilapia y el
camarón. Desafortunadamente, la escasa ayuda de gobiernos ha impedido
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un desarrollo adecuado de este tipo de actividades llevados dentro de un
concepto social indigenísta. Así, los proyectos camaroneros que se han
pretendido instalar en la Guajira Venezolana han fracasado por no quererse
observar y respetar las costumbres de las etnias indígenas y su posibilidad
cierta de organización para el logro de los objetivos en el concepto de
desarrollo comercial el cual debe ser considerado, no bajo el espectro de la
sociedad altamente industrializada de las grandes ciudades, sino bajo el
enfoque de la generación de bienes de consumo para la subsistencia
operacional de las economías de los pobladores indígenas que viven,
crecen y mueren en la Guajira.
b) La Organización Socio-Cultural
El Parentesco La organización social de los Wayúu se fundamenta en el núcleo familiar.
Los lazos de consanguinidad que se dan en la familia se originan por la
línea materna a pesar de que existe el padre biológico, éste cumple con un
rol de reproductor dentro de la familia nuclear; las funciones del padre como
autoridad es cumplida por los tíos maternos dando así paso a la familia
extensa. De esta forma, los Wayúu se identifican como miembros de
agrupaciones de parientes uterinos asociados a un determinado territorio
con un sistema de parentesco que constituye el modo principal de
ordenamiento de su vida social. Es decir, el parentesco es la base de sus
relaciones sociales; el parentesco, la sangre y la carne constituyen el
vínculo genealógico de los Wayúu. La carne (eirruku) se transmite por vía
materna exclusivamente, y la sangre se transmite por vía paterna. Cada
Wayúu comúnmente tiene su nombre de carne: Epieyu, Pushaina, Jayaliyu,
etc.
Este tipo de parentesco, llamado en términos técnicos “matrilinaje”, es
entonces la relación jurídica que las une basadas en una ascendencia
común. El sistema de parentesco Wayúu, puede parecer muy extraño al
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hombre blanco de hoy y es sin embargo una de las formas más antiguas y
complejas de organización familiar y social; en éste sistema de normas de
descendencia se da solamente a través de los lazos femeninos por lo cual
los parientes son solamente hermanos maternos, de esta manera adquieren
más importancia los tíos maternos comparados con el padre, éste tipo de
descendencia establece entonces formas muy precisas para aclarar quienes
son de la familia y quienes no lo son., sin distingo de ninguna clase,
diferente a lo que ocurre en la familia occidental,
Así en general, dentro de la organización social encontramos el matrilinaje
restringido que comprende todos los hermanos de la madre y
eventualmente la abuela materna, la propiedad y el apoyo para la defensa
del grupo es la característica de éste, el matrilinaje extenso como unidad
social es considerada casi un sub-clan por cuanto incluye la totalidad de los
parientes maternos que crea un poder casi excepcional para litigar asuntos
graves que afectan toda la unidad familiar. El sistema de parentesco es
clasificatorio, donde los primos cruzados matrilineales se diferencian de los
primos cruzados patrilineales, y los primos paralelos de ambos lados
pertenecen al mismo grupo y reciben la misma denominación. La madre, el
padre y los hijos conforman el núcleo del sistema Wayúu de parentesco,
donde los hermanos son los únicos parientes por tener la misma sangre y la
misma carne. Los individuos que comparten este vínculo genealógico por la
carne son “apüshi”, son parientes uterinos. Con el padre y sus hermanos se
comparte la misma sangre, más no la carne, y se designan como “oupayu”,
que corresponde a la categoría de los parientes uterinos del padre.
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El Matrimonio
El matrimonio representa un arreglo contractual de carácter económico y a
veces político entre dos familias, en el cual el pago de la dote en ganado,
caballos y joyas es llevado a cabo por el novio a los parientes de la esposa.
Este cambio de propiedad pone la marca de legalidad sobre el matrimonio.
El hombre Wayúu contrae matrimonio por primera vez en una edad que
oscila entre los diecisiete y los veinticinco años como máximo, edad que va
condicionada a su independencia económica del núcleo familiar. Este
proceso de matrimonio empieza con la petición de mano, a requerimiento
del hombre, para cuyo efecto se nombra una comisión de varios ancianos
de linaje, para que pidan a los padres la hija pretendida y llevándoles una
cierta garantía materializada. Esta actividad social se realiza en la
ranchería de los padres de la novia,
donde se efectúa una ceremonia
llamada “ápajá”, que significa estar
oyendo. Si los parientes de la novia
aceptan la petición, el novio y su
padre reúnen lo que se exige en
pago de matrimonio y lo entregan al
padre de la novia. El matrimonio se
realiza así normalmente y de
preferencia en la casa de los
parientes de la novia. La localización
de la residencia de los nuevos desposados se ciñen teóricamente a una
regla de influencia matrilocal. Así, la joven pareja vive provisionalmente en
la casa de la madre de la esposa antes de construir otra habitación en un
lugar próximo a la primera, la mujer se mantiene entonces fijada a su
matrilinealidad mientras que el hombre es a menudo alejado del suyo.
Cuando una mujer llega a la menopausia, puede decirle a su marido que ya
no necesita de su compañía y que no va a tener más relaciones sexuales
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con él. Al llegar a esta fase de la vida, cada uno de los esposos escoge
residir con cualquiera de sus parientes uterinos.
La poligamia es el modelo preferido de matrimonio en esta sociedad,
aunque comúnmente solo los hombres ricos son capaces de mantener más
de una esposa, siendo esta situación tomada como un signo de riqueza y
una señal de prestigio. En los matrimonios poligámicos las coesposas
generalmente viven aparte, cada una con su propia madre y hermanas en
un arreglo matrilocal. El hombre pasa generalmente la mayor parte de su
tiempo cerca de su última esposa, pero no abandona a las precedentes, a
quienes hace visitas regulares.
Respecto a la herencia, se aprecia que los bienes se transmiten a sus
parientes uterinos, y entre ellos, de preferencia, a los hijos e hijas de sus
hermanas. En la sociedad Wayúu son muy comunes las donaciones en
vida, generalmente en ganado, joyas y objetos personales, otorgados en
algunas ocasiones por la madre a sus parientes uterinos, o por el padre a
sus respectivos parientes.
La Pubertad Femenina
En un sistema matriarcal es obvio
pensar que la pubertad en las niñas
está sometida a un severo rito de
paso. Cuando la muchacha
empieza a menstruar, es sometida
a un período de reclusión, al
término del cual se ha convertido
en mujer equipada para casarse.
Durante el inicio de esta reclusión,
la joven es completa o parcialmente afeitada y luego instalada en una
hamaca colgada cerca del techo de la casa. Durante los días siguientes es
cuidada con alimentos vegetales especiales, observando una dieta rigurosa.
En ese tiempo la bañan con frecuencia y la instruyen en las tareas
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femeninas, tejido, hilado, le imparten conocimientos sobre los procesos
tradicionales de control natal y de, embarazo. Este período de reclusión
oscila desde dos o tres meses hasta algunos años, de acuerdo con el rango
social de la joven doncella. El fin de la reclusión es festejado con una gran
fiesta, que es, sin lugar a dudas, la manifestación colectiva más popular en
la actualidad y la más corrientemente
practicada, durante la cual la muchacha
es presentada públicamente a los
parientes, vecinos, amigos y parientes
políticos.
La Religión
Se cree profundamente en el mundo de
los espíritus cuyo contacto con el mundo
real es por la vía de los sueños. La
profesión de líder religioso o piache no es hereditaria. Las personas que van
a ser chamanes reciben la iluminación de los espíritus mediante sueños y
acogen, entonces, entrenamiento de un chamán instructor quien les
transmite todo el conocimiento; lo observan durante sus ceremonias de
curación y en sus trances, y aprenden de él y de otros mayores algunos
cantos, ensalmos y conjuros.
Además del mundo de los espíritus, hay otras deidades importantes en el
universo místico de los Wayúu. Maleiwa, por ejemplo, es la deidad
creadora, sin embargo poco se le toma en cuenta, mientras que Pulowi y
Juyá, siendo esposos, son dos seres místicos asociados con la generación
y la regeneración de la vida sobre la tierra. Pulowi, la mujer, está asociada
con la sequía y los vientos, además con lugares geográficos específicos de
la península, donde reside permanentemente, ella es fija y múltiple, y junto
con Wanülü, su tío materno, pueden provocar enfermedades o la muerte.
Por otra parte, Juyá, su esposo, es un errante móvil y único, que personifica
a las lluvias de la Guajira, las cuales son violentas y breves.
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Prof. Gustavo Hernández Dávila
En la creencia religiosa del Wayúu, el ciclo de vida no termina con la
muerte, ya que la gente continúa relacionada con los restos del difunto, en
un comienzo con el cuerpo entero, y después con los huesos. Cuando la
persona muere, se dice que se ha ido a vivir con sus predecesores al lugar
de los muertos en donde existen bajo la forma de espíritus. Así, se conserva
un alto grado de religiosidad permitiendo enlazar el presente con el pasado
de sus ancestros, vinculándose así a una actividad permanente, por lo que
después de su desaparición terrena se mantienen unidos por los lazos
espirituales de afecto y consideración, si gozaron de ésta, o de maldad y
desconsideración, si sus vidas fueron desordenadas y fuera de las normas
de sus comunidades.
Para los miembros de la etnia Wayúu, los sueños constituyen la espina
dorsal de su cultura. De un sueño depende quedarse a vivir en el mismo
lugar o mudar la residencia, hacer una fiesta para los amigos, evitar la
compañía de una persona, bañarse en el jagüey a media noche, hacer un
regalo, convertirse en piache, hacer ayuno, vestirse de un color especial,
dar una fiesta, matar un animal (chivo, ganado vacuno), realizar
determinadas actividades para prevenir una enfermedad del cuerpo o del
alma. Es decir, los sueños son tan importantes como las leyes de
supervivencia, a éstos les dan connotación de revelaciones provenientes del
más allá, regularmente adjudicados a espíritus de sus muertos los cuales
siempre están velando por ellos.
El Velorio
El velorio es considerado el último regalo que se le hace al fallecido por
parte de sus dolientes, entre los Wayúu acostumbran a guardar animales
para cuando fallezca un familiar, de acuerdo con la posición económica de
la familia, sacrifican chivos o reses y toman chirrinchi (licor). Heredan los
bienes, los hijos o los tíos en la línea materna, (prendas, animales y bienes
materiales), los objetos personales (pocillos, platos, ropa, etc.), son
enterrados con su dueño.
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El velorio lo realizan en la vivienda de los familiares más cercanos o donde
vivía el fallecido, esperan dos o tres días hasta que lleguen todos los
familiares; las mujeres lloran en voz alta por turnos y con la cabeza tapada,
los hombres lloran en forma más disimulada. Los entierros son
acontecimientos importantes en esta sociedad; en ellos los parientes del
difunto tienen que actuar de determinada manera. El cuerpo del muerto es
lavado por sus parientes más próximos, envuelto en una tela llamada
“shehi”, y colocado provisionalmente en una hamaca. Comienza luego el
velorio con sus respectivos llantos rituales. Después de velar al muerto, el
cuerpo es colocado en una fosa o en una tumba de cemento. Al lado de la
urna, se depositan a menudo las provisiones que servirán durante el viaje al
más allá.
Las invitaciones son una parte importante en los funerales, donde se dan
las más nutridas asambleas, determinadas por la riqueza del difunto. Es
costumbre distribuir animales a los dolientes que no son parientes del
muerto, como una compensación por el
dolor que sienten al perder al difunto.
También se distribuye abundante
comida entre las personas que asisten
al velorio, y los varones juegan dominó,
práctica generalizada entre ellos hoy
día, y en medio de grandes
lamentaciones, se bebe abundante
alcohol y se practica el tiro al blanco con
armas de fuego.
El cuerpo del difunto frecuentemente es trasladado, algunas veces a
considerables distancias, desde el lugar de su primer entierro a otro, debido
a la costumbre de realizar un segundo funeral. Este segundo entierro es
normalmente realizado por los parientes uterinos del difunto, en el
cementerio localizado en su propio territorio. Durante los primeros y
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segundos entierros se observan varias prácticas rituales y un número
considerable de tabúes, y después del segundo los restos no son objeto de
más atención. No obstante, la etnia Wayúu la probabilidad de realizar
ceremonias de honor, tanto en los primeros como en los segundos
entierros, es más fuerte y común en las familias ricas que entre las pobres.
El segundo entierro es muy solemne, puesto que allana el camino para que
el alma alcance el “paraíso” indígena. Es una ocasión de fiesta colectiva, en
que el cementerio bulle de actividad. Allí se reúne un centenar de amigos,
deudos e invitados. Los familiares sacan al difunto del féretro, despojan con
pulcritud quirúrgica la carne adherida a sus huesos, los que, una vez
limpios, son depositados cuidadosamente en una urna de greda.
c) La Organización Socio-Política
En la etnia Wayúu sobresale la falta de órganos gubernamentales, la
ausencia de instituciones legales, de liderazgo desarrollado, y en general de
una vida política organizada. Dentro de esta sociedad, los agentes formales
de control social son casi absolutamente inexistentes. No existe nada
parecido a la policía, o alguien que cumpla el papel de juez, y la dirección
de los propios asuntos, por lo tanto, es en gran medida una cuestión
personal; se espera que todo el mundo se sostenga por sus propios medios
y cumpla sus propias obligaciones, debido, entre otras cosas, a la ausencia
de un poder político centralizado.
La justicia es informal y privada en donde se distinguen dos clases de
agravio: la violación de costumbres y la violación de obligaciones. Estos
agravios son resueltos entre las partes implicadas o entre los miembros de
la familia en que ocurren. Hablando en términos generales, parece que el
mantenimiento de la ley se basa, en gran medida, en el principio de
reciprocidad, el temor a las sanciones y represalias, y el deseo de ganar el
beneplácito público.
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Las familias o castas de la etnia Wayúu están en relaciones potencialmente
hostiles una frente a otra, y si dos miembros de distintas familias se enredan
en una pelea, entonces es posible que los parientes de ambas partes vayan
en su ayuda, empezando con un proceso legal iniciado por el jefe de la
familia del litigante, quien tiene el derecho, reconocido por todos, a recibir
una compensación como pago, y en caso contrario a obtener satisfacción
por medio de violencia. El pago de indemnización o la satisfacción con
violencia son las medidas tradicionales tomadas por los Wayúu para
compensar las violaciones de los derechos cívicos.
Este pago se hace generalmente con ganado vacuno, cabras y ovejas,
collares, dinero o hilo, y la cuantía se determina de acuerdo con la gravedad
del caso, jugando un papel importante la condición social del perjudicado.
Es así como un Wayúu rico recibe mucha más satisfacción que un Wayúu
pobre por similar ofensa o daño. Por otra parte, en las disputas legales
serias, los servicios de intermediarios imparciales, llamados "palabreros" o
“pútcheejechi”, se obtienen para negociar un acuerdo pacífico. Si la
enemistad entre familias se hace intensa, una de ellas debe emigrar,
generalmente a centros urbanos durante algún tiempo hasta que los ánimos
se aplacan. En algunas ocasiones las diferencias son tan profundas y
duraderas que se recurre a guerras como método de resolverlas.
Ley Guajira es un conjunto de enunciados de acción llamados leyes, cada
individuo tiene derecho de exigir el cumplimiento de cada ley a quien le
infringió perjudicándole sus intereses materiales y morales, bajo el precepto
general de quien la hace la paga o lo pagan sus familiares. Entre las leyes
más importantes tenemos:
LEY DE PARENTESCO
Es la ley del matriarcado, los tíos por parte de la madre se
consideran como los únicos legítimos y carnales.
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LEY DE ESCLAVITUD
El esclavo es una especie de sirviente de por vida,
incondicional, quien no tiene quien vea por él sólo su dueño.
Esta ley es cuando hay problemas de contienda, acaban
con los hombres y a las mujeres se toman por esclavas.
LEY DE MUERTE Es cuando asesina, a una persona y debe ser pagado
cuantas veces quiera la familia del muerto.
LEY DE HERIDAS
Debe ser pagada la sangre derramada.
LEY DE HERENCIA
Dan los tíos a los sobrinos hijos de hermanas sus
donaciones en vida de tal manera que al fallecer sus tíos ya
cada descendiente tiene sus animales propios.
LEY DE PAGO POR ROBO
Una vez descubierto el robo, devuelve lo robado o paga el
doble.
LEY DE PERJUICIO HECHO POR LOS ANIMALES
Nunca se debe dar muerte a un animal, por el contrario hay
que dar aviso a su dueño para que se responsabilice por los
daños causados.
LEY POR UN MAL CONSEJO Y CALUMNIA
Cuando se consulta sobre una decisión y si ocurre algo
malo, el consejero tiene que pagar por el daño. La calumnia
se paga caro.
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LEY DEL MATRIMONIO
Es una ley general, puede afirmarse absolutamente que el
Wayúu no reconoce verdadero matrimonio si no hubo pago.
LEY POR DERRAMAMIENTO DE SANGRE EN EL
PRIMER PARTO
Consiste en que el cónyuge debe pagar a su suegra la
cantidad considerada por él al nacer el primogénito.
LEY POR OFENSA EN UN LANCE AMOROSO
Cuando un Wayúu seduce a una joven y él no comprueba
que es virgen si no quiere convivir con ella, paga a los
familiares de la ofendida, una cantidad recolectada por la
familia de él.
LEY DE COBRO POR ADULTERIO
El matrimonio Wayúu es indisoluble, la única causa del
divorcio es el adulterio, por parte de la mujer, la familia de la
mujer debe devolver la mitad de lo pagado por ella a los
familiares de su ex marido.
Finalmente, dentro del esquema social de la etnia Wayúu, las castas tienen
un significado de estratificación jerárquica derivada del linaje. Es decir, son
organizaciones sociales expresadas dentro del grupo étnico en forma de
clanes matrilineales. Entre las castas mas importantes presentes en la
Guajira Venezolana se tienen a las siguientes:
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CASTAS %
• Uriana 24.3
• Epieyu 16.3
• Ipuana 13.1
• Pushaina 11.1
• Sapuana 4.0
• Apushana 3.9
• Jayariyu 3.9
• Girnu 3.7
• Urariyu 3.2
• Sijuana 3.1
4 Infraestructura comunicacional
La Guajira Venezolana
tiene un total aproximado
de 426 Kilómetros de
carreteras troncales, vías
locales ramales y
subramales. De este total
sólo aproximadamente el
38% se mantienen
asfaltadas en buen estado
ya que gran parte de la vialidad rural y las vías de penetración agrícola
están en completo abandono. Las rutas más importantes son: la Troncal del
Caribe, que conecta a la Ciudad de Maracaibo con las poblaciones de Santa
Cruz de Mara y el Moján, en el Municipio Mara con las poblaciones de
Puerto Mara, Sinamaica, Paraguaipoa, Guarero y Paraguanchón en el
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Municipio Páez. Esta vía es la más importante arteria vial porque conecta
con la población de Maicao y la Ciudad de Riohacha en la hermana
República de Colombia, siendo en consecuencia la vía comercial
noroccidental internacional terrestre más importante. Una segunda troncal
de importancia está constituida por el tramo carretero que une a las
poblaciones de Santa Cruz de Mara, Las Cuatro Bocas, Campo Mara y
Carrasquero en el Municipio Mara y El Molinete en el Municipio Páez.
Se destaca dentro del eje vial entre San Rafael del Moján y Sinamaica la
más importante obra de arte vial de la Guajira Venezolana conocida como el
Puente sobre el Río Limón. Este puente es el segundo en importancia en el
Estado Zulia, superado únicamente por el Puente General Rafael Urdaneta
sobre el Lago de Maracaibo.
Como ramales viales secundarios de
relevante importancia, se tienen al
que une a las poblaciones de Las
Cuatro Bocas, Tulé, El Curarire y San
Felipe del Guasare, en el Municipio
Mara con las poblaciones de Puerto
Rosa, Santa María de Guana y
Guarero en el Municipio Páez y al
que une a las Cuatro Bocas con la
Población de Cachirí, la cual es el
más distante de todos los centro
poblados de importancia del Municipio Mara en dirección franca Oeste. Un
anteproyecto olvidado de conexión vial internacional pretendía unir a las
poblaciones de Carrasquero y San Felipe del Guasare, por la vía del Cerro
La Yolanda, en Venezuela con las poblaciones de El Conejo y San Juan del
Cesar en la República de Colombia.
Entre los ramales locales de importancia en el Municipio Páez, se encuentra
el de El Molinete, El Arroyo, Las Guardias, en dirección Oeste-Este el cual
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atraviesa la porción central de la zona de El Gran Eneal, que constituye un
área de importancia estratégica de carácter industrial, turístico y
agroalimentario.
No existen en la Guajira
Venezolana que conforma el
Municipio Páez, vías para el
transporte de vehículos; sólo
trochas carreteables en pésimas
condiciones, que permiten un paso
penoso. Tales vías, por falta de un
mantenimiento mínimo se
deterioran rápidamente y en ellas se ocupan grandes lapsos de tiempo en
su recorrido para distancias pequeñas, pues sólo permiten velocidades
mínimas. De singular importancia es la vía que une a la población de Los
Filúos con las poblaciones de Pararú, Guaruntay, Sichipés, Cojúa, Cojoro y
Castilletes.
En términos generales la vialidad de la Guajira venezolana es altamente
deplorable. Por una parte, las pocas vías en buen estado son mantenidas
para beneficiar al transporte pesado de carbón proveniente de las minas
carboníferas de Paso Diablo y Mina Norte. En función del negocio
carbonífero, se mantiene un tramo vial principalmente en el Municipio Mara,
sin embargo las empresas carboníferas no han reacondicionado dicho
tramo según los estándares internacionales para el tránsito de gandolas con
mas de cuarenta toneladas de peso.
En consecuencia, el tráfico de
gandolas carboníferas es
predominante en ciertas porciones de
la vialidad secundaria de la Guajira
con el consecuente peligro debido a
lo estrecho de las vías carreteras las
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cuales escasamente llegan a los seis metros de ancho.
El resto de la vialidad secundaria en la cual no interviene el tráfico del
negocio carbonífero, se encuentra en un estado mas deplorable, en donde
los pocos puentes existentes han sucumbido a la desidia y negligencia de
los gobiernos de turno, todo ello a pesar de tener la Guajira una riqueza
mineral cuyas entradas monetarias son lo suficientemente altas como para
mantener una estructura vial adecuada a los propósitos y exigencias del
desarrollo sostenido de sus comunidades y centros poblados.
En la clasificación de la vialidad de la Guajira Venezolana, se han adoptado
en general las normas y especificaciones de la AASHO, de la cual se ha
derivado la clasificación de carreteras de primera, segunda y tercera
categoría, dejando por eliminación los caminos vecinales en una última
categoría.
Los caminos vecinales desempeñan una
función vital en el proceso de producción y
distribución de bienes agropecuarios. Aunque
desde el punto de vista estadístico la longitud
de la red existente se puede considerar
relativamente extensa, su operatividad está
limitada por una serie de factores como la
falta de tramos importantes; mantenimiento
poco satisfactorio o ausencia del mismo;
costo de construcción o reconstrucción
elevados; normas deficientes de diseño; falta de sistema para detectar las
demandas y establecer las prioridades y una inadecuada organización
central.
La evolución y configuración de la red a partir de los sistemas básicos no
refleja la aplicación de un criterio armónico con las condiciones de las zonas
servidas ni con las de los subsistemas viales adyacentes, y en algunos
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casos se aprecia duplicidad de vías de la misma categoría que cumplen
funciones paralelas.
Sin la descripción clara de la función que deben cumplir las vías de distintas
categorías, estas se han desarrollado en forma indiscriminada conformando
una red vial con frecuentes duplicaciones, sin atender a la configuración de
sistemas y subsistemas que en forma jerarquizada sirvan sus respectivas
áreas de influencia; esto es, que a distintos niveles y condiciones de las
áreas servidas corresponda una dotación ordenada de distintas categorías
de carreteras y caminos. Se dan casos por ejemplo de que si una vía
importante ha sufrido deterioro excesivo, se diga en medios técnicos que
está como un "camino vecinal", aunque la intensidad de su tráfico y su
función no se hayan modificado.
No se ha evolucionado, en consecuencia, hacia un concepto claro sobre el
camino vecinal y su función, para que del desarrollo y aplicación de
especificaciones adecuadas se llegue a diseño y construcción de buena
calidad a costos razonables, en armonía con las condiciones de la región
Guajira y las de las zonas por ellos servidas.
La estructura vial de la zona norte
del Estado Zulia responde a una
geometría radial bajo la influencia
de la Ciudad de Maracaibo. Bajo
estas características, la Troncal del
Caribe corresponde al ramal vial
más importante en dirección norte
desde esta Ciudad Capital del Estado Zulia, equiparándose con la troncales
del sur que constituyen el ramal de conexión vial Maracaibo-Machiques
(Perijá) y el ramal Maracaibo-Cabimas (Costa Oriental), así como la troncal
hacia el este, constituida por el ramal vial de Maracaibo-Barquisimeto (Lara-
Zulia).
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La estructura vialidad propia de la
Guajira Venezolana se encuentra
dominada por la llamada Troncal
del Caribe, la cual forma una “L”
invertida con su base en dirección
Norte, conectando a las
poblaciones de Paraguaipoa y
Paraguachón. El ramal secundario
recorre una trayectoria casi
paralela al brazo de la “L”
formando una figura geométrica
idealizada rectangular que no
logra cerrar, sin embargo bajo la misma caracterización de ramal secundario
hacia el norte. Así entonces, se pueden distinguir cuatro tipos de ramales
viales en la Guajira: El ramal principal identificado por el Nº 1, lo constituye
una carretera tipo
Por último, la vialidad en el Municipio Almirante Padilla, queda expresada
muy incipientemente por el camino vecinal que une a la población de
Sinamaica con la de San Carlos. Este enlace terrestre se ha hecho posible
por la sedimentación masiva que a lo largo de los años ha ocurrido en este
sector como producto de las corrientes marinas del Golfo de Venezuela.
Últimamente se ha pretendido anunciar planes de habilitación vial de este
camino vecinal en función de un proyecto repudiado por todas las
comunidades de la zona conocido como Puerto América.
Las vías de comunicación lacustres son de significativa importancia para el
desarrollo socio económico del Municipio Insular Padilla y de la zona
costera del Municipio Mara. En tal sentido se destaca la ruta lacustre desde
la población de El Moján (Mara) con la población de El Toro (Isla de Toas) y
de ésta a la población de San Carlos, las cuales conforman los dos centros
poblados de importancia en el Municipio Almirante Padilla. Existe además la
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ruta lacustre desde la Ciudad de Maracaibo hasta la población de San
Carlos de fines exclusivamente turísticos y también desde esta ciudad hasta
la Isla de Toas con fines exclusivamente industriales relacionados con la
explotación de roca caliza para la industria del cemento. El resto de las vías
lacustres son consideradas de carácter vecinal y de servicio pesquero
artesanal, entre ellas se destaca la ruta desde la población de El Mojan
hasta la población de Sinamaica en la laguna del mismo nombre por el Río
Limón y desde la población de Sinamaica por la vía de caños hasta el
ambiente sub lacustre de El Gran Eneal en el Municipio Mara, colindante
hacia el Norte con la Población de Paraguaipoa.
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