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ARQUITECTURA CUBANA DEL SIGLO XX: ESTUDIO DE LA CIUDAD DE CAMAGÜEY VIVIAN MAS SARABIA Arquitecta, profesora del Dpto. de Arquitectura de la Universidad de Camagüey (Cuba) H ASTA el siglo xx, Cuba conserva la tradicional casa mediterrànea, volcada hacia el patio interior en sus dos alternativas: la primera cenada e introverti- da, situada dentro de la trama urbana. La segunda, abierta, que corresponde a la villa porticada suburbana, integrada al espacio rural. "El advenimiento de la Repùblica mediatizada, que sustituye al precedente sistema colonial español, esta- blece la hipotética independencia del país, que en reali- dad se caracteriza por una directa dependencia econó- mica, política y cultural de norteamérica." 1 El alto monto de inversiones realizadas por las empresas de dicho país, en el sector azucarero, agropecuario, de ser- vicios y en la estructura comercial favorece a la bur- guesía financiera, latifundista y comercial cubana. "Se define un ciclo económico, social y cultural que perdu- ra hasta 1933", 2 año en que es derrocado Machado, cuya unidad es interrumpida por dos crisis económicas: una interna en 1920 y otra en resonancia con la crisis mundial de 1929. Referente a la arquitectura de este período nos encon- tramos con las siguientes alternativas bàsicas: "la alta burguesía, tanto criolla como de origen hispànico se di- vide en dos tendencias divergentes: la primera prolonga los códigos neoclàsicos del siglo xlx, reelaborados a partir de la inserción de elementos funcionales y compo- sitivos provenientes de la tradición colonial; la segunda rompe con el proceso de continuidad de la vivienda cu- bana durante el período colonial y asimila los códigos eclécticos imperantes en Europa y Estados Unidos, con- virtiéndose en el eje dominante a partir de 1910". 3 A pesar del refinamiento y lujo que aparece en las viviendas de criollos y españoles de este período –que toman la primera opción–, todavía perdura el carácter homogéneo otorgado por la modulación constante de los portales, la escasa diferenciación arquitectónica de las funciones internas y el predominio horizontal de las construcciones, en su mayoría de dos plantas. "La sub- sistencia de los componentes figurativos coloniales de- muestra que estas familias ricas aùn se remiten al mo- delo hispànico y a las tradiciones locales sin asumir el tema de la vivienda como una exteriorización del sta- tus-symbol social y económico." 4 La segunda tendencia citada, alcanza su máxima acentuación en la década de los años 10 y 20. No se trata de un cambio formal gratuito sino que està condi- cionado por la transformación de los factores que de- terminan la pràctica arquitectónica como manifestación superestructural. La alta burguesía dispone de cuantio- sos recursos que provienen del retorno a Cuba de los capitales invertidos en Norteamérica, al normalizarse las actividades económicas una vez terminada la guerra y de la plusvalía obtenida del continuo incremento de la producción y del precio de venta del azùcar, que al- canza su clímax en los años de la "danza de los millo- nes" (1918-1920). A ello se agrega la disponibilidad monetaria surgida de las transacciones comerciales, las finanzas, la co- rrupción administrativa y las indemnizaciones y sala- rios pagados a los oficiales que participaron en las Guerras de Independencia. Sólo así se explica que "en lapso de quince años se construyan decenas de vivien- das lujosas –a un costo que varía entre los 50 y 200 mil pesos–, en las 400 hectáreas que abarca el barrio Veda- do, promovidas por las familias más adineradas del país: Mendoza, Upmann, Sarrá, Gelats, Lobo, Conill, Tarafa, Mesa, Cinta, Cortina, Revilla Camargo, Marqués de Avilés, Baró Batista, Ferrara, Gómez Mena, etc.".4 ¿Por qué la alta burguesía renuncia a la prolongación cultural y tipológica del hábitat colonial? La respuesta no es sólo arquitectónica sino que "[...] abarca la totali- dad de la superestructura cultural, en coincidencia con los estrechos vínculos que se establecen con el capital Norteamericano". 6 I Segre, Roberto, La vivienda en Cuba: República y Revolución, Editorial 13 de Marzo, La Habana, Cuba, 1979, p. 19. 2 Le Riverent, Julio, Historia económica de Cuba, Edición Revolucionaria, La Habana, Cuba, 1974, p. 5. Ibídem, Segre, R., p. 20. Op. cit., Segre, R., p. 21. Op. cit., Segre, R., p. 24. 6 Pogolotti, Graziella, "Sobre la formación de una conciencia crítica", Revolución y Cultura, n° 5, La Habana, Cuba, febrero 1968, p. 71. Ars Longa, 7-8, 1996-1997, pp. 149-154 149

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ARQUITECTURA CUBANA DEL SIGLO XX:ESTUDIO DE LA CIUDAD DE CAMAGÜEY

VIVIAN MAS SARABIAArquitecta, profesora del Dpto. de Arquitectura

de la Universidad de Camagüey (Cuba)

HASTA el siglo xx, Cuba conserva la tradicionalcasa mediterrànea, volcada hacia el patio interior

en sus dos alternativas: la primera cenada e introverti-da, situada dentro de la trama urbana. La segunda,abierta, que corresponde a la villa porticada suburbana,integrada al espacio rural.

"El advenimiento de la Repùblica mediatizada, quesustituye al precedente sistema colonial español, esta-blece la hipotética independencia del país, que en reali-dad se caracteriza por una directa dependencia econó-mica, política y cultural de norteamérica." 1 El altomonto de inversiones realizadas por las empresas dedicho país, en el sector azucarero, agropecuario, de ser-vicios y en la estructura comercial favorece a la bur-guesía financiera, latifundista y comercial cubana. "Sedefine un ciclo económico, social y cultural que perdu-ra hasta 1933", 2 año en que es derrocado Machado,cuya unidad es interrumpida por dos crisis económicas:una interna en 1920 y otra en resonancia con la crisismundial de 1929.

Referente a la arquitectura de este período nos encon-tramos con las siguientes alternativas bàsicas: "la altaburguesía, tanto criolla como de origen hispànico se di-vide en dos tendencias divergentes: la primera prolongalos códigos neoclàsicos del siglo xlx, reelaborados apartir de la inserción de elementos funcionales y compo-sitivos provenientes de la tradición colonial; la segundarompe con el proceso de continuidad de la vivienda cu-bana durante el período colonial y asimila los códigoseclécticos imperantes en Europa y Estados Unidos, con-virtiéndose en el eje dominante a partir de 1910". 3

A pesar del refinamiento y lujo que aparece en lasviviendas de criollos y españoles de este período –quetoman la primera opción–, todavía perdura el carácterhomogéneo otorgado por la modulación constante delos portales, la escasa diferenciación arquitectónica delas funciones internas y el predominio horizontal de las

construcciones, en su mayoría de dos plantas. "La sub-sistencia de los componentes figurativos coloniales de-muestra que estas familias ricas aùn se remiten al mo-delo hispànico y a las tradiciones locales sin asumir eltema de la vivienda como una exteriorización del sta-tus-symbol social y económico." 4

La segunda tendencia citada, alcanza su máximaacentuación en la década de los años 10 y 20. No setrata de un cambio formal gratuito sino que està condi-cionado por la transformación de los factores que de-terminan la pràctica arquitectónica como manifestaciónsuperestructural. La alta burguesía dispone de cuantio-sos recursos que provienen del retorno a Cuba de loscapitales invertidos en Norteamérica, al normalizarselas actividades económicas una vez terminada la guerray de la plusvalía obtenida del continuo incremento dela producción y del precio de venta del azùcar, que al-canza su clímax en los años de la "danza de los millo-nes" (1918-1920).

A ello se agrega la disponibilidad monetaria surgidade las transacciones comerciales, las finanzas, la co-rrupción administrativa y las indemnizaciones y sala-rios pagados a los oficiales que participaron en lasGuerras de Independencia. Sólo así se explica que "enlapso de quince años se construyan decenas de vivien-das lujosas –a un costo que varía entre los 50 y 200 milpesos–, en las 400 hectáreas que abarca el barrio Veda-do, promovidas por las familias más adineradas del país:Mendoza, Upmann, Sarrá, Gelats, Lobo, Conill, Tarafa,Mesa, Cinta, Cortina, Revilla Camargo, Marqués deAvilés, Baró Batista, Ferrara, Gómez Mena, etc.".4

¿Por qué la alta burguesía renuncia a la prolongacióncultural y tipológica del hábitat colonial? La respuestano es sólo arquitectónica sino que "[...] abarca la totali-dad de la superestructura cultural, en coincidencia conlos estrechos vínculos que se establecen con el capitalNorteamericano". 6

I Segre, Roberto, La vivienda en Cuba: República y Revolución, Editorial 13 de Marzo, La Habana, Cuba, 1979, p. 19.2 Le Riverent, Julio, Historia económica de Cuba, Edición Revolucionaria, La Habana, Cuba, 1974, p. 5.

Ibídem, Segre, R., p. 20.Op. cit., Segre, R., p. 21.Op. cit., Segre, R., p. 24.

6 Pogolotti, Graziella, "Sobre la formación de una conciencia crítica", Revolución y Cultura, n° 5, La Habana, Cuba, febrero 1968, p. 71.

Ars Longa, 7-8, 1996-1997, pp. 149-154 149

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VIVIAN MAS SARABIA

1. Vivienda con influencia art-nouveau, principios de s. xx.Camagüey.

Los códigos que definen los comportamientos, losusos y costumbres, así como la configuración del en-torno, deben demostrar la rápida asimilación de los pa-trones metropolitanos por parte de la burguesía depen-diente.

Cobijada junto al imperialismo, la burguesía cubanano intenta siquiera sentar las bases de una cultura na-cional, los componentes funcionales elaborados duran-te siglos de adaptación ecológica a las condicionanteslocales desaparecen: el patio interior, nùcleo de sombray verdor es sustituido por las monumentales escalerasde màrmol que dominan el vestíbulo de entrada. Latransparencia cromàtica de los vitrales es reemplazadapor densos tintes. La ligereza de las decoraciones inte-riores se convierte en los sombríos e "invernales" salo-nes tapizados o revestidos de maderas oscuras. La indi-ferenciada continuidad de los locales se supedita a unaestricta jerarquización de las funciones: salas de recep-ción, de juegos, de mùsica, bibliotecas, etc.

"El ùnico elemento arquitectónico que perdura conindependencia del sistema de simbolización empleado,es la galería porticada, zona sombreada intermedia en-tre el espacio interior y exterior."7

Al referirnos a la base económica y los comitentes,no podemos olvidar el papel de los profesionales en lacaracterización del hábitat de la alta burguesía. Existe

una relación directa entre el manejo de códigos forma-les complejos y la formación académica de los técni-cos. En el siglo XIX, Cuba carecía aùn de una Escuelade Arquitectura. Su apertura a comienzos de siglo, laformación de arquitectos cubanos en el extranjero y lallegada de profesionales de origen europeo y norteame-ricano, crean un sólido cuerpo de diseñadores adiestra-dos en el manejo del sistema de proyecto Beaux-Arts,que se aplica localmente, tanto a nivel profesionalcomo en la enseñanza, siguiendo el modelo norteame-ricano. "Rafecos y Toñarely, Leonardo Morales, RaùlOtero, Eugerio Reynery, Francisco Centurión, CésarGuerras, Rafael de Càrdenas y otros, son los arquitec-tos màs representativos que realizan entre 1910 y 1930el conjunto de palacios y residencias de la clasedominante."8

La Crisis Mundial de 1929 afecta negativamente porcasi una década a la economía cubana y produce un re-ceso, tanto de las actividades productivas como de lasinversiones. La construcción de edificaciones sufre unestancamiento que perdura hasta los inicios de la Se-gunda Guerra Mundial. A pesar de las restriccionesexistentes durante el período bélico, motivada por laescasez de materiales y equipos técnicos se inicia en LaHabana, una expansión de la construcción especulativaque alcanza un fuerte desarrollo en el quinquenio1946-1951.

Es en este período cuando ciertos miembros de laalta burguesía se alejan de los códigos eclécticos y asi-milan las concepciones arquitectónicas modernas pro-venientes del extranjero. Unos, los nuevos ricos, repro-ducen los monumentales palacetes Beaux-Arts e inten-tan apropiarse de un pasado que no les pertenece y quelos eleve en la escala social. Otros, sustituyen el eclec-ticismo por las subsiguientes variaciones de los códi-gos formales: "el modelo de la mansión californianaque responde a parámetros ecológicos y formales anà-logos a los existentes en Cuba; la recuperación de loscomponentes locales del período colonial, en el intentode crear una arquitectura autóctona. La aplicación delos enunciados racionalistas en la versión transplantadade Estados Unidos –a través de los maestros emigra-dos: Gropius, Mies, Breuer, Neutra, etc.– y por ùltimo,la fusión de las tradiciones propias con las diferentescorrientes imperantes en los países desarrollados: pos-tracionalismo, brutalismo, historicismo".9

Respecto a la etapa anterior varía el sistema de valo-res que determinan la obra. Algunos diseñadores de re-sidencias lujosas aprovechan así la disponibilidad derecursos y los grados de libertad otorgados por el usua-rio para experimentar nuevas bùsquedas que recuperenlos valores de la cultura nacional revirtiéndose en unrepertorio vàlido, asimilable a pesar de su autonomía yexclusividad.

La estrecha vinculación entre la arquitectura y la na-turaleza, el sistema de pantallas transparente, el uso demateriales regionales, las persistencias de las galeríassombreadas, el cromatismo de la luz y la intercomuni-cabilidad espacial interior, constituyen algunos de loscomponentes que aparecen en las grandes mansiones

7 Op. cit., Segre, R., p. 25.Weiss, Joaquín, Medio siglo de arquitectura cubana, Imprenta Universitaria, La Habana, Cuba, 1950, p. 14.

9 Op. cit., Segre, R., p. 44.

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2. Construcción de estilo ecléctico conrasgos art-nouveau, década del 20. Ca-magüey, Cuba.

proyectadas por Eugenio Batista, Gustavo Botet, MaxBorges, Mario Romañach y otros.

En la década de los años 50 la expansión numéricade la burguesía media y la subdivisión en grupos de di-ferente poder adquisitivo y nivel cultural, condicionala variedad de respuestas tipo]ógicas en el tema de lavivienda. El mayor porcentaje de construcción de vi-vienda de este estrato social comprende dos modelostípicos. La vivienda individual de planta bloqueada,rectangular, con portal al frente y el edificio de aparta-mentos de 3 a 4 plantas, modelo consagrado del peque-ño rentista. Éstos son volùmenes compactos despoja-dos de todo valor y simbolización cultura]. "La exigen-cia en cuanto a] decoro de las viviendas de alquiler,que se mantuvo hasta la década de los años 40, repre-sentado por ]a aplicación de componentes simbólicos–la caracterización de edificios a partir de atributos es-téticos provenientes de las corrientes dominantes: artnouveau, art déco, neohispànico, neocolonial, etc.–, des-aparece al surgir la coartada del racionalismo y el mo-vimiento moderno." 10

La falsa libertad individual que hipotéticamente per-mite seleccionar la significación de su propio hàbitat,queda reducida al interior de la vivienda, colmada delsistema de símbo]os que exteriorizan el bienestar a tra-vés del equipamiento fijado por la sociedad de consu-mo –los artefactos eléctricos– y los mode]os de la seu-docultura seriada impuesta por el sistema: el mobiliarioy los objetos decorativos kitsch, ajenos a toda autén-tica tradición cu]tural cubana. Pero la màxima aspira-ción, el objeto soñado y ambicionado es la viviendaindividua], no es casual que todas las empresas fabri-

cantes de consumo masivo –arroz "Gallo", Colgate, Ja-bón Candado, Gravi, Lavasol, Fab, Rina, etc.–, organi-cen sorteos y premios con el aliciente de una viviendaprototípica, totalmente amueblada.

La burguesía media, de mayor poder adquisitivo,exige a los arquitectos respuestas de diseño elaboradasy originales, cuyos atributos culturales son asumidosde las tendencias vigentes dentro del Movimiento Mo-derno: Max Borges, Mario Romañach, Frank Martínez,Humberto Alonso, Manolo Gutiérrez, Antonio Quinta-na, Lanz y Del Pozo, Mario Girona, Fernando Salinas,Hugo Dacosta y Juan Tosca entre otros, aportan la bùs-queda de una síntesis entre los componentes de culturalocal y la asimilación de las experiencias de los arqui-tectos de renombre internacional: Mies, Gropius,Breuer, Neutra, Wright, Le Corbusier. Antonio Quinta-na dice al respecto: T..] en la bùsqueda de un lenguajepropio, personal, y en la forma en que se logra, estásiempre presente un proceso en el que se exploran, va-loran y asimilan experiencias nacionales y extranjeras,pretéritas y vigentes [...]". 11

Arquitectura Camagüeyana: 1900-1950

La antigua ciudad Santa María del Puerto del Prínci-pe se extendió horizontalmente en un gran perímetrodurante el siglo XX, denominàndose oficialmente desdeel 9 de julio de 1903 como Camagüey.

Al igual que en el resto del país, esta ciudad no esca-pa a las influencias estilísticas difundidas por el forta-lecimiento económico de la burguesía, a partir de las

1 ° Op. cit., Segre, R. p. 46.11 "La arquitectura cubana debe tener el sello de nuestras tradiciones" (entrevista a Antonio Quintana), Arquitectura-Cuba, n° 372, La Haba-

na, 1988, p. 38.

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3. Vivienda ecléctica. Camagüey, Cuba.

inversiones en la construcción de nuevos y modernoscentrales azucareros, del ferrocarril central, del tranvíade la ciudad y la aplicación de tecnologías más avanza-das en la exp]otación de minas.

Se originan nuevas formas espaciales cuyo conteni-do està determinado por las nuevas necesidades socia-les, las cuales van adquiriendo cierto significado, porlo que a partir de este momento el contenido simbólicoy representativo, no se iba a concretar solamente en lasedificaciones de caràcter religioso, sino también enedificios de oficinas, sociedades de recreo, centros hos-pitalarios, hoteles, viviendas y conjuntos de células ha-bitacionales con fines lucrativos.

En estas circunstancias la ciudad crece, se fomentannuevos barrios: al norte La Vigía, donde se van a asen-tar empleados del ferrocarril y el transporte en general,hacia el este La Zambrana y Garrido, al sureste LaMosca, etc., a su vez, la Avenida de la Caridad se con-vierte en uno de los ejes principales de la vida burgue-sa, formando parte del centro, donde se crean grandesestablecimientos especializados, generando un gran in-tercambio y bullicio social producto del fuerte comer-cio.

"Estas nuevas formas espaciales ejercieron ciertoefecto sobre la estructura social, tomando el centro dela ciudad de Camagüey un carácter exclusivista y orga-nizàndose el espacio urbano en fusión de las leyes delmercado." 12

En esta etapa (1900-1930) se observa la existenciade una marcada profusión del eclecticismo, fenómenosimilar en condicionantes y códigos del que se da enLa Habana y en todo el país. Este movimiento se apre-cia en algunos ejemplos con influencias art nouveau,

colonia] y academicista. Paralelamente a este estilo seaprecia en Camagüey la presencia del neoclàsico, neo-gótico y art nouveau.

El neoclàsico persiste aùn en las primeras décadasde la Repùblica por parte de los estratos màs pudientesde la sociedad camagüeyana, siendo màs utilizado enobras sociales y administrativas, aunque en el tema dela vivienda fue muy utilizado.

Otro estilo que se observa en este período es el neo-gótico, teniendo un uso importante en el repertorio reli-gioso, caracterizàndose por su monumentalidad, facha-das simétricas, arcos ojivales y altos pinàculos en lastorres.

El art nouveau irrumpe en el repertorio domésticofundamentalmente, presentando una mayor riqueza for-mal en cuanto al uso de los elementos de la codifica-ción, tales como: empleo de material ceràmico, líneascurvas y pretiles ondulantes, columnas moriscas y usode motivos vegetales y geométricos en la ornamenta-ción. Por su parte, las fachadas presentan gran carga de-corativa empleando el vidrio, el hierro y la carpinteríacon motivos florales, observàndose el gusto por la arca-da irregular en las residencias de las nuevas barriadas.

En Camagüey la tendencia al eclecticismo con in-fluencia colonial (que no se debe confundir con el neo-colonial de los años 30) se evidencia en las remodela-ciones a que fueron sometidos los edificios co]onialesexistentes, como forma de modernizarlos, y en la in-fluencia que aùn ejercían estos códigos coloniales.

Su desarrollo expresa una mezcla de elementoseclécticos: columnas de órdenes clàsicos, pilastras ado-sadas a fachadas imitando sillería, uso de molduras ydecoración sencilla, balaustrada y cornisa sostenida por

12 Fernández, Malvis y Mas, Vivian, Caracterización tipológica de las edificaciones camagüeyanas en la etapa 1900-1930, Universidad deCamagüey, Cuba, 1989, p. 15 (Trabajo de Diploma).

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4 y 5. Viviendas neocoloniales en el centro histórico, década del 30. Camagüey, Cuba.

ménsulas. Sobre éstas se apoya, en ocasiones, la cu-bierta de teja criolla a vista, como presencia del gustopor lo colonial, que también se evidencia en el uso deguardapolvos sobre ventanas, macetas y arcos de me-dio punto.

El ecléctico es el movimiento màs difundido, tenien-do un mayor desarrollo entre los años 1905 a 1920, de-clinando este auge hacia 1930. Se caracteriza por eluso de molduras sobre vanos, cornisa moldurada, pretilcon balaustrada, vanos rectos, frisos decorados y facha-das imitando sil]ería, estilo con el cual la burguesíarompe con el proceso de continuidad de ]a viviendatradicional.

En las décadas de 1930-1950, se define otra corrien-te, en la que los componentes de la arquitectura colo-nial se despojan de la reproducción ecléctica de los ele-mentos originales y se produce una nueva síntesis, ten-dencia que se consideró una de las màs significativasen el repertorio cubano, sobre todo por la influencia delarquitecto Eugenio Batista en las jóvenes generacionesencargadas de impulsar el Movimiento Moderno enCuba, se trataba del neocolonial, que ya tenía muchafuerza en el exterior.

"Luego de todo el proceso de asimilación que seproduce por parte del Colegio Nacional de Arquitectos,no se podía pensar en un posible silencio o indiferenciade los Colegios Provinciales de Arquitectura, respectoa lo que se estaba fomentando teórica y pràcticamente,no sólo porque el primero era rector del trabajo del se-gundo, sino además, porque se trataba de lo nuevo, quebrindaba la posibilidad de enriquecer lo propio, lonuestro y màs aùn, lo regional." 13

Así, aunque tardío llega a Camagüey el neocolonialy comienza a aparecer en el entorno urbano, principal-mente en repertorio residencial, en aquellos barrios queempiezan a fomentarse y crecer después de la décadadel 30.

Como e] centro histórico de la ciudad ya estaba defi-nido se prolongaron sus calles y surgieron barriadascomo Florat, inmediato a la zona ecléctica de La Vigíay así mismo ocurrió en La Caridad, que a través denuevas ca]les perpendiculares y para]elas a la avenidaprincipal màs antigua, se formaron nuevas parcelaspara la fabricación. Con la construcción de la carreteracentral durante la dictadura de Machado en los años1925-1933, se establecen también otros lugares paraposibles asentamientos a lo largo de ésta; se trataba dela vía màs importante del país y en ella se podía apre-ciar la mejor arquitectura del momento.

De hecho, para la proliferación existía espacio, aun-que la parcelación del terreno según su ubicación, nopodía ser igual y esto conducía a una determinada tipo-logía. El Movimiento Moderno tuvo gran respaldo fa-cultativo por parte de los profesionales, que se agrupa-ron bajo el principio: "la arquitectura es arte y cienciade la construcción, realizada con los elementos del me-dio [...] arte mayor que tiene expresión propia, que lacomplementan las artes menores y las artesanías".

Las incidencias económicas, políticas, sociales yculturales del país también se hacían eco en Camagüey,donde las familias acomodadas pudieron construir vi-viendas enteramente neocoloniales, las menos pudien-tes sólo decoraron las fachadas (que constituyen unaminoría dentro del panorama urbano) y por ùltimo las

13 Armas, Grisbel y Mas, Vivian, Caracterización tipológica del estilo neocolonial en Camagüey, Universidad de Camagüey, Cuba, julio1991, p. 17 (Trabajo de Diploma).

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6, 7 y 8. Ejemplos de viviendas neocoloniales en zonas de nuevodesarrollo, dècada de 1940. Camagüey, Cuba.

"casas regaladas", donde se mantuvieron las caracterís-ticas del estilo, aunque en casos aislados. De esta ma-nera se evidenció en la ciudad la generalización del es-tilo a todos los sectores sociales, y de las tendenciasque desarrolló el Movimiento Moderno, el neocolonialfue de los màs aceptados. Se trataba de una expresiónformal de los edificios más acorde a nuestro contexto,empleando códigos arquitectónicos reinterpretados dela arquitectura pasada y màs aùn, era un fenómeno deíndole cultural, donde las diferentes clases sociales lopodían valorar como suyo, teniendo en cuenta además,que constructivamente era fàcil de realizar y se apela-ban a materiales y técnicas de construcción locales.

"Este estilo resulta de fàcil inserción tanto en zonascomprometidas del centro histórico como en otras denueva creación, pues sus códigos pueden ajustarse yenriquecerse del contexto." 14 Entre los fieles exponen-tes del movimiento en la ciudad se destacan: GonzaloLópez Trigo, Eduardo Arango Mola, José BombínCampos, Claudio J. Muns Blanchart, Roberto A. Dou-glas Navarrete, Francisco Herrero Morató y NicolásLluy Fuentes.

Pasó la década del 40 y esta bùsqueda se vio frenadapor las posibilidades que ofrece el racionalismo y porla especulación construyéndose edificios en el centrohistórico desprovistos de todo valor arquitectónico.

Por otra parte se fomentan nuevas zonas residencia-les como Vista Hermosa, Boyes, Previsora, Monte Car-los, El Retiro, Alturas del Casino, Puerto Príncipe, etc.que son una muestra de la preferencia por la viviendaindividual, con jardín, garaje, porche, de diseño muyvariado pero con una marcada influencia racionalista.Vale destacar, no obstante, que una parte de esta gene-ración de arquitectos, mantuvieron las tradiciones re-gionales más genuinas al incorporarlas en sus propues-tas racionalistas.

José Martí, en su visión latinoamericana de culturaexpresó: "Injértese en nuestras repùblicas el mundo,pero el tronco ha de ser de nuestras repúblicas". 15

14 Op. cit., Armas y Mas, p. 23.15 Revista Revolución y Cultura, n° 6, La Habana, Cuba, marzo 1968, p. 43.